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ESCUELA DE MICROBIOLOGIA
PRACTICAS PROFESIONALES
En los últimos años se ha visto el efecto del entorno sobre la salud de las personas, siendo
una de las explicaciones de la aparición de ciertas enfermedades denominadas complejas
o multifactoriales, el desarrollo de estas no puede ser explicado por una condición o
predisposición genética de base, sino que también en ellas influyen el papel que el entorno
pueda tener sobre el organismo, como se ha visto en la aparición del número de casos del
cáncer de piel en los últimos años con el aumento de la radiación solar así como también
del desarrollo de ciertas enfermedades cardiovasculares con el consumo de alimentos
grasos ricos en colesterol.
Se sabe sin lugar a duda que una adecuada alimentación es necesaria para mantener un
buen estado general de salud. Sin los nutrientes necesarios el cuerpo humano no es capaz
de llevar a cabo adecuadamente todos sus procesos vitales, esto es debido a que en la
alimentación se hallan los compuestos o moléculas principales para llevar a cabo el
metabolismo energético, procesos de regeneración y crecimiento, así como también el
desarrollo o el adecuado funcionamiento del sistema inmunológico, entre otros. No
obstante, si nos vamos hacia el otro extremo, es decir, el consumo excesivo de ciertos
alimentos puede llegar a acarrear graves consecuencias en el estado de salud, esto debido
a que después de cierto rango o limite un compuesto esencial puede resultar perjudicial o
tóxico.
Hoy en día muchas compañías y empresas se enfocan en proveer al público suplementos
y productos que posean una mayor cantidad o mayor concentración de los compuestos
fundamentales que el organismo necesita, pero se deja de lado el papel que el entorno
puede llegar a tener sobre la persona y que este además puede desencadenar mecanismos
que alteren la alimentación haciendo que el aporte suministrado por dichos suplementos
sea ineficiente.
El deseo de comer a diario se ve influenciado muchas veces por las actitudes o situaciones
que estemos viviendo en el momento, es así que cuando se está triste se desencadena el
deseo de ingerir algo dulce como lo es el chocolate, con él se ha encontrado que su ingesta
lleva a un aumento en la liberación de oxitocina, la cual se encarga de generar un estado
de felicidad por medio de mecanismos aún en estudio. Por el contrario, cuando se está
bajo situaciones de mucha presión se activan una serie de procesos o mecanismos
fisiológicos que disminuyen la sensación de hambre o de necesidad de alimentarse. Es
por ello que al encontrarse en ambientes de cierto nivel de estrés, los tiempos de
alimentación o el tipo de comida a la que estamos acostumbrados puede variar
automáticamente, llevando al desarrollo de enfermedades determinadas (por ejemplo,
diabetes, hipertensión, entre otras), incluso, como lo muestra ciertas evidencias, afectar
otros procesos mentales. Por lo tanto, un entorno que mantenga un nivel adecuado de
estrés o presión es necesario para mantener un buen estado de alimentación general.
La evidencia muestra que el cerebro al ser una unidad de procesamiento química además
de eléctrica, es sensible a los sutiles cambios en las sustancias que ingerimos y que
lógicamente pasan por él. Los estados de alerta y de calma, son uno de los ejemplos más
simples para comprender en cierta manera estos procesos químicos. El estado de alerta es
el resultado de los mecanismos ejecutados por los neurotransmisores, (mensajeros
químicos a nivel del cerebro), dopamina y norepinefrina que son sintetizados a partir del
aminoácido tirosina, este se halla en alimentos con alto contenido proteico como lo es la
carne. Dicho aminoácido al ser transformado en estos mensajeros, desencadena efectos
como lo es el aumento de la agilidad y mayor sensibilidad a los estímulos. Por otra parte,
el estado de calma es el resultado de los procesos mediados por el neurotransmisor
serotonina, este es sintetizado a partir del aminoácido triptófano que también es hallado
en los alimentos de tipo proteico. Como resultado de ello se aumenta la capacidad de
concentración y los sentimientos de tensión disminuyen. Teniendo esta visión general del
papel que juega los alimentos de alto valor proteico, se pone en manifiesto el rol del tipo
de alimento consumido en el estado mental además del físico.
“Somos lo que comemos” es un dicho que se ajusta para decir que el estado de salud en
que nos encontremos va muy de la mano de nuestra dieta y el cuidado alimenticio que
tengamos tendrá repercusiones en nuestro estado mental y anímico además de nuestro
estado físico. Por esto, algunos programas de salud ocupacional se interesan o tienen en
cuenta el factor del entorno laboral sobre los trabajadores. Si estamos en un ambiente de
trabajo tranquilo y manejable vamos a desempeñarnos mejor laboralmente además de que
nos alimentaremos correctamente, esto yendo de la mano con los programas que buscan
un buen habito alimenticio ayudara a encontrarnos bien física y mentalmente lo cual hará
que contribuyamos al desarrollo de un mejor entorno laboral, indicando asi que estos dos
factores van muy de la mano.
Nunca sobra hacer hincapié en el hecho de que siempre será necesario y vital mantener
una adecuada alimentación, así como también procurar el desarrollo de un ambiente sano
de trabajo o de buscar e implementar medidas que mitiguen las situaciones estresantes,
ya sea grupales o individuales, debido a que de esta manera se lograra mantener un
equilibrio o un enlace estable sobre estos dos factores.