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Introducción
Una niña de trece años es violada varias veces por su padrastro. Al tiempo que la
terrible noticia es abierta a la opinión pública a través de todos los medios de
comunicación, la pequeña niña tiene casi seis meses de embarazo. El violador es
juzgado y va a prisión a cadena perpetua. Varias ONG y grupos feministas envían
cartas al gobierno aconsejando que para proteger la vida, la salud y los derechos de la
pequeña la mejor solución para la niña sería un aborto terapéutico.
Por lo tanto, la pregunta está hecha: ¿es el aborto, en caso de violación o incesto
justificable? ¿Qué piensan?
Hoy en día, el aborto ha sido identificado por la OMS en dos categorías: Abortos
Seguros e Inseguros.
Es importante tener estos dos aspectos en mente porque la OMS ha dividido los
países en dos categorías: aquellos que tienen aborto seguro legalizado y los que no lo
tienen.
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Figura 1.1 Argumentos en los cuales el aborto es permitido en el mundo; porcentaje de países
Argumentos pro-elección
Ahora bien, más claro aún está por qué el movimiento pro-elección podría discutir a
favor del aborto en caso de violación o incesto. Una violación o incesto es una de las
más terribles degradaciones de la mujer, sus derechos humanos fueron sobrepasados
por el criminal, ella pasa a través de un desastre emocional y psicológico y tiene que
lidiar con un embarazo no deseado o como lo dice Hensley, con “un crecimiento que
recuerda una repulsiva experiencia” (1983:110). La conclusión entonces es que ella
debería tener al menos el derecho de decidir si tiene un aborto o no “porque ella no
eligió tener actividad sexual”. Por lo demás, sugiere que obligando a la mujer a llevar a
un hijo del violador agregaría al daño de la violación original. (WIKIPEDIA, 2006). Por
lo tanto, la pregunta es: ¿debería esta mujer inocente ser forzada a llevar el hijo de un
violador?
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Argumentos Bíblicos
Es muy interesante ver que cada vez que el tema del aborto sale en una conversación,
incluso en personas pro-vida (contrarios al aborto), cuando se trata de tomar una
posición en caso de violación o incesto, muchos tienden a dar un paso atrás
admitiendo que en este caso particular no sabrían que hacer.
Esto es porque la gente respeta a esa mujer, es compasiva con ella y no podrían tratar
de aventurarse en tomar una decisión teórico- ética acerca de lo que ella está
sobrellevando en la práctica.
Por más difícil que pueda sonar, los cristianos deberían ser enseñados a confiar en un
Dios Soberano. Todos saben que en momentos de una tragedia, es difícil aferrarse a
estas verdades bíblicas Pero también es manifiesto que cuando la sociedad se ha
visto enfrentada a situaciones como la violación o el incesto, la única respuesta que
han podido brindar es desesperada y utilitarista: “deshazte del problema (en este caso
el niño) lo antes posible y pretendamos que nunca ocurrió”.
Pero estas no deberían ser las bases con las que nos acercamos al problema. Cuando
la víctima no es capaz de tener una visión cabal debido a su angustiante situación,
debe ser la sociedad quien la mantenga en perspectiva y la sostenga a la luz de lo que
es realmente valorable. Debido a que los cristianos creemos que la creación de Dios
tiene significado y valor, el discutir qué es significativo y valorable antes de que los
conflictos vengan, vale la pena. (FRAME,1988:21). Todo el punto del libro de Job trata
de cómo los seres humanos deberían confiar en el propósito soberano de Dios en una
situación de tremendo sufrimiento, angustia y maldad, propio de un mundo caído.
Entonces, una adecuada respuesta debería ser parecida a la del cardenal Jorge
Medina, cuando fue preguntando por los medios de comunicación acerca de que hacer
con la niña embarazada antes mencionada y sus posibilidades de criar un niño por sí
sola, el respondió: “lo que ocurrió es algo terrible, y ella debería recibir todo tipo de
ayuda, pero el quitarle la vida al feto sería un crimen” (CARDINAL RATING, 2005. mi
traducción).
Sabemos por las Escrituras que el hombre y la mujer fueron hechos a la imagen de
Dios (Gn. 1:27; Gn. 9:6); y como consecuencia las personas no tienen el derecho de
matarse unos a otros “solo en circunstancias extremas (específicamente en guerras 1
Ki. 2:5–6), pero ningún feto ha hecho nada para merecer el castigo de la muerte”
(FERGUSON & PACKER, 2000).
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Además el aborto es un tema en el cual los cristianos deberían adoptar una posición
firme. Stott dice: “nosotros (los cristianos) necesitamos tener el coraje para usar un
lenguaje preciso. El aborto inducido (o terapéutico) es feticidio, la destrucción
deliberada de un bebe que aún no ha nacido, el derramamiento de sangre inocente”
(1999:371); y esta afirmación no pierde su verdad o fuerza en abortos en caso de
violación o incesto. Si fomentamos a la madre en matar a su bebé (o permitir que
algunos profesionales lo hagan), estaríamos fomentando un asesinato, y es Jesús el
mismo que en Apocalipsis 22:15 asegura que personas de esta categoría no tendrán
parte de la ciudad eterna.
• Cerca del 75% citó preocupación por su habilidad de continuar con sus
vocaciones personales.
• Cerca del 66% citó una preocupación por su habilidad de cuidar a otros.
• Cerca del 50% mostró conciencia de la importancia de tener una relación
estable con el padre para criar hijos.
• Bajo el 33% citó temor a un posible castigo.
Pero el mismo estudio confirma que el aborto en los llamados “casos difíciles”
(violación, incesto, y amenaza de la vida de la madre) “es un factor en un porcentaje
comparativamente menor de casos. Solo el 7% de las mujeres citó su salud; solo el
1% citó violación o incesto (aunque el 1% de 1.2 a 1.5 millones de abortos realizados
por año en Estados Unidos aun es 12 a 15 mil abortos)”.
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La mayoría de las mujeres no dieron solo una respuesta, por lo tanto debe ser entendido de
esa manera
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Debe ser dicho que los embarazos en caso de violación son muy infrecuentes.
Hensley dice que hay una incidencia de concepción relativamente baja en un único y
desprotegido acto de coito. En caso de violación legalmente definida, es aun más baja
pues no todas ellas terminan con la eyaculación; hay una posibilidad muy baja de que
el ataque ocurra en uno de los tres días del periodo del ciclo menstrual de la víctima
cuando el ovocito maduro y el espermio viable puedan concebir. Sumado a estos
hechos existe “la razón para creer que el trauma de un abuso sexual pueda inhibir la
ovulación aun cuando debiera ocurrir (1983:112)
Estas estadísticas cambian en relación a los países. En Sud África, por ejemplo “más
de 55.000 casos de violación fueron reportadas a la policía en 2003-04 (…) Sud África
tiene 114 violaciones por cada 100.000 personas, comparado con una tasa de 32 por
100.000 en los Estados Unidos” (MSNBC, 2006). Pero aun así, abortos por violación o
incesto no es la norma.
Pero, ¿sin estos números los que determinarán si el aborto es justificable o no?
Claramente no. Ética no puede ser basada en estadísticas, si no, en la verdad. Sin
embargo, estos números nos ayudan a entender el problema y mantenerlo en
perspectiva. Si la gente no está segura de su posición antes del aborto solo por los
‘casos difíciles’ antes mencionados, entonces ese es el mal lugar para partir. El punto
de partida es que hay 50 millones de asesinatos cada año –feticidios- y su principal
motivación no son los ‘casos difíciles’ antes bien el puro egoísmo e irresponsabilidad
de los agresores.
¿Cuál debiera ser nuestro acercamiento a mujeres que están embarazadas por causa
de una violación o incesto?, ¿Cuál es la responsabilidad de la sociedad? ¿Cuál es la
responsabilidad de la Iglesia? Esto será mencionado después de haber manejado un
problema aun mayor.
La manera en que la OMS ha tratado el tema del aborto debe ser analizada
brevemente porque ha tenido un gran impacto alrededor del mundo. El documento a
cerca del “aborto seguro” que fue mencionado al principio, tiene bastantes
inconvenientes o debilidades y es necesario mencionar algunos:
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abortos inseguros. Pero hay cerca de 30 millones de niños que anualmente son
asesinados en las bases de “aborto seguro” y pareciera que no se preocupan
de aquello.
Es bien sabido como las sociedades griegas y romanas maltrataban a los recién
nacidos. “Un bebé era aceptado como una persona legal solamente después de que el
padre lo hubiera reconocido oficialmente, de otra forma los bebés podrían ser
abandonados o en caso de deformidad, asesinados” (KEENER, 1993). Y también es
sabido que los primeros cristianos y judíos se oponían unánimemente al aborto, al
abandono, al abuso sexual o al infanticidio. (Barn 19.5; 20.2; Did. 2:2; cf. Did. 5.2. En
MARTIN & DAVIS. 2000). La oposición de Tertulio estaba basada en su premisa que
el aborto era “una participación de un asesinato” porque “él feto también es un hombre
a punto de ser uno”.(Apologia 9. En FERGUSON & PACKER, 2000)
Por eso hoy los cristianos también debemos leer la historia y aprender de ella. Era la
iglesia primitiva quien traía dignidad a las mujeres, a los niños, y a los oprimidos. Y
como dijo Stott; hoy la iglesia debe arrepentirse. “Carecemos de integridad si es que
luchamos por la vida de los que aun no nacen, pero nos preocupamos poco por la vida
de los recién nacidos –por ejemplo, por niños abusados o descuidados, madres
maltratadas y abandonadas, pordioseros o refugiados. Los cristianos están
comprometidos con la vida humana, tanto para defender su santidad como para
promover calidad” (1999:374).
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Esto significa que si sostenemos que el aborto en caso de violación o incesto no es
justificable, la consecuencia natural debiera ser que generáramos estrategias para
cuidar a las mujeres que han sido victimizadas, pensando arduamente en como
proveerles para sus necesidades básicas, cómo sustentarlas en un proceso de largo
plazo, cuáles son las posibilidades disponibles en la sociedad para cuidar al niño, etc.
“Debemos asegurar que aun cuando algunos bebés no sean deseados (y hasta no
amados) por sus padres, no existe ningún bebé que no sea querido por la sociedad en
general y por la iglesia en particular”. Entonces debemos estar deseosos de pelear por
una posición pro-vida y estar preparados para aguantar los costos que esto conlleva;
sino, nuestra posición sería de “pura hipocresía”, como Stott radicalmente dijo (1999:
374).
El aborto debe parar de ser un tabú para las iglesias y debe convertirse en un tema
abierto y otra posibilidad para predicar el evangelio. Los cristianos necesitan escuchar
qué creer en términos del aborto en casos generales, y también en los casos “más
duros” específicamente para saber cómo responder a ellos. Nuestras congregaciones
van a tener algunas personas que han tenido abortos, algunos que han influenciado a
otros a tener abortos y otros que se mantuvieron en silencio cuando deberían haber
hablado. Por lo tanto, el Evangelio debe ser proclamado audazmente. Jesús salva al
“opresor y al oprimido” como John Piper lo propone, Jesús puede curar a la víctima de
una violación y al mismo tiempo Jesús puede restaurar a la mujer que ha tenido un
aborto y aún lleva la culpabilidad con ella (1 Timoteo 1:15-17).
Debería ser dicho que la niña chilena que fue violada tuvo a su hijo a las 37 semanas y
fue a vivir con sus abuelos bajo la protección del gobierno; su hijo cumplió dos años de
vida el 13 de abril de 2006. Hace un año, el 2005, ONGs y movimientos feministas
estuvieron fomentando un aborto, el gobierno se opuso a la idea y hoy está tomando
cuidado del niño esperando para ser adoptado por una familia bien constituida.
No estamos diciendo que Chile sea un ejemplo en materias de aborto. Hay miles de
lugares ocultos en donde hay muerte y nadie parece estar conciente de ello. Pero este
hecho debería darnos algunas luces acerca de cómo el gobierno debiera tratar con
asuntos que en el momento parecieran estar fuera de control, pero siendo observados
en perspectiva, presentan mejores soluciones. Nada menos que un Estado que
protege a su gente, los sostiene en sus sufrimientos y les da soporte a largo plazo
cuando lo necesitan, debería ser la meta si nos pretendemos ser un país civilizado.
Finalmente, debemos orar. Oremos para que la sociedad pueda entrar en el tiempo
donde entienda la terrible masacre que se ha legalizado. Del mismo modo como hoy
no podemos creer lo que los Nazis fueron capaces de hacer, oremos para que en
algunos años, esperamos no muchos más, nuestra sociedad pueda llegar a un punto
cuando miren hacia atrás con la misma vergüenza que miramos al Holocausto y
digamos, “cómo pudimos haber hecho eso”.
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Bibliografía
8. HENSLEY, J.F. 1983. The Zero People. Ann Arbor, Michigan: Servant
Books.
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15. ALCORN, R. 2003. Eternal Perspective Ministries. [Web:]
http://www.epm.org/articles/exceptrape.html [Accessed: May 5, 2006]
16. MARTIN, R. P., & DAVIDS, P. H. 2000, c1997. Dictionary of the later
New Testament and its developments (electronic ed.) Downers Grove,
IL: Inter Varsity Press.
17. STOTT, J. 1999. New Issues Facing Christians Today (third ed.). Great
Britain: Zondervan
18. WILLKE. J.C. Dr & Mrs. 1990. Abortion: Questions & Answers.
Cincinnati, Ohio: Hayes Publishing Company, Inc.
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Aborto en caso de violación o incesto: ¿es justificable?
Cristóbal Cerón
Mayo, 2006
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