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Los hombres ponen toda su voluntad para hacer las cosas lo mejor posible
dentro de los cánones que les han enseñado. Ese esfuerzo produce en ti una
ternura que se convierte en gratitud. Y la gratitud de regreso es amor. Habrá
más cosas para agradecerle a un hombre si eres clara con él.
1) Pídele ayuda. A nosotros los varones nos gusta ayudar, pero las mujeres no
piden ayuda ... por lo cual ellas se enfadan porque no hacemos nada. A las
mujeres les irrita, por ejemplo, que el mayor trabajo doméstico recae en la
persona a quien más le fastidia el desorden... que siempre es la mujer, porque
a la mayoría de los hombres no les molesta vivir en un basural.
Fíjate que nosotros nos podemos quejamos de que "Ella pretende que yo
adivine lo que quiere". Tú piensas que en la frase "Hay una araña en la cocina"
no hay nada que adivinar. Pero es que una mujer no lo dice a título
informativo, sino pidiendo solución activa: cariño, mátala o por lo menos
llévala detenida.
2) Explícale por qué eres como eres. Los hombres no comprendemos ciertas
manías femeninas, y las consideramos extrañas, locas o caprichosas.
Uds No explican que no es que siempre quieran "ir de compras", sino que para
una mujer el mayor placer de mirar escaparates es ver una cantidad de cosas
que ya están limpias, planchadas y correctamente dobladas ... ¡y hechas por
otro! También puedes explicarle a tu marido le robas papas fritas porque
pedirte una bolsa para ti sería romper oficialmente la dieta y que prefieres ver
películas románticas para entender lo que te estás perdiendo…¡¡!! Los
hombres somos racionales: si explicas, lo comprendemos todo.
6) Respeta sus ideas y aprecia sus opiniones. A los hombres a menudo no nos
importa tanto que seamos escuchados, sino que nos digan que tenemos razón.
Después puedes hacer lo que quieras, pero a él por favor dile: "Tienes toda la
razón del mundo". Y trata de no hacer muecas o agarrarte la cabeza con
ambas manos mientras él opina. Recuerda que ya es un milagro que esté
hablando. No lo reprimas o callará para siempre.
Los hijos también son un proyecto común, que une a la pareja con la
expectativa de que crezcan sanos, buenos... ¡y que se vayan cuanto antes, así
ustedes pueden volver a estar tranquilos! Pero esa expectativa se demora
tanto que pareciera que los hijos no acaban de crecer. Cuando tus hijos te
enfrentan haciendo lo contrario de lo que esperas de ellos, la única manera de
no volverte loca es contar con la complicidad de tu hombre para encarrilarlos.
Formar con tu marido un frente de guerra para atrincherarse contra los hijos
te da la mayor sensación de unión que habrás sentido jamás con una persona."