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una de las industrias más productivas y por tanto la forma de fabricación de ladrillos se ha hecho
más práctica hoy en día. Siendo la arcilla su material básico, la cual está conformada por sílice,
agua, alúmina, óxido de hierro y magnesio, así como de calcio y otros materiales alcalinos. A
medida que pasa el tiempo estos también han ido cambiando de color, solo depende de los
componentes y las diferentes temperaturas en que seque.
Cuando esta es polvo con las debidas dimensiones se le aplica agua para que pueda ser moldeada.
Luego, es transportada por distintas cintas hasta que llega a una maquina en la cual se le aplica
vapor para que esta tenga un 18% de humedad, con el fin de tener un correcto amasado, luego
este pasa a una cámara de vacío, una aspiradora industrial herméticamente sellada, en donde se
extrae las partículas de aire con el fin de que no haya poros en los ladrillos para que así sean más
resistentes.
Posteriormente se debe pasar la arcila por un molde rectangular del cual sale un ladrillo gigante.
Seguido de eso este se corta con una máquina que lleva unos alambres o cuerdas de piano y
además unos discos biselado para realizar un mejor corte, cabe aclarar que los ladrillos en este
proceso se hallan blandos y húmedos asi que se deben secar.
Se pasan por una máquina de secado donde se incrementa la temperatura poco a poco dado que
pueden rasgarse los ladrillos en caso de que se suba de inmediato la temperatura.
Por último, se llevan a un horno donde la temperatura varía entre 900 y 1000º C para que estos
queden con muy poca porosidad y mucha resistencia. El color de los ladrillos depende de la
temperatura a la que sean sometidos.