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RESUMEN UNIDAD DIDÁCTICA XV

LA ESPAÑA ACTUAL
La transición a la democracia. La Constitución de 1978.
Principios constitucionales y desarrollo institucional.
El estado de las autonomías y su evolución.

La transición comenzó con la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975 y la proclamación de


Juan Carlos I como rey y Jefe de Estado; finalizando en octubre de 1982, con la victoria electoral del
PSOE.

Carlos Arias Navarro fue confirmado como presidente del Gobierno, junto a ministros
representantes del franquismo inmovilista, militares, y reformistas como José Mª Areilza, Alfonso
Osorio y Manuel Fraga, con Torcuato Fernández Miranda como presidente de las Cortes y del Consejo
del Reino.

El enfrentamiento entre reformistas y Arias Navarro, llevó a que éste presionado por el rey dimitiera
en julio- 1976. El rey nombró como presidente a Adolfo Suárez, tenía un perfil falangista, experiencia
de Estado y actitud reformista. Inicia contactos con Felipe González, Santiago Carrillo y con CCOO;
provocando la dimisión del vicepresidente el ultraconservador general De Santiago, y la entrada del
general Gutiérrez Mellado.

El 15 de diciembre de 1976, se da el paso definitivo hacia la democracia, se aprueba en referéndum


la Ley de Reforma Política, ideada por Fernández Miranda; establecía el bicameralismo y el sufragio
universal. En 1977 se vivieron momentos difíciles, terrorismo de extrema derecha (matanza de los
abogados laboralistas de Atocha), y de ETA y GRAPO (secuestro presidente Consejo de Estado).
El 9 de abril de 1977, Suárez legaliza el PCE por decreto ley. Se disolvió el sindicato vertical, el
tribunal de orden público y el movimiento nacional.

Las elecciones de 15 de junio de 1977, dieron el triunfo (en minoría) a la UCD de Adolfo Suárez. EL
25 de octubre de 1977 se firma los Pactos de la Moncloa, acuerdos entre Gobierno, empresariado,
partidos y sindicatos; para reducir la inflación, acometer la reforma fiscal, de la Seguridad Social y de la
empresa pública.

En septiembre de 1977, fue reinstaurada la Generalitat en Cataluña, con Josep Tarradellas como
presidente. Entre septiembre de 1977 y octubre de 1978 el Gobierno creó trece preautonomías,
produciendo cierto descontento en sectores del ejército, creándose el Ministerio de Defensa para
desactivar la extrema derecha militar, que protagonizaría la “Operación Galaxia” intentona golpista en
noviembre de 1978.
Se inicia la elaboración de la nueva Constitución, en manos de una ponencia de siete miembros. Se
debatió en las Cortes de mayo a octubre, siendo aprobada en referéndum el 6 de diciembre de 1978, y
promulgada el 29. Recoge los principios de: soberanía nacional, monarquía parlamentaria como
forma de Estado, la unidad de España compatible con la pluralidad nacional. Se establece al rey como
Jefe de Estado, teniendo el mando supremo de las fuerzas armadas; división de poderes: el poder
legislativo en dos cámaras (Congreso de los Diputados y Senado) elegidas por sufragio universal, el
poder ejecutivo reside en el Gobierno, y el judicial corresponde a los juzgados y tribunales,
coordinados por el Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional. Recoge una declaración de
derechos y libertades muy avanzados, y define un Estado no confesional. Distingue entre
nacionalidades y regiones; dos vías para crear comunidades autónomas: vía rápida (art. 151) para las
nacionalidades históricas (utilizado por Andalucía), y vía lenta por el art. 143.

Entre 1979 y 1982 tuvo lugar la segunda etapa de la transición. Aprobada la Constitución se disolvieron
las Cortes y se convocaron nuevas elecciones (marzo de 1979), ganadas por la UCD, que volvió a
gobernar en minoría. En esta legislatura se celebraron las primeras elecciones municipales de la
democracia (abril de 1979), con un avance de la izquierda; se aprobó el Estatuto de los Trabajadores
(1980).

Ya aprobada la Constitución de 1978, se desarrolló el Estado de las Autonomías, creándose el


Ministerio de Administración Territorial. Entre 1979 y 1983 se crearon diecisiete comunidades
autónomas. En octubre de 1979 se aprobaron los Estatutos de Cataluña y Euskadi, éste último más
complejo por la oposición del PNV a la Constitución y pretensiones independentistas de la izquierda
nacional; Galicia en diciembre 1980, Andalucía en febrero de 1980 y octubre 1981; las otras trece
celebraron sus primeras elecciones en mayo de 1983. Ceuta y Melilla se conformaron en Ciudades
Autónomas en 1995. Se promulgó la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas
(LOFCA) en 1980) y la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA) en 1982.

La UCD entró en crisis, el PSOE presentó una moción de censura (mayo de 1980) y Suárez dimitió
el 29 de enero de 1981, se nombró candidato a Leopoldo Calvo Sotelo. El 23 de febrero, en la sesión
de investidura se produjo el intento de golpe de Estado dirigido por Tejero, Milans del Bosch, junto al
general Armada; la falta de apoyos y la postura del rey frustraron la operación. Con el Gobierno de
Calvo Sotelo se aprobó la Ley del Divorcio y se ingresó en la OTAN. El adelanto electoral a octubre
de 1982 dio el triunfo al PSOE, finalizando los gobiernos de UCD y la transición.

Los gobiernos democráticos. Los desafíos del golpismo y del terrorismo.


Cambios políticos, sociales y económicos. Cultura y mentalidades.

Las elecciones celebradas el 28 de octubre de 1982, dieron el triunfo al PSOE por mayoría absoluta;
considerándose concluida la transición e iniciándose la consolidación de la democracia. El PSOE
ganaría cuatro elecciones consecutivas (1982, 1986, 1989 y 1993) y Felipe González presidiría el
Gobierno en las cuatro legislaturas.

En la primera legislatura (1982-1986), adoptaron medidas para consolidar la democracia: regulación


de derechos y libertades (Ley del Aborto), reforma de la Administración de Justicia (mayor control
sobre el CGPJ por el Parlamento), finalización del proceso autonómico (1983), excepto Ceuta y
Melilla; supremacía del poder civil sobre el militar, el Ejército quedó como cuerpo profesional (Ley de
Objeción de Conciencia y la Prestación Social Sustitutoria) en defensa de los valores democráticos,
poniendo fin al intervencionismo militar: “Operación Galaxia” y en el 23-F de 1981; potenciación de la
lucha antiterrorista contra la extrema derecha (protagonistas en la transición, como por ejemplo la
Matanza de Atocha en 1977) y sobre todo contra ETA, mayor presión de las fuerzas de orden público,
aparece el Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) y colaboración de Francia desde 1984; y
desarrollo de la política social: Ley de Reforma Universitaria (LRU) de 1983, Ley Orgánica del Derecho
a la Educación (LODE) de 1986, y mejora del sistema de prestaciones por desempleo y pensiones. En
economía, inició una política de ajuste: se moderó el incremento salarial, se abordó una reconversión
industrial y reestructuración de la banca. Tuvo lugar la expropiación de RUMASA, y el paro siguió
creciendo. En política exterior, España firmó, junto a Portugal, el Tratado de Adhesión a la CEE (12
de junio de 1985) que entró en vigor el 1 de enero de 1986. Se celebró el referéndum sobre la
permanencia de España en la OTAN.

En 1986 el PSOE volvió a renovar la mayoría absoluta. Aplicó una política neoliberal, privatizando
empresas del INI; llevando al Gobierno a una confrontación con los sindicatos que acabó en la huelga
general el 14 diciembre 1988. Pero la reforma fiscal y las ayudas europeas, permitieron inversiones
públicas y el crecimiento de los servicios educativos y sanitarios (Ley General de Sanidad-1986),
desarrollando el Estado de bienestar. El terrorismo de ETA persistió (atentado HIPERCOR – 1987),
se firmó el Pacto de Ajuria Enea (1988), y en 1989 se iniciaron en Argel conversaciones con la
dirección de ETA.

Durante la tercera legislatura (1989-1993), a la división interna entre guerristas y renovadores, se


unió la recesión económica tras los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla en 1992, y la
subida del paro. En política social, en 1990 se aprobaron la LOGSE y las pensiones no
contributivas. En política internacional, el 7 de febrero de 1992 se firma el Tratado de Maastricht,
nacía la UE, estableciéndose un programa de convergencia económica que el PSOE no logró cumplir. El
Gobierno se vio afectado por escándalos como FILESA. En 1991 Alfonso Guerra dimitió de la
vicepresidencia. En 1993 los socialistas perdieron la mayoría absoluta. Se vivió una etapa de
crispación política, con la corrupción de altos cargos (Roldán), y la reapertura del sumario de los
GAL.

Las elecciones de mayo de 1996, dieron la victoria en minoría al PP, pactando principalmente con
CIU. El Gobierno de Aznar, inició una política centrista y dialogante con las minorías nacionalistas y
sindicatos. Inició una política económica neoliberal (Rodrigo Rato), que permitió cumplir las
condiciones de Maastricht, entrando en la Unión Económica y Monetaria europea, adoptando el euro.
Se privatizaron empresas (Telefónica, CAMPSA, Argentaria) y se intensificó la concentración
bancaria (BSCH, BBVA).

El terrorismo de ETA se incrementó (secuestro Ortega Lara 1996, asesinato Miguel Ángel Blanco
1997,) En 1998 se firmó el Pacto de Estella; ETA anuncia una tregua, rota en noviembre 1999. En
política exterior, se integró en la estructura militar de la OTAN (1999). Y se suprimió el servicio
militar obligatorio. En las elecciones de marzo de 2000, el PP ganó por mayoría absoluta, lo que le
permitió gobernar en solitario. La mejora económica, iniciada a partir de 1994 con las medidas adoptadas
por el ministro socialista Solbes, continuó con una fase de recuperación y otra posterior de afirmada
expansión, con Rodrigo Rato al frente del Ministerio de Economía. España se incorpora al grupo de
países que adoptaron la moneda única europea, el euro, de uso a partir de 2002. Esta etapa de
estabilidad y prosperidad se vio favorecida por la coyuntura internacional, pero también por un
recuperado clima de acuerdo entre los agentes sociales y la estabilidad gubernamental. La renta
por habitante creció a ritmos altos, en torno al 4% entre 1997 y 2000, reduciéndose el déficit público,
aunque el país continuó con una de las tasas de paro mas elevadas de la Unión Europea. A mitad de
la legislatura, la inflación aumentó y la conflictividad social, lo que provocó una huelga general contra la
reforma del sistema de protección al desempleo por parte del Gobierno.

La organización terrorista ETA atentó, durante este periodo, contra políticos municipales del PP y
del PSOE, creando un clima de inseguridad y de terror entre los políticos de estas formaciones. El 11
de marzo de 2004 se produjo en Madrid el más sangriento atentado terrorista de la historia de
España. Las explosiones en varios trenes de cercanías ocasionaron 192 víctimas mortales, siendo su
autor una organización terrorista vinculada al fundamentalismo islamista. Este cruel atentado
condicionó y conmocionó la vida ciudadana y política en los días previos a las elecciones generales del
14 de marzo, que se saldaron con la victoria del PSOE. El nuevo Presidente del Gobierno sería José
Luis Rodríguez Zapatero y el principal líder de la oposición, el líder del PP, Mariano Rajoy. El PSOE
volvería a ganar las elecciones generales el 9 de marzo de 2008, siendo reelegido Zapatero al frente
del Gobierno.

Las dos legislaturas del PSOE se caracterizaron por un constante y duro enfrentamiento político
con el PP, que se centró inicialmente en la política antiterrorista del Gobierno. Una tregua acordada
entre el Gobierno y ETA rompió la unidad ante el terrorismo pactada en la anterior legislatura entre el
PP y el PSOE. ETA abandonó las negociaciones, incumpliendo la tregua al asesinar en diciembre de
2006 a dos personas en un atentado en el aeropuerto de Barajas (Madrid). Otro motivo de
enfrentamientos entre los dos grandes partidos y, especialmente la jerarquía de la Iglesia católica, se
produjo con la promulgación de leyes, como la de reconocimiento de los matrimonio homosexuales, o
por la de la reforma de la Ley Orgánica de Educación (LOE, 2006). En la primera legislatura, se
aprobaron en las Cortes nuevos estatutos para la Comunidad Valenciana, Andalucía y Cataluña,
siendo la reforma del estatuto catalán otro de los motivos de dura confrontación política entre las fuerzas
políticas.
En la primera legislatura socialista, la economía vivió una gran expansión. La población activa
ocupada pasó de poco más de 16 millones de personas en 2001 a más de 20 millones de personas
en 2007, al tiempo que la tasa del paro se redujo. Durante estos años se produce una llegada
constante de inmigrantes, la mayoría de América Latina y norteafricanos. Si en el año 2003 la
población extranjera constituía un 6% de la población española, cinco años después, ese porcentaje se
elevaba al 12%. Este crecimiento fue posible por el ciclo expansivo de la economía. Pero este
crecimiento económico presentaba un gran punto débil: su pilar fundamental era el conjunto de
actividades económicas e industriales relacionadas con la construcción, que suponía el 12% del
PIB, más del doble que el conjunto de la UE, dedicándose además cerca del 40% de la inversión a este
sector. Esta situación provocó una burbuja inmobiliaria, donde muchos capitales extranjeros acudían
en busca de beneficios rápidos, provocando una sobrevaloración de la vivienda. Se produce también en
este periodo un alto nivel de endeudamiento de las familias, empresas y bancos españoles con el
exterior, al tiempo que la productividad del conjunto de la economía española era baja con respecto a
otros países. A pesar de estos rasgos negativos, España tenía un superávit presupuestario del 2% en
2007 y una baja deuda pública, de apenas el 36% del PIB, lo que parecía indicar que no había riesgo de
crisis económica, pero a partir del año 2008 todo cambió.

Se produce un cambio de tendencia económica, iniciándose una desaceleración que inició un período
de honda crisis económica. La crisis estalló en el extranjero, con el hundimiento del mercado de la
vivienda y el sistema hipotecario en Estados Unidos, lo que produjo una cadena de quiebras
bancarias y pérdida de los créditos en que se sustentaba la burbuja inmobiliaria. Esta situación se
tradujo en España en la ruina y cierre de miles de empresas asociadas a la construcción,
incrementándose la tasa del paro, la deuda y el déficit público. El Gobierno intentó paliar esta
negativa situación incrementando el gasto público y aumentando las ayudas a diversos sectores
económicos, pero estas medidas se mostraron poco efectivas. En el año 2010, ante la recesión y la
presión de Europa, el Presidente Zapatero se vio obligado a establecer medidas de consolidación
fiscal, para frenar el déficit público según lo acorado en el Tratado de Estabilidad de la UE, debido a esto
se toman medidas como rebajar los sueldos de los funcionarios públicos, congelación de las pensiones,
recortar el gasto en obras públicas, etc., incluso se llegó a aprobar una reforma laboral que se tradujo en
una rebaja salarial y facilidades para el despido.

Estas medidas de ajuste del Gobierno, acrecentaron el malestar social y las críticas de la oposición
política, que reclamaba la convocatoria de nuevas elecciones. Los sindicatos convocaron una nueva
huelga general y surgió un movimiento de protesta social conocido como 15-M, que se tradujo en
una oleada de protestas populares, que ocuparon plazas y las calles de diversas ciudades del país,
encabezadas sobre todo por jóvenes, los cuales sufrían las peores consecuencias de la crisis. Estos
grupos de protesta criticaban a los partidos políticos tradicionales, la corrupción, la privatización
de empresas públicas, etc. Este movimiento de protesta, de carácter asambleario, se benefició de la
expansión de las nuevas tecnologías, como las redes sociales, para actuar con gran libertad y facilitar la
expansión de su mensaje y reclamaciones.
La crisis económica, marcada por la recesión y una tasa de paro en continuo crecimiento, provocó el
desgaste del Gobierno del PSOE, que sufrió en las elecciones municipales y autonómicas de 2011 una
severa derrota, obteniendo el PP, a pesar de los escándalos de corrupción e indicios de
financiación ilegal, amplias mayorías. Las elecciones generales se adelantaron y el 20 de noviembre
de 2011 el PP consiguió la victoria, obteniendo la mayoría absoluta tanto en el Congreso como en el
Senado. Mariano Rajoy formó un gobierno cuya mayor preocupación era reducir el déficit público
y mejorar la economía del país. Se llevaron a cabo reformas estructurales, que se tradujeron en una
nueva reforma laboral y la reordenación y rescate del sistema bancario, entre otras medidas, lo que
provocó nuevas movilizaciones sociales e incluso una huelga general en marzo de 2012. En 2013 el
número de desempleados en España llegó a alcanzar la cifra record de 6 millones de personas, lo
cual es reflejo del drama social y económico que atravesaba el país. Esto provocó el regreso a sus
países de origen de muchos inmigrantes llegados años antes y la salida de jóvenes españoles al
extranjero en busca de trabajo y oportunidades. En este ambiente de crisis y crítica, en junio de 2014,
el rey Juan Carlos I abdica a favor de su hijo Felipe, que asumió el cargo con el nombre de Felipe VI,
quien fue proclamado rey de España ante las Cortes Generales. También ese año se funda Podemos, un
nuevo partido político de ideología de izquierdas, dirigido por Pablo Iglesias, que junto a otro partido,
Ciudadanos, de ideología liberal, dirigido por Albert Rivera, que aunque surgido años antes y en el
ámbito regional catalán, dio su paso a la política nacional, supieron ambos agrupar el voto ciudadano
crítico y con ganas de renovación, disconforme con los partidos políticos españoles tradicionales.

Las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 rompieron con el bipartidismo en España.
Aunque volvió a vencer en ellas el PP y el PSOE quedó como segunda fuerza, la representación de dos
nuevos partidos Podemos y Ciudadanos condujo a un nuevo panorama político que hizo imposible la
investidura como Presidente del Gobierno a Mariano Rajoy, al tiempo que el líder socialista Pedro
Sánchez fracasó también en las negociaciones políticas e intento de formar Gobierno. Debido a ello y por
primera vez desde la Transición, España volvió a repetir las elecciones generales, que se celebraron
en día 26 de junio, donde exceptuando el PP, que amplió su representación parlamentaria, las otras tres
grandes fuerzas políticas (PSOE, Podemos y Ciudadanos) obtuvieron peores resultados. Finalmente y
tras arduas negociaciones políticas, que incluyen un pacto contra la corrupción, Ciudadanos dio su
apoyo al PP, consiguiendo Mariano Rajoy ser elegido Presidente del Gobierno en minoría en
octubre de 2016, poniendo fin a meses sin gobierno e inestabilidad política. Al mismo tiempo, el PSOE
sufría una profunda crisis interna, que incluyó la renuncia de su líder Pedro Sánchez y su posterior
candidatura a volver a presidir el partido, como representante de una corriente de socialistas que
quieren un giro mas a la izquierda del partido, frente a otros socialistas como Patxi López o Susana
Díaz, que representan otras corrientes dentro del socialismo. Actualmente, el mayor reto político y social
al que se enfrenta España, tras la superación gradual de la crisis económica y la consecución de
cierta estabilidad en este aspecto, aunque persistan problemas sociales, es la que representa el
nacionalismo catalán y su intención de separar Cataluña del resto de España.

En lo referente a la lucha antiterrorista contra ETA, tras el atentado en Barajas en 2006, la lucha se
incrementó. Tanto el PSOE y el PP realizaron un acercamiento en relación con la política terrorista.
ETA aún comentó varios asesinatos, algunos de ellos en Francia, pero las numerosas detenciones de
terroristas tanto en Francia y España, solo en 2007 se produjeron 181, con sucesivos apresamientos
de sus máximos dirigentes, lo que llevó a ETA a una situación de debilidad extrema. Además de
esto, se suma el hecho de que dentro de los sectores afines al nacionalismo vasco y del resto de la
población surge un creciente cansancio ante una violencia que se alargaba ya varias décadas, con
escasos resultados políticos y que se traducía solo en miedo y disensiones dentro de la sociedad
vasca y española; también hay que apuntar que la opinión contraria ante toda clase de terrorismo y
su “legitimidad” creció, surgiendo una corriente generalizada incluso entre sectores afines a los
planteamientos de la izquierda abertzle, de buscar vías más pacíficas y de negociación política para
conseguir sus planteamientos. En septiembre de 2010 se proclamó un alto el fuego y a finales de
ese mes, un conglomerado de fuerzas independentistas firmaron el Acuerdo de Gernika, en el que
pedían el fin de la violencia etarra y de las medidas de política antiterrorista del Estado. El 10 de
enero de 2011, ETA realizó una nueva declaración afirmando que el alto el fuego era permanente,
general y verificable, y finalmente, el 20 de octubre de ese año, aseguró el cese definitivo de la
actividad armada. Esta situación de fin de la violencia terrorista etarra se alarga hasta la
actualidad, pero queda pendiente la entrega definitiva de las armas y la disolución de la banda
terrorista ETA, para que los gobiernos central y vasco, profundicen en las vías del diálogo y la
negociación política.

En referencia al tema cultural y de mentalidades de España, los cambios políticos y económicos


durante la transición y consolidación de la democracia, llevaron parejo una transformación social y
desarrollo cultural. El desarrollo económico permitió crear un Estado de bienestar (educación,
Seguridad Social, prestación social y pensiones), mayor participación de la mujer en todos los ámbitos,
sociedad urbana, llegada de inmigración, secularización de la sociedad y aumento del
consumismo. Los diversos Gobiernos han potenciado una nueva política cultural y la promulgación de
nuevas disposiciones como la Ley de Mecenazgo o la Ley de Patrimonio, que descentralizan la
gestión del patrimonio cultural cediéndolo en gran parte a las comunidades autónomas. En 1977
nacía el Ministerio de Cultura, cuyo fin es dar apoyo y difundir la cultura española, al tiempo que el
desarrollo de los medios de comunicación, reflejan el contraste de ideas existentes y la diversidad de
realidades sociales y mentalidades. La libertad de expresión ha propiciado movimientos culturales
que han acabado en gran medida con la España tradicional y católica. Desde los años de la “movida
madrileña” de los años ochenta, las nuevas generaciones han optado por unos valores y una
cultura mucho más tolerante y abierta. Se ha desarrollado una cultura cada vez más cosmopolita,
reflejo de ello son los museos Reina Sofía en Madrid o el Guggenheim de Bilbao, que aúnan tanto la
vertiente más plural y particular de la cultura española, recibiendo ésta el reconocimiento internacional
con el Nobel de Literatura de Vicente Aleixandre y Camilo José Cela, Premio Pritzker de arquitectura a
Rafael Moneo o los Óscares a la mejor película de habla no inglesa de Garci, Trueba o Almodóvar, etc.
En 1991 se crea el Instituto Cervantes, con el apoyo decidido del Gobierno y el patrocinio de los Reyes
de España, con los objetivos principales de la promoción y enseñanza de la lengua española, y la
difusión de la cultura de España e Hispanoamérica por el mundo.
La integración de España en Europa. España en la Unión Europea.
El papel de España en el contexto internacional.

La Transición española también propició la proyección internacional de España. La entrada en la


OTAN, en la CEE y la liberalización de la economía, ayudaron a convertirla en uno de los Estados de
referencia mundial. La integración de España en las instituciones europeas era un objetivo
compartido por prácticamente todas las fuerzas políticas españolas durante la Transición.

Aunque hubo un aspecto conflictivo: el de la seguridad y defensa. Cuando el Gobierno de Leopoldo


Calvo Sotelo, planteó la integración de España en la OTAN, bajo el influjo del fallido golpe de Estado
del 23-F, el PSOE se opuso por motivos ideológicos; Leopoldo Calvo Sotelo llevó adelante dicha
integración en 1982, ratificada en el referéndum de 1986. La integración fue determinante para la
modernizar el Ejército y acabar con las intenciones golpistas. En 1999 España se integró en la
estructura militar. Los atentados del 11 de septiembre de 2001, modificaron la estrategia militar de
Estados Unidos y de la OTAN; se puso en marcha la Operación Libertad Duradera, por la que las
fuerzas de la OTAN intervenían en Afganistán (España en Herat). La intervención en Iraq contó con la
presencia española en Nasiriya.

La integración de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) fue un camino arduo. Tras la
negativa a Franco en los 60 y el Acuerdo Preferencial de 1970, a su muerte se abrió el proceso; las
negociaciones empezaron el 5 de febrero de 1979, firmando el Tratado de Adhesión el 12 de junio
de 1985. Con la integración la política exterior tiene como primer asunto las cuestiones europeas y parte
de la política interior está supeditada a los acuerdos con la Unión.

España se mostró favorable a los cambios introducidos en los tratados: Maastricht (febrero de
1992) que supusieron el nacimiento de la Unión Europea (UE), con un incremento de la unión
económica y monetaria como antesala de una mayor integridad política, iniciando un Plan de
Convergencia que España cumplió en 1999 entrando en la primera fase euro; Ámsterdam (1997), revisó
los resultados de Maastricht avanzando en sus objetivos; Niza (2000), reformó el Tratado de Ámsterdam
aceptando el concepto de Europa de dos velocidades y aprobando reformas estructurales, que se
estancaron con el auge de los países euroescépticos. El proyecto de Constitución Europea (2003)
aceptado en referéndum por España, se paralizó ante el rechazo de Francia y Holanda. El Tratado de
Lisboa (2007), pretendió una visión reducida de la Constitución. Por la pertenencia a la UE, España ha
obtenido beneficios, principalmente, económicos a través de ayudas de los fondos estructurales
(FEDER, FSE, FEOGA), que han costeado infraestructuras viarias, educativas, rurales, etc.; y
colaboración frente al terrorismo, con la creación de un espacio europeo de seguridad y justicia.
Las presidencias de turno de la Unión presididas por España, y los distintos cargos desempeñados
por españoles dentro de la UE, han contribuido a que los españoles asuman como propios los
asuntos europeos.
La democracia, con la integración en la OTAN y en la CEE, ha cambiado el papel de España en el
contexto internacional, más adecuado a su historia, su posición geográfica y su significación cultural.
Pero además de Europa, España ha desplegado una política exterior en otros ámbitos territoriales:
En América Latina, se inició una política de acercamiento a Latinoamérica. Así a propuesta de España
se crearon las Cumbres Iberoamericanas (1991). Desde los ochenta España ha ejercido gran
influencia en Latinoamérica, en situaciones conflictivas de Nicaragua, El Salvador, Guatemala,
Cuba de Fidel Castro, Sudamérica. España ha incrementado su ayuda y ha influido en el aumento de
la misma por parte de la UE. Así mismo la presencia económica es importantísima, siendo el
segundo inversor tras Estados Unidos. En el Norte de África, con Argelia, por la dependencia
energética, se ha colaborando en su pacificación; con Mauritania por su proximidad a Canarias, se ha
colaborado para controlar lo flujos migratorios; y con Marruecos, por su proximidad, se intenta sofocar
las tensiones y reclamaciones marroquís sobre los territorios españoles de Ceuta y Melilla, ocupación del
Sáhara Occidental en 1975, y por los intereses económicos en Marruecos. Con el África Subsahariana
la presencia española ha sido escasa, a excepción de Nigeria y Guinea Ecuatorial y desde 2004 con
Senegal y países de la costa atlántica se han llegado a acuerdos para reducir la migración. En Asia,
la presencia española es anecdótica, a excepción de Oriente Próximo, papel reconocido con la
celebración de la Conferencia de Paz de Madrid en 1991. En referencia a la ayuda exterior, esta ha
sido un capítulo importante. Ejemplo del peso internacional de España en la cooperación internacional
fue el nombramiento de Federico Mayor Zaragoza como Director General de la Unesco (1987-1999).

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