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LA DESORIENTACIÓN

GEOPOLÍTICA DEL GOBIERNO


ARGENTINO QUE IGNORA AL
SISTEMA MUNDO DEL SIGLO
XXI
MIGUEL ÁNGEL BARRIOS

11/02/2018

Antes de la caída del muro de Berlín en 1989 hemos venido afirmando


que la implosión de la Unión Soviética no significaba la caída de un
polo y la victoria del otro polo –refiriéndonos al de los Estados Unidos-
como lo sostenía el entonces presidente de los Estados Unidos
George Bush (padre) que anuncio un “Nuevo Orden Mundial” y el
teórico japonés Norteamericano Francis Fukuyama en su libro tan
publicitado “El Fin de la Historia”, como si se tratase de que el
paradigma de la sociedad norteamericana representaba la cúspide de
la evolución humana. Recordamos que muchos intelectuales,
universidades, políticos, empresarios, economistas, etc., se
convirtieron en fanáticos de éste último.

Pero la realidad, demostró contundentemente que no estábamos en el


fin de la historia sino que la historia nunca se había ido, y por lo tanto
se iniciaba una nueva lógica mundial que conducía inexorablemente a
contramano de lo que decía Fukuyama hacia un “nuevo orden
mundial” multipolar, desoccidental, multicivilizacional y donde los
Estados Regiones o Continentales con matriz civilizacional propia
serían los únicos que tendrían la capacidad de autonomía –Soberanía-
en un sistema mundo interdependiente y asimétrico.

En el año 2008 sacábamos un poco en soledad el Diccionario


Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica con un grupo de
investigadores latinoamericanos (Barrios Miguel Ángel –Director-.
Diccionario Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica. Biblos. Bs
As. 2008). Allí planteábamos el descenso relativo de los EEUU en el
sistema mundial y la emergencia de poderes regionales del Asia
Pacífico. Y decíamos, que los EEUU, China, Rusia y la India eran los
Estados Continentales Industriales con capacidad de juego en el
sistema mundial. Adelantábamos que Europa se estaba transformando
en un continente museo en la medida en que no resolvía su identidad
entre la Unión Europea, la OTAN y el Euro. También apuntalábamos el
papel central como Estados pivot en sus respectivas regiones de
Turquía e Irán. Y por último, señalábamos la urgente necesidad de
consolidar una doctrina de defensa nacional y de seguridad
ciudadana, primero en América del Sur, para luego si las fuerzas nos
daban la densidad necesaria llevarla a América Latina y al Caribe con
el Comandante Chávez.

Eran épocas de victorias, que parecían estructurales, pero a la luz de


los acontecimientos observamos que fueron fugaces, tal vez
altisonantes en los discursos pero en la práctica el entusiasmo no nos
brindó la madurez de articular el proyecto. Y como se dice
vulgarmente la historia nos dio una vieja lección: los imperios no
duermen. Pero esto no quiere decir que quedemos anestesiados, sino
pensar y accionar con fineza estratégica.

El gobierno del Presidente Macri de un principio, como ignorando la


nueva correlación de fuerzas a nivel mundial, en forma irresponsable
se alinea automáticamente y acríticamente con la política exterior de
los EEUU, no solo ignorando la vieja tradición diplomática argentina
del Derecho Internacional de la neutralidad y el pacifismo, (nos
referimos a la doctrina Calvo y la doctrina Drago) en el ámbito
latinoamericano opinando sobre la democracia en Venezuela y
optando por un llamativo silencio en el golpe de estado en el Brasil a
Dilma Rousseff o los asesinatos de líderes sociales –más de 100- en
Colombia sino que la cuestión tomó mayor gravedad, cuando el
gobierno argentino se inclina decididamente con la política
norteamericana en Medio Oriente –a tal punto que fue uno de los
pocos países latinoamericanos que se abstuvo sobre el status de
Jerusalén en el que EEUU pretende hacerla capital de Israel- y
creando tal incertidumbre, que si se agudiza lo que el Papa Francisco
denomina “la tercera guerra mundial a trozos”, la Argentina corre el
riesgo de ser llevada a un conflicto mundial.
Es decir, sin medias tintas hay que plantear directamente el tema: o
hay un alineamiento irrestricto con un Estados Unidos desorientado
estratégicamente y considerado un Estado Terrorista por muchos
prestigiosos analistas mundiales, o estamos siendo engañados en el
rostro por el gobierno argentino. Más aún, bajo la mentira del
alineamiento irrestricto no ha entrado un solo dólar al circuito
productivo argentino sino al círculo financiero especulativo, en la cual
el gobierno de Macri y mucho de sus integrantes son socios con los
Fondos Buitres que pretenden saquear a la Argentina con la deuda
externa. Y todos los días entra miles de dólares y salen doblemente
por la vía de la rentabilidad especulativa.

Debíamos necesariamente realizar esta introducción, y por primera


vez en mi caso particular como académico comprometido con la
Argentina, porque ha ocurrido un hecho gravísimo que nos brinda la
prueba definitiva a que está jugando el gobierno argentino. Esto no
quiere decir para nada, de que estamos realizando un análisis de
cabotaje partidario, sino de denunciar que el Interés Nacional está en
peligro. Nos hemos acostumbrados en los últimos años, que cualquier
disidencia era elevada a nivel de traición de la patria. Nada más
alejado que esa falsa interpretación.

Desde el gobierno de Bush (hijo), EEUU al crear la doctrina de guerra


preventiva (es decir, de poder atacar anticipadamente en cualquier
jurisdicción del mundo a un actor “terrorista”, sin precisar qué es el
terrorismo) empieza a aplicar en América Latina y el Caribe la
categoría geopolítica de “Estados Fallidos” (categoría geopolítica
emanada de la revista “Foreign Policy” dirigida por Samuel Huntington,
en la que en base a variables subjetivas identifican a estados
“inseguros” y “carentes de gobernabilidad”. Nosotros, en el Diccionario
Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica, afirmamos que con ese
criterio, EEUU podría ser considerado legítimamente como un “Estado
Fallido” o “Imperio Fallido”. En ese sentido debe señalarse la
peligrosidad de utilizar este concepto en forma mecánica y acrítica.
Lamentablemente, la mayoría de los “grandes especialistas” en
Relaciones Internacionales utilizan el concepto de “Estado Fallido”
como un concepto indiscutiblemente científico, signo del imperialismo
anglosajón en las disciplinas de las Relaciones Internacionales).
Por lo tanto, se traslada a América Latina y el Caribe la categoría
geopolítica de “áreas sin gobierno” o “Estados Fallidos”, bajo una
doctrina de la “inseguridad nacional”, con el fin de norteamericanizar la
seguridad de América del Sur, policializando a las Fuerzas Armadas y
transformando a las policías en Guardias Auxiliares, y con esta nueva
Doctrina que tiene dos enemigos extremos en apariencia: el
Terrorismo y el Crimen Organizado, bajo el argumento de Nuevas
Amenazas.

Aclaramos al pasar, que no desconocemos las amenazas en nuestra


región, que son la pobreza, la exclusión, las desigualdades
económicas, la baja institucionalidad y también el narcotráfico etc.

Pero aclaramos, que una doctrina de Defensa Nacional y de


Seguridad Ciudadana debe surgir desde nosotros mismos. El
Terrorismo es una táctica de la violencia con fines políticos (o sea no
hay una definición única de Terrorismo y puede ser desde un Estado a
una persona individual, pero terrorista no es un actor social o un
ciudadano islámico como lo aclaró muy bien el Papa Francisco. Las
causas más profundas del terrorismo siempre son la pobreza, etc.) y el
crimen organizado (actor político-económico que lleva a cabo diversos
tipos de delitos a partir del narcotráfico está aliado al sistema
financiero global, por lo tanto no hay crimen organizado sin alianza con
los paraísos fiscales).

Por lo tanto, todo nos hace pensar que la norteamericanización de la


seguridad tiene una solo finalidad: apropiarse de nuestros recursos
naturales y llenar de bases militares a América del Sur, incluso con el
pretexto de combatir las catástrofes naturales.

Por eso denunciamos abiertamente que el gobierno argentino desde


un principio con Patricia Bullrich como Ministra de Seguridad reorientó
una política en la cual el enemigo es el crimen organizado y el
terrorismo (encima en la llamada Triple Frontera). Y se lleva de su
visita a Washington el compromiso para crear pronto un “task force”
contra el crimen internacional y el narcotráfico para el Noreste
argentino con analistas de la DEA. Además la delegación argentina
busca colaboración estadounidense para revitalizar un “Centro de
Análisis” en la Triple Frontera (es un espacio de intersección entre
Paraguay, Argentina y Brasil. Su extensión se circunscribe a tres
ciudades: Ciudad del Este –Paraguay-, Puerto Iguazú –Argentina- y
Foz de Iguazú –Brasil-, y a los tránsitos y flujos fronterizos. Siempre
fue el hito de las tres fronteras –como frutos de la hermandad-, pero a
partir de los atentados a la Embajada de Israel en Buenos Aires en
1992 se empieza a denominar en los Estados Unidos: “Triple
Frontera”. El 11 de Setiembre de 2001, Douglas Feith, uno de los
directores máximos del departamento de defensa, aconsejo la invasión
de la zona porque era un santuario terrorista. Sin embargo nunca se
comprobó nada e inclusive hay informes de la CIA que allí estuvo Ben
Laden, sin ninguna prueba de ningún tipo).

Esto significa, con la visita de la funcionaria en el FBI y otros


organismos, coartar la política de seguridad exitosa que está llevando
a cabo la policía de la provincia de Misiones bajo la conducción del
Comisario General (Re) Manuel Céspedes, que llegó a decomisar la
friolera cifra de casi veinte mil kilos de marihuana. Y mientras tanto, en
detrimento de este éxito se debatía la nueva “Doctrina de Seguridad”
en función del FBI.

Asimismo EEUU y Argentina cooperarán sobre la amenaza de la


“influencia” del “Movimiento de Resistencia Islámico” de El Libano
(Hezbolá), según lo conversado entre el Secretario de Estado de los
Estados Unidos, Tillerson en su gira por Argentina, en el encuentro
con el Presidente Macri. Y a eso responde que las Fuerzas Armadas
van a empezar a participar directamente en actividades
“antiterroristas” en la Argentina, según lo anunciado por el Ministro de
Defensa Aguad.

Esto, es la demostración definitiva, de porque Argentina no tiene una


política de Defensa Nacional ni de Seguridad Ciudadana, por una sola
razón: las mismas son dictadas desde los Estados Unidos.

- PROFESOR DOCTOR MIGUEL ÁNGEL BARRIOS –ARGENTINA-.


DOCTOR EN EDUCACIÓN, DOCTOR EN CIENCIAS POLÍTICA.
AUTOR DE LIBROS DE AMÉRICA LATINA Y CONSIDERADO
REFERENTE DEL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO.

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