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Marcelo Percia

inconformidad
arte política psicoanálisis
Percia, Marcelo
Inconformidad arte política psicoanálisis . - 1a ed. 1a reimp. -
Lanús : Ediciones La Cebra, 2011.
312 p. ; 20x14 cm.

ISBN 978-987-26464-2-4

1. Ensayo Argentino. I. Título.


CDD A864

© Marcelo Percia

© Esta edición: Ediciones La Cebra, 2011


edicioneslacebra@gmail.com
www.edicioneslacebra.com.ar

primera edición: abril 2011


primera reimpresión: noviembre 2011

Diagramación y tapa:
Cristóbal Thayer

impresor:
Encuadernación Latinoamérica

Queda hecho el depósito que dispone la ley 11.723


índice

prólogo 7
1. locura: cuerpo doliente de la historia 25
2. pregunta: intento de alojar un sin fin 49
3. dictadura: (1) convalecencia, 79
(2) memoria de lo no vivido

4. política: (1) crítica de lo establecido, 99


(2) amante del deseo

5. singularidad: (1) invención de la diferencia, 117


(2) comunidad del dolor

6. lo sin decir: cuerpo de la ausencia 133


7. arrasados: (1) viven al ras, 159
(2) expulsados de las formas

8. desmentida: modo de acallar lo insoportable 187


9. angustia: afección anticapitalista 209
10. deseo: (1) condición de la historia, 233
(2) tesis de la angustia

11. universidad: claustros del conformismo 249


bibliografía 299
prólogo

Inconformidad: angustia de las formas.


Arte política psicoanálisis son espacios de inconformidad. Pero
no es fácil posarse en esa tormenta: instante en el que las
formas tiemblan y el mundo conocido parece que se acaba.
No es fácil asistir al momento en el que las formas se deba-
ten entre seguir siendo o animarse a ser lo que no son, lo
que ni imaginan que podrían ser. No es fácil asomarse en el
umbral, umbral no sólo como límite interior y vértigo ante
lo abierto, sino como sensibilidad desalojada del pronom-
bre yo. No es fácil habitar esa zona de las apariciones, en la
que los fantasmas son algo más que sombras inconclusas
que penan sin poder morir o figuras de la imaginación que
nos alivian de lo que no sabemos: son insinuaciones de lo
posible.

La cuestión de la forma está presente en la palabra inconfor-


midad. En la historia del pensamiento casi no caben más re-
ferencias a la idea de forma. Es un problema invencible de
la interrogación humana, abarca desde la materia hasta la
expresión, desde la representación hasta el lenguaje, desde
la potencia hasta el acto, desde la angustia hasta el deseo.

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inconformidad prólogo

Belleza: trabajo que se toman las formas para darnos algo, mejante, autodestruirse, hacerle daño a otro. Inconformidad
sin olvidar que nos dan nada. pregunta sobre qué hace posible que lo innecesario sea
Las formas fundan realidades y las gobiernan, realizan po- maldad, cuando podría ser belleza.
tencias y las petrifican. No hay vida humana sin formas. Las
Perplejidad indignada no es confusión ni vacilación enojada,
formas dicen árbol, pájaro, cielo, verano, conciencia y, así,
sino resistencia y subversión contra el imperio de las formas
hacen posible que estemos en un mundo. Son un alivio y un
existentes. La crítica es potencia que espera en los despo-
trastorno. No es lo mismo la forma que sabiéndose nada dice
blados que se abren entre las identidades. La identidad (ser
la cosa, que la forma que cree ser la cosa. La locura comienza
igual a sí misma) es el máximo anhelo de la representación.
cuando la nada se anula. Un asunto es representar un mun-
do y otro creerse el mundo. La forma es el delirio de gran-
deza de la representación. Toda representación carga con la Inconsciente: territorio en donde acampa lo fugitivo.
ausencia de su presencia primera: ese trauma de comienzo, Marx, Nietzsche y Freud difunden el rumor de que las for-
a veces, las vuelve malas, engreídas. Inconformidad, clínica de mas son arbitrarias y contingentes, seductoras y capricho-
esa locura de las formas que se creen lo que no son. sas: que la historia humana de explotación e injusticia no
es una fatalidad que tengamos que aceptar, que podríamos
Perplejidad indignada: potencia crítica. decir no a la carga moral que dobla nuestras espaldas para
hacernos sumisos y complacientes y que las formaciones
Si el negativismo está en contra de todo y la negación intenta
del inconsciente (síntomas, sueños, olvidos) son refugios
desconocer lo que sabe, inconformidad puja como perplejidad
provisorios de un deseo que vive en fuga.
indignada que afirma el no.1 Afirmación que es desacuerdo
con la barbarie de la civilización y voz firme que se pregunta
cómo es posible un mundo con tanto sufrimiento innecesario. Espera: (1) apertura a lo que puede pasar, (2) don de lo
posible.
Pero, ¿cómo distinguir el dolor que es inevitable, del su-
Inconformidad, espera sin esperanza ni desesperación. La
frimiento que es innecesario? La crueldad es una forma de
desesperación es el momento fatal de la esperanza, ansie-
sufrimiento innecesario. Es inevitable el paso del tiempo,
dad por una promesa que no llega o desdicha del que no
las despedidas, los desencuentros de amor, la muerte, pero
sabe cómo seguir viviendo sin una forma que se ha vuelto
es innecesario odiar la vejez, empeñarse en poseer a un se-
más importante que su vida. Inconformidad no es nostalgia
1. Escribe Eduardo Grüner, a propósito de una dialéctica negativa en la obra de
por lo perdido, ni exigencia de un futuro planificado, ni
Adorno, algo que se refiere a la potencia crítica (y por eso política) de la negati- precaución contra figuras declaradas peligrosas.
vidad: “De la dialéctica, repitámoslo, la filosofía atonal retiene el momento negativo, el
de la contradicción en acto, no resuelta, el momento de la tensión mediadora que se abre Inconformidad, apertura no como expectación inmóvil, sino
paso a los intersticios que quedan entre las identidades constituidas, para desnaturali- como arrojo que anda. Andar no de cualquier forma, sino
zarlas, para denunciar, justamente, su proceso de construcción ideológica”.

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inconformidad prólogo

entre los huecos de las formas conocidas. El pronombre de en desastre, inconformidad provoca entusiasmos que rocían
la primera persona del singular confunde la representa- las cosas sin especular resultados, derrames que no se
ción de sí con el universo de lo posible. El inconsciente del pierden, no se sacrifican ni estallan por la presión de sus
psicoanálisis llama a lo fugitivo. Darse a lo posible (entre torrentes; intensidades que desbordan continentes, inven-
otras cosas) es darse al inconsciente: a los cursos imprevis- tan entornos húmedos y llueven entre las formas.
tos del sentido. El sentido vive prófugo en las formas.
Enfermedad: nerviosismo del deseo.
Insatisfacción: trampa en la que el deseo consume su La insatisfacción envuelve al deseo con cuentos de pleni-
potencia. tud, lo hace sentir excitado, contrariado, aplazado. Utiliza
Inconformidad no es estado de infelicidad como la insatisfac- la dilación para exasperarlo. La insatisfacción se aprove-
ción. Si la insatisfacción se queja por el mundo que tenemos cha de la ingenuidad deseante, abusa de su inocencia, su
o por algo que la vida no nos da, inconformidad insiste como generosidad, su buena fe. El deseo seducido por la insatis-
deseo que se suelta de lo existente. El deseo llega de visita facción se vuelve loco: persigue su propio encierro. Incon-
a las formas, las habita, atraviesa sus extensiones, pero no formidad hace huecos para fugas siempre proyectadas.
quiere quedar atrapado en ellas. En la insatisfacción, el de-
seo (enredado) se levanta de mal humor, pierde sus mejores Los ambiciosos no albergan inconformidad, son insatis-
horas en quehaceres de mantenimiento de las formas, con- fechos que hacen planes para obtener fortunas, acumular
trae obligaciones, se vuelve demandante de todo y termina prestigio o tener poder sobre otros. El ideal de la ambición
convencido de que la vida le debe satisfacción. es la gran satisfacción. Inconformidad no es ansiedad de
triunfo o afán de progreso. Inconformidad aloja al cuerpo
Inconformidad no es reacción del alma frustrada. No devie- indignado de la historia. No busca mejorar al yo, sino des-
ne del desencanto ni deriva de la desilusión. Frustración, hacerse de su forma pegajosa. La identidad, esa babosa.
desencanto, desilusión, son reclamos de la conformidad de-
cepcionada. La decepción es venganza de creyentes que Inconformidad no es condescendencia con extravagancias y
sienten sus expectativas estafadas. Inconformidad respira caprichos, conductas informales y exóticas, tratos sociales
un aliento sin fin, un movimiento en el que el deseo se ins- no solemnes y descontracturados. Inconformidad no es un
pira y se disuelve en el aire. gesto, un estilo o una costumbre, sino una posición crítica
ante el mundo y nosotros mismos. Crítica como trabajo que
Escepticismo es resto desencantado de una ilusión no piensa contra los automatismos del sentido común: resis-
abandonada o guardada en secreto. Escéptico no es el que tencia a las complacencias secretas con el poder y revuelta
no cree, sino el que teme volver a creer, el que se protege de potencias prisioneras en esa fortaleza construida como
de un sueño o lo deposita en un banco. Si el escepticismo forma de la mayoría.
es la terapéutica del enfermo de ilusión que va de desastre

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inconformidad prólogo

A veces, la insatisfacción se disfraza de inconformidad. No Inconformidad, resistencia alegre: alegría como entusiasmo
se puede distinguir una de otra. La insatisfacción asume que se sale de las formas y resistencia como sabiduría del
argumentos de protesta, simula lucidez y dice que está combatiente que, a pesar de no poder doblegar a su adver-
harta de vivir al servicio de las formas y que un día de es- sario, no renuncia ni resigna su potencia disidente.
tos se manda a mudar. La mudanza, el viaje, la fantasía de
comenzar una vida en otra parte donde nadie nos conozca, Inconformidad, alegría que nace del resistir.
son desahogos y engaños de la insatisfacción. Si la frustración es una golosina para chicos (mal) criados
Muchas veces los disconformes (que suelen ser ansiosos) en el ideal de la satisfacción, la resignación es amargura
caen tentados por promesas de satisfacción. ¿Qué augura que acepta sus formas y convenciones. El lamento, que
la satisfacción? La protección de un dios, una existencia sin siente que todo rechazo es inútil, consume su energía en
angustia, sin enfermedad, sin vejez, sin muerte, un amor gestos autocompasivos. La resignación es la burocracia de
sin dolor, la felicidad en pastillas. los insatisfechos. La cola de la queja es la figura del disci-
plinamiento, escuela del sentido común.

Insatisfecho: (1) caprichoso, (2) cómplice del capitalismo. Cuando la disidencia cae cansada o fascinada ante la si-
lueta espléndida del poder, sufre la crueldad de la insatis-
En este libro, se prefiere la expresión inconformidad antes
facción, la venganza del consenso. La insatisfacción trata
que inconforme o disconforme. El inconforme está en contra
mejor a los que siempre fueron insatisfechos. Se dice que
de algo, su razón de ser es esa oposición y termina contro-
en este mundo viven mejor los que no cuestionan las for-
lado por la forma a la que se dedica. Inconformidad pulsa lo
mas, los que no se preguntan sobre algunas cosas, los que
fugitivo, sin instalar una cualidad que alguien se asigna.
andan como autómatas programados. Se dice que los que
Se podría decir que quienes se afirman en el no, que las
más sufren son los que tuvieron la visión de la nada, los
rebeldes y discrepantes, que los opositores e insurgentes,
que estuvieron en ese instante de lucidez: algunos locos,
que las críticas de sí mismas y del mundo, que esas mi-
algunos artistas, algunos luchadores políticos, algunas
norías indignadas, por momentos, aspiran inconformidad:
personas que se analizan, algunos enamorados.
son habitantes pasajeros de esa práctica.

Inconformidad no es el adjetivo de los sublevados, sino el


Optimismo: ánimo que se complace cuando siente que
significante vacío de toda sublevación posible.2
puede alcanzar lo óptimo. Entusiasmo: cuerpo que se ani-
ma a salirse de sí.
2. Inconformidad tampoco como sustantivo abstracto, tal vez como nombre
conceptual de una acción de acciones o fijeza enunciativa del verbo inconfor- Inconformidad hace tensión no sólo con conformidad sino
mar, infinitivo que se conjuga con la vida o el acontecimiento. Respecto del con conformismo. La conformidad es el cumplimiento
empleo de la expresión significante vacío de Lacan, sigo una puntuación de
de una expectativa, el encuentro logrado entre la forma
Ernesto Laclau (1996).

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inconformidad prólogo

esperada y la forma alcanzada; mientras el conformismo y día, sedienta de cualquier resto de inconformidad. Los
hace coincidir el propio deseo con el deseo del poder. El arrasados (que viven al ras de la existencia social) casi no
conformista se adapta, se resigna, se adhiere a algo ajeno, tienen esa posibilidad: permanecen ausentes o se desmo-
pero hace creer que su sumisión y complicidad con el po- ronan como construcciones sin sustento. No tienen una vi-
der es libre realización de su espontaneidad satisfecha. El sión nítida de la nada, se sienten expulsados de un mundo
sentido común es la razón conformista. La espontaneidad, satisfecho. Una cosa es la nada como astucia del sentido
su excusa. que recuerda que todas las formas son revocables y otra es
que alguien se sienta nada o menos que nada como forma
Si el conformismo es despolitizador, inconformidad llama de desprecio y aniquilación existencial.
a la política. El progresismo en arte, política y psicoanáli-
sis suele ser conformismo disfrazado de inconformidad. La pregunta en los consultorios sobre cómo es posible que
El progresismo es el vestido renovado del sentido común. se pueda gozar de un dolor, de una fantasía o de la relación
Los progresistas impugnan algo para marchar hacia delan- con otro que nos hace sufrir, tiene una respuesta: neurótico
te, inconformidad no es marcha, sino estallido en el ojo de es el yo que cree manejar los hilos de su tormento hasta que
las formas. se da cuenta de que la situación se le ha ido de las manos y
pide ayuda para volver a disciplinar a su elenco, a seducir
a su público o adaptar el argumento: quiere recuperar su
Neurosis: (1) fanatismo personal, (2) omnipotencia de las
sensación de titiritero, la escenificación de su poder satisfe-
formas.
cho. Las neurosis gestionan la restitución del propio reino
Inconformidad no es construcción neurótica como la insatis- o de un mundo hecho a medida. La creencia de que cada
facción. Las neurosis gobiernan sin inconformidad: confis- uno podría tener dominio absoluto en su teatro, es uno de
can su potencia en sórdidos y oscuros teatros personales. los productos más vendidos por el capitalismo después
Cuando la potencia se entrega a los engaños de la satisfac- de Freud. La ilusión de poder sobre la propia interioridad
ción tiene conductas de un bebedor que se hace golpear en cautiva y consume potencias.
los suburbios. Los sufrimientos neuróticos escriben guio-
nes en los que abundan mentiras y traiciones, abandonos
y malos entendidos, crueldades y pasiones desbordadas. Cultura: (1) líquido convertidor, (2) escuela de corte y
La lucha entre el deseo y la posesión del otro es uno de los confección.
argumentos preferidos (en la estrechez imaginaria en que Inconformidad no es el malestar en la cultura. No es fatalidad
vivimos) de esas historias que se hacen pasar por íntimas, trágica de la condición humana, ni mera protesta contra el
secretas y personales. papel represivo de la moral dominante sobre las pulsiones.
No es pesadumbre ante desdichas del alma, dolores del
Las neurosis son desdichas ciertas de privilegiados. La cul- cuerpo, sufrimientos de amor y privaciones del mundo so-
pa es la policía secreta de la insatisfacción: patrulla noche

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inconformidad prólogo

cial. Inconformidad deviene crítica de las formas establecidas: alivian el deseo de inconformidad: su soledad irremediable
esa locura de las imágenes instituidas como realidad. Crítica entre los objetos posibles.
como posición descentrada que interroga por qué lo que es,
Es cierto algo que apunta Marcuse: el terror y la violencia
es así y no de otra manera o que pregunta cómo es el mundo
social, la crueldad y la muerte, se realizan también con
en el que determinadas formas han sido posibles y otras no.
fuerzas de la pulsión humana. La sublimación es la receta
Crítica como rechazo de cualquier idea que se imponga como
moral del capitalismo: la transformación de lo malo y de
destino necesario y, también, como umbral de despegue.
lo feo, en bondad y belleza. La sublimación es un ideal de
Con las formas sucede lo que Freud (1930) advierte que limpieza y depuración moral que pretende liberar a la pul-
ocurre con la cultura: aprisionados en las formas, resig- sión del objeto indebido, para ofrecerle otro mejor.
namos algo de nuestra potencia, pero sin las formas no
Pero, sin la referencia de un dios o la garantía de la razón
podemos vivir. La clave de la paradoja está en la palabra
ilustrada, sin la esperanza de la liberalización del progreso
aprisionados. Crítica clama una posición que no olvida que
o la ayuda de la sublimación orientada por la moral de
es deseable que la potencia copule con la forma, pero que
la mayoría (ideas en nombre de las que se cometieron las
no es necesario que se condene a vivir en ese encierro.
peores barbaries), inconformidad se proyecta como poten-
Inconformidad no es tampoco, como diría Marcuse (1962), el cia para siempre sublevada.3
Eros que trata de liberarse de las formas que le impone la
civilización. Inconformidad no es programa de una vida no Inconformidad: prefijo contra las capturas.
reprimida ni sublimación razonada de las formas del mal.
En Ser y tiempo (1926), por momentos, destella la cuestión de
No se trata de recuperar o transformar las formas removi-
la conformidad como determinación ontológica del ser de los
das o expulsadas por la cultura; tampoco de la liberaliza-
“entes a la mano” que sirven para: así el martillo guarda confor-
ción de las formas: que cada uno asuma la que le guste. Así,
midad con el martillar. Con el conformarse, para Heidegger,
como se dice sobre gustos no hay nada escrito, sería sencillo
afirmar sobre formas no hay nada establecido.
3. Inconformidad, angustia de las formas. Circulan pensamientos que intentan
neutralizar y controlar ese potencial emancipador. El sueño de curas químicas,
El conformismo publicita un mundo de conciencias indivi-
que supriman la conflictividad, anuncia el horror de un mundo sin angustia.
duales contentas y cuerpos complacidos. La libertad como Inconformidad, potencia del sinsentido de la existencia humana y sensibilidad
dominio de un yo espontáneo y pleno: cada uno es dueño de impugnadora. Cuestiones que Freud anuncia en El malestar de la cultura (1930)
hacer con su vida lo que quiera, siempre y cuando elija (si puede) o que Benjamin retoma pocos años después o sobre las que Marcuse insiste
en los años sesenta o que Foucault sitúa como debate biopolítico del presente,
entre las formas disponibles. reaparecen en este libro en la distinción entre inconformidad e insatisfacción o
entre inconformidad y sublimación. La idea de inconformidad, discute con argu-
Ni el sueño de una sociedad de consumidores libres, ni mentos que Zygmunt Bauman plantea en Tiempos líquidos (2006), Gilles Lipo-
la esperanza en la sublimación de las formas indebidas, vetsky sugiere en La société de déception (2006) y con artículos que Catherine
Meyer recopila en El libro negro del psicoanálisis (2005).

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inconformidad prólogo

ranzas de satisfacción eterna, a la vez que explicaciones


pasa algo parecido que con el comprenderse: la forma, a la
necesarias para tolerar la frustración.4
vez que contiene, aprieta al ser, aunque el ser-en-el-mundo no
pueda dejar de vivir zambullido en la multiplicidad. El se La reconfortación era una caricia para el alma angustiada;
conforma con sugiere que se arregla con poco, con menos o el confort su adormecimiento; inconformidad, el ruido y la
con lo que hay. Conformar también se escucha como signifi- furia de su voz inarticulada.
car, referir, interpretar; incluso como identificar. La idea de
conformidad, que supone una totalidad, complica el devenir
hacia lo abierto, mientras inconformidad dice el no todo que Lo venidero: (1) acontecimiento, (2) secreto de lo que brota.
hace saltar la banca de las formas. Inconformidad tienta mo- Si la nostalgia mira hacia el pasado, inconformidad espera
vimientos hacia la descomprensión, la desinterpretación, la lo venidero. Lo venidero siempre está por llegar y nos habita
desidentificación: alienta al prefijo contra las capturas. como inminencia. El llegar de lo venidero es expectación que
no cesa. No interesa su llegada, no importa su arribo consu-
mado. Lo venidero gusta del porvenir, saborea la alegría de
Acomodado: (1) protegido por el poder, (2) esclavo.
la potencia. Lo venidero no alude a algo futuro, acontece
Inconformidad atiende a lo que incomoda o desacomoda. La como hendidura que espera en el presente o como temblor
angustia no encuentra sosiego en las formas, aunque las del recuerdo. Lo venidero bulle en la memoria como pasado
necesita y, por momentos, es alojada en un abrazo, en una no acontecido o cosquillea en el presente como sensación
palabra o en la obra de otro. todavía sin forma. Lo venidero no es anuncio de una nove-
dad, algo que va a ingresar o que se va a agregar a lo que ya
La comodidad, cuando no es efecto de la confianza tran-
estaba: un añadido que viene a adornar, completar o mejo-
quila entre semejantes que se sienten bien juntos, es una
rar las formas dadas. No es publicidad que promociona un
sensación asociada al confort: un bienestar que se alcanza
objeto que nos llenará de satisfacción. Lo venidero late como
a través de casas o autos, heladeras o sillones. Benjamin
posibilidad por estallar en todas las formas expresadas.
llamaba hombre estuche a la criatura burguesa que se apol-
tronaba y resguardaba en esas cuevas de la interioridad Inconformidad sobreviene como acontecimiento, como sole-
moderna. El confort es la fórmula (forma de las formas) de dad que se pregunta cómo sigo viviendo o cómo será mi vida a
felicidad personal en tiempos del yo del capitalismo. Hasta partir de este momento o como perplejidad que dice no sé lo
en la expresión sentirse confortable en el propio cuerpo, se su- que me pasa, nunca me sentí así. 5
gieren conductas de consumo: gimnasios, dietas, cirugías.

En el término confort, todavía resuena la idea de reconforta- 4. Chistian Ferrer (2003) a partir de una serie que traza entre ideas de Scho-
ción, ese don espiritual de las religiones que ofrecía sentido penhauer y Nietzsche recupera la fuerza del término reconfortación.
a los dolores de esta vida, además de promesas y espe- 5. Escribe Deleuze (1969) “El estallido, el esplendor del acontecimiento es el senti-
do. El acontecimiento no es lo que sucede (accidente); está en lo que sucede, el puro
expresado que nos hace señas y nos espera”.

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inconformidad prólogo

Cuando las formas naufragan, se resquebrajan o nos aban- El devenir minoritario no es una empatía ingenua con los
donan, en ese instante de angustia, acontece (si acontece) que sufren, ni el resultado positivo de una especulación
inconformidad como sentido que abraza, como deseo que intelectual, ni el proyecto mesiánico de almas buenas, sino
aloja lo que no se puede contener o apertura que sigue el el desprendimiento de esa forma de mayoría que el yo cap-
curso de lo derramado. turado venera. La mayoría es la forma segura y amenazan-
te que quiere imponerse a todos. Las minorías no tienen
Inconformidad: ardid de la potencia. forma o luchan por tenerla o viven en una forma insegura,
amenazada y perseguida. Si la identidad es una fórmula
El psicoanálisis no es una búsqueda de la forma única, sino
de mayorías, la diferencia es forma no del todo formulable
una práctica de alojamiento de lo único que nunca tiene
de las minorías.7
forma. Lo único no tiene forma, porque toda forma, para
existir como tal, tiene que ser forma de otra cosa o de algo
previo. A esa forma de lo único (que no se puede reconocer Resentimiento: (1) obsesión de la memoria, (2) celda de la
como forma) la llamamos inconformidad. pasión.
Inconformidad no es posición resentida con lo que las formas
El psicoanálisis no siendo inconformidad puede, junto con
han hecho de nosotros: no somos víctimas de las formas.
el arte y la política, alojar inconformidad.
Algo así expresa Sartre a propósito de Genet, dice que no
estamos hechos de arcilla y que no sólo importa “lo que
Inconformidad: potencia que habita en lo mínimo. hacen de nosotros, sino lo que nosotros mismos hacemos de lo que
No se puede reunir ni enseñar inconformidad, no hay par- han hecho de nosotros”.
tido ni escuela de algo así; sin embargo, inconformidad
No se trata en este libro, sin embargo, sólo de retomar el
provoca izquierdas y deserciones. Deleuze sugiere que las
valor de la libertad y de la voluntad crítica, sino de atender
izquierdas son un devenir minoritario. Izquierdas en plural
también a lo imponderable, al choque casual e inesperado
no como forma de gobierno o como manera prefigurada de
cómo se debe reformar o transformar el mundo, sino como
hospitalidad con lo mínimo, lo olvidado, lo desclasificado, Foucault). Imaginemos algunas series de colectivos mínimos: niño, mujer,
lo expulsado y negado, lo casi insignificante. loco, revolucionario; o cabecita negra, bolita, judío, homosexual, palestino; o
explotado, marginado, inmigrante; o animal, agua, árbol.
El devenir minoritario (ese ir hacia, siendo lo otro) no es 7. Devenir minoría no se explica por una cuestión de número. El término mi-
noría no remite para Deleuze a una cantidad pequeña de personas respecto
tanto mutar o transformarse en el extraño, sino dejar llegar de otra muy abultada: devenir minoría significa inconformidad con los mo-
lo venidero de esas potencias minoritarias en uno.6 delos de las mayorías. El devenir minoritario desea escurrirse fuera de los pa-
trones establecidos, acontece como movimiento que lleva, si nos dejáramos
6. Uno no significa un sujeto individual, sino cuerpo de multitudes silencia- llevar, hacia algo no conocido y por lo tanto sin una forma reconocible o
das (de ahí la idea de micropolítica que Deleuze comparte con Guattari y con esperada de antemano.

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inconformidad prólogo

de los cuerpos que, por un momento, se salen de las for- Inconformidad: soledad.
mas. No que pierden las formas y hacen lo que no deben, Uno de los problemas de la escritura fragmentaria es el
sino que se salen de las formas y hacen lo que no saben (lo de la separación y proximidad de los fragmentos: se los
que no saben saber) y que los sorprende fuera de sí. puede distinguir y ordenar con números, letras, frases de
comienzo en mayúsculas, subtítulos o, si no, con puntos,
Inconformidad: fuga. líneas o espacios en la página. En este texto, los títulos de
capítulos y los fragmentos de cada capítulo están indica-
Este libro se inicia con un personaje N.N./El 54 que impor-
dos por definiciones de términos o expresiones. Este ensa-
ta como memoria desconsolada de imágenes y deseos no
yo finge la forma de un diccionario.
abandonados de los años setenta. N.N./El 54 acarrea un
resto lejano de emancipación, soporta la confiscación de su Definir es establecer algo firme para que se alcance a ver
potencia y su deriva golpeando los muros del encierro, la el hueco que deja lo fugitivo. Las sentencias de este libro
nostalgia, la culpa, la locura. Luego se combina ese primer no son veredictos del argumento ni convenciones dictadas
relato con historias en las que siempre están presentes arte, por el poder; sólo son gestos amistosos o gustos del pensa-
política, psicoanálisis. Un libro compuesto de pasajes en miento. Ocurrencias de la soledad.
los que late un vacío que se llama inconformidad.
Las definiciones (se verá) más que acepciones, parecen
decepciones, pero no tanto por que colmen de desilusión,
Artículo determinado: figura a la que le gusta preceder a sino porque se derivan, se enlazan y trazan conexiones que
un nombre al que poder unirse. recurren a la cita implícita, al comentario o al capricho. Al
Inconformidad expresa, en este libro, una voz que rehúsa final, la escritura no es toda inconformidad, avanza entre las
la articulación. Trata de recordar así su deseo de indeter- trampas inevitables de la insatisfacción.
minación y ambigüedad, condiciones que necesita para
escapar de la presunción de que trasporta referencias ya
conocidas. Una voz que también huye de las mediciones
de los cuantificadores (mucha, poca, bastante o demasia-
da inconformidad) y del asedio de los modificadores que
llegan con sus predicaciones (inconformidad primordial,
obstinada, esencial). Una voz que evita parentescos con el
adjetivo inconformista que dice que se le parece y con rela-
ciones sustanciales que se le atribuyen.

22 23
1. locura: cuerpo doliente
de la historia

N.N./ El 54: identificación de una persona sin nombre que


comenzó su vida en 1954, año en el que nacieron muchos
de los desparecidos.
Dice que es del cincuenta y cuatro, llegó sin documentos, no
recuerda su nombre. Asegura que es un traidor. Lleva años
internado en el hospital. Siente algo especial por los treinta
y seis meses que van desde mil novecientos setenta y dos
hasta mil novecientos setenta y cinco, entre sus dieciocho y
veintiún años. Reconoce que a fines del setenta y cuatro la
cosa estaba perdida; dice que, desde entonces, tiene muchos
muertos, que incluso él mismo está muerto. Explica que la
muerte ya no cabe en ninguna parte. Tiene puesto un saco
de marinero con solapas anchas que le llega más abajo de
la cintura, lleva prendida una cinta negra. Aclara que es un
hombre de un solo traje. Cada tanto se siente mujer. Rechaza
los interrogatorios, acepta las entrevistas cuando parecen
conversaciones distendidas. Casi no responde preguntas
sobre su familia. Muchas veces intentó cortarse la palma de
la mano con un cuchillo. Su padre era comerciante, su tío
trabajaba en un teatro. Tiene una memoria prodigiosa. Relata
detalles de una obra que se estrenó hace cuarenta años, habla
horas de esa historia: imita voces como si estuviera en escena
o comenta, haciendo un aparte, marcaciones del autor. Men-

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inconformidad 1. locura: cuerpo doliente de la historia

ciona rituales que pertenecen a la tradición judía. Cuenta co- de papeles para quemar el pabellón. Cuenta que en el año
sas sobre un pintor que se llama Otto Dix. En sus pesadillas, trescientos cincuenta y seis, antes de la era cristiana, un
está en un puente, no puede pasar del otro lado ni retroceder. joven griego desconocido, que ardía en deseos de gloria,
Se despierta sobresaltado todos lo días antes de que den las incendia el templo de Artemisa para cuya construcción
siete: quiere estar con los ojos abiertos a la hora de la traición. habían sido necesarios ciento veinte años. Eróstrato, que
En los bolsillos del saco, guarda una carta, el recorte de un deliraba de goce cada vez que se sentía nombrado, soñó
diario, una foto que nunca muestra, el programa de un cine, hacerse inmortal abrazado del fuego. Así lo encontraron
el boceto de una historieta. Conoció a la mujer de su vida, gritando su nombre una noche entre las llamas. Las au-
en aquellos meses, cuando trabajaba en una librería. Ella era toridades del imperio prohibieron, bajo pena de muerte,
veinte años mayor, le dijo que se parecía a un escritor que mencionar la identidad del vanidoso; sin embargo, el
había sido hijastro de Rilke. La muchacha lo alentó a estu- murmullo de los tiempos lo ha hecho llegar hasta noso-
diar psicología. Volvió a ver a la mujer en una película. Cada tros. Asegura que, cuando pueda recordar cómo se llama,
tanto, interrumpe lo que está diciendo para murmurar cosas incendiará el hospital.
que no escuchamos. Al volver, explica que está conspirando,
que la única defensa que tiene es conspirar. Aclara que no
Eternidad: condena.
vive allí por elección. Insiste en que no es un desertor sino
un traidor. El manicomio no es un refugio para escapar del Aquellos meses son, para él, todo. Tiene la visión de un
mundo, permanece internado porque no tiene a dónde ir. cronista que escribe el Eclesiastés, uno de los cinco rollos
No existe palomar al que pueda regresar con su mensaje. Un de la biblia, Kohelet en hebreo: lo ve derramándose sobre
día espera desaparecer en el fuego. Afirma que conoció, en los papiros, tres siglos antes de esta era. Alcanza a leer
el hospital, a dos tipos que llegaron en esos meses extraordi- una frase recién anotada en el libro sagrado: “no hay nada
narios desde otra galaxia, investigadores de una civilización nuevo... nada tan nuevo que alguien no lo haya soñado antes”.
avanzada que nos estudian; cuando transmiten sus informes, No puede dejar de pensar en esa revelación. Todo lo que
siente un zumbido en la cabeza. En mucho tiempo tuvo una vivimos, todo lo que habremos de vivir, incluso aquello de
sola visita: un compañero del colegio, de quien no supo en lo que estamos privados, todo, ya ha sido soñado. Su vida
treinta años, llegó un día para traerle la imagen de un identikit no es su vida, sino el estallido ocasional de una pesadilla
que se le parece. Amenaza con quemar el pabellón. Aclara desprendida del tiempo. Estamos condenados en un mun-
que, de todos modos, en el 2019 no habrá psiquiátricos. do eternamente soñado que cada uno vive como parte de
un grandioso olvido. El libro afirma que no hay lo nuevo
en ese universo interminable. N.N. permanece insomne en
Fuego: nave de gloria. aquel presente sin antes ni después, explica que, para él,
No sabe cómo se llama, pide fuego. No, no es para fumar. esos meses extraordinarios son momentos preciosos arran-
Muestra que no lleva cigarrillos, sus bolsillos están llenos cados a la eternidad.

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inconformidad 1. locura: cuerpo doliente de la historia

Manicomio: la nada tras los muros. para Locos, cambia su uniforme por la ropa que usan los
Aclara que no es voluntario ni tiene alas. Tampoco se inte- internados. Los alemanes ingresan en una sala repleta de
resa por la ornitología. Dice que es un naipe fuera de jue- dementes, los interrogan. El que construye un castillo de
go, una baraja que, quizá, tuvo valor en esos treinta y seis naipes se presenta como el Duque de Tréboles, entonces, el
meses extraordinarios. Cuenta que el francés Philippe de voluntario entendido en pájaros hace lo mismo: se anuncia
Broca estrena, en 1966, Le Roi de Coeur, que se muestra en como Rey de Corazones, de inmediato, todos vivan al Rey,
Buenos Aires con el nombre de Rey por inconveniencia. En estalla una algarabía contenida. En esa repentina confusión,
aquellos meses, ve tres veces la película y todavía disfruta los alemanes desisten de buscar al enemigo y se retiran.
contando la historia.
En ese sitio a punto de arder, mujeres y hombres insanos
Es octubre de 1918, cuando la guerra casi acaba, un pe- salen del manicomio, con alegría y naturalidad ocupan el
queño pueblo del norte de Francia espera su liberación. pueblo abandonado. Habitan la pequeña ciudad de los
Mientras los aliados avanzan, el ejército alemán comienza ausentes. Mudan sus roles: mujeres con bellos vestidos,
la retirada. Tiene la intención de hacer estallar el pueblo, hombres con hermosas galeras; un caballero celebra un
justo a media noche, cuando un regimiento de escoceses se encuentro con una dama; una provocativa mujer llama a
asiente en el lugar. sus clientes desde una ventana; un médico hace su primera
receta; otro, vestido de aviador, se pasea por una calle; un
Un miembro de la resistencia envía un mensaje para policía cruza la plaza en bicicleta; el general se instala en el
prevenir a los aliados. Lo descubren y lo asesinan, pero circo; los nobles van en un coche tirado por un camello; el
la advertencia llega a destino. El coronel escocés solicita obispo tiene una Catedral del siglo XII para él solo.
un voluntario que vaya a desactivar el polvorín. La misión
recae sobre un joven ornitólogo encargado de comunica- El voluntario, conocedor del vuelo y el canto de las aves,
ciones que habla francés. envía una paloma con un mensaje que no llegará nunca.
Dice: “Pueblo equivocado. Gente rara. Un oso suelto, dos leones”.
Mientras tanto, en el pueblo, circula el rumor de que los A medida que transcurre la película, los locos construyen
ocupantes se retiran dejando una trampa mortal: la pequeña una comunidad amorosa y hospitalaria. El ornitólogo elige
ciudad explotará en cualquier momento y, en pocas horas, el morir junto a los delirantes, antes que regresar a la guerra.
fuego acabará con todo. La población huye. Cuando el vo- Pero, al final, cuando todo está por estallar, descubre cómo
luntario llega al pueblo, llevando una jaula con dos palomas detonará el polvorín y, entonces, todos se salvan de ser
mensajeras, encuentra el escenario desierto. Los habitantes consumidos por el fuego.
del lugar se han marchado: animales de circo andan sueltos.
Tiempo después, la gente del pueblo regresa y los enfer-
La última patrulla alemana, en retirada, lo sorprende: co- mos vuelven al manicomio. Entre una vida de muerte y la
rre, busca un lugar en el que esconderse, entra en un Asilo nada, eligen la nada tras los muros. En la última escena, el

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ornitólogo voluntario deserta: arroja su fusil, se desprende el Delator: el que entrega a su hijo.
uniforme de soldado y avanza desnudo, con dos palomas Dice que todavía observa, desde lejos, ascender el humo de
en una jaula, hacia la puerta del psiquiátrico. El hombre de los hornos. Su padre (socio del Hogar Policial) lo denuncia
los pájaros se llamaba Plumpick. en mayo de 1976: habla con los uniformados como un ven-
dedor que discute el precio de una toalla, cuenta que su
Explica que le gusta la historia. Está seguro de que él es el
hijo anda en algo, lo entrega con la picardía del negociante
rey del fuego: el día que recuerde su nombre incendiará el
que calcula obtener una ventaja.
hospital.
Leyó en el Libro que Dios hizo llover azufre y fuego sobre
Guerra: mudez. Expresionismo: grito salido de la mudez. Sodoma y Gomorra. Descarriados por las riquezas, crueles
con los esclavos, sanguinarios con los extraños, brutales
Hace unos años los llevan al Museo de Bellas Artes. La
con los pájaros, responsables de orgías, promiscuidad,
psicóloga tiene que pagar el micro de su bolsillo. Reconoce
incesto (en días de fiesta, mujeres y hombres, se divierten
la ciudad. Recuerda que la mujer que amó vivía cerca de
y gozan, sin temer a Dios), los sodomitas son condenados a
Plaza Francia. Tuvo miedo de visitar su casa. Explica que
desaparecer. Sólo Lot se salvará por ser hospitalario: es el
Otto Dix pinta el dolor del mundo y que deforma lo que
único, en toda Sodoma, que ofrece acogida a los ángeles
ve, igual a como el dolor deforma la vida. Recuerda un
disfrazados de extranjeros. Dios decide premiar ese acto
avión de guerra volando rasante sobre una calle angosta
de generosidad y le permite partir de la ciudad condenada
en la que figuras humanas huyen y la mujer delgada del
junto con su esposa y sus dos hijas.
vestido a cuadros que fuma sola sentada junto a una mesa
redonda en la que hay un vaso y las pinturas de militares Llama la atención sobre un detalle de la historia, un episo-
con medallas que brillan en sus uniformes y la calavera dio anterior a la destrucción: cuando Dios le comunica el
con pelos o gusanos que salen de los huecos de sus ojos exterminio de Sodoma, Abraham quiere saber si aniquila-
y de su boca y las trincheras de las muertes arremolina- rá tanto a justos como a malvados. Si vivieran allí cincuenta
das y el general de la cara roja bebiendo con una mujer justos ¿no perdonarías a esa ciudad? Si, acaso, encontrara allí
desnuda sentada sobre sus rodillas y esos soldados que cincuenta justos, perdonaría, por ellos, a todos los demás. Y si
parecían hormigas mutantes con cascos y máscaras de gas de cincuenta justos faltaran cinco, ¿destruirías, por sólo cinco,
y los ojos abiertos del hombre, espantado, que vio algo que a todo un pueblo? Aún faltando cinco, perdonaría a todos los
nadie debería haber visto. Dice que en todo delirio hay una demás. Y si faltarán diez, ¿destruirías, por sólo cinco más, a toda
visión de guerra, de soledad y de traición. Pregunta si, bajo una comunidad? Todavía los perdonaría. ¿Y si faltarán otros
tortura, un muchacho podría revelar el nombre y el para- cinco? ¿Y otros cinco? ¿Y cinco más? Cuando la negociación
dero de la mujer de su vida. termina, Dios accede a no castigar a Sodoma si, por lo me-
nos, encuentra a diez justos.

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inconformidad 1. locura: cuerpo doliente de la historia

Dice que su padre también comerciaba, tenía un negocio Dios todos los viernes a la noche”. Su amargura se confunde
de telas. con su enojo, su desprecio con su orgullo, y sin embargo
“un sofocado amor, una ternura que apenas puede manifestarse”
asoma en su canto. Su voz no es la de antes, está viejo, la
Frontera: (1) más allá comienza el mundo, (2) más allá se
comisión directiva del templo no lo quiere.
acaba el mundo, (3) límite de lluvia.
Recuerda esa tarde del último viernes de septiembre de No todos saben darse un lugar en este mundo. Sus
mil novecientos cincuenta y ocho. Esa vez, con su madre, pequeños ojos de juez hacen que uno se sienta culpable.
parados en el refugio de un puente, en medio de la llu- Permanece con los dientes apretados, necesita hablar con
via, desisten de llegar hasta San Martín. Desde entonces, alguien. Un pequeño gorro de tela negra cubre su cabeza,
el miedo se presenta, para él, como la imposibilidad de casi no durmió en toda la noche: soñó que estaba muerto.
cruzar una frontera. Suele amanecer con la tristeza de ese
El tío Max es un solterón que vive en la casa de su hermano,
signo claudicante.
un actor que tuvo su talento: “Todo él es un esfuerzo
sobrehumano de no envejecer, de no quedarse solo...”. Presenta
Inconformidad: (1) soledad, (2) traición. la obra así: “Vengo a decir kadish. ¿A qué no saben qué quiere
Un hermano de su padre trabaja en un teatro sobre la calle decir ‘kadish’? ¡Qué van a saber! Es un réquiem, una oración
Boulogne Sur Mer. Recuerda que ese día ayuda a su tío en para los difuntos. Un kadish por los Abramson. Por mi familia.
la limpieza de la sala. Tiene diez años. Al comenzar la obra Es lo único que me queda y yo los quiero mucho y no puedo hacer
se queda dormido. Relata que Réquiem para un viernes a la nada por ellos”.
noche de Germán Rozenmacher se estrena en el teatro IFT el
Sholem dice que su hijo es el enemigo de la casa. Un alma
veintiuno de mayo de mil novecientos sesenta y cuatro. Es
ajena nacida de su misma sangre. Un fracasado que escribe
la historia desesperada de una familia, de una ciudad, de
versos. “¡Vos no escuchaste lo que yo tuve que escuchar cuando le
una época. “¿Dónde está tu hijo, Leie?”. La obra transcurre
pregunté si andaba con una chica! ¡Y después cuando le pregunté
en una noche de otoño de los sesenta. Un departamento en
si la chica era judía!, tenías que haber estado aquí para escuchar
Lavalle y Pueyrredón. Sobre las paredes retratos ovalados
cómo, con qué insolencia me contestó: ‘¡no y qué hay con eso!’
de viejos judíos rusos: sus gorros, sus barbas, sus mujeres
¿Te das cuenta?”. El muchacho va contra la corriente. “¡Es
pequeñas posando de pie, a un costado. El mantel tendido
un antisemita! (Camina) Es más que eso. Para mí es un traidor.
sobre la mesa, los cubiertos puestos, el lugar del padre, la
Es un hijo que traicionó a su padre”.
copa de plata para la bendición del vino. Un candelabro de
tres brazos con velas encendidas. Una tela de seda borda- La madre sueña que la casa se le cae encima. No sabe
da con una estrella de David cubre el pan. Sholem canta en qué hacer, finge ordenar los escombros como si fueran
una sinagoga de la calle Cangallo: “Y cantando se pelea con los muebles de siempre, se siente quebrada. El hijo de la

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vecina se recibió de farmacéutico, se casó con una chica herida del deseo ahonda la cueva de la soledad. Continúa:
farmacéutica igual que él, se fue a Norteamérica, va a “¿Acaso yo tengo la culpa, hijo, si las cosas son como son? Yo
volver rico. ¡Satisfacciones que una tiene! “Apague ese sólo sé que nadie nos quiere y que el mundo andaba mal antes de
cigarrillo, ¡goy! ¡Ya estamos en viernes a la noche! No se puede que yo llegara y nos golpearon mucho y nos ofendieron todavía
fumar. Lo único que falta... Que entre Sholem y lo encuentre más. ¡Y vos no sos quién para arreglar las cosas!”.
fumando”.
También el abuelo era cantor en Capule, un punto en medio
David es el único hijo de los Abramson. Cumplió veintiséis de Rusia: “En nuestro pueblito de Capule, la nieve cuelga como
años, trabaja en una sastrería, tiene mil páginas escritas, lágrimas de las ramas secas”. Cuenta el talmud que el viernes
sus amigos son artistas, filósofos, muchachas locas: todos por la tarde un rabino envuelto con su talit llama a recibir el
goim. Vino a decir algo, tomó una decisión, rebosa de shabat. Cuando se pone el sol, todos salen de sus casas con
tensión, trata de tranquilizarse, no puede mantenerse ropas de fiesta. Algunos cantan y bailan, otros pronuncian
sereno, respira hondo, siente miedo, bronca, no aguanta oraciones de bienvenida. El viernes a la noche es para unir
más. Lleva una carga terrible. El respeto que siente por su a la familia. No queda nada de todo eso. “Teníamos como
padre hace que, por momentos, se repliegue. Duda de lo cinco calles, dos baños públicos, trescientos habitantes y una
que está por decir, se excusa: “Estuve ahí, con María. Me está sinagoga tan vieja como el mundo...”. Los alemanes quemaron
esperando en el café”. todo. ¿Qué les molestaba Capule? “Pero el chico nació aquí.
¡Pero si nació aquí por accidente! Sí, Sholem. Pero el caso es que
Se desgarra, pelea dentro de él, decide callar; pero, nació aquí y este es su país”.
indignado, al final, se desborda, se lanza sin poder
contenerse, habla. A los gritos. Se arrepiente, se esfuerza El padre expulsa al hijo. El Kadish Iatom se dice por alguien
por volver a un tono más bajo, se da cuenta de que es inútil que está en duelo o en el aniversario del fallecimiento de
hablar. Con cautela, pero decidido continúa: “Vine a decirte un ser querido. Kadish se traduce en forma literal como
que me voy de esta casa”. Parece humillado, vencido. N. N. significación. Sholem concluye: “Se me ha muerto un hijo. Hoy
dice que Rozenmacher señala que David prefiere no entrar se me ha muerto. ¿Dónde hay un libro de oración? (Pausa) Ya
en combate. Recuerda que el texto aclara que: “quizá no no tengo más un hijo que se llamaba David. Y voy a guardar
porque no quiera sino porque no puede fintear con su padre ni luto siete días. Era mi único hijo. (Se quiebra) Y ahora no tengo
con nadie”. a nadie”.

Sholem le ordena, le pide por favor que se quede con toda


la ternura de que es capaz. La misma voz de tenor que el Testigo: (1) el que no puede dejar de ver, (2) el que estuvo
padre. David no responde. N. N. explica que el muchacho en el infierno.
no quiere vivir el mundo del padre. Decisión que duele, Dice que, desde la guerra europea de 1914, justos y malva-
desgarra, corta raíces. El deseo nace de esa herida. La dos se atrincheran en el fuego. Otto Dix, como otros jóve-

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nes de la época, se enrola como voluntario para ir a pelear. Inocente: el que traiciona por miedo o sin darse cuenta.
Pregunta, ¿por qué un hombre desea entrar en el infierno? Tiene estudios secundarios. Explica que los inocentes tam-
Recuerda con precisión algo que lee el día de la visita al bién traicionan. En el sesenta y nueve cursa segundo año,
Museo. Repite lo que Otto Dix escribe en su diario de 1915, esa mañana de otoño, se rumorea, algunos muchachos no
en el frente: “Piojos, ratas, alambrados, chinches, granadas, entran a clase. Reconoce que él no se dio cuenta de nada.
bombas, cuevas, cadáveres, sangre, aguardiente, ratones, gatos, Llegan al aula el vicerrector y el jefe de preceptores con
gases, cañones, suciedad, balas, morteros, fuego, acero, eso es la un joven a quién acaban de expulsar de la escuela, el chico
guerra. ¡Una obra del diablo!”. quiere decir algo. ¿Despedirse? Lleva una cinta negra en la
solapa, saco azul, corbata gris, camisa blanca. Lavalle dice
Juramento de amor: promesa que sobrevive a pesar de la que mataron a un compañero en la ciudad de Córdoba.
traición. Fusaro explica que el alumno que acaba de hablar no pisa-
rá más el colegio. Cuando se van, la clase continúa como
Vuelve a la historia del viernes a la noche. Explica que una
si nada.
promesa necesita tanto tiempo como, dicen, se necesita
para hacer una psicosis: tres generaciones. El hospital es
Capule. El mundo es un sitio inhabitable. Se considera un Ejecutivo: hace sin dilación lo que tiene que hacer.
traidor como David. La traición cuando no es deslealtad Los traidores delatan al amanecer. A los diecisiete años
brutal, engaño calculado o estafa a la confianza, es fuga de trabaja en una estación de servicio. A principios de no-
una celda de amor. El hijo no traiciona a su padre cuando viembre, no hace frío en la provincia de Córdoba, su turno
lo mata, le roba la mujer o se queda con su dinero, sino termina a las ocho de la mañana.
cuando decide vivir otra vida. La marca de esa traición se
lleva en el nombre. Se olvida el nombre para no recordar la Admite que, a veces, se llama Carlos Enrique Olmedo. Re-
historia de esa marca. cuerda que el número veintidós de la revista militancia del
ocho de noviembre de mil novecientos setenta y tres tiene
en la tapa su foto. Olmedo muere el tres de noviembre de
Fortuna: línea trazada en la palma de una mano. mil novecientos setenta y uno, junto a otros tres compañe-
Pregunta si leemos historietas. Explica que desde el co- ros. Algunos días antes, tropas del ejército al mando del
mienzo, Corto Maltés, el personaje de Hugo Pratt, se ase- general Alcides López Aufranc ocupan el complejo indus-
gura la buena suerte. Se da cuenta, siendo chico, que le trial de la empresa Fiat en Córdoba. Rodean las plantas de
falta la línea de la fortuna en la mano. Toma la navaja de Materfer y Concord, retiran la personería a la organización
afeitar de su padre: se hace una a gusto. sindical de Sitrac-Sitram, despiden doscientos cuarenta y
seis trabajadores que son delegados y activistas políticos.
Entonces, un grupo de militantes planea secuestrar a un

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funcionario de la Fiat. Proyecta exigir, a cambio de su cientos de casas están en manos de una sola persona, los so-
libertad, la devolución de la personaría sindical a la orga- cialistas procuran que esas viviendas se ofrezcan a quienes
nización gremial, la reincorporación de los compañeros no tienen techo. El hombre no cabe en su entusiasmo. (Aho-
despedidos y el cese de la ocupación militar. ra –avisa– viene el golpe bajo de González). Por último, le
explican que si él tiene dos trajes, los socialistas le sacan uno
La traición no obra por accidente. Se necesitan, también, para entregárselo a un desvestido. El hombre responde que,
tres generaciones para hacer un traidor. El ejecutivo de la entonces, no le interesa el socialismo porque, justamente, él
empresa se retrasa. No llega, a la hora prevista, al lugar en tiene dos trajes. (Recuerda la sonrisa triunfal de González).
el que lo esperan. Los muchachos tienen algunos años más
que él, son amables. Qué raro que estén allí tan temprano.
Avisa por teléfono a la policía. “Unos tipos sospechosos espe- Mujer: inconformidad que lee a Klossowski.
ran algo, son cuatro”, les dice. Dice que agua aire fuego son sus nombres. Saca, del bolsillo
de su saco, la página de un diario que llegó envolviendo
Cuando llegan los uniformados, a las siete de la mañana
algo que trajeron al pabellón. Lee sobre la muerte de Pierre
del tres de noviembre de mil novecientos setenta y uno,
Klossowski, en París. Recuerda que cuando trabajaba en la
él está en un lugar seguro. Algunos recuerdan los hechos
librería, hace más de treinta años, conoce a la mujer que
como el combate de Ferreyra o Mataderos o la lucha de la Fiat.
lee con furor Nietzsche y el círculo vicioso: es psicoanalista
Afirma que ese día se hizo traidor.
y lo llama mi estudiante. Tiene algo inquietante. Una vez le
explica que Klossowski piensa que la vida se reduce a un
Chiste: pensamiento que ríe. solo momento: la escena de un cuerpo que se entrega a la
En los años del colegio se sienta con Ricardo González. A mirada de otro. Un día lo invita a tomar un café, él le dice
Ricardo las camisas con corbata le aprietan el cuello. Hay que no puede salir en horas de trabajo; ella, como si no lo
respeto entre los dos. Ricardo, sin embargo, siempre cuenta hubiera escuchado, le contesta que muchas personas viven
el mismo chiste para pelearlo. Un hombre pregunta por el extenuadas en su identidad y que, por su parte, prefiere
socialismo. Le explican que si un capitalista tiene una fábrica inspirarse en el agua, en el aire, en el fuego.
sólo para él, los socialistas la comparten entre todos los que
trabajan. El hombre se entusiasma, pide más información. Le El tesoro de la juventud: enciclopedia de veinte tomos que
explican que si un terrateniente tiene campos improductivos, su padre compró con su primer sueldo.
los socialistas reparten las tierras entre quienes las cultivan.
Tiene una foto de un compañero que no muestra. Dice que
El hombre muy interesado, pide más detalles. Le explican
su amigo tiene el don de la juventud: un tesoro de muerte,
que si un especulador tiene millones de dólares guardados,
el privilegio de estar siempre por aparecer tal como era, el
los socialistas invierten ese dinero en beneficio de todos.
instante de esos ojos hermosos sin vida por delante.
El hombre cautivado, quiere saber más. Le explican que si

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inconformidad 1. locura: cuerpo doliente de la historia

Extraterrestre: libertario. Insiste: en esos treinta y seis meses pasaron cosas mara-
La historia lo emociona. Dice que en esos treinta y seis villosas. Asegura que lo que cuenta no es un invento. El
meses pasaron cosas maravillosas. Tiene un recuerdo vago zumbido que cada tanto siente en su cabeza es una prueba
(confuso e inexacto) de algo que escuchó. Asegura que no irrefutable. Circulaban en la prensa burguesa noticias sobre
es un invento. Sabe que es verdad por el zumbido que, a la presencia de objetos voladores no identificados sobre los
veces, siente en su cabeza. En aquellos días, se anuncia- cielos de la provincia de Córdoba. El periodismo oficia-
ba un cambio inexorable, la inminencia de otra vida. Un lista, como siempre, utilizó la información para distraer
tiempo de amor, juego, alegría. Una sociedad de pasiones al pueblo de los verdaderos problemas que azotaban su
descontroladas. Una fiesta, no ajena al dolor, en la que de- vida diaria. Aprovecharon para confundir su imaginación
seo y erotismo serían potencias de un cuerpo diferente. Ese con historias de criaturas peligrosas que preparaban una
momento estaba por llegar. El desarrollo de las ciencias y cruenta invasión. Un enemigo de afuera para disimular la
las tecnologías, por fin, resolverían sufrimientos que lasti- monstruosidad de adentro.
maban al mundo desde siempre. La marcha del progreso,
Dice que un grupo exuberante decidió fijar posición sobre ese
si se hacían las cosas bien, conducía a una vida mejor. El
hecho. Disputar los significados que atravesaban el espacio
desarrollo de las fuerzas productivas llevaba a un cambio
aéreo del mundo. Razonaron: si son exploradores de otros
de las relaciones de producción. Así había acontecido en la
planetas o galaxias es evidente que se trata de una civiliza-
breve historia humana y así habría de ocurrir. La sociedad
ción más avanzada que la nuestra. Una civilización avanzada
esclavista dio lugar a la sociedad feudal, la sociedad feu-
quiere decir de mayor desarrollo científico y, por lo tanto,
dal a la sociedad burguesa, el capitalismo burgués (tarde
social. Si esa civilización puede llegar desde los confines
o temprano) conduciría al socialismo, y el socialismo, en
del universo hasta nuestro primitivo planeta es porque ha
su etapa superior, alcanzaría la forma perfecta del comu-
alcanzado el ideal del comunismo social. No puede asegurar
nismo planetario. La vida avanzaba desde el futuro hacia
si de verdad vio el titular de ese diario. Aunque recuerda con
el presente. Era el anuncio de un sueño: sería posible la
precisión la tipografía con letras rojas que decía: ¡Todo nuestro
felicidad en esta tierra.
apoyo a los compañeros extraterrestres!
Así las cosas, muchos se preparaban para ese encuentro
con el porvenir. Tenían su prensa, mensajes semanales que Hiroshima: (1) nombre del olvido, (2) memoria
fijaban posición sobre cada cosa que ocurría en el mundo. inconsolable.
Apoyaban actos progresistas, festejaban anuncios liber-
La mujer que es veinte años mayor sabe de memoria diá-
tarios, condenaban y denunciaban hechos de crueldad.
logos enteros de “Hiroshima mon amour”. Una película de
Recuerda que era hermoso apoyar el progreso. Y hermoso,
Alain Resnais con guión de Marguerite Duras. En esos
también, oponerse a todo acto miserable.
meses extraordinarios, ella lo visita en la librería. Una vez

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inconformidad 1. locura: cuerpo doliente de la historia

le dice con los labios pegados en su oído: “No has visto dice Walsh: “Estoy aturdido. Muchas veces lo temía. Pensaba
nada de Hiroshima. Nada”. La mujer de su vida piensa que que era excesiva suerte, no ser golpeado, cuando tantos otros son
“el amor no debería olvidarse”. La última vez que la ve ella golpeados. Sí tuve miedo por vos, como vos tuviste miedo por mí,
tiene los hombros desnudos. Le hubiera gustada besarla. aunque no lo decíamos. Ahora el miedo es aflicción (...) No podré
La mujer veinte años mayor se despide diciendo: “Como despedirte, vos sabés por qué. Nosotros morimos perseguidos,
tú, yo también he tratado de luchar con todas mis fuerzas contra en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria. Ahí te
el olvido. Como tú, he olvidado. Como tú, he deseado tener una guardo, te acuno, te celebro y quizá te envidio, querida mía”.
inconsolable memoria, una memoria de sombras y de piedra. He
luchado por mi cuenta, con todas mis fuerzas cada día, contra el Explica que Walsh habla de partirse en pedazos de olvido.
horror de no poder comprender del todo el significado del recor- Cerrar los ojos, perderse en un desierto. Lee: “Anoche tuve
dar. Como tú, he olvidado...”. una pesadilla torrencial en la que había una columna de fuego,
poderosa, pero contenida en sus límites que brotaba de alguna
profundidad”. Piensa que sólo el fuego podría acabar con
Desertar: (1) abandonar un amor, (2) una causa, (3) el pro- un dolor así. Tampoco él puede dormir, dice que la noche
pio nombre. no pasa nunca. Lee lo que escribe Walsh en el final de la
Cuando se le pregunta por su nombre, responde que carta: “Hoy en el tren un hombre decía ‘Sufro mucho, quisiera
tuvo el suyo en aquellos meses, pero que, desde entonces, acostarme a dormir y despertarme dentro de un año’. Hablaba
hizo un juramento de silencio. No quiere volver a ser un por él pero también por mí”. Me dice que todavía viaja en
traidor. ese tren: al principio quiso dormir, después morir, con el
tiempo, olvidó su nombre.

Memoria: cementerio verdadero.


Dice que él viajaba en ese tren. Saca la Carta a Vicki escrita Leer el pensamiento: pasar la vista por lo impreso en la
en 1976. Rodolfo Walsh relata el momento preciso en que mente de otro.
por radio se entera de la muerte de su hija María Victoria. Quise saber si alguna vez pensó que los que lucharon en
Lee: “La noticia de tu muerte me llegó hoy a las tres de la tarde. aquellos meses extraordinarios fueron derrotados. Res-
Estábamos en una reunión cuando empezaron a transmitir el ponde que él no se cuenta entre los vencidos sino entre
comunicado. Escuché tu nombre mal pronunciado y tardé un los traidores. Nos quedamos en silencio. Me pregunto si
segundo en asimilarlo”. Cuenta cómo Walsh relata el gesto no prefiere sentirse traidor para aliviar el desamparo de
mecánico de hacer la cruz sobre su cuerpo (desde la fren- la derrota. Como si la idea de traición atemperara la im-
te hasta el pecho, desde un hombro hacia el otro, con los potencia ante una derrota irremediable. Me mira como si
dedos índice y pulgar de su mano derecha). Explica que es adivinara lo que estoy pensando, concluye: “No soportaría
imposible, en el límite del dolor, contar el dolor. Lee lo que ese desgarro”.

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inconformidad 1. locura: cuerpo doliente de la historia

Cita: encuentro deseado. influencias. El hombre no anda con vueltas. Al rato de


La psicóloga que paga los micros de su bolsillo los lleva escucharlo, le dice que reúne dos de las tres condiciones
al cine, fueron siete del pabellón. Cuenta que el tipo de la que lo excluyen del puesto: judío y estudiante de psicología.
película no sabe nada de la mujer con la que se acuesta. Pregunta, por curiosidad, cuál es la que le falta. El tipo
Ella llama a su puerta los miércoles por la tarde. Apenas completa mientras lo despide: “ser mujer”.
comentan cosas sin importancia. Cuando él la abraza,
ella lo toma de la cintura. Lo único que importa es que se Identikit: retrato del ausente.
desean, no hablan, no usan colchón, lo hacen en el suelo,
Lo visita un amigo. No sabe cómo supo de él. La enferme-
con furia: hendidura secreta del mundo, desnudez deses-
ra dice que una vez le pidió ayuda para enviar una carta.
perada. Apasionados: hacen el amor. Lee, en el programa,
Cuando nos encontramos dice que no hace falta volver a
que Patrice Chéreau es el director de Intimidad. La película
sacar los ojos de las muñecas para ver qué hay detrás. En sus
combina y adapta cuentos de Hanif Kureishi.
sueños su rostro se descompone. Si lo despiertan antes de
Habían quedado en que él iría a la casa de la mujer de su tiempo, puede ocurrir que amanezca con la boca o la nariz
vida, también, un miércoles: ese día no llegó nunca. de otro. Dice que su amigo es Dix. Fueron a la misma es-
cuela. El otro, ahora, es escultor, vive en París. Para evocar
el rostro de un compañero de veintidós años desapareci-
Muerto: salido del mundo. do en 1976, tuvo la idea de trabajar con un programa de
Parece tener una memoria prodigiosa, aunque pienso que identikit que utiliza la gendarmería francesa. Explica que
no se trata de memoria o de imposibilidad de olvidar, esos su amigo le dijo: “Intervengo la lógica policial que persigue
meses extraordinarios son, para él, presencia viva de algo la identidad del ausente. Presento el identikit como testimonio
irresuelto. Le pregunto qué pasó antes de esos meses o qué de una restitución que fracasa. Recupero un rostro que no es
pasó después. Dice que antes todavía no existía o que se el rostro. Una imagen que no es su foto. Un dibujo que no es
preparaba para existir en esos únicos meses y que no hubo un dibujo. Una extrañeza de partes. Una colección de rasgos de
después en su vida. ¡Qué cosa! –piensa– soy un muerto que todos los ausentes. Un armado de piezas posibles. La evocación
espera morir. Razono que si, de verdad, estuviera muerto, máquina. Un procedimiento de un rostro extraño. La imagen ge-
no necesitaría morir. Responde que está muerto, pero que nérica de una fisonomía escapada”. Cuando nos despedimos,
no puede desaparecer. me muestra su identikit.

Acomodo: recomendación de alguien con influencias. Héroe caído: personaje sin poderes especiales.
Por el padre de una conocida consigue en el setenta y siete Para participar de un concurso que se organiza en el
una entrevista de trabajo. Lo recibe un empresario con Hospital, escribe una historieta que se llama Clark Kent.

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inconformidad 1. locura: cuerpo doliente de la historia

El hombre es sólo Clark Kent. No es la identidad secreta es un cazador de replicantes. Androides superiores a los
de otro. No viene de un planeta lejano. Llegó a la tierra hombres, en fuerza y agilidad. Tan inteligentes como los
en el año cincuenta y cuatro como cualquiera. De su na- ingenieros genetistas que los crearon. Perfectos en su belle-
cimiento no hay anécdotas. Su padre para salvarlo, una za. Recuerda que una de esas hermosas criaturas, al final,
vez, lo denunció al enemigo. Su estructura física es común. cuando se da cuenta que habrá de morir, se vuelve casi hu-
No posee fortaleza especial. No es capaz de proezas. No mana. Recita de memoria sus últimas palabras: “Yo he visto
da saltos de doscientos metros sobre edificios de veinte cosas que vosotros no creeríais. He visto atacar naves en llamas
pisos. No levanta pesos increíbles. No corre más rápido más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca
que una locomotora. No vuela como un aeroplano. Tam- de la Puerta de Tanhäuser. Todos esos momentos se perderán en
poco defiende a los oprimidos. Ni es un tipo que ayude el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”.
a los débiles. No pertenece a una clase especial en nada.
No está dotado de una inteligencia superior. No posee un
gran corazón. Tiene miedo del fuego. Lleva en su bolsillo
una carta sin destinatario. Nunca estuvo con la mujer de su
vida. Eso es todo.

2019: año en el que no habrán más psiquiátricos.


Pregunta si imagino cómo será la tierra en el año 2019.
Piensa vivir para ver ese momento. Dice que, entonces,
no habrá psiquiátricos. Tendrá sesenta y cinco años. Re-
cuerda que vio Blade Runner cuando cumplió veintiocho.
Una película de Ridley Scott que imagina la ciudad de
Los Ángeles en una oscuridad permanente. Envuelta por
una sombra que no le viene de la noche sino de un lar-
go día en un mundo sin sol. Basura, chatarra, desechos,
gases tóxicos, restos de tecnología despreciable, miles de
páginas inútiles, y una lluvia pegajosa que parece el sudor
ácido de un dios abandonado. Algunos, pocos, se protegen
con barbijos; otros, deformes y mutilados, andan como
animales. Vuelve a decir que un mundo así no necesitará
de psiquiátricos. Ni de escritores. Explica que Dencker, un
policía que parece sacado de la novela negra americana,

46 47
2. pregunta: intento de
alojar un sin fin

Década del setenta: (1) período de los treinta y seis meses


más importantes en la vida de N. N. / El 54, (2) años del
desastre que después vino.
La relación arte, política y psicoanálisis tiene en la década
del setenta más de una referencia, entre nosotros. No se
trata de coleccionar fragmentos, encuentros azarosos o
evocaciones ocasionales que reúnan preocupaciones esté-
ticas, políticas, psicoanalíticas. Importa otra cosa, la per-
manencia de una pregunta: ¿quiénes éramos, entonces, los
que todavía hoy estamos vivos?

El psicoanálisis no es ilustración auxiliar para comprender


y disfrutar obras de arte. Ni instrumento iluminador de
zonas oscuras que impiden alcanzar una sociedad mejor.
Ni vitalismo liberador de las fuerzas del deseo. La serie
arte, política, psicoanálisis no indica un conjunto en el que
una cosa está u ocurre después de otra. Señala el alboroto
de una multiplicidad que afirma la potencia de esa inte-
rrogación que no termina. Arte, política, psicoanálisis son
modos de alojar ese sin fin.

49
inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

Responsable: (1) arrojado en su deseo, (2) impulsado por No importa volver a decir la fragilidad de lo firme, sino
un amor, (3) arrastrado por las circunstancias. pensar la obstinada permanencia de lo fugitivo. No se tra-
Una cosa es arrepentirse (preferiría no haber hecho lo que hice, ta del retorno de lo reprimido como memoria compulsiva
me gustaría borrar del mundo ese momento aciago) y otra cosa de lo excluido, sino de la permanencia de lo que existe
es afirmar la responsabilidad de un acto que se realizó con sin dejarse ver. Lo reprimido es un contenido localizable.
convicción. El destiempo del arrepentimiento es negador, Una existencia susceptible de captura moral. Lo fugitivo
el del dolor (cuando no es goce culposo del arrepentido) es vive pasajero. Pasajero no como lo que pasa o se olvida;
condición de los responsables. No es lo mismo confesar que pasajero como existencia que migra sin paradero. La con-
declarar. El que confiesa acata el código que culpabiliza. El dición perdurable de lo fugaz es su permanencia no como
que declara dice las fisuras de ese código. La declaración cronicidad sino como estancia mínima de lo que vive sin
es un desprendimiento de deseo. captura. Lo fugitivo no está en lo designado, habla en lo
que no llega a decirse.
Se declara la guerra, un amor, un derecho, el anhelo de otro
mundo. El que declara toma posición, la ofrece, la presta, Algo de aquellos años insiste en el deseo de fecundar un
se hace responsable. Declarar es decidir un lugar, confesar mundo, de gestar una posibilidad.
es aceptar que uno estuvo en donde no debió estar. Las
ideas estéticas, políticas, psicoanalíticas de los setenta son
Gloria: (1) fórmula exultante de la conformidad, (2) pro-
insignias de un deseo no abandonado. Manifestar un de-
mesa obsesiva de la muerte.
seo es también darse un límite. Fijar un borde que muchas
veces no es otra cosa que el relato de la propia limitación Un chico juega con miniaturas de combate. Proyecciones
para vivir y pensar de otro modo. de una existencia en lucha. Cuerpos que se ocultan en
lugares estratégicos de la habitación. La guerra es forta-
leza, trinchera, escondite. Los géneros bélicos se mezclan:
Fuga: (1) deseo, (2) potencia que perdura huyendo de las un soldado con bayoneta de la primera guerra mundial
formas. permanece toda la noche vigilando en un fuerte de ma-
En el soneto de Quevedo A Roma sepultada en sus ruinas, dera parecido al de las películas del oeste americano. El
una voz explica al viajero que busca a Roma en Roma que, enemigo está en todas partes, muta con los tiempos. Los
de aquel tiempo, sólo queda el río y que apenas hallará juegos de guerra no sólo son una curiosidad de niños de la
destrozos de la que ostentó murallas. El Tíber que antes década del cincuenta, hacen modos del amor, del trabajo,
regó la ciudad, ahora (con la misma fuerza de entonces) de la conversación, de la política.1
llora su desgracia. Los últimos versos dicen: “¡Oh, Roma!,
en tu grandeza, en tu hermosura, / huyó lo que era firme, y sola- 1. Los soldaditos de plomo comienzan a fabricarse en Nuremberg, a mitad del
mente / lo fugitivo permanece y dura”. siglo XVII. Al principio, eran piezas de bronce, oro o plata para divertir a
príncipes. En el siglo XVIII se transforman en juguetes seriados, entonces

50 51
inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

Monta una silla llevando una cartuchera en la cintura, carga de abandonarlo. Un país quiere decir no estar solos, saber que
un arma (no importa decir que es de juguete), desenfunda en la gente, en las plantas, en la tierra hay algo tuyo, que aun
sin dejar de mirar los ojos del rival. Matar o morir: alterna- cuando no estés te sigue esperando”.
tiva dilemática de la guerra y disyuntiva imaginante de la
existencia. En los actos políticos de los setenta: se canta el Hay quien piensa la política como conciencia ética del
himno jurando a los gritos con gloria morir, esa literalidad mundo. Tal vez sea muchas otras cosas: el desvelo de los
de muerte compone sueños.2 que viven en estado de vigilia, de los que imaginan otras
existencias, de los que intentan echar raíces en territorios
La palabra gloria (podría ser el lejano nombre de una mujer imposibles, de los que no quieren estar solos, de los que se
o la marca de un cuaderno) transporta la figura que más duelen por una muerte absurda.
conspiró contra el acontecimiento histórico de entonces.
La gloria no era arrojo de inconformidad. La gloria era
Tener algo que decir: (1) desear un pensamiento, (2) conju-
algo más que una forma: era la fórmula para ingresar en
ro ante la muerte.
la eternidad atravesando la estrecha puerta de la muerte
individual. La gloria performativa se tragó el brote de in- Alguien cuenta que, entonces, leían entre amigos un artí-
conformidad que ni siquiera tenía idea de sí. culo de la revista Panorama sobre el secuestro de Aramburu
y que lo discutían en grupo. Explica que tenía quince años
El sentimiento de patria necesita del con gloria morir, mien- y que una de las cosas que más quería en el mundo era
tras que la pertenencia a un lugar se hace con la inquietud tener algo que decir.
de los que viven y mueren amando lo próximo. Dicen que
uno no es de ninguna parte hasta que no entierra a sus ¿Qué se puede decir de la muerte de un hombre? Tener
muertos, como si la sepultura se extendiera como metáfora una idea es un modo de escapar de la inexistencia o de
de echar raíces. rechazar la condición de espectador o consumidor de un
mundo hecho a la medida de otros. Cuando no hay guía
Un texto de Cesare Pavese que está en La luna y las fogatas, del obrar ni criterio mayor, tanto el bien como el mal, la
dice así: “Nos hace falta un país, aunque sólo fuera por el placer belleza de la cosas o el sentido de la felicidad, todos los
valores quedan relevados por el deseo de decir algo. Tener
fueron llamados soldaditos de plomo a pesar de que estaban hechos con esta- algo que decir se parece a tener un amor: sentirse pensado,
ño, más tarde fueron de plástico. querido, esperado, por otro que percibe lo que nadie co-
2. Eso que llamo imaginante se explica también como un conjunto de ac- noce de nosotros. No se sabe quién se es antes de sentirse
tos performativos. Derrida discute la naturaleza ontológica de los actos que
describe Austin. Para Derrida la efectividad de los actos performativos (su amado por otro, no se está en el mundo antes de tener algo
capacidad de construir la realidad o una verdad) deriva de la existencia de que decir sobre el mundo.
un lugar de autoridad. No se trata de una voz esencial sino de la repetición
naturalizada de un enunciado histórico que tiene poder de producir reali-
dad. El lenguaje performativo es dispositivo de poder político y social.

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inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

Consternación: presentir que el futuro se ha retirado. Ciclo (1949) junto con otros tres médicos surrealistas (Aldo
Javier Heraud muere a los veintiún años en combate. Uno Pellegrini, Elías Piterbarg y David Sussmann). El asunto
de sus textos comienza así: “Yo nunca me río / de la muerte. / Lautréamont (que lo lleva a tener amistad con Lacan) está
Simplemente / sucede que / no tengo / miedo / de / morir / entre / desde el inicio entre sus referencias.
pájaros y árboles…”. Tras un año en Cuba, en 1962, intenta,
Reconoce en Arlt a uno de sus maestros: aprende en su
junto con treinta compañeros, entrar furtivamente a Perú
literatura los misterios de la tristeza, la angustia, la locura,
para sembrar en su patria semillas subversivas. Una de sus
la política. Todo eso que tan bien dice Erdosain en un pa-
últimas preguntas en su poema Explicación: “¿Quién detiene
saje de Los siete locos “…a pesar de todo es necesario injertar
al pueblo / en su avance hacia el futuro?”.
una alegría en la vida. No se puede vivir así. No hay derecho.
El sacrificio no es inconformidad. Inconformidad no es sa- Por encima de toda nuestra miseria es necesario que flote una
crificio de las formas, ni muerte prematura de los amantes alegría, que se yo. Algo más hermoso que el feo rostro humano,
de los pájaros y los árboles. Inconformidad tampoco es que la horrible verdad humana. Tiene razón el Astrólogo. Hay
esperanza en una forma futura o lucha por el futuro de las que inaugurar el Imperio de la Mentira, de las magníficas men-
buenas formas. Inconformidad suelta sospechas acerca de tiras. ¿Adorar a alguien? ¿Hacerse un camino entre este bosque
que las formas de nuestra civilización no son una fatalidad de estupidez? Pero ¿cómo?”.
necesaria.
La literatura como conspiración contra la horrible verdad
humana, la invención de una alegría que flote por encima
Psicoanálisis: territorio mudo de la infancia. de la superficie miserable, son coordenadas que sitúan a
Alguien escribe sobre esos tiempos: “Mi madre me trasmite Pichon en un mundo lindero de inconformidad. Habitante
de chico una admiración ilícita por la causa freudiana. Tiene una de la tristeza no sólo como pesar o nostalgia por una for-
crisis nerviosa: un furor acompañado de llanto, gritos y ataques ma que se nos niega, sino como subversión existencial de
contra mi padre; entonces, un tío médico (casado con la menor de los que no se acomodan al mundo ni a sus limitaciones.
sus hermanas) practica con ella, a solas, una sesión de hipnosis. Localiza en las aguafuertes porteñas de Roberto Arlt un an-
El tipo es un dermatólogo que tiene en su biblioteca obras de tecedente de su psicología social como parodia, exageración
Spinoza, Kant y Freud: comienzo a leer esos libros para saber qué y distancia respecto de las formas naturalizadas en las cos-
ocurrió en aquella habitación”. tumbres y el sentido común.

En un texto que se llama Discépolo: un cronista de su tiempo


Tristeza: lindera de inconformidad. (1965) piensa cómo el autor de Uno o Cambalache narra la
Pichon Rivière piensa el arte como espacio de cita, como experiencia callada de generaciones en las que las tramas
lugar de encuentro con el psicoanálisis. Funda la revista familiares y la inmigración, los sueños de ascenso social y el
pesimismo por la injusticia del mundo, se mezclan con los

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inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

movimientos políticos de la época. Valora en Enrique San- Venganza: compensación de odio.


tos Discépolo la comicidad y la ironía como cortes filosos de
Un poema que Roberto Santoro escribe en 1972.
su mirada crítica o su capacidad de fotografiar el instante
de un gesto comunitario o el de una maniobra individual de Multiplicación:
salvación personal; pero también advierte los límites de su 5 x 4 20
afán moralista, el momento en el que el vidente del mundo 5 x 3 15
cae en el sentimiento de que las cosas son “inmodificables o 5 x 2 10
lentas”. Pichon percibe que cuando el grotesco discepoliano 5x1
no logra desprenderse de las formas establecidas, se expre- no va a quedar ninguno
sa como aceptación dolorida y resignada, como protesta El dolor por lo irreparable es demasía que ninguna repre-
enojada con la vida. Como si se comportara como un macho sentación sabe alojar, ese escándalo de la hospitalidad pide
argentino que se siente abandonado por la mujer a la que algo que, por no tener otro nombre, llama inconformidad.
creía tener derecho como una propiedad merecida.
La venganza es una envoltura de odio que adormece el
dolor, una fórmula de guerra que promete reparar lo
Trelew: la patria fusilada.3
irreparable. El equivalente histórico “ojo por ojo, diente por
Recorta la fotografía del diario. No conoce los nombres: diente” es una de las vergüenzas de la civilización. La jus-
están de pie, algunos tienen camperas, tapados de abrigo, ticia como medida privada naturaliza la injusticia. Tanto
se ven armas sobre el piso; salvo uno que ríe, todos miran el triunfo del odio como su contrario (el alma buena que
hacia un costado. La imagen está congelada. La fuga de perdona) se aprovechan del dolor y se apropian de su po-
todos no tiene éxito. Algunos no alcanzan a salir del penal, tencia indignada.5
seis logran huir en un avión rumbo a Chile, un grupo de
diecinueve, que no llega a tiempo al aeropuerto, se rinde
ante un juez, autoridades militares, la prensa. El capitán Inconformidad: asilo político de formas amenazadas.
de corbeta Luis Emilio Sosa garantiza que les serán respe- El Libro de Manuel de Julio Cortázar se publica en mar-
tados sus derechos. En la madrugada del 22 de agosto de zo de 1973. La novela lleva un prólogo en el que el autor
1972, en la base naval Almirante Zar, los hacen salir de sus propone convergencias entre literatura y política. Cortázar
celdas para fusilarlos. Justifican la masacre con la versión se presenta como un narrador de ficciones que asume su
de que Mariano Pujadas intenta arrebatar la pistola a Sosa. compromiso social sin renunciar a la libertad de inventar
Tres sobrevivientes relatan los hechos.4
5. En los años setenta se solía hablar de justicia popular, pero es difícil pensar
esos actos (igual que los linchamientos o la justicia por mano propia) fuera
3. Título del libro de Francisco Urondo publicado en 1973 con entrevistas a de las lógicas de la venganza. En esas violencias se escuchan los crujidos de
tres sobrevivientes de la masacre de Trelew. un mundo en el que las instituciones del estado no son creíbles o tienen reco-
4. Trelew (2004), el documental de Mariana Arruti, sacudió esa memoria. nocidos comportamientos criminales y mafiosos.

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inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

historias. Comienza con estas palabras: “Más que nunca creo tiene tiempo para leer ficciones; y la tercera, porque con-
que la lucha en pro del socialismo latinoamericano debe enfrentar sidera que es una literatura dirigida a exquisitos y no al
el horror cotidiano con la única actitud que un día le dará la victo- pueblo. Todavía agrega: “En cuanto a Julio Cortázar, he dicho
ria: cuidando preciosamente, celosamente, la capacidad de vivir tal que su actitud tiene algún valor, aunque personalmente prefiero
como la queremos para ese futuro, con todo lo que supone de amor, más a los que donan la vida por una causa, que a los que ceden
de juego y de alegría. (…) Lo que cuenta, lo que yo he tratado de sus derechos de autor. Cortázar como otros intelectuales puede
contar, es el signo afirmativo frente a la escalada del desprecio y del tener buenas intenciones pero está colonizado culturalmente”.
espanto, y esa afirmación tiene que ser lo más solar, lo más vital
del hombre: su sed erótica y lúdica, su liberación de los tabúes, su Cortázar imagina una revuelta de cronopios: los revolucio-
reclamo de una dignidad compartida en una tierra ya libre de este narios de su libro son divertidos, desprejuiciados, genero-
horizonte diario de colmillos y de dólares”. sos, espontáneos, desobedientes. No son héroes abnega-
dos, sufrientes, sacrificados, tipos que hablan de la muerte;
La novela relata la circunstancia de Manuel, un niño nacido son personajes que viven, hacen el amor, comen, beben,
en París, mientras sus padres y amigos sueñan construir un juegan con palabras, conspiran contra las costumbres.
mundo más humano, sensible, alegre, dichoso. Un conjunto
de recortes con noticias de dolor componen el futuro libro La novela sugiere que los militantes suelen reproducir sin
de lectura de Manuel, quien duerme después de cada ma- darse cuenta modos de vinculación propios de la sociedad
madera escuchando interminables discusiones políticas o que desean transformar. “¿No estaremos muchos de nosotros,
planes para un fantástico operativo de guerrilla urbana. queriendo romper los moldes burgueses a base de nostalgias
igualmente burguesas? Cuando ves cómo una revolución no tar-
La izquierda militante de aquellos años rechaza la novela. da en poner en marcha una máquina de represiones psicológicas
Raimundo Ongaro aprueba que “un intelectual se solidarice o eróticas o estéticas que coincide casi simétricamente con la má-
con las luchas populares (Cuba, Vietnam o Argentina) pero a quina supuestamente destruida en el plano político y práctico, te
cada cosa su lugar: para esas luchas nos importa el que arriesga quedás pensando si no habrá que mirar de más cerca la mayoría
la vida. Sobre el intelectual pienso que sería importante que fuese de nuestras elecciones”.
revolucionario (en todo sentido) pero nos conformamos con que
no sea contrarrevolucionario”. Valora, del escritor que vive Erotismo, juego, humor, alegría, son asuntos que Cortázar
en París, la actitud de denunciar torturas y diversas formas incorpora en el programa político de los setenta. Critica la
de represión que sufren los que luchan por la libertad y solemnidad, objeta formas de religiosidad y dogmatismo,
encuentra positivo que los derechos de autor sean desti- cuestiona cultos de honor, desconfía de las hinchazones
nados a los presos políticos. Por su parte, Carlos Mujica del ego, del partido, del movimiento, del héroe. En el
explica que no leerá el libro por tres razones: la primera, Libro de Manuel rigidez y acartonamiento no son durezas
porque Cortázar le parece difícil; la segunda, porque no circunstanciales, sino condiciones del pensar entumecido
que trata de combatir.

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inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

Frente a tanto dolor humano, parece obsceno escribir alguna felicidad. Era una voluntad de sacrificio o donación
poemas, novelas, ensayos o parece egoísta refugiarse en el heroica que no quería la muerte del enemigo. Integrantes
disfrute de la sexualidad, el amor y el erotismo. Cortázar, de un grupo se opusieron a que se utilizara la información
tras el desconsuelo de Adorno (“después de Auschwitz no es que reunían sobre un dirigente del gremio de sanidad para
posible escribir poesía”), afirma todavía más la necesidad de asesinarlo. Eran de la idea de que esos datos sólo podían
cuidar de la vida con lo que ésta supone de amor, de juego, ser usados como argumentos de presión política o para
de alegría. No se podría decir que este sería un programa favorecer alguna acción defensiva de los delegados que
de estados de inconformidad (porque inconformidad no tiene estaban siendo perseguidos por la burocracia sindical. Sin
programa), pero traza un arco de resistencia para ciertas embargo, siendo militantes que se preparaban para mo-
formas humanas amenazadas.6 rir, tal vez, llegado el momento (no llegó), pudieron haber
matado.
Reja: (1) barrote escéptico, (2) arado que deshace los sur- Dar la vida, dar la muerte: en la desesperación, en la urgen-
cos del delirio. cia, en la boca de la injusticia, el quinto mandamiento es el
Barrotes de hierro impiden el fluir de los cuerpos, las ideas, automatismo de una ley blindada con vidrios oscuros.
los deseos. Lo fugitivo de aquellos tiempos, que permane-
ce y dura, es la irrealidad de la reja. Un poema de Francis-
Inconformidad: impoder, potencia que aloja lo posible de
co Urondo escrito en la cárcel de Villa Devoto en abril de
la imposibilidad.
1973, que se llama La verdad es la única realidad, se inicia así:
“Del otro lado de la reja, está la realidad, de / este lado de la reja, La hospitalidad con el enemigo nos hace humanos. Oscar
también está / la realidad; la única irreal / es la reja; la libertad es del Barco planteó, entre nosotros, la cuestión del no mata-
real aunque no se sabe bien / si pertenece al mundo de los vivos, rás: “Sé, por otra parte, que el principio de no matar, así como el
al / mundo de los muertos, al mundo de las / fantasías o al mundo de amar al prójimo, son principios imposibles. Sé que la historia
de la vigilia, al de la explotación o al de la producción…”. es en gran parte historia de dolor y muerte. Pero también sé que
sostener ese principio imposible es lo único posible. Sin él no
podría existir la sociedad humana. Asumir lo imposible como
Inconformidad: cuando las miradas se vuelven piedra, ol- posible es sostener lo absoluto de cada hombre, desde el prime-
vido mineral. ro al último”. Pero, ¿cómo pensar lo imposible? No es lo
En esos años algunos no pensaban en matar sino en morir. mismo algo no posible que lo imposible. Lo no posible es
Estaban dispuestos a dar la vida para que otros alcanzaran algo de lo que estoy impedido o algo a lo que me niego; lo
imposible, en cambio, es provocación de posibilidad. La
6. El enunciado “estados de inconformidad” interesa cuando sugiere modos
hospitalidad con el enemigo necesita ser pensada como
siempre plurales de lo posible, lo mismo con la expresión “movimientos de posibilidad de lo imposible.
inconformidad” que intenta dejar perplejas a las formas fijas.

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inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

Hace unos años, Osvaldo Bayer, en una polémica sobre el impotencia: mientras la impotencia es queja de la omnipo-
derecho a dar muerte al tirano anota en el límite de toda tencia rendida, impoder es potencia que aloja lo posible de
argumentación: “Si el destino me hubiera puesto frente a Hitler, la imposibilidad.
con la convicción de que su muerte –por el personalismo de su
régimen– hubiera salvado la vida de millones de seres, creo que
Permanencia: fugacidad que escapa al capricho y a la va-
sí, que habría abandonado mis postulados éticos de no matar y
riabilidad de las pasiones.
hubiera ofrecido mi vida en pago de esa acción libertaria”. Bayer
sugiere enseguida qué otras cosas se podrían hacer con el ¿Por qué el deseo de vivir queda desplazado por la dispo-
tirano, escribe: “Pero qué hacer con el tirano: ¿aguantarlo?, sición a morir? ¿Cómo sucede que la propia existencia tan
¿rezarle a la Virgen de la Providencia para que nos proteja?, querida, importe menos que pertenecer a una idea o a un
¿pasar inadvertidos?, ¿firmar una solicitada para pedirle que grupo?
se vaya?, ¿sembrar con nomeolvides todos los días el camino Un ideal colectivo es un suceso grandioso. Nada se com-
que recorre para que comience a respirar poesía?, ¿participar de para con esa realización ni con la virtud generosa de esa
protestas públicas hasta que se canse y me secuestre y me haga pertenencia. Cuando un ideal tiene valor mayúsculo, nada
desaparecer? Claro que sí, que se puede hacer (y se debe hacer) vale tanto como esa ilusión. El amor absoluto avanza sobre
todo eso. Siempre será un paso adelante de la dignidad. El pro- los modos sencillos de estar en el mundo. No sorprende
blema comienza cuando todos esos medios racionales y pacíficos que, en esas condiciones, alguien pueda sacrificar su vida
del derecho a la resistencia se agotan”. por una pasión. La vida sin ese Ideal podía ser insignifi-
Dignidad para Bayer no es un reflejo narcisista, sino el cante, innoble, despreciada.
límite que nos vuelve humanos. Una dignidad no toda, Se podría decir (aunque no es lo que más importa) que mu-
nunca lograda, siempre en estado de deliberación. La om- chos jóvenes de aquellos años son habitados por un sujeto
nipotencia, ese prefijo latino que embauca a la potencia alucinado que ama a un significante más que a la vida. Cir-
con delirios de totalidad, es reserva en el alma humana del cunstancia que hace pensar en muertes diferentes: la muerte
anhelo de dioses. de una persona y la muerte de un valor que designa a un
Desear lo imposible muchas veces choca contra el muro his- sujeto. El sujeto imaginario de la revolución se impone a las
tórico de la imposibilidad. La imposibilidad es un modo de biografías de los cuerpos. No hay cosa que importe tanto
la impotencia, en esa franja de omnipotencia fracasada, ven- como el significante que cada uno vive para encarnar.
cida, hastiada por un mundo de barbarie, los actos de violen- Los ideales totalizadores de los sesenta y setenta se hacen con
cia son provisorios desahogos de las almas que sufren. mucho de divinidad, suficiencia, jactancia, omnipotencia y
Inconformidad supone impoder; en otro lugar, para pen- con algo de complicidad entre semejantes que luchan juntos
sar la clínica de las psicosis, se sugirió que impoder no es por el placer de estar en el presente. Tal vez, ese algo que es in-

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inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

tensidad emocional de los que van a morir, fantasía deficien- uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre
te de los que sueñan otra vida, arrogancia de los que sufren me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad. Por eso no
enamorados, potencia de los que se saben desgarrados, late preguntes nunca por quién doblan las campanas; están doblando
en lo fugitivo de aquellos años que permanece y dura. por ti”.

¿Por qué abrazarnos a una forma, en lugar de sobrevolar El ingeniero propone terminar el texto diciendo algo sobre
la nada? ¿Por qué pertenecer a un símbolo, antes que va- la condición humana de disminuidos y de seres descom-
gar ausentes entre las cosas? Tanta soledad no se soporta. pletados por la muerte del otro. Reinaldi es una rareza
Inconformidad desea lo fugitivo que habita en la soledad y de la estética militante de aquellos años. No sólo por su
en la provisoria proximidad de los solitarios. modo de vestir o la compañía de mujeres hermosas, sino
por el gusto de citas elegantes. Hablan del próximo artí-
culo sobre la película que Pasolini acababa de terminar:
Supliciado: (1) doble de un semejante vaciado de humani-
Saló, o los 120 días de Sodoma, basada en una novela de
dad, (2) criatura a la que se hace sufrir.
Sade que toma el relato bíblico sobre la ciudad de Sodo-
La madrugada del 24 de marzo del 76 termina un artículo ma como referencia para pensar placeres y decadencias del
para Militancia. A las diez de ese día es la cita para entregar- libertinaje en tiempos del reinado de Luis XIV, hacia 1710,
lo. El director de la revista tiene un número de teléfono que en Francia.
funciona como mensajería a nombre del ingeniero Reinaldi.
El texto es sobre los fusilamientos de dos combatientes de La historia de Pasolini se desarrolla en un palacio de Saló,
ETA y de tres militantes del FRAP ocurridos el veintisiete de durante los últimos días de la Italia fascista. Un obispo,
septiembre de mil novecientos setenta y cinco, en España. un juez, un hombre de negocios, un presidente, hacen un
Transcribe ideas que leyó en un reportaje a miembros de pacto de poder: secuestran a un grupo de jóvenes bellos
la ETA, recuerda una: “lo más terrible se aprende enseguida, lo y muchachas hermosas (criaturas vitales y sanas, frágiles
hermoso nos cuesta la vida”. Lo que más le gusta al ingeniero y desamparadas, de cuerpos perfectos) para someterlas y
es el epígrafe, un poema del inglés John Donne que se llama esclavizarlas al capricho de un goce absoluto.
“Por quien doblan las campanas”, referencia que toma de la
El otro como juguete calculado, como inexistencia, como
novela de Hemingway (la historia de los últimos tres días
vida insignificante, de una civilización viciosa. Peor que la
de un hombre enamorado que decide morir volando un
irracionalidad del mal es el racionalismo morboso, placente-
puente durante la guerra civil española). El título del libro
ro, intelectual, homicida. Los poderosos redactan códigos y
es una cita al poema de John Donne: “Nadie es una isla com-
reglamentos para ordenar la ferocidad de sus pasiones. Po-
pleto en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una
nen en escena una corrupción reflexionada. Al final, la eróti-
parte de tierra firme; si el mar llevara lejos una porción de tierra,
ca del poder sólo se satisface con la muerte del semejante.
toda Europa perdería, como si fuera un promontorio, o la casa de

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inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

Reinaldi sugiere que el artículo podría llamarse Los supli- En la presentación de la primera compilación de Cuestiona-
ciados, el texto mentado en la mañana del golpe no llega a mos declara que la política es asunto del psicoanálisis, pero
publicarse. Fue la última vez que se vieron. no en el sentido de la práctica clínica como adoctrinamien-
to o espacio de militancia, sino en tanto los analistas y sus
Cuestionamos: voz colectiva de la disidencia. instituciones verticales son reproductores sociales de dolo-
res, prohibiciones, purgas, asesinatos, desapariciones.
De ese vértigo de acontecimientos que es la historia, cada
tanto se suelta un nombre propio. Marie Langer es una Marie Langer cree que el psicoanálisis sirve para que cada
referencia política del psicoanálisis en la Argentina. Refe- uno se conozca y conozca mejor al otro, para que cada
rencia de una dispersión de psicoanalistas que participan cual se mienta menos o para que todos avancemos hacia
de la idea de cambiar la historia y piensan el psicoanálisis nuestro destino con lucidez. Reivindica a Freud cuando
como herramienta de la revolución.7 advierte que el superyó es interiorización de la ideología
de la clase dominante, pero lo cuestiona cuando naturaliza
Circunstancias de su vida tejen proximidad entre la Viena
la sociedad de clases o piensa el sufrimiento humano como
convulsionada de los años treinta y el torbellino de la Argen-
componente de un universal sin historia. Cuestiona las
tina en los sesenta y setenta, entre el Instituto de Psicoanálisis
estructuras de poder de las instituciones psicoanalíticas.
de Viena que prohíbe la actividad política de analistas y pa-
Rescata la figura de Reich cuando propone instrumentar el
cientes y la Asociación Psicoanalítica Argentina que comienza
saber psicoanalítico para luchar por la liberación social.9
a vivir un cisma tras la irradiación política del Cordobazo.8
Recuerda que Reich entrevé que la represión sexual es
7. Se presenta así: “Nací en 1910 en Viena, cuando ésta todavía era la capital del parte de una estrategia fascista de dominación. Y que la
Imperio Austro-Húngaro. Cursé ahí todos mis estudios y me recibí en 1935 de mé-
dica”. Tras comenzar un análisis didáctico y su formación en el Instituto de sociedad capitalista, a través de la familia, reproduce las
Psicoanálisis de Viena, en 1936, interrumpe su carrera para ir, junto con su condiciones de la vida neurótica. El padre tiránico, al
marido, a España, en donde había estallado la guerra civil. “Entramos como
médicos a las Brigadas Internacionales. Salimos de España en los últimos días del año reprimir el erotismo y la rebeldía del niño, favorece una
1937. Por causas políticas ya no pudimos volver a Austria. Emigramos al Uruguay y, subjetividad sumisa a líderes autoritarios. Concluye que
en el 1942, a la Argentina. Justo cuando llegamos a Buenos Aires, cinco psicoanalis-
tas estaban formando la asociación. Me invitaron a participar. Fui así miembro funda- para cambiar la sociedad se necesita cambiar la familia. Es-
dor de APA (Asociación Psicoanalítica Argentina)”. En el Congreso Psicoanalítico
Internacional, Roma 1969, en plena dictadura militar, se afilia, junto con otros
colegas (Armando Bauleo y Hernán Kesselman, entre otros) a Plataforma In- años treinta la juventud intelectual vive apasionada por el psicoanálisis y el
ternacional, grupo que cuestiona la ideología de la Asociación Psicoanalítica marxismo, a la vez que señala que en los comienzos de los setenta en Bue-
Internacional. Tiempo después, ingresa a la Federación Argentina de Psiquia- nos Aires los jóvenes rioplatenses tenían esa misma pasión.
tras. Con otro grupo afín, llamado Documento, en 1971, tras el Congreso Psi- 9. En 1932 Reich publica un trabajo en el que concluye que el instinto de muer-
coanalítico Internacional de Viena, renuncia a la Asociación Psicoanalítica Ar- te es producto del sistema capitalista y enseguida Freud intenta aclarar que el
gentina e Internacional. Los psicoanalistas de esa ruptura aparecen reunidos psicoanálisis no tiene un interés político. Marie Langer piensa que en la Viena
en dos libros que compila con el título de Cuestionamos. de 1932 Freud temía más al comunismo que al nacionalsocialismo; opina que
8. Marie Langer en un texto (Psicoanálisis y / o revolución social) presentado Freud pone reparos al comunismo porque un extraño cálculo de prudencia le
en el Congreso Internacional de Viena en 1971, relata que en la Viena de los impide declarar la guerra al fascismo que es el verdadero adversario.

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inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

cribe en el manifiesto de Cuestionamos: “¿Cómo puede gozar Gilio.11 En un momento, la entrevistadora señala que en
el obrero con su compañera exhausta en su vivienda precaria, en su literatura hay psicologías bien relatadas que se refieren
plena promiscuidad? ¿Y cómo podrá gozar ella, expuesta cons- a personajes fantásticos, pero observa que cuando se trata
tantemente a la amenaza de un nuevo embarazo que se transfor- del hombre real la descripción es somera. Borges responde
mará en un nuevo hijo, al que no podrán mantener? El Estado no que no lo había pensado, aunque admite que tiene cierta
la provee de anticonceptivos y hasta le niega el derecho al aborto, lógica, dice: “Es natural que sea así. Yo le digo a usted: Fula-
es decir, el derecho inalienable de todo ser humano de disponer na de tal caminaba por la calle Chacabuco. No precisa que se la
de su propio cuerpo. Las masas, frustradas sexualmente se neu- detalle porque usted conoce la calle Chacabuco. Si yo elijo hacer
rotizan, y el neurótico sabe sufrir, pero no sabe luchar. Por eso una escena fantástica preciso ser más detallado”. A lo que la
la miseria sexual conviene a la sociedad capitalista, a la cual la entrevistadora retruca que la respuesta corrobora lo que
Iglesia provee de argumentos morales para justificar la represión. acaba de decirle porque ella se refería a personas y no a
Reich se lanza a la lucha. No habrá libertad sexual verdadera sin cosas. Borges contesta que puede ser, pero que en ese caso
socialismo, ni socialismo verdadero sin libertad sexual”. es inconsciente.
El grupo cuestionamos es la voz del psicoanálisis que nos Entonces, María Ester Gilio descarga una convicción de
llega, entonces, como parte del pensamiento de las izquier- las izquierdas en esos días:
das europeas. Palabras como revolución o títulos como iz-
quierda freudiana no son excentricidades de los sesenta y –¿No habrá alguna forma de lejanía entre usted y sus con-
setenta en la argentina. temporáneos? ¿Alguna incapacidad de acercamiento?
–No, yo no creo. Soy un hombre que tiene muchos amigos.
Inconformidad frecuenta tanto a las izquierdas como a
las revoluciones, pero como no se siente a gusto entre las –Yo no dudo de eso, pero es muy claro que usted está real-
cuatro paredes de una idea, al cabo, cuestiona las formas mente ajeno de los problemas de la sociedad en que vive.
institucionales de las izquierdas y las revoluciones reales. –No tengo la vanidad de creer que puedo resolver los pro-
blemas de mis contemporáneos.
Compromiso: desear la libertad del otro.10 –Esa vanidad le crearía obligaciones que seguramente no
desea asumir.
La revista Crisis publica en mayo de mil novecientos seten-
ta y cuatro un reportaje a Borges realizado por María Ester –Mi escepticismo me impide crearme tales obligaciones.
Usted debería ya saber que soy un escéptico; un escéptico
10. En el glosario de las izquierdas de los setenta, la palabra compromiso re-
no se propone vaguedades tales como salvar a sus contem-
cuerda el empleo que de ella hace Sartre. La cita que sigue es de El existen- poráneos. ¿Qué otra cosa quiere saber?
cialismo es un humanismo: “Ciertamente la libertad, como definición del hombre,
no depende de los demás, pero en cuanto hay compromiso, estoy obligado a querer,
al mismo tiempo que mi libertad, la libertad de los otros; no puedo tomar mi libertad 11. Crisis (1973-1976), fundada y dirigida por Federico Vogelius, con la cola-
como fin si no tomo igualmente la de los otros como fin”. boración de Eduardo Galeano, Julia Constenla, Juan Gelman y Aníbal Ford.

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inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

–¿Usted se ha dado cuenta de que en su obra hay una gran trata de escritores sumergidos en el psicoanálisis (lectores
ausencia de mujeres? de Freud y Lacan, también de Deleuze) que piensan la lite-
ratura como política de la lengua.13
El escepticismo de Borges, parecía en mil nueve setenta y
cuatro, la posición de un desertor. El gusto por la crítica De Literal se ocupó más la crítica literaria que el psicoa-
desapasionada del mundo y la ironía como práctica inteli- nálisis. Tal vez porque muchos psicoanalistas (salvo unos
gente de un solitario. pocos entre los que están dos que han participado de la
revista) consumen literatura como pasatiempo o como vi-
Inconformidad aloja una potencia que no deserta, que nau- ñetas que sirven para ilustrar teorías. La relación de Literal
fraga tras el hundimiento de las formas o que abandona con el psicoanálisis no es una relación, sino una práctica de
el edificio en llamas de la representación. Inconformidad escritura que podría llamarse psicoanalítica no tanto por-
imagina desapegos ante pertenencias que ahogan, consu- que expone instancias de la teoría o presenta testimonios
men, atrapan. de sus casos, como porque invita a una lectura diferida:
lectura de lo que se dice, lo que no se dice y lo que se dice
Prepotencia: (1) sacrificio de la potencia, (2) abuso de la sin querer.
forma.
El primer número de la revista se inicia con un texto sin
La permanencia de las ideas es, entre otras cosas, un asunto firma que lleva este título: No matar la palabra, no dejarse
de lectura. Hay ideas que no se leerán nunca y otras, apenas matar por ella. Proposición que sitúa la discusión con las
leídas en su momento, que se dejan leer mucho después. izquierdas de la época: objeta el sacrificio heroico de los
La revista Literal, que transcurre en aquellos tiempos, se militantes de entonces que se dejan matar por la palabra y ad-
compone de tres volúmenes que parecen libros pequeños, vierte que en toda guerra, cuando se mata a otro, se mata
dos de ellos dobles, a lo largo de cuatro años, entre mil no- a la palabra.
vecientos setenta y tres y mil novecientos setenta y siete.12
Uno de los asuntos del artículo es la objeción al realismo:
No trazo un antagonismo entre Cuestionamos y Literal, no “La literatura es posible porque la realidad es imposible. La in-
son en sentido estricto bandos opuestos. En un caso, se formación en un texto es un beneficio secundario que no justifica
trata de psicoanalistas que piensan espacios clínicos ins-
titucionales como lugares de lucha política y, en el otro, se
13. Tal vez el otro de Literal sea la revista Los Libros. En el número de marzo-
abril de 1973, en tiempos del consejo directivo formado por Altamirano, Pi-
12. El número 1, publicado en noviembre de 1973, cuenta con un Comité glia, Sarlo, se lee lo que sigue: “La producción literaria ocupa en el interior de
de Redacción compuesto por Germán García, Luis Gusmán, Osvaldo Lam- la actual coyuntura ideológico-cultural un lugar particular, cuya especificidad es
borghini y Lorenzo Quinteros. En el número 2/3 (mayo de 1975), el Consejo preciso marcar para poder iniciar un análisis de los códigos de clase que deciden su
de Redacción sigue formado por García, Gusmán, Lamborghini, mientras Jor- propiedad y hacen posible su uso. En este caso, en los textos de Arlt se hace visible
ge Quiroga remplaza a Quinteros. Finalmente, en el número 4/5 (noviembre una cierta crítica a la lectura literal que trata de borrar las determinaciones de clase
de 1977) figura un director, Germán García. para ilusionarse con el universal de una cultura cuya propiedad detenta”.

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inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

la existencia de una escritura literaria. A diferencia de la noti- (tal como es) el sufrimiento de los explotados. O dice más
cia, la verdad de un texto no puede someterse a una prueba de adelante: “…el delirio realista de duplicar el mundo mantiene
realidad. (…) Hablando de cualquier cosa decimos la realidad, una estrecha relación con el deseo de someterse a un orden cla-
porque cuando hablamos sobre la realidad decimos otra cosa”. ro y transparente donde quedaría suprimida la ambigüedad del
No se trata de informar o de formar al lector sino de una lenguaje; su sobreabundancia, mejor dicho”. Ante el peligro de
escritura que pueda alojar la potencia que desborda todas cambiar un amo por otro, reivindican una política de la
las formas. Se cuestiona la literatura como mero espejo que lengua: ambigüedad y sobreabundancia de sentido como
refleja la vida social, sin por eso caer en un romántico expre- salvoconducto frente a la sujeción de cualquier doctrina.
sarse de unas individualidades soberanas.
El otro artículo termina así: “Que el realismo y el populismo
Dice más adelante: “Cuando el lenguaje enseña sobre la reali- converjan en la actualidad para formar juntos el bricolage testi-
dad, la constituye: el continuo real es organizado por la disconti- monial es sólo el efecto de una desorientación que ya conoce su
nuidad del código. Todo realismo mata la palabra subordinando horizonte; es decir, sus límites y sus fracasos. Seguir hablando
el código al referente, pontificando sobre la supremacía de lo real, del papel de los intelectuales (metiendo en la misma bolsa a in-
moralizando sobre la banalidad del deseo. (…) El realismo es in- genieros, arquitectos, sonetistas y cantantes de ópera) muestra
justo porque el lenguaje, como la realidad social, no es natural. cuáles son los límites en que se mueve esta sociología de circo: el
Para cuestionar la realidad en un texto hay que empezar por eli- viejo trapecio griego de lo bello y lo útil la sigue emocionando,
minar la pre-potencia del referente, condición indispensable para allí hace el salto sin red de sus conocimientos teóricos. Palabrerío
que la potencia de la palabra se despliegue”. Cierto, la prepoten- insistente que (de los diarios a los libros, pasando por las revis-
cia del referente (el abuso del poder y presunción autoritaria tas) sólo muestra un deseo de poder que en el límite se contenta
de verdad), por momentos, infectó el pensamiento de las con ocupar la escena, montando un teatro de ilusiones que usu-
izquierdas de los años setenta, ensimismado (como estaba) fructúa su parloteo, aludiendo y eludiendo ese más allá que es el
en la crítica del capitalismo y la denuncia de la hipocresía teatro de la acción. La flexión literal se excluye de ese imaginario
burguesa, pero también es cierto que no era fácil estimar colectivo”.
esa potencia de la palabra por desplegar, en una sociedad que
reprimía los cuerpos y las ideas, a la vez que excluía a la Objetan el papel de los intelectuales muchas veces reduci-
mayoría de la población de la posibilidad de hablar. do a una función normativa, profética y educativa: un pa-
labrerío de autoridad que, creen, aspira a ocupar la escena
En uno de los dos textos que se llaman La flexión literal (am- del poder. Y, aunque los autores del grupo conocen que
bos en Literal 2/3) se lee este epígrafe: “La apología del ojo que son acusados de propiciar coartadas macedonianas para
ve y refleja el mundo funda el imperialismo de la representación evadir la responsabilidad de tomar posición en tiempos
realista”. La afirmación rechaza la estrechez del realismo políticos urgentes, reivindican la ironía como distancia
socialista: el arte que se asigna la misión de testimoniar recomendable. “Una distancia que permita desplegar los jue-

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inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

gos de la palabra y haga comprender que la ironía sólo puede ser la tensión entre dos registros de inconformidad: inconformidad
confundida con el cinismo por quienes son llevados por la fuerza como potencia del deseo que no encalla en los objetos que el
(de la culpa) a sostener sus conce(p)ciones. La ironía destruye el mundo social ofrece e inconformidad como devenir político
sentido unívoco de las palabras, destruye el sentido común que de una voluntad que denuncia injusticias y crueldades natu-
asigna identidades fijas y bien delimitadas a todas las multiplici- ralizadas en ese mundo social.
dades que reprime”.
O dice más adelante sobre la función que tienen los lideraz-
Esta defensa de la multiplicidad, de la potencia de la pala- gos políticos: “Si…el conductor puede significarlo todo es porque
bra y de la distancia, cuestiona la obsesión de la época de la carencia que su presencia cubre, la diferencia que su palabra
que la literatura tuviera una función política. Escriben: “El niega manifestándose en ella, es insoportable. Mientras sea nece-
poder hace uso de la palabra con el fin de someter la supuesta sario imaginar la completud, la unidad, el orden, alguien llenará
libertad del otro: la literatura es una palabra para nada, en la el hueco para que la ilusión se cumpla”. Piensan la utopía como
que cualquiera puede reconocerse. El escritor puede adjudicarse el sueño de restitución del paraíso perdido. Recuerdan que
cualquier misión, el lector lee lo que puede creyendo leer lo que la evocación del paraíso sólo se sostiene a condición de estar
quiere. No se trata del arte por el arte, sino del arte porque sí, perdido. Afirman que esa referencia mítica sólo sirve para
como una afirmación que insiste en nuestra cultura, mediante reprimir lo posible en nombre de lo real.
la energía y el tiempo de algunos sujetos que no desean matar la
palabra, ni dejarse matar por ella”. Literal discute con la idea de compromiso sartreano, polé-
mica que todavía no termina. Si la culpa y el sacrificio no
La idea de arte porque sí participa de otra fórmula que pre- son lugares que favorezcan inconformidad, tampoco son
senta el grupo sobre el hablar por hablar, un deseo de decir propicios los territorios de la indiferencia, la neutralidad o
que se dice incausado. También en el primer número figura el cinismo. Los que tienen derecho a hablar y a diferir en
un artículo que se llama Documento Literal. El matrimonio en- las formas, son los mismos que tienen derecho a comer.
tre la utopía y el poder que comienza así: “Toda política de la
felicidad instaura la alienación que intenta superar. Toda propuesta La ironía puede ser complicidad escéptica que admite (así)
de un objeto para la carencia no hace más que subrayar lo inadecua- el mundo que no quiere aceptar o puede ser indignación
do de la respuesta a la pregunta que se intenta aplastar. No se trata impugnadora de lo inaceptable. El problema es literal-
del Hombre, ese espantapájaros creado por el liberalismo humanista mente éste: ¿cómo es posible un estado de inconformidad
del siglo pasado: lo que se discute son sus intercambios. No se tra- mientras avanzan las formas del horror?
ta de la inefable presencia, de la concordancia supuesta, entre el
Hombre y los Objetos de su felicidad: se trata de sus diferencias, de Década del setenta: el desastre que vino después.
la diferencia explosiva que se intenta velar”. Afirmación que po- Estrenada en 1985, Potestad de Eduardo Pavlovsky pasa in-
dría sugerir una cuestión que importa mucho en este libro: advertida. No llega a siete funciones convenidas. Al repo-

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inconformidad 2. pregunta: intento de alojar un sin fin

nerse en otra sala, no concurren espectadores: Pavlovsky Pavlovsky advierte que la existencia necesita del auxilio
improvisa en escena, se demora en detalles insignificantes; adverbial. En el enunciado “Yo estoy sentado acá”, el adver-
la obra, que inicialmente tiene treinta y cinco minutos, bio designa el lugar en el que está el que habla. El acá lo
dura sesenta y cinco: en esa media hora de más irrumpe rescata de la fatalidad de una existencia circunstancial. Le
lo fugitivo. ofrece la exactitud de un punto. La existencia echa anclas
en un adverbio. La silla es la humildad de la cosa tras el
Es la historia de un médico que secuestra a una niña en los horror. Pavlovsky intuye que, para quien huye de sus
años de terror de estado en la Argentina. Un largo monólogo actos, es imprescindible tener una referencia para seguir
en el que un hombre simpático deviene monstruoso. La hablando indeterminado, sin extraviarse. El hombre habla
descripción del secuestro es atroz, pero la ferocidad del sujetado a una silla, a un día, a una hora, a la proximi-
horror se dice en el relato de gestos mínimos e inútiles, en dad con el cuerpo de su mujer, a la distancia de un metro
la experiencia de vacío que habita junto a esa atrocidad. treinta, un metro treinta y cinco, de su hija. No interesa
El dolor no encuentra consuelo en las palabras. Aún otro fondo discursivo, ni relato referencial, ni la exhibición
cuando se puede nombrar lo terrible, es imposible relatar de la denuncia. Ninguna consistencia posible más allá de
cada uno de los segundos insignificantes que respiran los adverbios que rodean un asiento. El asentimiento como
en una experiencia. De ahí el extremo detallismo de los adherencia a las cosas, como acuerdo, conformidad, confu-
que sufren. Tras la tragedia, el más pequeño de los actos sión, con un objeto sitio (con apoyo, cuatro patas, respaldo)
se vuelve presencia única, eterna. El amor y el mal hacen que sirve para localizar a una persona sola. “Posición mía
que gestos que ocurren sin percepción se vuelvan signos de este sábado tres y media de la tarde. (Se sienta en la silla de
excepcionales: actos de ternura o muecas de violencia que la derecha y coloca su pierna derecha en ángulo agudo y la iz-
no se olvidan nunca. quierda en ángulo recto). La pierna derecha en ángulo agudo y
la izquierda en ángulo recto, hay una distancia del talón del pie
Esa media hora de más, crea condiciones para escuchar lo izquierdo al piso de unos tres, cuatro centímetros; pierna derecha
inescuchable de esos hechos. El personaje se afirma en el en ángulo agudo y la izquierda en ángulo recto… Esta posición
día, la hora, el lugar en el que está. “El hombre detrás de dos podría resultar aparentemente natural, espontánea. Sin embargo,
sillas, mirando hacia el público dice: Sábado tres y media de la es perfectamente estudiada, sofisticada, arbitrariamente buscada,
tarde. Yo estoy sentado acá (señala la silla derecha), Ana María, científicamente lograda…”.
mi mujer, está sentada acá (señala la silla de la izquierda). Más o
menos a un metro treinta, un metro treinta y cinco del vértice de El personaje percibe que no existe sin una posición. Ocupar
la pata izquierda del sillón, está sentada mi hija Adriana (señala un lugar es tener una idea rectora. Vive emplazado en un
con el pie derecho el lugar donde está sentada Adriana)”. mínimo de coordenadas gestuales. Sus actos no son arbitra-
rios. El resto de su voluntad habita en esos gestos. Se sostiene
en figuras que traza en el aire. Aísla cada detalle, sectoriza

76 77
inconformidad

cada acción hasta la comicidad de lo mínimo, queda asido


a la elegancia de un movimiento no tanto como lujo inútil
y bonito, sino como ilusión de sentido. La sofisticación es
envoltura del vacío. “(Se sienta en el lugar de Adriana y reali-
za la mímica de sus movimientos). La posición física de Adriana
viene a ser la siguiente. A ver… Sí. Ella estudia historia, se coloca
en esta posición, la pierna izquierda… el talón de la pierna iz-
quierda bajo la ingle derecha, hmm…, talón de pierna izquierda
bajo ingle derecha, es una posición aparentemente incómoda, para
mucha gente, porque la gente se acalambra en esta posición, es
decir, esta posición es difícil, solamente Adriana y yo podemos
sentarnos naturalmente así… sin contracturas, sin problemas de
rodillas, es una posición natural para nosotros. Ella la copió de
mí. (Pausa). Estudia historia. A eso de las cuatro y cuarto, más o
menos, Adriana hace un movimiento hacia atrás, gira hacia acá y
me mira… y yo siento que me dice: Papá, solamente vos y yo nos
sentamos así…”.

Potestad no importa para volver a decir la banalidad del


mal o recordar la sensibilidad de los verdugos. Interesa
otra cosa: inconformidad como narración de lo fugitivo. Los
gestos mínimos como caricias en el aire, como soportes
inconsistentes para el instantáneo posado de lo que escapa
del relato. Pavlovsky aloja en escena lo otro de la huella,
ese modo de la existencia que no deja marca, señal, cica-
triz, porque permanece en estado de fuga.

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3. dictadura: (1) convalecencia,
(2) memoria de lo no vivido

Gestación: cuerpo por nacer.


No se termina de saber hasta qué punto estamos hechos
de los tiempos que nos han tocado vivir. Encuentro, en
un cuaderno de esos años, el texto que sigue: “atardece /
vendrán a poner estrellas en el cielo / sombras sangrantes de os-
curidad / ignoro la función radical de la noche / la gestación de
los días no vividos”.

Archivo: residencia de asuntos que esperan narración.


¿Por qué pensar en términos de décadas? Períodos de
diez años parecen asegurar un continente, un orden, un
domicilio posible. Los criterios son locos o cronológicos. El
período separa, recorta, divide, clasifica, pondera, agrupa,
almacena. Arbitrariedad justificada por menciones que
se repiten. Sin alguna síntesis, la historia sería lo que es:
una existencia continua. Período significa interrupción y
violencia, invención de una secuencia, producción de una
discontinuidad. Un modo de reunir lo que Derrida llama
mal de archivo: impresiones de un sufrimiento, sacudidas
de lo vivido, ejercicio de exterioridad. ¿Por qué no tomar
una veintena, o una treintena? La decena es un conjunto
que ayuda a sentir que una vida no es tan corta.

79
inconformidad 3. dictadura: (1) convalecencia, (2) memoria de lo no vivido

En uno de sus monólogos televisivos en 1980, Tato Bores evocaciones de los ausentes. La del incendio intencional
(vestido como siempre de frac, con habano, lentes y pelu- del Picadero en tiempos de Teatro Abierto. La de la bomba
ca, atuendo que llevaba por si le ofrecían un ministerio) en el edificio en el que funcionaba la revista El Porteño. La
cuenta esta anécdota a gran velocidad: “Yo el otro día iba del después de la dictadura. La de la cultura del rock. La
en un colectivo, lleno, completo, parado. Y de pronto al- de Herminio Iglesias quemando un ataúd cubierto por una
guien me dijo: bandera radical. La de los festejos del diez de diciembre de
– Señor, ¿usted es militar? mil novecientos ochenta y tres. La de Alfonsín presiden-
te. La de los testimonios de los sobrevivientes. La de las
– No... No...
historias de los exiliados que volvieron. La del Nunca Más
– ¿Usted tiene un hermano militar? de la Conadep. La del juicio a las Juntas Militares. La de la
– No... No... No... caja del PAN. La de la deuda externa irrepresentable. La
– ¿Tiene un pariente militar? del Club de Cultura Socialista. La del Plan Austral. La del al-
– No... No... No... zamiento carapintada. La de la tarde de otoño con Alfonsín
diciendo felices pascuas, la casa está en orden. La de las leyes
– ¿Tiene un íntimo amigo militar?
de Punto Final y Obediencia debida. La de la peste del sida.
– No... No... No... Pero ¿por qué me lo pregunta? La del mundo underground. La de los grupos de estudio
– Porque me está pisando el pie”: sobre Lacan. La de los estallidos sociales. La de los saqueos
a supermercados. La de los precios aumentando todos los
Inconformidad, sensibilidad ante el poder de lo uniforme: días (ciento catorce por ciento en junio y ciento noventa
no sólo se trata del temor, la seducción o la magia que tiene y nueve por ciento en julio de mil novecientos ochenta y
un mismo traje para toda la tropa, sino del confort que se nueve). La de protegerse del desabastecimiento acaparan-
siente apoltronado en el sillón, en la voz y en la orden del do cartones de leche, cajas de arroz, botellas de aceite. La
amo. del made in Taiwán. La de Alfonsín dejando antes su go-
bierno. La de Menem presidente. La llamada década per-
Inventario: escondites del olvido. dida en la que el pebeí por habitante bajó un ocho coma tres
La década de los que sobrevivimos al terror de estado. La por ciento. La de la caída del Muro de Berlín. La década de
de la pregunta sobre “¿Dónde están los desaparecidos?” de los que cumplieron un año (diez, veinte, treinta, cuarenta,
las Madres de Plaza de Mayo. La de la quema de libros del cincuenta).
Centro Editor de América Latina. La de los que se refugia- Inconformidad, potencia narrativa de lo no acontecido o
ron en un pequeño paraíso familiar. La del Premio Nobel de lo acontecido sin relato entre los datos, los nombres, los
a Adolfo Pérez Esquivel. La de la guerra de Malvinas dos hechos.
días después de la marcha de la CGT. La de las infinitas

80 81
inconformidad 3. dictadura: (1) convalecencia, (2) memoria de lo no vivido

Los paranoicos son desconfiados. El regreso de los exilia-


Budín inglés: pastel de frutas confitadas, nueces y
dos fue una señal de que el estado podía ser, si no protector
almendras.
o benefactor, por lo menos no secuestrador. Sin embargo,
En una panadería del barrio de once, en los días de la Gue- todavía, había que esperar: si los que se habían ido (y aho-
rra de Malvinas, la dueña (una mujer mayor) cambia el ra volvían), al cabo de un tiempo razonable, no eran de-
cartel que informa “Budín inglés” por otro que dice “Budín tenidos; entonces, los que se habían quedado, podían con
argentino”, en el que pincha una banderita azul y blanca. prudencia comenzar a salir del miedo.
Si la conformidad se complace con símbolos fanáticos, in- Pero el temor de los paranoicos es memoria difusa de una
conformidad aloja angustias sin representación. pérdida, de un fracaso, de una deuda, de una caída que no
termina nunca. Lo que se llama delirio de grandeza es una
Perseguidos: escapan de un sufrimiento que llevan forma desesperada de la nostalgia.
consigo. Simulación de los ochenta: actuar como si la dictadura
Prisión perpetua (1988) de Ricardo Piglia comienza con una no hubiera dejado marcas. Como judíos que esconden los
máxima que condensa algo del sentimiento de las izquierdas números de identificación que los nazis les habían dejado
de aquellos años: “Una vez mi padre me dio un consejo que nun- tatuados en el brazo izquierdo.
ca pude olvidar: ´¡También los paranoicos tienen enemigos!´”.
Si fuera posible (no lo es) sugerir una emoción de incon-
José Ingenieros en La simulación en la lucha por la vida (1903), formidad podría ser la de la paranoia sin miedo: el presen-
un texto inspirado en Darwin, piensa la mentira, el fraude, timiento de que todas las formas nos amenazan, pero sin
el engaño, como astucias de supervivencia de los débiles. temor de que nos hagan daño. Vivir arrojados a un peligro
Desde entonces, la simulación es admitida como defensa siempre por sortear, tendidos en la decisión del esquive,
razonable de disidentes que viven en un país ocupado. plenos en el momento del susto, pero no asustados. El mie-
Mimetismo, camuflaje, travestismo, son escondites que do transforma potencias de inconformidad en energías de
apelan a la escisión o partición en uno mismo. Los perse- supervivencia.
guidos portan máscaras.

Se ha dicho que el tiempo del terror de estado fue un tiempo Obsesión: pensamiento omnipotente que asedia en el
perdido, un tiempo secuestrado, un tiempo desaparecido. desamparo.
O que los años del después de la dictadura no fueron días Los ochenta son (para algunos) años de aturdimiento y
del todo festivos. El miedo (para algunos) se mantuvo a desconcierto, de dolor y derrota, de rencor y resentimiento.
pesar del desahogo. Temblores de una amenaza que tarda La nostalgia, cuando sólo es añoranza tormentosa o imagi-
mucho en irse, actitud de alerta, convicción de que no hay nario de un pasado mejor, inigualable, todavía deseado, es
que mostrarse. rechazo del presente.

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inconformidad 3. dictadura: (1) convalecencia, (2) memoria de lo no vivido

El recuerdo ilusionado de lo perdido podría pensarse Distingue esta nostalgia (propia del amor humano) de otra
como goce empecinado o negación de la vida de los ochen- que es enojo, obsesión de una ilusión personal contrariada.
ta. El pasado como obstinación. No como reivindicación Entiende que la nostalgia de Vallejo no es un reproche a
o recuerdo de lo que fue, sino como rechazo de lo que es. dios o una forma patológica de negatividad. Escucha en
El presente diferido, cubierto por una amargura que no lo su poesía la voz del alma que sufre y expía la pena de los
entiende, que no quiere entender lo otro. Una mirada hacia hombres. Afirma que tampoco se trata de un pesimismo
atrás que sospecha, descalifica o desconoce cualquier críti- literario. Escribe: “No traduce una romántica desesperanza de
ca cultural no militante. Se dice: despolitizadas, cómplices, adolescente turbado por la voz de Leopardi o de Schopenhauer.
complacientes, decadentes. La visión retro setentista como (...). No se le busque parentesco ni afinidad con el nihilismo o
imposibilidad de pensar el presente que siempre es otro. el escepticismo intelectualista de Occidente. El pesimismo de
Vallejo, como el pesimismo del indio, no es un concepto sino un
La nostalgia es una ilusionada conformidad con el pasado, sentimiento. Tiene una vaga trama de fatalismo... (...). Pero no
inconformidad no es enredo en proyecciones sobre lo que se confunde nunca con esa neurastenia angustiada que conduce
fue o podría haber sido, sus sentidos están puestos en lo al suicidio... (...). Se podría decir que así como no es un concepto,
que podría ser. tampoco es una neurosis”.

Ni concepto ni neurosis, ni metáfora ni disfraz: sentimien-


Nostalgia: (1) propensión malsana que adora un ideal,
to vivo. Ternura que aloja sin estridencias un dolor irreme-
(2) don que aloja lo posible junto a lo irremediable.
diable a la vez que una felicidad posible. La nostalgia de la
En su libro Siete ensayos de interpretación de la realidad perua- que habla Mariátegui no es la del narcisismo desencantado
na (1928), José Carlos Mariátegui piensa la nostalgia en la o el del ego exasperado. Escribe: “Vallejo siente todo el dolor
poesía de César Vallejo. Sugiere que su tristeza es fuerza humano. Su pena no es personal. Su alma está triste hasta la
que anida en el alma de los antiguos de la tierra. Esa nos- muerte de la tristeza de todos los hombres.
talgia no es obsesión por el pasado perdido o esperanza de
un retorno, sino potencia de evocación, acto de ternura. No Mariátegui piensa el sentimiento como afectación no per-
encuentra en Vallejo morbosidad retrospectiva, añoranza sonal ni individual, no se trata de sentir un dolor que nos
del Imperio Inca o del Virreinato. Dice que su nostalgia “es está destinado (mi dolor, un dolor para mí), sino de una sen-
una protesta sentimental o una protesta metafísica. Nostalgia sación a su vez herida por todos los dolores. Tristeza no
de exilio; nostalgia de ausencia”. Sostiene que las nostalgias como padecimiento íntimo, sino como fuerza que aproxi-
punzadas en el alma (por un dolor de siglos) son dulzuras ma a los entristecidos.
de maíz tierno. Piensa la nostalgia de los antiguos de acá
Inconformidad no siempre se lleva bien con personajes
como latido escéptico, como incertidumbre serena que es
inconformes o disconformes aplicados en desacuerdos, esos
pregunta por el sentido.
términos son engreídos como casi todos los adjetivos de

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inconformidad 3. dictadura: (1) convalecencia, (2) memoria de lo no vivido

las rebeldías. Inconformidad no es un estado que perte- El escondido: danza del noroeste colonial en la que un in-
nezca a alguien o que se resguarde en el dominio de una tegrante de la pareja simula esconderse del otro.
vida. Inconformidad: protesta metafísica del pensar, acon- Baudelaire en Los paraísos artificiales (1860) analiza sus ex-
tecimiento que no puede ser relatado por un yo sensible, periencias con alcohol, opio y otras sustancias (inspirado,
aunque diga hablar también por otros. a su vez, en la lectura de las Confesiones de un fumador de
opio inglés, de Thomas De Quincey). A propósito de los
Ausente: ensimismado. efectos del hachís, Baudelaire se pregunta: “¿Qué sentido
tiene trabajar, labrar el suelo, escribir un libro, crear y dar forma
No importa ahora la figura compensatoria de un exilio
a lo que fuere, si es posible acceder de inmediato al paraíso?”.
interior: desterrados que viven en su tierra, habitantes de
catacumbas urbanas que practican ritos de las izquierdas La premura por un paraíso alcanzable de golpe es un
de la década anterior. Tampoco interesan competencias o asunto de los años ochenta. La ilusión de una intimidad
intercambios de culpas, méritos, sufrimientos, entre los protegida (para algunos) actuó como colaborador quími-
exiliados y los que se quedaron (¿tardaron más en regresar co. En tiempos de ausencia, la pareja y la familia fueron
los que nunca se fueron?, ¿los que volvieron ansiaban en- un escondite, un escudo, un repliegue cálido, un pequeño
contrar un mundo que se había ido?). paraíso personal.
Una sensación (para algunos): estar afuera de lo que esta- Encuentro una lista de gastos de esos años. Menesteres que
ba ocurriendo, tener una cotidianeidad dividida, una vida hacen a una vida: pagos de supermercado, soda, arreglo
partida. La escisión como existencia suspendida que no del lavarropas, diarios, impuestos, expensas, cooperadora
renuncia, como rebeldía que no protesta, como anonimato del jardín, transportes varios, dentista, alquiler, cuota del
no indiferente, como compromiso del ausente. Estar afue- club, un poco de ropa para todos, libros. Constan en el in-
ra, ensimismados (¿dónde?, ¿en el pasado?, ¿en la epopeya ventario, también, los ingresos, suma artesanal de obstina-
del yo?). Ajenos a otros discursos colectivos, desubicados. ción e ingenio. ¿Instantánea de la existencia de entonces?
Al margen de certezas, sin razón histórica, portavoces de Esa lista es un catálogo de consumos, pesadilla, sueño de
una tragedia personal. El cuerpo del ausente se abraza a confort.
una sombra. En tiempos de dictaduras casi no hay lugar
para estados de inconformidad: ese pulso indefinible se La idea de paraíso es la forma más lograda de conformidad:
reserva para el oído de otro mundo. rastrilla energías con esa figura que disimula los dientes.
El miedo y la urgencia ganan pequeñas voluntades disi-
dentes. Las listas hacen compañía a los insomnes que no
logran ocultarse de la lucidez de la noche.

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inconformidad 3. dictadura: (1) convalecencia, (2) memoria de lo no vivido

Dos Banderas: marca de una goma de borrar con un lado igual que los guardados) con el corazón abrazado al pasado
para tinta y otro para lápiz. mientras circulan en el presente como emotividades
Algunas expresiones condensan tramas de una época. pintadas, confinados en espacios mínimos.
Casildo Herreras hizo de la frase yo me borro sinónimo de
traición, cobardía, deserción. Secretario general de la CGT Convalecientes: (1) se reponen de una enfermedad, (2) per-
en los años de la triple A, en marzo del setenta y seis, se va manecen aturdidos, (3) recuperan palabras abandonadas.
del país. Recién llegado a la costa uruguaya, un periodista
La convaleciente (1987) es una novela de Pedro Orgambide
le pregunta “Casildo ¿qué pasa en Buenos Aires?”. A lo que
que narra en primera persona la historia de una mujer
responde: “Ah, no sé: yo me borro”.
que se siente anestesiada al volver a la Argentina tras el
La expresión borrarse viene del lenguaje de las carreras: los exilio. Cuenta desconciertos y desarraigos, años y sueños
borrados son los caballos anotados para correr que no se perdidos, encuentros y desencuentros, pero sobre todo
presentan en la largada. La palabra se usa para decir es- dice el largo regreso al presente. En la convalecencia se
capar, renunciar, irse, excluirse. O se utiliza para expresar recupera la potencia no cancelada en una existencia que,
que uno se protege de un peligro, deshace un compromi- ahora, se sabe vulnerada y desprotegida. La convaleciente
so, evade una responsabilidad, evita una complicidad o lucha atraída por el largo invierno que le seca el alma,
le saca el cuerpo a un asunto. Si el borrarse no comporta por las visiones de polvo y escombros, por el regodeo en
un acto cobarde, puede representar la aceptación de una las ruinas de lo perdido. Escribe Orgambide “....a todos
derrota, la astucia del que se guarda para otro momento. los que nos fuimos, no sólo a mí, nos parecía que habíamos in-
Con la fórmula los borrados, se designa tanto a los muertos, vernado por largo tiempo”. O “Cada uno llevaba en la cara la
a los que abandonaron a sus compañeros o a los que se ansiedad, la impaciencia, por integrarse al mundo que había
reservaron para otra pelea. abandonado. Y también el miedo. Miedo a que no nos quisie-
ran, a ser apartados como leprosos medievales, que tocaban sus
Borrados no dice lo que dice la palabra desaparecidos. campanas por las aldeas. La nuestra era una peste sin úlceras
ni llagas, hecha de recuerdos molestos…”. La convaleciente es
Algunos matices: (1) los borrados están definitivamente
la historia de alguien que tiene que volver a nacer en un
muertos; (2) los que se borran renuncian a un ideal colectivo
presente cómplice y traidor, extraño y familiar, a la vez.
que, al cabo, les importa menos que sus personas; (3) los
Pero la recién nacida carga la memoria del dolor. Podría
guardados se reservan para otra oportunidad, permanecen
andar en la vida aferrada al pasado, despreciativa y ase-
clandestinos, temerosos de todo lo que representa un
sina de sus días.
peligro, a la espera de desquite o revancha; (4) los ausentes
no huyen, ni abandonan sus amores, conservan sus ideas, Hay una culpa imaginaria (como todas las culpas) de las iz-
pero no sueñan con otra oportunidad, se mantienen (al quierdas de los setenta, pero no por haber hecho lo indebido,

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inconformidad 3. dictadura: (1) convalecencia, (2) memoria de lo no vivido

sino por haber cedido la oportunidad de realizar lo que se El rock no comercial de los ochenta expresa una fiesta re-
hubiera podido. La muerte goza de todos los culpables. belde que no se propone tomar el poder. Acontecimiento
de intensidades que escapan a los mandatos moralizantes.
Nietzsche, en uno de los textos de Así hablaba Zaratustra, El Chicas y chicos dando saltos, rebotando y chocando unos
convaleciente, piensa la diferencia entre el retorno al pasado contra otros, remeras elevadas o lanzadas en el aire, des-
que niega el presente y el retorno que toma impulso, en su nudez y sudores que se mezclan en la piel elástica de una
marcha hacia el porvenir. Avatares de la moral que esclavi- bestia recién nacida. Contactos contaminados de potencia.
za al deseo y del deseo que se fuga de esa prisión. Vocerío en el que nadie pontifica. Complicidad tácita de los
Nostalgia, autocompasión, rencor, goce de lo perdido, son que se juntan sin marchar hacia una meta futura.
algunos encierros en los que, sin darse cuenta, caen algu- Muchas veces la cultura del rock de esos años exhibe un re-
nos convalecientes. Se pregunta Héctor Tizón, en La casa y flejo no intelectual que alienta protestas espontáneas o hace
el viento (1984): “¿He huido del aislamiento y la soledad, tal vez alarde de una sensibilidad o tacto existencial que cree percibir
de la cárcel, para encerrarme?” Se podría decir que (para algu- sin disfraces el verdadero estado de las cosas. Pero sobre todo,
nos) los ochenta son años de convalecencia. Convalecencia: se opone a los tonos dogmáticos y suficientes. Ejerce el dog-
desencierro del pasado, abandono de esa tristeza anhelada. matismo de los que no quieren dogmas, el espíritu antipeda-
gógico, la crítica de las ideas que pretenden explicarlo todo.
Dogmatismo: (1) verdad aseverada, (2) paradoja de la pro-
Cuando la cultura del rock afirma, entonces, que el rock no
testa antidogmática.
es ideología, cuestiona cualquier armado de bloques ho-
Los cuerpos de los ochenta no desaparecidos, no exiliados, mogéneos, faltos de contradicciones y de ambigüedades.
no borrados, no escondidos, no ausentes; no convalecien- Objeta desciframientos, interpretaciones o reglas normati-
tes; los cuerpos que no estaban en el fútbol, ni en los gim- vas comunes entre las izquierdas. Reivindica la intuición,
nasios, ni en los circuitos de aeróbicos, ni en las clínicas la existencia de misterios irreductibles, desconfía de los
para adelgazar; los cuerpos que no estaban en los manico- sistemas que pretenden decir el mundo.1
mios ni en las cárceles; los cuerpos fugados de los espacios
diagramados, estaban en el rock. La cultura del rock frente a la enfermedad de la nostalgia
(muchas veces tan apocalíptica como fundamentalista) de
En los ochenta, la cultura del rock repone, entre nosotros, las izquierdas de los setenta, levanta la idea de un presente
interrogantes vaciados de las voces de la izquierda militan- ansioso, instantáneo, efímero.
te de la década anterior. Es un movimiento que expresa el
descontento con la realidad social, el rechazo a la ciudad, 1. Recuerdo algunas marcas que circulan mediando la década: en 1986, Los
la impugnación de las costumbres, la discrepancia con los Redondos editan Oktubre; Soda Stereo, Signos; Sumo, Llegando los monos; Virus,
valores establecidos. Virus Vivo; Luis Alberto Spinetta, Privé. O un año después, Charly García
edita como solista Parte de la Religión.

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inconformidad 3. dictadura: (1) convalecencia, (2) memoria de lo no vivido

Solemnidad: (1) gesto majestuoso, (2) disfraz moral del ese grupo irreverente de mujeres de los ochenta: “No quería-
amo. mos dar clases de nada, más bien cachetazos de imágenes”.2
Leopoldo Marechal concluye Adán Buenosayres (1948)
Urdapilleta y Tortonese representan, en un escenario de los
desdramatizando la Gran Hoya en que termina el infierno
ochenta, una escena de violencia entre una madre y una hija:
metafísico de los argentinos. Con la mirada en ese fondo
comienza con música estridente de ópera, una madre cruel gol-
final en el que se ve un animal gelatinoso que se retuerce,
pea y arrastra de los pelos a la hija que grita llena de horror; de
el astrólogo pregunta: ¿qué le parece? La respuesta estalla
pronto, para la música y se escucha este diálogo acompañado
como esquirlas de lugares comunes “Más feo que un susto
de risas, exclamaciones de sorpresa y más risas del público:
a medianoche. Con más agallas que un dorado. Serio como bra-
gueta de fraile. Más entrador que perro de rico. De punta como – Hija de mi vida...
cuchillo de viejo. Más fruncido que tabaquera de inmigrante. – ¿Para qué mamá, para qué?
Mierdoso, como alpargata de vasco tambero. Con más vueltas
– ¿Para que qué?
que caballo de noria. Más fiero que costalada de chancho. Más
duro que garrón de vizcacha. Mañero como petizo de lavandera. – ¿Para qué me pariste? (Pausa expectante).
Solemne como pedo de inglés”. – Creo que llegó el momento de que te enteres de que no
te parí. ¡Sos adoptada! Te arranqué del vientre de tu madre
Uno de los signos de la estética under de los ochenta es la para comerte y cuando te tuve en el estómago te vomité.
distancia respecto de la solemnidad de las izquierdas de (Larga sorpresa tras la confesión).
la década anterior. Los disidentes de la noche no militante
– Hubiera preferido que me cagues mamá. Y como cualquier
desconfían de las certezas ideológicas, de la gravedad de
sorete oloroso argentino estaría flotando libre en las orillas
las imposiciones discursivas, de los ídolos redentores o
del Río de la Plata. (La escena termina con una cachetada
luchadores en desgracia.
furiosa de la madre ante la respuesta impertinente de la
La estética under de los ochenta representa un mundo hija, entre más risas del público).
trasformista, travestido, clown, alegre, irreverente, despre-
juiciado, que le toma el pelo a lo políticamente correcto. Se Matrioshkas: muñecas de madera rusas.
expresa como una bohemia no ilustrada que hace reír con
cosas revulsivas, tiene gestos zarpados, a veces irresponsa- La mayor alberga una réplica que esconde una réplica. El
bles. Un progresismo bien intencionado que apela al alcohol interior de la muñeca es un hueco lleno de otra muñeca
y a otras sustancias como modos de resistencia al mundo
instituido. Juega con el humor negro, la frase corrosiva, la 2. Podrían mencionarse como figuras de esa estética, entre muchas omisio-
nes, a las Gambas al Ajillo, a Batato Barea, Alejandro Urdapilleta y Tortonese,
inspiración irónica, la osadía moral. María José Gabin, inte- a Los Melli (Carlos Belloso y Damian Dreizik), a La Organización Negra (ante-
grante de las Gambas al Ajillo, dijo refiriéndose al humor de cedente de De La Guarda), a El Club del Clown, a Las Bay Biscuits (Vivi Tellas,
Fabiana Cantilo, Isabel de Sebastián).

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inconformidad 3. dictadura: (1) convalecencia, (2) memoria de lo no vivido

con un interior hueco, a su vez, lleno de otra. Así hasta Curiosidad: asunto que llama la atención y excita el
que en la más pequeña no cabe nada. Todas hechas de la interés.
misma madera. Madres de sus hijas, hijas de sus madres. En los ochenta, se hace alarde de la cantidad de psicoana-
Cada una sola en su propio tamaño. lizados y psicoanalistas que habitan en Buenos Aires. La
palabra psicoanálisis o el atributo de psicoanalista se vuelven
No hay coincidencias respecto a cuándo se escuchó por
signos de distinción. Muchos se apropian del psicoanálisis
primera vez la expresión psicobolches. Algunos sostienen
como marca cotizada en el mercado profesional.
que comienza a circular en los setenta para decir (antes
de la dictadura) fanatismos que reunían marxismo con Para el imaginario de la época, el número de relaciones
psicoanálisis o (en tiempos del terror) como sentencia acu- terapéuticas que se traman en la ciudad, supera el existen-
sadora de trabajadores de la salud mental desaparecidos, te en Nueva York, Londres, París, Viena. Aparecen barrios
perseguidos, asesinados.3 Otros dicen que, en los ochenta, bautizados con el nombre de Villa Freud: zonas en las que se
fue una fórmula empleada para descalificar la vocación concentran consultorios, cursos, seminarios, grupos de es-
política de las ideas o gestos de compromiso social. Es tudios, sedes de diferentes carreras de psicología, librerías,
cierto, el apelativo de psicobolche fue, entonces, figura de bares que exhiben palabras o insignias del psicoanálisis.
desprecio de la izquierda intelectual, pero (con el tiempo)
se trasformo en crítica del esquematismo autoritario de la El lenguaje cotidiano es colonizado por un vocabulario lleno
psicología como voz moral del mundo pasional. Así como de alusiones a fenómenos del inconsciente. Hasta se teje un
la idea de psicodélico aludía a la liberación de potencias tipo de humor sólo apto para iniciados como el que se dice
psíquicas inhibidas o reprimidas a través de la estimula- en la expresión: “Más solo que Edipo en el día de la madre”.
ción de los sentidos, a veces, por medio de sustancias; la
¿Cómo pensar esos murmullos que fluyen desde los divanes?
expresión psicobolche comienza a señalar, en los ochenta, el
¿Retorno de la palabra acallada en tanto exilio y represión po-
empleo de discursos psicológicos exhibidos como dogmas
lítica? ¿Emanaciones de memorias hablantes de una ciudad
ideológicos capaces de explicarlo todo.
habitada por gente descendida de los barcos? ¿El psicoanálisis
La expresión psicobolche es, en esos años, otro modo de re- como confinamiento de la izquierda intelectual? ¿Como pa-
pudio de la nostalgia, cuando ésta retorna como dictadura raíso protegido de los ochenta? El psicoanálisis pudo ser, en-
moral de una experiencia anterior irrefutable. tonces, fuente de confusiones: espacio de redención personal,
revuelta íntima de buscadores de felicidad, gabinete seguro
de confesiones revolucionarias, recinto de la voz subversiva,
alcoba de la libre asociación, lecho de fantasías sexuales,
recreo de fraternidad, ritual purificador de almas sinceras,
3. Por citar sólo un caso, Beatriz Perosio fue secuestrada en 1978 mientras consuelo de una legalidad inconsciente en un mundo sin ley.
era presidenta de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires.

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inconformidad 3. dictadura: (1) convalecencia, (2) memoria de lo no vivido

Los ochenta son los años de la gran marcha de los analiza- Crepúsculo: (1) declinación del día, (2) deseo de la noche.
dos. Una poderosa concentración urbana disciplinada de El arbitrario orden de las décadas carga, además, con ca-
la protesta social. Una tenaz conspiración de burladores de prichos de lecturas. Los años ochenta son, para algunos,
censuras. Una experiencia protegida de los urgidos por la los de El Antiedipo. Capitalismo y ezquizofrenia (1972) de
angustia, el malestar, la desilusión. El psicoanálisis como Deleuze y Guattari, aunque el libro pertenezca a la década
nostalgia rentada de una crítica inofensiva. anterior.
La cuestión Lacan, si bien se inicia a fines de los sesenta, El texto es un recordatorio de “la determinación del campo
tiene mayor lugar en los ochenta. En Buenos Aires, desig- social”, de que las subjetividades “se hunden y vuelven a
na un conjunto de espacios culturales, una red dispersa de hundirse en los flujos torrenciales o enrarecidos de un cosmos
grupos de estudios en los que se piensa el psicoanálisis, la histórico, de un caos histórico”.
lingüística, la filosofía, la literatura, la antropología, la his-
toria. La potencia intelectual de las izquierdas reprimidas se Allí se dice que todo delirio, antes de ser aplastado por la
despliega, en parte, alrededor de sus escritos y seminarios. trituradora interpretativa de la psiquiatría y el psicoanáli-
sis, afirma un mundo social, político, histórico, ético, cultu-
No sería justo decir (como se dijo) que el lacanismo se de- ral, religioso, moral. En todo delirio se delira la historia.
sarrolla en Argentina favorecido por la dictadura. Ocurre
otra cosa, el terror de estado hace que el asunto Lacan se vuel- Hay libros que son manuales de supervivencia. Si muchos
va una vía protegida de pensamientos críticos que todavía psicólogos de la época hicieron su biblioteca con las
mantienen el tono redentor de la década anterior. referencias que nombraba Lacan, otros hicieron su formación
con algunos de los autores citados por Deleuze y Guattari
Importa ahora destacar un espacio de lecturas diversas, (Spinoza, Büchner, Nietzsche, Melville, Kafka, Carroll,
la existencia de grupos que aún no entraban en las uni- Artaud, Beckett, Canetti, Foucault, Bataille, Blanchot,
versidades, la autorización de autores no académicos, de Klossowsky, Derrida, Henry Miller, D. H. Lawrence,
maestros y alumnos que discutían en proximidad informal, Michaux, Gombrowicz, Malcolm Lowry, Allen Ginsberg).
una comunidad de analistas y pacientes que hablaban un
lenguaje cifrado, la multitud que se concentraba en revistas, El Antiedipo post dictatorial se presenta como un texto (ad-
boletines y congresos masivos. Lacan es, en nuestros ochen- vertido del asunto Lacan) que funde marxismo con litera-
ta, un nombre que representa muchas cosas. También una tura, filosofía con psicoanálisis. El lenguaje de ese texto es
contraseña posible de la resistencia cultural.4 un ropaje desconcertante para los automatismos y jergas
militantes de los sesenta y setenta.
4. Esa resistencia se expresa también en los itinerarios de revistas con voca-
ción psicoanalítica de esos años. Es el caso de Conjetural dirigida por Jorge do Pavlovsky y Juan Carlos De Brasi. Sin contar colaboraciones de los psi-
Jinkis, creada en 1983 o de Lo Grupal una colección de volúmenes colectivos coanalistas en publicaciones como Punto de Vista, Unidos, Sitio o, al final de
(siete en la década del ochenta de un total de diez.), compilados por Eduar- la década, Babel.

96 97
inconformidad

El Antiedipo en los ochenta porteños forma parte del gé-


nero lecturas secretas. Secretas no selectas. No es, entonces,
un texto de culto de la elite psicoanalítica. A ese rubro
pertenecen los seminarios inéditos de Lacan. Secretas por
su contenido de filosofía política, por sus alusiones des-
quiciadas, por su estilo antiacadémico, por su forma ensa-
yística, por su vocación de minoría fuera de toda escuela.
El Antiedipo como experiencia conspirativa, como insisten-
cia insurrecta, como ilusión de continuidad de una furia
interrumpida.

Su lectura, también, como deletreo, como proceso de reha-


bilitación después del crepúsculo. Atención fonema por
fonema, letra por letra, a veces sin tener comprensión del
conjunto. La separación de las palabras como espacio en el
que fluye lo desunido, como tiempo de una convalecencia
intelectual.

Inconformidad, latido que atraviesa lecturas, composi-


ciones estéticas, murmuraciones de los consultorios. ¿Se
podría hablar de convalecencia? No, inconformidad no es
un cuerpo que se recupera de una enfermedad, sino espera
que fluye por todas partes. Y, ¿los desaparecidos? Sí, hicie-
ron de ese fluir un líquido denso que todavía destila gotas
de miedo.

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4. política: (1) crítica de lo establecido,
(2) amante del deseo

Pesadilla: opresión de un monstruo sentado sobre el pe-


cho del durmiente.
En mil ochocientos noventa y cinco, consultado por el doc-
tor Ernest Bloch, Freud recomienda tratamiento para un
niño de seis años que sufre pesadillas. El chico sueña que
lo persiguen, que cae en un abismo y que lo castigan hasta
morir. El padre, un funcionario de la aduana austriaca, no
acepta el consejo porque teme que lo acusen de maltratar a
su hijo. El muchacho de las pesadillas será conocido como
Adolf Hitler. El episodio se difunde en un Congreso Mun-
dial de Neurología celebrado hace unos años en Buenos
Aires. Algunos desmesurados creen que la ciencia puede
sanar al mundo. Tal vez el holocausto, piensan, se hubiera
evitado de haber atendido a tiempo a ese chico. La indica-
ción de Freud, suponen, pudo cambiar la historia.

Rasgo: (1) distinción, (2) cualidad.


Un informe de los psiquiatras de la Corte Suprema de Jus-
ticia concluye que Alfredo Astiz no es un enfermo mental.
Los especialistas argentinos encuentran rasgos esquizoides,
paranoides, perversos y depresivos en el imputado. Dicen
que tests de personalidad revelan que Astiz experimenta

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inconformidad 4. política: (1) crítica de lo establecido, (2) amante del deseo

placer ante el dolor ajeno. Afirman que esa característica es tesoro”. Le manda besos, no quiere que la suegra se meta
común a muchos torturadores. en su casa, no recuerda dónde puso la boleta de la luz,
se enoja cuando lo celan. Cosas que pasan. Movimientos
colgados de nada. Cabos sueltos. Datos imprecisos, casi
Muertos de miedo: (1) dominados por el terror, (2) mano
innecesarios. Automatismos de chicos que se defienden,
de obra del poder.
que se sienten jodidos por un extraño. Rebeldías que se
El quince de enero de mil novecientos setenta y tres se es- muerden la lengua cuando hablan con la autoridad. Pe-
trena en el teatro Payró de Buenos Aires El señor Galíndez queñas costumbres y minucias. Hazañas miserables. Ex-
de Eduardo Pavlovsky. Una pieza testimonial que anticipa presiones disparatadas, ocurrentes, absurdas. Modales de
procedimientos del terrorismo de Estado en la Argentina. pibes de barrio que respetan a sus mayores. Obsecuentes
La obra relata espesuras existenciales que desbordan las que reciben, por teléfono, órdenes de Galíndez: “Hola. Sí,
psicologías. Pone en escena cómo el terror habita en luga- señor. ¿Cómo le va a usted, señor? Muy bien, muchas gracias
res comunes, en cotidianos reconocibles y se compone de señor. Pierda cuidado señor. ¿Cómo? Sí, señor estoy escuchando.
gestos tiernos e insignificantes. Pavlovsky expone accio- Perfecto, señor. Sí, señor ...y bueno, nuestra misión es esperar,
nes que nos son familiares (esperar a alguien, limpiar una señor. Comprendido, señor. ¡Entendido! ¡A sus órdenes, señor!”.
mesa, barrer el piso, tender una cama, ir al baño, ordenar Nerviosismo de cuerpos a punto de estallar. Delirantes
papeles, hacer gimnasia, leer una revista), impaciencias y que trabajan para Galíndez aunque nunca le vieron la cara.
movimientos apaciguadores, opiniones generales sobre Desesperados que intuyen que no son imprescindibles, que
cómo se pierde el romanticismo, sobre el sabor de la in- temen perder su protección, que saben que cualquier sacu-
timidad o sobre la inconstancia de la juventud; imágenes dida de las circunstancias puede hacer también de ellos
cotidianas: tapas de revistas con actrices y modelos, fotos hombres muertos. Esclavos de leyes mafiosas. Dependientes
de futbolistas y boxeadores. Expone cosas que pasan en la de la fragilidad e inestabilidad de sus pactos. Ambiciosos
proximidad de los cuerpos que esperan: exasperaciones, que luchan por progresar, que tienen miedo, que están
acercamientos, rechazos, confusiones, violencias, sorpre- muertos de miedo.
sivas confidencias, especulaciones sobre qué quiso decir
(de verdad) el otro, sentencias y enseñanzas de la voz de
la experiencia. Conversaciones agrietadas por sospechas y Cualquiera: (1) pronombre indefinido, (2) interpela la res-
desconfianzas. Gestos inocentes y divertidos. De pronto ponsabilidad de cada cual.
un hombre habla con la mujer por teléfono, pregunta por Los responsables de actos de terrorismo de Estado en la Ar-
su hija: si la abrigó o si repasó las tablas de multiplicar: gentina deben ser procesados y condenados. No se necesita
“Hola, Rosi, el papi habla. ¿Cómo le va a la muñequita? ¿Me argumentar razones psicológicas o psicoanalíticas para
querés mucho? Y cómo no te voy a querer si soy tu papi. Bueno, justificar esta afirmación (no se trata de decir que hay que
hacé los deberes y obedecela a la mami. Sí, mi vida, sí. Chau, recordar para no repetir, elaborar para no sufrir o que un pasado

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traumático se cierne como pesadilla en el presente). No se trata La igualación de todos ante el mal (ya sea como tenden-
de hacer hablar a las humanociencias, sino de expresar una cia pulsional o formación de goce) es discutible. Propaga
voluntad política1. No se necesitan peritajes psiquiátricos ni una difusión de principios universales y homogéneos. Un
psicológicos para constatar una supuesta inclinación al horror reinado indistinto y general. Un apartado moral en el que
que, tal vez, podría hallarse en cualquiera de nosotros. todos somos, en potencia, culpables. Inconformidad, in-
quietud que lleva a esta pregunta: ¿por qué no todos somos
Los hechos de terrorismo de Estado necesitan ser situados cualquiera?
como parte de la racionalidad del capitalismo en la Argen-
tina. Los saberes que explican el mal como monstruosidad
personal o patología moral tienen un efecto encubridor. Secreto del poder: supliciar los cuerpos para dominar las
Sustraen de la discusión el problema de la funcionalidad almas.
política de la barbarie. En la colonia penitenciaria de Franz Kafka transcurre en una
isla de seguridad y disciplina severas. Un extranjero es in-
¿Cómo son los torturadores de la obra de Pavlovsky?
vitado a presenciar la ejecución de un hombre condenado
Son hombres comunes: padres, hijos, maridos, empleados,
por desobedecer e insultar a un superior. El detenido no
trabajadores. Pero, que sean personas como todos ¿significa
sabe que ha sido procesado ni tuvo oportunidad de de-
que cualquiera puede ser un torturador? ¿Que la mayoría
fensa. El castigo consiste en inscribir sobre su cuerpo la
tenemos un costado perverso que desconocemos? ¿Que,
disposición que él mismo violó, por ejemplo: “Honra a tus
dadas las circunstancias, ninguno resistiría la tentación de
superiores”.
violar un cuerpo indefenso? ¿Que el mal gobierna en la in-
timidad del deseo? ¿Que la civilización es una sofisticada En un valle desierto, el oficial y el extranjero hablan junto a
barrera de contención para el descontrol pulsional? ¿Que, la máquina inventada para la ejecución. La descripción del
incluso, las personas más buenas y solidarias son malva- aparato ocupa casi toda la narración. También están presen-
dos travestidos? ¿Que el bien es sublimación del mal? O tes un soldado y el condenado. El procedimiento de casti-
que hasta perdedores, tristes, melancólicos (inofensivos go no cuenta (ahora) con muchos partidarios en la colonia.
socialmente), ¿son sádicos atemperados que ejercitan la El oficial explica el funcionamiento del artefacto vestido
violencia contra sí mismos? con un estrecho uniforme de gala cargado de charreteras
y adornos. Hace mucho calor y respira fatigado. Sube es-
1. A fines del siglo diecinueve se difunden diferentes modelos científicos caleras, examina piezas, revisa engranajes, ajusta tornillos,
para comprender las conductas sociales y humanas, se comienza a hablar
de ciencias sociales y de ciencias humanas, más reciente son expresiones como cada tanto se lava las manos. Realiza todo con cuidado.
ciencias políticas o ciencias de la comunicación y cada tanto se escucha también Recuerda que, en tiempos del antiguo comandante (quien
ciencia psicoanalítica. La idea de ciencia contamina casi todos los pensamien-
tos sobre subjetividad. Pruebo la denominación humanociencias: un juego y
diseñó y construyó la máquina), la colonia era una organiza-
una ilusión de que la palabra humano, funcione como prefijo de anulación, ción ejemplar.
de advertencia, de ironía crítica.

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Muestra orgulloso el aparato: la cama cubierta de algodón veces, la sangre y excrementos humanos afean la visión de
sobre la que se coloca al condenado, las correas para atar la sentencia o la ensucian.
pies, manos o sujetar el cuello. Una mordaza para que la
víctima no grite ni se muerda la lengua. El mecanismo,
Monstruosidad: progreso de la razón.
conectado a una batería eléctrica, que realiza impercep-
tibles y rápidas vibraciones. Las oscilaciones calculadas No se expone la historia como símbolo de injusticias o
y sincronizadas con los movimientos de la rastra: un dis- como muestra de inhumanidad o parábola de cómo el po-
positivo de agujas que rasgan el cuerpo estremecido del der inscribe sus intereses y normativas en los cuerpos de
condenado (“unas sirven para escribir y otras, más cortas, las víctimas. Tampoco como ilustración del dicho “la letra
arrojan agua para lavar la sangre y mantener limpia la ins- con sangre entra”. No se buscan metáforas brutales para vol-
cripción”). Por último, el diseñador que dirige y regula el ver a denunciar el terrorismo de Estado en la Argentina. No
movimiento de las agujas de acuerdo a la inscripción de conviene abusar de las alegorías, entre otras cosas, por la
cada sentencia. estrechez de los simbolismos y la ingenuidad de los para-
lelos. Las simplificaciones gustan de apariencias unívocas
En la lógica de En la colonia penitenciaria no se persigue la y de correspondencias perfectas. Interesa la ficción como
confesión del inculpado, ni su examen de conciencia, ni el relato singular, como narrativa que resiste lo general, lo
arrepentimiento, tampoco alcanza con tatuar la ley sobre homogéneo o la interpretación de una disciplina teórica.
su cuerpo, se pretende ir hasta lo más hondo: hacer que el La monstruosidad de la civilización humana no se parece
alma hable con las palabras del poder. ni se asemeja a nada. Todo acto de crueldad es único.
El oficial exhibe diseños preparados por el antiguo coman- Tanto En la colonia penitenciaria como en El señor Galíndez,
dante: planos llenos de líneas indescifrables. Las inscrip- sorprende cómo la racionalidad abraza el horror, cómo traza
ciones ocupan sólo una franja del total de la superficie, el su ruta entre equívocos, absurdos o lógicas que parecen
resto está cubierto con hermosos adornos. El procedimien- inofensivas, cómo esa inteligencia realiza sus metas sin
to dura doce horas. Cuando el condenado traspasa la ex- estremecerse ante la tortura o la muerte.
periencia del dolor, comienza a descifrar el secreto (“estira
los labios hacia afuera como si escuchara”). Para los protagonistas de El Señor Galíndez o para el ofi-
cial de En la colonia penitenciaria, no es evidente que están
El oficial se disculpa por el chirrido espantoso de una rue- haciendo mal: permanecen inocentes y viven sus actos sin
da, explica que el nuevo comandante redujo las partidas culpa, incluso se esmeran en hacer bien sus trabajos. Lo
de mantenimiento. Cada tanto se rompe o descompone defectuoso (si existe) aparece desplazado en otra parte: en
algo, los repuestos no se consiguen, llegan tarde o son de alguien que cambia las órdenes haciéndose pasar por Ga-
mala calidad. Incluso, al no cumplirse la norma de ayuno, líndez o en el nuevo comandante que no entiende la estética
los condenados dejan la máquina peor que una pocilga. A del procedimiento.

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inconformidad 4. política: (1) crítica de lo establecido, (2) amante del deseo

La percepción de que las formas participan de la raciona- por el horror es un resto de nuestra herencia animal. Los
lidad del horror nos deja desamparados, inconformidad criminales son criaturas gobernadas por instintos pri-
invita a pensar a partir de ese desamparo. mitivos. Para apoyar su argumento, recuerda que entre
animales la crueldad es moneda corriente. Presenta ejem-
plos: el de una hormiga cuya furia homicida la impulsa a
Eichmann: (1) oficial nazi, (2) responsable de campos de
matar y despedazar a una pulga o el de una cigüeña que,
exterminio, (3) tras la guerra, vivió con otro nombre, tran-
junto con su amante, asesina a su marido o el de unos
quilo, en Buenos Aires hasta 1961.
castores que se asocian para matar a un vecino solitario o
Hannah Arendt, en su libro Eichmann en Jerusalén (1963), el de otra hormiga macho que, como no tiene acceso a las
observa que uno de los responsables de asesinar a mi- hembras reproductoras, viola a una obrera hasta provo-
llones de seres humanos, no parece un hombre malo. carle la muerte en medio de atroces dolores.
Es un burócrata obstinado en hacer correctamente su
trabajo. Una criatura meticulosa que no manifiesta odio Lombroso está convencido de que el mal por el mal puede
personal contra sus víctimas, ni goza, enfermizo, con el ser detectado en forma precoz. Un gran número de signos
sufrimiento de los condenados. Interpreta y satisface a físicos y morales distinguen a los criminales de las perso-
sus superiores. No es una bestia cruel. Dirige uno de los nas honradas. Compara tamaños de cerebros y cráneos,
más atroces programas de exterminio de la historia de la el diámetro de las mandíbulas, la espesura y el color de
humanidad, como si administrara una oficina de correos. los cabellos, el tipo y las formas de las barbas, la palidez y
Hannah Arendt llama banalidad del mal a esa práctica co- tersura de los rostros. Establece que los homicidas tienen
mún y rutinaria del horror. Al empeñoso deseo de obede- manos gruesas y cortas, que los ladrones y salteadores
cer y cumplir órdenes. Sin importar el precio, sin dudas de caminos desarrollan dedos largos, que los estafadores
ni remordimientos. son zurdos e inteligentes, que los abusadores de menores
tienen talla pequeña y peso abultado, que los autores de
heridas se apasionan por el juego, que los insanos son casi
El rostro del mal: el de Bette Davis, en el papel de la mal- siempre alcohólicos. También advierte que muchos crimi-
vada en la película La loba de 1941. nales temen a Dios, que los ladrones son poco religiosos,
Nada asegura que los criterios diagnósticos en uso entre que los incendiarios casi todos locos, que los homicidas
psiquiatras, psicólogos y psicoanalistas sean más con- nunca totalmente calvos, que los violadores de mujeres
fiables que las conclusiones de Cesare Lombroso. Un vírgenes exhiben protuberantes facciones salientes en
médico carcelario (inspector de manicomios y experto en sus rostros, que los hombres honrados tienen la nariz con
psiquiatría, ciencia penitenciaria y medicina legal) que, a forma de pico ganchudo, ya ondulosa, mejor larga, de mediana
fines del siglo XIX, identifica la suma de rasgos morfológicos longitud, con base muy frecuentemente baja, en casi ningún
que delatan la presencia del mal. Según Lombroso, el gusto caso desviada. Recoge pruebas que demuestran que los

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degenerados presentan las orejas separadas de la cabeza, sufrir a otra persona evocamos, ayudados por la memoria,
que los sometedores de niños o niñas llevan una arruga sentimientos similares. La identificación es el móvil de la
especial en la frente que denuncia la marca del vicio, que compasión. Pero cuando no hay sensibilidad tampoco hay
las personas rectas y probas despiden secreciones menos compasión.
ácidas, que los hombres y mujeres infames carecen de
gusto, que los criminales tienen el paso izquierdo mucho
Mamarracho: (1) destino de toda totalización, (2) crueldad
más largo que el derecho, que casi todos los reos comu-
clasificatoria.
nican sus pensamientos por medio de señales, que los
homicidas y ladrones poseen un lenguaje con cuarenta y No se trata de ridiculizar las teorías de la escuela italiana
ocho gestos innatos, que los desenfrenados tienen debi- de Cesare Lombroso o de aprovechar su lado cómico cien
lidad por los tatuajes, que los violadores tapizan su piel años después. El conjunto de signos que, según Lombroso,
con signos obscenos y jactanciosos. Lombroso comenta el delatan secretos del alma humana configuran un mamarra-
caso de un condenado que llama su atención: un hombre cho totalizador. Ese proyecto cientificista, sobrevive, aunque
que lleva la historia de sus crímenes grabada sobre su bajo formas más sutiles, en muchas de nuestras ideas. No
cuerpo, un sujeto sin moral que exhibe, en la piel, la lista es que el mapeo de la antropología criminal esté mal hecho
de sus amantes, y escribe lo que sigue: “Junto a estas figu- o que sus datos no sean confiables. Ni siquiera se está a
ras y al lado de otras que el respeto al público me prohibe citar, salvo del ridículo con aplicaciones psicosociológicas o con
veíase con sorpresa el diseño de una tumba con este epíteto: diagnósticos hechos con palabras freudianas.
‘A mi querido padre’. ¡Extrañas contradicciones del espíritu
humano!”. La cuestión política: (1) vacío disciplinario, (2) asunto
Pero una de las rarezas más notables de los criminales negado por los que viven conformes, (3) ocupación de po-
de Lombroso es la resistencia al dolor. Cita el caso de un líticos profesionales.
ladrón que se deja amputar una pierna sin gritar, entrete- Circula desde hace años una especie de bestiario psiquiátri-
niéndose después en jugar con el pedazo cortado o el de un co internacional que colecciona fábulas (que designa como
asesino que, terminada su condena, ruega que le permitan observaciones empíricas) de miles de criaturas sufrientes.
Un compendio clínico que se usa como manual de fácil y
continuar en prisión; y que viendo rechazado su pedido
rápido manejo. Una taxonomía de los comportamientos de
se desgarra (con el mango de una cuchara) sin expresar hombres y mujeres que se sienten tristes, ansiosos, aterro-
malestar o el de un condenado que antes de ser decapi- rizados, deprimidos, dependientes, impulsivos, insomnes,
tado, es atenazado en ocho lugares diferentes, sufriendo desorganizados, inseguros, distraídos, irritables, desmemo-
esos tormentos sin quejarse. Lombroso considera que esa riados. Un listado de rasgos que hacen distinción en una
analgesia explica la insensibilidad moral y la indiferencia multitud de pacientes. Una concertación diagnóstica flexible
por la vida de un semejante. Razona que cuando vemos en la que, de alguna manera, encajamos todos. Una bolsa

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ejemplar en la que entra un poco de todo pero no mucho con frecuencia son hostiles y agresivas y que siempre vi-
de cualquier cosa. Un asunto de igualaciones diagnósticas ven sumergidas en una sensación de urgencia.
y estadísticas. Un breviario de reacciones que silencian eso
inclasificable que en cada uno hace diferencia. Un espectácu-
lo de fijezas que hace olvidar lo que en cada cual provoca ¿No habré sido yo?: pregunta que se hace una persona débil
sentido. Colecciones de lugares comunes y homogéneos que e insegura, propensa a cargar con actos ajenos terribles.
alisan pasiones que son irregulares. Tal vez, la pregunta por A fines de la década del setenta, un psicólogo trabaja en el
lo singular restituya lo accidental e indecidible. Arrugas ca- Centro de Salud Nº 3 de la Municipalidad de la Ciudad de
prichosas de subjetividad. También la necesidad de pensar Buenos Aires. Una compañera lo recomienda para coor-
la cuestión política como vacío disciplinario.
dinar grupos de adolescentes con problemas vocacionales
Un comentario sobre la sumatoria de características que e ingresa al Servicio de Psiquiatría Preventiva. Al tiempo,
exhibe el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos el jefe del Servicio opina que no tiene sentido que chicas
mentales, el DSM IV, de la American Psychiatric Associa- y chicos hablen de lo que les pasa en voz alta sin plan ni
tion, para trastornos obsesivos-compulsivos de la perso- conducción y decide aplicar entre los consultantes el Test de
nalidad. Los torturadores de Pavlovsky, el oficial de Kafka Szondi. Una prueba ideada por un médico húngaro obse-
o la banalidad de Eichmann, pueden incluirse en los do- sionado por la incidencia de la dinámica instintiva en el
minios fiables de ese casillero. Son personas preocupadas destino de la gente.
por el orden, la perfección y el control de sí mismos y de
A diferencia de otros tests proyectivos que se proponen
los otros, poco flexibles y casi nunca espontáneas, exagera-
deducir fuentes ocultas de nuestros actos a través de lá-
das con las reglas, detalles triviales, protocolos y horarios.
minas de manchas o de escenas dibujadas, Szondi elige
Gente interesada más en los aspectos formales que en los
investigar con fotografías de enfermos mentales. Busca
objetivos de la actividad que lleva adelante, gente contra-
activar impulsos que hacen guarida en zonas sombrías e
riada cuando las rutinas son alteradas por retrasos y otros
indecibles del alma, quiere espiar el campo de batalla vivo
inconvenientes. Individuos que tienen dedicación excesiva
de la herencia, visitar comarcas que combaten en cada uno
y mucha concentración en su trabajo, que no se toman una
de nosotros.
tarde para descansar, un fin de semana para distraerse o
un momento para relajarse. Criaturas que hacen su tarea Según Szondi, las formaciones de carácter o las tendencias
con mucho cuidado y organización, que son respetuosas profesionales son resultado de complejas pulseadas en la
de la autoridad, que cumplen las normas al pie de la letra, mesa del alma. Cree que los individuos insanos padecen
que no les gusta delegar, que insisten en que todo se haga una sobredosis instintiva inmanejable. Afirma que su prueba
a su manera, que dan instrucciones pormenorizadas sobre permite pronosticar el destino, predecir amores, trabajos,
cómo se tiene que hacer cada cosa. Conciencias que suelen amigos, enfermedades, la muerte. Agrupa cuarenta y ocho
ser avaras y egoístas, que temen catástrofes futuras, que fotografías en seis series de ocho imágenes cada una, cada

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serie contiene figuras representativas de un factor instintivo, El psicólogo recuerda que casi todas las imágenes eran feas,
imágenes seleccionadas entre miles de enfermos mentales: retratos de gente rara; a veces, no distinguía si se trataba
hermafroditas, asesinos sádicos, epilépticos genuinos, histé- de hombres o mujeres. Algunos le despertaban miedo,
ricos, esquizofrénicos catatónicos, esquizofrénicos paranoi- otros lo ponían triste. Una de las mujeres (la de la letra k
cos, depresivos melancólicos y maniáticos. Los retratos, en de la serie V) le parecía bonita. Una vez se notó parecido
gran parte extraídos de libros de psiquiatría de principios al hombre de la serie III que tenía la letra m. Por si acaso,
de siglo, corresponden a personas de diferentes países. nunca lo mencionó. Tenía bigotes y una sonrisa que le era
familiar.
El psicólogo recuerda la sala en penumbras. El jefe del Ser-
vicio dice: “voy a mostrarles unas fotografías. Mírenlas y elijan
la de la persona que consideren más simpática. Opten pronto, Especialistas: personajes que apelan a la inmunidad de los
sin pensar mucho”. Un proyector expone, enseguida, la discursos disciplinarios.
primera serie de ocho fotografías. El clima es íntimo, casi En ocasión de la sanción de la Ley de Obediencia Debi-
secreto. Los chicos tienen que consignar sus elecciones en da (1987), tratamos2 de explicar las razones subjetivas del
un formulario. Imágenes que actúan, según Szondi, como acatamiento ciego a una autoridad. Se intentaba no caer
un despertador de pesadillas instintivas. Al rato, pide otra, en lugares comunes: como la exageración de un deber o el
también, simpática y, más tarde, dos antipáticas. El jefe del cumplimiento irreflexivo de un encargo irracional o la pre-
Servicio lamenta no seguir las indicaciones de Szondi al pie sión moral por pertenecer a una institución disciplinada o
de la letra: aplicar la prueba por lo menos diez veces (pocos chi- la subordinación de almas dóciles y sumisas o la activación
cos sobreviven a la segunda toma), pero, a pesar de obstá- de impulsos crueles, destructores y serviles propios de una
culos e impurezas, saca conclusiones: una vez expuso que, supuesta naturaleza humana. Se pensaba que la obediencia
según sus cálculos, una jovencita presentaba tendencias criminal no se explica porque un individuo sufre influen-
masoquistas; pero que, sus exigencias sádicas, se encon- cias del medio o experimenta impulsos irrefrenables. In-
traban (por suerte) bien sublimadas y que, por lo tanto, era cluso se advertía que psicologías del individuo obediente
conveniente (a fin de completar una correcta canalización o estudios sobre instituciones autoritarias (que analizan la
pulsional) recomendarle que se desempeñe como niñera o familia, la escuela, la iglesia o el ejército) o teorías sobre
tal vez como pediatra o como psicóloga infantil. Detectaba, patologías sociales de acatamiento, pueden tener efectos
además, en la muchacha signos inequívocos de frigidez, despolitizadores.
pero por cuestiones éticas mantenía el dato en reserva. Otra
vez encontró en un chico, que se había burlado del test en Pero se caía en una argumentación (si no peor) por lo
forma agresiva, los signos de Caín. Dijo que el muchacho menos equivalente. Se intuía que un modo de reponer
juntaba odio y que sus elecciones denunciaban rasgos la-
tentes de homosexualidad anal.
2. Junto con Edgardo Gili.

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inconformidad 4. política: (1) crítica de lo establecido, (2) amante del deseo

el problema político en el centro de las teorías del suje- Inconformidad: pregunta que no cesa.
to era pensar las relaciones entre deseo y poder. Cito un La existencia habla muchos idiomas, algunos extraños
fragmento del razonamiento: “¿Cuáles son las condiciones e indescifrables. Entre todas esas lenguas, no obstante,
del sujeto que posibilitan que desee acatar sin límites las exigen- aprendemos a vivir. No se trata de que cada cosa admita
cias del poder? El que obedece ciegamente se halla poseído por más de una interpretación, sino de que las interpretacio-
una creencia: reencontrar, a cambio de la sumisión, aquello que nes instalan las cosas que luego tratamos de volver a in-
le falta. Si el deseo se define por la carencia de objeto, esa falta terpretar. Cuesta andar sin verdades, es difícil desandar
moviliza la persecución desesperada de algo. Una ausencia que las sendas y trayectos que sirvieron al establecimiento de
halla sustitutos pasajeros en los objetos cincelados por la historia una representación para cada uno. Subjetividad, también,
social. La obediencia ciega es una de las figuras que ofrece el po- como territorio de consentimientos, sublevaciones, indife-
der para cautivar al deseo. Pero no se trata de un objeto más: es rencias, en un mundo sin referencias universales.
una modalidad de lazo social que produce subjetividad”.
Cuando un pensamiento intuye (o constata) que el Estado,
Es cierto, la potencia deseante puede estar al servicio de el Derecho, la Justicia, la Moral, la Ley son convenciones
cualquier cosa (incluso, claro, de la muerte, la tortura y enloquecidas en manos de un enemigo, estalla (otra vez) en
otras formas de crueldad). Pero, al cabo, el argumento es angustia, soledad, desierto. Los saberes disciplinarios in-
ingenuo. El análisis de los actos de terrorismo de Estado (a tentan asistir a la razón después de la estampida: calmar la
pesar de considerar la fascinación por el poder, el amor angustia, acompañar la soledad, llenar el desierto. Pero la
por la autoridad, el deseo de formar parte de una voluntad razón disciplinada, al cabo, parece un alma sobremedica-
superior o la complicidad de intereses) choca contra un da por un montón de explicaciones planas. El desastre nos
resto que resiste las explicaciones disciplinarias. ¿Por qué pone en estado de vértigo, tensión, peligro. La asistencia
militares argentinos no dudan de la moralidad de sus crí- de ese desgarro (cuando no sólo es acción apaciguadora o
menes? ¿Por qué, ni siquiera reconocen a esos hechos como pensamiento complaciente) necesita interrogar las razones
criminales? ¿Por qué no lamentan haber hecho lo que hi- políticas de la barbarie. Inconformidad, cosquilleo de esa
cieron? ¿Por qué desearon hacerlo? El haberlo hecho no sólo pregunta, incesante.
es un verosímil moral e ideológico, sino una realización
política. No todos; es decir, no cualquiera se hace sujeto
de una voluntad así. El horizonte de opciones posibles se
resuelve en forma distinta para cada cual. El misterio de
la diferencia es terreno de la angustia, pero, también, de
la política.

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5. singularidad: (1) invención de la diferencia,
(2) comunidad del dolor

Pensar lo singular: imperativo de las izquierdas.


León Rozitchner escribe Ser Judío entre agosto y septiembre de
mil novecientos sesenta y siete. Un ensayo que intenta arran-
car de un tirón algo que siente. Escrito con la brusquedad del
decir que no puede parar de decir eso que, no obstante, siem-
pre escapa en lo dicho. Un manifiesto insurgente no tanto de
la judeidad como de las izquierdas en nuestro país. Un texto
de batalla entregado cuatro meses después de estallar la Gue-
rra de los Seis Días: enfrentamiento de Israel contra sus vecinos
ocurrido entre el cinco y el diez de junio de ese mismo año.
Un documento urgido de premura revolucionaria.

Tiempos de socialismos compulsivos, de sociedades justas


para todos, de renuncias individuales imprescindibles para
alcanzar felicidades colectivas. El libro no es el reactivo de
una ecuación ética en la que ser judío se resuelve siendo
de izquierda. No presenta la fórmula de una igualdad
simplificada. Interroga qué significa ser de izquierda en la
Argentina a partir de la experiencia judía.

Rozitchner sospecha que la izquierda no puede o no sabe


pensar lo singular.1

1. En este capítulo, se verá enseguida, el vocablo ser se emplea empapado en


su potencia negativa. Negación que hace del ser una pista de despegue hacia

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inconformidad 5. singularidad: (1) invención de la diferencia, (2) comunidad del dolor

Singularidad: (1) desprendimiento de certezas individua- de izquierda. Pero, ¿qué quiere decir ser coherentemente de
les que agonizan, (2) no dice lo excepcional, sino lo único, izquierda?, ¿esencialidad pura, categoría vacía, falacia re-
(3) existencia que habita próxima de otras soledades igual- volucionaria?, ¿plenitud sin fisuras, unidad de espíritus
mente únicas. libres, cuerpo del socialismo ideal?
Rozitchner parte de la convicción de que para cambiar la Tal vez el anhelo de una coherencia de izquierda sea una
sociedad en que vivimos uno mismo tiene que cambiar. El adherencia imaginaria que no importa como posibilidad
libro comienza así: “Las opciones no son solamente difíciles lograda sino como imposible que pone en marcha una dis-
para los judíos. La revolución exige el sacrificio de lo negativo, la cusión en uno mismo. El argumento recuerda lecturas de
incorporación de un nuevo nivel de objetividad, la destrucción de la Fenomenología del espíritu en los contornos intelectuales de
las falsas pertenencias, el abandono de la complicidad de clase. El entonces.2
militante de izquierda es aquel que está, puesto que inserto en el
proceso de cambio, dispuesto él mismo a cambiar. Esto no se hace Rozitchner asume el sacrificio de lo negativo como respon-
sin graves indecisiones, sin temores ni ambigüedades”. sabilidad de un revolucionario. Piensa su existencia judía
como partida singular en el camino hacia el engendra-
Infinitas mezquindades personales componen la miseria miento del universal humano. No confunde sacrificio con
social. Una piel de complicidad envuelve y engaña la sen- ofrenda del judaísmo a la revolución, ni con la actitud del
sibilidad. La ética revolucionaria no es negativa porque que disimula, esconde o desmiente su condición. Tampo-
niega lo que uno es, sino porque parte de cuestionar lo que co sacrificio supone asimilación, conversión, negación de
uno cree ser. identidad. No trata de propiciarse un daño como prueba
Criticar no significa denegar, denegación es violencia que de fervor revolucionario sincero.
cancela una emoción. Crítica es violencia que aloja a la Tal vez se pueda ser anti judío, pero ¿se puede ser ex judío? ¿El
emoción cancelada por la denegación. prefijo de lo que se ha sido, de la exterioridad, del fracaso, de
Rozitchner ensaya la crítica del ser judío como violencia la traición? ¿Traicionar a un abuelo (religioso, comerciante,
hospitalaria de un auto cuestionamiento. Afirma que de espíritu burgués) para actuar el heroísmo revolucionario?
reconocerse judío es compatible con ser coherentemente ¿Privarse de una sensibilidad, de una memoria, de un amor,
para ser aceptado en una comunidad ideal?3

el devenir otro, hacia el partir de sí. Algo semejante piensa Deleuze, cuando 2. La figura hace referencia a la revista Contorno (1953-1959), escuela inte-
menciona el ser de izquierda no como identidad política o como tendencia de lectual de la izquierda de los sesenta. Publicación que reúne, además de a
un gobierno determinado, sino como multiplicidad de modos del devenir Ismael y David Viñas, a Ramón Alcalde, León Rozitchner, Noé Jitrik, Juan
revolucionario. Un devenir que es no siendo previsible ni reconocible. Las ex- José Sebreli, Oscar Masotta, Carlos Correas, Rodolfo Kusch, Adolfo Prieto,
presiones anotadas aquí ser judío, ser palestino, ser de izquierda, ser peronista, Adelaida Gigli, Tulio Halperin Donghi.
se podrían leer como nombres de un devenir. Modos del devenir minorita- 3. Theodor Lessing publica en 1930 un libro sobre el auto odio judío que pos-
rio en los que late inconformidad. tula la existencia de un síndrome de desprecio y repudio de sí. Analiza la enfer-

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inconformidad 5. singularidad: (1) invención de la diferencia, (2) comunidad del dolor

Rozitchner percibe que la herencia no puede ser negada Cuatro años después de publicar Moral burguesa y revolu-
ni elegida. Uno vive su herencia (“como soy mi piel y mis ción, Rozitchner retoma la pregunta sobre la complicidad
huesos: porque es mi esqueleto, mi anatomía cultural”). La pre- de clase4. ¿De qué manera un intelectual participa, más allá
gunta es cómo transformar la fuerza de esa memoria en de su voluntad, de los beneficios de la opresión, la desigual-
energía revolucionaria. dad, la injusticia? Sospecha que la inmediatez naturalizada
de los privilegios que disfrutamos instala categorías men-
Entonces, sacrificio no significa resignación, sino reasigna- tales automáticas que nos piensan. Premisas que actúan
ción de sentido. Ser judío como recuperación del pasado, en nosotros mismos como justificaciones y defensas disi-
como fragmentario estado del presente, como despegue ha- muladas de esos privilegios. De ahí la pregunta sobre el
cia el porvenir de una identidad para toda la humanidad. compromiso revolucionario de las izquierdas.
Diferentes citas de la Fenomenología del espíritu de Hegel podrían Escribe en el final de Moral burguesa y revolución: “Y por eso
acompañar el argumento aunque éstas no aparecen explicitas también hemos visto aquí que el orden moral de la burguesía es un
en el libro. Presento una acerca del saber absoluto: “El saber no orden que contiene por esencia la represión: las conexiones que repri-
se conoce solamente a sí, sino que conoce también lo negativo de sí men en la conciencia deben a su vez ser reprimidas primeramente en
mismo o su límite. Saber su límite quiere decir saber sacrificarse”. la realidad, apoyadas en todas las instituciones que las mantienen en
Rozitchner piensa el judaísmo sin vanidad ni vergüenza. tanto orden social. La represión no es, como en el socialismo, un mero
Como singularidad negativa, como límite que posibilita, requerimiento circunstancial, histórico, de tránsito hacia un orden
como brotar de una conciencia colectiva, como vida des- material verdaderamente humano que no la contenga: en la burguesía
prendida de certezas individuales que agonizan. la represión es el único modo de conservar para sí la parcialidad y el
desequilibrio sin los cuales se destruiría como clase privilegiada. Por-
No todos los judíos piensan lo mismo. Muchos no se inte- que sólo la persona dividida en sí misma, y que vive de esa división,
resan, otros no están de acuerdo. puede sostener como conciencia la división del mundo que le permite
subsistir –y nada más relativo y dependiente– como persona”.
Moral burguesa: (1) sutileza represiva, (2) escuela de reha- Compromiso no significa obligación de cumplir con la pa-
bilitación del deseo. labra empeñada o la deuda contraída. Tampoco juramento
Ser judío es testimonio de un pensamiento de izquierda reparador de una conciencia culpable ni entrega del que se
crítico de su propia subjetividad. purifica a través de la caridad o el sacrificio personal.

medad de personas conocidas por rechazar su herencia, entre los seis casos 4. Moral burguesa y revolución (1963) confronta concepciones morales de la
que considera, figuran Paul Ree (recordado por posar junto a Nietzsche en burguesía con la ética de la Revolución (con mayúsculas). Tras el fracaso de
una fotografía tirando de un carro en el que se ve a Lou Andreas Salomé con la invasión de Playa Girón en abril de 1961, Rozitchner analiza debates gra-
un pequeño látigo) y Otto Weininger (quien se dispara un tiro a los veinte bados ante las cámaras de televisión entre exiliados cubanos prisioneros y
tres años, tras publicar Sexo y carácter). miembros del gobierno revolucionario.

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inconformidad 5. singularidad: (1) invención de la diferencia, (2) comunidad del dolor

Compromiso quiere decir persecución de intereses no “Este índice en mí, el de la inhumanidad de lo humano”. Afirma
declarados en las convicciones que hablan en cada uno; el ser judío como indicador de sentido que “descubre la inhu-
compromiso, testimonio de una conciencia dividida, en manidad de lo humano a través de su propia negación sufrida”.
desacuerdo en uno mismo; compromiso, alojamiento no
complaciente de una interioridad también traidora; com- ¿La inhumanidad de lo humano se hace patente en su cuer-
promiso, estado de conflictividad no represivo. po por cargar la experiencia sufriente de la persecución y
el exterminio nazi? Inhumanidad de lo humano, umbral de
unidad de mujeres y hombres que combaten una misma
Internacional del sufrimiento: movimiento contra lo inhu- humillación. Escribe: “Hay una coherencia en el mal del mundo,
mano de la humanidad hay un vínculo entre el dolor y el dolor, hay una internacional del
Rozitchner se pregunta qué lo une al pueblo israelí del que sufrimiento que viene al hombre por la mano del hombre”.
se encuentra separado por muchas distancias o qué tiene
Hermandad de los que desean superar lo inhumano de
en común con la dispersión judía que divisa a su alrededor.
la humanidad. Rozitchner piensa contra la idea de exclu-
Advierte que se trata, al mismo tiempo, de la invención
sividad del dolor judío. Sospecha en el imaginario de la
política de un modo de ser judío que lo diferencia de otros
excepción la mano secreta de la discriminación.
judíos.

Subjetividad judía no es espontaneidad de un alma común,


Excepcionalidad: (1) figura encubierta de la discrimina-
sino espejo heterogéneo de una productividad social. Ano-
ción, (2) envoltura de miedo, (3) escudo defensivo, (4) pos-
ta: “Esa afectividad (tan próxima de nosotros, por confundirse con
tura ofensiva del desesperado.
nuestro propio ser) más que saberla, la somos: es nuestra carne
cultural, es la razón sentida, hecha cuerpo en nosotros”. Recuerdo un pasaje de Tevie el Lechero de Schólem Aléijem.
El protagonista vive en una aldea rusa amenazada por el
No consiente la idea de formar parte de una extrañeza odio contra los judíos en la época de los zares, es hombre
esencial. Naturaleza amenazada por el odio, la persecu- paciente que acepta la adversidad, pero teme por el desti-
ción, la muerte. Comunidad separada del mundo por el no de su familia. Ante la inminencia del peligro, se dirige a
automatismo del miedo. En lugar de insistir en un destino dios: “Señor, yo sé que somos el pueblo elegido, pero por una vez
de excepcionalidad, decide tomar el ser judío como índice ¿no podrías elegir a otro?”.5
de su surgimiento al mundo, de su posición en el proceso
de la historia. Índice que señala su devenir como existencia ¿Se podría hablar de una excepcionalidad judía? ¿Los ju-
diseminada en el colectivo de la izquierda argentina. díos no se parecen al resto de la gente? ¿Se trata del pueblo

Rozitchner piensa el ser judío como negatividad afirmativa,


como línea de despegue, como punto de partida. Escribe: 5. A propósito, una broma de Woody Allen: “Dios no existe. Y nosotros somos
su pueblo elegido”.

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inconformidad 5. singularidad: (1) invención de la diferencia, (2) comunidad del dolor

que representa a Dios en la tierra? ¿Escogido para llevar humanos, la vida de todos los pueblos. Ejemplos éticos en
adelante una misión especial? ¿Comunidad privilegiada la lucha contra lo inhumano, discriminatorio, racista, ge-
por el Creador? ¿Una especificidad judía? ¿Orgullo, dis- nocida. Constructores de un territorio absoluto de justicia:
tinción, responsabilidad? La persecución y el exterminio la tierra prometida, la tierra de la ilusión, la tierra metafí-
judío ¿una excepcionalidad en la historia del horror huma- sica, la tierra de las plegarias, la tierra imaginaria. Paraíso
no? ¿Exotismo heroico del sufrimiento? salvador, refugio protector, antídoto contra el veneno an-
tisemita y todos sus derivados de odio. Conjuro definitivo
Excepcionalidad no es la diferencia, excepcionalidad es contra los hornos crematorios.
figura encubierta de discriminación. Una pantalla que jus-
tifica la desigualdad. Singularidad no dice lo excepcional Rozitchner insiste en pensar el ser judío como umbral no
sino lo único. Mientras la excepcionalidad es franquicia absoluto ni como estado de excepción. Ser judío, resto de
de una existencia superior o inferior, una vida elevada o una producción histórica a la vez que estremecimiento de
subestimada, la singularidad es una existencia única que una mismidad irreductible.
habita próxima de otras soledades igualmente únicas.
Escribe: “Cuando todos los índices de negación desaparezcan de
¿El pueblo elegido? ¿Primogénitos de Dios? ¿Hijos de la la historia, también deberá desaparecer el del ser judío, pero antes
tierra prometida? ¿Proeza de un pueblo indestructible? no. Porque no somos judíos sino por lo que tenemos de negativo,
Rozitchner sugiere que el sentimiento de excepcionalidad que es nuestra positividad actual. Es nuestro sismógrafo más
no es un efecto de vanidad del sufrimiento, sino un escudo seguro, es nuestro índice más claro de inhumanidad todavía no
defensivo. Una envoltura de miedo. Una piel tallada por el reducida”.
dolor de la diferencia que simula exclusividad. Sin embar-
go, a veces, la excepcionalidad defensiva se proyecta como Para Rozitchner ser judío es un límite que lo arroja al ser
postura ofensiva.6 de izquierda. Temblor, terremoto, intensidad, magnitud,
velocidad de un movimiento que lo piensa. Sensibilidad
La condición de excepcionalidad reaparece en muchas encendida de negatividad. No todos los judíos viven ese
formas. Algunos esperaban que después de Auschwitz, tránsito. Muchos no lo saben, otros eligen no hacerlo.
los judíos redimieran los males de la civilización moderna.
Se transformaran en combatientes por la paz, los derechos
Derecho a la maldad: reivindicación del odio como afec-
ción que iguala a los humanos.
6. Jean-Claude Milner (2006) advierte que la idea de excepcionalidad judía
deviene de la situación social de exclusión. Señala cómo a partir de la pri- Oliverio Girondo en 1923, en un poema que se llama Tánger,
mera guerra mundial, “en los Estados de Europa central surgidos del tratado de
Viena, incluyendo los menos reaccionarios, los judíos son excluidos colectivamente
presenta al pasar la paradoja del judío: “los judíos realizan la
del poder político”. Pero como esa regla admite excepciones, nace la figura del paradoja de vender / el dinero con que los otros compran”.
judío de excepción que consiste en hacer una omisión individual a la regla ge-
neral por considerar su fortuna, su poder de influencia o su talento.

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La defensa de sí que hace Shylock al final de El Mercader de Una denuncia conmovedora: Shylock, en el juicio en el que
Venecia denuncia la hipocresía cristiana a la vez que realiza es condenado por su acto de inhumanidad, reclama que los
un alegato contra el estigma de la excepcionalidad judía. judíos sean considerados iguales al resto de los humanos:
La obra de Shakespeare no es sólo una pintura de la furia “¿Es que no sangramos si nos cortan? ¿No nos reímos si nos ha-
antisemita en la Europa del siglo XVI. cen cosquillas? ¿No morimos si nos envenenan? ¿No deseamos
vengarnos si nos ofenden? Si en todo somos iguales también en la
El enfrentamiento entre Shylock (el prestamista judío) y venganza habremos de parecernos. Pondré en práctica toda la vile-
Antonio (el aristócrata veneciano, dueño de una empre- za que he aprendido y malo será que no supere a mis maestros”.
sa naviera) pone a la vista dos semblantes de una misma
verdad. No es el combate entre la codicia judía y la ge-
nerosidad cristiana, sino la misma verdad que pone a la Ser palestino: (1) indicador histórico de dolor (2) experien-
vista la proximidad negada entre un interés brutal y otro cia de la inhumanidad de lo humano.
maquillado, entre la ostentación del interés y la hipocresía En los debates de las izquierdas en los sesenta y setenta
que lo disfraza. los pensamientos rondan, entre nosotros, alrededor de tres
puntos que menciona Rozitchner: la necesidad histórica de
Antonio pide al usurero, a quien desprecia, un préstamo
la revolución, la oposición al dominio imperialista, los ca-
para financiar la empresa de un amigo que especula en
minos del capitalismo hacia el socialismo.
conquistar a una rica heredera para adueñarse de su fortu-
na. El desinterés de Antonio no es sincero: ama en secreto Rozitchner piensa la izquierda como aprendizaje de un trán-
al muchacho y calcula el beneficio que le traerá el ascenso sito desde la infinitud a la finitud, desde lo sagrado a lo pro-
social y la gratitud de su amigo. fano, desde la religión a la historia, desde la tierra prometida
a la tierra fecundada por mujeres y hombres cotidianos.
Shylock, que presta dinero para obtener más dinero, esta
vez celebra un contrato que busca un pago simbólico para Admite que los judíos tienen derecho a tener su propia
compensar el rechazo social que sufre: conmina al moroso base nacional como pasaje hacia el socialismo planetario.
a pagar con una libra de su propia carne. Incluso cita a Ber Borojov para justificar la conveniencia de
la existencia de un territorio en el que los judíos puedan
En la Inglaterra de Shakespeare, no se permite a lo judíos
afincarse como obreros y campesinos.7
hacer manufacturas ni comerciar, pero pueden prestar di-
nero. El alma de esos usureros obligados a vivir en guetos
y llevar marcas que los identifiquen en sus ropas, estaba
habitada por sentimientos de humillación, hostilidad, ven- 7. Borojov, muerto en 1917, apoyaba el retorno de los judíos a la tierra pro-
metida con argumentos marxistas. Proponía reunir en un territorio a la na-
ganza. ción diseminada por el mundo. Abraham León, muerto en Auschwitz a los
veintiséis años, sostenía que el sionismo se equivocaba. No se podía evitar
el sufrimiento judío, en ese momento histórico, sin destruir el capitalismo.

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inconformidad 5. singularidad: (1) invención de la diferencia, (2) comunidad del dolor

Son tiempos de marea revolucionaria en el mundo. Entre las cosas (tiene una casa por Congreso, un auto pequeño,
otras cosas, se discute si la guerra árabe-israelí del sesen- una ferretería en Avenida de Mayo, una quinta de fin de
ta y siete es el combate del “capitalismo judío enfrentado al semana, un hijo casi abogado), pero no puede dormir. Ves-
socialismo árabe o del imperialismo opuesto a la liberación de tido a las tres de la mañana, fumando en el balcón, escucha
los pueblos”. Se alumbra, entonces, para la izquierda el ser en medio del silencio de la noche el grito de una muchacha
palestino: indicador de dolor, nueva visibilidad de la inhu- tirada en la calle que pide socorro. De golpe se encuentra
manidad de lo humano.8 envuelto en un equívoco social. Los otros negados, aparta-
dos, impensados, arrasan sus seguridades construidas. Su
Escribe Rozitchner: “Entonces sí, a partir de este planteo que cada vida es tomada por criaturas incivilizadas, chusma llena
uno tuvo que retomar desde su propio surgimiento, podemos ana- de odio, salvajes que no conocen de libros, negros que se
lizar la significación objetiva, política del Estado de Israel, conside- lavaron las patas en las fuentes de las plazas, chinas borra-
rándola como una solución que para su propio proceso histórico han chas con polleras de flores chillonas, sirvientas envidiosas
emprendido allí millares de judíos postergados; así como nosotros, de sus patronas, policías brutos bastantes morochitos.9
en tanto judíos-argentinos, hemos convertido aquí ese índice en
una decisión de afincamiento en esta tierra”. Decisión de afinca-
miento en aquella tierra lejana que señala otra figura: la de los Ser de izquierda: (1) habla del dolor, (2) umbral de sensibi-
palestinos, los próximos oscurecidos y acallados. lidad social, (3) avizorar otro mundo en la tierra.
Rozitchner parece afirmarse en la fórmula: permanecer
judío para ser de izquierda. No postula tanto la idea de un
Cabecita negra: (1) pájaro con cabeza y cuello en forma de
ser argentino (en el sentido de asumir una nacionalidad),
capucha negra, (2) canta en cautiverio.
como el deseo de afincarse en un infortunio. No discute la
En esos años, Germán Rozenmacher publica Cabecita Negra pertenencia que da una partida de nacimiento, un título
(1962). El otro que se piensa en ese relato es el cabecita ne- de propiedad o un pasaporte, sino la que se realiza como
gra. La otra negatividad incomprensible, para la izquierda abrazo al sufrimiento de nuestros semejantes. No se inte-
de esos años, es el ser peronista. resa por los nacionalismos sino por la afiliación solidaria
La historia comienza presentando a un hombre que pade- de los que habitan próximos. La proximidad de los que
ce la desgracia del insomnio. Al señor Lanari no le van mal sufren como territorio de unidad.

No importa tanto haber nacido en castellano como identi-


8. En 1964 se crea la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) que dad cultural, como la pertenencia a la comunidad de una
presenta el discurso de la izquierda palestina. Años después, en junio de lengua del dolor. La envoltura de un diálogo en el que los
1974, Rodolfo Walsh, tras viajar a Medio Oriente, publica en el diario No-
ticias una serie de notas bajo el título de La revolución palestina. El tema, de
esos pequeños ensayos de información, es el ser palestino. La cuestión, mu- 9. El peronismo es una de las cuestiones que discute Rozitchner en La iz-
chos años después, cada día es más urgente. quierda sin sujeto (1966).

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inconformidad 5. singularidad: (1) invención de la diferencia, (2) comunidad del dolor

expulsados de las palabras dicen la furia de deseos liberta- Inconformidad: (1) desacuerdo en uno mismo, (2) expe-
rios. La identidad de los que combaten por la felicidad de riencia del hablar.
todos los discriminados. Para Rozitchner comprender la realidad es, al mismo tiem-
po, auto cuestionamiento y auto modificación. Tal vez en La
Una pregunta que hace casi al final de su libro: “¿Cómo sa-
izquierda sin sujeto (1966)10 interpreta la tesis once de Marx
ludar sin equívoco el despertar de tantos jóvenes judíos argenti-
sobre Feuerbach (1845) que dice: “Los filósofos no hicieron
nos que hasta el momento de la guerra árabe-israelí permanecían
más que interpretar el mundo en diversas formas; lo que importa
indiferentes a todo cuanto a su alrededor pasaba, y sólo cobraron
es trasformarlo”, para afirmar que no es posible comprender
conciencia de la inhumanidad del mundo cuando se trató de Is-
el mundo para transformarlo sin transformarnos, también,
rael? ¿Y aquí, acaso, nos preguntábamos, no están imperando
nosotros mismos en ese proceso de cambio.
mucho más cercanamente otras formas de dominio y de extermi-
nio, otras formas de sometimiento, otros peligros de desaparición Transformación no sólo como pasaje de una forma a otra,
para los hombres?”. sino también como posibilidad de darnos inconformidad:
potencia que estalla en los intervalos o huecos que se abren
Aquí: ¿adverbio que designa el lugar de afincamiento o una
entre las formas.
afirmación? Aquí es el lugar de una afirmación que no teje
un imaginario del origen, que no se afinca en una propie- Sostiene que no se puede hablar de una política revolu-
dad, ni echa raíces en un territorio, sino que adviene como cionaria de las izquierdas sin subjetividad que se piensa.
existencia social cuando hace lazo, conexión, proximidad, Subjetividad que se piensa es un enunciado que Rozitchner
con el sufrimiento del semejante que habita junto a mí. encuentra en Marx y, también, en Freud. Propone una ana-
lítica no tanto de lo que los actores revolucionarios piensan
Rozitchner sospecha de las identidades como escondites de
sino de lo que se piensa en ellos más allá de sus intenciones
complicidad o coartadas de neutralidad. Imagina el pasaje
manifiestas.
de un ser judío sitiado en dominios abstractos, metafísicos,
absolutos, infinitos; a un ser de izquierda situado en proxi- Ser de izquierda es atender en uno mismo contradicciones
midad con la humanidad dolorida. La experiencia de finitud entre la acción política y la vida, discrepancias entre el
colectiva como condición de humanidad. Escribe: “Ya no es espíritu de cuerpo de la organización revolucionaria y el
más sólo el judaísmo el que me une a los hombres: es la radicaliza- cuerpo del dolor, del amor, del placer. La escisión anida en
ción de la negación asumida, ahora referida al proceso histórico de las formas libertarias. Al poner lo bueno en uno y lo malo
la liberación, ya vencida la separación entre lo imaginario y lo real. en el enemigo no podemos ver lo que tenemos del enemi-
Es la profundidad y el riesgo, la decisión de mantener viva la pre-
sencia de la muerte y la desaparición sufrida no sólo para sí mismo,
no para su propio campo, sino para todos los otros a quienes un 10. El artículo de Rozitchner que se publica en la revista La Rosa Blindada
(1964-1966) responde a otro escrito por John William Cooke en un número
mismo sentimiento de humanidad, de hombre posible, nos une”. anterior.

130 131
inconformidad

go en nosotros. La izquierda sin sujeto es una izquierda


amarrada a representaciones del enemigo.

Para Rozitchner ser de izquierda no designa una identidad


esencial, tampoco un sitio espacial. Ni identidad absoluta
ni ubicación accidental. ¿Memoria de los contendientes que,
hace doscientos años, ocuparon un lugar en las reuniones
de la Asamblea Nacional en una Francia convulsionada?
Escribe Rozitchner a propósito de algo que se piensa en los
Manuscritos económicos filosóficos de 1844 de Marx: “Dicen
además que la alienación no es un sello impuesto pasivamente
sobre el hombre desde afuera: que la enajenación es, por el con-
trario, auto enajenación. Quiere decir: nosotros mismos hemos
realizado, contribuido, al trabajo social de enajenarnos, y hemos
participado por lo tanto activamente en la nuestra propia, siste-
ma de producción mediante”.

El sujeto de izquierda no es un ser en su verdad, sino un


actor que se hace responsable de las consecuencias de los
actos que también lo producen. Ser de izquierda como um-
bral de sensibilidad desde el que se avizora otro mundo
posible. Ser de izquierda, también, como inconformidad que
habita en cada posibilidad.

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6. lo sin decir: cuerpo de la ausencia

Lo sin decir: lo respetado por el lenguaje.


Las palabras declaran su disgusto cuando son convocadas
para pensar ciertos asuntos. Llamadas para decir el horror,
les molesta ser empleadas para generalizar, ofrecer testi-
monios autorizados, ilustrar discursos autosuficientes. Se
las percibe fastidiadas cada vez que son citadas para trazar
psicológicas de los niños sustraídos o caracterizar formas de
memoria colectiva o localizar huellas comunes para todos.
La generalización protege, ofrece abrigo, detiene la hemo-
rragia de la pregunta. Una idea capaz de servir para el con-
junto apacigua la desorientación de la gente. Las palabras se
prestan a ese alivio pasajero bajo protesta. Pero, a la vez, se
preguntan: ¿cómo decir, en las pasiones humanas, eso que
se presenta caótico, fragmentario, irregular, caprichoso y
se desagrega continuamente del ideal integrador? ¿Cómo
hablar de lo incomparable?

La atribución es alarde humano que da sensación de domi-


nio temático. La inferencia estadística, chisme de los datos,
difamación de sentimientos únicos. Las palabras saben
que el recuento de hechos viola lo no equiparable. Admi-
ten que se puedan estudiar, como Mendel, los porcentajes
en que difieren las plantas de guisantes en altura, color de
semillas, formas de las vainas, perfume de las flores. Pero

133
inconformidad 6. lo sin decir: cuerpo de la ausencia

nada, así (se dan cuenta) puede decirse sobre el dolor, el es el abuso de las palabras pronunciadas: la apropiación,
miedo, la alegría, el amor. Es más: las palabras dolor, miedo, naturalizada, de la vida de un semejante.
alegría, amor, sienten pavor cada vez que se encuentran en
¿Palabra autorizada? El psicoanalista no está en sesión
boca de los especialistas.1
para presenciar el ronroneo de conciencias abatidas y,
Es mala ventura para el pensamiento masificar para di- luego, dar detalles al mundo de cómo ocurre en cada uno
rimir lo inmensurable, pasar aplanadoras o extender un la soledad. Las palabras que dicen el dolor no quieren ser
manto homogenizador. enroladas para prestar servicios en voces oficiales.

Es mala ventura para el pensamiento exhibir el privilegio


Roban la vida de otro: apropiación que hacen algunos psi- de haber estado en contacto emocional con alguien que
coanalistas de las cosas que escuchan en sus consultorios. sufre para autorizar sus argumentos.
También agobia a las palabras ser solicitadas para narrar
algo escuchado en un psicoanálisis como referencia au- ¿Cómo hospedar lo sin decir?: pregunta de la espera.
torizada. Sobran entendidos que cuentan intimidades
También inoportuna a las palabras la suficiencia del decir.
ajenas en público, expertos que se habilitan a opinar por-
El alarde de lo dicho. Los vocablos saben que, en ciertos
que tienen experiencia en esos casos o atendieron a mucha
asuntos, no sólo importa lo que dicen, sino la capacidad
gente.
que tienen de hospedar a lo sin decir.
Las palabras se entregan como código cuando se sienten
Hay cosas que necesitan ser dichas: el secuestro de niños
manipuladas por generales, policías, pedidores de votos,
como botín de guerra es injuria para todos. La terriblez
jefes de cualquier cosa o se dejan reclutar como jerga de
es una pesadilla presente. Los niños secuestrados en la
los lenguajes profesionales. En esos casos, sólo conceden
última dictadura no son una elección entre muchas, es un
una fachada de sí.
asunto que atropella nuestras vidas. Aunque no es la única
Pero, ¿qué pasa con lo que se escucha en una consulta tempestad que nos habita.
cuando no es tomado como información, significados
¿Hay cosas que escapan a lo que las palabras pueden nom-
intercambiables, conquistas personales de los analistas? Se
brar? Es comprensible el sentimiento humano de que las
olvida como un sueño. Vive en uno como recuerdo sus-
palabras no alcanzan a designar el horror aun apelando a
traído, como memoria de una percepción desvanecida. De
sinónimos como espanto, ideas afines como aversión, metá-
los goces en los consultorios, uno de los menos advertidos
foras del infierno o figuras dantescas.

No es que las palabras no alcancen a decir el horror por


1. Se verán en el capítulo 9 las vicisitudes de la palabra angustia y de la pala-
bra capitalismo. una falla del lenguaje. Las palabras no quieren cancelar

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inconformidad 6. lo sin decir: cuerpo de la ausencia

el horror diciéndolo. Se niegan a purificar las conciencias. Lo sin decir: (1) lo que se fuga de la representación tras la
Como si nos recordaran que lo humano vive en esa inquie- representación, (2) lo que se dice como límite del decir.
tud que no cesa, que necesita no cesar. Las palabras están hartas de los presumidos que subesti-
man la terriblez. Esa jactancia no es locura de los nombres.
Hay cosas que las palabras deciden no decir aún dicién-
Los argumentos satisfechos de sí creen doblegar el desam-
dolas, pero esa negativa no tiene que confundirse con un
paro que, al final, nos alcanza. La cuestión que se presenta
fracaso de los vocablos: es vocación del lenguaje tender
no es, entonces, lo que se dice (ni tampoco lo indecible),
hacia lo escurridizo respetándolo.
sino lo sin decir, lo que se fuga de la representación tras la
Se comenta que hay palabras gastadas, voces proferidas representación.
todo el tiempo para cualquier cosa. Algo así sucede con
Recuerdo una serie de Carlos Alonso que es hospitalaria
términos como justicia, libertad, genocidio. Se interpreta que
con lo sin decir. Presenta en Buenos Aires, dos meses antes
son palabras agotadas que esperan el relevo de otras nue-
del golpe de estado del setenta y seis, la muestra “Lo gana-
vas o se argumenta que necesitan ser reservadas sólo para
do y lo perdido”, cuarenta y cinco dibujos que anunciaban
situaciones de excepción.
lo que aconteció después: representa la carnicería antes
Tal vez ocurra otra cosa: las palabras no son objetos que se de verla, no da testimonio, pulsa en el papel imágenes
gastan o baterías que pierden sus cargas. Son existencias automáticas de una conciencia aún inexistente. (Aunque
sensibles que se retiran de sí mismas y que, de ese modo, esas criaturas torturadas y sacrificadas ya estaban en su
protestan cuando son alistadas para cubrir, negar o dismi- colección “El Matadero” que, en mil novecientos sesenta y
nuir una intensidad horrorosa. cinco, ilustraba el relato de Echeverría).

No se trata de lamentar una supuesta insuficiencia del ¿Recepción anticipada de intensidades que flotan en ac-
lenguaje ni su fatal incorrespondencia con el mundo. Su- tos que vendrán? Tiene la visión del negocio de la carne,
giero la posibilidad de un acto ético de las palabras que catástrofes de cuerpos desgarrados, mutilados, expuestos,
se rehúsan a que las conciencias descansen tranquilas tras ofrecidos a la venta. Las víctimas: trozos colgados de res,
la denuncia del horror.2 Entonces, hay cosas que se dicen trofeos de animales faenados que evocan restos huma-
quedando (una vez dichas) sin decir porque son expresa- nos, vacunos que tienen manos o zapatos; los verdugos:
das con sonidos de palabras que se han ido. La astucia del torturadores, carnívoros, que ostentan armas, indolencia,
lenguaje obliga a cargar con lo impronunciable. crueldad.

Es mala ventura para el pensamiento complacerse con Premonición del terror de Estado, corazonada del precio
enunciados logrados. de la carne, presentimiento de un mundo espantoso, es-
tampas de familias en las que empiezan a faltar personajes,
2. La cuestión se retoma en el capítulo 8 dedicado a la desmentida.

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inconformidad 6. lo sin decir: cuerpo de la ausencia

figuras en blanco, señales de ausencias, siluetas desmem- Esta actitud de las palabras no revela una imposibilidad,
bradas. La representación de lo todavía no acontecido sino una enseñanza: “Es buena ventura para el pensa-
como pesadilla histórica. Lo ganado: neutro del horror; el miento evitar que designar el espanto sea lo que muchas
ganado: artículo del poder, de los centros de detención y veces es: un modo desesperado de cancelar la insoportable
desaparición de personas. inquietud que su existencia incontrolada provoca”.

Se dirá: sí, Alonso reconforta a las palabras porque las re- Las palabras se sienten reconfortadas cada vez que alguien
leva, a través de sus imágenes, de tener que decir el horror tiene el don de mostrar la terriblez sin negar la presencia
o se repetirá que para un pintor una sola imagen vale por fugada de lo sin decir.
cien palabras. No se trata, ahora, de discutir la materialidad
del signo que está en juego, sino de pensar de qué modo Lo sin decir no equivale a lo indecible. Lo indecible sos-
Alonso dice lo que dice respetuoso de lo sin decir o cómo, tiene un misterio que nunca se alcanza o se entrevé como
tras mostrar lo que muestra, no deja de recordar cómo experiencia mística o destello de la intuición. Lo sin decir
permanece lo sin decir en lo que está diciendo. Presenta suele ser dicho sin el alma de las palabras. Lo que está
el horror a la vez que sus dibujos parecen declarar “¡Basta, siendo mostrado en desacuerdo con el lenguaje. Lo que se
no molesten más a las imágenes para decir el horror; este presenta como un decir en estado de protesta con lo que
horror no puede decirse ni siquiera dicho!”. se está diciendo. Esa tirantez de lo sin decir (tan lejos de la
generalización, de la palabra autorizada y de las suficiencias
Lo sin decir no es insinuación que sugiere algo sin expre- discursivas) consuela y a la vez profundiza el abandono.
sarlo por completo, no da a entender, se da como límite del
entendimiento. Respetuosa es la expresión que muestra lo
Relatos de lo inconcebible: (1) ecos colectivos, (2) conversa-
que muestra guardando ese límite no como su fracaso sino
ciones entre pocos, entre no se sabe cuántos, entre nadie.
como su don.
Si el testimonio trata de decir lo que es necesario no callar,
Lo sin decir no se dice, no se representa; a veces, se predice complace a las palabras cuando la ficción, a veces, aloja
como alucinación histórica. Otras se rodea como cuerpo (junto a lo que relata) lo sin decir respetado.
de una ausencia que las palabras, deliberadamente, no
profanan. Me dejo llevar por una historia inventada para pensar algo
sobre los niños sustraídos en los años del terror de estado en
Si las palabras llegan forzadas hasta esos sitios en los que nuestro país.
damos nombre a lo atroz, dicen lo que dicen retirando el
alma de los vocablos elegidos o se quedan, en la voz de los Propongo siete asuntos que, me parece, se desprenden de
hablantes, como figuras que se dicen contrariadas. una novela que relata un secuestro a través de lugares míni-
mos, fragmentarios, sin pretensión de sistema, conclusión

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inconformidad 6. lo sin decir: cuerpo de la ausencia

ni denuncia moral. Sugiero pensar el fantasma totalizador Revueltas y la secuestró, junto con su hija, Natalia, de dos años.
de una sociedad perfecta, la tragedia tras el retiro de las Ninguna gestión logró, hasta hoy, informar sobre ellas. Nadie
palabras, el don de que otro nos piense, la historia como volvió a verlas”.
confianza amorosa, el fracaso del odio, la condición de
desaparicientes, la imprescindible sensación de un límite. Pero ese hecho no importa sólo como acción de rapiña ex-
presada (tras asesinar a sus padres, se apropia del cuerpo
El Camuatí de Edgardo Gili, una novela publicada en 1998, de la niña como si fuera una cosa o bien intercambiable, a
es una de las infinitas obras sin difusión. fin de gozarlo como objeto o regalo del cielo), sino como
indicador de un sitio en el que las palabras dicen algo reti-
La difusión es una contingencia mediática (salir en los rándose del decir. Gili no apela a la palabra rapiña, recurre
diarios, revistas, estar en boca de la gente), una suerte al relato templado del secuestro, sabe que la acción de rapiña
de propagación, un derrame que suele ser caprichoso, no se dice empleando la palabra rapiña.
interesado, momentáneo. Pero, pensemos otra cosa: no
es posible conocer los textos existentes sobre algo que se Importa el instante en que su narración no se escuda en
desea pensar. Hay escritos publicados y escritos innume- que sabe qué ocurrió porque la palabra utilizada (supues-
rables sin publicar: escritos guardados en borrador, escri- tamente) lo está diciendo. Las palabras salen de su malestar
tos abandonados como papeles sin terminar, escritos que en el momento en el que la novela rompe su complicidad
son intención incumplida de algo sólo imaginado. Esas con las metáforas. Los vocablos vuelven a respirar en el
literaturas inconcebibles nos habitan como murmuración, punto en el que el decir impide la pacificación de la con-
como eco colectivo y, a veces, como conversaciones sobre ciencia humana que saca conclusiones tranquilizadoras:
lo sin decir que se dan entre pocos, entre no se sabe cuántos, “Ah, hay personas que se comportan como aves de presa. Cria-
entre nadie. turas carnívoras, violentas, expoliadoras como son las águilas y
los buitres”. O “¡Qué barbaridad, la civilización sigue sin poder
Más allá de la falta de difusión como lamento por lo que elevarse por encima de la naturaleza animal!”.
no puede ser conocido, interesa ahora El Camuatí como
novela disfuncional, como ensayo de anomalías, que intenta
contar el horror, como sitio en que se deja ver lo sin decir Sociedad camuatí: (1) civilización perfecta, (2) dominio sin
como estado alterado de la existencia humana. sombras ni disidencias, (3) panal de barbarie.
¿Qué es el camuatí? En guaraní, camuatí significa avispas
El Camuatí narra la historia de una hija de desaparecidos reunidas en amistad. Camuatí es el nombre de una avispa
secuestrada por el verdugo de su madre. En un momento el más pequeña que la abeja doméstica, el término, también,
asunto se presenta así: “Hace diecinueve años, en la madrugada designa a la colmena en la que habita. Marcos Sastre, en El
del dieciséis de mayo, un grupo de cinco marinos, comandado por
el capitán de navío Jorge Víctor, penetró en el domicilio de Julieta

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Tempe argentino (una descripción naturalista del delta del ridas. El sustantivo sociedad y el adjetivo perfecta, así entre-
río Paraná), dedica un capitulo a estas avispas.3 dichos, dicen lo que dicen, más de lo que dicen, otra cosa
En un momento del relato de Gili el asunto se presenta así: que lo que dicen y dicen, también, un sin decir que deja una
inquietud necesaria en el relato humano del horror.
“Paula –¿Qué es el camuatí?
¿Qué dice la sociedad camuatí? La perfección como pose-
Víctor –Una sociedad perfecta
sión absoluta. Declara: soy tuya, nada me importa más que
Paula –¿Perfecta? pertenecerte. En la palabra posesión se escuchan voces de
Víctor –Sí, donde cada uno sabe qué debe hacer, y lo que hace muerte, de dolor y de dominación, junto a las voces del
les sirve a todos amor. La palabra posesión es un zumbido molesto en el
Paula –¿Y si no lo quiere hacer? oído histórico.
Víctor –Es perfecta porque lo que tienen que hacer coincide ¿Qué dice la sociedad camuatí? La consumación de lo idéntico.
con sus deseos y con su capacidad. Cada individuo realiza Declara: pensamos lo mismo, tu deseo es el mío, nosotros somos
su proyecto y también el de los demás todos. La totalidad como sueño y pesadilla de las mayorías.
Paula –¿Nosotros somos así? Nosotros somos todos como enunciado de la exclusión y el
Víctor –Vos y yo somos habitantes del camuatí aniquilamiento. Lo idéntico como sueño y pesadilla de la
homogeneidad. El uniforme es la obsesión de los cuarteles.
Paula –¿Y mamá?
Víctor –Tiene que aprender ¿Qué dice la sociedad camuatí? La coincidencia como en-
Paula –¿Y si no aprende? cuentro fatal. Declara: estoy condenada a complacerte, esa
voluntad es mi dueña. La complacencia como sometimiento
Víctor –Habrá que enseñarle”.4
deseado, como voluntad que se entrega (hacé conmigo lo que
Hay diálogos que estremecen sin estridencias. La violencia quieras). El cuerpo del miedo que se deja caer en los brazos
no necesita, para hacerse visible, dar golpes o causar he- del poder. La aceptación de la condena como desgracia
preferible a otra mayor.
3. Tempe es el nombre de un valle de Grecia situado entre montes y surcado ¿Qué dice la sociedad camuatí? La demanda colmada.
por un río que forma un pequeño delta antes de desembocar en el mar Egeo.
Virgilio narra bellezas, fertilidades, mitologías del Tempe en las Geórgicas. Declara: puedes darme lo que te pido, te pido lo que puedes
Escritores románticos recuperan el término (en el siglo XVII y XIX) como darme. La conformidad como promesa consumada, como
sinónimo de valle de felicidad, lugar privilegiado, espacio de excepción.
4. Este diálogo es uno de muchos que aparecen en la novela. Víctor es el pa-
correspondencia que, por fin, se alcanza. La cancelación
dre secuestrador, Paula el nombre de su hija (que luego se descubre que antes definitiva de los estados de inconformidad humana. Todas
del robo de su identidad se llamaba Natalia). La madre de la que hablan es la las gargantas vociferan: ¡Sólo una llave para una cerradura
esposa de Víctor que tras perder a su propia hija nunca acepta del todo a la
sustituta. En la novela, el camuatí también es un idioma que sólo hablan Víctor única! ¡Todo el poder al gran cerrajero!
y Natalia. Una palabra en camuatí que aparece citada más adelante es micrita.

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¿Qué dice la sociedad camuatí? La conjunción inevitable. vas palabras para compensar la insuficiencia del lenguaje?
Una voz declara: a dónde vaya estarás, a dónde huya me ten- O ¿Darío es perplejidad humana que experimenta cómo
drás. La sociedad de control lograda. Un pacto sin fisuras, los nombres abandonan a las cosas?
la vigilancia automática, el deseo de vivir en la celda.
¿Qué quiere decir que los nombres abandonan a las cosas?
¿Qué dice la sociedad camuatí? Declara: los que no aprenden, No se trata de que carezcamos de palabras para nombrar el
tendrán que aprender. La pedagogía camuatí como ensañan- horror, sino de que las palabras deciden irse. Abandonan
za, como ensañamiento con el que no aprende, dulces agui- a las cosas dejándolas sin nombres o permiten pronunciar
jonazos, asfixia lenta de las avispas silvestres, inexorable nombres ya abandonados.
entrada en la muerte. Una pregunta desesperada: Mamita,
¿por qué no aprendiste? ¿Por qué no quisiste? La ensañanza, La experiencia que sobreviene tras ese abandono no es la del
términos inmovilizados (como moscas) en la miel del po- silencio ni la de mudez, sino la de un seguir hablando con
der: sociedad camuatí, colmena humana sin sombras, lumi- sonidos de palabras que se han ido. No es callar lo que me
nosidad homogénea, eternidad sin disidencias. duele decir, ni querer decir algo y darme cuenta de que las
palabras están pero no me salen, sino sentir que las palabras
se han ido, dejando sonidos huecos en sus cuerpos fugados.
Abandono de las palabras: acción de los nombres que de-
ciden irse de las emociones y las cosas.5 El testigo de la novela de Gili no pretende bautizar lo que
Darío es el testigo que relata la historia de El Camuatí, no tiene nombre, intenta hacer venir el poder de las pala-
un personaje que intenta estar ausente de todo o, tal vez, bras a los nombres abandonados. Un nombre abandonado
presente en el mundo como ausencia, escapado de la con- es como la fachada de un pueblo del que los habitantes
ciencia de sí, invisible al gran ojo que lo mira. han huido.

En un momento, el asunto se presenta así: “Había salido de ¿Qué queda de las palabras dichas cuando el alma de las
mí, había llegado a un estado en el que las cosas cambian de nom- palabras se ha ido? Sonidos replegados sobre sí, temblores
bre y los nuevos nombres aún no se conocen”.6 que se esconden en las grietas de la voz o anidan en los
órganos del cuerpo enfermo que sigue hablando.
¿Un estado en el que las cosas cambian de nombre y los
nuevos nombres aún no se conocen? ¿Son necesarias nue- Hay distintos modos del no poder hablar: no puedo hablar
porque las palabras no salen de mi boca (como se dice, las
5. Menciono que, entre nosotros, Oscar del Barco es autor de un libro con
tengo en la punta de la lengua), no puedo hablar porque lo
este título: El abandono de las palabras. que necesito decir es impronunciable y, por lo tanto, ines-
6. El relato de El Camuatí está articulado por la voz de Darío que (tras sufrir cuchable, no puedo hablar, pero de todos modos hablo con
por la desaparición de su compañera y pasar una temporada internado en
un psiquiátrico) ahora, exiliado en una isla del delta, de pronto, se encuen-
palabras que me han abandonado.
tra arrasado por esta historia que pretende, a su vez, narrar.

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Pero, ¿qué significa decir que el lenguaje decide desertar? Una inquietud: dicen que de las sesenta mil palabras que tiene
Animismo de las palabras, que seguimos utilizando aún nuestra lengua, solemos usar para vivir todos los días unas
cuando ellas deciden desentenderse de eso que se dice cada quinientas. Las otras no se retiraron, están perdidas, desco-
vez que hablamos. nocidas, privadas. Retiro de las palabras no es lo mismo que
reducción de vocabulario o despojo de los que cuentan con
Entonces, las palabras se marchan, dejan vacante la ilusión de menos de cien términos para decir tristezas, alegrías, amores,
nombrar. No se trata tanto de que uno no crea en las palabras mundos diferentes. En ese caso, habitamos un mundo cerra-
o de que las palabras descrean de su poder nombrante. Las do o aprisionado en unos pocos signos. Aunque tener mu-
palabras no confían en los sujetos que hablan, como si dijeran: chas palabras no supone decir un mundo abierto. Algunos se
“Este es el mundo que han hecho con el lenguaje. Nos rehusamos a arreglan con pocos términos para decir intensidades.
nombrar esta creación. No seremos otra vez cómplices del bautismo
atroz. Arréglenselas, ahora, solos, para soportar este horror sin nues- La expresión el retiro de las palabras es ilusión de una reserva
tro relevo”. Las palabras retiran su potencia fatigada, se van ética del lenguaje, decisión incorruptible de los vocablos.
asqueadas de tanto decir lo miserable. Ese seguir hablando ¿Es como decir con Hölderlin: “los dioses han huido”? ¿O con
en el que nos quedamos, sin embargo, podría ser saludable. Nietzsche: “Dios ha muerto”? ¿O afirmar con Adorno: “no es
posible escribir poesía después de Auschwitz? Decir que las pala-
El balbuceo beckettiano no declara no tengo nada que decir bras nos han abandonado es imaginar que las palabras, tras
(afirmación que no deja de ser presuntuosa), ni repite una ver el mundo que hicimos de palabras, deciden dejarnos.
de las últimas preposiciones del Tractatus (“De lo que no Las palabras optan por abandonarnos a lo sin decir.
se puede hablar, mejor callar”), presenta el decir nada como
condición posible de la conciencia anonadada. Lo sin de- Lo sin decir que adviene tras el abandono de las palabras
cir, no obstante, no es la nada, la ausencia de sentido, sino no es lo impronunciable. No se trata de que el horror
movimiento de resistencia del lenguaje. del secuestro de un niño y el asesinato de su madre por
el mismo verdugo que pasará por su padre, sean hechos
¿La idea sugiere que las palabras son criaturas con vo- que no se puedan decir. Es posible narrarlos (de hecho los
luntad? ¿Que asistimos a la insurrección de los vocablos? estoy contando) pero, creo, se presentan en su intensidad
Las palabras no son objetos como los ceniceros, las latas cuando el relato no anula lo sin decir.
de cerveza, los automóviles, las planchas. Tampoco se
podría decir que las palabras están vivas en los libros, en A las palabras les gustaría que arte y literatura tuvieran en
los papeles, en las pantallas. Las palabras tienen conductas común este punto con el psicoanálisis: el deseo de rodear
extrañas: copulan con la voz, se funden con el cuerpo que con el decir un sin decir que permanece. Intentar una me-
habla, se pierden con la sensibilidad que las piensa, ¿por moria de lo sin decir, junto a las otras maneras de lo dicho,
qué no imaginar, también, que el lenguaje pueda rehusarse de lo necesariamente dicho. A esa memoria de lo sin decir,
a colaborar con el apaciguamiento del horror? la llamamos inconformidad.

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Enfermedad semiótica: (1) dolencia de la memoria, (2) pérdi- remedio cuando olvidaran los valores de la letra escrita.
da momentánea de relaciones y equivalencias en el lenguaje. Pilar Ternera concibe el artificio de leer el pasado en las
En Cien años de soledad de Gabriel García Márquez se relata barajas como antes había leído el futuro. Los insomnes em-
el episodio de la peste del insomnio y el avance del olvido. pezaron a vivir en un mundo construido por las alternati-
“´Si no volvemos a dormir, mejor´, decía José Arcadio Buendía, vas inciertas de los naipes. José Arcadio Buendía decide
de buen humor. ´Así nos rendirá más la vida´. Pero la india les construir la máquina de la memoria: un artefacto que se
explicó que lo más temible de la enfermedad del insomnio no era emplea, todas las mañanas, para repasar la totalidad de
la imposibilidad de dormir, pues el cuerpo no sentía cansancio los conocimientos adquiridos en la vida, un diccionario
alguno, sino su inexorable evolución hacia una manifestación giratorio que un individuo situado en el eje puede operar
más crítica: el olvido. Quería decir que cuando el enfermo se mediante una manivela, de modo que en pocas horas pasa-
acostumbraba a su estado de vigilia, empezaban a borrarse de ran frente a sus ojos las nociones mas necesarias para vivir.
su memoria los recuerdos de la infancia, luego el nombre y la Había logrado escribir cerca de catorce mil fichas cuando
noción de las cosas, y por último la identidad de las personas y apareció Melquíades con una cura de la memoria.
aun la conciencia del propio ser, hasta hundirse en una especie
La historia de García Márquez narra una enfermedad
de idiotez sin pasado”. Fue Aureliano quien concibió la fór-
semiótica. El abandono que las palabras hacen es otra
mula que había de defenderlos durante varios meses de
cosa: una revuelta ética del lenguaje, condición misma de
las evasiones de la memoria: escribir el nombre del objeto
inconformidad, no el olvido de las correspondencias entre
olvidado en un papel, pero es José Arcadio Buendía quien
el signo y la cosa. Lo sin decir, que no queda apresado en
lo pone en práctica en toda la casa y más tarde lo impone
ninguna forma aunque puede posarse en ellas, permanece
a todo el pueblo, con un hisopo entintado marca cada cosa
fugitivo.
con su nombre: mesa, silla, reloj, puerta, cama, cacerola;
en el corral, marca los animales y las plantas: vaca, chivo, Inconformidad, paradero de vocablos que guardan lo sin
puerco, gallina. Un poco después, estudiando las infinitas decir como potencia de un hablar que no es todavía.
formas del olvido, se da cuenta de que puede llegar el día
en que se conocerán las cosas por sus inscripciones, pero
no se recordará su utilidad. Por lo que escribe este letrero Revuelta de los vocablos: levantamiento contra las formas
todavía más explícito en el cuello de una vaca: “Esta es la posesivas.
vaca, hay que ordeñarla todas las mañanas para que produzca le- En un momento el asunto se presenta así: cuando Paula
che y a la leche hay que hervirla para mezclarla con el café y hacer conoce su otro nombre, Natalia, le dice a Darío: “Quiero
café con leche”. Así continuaron viviendo, reflexiona García que me pienses Natalia”.
Márquez, en una realidad escurridiza, momentáneamente
¿Qué significa que alguien me piense? En Kaos (1984) los
capturada por las palabras, pero que había de fugarse sin
hermanos Taviani presentan cuatro episodios basados en

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un conjunto de relatos breves que Luigi Pirandello reunió los pensamientos que la piensan. Padece una situación sin
en su libro Cuentos para un año (1933); uno de ellos se llama salida: siendo Paula se priva de la que fue pensada Nata-
Charla con mamá. El protagonista tiene un diálogo imaginario lia; pero siendo Natalia tiene que renegar de su existencia
al volver a la casa de su madre ya muerta. En un momento, pensada como Paula.
la madre dice: “¿Ves Luigi, cómo el cuerpo se había consumido?
Por eso vino la muerte, ¡debía venir! No llores Luigi, si me quie- El levantamiento de las palabras objeta la expresión te quiero
res tanto debes pensarme así, como me ves aquí y ahora, viva”. A como declaración amorosa porque lleva una insoportable
lo que el hijo responde: “No lloro por eso; cierto mamma que carga posesiva. Fastidia a las palabras tener que decir el
yo te recuerdo; siempre te recuerdo como estás ahora; siempre te amor contaminado del afán de dominio, las sediciosas se
imaginaré como te imagino ahora, viva, sentada aquí en tu sillón. sienten más cómodas cuando la expresión invita al deseo.
Pero lloro por otra cosa, porque tú no puedes pensar en mí. Cuando Las palabras sostienen que la declaración te pienso no dice
estabas sentada aquí, yo decía: si desde lejos ella me piensa, yo estoy lo mismo que te quiero. Te pienso no pide la reciprocidad
vivo para ella. Eso me sostenía y me confortaba. Ahora que tú estás que demanda te quiero. Te pienso (explican) no espera nada,
muerta y no me piensas más, yo no estoy vivo para ti y no lo estaré te quiero interroga ¿me querés?, afirma ¡quiero tenerte!
nunca más”. Hace rato que las palabras se dieron cuenta de que el
¿Cómo existir sin otro que me piense? En un momento, imaginario de la posesión hace del amor una situación de
el asunto se presenta así: Natalia le dice a Darío: “Quiero guerra. Los combates se imponen en todas partes. No sólo
que me pienses Natalia”. Darío se pregunta: “¿Cómo inscribir las peleas a muerte, el mundo de las armas, la hostilidad, la
ese nombre en mis recuerdos con Paula? ¿Qué hacés vos para desavenencia, la oposición; guerra significa también decidir
pensarte con tu nuevo antiguo nombre?”. el destino de otro o atribuirse la propiedad de un semejante.
Posesión: deseo del cuerpo de otro (también de su voluntad,
¿Cómo se piensa con otro nombre? ¿Cuánto tiempo se ne- sus sueños, su memoria) para tenerlo o darle muerte. La lo-
cesita para entrar en un nombre que le dicen que tuvo? En cura del apoderamiento es subjetividad de guerra.7
otro momento, el asunto se presenta así: “Supe mi nombre:
Natalia; padre y madre desaparecidos. Se supone que muertos. Paula es cosa poseída; a su manera, Víctor es su padre: la quie-
Pero al enterarme no me sentí huérfana; mi recuerdo es el de una re. Su deseo se afinca en esa niña robada, disfruta cada vez
nena que no lo fue; intenté imaginar que ella, esa nena, recibía la que dice ésta es mi hija. Los pronombres posesivos son armas
noticia, le pregunté qué se siente, dice que no sabe”. filosas del amor. Ella es su ilusión, espejo de su arrogancia.

Tener un nombre es, antes que cualquier reconocimiento, Las palabras se sienten más a gusto en la expresión te pienso.
tener confianza de ser siendo pensado por otro en ese nom- El sentido es una criatura de esqueleto poroso, una masa
bre. No se trata sólo de un robo de identidad, la violación
de legitimidad de un documento, Natalia es sustraída de 7. En el capítulo 9 se piensa la relación entre posesión, amor y capitalismo.

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elástica llena de huecos, que necesita respirar. No se trata Ahijar: dar un padre.
de fanáticas sublevadas en contra del uso de pronombres En un momento, el asunto se presenta así: Darío que trata
posesivos en declaraciones de amor (innumerables voces de escribir la historia de Natalia, pregunta “cómo habría sido
dicen con pasión el anhelo del otro), sino de un levanta- tu vida si no hubiera ocurrido el hecho que la falseó”. A lo que
miento de nombres fatigados por tanta contaminación Natalia responde más adelante: “…no es como dijiste, él no
propietaria. me sacó de la historia: me sacó de la ilusión de la historia…”.
Como si las palabras ensayaran retiros provisorios, parcia- Una historia no es sólo (se dijo otras veces) el conjunto de
les. Inconformidad: deseo de decir como acontecimiento hechos que hacen un conglomerado de actos biográficos.
propiciador de otras formas de existencia. Aunque, recor- Tener una historia es sentir la ilusión de poseer una histo-
demos, las palabras no se proponen programar enunciados ria. Esa ilusión es confianza amorosa.
distintos para reformar a las personas que hablan. Ejercitan
su propio retiro de lo dicho como abandono en lo sin decir. Paula es proyectada por Víctor quien (para diseñarla Pau-
Un estado del habla que no evite a los humanos la expe- la) roba a Natalia. Ese robo eterno no es sólo un crimen, es
riencia de vivir en la necesaria zozobra que sobreviene tras también el suplicio de la ilusión.
la insuficiencia de todo nombre.
La novela de Gili narra la diferencia entre poseer una his-
Las palabras, entonces, se retiran del te quiero cuando es toria y ser poseída por una historia, entre tener una vida
declaración de hostilidades o expresión que necesita asir. y quedar empeñada en un horror histórico. Narra el tor-
Prefieren el te pienso cuando sostiene sin exigir, cuando mento de una muchacha forzada a la desilusión. Natalia,
conforta, abriga, ofrece, sin esperar algo a cambio. Te quiero de pronto, se piensa no ahijada, sino robada. Se encuentra
(dicen) es celda sin fin, te pienso proximidad que se da en la expulsada del don de la adopción. La adopción es la ilu-
distancia. Te quiero (susurran) pone en marcha la máquina sión de una historia que pierde.
orgullosa, te pienso practica el olvido de sí.
La acción de ahijar (que dice el don de hacer hija) retorna
La muchacha de la novela (PaulaNatalia) ha sido arranca- de su exilio como resto intacto de la ilusión de tener una
da del don de ser pensada. Víctor la quiere, está viva para historia. La palabra hija realiza un doble trabajo: se retira
complacerlo. Ser pensada es otra cosa: la dicha de saber que de la voz de Víctor haciendo escuchar lo sin decir del horror,
alguien la piensa sin obligación de correspondencia. Ese a la vez que trata de volver como potencia amparante en la
pensamiento que la piensa, más allá de que ella misma sepa conciencia perpleja de PaulaNatalia
que es pensada Natalia, es el don que le fue arrancado.

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Privación de lo vivido: ausencia de la ausencia. encuentra a la madre con su hija: quiso tenerlas. Lleva a
En un momento, el asunto se presenta así: Paula revisa un la bebita a su casa. Explica en una carta que le escribe a
cajón que su padre siempre cierra con llave, menos esa Natalia (cuando ella tras conocer la historia se escapa): “La
vez: “Temblando, halló en él una foto protegida entre cartulinas. primera vez con Julieta fue violación, es cierto, pero doy fe que no
Eso la perdió. Era la imagen de una mujer joven. Al verla sintió fue sólo eso. Un par de veces pude sacarla a pasear; en uno de esos
alegría. Sintió ganas de llorar. En el reverso de la foto leyó un paseos le tomé la fotografía, en la que –como comprobaste– se ve
nombre: Julieta Revueltas. La letra era de Víctor”. feliz. La hija era mi rehén, garantizaba su buena conducta”.

Escribe Darío más adelante: “Soñaste que eras abrazada por En un momento, el asunto se presenta así en un diálogo que
sus brazos, te ubicaste en el sitio hacia el que ella parecía ver, Natalia tiene con su madre desaparecida: da la sensación de
sonreíste a la sonrisa que en la foto no era para vos”. Escribe no ser un encuentro soñado, alucinado o imaginado, sino
PaulaNatalia en una carta a Darío: “…hay algo tan fácilmen- un fragmento desprendido de otro mundo en el que las co-
te corporal entre una madre y una hija… lo sé cuando miro la sas acontecen sin poder descansar en una representación:
foto…”. O después en la misma carta que se presenta frag-
– ¿Sos mi mamá?
mentada: “…siento rabia contra mi madre: ella se fue, me dejó
con él…”. – Sí.
– ¿Y él? (señalando a Víctor, que las observa fascinado).
El recuerdo de un momento vivido causa pesar. La priva-
– Es mi asesino, el que te robará.
ción de lo vivido no deja recuerdo, es ausencia de la au-
sencia. Paula trata de crearse una añoranza siendo Natalia – ¿Para qué?
para poder descansar en una tristeza posible. – Para revivir a su hija; cambiará tu nombre”.

Las palabras que nunca se dijeron pueden ser llamadas a En otro momento, el asunto se presenta así: “Natalia encuen-
pesar de la muerte, pero si la muerte misma es sustraída no tra un mensaje de Víctor, escrito en camuatí, en un periódico. Él
puede haber llamado. Los vocablos no pueden decirse sin propone una cita. Decide aceptarla y, en un hotel, se encuentran.
la voz calculada de una madre muerta. La novela de Gili Ella ha ido disfrazada de Julieta; Víctor está de pie en el centro
narra, a través de rodeos de la imaginación, lo sin decir de la habitación. Ella se le aproxima e inicia una danza camuatí;
como voz ausente, negada, defectuosamente sepultada. ´vine a matarte´, le dice, apuntándole con una pistola pequeña. Él,
fascinado, entre la alucinación y la euforia, la deja hacer. Julieta
dispara una bala de plata entre los ojos de Víctor”.
Odio: pasión que consume al alma orgullosa.
Víctor es miembro de la Armada, su hija, Macarena, nace Y en otro, se presenta así: “Sé que mi nombre es Natalia y lo
con una malformación cardiaca, muere a los seis meses; le adopto. Pero me gustaría ser Julieta…”.
dan la jefatura de un campo de detención, en un operativo,

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Y en otro: Desapareciente: condición presente del desaparecido.


En un momento, el asunto se presenta así: (de Natalia en
Víctor –Es inútil, micrita. No puedo morir.
una carta a Darío) “…me doy cuenta de que esta es la forma en
Y en otro: que me equilibro; aparecer, desaparecer. Soy una apareciente, soy
una desapareciente…”.
Víctor –¿Por qué los camuatíes para darme la muerte?
Darío –Porque ellos no podrían arrepentirse en el último La gramática castellana reconoce dos formas del participio,
instante, aún cuando te miraran a los ojos. esos derivados verbales que pueden jugar tanto el papel de
nombres como de adjetivos. El participio pasivo del verbo
En pleno retiro de las palabras, el término odio es retenido desaparecer es desaparecido. Puede nombrar a alguien que
para decir un sentimiento de aversión en contra de Víctor. no está visible ni localizable en ningún lugar, un estado
¿Función reparadora del odio? Las palabras saben que el provisorio o una condición definitiva. El participio activo
odio no arregla los dolores del amor. El dolor no llega a un del verbo desaparecer es desapareciente: la del desapareciente
arreglo. Los arreglos posibles son con el orgullo que paga es siempre una condición en estado presente.
para ser reconfortado con la satisfacción de sí. El odio de-
sea un mal que haga sufrir a otro o le inflija un daño. ¿Es Un manifiesto mudo de palabras, entre nosotros, alerta
violencia que se devuelve? Tal vez como retorno de algo sobre la posible saturación del vocablo desaparecidos. Es
que uno mismo ha sufrido. Incluso como revancha que cierto, las palabras se retiran, nos abandonan, pero antes
siente el placer del desquite. hacen todo lo que pueden para acompañarnos. Es lo que
sucede en la novela de Gili con la expresión “soy una apa-
El Camuatí más que el odio parece decir una nostalgia de reciente, soy una desapareciente”, dice lo que dice, dice algo
amor. PaulaNatalia anhela un amor que no tuvo o que tuvo que sabe y algo que no sabe, y dice además un sin decir
como amor sustraído, pero, ante lo irreparable, un sen- respetado que resta tras lo dicho.
timiento posible es el odio. A veces, el que odia no tiene
nada que perder porque siente que ya lo perdió todo. Pero, Modos que tiene el lenguaje de evitar que el horror que el
otras, el que odia no perdió todo: su amor persiste intacto término desaparecidos soporta se cristalice como generalidad
como pérdida que no lo abandona nunca. dicha, nombre autorizado, término suficiente. Apariciente/
desapariciente es estado presente de lo sin decir mismo. Inquietud
El odio es, para PaulaNatalia, un sentimiento desesperado que la palabra desaparecido insiste en hacer escuchar.
de silenciar un amor que no tiene forma de abrazar. Un
odio así necesita de la justicia, entendiendo por justicia eso
Inconformidad: (1) umbral, (2) llamado del porvenir.
que Simone Weill piensa que es imprescindible dar sin
que, en realidad, pueda darse. En un momento, el asunto se presenta así: (de Natalia en
una carta a Darío) “…ya no busco una verdad escondida en

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inconformidad

algún lugar, en alguna persona; esa etapa terminó. Ahora voy


tras un sitio, una sensación, un momento, el otro lado de un
límite donde pueda quedarme, donde descansar, y preguntarme,
quizá, sobre la etapa siguiente”.

No busca una verdad, busca una separación. El límite como


umbral, como línea de pasaje, de división, de diferencia-
ción. No como espejo, oráculo moral, modelo de sujeción
social. Natalia es mujer emergente en el umbral.

Límite y umbral dicen una misma línea, pero el límite que-


da succionado por el impedimento, actúa como muro de
detención, como fosa en la que cae cada vez que intenta
dar un salto. Cuando el límite anuncia la existencia de
otro lado se llama umbral. En esa plataforma de despe-
gue, punto de traspaso, Natalia busca quedarse. Algo así
necesita para descansar. Sin ese límite no puede afirmarse
como negatividad, acatamiento, sublevación.

No busca una verdad, sino una sensación, un momento.


Una ribera en la que orillar su historia. Sostenida en ese
borde tal vez pueda tomar una decisión: abrazo que se
arroja para contener, por un instante, lo incontenible.

El umbral hace de puerto. Sin ese punto fijo, en el que el


navegante se abastece de lo que parece firme, no es posible
aventurarse a la deriva de lo sin decir.

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7. arrasados: (1) viven al ras,
(2) expulsados de las formas

Civilización: historia de dolor.


Pregunta: ¿cómo es posible que nuestras sociedades se
sostengan con tantos caídos?

La idea de caídos alude a los derrotados o dados a la muer-


te, evoca a los que pecaron o cargan con una deuda moral
y nombra, también, a los expulsados del mundo social: los
desprendidos de la escuela, la religión, la fábrica, el barrio,
la familia, el amor; estos últimos, caídos de todos los con-
sumos legales, viven al ras. Sorprende el consentimiento
y la mansedumbre de los caídos: una docilidad de furia y
violencias contenidas, un amoldamiento defectuoso siem-
pre a punto de estallar. Los caídos, eclipsados por el dolor,
tambalean en una frontera en la que se mezcla la desobe-
diencia con la sumisión. 1

1. En tiempos de monarquías absolutas, Etienne de La Boétie escribe un tex-


to que es leyenda libertaria. A los dieciocho años, en 1548, redacta El discurso
de la servidumbre voluntaria, tras ser testigo de una matanza de ciento cuaren-
ta campesinos castigados por resistirse a pagar un impuesto injusto a la sal,
se pregunta: ¿por qué miles de hombres se someten a un malvado, cuando
unidos podrían alcanzar la libertad? “Si un tirano es un solo hombre y sus súb-
ditos son muchos, ¿por qué consienten ellos su propia esclavitud?”. El texto de La
Boétie, anticipa la pregunta de Spinoza, en su Tratado teológico-político (1670),
tan bien actualizada por Deleuze y Guattari (1972), de por qué los hombres
luchan por su servidumbre como si se tratase de su libertad.

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

Intemperie: (1) herida del lenguaje, (2) existencia humana y grupos; pero no siempre se advierte que esas existencias
sin dios, (3) la de los que duermen en las calles o en hospi- viven expuestas a emociones excedidas. No están aislados
tales de la locura. o separados del mundo, sino abandonados a la intensidad
Tirados y adormecidos aguardan a que el tiempo pase, de los dolores negados por la civilización.
se despiertan para tomar alcohol fino rebajado con agua Las buenas conciencias imaginan un mundo de caídos dóci-
en botellas de plástico y vuelven a perderse. El ciclo es: les, obedientes y agradecidos; cada tanto amenizados con
dormir, despertar, tomar hasta caer, volver a dormir. Viven salidas individuales heroicas: ser una estrella del fútbol,
en la intemperie. Se defienden del frío, del hambre, de la formar un grupo exitoso de rap o de cumbia, participar de
inexistencia absoluta con pasta base, naftas, pegamentos. un gran hermano villero o volverse millonario. 2
En las cárceles y en los hospicios, esa bebida se prepara en
un bidón con frutas, drogas hipnóticas y sedantes, harina
de maíz y arroz. Si se puede, conviene enterrar el recipien- Mudez: náusea del exhausto.
te unos días hasta que fermente. Los psiquiátricos, a donde van a parar los arrasados, son
reservas emocionales de sufrimientos desalojados de la
educación sentimental de la época. Los hospitales de la
Caídos: (1) desalojados del mundo social, (2) expulsados
pobreza son escenarios enmudecidos. Circunstancia que
de su potencia.
recuerda una pregunta de Benjamin: “¿No se advirtió, du-
¿Caídos en el infierno del paraíso capitalista? ¿Soledades rante la guerra, que la gente volvía muda del campo de batalla?”.
arrasadas que no encuentran sosiego en ninguna realidad Los exhaustos han visto lo irrepresentable.
de este mundo? Están más allá de la desprotección, el
desamparo, la desafiliación, viven casi sin existir, no viven No es que los extenuados no sean capaces de decir quiénes
con poco, sino que están vivos por poco. son o qué les pasa y necesiten, por ello, de especialistas
que les sirvan de intérpretes de su propia experiencia so-
¿Qué vida podrían tener los caídos en los hospitales de cial extraviada: los exhaustos viven la demasía.
locos si no estuvieran allí? Las locuras mezclan amores
estallados y amistades perdidas, pobrezas y exclusiones, Se puede decir de los enmudecidos lo que Holderlin dice
sustancias baratas y desechos. Están ahí porque todavía de Edipo: “Quizá el rey Edipo tiene un ojo de más”.
no los mató la policía, el alcohol, una cuenta sin pagar, un
coche al cruzar la avenida, el hambre o el frío.
2. El mito de la salida individual se expresa bien en una de las letras del gru-
Suele decirse que los caídos están arrojados fuera del mun- po Fuerte Apache (“Esto es lo que somos: los mejores en este juego. Viviendo entre
do, despegados de las fachadas sociales, desabrazados de pistolas, marihuana y delincuencia, haciendo lo que sea para no tener carencias”)
o, también, se advierte la narrativa del héroe pobre y marginal, en el fondo
los cuerpos y las palabras, marginados de iglesias, escuelas bueno y romántico, que se sobrepone a todos los golpes, en el personaje de
la película del inglés Danny Boyle “¿Quien quiere ser millonario?” (2008).

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

La sociedad capitalista tiende a democratizar el deseo, pero hasta agotar los movimientos posibles en un espacio: “El
no sus condiciones de satisfacción material e imaginaria. agotamiento es mucho más que el cansancio. (...) El cansado ya no
El deseo, que absorbe la crueldad publicitaria, impedido dispone de ninguna posibilidad (subjetiva): no puede por lo tanto
de gozar de lo que se exhibe ante sus narices, descree de llevar a cabo la menor posibilidad (objetiva). Pero ésta permanece,
sí mismo. El sistema exhibe lo que priva, ostenta lo que porque nunca se lleva a cabo todo lo posible, se lo hace a medida que
no da. La obscena fiesta del consumo excita y estafa la se lo realiza. El cansado agotó solamente la realización, mientras
sensibilidad. El deseo excedido por todo lo que se le niega el agotado agota lo posible. El cansado no puede llevar a cabo nada
se vuelve resentimiento. El resentimiento es la rebeldía apa- más, pero el agotado no puede ya posibilitar”.
gada de los exhaustos: el odio de sí es la actualidad de la
locura capitalista. El cuerpo exhausto no es el de los quejosos que no alcanzan
un objeto que siempre se desplaza, ni el cuerpo agotado de
Un poema de Idea Vilariño (1975) para pensar la vida de los personajes de Beckett que viven –desde el comienzo–
los arrasados: “En el fondo del pozo / oliendo el agua sucia / los en un mundo que despotencializa la posibilidad. El cuerpo
miasmas nauseabundos / con la cara pegada / a las últimas heces del exhausto habita la demasía.
/ sin más remedio que / comerse la resaca / que dejó al retirarse /
la espléndida marea”. El cansado persigue algo.
El agotado sabe que no hay nada.
El exhausto siente los tormentos de la civilización.
Exhausto: (1) arrasado, (2) el que vive en demasía.
Quad es una obra de Beckett, escrita en 1981 para televi- El cansado corre por la ciudad tras una meta.
sión, en la que intervienen cuatro personajes de similar El agotado explora el mundo hasta constatar que está en
estatura, delgados y asexuados, que marchan sobre un un pequeño universo cerrado.
área cuadrada hasta agotar un trayecto minuciosamente
El exhausto alucina desiertos.
indicado por el autor. Cada intérprete es seguido por una
luz diferente y sus pasos acompañados por un tipo de El cansado exclama “¡Ay! ¡Qué cansado estoy!”.
percusión particular. Cada uno lleva una túnica del color El agotado dice “No hay nada más que poder”.
de su luz, con capuchas que ocultan los rostros. Por mo-
El exhausto habla enmudecido.
mentos, los intérpretes se cruzan en el centro del cuadrado
insinuando un choque o encuentro que nunca se produce. Al exhausto le acontece la demasía: no está cansado, no
La obra concluye cuando todos, a su tiempo, agotan los siente satisfacción ni insatisfacción, tampoco agota su
trayectos y combinaciones propuestas. potencia de ser; asiste a la frustración o a la posibilidad
como si viera pasar un animal prehistórico en medio de
Deleuze escribe un ensayo que se llama El agotado a partir
una borrachera.
de advertir cómo Beckett marca la acción de los actores

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

El cansado a veces se siente dichoso por sus logros. El agotado no cesa hasta concluir todas las posibilidades.
El agotado transita indiferente el cumplimiento de todo lo El exhausto no atiende a su yo ni a su sí mismo, sino a un
posible. dolor sin sujeto.
El exhausto vive extenuado de intensidad. El exhausto aloja lo real en un cuerpo siempre pequeño.

Un poema de Idea Vilariño (1970) que pongo del lado del Un poema de Idea Vilariño (1966) que pongo del lado del
exhausto: “Uno vive / con los muertos / que están ahí / con los exhausto: “Como un perro que aúlla interminable / que aúlla
sufrientes vive / y con los despojados / y con los presos / vive”. inconsolable / a la luna / a la muerte / a su tan breve vida. / Como
un perro”.
Si el cansado siente que le pesan los párpados, el agotado
hace su recorrido con los ojos cerrados; pero el exhausto El cansado consulta el futuro a una vidente.
–que ve el horror– permanece perplejo ante esa visión. El agotado agota el porvenir: transforma lo posible en evi-
dencia.
El cansado viola el silencio con la expresión quejosa de
“¡Ay!, ¡no doy más!”. El exhausto intenta insomne escapar de la pesadilla.
El agotado consuma todos los recorridos hasta confundirse Los cansados consumen perfumes.
en la ausencia.
Los agotados vencen las fragancias.
El exhausto soporta, dividido, las voces del mundo.
Los exhaustos huelen el mal.
El exhausto, que creció en una ciudad bombardeada, siente
su cuerpo como un hormiguero pateado. 3 No vive en peligro, Los cansados cuentan sus posesiones.
su existencia no está amenazada, sino arrasada. Los agotados, al final, cargan la nada del comienzo.
Si el cansado cuida su casa y el agotado atraviesa la intempe- Los exhaustos permanecen junto al incendio de las cosas.
rie, el exhausto –que no conoce cama segura–, a veces encuen- El cansado espera que le digan cómo estuvo lo que hizo.
tra refugio en la palabra de otro que no le demanda nada.
El agotado hace lo que hace hasta disolver el hacer en la
El cansado reclama la suspensión de actividades para dis- inacción.
frutar de un merecido descanso. El exhausto soporta el asedio de los cansados, a quienes les
encanta decirle lo que debería hacer.

3. Adapto una expresión referida a la ciudad para pensar la vivencia de sí El cansado hace dieta o come compulsivamente.
del exhausto: hormiguero pisado como confusión de una muchedumbre que El agotado transita el hambre y la saciedad inapetente.
se mueve en todas la direcciones. En una entrevista que le hicieron en 1971,
Gustavo “Cuchi” Leguizamón dijo que Buenos Aires le parecía “como un El exhausto se devora preso de sí.
hormiguero pateado: todos salen espantados a la calle y no saben a dónde ir”.

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

El cansado se abriga en invierno y usa camisas livianas en El cansado anda con barbijo y tubo de oxígeno.
verano.
El agotado no espera nada del aire.
El agotado lleva la misma túnica siempre.
El exhausto respira veneno.
El exhausto no puede cubrir su cuerpo poroso.
Un poema de Idea Vilariño (1964) que pongo del lado del
El cansado fantasea, el agotado no, el exhausto asiste a la exhausto: “Me cortan las dos manos / los dos brazos / las pier-
agonía de los fantasmas. nas / me cortan la cabeza. / Que me encuentren”.
El cansado siente su pequeño mundo amenazado. El cansado exige que respeten su cansancio, dice: “Sólo
El agotado concluye su camino sin que pase nada. quiero que me dejen en paz”
El exhausto está en el desastre. El agotado esconde su rostro ausente.
Los cansados tienen miedo a los contagios y ataques, hacen El exhausto habita la actualidad absoluta.
público su derecho a vivir en una ciudad pura y segura. El cansado siempre tiene algo que decir.
Los agotados son inmunes al miedo. El agotado sabe que no hay nada que decir.
Los exhaustos hacen su morada en la peste. El exhausto –sensible al nerviosismo de los hablantes– , a
El cansado siente que la sociedad le debe una disculpa. veces, espera una palabra aunque no diga nada.
El agotado sabe que los narcisismos no gravitan en la Inconformidad dice algo que los cansados se niegan a escu-
nada. char y que los agotados saben de memoria: cuando el yo sale
El exhausto tiene un ojo de más (que los espejos no refle- de la pecera, el sujeto se encuentra anonadado. Los exhaustos
jan). escuchan gemidos en ese desierto.

Los cansados perciben que todo estalla a su alrededor, Escribe Idea Vilariño (1969): “Yo quiero / yo no quiero / yo
pero reclaman el privilegio de formar parte de los sobre- aguanto / yo me olvido / yo digo no / yo niego / yo digo será inútil
vivientes. / yo dejo / yo desisto / yo quisiera morirme / yo yo yo / yo. / Qué
Los agotados hacen lo que hacen aburridos de sobrevivir. es eso”.
Los exhaustos, cada tanto, se entregan a la psiquiatría para
que los despoje de la triste soberanía del dolor. Fatiga: umbral de inconformidad.
Roland Barthes advierte algunas cuestiones alrededor de
El cansado se aísla de su entorno violento.
la idea de fatiga que considera no codificada socialmente (a
El agotado anda el territorio hasta alcanzar su límite. nadie se le ocurriría decir como excusa para no ir a trabajar
El exhausto está siempre expuesto.

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

“estoy fatigado”. Cita lo que sigue de Blanchot: “No pido que cuestionar las lógicas de los emprendimientos productivos
se suprima la fatiga. Pido ser conducido a una región donde sea supuestamente terapéuticos e incluir el derecho a un no
posible estar fatigado”. hacer productivo como hospitalidad clínica que no se rige
por la moral de ocupación contemporánea.4
Un poema de Idea Vilariño (1970) que pongo cerca del es-
tar fatigado: “Como un jazmín liviano / que cae sosteniéndose Un poema de Idea Vilariño (1968) que pongo del lado de
en el aire / que cae cae / cae. / Y qué va a ser”. la rebeldía contradictoria que anida en el fatigado: “Decir
no / decir no / atarme al mástil / pero / deseando que el viento lo
Barthes describe la fatiga que provoca tener que escuchar voltee / que la sirena suba y con los dientes / corte las cuerdas y
una estúpida conversación interminable o la fatiga que me arrastre al fondo / diciendo no no no / pero siguiéndola”.
siente cuando le demandan que tome una posición (“cómo
se sitúa usted en relación al marxismo o al freudismo”). Piensa La fatiga es hartazgo del pronombre de la primera persona
la fatiga como el lugar de lo neutro, lo inclasificable, lo que del singular. La fatiga transporta un enojo que puede ser
le hace trampas al lenguaje. Tal vez fatiga como estado que pesimista y rebelde, a la vez.
dice inconformidad.

Para la fatiga se podría decir algo que Deleuze dice a El reino de este mundo: lugar en el que se ha extraviado la
propósito de la expresión, cuando observa que vivimos medida del hombre.5
anegados de palabras e informaciones inútiles, inundados Los caídos viven fuera de este mundo en ambientes de alcoho-
por formas estúpidas: “El problema no consiste en conseguir les, polvos mágicos, vapores que se inhalan, hojas que flotan
que la gente se exprese, sino en poner a su disposición vacíos de
soledad y silencio a partir de los cuales podrían llegar a tener que
decir algo”. 4. Resta hacer una referencia a La fiaca (1969), la película de Fernando Ayala
sobre la obra de Ricardo Telesnik. La fiaca (por momentos, cercana de la ex-
presión ¡Ay, qué pereza! de Mario de Andrade) parece, sin embargo, más una
Paul Lafargue escribe en Francia en 1880 El derecho a la travesura provisoria que una protesta social. Incluso faltaría pensar la di-
pereza, un libro que (a partir de la ideas de Marx) imagina ferencia entre el exhausto y el fisurado, quebrado o doblado, tras la experiencia
del alcohol y las sustancias. Sin olvidar que el exhausto es también el cuerpo
un civilización liberada del trabajo esclavo y abandonada medicado en exceso.
a relaciones de placer. Las ideas de fatiga y pereza quizá 5. En la novela de Alejo Carpentier, El reino de este mundo (1949), un viejo es-
sean portadoras de una potencia crítica impugnadora del clavo reflexiona: “Padece, espera y trabaja para gentes que nunca conocerá y que a
su vez padecerán, esperarán y trabajarán para otros, que tampoco serán felices, pues
mundo capitalista, que otros términos han perdido. el hombre ansía siempre una felicidad situada más allá de la porción que le es otor-
gada. Pero la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es: en
Se sugerirá más adelante en este libro que las psicosis son imponerse Tareas. En el Reino de los cielos no hay grandeza que conquistar, puesto
afecciones anticapitalistas: las personas hospitalizadas y que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, impo-
sibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello agobiado de penas y Tareas, hermoso
las que sobreviven sueltas ponen a la vista la necesidad de dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre puede hallar
su grandeza, su máxima medida en el Reino de este mundo”.

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

prohibidas. Sustancias baratas para vidas insustanciales. Esos Locura: (1) denuncia no formulada, (2) el ruido y la furia
espacios que se inventan junto al mundo no son exactamente de la injusticia del mundo.
mundos, sino atmósferas de un juego en el que las partes no En los hospitales para locos pobres se escucha el ruido y
son partes ni componen una figura final. Nadie piensa en el la furia del relato de la desigualdad social y de la injusti-
futuro, la única mejoría posible es detener la caída. cia histórica.7 Murmullo estrepitoso de una denuncia no
formulada. Se hace oír –todavía de un modo delirante,
Alejo Carpentier pensaba que la grandeza humana consis-
alucinado y compulsivo– la confusión del mundo, sus bru-
tía en imponerse la tarea de cuestionar lo que es. Razonaba
talidades y lo poco que ha hecho la civilización por la vida
que en los cielos no hay nada que hacer ni que conquistar,
de los desamparados. Incluso, los hospitales de los caídos
allí está todo establecido, no hay muerte ni misterios, no
ofrecen una visión de cómo podría ser el mundo futuro:
hay dolor ni placer, no hay lucha por el poder ni desvelos
cuerpos anestesiados por alcoholes, pastillas, cigarros.
de amor; sólo en la tierra la humanidad (entre penas y
destinos) puede alcanzar el sentido de su existencia. Si el Los locos encerrados en los manicomios no son sujetos
cielo es el jardín de la conformidad, la tierra es potencia de inconformidad. No se resisten al sistema o impugnan
humana de inconformidad. un mundo injusto, son portadores enmudecidos de un
sufrimiento que trasciende sus cuerpos lastimados y sus
Ensañamiento: deleite humano. memorias lesionadas. Los locos encerrados en los manico-
mios cuestionan sin cuestionar y denuncian sin denunciar
Las bestias feroces y sanguinarias matan para comer, go-
que el mundo nos hace mierda.
bernar sobre una hembra, dominar un territorio o defender
a sus crías. No matan porque sí. No utilizan un lenguaje
para desmentir sus actos. No justifican sus acciones en Es mucho para mí: (1) voz que diría (si pudiera decir) la
nombre del bien del mundo. La injusticia, la explotación, experiencia emocional del exceso, (2) lo insoportable de la
la crueldad son construcciones de la civilización. demasía.
Las psicosis encerradas en los hospitales públicos dicen
Desmentida: crueldad de la crueldad. 6 la desmesura del horror. Un estado que ni siquiera es de-
La existencia desmentida es la crueldad de la crueldad. Una
cosa es la negación del dolor como defensa del que actúa como 7. Afectado por la lectura de Faulkner, tomo la expresión “el ruido y la furia”
si no hubiera ocurrido lo que sí ocurrió y otra es la supresión de Shakespeare. Dice el rey Macbeth tras recibir la noticia de que la reina ha
muerto: “Había de morir tarde o temprano; alguna vez vendría tal noticia. Maña-
del registro de lo acontecido. En un caso, se afecta la concien- na, y mañana, y mañana se arrastra con paso mezquino día tras día hasta la sílaba
cia del suceso y, en el otro, la existencia de la experiencia. final del tiempo escrito, y la luz de todo nuestro ayer guió a los bobos hacia el polvo
de la muerte. ¡Apágate, breve llama! La vida es una sombra que camina, un pobre
actor que en escena se arrebata y contonea y nunca más se le oye. Es el relato de un
6. Cuestión que se retoma en el capítulo 8. idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada”.

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

rrumbe porque no hubo una identidad construida. No se se escapa para cortarse. ¿Decide darse existencia? Vuelve
trata de una sensibilidad oculta, anestesiada o negada, sino con el brazo sangrando. ¿Qué vida es esa? ¿Qué, de sí, se
de la emotividad excedida en un cuerpo desahuciado. duele en ese tajo? No expresa dolor, expone su brazo como
una declaración, ¿de su propia ausencia? En esa devasta-
Algo de esto advierte Blake en sus Proverbios del Infierno ción, dona su sangre ante testigos que lo rodean azorados,
cuando escribe: “El rugido de los leones, el aullido de los lobos, indiferentes o amantes. Desamparado de sí, ¿se ofrece en
el furor del mar encrespado, son partes de la eternidad, excesiva- toda la extensión de su piel abierta? ¿Sensibilidad herida?
mente grandes para el ojo del hombre”. Un dolor así interrumpe un sufrimiento infinito.

Nombre propio: (1) sitio que guarda un tesoro, (2) alucina- Autodestrucción: (1) delirio omnipotente, (2) visión de la
ción del ausente. intemperie, (3) encarnación de la historia.
Dice que tiene cien casas, que en cada una guarda un te- La autodestrucción ¿es el goce de la propia crueldad?, ¿la
soro, pero que le robaron su nombre y otro se hizo dueño muerte que nos goza, que disfruta, en cada uno, de todas
de todo. No tiene biografía, su historia personal está hecha las formas posibles del morir?
de hilos sueltos, piezas rotas, referencias partidas, páginas
sucias y manchadas, relatos incomprensibles. Cada tanto, El único poder soberano que queda, en un mundo sin
irrumpe un nombre que nos llega como contraseña olvi- soberanías, es el poder de hacerse mierda. En el límite de
dada para ingresar en una casa de la que sólo queda la mi desaparición, me vuelvo sujeto de una existencia auto-
fachada. destructiva: “Dado que mi vida no vale nada, ejerzo el poder de
hacerme mierda. Mi arrojo mortífero es la prueba orgullosa de
mi existencia”. En un mundo enmierdante, elijo entre ser una
Sufrimiento: (1) dolor sin medida ni fin, (2) necesidad de
mierda o hacerme mierda.
un corte.
Tiene heridas en sus brazos, en sus piernas, en el pecho, La autodestrucción no es sólo una perversidad desatada
en el abdomen. Toda su piel es una escritura indescifrable contra el sí mismo, sino un reflejo sobre el propio cuerpo
de cortes. Se lastima con hojitas de afeitar, con vidrios, con de la lógica social destructiva del capitalismo dominante.
cualquier objeto afilado. ¿Existe? ¿Hay algo que le duele En el delirio autodestructivo, la propia crueldad desafía a
más que esas heridas? Antes de cada herida está allí, indi- la brutalidad social.
ferente, casi desaparecido. ¿Adquiere existencia tras cada
Para Bataille (1962) la única forma posible de no quedar
corte? Parece que ese muchacho que se corta no tiene ni
capturados en la representación es el instante. No hay otra
adentro ni afuera, como si con cada separación dibujara
eternidad soberana para la vida humana. Piensa que mu-
un límite. Talla su piel con incisiones de dolor. De pronto,
chos individuos que se creen libres y autónomos renun-

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

cian a su libertad y se someten a la autoridad moral o un


Matar el tiempo: (1) salir del terror de la eternidad, (2) esca-
gobierno. No son libres sino siervos. Se podría pensar que
par de la inmovilidad.
la servidumbre es una entrega a la conformidad, mientras
la soberanía es umbral de inconformidad. No es lo mismo vivir al día que consumir el día. Vivir al día
significa andar sin previsión, sin futuro. En los hospitales
La conformidad es una forma de acatamiento provocada psiquiátricos, no se vive al día, se consume el día: tomando
por el miedo. Escribe Bataille: “Por eso, de una manera funda- mate, fumando, tragando calmantes, volando con las dro-
mental, vivir soberanamente es escapar, si no del miedo, al menos gas del encierro.
de la angustia de la muerte”. La angustia por la muerte es un
reflejo loco de poseerse uno mismo para siempre e idéntico El tiempo de los arrasados no termina nunca: cada instante
de sí. Para acceder a un estado de soberanía se necesita se expande en un espacio sin fronteras o se extiende en
perderse en el movimiento de un amor no posesivo, en el el pulso de una eternidad enloquecida. O cada instante es
fluir de lo que no se domina ni se sabe. presente de lo vivo inmovilizado, asfixiado sin después,
sin existencia por delante.
Bataille anticipa la visión de los arrasados, a los que sólo
les resta la soberanía de hacerse mierda: desechos, restos
Alma: (1) terreno desabrigado e inhabitable, (2) memoria
de nada. Anota: “A mi entender, esencialmente, si el obrero
del porvenir, (3) sensibilidad desbordada,
se permite una copa es porque encuentra en el vino que traga
un elemento milagroso de sabor, que es justamente el fondo de ¿Qué vida emocional es la de los casi sin existencia? Los
la soberanía. Es poca cosa, pero al menos el vaso de vino le da arrasados no son atormentados. Lo que antes se llamaba
durante un corto instante la sensación milagrosa de disponer alma es ahora un terreno desabrigado e inhabitable, lo
libremente del mundo”. que antes era porvenir es ahora un despoblado inmenso
y helado, hasta el hambre ha dejado de ser necesidad de
Inconformidad, potencia soberana de las formas. comer y es ahora estrechez anestesiada de una existencia
inapetente.
Cuerpo: nadie sabe lo que puede un cuerpo afectado de Conviene pensar la cuestión del alma no como mito espi-
tanta crueldad. ritual, don metafísico o cifra inmaterial; tampoco como
¿Cuánta inexistencia resiste un cuerpo? El mundo actual adentro o interioridad. No se trata de proponer tardíos re-
desmiente el conjuro que dice “No hay mal que dure cien flejos de teorías anteriores al psicoanálisis. Alma suele ser
años, ni cuerpo que lo soporte”. El dolor de los arrasados el nombre de una sensibilidad desbordada, de una vida
tiene una intensidad y una extensión inconcebibles. La fuera de sí. Alma es la figura extrema o límite de nuestras
expresión Mejor no pensar recuerda que no se puede tener representaciones culturales: se dice te quiero con toda mi
conciencia del presente. Ya no alivia la promesa sanadora alma para declarar un amor sin restricciones o lo siento en el
que augura que Mañana será otro día.

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

alma para expresar total empatía o me partiste el alma para el que interviene en la cabeza, el que satura las visiones
decir que se experimenta el máximo dolor o puse mi alma y calla las voces. Nadie aspira a tener un auto, una novia
para ilustrar que se entregó todo o compañero del alma para delgada, un crédito para reformar la casa, una manguera
atestiguar amistad eterna. ajustable para el jardín, una máquina para hacer ejercicios
físicos todas las mañanas, una escalera plegable o un casco
de masajes para evitar la caída del pelo. La locura –sin pro-
Exceso: (1) tempestad, (2) agitación que necesita más de
ponérselo– es pasión anticapitalista: posesiones atesoradas
un cuerpo.
en pequeñas bolsas viejas, la experiencia del trabajo inútil
El exceso de sentido es abundancia que agobia. En las y no rentable, la falta de eficacia y la obstinación por traer
reuniones del hospital, se ven hombres que, tras la llegada a la mente lo insoportable.
de la palabra, se sienten anegados por un llanto contenido.
La potencia de sentido (que es la promesa más maravillosa
del pensamiento) puede lastimar en medio de tanto dolor. Ciudad: carnicería.
Esa posibilidad abre heridas en los cuerpos casi ausentes. Alguien cuenta que escuchó en el noticiero que asaltaron
una carnicería y encerraron al carnicero adentro de una
heladera. Se pregunta cómo se puede vivir en un mundo
Arrasado: en el límite de la inexistencia.
en el que pasan esas cosas.
No es lo mismo un arrasado que un aplastado. El aplastado
(ahora constreñido, reducido a un mínimo espacio) evoca
la espesura de un cuerpo, mientras el arrasado siempre ha- Memoria: desierto.
bita un instante liso. Los arrasados no viven en medio de destrozos. No perciben
el mundo en ruinas. Las ruinas recuerdan una cultura per-
Tanto en Pichon Rivière como en Deleuze se encuentra esta dida: son maquetas gastadas de una memoria abandonada.
idea: muchos sufren no porque sean débiles o defectuosos, Para los arrasados, eso que llamamos ruinas no son huellas
sino porque fueron capaces de sentir en demasía, una in- del pasado, sino presencias sueltas que significan nada.
tensidad que no pueden soportar.

Hilachas: (1) porción insignificante de algo, (2) hilos suel-


Televidentes: miran desde otro planeta. tos de los que se sostienen los desheredados.
Las imágenes publicitarias de la televisión llegan al encie- En un horizonte sin Dios, Ejército, Parlamento, Poder Judi-
rro incomprensibles. Los arrasados no son público cautivo cial, ¿qué se ofrece como continente o referencia posible?,
de la publicidad. No son consumidores. Asisten indiferen- ¿qué garantía política concertada?, ¿el parlamento, la jus-
tes a un espectáculo que los excluye. Para los que sufren, ticia, la economía nacional?, ¿qué pacto de conveniencia
sólo cuenta el consumo que va directamente a la sangre,

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

y moderación de pasiones peligrosas? Los arrasados viven centros culturales ni organizaciones, sino en ranchadas que
en el grado cero del contrato social. El país de los arrasados son lugares de cuidados frágiles y provisorios.
tiene una única alianza, un sólo acuerdo de convivencia
sostenido, un sueño de alcoholes sin sobresaltos, una mí-
Ranchada: cercanía de los solitarios.
nima división de roles y poderes consensuados: la cultura
del aguante. En los hospitales del dolor lo único creíble es la presencia
callada de la proximidad. La ranchada es una reunión de
personas que se asientan en un lugar apartado para fumar,
Aguante: (1) prueba de soportabilidad, (2) heroísmo del tomar, guarecerse, mientras esperan a que las palabras
desamparo. lleguen o no para dar abrigo a sus sentimientos despelle-
El aguante es la figura de la soportabilidad: se aguantó la jados.
calle, el frío, la noche, el alcohol y los golpes de la policía.
Las mafias y las ranchadas no son lo mismo aunque a veces
Se aguantó que lo ataran, inyectaran y robaran las zapa-
se confundan. La mafia es una tranza de conveniencia, un
tillas. Cuando estaba así, que la cabeza me rebotaba por todas
acto de protección y sometimiento; mientras la ranchada
partes como si fuera una pelota, yo me decía que no me tenía que
es una estancia entre vecinos que no se juran ni se com-
olvidar cómo me llamaba: Me decía: “¡Vos te tenés que acordar
prometen a nada que no sea estar juntos en ese momento
cuál era tu nombre para poder volver a ser una persona!”.
único e intrascendente. La ranchada manicomial es casi sin
El aguante es la marca de haber estado en el infierno y to- el otro, sin el otro que, sin embargo, se supone que está
davía no haberse ido del todo. El aguante, en el manicomio, también ahí. La ranchada es sin intercambio ni pactos, un
es vanidad difusa del que preferiría perder la conciencia de sobreentendido rompible que permite, cada tanto, tener
sí. En el fútbol, el aguante es contraseña de machos orgu- algún descanso.
llosos que validan sus insignias ante una barra de bravos
o una mercancía que se alquila a los empresarios de los
Contención: abrazo sin clozapina8.
clubes; en el hospital psiquiátrico, el aguante no designa al
que es macho por demás, sino al que guarda una delgada Se le llenan los ojos de lágrimas mientras agarra con fuerza
tela de la memoria, un dolor que no exhibe. El aguante, en del cuello y los brazos al compañero alucinado que se gol-
el manicomio, traza biografías de soledad. pea la cabeza contra las paredes. Cuando el otro se calma,
se queda en un suave abrazo, atento por si recomienza la
La cultura del aguante es terapia de los cuerpos arrasados. furia.
El aguante es el heroísmo de una sensibilidad solitaria que
se junta con otros que no tienen miedo de morir. La co-
munidad de aguantadores no se reúne en partidos o en 8. Sustancia farmacológica que se emplea en el tratamiento de algunas psi-
cosis.

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

Conforme: obediente. Los arrasados no son sujetos de inconformidad: son rehe-


El Pabellón Seis es el infierno. Un sitio de castigo dentro del nes de la satisfacción, del poder y de la deformidad; pero
hospital. El encierro del encierro. Allí van los indóciles. El de los cuerpos de esas lisuras sale el ruido y la furia de lo
Pabellón Seis es la internación de los ya internados, doble humano: la acusación de todas las formas mortíferas de las
cerrojo para las sensibilidades descontroladas. Medicados que ha sido capaz esta civilización.
y recluidos hasta que la vida se les pase. También es el lu-
gar a donde llegan los que están mal en la ciudad. Algunos Desbordados: no practican la autocompasión.
vienen en patrulleros, esposados, golpeados, maltratados.
Las reuniones del equipo del Pabellón Seis se realizan a
Otros vienen en ambulancias, desde otros hospitales o des-
puertas cerradas. Cada tanto, algún paciente golpea para
de los juzgados. Están los que vivían en las calles, los que
entrar, pedir un cigarrillo, una galleta, yerba y azúcar, recla-
perdieron sus casas o fueron expulsados por sus familias.
mar atención, obtener permiso para salir o quejarse porque
Están los que estuvieron presos y los que consumen pe-
nadie lo visita. Costó mucho que los que trabajaban allí
gamento, paco, cocaína, pastillas, hierba, alcohol, mucho
imaginaran un espacio de conversación. Como el intento de
alcohol. Alucinados, delirantes, violentos. Adentro de la
hablar era interrumpido por los mismos pacientes, se deci-
sala, lo que no les sacan los enfermeros, se lo roban los
dió, antes y después de cada asamblea, hacer una reunión
otros internados.
en medio de la sala. Se dispuso un círculo de sillas en las
que se sentaron enfermeros, psiquiatras, psicólogos y se
Informes: expulsados de todas las formas. dibujó otro círculo imaginario, a unos cuarenta centímetros,
Los insatisfechos son quejosos que sufren porque no alcan- alrededor de esas sillas. Los pacientes podían estar allí, en
zan un ideal que se les escapa. Los conformistas sirvientes ese segundo círculo, presentes pero sin hablar. Hasta los
o cómplices del poder. Los uniformados se sienten seguros más desbordados respetaban ese borde ficticio. De pronto,
abrazados a una forma fanática. Los deformes son cria- un enfermero explicaba algo sobre un paciente que estaba
turas que ostentan o padecen una monstruosidad. Y, por escuchando. El aludido quería intervenir porque no estaba
último, los arrasados son informes que viven expulsados de de acuerdo o porque no lo entendían. Cuando interrumpía
casi todas las formas. Es curioso lo que sucede con la pala- se le recordaba que en ese momento sólo podía escuchar.
bra informe: dice tanto el acto de informar (enterar de algo, Casi todos aceptaban esperar. La reunión transcurría rodea-
instruir sobre alguna cosa o emitir juicios de autoridad), da de agitaciones contenidas. De a poco, los que trabajaban
como lo que no tiene figura o vaga sin determinación. en el hospital comenzaban a contar cosas que les pasaban:
problemas con las autoridades, con los jueces, con la falta
Los informes sufren por las formas que no tienen, quisie- de medicación, con los días de franco, con los horarios. Un
ran tener o detestan. límite nos circundaba a todos no como muro, sino como
umbral de una soledad que nos igualaba.

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

Ras: residuo que queda tras el desborde sin fin. otros no se sienten a gusto en ninguna parte. Los que viven
Los arrasados no se refugian en el yo, sino en una sensación una existencia difusa, no disputan un sitio, sólo aspiran a
casi sin cuerpo, sin huellas, sin memoria. No se debaten un paraíso artificial instantáneo. Consumo de sustancias
en la angustia moderna del ser o no ser ni se interrogan que abriguen una existencia desguarecida.
acerca del ser o la nada, los arrasados son el llamado de una
alternativa ahogada entre el no ser y el no ser. Ternura: descanso social que los arrasados nunca tuvieron.
Para Fernando Ulloa la ternura no sólo alude a la cualidad
Excitación imprecisa: voluntad de los sonámbulos.9 de lo tierno o a la cosa blanda, piensa que la ternura impri-
La apatía es máscara de una ilusión frustrada, mientras me humanidad en un sujeto (lo hace humano).
que la inapetencia nerviosa de los arrasados es una excita-
Advierte que ternura reúne (por lo menos) tres dones:
ción imprecisa. Inapetencia no como atracción de la nada,
abrigo, alimento y arrullo. La tragedia de la miseria –afir-
sino como nada de atracción
ma– es la enfermedad de la ternura: falta de abrigo, falta
de alimento y falta de arrullo. Intemperie, hambre, desier-
La bolsa o la vida: alternativa frente a la que conviene to. La ternura es condición para la existencia ética en un
optar por la vida. sujeto. Explica el papel del miramiento en la ternura: mirar
Todavía algunos recuerdan la fórmula que dice que la “La con amoroso interés a otro que se reconoce diferente. La
víscera más sensible es el bolsillo”. Pero no es esa la sensibili- falta de ternura instituye lo que Laing llama inseguridad
dad del cuerpo sin órganos de los arrasados. La expresión la ontológica.
bolsa o la vida representa la opción de los que todavía tienen Los arrasados son sobrevivientes de esa ausencia. No son
algo que perder. La vida de los arrasados es existencia casi desaparecidos, sino no aparecidos, criaturas que no tuvie-
perdida. ron un cuerpo (abrigado, alimentado, rodeado de palabras
de amor) y nunca se sintieron arropados en una diferencia
Paraíso: jardín de leyendas. exenta de hostilidad. Ulloa anticipa cuatro instituciones de
La lucha de clases (dialéctica del amo y del esclavo), el destino para esos sobrevivientes: el cementerio, el hospital,
ideal de emancipación, requiere un mundo de identidades el hospicio y la cárcel.
tangibles. Son pocos los que todavía esperan la caída del
capitalismo, algunos reclaman su derecho a ser explotados, Abismo: (1) abandono de los abandonados, (2) ternura
aniquilada.
9. La expresión excitación imprecisa es una asociación voluntaria con la ex- Los desarraigados no anidan ni echan raíces, se posan.
presión de Néstor Perlongher “náusea imprecisa” que alude a la fascinación de
la sordidez.
Suave levitar de los que no tienen esperanzas, de los que

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inconformidad 7. arrasados: (1) viven al ras, (2) expulsados de las formas

tal vez esperan un borde que diferencie no tanto el existir vacío reposado. Un espacio sereno dispuesto para fumar,
del no existir, sino la nada del abismo. La nada es todavía tomar mate, volar, dormir o conversar. No importa tanto lo
nostalgia del ser. El abismo es el no ser infinito. Una cosa que se está diciendo. La música de los que todavía hablan
es la hondura del ser, su potencia siempre inacabada y otra reconforta. El murmullo de esa posibilidad, entusiasma
cosa es el abismo, el infinito de la desaparición. La figura a los afligidos. Muchos se alegran sólo por saber que el
del abismo se adivina en las psicosis y en todas las siluetas lenguaje no ha desaparecido. Al final, la gente aplaude. En
de los arrasados. ninguna parte se escucha un aplauso semejante: contagio,
reflejo, celebración de una existencia todavía posible.
Pavor: hundimiento.
Una diferencia entre miedo y pavor, es que el miedo to- Piedra de la locura: (1) roca tallada con una inscripción
davía alucina un resguardo, mientras el pavor anuncia la que dice: libertad, igualdad, fraternidad, (2) la misma roca
inexistencia. con otra marca que agrega: sensualidad infinita y fantasías
soberanas.
La obra de Peter Weiss Persecución y asesinato de Jean Paul
Minorías: soledades que no esperan volverse mayorías.
Marat, estrenada en mil novecientos sesenta y cuatro, re-
Los locos no forman mayorías. El mundo de los arrasados crea tiempos en los que el marqués de Sade es encerrado
no se reduce al de las clases populares, es el de las innume- (a partir de mil ochocientos tres) en el asilo de Charenton,
rables minorías desclasificadas. un manicomio en el que los nobles y burgueses de París
La locura de los arrasados es reserva nerviosa, energía in- recluyen a parientes molestos. Allí, con autorización del
forme. director del lugar, se organizan representaciones teatrales
con los enfermos, a las que asiste el público aristocrático.
Los arrasados no son desangelados (no tuvieron ángeles Peter Weiss imagina a los locos de Charenton representan-
protectores). Tampoco son sujeto sin palabra de un colecti- do los últimos días de Jean-Paul Marat, una obra escrita,
vo que aguarda tutelas emancipadoras, son cuerpo de una dirigida e interpretada por el mismo Sade.
excitación que espera.
En ese escenario desquiciado toma cuerpo una confronta-
ción desopilante: mientras Sade expresa el ideal de sensua-
Aplauso: celebración de que el lenguaje no ha desapare- lidad infinita y fantasías soberanas, Marat redacta fórmulas
cido. urgentes de justicia para todos. Uno reivindica el derecho
Sorprende que algunas personas lleguen hasta la reunión al placer y el otro a la igualdad. Al final, el cuchillo de la
del Pabellón Cuatro a escuchar qué se dice en las palabras. traición termina con la vida del revolucionario. Peter Weiss
Son momentos de descanso. La reunión se ofrece como conjuga en el manicomio el programa de la revolución

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inconformidad

francesa con el programa de la locura: no habrá mundo de


libertad, igualdad, fraternidad, si (al mismo tiempo) no es po-
sible un cuerpo de sensualidad infinita y fantasías soberanas
para las innumerables minorías comunitarias.

Inconformidad: espera.
En El poder de los sentimientos, una película de Alexander
Kluge, una periodista entrevista a un cantante de ópera.
Le pregunta cómo logra tener una luz de esperanza en sus
ojos durante el primer acto, si conoce el final trágico de la
obra. El tenor contesta que en el primer acto no conoce ese
desenlace irreparable. La periodista replica que él sabe de
memoria que esa obra siempre termina mal. El tenor res-
ponde que un día quizás termine bien. Imagina, a pesar de
las leyes que gobiernan la ficción, que tal vez, de pronto,
pueda acontecer un desvío, otro curso posible.

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8. desmentida: modo de acallar
lo insoportable

Desmentida: (1) escudo de ignorancia, (2) aptitud que fin-


ge saber para poder olvidar, (3) vicio de las conciencias
buenas.
Vamos a morir, pero sobre la existencia después de la muer-
te no hay opiniones unánimes. Se discute si la cesación de
la vida significa disolución en la nada. Algunos afirman
que se puede ser inmortal en la memoria de los vivos o
acceder al paraíso o aplazar el momento desgraciado con
medicinas y vida sana. Están los que piensan que cuando
el cuerpo muere, el que alma inmortal vuelve a unirse con
el creador, fundirse en el cosmos o transformarse en flor o
pájaro.

Una manera de enfrentar la muerte es la desmentida: “Le


aseguro que estoy al tanto de que voy a morir”. La desmentida
es la acción que niega la veracidad de lo que está afirman-
do. En La negación (1925), Freud conjetura que, a veces,
algunos juicios esclarecidos cumplen una función equiva-
lente a la de la represión: son sustitutos intelectuales de
algo que se finge saber para poder ignorar. La desmentida
es una defensa que evita, negando su calidad de defensa,
tener que vivir en el sobresalto de que la muerte puede
ocurrir en cualquier momento.

187
inconformidad 8. desmentida: Modo de acallar lo insoportable

Conocemos historias de personas que por enfermedad, acci- lo mismo desmentida que negación o represión. La negación
dente o alteración del orden previsto de las cosas se enteran no ve lo que ve, no escucha lo que escucha, no siente lo que
de que van a morir en poco tiempo. La muerte sin velos pro- siente, no piensa lo que piensa, es una práctica selectiva
voca una lucidez extraña. La vida amenazada suelta sus de- de la ausencia. La represión es una artística del disfraz que
seos. Los sentenciados deciden cómo pasar sus últimos días: oculta y desfigura lo sabido. La desmentida es la defensa
algunos se aferran al amor y a la amistad, otros se refugian en que niega afirmando: admite que vamos a morir para ne-
la contemplación emocionada de lo que perdurará, algunos gar que la muerte puede sobrevenir sin aviso.
intentan terminar obras que los sobrevivan, otros –ansiosos–
apresuran el final y otros ofrecen la vida que les resta para Para seguir viviendo, niñas y niños abusados ponen en
ser recordados como héroes. Están, también, los que siguen juego la desmentida. Dosifican una intensidad traumática
hasta el final, serenos, llevando la vida de siempre. imposible de representar. Necesitan creer que lo que les
está ocurriendo no les ocurre. Si el abusador practica la
La desmentida es apaciguadora. Cierta tranquilidad es mentira, la hipocresía y el fingimiento para engañar a otro,
imprescindible, no se puede vivir siempre en estado de el abusado, para engañarse a sí mismo, apela a la abolición
zozobra pero, sin la inquietud necesaria que da la muerte, de la experiencia (“¡esto nunca ocurrió!”) o a la desmentida
el deseo se duerme: se vuelve mueca cansada, tedio o apla- (“aún cuando sé que eso ocurrió, no puede ser que algo así haya
zamiento infinito. ocurrido”). La desmentida es astucia desesperada de una
experiencia que se afirma desconfirmada.
Lo que hacemos con la muerte es modelo de otras desmen-
tidas que tratan de acallar lo insoportable. Las conciencias Una forma de la desmentida es la incredulidad: el incrédu-
actúan de un modo parecido con el hambre y la guerra, lo se resiste a creer en lo que sabe, se conduce como si la
la desigualdad y la injusticia, la conflictividad social y la realidad exagerara ante sus ojos. La incredulidad dice:
lucha de clases. “No puedo creer que, en un país que produce alimentos, haya
gente que se muere de hambre”. Increíble es algo declarado
La desmentida no se reduce a un mecanismo de defensa, imposible o indeseable antes de que ocurra, mientras que
interesa como figura retórica, como desvío, como mo- increído es algo ya ocurrido que, siendo admitido, sigue sin
dificación de una palabra ya normalizada. Los términos ser aceptado.
negación, renegación o desmentida, denegación o abolición, que
suelen emplearse para hacer distinciones clínicas, impor- La desmentida tiene en común con la abolición de la expe-
tan –ahora– como variaciones de sentido, como formas riencia y la negación, su complicidad con la disociación. Si
que intentan neutralizar la presencia de lo insoportable. no hubiera desmentida, habría pura intensidad; saber con-
tinuo sobre la muerte, angustia. Habría también política:
Las distinciones, cuando no consagran cualidades fijas de acción colectiva contra las desmentidas naturalizadas en
las cosas, son pausas de inconformidad para pensar. No es el sentido común.

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inconformidad 8. desmentida: Modo de acallar lo insoportable

El psicoanálisis es decisión de rodear con palabras angus- zada descarga exclamaciones negadoras: ¡Qué barbaridad! o
tias sin representación. La política es decisión de alojar ¡Ay, pero qué horror!
preguntas que estallan cada vez que se entrevé lo inso-
portable. Sin defensas, la conciencia pasmada no podría La exclamación escandalizada no es un llamado que es-
contener su propia representación, pero el resultado de pera la llegada de lo otro, sino una reacción que atiende a
esas defensas suele ser una conciencia plana, pulida, sin su impresión o celebra su propia sensación. A la conciencia
conflictividad. escandalizada, le gusta mostrarse: practica la exageración
como alboroto de sí.
No se trata de soportar la idea de muerte como conciencia
resignada ante lo irreparable, sino de poder pensar lo inso- La conciencia escandalizada desmiente a través de la estupi-
portable. La conciencia se escinde para no vivir desgarrada. dez, transforma la indignación en tontería: iguala la injus-
La llamada toma de conciencia no es conciencia esclarecida ticia social con un embotellamiento de autos, la crueldad
que reconoce lo que otros niegan, sino conciencia desga- con lo insólito, lo irreparable con el pronóstico para el fin
rrada que hace la experiencia de soportar la pregunta que de semana.
no puede soportar. Para las conciencias escandalizadas, lo traumático (sentimien-
La expresión conciencia desgarrada, tomada de Hegel, no to de impotencia y desamparo ante una situación de una
sigue el sentido estricto que tiene en la Fenomenología del intensidad intolerable) puede funcionar como oportunidad
espíritu. Esta conciencia partida no reúne pensamientos y de goce y espectáculo, actuar como punto de atracción,
experiencias esparcidas, no es la que reconoce lo negado, figura de fascinación, ceremonia y sitio de peregrinación
sino la que sabe que su unidad es imposible. No es au- de todas las desdichas y puede consumirse como teatro de
toconciencia que se eleva sobre su propia imposibilidad, excitaciones exacerbadas.
sino conciencia que se vive como la imposibilidad misma.
Sin embargo, conciencia desgarrada alude, también aquí, Miembro fantasma: memoria sensible del ausente.
a la soportabilidad. La herida que significa, para el alma En la escuela de neurología de la Salpêtrière, donde
que se quiere buena, tener que admitir que viven en ella Freud asiste en mil ochocientos ochenta y cinco a las cla-
presencias que se empecina en tener apartadas. ses de Charcot, se describe el fenómeno del miembro fan-
tasma: personas que habían perdido un brazo, mantenían
Conciencia escandalizada: (1) arma alborotos morales, la memoria sensible de esa zona ausente, de modo que
(2) hace ostentación ruidosa de lo que pronto olvida. actuaban como si de verdad contaran con el miembro
No es lo mismo la conciencia desgarrada que la conciencia que ya no tenían, poniendo, muchas veces, en peligro sus
escandalizada. Mientras la conciencia desgarrada invoca la vidas.
pregunta que aloja lo insoportable, la conciencia escandali-

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inconformidad 8. desmentida: Modo de acallar lo insoportable

No se trataba sólo de que no querían enterarse de lo Los discursos amables de las conciencias buenas de nuestro
perdido o de que actuaran como si la amputación nunca país desmienten, entre otras cosas, las diferencias sociales:
hubiese existido, tampoco de experiencias de duelos mal el abismo actual que va de la inclusión al exterminio. Se
elaborados; ocurría que sentían la continuidad nerviosa de dice de un modo general, como si se tratara de conjuntos
esa existencia ahora intangible. homogéneos, la gente siente, la gente piensa, la gente quiere.

La memoria sensible de lo desaparecido no desaparece. La idea de lucha de clases es hoy insoportable, como si nadie
Tras la amputación una excitación extraña habita la zona quisiera escuchar lo que esa voz denuncia: la disputa de
vaciada. Fantasma es el nombre de una acechanza: lo nega- poder en una sociedad conflictual. Nicolás Casullo consi-
do y lo abolido, lo desmentido y amputado, son presencias dera que, una de las consecuencias del borramiento de ese
que vagan sin sepultura. La mutilación es una mudez que estado de lucha, es “la supresión de la experiencia del conflicto
llama a lo ausente. social como génesis de lo político”.

Eufemismo: (1) insinceridad exitosa, (2) palabra que la hi- Fracaso de la negación: (1) desgracia de la conciencia,
pocresía toma de rehén. (2) llamado al pensamiento.
Vivimos tiempos dominados por la desmentida y, a la Claude Robert Eatherly es un joven piloto de Texas que se
vez, tiempos de subjetividades arrasadas por una extrema enrola en la aviación norteamericana para participar como
criminalidad. voluntario en una guerra que, según cree, es para defender
a la humanidad. El muchacho, lleno de valor y franqueza,
El eufemismo es un modo de la desmentida. El eufemismo protagoniza una experiencia de destrucción atómica sin
es una suavidad del habla, la expresión decorosa de una comprender del todo su participación en el hecho atroz.
idea cuya directa y franca expresión sería dura y ofensiva
para los oídos piadosos. El eufemismo suele ser el habla de Hay diferentes versiones: una dice que el seis de agosto de
la violencia discursiva. Después de un bombardeo, se dice mil novecientos cuarenta y cinco cumple la orden de des-
que se produjeron daños colaterales, en lugar de asumir que truir el puente situado entre el cuartel general y la ciudad
se asesinó a personas indefensas. Una antigua construc- de Hiroshima. Un error de cálculo hace que la bomba caiga
ción castellana dice, para evitar la palabra culo, “donde la sobre la ciudad. El comandante Eatherly que, tras el hecho
espalda pierde su honesto nombre”. Se trata de una pedagogía estremecedor, pasó días enteros sin hablar con nadie, fue
de clase que inscribe en el cuerpo valores y sensaciones. El el único participante de los bombardeos que se negó a que
eufemismo es una cobardía de la palabra que envía a otra lo honraran como héroe.
en su lugar, para evitar las consecuencias funestas de su
presencia. De regreso, casado con una hermosa actriz, tuvo casa,
jardín, hijos, posibilidades de ascenso social y pesadillas.

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inconformidad 8. desmentida: Modo de acallar lo insoportable

Al principio intentó aliviar su tormento con alcohol y el hecho mismo (el mundo en el que un hecho así fue posible);
calmantes, luego comenzó a meter billetes en sobres que de ahí que se vean obligados a determinar su sufrimiento y su
enviaba a Hiroshima, intentó quitarse la vida varias veces, esperanza de expiar su culpa como una enfermedad”.
lo internaron, se mudó de país y volvió, optó por trabajos
que le demandaban un gran esfuerzo físico, se separó de Günther Anders advierte que Eatherly está atrapado en
su mujer, dejó de ver a sus hijos, buscó que lo castigaran una doble pesadilla: por un lado, la desmentida social
por diferentes delitos: falsificó cheques por sumas insig- que lo proclama héroe y que luego opta por considerarlo
nificantes, realizó robos (con una pistola de juguete) en enfermo, cuando él pide ser condenado como culpable y,
los que no se llevaba nada. Al final, le diagnosticaron un por otro lado, la caída en un imposible arrepentimiento
trastorno agudo de la personalidad, con ideas fijas y senti- solitario.
mientos de culpa. Lo internaron en el psiquiátrico hasta su
La correspondencia entre el piloto y el filósofo de Viena
muerte, en mil novecientos setenta y ocho.
es un intento de alojar el llamado de lo insoportable. No
La historia de Eatherly, si no se la piensa como un caso más importan las explicaciones ni las respuestas, sino la posi-
de neurosis traumática (el caso del hombre de las bombas o bilidad de una pregunta: ¿En qué mundo un hecho así ha sido
del piloto loco de Hiroshima), hace pensar en la soportabi- posible?
lidad de la pregunta por lo humano.
No interesa la historia de Eatherly sólo como efecto de una
El filósofo vienés Günther Anders inicia en 1959 una corres- situación traumática inédita en la historia del exterminio
pondencia con Eatherly. En la primera carta que le envía al militar, sino como negativa social a alojar la pregunta in-
hospital en el que estaba encerrado, se presenta como un dignada que hubiera podido contenerlo: ¿Por qué alguien
semejante que está angustiado por problemas que son de como yo pudo participar en esa masacre espantosa?
todos. Explica que vivir en esta época nos hace culpables.
Günther Anders continúa en esa primera carta: “El hecho de
Razona que Eatherly hizo lo que hizo porque el aparato
hacer daño a un solo hombre –y no estoy hablando de darle muer-
militar es una máquina perfecta. Le dice que era un piloto
te–, pese a ser algo concebible, no es fácil de ‘superar’. Pero aquí
demasiado joven y sin recursos para entender lo que estaba
se trata de algo completamente distinto. Usted tiene la desgracia
pasando y que cualquier hombre, que hubiera estado en su
de haber dejado detrás de sí 200.000 muertos. ¿Y cómo iba a ser
lugar, hubiera hecho lo que él hizo. Aunque aclara que no
posible sentir dolor por la muerte de 200.000 personas? ¿Cómo
le ofrece consuelo: “Nada más lejos de mi intención intentar
iba a ser posible lamentar algo semejante? No sólo usted es inca-
consolarle. El que consuela dice siempre ¡No es para tanto!, esto
paz de hacerlo, nosotros tampoco podemos, nadie puede hacerlo.
es, intenta restar importancia al sufrimiento o al sentimiento de
Por más que lo intentemos, aquí el dolor y el arrepentimiento son
culpa del otro, e incluso exorcizarlo con palabras. Esto es preci-
impotentes. Así pues, Eatherly, usted no tiene la culpa de que sus
samente lo que, por ejemplo, intentan sus médicos (...) de ahí que
esfuerzos sean inútiles. Esta inutilidad es consecuencia de lo que
se limiten a criticar su reacción a ese hecho, en vez de criticar

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inconformidad 8. desmentida: Modo de acallar lo insoportable

anteriormente he denominado el carácter radicalmente nuevo de midad, lo arrasador de poder producir más horror del que
nuestra situación, a saber: el hecho de que, en cierto modo, po- somos capaces de representar.
demos producir más de lo que somos capaces de representarnos;
el hecho de que los efectos resultantes de los instrumentos que El diálogo con Günther Anders ofrece a Eatherly lo que
nosotros mismos hemos producido son tan grandes que ya no ninguna internación ni sustancia química pudo: el recono-
estamos preparados para representárnoslos. Tan grandes que ya cimiento de su derecho a sentirse desgarrado.
no podemos concebirlos, tan grandes que ya no podemos hacerles Eatherly no reprime, no niega, no desmiente el horror, su
frente. No se reproche usted que su arrepentimiento sea insu- vida es un llamado a lo insoportable. Lo insoportable no
ficiente. Sólo faltaría eso. El arrepentimiento no puede bastar. puede ser contenido por una representación o soportado
En cambio, el fracaso de sus intentos es algo que evidentemente por el cuerpo de una sola persona ni por el de un colectivo
usted debe experimentar y soportar diariamente: solamente humano numeroso.
esta experiencia del fracaso puede sustituir al arrepentimiento,
sólo ella puede evitar que volvamos a enredarnos en hechos tan Günther Anders anuncia la paradoja del pensamiento po-
monstruosos. Así pues, dado que sus esfuerzos son inútiles, es lítico que enfrenta la desmentida: alojar lo insoportable es
perfectamente comprensible que usted reaccione con pánico y hacer la experiencia del fracaso. Inconformidad, experien-
desorientación. Incluso podría decirse que esta reacción es signo cia afirmativa del fracaso de todas las formas de consuelo.
de su salud moral, pues demuestra que su conciencia sigue viva.
El método habitual para hacer frente a aquello que es demasiado
Pesadilla: presencias que derriban los muros de la
grande consiste en una maniobra de ocultación: en seguir vivien-
conciencia.
do exactamente como se vivía antes, en retirar lo sucedido de la
mesa de la vida, de modo que la culpa demasiado grande no se Cuando las pesadillas irrumpen en la conciencia, el horror
viva como culpa alguna.”. retorna como un fantasma descontrolado.

La muerte desbordó toda medida. El exterminio masivo La fotografía de una niña desnutrida que agoniza, con su
no tiene representación. La apreciación numérica de las nariz contra el polvo, mientras un buitre espera al acecho,
víctimas opera como desmentida. El poder de destruc- de Kevin Carter gana, en mil novecientos noventa y cuatro,
ción de las armas nucleares superó la figura misma de la el premio Pulitzer.
aniquilación. Un escándalo para las conciencias buenas. ¿Cómo pudo ser
Inconformidad no es una idea: una forma que representa que un hombre blanco bien alimentado retratara a la pe-
algo que pensamos; inconformidad acontece cuando ese queña africana mientras se moría de hambre vigilada por
algo no puede ser representado por ninguna forma (“¿cómo un ave de rapiña que esperaba su alimento? ¿Cómo pudo
decir el dolor por la muerte de 200.000 personas?”). Inconfor- ser que ante esa visión atroz el periodista sudafricano im-
provisara una sesión de fotos que duró veinte minutos?

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inconformidad 8. desmentida: Modo de acallar lo insoportable

¿Cómo fue posible que decidiera aguardar el instante Carter era miembro de la minoría blanca que se oponía al
macabro en el que el buitre se acercara a la presa con sus apartheid. Simpatizaba con las ideas de Nelson Mandela,
alas extendidas? El gran pájaro carnicero no hizo ningún ese representante de la resistencia pacífica que había sido
movimiento: la inminencia de ese desenlace está ahí eter- condenado a prisión perpetua. Cuando comienza a traba-
namente congelado. jar en periodismo, a los veinticuatro años, Nelson Mandela
lleva más de veinte años preso. Los territorios negros eran
La cámara no diferencia entre una piedra y una niña que se zonas de matanzas e injusticias. Los jóvenes que se resistían
muere. Los aparatos no experimentan compasión ni cruel- lanzaban piedras a policías y soldados que respondían con
dad. Kevin Carter se suicidó meses después de que su foto balas: cientos de muertes, miles de presos. En esos teatros
saliera en la tapa de The New York Times. Dos preguntas, sin de violencia, hace Carter su formación como fotógrafo
respuesta, llaman a pensar en nosotros mismos: ¿por qué para The Johannesburg Star.
se suicidó?, ¿por qué no ayudó a la niña? Kevin Carter se
mató a los treinta y cuatro años. Alguna vez dijo que ser Se dice que culpa es contrición que disciplina almas so-
blanco en Sudáfrica era un privilegio y una condena. ciales y regula pulsiones locas. Si al sentimiento doloroso
de haber hecho algo reprensible no se lo piensa sólo como
Presencias negadas golpean los muros ficticios de la con- efecto inconsciente de un deseo prohibido, se lo puede
ciencia. Sentir que nuestra felicidad se hace, también, con considerar como conciencia conmovida de quien se sabe
el sufrimiento de otros, resulta intolerable: en eso piensa en un mundo injusto.
Marx cuando escribe que “La tradición de todas las genera-
ciones muertas oprime como una pesadilla la conciencia de los Algunas almas se duelen por sentir felicidad en medio de
vivos.” y eso mismo percibe Benjamin cuando afirma que: tanto sufrimiento. Experimentan culpa no tanto por haber
“Todo acto de civilización es al mismo tiempo un acto de bar- cedido ante un deseo, sino por estar vivos en un mundo
barie”. La conciencia no es sólo una experiencia personal, que sufre. La culpa como malestar oscuro y difuso por un
sino resplandor de un curso histórico. El mundo no es sólo mundo desdichado es un sentimiento despolitizador. Llama
circunstancia que nos rodea, condiciona o contamina, sino al pago neurótico del remordimiento, el autorreproche, la
flujo vivo que nos habita. Cualquier cuerpo humano es, lo confesión, la reparación o el escepticismo, pero casi nunca
sepa o no, experiencia afectada por todo lo existente. deriva en crítica de lo existente o deseo transformador. La
tortura personal ante la injusticia puede ser un modo de
El apartheid sudafricano es el nombre de una segregación desmentir las razones de esa injusticia. La culpa es despo-
racial criminal desmentida por decisiones constitucionales y litizadora cuando reduce el espacio de la conflictividad so-
parlamentarias. No sólo significa exclusión, desprecio y ex- cial a un teatro personal. Como si se optara por un castigo
plotación de seres humanos despojados de derechos y obliga- imaginario privado, antes que enfrentar al mundo como
dos a vivir en zonas apartadas, sino que es el nombre de una insoportable histórico.
de las negaciones más ostentosas de la civilización reciente.

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inconformidad 8. desmentida: Modo de acallar lo insoportable

Mandela sale de la cárcel, en mil novecientos noventa, en vidas. Como la piel es una envoltura frágil y sensible, es
momentos en los que se acrecientan luchas y violencias. En preferible creer en una coraza, antes que imaginar que
los territorios de las poblaciones negras de los alrededores estamos envueltos en una euforia inútil. No se trata de que
de Johannesburgo, se viven situaciones demenciales. Car- los de El Bang Bang Club fueran tipos duros, curtidos en
ter se presenta todos los días a trabajar en esos campos de la intemperie del horror, sino de cuerpos excitados por el
muerte: entre las balas, es testigo de infinitas masacres, con perfume de la muerte.
su bolso sobre el hombro y su cámara en mano. El llamado
grupo de El Bang Bang Club, formado por Carter y otros En marzo de mil novecientos noventa y tres, Carter toma
tres fotógrafos, era conocido por registrar el espanto en vacaciones en Sudán. Apenas aterriza ve a la niña y al bui-
situaciones arriesgadas. El trabajo de Carter era retratar a tre. Reacciona con un automatismo profesional: está pro-
los que matan y a los que mueren. gramado para fotografiar. Vive anonadado, pero no porque
las cosas lo sorprendan, sino porque reduce su existencia
Wilhelm Reich pensó que, tanto para defendernos del a una fórmula automática que lo mantiene en la antesala
propio griterío pulsional, como para no desfallecer ante los de la nada. Quiso hacer una foto que dijera todo: como una
gemidos del mundo, cada uno desarrollaba una coraza: una niña agonizando ya no alcanzaba para impactar al mun-
armadura emocional y muscular. Imaginaba que ese blin- do, esperó a que el buitre agazapado se aproximara a ese
daje somático se lograba al bloquear las energías que fluían cuerpo indefenso. Los automatismos se hacen acompañar
por el cuerpo, de modo que las potencias, así detenidas, se por argumentos razonables. No hizo nada para ayudar a la
transformaban en zonas rígidas y anestesiadas. niña porque tenía que tomar la foto.

Tal vez los cuerpos insensibilizados del presente no sean Pero las personas sensibles no lo comprendieron. Todos le
sólo cuerpos acorazados. La idea de blindaje protector hacían la misma pregunta: “Y después, ¿ayudaste a la niña?”.
supone un adentro en el que las emociones permanecen De lo insoportable se sale a través de la culpa como expia-
congeladas. La saturación del horror provoca la deserción ción moral, a través de la negación y sus formas, a través
de los sentimientos. Cuerpos de sentimientos vencidos, del escepticismo o a través de más violencia.
que huyen desordenados. Incluso cuerpos de sentimientos
que se traicionan o cambian sus rumbos iniciales. En abril de mil novecientos noventa y cuatro, desde Nue-
va York, le anuncian el Pulitzer. Pocos días después matan
El Bang Bang Club dormía poco y consumía drogas. El so- a su mejor amigo (uno de los del grupo de los cuatro)
por de la conciencia es la desmentida de los sentimientos mientras hacía su trabajo. La emoción aún desmentida,
derrotados. Pasaban días y noches, impacientes y des- reprimida, negada, denegada, casi abolida o derrotada,
piertos. La aceleración es un apuro vacío. A veces, no se no desparece. Acecha como río de angustias irrepresen-
puede parar a pensar lo que se está haciendo, lo que se tables. Carter sintió explosiones en su cuerpo y en sus
está viendo, lo que está pasando a centímetros de nuestras pensamientos, deseó que la bala que mató a su amigo hu-

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inconformidad 8. desmentida: Modo de acallar lo insoportable

biera sido para él, voló a Nueva York, recibió el premio, Sartre advierte cómo muchas almas se horrorizan ante
se emborrachó y volvió a casa. prácticas que consideran crueles y viciosas y declaran que
eso no les concierne y cómo niegan cualquier solidaridad
La guerra terminó, Mandela fue presidente, Sudáfrica tuvo con esas extrañezas que ofenden sus patrones morales.
su minuto feliz. La vida de Carter ya no tenía sentido. La Pero lo curioso, piensa, es que esas mismas personas se
insensibilidad, en medio del peligro, era la excitación que lo identifican con las hazañas de un astronauta o de un ídolo
mantenía vivo. La muerte de su amigo y la niña sudanesa se deportivo, sienten que esos personajes idealizados desplie-
confundían, ahora, en sus pesadillas. No podía trabajar: llega- gan potencias que habitan en ellos mismos y razonan que
ba tarde a las entrevistas, perdía rollos de fotos que ya había si hubieran nacido en otro sitio, tenido otra infancia, otra
sacado, sintió necesidad de un amor y acumuló deudas. educación, otros estímulos sociales, ellos mismos hubieran
En la lengua de Freud, la palabra alemana Schuld dice protagonizado esas hermosas proezas.
tanto culpa como deuda, el adjetivo schuldig significa a la Sartre llama la atención sobre la facilidad con que las almas
vez culpable y deudor. No aprovecho esa proximidad in- del sentido común se sienten representadas por hechos que
quietante para quedarme ahí. Pienso que tal vez, Carter no consideran positivos y se desentienden de otros que con-
sintió culpa sino desprecio por ese mundo que se pudría sideran negativos. Concluye que las conciencias buenas
y que quizás sus deudas de dinero fueran un dato más del practicamos la desmentida con naturalidad: admitimos
hartazgo. Tampoco creo que fuera un escéptico. El escepti- el crimen, la tortura, la crueldad, sólo como malformacio-
cismo es un modo extremo de la ilusión que prefiere salvar nes que existen fuera de nosotros, repudiamos la idea de
su ideal antes que inmiscuirse con el mundo social. que son realizaciones posibles de nuestra virtualidad, no
El veintisiete de julio de mil novecientos noventa y cuatro, queremos saber que todos los actos humanos habitan, en
a la orilla de un río donde había jugado de niño, se mató potencia, en nuestras existencias imprevisibles.
dentro de su coche inhalando monóxido de carbono por Sartre pone a la vista cómo las conciencias progresistas niegan
un tubo de goma. La muerte como intensidad y, a la vez, la presencia potencial del mal y el horror en sus espíritus
como anestesia final. puros. Aclara que no se trata de repetir que no somos, en
La foto de la niña y el buitre circula todavía entre nosotros abstracto, buenos o malos, justos o injustos, tiernos o crueles,
como lo insoportable. Lo insoportable no es una carga ni de volver a recordar que el imperio de las situaciones que
imposible de llevar, sino un llamado que pregunta por el nos toca vivir desata potencias dormidas o agazapadas en
sentido de la civilización. Esa pregunta es lo que se niega cada cual, sino de escuchar el llamado de lo insoportable.
cuando se discute sobre la vida del fotógrafo, cuando lo Sartre percibe que toda escena personal acontece en el tea-
premian o lo acusan de ser un buitre que aprovechó el tro de la historia y asume que la condena moral del mundo
horror para hacerse famoso. supone el cuestionamiento de nosotros mismos, advierte

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inconformidad 8. desmentida: Modo de acallar lo insoportable

que la proyección del mal sobre existencias ajenas demo- inocentes cámaras sorpresas. Experiencia iniciada, lejos de la
nizadas es una forma de la negación. idea de show, por el intelectual soviético Dziga Vertov, en
la década del veinte, a quien se le ocurrió estudiar la reac-
No piensa la solidaridad como cortesía, ayuda o compa- ción de personas en la calle que eran filmadas, de manera
sión para con los necesitados. Imagina solidaridad como subrepticia, para captar el mundo en su desnudez.
afectación con lo que desconocemos de nosotros mismos.
Solidaridad no como simpatía con el otro, sino como so- El escenario es un curso de entrenamiento de buceo. Varias
portabilidad de lo repudiado o negado en uno mismo. personas vestidas con trajes de buzo esperan al borde de
una pileta cubierta para sumergirse junto a sus instruc-
El asunto en cuestión no es soportar una carga o un peso, tores, es el día de bautismo de los participantes; pero, la
sino la posibilidad de soportar una pregunta. La interro- situación está planeada como un engaño o simulación en
gación acerca de uno mismo como misterio nunca del todo la que sólo está excluido el incauto.
revelado.
La cámara toma el primer plano de un muchacho gordo
La pregunta insoportable de escuchar, dice Sartre, es ésta: elegido como víctima. El conductor del programa relata
¿quién sabe si yo, en su lugar, no hubiera hecho lo mismo? Para lo que está sucediendo y hace notar que el elegido tiene
él la cuestión moral no pasa por elegirnos buenos a noso- temor. Cuando le toca el turno, se sumerge junto con los
tros mismos en un mundo injusto y desigual, sino en elegir instructores. La cámara debajo del agua muestra tres figu-
un mundo con justicia e igualdad. Inconformidad, espas- ras tomadas de la mano, de pronto aparece un tiburón de
mo de pensamientos que intentan alojar lo insoportable, utilería, los instructores simulan huir aterrorizados, aban-
llamado en el que un sujeto adviene como interrogante sin donando al discípulo que vive una situación de pánico. En
respuestas. Interrogación en el umbral de las formas, en la secuencia que sigue, se ve al muchacho salir del fondo
las fronteras de lo representable. de la pileta como de una pesadilla: pálido, con palpitacio-
nes, angustia, sensación de muerte. Todavía atontado y
Desmentida: deserción de sí. casi sin aire, comienza a reaccionar con odio y violencia
Recuerdo una cámara oculta en uno de los programas de ante lo que interpreta como una crueldad siniestra, tal
más audiencia de la televisión en nuestro país que utiliza- como deduce por las risas y burlas de todos los presentes,
ba la broma pesada como espectáculo. a las que se suman inesperados camarógrafos e ilumina-
dores que salen de sus escondites. En plena descarga de
El uso humorístico de la trampa filmada tuvo mucha di- bronca, alguien le avisa que está siendo filmado para el
fusión en la televisión argentina de los años noventa, re- programa famoso. Lo que ocurre en ese momento es sor-
tomando el formato que Nicolás Mancera utilizaba, en mil prendente: la víctima pasa de la indignación justificada, a
novecientos sesenta y dos, en sus Sábados Circulares con sus la complicidad con sus verdugos. Su mueca de dolor se

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inconformidad 8. desmentida: Modo de acallar lo insoportable

transforma en gesto de diversión, convierte su ofuscación bilidad del llamado de las palabras y arrojado en un mun-
en complacencia. Abandona sus sentimientos, para parti- do despolitizado, siente el sudor frío de lo insoportable.
cipar de una mirada que lo toma como objeto de crueldad.
Desmiente sus sensaciones para entregarse a la euforia de Inconformidad, ya se dijo, uno de los nombres de la
la burla. Participa de su tortura con alegría. Deserta de sí, angustia.
renuncia a su indignación, hace de su furia nerviosa un
nudo callado.

El exceso de crueldad de la experiencia reside en el modo


en que se arranca el consentimiento del participante: en
pleno estado de pánico, la víctima se asocia a los verdugos.
Asistimos a la desmentida de sí, como forma de autocruel-
dad, como conformidad con el propio dolor. En la última
escena, se ve al incauto en el estudio, ahora, vestido con
un traje que le regaló la producción, junto al admirado
conductor, gozando de su propio desamparo.

Angustia: afección incomprensible y molesta en un mundo


despolitizado.
Las culturas psicológicas de los últimos tiempos difundie-
ron un malestar al que designan con el nombre de ataque de
pánico. Una desmentida naturalizada de la angustia.

El ataque de pánico es una pesadilla desatada no durante


el sueño, sino mientras uno anda caminando por la calle
o bajando en un ascensor. Un peligro inminente que nos
asalta despiertos. Sin la protección del recinto del sueño,
la opresión del corazón, la dificultad para respirar y la
sensación de muerte, nos sorprenden en la ciudad de la
violencia o en el encierro de la intemperie.

No se puede exclamar como en una pesadilla para


tranquilizarnos“¡Ah, sólo era un sueño!”. El cuerpo, sin posi-

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9. angustia: afección anticapitalista

El que desea y no obra


engendra pestilencias.
William Blake.

Angustia: potencial emancipador.


Mientras la palabra angustia se emplea para expresar dife-
rentes sentimientos desdichados, el término capitalismo es
reemplazado por otros que esconden las relaciones socia-
les de explotación y desigualdad. Se confunde angustia con
ansiedad, tristeza, frustración, nostalgia, temor, consternación
y se opta por calificar como sociedad, mercado, sistema, reali-
dad, mundo, a lo que debería llamarse capitalismo.

La angustia, elegida como representante de todas las pe-


sadumbres, pierde su potencial emancipador y las figuras
que evitan nombrar al capitalismo, ocultan la injusticia his-
tórica del presente desgraciado.

Amor: (1) conjuro contra la angustia, (2) deseo de lo impo-


sible, (3) sin angustia, mueca congelada de una posesión
sin vida.
–Narciso, ¿cómo era la existencia antes de la experiencia de la an-
gustia, antes de desear lo inalcanzable, antes de morir de amor?
–Un continuo sin memoria, olvido.

Freud retoma teorías que piensan al amor como conjuro


contra la angustia. Sugiere que amamos a otro al que le

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inconformidad 9. angustia: afección anticapitalista

suponemos eso que nos gustaría tener o a alguien que de Reading, relata la historia de un condenado que asesinó en
sentimos que nos ama tal como ilusionamos ser. El amor la cama a la mujer que amaba. Escribe, en prisión, mientras
se presenta como un ideal protector, una habilidad ima- piensa en el hombre que va a ser colgado al amanecer: “Y
ginaria, un rodeo sutil, a través de otro, para recuperar la todos los hombres matan lo que aman, / que lo oiga todo el mundo, /
ansiada seguridad perdida. Escribe Cesare Pavese en su unos lo hacen con una mirada amarga, / otros con palabras dulces; /
diario, el 25 de marzo de 1950: “No nos matamos por amor a el cobarde con un beso, / ¡el valiente con una espada!”.2
una mujer. Nos matamos porque un amor, cualquier amor, nos
revela en nuestra desnudez, miseria, nada”. Pavese piensa que Agrega que matan su amor los jóvenes y los viejos, algu-
el suicidio por amor es un acto desesperado de los que no nos lo ahogan con sus manos y otros (quizá más piadosos)
soportan vivir la soledad, sin ropajes. emplean el cuchillo, están los que aman poco y los que
aman demasiado, los que dan muerte llorando y los que
El amor freudiano es locura posesiva.1 Aunque el otro no se no expresan nada; y, concluye, todos los hombres matan lo
puede aferrar, el ansia de tenerlo aprisionado y descifrado que aman. La posesión amorosa (siendo el amor una dicha
es una obsesión de la civilización amorosa. El enunciado inmensa) provoca reacciones de odio.
que dice: el otro es inapropiable es una premisa ética, pero
también es una condición del deseo y del erotismo. Se ama
lo inaferrable aunque el amor delire en los abrazos. Complicidades anticapitalistas: el amor, la amistad,
la comunidad, cuando escapan de la locura de los
El amor anhela la imposible posesión del otro. Los aman- propietarios.
tes demandan seguridad: la presencia del amado para
Merleau-Ponty advierte esta ambigüedad del amor, obser-
siempre. Cuando el amante declara que le urge suprimir
va que cuando el narrador de En busca del tiempo perdido
esa distancia que le duele, olvida que esa posesión, que se
de Proust, se pregunta si ama de verdad a Albertine, no
le rehúsa, es la condición misma de su furor. El amor se
puede decidirse: como siente que la desea cuando ella se
enciende más y más con la evidencia de lo inalcanzable.
aleja, infiere que no la ama, pero cuando ella muere, ante la
Se acaricia una ausencia no porque el otro no está, sino
evidencia de esa lejanía sin retorno, se da cuenta de que la
porque sólo la suavidad sabe rozar lo que huye.
necesita y confirma que la ama. Merleau-Ponty se pregunta
“si Albertine le fuera devuelta, ¿la seguiría amando?”. Nunca
Matar a quien se ama: posesión amorosa perfecta. sabremos, dice, si el relator quiere a Albertine o ama la
El único modo de tener dominio absoluto sobre el otro es posibilidad de perderla, si ama a esa mujer o enloquece
darle muerte. Un poema de Oscar Wilde, Balada de la cárcel celoso cuando siente que la muerte se la arrebata.

1. El apoderamiento como sugiere Deleuze es el grado más bajo de la po- 2. “And all men kill the thing they love, / By all let this be heard, / Some do it with
tencia, mientras el deseo es la potencia misma: el obrar en el mundo algo a bitter look, / Some with a flattering word. / The coward does it with a kiss, / The
que no estaba en el mundo, pero no porque faltaba o se perdió sino porque brave man with a sword!”.
nunca había acontecido.

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inconformidad 9. angustia: afección anticapitalista

El amor, que suele segregar una tela tenue e invisible, protesta desaforada ante lo que se vive como un injusto
puede ser también hueco en el que dos soledades, que se despojo. Melancolía es una revuelta contra la muerte, la
saben irremediablemente solas, se aproximan sin esperar enfermedad, la vejez y el imposible control de un semejan-
completar nada. El amor es felicidad, pero desembarazado te. La sombra del objeto que cae sobre el yo es el oscuro retorno,
de la experiencia de la angustia, es mueca congelada de sobre la primera persona del singular, de la propia ilusión
una posesión sin vida. proyectada. La vuelta sobre sí de un poderío marchito.

El amor, la amistad, la comunidad, cuando escapan de El amor freudiano es una transacción: adquirimos, a tra-
la locura de los propietarios, componen complicidades vés de otro, una garantía emocional, un valor de nosotros
anticapitalistas. mismos. Importa que el elegido no contradiga el engaño o
que simule ser lo que necesitamos. Cuando se ama, no se
sabe qué hacer con ese amor, se dice: te quiero tener, sos mía,
Límite: (1) línea siempre desmarcada, (2) umbral de lo no me dejes nunca, vamos a estar así toda la vida. A la pasión le
inapresable. cuesta imaginar una declaración no posesiva.
Somos la experiencia del límite: una vivencia sin alas para
volar, ni branquias para respirar bajo el agua, ni conciencia Melancolía es tiranía del amor: no quiere admitir que la
capaz de comprender el universo, ni eternidad para entrar persona amada no es una marioneta obligada a darnos
en el tiempo. En ese límite, nos asomamos a la nada, nos felicidad. Melancolía es persistencia de esa ilusión caída,
inclinamos hacia un dentro de sí de sensaciones y memorias se resiste a un nuevo amor porque no quiere enfrentar otro
y hacia un fuera de sí de locuras y amores: el dentro de sí es desastre.
un coleccionista avaro y el fuera de sí es una criatura amis- Melancolía sufre más por perder su reinado que por la pér-
tosa y colectiva, el dentro de sí tiende a la posesión y el fuera dida del otro. Una cosa es estar triste por el amor que se ha
de sí a la desposesión. En el umbral amoroso, se ansía la ido y otra es negarse a aceptar que la vida del que se fue
conquista y se desea lo inapresable. nunca estuvo gobernada por el propio poder. El enamora-
Angustia: afección del límite, de la línea siempre desmarca- do identifica amor con compulsión de dominio: tener poder
da, no del camino de la experiencia ni del hilo de un relato, sobre el otro o que el otro tenga poder sobre mí, son opciones de
afección que pide un cuerpo y que llama a la palabra. la pasión en tiempos del capitalismo.

Se sale de la melancolía a través de un duelo, pero duelo no


Melancolía: mujer con alas. quiere decir tristeza razonada o despedida dolorida por el
amor perdido, duelo significa omnipotencia resignada.
Melancolía es desenfreno de una posesión enloquecida.
Una fórmula freudiana la describe como movimiento en el El hombre dice que fue abandonado por la mujer que
que “la sombra del objeto cae sobre el yo”. Para Freud, es una amaba, deduce que ese hecho nefasto arruinó su vida, que

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inconformidad 9. angustia: afección anticapitalista

–en ese momento– sintió que no podía seguir viviendo sin Angustia, infinitivo de la vida humana: es silencio y sole-
esa mujer, ahora cruel y maliciosa. Sin embargo, no vive el dad. No hay deseo sin la invención de ese vacío. El deseo no
acontecimiento de la angustia, se rehúsa a esa afección, se busca la posesión, sino el buscar. El deseo vive como neutro
aferra a su locura de dominio, se siente estafado, traiciona- impersonal sin compromisos con una meta anticipada. El
do, descalificado. deseo tampoco se posee, se da o se aloja, provisorio, en su
paso hacia lo otro. El deseo conjuga inconformidad.
La angustia, si aconteciera, sería otra cosa: el partir de su
omnipotencia, el desprenderse o soltarse de su obstinado
anhelo de mandar sobre la vida de otro. Sufre, pero sufre Inconformidad: visión infinita de lo posible. Conformismo:
porque se siente frustrado y desilusionado de sí. horrorosa masacre de lo entrevisto en esa visión.
La melancolía, sin embargo, dice otras cosas. Las refe-
Muerto, Narciso, se transforma en belleza herbácea, flor
rencias abundan: Aristóteles o, entre los medievales,
que pertenece al tiempo.
Marsiglio Ficino o Timothy Bright o, entre los modernos,
La posesión sin límites es la secreta aspiración de la melan- el spleen de Baudelaire o, más cercanos, Julia Kristeva y
colía freudiana. Los cuerpos angustiados de nuestra cultura Giorgio Agamben. Tomo sólo un caso: la melancolía como
aprenden a calmarse (de eso que no saben) teniendo algo: potencia de inconformidad no posesiva está insinuada en
juguetes, personas, dinero, objetos, bienes, talento, prestigio. un grabado de Durero (1514), Melancolía: una mujer con
alas sentada en un banco de piedra lleva un amplio ves-
El apoderamiento es casi el único remedio ofrecido al tido, de su cintura cuelgan unas llaves y, al parecer, una
amor que, asustado, no imagina otras formas de felicidad. bolsa con sus riquezas; la acompañan un angelito triste y
El capitalismo fabrica vidas poseídas. Los poseídos, sin un perro flaco dormido a sus pies. Un sol negro ilumina el
embargo, no se sienten infectados por ese poder, sino su- cielo (atravesado por la luz de un cometa) rodeado del cír-
jetos libres. A los innumerables pobres y excluidos, restos culo de Saturno. La cara apoyada sobre el puño izquierdo
sociales que casi no cuentan, se los llama desposeídos. y con la mano derecha sostiene un compás que descansa
sobre un libro cerrado. Sus enormes ojos abiertos están
Melancolía es certeza empecinada: cree haberse adueñado
fijos en la nada. La rodean objetos desordenados: una
de lo que nunca ha tenido. La melancolía querella a un
balanza, un reloj de arena, una campana, una pieza que
fantasma, confunde la muerte inevitable con la traición.3
sirve para limpiar y descargar el vientre, un cuadro con
números mágicos, una escalera apoyada en un muro. En
3. En este punto, como casi siempre Kafka sale de curso. Escribe en una de el suelo, herramientas de carpintería (cepillo, sierra, cla-
sus últimas cartas a Milena: “Tus cartas más hermosas son aquellas en las que
das razón a mis ‘angustias’ al mismo tiempo que tratas de explicarme que no debo vos), instrumentos de geometría (esfera, escuadra, regla),
sentirla. Pero yo también, aunque a veces parezca defender ‘mi angustia’ sólo por útiles de escritura (un tintero y una pluma). Melancolía
interés, en lo más hondo de mi ser es probable que le dé la razón; si, a ella debo mi
consistencia, estoy hecho de ella y tal vez sea lo mejor que poseo”.
absorta, entregada a la contemplación o a la meditación,

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inconformidad 9. angustia: afección anticapitalista

no dedicada a un trabajo sino a la completa inactividad. mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj
Michel Tournier encuentra un apunte en los Cuadernos de con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado,
Paul Valéry sobre esta figura. Dice que ante la pregunta a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj”.
sobre ¿en qué piensa Melancolía?, Valéry responde: “Lo que
abruma de tristeza al ángel coronado es la horrorosa masacre de No se trata de postular una humanidad sin propiedades,
todos los posibles que el curso de la vida exige”. Valéry piensa ni de oponer, sin más, la propiedad colectiva de todos los
la melancolía como lucidez: serena recepción humana ante relojes, todos los amores, todas las tierras, todos los mares.
la omnipotencia rendida de dios. Todo lo que fue, lo que El problema aparece, en el infierno florido –encadenados
es y lo que será, hace un conjunto de formas ínfimas. La a las rosas y en calabozos de aire–, cuando la vida se con-
súbita visión borrosa de lo que no fue, no es y nunca será, sume gozada por los relojes. El problema es el cautiverio
nos enmudece. presentado como libertad. El sí mismo es una fragilidad
cubierta, una precariedad negada, un cuerpo que desco-
noce su necesidad, un deseo del que cuelgan demasiados
Bracito narcisista: reloj prendido a la muñeca. objetos, una conciencia saturada de moral. El problema es
Un texto de Julio Cortázar que se llama “Instrucciones para el sí mismo que se vive participio pasado, forma adjetivada
dar cuerda al reloj”, narra la pasión del coleccionista, los (regalado, producido, disciplinado, manejado) del poder que lo
flujos del narcisismo amarrado a la muñeca. goza.
El escrito dice así: “Piensa en esto: cuando te regalan un reloj
te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un Religión: conformidad.
calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas Las religiones rodean la angustia de inmensidad metafísi-
muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, ca, la reducen a un padecimiento purificador y necesario
suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo para acceder al paraíso, la transforman en temor o la apa-
picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te ciguan con salmos invencibles y bondadosos.
regalan –no lo saben, lo terrible es que no lo saben–, te regalan
un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo Marx advirtió que las religiones funcionaban como teorías
pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa generales del mundo, como resúmenes enciclopédicos,
como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te rega- como bálsamos espirituales, como canciones morales, como
lan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de voces de consuelo para el pueblo y que sus creencias fantás-
darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión ticas abrigaban en la intemperie, a la vez que adormecían la
de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el protesta necesaria y debilitaban las acciones urgentes de los
anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo revolucionarios. Marx pensaba que oponerse a la religión
de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se era luchar contra el licor imaginario que embriagaba a los
rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca desvalidos, creía necesaria su abolición, como felicidad

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inconformidad 9. angustia: afección anticapitalista

ilusoria, para conquistar la felicidad real, infería que las esa manera, en crítica de la tierra; la crítica de la religión, en crítica
almas desgarradas, que no tenían acceso al jugo de ama- del derecho; la crítica de la teología, en crítica de la política.”.
polas, optaban por abrazarse a creencias mágicas. El poder
de ese analgésico, de esa sustancia hipnótica, de ese fluido Marx advierte que el capitalismo pone a su favor ese com-
relajante (que alejaba preocupaciones, evitaba tristezas al pendio de ilusiones y promesas imaginarias que ofrece
yo desamparado o posibilitaba cierta autocomplacencia lo religioso. Si el mercado publicita el confort, la religión
perdida) era sustituido por una promesa de protección anuncia la reconfortación: el flujo espiritual en el que el
celestial. La fórmula que decía que la religión es el opio del abrazo, el consuelo y el respeto humanos son modos de lo
pueblo, advertía sobre la extraordinaria función de ese re- sagrado.
medio para los pobres. Pero no se trata de abolir una felicidad ilusoria en nombre
Así lo escribió en 1844 en un texto que se llama Crítica de de la conquista de una felicidad real. ¿En qué consiste una
la filosofía del derecho de Hegel: “La miseria religiosa es a la vez felicidad auténtica? ¿Cómo sería vivir en la edad de la
expresión de la miseria real y protesta contra esa misma miseria. La razón? ¿Cuál la verdad del más acá? El problema de las
religión es el suspiro de la criatura agobiada, el alma de un mundo izquierdas ha sido, desde entonces, pensar políticas del
sin corazón, así como el espíritu de una existencia sin espíritu. Es deseo no negadoras de la angustia, que sean tan poderosas
el opio del pueblo. La abolición de la religión como felicidad ilusoria como las fórmulas de felicidad que ofrecen las religiones y
del pueblo es una exigencia para su felicidad real. Exigir que el el capitalismo.
pueblo renuncie a las ilusiones sobre su condición, es exigir su
condición en la cual necesita ilusiones. Por lo tanto, la crítica de la Opio: derivado de la amapola blanca que calma el dolor,
religión es virtualmente la crítica del valle de lágrimas cuya aureola favorece el sueño y ayuda a controlar la tos.
es la religión. La crítica deshojó las flores imaginarias que adornan En un texto que se llama La liquidación del Opio, Antonin
nuestras cadenas, no para que el hombre lleve cadenas prosaicas y Artaud desnuda la hipocresía de la moral burguesa y sus
desoladoras, sino para que se las arranque y recoja la flor viva. La proclamas contra las drogas ilegales. Advierte que la ver-
crítica de la religión desengaña al hombre para que éste piense, ac- dadera amenaza es la negación de la angustia, el desalojo
túe, forje su realidad como un hombre sin ilusiones, que ha llegado de las existencias que habitan en su malestar. Esos discur-
a la razón, para que se mueva en torno a su verdadero sol, es decir sos del bien hacen creer que la voluntad de una persona
alrededor de sí mismo. La misión de la historia es, por lo tanto, una podría vencer al sistema que fabrica voluntades.
vez desvanecido el más allá de la verdad, establecer la verdad del
más acá. La primera tarea de la filosofía, que está al servicio de la Artaud se siente asqueado por el teatro de la virtud que
historia, consiste –una vez desenmascarada la apariencia sagrada esconde, detrás de sus gestos de bondad, los males del
de la auto alienación humana– en descubrir esa auto alienación capitalismo. El sentido común dominante transforma la
bajo sus apariencias profanas. La crítica del cielo se transforma, de desigualdad, la injusticia y la explotación en fatalidades

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inconformidad 9. angustia: afección anticapitalista

eternas. Toda su obra es un grito desencajado de la doloro- hayamos llegado a suprimir ninguna de las causas de la deses-
sa historia humana. peración humana no tendremos el derecho de intentar suprimir
los medios por los cuales el hombre trata de desencostrarse de la
Escribe: “Nacimos podridos en el cuerpo y en el alma, somos desesperación. Pues ante todo se tendría que llegar a suprimir ese
congénitamente inadaptados; suprimid el opio, no suprimiréis impulso natural y escondido, esa pendiente especiosa del hombre
la necesidad del crimen, los cánceres del cuerpo y del alma, la que lo inclina a encontrar un medio, que le da la idea de buscar
propensión a la desesperación, el cretinismo innato, la viruela un medio de salir de sus males”.
hereditaria, la pulverización de los instintos, no impediréis que
existan almas destinadas al veneno, sea cual fuere, veneno de la Una pendiente especiosa, a la vez bella y terrible, inclina a los
morfina, veneno de la lectura, veneno del aislamiento, veneno desesperados a buscar una salida. Pendiente como declive
del onanismo, veneno de los coitos repetidos, veneno de la debili- que empuja hacia un sitio que atrae; pendiente como lo que
dad arraigada en el alma, veneno del alcohol, veneno del tabaco, queda sin resolver, como tendencia que ansía una escapato-
veneno de la anti-sociabilidad. Hay almas incurables y perdidas ria. Salida, como se dice de la salida del sol, que anuncia el
para el resto de la sociedad. Suprimidles un medio de locura, ellas comienzo de otro día; salida de un callejón, de un encierro
inventarán diez mil otros. Ellas crearán medios más sutiles, más que inmoviliza. Artaud conoce que, para algunos, la imagi-
furiosos, medios absolutamente desesperados. La misma natura- nación alucinada por una sustancia es la última oportunidad
leza es antisocial en el alma; es por una usurpación de poderes de abrir agujeros en la pared. Pendiente porque se juega el
que el cuerpo social organizado reacciona contra la tendencia pender mismo, el vivir colgado de una rama o de un hilo;
natural de la sociedad”. pero el pender, también, como circunstancia humana de la
espera, que es un modo de la angustia cuando se presenta
“Nacimos podridos en el cuerpo y en el alma”: nacer es caer en desamordazada de la culpa y de la ansiedad.
una podredumbre. La existencia es un estado de descom-
posición. La descomposición no sólo alude a la hediondez Escribe Artaud: “El infierno es ya de este mundo y hay hombres
de lo que muere, descomposición es el desarreglo que hace que son desdichados evadidos del infierno, evadidos destinados a
posible el deseo. La supresión de la angustia es un sueño recomenzar eternamente su evasión”.
brutal de la civilización. Abolida la angustia, la existencia
humana queda anonadada. Se consuma un genocidio El infierno no es una amenaza futura: está presente en el
sofisticado: el exterminio de la angustia como demanda mundo que habitamos todos los días. Italo Calvino sugiere
voluntaria de autoeliminación. distintas maneras de sufrir el infierno: una es aceptarlo y
desearlo hasta el punto de hacerse uno mismo parte del
Escribe Artaud: “Dejemos perderse a los perdidos, tenemos infierno; otra es buscar y saber reconocer quién y qué, en
mejor cosa en que ocupar nuestro tiempo que tentar una regene- medio del infierno, no es infierno. El secreto de los conju-
ración imposible y además inútil, odiosa y dañina. En tanto no rados es darse tiempo para el contacto, morar en ese mo-

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inconformidad 9. angustia: afección anticapitalista

mento, inventar una pequeña comunidad de angustiados hacer la experiencia de la espera. Interludio existencial que
que hablan, ríen de sí mismos y proyectan otro mundo.4 busca una especie de paz que, por otra parte, se sabe que
no llega o que llega en el instante final.
Alcoholismo sin angustia: afección de bebedores despoja- Algo de la espera se expresa en cada brindis en el que se
dos de las palabras. dice ¡Salud! La espera es vocación que brinda lo que se sabe
Las cosas del vino se parecen a las del amor. El vino y el no se puede poseer. Las copas se alzan y se chocan para
amor, como diría Eluard, están en el mundo para olvidar el desear lo que nadie tiene asegurado. Quizás el brindis sea
mundo, son modos de evasión. Aunque el vino, muchas eternidad declarada de los que se saben mortales. El vino,
veces, sirve para fugarse de un amor y el amor, otras, sirve como portador de la espera, rivaliza con las religiones.5
para fugarse del vino y, ambos, pueden enseñar a hacer la
En una obra de O’Neill, que se llama Extraño interludio, los
experiencia de la angustia.
largos soliloquios de sus personajes recuerdan momentos
Amor y vino comparten la embriaguez: desmesura, impru- en los que bebedores y amantes se dan a la palabra. Tal vez,
dencia, indiscreción, son constantes que excitan a bebedo- tanto la experiencia del vino como la del amor, consistan
res y enamorados. A veces, la embriaguez lleva al embo- en darse a la palabra. Pero darse a la palabra no es lo mis-
tamiento; en el amor, embotamiento significa sensibilidad mo que sentirse desinhibido. La inhibición tiene relación
confundida y miedo. El embotamiento de los sentidos del con prohibiciones, censuras o abstenciones calculadas, se
borracho es anestesia de la pasión. El aturdimiento sensi- desata como catarsis o confesión: la desinhibición es fuga
ble es un velo que se pone al dolor, la soledad de un cuerpo de lo reprimido. Darse a la palabra es darse uno mismo lo
sin sustancia de felicidad. inescuchable de la angustia.

Con la exageración de bebida sucede lo mismo que con El bebedor busca testigos, no tanto de su dolor, sino de las
la obsesión posesiva: al final, la promesa del absoluto cae palabras que puede donarse siendo él mismo una voz anó-
incumplida. El vino y el amor no interesan, sin embargo, nima de su existencia dolorida. Se dice que el vino ayuda a
tanto por sus cualidades para aliviar el dolor, sus virtudes soltar la lengua, pero ello no siempre quiere decir hablar de
para pacificar o disminuir intensidades que arrasan; im- más o permitirse decir algo indebido o descarado. Soltar no
portan como deseo de lo que no se tiene. A veces, beber es sólo es dejar salir lo que estaba apresado; soltar es también
participar de un abandono, dejarse caer (desujetado) en el
4. La cita de Italo Calvino, que está al final de Las ciudades invisibles, dice así:
“El infierno de los vivos no es algo que será: hay uno, es aquel que existe ya aquí, el
infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras 5. Ofrecer y brindar dicen acciones similares, pero las formas reflexivas de
hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse estos verbos sugieren inclinaciones diferentes. Mientras el que se brinda
parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es riesgosa y exige atención parece dar su potencia, el que se ofrece parece quedar a merced del otro
y aprendizaje continuo: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, (ofrecerse para hacer algo, ofrecerse a la mirada, ofrecerse al goce del otro,
no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio”. ofrecerse en sacrificio).

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hablar. Soltar la lengua, entonces, como autodonación de El capitalismo nos persuade (ahí en donde cada cual se
una voz llena de tachaduras. Instante desprolijo en el que el enfrenta a ese objeto sin consistencia, que Lacan llama ob-
bebedor se ofrece algo que no reconoce del todo: hospitali- jeto a) del ahorro de angustia que significa someterse a un
dad en su existencia angustiada. significante amo. La sujeción conveniente.6

Los angustiados no son personas que beben mucho, sino Si la angustia pudo ser, en otros tiempos, educadora de
existencias que prueban desatar sus lenguas y romper a la soledad comunitaria (es decir, una soledad en proximi-
martillazos membranas (de miedo o de odio) que cubren dad de otros igualmente solos, en un mundo sin dioses),
los sentidos. El vino como experiencia de la espera o como su actual representación terrorífica es una herramienta
darse a la palabra no escuchada, se parece al amor no po- disciplinaria del capitalismo. La angustia aplacada es la
sesivo. El vino como experiencia del ahogo, embotamiento peste: los angustiados (sin la experiencia de la angustia),
y ausencia de sí, se parece a la avaricia amorosa que sólo para huir de lo que no entienden, entregan sus existencias
aspira a la propiedad del otro. a cambio de calmantes.

La alianza entre el capitalismo y el vino se consuma con la La conflictividad es la experiencia de la angustia. No se


difusión de un alcoholismo sin angustia: el pasaje automá- dice soy angustiado ni es angustiado, se dice estoy angustiado
tico a la cabeza aturdida sin el acontecimiento de la espera o está angustiado. La angustia no es una manera del ser,
que llama a la palabra. sino un pasaje que posibilita que, lo que es, sea.

Angustia: inconformidad.
Cada uno vive, como si fuera un teatro personal, la tragedia 6. El término goce, en Lacan, señala que la relación con el objeto de satisfac-
de la civilización. No puede haber cultura sin malestar, ni ción está mediada por la palabra de otro. El niño pequeño es caos de inten-
sidades y sensaciones dispersas, criatura todavía sin existencia como niño,
experiencia de sí sin conflictividad. Malestar y conflictivi- sitio vacío de representación, necesidad que no sabe de su necesidad. La ma-
dad son las tormentas del deseo. Los males del estar anuncian dre supone que eso que estalla es hambre, frío, espera de abrazo, gusto por
que el estar mismo es existencia afectada por la vida y la el movimiento, la presencia de su voz; ella inscribe lo irrepresentado en un
mundo posible, traduce una necesidad sin nombre en demanda de alimen-
muerte, la enfermedad y la salud, el lenguaje y lo indecible. to, abrigo, ternura, canción. La satisfacción o insatisfacción no dependen
sólo de un equilibrio de energías, sino de relaciones de sentido. Somos hijos
El sueño de curas químicas, que supriman la conflictividad, de la palabra de otro, de la palabra que nos nombra, de la palabra que nos
llama, de la palabra que dice nuestra demanda. La cuestión humana no se
anuncia el horror de un mundo sin angustia. Una cosa es puede pensar como satisfacción de una necesidad a través de un objeto que
estar mal y otra es que el malestar nos goce. La vida humana la colma, nos satisfacemos en una experiencia (nunca plena) mediada por
la palabra. A esta singular satisfacción entredicha por el lenguaje, se la llama
siempre procura emanciparse del malestar. Emanciparse no goce. Haciendo una analogía con la idea de plusvalía de Marx, Lacan sugiere
significa suprimirlo, sino impedir que el malestar se apropie la expresión plus de gozar para referirse a uno de los modos en los que se
del excedente de goce disponible en nuestras existencias. presenta el objeto a. Bataille, a su vez, ya había pensado el goce como exceso
que no es sin angustia.

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inconformidad 9. angustia: afección anticapitalista

Durante los últimos tres siglos, la angustia fue escuela del La angustia insurrecta no sobreviene cuando no alcanza-
sinsentido de la existencia humana y de la sensibilidad im- mos algo muy querido, llega como repentina percepción
pugnadora. La Ilustración podría pensarse como experiencia de que eso, tan preciado, por lo que empeñamos la vida,
pedagógica de la angustia orientada por la razón, las filosofías no valía nada.
(Spinoza, Kierkegaard, Nietzsche, Heidegger) como recepcio-
nes de la angustia en tanto afección de la condición humana,
Inconformidad: angustia.
el romanticismo como educación sentimental de la protesta.
Los angustiados de entonces no eran neuróticos sino enamo- La enfermedad de la civilización que no tiene remedio se
rados, filósofos, locos, intelectuales, artistas, revolucionarios. llama inconformidad. La insatisfacción, en cambio, tiene
una farmacia entera. Capitalismo es adicción a una botica
Antes de la angustia (o sin inconformidad) somos cria- de anestesias y animadores emocionales. Somos abusados
turas perdidas. Náufragos encomendados a los dioses, por reguladores del hambre y de las cabezas, pero cada
recogidos por la sombra de un amo, aferrados a una tutela tanto los estómagos administrados estallan repletos de
salvadora. odio.
La angustia ha dejado de ser la educadora del alma. Esa El capitalismo difunde laboratorios químicos que tratan la
experiencia estética y existencial es, ahora, un agujero que insatisfacción, sustancias líquidas o pastosas para contro-
se quiere evitar. No se sabe qué hacer con la angustia. No larla, pero el sentido que la vida humana clama, repone
vivimos en tiempos de Kierkegaard: “el hombre es el ser que inconformidad: potencia de lo venidero. Hay formas ins-
se angustia y es más profundamente hombre, cuanto más profun- criptas en nuestra sensibilidad y en nuestro pensamiento,
damente se angustia”. lo sepamos o no. Inconformidad, sensibilidad que se esca-
bulle de lo tallado.
El capitalismo disfruta de las existencias insatisfechas,
prefiere a los angustiados que se vuelven neuróticos y Afuera de toda forma no es otra forma, sino el deseo de un
consumistas, apáticos y escépticos, locos y suicidas; antes más allá de todas las formas. La deformidad es la corrup-
que a esos seres incontrolables que (por momentos) posan ción de la forma modelo. Si la insatisfacción hace histerias,
sus pies en superficies de inconformidad. inconformidad llama a lo político. La entrega fascinada a
las promesas del mercado, neurotiza al deseo: lo envuelve
La angustia no siempre cae de rodillas ante los objetos
de nerviosismo frustrador. Inconformidad, insumisión
del mercado. La angustia puede ser la razón de todas las
ante las formas que nos gobiernan. Inconformidad pulsa
esclavitudes humanas o puede expresar el deseo de la
lo todavía no anunciado.
emancipación siempre inconclusa. La angustia puede ser
señal de la inminencia del desastre existencial o llamado La insatisfacción es por algo que se sabe, que no se tiene,
de lucidez, golpe derribador de fetiches. que no era como se creía o que se perdió. Inconformidad

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inconformidad 9. angustia: afección anticapitalista

vive en el infinitivo del deseo. Apatía y tedio, son modos sin contar la excitación y miedo que aporta, a los que viven
de insatisfacción no excitada, encallecida. Inconformi- en los barrios cerrados de la opulencia, presentir que, a
dad no importa ahora como negación apasionada de las metros, asechan los desesperados.
formas establecidas, sino como visión enloquecida de lo
posible todavía sin forma. Inconformidad que no obra, El capitalismo resuelve el teorema de la felicidad humana:
engendra pestilencia; angustia que no se habita, extiende fabrica una humanidad que verifica su propio teorema. El
el desierto.7 capitalismo aprovecha la insatisfacción humana para pro-
meter objetos que la calman. La insatisfacción humana es
una creación capitalista para que su poder se reproduzca.
Teorema del capitalismo: proposiciones sutiles de su
vigencia. Inconformidad acaece como sensación en el cuerpo que se
parece al cosquilleo de millones de hormigas que corren,
Nicolás Casullo (2007) pensaba que las izquierdas no supie-
por dentro, nerviosas y desconcertadas. Hormigueo que
ron resolver el teorema civilizatorio del capitalismo. Teorema:
no es histeria de la insatisfacción, sino angustia.
no como proposición lógica demostrable del mundo que
vivimos, sino como dibujo indeleble de lo establecido en La angustia, cuando no queda capturada por la insatis-
nosotros mismos. Teorema, tal vez, para coincidir con la facción, estalla como potencia indignada. La indignación
novela que Pasolini publica en mil novecientos sesenta y aloja angustia en estado de lucha y revuelta.
ocho, relato de la decadencia de una familia de la pequeña
burguesía del norte de Italia, un mundo seguro y hastia-
do que estalla con la presencia de un huésped hermoso e Otra edad del pensar: expresión que Nicolás Casullo com-
inquietante. Teorema como teatro de enunciación que nos partió entre amigos, antes de morir.
tortura haciéndonos creer que no sabemos vivir en el mejor Nicolás Casullo decía que “hacía falta otra edad del pensar”
de los mundos posibles. que conjugara herencia e imaginación para entender el
mundo, el país, a nosotros mismos.
El capitalismo moderno ofrece sustitutos para dar sosie-
go provisorio a las pulsiones que él mismo propicia. El Somos solicitados a decir algo sobre el tiempo en que vivi-
consumo para todos los gustos, incluso el consumo de las mos. Asociamos cosas del presente con cosas del pasado,
sustancias de la muerte para la vida breve de los excluidos; visiones actuales con escenarios ya vistos, voces desarti-
culadas del ahora con enseñanzas recientes. La memoria
7. A propósito, dos textos de Blake (1757-1827) que acompañan al epígrafe histórica nos llena de presagios terribles que contaminan
del comienzo de este capítulo. Uno, tomado también de Los Proverbios del la posibilidad de pensar el porvenir. A veces, esa memoria
Infierno, dice: “Del agua estancada, espera veneno”; el otro es un poema, que
lleva por título Eternidad, afirma: “Quien pretenda encadenar para sí una ale-
es un residuo de representaciones nefastas. La barbarie
gría, malogrará su vida alada, pero quien sepa besarla en su aleteo vivirá en el alba de la civilización ejerce su atracción: nos asalta la idea de
de su eternidad”.

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inconformidad 9. angustia: afección anticapitalista

que todavía todo puede ser peor. El lugar de la angustia es relato roto que nos llega como resto de un pesadilla o de
ocupado por visiones catastróficas. un delirio.

Solicitados quiere decir convocados a resistir lo que se nos No podemos decir cómo será el mundo venidero, pero
impone como fatalidad. El solicitante descolocado es el perso- sabemos que será más justo. No lo sabemos porque lo sa-
naje de un largo poema de Leónidas Lamborghini, una voz bemos, sino porque lo deseamos. El deseo potencia algo en
que comienza solicitando un empleo y termina solicitando donde no hay nada. No se trata de un acto de fe, sino de
el poder. Un descolocado no es sólo un desempleado, un una política. Política del deseo o deseo de la política: deseo
descolocado es un salido de su lugar, un raro que se suelta, un que desea justicia e igualdad para el colectivo humano.
solicitante desprendido de las fijezas del destino.
Se podría definir el presente como fabricación social de cria-
No es posible, sólo con la herencia, pensar lo que está turas que no sabemos imaginar otro mundo para todos. Lo
ocurriendo. ¿Cómo decir lo todavía impensado, lo que no que solemos vivir como impotencia ante lo que nos queda
puede ser atribuido o explicado por el lenguaje recibido? por aprender, es omnipotencia no declarada. Una y otra
¿De qué manera imaginar más allá de lo ya imaginado? vez, asistimos a la escena trágica del saber: cuanto más sa-
bemos, más advertimos el entendimiento limitado en el que
Hay cosas que cambian la vida, alguien dice: A partir de eso que vivimos. La omnipotencia confunde saber con control del
me pasó, mi vida fue otra. Hay golpes que permiten entrar en mundo; deseo, con capricho de satisfacción de un impulso;
otra edad del alma; si no, se nos va la vida habiendo pensado pensamiento, con un repertorio de verdades seguras.
poco o nada fuera de lo ya instalado como razón del mundo.
Pensar, estar en inconformidad.
¿Cómo vivir lo que nunca antes se ha vivido? ¿Expandir la
experiencia hasta el límite: asomarse fuera de sí? El fuera
de sí como arrojo que no es caída. Vivir arrojado fuera de Obrar: hacer algo con lo que no pasa.
sí, pero no cayendo en lo mismo de siempre, en lo estable- La despolitización del psicoanálisis es su profesionaliza-
cido, sino derramado fuera de todo continente. Naufragar ción. Profesionalismo: hacer de la profesión un medio para
no como desastre, sino como oportunidad. ganarse la vida, el psicoanálisis por el psicoanálisis mismo
en cualquier mundo, en cualquier parte; a lo sumo, un psi-
El sentido común es el Titanic de la razón: se presenta
coanálisis ocasional, impuro y deficiente en los hospitales
como fuente de verdades incuestionables, se apoya en el yo
públicos.
siento, yo viví, yo veo, yo conozco, yo estuve. El sentido común
es la ideología del yo. Y el yo siempre –como solía decir La despolitización proclama la autonomía del mundo so-
Casullo– es de derecha. Mientras el fuera de sí es tanteo cial e histórico. No quiere complicarse con la miseria de
de lo incapturable, bosquejo de una conciencia ilimitada, la civilización: se niega a aceptar que sus propias teorías

230 231
inconformidad

llevan las marcas mudas de la barbarie. Muchos autores


advirtieron la complicidad del psicoanálisis con el capita-
lismo. Murmuraciones en los consultorios complacientes
con un orden injusto y brutal.

El profesionalismo consume cultura, pero es anti-intelectual


o colecciona conocimientos, que exhibe para consagrar el
poder de su especialidad, pero rechaza la interrogación
angustiosa de lo que no sabe.

El psicoanálisis en la Argentina, en los años sesenta y


setenta, conoció la potencia de la crítica y entendió sus
prácticas entramadas con la política. Muchos psicoanalis-
tas compartían, con las izquierdas de entonces, el deseo de
transformar el mundo. En los tiempos actuales, sin lo que
Casullo llamaba el horizonte de una revolución venidera,
un riesgo del profesionalismo es la difusión de prácticas
clínicas desentendidas de la experiencia de la angustia.

Inquieta el psicoanálisis, todavía, como territorio de las


existencias angustiadas, como invención de espacios en
los que puede ser insinuado lo inescuchable, como habla
de la afección sublevada, como obrar, en el que la angustia
sigue hablando, después de que ya hemos dicho todo lo
que teníamos que decir.

Interesa el psicoanálisis como arte y política del deseo que


obra, pero la potencia deseante no es sin la herida de la
muerte y la angustia. No es sin inconformidad. Allí reside
la diferencia entre la potencia del deseo y la prepotencia de
la conformidad.

232
10. deseo: (1) condición de la historia,
(2) tesis de la angustia

Cuerpo doliente: (1) territorio nervioso, (2) sensibilidad


que cruje.
La lectura, cuando no es otra cosa que también es, es una
práctica de la amistad. El artículo de un amigo sobre la
tesis nueve me lleva a leer las Tesis de filosofía de la historia de
Walter Benjamin. Un escrito difícil por la urgencia de las
cosas que piensa, por la perplejidad del que escribe.

Benjamin anuncia que los cuerpos dolientes terminarán


con el sufrimiento innecesario. No es lo mismo un cuerpo
dolorido que un cuerpo doliente: el cuerpo dolorido es cansan-
cio que se lamenta y demanda que se le pase lo que tiene,
el cuerpo doliente es indignación que nos hace hablar, que se
propone hacer algo con el dolor que aloja.

Benjamin admite la historia humana como movimiento


caótico de una bestia ciega que destruye ciudades y devo-
ra a sus hijos, pero también vislumbra la historia humana
como acontecer del deseo que busca asirse fuera de sí.

La ceguera de la bestia no es la de la visión, sino la del deseo:


este mundo empecinado en ver todas las cosas, no soporta
lo humano de la angustia. No entiende que afirmar que
el deseo busca asirse fuera de sí, no significa hablar de su

233
inconformidad 10. deseo: (1) condición de la angustia, (2) tesis de la historia

aplazamiento o de lo imposible de alcanzar porque ya se Benjamin recuerda que pensar es inventar un hueco de
ha perdido, sino del deseo como el extenderse mismo, el ir inconformidad en el alma.
hacia la espera como producción que hace que el horizon-
te se corra un poco más. Inconformidad: invención de un Poe escribe un ensayo sobre El Jugador de ajedrez de Maelzel
horizonte móvil, no tanto para alcanzar el más allá como alrededor de 1849, época en la que esa maravilla se exhibe
para redimensionar el más acá. en los Estados Unidos. Es la historia del autómata al que
se refiere Benjamin: uno de los inventos del barón eslovaco
Anoto comentarios, a veces redundancias, punto por pun- Wolfgang von Kempelen que se conoce hacia 1776, artificio
to, en cada tesis. de ingenio, que Maelzel compra para terminar realizando
espectáculos de circo.
Solución final: máquina perfecta. Poe relata el asunto como enigma a resolver: ¿es posible la
Tesis 1. ¿Qué mueve los hilos del pensar? El pensamiento existencia de una máquina que imite a la perfección atribu-
(se llame filosofía, materialismo histórico, crítica) suele pa- tos de la inteligencia humana? Comienza por mencionar
recer un muñeco, títere, máquina automática. Las fórmulas prodigios mecánicos capaces de ejecutar acciones propias
simulan vida en un cuerpo sin pasión. Interesa cuando el de seres animados recopilados en las cartas de Brewster
deseo juega con los hilos del pensar. El deseo no se con- sobre la Magia Natural: una carroza con hermosas criatu-
suma, no es ansiedad que consume objetos del mundo, el ras diseñadas para divertir a Luis XIV cuando era niño,
deseo potencia un mundo, muchos mundos. un mago que da respuestas exactas dentro de un conjunto
ya establecido de cincuenta preguntas, un pato que come,
Benjamin no quiere (nadie quiere) una existencia de ma- bebe, se mueve, lanza gritos de ave, un aparato de calcular
rionetas: el deseo como el cumplimiento de un esquema que realiza operaciones matemáticas, contabilidades as-
mecánico en un cuerpo exiliado de la angustia. tronómicas, mediciones náuticas.
Las tesis comienzan con la historia de un maravilloso ¿En qué consiste El jugador de ajedrez de Maelzel? Una figura
invento: una enorme caja frente a la que se sienta una ma- vestida a la turca, sentada, con las piernas cruzadas, frente
rioneta inteligente, que lleva un turbante como el que usan a una mesa de ajedrez que sostiene una pipa en la mano
turcos, moros y musulmanes, que simula jugar al ajedrez, izquierda. En cada exhibición, Maelzel muestra al público
mientras escondido, en su interior, un hombrecito mueve que el interior del autómata esta formado por un hueco
las piezas. Benjamin anuncia un mundo de operaciones repleto de piezas de metal: arandelas, cadenas, engranajes,
mecánicas sin humanidad. Presenta el artificio como testi- ruedas, piñones, palancas. Cuando los asistentes se con-
monio de la libertad entregada al zarandeo, a la manipula- vencen que sólo se trata de una máquina, Maelzel anuncia
ción, al capricho o al mando de otro. que la marioneta jugará una partida con quien lo desee:
da cuerda al artefacto, simula liberar la fuerza que pone

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inconformidad 10. deseo: (1) condición de la angustia, (2) tesis de la historia

en marcha el trabajo de una inteligencia prodigiosa y, en- perfecta intenta cancelar ese misterio que inquieta, ella
tonces, el muñeco comienza la partida haciendo el primer misma es un prodigio de la conformidad: un lugar para
movimiento. cada pieza, un movimiento para cada función, el ensamble
de todas las fuerzas para producir el resultado previsto.
Poe argumenta que El jugador de ajedrez de Maelzel es una Inconformidad, locura humana que las máquinas no en-
farsa, sugiere que una criatura mecánica no podría compar- tienden: invención de un vacío en el que los hilos se sueltan
tir, remplazar o superar a la experiencia humana. Razona como hebras sin mando.
así: los cálculos algebraicos son fijos, finitos, determinados;
aceptadas premisas iniciales se producen resultados cier-
Felicidad: (1) potencia, (2) presente que reconforta a la
tos, necesarios, inevitables; el antecedente es designio de
historia.
su consecuente, los datos no sufren cambios de ánimo, ni
influencias caprichosas, ni desvíos intencionales, tampoco Tesis 2. Objeta una felicidad confinada en el presente
falsificaciones o torceduras imaginativas. El mecanismo, que no concurre a la cita con el pasado ni mira hacia el
amparado en la omnipotencia de un conjunto de principios porvenir, una felicidad reducida al consumo privado del
rectores, marcha infalible en forma regular y progresiva aire que respiramos, de los amigos que queremos, de las
hacia la solución final. No ocurre lo mismo con el ajedrez. mujeres que amamos. Los sufrimientos del pasado no
Una jugada no es resultado necesario de otra cualquiera. son definitivos: cada vez que respiro se llenan de aire los
El desarrollo de una partida pone en marcha un tiempo pulmones de todos los desaparecidos, cada encuentro con
de incertidumbre. Náusea dudosa intensificada por las in- un amigo celebra todas las complicidades que fueron, cada
cursiones no calculadas del adversario. Poe no concibe una acto de amor vive en los cuerpos de todas las mujeres que
maravilla mecánica que sepa jugar. Cree que la sensibilidad existieron sobre la tierra. Benjamin saborea esa felicidad
humana es una condición insustituible. Tras diecisiete ob- (que reconforta a la historia) convencido de que habrá un
servaciones, combina conjeturas, inferencias, deducciones, futuro mejor.
hasta concluir en que un hombre de talla pequeña decide las
La cuestión de la felicidad suele ser un asunto neurótico:
movidas escondido en el interior del monigote.1
motivo de culpa, insatisfacción, cansancio. La felicidad
Muchas veces, desde entonces, se pensó lo humano como de Benjamin es responsabilidad histórica: ¿Qué sentido
enigma interior de un monigote. La idea de una máquina tendría la idea de una civilización humana, si ésta no pro-
curara la felicidad de todos sobre la tierra? Esa felicidad
es un modo de decir justicia. La otra, la personal o la de
1. En el presente, las máquinas que juegan al ajedrez provocan especulacio-
nes semejantes. Se conocen mega-programas que analizan millones de posi- los conglomerados que se unen para gozar sobre otros, ese
ciones por segundo, que guardan en su memoria innumerables aperturas, contento por la posesión de un bien, es figura fanática del
diversas posiciones teóricas y abundantes estudios sobre las estrategias del
adversario. Las computadoras (que no cometen errores, sufren presiones ni
consumo publicitario. Inconformidad: umbral de interiori-
se cansan) suelen vencer a los mejores ajedrecistas del mundo. dad en el que felicidad, angustia, deseo, son habitantes de

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los tiempos históricos y no sólo sentimientos del yo feliz, lo inalcanzable. Cuesta entender que el deseo alcanza lo
angustiado o propietario de sus deseos. inalcanzable: no lo tiene ni lo posee, lo alcanza. Goza de su
potencia poniéndose a la par de lo inalcanzable.
Esperanza: demanda de lo prometido. Espera: provocación
de lo deseado. Pasado: (1) potencia que sueña, (2) pesadilla que interrum-
Tesis 3. Afirma que el pasado, cada uno de los momentos pe ese sueño.
vividos, será tiempo reconquistado por una humanidad Tesis 5. El pasado duerme en el presente. A veces, resplan-
liberada. dece como instante vivo de un sueño.

La palabra redención se dice en hebreo gueulá. Los profetas


anuncian la inminencia de una era en la que la humanidad Espera: (1) memoria de lo no ocurrido, (2) de lo no imagi-
vivirá a salvo del mal en todas sus formas: un tiempo de nado, (3) de lo que no se sabe cómo será.
bienestar, una existencia pacífica, justa, feliz, protegida Tesis 6. Encender en el pasado la chispa de una espera:
por la mirada de Dios. El lobo dormirá junto al cordero. memoria que abriga en momentos de peligro.
Los que sufren claman por la pronta llegada del redentor,
viven y mueren urgidos de esa luz espiritual prometida.
La esperanza es una ilusión casi perfecta. El Mashíaj traerá Distanciamiento: (1) empatía crítica, (2) ejercicio de
la gueulá, cuidará de los enfermos, pobres, humillados de inconformidad.
la tierra y condenará a los tiranos. Con un movimiento de Tesis 7. Benjamin afirma que “todo documento de cultura
labios dará muerte a los malvados. es, a la vez, documento de barbarie”. Hermosas conquistas
humanas transportan, también, desigualdad, injusticia,
Benjamin, por su parte, piensa la historia como cons- exclusión. Vecinas de la belleza, yacen innumerables vidas
trucción emancipadora. Advierte que a la emancipación despreciadas.
humana, defectuosa y caprichosa, no le conviene caer en
manos de la tiranía del bien. Opone a la empatía con los vencedores, una empatía con
los oprimidos. La empatía crítica se llama distanciamiento:
un proceder que entrevé extrañezas en lo conocido, que es-
Amar: tocar lo inalcanzable sin apresarlo. cucha con un oído extranjero la lengua familiar, que siente
Tesis 4. La vida no es posible sin alimento y abrigo, sin an- el latido de lo ajeno en un corazón propio.
gustia y deseo, sin palabras e imaginación. Para Benjamin,
formado en Marx, la lucha por los ásperos bienes materiales Recuerdo una ironía de Cioran (1973) que dice: “Uno debe
es, al mismo tiempo, combate por las suaves y escurridizas ponerse del lado de los oprimidos en cualquier circunstancia, in-
formas espirituales. El cambio social, como el amor, desea

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cluso cuando están equivocados, sin perder de vista, no obstante, así”. o “Bueno es aquel a quien le va bien, y malo a quien le va
que están hechos del mismo barro que sus opresores”. mal. Y está bien así”.

Por miedo a la venganza de sus empleados maltratados, el


Justicia: (1) circunstancia excepcional de la civilización, comerciante primero despide por traidor a su guía fiel y,
(2) arbitrariedad del amo. luego, asesina al humilde y complaciente changador que
Tesis 8. Benjamin no se pregunta cómo es posible la barba- tenía intención de alcanzarle una cantimplora con agua,
rie. No se asombra por los horrores de la experiencia social. que el comerciante confunde con una piedra mortal.
No se sorprende ante el hecho de que las normas, leyes,
Al final, los jueces eximen de culpa y cargo al comerciante.
instituciones de la civilización no cuiden la vida de todos.
No hacen lugar al pedido de indemnización de la mujer
Incluso interroga la legalidad de categorías que ordenan
del changador muerto. Razonan que el hombre rico no
nuestra existencia cotidiana o el respeto que se merecen
podía esperar un acto solidario por parte de un sirviente
universales jurídicos de un mundo que no protege a sus
de mentalidad limitada, injustamente tratado y torturado.
ciudadanos.
Por lo tanto, actuó justificadamente en defensa propia sin
La excepción y la regla de Bertolt Brecht es una obra escrita que importe si fue realmente amenazado o sólo se imaginó
en 1930 que pertenece a su serie de piezas didácticas. Pre- en situación de peligro.
tende que el espectador constate que en la vida colectiva lo
La obra termina con esta moraleja: la regla es el abuso de
raro es admisible, lo inexplicable circunstancia común, lo
la racionalidad del poder; la bondad, la generosidad, la
incomprensible parte de la costumbre, la crueldad hecho
ayuda humanitaria, son excepciones que, a veces, la ley
habitual, la arbitrariedad cosa natural, lo inhumano acto
castiga.
trivial.

Cuenta una carrera en el desierto entre competidores que


Historia humana: (1) marcha de espaldas al porvenir, (2)
quieren obtener una concesión para extraer petróleo. Un
cuerpo sostenido en el aire, (3) memoria del sufrimiento
viaje que desencadena una tragedia entre un explotador
innecesario.
y dos pobres humillados. La astucia, la malicia, la descon-
fianza de un comerciante con mucho dinero que lucha, sin Tesis 9. Angelus Novus es una acuarela de Paul Klee que
motivo real, contra sus empleados. Consecuencia de un Benjamin compra en 1921. Una figura de pie con una ca-
mundo ordenado en base a la desigualdad, la regla del ojo beza desmesurada. Mechones de pelo como trozos de telas
por ojo y del diente por diente. El comerciante canta can- o rollos de papel. Ojos abiertos, sin párpados, que parecen
ciones que dicen: “El hombre débil perece y el fuerte triunfa” mirar algo. Las alas desplegadas se confunden con dos
o “Se ayuda al hombre fuerte y al débil se lo ignora” o “El Dios brazos levantados. La criatura de piernas pequeñas se
que creó todas las cosas hizo al patrón y al sirviente. Y está bien sostiene en el aire. Un cuerpo plano sin volumen. Líneas

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suaves envueltas en un color neutro hecho de una lavada Idea de progreso: trampa de la conformidad.
tierra roja. Un dibujo que imita los trazos de un niño o de Tesis 10. ¿Cómo prevenirnos contra las pompas de este
un loco. mundo? ¿Practicar el retiro en monasterios, en montañas,
en celdas de silencio? Las identidades son ostentosas, el yo
La tesis del Angelus Novus transporta la intimidad de miles
orgulloso, el alarde de sí un gesto automático del poder
de noches insomnes. Casi nada de lo que describe Benja-
que fabrica espejismos. Las pompas de este mundo atraen
min puede verse, a simple vista, en la acuarela de Klee.
y seducen con esperanzas.
¿El ángel parece a punto de alejarse de algo que lo tiene
absorto? Cierto, como si estuviera por retroceder ante el Inconformidad nunca sabe si deviene inconformidad. No
espanto. ¿Se trata del ángel de la historia, pero cómo saber- puede saberlo porque su piel está hecha de imágenes y
lo sin el destello de sus visiones? Cierto, los ojos sobresalen sentencias heredadas, sus pensamientos envueltos en for-
como dos redondeles nítidos por los que ingresan todas las mas que los piensan, su no mundo destejido con las atadu-
sombras. ras que detesta del mundo y la superficie de sus palabras
surcada por la confusión de las lenguas.
Escribe Benjamin: “Ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde
a nosotros se nos manifiesta una cadena de datos, él ve una ca- Inconformidad, en ocasiones así desalmada, pierde el hilo
tástrofe única que amontona incansablemente ruina sobre ruina, de la espera y se entrega a la esperanza. La esperanza es un
arrojándolas a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a calmante, un fluido que adormece a la angustia y hace que
los muertos y recomponer lo despedazado. Pero desde el paraíso hasta el vacío se sienta en falta. Si el paraíso es la esperanza
sopla un huracán que se ha enredado en sus alas y que es tan de las religiones, el dios de todas las formas que ofrece el
fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán lo empuja capitalismo se llama progreso.
irremediablemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras
los montones de ruinas crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán La esperanza en el progreso es la membrana invisible de
es lo que nosotros llamamos progreso”. la complicidad.

Marchamos de espaldas al porvenir. No ciegos ni con los


ojos vendados, atentos al presente y cargando visiones Iluminismo: sueño en el que un día cuatro lunas ilumina-
del pasado. Torpes e inseguros, avanzamos sin ver, entre rán la noche de la tierra.
aciertos y errores, entre accidentes y pasos calculados. No Tesis 11. El trabajo humano como fuerza conjugada de
hay otra manera de marchar. La civilización no aprende de cada persona con su capacidad de obrar y la civilización
la experiencia y casi no importa el camino ya realizado. como humanidad conciliada con la naturaleza son dos de
los ideales más queridos de la modernidad. Benjamin aler-
ta, sin embargo, sobre los fascismos tecnocráticos.

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No disimula, en cambio, sus simpatías con las ideas de La mancha de la historia: ironía sobre la civilización que
Fourier. Cita un pasaje en el que el utopista de la felicidad marcha hacia el progreso.
procura la puesta en común de las potencias naturales con Tesis 13. Afirma que la esperanza en el progreso es un dog-
la fuerza de trabajo de cada uno. Escribe: “Un trabajo social ma: la nueva religión. Piensa que ese progreso, incesante
bien dispuesto debiera tener como consecuencias que cuatro lu- en destrezas y conocimientos, nunca concluido por el im-
nas iluminasen la noche de la tierra, que los hielos se retirasen de pulso infinito de perfección humana, supone un desarrollo
los polos, que el agua del mar ya no sepa a sal y que los animales prefigurado, en un tiempo homogéneo y vacío. La historia
feroces pasen al servicio de los hombres. Todo lo cual ilustra un como evolución instintiva que marcha hacia una meta ya
trabajo que, lejos de explotar a la naturaleza, está en situación de trazada. La conformidad persuade que el progreso es su
hacer que alumbre las criaturas que como posibles dormitan en forma futura.
su seno”.

No se trata de explotar a la naturaleza sino de dejar obrar Deseo: fibra nerviosa del mundo.
las potencias incapturables que viven en la tierra, los cielos Tesis 14. El deseo no padece urgencias, estalla eterno. La
y los mares. Benjamin simpatiza con Fourier porque sabe revolución de Marx es pulsión libertaria: no deseo de otra
que conciliación obligatoria y conjugación forzada no es lo historia para siempre, sino deseo siempre de otra historia.
mismo que la imaginación que no cesa. El trabajo humano Escribe Benjamin: “La historia es objeto de una construcción
sólo habrá acabado el día que cuatro lunas iluminen la cuyo lugar no está constituido por el tiempo homogéneo y vacío,
noche de la tierra. sino por un tiempo pleno, ‘tiempo ahora’”. El deseo vive en un
Las utopías libertarias son ideales de conformidad futura tiempo pleno, un tiempo ahora, circunstancia que no convie-
que, por momentos, cautivan estados de inconformidad ne confundir con la del tiempo ya. El tiempo ya, impaciente y
sedientos del boceto de una forma mejorada. ansioso, reclama una satisfacción que siente le correspon-
de y concluye saturado de lo que quería o frustrado por lo
que no obtuvo El tiempo ahora del deseo obra una potencia.
Venganza: (1) potencia miserable macerada durante siglos, No consume una acción, acciona un mundo.
(2) deseo seco.
Tesis 12. La memoria de clase es una página saturada de
Sufrimiento innecesario: (1) dolor eterno, (2) experiencia
esclavos. La voluntad de sacrificio entona su música he-
evitable.
rida. ¿Las víctimas sienten pasión por el sufrimiento? El
cuerpo nervioso del odio anuncia la liberación de todos. La Tesis 15. ¡Hacer saltar el continuum de la historia! El tedio
venganza de muchas generaciones de vencidos. de las víctimas dispara contra los relojes. Es tiempo de la
acción. Las conciencias dolientes terminarán con el sufri-
miento innecesario.

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inconformidad 10. deseo: (1) condición de la angustia, (2) tesis de la historia

El presente: (1) tiempo de la angustia, (2) tiempo del Futuro escrutado: impaciencia de los insatisfechos.
deseo. B. El texto termina así: “Seguro que los adivinos, que le pregun-
Tesis 16. El presente es ahora. Instante pleno. No es cir- taban al tiempo lo que ocultaba en su regazo, no experimentaron
cunstancia de tránsito entre momentos sucesivos. Es acto que fuese homogéneo y vacío. Quien tenga esto presente, quizá
de un tiempo eterno. No se trata de algo que ha sido o que llegue a comprender cómo se experimenta el tiempo pasado en la
será, sino de existencia que está, a la vez, habiendo sido y conmemoración: a saber, conmemorándolo. Se sabe que a los ju-
teniendo que ser. díos les estaba prohibido escrutar el futuro. En cambio, la Thorá
y la plegaria les instruyen la conmemoración. Esto desencantaba
el futuro, al cual sucumben los que buscan información en los
Deseo: (1) semilla sin plan concertado, (2) avatar de lo no
adivinos. Pero no por eso se convertía el futuro para los judíos en
imaginado.
un tiempo homogéneo y vacío. Ya que cada segundo era en él la
Tesis 17. Objeta la historia como suma de hechos que llenan pequeña puerta por la que podía entrar el Mesías”.
el tiempo. Cuestiona la razón aditiva que acumula, con el
mismo cuidado, invenciones y horrores. Historia es, a su Inconformidad, uno de los nombre de esa apertura: la
parecer, una construcción de las conciencias que se detie- puerta se cierra para Walter Benjamin un día de septiem-
nen, de pronto, en una constelación saturada de tensiones: bre de mil novecientos cuarenta.
deseo de semilla. La semilla no como plan ya concertado,
sino como avatar de un sabor todavía no imaginado.
Escrito antes de morir: murmullo de una historia que no
termina.
No somos nada: (1) expresión de la fragilidad humana, No puede seguir viviendo en Alemania. Inicia el camino
(2) voz que intuye la eternidad. del exilio, en mil novecientos treinta y nueve tiene que
Tesis 18. Los sucesos de la humanidad civilizada, en rela- habitar un Campo de Trabajadores Voluntarios en Francia.
ción a la historia de la vida orgánica sobre la tierra, equiva- Horkheimer le tramita una visa para viajar a Estados Uni-
len al segundo de un largo día. dos. En Nueva York, sus amigos le buscan vivienda cerca
del Central Park. Benjamin paga el pasaje con la venta del
Angelus Novus. En junio de mil novecientos cuarenta, aban-
Deseo: lo que no se completa. dona París perseguido por la Gestapo, se dirige a Lourdes,
A. El deseo causa la historia. Instante que esparce sus asti- intenta cruzar los Pirineos, pero fracasa. El veintisiete de
llas en el presente. ¿Esquirlas mesiánicas? Irregularidad de septiembre de ese año (pocos meses después de escribir
almas que no se completan. las tesis), termina con su vida en Port-Bou. Tenía cuarenta
y ocho años.

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11. universidad: claustros del
conformismo

Anaconda: (1) boa gigante, (2) heroína de la selva en cuen-


tos de Horacio Quiroga, (3) bestia dormida que habita en
las aulas.
El colectivo Anaconda duerme en clase irrumpe en pasillos
de la Facultad con una pancarta que dice: “No se trata del
sueño final”. Es un grupo de estudiantes que se expresa a
través de acciones que dan que pensar.1

Amo y esclavo: (1) pareja histórica de la división social,


(2) figuras del poder y del sometimiento en todas partes,
(3) posturas de la relación sexual.
Lacan (1969) recomienda leer el Menón: encuentra allí que
eso que llama discurso universitario es un saber que se trama
entre una función amo y otra esclavo. El diálogo que instala
el programa de la Academia platónica comienza así: “Me
puedes decir, Sócrates: ¿es enseñable la virtud?, ¿o no es enseña-

1. Se han visto en las aulas ejemplares de la boa americana de más de diez


metros de longitud. El Colectivo Anaconda trama conexiones secretas con el
grupo de surrealistas europeos Cobra (1948-1951) que utilizó las iniciales de
Copenhague, Bruselas y Amsterdam, con la revista Boa (“Cuadernos interna-
cionales de documentación sobre la poesía y el arte de vanguardia”) que aparece en
Buenos Aires en 1958, con la resonancia ofídica del nombre Cobra (serpiente
venenosa de la India) y con el título de una novela de Severo Sarduy desen-
cadenada por la noticia de una travesti francesa que llevaba ese nombre.

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inconformidad 11. universidad: claustros del conformismo

ble, sino que sólo se alcanza con la práctica?, ¿o ni se alcanza con Pedro Orgambide (2002). “¿A esto se llama Educación? ¿A
la práctica ni puede aprenderse, sino que se da en los hombres esta manera de enseñar? He aquí al preceptor y a sus discípulos
naturalmente o de algún otro modo?”. La virtud, el saber, el leyendo la Cartilla. Aburre oírlos, causa lástima. Repiten como
deseo no se enseñan, tal vez se muestran como efusiones loros sus latines y antes de retirarse cantan todos el Ripalda y
de cuerpos que enloquecen. La voz de mando y la sumi- dejan su tedio en las tablillas en que apoyaron sus piernas”.2
sión a un amo terminan con esa locura.
Bouvard y Pécuchet: (1) nombres del sueño moderno,
Sobresalto: (1) movimiento de sorpresa, (2) inquietud que (2) el conocimiento como ideal totalizador, (3) pequeño
despierta, (3) momento en el que habla el cuerpo. colectivo de inconformidad.
El profesor se ubica detrás del escritorio, de espaldas a la Los hechos suceden alrededor de 1840. Luego de investi-
pizarra. Ordena papeles, libros, lentes de leer. Extrae de gar sobre agricultura, química, geología, medicina, histo-
su maletín una venda blanca. Solicita a una alumna que le ria, alquimia y literatura; Bouvard y Pécuchet incursionan
cubra los ojos. Los primeros en advertir la situación se so- en pedagogía. Al final de la novela de Flaubert, se hacen
bresaltan: murmullos, risas, sorpresa. ¿Un mensaje de que cargo de dos niños abandonados. Los chicos cargan una
para él no existimos? ¿De que estamos ciegos? ¿Imita a la historia horrorosa: el padre llega con sangre en las ma-
mujer de la balanza con los ojos cubiertos? ¿Como los que nos, se lo llevan los gendarmes, unos hombres violentos
van a morir fusilados, elige la opción de no ver? ¿Hará la abusan de la madre, la mujer muere. Hasta que Bouvard y
vista gorda con los que se van de clase? ¿La privación sen- Pécuchet los adoptan, habitan lugares terribles. La niña es
sorial como metáfora de los universitarios? ¿Recuerda que, mentirosa, el chico brutal.
desde Tiresias, pensar es errar entre sombras?
Leen todo sobre educación. Prueban diferentes sistemas. ¿El
Comienza la clase. Su voz se escucha más desnuda que rigor enseña tanto a los niños como a los pueblos? ¿Confiar
otras veces, su cuerpo desamparado frente a un público al en la naturaleza? ¿Aguerrirlos como espartanos? ¿Acostum-
que no ve. Asiste al ideal herido de una audiencia plena. brarlos al hambre, a la sed, a la intemperie? ¿Ayudarlos a
Habla mirando sus palabras. ¿Alguna pregunta? olvidar lo aprendido en los primeros años? ¿Enseñar a cada
uno por separado? ¿Hacerlos estudiar juntos? ¿Cultivar el
amor propio? ¿Estimular la competencia? ¿Las niñas necesi-
Parásitos del deseo: (1) tedio, (2) aburrimiento, (3) apatía,
tan aprender lo mismo que los varones? ¿Copiar modelos?
(4) hastío.
¿Autorizar garabatos? ¿Vigilar que no se desconcentren?
Mueren mordidos por el fastidio. El venezolano Simón Ro- ¿Ser permisivos con la distracción?
dríguez, maestro de Bolívar, escribe Luces y virtudes sociales
para instruir al pueblo. Transcribo una cita recreada por 2. En la educación de la conquista, el catecismo del padre Ripalda (1618) ocu-
pa un lugar de privilegio.

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inconformidad 11. universidad: claustros del conformismo

Enderezan los cuerpos durante el estudio. Evitan presio- gina que este sillón es el sol y que yo soy la tierra, la tierra se
nes que puedan dañar el cerebro de los jóvenes. Impiden mueve así”.
repeticiones mecánicas, a la vez que ejercitan la memoria ¿Cómo inspirar en los niños amor a la virtud? Exponen es-
para que no se les atrofie. Prueban con fábulas de La Fon- tampas morales para aleccionar a la voluntad: hay dos in-
taine. Combinan el aprendizaje con el juego. Siguen el con- dividuos, el bueno besa a su madre, estudia alemán, ayuda
sejo de Rousseau de que el alumno haga sus juguetes, a la a un ciego, termina los estudios; el malo desobedece a su
vez que el preceptor ayude, un poco, sin que lo sospeche. padre, no trabaja, se emborracha, pega a su mujer, acaba
Conjugan la distracción con objetivos didácticos. Reali- en la cárcel.
zan almuerzos campestres, paseos en bote, caminatas por
bosques. Orientan malas conductas en dirección de fines Tras muchos experimentos coinciden con Rousseau: “el
nobles (el vicio por los dulces como móvil para enseñar a niño no es responsable, no puede ser ni moral ni inmoral”. ¿El
escribir nombres de golosinas). castigo educa? Según Bentham, el castigo proporcional a
la falta es ejemplificador: el pequeño rompe un vidrio, que
¿Antes de instruir a un chico habría que saber cuáles son sufra frío; abusa de la comida, una indigestión le enseñará
sus aptitudes? Estudian conformaciones anatómicas del a medirse; es perezoso, el tedio hará que ame el trabajo.
cerebro para prever tendencias en la personalidad de los Pestalozzi sostiene que los castigos corporales, a veces, son
niños. ¿La inclinación se hereda o se adquiere? Si el instin- indispensables. Para otro pedagogo una mirada severa
to transporta una parte mala y otra buena ¿cultivando la vale más que cien golpes.
segunda, se destruye la primera? Exploran métodos para
corregir la inteligencia, modelar el carácter, ennoblecer el Los sistemas no alcanzan. Ironía del sueño moderno.
corazón. ¿Establecer una autoridad fuerte o permitir el tu- Bouvard y Pécuchet no consiguen lo que se proponen.
teo? La educación se nutre más con libertad que con vio- Todo el pueblo reprocha la mala conducta de sus alum-
lencia, aunque admiten que la disciplina es necesaria. nos. La decepción, sin embargo, no es completa. Escribe
Flaubert: “Además, ¿qué prueba un fracaso? Lo que se había
¿Es posible enseñar historia sin geografía o sin dibujo, arit- frustrado con los niños podía ser menos difícil con mayores. Y
mética, música, gimnasia? ¿Las lecciones de geografía co- pensaron crear una escuela para adultos”.
mienzan por el territorio que se habita o por la totalidad
del mundo? La literatura inspira la imaginación, pero exal-
ta las pasiones. ¿Se debe enseñar el misterio de la procrea- Malentendido: (1) erótica de la conversación, (2) distorsión
ción? Prueban alcanzar razonamientos complejos a partir poética, (3) fuga de sentido, (4) avatar de hablantes que no
de hechos simples o de la existencia de objetos comunes. se engañan ni se mienten.
Para avanzar en astronomía, Pécuchet pone un sillón en el La comunicación pedagógica es una tormenta de equívocos.
centro de la sala y comienza a bailar a su alrededor: “Ima- Lewis Carroll presenta este relato: el profesor hace una
pregunta, desde lo alto de una escalera, que es transmitida

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inconformidad 11. universidad: claustros del conformismo

por unos sirvientes que la deforman en cada descanso; Público: (1) muchedumbre conformista, (2) conglomerado
cuando, por fin, la cuestión llega hasta el alumno, éste consumidor.
reenvía su respuesta que, a su vez, será distorsionada en El 5 de febrero de 1920, en el salón de los independientes,
su camino de retorno en cada peldaño. anuncian la asistencia de Chaplin a un encuentro de poetas
y artistas. El público colma la capacidad del teatro ansioso
En la escalera pedagógica lo único que importa es que
por ver al actor inglés. Mientras todos esperan, los organi-
arriba está la autoridad y que de allí baja la consigna de
zadores entran en acción: irrumpen en la sala en pequeños
mando. A veces, el malentendido, cuando no es mera con-
grupos de cinco o seis poetas, leen a coro (casi a gritos) ma-
fusión de los sumisos, puede ser torcedura de las formas
nifiestos de protesta, superponiéndose unos a otros. El pú-
del poder.
blico confundido y apabullado comienza a retirarse. Culmi-
na el primer acto de los surrealistas en París.
Murmuración colectiva: (1) chisme o difamación, (2) desaho-
go de formas aprisionadas. Las vanguardias artísticas de principio del siglo veinte
rondan la idea de inconformidad. Cuestionan la tradición
Se ubica detrás del escritorio, de espaldas a la pizarra, or-
representativa de las artes plásticas. Intentan romper las
dena papeles, libros, lentes de leer. Propone un juego: la
barreras formales entre ficción y realidad, entre arte y
actividad comienza con un alumno que dice, en el oído de
vida. La acción irrumpe en el arte como aullido sublevado
la compañera que tiene adelante, algo que le gustaría, que
contra la condición mimética. Acontecen intervenciones de
no tuvo oportunidad de expresar, que no se animaría; a
grupos de artistas que realizan propuestas activas y parti-
su vez, la alumna, luego de pasar el mensaje que recibe al
cipativas. La acción es un desborde fuera de lo estableci-
oído, lanza otro mensaje, ahora suyo, en el oído del primer
do, derrame de sentido más allá de las formas habituales.
muchacho, quien a su vez, lo transporta hasta otro oído
A veces, se trata sólo de experimentación y exaltación de
cercano. Las transmisiones no se interrumpen. En minu-
ocurrencias creadoras, pero otras es insurgencia y crítica
tos, una extraña algarabía muda entre bocas y orejas no
del conformismo. Ese obrar colectivo, que golpea en las
identificadas. A la voz de alto, cada uno anota en una hoja
conciencias de los espectadores, anticipa parte de la estéti-
el mensaje que le acaba de llegar. El juego sigue un rato. Al
ca política de los años sesenta y setenta.
cabo, se reúnen las anotaciones de todos. Algo habla en la
multitud de voces dispersas.
Colectivo anónimo de pensamiento: (1) movimiento estéti-
Si el teléfono descompuesto aprovecha la deformación de un co de minorías que luchan, (2) nervios de la disidencia.
mensaje que pasa de boca en boca, el profesor propone
Un volante del colectivo Anaconda duerme en clase presen-
pensar que en el aula habita una conversación que llama a
ta un fragmento del relato que Horacio Quiroga escribe
lo ausente: la clase como artefacto de murmuración.
en 1921. Las víboras, enteradas de la presencia nefasta del

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hombre en el monte, se reúnen en asamblea. La vigorosa ma Palabras sobre los exámenes. Opina que nuestro sistema
cazadora se presenta así: “Cuando un ser bien formado, ágil, de enseñanza se rige por la idea de éxito y recompensa, que
fuerte y veloz, se apodera de su enemigo con la energía de nervios la educación tiene en su heráldica el examen. Advierte que,
y músculos, eso constituye su honor, como lo es el de todos los a veces, todo depende de la habilidad para una respuesta
luchadores de la creación. Así cazan el gavilán, el gato onza, el oportuna. La evaluación es una prueba en la que intervie-
tigre, nosotras, todos los seres de noble estructura. Pero cuando ne “...la audacia, la agilidad memorativa, la seducción verbal...”.
se es torpe, pesado, poco inteligente e incapaz, por lo tanto, de Un momento que se decide como lotería, lance, ominosa
luchar francamente por la vida, entonces se tiene un par de col- aventura o por la eficacia en la adquisición refleja de res-
millos para asesinar a traición, ¡como esa dama importada que puestas oficiales a preguntas más oficiales todavía. Un esquema
nos quiere deslumbrar con su gran sombrero!”. de diálogos preconcebidos: premios y castigos, estímulos y
advertencias.
La palabra de otro: condición de la experiencia social. Imagina que un día las pruebas no se basarán en las res-
Las abejas carecen de lenguaje, disponen de códigos, in- puestas de los discípulos, sino en sus preguntas. Pregun-
cluso utilizan tropos. Según Benveniste, la abeja no tiene tas que si no demandan la reiteración de lo ya dicho, se-
lenguaje porque, aunque es capaz de comunicar lo que ha rán detonantes que harán estallar antiguas formas decre-
visto, es incapaz de transmitir lo que le han comunicado. tadas. Anticipa una educación abierta que “...no fomente la
Una abeja –que ha percibido un campo de flores– puede fe, sino la duda; no la credulidad, sino la oportuna y desnuda
comunicar el mensaje a las que no lo han percibido, pero pregunta”.
la que no lo ha percibido, no puede trasmitirlo a otras que
En junio de 1936, admite que, al contrario de los objetivos
tampoco lo hayan percibido.
de la reforma, la Universidad renuncia a la formación: “se
A propósito, Deleuze y Guattari (1980) sugieren que todo resigna a ser una expedidora de títulos”. Reconoce que: “Toda-
discurso es indirecto. “El lenguaje no se contenta con ir de un vía sus profesores siguen apeteciendo cátedras, no por la ense-
primero a un segundo, de alguien que ha visto a alguien que no ha ñanza, sino por la ‘clientela’”.
visto, sino que necesariamente de un segundo a un tercero, ningu-
no de los cuales ha visto”.
El examen: título de una novela de Julio Cortázar escrita
en mil novecientos cincuenta que ningún editor quiso pu-
Clientela: consumidores cautivos. blicar.
Deodoro Roca piensa que la formalidad académica es una La alumna no aprueba en diciembre. Pide otra oportunidad,
de las peores enfermedades educativas. Instigador de la quiere demostrar que estudió. Le reiteran que su examen
reforma universitaria, escribe en 1930 un artículo que se lla- no cumple con lo requerido. Le vuelven a explicar conte-
nidos que no expuso, relaciones que no pudo trazar, la au-

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sencia de información que tiene la obligación de conocer. el cuatro en su libreta, pasa la nota en actas y la despide
La alumna insiste: estudió mucho, pero está atravesando un como a un fantasma.
mal momento. La interrumpen: el examen terminó. Enton-
ces, la evaluada pide que no registren ese aplazo, que figu-
Estampita: imagen protectora colocada entre las hojas del
re como ausente. Eso no es posible: el reglamento es igual
documento de identidad o entre las páginas de un libro.
para todos. La alumna se retira. Dice, en los pasillos, que la
maltrataron, que después la aplazaron y que, por último, la Anaconda duerme en clase distribuye una estampa con esta
acusaron de corrupta. leyenda borrosa: “¡Santa Etérea, Santa Etérea, te ruego que me
aprueben en esta materia!”.
En el llamado de febrero, la misma alumna expone ideas
de un autor del programa. Expresa con orden y de modo
ajustado fórmulas que se suelen escuchar en muchas Adjetivos: palabras obligadas a clasificar sustantivos se-
evaluaciones. Ante una pregunta, reacciona (casi sin escuchar) gún los gustos del poder.
con otra exhibición, también correcta, pero que toca de modo Nueva Jersey, 1930. En la Universidad de Princeton reali-
tangencial la cuestión. Así durante una hora. En un momento, zan un estudio sobre estereotipos. Un cuestionario detecta
no puede ubicar un problema, aunque refiere, una tras otra, imágenes colectivas cristalizadas en la sociedad norteame-
sentencias que repite con precisión. Los profesores explican ricana de la época. Relaciona conjuntos étnicos con atribu-
las preguntas, aclaran cuáles hubieran sido las respuestas tos personales. Para analizar representaciones sociales que
esperadas. Le piden que espere unos minutos. se expresan como automatismos mentales, utilizan una lista
con diez grupos (alemanes, italianos, irlandeses, ingleses,
Por fin, comunican a la alumna que su examen califica cua- negros, judíos, norteamericanos, chinos, japoneses, turcos)
tro. Entienden que estudió, que dedicó muchas horas a la que cruzan con una selección de ochenta y cuatro adjetivos.
materia, que expuso contenidos pertinentes, que tiene in- Cien estudiantes responden la encuesta. Cada uno elige cin-
formación; pero advierten que, por momentos, no puede co cualidades que considera pertinentes para cada grupo.
escuchar, establecer relaciones que se le proponen o tomar Negro: supersticioso (84), perezoso (75), indolente (38), ignorante
sugerencias que le hacen para pensar. (38), musical (26), llamativo (24), muy religioso (22), sucio (17),
ingenuo (14), descuidado (13), poco confiable (12). Alemán: espíri-
La alumna quiere hablar sobre cosas que le están pasando.
tu científico (78), trabajador (65), flemático (44), inteligente (32),
Se le aclara que lo que importa, ahora, es que rindió un
metódico (31), extremadamente nacionalista (24), progresista (16),
examen: los contenidos que expuso tienen valor, ese traba-
eficaz (16), jovial (15), musical (13), tenaz (11), práctico (11).3
jo suyo está siendo evaluado, incluso reconocido. La mu-
jer vuelve a interrumpir: siente pinchazos en la cabeza, le
diagnosticaron una enfermedad, la esperan en el hospital, 3. Daniel Katz, Kenneth W. Braly, Racial stereotypes of 100 college students,
Journal of Abnormal and Social Psychology, 28. 1933. Citado en Amossy y
pide permiso para retirarse. Uno de los profesores anota Herschberg Pierrot (1997).

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Otra investigación mide disposición a la intimidad de cier- ten como cosa natural una costumbre recibida. Pregunten por
tos americanos con personas extrañas. Imágenes mentales su necesidad. Les pedimos expresamente: No acepten lo habitual
que regulan la relación con lo otro. Los entrevistados res- como cosa natural. En una época en la que impera la confusión,
ponden si aceptarían a un negro o a un chino como miem- en que se derrama la sangre, en que se ordena el desorden, en que
bro de su familia, como amigo íntimo, como vecino, como la arbitrariedad adquiere fuerza de ley, en que la humanidad se
ciudadano de su país. deshumaniza... No digan nunca: ¡Es natural! Ninguna forma de
relación social debe pasar por natural. Nada debe parecer impo-
Anaconda duerme en clase hace volar cientos de papeles en sible de cambiar”.5
los que se leen estas definiciones: “Estereotipo: (1) máscara de
una forma petrificada, (2) rostro del sentido común. Sentido co-
mún: pensar conforme a como piensa la gente. La gente: autori- Dulce cautiverio: (1) prisión elegida, (2) domesticación acep-
dad imaginaria decidida por el poder”. tada.
Otra pancarta de Anaconda duerme en clase dice: Los hom-
bres del relato de Horacio Quiroga preparan sueros. No quieren
Distanciamiento: (1) lejanía que aproxima una extrañeza,
matarlas, sólo desean cazarlas, encerrarlas, darles de comer y
(2) golpe que abre la cabeza del pensamiento.
extraerles cada veinte días el veneno. ¿Imaginan una vida más
La astucia pedagógica del teatro de Brecht pretende con- dulce?
mover conciencias fascinadas, adormecidas, ausentes. La
noción de distanciamiento es su instalación crítica.4 Distan-
ciamiento como lejanía que posibilita advertir extrañezas Civilización: (1) sustancia que produce sopor, relajación
en lo que parece familiar, habitual, ostensible. La pedago- muscular, embotamiento de la sensibilidad, (2) narcosis de
gía brechtiana quiere desinstalar la apariencia fija y estable la que es difícil despertar.
de las relaciones humanas, sacudir vinculaciones natura- Francisco Pereña (1995) relata una historia ubicada en las
lizadas. Al comienzo de La excepción y la regla, los actores vísperas del nazismo que solía contar Jesús Ibáñez: un
dirigen al público esta advertencia: “...Debajo de lo cotidia- alemán de origen judío visita a un amigo alemán de ori-
no, descubran lo inexplicable. Detrás de la regla consagrada gen ario para contarle que decidió abandonar Alemania.
disciernan lo absurdo. Desconfíen de los gestos menores, de los El amigo, sorprendido, explica que nadie persigue a los
actos triviales, de todo lo que parece simple y sencillo. No acep- judíos, incluso opina que se trata de una exageración pa-
ranoica. El judío le cuenta: “Hice una encuesta entre la po-
4. La instalación estética es una intervención artística que aborda los espacios blación. Pregunté si les parecía correcto la eliminación de judíos
(de los museos y de la ciudad) comprometiendo todos los sentidos del es- y farmacéuticos”. En ese momento el amigo interrumpe:
pectador, trastornando el uso cotidiano de los objetos o dramatizando ideas
críticas. Trata de instalar un hueco o una hendidura para que acontezca una
experiencia inesperada. Las instalaciones estéticas son casi siempre críticas: 5. Entre nosotros, León Rozitchner (1990) piensa la crítica como el deseo de
caricias de inconformidad que cosquillean los sentidos. inventar una distancia en la sin distancia.

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“¿Por qué los farmacéuticos?”. A lo que el judío responde: al crimen”? ¿Los profesores viejos se vuelven asesinos? La
“Justamente eso preguntaron los consultados, esa es la confirma- chica desea preparar en tres semanas su examen para el
ción de que debo irme”. doctorado total. París es la capital de Francia, el año se divi-
de en cuatro estaciones, uno y uno son dos. La joven sólo
La encuesta como instalación conceptual, como artificio sabe sumar, no entiende el sentido de las restas. El profe-
que captura al espectador, de pronto, como participante sor explica que en el mundo no podemos estar seguros de
involuntario de lo mismo que se quiere indagar. No im- nada. Advierte, también, que no se trata de adivinar sino
porta el resultado estadístico de las respuestas obtenidas. de razonar. De pronto, la alumna siente dolor de muelas.
Interesa la pregunta como desencadenante de una situa- La inoportuna molestia obstaculiza la precisa transmisión
ción. La posición excéntrica de los farmacéuticos es un dis- de lo inefable. De a poco, la muchacha –al comienzo vivaz,
paro que acierta. inteligente, dinámica– se transforma: siente somnolencia,
abatimiento nervioso, la lengua se le hace pastosa, presenta
Uniforme: vestido que alucina la existencia de un único dificultad de memoria, manifiesta parálisis pensante, una
cuerpo. afasia incipiente. Al cabo, su cuerpo pasivo, blando, inerte,
Macedonio Fernández, en un texto en el que divaga so- inanimado, insensible, sin reflejos, es víctima de un horror
bre ventajas de la uniformidad, elogia el esfuerzo de la inesperado. Con ella, las asesinadas son cuarenta. ¡Tantos
humanidad de unificar procedimientos legales, medidas ataúdes llamarán la atención! ¿Qué va a suceder ahora?
de peso y longitud, señales de tránsito, leyes de matri- Nada. La gente está habituada, no pregunta. Al rato, una
monio, la hora oficial. Se declara, también, a favor de la nueva alumna llama a la puerta.
reducción de nuestro idioma. En el extremo del argumen-
to, recomienda: “Eliminar cosas con muchas palabras y cosas Acciones urbanas: (1) intervenciones artísticas en calles y
sin ninguna”. Descuenta para esta tarea los aportes de la espacios públicos, (2) movilización estética que intenta con-
universidad. mover el sopor perceptivo que domina la vida cotidiana.
El hombre de la vaca es una de las primeras acciones urba-
Dar una lección: (1) amonestar, reprender, (2) escarmentar nas realizadas en nuestro país con un sentido moralizador.
para siempre. Omar Viñole (nacido en la Provincia de Buenos Aires en
¿Por qué el profesor de La lección de Ionesco mata a la alum- 1904, es poeta, narrador, dramaturgo, ensayista) realiza
na de una cuchillada en el final de la obra? ¿La jovencita instalaciones mediáticas, reparte panfletos, hace arengas,
no quiere aprender? ¿Es desobediente, distraída, traviesa, expone manifiestos, casi siempre acompañado por una
mala alumna? ¿O las cosas ocurren así porque, como ad- vaca. Una de sus acciones se llama tarjeta de presentación:
vierte la sirvienta, “la aritmética lleva a la filología y la filología administra a una vaca un laxante mientras se pasea por el
Congreso de la Nación, el Jockey Club, la Academia Ar-

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gentina de Letras: se produce, en el ejemplar, una instantá- tir la situación se sobresaltan: murmullos, risas, sorpresa.
nea evacuación intestinal. ¿Prefiere un aula fresca? ¿El conocimiento es una carga
congelada? ¿Quiere significar que el trabajo intelectual es
Estas intervenciones urbanas (además de él mismo prota- ocioso, efímero, disolvente? ¿Se derrite por la alumna de la
gonizar a un luchador de catch para “demostrar que el ce- primera fila? ¿Un homenaje al hombre de la barra de hielo
rebro no está reñido con el músculo”) provocan que algunos de Titanes en el ring? ¿Señala que debemos aprovechar cada
califiquen su rebeldía de inútil, su literatura de bufonesca, instante? ¿El tiempo fluye hasta evaporarse como nuestras
su postura estética de acto despolitizador. vidas?
Viñole, que se gradúa de veterinario en 1932, siendo estu- Comienza la clase: cada tanto mira en dirección del escri-
diante instala frente a la Casa de Trejo, como se suele llamar torio, su voz se interrumpe, el agua está por llegar a sus
al edificio histórico sede del Rectorado de la Universidad libros, amenaza con invadir sus papeles, ya casi moja sus
Nacional de Córdoba, la primera universidad al aire libre y sin lentes. ¿Alguna pregunta?
techo que entrega títulos de Doctor en Dignidad o Doctor en
Depravatius Causas.6
Eficacia: (1) clave de los exitosos, (2) tirar tres tiros y acer-
tar cuatro veces.
Romper el hielo: (1) crear confianza, calidez, vencer la timi-
Francis Alÿs es un artista belga radicado en México. Al-
dez, salir de la parálisis, (2) descongelar lo que fluye.
gunas de sus instalaciones narran trabajos inútiles. Se fil-
El profesor se ubica detrás del escritorio, de espaldas a la ma en la calle empujando un bloque de hielo hasta que se
pizarra. Ordena papeles, libros, lentes de leer. Extrae de derrite por completo. En la II Bienal de Lima 2002, realiza
una bolsa una enorme barra de hielo que ubica sobre el un desplazamiento innecesario: en la periferia de la capital
escritorio junto a los otros objetos. Los primeros en adver- peruana, con quinientos voluntarios forma una larga hi-
lera de trabajadores para trasladar, con la ayuda de palas,
6. La excentricidad de la obra de Omar Viñole se trama en una atmósfera atra- una montaña de arena de cuatro metros de diámetro a una
vesada, también, por acciones de Oliverio Girondo, ideas de Macedonio Fer-
nández o invenciones de Xul Solar. La intervención frente a la Casa de Trejo se distancia apenas de diez centímetros. Un desplazamiento
encuentra mencionada en un artículo de Oscar Taffetani que aparece en Me- mínimo. Una actividad forzada, gratuita, improductiva.
moria Urbana. Nuevo Siglo, On line. Buenos Aires, domingo 6 de julio de 2003.
Viñole (1956) pretende instruir con sus acciones a la conciencia desgarrada de Una acción que parodia el ideal moderno de eficacia.
la patria, así comienza un texto suyo que se llama El hombre de la vaca, en la casa
de las leyes: “¿Pero llevó de verdad la vaca al parlamento argentino? ¡Ahí están las cró-
nicas de los diarios de la época como documento irrebatible! A las 11 de la mañana, de Pancarta: cartel de papel en el que se anota una idea.
un día de febrero del año 1935, por la calle Entre Ríos, un Hombre lleva del bozal a una
vaca. (...) La vaca había sido inoculada con pilocarpina y, a medida que subía el tramo Una pancarta de Anaconda dice: “Estudiar es trasladar una
en pendiente, pasaba su líquida tarjeta de visita, verde, dando coletazos (....) Llevaba a
cabo su más alta agresión a la casa de leyes, que no era tal para él. En esos tiempos se duda”.
había asesinado a un senador nacional en pleno recinto parlamentario...”.

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Juan Vucetich: nombre del creador, para nuestra policía, Aula magna: lugar para actos solemnes.
del método de las huellas dactilares para identificar per- La clase cincuenta y cuatro de N. N. La clase, espacio de sobre-
sonas. determinación política, proceso disciplinador. La clase, ex-
En su novela 1984, George Orwell presenta un apéndice posición de información, conocimientos. La clase, conexión
que titula Los principios de neolengua: un discurso para go- anónima, efímera, a veces sin lazo. La clase, exhibición de
bernar sentimientos, un instrumento para una cosmovi- habilidad, destrezas, erudición. Prohibido hablar en clase.
sión única, para un hábito mental perfecto. Tener clase, muestra de cultura, categoría, calidad social. La
clase dirigente, los que tutelan la vida institucional. La clase
La neolengua es un código que neutraliza divergencias. Si magistral, ocasión de los egocéntricos. Prohibido fumar en
el pensamiento se trama con vocablos disponibles, todo clase. La clase pública, instalación callejera de protesta, de-
lo que carece de palabras se vuelve impensable. Escribe nuncia, solidaridad, resistencia. La clase, colección de fór-
Orwell: “Por ejemplo: la palabra ‘libre’ aún existía en neolen- mulas para el examen. La clase, espacio de producción de
gua, pero sólo se podía utilizar en afirmaciones como ‘este perro saber. La clase, erótica sublimada. La lucha de clases, motor
está libre de piojos’, o ‘este prado está libre de malas hierbas’. de la historia. Prohibido comer y beber en clase. Ninguna
No se podía usar en su viejo sentido de ‘políticamente libre’ o clase de dudas. La clase pasiva, profesores mayores de se-
‘intelectualmente libre’, ya que la libertad política o intelectual senta y cinco. La clase, cotización simbólica: dime cuánto te
ahora no existían como conceptos y por lo tanto necesariamente pagan, te diré cuánto vale tu palabra. La clase de ropa del
no tenían nombre”. profesor, tatuaje económico. Prohibido asistir a clase en traje
La neolengua suprime palabras insurgentes y restringe el de baño. La clase de persona que cada uno es. Odio de clase,
léxico a un número de términos mínimos, indispensables. emoción enraizada en los cuerpos sociales.
Orwell describe reglas absurdas para disminuir el vocabu-
lario. “Cada reducción era una ganancia, ya que cuanto menor Odio: (1) sentimiento contra el causante de lo que me hace
era el área para escoger, más pequeña era la tentación de pensar”. sufrir. (2) revancha que consume toda mi energía. Odio re-
Extirpadas las ambigüedades, excluidas las palabras que cíproco: el que concentra mayor poder de destrucción.
admitan más de un significado, cada proposición será, por
La clase del odio es el título que Anaconda pone al fragmento
fin, exacta. Un sistema ideal de fórmulas, frases cortas e
que distribuye de la novela de Orwell:
inequívocas. Sin que nada sugiera ni evoque lo imprevisto
en la mente de los hablantes.7 “O’Brien pasa los Dos Minutos de Odio sentado en la misma fila
que Winston. Una mujer baja, de cabello claro, se ubica entre ellos.
7. No es la única vez que Orwell advierte la relación entre lenguaje y control
social. En un ensayo que se llama Politics and the English language anticipa
que los códigos de Estado contaminarán la vida cotidiana. Intuye que, de nistrativos (el horario de atención es hasta las 16 horas), de las rutinas burocrá-
a poco, se impondrá el lenguaje instrumental de los funcionarios policiales ticas (sin su número de identificación no puedo hacer nada). Citado por Ricardo
(afirmativo, negativo, un individuo de sexo masculino), de los empleados admi- Piglia en Prólogo a Ricardo Carreira (1996) Poemas. Editorial Atuel. Bs. As.

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La joven morena se sienta detrás de Winston. Un espantoso sonido Cambiar la vida: función de la poesía para Rimbaud.
viene desde la pantalla. El ruido hace doler los dientes, pone los Para cambiar la sociedad, Enrique Pichón Rivière coordina
pelos de punta, eriza la piel. Comienza el Odio. El público silba en 1958 la Experiencia Rosario, una acción que se propone
cuando aparece Emmanuel Goldstein. La mujer de pelo claro grita. transformar interacciones y disolver fantasmas colectivos
Goldstein es el Enemigo. Tiene rostro de oveja, voz de lobo. Pro- que impiden ese cambio. Realizada en la Facultad de Cien-
nuncia un discurso envenenado, exagerado, perverso. Hasta un cias Económicas de la Universidad de Rosario, participan
niño se da cuenta de que miente. Insulta al Gran Hermano. Exige profesores y estudiantes (de filosofía, psicología, diploma-
libertad de palabra, libertad de prensa, libertad de reunión, liber- cia, medicina, ingeniería, ciencias económicas), artistas,
tad de pensamiento. Mientras habla, desfila por detrás un ejército deportistas y otras personas de la ciudad.
de asesinos. El ritmo de las botas acompaña su voz hiriente. Los
espectadores no contienen la ira ante esa visión del horror. Basta Una jornada interdisciplinaria, inspirada en técnicas de la-
ver a Goldstein para sentir desprecio, aversión, resentimiento. Al boratorio social de Kurt Lewin, que alterna reuniones plena-
minuto, el Odio llega al frenesí. Todos saltan, aúllan enfurecidos. rias con encuentros en pequeños conjuntos heterogéneos
La mujer de pelo claro se pone roja. O’Brien estalla indignado. La y homogéneos (quince grupos reunidos al azar, cinco de
joven morena sentada detrás de Winston grita: ¡Cerdo! ¡Cerdo!, medicina psicosomática, tres de psicología, uno de boxea-
mientras arroja un diccionario contra la nariz de Goldstein. Wins- dores, uno de estadística, uno de pintores y uno de corre-
ton se siente como los demás. ‘Un éxtasis de miedo y venganza, un dores de seguros).
deseo de matar, torturar, de aplastar rostros con un martillo, reco-
Pichon se propone realizar el ideal de una comunicación
rre a todos los presentes como una corriente eléctrica, convirtiendo
plural, creativa, solidaria. Una experiencia –en la que el
a cada uno, incluso contra su voluntad, en un loco gesticulador
aprendizaje se piensa como dramática vincular– que so-
y vociferante’. Pero la rabia es una emoción que puede cambiar
porta las contradicciones y las trabaja. Un encuentro en el
de objeto. Así, por un momento, el odio de Winston no se dirige
que se dramatiza la tensión entre vivencias entristecidas
contra Goldstein, sino contra el Gran Hermano, contra el Partido,
por el abandono de ideas conocidas y la temerosa insegu-
contra la Policía del Pensamiento. Su corazón se pone de parte del
ridad provocada por ideas extrañas. Una provisoria convi-
solitario hereje de la pantalla. Pero al instante, vuelve con la ma-
vencia grupal como proximidad de los que se curan de la
yoría. Otra vez siente que Goldstein es un brujo siniestro capaz de
soledad irremediable. Una temporada entre convalecientes
acabar con la civilización. Odia a Goldstein, Adora al Gran Her-
que atraviesan un proceso de cambio. Un pasaje comparti-
mano. Sin embargo, esa vez Winston hace un esfuerzo. Desvía su
do desde el sentido común hasta la formación de un espíritu
odio en dirección de la joven morena. Pasan por su cabeza ráfagas
científico. Una revuelta contra los estereotipos que, a la vez
alucinadas. Le daría latigazos hasta matarla. La ataría desnuda.
que protegen, clausuran caminos. Una apuesta a que los
La atravesaría con flechas. La violaría y, en el instante de máximo
grupos como espacios de disolución de la arrogancia de
placer, le cortaría la garganta. En ese momento, se da cuenta de
los nombres propios, posibiliten conductas plásticas, flexi-
que la odia porque es morena, joven, bonita”.

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bles, abiertas. El ideal de una acción microsocial curativa. muñecas y tobillos del estudiante. Un medio para erradicar la
La creencia en el pensamiento colectivo como lógica supe- antipática circunstancia de los que se levantan en plena clase
radora del capitalismo. dejando al profesor con la palabra en la boca o con sus notas sin
comenzar”.
Disuadir: inyectar miedo.
Amnistía Internacional denuncia que el cinturón paraliza- Asistencia obligatoria: (1) recurso institucional, (2) fachada
dor, un mecanismo que actúa por choque eléctrico, viola del deseo.
derechos humanos. En los Estados Unidos se lo utiliza, en La inventiva no tiene límites. En clases teóricas numerosas
centros penitenciarios, durante juicios y traslados para in- de la Facultad de Psicología se idean soluciones para con-
movilizar, si fuera necesario, a individuos peligrosos. trolar la asistencia obligada. En una Cátedra, luego de pro-
bar diferentes métodos, se establece el siguiente procedi-
El cinturón detona un golpe eléctrico de cincuenta mil vol- miento: al comienzo de la clase se reparten tres anotadores
tios. La corriente de alta tensión entra en el cuerpo a través (se compran los más económicos), se distribuyen en sitios
de electrodos ubicados a la altura de los riñones. Se lo pue- estratégicos, distantes entre sí; los cuadernillos circulan de
de activar desde noventa metros de distancia. La descar- mano en mano mientras se expone el tema del día. Esa pre-
ga, que dura ocho minutos, causa una inmediata reacción sencia callada que recorre el aula compite sin violencia con
paralizante acompañada de incontinencias. El prisionero las palabras del catedrático. Conviene anunciar que cada
siente dolor en cada músculo. Una vez activado no se pue- firma será examinada por un experto para evitar fraudes.
de parar. Hay alumnos que se anotan y se retiran sigilosos, saben
Según el fabricante la efectividad del cinturón aumenta hacerse invisibles. Otros, más temerosos, escapan cuando
con el miedo. El botón puede ser pulsado en cualquier mo- el profesor apunta algo en el pizarrón. Los accidentes son
mento. Además de folletos explicativos, la empresa ofrece inevitables. Puede suceder que una alumna cautivada por
un video que ilustra cómo operar “esta nueva y exitosa he- la clase se olvide de firmar y se la de por ausente, circuns-
rramienta de disuasión psicológica”.8 tancia que recién advierte cuando le anuncian que se que-
dó libre por faltas. Aunque el efecto contrario es más fre-
cuente: los alumnos cumplidores se distraen o desatienden
Atados a la silla: atención lograda. al profesor, concentrados en rastrear por dónde andan los
Otra pancarta de Anaconda duerme en clase promociona una cuadernos. Se cuenta un extraño episodio: llegan a la vez
silla sujetadora de cuatro puntos: “Se atan al mismo tiempo hasta una alumna los tres anotadores, según el relato, tras
firmar se queda dormida, la despierta el barullo nervioso
8. A propósito de la disuasión: el cinturón paralizador sería innecesario si que invade el aula, pronto distribuye las libretas a sus cos-
palabras como fuga, huida, escape, hubieran sido extirpadas, a tiempo, del
universo representacional de los reclusos.
tados y, entonces, retorna la calma.

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Los anotadores son designados con diferentes nombres: A de la ciudad en escenas cotidianas: una señora que espera
no dadores. Anonadadores. Ah!, no nada, ¡Dolores! el colectivo, un policía mientras llena una multa de tránsito,
un perro haciendo sus necesidades junto a un árbol. Se lee
en un manifiesto escrito a las 11.30 del 24 de julio de 1962:
Círculo: perfección del encierro.
“El arte vivo es la aventura de lo real. El artista enseñará a ver no
El profesor ordena papeles, libros, lentes de leer. Traza, en con el cuadro sino con el dedo. El arte vivo busca el objeto, pero lo
un costado del escritorio, un círculo de tiza. Por fuera del deja en su lugar, no lo transforma, no lo mejora, no lo lleva a una
redondel escribe: “Miércoles 23 de octubre del 2003, clase Nú- galería de arte. Quiere terminar con la premeditación que significa
mero 8”. Deja la tiza en el pizarrón. Con pasos que se hacen galería y muestra. Debemos meternos en contacto directo con los
notar se mete dentro del círculo. Comienza la clase. De a elementos vivos de nuestra realidad. Movimiento, tiempo, gente,
poco, da a entender que sólo puede moverse en la estrechez conversaciones, olores, rumores, lugares y situaciones”.
de ese espacio dibujado sobre las baldosas. Los primeros
en advertir la situación se sobresaltan: murmullos, risas,
sorpresa. ¿Un mensaje de que cada uno habita en un domi- Contraseña: secreto de los que están en el mismo bando.
nio miserable? ¿El círculo de tiza vuelve visible al profesor Anaconda duerme en clase reparte este texto el día de ins-
como objeto de la cultura universitaria? ¿Construyó una cripción a materias: “Moldes de la memoria. El santo y seña es:
defensa para protegerse de la contaminación de ideas que ¡qué te van a tomar!”.
lo invaden? ¿Recomienda no dar pasos innecesarios? ¿Una
explicación de lo que es un círculo vicioso? ¿Indica que
Autenticidad: (1) mostrar lo que es, (2) expresar lo que se
vivimos rodeados de una frontera invisible?
siente, (3) emoción certificada por una autoridad.
Su voz se escucha más comprimida que otras veces. ¿Al- Conducta en los velorios de Julio Cortázar (1962) narra una
guna pregunta? simulación ejemplar. La acción moral de un comando emo-
cional. La ocupación de un velorio ajeno como reivindica-
ción de pasiones genuinas. Una instalación que desnuda
Enmarcar lo que huye: rodear, por un instante, la vida.
la hipocresía de parientes que fingen tristezas o sólo cum-
Antes de que desaparezca inadvertida.
plen con las apariencias.
En 1962, el argentino Alberto Greco realiza la Primera Mues-
tra de Arte Vivo. Se trata de un conjunto de acciones en las La intervención se pone en marcha cuando el estudio pre-
que enmarca transeúntes que andan en la calle con un círculo vio concluye que el duelo no es sincero. El plan se cumple
de tiza que luego firma. Estas intervenciones comienzan en con precisión: llegada al lugar, ocupación de puntos es-
París, se trasladan luego a Roma, Buenos Aires, Nueva York, tratégicos, actuaciones de llanto escalonadas, sufrimiento
Madrid. Encierra dentro de un espacio fugaz a personajes constante, relevos dosificados, discursos de despedida.

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Una organización invisible avanza con estricto orden sin Pasividad: conformidad no confesada.
dar la impresión de algo preparado. Al principio, los parien- El manifiesto del Grupo de Investigación de Arte Visual de
tes directos intentan demostrar que el muerto les pertenece, 1963 (que lleva, entre otras cuatro firmas, la del argentino
que nadie más que ellos tienen derecho de llorar así en esa Julio Le Parc) es una declaración de inquietud, desconcier-
casa. Pero, de a poco, los extraños conquistan las posiciones to, hastío. Denuncia la idea de un arte para iniciados, los
de mayor aflicción, hasta adueñarse de ese dolor.9 artistas considerados como profetas, el mito de la creación.
Advierte que ocurre lo mismo, ahora, con los grupos con-
Enrarecer: hacer visible lo visible. siderados como superindividuos. Revaloriza al espectador y
propone “interesarlo en una acción que despierte sus cualidades
El profesor se ubica detrás del escritorio, de espaldas a la positivas en un clima de comunicación y de interacción”. Imagi-
pizarra, ordena papeles, libros, lentes de leer. Extrae de na la conexión entre espectadores: conciencias que partici-
una bolsa dos latas de aceite para autos de cuatro litros pan, se aproximan, tocan algo, lo rompen, lo transforman.
vacías. Les hizo colocar una manija invertida, de manera Pretende “sacar al espectador de su dependencia apática que le
de poder ajustar sus pies cuando calza sus zapatos arriba hace aceptar de una manera pasiva, no solamente eso que se le
de cada recipiente. Los primeros en advertir la situación impone como arte, sino todo un sistema de vida”.
se sobresaltan: murmullos, risas, sorpresa. ¿Se siente por
encima de todos? ¿Un acto solidario con los de poca es-
Aporrear: golpear con violencia con una cachiporra o bas-
tatura? ¿Anda en zancos para divertirnos? ¿Una metáfora
tón, (2) voz cariñosa presente en el refrán “Porque te quiero,
de los equilibrios cotidianos que se necesitan para poder
te aporreo”, (3) acción represiva acompañada de la fórmula
mantenerse en ese lugar?
“que parezca un accidente”.
Comienza la clase, su voz se escucha más insegura que La noche de los bastones largos: un mes después del golpe
otras veces, camina con dificultad, torpeza, incomodidad. de Onganía, 29 de julio de 1966, las universidades nacio-
Tras cada paso, se escucha un ruido de casco contra el piso nales son intervenidas, ocupadas, clausuradas. Anulan la
de baldosas del aula, casi se cae. ¿Alguna pregunta? libertad académica y el autogobierno universitario. Miles
de profesores renuncian a sus cátedras.
9. Julio Cortázar en el Libro de Manuel (1973) narra una serie de acciones po-
líticas que denomina actos de contestación. Intervenciones disparatadas que
siguen lógicas de las instalaciones estéticas: como producir un largo alarido Tapia: (1) muro, (2) sordera del poder.
en un cine justo en el comienzo de una escena erótica y luego sentarse tran-
quilamente diciendo “a veces me pasa” o saludar en un ómnibus con amabi- Un conjunto de artistas realiza en 1966 la Bienal Paralela de
lidad y educación largamente al conductor antes de descender provocando
demoras y nerviosismos en los pasajeros o decidir comer de pie en un res-
Córdoba como respuesta a la III Bienal Americana de Arte.
taurante elegante ante la sorpresa y molestia de todos y terminar explican- El último día anuncian una experiencia que se llama: “En
do: “si como de pie es porque vivo de pie desde el mes de mayo”, haciendo alusión el mundo hay salida para todos”. El público espera, el espa-
a los acontecimientos de Mayo del 68 en Francia.

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cio está vacío, artistas y estudiantes se retiran. Tapian la estación Anchorena del ferrocarril (en ese momento aban-
entrada, clavan la puerta. No hay más aberturas. Encerra- donada) que está a la altura de Martínez.
dos, prisioneros, sin posibilidad de escape, son obligados
a estar allí. Se generan tensiones. La atmósfera es violenta. Durante el viaje, las acomodadoras insisten en el estricto
Una hora después, artistas y estudiantes vuelven al lugar: respeto de los tiempos. Los primeros bajan en la puerta
cantan consignas a favor de la universidad y recuerdan al de la sala, para volver a partir a las 15:25 con destino a la
estudiante Santiago Pampillón, asesinado por la represión estación de la zona norte.
policial el 7 de septiembre de 1966, cuarenta días después En el teatro todo es confuso, desordenado, simultáneo, yux-
de la intervención de las universidades. tapuesto. El público ingresa en la sala oscura, suena una
batería, sobre una pared se proyecta un film en el que una
Boquete: (1) apertura estrecha e irregular, (2) secreto de la figura vendada se contorsiona y se agita con violencia para
fuga. liberarse de las ataduras, una actriz en vivo repite super-
puesta en la improvisada pantalla contorsiones semejantes
En un texto sobre vanguardia y comunicación de masas que se
a las del personaje de la película. Mientras tanto, los que
llama “Después del pop: nosotros desmaterializamos”, Oscar
viajan directamente a la estación, una vez en el lugar, deben
Masotta expone, en 1967, un artificio planeado. La cons-
esperar el arribo del helicóptero a las 16 horas (que volará
trucción de una experiencia (El Helicóptero) para “hablar no a
cinco minutos sobre ellos) y la llegada, posterior, del otro
los ojos sino al entendimiento”.10
grupo.
Son las dos de la tarde del domingo 16 de julio, ochenta
La actividad sigue un preciso diseño de horarios: las cua-
personas esperan en el hall del Instituto Di Tella, mientras
renta personas del teatro, luego conducidas a la estación,
las acomodadoras dan instrucciones. La concurrencia se
llegan tarde, está previsto que no puedan ver el helicóp-
divide en dos, cada participante se acomoda en un micro
tero. Explica Masotta: “Pero esta ‘llegada tarde’ está planea-
según el número par o impar que figura en su entrada.
da, lo que daba a la secuencia de acontecimientos su carácter de
Los horarios se cumplen con rigor (14:30 suben a los coches ‘excepcional’; en la vida cotidiana se llega tarde contra la propia
ubicados en la puerta, 14:40 parten los pares; 14:45, los im- voluntad o por accidente. Aquí, al revés, la llegada tarde era una
pares). Los vehículos tienen diferentes destinos. Unos se ‘necesidad’ de la estructura planeada”.
dirigen a un teatro (Theatrón) situado en el subsuelo de una
Son engañados: se los hace apurar para nada. Un artificio de
galería ubicada en Santa Fe y Pueyrredón, los otros a la
distracción, tardanza, emboscada, deja ver un boquete de
tiempo. Hendidura de un acontecimiento siempre en fuga.
10. Con el término desmaterialización, Masotta se refiere a un acto que se des- Explica Masotta: “El Helicóptero, por su parte, también res-
prende del objeto físico como soporte material del mensaje artístico. Piensa pondía a un fin estratégico: robarle a la mitad de la audiencia la
que, así, la estética deviene acción, concepto, crítica.

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visión directa del helicóptero para hacérsela recuperar únicamen- Sobrante: lo que derrama el decir.
te por el relato oral de quienes lo habían visto”. Del manifiesto de Anaconda duerme en clase: Experiencia no es
traducción directa de una percepción original. La cosa recién vivida
Al final, todos se reúnen: unos estuvieron en el sitio en el
se nos presenta ya narrada. El discurso de la experiencia se enhebra
que otros no estuvieron. Asisten a la narración oral de una
entre algo dicho y algo que se dice. Pero ese relato que es la expe-
ausencia: cada uno cuenta a otro lo que no pudo ver para que un
riencia de cada cual, siendo algo ya dicho no es simple redundancia
semejante, a su turno, le narre lo que no pudo presenciar. Masotta
de lo ya hablado. Pensar no es sólo reflejar un hablado que sobra
explica así esa circunstancia: “construir, por la reciprocidad de
(sobre hablado). Pensar es, también, hacer hablar a lo que sobra. Lo
los relatos, la historia del grupo, es decir, su memoria unitaria, y
que sobra no es, así, lo que está de más, sino ese más decir que nos
en consecuencia al grupo mismo, como unidad social”.
vuelve habitantes de una experiencia.
Contar a otro algo que no pudo ver. La unidad imposible
como contrato de miradas. Explica Masotta: “El Helicóptero
Lectura: soledad habitada por el pensamiento de otro.
invertía la idea de simultaneidad como desorden: al proponer dos
situaciones simultáneas en el tiempo pero aisladas y separadas El profesor distribuye adhesivos en todas partes (en apun-
en el espacio, mostraba la simultaneidad como constituyendo la tes que vende el Centro de Estudiantes, en la cartelera, en
base de la comunicación y del lenguaje. La imagen de dos o más paneles colgados en pasillos, en espejos de los baños, en
acontecimientos produciéndose al mismo tiempo sólo arrastra asientos del aula, junto a los avisos de prohibido fumar, en
una estética del desorden y del bombardeo si esos acontecimien- bares de la zona, sobre las espaldas de algunos volunta-
tos son producidos en un mismo recinto”. rios). El anuncio indica el nombre de la materia, la frase:
“¡¡Las preguntas del parcial!!”, un número de teléfono. Los
La acción de Masotta dice sobre el poder productor de estruc- que llaman se encuentran con esta grabación: “Usted se ha
turas, invisibles en la vida cotidiana, reveladas, ahora, por la comunicado con el contestador automático de nuestra materia.
instalación (horarios, simultaneidad, distancias, llegada tarde
buscada). Sugiere que nunca se tiene relación directa con la mite de boca en boca. Sugiere que los relatos se nutren de la lejanía y de
experiencia. La situación total (si algo así existiera) es una fic- la proximidad. La distancia y el vagabundeo son fuentes del saber. El que
vuelve de un viaje tiene cosas para contar. El viaje mismo se realiza en los
ción hecha de relatos innumerables. Habitamos narraciones oídos del que no estuvo. La otra razón del relato es la cercanía. El saber
de circunstancias en las que no estuvimos, en las que nunca colectivo como memoria participada del testigo. El que no se ha ido nun-
ca cuenta historias, secretos y mentiras del lugar. Las figuras del narrador
estaremos, incluso habitamos el relato de circunstancias en están representadas por el navegante que recorre todos los mares y por el
las que sí estuvimos. Puedo decir que estuve en un sitio cuan- labrador que echa raíces en la tierra en la que ha nacido. Benjamin piensa la
narrativa como oficio de labradores y navegantes. La potencia del que está
do mi estadía se vuelve relato requerido por otro.11 en viaje, del que está en tránsito, del que permanece extranjero y la potencia
del que hace residencia, su casa, en el sitio que le pertenece y no le pertene-
ce (porque ese territorio que habita es, ha sido y será también de otros). La
11. La experiencia El Helicóptero, recuerda ideas que Walter Benjamin expo- narración como conjugación de una memoria de lo próximo y una memoria
ne en El narrador (1936). Dice, allí, que una narración vive cuando se tras- de lo lejano.

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Si quiere conocer las preguntas del parcial, marque 1; si quiere Pasaje del lenguaje a un código, de pensamientos dispersantes a
conocer las respuestas marque 2; si necesita hacer otra consulta, fórmulas que reúnen. Burocratización como poder que gobierna
hágalo en clase. Si marca 1: Las preguntas son: ¿un parcial es sobre lo uniforme. La uniformidad como política de eliminación
una oportunidad de aprendizaje? ¿La lectura es una experiencia masiva”.
de soledad habitada por pensamientos de otros? ¿A veces, acuden
a esa cita ideas, recuerdos, datos, saberes? ¿Preparar un parcial
Pedestal: rectángulo de madera que sostiene una ilusión
es llamar a esa posibilidad? No se moleste en marcar la opción 2,
caída.
no pudimos grabar ninguna respuesta. Gracias”.
La familia obrera es una obra que Oscar Bony presenta en
la muestra Experiencias Visuales ‘68 del Instituto Di Tella.
Espectador burlado: el que queriendo curiosear la vida aje- La instalación se compone con Luis Ricardo Rodríguez,
na, se encuentra (a solas) en su intimidad. matricero, residente en Valentín Alsina, su mujer Elena
Roberto Jacoby a mediados de los sesenta realiza una obra Quiroga y su hijo Máximo, sentados sobre un pedestal. Se
en la que interviene un contestador. Reparte en baños, ba- escuchan sonidos cotidianos del hogar grabados por el ar-
res, colectivos, estaciones, cartelitos con una foto suya, otra tista. En medio de la sala, comen, fuman, leen, conversan,
de su novia, y un número de teléfono (que pertenece al el chico hace los deberes. Exposición de un grupo humano.
Instituto Di Tella). Como todavía no se conocen los actua- Algunos, escandalizados, tratan de convencerlos de que
les contestadores automáticos, junto con un amigo físico, abandonen el instituto. Se lee sobre la plataforma: “Luis
diseña un mecanismo con un grabador que hace funcio- Ricardo Rodríguez, matricero de profesión, percibe el doble de lo
nar una cinta cada vez que suena el teléfono. La grabación que gana en su oficio, por permanecer en exhibición con su mujer
dice: “Usted ha visto un cartel con las fotos de un hombre, una y su hijo durante la muestra”.
mujer, y un teléfono. Al llamar, ahora, ha desencadenado un cir-
cuito de comunicación. Este contacto no informa nada más que
Gigante: ser inmenso.
esto. Luego de treinta segundos, usted volverá a quedarse solo,
consigo mismo”. Retrato de Freud es una pintura sobre chapa que Alfredo
Rodríguez Arias presenta en 1968 en Buenos Aires. Encar-
ga la obra a una persona que pinta carteles que anuncian
Uniformidad: política de eliminación masiva. películas. La imagen es gigante.
Otro fragmento del manifiesto de Anaconda duerme en cla-
se: “La burocratización de la enseñanza no sólo se realiza como
Angustia: ausencia de amo.
implantación de una cultura del trámite (inscripciones, control
de asistencia, cronograma académico, fechas a cumplir, papeles El seminario El acto psicoanalítico se interrumpe en mayo de
que presentar). Burocratización como poder de las sentencias. 1968. Lacan adhiere a la huelga del Sindicato de Enseñanza

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Superior. Opina que la rebelión de los estudiantes franceses no se transmite como cualquier otro saber. ¿Gobernar, educar,
interroga la relación entre deseo y saber. Sugiere consultar La analizar: profesiones imposibles? La subversión psicoanalítica
ciencia y la verdad, un texto que firma en diciembre de 1965. sitúa aquello contra lo que ustedes se rebelan. El discurso del
Amo, de la Universidad, de la Histérica, del Analista. Lógicas
En una reunión de su escuela, el 14 de mayo, alguien pre- de la incompletud. La verdad se dice a medias. La castración no
gunta a uno de los líderes de la revuelta: “¿Esperan algo es chiste. No hay nada que sea todo. ¿Afásicos? Esclavos del ré-
de los psicoanalistas?”, a lo que el otro responde: “¡Que nos gimen que combaten. El programa revolucionario aspira a un
ayuden a tirar piedras!!!”. Lacan piensa que se trata, tam- Amo. Ese objeto sin el cual no hay angustia es el objeto (a).
bién, de lanzar el objeto (a). Objeto que nunca se alcanza,
que impide concluir, que nos hace hablar.
Amansar: apaciguar una potencia.
Alguien informa que en Nanterre, lugar de inicio de la agi-
El asalto a la conferencia de Jorge Romero Brest se realiza
tación, los estudiantes abrazan ideas de Reich sobre las re-
en Rosario el 12 de julio de 1968. Mientras el público sigue
laciones entre los sexos. Lacan lamenta que esas ilusiones
la charla, diez artistas interrumpen la exposición gritando
energéticas, a veces, se confundan con el psicoanálisis.12
a coro: “Aquí estamos, Jorge Romero Brest!”. Tienen tareas
Diecinueve meses después, ochocientas personas asisten asignadas, uno saca al disertante de escena, algunos se
para escuchar a Lacan en el anfiteatro del centro experi- ubican frente al público, alguien se prepara para cortar la
mental universitario de Vincennes. Algunos estudiantes luz, otro lee la proclama, por momentos recitan a coro. Co-
interrumpen. Hay intervenciones agresivas. El hombre no mienza uno de los artistas: “Señoras y señores, les comunica-
se resuelve en una ecuación. El psicoanalista es un policía. El mos que esto es un asalto a la conferencia de Romero Brest, y que
analizante se ocupa sólo de sí mismo. ¡Curas modernos! ¿El psi- en el lugar de él, vamos a hablar nosotros, aunque por muy poco
coanálisis es revolucionario? Mientras nosotros estamos aquí, tiempo, porque consideramos que las palabras no constituyen un
fueron detenidos 150 compañeros de Bellas Artes. Sus juegos de testimonio perdurable y pueden ser fácilmente tergiversadas, en
palabras no dicen nada. ¡Abajo la universidad burguesa! cambio lo que queremos que recuerden es el acto en sí, esta peque-
ña violencia que hemos perpetrado al imponerles a Uds. nuestra
A Lacan le cuesta explicarse. Lleva años tratando de expre- presencia. Y estamos aquí porque Uds. han venido a escuchar
sar lo que un psicoanalista tiene para decir. El psicoanálisis hablar de arte de vanguardia y de estética, y el arte de vanguar-
dia y la estética es lo que nosotros hacemos. Estamos aquí porque
12. Nicolás Casullo (1998) recuerda que la rebelión se inicia en la Universi- Uds. evitan encontrarse directamente con nuestras obras de arte,
dad de Nanterre. “Reclamos de los estudiantes exigieron que no se dividiesen por como si tuvieran miedo de que trastornen vuestras vidas, y sin
sexos los edificios dormitorios de las facultades, y cuestionaron el autoritarismo y la
vacuidad pedagógica. Fue en Nanterre donde surgió el Movimiento 22 de Marzo, embargo vienen aquí a que se les hable de ellas, a consumir el
protagonista central de la historia, a partir de una asamblea que se realizó ese día y residuo amansado y digerible. Estamos aquí, además, porque la
en la cual los alumnos exigieron la liberación de algunos compañeros detenidos por
trifulcas anteriores”.
institución que de por sí es Romero Brest, más la institución de

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la ‘conferencia’ dentro de las paredes de esta ‘institución’, más plices se distribuyen en distintos lugares del aula sin lla-
Uds. conjugados, representan perfectamente el mecanismo de la mar la atención. Comienza la clase como siempre. Al rato,
burguesía, que absorbe, tergiversa y aborta toda obra de creación. los secuaces hacen la primera interrupción. Se ponen de
Para oponerse a ello, para demostrar nuestra actitud de indepen- pie. Las intervenciones son breves. Hablan todos al mismo
dencia y libertad frente a ese mecanismo que pretende transfor- tiempo. Las voces se superponen. Los datos se mezclan.
mar el arte ‘en ovejitas de sacrificio’, es que aquí les ofrecemos a Dicen algo audible e inescuchable a la vez. Cuando ter-
Uds. y a Vuestras Conciencias, este acto, este simulacro de aten- minan, se sientan en silencio, como si no hubiera pasado
tado, como una Obra de Arte Colectiva, y también los principios nada. Al rato repiten la acción. Irrumpen cuatro veces en
de una nueva estética. (Corte de luz; en la oscuridad, siguen total. Cada uno repite lo suyo: “Mientras nosotros estamos
a coro). Creemos que el arte no es una actividad pacífica ni de aquí, en el mundo, 25000 personas mueren de hambre cada día”.
decoración de la vida burguesa de nadie. Creemos que el arte sig- “Mientras nosotros estamos aquí, 19 millones de argentinos es-
nifica un compromiso activo con la realidad, activo porque aspira tán bajo la línea de pobreza”. “Mientras nosotros estamos aquí,
a transformar esta sociedad de clases en una mejor. Por lo tanto, en el mundo, 2400 millones de seres humanos no tienen acceso
debe inquietar, constantemente, las estructuras de la cultura ofi- a sistemas sanitarios básicos”. “Mientras nosotros estamos aquí,
cial. En consecuencia declaramos que la vida del ‘Che’ Guevara en nuestro país, el 15% de jóvenes entre 15 y 24 años no estudia
y la acción de los estudiantes franceses son obras de arte mayores ni trabaja”. “Mientras nosotros estamos aquí, en el mundo, 325
que la mayoría de las paparruchadas colgadas en los miles de millones de niños no están escolarizados”. “Nuestro país produ-
museos del mundo. Aspiramos a transformar cada pedazo de la ce 3 pobres por hora”.
realidad en un objeto artístico que se vuelva sobre la conciencia
del mundo revelando las contradicciones íntimas de esta socie- Tras cada interferencia, el profesor retoma lo que estaba
dad de clases. Mueran todas las instituciones, viva el arte de la diciendo sin inmutarse. ¿Alguna pregunta?
Revolución!!”. Terminan, abandonan la sala. Vuelve la luz.
Estetizar: despojar a una obra de su peligro, su urgencia,
Al retomar, Romero Brest, casi sin inmutarse, dice con
su dolor.
calma: “Yo vine a hablar de la vanguardia. Bueno, esto es la
vanguardia”.13 Tucumán Arde es una muestra colectiva que denuncia, en
1968, el hambre, la pobreza, la desocupación, de una provin-
cia argentina. Una obra de arte de vanguardia que toma, ocu-
Inmutarse: dejarse afectar por lo que está pasando. pa, contamina, el edificio de la central obrera de Rosario.14
El profesor se ubica detrás del escritorio, de espaldas a la
pizarra. Ordena papeles, libros, lentes de leer. Seis cóm-
14. Se inaugura el 3 de noviembre de 1968 en el local de la CGT de los Ar-
gentinos regional Rosario. Y se prolonga durante quince días, una semana
13. Al día siguiente, el grupo devuelve a Romero Brest los fondos que el Ins- más de lo programado. Trasladada, luego, a la sede de Buenos Aires es clau-
tituto Di Tella había destinado para auspiciar un ciclo organizado ese año. surada enseguida.

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Objeta la complicidad estetizante de las instituciones ofi- datos presentados en diferentes soportes plásticos; paneles
ciales con un sistema social injusto, violento, criminal. El fotográficos; cartas escritas por padres a maestras tucuma-
mito individualista de la inspiración, del genio, del talento nas; intervenciones gráficas sobre recortes periodísticos;
personal. La obra como belleza complaciente. La pasivi- itinerarios activos del espectador entre cajas de alimentos
dad como conformidad del espectador. para la provincia; sacudidas del espacio (cada treinta mi-
nutos se apagan las luces para recordar la muerte de un
Tucumán Arde piensa la acción estética como potencia po- niño tucumano).
lítica transformadora. La creación como producción colec-
tiva. El pensamiento como máquina que conjuga artistas, Cierta atmósfera de Tucumán Arde se recrea en los edificios
intelectuales, técnicos, trabajadores. Subversión de saberes de nuestras facultades. A veces, el espacio se satura. Algo
que se unen para violentar lo instituido, estallar lo acallado, que no tiene lugar trata de decirse. Todo se llena de carte-
liberar las conciencias. Una denuncia que sobreinforma. les hechos a mano. Restos de una idea “sin los relámpagos de
La redundancia, la saturación, la proliferación de hechos ese instante de peligro”.
como combate estético, teórico, político, contra los medios
de comunicación manipulados por las clases dominantes.
Banalidad: orgullo del lugar común.
Contra las mentiras sobre recuperación económica de la
provincia. Contra los deshechos que se ocultan tras el cie- Otro fragmento del manifiesto de Anaconda: “El ideal del
rre de los ingenios azucareros, la destrucción sindical, la teórico comprensible: A veces lo comprensible coincide con lo
represión violenta a trabajadores. previsible: aquello que se ha escuchado cientos de veces. Con el
tiempo, la previsibilidad deviene banalidad”.
La obra tiene diferentes momentos. Estudio, recopilación
de material documental sobre la realidad tucumana, via-
jes de reconocimiento, contacto con artistas, intelectuales, Anonimato: (1) poder secreto, (2) potencia todavía no cap-
trabajadores de la provincia. Encuestas, entrevistas, repor- turada.
tajes, fotografías, grabaciones, filmaciones. Voces intelectuales se hacen oír fuera de las universidades.
Aparecen tres volúmenes entre 1973 y 1977 de la revista Li-
La muestra es el trabajo de un colectivo de investigación. teral. Un colectivo que trama la intriga ensayística entre li-
Una envoltura político existencial que incluye una cam- teratura y psicoanálisis. Jóvenes ostensibles en el anonima-
paña publicitaria; pintadas callejeras; volanteadas en la to. La omisión del nombre propio en Literal hace conexión
ciudad; diseño de afiches; publicación de documentos bi- con la revista Scilicet que Lacan dirige en París. La falta de
bliográficos; cuadros estadísticos sobre mortalidad infantil, nombre como incomodidad, inquietud, equívoco.
desnutrición, desempleo; carteles al estilo político urgido,
instantáneo, descuidado; proyección de diapositivas y Transcribo dos de los ocho puntos del afiche de presentación
documentales; bandas sonoras con voces de pobladores; que irrumpe en las paredes de la ciudad de Buenos Aires el

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27 de octubre de 1973: “2. Porque no basta escribir para saber En su obra Voces (1989), relata en boca del personaje es-
qué significan las palabras, el texto se define en una ambigüedad tados casi sin representación. Especies del vacío, acciones
que es condición de su legitimidad: si todo estuviese dicho en la desaferradas de referencias. Dice el actor mientras reali-
superficie de cada palabra, no habría nada que leer en la relación za todos los movimientos que va mencionando mientras
que hay entre ellas. 3. Porque la literatura se hace con palabras de habla: “Mirando al frente. Tal vez de perfil. Ahora me miro la
una historia, de una lengua determinada, borra a su autor y se abre mano. Giro la cabeza hacia la derecha, ahora hacia la izquier-
a una pluralidad indefinida. Cuando la literatura se realiza, ya no da, puedo mirar otra vez al frente. Pausa. No. Tengo que hacer
es de nadie: pertenece a todos y a la tradición”. algo, golpeo el nudillo sobre la rodilla izquierda. Me levanto. Me
siento. Me rasco la nariz. Trato de que cada gesto tenga sentido,
quiero decir que adquiera una dimensión de espontaneidad. No
Desterrado: expulsado de sí.
quiero huecos. Miro hacia adelante, hacia atrás bruscamente. Me
A la manera de un pasacalles, Anaconda duerme en clase coloca satisface mirar un punto fijo. Me sostiene. Lustrada de zapatos
un pasaclases que dice: “Desterrados, del deseo intelectual”. en el pantalón. Necesito más actos. Un buen masaje en el cue-
llo, rotación de cabeza. Todo como si fuera normal. El tiempo
Pliegue: arruga en la que descansa el infinito. se detuvo. Un bostezo, otro bostezo, una pequeña sonrisa, una
peinadita, rascada de frente, golpecito de talón en el piso. Silbada.
Un suave ruido de máquinas se escucha en las aulas. La
Soplido. Voy al baño. No tengo ganas. Vuelvo. Me siento bien.
actual sede de Hipólito Yrigoyen de la Facultad de Psicolo-
Hay que aprender a sentirse bien. Miro al techo. ¡Cuánto falta
gía era una fábrica de camisas. “Perfecta Lew, la personalidad
por Dios! Me lustro otra vez el zapato derecho. Hago que pienso
dominante” decía una publicidad de los años sesenta. Una
algo concreto que me preocupa. Hago gestos de descubrir algo.
prenda de vestir para la parte superior del cuerpo, más o
Pongo cara de pícaro. Imagino que recuerdo una aventura amo-
menos ceñida al torso, abrochada por delante, que no ha-
rosa. Imagino los lugares. Me distraigo un rato. Vuelvo al vacío.
cía falta planchar. Una tela cortada según moldes precisos.
¡No!! ¿Cuánto falta?”.
Sin arrugas, dobleces ni pliegues.

Currículum: (1) colección de honores y méritos, (2) acumu-


Silencio: (1) instante en el que se detiene el tiempo, (2) en-
lación de distinciones y rarezas.
voltura del vacío.
El profesor se ubica de espaldas a la pizarra. Ordena pape-
La obra de Beckett instala una pedagogía del silencio. Un
les, libros, lentes de leer. Cuando transcurre la mitad de la
teatro que comunica nada.
clase, un grupo forma una hilera frente al escritorio. Cada
Eduardo Pavlovsky presenta, entre nosotros, algo de ese uno lleva en su mano un currículum. Al rato, llega una per-
vértigo que se desencadena tras el imperio perdido del yo. sona que exhibe un cartel en el que se lee: “No hay más va-
cantes”. Sin ningún comentario, en el más estricto orden, los

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de la cola vuelven a su lugar. Los primeros en advertir la acontecimientos sacuden la liviandad, anestesia, indiferencia
situación se sobresaltan: murmullos, risas, sorpresa. El pro- profesionalista que domina la facultad.
fesor mira en dirección del escritorio. Retoma lo que estaba
diciendo. ¿Alguna pregunta? En esos días, Rocío Pérez Armendáriz presenta en una de
nuestras sedes La encomienda perfecta. La instalación tiene
dos momentos: se realiza una encuesta entre estudiantes:
Abrazo mortal: (1) el de la boa que mata por constricción, “Si usted se fuera a vivir a otro país ¿qué cosas le gustaría recibir
(2) el del amor que contiene oprimiendo. en una encomienda desde Argentina?”; luego, con los datos
Una pancarta del colectivo dice: Otro relato “El regreso de obtenidos, expone una caja que contiene los elementos de
Anaconda” es de 1926. Anaconda, que acaba de cumplir trein- la encomienda ideal (un paquete de yerba, un frasco de dulce
ta años, medita la reconquista del río. Escribe Horacio Quiroga: de leche, un mantecol, un alfajor, una lata de dulce de batata,
“No había en su vasto campo de caza, tigre o ciervo capaz de casettes, diarios, fotos de familiares y amigos, cartas).15
sobrellevar con aliento un abrazo suyo”.
Palabra partida de deseo: (1) palabra enamorada del de-
Descoser el sentido común: (1) desprender representacio- seo, (2) lugar del que parte el deseo, (3) vocablo en el que
nes automatizadas, (2) volver a soltar los hilos. el deseo se juega.
El Grupo Costuras Urbanas realiza en 1997 una interven- El decálogo de Anaconda duerme en clase se llama Palabra
ción callejera que se llama Privatizado: cada uno lleva pe- partida de deseo. Primero: “Avanzaba tanteando la seguridad del
gada en la espalda una de las once letras que forman la terreno con la lengua, que en los ofidios reemplaza perfectamente
palabra p-r-i-v-a-t-i-z-a-d-o. Vestidos de negro, resaltan las a los dedos”. (Horacio Quiroga.).
letras blancas. Un aviso visible, contundente, que denun- Segundo: La clase es experiencia de vacilación: deseo de escuchar
cia la venta de espacios públicos. lo que no se sabe en lo que se cree saber.
Con esa idea, para intervenir sobre el imaginario de la discri- Tercero: Estar analizante, declinación de la memoria repetidora.
minación, doce estudiantes de terapia ocupacional forman de- Cuarto: La clase no como conciencia que instruye, controla, ve-
lante del edificio de Yrigoyen la palabra d-i-s-c-a-p-a-c-i-d-a-d. rifica, que se diga lo que hay que decir; sino como experiencia
Alternan la formación de los términos: discapacidad, capacidad, de tanteo de lo que se dice en lo dicho, de lo incierto en lo cierto,
disca. lo inexplorado en lo explorado, de lo inconcluso en lo que se ha
concluido miles de veces.

Encomienda: paquete que se manda por correo.


Después del 19 y 20 de diciembre de 2001 muchos estu- 15. La encomienda perfecta (caja, objetos de consumo, encuestas) se expone en
la muestra Ansias y Devoción. Imágenes del Presente que organiza en febrero
diantes deciden abandonar el país. Algunos creen que esos de 2003 la Fundación Proa.

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inconformidad 11. universidad: claustros del conformismo

Quinto: La clase es incompletud discursiva. Desarreglo, incomo- Le digo que sus clases son una falta de respeto. Es una pena tener
didad, insuficiencia. que utilizar este medio para que sepa qué piensan sus alumnos,
Sexto: Una pedagogía suficientemente buena (broma winnicottia- pero el miedo existe. Saluda a Ud. atentamente, una alumna.
na), que allí donde se alucina a otro con deseo de escuchar pueda
encontrarse a alguien dispuesto a oír.
Ranking: clasificación que sufren los débiles.
Séptimo: Estar en clase: alojar multitudes ausentes.
Estudiosos chinos del Instituto de Educación Superior de
Octavo: El pensamiento colectivo es infrecuente.
la Universidad Juao Tong de Shangai, que confeccionan en
Noveno: El alumno que se levanta y se va... da qué pensar. los últimos dos años un ranking con las consideradas las
Décimo: El habla analítica en clase, se lleva mal con programas 500 mejores casas de altos estudios del planeta, ubican a la
oficiales, con cronogramas lectivos, con evaluaciones de control. Universidad de Buenos Aires en el lugar 301. Tercer me-
jor puesto en América Latina después de la Universidad
Nacional Autónoma de México y la Universidad de San
Misiva de la discordia: carta que manifiesta discrepancia
Pablo.
con el profesor.
El que se ubica detrás del escritorio, de espaldas a la piza- Uno de los criterios para armar el ranking es la cantidad
rra, recibe una carta: Profesor: Me dirijo a Ud. para expresar de profesionales que obtuvieron el premio Nobel de Físi-
mi desacuerdo con la “clase” que intenta dar sobre la Materia ca, Química, Medicina o Economía entre 1911 y 2002, o los
los días miércoles de 21:30 a 23 en la sede H. Yrigoyen 3242. profesores que tienen artículos publicados en las revistas
Me parece pésima la forma que tiene de dar el teórico, sin cues- Science y Nature, o los investigadores citados en índices es-
tionar sus conocimientos. Su clase no deja ningún aprendizaje pecializados como Science Citation Index.
sobre los textos que debemos estudiar ni está conducida por un
fin específico. Los temas a los que le da relevancia son, en su ma- El relevamiento abarcó a 2000 universidades del mundo.
yoría, asuntos que tienen que ver con los amoríos del Quijote de Entre las 50 más recomendadas, figuran 35 norteamerica-
la Mancha o sobre la pasión de la señorita Emma Zunz de Borges nas. Harvard está en primer lugar seguida por Stanford
comparada con la de la joven Dora de Freud. No digo que Ud. se Caltech (Instituto Tecnológico de California) y Berke-
limite sólo a los textos obligatorios, pero sí que, de vez en cuando, ley. Entre las inglesas, Cambridge está en quinto lugar y
traiga alguno a colación. Creo que pudo notar que a las 22 el aula Oxford en noveno. 16
está casi vacía. Producto de la huida de los alumnos que vienen
cansados de trabajar. Estudiantes que solicitan tener una Clase
Teórica. Anotar, al menos, tres renglones de cosas que les van
a tomar en el examen. No esperan una amena charla de café o
escuchar una, admito, muy interesante reflexión. Usted dirá que
16. Ver sitio en internet: http://ed.sjtu.edu.cn/ranking.htm.
abandonar la clase, cosa que yo no hago, es una falta de respeto.

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inconformidad 11. universidad: claustros del conformismo

Sueltan el veneno: (1) cuando se sienten amenazados, (2) Sentido común: crueldad amparada en ideas que conside-
ante movimientos bruscos y molestos, (3) por las dudas. ra evidentes.
Anaconda duerme en clase difunde una nota dirigida al pro- La encuesta es un instrumento valioso para la investigación
fesor que se ubica detrás del escritorio: Sus acciones, para en psicología. “¿Es usted heterosexual? ¿Cómo se dio cuenta?
arrancar emociones a los alumnos, en el mejor de los casos, pare- ¿Cuál cree que es la causa? (¿Elección? ¿Motivos genéticos? ¿Psi-
cen actos circenses. El ideal de movilizar al espectador en su silla cológicos? ¿Económicos? Otros). ¿Cree que tiene cura? ¿Qué haría
termina en una mera compulsión al compromiso, en un abuso si su hija le dice que es heterosexual? (La echaría de su casa. Le haría
de la participación. Si el alumno no quiere involucrarse, ¿qué un mapeo cerebral. La rebautizaría). ¿Aceptaría que la maestra de
derecho tiene usted a violentarlo? Su pretendida irreverencia su hija fuera heterosexual? ¿Qué opina sobre que los heterosexuales
anti-académica, su excentricidad pedagógica, su supuesto es- adopten? ¿Su familia sabe que usted es heterosexual? ¿Lo saben en
tar analizante, disuelven los contenidos de la clase. La mayoría el trabajo? ¿Teme que lo despidan?”. En el otoño del 2003, con
termina confundida con sus payasadas. A la pasión intelectual este cuestionario, el colectivo Mujeres Públicas interviene en
no se obliga. Se conocen sueros contra el veneno de las víboras. las calles del centro de la ciudad de Buenos Aires.18
Llamamos inconformidad al último respiro antes del estrangula-
miento de todas las formas.
Dar la palabra: conceder el uso de ella en un debate.
Otra pancarta de Anaconda: “La escuela de Barbiana enseña a
Bosque: (1) lugar de los sueños, (2) sitio del peligro. los chicos que los fascistas mandan porque manejan 5000 pala-
El Bosque de los Sueños Perdidos es una convocatoria del bras, mientras los pobres obedecen porque sólo conocen 300”.19
Grupo Escombros (artistas de lo que queda). La experiencia se
realiza el 31 de agosto de 2002 entre las 13:30 y las 18 horas.
Caza de brujas: persecución.
Cuelgan en los árboles del Paseo del Bosque de La Plata,
500 círculos y rectángulos de cartón pintados de blanco. El La salamanca es una escuela de brujas. Un nombre difundi-
que quiere puede anotar su sueño. Se ofrecen materiales do en el noroeste argentino y extendido por toda América
para escribir o dibujar. Participan mil personas: chicos y Latina. La universidad del demonio funciona en cuevas y
chicas con sus escuelas, padres y maestros, estudiantes de grutas, a orillas de los ríos, en sitios retirados de centros
diferentes facultades, otros habitantes de la ciudad.17 poblados. Estos antros de estudios prohibidos se nutren
de leyendas de la Europa Medieval que llegan a través de
conquistadores españoles y portugueses, transformadas
17. Grupo Escombros. Artistas de lo que queda. (escombros@puppo.com). Mu- por los antiguos del lugar.
chos son los colectivos políticos de artistas que realizaron intervenciones en los
últimos años en nuestro país. Menciono algunas expresiones más, sólo para
dar una idea del movimiento: El Siluetazo; Grupo Etcétera; GAC (Grupo de 18. Suplemento LAS12. 12.3.04. Año 6. N. 309.
Arte Callejero); Proyecto Filoctetes (intervención urbana coordinada por Emilio 19. La escuela de Barbiana es un emblema del movimiento estudiantil italiano
García Wehbi); Rostros (obra interactiva de Leandro Núñez); Fundación ph15. de los años sesenta.

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inconformidad 11. universidad: claustros del conformismo

En la salamanca la enseñanza de las artes, ciencias, poderes “Di tu palabra y rómpete”: Anaconda duerme en clase es-
ocultos, se combinan con exuberantes orgías sexuales. Las cribe un texto de disolución: “Fingimos una identidad anfi-
que más acceden a estas escuelas del diablo son mujeres. bia para desprendernos del pronombre yo y de la superunidad
del nosotros. Tal vez sólo dormimos para soñar este enunciado:
No hay una voz equivalente a salamanca en lengua que- ‘Inconformidad, respiro que acontece en el instante en que las
chua. El término mismo es una gruta. Esconde la creencia formas se ahogan’. Suerte”.
de que la antigua Universidad de Salamanca (antes de ser
fundada por el rey Alfonso IX de León en las primeras dé-
cadas del 1200) fue centro de enseñanzas de artes ocultas,
junto con el carácter mágico atribuido a la salamandra.

De los relatos que circulan en territorio argentino sobre es-


cuelas de brujas, presento este sucedido.

La historia es del noroeste. El matrimonio vive apartado, el


hombre trabaja de noche en un ingenio del azúcar, vuelve
al amanecer. La mujer no sale de su casa, no se relaciona
con nadie en el pueblo. Un curioso vigila durante meses a
la muchacha. La puerta siempre cerrada. Nunca enciende
luces. Una ventana pequeña a la altura del techo, rara e
infrecuente en los ranchos, abierta siempre, en invierno y
verano. Un sábado –en el que todo está tranquilo, quieto,
oscuro– la cabeza de la mujer sale volando por la ventani-
ta. Se detiene unos segundos sostenida por la copa de los
árboles y parte enseguida, hacia el cañaveral, rumbo a la
Salamanca. Semanas después, el intruso cuenta los hechos
al marido. El muchacho se va un sábado, como de costum-
bre, a trabajar, pero al volver antes de lo esperado encuen-
tra el cuerpo de la mujer sin cabeza desnudo en la cama.
No hay rastros de sangre. Al rato, se escuchan golpes en
la ventanita que él mismo había cerrado: es la cabeza que
clama afuera. Por fin, tras ruegos y amenazas abre la ven-
tana, entonces: “la cabeza entra y se clava, como una pedrada,
en su sitio”.

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Zeballos 885, Avellaneda, Buenos Aires, Argentina

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