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El mercado grande y malo: ¿Una psicosis francesa?

www.miseshispano.org/2014/05/el-mercado-grande-y-malo-%c2%bfuna-psicosis-francesa/

Hay un cliché según el cual los franceses


están genéticamente en contra del liberalismo
clásico y la economía del libre mercado. Sin
embargo, no fue siempre así. A finales del
siglo XIX y principios del XX, la mayoría de
los políticos y funcionarios franceses admitían
que el Estado es globalmente ineficiente y
debería ser lo más pequeño posible. Incluso
un gran número de izquierdistas, inspirados
por el anarcosocialista Pierre Joseph
Proudhon, se oponían fuertemente a los
impuestos y el gran gobierno. Criticaban el
desperdicio y el parasitismo del Estado. En su Théorie de l’impôt (Teoría del impuesto),
publicada en 1861, Proudhon describía a los impuestos como una “ilusión” y acusaba al
impuesto progresivo de la renta de ser un “joujou fiscal” (juguete fiscal) utilizado por los
autoproclamados progresistas para divertir a la gente. La oposición al impuesto de la renta era
tan fuerte en Francia que era fervientemente rechazado y casi creaba protestas. El político y
economista libertario Yves Guyot se oponía ferozmente al impuesto de la renta e hizo
mucho para la causa de la libertad. En 1898 escribió “Les tribulations de M. Faubert” (“Las
tribulaciones del Sr. Faubert”), en donde advertía cerca del peligro de los impuestos de la
renta para la libertad y la prosperidad. El impuesto de la renta apareció en Francia en 1914
(¡más tarde que en Estados Unidos!), junto con la guerra y la decadencia de la escuela
francesa de economía política.

¿Cómo puede ser que los franceses tengan una mentalidad tan estatista? Las guerras son en
buena parte responsables del crecimiento del gobierno omnipotente, por un lado. Por el otro,
después de la Segunda Guerra Mundial, el Partido Comunista ganó influencia: en las
elecciones parlamentarias de 1945 recibió más del 25% de los votos y en 1976 tenía electos
la mayoría de los alcaldes de Francia. En 2013, una encuesta mostraba que el 80% de los
franceses desaprueban el sistema capitalista y el 25% de los entrevistados consideraban que
de veríamos abandonar el capitalismo.

Ninguna reforma de libre mercado


H habido realmente una política de austeridad en Francia en la pasada década. ¿Pero quién
la soporta? La respuesta es sencilla: austeridad para la gente y gasto para el Estado. El gasto
público continúa creciendo, aunque últimamente a un ritmo más lento. Sin embargo, los
impuestos continúan aumentando.
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% PIB 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Gasto público 53,6 53,0 52,6 53,3 56,8 56,6 55,9 56,6

Rentas sector público 50,6 50,6 49,9 49,9 49,2 49,5 50,6 51,8

Carga fiscal 43,8 44,1 43,4 43,2 42,1 42,5 43,7 45,0

Fuente: INSEE

Entre 2011 y 2013 se aprobaron 84 nuevos impuestos. Hubo un aumento de 16.200 millones
de euros en impuestos en 2011, 19.300 millones en 2012 y 22,1 millones en 2013.[1]

En 1974, el expresidente francés, Valéry Giscard D’Estaing, dijo: “Cualquier tipo por encima
del 40% para impuestos es socialismo”. En 2013, la carga fiscal volvió a subir, llegando al
46,2%. Pero a a pesar de esta loca política fiscal, los economistas franceses, que son
bastante estatistas y keynesianos, ignoran la curva de Laffer y la ineficiencia de los
impuestos. En lugar de admitir los efectos desastrosos de los impuestos en la acumulación de
capital y el crecimiento, ha habido un debate acerca de los impuestos al trabajo y al capital.
De hecho, algunos economistas, como Thomas Piketty, afirman erróneamente que, en
Francia, el trabajo está más gravado que el capital.[2] Esto demuestra lo desconectado de la
realidad en que se ha convertido el debate. Pascal Salin, un economista de la Escuela
Austriaca, demuestra que, contrariamente a Piketty, la renta de capital está mucho más
gravada que la renta del trabajo.[3] Sin embargo a nadie le preocupa el exceso de impuestos
al capital, porque piensan que esto equivale a gravar a los ricos y los inspirados por el
keynesianismo piensan que el consumo, no el capital, es la clave del crecimiento económico.
Pero igual que quemar tus muebles no es la mejor manera de calentar tu casa, reducir la
cantidad de capital no es la mejor manera de crear crecimiento. Como escribió Ludwig von
Mises:

La esencia del keynesianismo es su completo fracaso en entender el papel que desempeñan el


ahorro y la acumulación de capital en la mejora de las condiciones económicas.[4]

La carga fiscal explica, en buena medida, que no haya suficiente capital en Francia. Sin
embargo no todos los problemas vienen de los impuestos. Otro problema que dificulta la
actividad económica en Francia es la inflación legislativa. Hoy los franceses están gobernados
por unas 400.000 regulaciones en 22.000 secciones legales y 137.000 decretos. Montesquieu
dijo en su momento que: “Las leyes inútiles debilitan las leyes necesarias”, pero las leyes
inútiles, al crear incertidumbre, también debilitan el crecimiento económico. Cuando los
políticos no pueden cambiar la realidad, hacen leyes para dar la ilusión de tener una influencia
sobre ella.

Inflación legislativa entre 2003y 2013

% medio de aumento anual de páginas en Francia

Código Monetario y Financiero +12,8%

2/4
Código de educación +6,3%

Código de Deporte +6,3%

Código de Seguros +5,9%

Código de Planificación Urbana +5,8%

Código del Consumidor +5,4%

Código de Propiedad Intelectual +4,9%

Código Fiscal General +4,1%

Código Penal +3,6%

Código Laboral +3,4%

Código de Salud Pública +3,1%

Código Medioambiental +2,1%

Código de la Seguridad Social +1,7%

Fuente: Slate.fr

Como hemos visto, no ha habido reformas de libre mercado en Francia en los últimos años.
Tras las elecciones municipales de marzo de 2014, el nuevo primer ministro, Manuel Valls,
asumió el cargo. Representa a la rama derechista del partido socialista, pero está lejos de ser
un libertario. Cuando se mira la historia, se ve a menudo que son los gobiernos de izquierdas
los que hacen las reformas de libre mercado. Fue el caso en Nueva Zelanda en la década de
1980 con David Lange o en menor grado con Gerhard Schröder en Alemania. Pero parece
improbable que Manuel Valls haga ninguna reforma real de libre mercado. Ha declarado que
disminuirá los impuestos a las empresas, recortará otros y que el gobierno disminuirá el gasto
público en 50.000 millones de euros (un 2,5% del PIB) en los próximos 3 años. Son solo
palabras y promesas de reformas tímidas.

[1] Serge Schweitzer y Loïc Floury, Théorie de la révolte fiscale, Enjeux et interprétations,
2014.

[2] Ver Thomas Piketty y Emmanuel Saez, Pour une révolution fiscal: un impôt sur le revenue
pour le XXème siècle, París, Seuil, 2011.

[3] Pascal Salin, La tyrannie fiscale, Odile Jacob, 2014.

[4] Ludwig von Mises, Planning for Freedom, 1974, p.207.

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Publicado el 25 de abril de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo
original se encuentra aquí.

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