Aunque mi subconsciente busque el amor.

Yo huiré de eso. Y es posible que alguna de las veces en las que me mires y te brille los ojos, piense que tal vez eres tú.
He buscado al amor de mi vida en millones de miradas desconocidas.
Y si estás leyendo esto es porque todavía no lo he encontrado.
Yo no creo que el amor sea algo para probar con cualquier físico.
Creo que se encuentra en la purpurina de las miradas, que necesitan lo que a ti te sobra.
Si algo he aprendido, es que el amor es aquel que sobrevive a la muerte de las mariposas.
De hecho hay un estudio que dice que el " preamor" dura un promedio de uno y dos años.
A lo que queda, se le llama Amor. Si no, pasas a ser otra colección de la lista de caprichos que tuviste y se pasaron de moda.

Pero creo que todavía no estoy preparado para apostar por esas mariposas. Por eso no
quiero compromisos.
Así que no te enamores de mí. De verdad. No lo hagas.
No lo hagas porque aunque me muero de ganas de que lo sientas, y me hagas sentir aunque solo fuera por una vez algo normal… tarde o temprano lo
acabaré haciendo.

No podré darte todo el tiempo que mereces.

Algún día querrás ir a tomar algo y yo estaré demasiado ocupado.
De repente empezarás a querer hacer una rutina conmigo y te diré que no puedo, que lo siento que tal vez la semana que viene.
Tarde o temprano me darás a elegir. Y tendré que decirte adiós.
Aunque la verdad sea que me muero de ganas de que alguien comprenda estas líneas y
me de lo que necesito.
Pero lo siento, aprendí a amar así.
Por eso decidí protegerme en una ocupación constante.
Porque si no inviertes tiempo en algo que te pueda romper, no te romperá nunca.
Quizás eso le pasó al que me enseñó a hacerlo.
Soy nocturno. No de los que se emborrachan y salen todas las noches.
Pero si de los que se entretienen mirando la luna y se inspiran de madrugada.

Dudo que tengas ganas de un polvo a las 3:00 de la mañana.

Así que, lo siento. Por eso no te enamores de mí.
No cometas el mismo error que yo hice. De verdad. Es lo más hermoso pero se paga una consecuencia muy cara.
No quiero que te enamores. Pero quiero compartir mi tiempo contigo.
No quiero que seas mío ni yo ser tuyo.

No quiero que haya un nosotros, ni ningún tipo de vínculo que pueda hacernos llorar a largo o corto plazo.
Ahórrate de mostrarme que eres el puto amo o que soy uno más de tu lista.
No quiero saberlo, ¿pero sabes que si quiero?
Quiero MAGIA.
Quiero que me vuelvas loco.
Que me lleves a diez mil kilómetros buscando carreteras perdidas.
Que suene Daughtry porque es lo que tiene que sonar.
Y como buen traficante de adrenalina quiero que seas mi droga.
Que me escondas el alma en el estómago y la saques de paseo en cada suspiro.
Quiero hacerte especial y serlo para ti también.
Porque no soy de ir de cama en cama y de boca en boca.
Que no. No somos menos importantes. No es menos importante nuestra química, por no
ser el amor de nuestra vida.
Prometo escucharte, abrazarte, mirarte suave y follarte.

Solo te pido que no me hagas daño.

No me muerdas el corazón y no intentes de mí enamorarte.
Pero sobretodo... Sobre todas las cosas.
Quiero ser el loco, del que te acuerdes cuando al pasar los años te pregunten:
crees en la magia?
Y sí. Tal vez me hagan falta los domingos en compañía.
Pero me sirve con que seas un enamorado de la vida.
Quiero un loco. Un loco que me de cuerda. Que me inspire. Que me vuelva más loco o
menos cuerdo.

Pero cielo, no te empeñes en enamorarme.

Aunque si quieres, puedes probar y demostrarme que no eres el tonto que creo que
eres.

Y así, tal vez yo pierda.

Y con suerte tú… acabes ganando…