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EL PUERTO DE LIVERPOOL, S. A.

SO años de Filosofía en México

POR EMILIO URANGA lOS ALmACEnes


mAS GRAnDES y
Se trata de lo siguiente: cin- que no podemos hoy comprender mEJOR SURTIDOS
cuenta años de actividad filosófi- con toda nitidez, los ateneístas, y
,ca en México se supone que han en concreto, Antonio Caso, sintie- -==DE lA=
.arrojado algunos resultados apre- ron que en aquella doctrina esta- IREPUBllCA
ciables y se me ha impuesto la ban encarcelados, que se les corta-
.obligación, honrosa, de comuni- ban las alas, se les entumecían los
.carlos a ustedes, de la manera más entusiasmos. El espíritu de Caso
-concisa y, en lo posible, de la ma- exigía un espacio más amplio que
nera más clara, en beneficio de una el que podía brindar una filosofía no alVIDE QUE:
buena voluntad por parte de uste- en que la ciencia era interpretada
.des, que me escuchan, de enterar- como inflexible acotadora del cam-
se e inclusive de edificarse con la po en que con legitimidad debía
,comprensión de aquellos resulta- moverse nuestra indagación teoré-
dos. tica. ¿Cuál es la obra del positivis-
Como se trata de relatar una his- mo? Y en sus propias palabras: ces como movimiento revolucio- mo por todo lo que es creaClOn,
toria me atengo a los principios "La obra del positivismo, la obra nario. Son dos expresiones de un animación, forma y sentido. Más
.que parecen regular toda indaga- de la indiferencia por el ideal, la mismo anhelo de libertad, de una tarde Caso ha de deslizarse de esta
-eión de índole historiográfica. A obra de la educación fundada sólo misma incomodidad, o sensación de interpretación demasiado biológica
tenor de estos principios el pasa- en la ciencia ... educación unila- parálisis y estancamiento. Se vive quizás hacia una interpretación
do no determina al presente y al teral que desdeñó, sin justifica- entonces amargado por la idea de histórica, en que la Humanidad,
futuro sino a la inversa, es nues- ción posible: la cultura artística, un espacio más amplio, de una no tanto la vida, es la que va con-
tro presente y futuro inmediatos moral, cívica, religiosa, histórica, apertura, de un ensanche del hori- figurando sus propias creaciones.
quienes dan la pauta para hacer humana .. , jamás logrará reunir zonte. Equivocación imperdona- A su vez hay que advertir que
hablar lo que llamamos el pasado. los sufragios de las generaciones ble sería, empero, interpretar o li- cuando hablamos de inmersión no
Desde nuestro presente interroga- venideras. " gar estos dos hechos por un esque- suponemos en modo alguno que al
mos al pasado inquiriendo por el Como se ve por esta cita carac- ma causal. El pensamiento de Ca- echarse ahí el individuo se cance-
sentido de algunos problemas que terística de una actitud general, so no es efecto de la Revolución ni le, se anule, sino por el contrario,
hoy nos, preocupan. El pasado en sí el reproche que se enderezaba a los mucho menos su causa. Son dos se conserva en cuanto tal, pero su-
nada sabe decir, sólo cuando el pre- hombres de la vieja generación era escorzos o aspectos de una misma mergido en una amplísima atmós-
sente lo mueve y remueve es ca- su enjutamiento, su cerrazón, su realidad, como el verde de un li- fera de vida histórica. Ello nos ex-
paz de arrojar de sí una enseñan- aldeanismo espiritual. Ser positivis- món se corresponde precisamente plica por qué el doctor Caso con-
za para los que viven en el presen- ta significaba dejar a un lado fér- con su acidez. servó siempre despierta la concien-
te. En definitiva: la historia es el tiles regiones de la experiencia hu- La correspondencia de estos dos cia para la individualidad y por
presente beneficiándose del pasa- mana, excluir o extirpar porciones hechos reside en escapar de una qué bregó siempre en contra de to-
do y dotando a éste de un sentido de lo humano que no encuadraban coacción, en rechazar un confina- do colectivismo, en especial el mar-
que aquél quizás ni barruntó. con las prescripciones de un dog- miento, o en palabras filosóficas es xIsmo.
Se preguntará por los compo- ma. una libertad meramente negativa Antonio Caso fué un polígrafo
nentes de este presente privilegia- No es posible expLicar, a quien que busca despegarse o desgajarse que enseñó al filósofo mexicano el
do que hace del pasado su botín, y no lo sienta así de antemano, por de una inflexible serie causal para esencial derecho de apropiarse de
respondo, sin reticencia alguna, qué el universo de la ciencia sus- quedarse en un punto muerto con- toda forma de cultura y de refle-
que son los hombres que en la vi- citó en aquellos mexicanos la as- dición de toda posterior determi- xionar sobre sus contenidos. De ahí
da pública de México tienen hoy fixiante conciencia de estar en- nación. Positivamente la obra de su enorme curiosidad por toda
la posibilidad de modelar dentro cerrados, limitados, copados. Los Caso significa la interpretación suerte de disciplinas y dedicacio-
de sus capacidades y límites el fu- que viven dentro de ese universo de la libertad como un anhelo nes del espíritu. Junto con ello hay
turo inmediato. Son los personajes se mueven en él muy a gusto, y de apropiación del mundo espiri- que poner su vigorosa capacidad
activos de la vida de la nación los en modo alguno es evidente que tual, es decir, que Antonio Caso de retórico y dialéctico. El se pro-
que se preocupan por poner en cla- en sí sea un universo finito, aco- reclamaba la libertad para poder curó acceso ilimitado al mundo
ro cómo se ha de entender el pa- tado. Saltar afuera para verle sus llenar sin cortapisas con toda la histórico, reclamó el derecho de
sado y cómo interpretar sus ense- contornos es un movimiento que experiencia humana el hueco que viajar por él sin absurdos temores
ñanzas. El hombre que despliega jamás lograremos explicar de ma- se había tallado al desprenderse de o respetos a los dogmas, con pasa-
su vida en el horizonte de la ac- nera racional. El hecho es que An- la ciencia. porte, diríamos, de diplomático.
ción, cualquiera que sea su índole: tonio Caso se emplazó en una pers- Lo que se anhelaba era una in- Pero si bien fué viajero del mundo
política, económica, científica, pectiva en que todo el positivismo mersión en el mundo histórico del espíritu, en cuanto a desplaza-
educativa, filosófica, etc., es por se le :wareció como una monstruo- creado por la Humanidad que no miento especial fué más bien un
eminencia el generoso: dispone y sa negación de lo humano. Vió que se había cuidado de respetar en su sedentario. Su preocupación espi-
distribuye la suerte del pasado y del el hombre era más grande de lo que ímpetu las reglas de juego dictadas ritual acercaba los objetos de la
futuro, proyecta y hereda. El in- decía de él el positivismo, pero lo por el positivismo. La comunica- cultura, pero la distancia real, geo-
activo, soñador, visionario, año- notable es que logró no sólo plan- ción estética con la totalidad de la gráfica no se sintió en la obliga-
rante o nostálgico se ve confina- tear este salto que había dado sino creación humana sería quizás una ción de franquearla. Filosofó uni-
do en alguna de las celdillas que hacerse acompañar por la opinión interpretación adecuada de esta versalmente, sentado en México, y
para el activo es ,sólo una parte de de los mexicanos de generaciones actitud. Por eso es que sintió Caso apenas una escapada a Sud américa
la totalidad de su horizonte.' ulteriores. en el bergsonismo una filosofía hay que contar como sus viajes.
Pues bien: n~estra historia se Hay que subrayar una corres- afín a sus propias inquietudes. El ¿Cuáles fueron las razones de este
inicia con la crí tica que el Ateneo pondencia esencial. La exigencia de impulso vital, el ímpetu de la vida sedentarismo? ¿Por qué no com-
hizo de la doctrina filosófica ofi- libertad que en el doctor Caso que en su expandirse va configu- partió- con sus amigos José V ascon-
cial del porfiriato: el positivismo. asumió la forma de crítica al posi- rando las especies, los géneros, el celos y Alfonso Reyes esa vocación
Esta crítica reside esencialmente tivismo es simultánea de la exi- hombre, el universo entero, es una de viajeros y de trotamundos que
en un anhelo de libertad, de liber- gencia de libertad política que el corriente de fresca proyección que presta a sus respectivas obras tanta
tad como amplitud. Por razones pueblo de México tradujo enton- saciaba los anhelos de un entusias- densidad de humana experiencia?

UNIVERSIDAD DE MEXICO * 21
Estas cuestiones pueden quedarse bra, pero no de camino, si se nos "aventureros" y "azarosos", sino sudamericano más que mexicano.
aquí sin respuesta, ya que 10 que permite la expresión. Vasconcelos que vendrá a ellos matándoles por Su naturalismo en que raza y pai-
primariamente nos interesa desta- descubre a Iberoamérica como fin los rasgos de carácter hasta hoy saje se conjugan no encaja en las
car es el segundo momento de la "paisaje", y saca el espíritu de este exhibidos. tendencias dominantes de la filo-
filosofía mexicana que a partir de paisaje. Es ésta una concepción Con esto tocamos la cuestión de- sofía mexicana del medio siglo. En
esta dimensión viajera se constitu- absolutamente peculiar, una priva- cisiva que plantea a la refle:X:ión el este punto de vista se encuentra
ye precisamente en la obra y per- tísima manera de entender la en- pensamiento de Vasconcelos. Lo más cerca que ninguno de nosotros
sona de José Vasconcelos. carnación del espíritu. mexicano que va a ser el tercer a 10 anglosajón. O para decirlo con
Partimos también aquí de la En correlación con este ensan- momento de nuestra historia de la una palabra: siempre descentrado-
misma ansiedad por un espacio che de la libertad en la dimensión filosofía en medio siglo, es pasado hacia el sur o hacia el norte. Vas-
más amplio, de la misma sensación del paisaje se encuentra la crítica por alto en esta filosofía iberoame- concelos ha interpretado su vida
de incómodo confinamiento pro- al confinamiento que con mucha ricana. Lo mexicano, en efecto, no como si México lo hubiera excluí-
ducida por el positivismo. Pero la agudeza Vascancelas liga a los afa- tiene nada de tropical y es más bien do, y no merecido, pero en la rea-
amplitud a que se accede no es ya nes del altiplano, y muy en especial su antípoda. Conviene recordar a lidad de las cosas ha sucedido a la
el mundo del espíritu sino ante to- al altiplano mexicano. "Yo no creo este propósito las agudas observa- inversa. Nuestro Ulises se ha cen-
do la vastedad geográfica. Vascon- mucho en el altiplano como tierra ciones de Villaurrutia en que se trifugado de México y es por ello·
celos ve en el nacionalismo, enten- de vitalidad" (pág. 49), nos dice. contrapone, a la poesía tropical de por lo que en nuestra generación
dido a su peculiar manera, un esti- y a continuación, y a grandes ras- Carlos Pellicer, toda la tradición tiene escasa influencia. Su filosofía
lo de estrechamiento que urge re- gos, esboza la "psicología" del mexicana de poesía, y cómo en tropical no gana ya adeptos, he-
basar para reconciliar el propio hombre del altiplano. En primer poetas tropicales como Díaz Mi- mos perdido esa dimensión que en
espíritu con su espacio adecuado. lugar el hombre del altiplano es rón, hay un retorno, tarde o tem- su época lo hizo tan vibrante.
El espíritu es esencialmente conti- aventurero, lo que quiere decir que prano, a los temas no solares sino Más que de raza y paisaje, nues-·
nental, iberoamericano. Sólo en es- en este carácter reside una esencial crepusculares del espíritu. Pero en tras problemas son morales. Y con
ta dimensión espacial abre sus alas, tendencia "a esperarlo todo de 10 Vasconcelos no ha habido este re- esta acentuación o enlazamiento
pues en las nacionalidades en que imprevisto" (pág. 52). "De ahí torno. N o pudo haberlo. Su tro- de 10 mexicano y 10 moral se inicia
pretenden encerrarlo los incom- que nuestra psicología sea como la picalismo es invulnerable. En las la tercera etapa de nuestro camino
prensivos no se manifiesta, no se del jugador; jugamos a la riqueza y tres dimensiones de su pensamien- filosófico. Es Samuel Ramos el que
expande, no toma cuerpo. "La ge- jugamos con la vida y nos mante- to: iberoamericanismo, paisajismo lleva a conciencia reflexiva esta
neración a que yo pertenezco ha nemos en una suerte de constante y tropicalismo, con su correlati- tendencia mexicana. Ramos expli-
visto renacer el anhelo iberoameri- actitud de apuesta." El abandonar- va aversión al altiplano, se mani- ca que el mexicano vivió una épo-
cano", nos dice V asconcelos en su se ilimitadamente al azar cree Vas- fiesta Vasconcelos ajeno al espíritu ca de profunda depresión. Después
ensayo de Indología (pág. 25). La concelos que resulta de una im- mexicano. Quien pretende ubicar- de la Revolución el mexicano no se.
ruptura con el positivismo signifi- potencia para dominar por la téc- lo entre nosotros no puede menos sentía seguro. Había realizado un
ca la reconquista de un campo geo- nica a la naturaleza. "La suerte da que reconocer que tal tarea carece vasto movimiento social y moral
gráfico más amplio que el de una y quita al capricho, pero este capri- de sentido. En cambio los que le cuyo significado no se veía por en-
nacionalidad iberoamericana, el de cho de la naturaleza no es una fa- han visto en Sudamérica 10 encuen- tonces con claridad y en esa am-
una totalidad metafísica a la cual talidad permanente, sino una sim- tran en cuadro hecho a su medida. bigüedad de si 10 hecho era bueno
está coordinada una raza ibero- ple consecuencia de la pobreza de El sentido del paisaje es desde luego o malo no podía menos que defor-
americana como condición de su nuestros métodos de aprovecha- la nota dominante. Como ha dicho marse el carácter del mexicano..
realización: "La raza iberoameri- miento" (pág. 53). En definitiva, muy atinadamente Laín Entralgo, Surgió así toda una serie de tretas y
cana recobra la conciencia de su el logos del azar es un lagos pro- Hispanoamérica es fundamental- de mañas mediante las cuales el me-
unidad y camina hacia la fusión visional que espera la intervención mente geología. Con esto se quiere xicano intentó darse una seguridad
espiritual y hacia la confederación de la razón técnica para desvane- decir que la tierra desnuda forma rotunda. No era aún el momento
polí tica" (pág. 26). cerse. y el lagos iberoamericano, todavía gran parte del paisaje de de despejar sin equívocos el sentido
La realidad de Iberoamérica co- el espíritu que expresará la raza Sudamérica. Propiamente no se de la Revolución Mexicana, todo
mo continente sólo es sentida por iberoamericana, no puede ser otro puede hablar del paisaje, ya que lo estaba en marcha, y por tanto, a.
el viajero. Es el viaje la única ma- sino la conquista técnica de ese que el hombre ha transformado medio definir, pero se quería ya te-
nera de despliegue y de descubri- paisaje, "una naturaleza de la que con su esfuerzo es mínimo en com- ner un juicio seguro y favorable y
miento de esa entidad. Es claro que sólo seremos dignos el día en que paración con lo que resta de virgen como las cosas no permitían tal ro-
nos podemos apropiar imaginaria- nuestra mecánica y nuestra téc- y selvático. Sudamérica es un vasto tundidad se tuvo que arbitrar una
mente de Iberoamérica por medio nica se hayan hecho capaces de uti- continente en que los datos geográ- innumerable copia de groseras esti-
de lecturas, pero con ello se falla lizarla" (pág. 20). Lo que con- ficos ,son lo predominante y lo hu- maciones para decidir de una vez.
a la esencial manera de patentiza- viene retener del pensamiento de mano es adjetivo, demasiado adje- por todas que lo realizado era bue-
ción de esta realidad y en cierto Vascancelas es la conciencia de que tivo. La visión estética de Vascon- no y excelente.
modo se le vuelve la espalda. N o el altiplano será salvado por el tró- celos es la verdadera dimensión de Lo que perturbaba este juicio y
hay otro camino de apropiación pico y no a la inversa. N o entiende su filosofía. La transformación hacía vacilar las convicciones so-
del espíritu iberoamericano que que el avance hacia el dominio del técnica sería el ideal que bien a bre el mexicano era la opinión que
recorriendo sus caminos, conocien- trópico, que contrapone al altipla- bien no se compadece con estas en el extranjero se tenía de este.
do sus ciudades, transportándose mexicano que se adjudicaba aira-
no, surgirá de esos montañeses efusiones líricas. Vasconcelos es
físicamente por sus regiones. "Ca- damente la superioridad. Dentro.
da habitante del planeta, por lo de nuestras fronteras podíamos en-
menos dentro de ciertos límites de gañarnos sobre nuestras excelen-
edad, debiera disfrutar del dere-
cho natural de transportarse gra- Suscríbase usted a la rpvista cias, mecerse en la ilusión de que
todo se había conseguido sin un
tuitamente o a muy poco costo de pero que oponer, mas los que via-
un extremo a otro del mundo"
(pág. 29). En una filosofía como
Universidad de México jaban se topaban con la ingrata
realidad de un juicio adverso y te-
la que propugna Vasconcelos nada
es más lógico que la exigencia de
Letras • Ciencia • Sociología nían que hacer frente sin subter-
fugios a críticas duras y malévolas.
este derecho "natural" al viaje Por eso suele repetir Ramos que al
ACTUALIDAD UNIVERSITARIA Y ARTISTICA
Estamos ya muy lejos de la concep- mexicano sólo se le puede juzgar
ción de Antonio Caso. No se trata a distancia, que era necesario ale-
sólo de conquistar el derecho de un jarse del país y habitar en el ex-
acceso al mundo del espíritu. Este
derecho no basta, es irreal y abs-
La suscripción anual cuesta $ 5.00 tranjero para caer en la cuenta de
que no todo lo hecho era irrepro-
tracto, es una refutación de pala- chable. El llamado complejo de in-

22 * UNIVERSIDAD DE MEXICO
ferioridad brotaba precisamente en do de esta valiosa dimensión de su la filosofía se haya hecho mexicana versal a tenor de las exigencias más
estos viajeros que se las tenían. que pensamiento hay otra que ha con- no por ello ha renunciado a la uni- tradicionales del saber científico.
ver con otros hombres y ,responder cretado en la postulación de una versalidad; a esa universalidad a De especial importancia es la obra
a los que nos increpaban. filosofía americana. Zea se une en que nos abrió Antonio Caso, sino realizada por García Máynez con
Pasaron los años y el mexicano este punto con Vasconcelos. Filo- que tiene que avanzar hacia ella, la fundación del Centro de Estu-
que puso su convicción en la obra sofa, por lo menos en los inicios pero pasando por la circunstan- dios Filosóficos y de la revista Fi-
revolucionaria vió coronada esa de su carrera, con los OjOiS puestos cialidad de ese ser peculiar que es losofía y Letras. Estos son los ór-
confianza con el éxito. Después de y los pies en viaje por toda Sud- el del mexicano. ganos cordiales de la elaboración
momentos de incertidumbre y américa y quiere una filosofía que En este despertar académico de filosófica hoy en día.
de zozobra está consolidada la exprese esa peculiaridad continen- 1; filosofía a que hoy asistimos jue- Hemos visto así que en medio
obra revolucionaria y hoy podemos tal. Pero ¿en qué reside esta pecu- gan un importante papel tres filó- siglo la filosofía inicia un periplo
sin enmascaramiento declarar que liaridad? Zea no lo ha dicho nun- sofos mexicanos discípulos de An- que termina en la propia casa. Pe-
lo que hicimos era bueno. Lo que ca. Sus últimas reflexiones han re- tonio Caso: Francisco Larroyo, ro a partir de aquí tiene puestos
hoy urge es constituir nuestra al- ducido el campo de su atención y Oswaldo Robles y Eduardo Gar- los ojos en América y en el mundo,
ma a la altura de esta nueva rea- empezado a roturar junto con el cía Máynez. En los tres se da la aunque de una manera concreta
lidad ya lograda y por tanto des- Hiperión el problema de la defini- idea de la filosofía como "ciencia no sabe todavía decir cómo ascen-
terrar del carácter todo aquello ción del ser del mexicano. Lo que rigurosa" y los tres han enseñado derá hacia ellos, y apenas conozca
que como 'resabio de los años in- Zea aporta de privado en este cam- a despreciar las improvisaciones. cómo es que vino a centrarse la
ciertos pudiera entorpecer nuestra po es la idea de que a pesar de que Configuran el pensamiento uni- atención eu el propio lugar.
acción. Es ésta precisamente la
obra que han 'de cumplir nuestros
pensadores. De ahí que diga Ra-
mos que se impone una catarsis del
mexicano, es decir, una limpia del La clave del .. .
alma, que dé confianza y ponga e)("o e$ •••
e~ la vía de afirmar cada día con
mayor rotundidad nuestros pro-
pios valores.
Hemos así llegado a'ese momen- --- --- ---
---
---- ---
to en que la meditación s6bre lo
mexicano adquiere el sentido de la
tarea, filosófica por excelencia. De
lo que se trata es de adquirir una
definición de, nuestro carácter o
de nuesJro ser, como quiera decir-
se. No sería aquí el lugar de ha-
blar de los resultados a que ha con- --- ---·~IO
~
ducido esta meditación, aunque sí
de subrayar que lo esencial de esa
meditación es su dimensión filosó-
fica, y por tanto la necesidad en
que se halla de responder a las exi-
gencias que la filosofía impone a
un trabajo de esta índole.
José Gaos' es ,entre nuestros
maestros el que más ha hecho por
rigorizar a la filosofía. Rigor no
sólo quiere decir exactitud y probi-
dad de investigación sino ante todo
conciencia problemática. El refle-
xionar sobre la inflexible circuns-
tancialidad de nuestro pensamien-
to es tarea de G<'l.os. Por eso ha de-
dicado lo mejor de sus esfuerzos a
formar una serie de investigado-
res que en el campo histórico, en
la historia, tomen conciencia del En las construcciones modernas, el la¡atl! El lUptlf: cemento comunica al concreto una
rapidez de endurecimiento que, unida a su ALTA
condicionamiento que impone la cemento es un poderoso aliado para obtener una
RESISTENCIA no sólo a edades tempranas sino
circunstancia mexicana, única ca- alta resistencia en un breve plazo, también a edades mayores, permite ejecut~r obras
paz de explicar las peculiaridades En los edificios, por ejemplo, las losas de de gran soli,dez y duración. La mayor PLASTICI-
con que entre nosotros se da la fi- DAD del lU¡atlt 'cemento permite, asimismo, me·
concreto se pueden descimbrar A LOS TRES
lores acabados que cuando se emplean cementos
losofía. Pero junto con ello Gaos DIAS, acelerando así la terminación de la obra a ordinario,s.
es el pensador que más sentido tie- un ritmo mucho más veloz que cuando se emplean
ne de las exigencias de una filoso- cementos de ~ipo común. Esto mismo sucede en y no obstante que el lU¡atl! cemento se
vende a un precio más elevado/ su ECONOMIA
fía académica.. Contra todas las in- fábricas, pistas para aviones, cruceros y avenidas es manifiestjl cuando el tiempo apremia, pues
terpretaciones precipitadas y efu- de tránsito intenso, que se pueden construír o evita demoras para poner en servicio una obra
sivas, contra toda falta de probi- reparar fácilmente en un tiempo mínimo, si se cualquiera y significa menos dinero en erogaciones
por cimbras, mano de obra, vigilancia y equipo.
dad en el manejo de las ideas, le- emplea Ja¡an ~ement~.
vántase la austera responsabilidad
de ir a los textos de los filósofos, Cuando usted necesite un Ju¡atlt cemento, especifique:
de conocerlos pormenorizadamen-
te. ,
, Leop~ldo Zea' h~ seguido por el
primero ,de los, cani.inosseñalados
por Gaos. Sus libr'os de historia de
las ideas son ya clásicos. Pero al la- Pidanos usted ,al Apdo, 30470, San, Pedro. de los Pinos, O F.,n'uestró lolleto sobre '"f-''' cemento

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