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EL SABER EN EL ESTADO SOCIAL DE DERECHO

Al igual que Michel Foucault, el profesor Evelio Daza a través de esta ponencia persigue
desenmascarar las relaciones de poder que se oculta en todo discurso en especial en
aquellos desde los cuales se pretende legitimar el ejercicio del poder político dizque desde
la VERDAD OBJETIVA.
Nos adentramos a esta ponencia con el supuesto de que la filosofía ha sido un arma
poderosa en la legitimación del poder, y que esta a su vez legitima relaciones de poder, lo
cual coloca en evidencia que la filosofía debe servir a la humanidad, debe ser útil a la vida
y en este sentido debe develar las relaciones epistemológicas y policías ocultas en el
ejercicio del poder, sea tanto para perpetuarlas, como para demolerlas y permitir así el
surgimiento de un nuevo saber que posibilite ir gestando nuevas relaciones políticas,
quedando así desmitificados todos aquellos que pretenden ver en el saber jurídico una
pretendida verdad objetiva que se basta por sí misma y que es ajena a todo conflicto social.
Siguiendo este orden de ideas abordamos diferentes cuestiones que les daremos respuesta
a través de la filosofía y con un compromiso con la verdad.
Por supuesto que sí, prueba de esto es que de no haber sido por el código civil implantado
por Napoleón en 1804 el modelo capitalista en el que vivimos actualmente habría
sucumbido hace mucho tiempo, ya que en este código se encuentran regulados todas las
relaciones capitalistas que se puedan producir. Así podemos probar que la práctica jurídica,
si colabora con la creación de un Estado social de Derecho.
En este punto la ponencia nos plantea que los horrores, saqueo y la crueldad que ha vivido
el pueblo de IRAK en nombre de la libertad, nos ha hecho entender que es necesario un
replanteamiento a nivel de prioridades sobre los temas que debe ocuparse la filosofía, y
que en la actualidad el estudio del poder político debe ser un objetivo inmediato y sobre el
cual debe recaer todo el cuestionar filosófico. También cabe apuntar que esta desgracia
vivida por IRAK debe ser sublimizada y con ello hacer un nuevo manifiesto filosófico donde
la libertad sea también objetivo principal de la filosofía.
Que la filosofía tenga un nuevo objetivo como lo es la libertad y el poder político no
significara que deberá apartar su mirada del perseguir una verdad universal, aunque esto
sea humanamente posible. Para ello, la praxis debe ser privilegiada en toda investigación
filosófica, lo que implica superar el pensamiento metafísico o filosofía de la conciencia y
dar paso así a un giro filosófico donde se seguirá hablando de la búsqueda de la VERDAD,
pero en el entendido de la misma como un proceso de emancipación de la humanidad, lo
que se traduce en hacer de la verdad un proceso de liberación de las potencialidades y
posibilidades del hombre en su vida cotidiana, en conclusión: la verdad será un proceso
hacia la libertad.
Si como está planteado, el análisis y revelación de las relaciones del Poder es la tarea
urgente que debe acometer la Filosofía y sobre lo cual MICHEL FOUCAULT puso al
descubierto la gran farsa de la pretendida verdad jurídica, en sus conferencias “ La verdad
y las formas jurídicas” no podemos menos, que renovar ese ejercicio partiendo de IRAK
como manifestación de la tiranía universal del Poder, para ser descuadernada por la
imperiosa necesidad en perspectiva de establecer en Colombia el estado Social de Derecho,
partiendo del hecho por, demás protuberante que hoy día más que nunca se viene
manifestando en Colombia, de una manera descarada, unos intereses irracionales
soportados en la codicia y la concupiscencia por perpetuarse en el Poder como enemigos
confesos del Estado Social de Derecho. Por ello, será Colombia la realidad a examinar desde
esta perspectiva, con lo cual censuramos el neocolonialismo de muchos, al pretender hacer
abstracción de nuestra propia realidad social con lo cual se hace eco a una manera fácil de
dejarnos domesticar por posiciones foráneas que están fuera de nuestro contexto.
No hay derecho a que nosotros padeciendo la situación delincuencial más extrema del
mundo, en vez de aprovecharla como laboratorio de trabajo social, seguimos fieles a
continuar imitando e importando discursos ájenos a nuestra especificidad, que hemos ido
perdiendo nuestra propia silueta de identidad. A tal extremo ha sido este proceso de
dependencia y colonialismo cultural que “a fuerza de copiar y copiar un genio extraño al
nuestro, hemos ido perdiendo la capacidad de ser nosotros mismos”.
Es entonces donde el saber en la modernidad se torna el objeto a filosofar, por encima de
toda otra faena, de cualquier orden. Con ello se podrá combatir la ola expansiva del
paradigma positivista de pretender construir los distintos discursos del saber bajo su
sombra, dizque de una teoría pura de las ciencias para hacerlas inmune a los prejuicio
sociales, económicos y sociales que les afectaban en su objetividad y pureza en sus
conclusiones.
Aparece de esta manera, la pretendida y fallida manifestación de separar radicalmente al
derecho del contexto social que lo abortaba, vienen los nuevos caballeros y sacerdotes
pregonando la nueva ideología de hacer del Derecho un Orden jurídico cuya existencia era
trascendental, conceptual, categorial, donde la norma jurídica tiene una validez por si
misma y ante sí, siendo vedado y proscrito relacionarla con el medio social donde la
problemática del derecho se agotaba, se circunscribía al marco estrecho de su validez
formal, pues así se conseguía su propósito ideológico esencial a saber: Construir un orden
jurídico, pero jamás y nunca un orden social. Lo social era peligroso y además contaminaba
“la Teoría Pura del Derecho”.
Todas estas afirmaciones ponen en evidencia como el discurso sobre la “teoría pura del
derecho” crea un gran obstáculo para el cambio social en Colombia, donde podemos
observar un gran conflicto de intereses entre nuestra normatividad y la constitución, entre
en contexto social y el contexto legal en el que nos vemos sumergidos los colombianos en
la actualidad. Podemos concluir con este ensayo que aun queda un arduo camino sobre el
cual filosofar y nos plantea los objetivos a combatir en pro de constituir un real Estado social
de Derecho.

Ensayo escrito por


Juan José Quintero Carpentier
Universidad Popular Del Cesar
2017

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