Encyclopédie Médico-Chirurgicale – E – 14-411 E – 14-411

Genu recurvatum
C Bussière
T Aït Si Selmi
P Neyret
Resumen. – El genu recurvatum se define como la hiperextensión de la rodilla. Este estado es a
menudo bilateral, simétrico, de origen constitucional y asintomático. Por otra parte, existen
etiologías menos frecuentes, pero con una repercusión funcional, como son los recurvatum
óseos o ligamentosos.
El análisis radioclínico exacto de esta deformación permite atribuirle una causa determinada y,
de esa forma, un tratamiento adaptado.
Las modalidades terapéuticas son en efecto complejas y variadas, específicas a cada tipo de
etiología.
© 2002, Editions Scientifiques et Médicales Elsevier SAS, París. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: genu recurvatum, osteotomía tibial anterior, laxitud posteroexterna.

Introducción Cabe distinguir, además del recurvatum constitucional, el

El genu recurvatum corresponde a menudo a un estado
fisiológico que refleja un morfotipo o «miotipo» frecuente en
la población de referencia. Este recurvatum participa incluso
en el bloqueo correcto de la rodilla en la vida cotidiana y
puede ser indispensable en la práctica de determinados
deportes como el sprint. Según el consenso general es impor-
tante respetar la actitud en recurvatum simétrico.
En caso contrario, si éste se vuelve sintomático, excesivo
(más de 20°) o por ejemplo asimétrico, es indispensable tra-
tarlo para corregirlo.
genu recurvatum de origen óseo o ligamentoso. El estudio
radioclínico trata de medir el genu recurvatum global, eva-
luar el componente óseo (femoral o tibial), y deducir el com-
ponente ligamentoso en caso de recurvatum mixto.
Examen clínico
Se realiza siempre de forma simétrica. Un genu recurvatum
asimétrico se considera en principio patológico, de ahí la
importancia de este examen bilateral y comparativo.

MEDIDA DEL GENU RECURVATUM

Definición
El genu recurvatum se define según el grado de hiperexten-
sión de la rodilla que se obtiene más allá de la alineación
femorotibial sagital a 180° o cero de referencia. Así, un ángu-
lo femorotibial de 190° corresponde a un recurvatum global
de 10°.
El genu recurvatum, bilateral y simétrico, es muy corriente,
presente en numerosas personas y generalmente asintomáti-
co. Se trata del recurvatum constitucional, habitualmente
inferior a 15°. En una población de referencia de 100 indivi-
duos, Lecuire [17] encontró hiperextensiones de la rodilla com-
prendidas entre 0 y 5° en el 11 % de casos, 5 a 10° en el 21 %
de casos y 10 a 15° en el 8 % de casos. Si éste se descubre de
forma fortuita o relacionado con un motivo estético, no nece-
sita ningún tratamiento específico [17]. No obstante, por enci-
ma de 15° o en caso de aparición de síntomas, la interven-
ción quirúrgica puede ser necesaria.
Christophe Bussière : Interne des Hospices civils de Lyon.
Tarik Aït Si Selmi : Praticien hospitalier.
Philippe Neyret : Professeur des Universités, praticien hospitalier, chef de service.
Clinique chirurgicale orthopédique, centre Livet, hôpital de la Croix-Rousse, 8, rue de Margnolles,
69300 Caluire, France.
Búsqueda de una asimetría:
— Paciente en decúbito ventral, los dos fémures horizonta-
les en el borde de la mesa de examen, piernas extendidas en
el vacío. El examinador observa la altura de los talones y
constata una diferencia en caso de genu recurvatum asimé-
trico;
— el otro test consiste en colocar los pies del paciente sobre
el abdomen del examinador, que se encuentra en un extremo
de la mesa, y en apreciar una asimetría en la hiperextensión,
lo que confirma un genu recurvatum asimétrico. Este último
es el método utilizado por los autores.
ESTUDIO DE LA MARCHA
¿El paciente utiliza su recurvatum en apoyo monopodal
cuando efectúa la traslación del paso?
Esta noción es fundamental para el tratamiento del genu
recurvatum de origen poliomielítico. En efecto, hay que
saber respetar esta actitud, única garantía del bloqueo de la
rodilla en este tipo de lesión muscular. Cuando el recurva-
tum se agrava, en el momento del desplazamiento del paso,
se habla de «báscula en recurvatum en apoyo monopodal».
E – 14-411 Genu recurvatum
R T
A B
EXAMEN GENERAL DE LOS DOS MIEMBROS
INFERIORES
Con el examen se busca una deformación frontal asociada , [20]
en varo o en valgo, agravada o no cuando se pasa de la
extensión a la hiperextensión. El recurvatum-rotación inter-
na tibial puede agravar un varo tibial.
Se observa generalmente la longitud de los dos miembros en
busca de una desigualdad: verdadera en caso de epifisiode-
sis, falsa en caso de recurvatum importante, cuando el
miembro que parece presentar un acortamiento recupera su
longitud normal en extensión cero.
La inspección se continúa con la observación del perfil de la
rodilla. Este examen permite encontrar un hundimiento asi-
métrico de la tuberosidad tibial anterior (TTA), secuela de
epifisiodesis.
Después se buscan las laxitudes, anterior, posterior o frontal,
así como los signos meniscales que puedan indicar un pro-
bable mecanismo traumático. Se mide la rotación tibial
externa.
Asimismo, se aprecia el estado de las formaciones postero-
externas con el test del recurvatum-rotación externa de
Hughston. El paciente acostado, el examinador, de pie al
borde de la mesa, sujeta los pies por los dedos gordos y eleva
de esta forma los dos miembros inferiores. La existencia de
un recurvatum asimétrico en esta posición, con la tibia en
rotación externa, implica la lesión de las formaciones liga-
mentosas posteroexternas.
El examen clínico busca igualmente una hiperlaxitud de
otras articulaciones (recurvatum del codo, hiperextensión
del pulgar, laxitud glenohumeral) o, por el contrario, una
rigidez muscular, principalmente del cuádriceps y de los
isquiotibiales. La rigidez del cuádriceps se aprecia con el
paciente en decúbito ventral, cadera en extensión sobre la
mesa, y midiendo la distancia talón-glúteo durante la flexión
máxima de la rodilla. Los isquiotibiales se examinan por la
distancia talón-glúteo, cadera a 90° de flexión y extensión
máxima de la rodilla.
Este examen clínico completo permite un análisis global del
recurvatum. Sin embargo, éste no es suficiente y deberá ser
completado con exámenes complementarios.
Examen radiológico
Su objetivo es cuantificar el genu recurvatum global de las
dos rodillas, calcular el componente óseo del fémur o la tibia,
y deducir, en ciertos casos, el componente ligamentoso.
2
Aparato locomotor
1 A. Ángulo de genu recurvatum global
(R) formado por los dos ejes anatómicos,
tibial y femoral.
F B. Ángulo de la pendiente tibial (T) calcu-
lado por el ángulo formado por el eje ana-
tómico tibial y la tangente al platillo tibial
interno.
C. Ángulo epifisario femoral (F) medido
por el ángulo formado por las líneas rectas
perpendiculares a la cortical femoral ante-
rior y tangente a la línea de Blumensaat.
Se debe comparar con el lado contralateral.
C
2 Radiografía preoperatoria.
Programación. Medidas de los
ángulos. Cálculo del recurvatum
global: 25°.
Ángulo epifisario femoral: 28°.
Pendiente tibial: + 4°.
RADIOGRAFÍAS
El examen radiológico comporta:
— una goniometría de los dos miembros inferiores en bipe-
destación, que sirve para observar las eventuales deforma-
ciones frontales y las diferencias de longitud;
— una amplia proyección de perfil del miembro inferior en
hiperextensión permite calcular el recurvatum global y sus
componentes óseos, femoral o tibial (figs. 1, 2).
El recurvatum femoral se constata por la medida del ángulo
epifisario femoral comparado con el lado opuesto en las
deformaciones distales. Se busca igualmente en la zona
metafisodiafisaria un callo vicioso en recurvatum. Dicho
recurvatum se mide según el ángulo formado por las dos
líneas tangentes a la cortical anterior del fémur, a ambos
lados de la deformación ósea. Puesto que la deformación es
distal, los autores son partidarios de la medición comparada
en las dos rodillas, del ángulo formado por la tangente a la
cortical anterior y la línea de Blumensaat, que permite cuan-
tificar el recurvatum de origen femoral.
El recurvatum tibial se analiza simplemente con la medición
de la pendiente tibial, que se orienta normalmente hacia
atrás y hacia abajo, y que es igual a 10° ± 3°. En el recurva-
tum tibial se deberá buscar también una deformación tibial
diafisaria secundaria a un traumatismo.
La medida de la pendiente tibial puede realizarse de varias
maneras [6], tomando como eje tibial la cresta tibial anterior,
la cortical posterior o el eje del peroné. Por su parte, los auto-
Aparato locomotor Genu recurvatum
res miden el eje como lo sugirieron Dejour y Bonnin [11]. El eje
de referencia tibial corresponde a la bisectriz de dos líneas
rectas distantes 10 cm entre las corticales anterior y posterior,
por debajo de la TTA (fig. 1):
— proyección de perfil de la rodilla en 30° de flexión para
calcular la altura rotuliana mediante el índice de Caton-
Deschamps;
— proyección anteroposterior en apoyo monopodal para
buscar una eventual decoaptación femorotibial externa.
Además, puede existir una traslación tibial posterior en rela-
ción directa, bien con una ruptura del ligamento cruzado
posterior (LCP), o bien debido a la inversión de la pendien-
te tibial.
La proyección panorámica de perfil se realiza para los dos
miembros inferiores con el fin de comparar los ángulos y las
estructuras óseas, buscando callos viciosos, secuelas de frac-
tura o de epifisiodesis.
TOMOGRAFÍA COMPUTADORIZADA (TC)
Este examen es necesario cuando existen callos viciosos,
principalmente femorales, y permite localizar anomalías de
torsión. Las medidas comparativas de la antetorsión femo-
ral, los cálculos de la distancia entre la tuberosidad tibial
anterior y el fondo de la tróclea (TA-GT) y de la torsión tibial,
permiten un mejor análisis global de las deformaciones alre-
dedor de la rodilla; el objetivo es tratar otras anomalías, si
fuera necesario, en el mismo tiempo quirúrgico.
Una vez efectuado este examen radioclínico completo, se
aprecia y analiza la etiología del recurvatum con el fin de
adaptar el tratamiento lo mejor posible.
Etiologías. Mecanismos
fisiopatológicos
GENU RECURVATUM CONSTITUCIONAL
Su frecuencia es importante ya que éste se presenta en el
40 % de la población [10]. Está comprendido entre 5 y 15°, con
un promedio de 10°.
En general, su origen se encuentra en una hiperlaxitud cons-
titucional ligamentosa. Fisiológicamente, el compartimiento
femorotibial externo es más móvil que el interno. El bostezo
externo existente en flexión en toda persona normal aparece
igualmente en extensión en la persona hiperlaxa. Por otra
parte, la distensión de las formaciones posteriores permite el
bloqueo de la rodilla, no ya en posición de extensión a 0°
sino en recurvatum. Esta situación provoca una hiperrota-
ción tibial externa, con traslación posterior del platillo tibial
lateral.
Es mucho menos frecuente su asociación con una hipoplasia
del cóndilo femoral lateral y, por consiguiente, con un genu
valgo.
El genu recurvatum constitucional es generalmente asinto-
mático, pudiendo ser inestético y motivar determinadas con-
sultas. Sin embargo, H. Dejour ha encontrado una cierta sen-
sibilidad de esas rodillas a la ruptura del ligamento cruzado
anterior (LCA) y a las luxaciones de la rótula, sobre todo a
partir de 20° de recurvatum.
El genu recurvatum se asocia, en un buen número de casos,
a las inestabilidades rotulianas, de las cuales es uno de los
factores favorecedores. En efecto, la hiperextensión necesaria
al bloqueo de la rodilla produce una seudopatela alta. Esta
actitud rotuliana puede generar ciertos problemas en la fle-
xión, y dificultades del contacto femoropatelar, incluso ines-
tabilidad rotuliana.
E – 14-411
GENU RECURVATUM CONGÉNITO
Con frecuencia bilateral y simétrico, es algunas veces el tes-
tigo de una hiperlaxitud al nacimiento, que desaparece al
cabo de los años con la ayuda de aparatos correctivos que
producen una ligera flexión. No obstante, pueden encontrar-
se diferentes etiologías. Las anomalías graves del sistema
neuromuscular deben eliminarse, como son las artrogriposis
congénitas múltiples y las condrodistrofias [27].
GENU RECURVATUM DE ORIGEN ÓSEO
Se trata de diferenciar los recurvatum femorales y tibiales, el
componente extraarticular y el articular.
■ Genu recurvatum extraarticular
En caso de genu recurvatum extraarticular, las etiologías son
numerosas. Se trata frecuentemente de una lesión del cartí-
lago de crecimiento del niño.
Este mecanismo crea una epifisiodesis anterior que provoca
un defecto de orientación de la pendiente tibial [16]. El examen
permite avanzar el diagnóstico cuando se encuentra una
atrofia de la TTA, una prominencia anormal asimétrica del
cóndilo femoral en la zona de la pierna, un hundimiento
posterior del platillo tibial o una traslación tibial posterior
(no se debe confundir este aspecto clínico con un cuadro de
ruptura del LCP).
Existen varias causas:
— traumatismos por choque directo sobre la TTA, despren-
dimiento epifisario o fractura diafisaria extendida a la metá-
fisis [19, 24];
— lesiones yatrógenas, frecuentes [12] en el niño:
— traumatismos en intervenciones de fijación con grapas
para la corrección de diferencias de longitud de extremi-
dades, o corrección de un defecto del eje frontal;
— tratamiento ortopédico con yeso;
— transposiciones de la TTA en el tratamiento quirúrgico
de una inestabilidad rotuliana;
— radioterapia o legrado por tumor óseo de la extremidad
superior tibial;
— extracción incorrecta de injerto óseo tibial;
— aplicación de una tracción transtibial [1];
— osteomielitis y otros procesos infecciosos;
— secuelas de la enfermedad de Osgood-Schlatter [15, 23] que
evolucionan espontáneamente o son tratadas quirúrgica-
mente (por ejemplo, en el momento de la perforación);
— enfermedad de Ehlers-Danlos [26].
Por otra parte, las radiografías pueden mostrar un callo
vicioso metafisodiafisario, secuela de una fractura femoral o
tibial. El recurvatum está, en dicho caso, asociado a otras
deformaciones, frontales o rotacionales, que deben investi-
garse con el fin de adaptar el tratamiento.
■ Genu recurvatum articular
— En la tibia: fracturas articulares con impacto-hundimiento
anterior de los platillos tibiales. Se trata generalmente de un
esguince grave con lesión del pivote central al realizar una
hiperextensión, y con fractura del platillo por hiperpresión
tibial anterior.
— En el fémur: se trata esencialmente de secuelas de fractu-
ras, y muy rara vez de una hipoplasia del cóndilo lateral, en
cuyo caso, se asocian genu recurvatum y genu valgo.
GENU RECURVATUM LIGAMENTOSO
Existen esquemáticamente dos tipos: la distensión progresi-
va y la ruptura traumática en el caso de un esguince grave
complejo.
3
E – 14-411 Genu recurvatum
■ Distensión capsuloligamentosa posterior
Puede presentarse en caso de hiperlaxitud constitucional o
bien asociarse a una actitud ósea con tendencia al recurvatum.
La lesión de las placas condilianas posteriores, del punto de
ángulo posteroexterno (PAPI), del punto de ángulo postero-
externo (PAPE), puede ocasionar un recurvatum ligamento-
so de alrededor de 25°. Un recurvatum mayor se asocia habi-
tualmente con una ruptura del LCP.
Se describen en dicho caso dos posibilidades:
— el recurvatum directo que corresponde a la lesión bilate-
ral de los compartimientos posterior, interno y externo, es la
lesión más grave; existe un claro bostezo posterior;
— la lesión de uno solo de los compartimientos, que impone
un mecanismo rotacional tibial asociado al recurvatum.
En dicho caso, el examen clínico permite distinguir, sobre todo
en la variante crónica, una ruptura aislada del LCP o la pre-
sencia de lesiones posteroexternas o posterointernas asociadas.
■ Recurvatum ligamentoso traumático
Ruptura del LCP asociada a lesiones posteroexternas
A los signos de ruptura del LCP se asocian:
— cajón posterior exagerado en rotación externa;
— cajón posterior a 20° de flexión;
— rotación externa asimétrica con 30° de flexión;
— laxitud externa asimétrica en varo forzado, cerca de la
extensión, y algunas veces ligamento lateral externo (LLE)
no palpable;
— recurvatum test de Hughston positivo: el examinador
sujeta al paciente por los dos dedos gordos, dejando que las
rodillas se sitúen pasivamente en el vacío. La rodilla lesiona-
da presenta un recurvatum pasivo asociado a un varo con
rotación externa.
El examen de la marcha puede mostrar una decoaptación en
varo-recurvatum en apoyo monopodal.
Ruptura del LCP asociada a lesiones posterointernas
A los signos de ruptura del LCP se asocian:
— cajón posterior excesivo en rotación interna;
— laxitud interna en valgo en extensión asimétrica.
Lesiones complejas posteriores
H. Dejour y P. Neyret [10] describen las rupturas bicruzadas
(LCA + LCP) asociadas a lesiones capsulares posteriores que
ocurren en los traumatismos con apoyo en posición de hipe-
rextensión, donde se asocian lesiones ligamentosas comple-
jas y una fractura-aplastamiento tibial anterior, causante de
un recurvatum mixto (óseo y ligamentoso).
Lesiones complejas externas
Se definen como la ruptura del pivote central (LCA + LCP),
es decir, bicruzada, asociada a una lesión del PAPE y princi-
palmente del poplíteo en ese cuadro clínico con recurvatum.
Tríadas anteroexternas retroligamentosas
Se caracterizan por una ruptura del LCA y del PAPE. La rup-
tura aislada del LCA no produce recurvatum asimétrico.
■ Diagnóstico diferencial: ruptura aislada del LCP
Los signos clínicos cardinales son:
— cajón posterior con 90° de flexión, exagerado en relación
con el lado sano; dicho cajón posterior no está exagerado en
4
Aparato locomotor
rotación externa, se encuentra disminuido en rotación inter-
na y es inconstante en el estado agudo;
— hundimiento de la tuberosidad tibial anterior con 90° de
flexión; inconstante en el estado agudo;
— test de Trillat-Lachman de tipo «bloqueo duro retardado»;
— reverse pivot shift que es poco específico y tiene poco interés;
— ausencia de laxitud interna o externa;
— ausencia de ruptura del LCA (ausencia de resalto).
En caso de duda, la resonancia magnética confirma la lesión
del LCP.
El examen radiográfico debe estar adaptado a este examen
clínico, el cual comporta, además de la radiografía habitual,
de frente y de perfil de la rodilla, radiografías específicas:
— estudio de la traslación tibial posterior (LCP):
— radiografías comparativas en cajón posterior con 90° de
flexión (dicho cajón puede realizarse por el manipulador
radiográfico o con la ayuda de un aparato tipo Telos);
— radiografías de Puddu-Chambat: se trata de una vista
axial con 70° de flexión, visualizando la TTA;
— estudio de la traslación tibial anterior (LCA): radiografías
comparativas en cajón anterior pasivo con 20° de flexión
(Telos);
— en caso de sospecha de lesión periférica: radiografías en
valgo-varo forzado comparativas en busca de un bostezo de
la interlínea, incluso en hiperextensión (extensión máxima)
comparativa.
Si en la radiografía se observa una traslación tibial posterior
asimétrica con apoyo monopodal de perfil, su origen puede
ser debido a una inversión de la pendiente tibial. El LCP
puede encontrarse intacto.
GENU RECURVATUM DE ORIGEN MIXTO
Se trata de una deformación que asocia una distensión cap-
suloligamentosa posterior y un recurvatum óseo.
La lesión poliomielítica es la causa más clásica [13, 22, 27]. La
parálisis inicial del cuádriceps es la causa de una actitud en
recurvatum durante la marcha, indispensable para el blo-
queo de la rodilla, lo que tiende a aumentar las presiones en
la parte anterior de los platillos tibiales, debido al exceso de
desplazamiento de los cóndilos femorales. A esto sigue una
lesión del cartílago de crecimiento tibial, una disminución de
la pendiente tibial y, por consiguiente, un recurvatum óseo.
Paralelamente, la distensión capsuloligamentosa posterior
se agrava, de ahí el aumento del genu recurvatum.
Los traumatismos que asocian el esguince grave y la fractu-
ra-compresión tibial anterior son igualmente la causa de
recurvatum mixto.
Se puede citar finalmente el recurvatum secundario a las
coxopatías de la infancia. En dicho caso, la deformación de
la rodilla se produce secundariamente a la actitud viciosa
desarrollada, asociada a la patología de la cadera supraya-
cente y se inscribe en lo que anteriormente se llamaba «la
rodilla compleja».
Complicaciones. Evolución
Ya se ha visto que la mayor parte de casos con genu recurva-
tum constitucional permanecen asintomáticos. En algunos
casos, la actitud en recurvatum condiciona la aparición de una
sintomatología dolorosa y, a veces, de un síndrome rotuliano
con subluxación. Sólo algunos casos pueden evolucionar
hacia una patología rotuliana, fuente de dolores, subluxacio-
nes rotulianas e incluso de inestabilidad rotuliana objetiva.
El tipo de deformación en recurvatum varo con rotación
externa asimétrica puede llegar a ser factor de artrosis femo-
rotibial interna.
Aparato locomotor Genu recurvatum
Métodos terapéuticos
El tratamiento de un genu recurvatum necesita el estudio
radioclínico completo de la anomalía y de las eventuales
deformaciones asociadas.
MÉTODOS CONSERVADORES
Se trata esencialmente de la utilización de aparatos y férulas
que limitan la extensión e impiden la posición en recurva-
tum. Si bien, su utilización cotidiana es desagradable. La
rehabilitación se dirige al refuerzo de los músculos flexores
de la rodilla, sin fortalecer el cuádriceps, que parece incidir
en la agravación del recurvatum. Noyes recomienda la utili-
zación de talones, y principalmente de talones altos. En el
caso de recurvatum constitucional, numerosos pacientes
encuentran una mejoría con estos métodos simples.
MÉTODOS QUIRÚRGICOS ÓSEOS
■ Osteotomía femoral correctiva baja
De realización difícil, su objetivo es corregir el defecto del eje
sagital, así como, de manera más frecuente, las anomalías
asociadas en rotación o en valgo.
La tomografía computadorizada (TC) es a menudo indis-
pensable para la programación preoperatoria. Los autores
proponen una osteotomía de sustracción posterior. La inter-
vención se realiza por vía de acceso externa. La fijación se
efectúa mediante una lámina-placa de 90°, respetando gene-
ralmente una charnela anterior con el fin de asegurar una
buena solidez. Los autores prefieren escoger esta solución, y
no la abertura anterior, que presenta el problema de poner
en tensión el sistema extensor que se opone a la corrección
del recurvatum.
En el niño se había descrito y propuesto una técnica de os-
teotomía femoral en V invertida, asociada a una inmoviliza-
ción con yeso, sin añadir ningún medio de osteosíntesis.
La osteotomía femoral es de práctica excepcional en los
niños o en pacientes con callo vicioso femoral supracondíleo.
■ Osteotomía tibial alta
Responde a la necesidad de corregir la pendiente tibial
invertida [2, 3, 5, 6, 8, 25]. El método utilizado actualmente por los
autores es la técnica de H. Dejour, derivada del método ori-
ginal de Lexer y Brett [7]. Se trata de una osteotomía de aber-
tura anterior supratuberositaria [9]. La incisión cutánea es
anterointerna, a lo largo del borde interno del tendón rotu-
liano. Tras despegamiento subcutáneo e identificación del
E – 14-411
3 Técnica de la osteotomía (esquema según
Lecuire, tesis 1976). De izquierda a derecha, se
observa la traslación tibial posterior. La aber-
tura se mantiene por medio de tres o cuatro
injertos ilíacos triangulares corticoesponjosos.
El fragmento óseo se fija seguidamente en
«puente» por delante del foco de osteotomía. Es
indispensable controlar la altura de la rótula.
Se corrige la traslación de la tibia.
tendón, se talla un fragmento tibial de 6 a 8 cm de largo, que
incluye hueso corticoesponjoso con el fin de levantar la TTA.
Los alambres-guías se posicionan bajo control del magnifi-
cador de imágenes, dirigidos de delante a atrás, de abajo
hacia arriba, situados a 4 cm de la interlínea anterior y a 6 mm
aproximadamente de la interlínea posterior, en la zona de
inserción de las fibras del LCP, por encima de la inserción
tibial de la cápsula posterior, lo que permite conservar una
charnela posterior.
La osteotomía se realiza con la sierra oscilante, sobre los
alambres, por encima de la articulación peroneotibial supe-
rior (fig. 3). Es inútil realizar una osteotomía del peroné. La
abertura de la osteotomía tibial se realiza apilando las hojas
de Lambotte, introducidas sucesivamente en el hueso, una
sobre otra, con el fin de obtener el grado de corrección
deseado en la programación preoperatoria. Se considera
que 1 mm de osteotomía de abertura permite obtener una
corrección de aproximadamente 2°. En el momento de la
programación, el cálculo del número de grados de correc-
ción necesaria debe tener en cuenta la anomalía ósea medi-
da, e igualmente la anomalía clínica y los datos del conjun-
to del examen. Un recurvatum óseo de 20° puede tener
solamente un ligero reflejo clínico a la medición de 10° y no
necesita evidentemente una corrección de 20°, si no se quie-
re correr el riesgo de producir un flessum mal soportado por
el paciente.
Se colocan injertos óseos ilíacos corticoesponjosos en el foco
de osteotomía. El medio de fijación es la grapa de Blount.
Como norma general, se colocarán dos grapas a horcajadas
sobre el trazo de osteotomía, a ambos lados de la TTA. La TTA
se fija mediante dos tornillos AO de 4,5 mm, teniendo cuida-
do de no modificar la altura rotuliana. Hay que colocar el
fragmento óseo según la altura de la abertura tibial anterior.
La osteotomía conserva una charnela tibial posterior, y esto
incluso en caso de necesidad de corrección en el plano fron-
tal. La abertura tibial anterior puede estar asociada con un
cierto grado de corrección en ese plano, sabiendo que de
todas formas no hay que tratar una corrección total, sino pri-
vilegiar en ese caso la corrección del recurvatum (fig. 3).
En algunos casos, dependiendo de los datos de la TC y de las
mediciones de la TAGT, puede proponerse una ligera media-
lización de la TTA.
En el postoperatorio, está contraindicado el apoyo durante 2
meses. Seguidamente, se efectúa durante 45 días una rehabi-
litación con movilización activo-pasiva ligera y progresiva
hasta 90° de flexión, la cual se aumenta ulteriormente. Una
férula postural se mantiene durante 2 meses con 5° de fles-
sum (tipo Zimmer o de resina bivalva).
5
E – 14-411
A B
4 A. Sección de la cápsula posterior.
B. Capsulorrafia de imbricación de los bordes capsulares.
C. Capsulorrafia con tensión capsular transósea.
5 Plastia de Trillat.
Perfil lateral. El com-
plejo poplíteo-liga-
mento lateral externo
se transpone en blo-
que arriba y adelante.
■ Otras intervenciones óseas
En el caso de recurvatum por epifisiodesis, se puede propo-
ner la desepifisiodesis, muy poco frecuente, con la finalidad
de intentar obtener una corrección de la pendiente tibial.
Ciertos callos femorales o tibiales extraarticulares necesitan
osteotomías correctivas localizadas.
INTERVENCIONES LIGAMENTOSAS
Estas maniobras quirúrgicas tienden a luchar contra la dis-
tensión capsuloligamentosa posterior o a retensar el plano
ligamentoso con el fin de evitar el recurvatum.
■
Capsulorrafia posterior interna y externa
Su realización aislada no alcanza la finalidad prevista. Se rea-
liza por doble vía retroligamentosa. Se trata de tensar la cáp-
sula posterior o las placas condilianas en su inserción femoral.
Existen varias técnicas (fig. 4). Las dos principales son las
siguientes:
— la primera consiste en desinsertar la cápsula del hueso
para reinsertarla, una vez retensada, en un nivel más proxi-
mal; el medio de fijación puede ser un túnel transóseo o un
engrapado;
6
Genu recurvatum Aparato locomotor
6 Plastia del gran poplíteo o
plastia en «Y». La porción común
del trasplante se fija al cóndilo
femoral lateral. Un brazo de la
«Y» pasa por el túnel tibial (y
reconstituye el tendón del poplí-
teo), el otro brazo pasa por el
peroné (reforzando el ligamento
lateral externo).
C
— la segunda es un retensado por sutura de la cápsula sobre
ella misma en planos superpuestos.
La capsulorrafia puede sufrir una distensión secundaria o, al
contrario, condicionar la aparición de un flessum por tensión
excesiva.
Se recomienda mantener un flessum de algunos grados, duran-
te la rehabilitación y la fase de cicatrización (45 a 60 días).
■ Reparación del punto de ángulo posteroexterno
Está constituido por los músculos y el tendón poplíteo, del
ligamento arqueado, de la placa condiliana externa y del
ligamento fabeloperoneo, así como del ligamento peroneo-
poplíteo (PFL de los anglosajones). A éste se asocia el LLE.
Cabe distinguir dos tipos de casos:
— en el caso agudo, se puede reinsertar una avulsión condi-
liana del poplíteo o del LLE, a condición de que los liga-
mentos estén en continuidad, o afrontar y suturar las lesio-
nes accesibles; en ausencia de avulsión ósea, las intervencio-
nes ligamentosas de urgencia suelen ser difíciles e incluso
yatrógenas;
— en el caso crónico, se recurre con frecuencia a una plastia
externa. Resulta primordial asegurar la reconstrucción del
LCP (+/- LCA según los casos). Es posible, cuando los liga-
mentos se encuentran en continuidad, retensar el complejo
LLE-poplíteo, como lo preconizó Hughston, Trillat o Noyes [21],
desprendiendo una pastilla ósea condiliana con la inserción
conjunta, que es resinsertada arriba y adelante (fig. 5).
Los autores prefieren reconstruir el LLE, incluso el tendón
poplíteo, por medio de un injerto de tipo hueso-tendón rotu-
liano-hueso o hueso-tendón cuadricipital. En muy raras oca-
siones, los dos elementos, LLE y tendón poplíteo, se recons-
truyen en el mismo tiempo operatorio (plastia del «gran
poplíteo» según Bousquet [4]) (fig. 6).
Esas técnicas necesitan un injerto contralateral o la utiliza-
ción de un aloinjerto. Asimismo, se pueden utilizar los
músculos de la pata de ganso [14]. El ligamento poplíteo
puede reconstruirse por medio de una parte del tendón del
bíceps («pequeño poplíteo» de Bousquet).
Las lesiones internas o posterointernas son menos frecuentes
y no necesitan generalmente ninguna intervención comple-
mentaria.
Al igual que la capsulorrafia, la reparación aislada del PAPE
genera muy malos resultados. Deberá ir acompañada de una
intervención ósea del tipo osteotomía tibial valguizante
(OTV) en caso de genu varo, incluso moderado, con el fin de
proteger las maniobras ligamentosas. Se trata habitualmente
de una adición interna más precisa que debe conducir a una
discreta hipercorrección.
Aparato locomotor Genu recurvatum E – 14-411

■ Técnica llamada «de la lata de sardinas»

A continuación se señala la técnica operatoria denominada 7 Radiografía preoperatoria.
Pendiente tibial: -6°.
«de la lata de sardinas» para corregir los recurvatum liga-
mentosos, descrita por Philippe Piriou y Thierry Judet (en
[16]
), y de la cual se describen aquí los principales aspectos
técnicos.

Principio
Consiste en una puesta en tensión de las placas condilianas,
respetando su continuidad (como lo haría una sección segui-
da de una sutura en planos superpuestos) y modificando lo
menos posible su punto de inserción ósea. Necesita para ello
el proceso de consolidación ósea y no el de cicatrización liga-
mentosa.

Técnica
Comprende una doble vía de acceso posterolateral medial y
lateral, de 5 a 6 cm de largo, centrada en la parte alta de los
cóndilos femorales. Una disección capsular extraarticular
aísla la parte alta de las placas condilianas. Una artrotomía
longitudinal en la unión placa condiliana-punto de ángulo
permite individualizar correctamente la inserción de la placa
condiliana por encima de los cóndilos. Se corta un fragmen-
to de inserción ósea de cada una de las placas condilianas
con la sierra oscilante fina o con el osteótomo. Estos dos
injertos tienen forma paralelepípeda. Su longitud representa
la longitud de inserción de la placa, por encima del cóndilo.
Su sección es cuadrada, de 9 a 14 cm de lado, dependiendo
de la importancia del flessum que se debe corregir. Ambos
injertos son movilizados y separados totalmente de sus
lechos, permaneciendo solidarios de las placas condilianas
(de las cuales conservan su inserción superior). Resulta sen-
cillo girarlos 90° alrededor de sus grandes ejes («abertura en
lata de sardina»), lo que provoca un acortamiento teórico de
las placas condilianas equivalente al tamaño del cuadrado
de resección del injerto. Los injertos se vuelven a colocar en
su lecho: la estabilidad espontánea se completa con una
grapa o un tornillo. Dos puntos reabsorbibles cierran las
artrotomías longitudinales.
8 Radiografía postoperatoria (osteotomía de abertura tibial anterior).
Pendiente tibial: + 6°. Movilización de la tuberosidad tibial anterior (TTA).
Seguimiento Fijación del injerto óseo con dos grapas de Blount. Reposicionamiento de la
Una rodillera, autorizando eventualmente el flessum, impide TTA con dos tornillos.
la extensión más allá de -20° durante las 5 primeras semanas.
un refuerzo muscular en rehabilitación. Recuérdese el inte-
rés de suplementos o de tacones altos.
Indicaciones
Recurvatum ligamentoso, con exclusión del recurvatum de
EN CASO DE GENU RECURVATUM DE ORIGEN ÓSEO
origen óseo.
Puede tratarse: Dependiendo de la molestia que se presente y según el
— de un recurvatum puro constitucional de más de 20-25° y grado de la deformación (superior a 15 a 20°), puede propo-
espontáneamente invalidante; nerse una corrección quirúrgica.
— de un recurvatum asociado a inestabilidades por lesión Ya se ha visto que un recurvatum femoral se trata por osteo-
traumática, en particular del LCA. tomía correctiva de cierre posterior, a menudo asociada con
otro tipo de corrección, de desrotación o frecuentemente de
Esta técnica, todavía no publicada, ha sido aplicada desde varización.
1996 a una decena de rodillas.

EN CASO DE DEFORMACIÓN TIBIAL

Indicaciones
Las indicaciones dependen esencialmente de la etiología y
del terreno.
EN CASO DE GENU RECURVATUM CONSTITUCIONAL
Ese tipo de recurvatum es generalmente inferior a 20°. Los
autores preconizan un seguimiento de esta deformación
mediante la prescripción de férulas posturales de rodilla y
— En el niño, las indicaciones de desepifisiodesis por secue-
la de epifisiodesis traumática o yatrógena son excepcionales.
A menudo, el recurvatum puede corregirse; en caso contra-
rio, hay que esperar la maduración ósea e intervenir en la
edad adulta. Aparatos antirrecurvatum o férulas de rodilla
simples ayudan a esperar más tiempo. Aunque son mal
soportadas, estas ortesis evitan la agravación de las lesiones.
— En el adulto, la osteotomía tibial anterior es la intervención
mejor codificada (figs. 7, 8). Se le asocia algunas veces un
efecto valguizante, en caso de varo de rotación externa.

7
E – 14-411
EN CASO DE RECURVATUM LIGAMENTOSO
Las intervenciones aisladas en los ligamentos, realizadas
iterativamente, dan malos resultados. Se acompañan siem-
pre de una reconstrucción del LCP o del LCA. De esta
forma, cuando existe un desequilibrio frontal, se realiza
sistemáticamente una OTV para proteger las suturas y
mejorar el resultado funcional. En caso contrario y con una
pendiente tibial insuficiente, se corregirá ese desequilibrio
sagital con una osteotomía de flexión tibial (abertura an-
terior).
EN CASO DE RECURVATUM MIXTO
Y PRINCIPALMENTE EN EL CUADRO
DE LA POLIOMIELITIS
La osteotomía de abertura tibial anterior se asocia con un
retensado capsuloligamentoso posterior. En caso de
poliomielitis, el tratamiento es global, sin ignorar la desi-
gualdad de longitud o los eventuales pies equinos aso-
ciados.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Bussière C, Aït Si Selmi T et Neyret P. Genu recurvatum. Encycl Méd Chir (Editions Scientifiques et Médicales Elsevier
SAS, Paris, tous droits réservés), Appareil locomoteur, 14-327-A-10, 2001, 8 p.
Bibliografía
Genu recurvatum Aparato locomotor
Conclusión
El tratamiento del genu recurvatum necesita un análisis radio-
clínico completo con el fin de determinar el componente óseo,
ligamentoso o mixto, la etiología, tiempo de evolución, las even-
tuales compensaciones, la utilidad en el momento de la marcha
y la repercusión global en el miembro inferior.
Por otra parte, la actitud terapéutica tiene en cuenta, como se
hace habitualmente, la edad del paciente, nivel de madurez ósea
en el niño y el terreno.
La indicación quirúrgica se impone generalmente por encima
de 20° de deformación, en caso de genu recurvatum bilateral.
En las deformaciones inferiores, se tiene en cuenta la sintoma-
tología, la molestia funcional y, sobre todo, el carácter asimétri-
co de la deformación.
El componente óseo se corrige con las diversas osteotomías
correctivas propuestas. El componente ligamentoso es difícil de
tratar de manera aislada, mediante sutura y tensado capsuloli-
gamentoso. A menudo, hay que asociarle otras intervenciones
óseas. Las plastias más complejas, asociadas con la reconstruc-
ción del LCP, forman parte del arsenal terapéutico.