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Estrategias de ventilación, ventilación natural, ventilación cruzada. Como evitar el sobrecalentamiento.

Como ya hemos
expuesto en alguna ocasión, la ventilación es la mejor estrategia para reducir el sobrecalentamiento en el interior de
nuestros edificios, es decir, para reducir la temperatura efectiva.

Existen dos tipos de ventilaciones posibles en nuestros edificios, por un lado la ventilación natural y por otro lado la
ventilación con dispositivos mecánicos. La primera de ellas resulta mucho más complicada y difícil de controlar en
cuanto a la velocidad del aire, el caudal, o los posibles ruidos, entradas de polvo por las ventanas, etcétera.

La ventilación actúa de dos maneras: por un lado sustituye el aire interior del edificio, renovándolo, y por otro lado,
mueve el aire interior sin renovación. En ambos casos, bien sea por una entrada de aire a menor temperatura, o bien sea
incrementando la velocidad del aire, podemos conseguir reducir la temperatura efectiva y por lo tanto la sensación de
sobrecalentamiento en el interior de nuestros edificios.

En contra a la ventilación natural, tendríamos mecanismos como el aire acondicionado, que ya no necesita del
movimiento del aire para reducir la temperatura efectiva, ya que el aire expulsado se encuentra a una temperatura
controlada.

Estrategias de ventilación natural y ventilación cruzada para evitar el sobrecalentamiento.

A la hora de diseñar un edificio o actuar sobre un edificio existente podemos acudir a determinadas estrategias basadas
en la ventilación natural para reducir la sensación de sobrecalentamiento.

La ventilación se produce cuando existen diferencias de presión entre el interior y el exterior, estas diferencias pueden
estar provocadas por múltiples factores. Para que te hagas una idea, el principio es parecido al de las velas de los barcos,
donde cada lado de la vela tendrá una presión diferente y por lo tanto se producen las sobrepresiones y las zonas de
depresiones, provocando una fuerza sobre la vela y en consecuencia el movimiento del barco.

Ventilación natural directa. La ventilación natural más empleada es la renovación de aire a través de ventanas abiertas,
al poner en contacto dos ambientes con distintas presiones, éstas tienden a equilibrarse. La ventilación natural se puede
obtener con un solo hueco, ya que el aire tiende a entrar por abajo en invierno, y por arriba en verano, la salida se
producirá por abajo en verano y por arriba del hueco en invierno.

Naturalmente la ventilación se puede mejorar abriendo diferentes huecos, bien sea en la misma fachada o en fachadas
diferentes, ya que las diferencias de presión serán mayores en este caso que en el caso de tener solamente una ventana.

Como ya hemos comentado, en el perímetro del edificio se producen distintas presiones, una fachada estará sometida a
depresión y la otra a sobrepresión, en cualquier edificio, y máxime cuando se trata de edificios de gran altura, se
producen zonas de remanso con presiones muy bajas y que por lo tanto irán en detrimento de las ventilaciones a través
de las ventanas. Estas zonas de remanso se pueden evitar reduciendo la altura del edificio, o elevándolo sobre el
terreno.

La ventilación natural cruzada. La ventilación más adecuada en nuestros edificios como estrategia para evitar el
sobrecalentamiento, será siempre la ventilación cruzada entre huecos situados en fachadas distintas, que no tiene
porque ser opuestas. Jugaremos, por lo tanto, con las distintas presiones de cada fachada y provocaremos la ventilación
natural. También es posible crear ventilación cruzada con huecos situados en las mismas fachadas pero en alturas
diferentes.

Consejos para mejorar la ventilación cruzada en nuestros edificios.

-El aire caliente tiende a situarse en las capas superiores, por lo tanto, la mejor estrategia para provocar la ventilación
cruzada, es abrir huecos en la cubierta, ayudando de esta manera a que se produzca una corriente de aire desde las
plantas inferiores a las plantas superiores, a la vez que se expulsa el aire caliente.
-Es conveniente colocar ciertos obstáculos salientes en la fachada para provocar zonas de distinta presión y ayudar de
esta manera a inducir el movimiento del aire. El objetivo es siempre crear zonas de presiones diferentes que provoquen
el movimiento del aire.

-Cuando colocamos dos huecos enfrentados en fachadas opuestas crearemos una corriente de aire directa, esto ayudará
a aumentar la velocidad del aire, pero por el contrario, provocará que existan zonas en el interior de nuestros edificios
sin renovación de aire. Por lo tanto, lo más aconsejable es recircular el aire en el interior de nuestros edificios mediante
el diseño de obstáculos, de tal forma que recorra la mayor parte de estancias posibles.

-Es conveniente crear huecos de tamaños diferentes, ya que de esta forma, gracias al efecto Venturi, modificaremos la
velocidad del aire. La velocidad del aire es un factor que incide directamente sobre la sensación de sobrecalentamiento y
la temperatura efectiva en el interior de nuestros edificios.

-En conclusión, un buen diseño de huecos para la ventilación natural de nuestros edificios sería: realizar huecos de
tamaños diferentes, no enfrentados directamente en fachadas opuestas, colocados a diferentes alturas y a ser posible,
colocar huecos en la cubierta.

La ventilación natural permite la renovación del aire interior sin la instalación de sistemas mecánicos. Ya que la inyección
de aire exterior hace variar la temperatura de nuestra casa, la ventilación natural debe ser controlada para evitar
pérdidas térmicas considerables. Las ventanas deben tener los elementos necesarios para poder controlar el flujo de
aire de renovación, considerando las siguientes situaciones típicas:

• Un flujo de aire muy elevado y durante pocos minutos, cuando el aire exterior tiene una calidad y una temperatura
aceptable (parecida a la interior) durante algún momento del día o cuando la ausencia de actividades internas lo
permiten. Para ello las ventanas deben tener una sección muy amplia y favorecer el paso del aire sin obstáculos.

• Un flujo de aire muy reducido pero constante, cuando las condiciones del aire exterior son adversas y la ocupación
continua, la carpintería tiene que tener aberturas reducidas que permitan regular el flujo a voluntad, dispuestas de
forma que el movimiento del aire no perjudique el confort térmico en la habitación. Considerando que normalmente la
presión del aire en el interior de los edificios es mayor que al exterior, debería ir combinada con mecanismos de
extracción de cierta potencia de succión, que permitan regular los flujos en el sentido deseado.

• Un flujo de aire elevado y constante, cuando en épocas de calor la corriente de aire deba favorecer la evaporación
sobre la piel. Se necesita para ello unas ventanas con una sección tal que permita liberar aire interior sin que produzca
incomodidades de uso, así como disponer de otras situadas en disposiciones opuestas para producir la corriente del aire.

¿Cómo incide la ventilación natural en el gasto energético?

La ventilación natural es el mejor sistema de climatización cuando la temperatura del aire exterior es aceptable para el
confort de los habitantes de la vivienda.

Incluso en los días calurosos de verano, la capacidad de evaporar del aire en contacto con nuestra piel hace que la
corriente de aire sea aceptable aunque su temperatura sea algo más caliente de lo deseable.

El problema es ajustar la oportunidad de confort que nos ofrece el ambiente exterior durante algunas horas con las
necesidades interiores. Este ajuste que viene determinado por un efecto denominado ‘inercia térmica’ y proviene de la
capacidad de los materiales para almacenar calor y cederlo al ambiente progresivamente. Así, los materiales que
constituyen nuestras viviendas son capaces de almacenar calor y cederlo, con lo que actúan de reguladores de la
temperatura del aire mediante el intercambio térmico con él.

Si conseguimos que un flujo de aire a una temperatura adecuada caliente o enfríe nuestros muros, tabiques, techos y
suelos, éstos cederán o absorberán luego lentamente el calor, moderando el aumento o disminución de la temperatura
del ambiente y haciéndolo confortable durante bastante tiempo.
Para lograr este efecto, la corriente debe circular rápida, amplia y extensamente por la superficie de esos paramentos,
enfriándolos o calentándolos, y para que ocurra de forma natural debe existir una diferencia de presión del aire en dos
puntos opuestos de la vivienda que produzca una corriente de aire.

Los patios interiores, en condiciones distintas de temperatura y humedad que el aire próximo a las fachadas, aportan
una diferencia de presión y ocasionan, si la existencia de ventanas y la distribución interior lo permiten, una ventilación
que cruza la vivienda. Si la salubridad del aire lo permite, el patio puede colaborar a un importante ahorro energético
mediante el aprovechamiento de la ventilación cruzada en la vivienda.

Mejoras en la ventilación natural

Para poder realizar una ventilación adecuada a veces es necesario adaptar las carpinterías. Las ventanas oscilobatientes
permiten la apertura parcial de la hoja, impidiendo el ingreso de agua de lluvia, las corrientes de aire excesivas y el paso
de personas o niños.

14-LA VENTILACIÓN NATURAL

También existen ventanas con rejillas de aireación que permiten ventilar levemente manteniendo la hoja cerrada.

La mayoría de los patios son aptos para la ventilación cruzada, aunque la degradación (presencia de humos y olores,
ruidos y calor de las unidades de aire acondicionado, la suciedad, etc.) hace que se aproveche. La utilización de pantallas
captadoras de viento a través de la deflexión de las corrientes de aire o el uso de aspiradores puede ayudar a garantizar
los flujos de aire necesarios, evitando la entrada de aire insano a los hogares.

Repercusión energética de la ventilación natural

La utilización adecuada de la ventilación cruzada puede implicar hasta el 60% de la demanda de energía de refrigeración.
Una comparación aproximada entre el valor de tal ahorro según la facturación de energía y el precio de la instalación de
posibles elementos de refuerzo de esa ventilación permitiría estimar su repercusión económica en un caso concreto.

Túnel solar es un concepto de conducto de luz para llevar dentro de la casa iluminación natural.

Las lucarnas o lucernarios son dispositivos que se usan en arquitectura porque dan paso a la luz exterior durante el día a
los ambientes oscuros de la casa.

Aquellos que no tienen ventana pueden recibir así luz natural desde el techo, como es el caso en baños y cocinas, se
trata de ventanas de especial diseño para captar luz desde arriba.

El concepto de túnel solar resulta muy práctico porque permite conducir la luz exterior por un conducto el cual puede
alinearse o no con un eje recto, vertical u oblicuo, pero no ángulos cerrados porque funciona en ángulos abiertos a más
de 90 grados.

El material que refleja colabora en la transmisión de abundante luz y produce una ambientación. Tenga en cuenta que la
buena arquitectura se identifica fundamentalmente a través de la experiencia de la percepción por la luz natural.

Tunel de luz

Iluminación con luz natural

Capturar luz natural es el desafío más grande para un buen arquitecto y no es asunto poético. Este ingenioso recurso,
túnel de luz, puede transformar rápidamente ambientes y espacios interiores, haciéndolos más habitables y mejorando
el valor de la propiedad.

Tunel solar

El antes y el después
No solamente la luz es útil para el quehacer de cada día, también es un elemento indispensable para la vida sana, algo
que puede evaluarse a través del humor o estado de ánimo.

¿Una lucarna es un túnel solar, cuál es la diferencia con la claraboya?

La principal misión del túnel solar es abrir un paso translúcido para que la luz del dia llegue a un cuarto sin ventanas que
usa luz eléctrica.

Las ventanas de techo se pueden abrir para dar paso al aire y las claraboyas o lucarnas suelen contar con rendijas en su
perímetro para facilitar el ascenso del aire interior caliente, facilitando su circulación, en cambio el túnel solar sirve
fundamentalmente al paso de la luz.

El tamaño de un túnel de luz suele ser acotado y se emplea tubería de sección circular, por cuestiones prácticas para
optimizar la instalación y función.

Un túnel solar puede tener trayecto acodado para desplazar la columna de luz, en la medida de lo posible.

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