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1.- Arroz
De acuerdo con Juan Francisco Moulin –especialista en arroz del INTA Corrientes– “la
inundación bien controlada crea las condiciones ideales para el desarrollo y buen
rendimiento del arroz, al tiempo que aumenta la eficiencia de los insumos aplicados”. Por
eso, se recomienda empezar con el riego lo más temprano posible, cuando el arroz tiene
4 a 5 hojas –entre 14 y 17 días después de nacido–.
Además, destacó que las láminas de agua aplicadas deben ser permanentes y con una
profundidad de entre 5 y 10 centímetros, al menos en las etapas iniciales. “Así, disminuye
el consumo total en el campo y se eficientiza el uso de este recurso tan valioso”, explicó
Moulin.
Para poder iniciar el riego justo en el momento en el que la planta lo necesita y que la
inundación sea completa, el técnico recomendó tener bien nivelado el suelo –tapar pozos
y corregir la pendiente del terreno mediante un correcto trazado de taipas– y los canales,
conductores, desagües y bombeos en óptimas condiciones de uso.
En referencia a las taipas, Moulin explicó que estos bordos de tierra cumplen la función de
dividir los cuadros o lotes en espacios de desnivel controlado, lo que permite mojar y
mantener con una lamina de agua la totalidad del lote. Para que esto resulte, entre una y
otra debe haber un desnivel que no supere los 2 centímetros en campos planos y hasta
15 centímetros en aquellos con mucha pendiente.
Como regla general, se recomienda regar primero las partes más altas de los cuadros, y
una vez que éstas se completaron con agua, continuar por desnivel a las otras zonas.
“Para asegurar la eficiencia del sistema de canales y conductores resulta fundamental
mantenerlos en buenas condiciones, libres de sedimentos, malezas y filtraciones”, indicó
Moulin.
“La inundación provoca cambios en el suelo que hacen sus nutrientes se vuelvan
disponibles para que las plantas lo puedan absorber y, además, potencia el efecto de los
fertilizantes”, explicó el especialista.
Cuando ya se aplicaron los herbicidas y la urea en un lote, no debe tardarse más de cinco
días en completarlo con agua ya que, si se demora más de 7 días se pierde más del 70%
de la urea aplicada.
Asimismo, Moulin sentenció: “El agua es el mejor herbicida que hay” ya que, si bien las
malezas que afectan las arroceras tienen la misma capacidad para vivir en suelos
inundados, éstas no nacen abajo del agua. De allí la importancia de inundar a los dos días
de aplicado el herbicida.
2.- Maíz
El cultivo de maíz en nuestras latitudes, necesita el aporte de agua a través del riego en el
80% de la superficie cultivada en territorio español, tan solo en la cornisa Cantábrica,
Galicia y alguna pequeña zona de Gerona (gracias a su alta y continua pluviometría) es
viable en condiciones de secano. El maíz es una planta relativamente eficiente con
respecto al uso del agua para producción de materia seca. Se necesitan unos 350 litros
de agua para producir 1 kg de materia seca. Sirva como referencia cultivos que se dan en
la zona como la remolacha que se sitúa en torno a 200-300 litros por kilo de materia seca
producida. Esto hace que las necesidades de riego medias teóricas totales se sitúen en
torno a 5500 – 8000 m3/ha dependiendo de zonas, climatología y tipo de riego, durante
una campaña. Esta necesidades de agua están relacionas con la morfología de la planta
que posee un sistema radicular fasciculado que, dependiendo de la naturaleza del suelo,
puede explorar de forma significativa hasta 90-100 cm, por lo que es necesaria una
recarga del perfil del suelo de forma continua una vez que se comienza el ciclo de riego.
Las recomendaciones de nutrición vegetal de Yara, como las que se presentan en este
sitio web, hace que las plantas aprovechan mejor el agua en manera productiva, dando
crecimiento más fuerte y rendimientos altos que dan más transpiración y menos
desperdicio de agua en el drenaje y evaporación directa.
Uso regular de fertilizantes fomentará el desarrollo radicular, dando así mejor extracción
de agua del suelo.
Una nutrición balanceada producirá una masa foliar fuerte y de producción eficaz, que a
su vez reducirá la evaporación del suelo por crear sombra sobre el surco por más tiempo.
Yara reconoce que esta eficacia mejorada en el aprovechamiento del agua es cada día
más importante por la escasez de aguas. En efecto, con casi 3 mil millones de seres
humanos habitando zonas con insuficiencias de agua, la importancia de poder aprovechar
en la mejor manera posible este recurso limitado, es fundamental para tener una
producción sustentable.
4.- Trigo
La siembra directa incrementa la infiltración del suelo al favorecer los caracteres físicos.
Consecuencia de la acumulación de materia seca en los primeros cm del suelo.
“Si tenemos en cuenta que el agua de lluvia debe infiltrarse en el perfil del suelo y luego
ser absorbida por el sistema radicular para su utilización en el resto de la planta, surge la
importancia de favorecer la mayor acumulación de agua y así tender a mantener una
adecuada disponibilidad hídrica durante el mayor tiempo posible”, señalan en un trabajo
los ingenieros agrónomos Jorge Fraschina, Carlos Bainotti y José Salines del INTA
Marcos Juárez.
El trigo puede alcanzar elevada eficiencia en el uso del agua que está acumulada en el
suelo.
Al elegir las variedades para siembra directa, primero hay que caracterizar cual será el
ambiente de producción.
Si bien en la mayoría de las situaciones se sigue observando buena adaptación de las
variedades que permiten una siembra temprana, en los buenos ambientes de producción
se alcanzan iguales rendimientos con variedades de ciclo intermedio y corto de buen
potencial de rendimiento.
Sin embargo, cuando los ambientes de producción de trigo son mejores por su mayor
disponibilidad hídrica, adecuado nivel de nutrientes, años de siembra directa y rotación de
cultivos, las diferencias entre ciclos desaparecen y prevalece el potencial de rendimiento
de la variedad independientemente de su ciclo.
5.- Soja
La necesidad de agua del cultivo de soja es la cantidad de agua necesaria para cubrir el
consumo originado en la evapotranspiración y el agua retenida por las plantas, esta última
representa aproximadamente el 1% del total de agua evapotranspirada por un cultivo a lo
largo de su ciclo.
6.- Sandia
Las sandías poseen el potencial de desarrollar raíces profundas (1.2 a 1.8 metros), pero
dicha profundidad depende en gran medida de las condiciones del suelo y las prácticas de
cultivo. La restricción en la profundidad de las raíces y el hecho de que las sandías crecen
normalmente en suelos arenosos con baja capacidad de retención de agua, hace
necesario el empleo de la irrigación para obtener rendimientos consistentemente altos en
muchas regiones del mundo, y en particular de México.
La carencia de agua durante el establecimiento del cultivo de sandía retrasa la
maduración y causa lapsos de producción. Además, la sequía en etapas vegetativas
tempranas produce reducción de superficie foliar y rendimiento.
Aspersión de calidad
En la actualidad, muchos campos de cultivo de sandía son irrigados con algún tipo de
aspersión. Estos sistemas incluyen pivote central, avance frontal, cañón viajero, y
sistemas fijos y móviles de tubería de aluminio con aspersores, entre otros. Todos ellos
son muy satisfactorios siempre que se utilicen correctamente. Sin embargo, existen
diferencias significativas en costos iniciales y requerimientos laborales.
Cualquier sistema de aspersión empleado en el cultivo de sandía debe tener la capacidad
de suministrar al menos 25 mm de agua cada cuatro días. Además, el sistema debe
aplicar el agua con la lentitud suficiente para prevenir escorrentía.
Los sistemas de aspersión con alta uniformidad de aplicación (pivote central y avance
frontal) pueden aplicar fertilizante a través del sistema. Esto incrementa la eficiencia en el
uso del fertilizante al hacerlo inmediatamente disponible para la planta, y reduce el
lixiviado.
El riego por goteo también ha ganado popularidad en el cultivo de sandía. Puede utilizarse
con o sin acolchado plástico, y una de sus mayores ventajas es la eficiencia en el uso de
agua, de nuevo, siempre que se utilice correctamente. En segundo lugar, la presencia de
malezas no supone un problema tan acusado, ya que aunque las hileras son irrigadas, las
zonas entre hileras permanecen secas. Algunos estudios indican que este sistema de
riego favorece un rendimiento temprano así como el tamaño del fruto.
Debe tenerse en cuenta que con este sistema sólo deben emplearse formulaciones
solubles en agua y que el sistema deberá enjuagarse completamente después de cada
inyección.
La cinta está disponible en varios grosores de pared, pero cuando ésta es muy fina
(menos de 0.25 mm) es necesario remplazarla cada año. La cinta más gruesa puede
reutilizarse durante varias temporadas, pero debe retirarse del campo con cuidado para
no dañarla.
Los sistemas de riego por goteo pueden adaptarse fácilmente para la inyección de
fertilizantes. Este método permite suministrar nutrientes en el cultivo a medida que se
necesiten y elimina la necesidad de una significativa aplicación de fertilizante temprano en
la temporada, evitando los consiguientes problemas de salinidad excesiva.
Por otra parte, el agua empleada en un sistema de riego por goteo debe filtrarse bien para
retirar partículas sólidas, y someterse a pruebas para detectar minerales que podrían
causar problemas de obstrucción.
• Desde la plantación hasta el desarrollo vegetativo, aplicar 13mm de agua cuando los
15cm de la superficie del suelo estén secos (cada cinco o seis días en tiempo seco)
• Desde el desarrollo hasta la primera floración, aplicar 19mm cada cinco días en
tiempo seco. Si se produce mustiado en las plantas antes del mediodía, incrementar la
frecuencia de riego.
• Desde la primera floración hasta la cosecha, aplicar 25mm cada cuatro días en
tiempo seco. Si el tiempo es extremadamente cálido (más de 35°C), convendría
incrementar la frecuencia a tres días para evitar el estrés hídrico.
7.- Plátano
Este cultivo presenta altos valores de evaporación anual, los cuales llegan a los niveles
desde 1500 mm hasta 1800 mm (1500-1800 m.ha-3) por mes con valores diarios que
oscilan entre 4 y 8 mm por día según las condiciones en que se desarrollan, el clon y el
clima. Las necesidades de agua anualmente en estas plantas varían desde 1200 mm en
las zonas tropicales húmedas hasta 2200 mm en las tropicales secas, aspecto que influye
directamente el método de riego empleado para la realización de dicha actividad. Debido
a que las musáceas tienen un área foliar extensa, consumen cantidades grandes de agua.
Una planta con un área foliar permanente de 14 m2, se estima un consumo diario de 26
litros de agua en días soleados, 17 litros en días seminublados y entre 2,5 - 10 litros en
días completamente nublados. Un cultivo de plátano con 1500 plantas.ha-1 y un índice de
área foliar igual a 2,1, consume en un mes 1170 m3.ha-1 de agua, en ambientes soleados
y 765 m3.ha-1 en condiciones de nubosidad intensa permanente (Cayon, 2004).
Frecuencia de riegos
La frecuencia con que se realizaran los riegos dependerá fundamentalmente del tipo de
suelo en que se encuentre ubicada la plantación. En cuanto a este último aspecto se
tendrá en cuenta el grado de retención de agua, aspecto este estrechamente vinculado a
las características físicas propias del suelo, así como la época del año. En el caso de los
suelos rojos se regará con un intervalo de tres a cinco días, mientras que en los suelos
pardos esta actividad será realizada entre siete y 10 días, este intervalo de riego varia en
la etapa de frecuentes lluvias (mayo - octubre), con vista a lograr la reposición del agua
extraída por el cultivo y con ello mantener un nivel de agua nunca menor del 70%
disponible para las plantas. La tendencia de las plantas de plátano es a reducir la
transpiración bajo condiciones de estrés hídrico, aspecto que puede ser considerado
como un indicio de un mecanismo de resistencia a la sequía, asociado a otros que la
planta posee para economizar agua, ya que ésta especie presenta una gran superficie
transpirante (Tai 1977; Robinson y Bower, 1988). En la práctica las plantaciones de
plátano que no cuentan con sistemas de riego, requieren alrededor de 150 mm mensuales
de precipitación (1500 m3.ha-1) para satisfacer las necesidades hídricas. Por tanto si no
existen sistemas de riego en las áreas con este cultivo lo ideal para plantaciones es un
nivel de precipitaciones medias de 2000-2500 mm por año, bien distribuidas, aunque el
plátano crece frecuentemente con menos lluvia. En zonas y épocas en que la
precipitación o el agua almacenada en el suelo sean inferiores a 5 mm.día-1, es necesario
aplicar riego suplementario. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el consumo
de agua por las plantas de plátano es variable, porque ni la radiación solar ni el área foliar
permanecen constantes (Belalcázar et al. 1991).
8.- Frijol
El cultivo del fríjol es muy exigente en riegos en lo que se refiere a la frecuencia, volumen
y momento oportuno del riego que van a depender del estado fonológico de la planta así
como del ambiente en que ésta se desarrolla (tipo de suelo, condiciones
climáticas, calidad del agua de riego, etc.).
De dos a cuatro días antes de sembrar conviene dar un riego para facilitar la siembra y la
germinación de las semillas. Después de la siembra el primer riego solo deberá darse
después de la nascencia de las plantas.
En los primeros estados de desarrollo conviene mantener el suelo con poca humedad, sin
embargo las necesidades de agua son muy elevadas poco antes de la floración y después
de esta.
Calidad del agua de riego (a peor calidad, mayores son los volúmenes de agua, ya
que es necesario desplazar el frente de sales del bulbo de humedad).
En la tabla 1. Se observa los reportes de los requerimientos de agua del cultivo (CWR)
junto a varios indicadores como la evapotranspiración de referencia (ETo) en la época de
siembra que se expresan en valores desde 45,24 hasta 58,40 (mm/periodo) durante el
ciclo vegetativo del cultivo, para un 90 % del área sembrada, donde nos percatamos que
el coeficiente del cultivo (Kc) se incrementa a medida que aumenta el desarrollo del
cultivo, de 0,81 el día 8 de septiembre hasta 1,01 el 17 de diciembre. En el intervienen
varios factores como es el aumento de la humedad relativa, la temperatura existente,
la velocidad del viento y las precipitaciones durante el ciclo vegetativo del cultivo; además
al multiplicar los valores de la evapotranspiración de referencia (ETo) con los valores del
coeficiente del cultivo (Kc) alcanzó valores de la evapotranspiración máxima desde 39,06
mm el 8 de septiembre hasta 48,70 mm el 17 de diciembre, es de importancia destacar
que el cálculo de tiempo de el período que se evaluó se desarrollo cada 10 días, según
las fechas que siguen: (8/9; 18/9; 28/10; 7/11; 17/11; 27/11; 7/12 y el 17/12); la eficiencia
de la irrigación se comporto al 70 %; también se puede observar el total de lluvia y la lluvia
efectiva en el período expresado en mm, con el requerimiento de irrigación en cada
período que abarca desde 9,90 mm el día 8 de septiembre hasta 48,10 mm el 17 de
diciembre, el cuál se comportó directamente proporcional con la evapotranspiración
máxima del cultivo; siendo mayor en el período, el 28 de octubre con 58,40 mm hasta el
17 de diciembre; porque el cultivo del fríjol Cueto 25-9 despliega en esta etapa la plena
capacidad de la floración y desarrollo de la fructificación para un total en toda la cosecha
de 561,95 m; también observamos que el mes de octubre los requerimientos de irrigación
se comportaron de 199,26 mm ; porque en este período las precipitaciones totales fueron
de 409 mm, la humedad del suelo alcanzó valores elevados, el hidromódulo del cultivo
que comenzó con un riego de 0,16 l/s/ha el 8 de septiembre, necesario para comenzar la
germinación, el cual incremento a medida que el cultivo se desarrolló hasta 0,80 l/s/ha,
siendo mayor los valores en el período floración y de fructificación el que se considera
como el período crítico del cultivo, por lo que hay mayor exigencias nutricionales y de
agua.
9.- Tomate
Normalmente el primer riego se efectúa entre 15 y 30 días después que las plantas se
han establecido. Los trabajos realizados por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias
muestran que un déficit de hasta 28 días, después de los riegos de establecimiento, no
tiene efecto sobre los rendimientos.
Cantidad de agua: La cantidad de agua necesaria para un cultivo de tomate depende del
clima y de la variedad. Para !a Región Metropolitana se ha encontrado que las
necesidades de agua para este cultivo son de alrededor de 7 000 m3/ha al año. Estas
cifras indican las necesidades de agua neta del cultivo, sin considerar que al aplicar el
agua al terreno se pierde cierta cantidad por concepto de escurrimiento superficial
(derrame) y percolacion profunda.
Debido a que normalmente al regar se pierde agua por derrames y per colación profunda,
la cantidad de agua debe aumentarse en un 50%.
10.- Ají
El consumo de agua de una plantación de chile depende de factores tales como:
a. la zona de siembra
b. la época de siembra
c. el tipo de suelo
d. el cultivar empleado
El manejo del agua debe de ser muy cuidadoso, porque la escasez o el exceso son
inapropiados para la planta. Si no tiene la cantidad apropiada de agua por medio del
riego, daña la calidad del fruto, ocasionando rajaduras, o bien pudiera darse un asocio
con la enfermedad fisiológica en el fruto de la pudrición apical. Y si hay exceso de
humedad en el suelo por efectuar riegos muy pesados, es factible que se incrementen las
enfermedades.
En forma general, se puede decir que el cultivo de Chile demanda de buena humedad en
la zona de raíces que oscila de 0 a 40 centímetros de profundidad. Este cultivo requiere
de una buena humedad, la cual debe de estar bien distribuida. Los mejores rendimientos
en chile se alcanzan cuando los suelos se tienen próximos a capacidad de campo.
11.- Arveja
Es un cultivo de clima templado y algo húmedo. La planta se hiela con temperaturas por
debajo de 3 ó 4 ºC bajo cero. La planta de arveja detiene su crecimiento cuando las
temperaturas empiezan a ser menores de 5 ó 7 ºC. El desarrollo vegetativo tiene su
óptimo de crecimiento con temperaturas comprendidas entre 16 y 20 ºC, estando el
mínimo entre 6 y 10 ºC y el máximo en más de 35 ºC. Si la temperatura es muy elevada la
planta vegeta bastante mal. Necesita ventilación y luminosidad para que vejete bien.
El arveja va bien en los suelos que son idóneos para la poroto; es decir, en los ligeros de
textura silíceo-limosa. En los suelos calizos puede presentar síntomas de clorosis y las
semillas suelen ser duras.
Este cultivo en óptimas condiciones de humedad del suelo necesita pocos riegos. No
necesita mucha humedad y los riegos han de ser moderados.
Cuando se riega por gravedad, antes de la siembra, es necesario dar un riego para que el
suelo tenga humedad suficiente cuando reciba la semilla. Después, si el cultivo es de
otoño-invierno, con un par de riegos es probable que sea suficiente, si es de invierno-
primavera necesitará 3 ó 4 riegos.
Al ser un cultivo de relleno y poco exigente en materia orgánica no es conveniente
estercolar. Es también poco exigente en abonos minerales. Es aconsejable echar antes
de la siembra unos 25 gramos por metro cuadrado de abono complejo 8-15-15.
En riego por gravedad, después de cada riego pueden aplicarse unos dos gramos por
metro cuadrado de nitrógeno, no rebasando en total los 10 gramos de N.
12.- Lechuga
Al ser de raíces cortas, la Lechuga no requiere un suelo muy profundo. Crece en una gran
variedad de suelos y necesita temperaturas templadas para desarrollarse exitosamente.
Las temperaturas muy elevadas impiden la germinación. La Lechuga necesita que haya
diferencias muy marcadas de temperatura entre el día y la noche, alrdedor de 15 a 20
grados durante el día y menos de 10 grados durante la noche. Esta diferencia de
temperatura ayuda a que el cultivo de la Lechuga se desarrolle de modo óptimo.
El cultivo de Lechuga tolera mejor las temperaturas bajas que las altas por lo que en
verano hay que tener cuidado de que estas no espiguen ya que si las temperaturas
superan los 25 grados sin duda pueden espigar, dando lugar a hojas muy amargas.
La lechuga tampoco tolera la sequía, aún cuando esta dure poco. La excesiva humedad
también es un problema. El porcentaje de humedad ideal es del 50%. Es por ello que es
más recomendable cultivar la lechuga al aire libre donde no hay tanta humedad que en un
patio de invierno donde la humedad es muy concentrada.
El riego también es importante para mantener la tierra con humedad aunque recordemos
que no debe ser excesiva. El mejor sistema de riego en este caso es por goteo ya que
mantiene los niveles de humedad equilibrados. El riego que más daño le hará al cultivo de
Lechuga es el de manguera ya que el sol quemará las hojas de la lechuga que estén
mojadas con agua.
Lo ideal es que el cultivo de Lechuga se desarrolle a plena luz, bajo el sol. La luz solar es
altamente recomendable para que este cultivo se desarrolle normalmente.
Además de plantarse en el suelo, pueden sembrarse en macetas también con los mismos
cuidados que una plantación en el suelo. Siempre hay que sacar las malas hierbas que
pueden crecer alrededor.
13.- Café
El gran interés actual por el riego por goteo en la caficultura se debe principalmente a los
excelentes resultados de ahorro de agua y energía junto con el sustancial aumento de la
productividad.
El riego por goteo permite una importante reducción de la evaporación del suelo y de las
pérdidas por percolación, así como también reduce la proliferación de malas hierbas en
las zonas no regadas y el aporte controlado de nutrientes, permite asimismo operaciones
de cosecha, poda o pulverizaciones a la misma vez que se realiza el riego.
• Mayor productividad: las menores variaciones del nivel de humedad hacen que los
frutos se desarrolen y sean más uniformes
• Mayor eficiencia para abonar: Facilita la aplicación del abono ampliando la eficiencia
en la absorción y aprovechamiento de los nutrientes.
14.- Cacao
Las necesidades de agua de la planta de cacao oscilan entre 1.500 a 2.500 mm.
repartidos en todo el año para zonas cálidas; y, de 1 .200 a 1.500 mm. en zonas más
húmedas.
La cantidad mensual de agua es de 100 a I20 mm. en los meses más secos, factor a
considerar en huertas bajo riego.
Tipos de riego.- El método que se elija depende del tamaño de la huerta, del costo de los
sistemas y del tiempo que se quiera dedicar al cuidado de las plantas.
La eficiencia de un método de riego está dada por la cantidad de agua que queda
almacenada en la zona radicular, en relación con la cantidad total de agua que se aplica.
Gravedad: El riego por gravedad o inundación es el más antiguo utilizado por el hombre,
en suelos con mayor contenido de arena la pérdida de agua será mayor que en suelos
arcillosos.
Goteo: El agua se conduce a presión por tuberías y luego por mangueras de riego que
recogen las hileras del cultivo, el emisor, externo o incorporado a la manguera de riego es
un “gotero” de caudal, separado uno de otro según el suelo y la distancia de siembra,
aplica el agua en forma de gotas que se van infiltrando a medida que caen.
El objetivo es regar con poca frecuencia, sin humedecer la totalidad del terreno, y evitar el
desarrollo de malezas. Se riega una o dos veces a la semana (I ó 2 horas cada vez).Hay
que ser cuidadoso y no regar en exceso.
Aspersión: Simula de alguna manera el aporte de agua que realizan las lluvias, consiste
en distribuir el agua por tuberías a presión y aplicarla a través de aspersores, si el equipo
está bien diseñado respecto al tipo de suelo a regar, se obtiene una lámina muy uniforme.
La ventaja que presenta este tipo de riego es que no hay pérdida de agua por conducción,
y existe una buena distribución, se puede utilizar equipos móviles o fijos.
Frecuencia de riego: La frecuencia del riego en las plantaciones de cacao estará dada
por las condiciones climáticas, de suelo y el estado de desarrollo de las plantas. El suelo
arenoso retiene menos agua que el arcilloso; las plantas grandes usan más agua que las
recién sembradas.
. En viveros las semillas y las plantas necesitan que la tierra se encuentre constantemente
húmeda, par a poder germinar y desarrollarse.
. Las plantas adultas deberán regarse de acuerdo a sus requerimientos y su frecuencia
será mayor en época seca o verano.
Drenajes: Son canales que permiten eliminar rápidamente el exceso de, agua de una
huerta cacaotera los cuales deben desembocar en una zona de descargue natural o
artificial.
15.- Espárrago
El sistema de riego Pivot es el más generalizado, por su buena adaptación al cultivo del
espárrago y por ser el de mejor relación, coste de instalación y mano de obra de
funcionamiento. Según las dimensiones de la parcela, se utilizan sistemas que cubren
entre 40 y 80 ha. Los bordes de la parcela no regados por el Pivot se riegan por medio
de un sistema de cobertura total, bien enterrada o superficial. Se suelen dar algunos
riegos cortos durante el periodo de recolección, buscando más el mantenimiento de los
caballones de blanqueo, que cubrir las necesidades en agua de las plantas. Cuando al
final de Junio termina la recolección y se rompen los caballones se inician los riegos.
Durante julio y agosto se suele dar un riego semanal de entre 400 y 600 m 3/ha; a partir de
finales de agosto se va reduciendo el caudal de los riegos hasta que las lluvias de otoño
los hacen innecesarios. Los volúmenes medios de agua aplicados a lo largo de toda la
campaña son de alrededor de 6.000 m3/ha
La recolección se realiza de marzo a junio, no es susceptible de mecanización, pero
cuando se trata de grandes explotaciones es imprescindible organizarla y racionarla al
máximo. La recolección se organiza de modo que se asigna a cada recolector una
superficie de 5.000 a 6.000 m (según el estado de la plantación) sobre la que se trabaja
toda la campaña. Los turiones se recolectan descalzando el caballón con azada y
cortándolos con cuchillos con dientes de sierra.
16.- Arándano
El riego por pivotes, además de ser posible en terrenos de difícil orografía que no se
podrían regar con otros métodos, garantiza mayor rendimiento de los cultivos y seguridad
de cosecha, eficiencia en el uso del agua y ahorro de energía y agroquímicos. Aplicando
conjuntamente el agua y los fertilizantes a través de todas las salidas del Pivot con
manguera exudante o de goteo que se arrastran por los caballones, podemos regar con
frecuencia utilizando dosis bajas.
El cultivo de arándanos no tolera bien la salinidad, ni los excesos de calcio, boro o cloro,
de ahí que haya que controlar la calidad del agua de riego.
17.- Melón
Los melones son plantas anuales enredaderas (con guía) o rastreras, con tallos que
pueden trepar si se les proporciona el soporte adecuado. El tallo es cilíndrico, de 1 a 3 m
de altura. La forma del fruto va desde esférica hasta elipsoidal. Su tamaño depende de la
variedad y de las condiciones de cultivo. Hay melones pequeños que pesan alrededor de
400 g y otros muy grandes que pueden pesar 20 kg o más. Externamente los frutos
pueden ser lisos, corrugados o suturados, con epidermis lisa o corchosa y de múltiples
colores, desde blanco, pasando por amarillo y naranja hasta verde oscuro. La parte
comestible o pulpa presenta colores variables entre blanco, verde y anaranjado.
Los melones son plantas tropicales que requieren temperatura mínima de 18ºC para
germinar, que se elevan a 25ºC durante la estación de desarrollo. En climas templados se
cultivan en invernaderos o cajoneras. Requieren suelo bien drenado y fértil, alto contenido
de tierra negra y de nitrógeno.
En plantas con frutos de gran tamaño, se coloca debajo de cada fruto paja, hierba seca,
un ladrillo o un bloque de madera para proteger de enfermedades del suelo.
Los melones deben ser recogidos cuando el tallo se separa fácilmente de la vid, en el
punto donde se encuentra unido. En estas etapas, habrá una rajadura o grieta cerca del
punto de unión. Apretando los extremos podemos ver su esponjosidad y al hacerlo
debemos notar una sensación de fruto macizo y no hueco.
Una vez que se recojan los melones, se pondrán suaves, pero no más dulces.
18.- Limón
Muchos productores de fresas utilizan el riego por aspersión para establecer sus
trasplantes en campo abierto, o para controlar el polvo en su producción. Sin embargo,
existen otras prácticas de riego que podrian ser más eficientes para las plantas.
Uno de los objetivos del ttrabajo investigativo era descubrir por qué algunos productores
utilizaban riego por aspersión para establecer sus trasplantes. “Hablamos con 20
productores y obtuvimos 20 respuestas. Una de las respuestas más comunes es que
querían que el trasplante se conectara con el suelo existente, y el riego por aspersión les
ayuda a hacer esa conexión,” menciona Stuart Styles, director del centro de investigación.
Otra respuesta común era “para controlar el polvo.” Los campos regados por aspersión se
veían limpios y mucho más atractivos estéticamente.
20.- Palto
El primer período crítico de riego, está dado por la época de floración y primera etapa de
crecimiento de los frutos. La superficie de canopia disponible para transpiración aumenta
en casi un 90% durante el período de floración y hasta un 13% del total del agua
transpirada por los paltos puede ser atribuida a las estructuras florales. Sin embargo,
tanto las estructuras florales como las hojas, tienen características morfológicas y
anatómicas destinadas a disminuir las pérdidas de agua. Las estructuras florales poseen
estomas en la cara del envés de los sépalos y pétalos y son densamente pubescentes,
aumentando con ello la profundidad efectiva de la capa límite sobre ellos. A pesar de
estas características, las flores son susceptibles a déficit hídricos mayores que las hojas
durante períodos de transpiración moderada, desencadenando en épocas de estrés
hídrico excesivo daños irreversibles en los órganos florales, limitando con ello el potencial
de cuajar fruta y su posterior retención.
Sin embargo, en los climas Mediterráneos, esta época es delicada, pues excesos de agua
causarán una reducción en la aireación y enfriamiento del suelo, que darán como
resultado la destrucción de raíces; en Israel se ha comprobado por estos efectos, fuertes
reducciones de cosecha en la variedad Ettinger.
Existen tres sistemas de riego tecnificado que pueden ser utilizados en una plantación de
paltos:
Riego por goteo: Muy utilizado en la implantación y durante el primer año de vida de esta
especie, tiene una serie de ventajas durante este primer año, como: bajo gasto de agua,
menor gasto de energía eléctrica, fácil control de malezas, mayor eficiencia en la
fertilización, etc. Por lo general se obtienen tan buenos resultados durante este primer año
que la pregunta es por que no seguir con este sistema en el transcurso de la vida de los
paltos.
Se puede seguir utilizando este sistema siempre y cuando se cuente con los siguientes
antecedentes: Suelo de muy buena calidad (ojalá lo más cercano a un suelo franco) y de
gran profundidad (a lo menos 1,2 a 1,5 m de suelo libre de cualquier impedimento), la
superficie mojada debe ser en lo posible de un 70% o más, que significa poner tres líneas
de goteros, si estamos hablando de una plantación de 6 m de distancia entre las plantas.
Como una forma de tener toda la superficie de riego uniformemente mojada la idea es
poner tres goteros de bajo caudal por cada 1 m de línea, que significa tener 54 goteros
por planta si los árboles están a una distancia de 6 x 6 m. Complicado en suelos extremos
(muy arenosos o muy arcillosos) o suelos poco profundos o irregulares en profundidad
efectiva, características muy comunes en nuestros suelos de cerros, también se debe
contar con un sistema de filtraje de muy buena calidad ya que los emisores al ser de bajo
caudal son más fáciles de obstruir; por último, el costo de tres líneas de riego es mayor si
se compara con una de microaspersión o de microchorro.
Riego por microchorro: Sistema muy bien adaptado para el riego de plantaciones
hechas con camellones ya que se riega sólo el suelo removido, evitando mojar la parte
baja de los camellones – donde no interesa el crecimiento de raíces – ya que es un sector
que posee muy poca profundidad de suelo y es fácilmente asfixiable en años de alta
pluviometría. También tiene ventajas en cuanto a la eficiencia en la fertilización ya que
concentra fuertemente la cantidad de raíces a lo largo del camellón, donde llegarán los
fertilizantes puestos por el riego.
Tiene una mejor distribución de agua dentro del camellón comparado con el riego por
goteo. Durante 4 a 5 años se llevó en varios huertos ensayos de riego por goteo con dos
líneas – goteros cada 1m, versus riego por microchorro. El resultado, fue en la mayoría de
los casos un decaimiento de los árboles en los sectores regados por goteo y no en los
regados por microchorros; al analizar la distribución radicular dentro del camellón, la
diferencia era muy grande, mientras en el riego por goteo la cantidad y la calidad de las
raíces era totalmente irregular, en los regados por microchorros la cantidad y calidad de
éstas era muy superior y uniforme.
Riego por microaspersión: Es el sistema más utilizado en todas las zonas palteras del
mundo y también en nuestro país. Es el sistema de riego mejor adaptado cuando las
condiciones del suelo son irregulares tanto en su textura como en su profundidad. Muy
bien acondicionado para el cultivo hecho en cerros donde no se ha movido el suelo. Es
muy fácil mojar con este sistema el 70% o más de la superficie del suelo. Los
microaspersores actuales tienen una mejor distribución del agua a lo largo de su recorrido
y poseen distintos sistemas para ir aumentando el radio de mojamiento (al poder girar
piezas o tener pestañas), que facilitan enormemente el riego según el crecimiento de las
plantas. Es sin lugar a dudas el sistema que más perdona errores de riego (algo muy
común en nuestros huertos de paltos).
Sin embargo, muchas veces nos topamos con una escasa profundidad de suelo que hace
fracasar las plantaciones de paltos (normalmente entre el 7º y el 10º año o a veces
anticipadamente), independiente de los tres tipos de riego descritos.