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Daños a la salud
ESPAÑA:
El nuevo Código va un paso más allá, y establece en su Art. 1717 que "Cualquier acción u
omisión que causa un daño a otro es antijurídica si no está justificada".
De manera tal que puede afirmarse que la antijuridicidad, como fuera entendida hasta el
presente, sea formal o material, no constituye en rigor un elemento de la responsabilidad.
Lo que tiñe antijuricidad al hecho dañoso es su falta de justificación, y como ésta - la
justificación- se concreta en puntuales y expresas excepciones, la regla es que todo daño es
injusto, y por ende antijurídico.
También viene este código a dejar de lado la discusión respecto de la admisibilidad de las
omisiones antijurídicas. Sea acción u omisión, si de ella deriva un daño, el obrar - o "no
obrar"- es antijurídico y genera responsabilidad.
El daño es antijurídico, a menos que esté justificado. Nótese que -sin perjuicio de conocer
opiniones en contrario- entendemos que el daño no "se presume" antijurídico.
Consideramos que la orientación del código no ha venido a querer establecer una
presunción, sino un contundente principio del derecho. Y aun teniendo en consideración la
opinión que juzga perdurable el requisito de la antijuricidad en la economía del nuevo
código civil, no puede dejar de reconocerse que, cuanto mínimo, el concepto ha sido
notoriamente ampliado a punto tal tener que ser analizado por la negativa, es decir, el
examen no se direcciona en apreciar si el obrar ha sido antijurídico, sino simplemente
corroborar si ha existido una causal de justificación.
COLOMBIA:
El patrimonio es el conjunto de bienes que posee una persona, y estos pueden ser
de naturaleza material o inmaterial. Con la evolución social se ha modificado su
contenido económico, hoy pueden tener más “valor” y han sido siempre de mayor
dificultad al momento de ser valorados los inmateriales, como el perjuicio moral, el
buen nombre, la honra, la tranquilidad, la integridad sexual, física o estética, etc.
Por reflejo, los bienes materiales son de mayor facilidad valorativa (un carro, una
casa, o la consecuencia económica de la pérdida de un brazo). El perjuicio
consiste en la disminución patrimonial en cualquiera de sus expresiones (daño
jurídico del doctor Tamayo).
¿Puede existir daño sin perjuicio? Sí. ¿Frente a un mismo daño pueden existir
perjuicios distintos? Sí. ¿Puede existir (como lo plantea el doctor Tamayo)
perjuicio sin daño físico? Sí. Pero este último planteamiento es intrascendente,
pues lo importante es que la ocurrencia del daño en sí, sea físico (perceptible
externamente) o no, tenga consecuencias patrimoniales para tipificar un perjuicio.
El “susto” producido por un accidente aéreo del cual se sale ileso puede producir
estrés postraumático permanente (perjuicio inmaterial) con consecuencias,
inclusive, en la productividad de la persona (perjuicio material). ¿Aquí el daño es
físico? considero que sí, pues, a pesar de no tener manifestación corporal como
tal, implica una afectación en la siquis, la cual, a su vez, hace parte de la
integridad personal.
No veo porqué el plantear que “una cosa es el daño en sentido físico o material y
otra, el daño en sentido jurídico” explique “el error de la tesis de la diferencia”,
pues lo que hace, simplemente, es asimilar el daño en sentido físico al “daño”, y el
daño en sentido jurídico al “perjuicio”. Problema de nomenclatura.
De tal forma que por lo anotado, no aceptaría el desafío del doctor Tamayo en
cuanto a plantear “un ejemplo de un daño jurídico y un perjuicio jurídico como
conceptos jurídicos diferentes”, pues, para mí, carece de relevancia frente a la
ontología del daño.