Y LA FORMACIÓN DE LA HUMANIDAD Entre todas las hipótesis sobre el origen de la Tie- Los primeros microorganismos registrados se re- rra, la más aceptada se basa en la teoría geológica del montan a unos 3.400 millones de años y se encontra- uniformitarismo o actualismo —el presente encierra la ron en los yacimientos de Fig Tree y Onverwatcht, en clave del pasado—, propuesta por James Hutton a África del Sur. La primera cuestión que se plantea es fines del siglo XVIII. En la actualidad, se ha generado saber en qué condiciones aparecieron estas bacterias un uniformitarismo modificado que extrapola al origen anaerobias. Se admite generalmente que la primera de la Tierra los conceptos e hipótesis de la tectónica atmósfera de la Tierra no tenía oxígeno y que estaba global moderna contrastados con la historia más re- compuesta de hidrógeno, metano, amoníaco y vapor ciente del planeta. De este modo se explican los oríge- de agua. Miller y Urey demostraron que estos elemen- nes de la Tierra y la formación de los continentes, los tos básicos, en unas condiciones energéticas deter- océanos, las montañas, los volcanes y las rocas. minadas —por ejemplo, una descarga eléctrica—, po- Se cree que el sistema solar, con sus planetas, dían sintetizar moléculas sencillas constitutivas de la meteoritos y otros elementos, se formó más o menos materia viva, tales como los aminoácidos. El oxígeno simultáneamente, hace unos 4600 millones de años, liberado como subproducto de la fotosíntesis se acu- cuando una enorme nube de polvo y gases se contrajo muló en la atmósfera y algunos organismos se adap- y se condensó. La Tierra, cuya forma sería similar a la taron a este cambio ambiental. Esto permitió la apari- actual, se hizo enseguida más densa y tanto la adición ción de células con núcleo rodeado de membrana, ca- de partículas desde el exterior, debido a la gravitación, paces de reproducirse sexualmente, y cuyo desarrollo como el desprendimiento de energía causado por la aceleró la marcha del cambio evolutivo. desintegración de los isótopos radiactivos proporcio- Hacia los 600 millones de años aparecen y se naron suficiente calor para provocar su fusión y una diversifican formas pluricelulares más complejas, y a diferenciación química. Esta última generó un núcleo partir de este momento la historia de la vida se recons- fluido, formado básicamente de hierro, y un manto só- truye gracias al estudio de los fósiles que se conser- lido, que envolvía al núcleo, constituido principalmen- van en los diferentes estratos geológicos. Cada estra- te por silicatos y óxidos de todos los elementos. Dado to o capa contiene restos fósiles de fauna y flora que que no se han hallado rocas terrestres de una antigüe- presentan variaciones morfológicas a través del tiem- dad de 4600 millones de años, las pruebas que po y nos indican los cambios que se produjeron en la permiten fechar los inicios de la formación de la Tierra Tierra y en los seres vivos. Así, la información geo- proceden de otros elementos del sistema solar, como lógica, combinada con la paleontológica, permite dife- los meteoritos y la luna. renciar las eras geológicas y sus correspondientes Los denominados gneises de Amîtsoq (en groen- subdivisiones. landés, estéril), hallados cerca de Godthaa, en Groen- La antigüedad de las diferentes capas geológicas y landia, son, por el momento, las rocas más antiguas los fósiles que contienen se calcula a partir de la de la Tierra. Se trata de rocas ígneas metamórficas desintegración de ciertos metales radiactivos que se muy deformadas, cuyas dataciones mediante los mé- convierten, finalmente, en elementos estables e todos radiactivos de rubidio/estroncio y uranio/plomo inertes.1 Este tipo de análisis se ha efectuado en rocas permiten establecer que cristalizaron hace 3750 millo- de diferentes lugares del mundo que tienen isótopos nes de años. radiactivos y, gracias a ello, se han podido fechar las Desde la formación de la Tierra hasta su configura- cinco eras hoy documentadas y sus respectivos ción actual tuvo lugar una serie de procesos, tales co- períodos. (Ver Cuadro) mo la formación de la corteza terrestre (hace más de 3.800 millones de años), la deriva de los continentes (2.000 millones de años), la extensión del fondo oceánico, y la formación de un único continente 1 "El pez era de piedra y no le faltaba nada: ni ojos, ni raspa, ni co- denomina-do Pangea (2.700 millones de años), lor, ni ninguna otra cosa; como si estuviera vivo." Así describe el Se- antecesor de los continentes actuales. ñor de Joinville, en 1270, un pez fósil que le fue mostrado a Luis IX Hubieron de pasar cerca de mil millones de años de Francia, el rey santo, en el Líbano. Los fósiles, conocidos por el hasta la aparición de organismos unicelulares, seme- hombre desde los tiempos más remotos, son, simplemente, unos or- ganismos muertos petrificados. La fosilización, llamada también fre- jantes a bacterias, a partir de moléculas orgánicas ge- cuentemente petrificación, puede ser definida como el conjunto de neradas no biológicamente, y otros dos mil millones de fenómenos biofísico-químicos que actúan sobre los organismos años hasta la formación de células provistas de núcleo muertos transformándolos —desaparición de la materia orgánica, y de organismos pluricelulares. que es sustituida por compuestos minerales—, pero conservando, no obstante, su apariencia. 2 3 El Cuaternario dos presentan una antigüedad que oscila entre 6.500.000 (el diente de Lukeino, Kenya), 5.500.000 El Cuaternario es la era geológica más reciente dé (fragmento de mandíbula de Lothagam, Kenya), nuestro planeta. A principios del siglo XIX, quedó de- 4.000.000 (fragmento de húmero de Kanapoi, Kenya) finido desde el punto de vista geológico y desde la y 3.500.000 de años (grupo Australopithecus afarensis perspectiva antropológica como la etapa en la que se de Hadar, Etiopía). El debate en este caso no resulta originan los depósitos recientes y en la que se forma y tan problemático, porque existe un acuerdo desarrolla la Humanidad. generalizado en considerar como inicio de la El Cuaternario fue dividido en dos períodos, el filogénesis homínida al grupo afarensis. En cuanto al Pleistoceno (época de las glaciaciones) y el Holoceno resto de los fósiles, se clasifican provisionalmente (período postglacial), y ha llegado a constituir una dis- como prelustralo-pitécidos.2 ciplina científica específica, que tiene por objeto re- Los criterios paleontológicos intentan defender que construir el poblamiento vegetal y animal de las forma- ciertas asociaciones faunísticas o la aparición de algu- ciones geológicas recientes de la Tierra. Para su nas especies tienen lugar en fechas determinadas. investigación resulta necesario acudir a múltiples cien- Así, los primeros elefantes (Elephas africanus) se cias auxiliares, tales como la sedimentología, la ocea- registran en África hace 4.250.000 años; los arvícolas nografía, la vulcanología, la climatología, la paleoeco- (Mimomys stehlini), género de roedores parecidos a logía, la antropología física, la arqueología, la física las ratas, se instalan en Europa hace 4.050.000 años; nuclear, la química, etcétera. en Europa, la aparición de los géneros Equus y Boos El principal problema del Cuaternario es la delimi- se remonta a 3.300.000 años, y los primeros elefantes tación de su cronología inicial, ya que, si seguimos es- (Elephas planifrons y Elephas meridionalis) se fechan trictamente la geología, no existe un acuerdo entre los en dos millones de años. Un último criterio paleontoló- diferentes investigadores y las dataciones han varia- gico se apoya en el cambio que sufre la fauna marina do desde los 300.000 (Emiliani) hasta los tres millo- mediterránea hace 1.800.000 años. El criterio arqueo- nes de años (Kooper). Si dejamos de lado los criterios lógico considera, por su parte, la aparición de geológicos y empleamos criterios de otro tipo —antro- herramientas como elemento básico para definir la era pológicos, arqueológicos o paleontológicos— para cuaternaria. Los primeros útiles (pequeños guijarros evaluar cronológicamente los comienzos del Cuater- tallados de cuarzo) proceden del valle del río Omo nario, la cuestión se complica todavía más. Analizare- (Etio-pía), y se fechan en 2.900.000 años de mos por separado las diferentes disciplinas que fijan el antigüedad. límite pliopleistocénico a partir de sus propios indicadores. Sólo así se podrá comprobar que la Los cambios climáticos del Cuaternario controver-sia no se produce únicamente entre las Durante el Pleistoceno se interrumpe un período diferentes dis-ciplinas, sino también en el seno de las climático más suave y homogéneo que el actual, y se mismas. producen una serie de cambios climáticos alternativos Si nos dejamos guiar por los criterios tradicionales (etapas muy frías separadas por períodos más cáli- propuestos por la geología, el Cuaternario —concreta- dos). mente, el Pleistoceno— se define por la presencia de Las etapas frías corresponden a las fases glaciares las glaciaciones. La datación de las primeras glacia- (incremento de la masa de hielo de la corteza terres- ciones en Europa (Günz en los Alpes, Elster antiguo tre), y las intermedias, menos frías, son reconocidas en el norte de Alemania, Narev en Rusia) y en América como períodos interglaciares. Incluso las mismas fa- (Nebraska) se fijó en un millón de años, ses glaciares presentan ciertas oscilaciones climáticas aproximadamente. Sin embargo, cabe destacar que debidas a la mayor o menor extensión de la masa de en los Alpes se conocen glaciaciones más antiguas hielo (estadios e interestadios). (Biber y Donau), cuyo origen se remonta a los tres Los primeros estudios sobre las glaciaciones fue- millones de años, y en cuanto a América, la primera ron realizados por Penck y Brüchner entre 1.905 y acometida glaciar de Sierra Nevada está datada en 1.909. Registraron cuatro glaciaciones sucesivas en 3.200.000 años, y existen glaciaciones en Alaska los Alpes, que recibieron nombres de afluentes del Da- (montes Wrangell) fechadas en 3.600.000 y 2.700.000 nubio (Günz, Mindel, Riss y Würm), separadas entre sí de años. Una última dificultad para definir el por períodos interglaciares. Posteriormente, se detec- Cuaternario a partir de las glaciaciones es que éstas taron procesos similares en el resto del globo. La han tenido lugar también en eras geológicas secuencia glaciar quedó fijada por las glaciaciones de anteriores, atestiguadas de manera fiable en los períodos Plioceno (8.400.000 de años) y Eoceno 2 Entre los restos fósiles más antiguos que nos ilustran sobre el pro- (entre 60 y 40 millones de años), ambos de la era ceso evolutivo humano se encuentran la mandíbula de Lothagam terciaria. Hill, el fragmento de húmero de Kanapoi y el molar de Lukeino, cuya Si seguimos criterios antropológicos, el problema antigüedad puede situarse entre 6500000 y 4000000 a.n.e. Los res- consiste en establecer el origen del Cuaternario me- tos, atribuidos a preaustrolopitécidos, han sido hallados en Kenya, a orillas del lago Turkana. Este lago, cercano a la actual frontera con diante la datación del primer resto de la filogénesis hu- Etiopia, fue bautizado en 1888 con el nombre de Rodolfo, en honor mana. Los primeros fósiles clasificados como homíni- del archiduque austríaco, hijo y heredero del emperador Francisco José, por un explorador europeo, el conde Samuel Teleki. 4 Elster antiguo, Elster, Saale y Vístula, y por los Desde que Darwin publicara en 1859 El origen de períodos interglaciares Harreskov, Holstein y Eem, en las especies, y en 1871 El origen del hombre, el ser el norte de Alemania; en Rusia, por las glaciaciones de humano dejó de considerarse un organismo singular y Narev, Oka, Moscú y Dniepper —según las zonas— y pasó a constituir una especie más, regida por los prin- Waldaï; y en Norteamérica, por las glaciaciones de cipios generales de la evolución: el principio de la irre- Nebraska, Kansas, Illinois y Wisconsin y los períodos versibilidad —cuando una unidad biológica evolucio- interglaciares de Afton, Yarmouth y Sangamon. na no puede volver a ser como era y atravesar por las También se constataron glaciaciones más antiguas en mismas etapas—, y el principio de la no especializa- los Alpes (Biber y Donau) y América (montes Wrangell ción —el éxito evolutivo es contrario a la especializa- y Sierra Nevada). ción—. Atrás quedaban los mitos y las leyendas que Los glaciares pueden detectarse gracias a eviden- intentaban ordenar el mundo desde una perspectiva cias geológicas de diverso tipo, tales como la presen- metafísico-religiosa que encorsetaba la concepción del cia del valle en forma de U, cantos erráticos, morre- hombre mediante una especulación alienante. nas, terrazas marinas y fluviales, etc., es decir, por las Hasta el siglo XVIII, la Tierra y la Humanidad se huellas que dejaron y las consecuencias geomorfoló- habían considerado inmutables, y las distintas formas gicas que provocaron. Sin embargo, las causas de las de poder fueron silenciando oportunamente los prime- glaciaciones siguen constituyendo un tema polémico y ros pensamientos científicos al respecto. Frascotoro, de notable interés, ya que afecta a la distribución de la en 1.517, insistía en que los fósiles eran formas vivas vida, tanto pasada como futura, de nuestro planeta. Se del pasado. Owen, en 1.570, afirmaba que la Tierra arguyen distintas hipótesis explicativas, desde consi- estaba compuesta de distintas capas diferenciadas su- derar los movimientos orogénicos y la actividad volcá- perpuestas cronológicamente, lo que conllevaba la nica como causas primeras, hasta la variación de la in- idea del cambio de aquélla y de sus formas vivas. tensidad de las radiaciones solares debida a movimi- Isaac de Peyrére atribuyó a hombres primitivos ante- entos planetarios de nuestro sistema. Incluso se ha riores a Adán una serie de piedras talladas, y su libro barajado la posibilidad de que las radiaciones solares fue quemado públicamente en 1.655. Sólo con el estén relacionadas con el movimiento del sistema so- desarrollo de la geología y de la paleontología se lar. consiguió desarticular las antiguas creencias. Desde la Todas estas causas no tienen en consideración que perspectiva científica, los trabajos geológicos y pa- todavía está por demostrar de una manera con- leontológicos de Buffon (1.707 – 1.788) y de Cuvier cluyente el sincronismo de todas las glaciaciones del (1.779 – 1.832), entre otros, sirvieron para confirmar globo, ni tampoco explica de manera convincente el las transformaciones de la Tierra y para demostrar que comportamiento diferencial del hemisferio sur, donde las diferencias existentes entre los animales fósiles y no se produjeron fenómenos de glaciación y donde, en los vivos aumentaban en razón de la cronología de las cambio, se han detectado etapas de mayor o menor capas que los contenían. intensidad pluvial. Tampoco se puede afirmar, por el Lyell fue el precursor de la nueva geología, al su- momento, que cada etapa glaciar del norte sea sin- perar los principios catastrofistas y diluvianos prece- crónica con una etapa pluvial del hemisferio sur. En dentes, según los cuales la evolución de la Tierra ha- África oriental, donde se ha podido establecer la bría pasado por varias catástrofes geológicas, entre secuencia pluvial más fiable, se han registrado, desde ellas el "diluvio universal". Y, en 1.833, Schmerling 2.400.000 hasta 12.000 antes de nuestra era, cinco describía por primera vez huesos humanos asociados períodos pluviales (Kagueriense I y II, Kamasiense I y a útiles de piedra de un pasado remoto. II y Gambliense). La primera teoría científica de la evolución fue de- Sea como fuere, las glaciaciones siguen condicio- sarrollada por el filósofo y naturalista francés Lamarck nando directamente el desarrollo y las posibilidades de (1.744 – 1.829). Para éste, el medio exterior y los há- la vida. En una época muy fría, la extensión de los hie- bitos provocaban modificaciones favorables a los los reduce los espacios habitables, y genera bruscos organismos. "La necesidad crea el órgano y el uso lo cambios de vegetación eliminando gran parte de la fortifica. La falta de uso conduce a la atrofia y cobertura boscosa y provocando migraciones de la desaparición del órgano inútil". De este modo, fauna. Lamarck intentó explicar el paso de los organismos Estos cambios ecológicos conllevan asimismo pro- más simples a los más complejos, y consideró que el cesos de extinción de ciertas especies y potencian la carácter adquirido se conservaba y transmitía, dogma supervivencia de otras. La Humanidad, como cual- que hoy atenta contra los postulados de la genética. quier otra especie, se vio afectada considerablemente Tampoco explicó los mecanismos por los que una por estos cambios. De ahí que resulte fundamental el especie podía evolucionar hacia otra ni los procesos estudio del paleoambiente del Cuaternario para cono- de dicha evolución. Por todo ello, aunque el cer las condiciones ecológicas y los recursos naturales transformismo de Lamarck supera la clásica que los grupos humanos aprovecharon o transforma- concepción creacionista (la Tierra y todas sus formas ron de acuerdo con sus necesidades, exigencias y de vida han permanecido in-mutables desde su posibilidades. creación), no consigue neutralizar la teoría de las La evolución "creaciones especiales", según la cual las diversas 5 especies habrían sido creadas separada-mente, lo Ningún científico rechaza actualmente el concepto que, unido a un "progresionismo" (existe una sucesión de evolución, que sintetiza y explica la derivación de de formas vivientes según series progresivas de unas especies vegetales y animales a otras a través organismos simples a organismos más complejos), de la descendencia. La única controversia científica al conformaba el paradigma biológico de la época.3 respecto concierne al ritmo de este proceso evolutivo. En cambio, el objetivo explícito de Darwin (1.809 – La teoría del "equilibrio filético" de Gould propone que 1.882) fue invalidar definitivamente la teoría de las la especiación tiene lugar de forma brusca después de "creaciones especiales", para lo cual propuso su teoría largas etapas sin cambios y en poblaciones de zonas de la selección natural. La noción de selección natural marginales con escaso nivel reproductivo. La teoría es una forma de designar el conjunto de mecanismos del "gradualismo filético" de Cronin defiende, por el que condicionan y determinan los cambios relativos contrario, que la evolución sigue linajes en un lento necesarios para la supervivencia y la perpetuación de proceso acumulativo. las diversas formas de vida orgánica. Entre los meca- La evolución humana supone un largo proceso de nismos clave destacan la variación y la lucha por la varios millones de años. Durante un tiempo se creyó existencia, que debe ser entendida en un sentido ge- que la bifurcación de la línea humana y la de los gran- neral y metafórico, relacionada principalmente con to- des monos antropoides se había producido hace unos das aquellas situaciones en que los seres vivos han 30 millones de años. Pero los datos ofrecidos por la de hacer frente a las dificultades que amenazan su su- moderna biología molecular permiten establecer, me- pervivencia. Así pues, las características fundamen- diante las diferencias genéticas basadas en el estudio tales del darwinismo son las siguientes: del DNA, que la separación de los orangutanes acon- teció hace 16 millones de años, y que los seres huma- a) el mundo no es estático; nos, gorilas y chimpancés tuvieron un ancestro común b) el proceso de evolución no consiste en saltos dis- hace ocho millones de años y que se diferenció hace continuos o en cambios súbitos, sino que es conti- seis millones de años. El chimpancé y los seres hu- nuo y gradual; manos poseen un DNA idéntico en un 99%. Una vez c) los organismos semejantes están emparentados y definida la filogénesis humana, se produjeron los cam- tienen un origen común; bios biológicos propios de la evolución de las espe- d) el cambio evolutivo es el resultado de la selección cies. Sin embargo, los seres humanos generaron una natural. característica extrasomática que les permitió transmitir Los descubrimientos de Mendel (1822 - 1884) a- experiencias y estrategias. Esto permitió perpetuar a portaron al darwinismo un concepto clave: la muta- través del aprendizaje sistemas específicos de subsis- ción, entendida como una variación espontánea y he- tencia, supervivencia y reflexión, que se suelen deno- reditaria que aparece al azar. La naturaleza de las mu- minar con el término ambiguo de cultura. La cultura y taciones, su frecuencia y el probable efecto que ejer- la biología constituyen dos variables dependientes que cen constituyen el segundo factor importante en la definen al ser humano. El medio ambiente conforma selección natural. una variable independiente que se relaciona con aqué- llas con mayor o menor intensidad, según los meca- A la búsqueda de nuestros ancestros nismos de adquisición de los recursos y el control del medio que hayan posibilitado las variables dependien- tes. Analizaremos la génesis y el desarrollo de los gru- 3 pos humanos en el marco de estas tres variables (bio- Charles Darwin publicó en Londres, en 1859. un libro titulado El logía, medio ambiente y cultura). origen de las especies mediante la selección natural o la preserva- ción de las razas favorecidas en la lucha por la vida. La obra tuvo gran difusión (más de 60.000 ejemplares vendidos en solo siete años), al mismo tiempo que generaba apasionadas discusiones. Las caricaturas de Darwin con cuerpo de simio aparecerán con frecuen- cia en periódicos y revistas de la segunda mitad del siglo pasado, expresión del gran debate entablando entre defensores y detrac- tores de las teorías evolucionistas. Entre los principales defensores de Darwin hay que señalar a Lyell, Huxley, Hooker y Spencer en Gran Bretaña, a Haeckel y Weismann en Alemania, y a Asa Gray en Estados Unidos; al otro lado de la barrera figuran científicos como Owen en Gran Bretaña, Becaumont y Bernard en Francia, Agassiz en Suiza, y Kolliker, Braun y Hertwig en Alemania. En este debate, no limitado a una discusión científica, intervinieron un número con- siderable de eclesiásticos, que veían en las teorías darwinistas un claro atentado a la religión. El obispo Wilbeforce fue uno de ellos. En 1860 sostuvo una famosa discusión en Oxford con Huxley, al que intentó ridiculizar. La respuesta de este último fue contundente: “ Si me fuera preguntado si prefería tener por abuelo a un mono miserable o a un hombre inteligentemente dotado por la naturaleza y de gran importancia e influencia, pero que sólo utilizase estas cua- lidades y esta influencia para introducir el ridículo en una discusión científica seria, entonces, sin dudarlo un momento, me inclinaría El primer escalón: los primates fósiles rotundamente en favor de la preferencia por el mono.” 6 Al ser humano se le clasifica dentro del orden de los primates, caracterizados por ser mamíferos placenta- rios de dentición y esqueleto poco especializados, con cinco dedos en las extremidades que les permiten ma- nipular objetos, con un mayor desarrollo de la visión frente al resto de los sentidos, y una mayor capacidad craneal en comparación con otros mamíferos. Dentro del orden de los primates, los humanos son los parien- tes más próximos de los póngidos o antropomorfos su- periores (orangután, gorila y chimpancé), en especial del chimpancé. Los monos del Viejo Mundo o catirri- nos son parientes más lejanos, seguidos de los del Nuevo Mundo o platirrinos y, finalmente, de los prosi- mios, ancestros de todos ellos. Los más antiguos restos fósiles de primates se do- cumentan en el Paleoceno, en los inicios de la era ter- Cráneo de “Sivapithecus”. ciaria, hace aproximadamente 70 millones de años. Mioceno Superior. Los prosimios, cuyas características recuerdan a las Los primeros driopitécidos están documentados en de los insectívoros, constituyen la rama más arcaica África oriental a comienzos del Mioceno (entre 25 y 20 de los primates. Los simios, en cambio, aparecieron millones de años), cuando el continente africano toda- hace 40 millones de años. Dentro de este orden hay vía no estaba unido a Asia y era una gran isla de clima que distinguir dos subórdenes: los platirrinos o monos cálido y húmedo cubierta de bosques.5 En la actuali- del Nuevo Mundo, caracterizados por tener una nariz dad, los driopitécidos africanos son conocidos por nu- aplastada, con las fosas nasales separadas por un an- merosos restos que representan, al menos, cinco es- cho tabique, y los catirrinos o monos del Viejo Mundo, pecies repartidas en dos subgéneros, el procónsul y el más evolucionados, con fosas nasales dirigidas hacia rangwapiteco. Existe una fuerte tendencia a conside- abajo y tabique estrecho. Dentro del suborden de los rar a estos driopitécidos como los antecesores direc- catirrinos, destacan los ponginos o antropomorfos, cu- tos del gorila y del chimpancé, más por la estructura adrúpedos robustos, de tronco corto y ancho, sin cola, dentaria que por la morfología del cráneo, ya que no con extremidades anteriores más largas que las pos- poseen cresta sagital ni desarrollo de los arcos supra- teriores, caninos desarrollados, diurnos y gregarios, orbitales como en el caso de los gorilas y chimpancés cuya alimentación consiste en frutos, hojas, huevos, machos. Precisar quién fue el antecesor directo del insectos e incluso pequeños mamíferos. Las caracte- gorila y del chimpancé resulta más difícil, aunque los rísticas biológicas de los simios, concretadas en una candidatos más idóneos son el Procónsul Major y el visión estereoscópica que posibilita examinar los ob- Procónsul Africanus, respectivamente, y se fija la edad jetos agarrándolos y no oliéndolos, y en el desarrollo de su separación en unos 20 millones de años (lo que del control de cada dedo, les permitieron una observa- pone en cuestión la hipótesis del reloj genético). De ción del mundo más "inteligente", al reunir en la me- todos modos, el problema principal radica en que no moria imágenes perfectas y así poder registrar mejor se conoce ningún resto fósil de protogorila ni de pro- las experiencias acumuladas. Ello supuso una expan- tochimpancé, hecho que puede explicarse por la aci- sión de los simios en detrimento de los prosimios. Ha- ce 30 millones de años, los simios ocupaban todo el poidea de aspecto humano". El nuevo género Ramapithecus fue si- globo y, sin embargo, en la actualidad, se han visto re- tuado por este autor, en su tesis doctoral (1937), en la familia de los ducidos a las zonas tropicales. Homnidae. Posteriormente han sido hallados restos de Ramapithe- Los restos fósiles más antiguos de ponginos o an- cus en otras partes del globo —en la actualidad las mandíbulas des- critas sobrepasan las dos decenas—, que reafirman su posición en tropomorfos se descubrieron en Egipto, en el sudoes- la línea que conduce a la especie humana. El Sivapithecus, antro- te de El Cairo, y se remontan a 36 millones de años. poide del Mioceno superior, es de gran tamaño y se. conoce gracias En un biotopo boscoso vivieron sucesivamente los oli- a los restos de piezas dentarias y de mandíbula hallados hacia 1900 gopitecos, los propliopitecos y los aegyptopitecos, que al pie del Himalaya. 5 representan tres estadios evolutivos sucesivos de una En 1948, Mary Leakey halló un cráneo fósil perfectamente conser- vado en la isla de Rusinga del lago Victoria; tres años después, un línea que conduce al grupo ancestral de los simios an- colaborador del matrimonio Leakey, Tom Whitworth, encontró en el tropomorfos actuales, los driopitécidos4. mismo lugar restos óseos; parte de otro cráneo y de un pie, una ma- no, y otros huesos de las extremidades. Se trataba de restos de una 4 Hace unos quince millones de años, los Dryopithecus dejaron paso de las especies de driopitécidos africanos, el Procónsul Africanus. a otros tres géneros: el Sivapithecus, el Gigantopithecus, y el Rama- G.H.R von Koenigswald lo describe de la siguiente forma: "La talla pithecus, que se diferencia de los dos anteriores por su macizo oscila entre la de un pequeño chimpancé y la de un gorila. El crá- frontal de pequeño tamaño. Se considera que el Ramapithecus per- neo, sin repliegue orbital y con circunvalaciones cerebrales que re- tenece al linaje de los homínidos. cuerdan las de los monos inferiores. Dentadura muy complicada, Los primeros restos de Ramapithecus, es decir antropoide de Rama molares superiores rodeados casi por completo por un repliegue —el héroe del poema épico indio—, fueron hallados por G. Edward basal," El Procónsul Africanus, que vivió en el Mioceno, ha podido Lewis en las colinas de Siwalik, en ¡a India, a principios de la cuarta ser conocido con mayor precisión tras el descubrimiento de más década de este siglo. Lewis, un joven posgraduado de la Universi- restos, en colecciones de museos y laboratorios, por Alan C. Walker dad de Yale, halló una serie de fósiles que definió como "antro- y Martin pickford. 7 dez del suelo de los bosques ecuatoriales, que no per- de zonas de bosque poco tupidas y sabanas arbóreas, mite la conservación de los fósiles. Algunos autores cuyos recursos (productos pequeños y duros) obligan han sugerido que los driopitécidos fueron también el a masticar los alimentos triturándolos mediante un mo- ancestro de los humanos; sin embargo, esta hipótesis vimiento de balancín. No sabemos si el ramapiteco an- plantea la dificultad de su morfología dentaria, ya que daba a cuatro patas o era ya bípedo, puesto que care- los caninos tienen un desarrollo excesivo. Los driopi- cemos de evidencias fósiles que confirmen una u otra técidos tuvieron una distribución exclusivamente afri- posibilidad, pero seguramente debió de desplazarse cana durante el Mioceno inferior, pero durante el Mio- más por tierra que sus antecesores. ceno medio, cuando África quedó unida a Asia, pudie- Son muy pocos los restos fósiles entre ocho y ron emigrar y extenderse por amplios territorios del cuatro millones de años de antigüedad que permitan Viejo Mundo gracias al aumento de la temperatura y a ilustrar el proceso evolutivo humano. A excepción de la expansión de la cobertura boscosa. A los driopité- algunos restos óseos atribuidos a preaustralopitécidos cidos europeos se les denomina Driopthecus, y a los procedentes de Kenya —el molar de Lukeino, la man- asiáticos, Sivapithecus. díbula de Lothagam y el fragmento de húmero de Ka- Durante el Mioceno superior, hace unos 15 napoi—, habrá que esperar al período comprendido millones de años, está atestiguado el grupo entre cuatro y tres millones de años para contar con Ramapithecus, género de los driopitécidos, una serie de fósiles descubiertos en África oriental que descubierto en la India por G. Lewis en 1.934. han sido decisivos para el estudio de la evolución hu- Actualmente existen fragmentos de mandíbulas y mana. dientes aislados de ramapiteco en todo el Viejo Mundo, con una antigüedad comprendida en-tre 15 millones (África) y 8 millones de años (Europa y Asia). HISTORIA UNIVERSAL PLANETA El ramapiteco presenta algunas características JOSEPH FONTANAN evolutivas innovadoras respecto de los driopitécidos y que anuncian con claridad la línea homínida. Se trata ORIGENES DEL HOMBRE Y LA básicamente de un cambio en la estructura facial. La CIVILIZACION cara y los dientes anteriores se reducen, y ello se TOMO 1 compensa con una marcada acentuación maxilar pos- BARCELONA terior, con molares adaptados a fuertes movimientos EDITORIAL PLANETA transversales. Estas transformaciones se relacionan con un cambio dietético, provocado por la ocupación 1.991