El Dolor

Como bien sabemos, en términos sencillos, todo es energía; tanto las cosas del mundo
espiritual e "invisible" al ojo humano, como la materia misma. Y les digo esto porque sé que
al menos en La Primaria ya a todos nos han enseñado que la materia está formada por átomos,
que son solo energías que forman enlaces iónicos y covalentes.

En base a lo explicado, el dolor en la materia es simplemente una información que va

desde nuestro cuerpo hasta nuestro cerebro, y eso bien lo saben; y que según lo que el Señor
ha programado, las personas reciben esas informaciones con mayor o menor intensidad según
el nivel de daños que se le está produciendo a nuestro cuerpo; para alertarnos de que debemos
tomar medidas, sino, podremos morir.

Por ejemplo, cuando te cortas en una mano o en un pie, salvo que tengas un inhibidor
como la anestesia, a tu cerebro seguido llega una información de que tu cuerpo ha recibido
un daño, que si no le prestas la debida atención a tiempo, puedes terminar por perder la
sangre/vida.

El dolor en el mundo espiritual lo sentimos normalmente en nuestro corazón; pero no

directamente el de carne que bombea sangre; aunque, a través de este es que sentimos y
manifestamos lo que viene desde el mundo espiritual.

Este tema va centralizado en la vida de Immanúél El Ungido, aunque no pondré

muchas citas bíblicas al respecto, ya que ustedes conocen el dolor por el que él pasó para
poder cumplir con La Escritura y ofrecerse como nuestro Salvador (a quienes nos hemos
bautizado en su nombre), pero también pondré otros ejemplos de dolores.

El Señor fue sometido a padecimientos por el mismo Dios (Isaías 53:3-5, 10), y todos
los pecados y maldades que le hicieron, lo convirtieron en un Hombre lleno de dolores y
sufrimientos hasta el día de su muerte.

Por eso es que hasta ahora y hasta donde yo tengo conocimiento, no hay escritos que
relaten lo que fue de él desde su niñez hasta los 30 años; ya que ese era el tiempo que según
la ley se debía iniciar un Sacerdote de Dios.

Desde muy joven el Señor tuvo una vida de completo sufrimiento como nos dice La
Escritura; pero el Dios Padre no lo hizo por casualidad ni por maldad, sino, para que la carne
de él siempre estuviera en obediencia a causa del dolor, ya que como sabemos, el Señor fue
un Hombre común y corriente como nosotros, con todos los gustos y placeres que tiene todo
Hombre.

Imagine solamente las burlas, menosprecios y todo tipo de malos tratos que tuvo que
tener por parte de su propio pueblo desde su niñez hasta que murió, ya que estaba profetizado
que iba a ser así; y ahora quizás alguno pregunte el cómo, pero es sencillo de entender, ya
que las burlas, pecados y maldades que le hace la gente al prójimo les producen dolores; y
no necesariamente tiene que haber dolores físicos para hacerle daño; aunque al final hasta
eso le hicieron.

Y fue mejor que no se escribiera esa horrenda vida de dolor desde su niñez hasta los
30, ya que si la gente la leyera, es posible que se indigne contra Dios por haber permitido tal
crueldad contra una persona que nunca pecó, por lo que no era merecedor de tales cosas.

Ahora imagine al Señor siendo clavado en ese madero a causa de las maldades de por
su propio pueblo; ya que ellos propiciaron y planearon esa muerte tan horrible y tan dolorosa,
la cual sirvió para darle al mundo de pecadores, una oportunidad de ser perdonados y salvos.

Y bueno, es mejor no seguir hablando sobre esa vida tan dolorosa, que de solo
pensarlo, y considerando lo tanto que menospreciamos su dolor y su muerte por nosotros (en
beneficio de nosotros), es para que hoy en día debiéramos andar con la cabeza hacia abajo a
causa de nuestros pecados y maldades, y hasta si se pudiera, caminar de rodillas; pues miren
como el mundo le paga hoy en día, dándole la espalda y envuelto en los placeres de la carne
sin importarles ese sacrificio.

Bueno, continuando con el asunto del dolor pero desde otro enfoque; encontramos
que se aplica a las personas desde niños para que obedezcan; y es tanto a nivel físico como a
nivel espiritual, ya que cuando se les prohíben cosas a manera de castigo, eso no le duele
físicamente, pero sí en el corazón, lo que en lo adelante produce obediencia.

A los militares los someten a entrenamientos y disciplinas que requieren tanto

enseñanzas educativas como ejercicios físicos; y en esos entrenamientos se procura que el
soldado sufra mucho, lo que al final produce obediencia a sus superiores, y la autoridad
necesaria para tratar con los civiles.

Aun en los animales se les aplica el dolor cuando queremos que estos nos obedezcan,
por lo que eso del dolor es normal en casi todas las áreas.

A las mujeres cuando les quitan el himen, les da dolor y les produce obediencia,
aunque ellas no lo vean ni lo entiendan así; pues olvidan que está escrito que el deseo de ellas
será para su marido, que es quien las convierte en su mujer cuando le rompe esa membrana.
Pero eso no significa que el Hombre la tenga que mal tratar ni dar golpes para que le
obedezca, eso no es lo que quiero decir.

En el camino del Señor, si es que eres escogido por él conforme a Juan 8:32, 36,
entonces deberás sufrir por causa de él; y ese dolor puede ser tanto físico como espiritual, ya
que a muchos los atacan físicamente. Sin embargo, el vivir en obediencia delante del Señor,
implica prohibirnos a nosotros mismos de ser nosotros, es decir, todos nuestros deseos y
gustos que nos produce la carne y que no van de acuerdo con las leyes del Señor, no deben
prosperar en nosotros, lo que nos produce un dolor interno por ya no poder ser lo que
quisiéramos o como quisiéramos, sino imitadores de aquel que sufrió, murió y resucitó. La
vida en Santidad requiere de mucha fuerza de voluntad, valentía e integridad, para poder
alcanzar el nivel espiritual que el Señor quiere para nosotros como sus Santos Hijos.
 Por eso es fácil saber quiénes están sirviendo al Señor y quienes no, ya que si usted
no sufre afrenta ni burlas ni maldades ni malos tratos por causa del Señor y por predicar La
Verdad, entonces usted no le está sirviendo al que está sentado en el trono. Pero ojo, mucho
cuidado con eso, pues hay que tener discernimiento espiritual para entender ciertos asuntos;
ya que hay muchos que dicen ser cristianos, que están sufriendo por sus propias mentes y
corazones no arrepentidos y por sus lenguas, pero los ciegos creen que es por causa del Señor,
y por eso Satanás los tiene engañados y les hace creer que son “procesos”.

En la antigüedad muchos de los siervos del Señor fueron sometidos a mucho dolor
con tal del Señor santificarlos; y por eso es que en algunas ocasiones les mandaba a que se
vistieran de silicio, que es un tipo de ropa áspera que produce dolor a nuestro cuerpo físico.

También se les pedía el ayuno, que es otra forma de castigar (y también para
limpiar/desintoxicar nuestro cuerpo) el cuerpo y afligirlo, a fin de producir obediencia a las
leyes del Señor y no obediencia a nuestra carne.

También en las relaciones de pareja existen momentos en que uno le traza pautas al
otro y le hace cosas que les duelan, y todo con tal de que se mantenga el amor entre ambos;
y ese dolor produce la obediencia necesaria para que el otro se mantenga fiel a ese amor.

El dolor normalmente es visto como algo malo y de poco agrado, y aunque es obvio
que no es bueno sentirlo, no siempre produce cosas malas.

Existen muchos otros casos que pudiera citar, pero no quiero hacer esto muy largo,
ya que la idea es que puedan entender lo que el dolor produce en los Seres.

Y claro, el dolor no siempre se aplica para producir cosas buenas, ya que todo depende
con la sabiduría que se use, ya que hay quienes preparan mentes y corazones bajo mucho
dolor, pero es para producir más dolor y muerte; como Satanás por ejemplo, que tiene al
mundo sumergido en el dolor, pero no para vean hacia Dios, sino para que sufran y mueran
lentamente.

Sin embargo, como pudieron leer, los ejemplos que les puse sobre el dolor fueron
enfocados y dirigidos hacia las cosas buenas que produce este cuando se usa de forma sabia.

Bueno, eso es todo, así que espero que les haya gustado y que hayan aprendido al
menos algo bueno hoy. Gracias por tu tiempo.

Ramón Telleria
Discípulo de Immanúél, El Ungido de YHWH
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