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¿Cómo se hace una tesis?

Umberto Eco

El capítulo V del libro de Umberto Eco se centra en la redacción de una tesis, una vez
recopilada y estudiada la bibliografía. Tras lo cual, en el capítulo VI, nos expone algunos
consejos para la presentación final.
En el primer subapartado se titula “¿A quién se habla?” el autor hace hincapié en que la
claridad del texto debe primar, no se debe dar por supuesto el conocimiento del lector sobre
la materia. Es conveniente introducir al lector a la totalidad del material investigado y de
sus datos porque sólo así es posible la comprensión deseada. Eco nos aconseja: “Definir
todos los términos técnicos usados como categorías claves de nuestro razonamiento”.
“¿Cómo se habla?”: Para mejorar la claridad y la fluidez en la lectura es aconsejable evitar
los apartados demasiado extensos y dividir aquellos razonamientos que inevitablemente
deban ser muy extensos; así como evitar las frases de morfología compleja. “Escribir en
prosa y con claridad”. “Volved a menudo al principio”. Aconseja recoger todas las ideas
por escrito, aunque después se reelaboren, descartando algunas de ellas o manteniéndolas
en el apéndice si son interesantes pero se desvían del centro de la tesis. Si se ha realizado
un buen esquema de trabajo inicial, algo que debe ser el punto de partida, por ejemplo a
partir del índice, se puede comenzar a escribir por el apartado que mejor dominemos. La
escritura de la tesis puede contener recursos literarios dentro de un orden, siempre que éstos
no pongan en peligro la comprensión.
Una vez redactadas nuestras ideas, es mejor hacer una revisión general del texto y dejarlo a
la “critica’’ de alguien conocido.
Otra cuestión interesante que plantea es: ¿nosotros o yo? Nosotros, no se trata de una carta
personal, va dirigida a un público lector. En cualquier caso, también se pueden utilizar
frases impersonales.
Los nombres propios deben escribirse en su propia lengua, a menos que haya una
costumbre asentada de castellanizarlos, y en este caso: nombre y apellido en la misma
lengua.
En cuanto a las citas, nos ofrece diez reglas a la hora de introducir las citas en el texto:
1. Respecto a la amplitud de las citas, que sean fragmentos razonables. Si superan la media
página pueden adjuntarse en el apéndice e ir citando pequeños fragmentos.
2. Las citas de literatura crítica que se incluyan deben ser de autoridad y aportar algo nuevo,
no pueden ser razonamientos que están socialmente admitidos como válidos.
3. Siempre que no se aclare lo contrario, citar un texto implica estar de acuerdo con lo que
en él se dice.
4. Autor y fuente de la cita deben aparecer y se puede hacer de los siguientes modos: a.
Llamada y nota, cuando se nombra a un autor por primera vez. b. Colocando entre
paréntesis autor y año de publicación. c. Indicando el número de la página entre paréntesis
si toda la tesis versa sobre la misma obra.
5. De obras literarias, remitiremos a ediciones críticas o a la edición más acreditada. En
todo caso mejor citar la primera o última edición, según nos convenga.
6. Las citas suelen ir en el idioma original, especialmente en el caso de tratarse de textos
literarios o filosóficos, pero se puede añadir la traducción en nota o entre paréntesis.
7. Las notas tienen que estar claramente indicadas, es preferible repetir varias veces la
misma información que perder claridad en las referencias certeza. Se aconseja el uso del
“ibidem”.
8. La cita puede colocarse dentro del texto si no supera las tres líneas, pero si las supera
deberá colocarse con mayor sangrado y con menor distancia de interlineado o menor
cuerpo de letra, en este último caso sin comillas.
9. “Las citas deben ser fieles”, las elipsis deben aparecer con puntos suspensivos y nuestras
aclaraciones entre corchetes o paréntesis cuadrados, así como indicar el subrayado que
hemos realizado por nuestra cuenta y no aparecía en el original.
10. Las citas deben ser exactas, puntuales y verificables.
Después, expone una serie de “normas menores”, como colocar los puntos suspensivos
antes del signo de puntuación cuando la elipsis pertenece a un fragmento central y después
si se trata de algo de menos importancia; cuando se citan más de dos versos, es mejor no
incluir el fragmento del poema en el texto, sino con el sistema de mayor sangrado y menor
interlineado; y por último, subrayar sólo aquello que nos resulte necesario, de otro modo no
se realiza una verdadera selección de contenidos.
A la hora de realizar citas, hay que cuidar en no confundir en los apuntes que hemos
tomado las citas textuales con las paráfrasis, o podremos atribuirnos palabras del autor al
que citamos, o al revés, adjudicarle palabras que no ha dicho. Para eso al momento
diferenciarlos.
Las indicaciones respecto a las notas a pie de páginas deben ser utilizadas cuando son
necesarias y pueden servir para diferentes cuestiones:
• Para indicar el origen de las citas, se suele colocar a pie de página o al final del capítulo o
capítulo.
• Como refuerzo bibliográfico.
• Guiarnos a una referencia externa o interna del texto (cfr.).
• Añadir una cita que en el texto podría resultar pesada a algunos lectores.
• Incluir argumentos secundarios, que podrían distraer de la cuestión principal.
• Adjuntar comentarios que cuestionen la afirmación del texto, que por otros autores puede
ser discutida. Es mejor aportar nosotros mismos está información a que parezca que la
desconocemos.
• Incluir una traducción o por el contrario el texto original.
• Citar un libro del que se ha extraído una idea o a una persona que nos haya inducido hacia
ese pensamiento.
Una nota no puede ser demasiado extensa, sino sería un apéndice y se colocaría al final del
trabajo.
Sistema cita-nota, además de aparecer a pie de página las referencias bibliográficas deben
aparecer también en la bibliografía, más precisas, salvo excepciones de citas ajenas al tema
en cuestión.
Sistema autor-fecha, se puede colocar el apellido del autor junto a la fecha de su primera
publicación entre paréntesis, esto implica una organización en la bibliografía que ordene los
textos por apellidos y fechas. También se puede indicar el número de página.
“Advertencias, trampas y costumbres”. Aquí nos ayuda ver muchas equivocaciones muy
típicas. Por ejemplo, resulta desaconsejable decir lo que resulta evidente, para esto no
necesitamos la confirmación de una eminencia en el tema. Es peligroso citar las ideas que
un autor no expone como propias, pues puede no identificarse perfectamente con tales
afirmaciones. “Añadir o quitar citas para hacer cuadrar la numeración”. Cuando se hacen
citas de citas se puede nombrar la fuente original seguido de un “citado por...”, aunque
siempre es mejor recurrir a las fuentes originales.
Hay que tener cuidado con los nombres propias de fuentes extranjeras porque pueden
resultar irreconocibles si no sabemos de quién se trata. Si se decide componer adjetivos
sobre nombres propios extranjeros se debe tomar una norma y aplicarla siempre. Pide
atención con las cifras inglesas. “Ojo con las falsas traducciones”. Es bueno dar
agradecimientos, al final de la tesis, a las personas que nos han ayudado, aunque no se debe
hacer respecto al ponente que nos dirige la tesis, pues es su trabajo.
Por último habla del orgullo científico, aconsejando que además de ser prudentes en
nuestras afirmaciones, cuando hayamos estudiado en profundidad el tema y estemos en
disposición de realizar afirmaciones, se realicen con convicción y una escritura segura, pues
de lo contrario, el discurso pierde credibilidad, además de aburrir al lector.

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