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Área de interés 6. El ser y la existencia.

Dejar de existir
Paola Rochon Herrera
Hoy desperté más temprano que de costumbre. A las tres de la madrugada sonó el
teléfono. Mi mamá lo contestó. Como la casa es pequeña, pude escuchar cuando ella dijo con
voz quebrada que no era justo lo que estaba pasando. Me asomé sigilosamente y vi cómo
rompió en llanto al colgar el teléfono. Lo único que se me ocurrió fue acercarme a ella y
abrazarla. Entre sollozos me dijo que mi padre había muerto. En ese momento sentí un
escalofrío que invadió mi cuerpo. Hasta el amanecer estuvimos llorando y tratando de asimilar
la situación. A las cinco de la mañana, me pidió que asistiera a la escuela y presentara los
exámenes finales que había estado preparando desde una semana antes:
—Ve a la escuela, hija. Yo me encargo de los trámites para el entierro. Tienes que ser
fuerte y concentrarte en tus exámenes. Estás a pocas semanas de concluir tu bachillerato.
Además, a tu papá no le gustaría que te retrasaras en tus estudios.
Al decir esto último, sus ojos se llenaron de lágrimas. A mí me dolía verla sufrir, por
eso acepté sin ninguna objeción lo que me pedía. De camino a la escuela encontré a uno de
mis mejores amigos. Al ver mi aspecto, José dijo:
—¿Qué onda, Rita? ¿Te fuiste de pachanga anoche o por qué traes esa cara?
Sin poder contener el llanto, respondí:
—Nos acaban de dar la noticia de que mi papá falleció. ¡Aún no lo puedo creer!
¿Alguna vez has perdido a alguien muy querido?
Durante unos minutos nos quedamos callados y solo se escuchaban nuestras pisadas, el
canto de las aves y la tristeza de mi alma.
—¡No, Rita! —rompió el silencio la voz de José—. Nunca he sufrido la pérdida de un
ser querido, pero no pocas veces, y eso tú bien lo sabes, me he cuestionado qué significan la
vida y la muerte.
—¡Sí, lo sé! Nunca te cansas de decir que es absurdo creer que hay vida más allá de la
muerte. Si te soy sincera, siempre me gustó que dijeras eso, pero hoy siento vértigo al pensar
que eso es verdad. Me cuesta trabajo hacerme a la idea de que mi papá ya no existe, que ya no
queda nada de él.

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De nuevo nuestras pisadas y el cantar de los pájaros llenaron el silencio que se formó
entre nosotros. José clavó la mirada en el suelo y a cada rato se tronaba los dedos de la mano,
como señal de que estaba buscando el momento oportuno para explicarme su idea de la
muerte. En eso nos topamos con Sofía, una compañera que a José le gustaba.
—¿Qué les pasó? —preguntó Sofía al ver nuestras expresiones.
—Mi papá murió anoche —respondí.
La noticia pareció sorprenderla. Después de avanzar unos pasos me dijo:
—Lo siento mucho, Rita… ¿Hay algo que pueda hacer por ti?
—No, Sofía, gracias. Mi mamá se está encargando de los trámites para el entierro. Yo
solo vengo a presentar mi examen. Lo termino y me voy corriendo a la casa.
—Sí que eres fuerte, Rita —dijo Sofía—. Me recuerdas a mi tía Gertrudis cuando
murió mi primo Serafín.
—¿Por qué? —pregunté con curiosidad.
—Porque ella, al igual que tú, no se dejó vencer por la tristeza, y llevó todas sus
labores cotidianas con mucha serenidad.
—No te creas, Sofía —le dije con voz quebrada—. Hoy ha sido la mañana más larga y
triste de mi vida.
—Es normal sentir tristeza por la muerte de alguien querido —dijo Sofía—. De lo
contrario, seríamos unas máquinas. Pero es admirable que hayas tenido la fortaleza para venir
a la escuela. Yo, la verdad, no sé si podría.
José no paraba de tronarse los dedos. Estaba impaciente por dar su opinión sobre el
tema, así que aprovechó el comentario de Sofía para hacerme una pregunta que me dejó
pensando un buen rato.
—Oye, Rita, ¿qué es lo que te entristece de la muerte de tu padre?
—Creo que no haberme despedido de él. Me hubiera gustado que se fuera sabiendo
cuánto lo amo —no pude contener más mi llanto al decir esto.
—Me siento apenado, Rita —me dijo José—. No quería hacerte sufrir más.
—No te preocupes, José. Ahorita cualquier cosa me hace llorar —le dije.
Al llegar a la escuela, me fui para mi salón y los dejé platicando en el patio.
Días después, Sofía me contó lo que estuvieron discutiendo:
—Oye, José, ¿tú qué piensas sobre la muerte?

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—Creo que antes de nacer somos un puñado insignificante de materia y que al morir
regresamos a ese mismo estado. Como ves, yo no creo que haya vida en el más allá. Una vez
muertos, muertos estamos.
—¡Qué poco romántico eres! ¿A poco no te gustaría reencontrar al amor de tu vida en
el más allá para amarla eternamente?
José se enrojeció porque ella le gustaba, pero hizo su mayor esfuerzo para seguir con
normalidad la conversación:
—Cuando pasamos por momentos de mucho dolor, es reconfortante pensar que al
morir tendremos una vida mejor al lado de nuestros seres queridos. Sin embargo, creo que esta
idea también es una fuente de tormento.
—José, ¿por qué dices eso?
—Porque normalmente se piensa que la felicidad eterna es una recompensa por las
buenas acciones realizadas en la vida terrenal, lo cual orilla a las personas a renunciar o a
gozar con culpa los placeres de la vida.
—¿Pero qué pasaría si todos actuaran guiándose por sus pasiones?
—Yo creo que nada malo, Sofía. Es más, creo que habría menos tristeza si las personas
aprendieran a disfrutar los placeres de la vida sin remordimiento. Hay que vivir el aquí y el
ahora porque una vez muertos, ya no hay nada, ni sufrimiento ni placer. El cuerpo se convierte
en una masa de materia de la cual surgen nuevos seres. Como cuando salen gusanos de la
carne echada a perder.
—Yo no estoy tan de acuerdo contigo, José, pues no creo que la libertad se demuestre a
través del disfrute de los placeres, pues son pasajeros. Una vez que hemos consumido lo que
nos gusta, nace la necesidad de buscar otra cosa placentera para consumirla, y así
constantemente, lo cual no nos da descanso ni mucho menos libertad.
—Entonces, ¿tú recomiendas que le neguemos experiencias placenteras a nuestros
cuerpos para poder morir en paz?
—¡No! No es eso lo que quiero decir. Más bien pienso que, para vivir en paz,
tendríamos que aprender a querer que las cosas que ocurren sean como son y no aferrarnos a
que sean como queremos.
—¿Me puedes explicar eso?

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—¡Claro que sí! Como tú sabes, es natural que las personas mueran, por eso hay que
querer que nuestros seres amados mueran cuando llegue su hora, pues de esta forma estaremos
preparados para despedirnos tranquilamente de ellos. Por el contrario, querer que vivan para
siempre es una fantasía que causa mucho miedo y dolor.
—Entonces, ¿debo desear enfermarme porque es natural que esto me ocurra?
—Sí, aunque esto no quiere decir que tengas que provocarte la enfermedad. Sólo hay
que asumir que la enfermedad, la muerte de los seres queridos, el amor, el desamor…, son
parte de la vida, y que es un error pensar que nunca nos va a pasar a nosotros.
—¡Sofía!, ¡es muy interesante lo que acabas de decir! Me gustaría platicar con más
tranquilidad de esto. ¿Qué te parece si, saliendo de la escuela, vamos a la plaza a dar un
paseo?
—¡Claro! Nos vemos en la entrada de la escuela, a la una de la tarde.
Días después de la muerte de mi papá me enteré que Sofía y José comenzaron a salir
juntos.

Guía para facilitar la reflexión y el diálogo a partir del texto Dejar de existir

En la historia de Rita encontramos distintas posturas en torno a la muerte, a partir de las cuales se
puede reflexionar sobre la sustancia, la existencia y el tiempo. El tema de la inmortalidad proporciona
elementos para poner a discusión la idea tradicional de separación entre cuerpo y alma, la diferencia
entre lo finito y lo eterno. También encontramos pasajes en los que se muestran distintas formas de
percibir el tiempo, lo cual puede servir para reflexionar sobre cómo los seres humanos lo medimos.

Planes de discusión

Plan de discusión 1. Sobre la sustancia.

José, el amigo de Rita, sostiene que no existe el alma y que por ello no hay vida más allá de la muerte.

1. Rita, antes no creía que hubiera vida después de la muerte pero, ahora que murió su papá, le
cuesta creer que ya no queda nada de él. Con este cambio en su creencia, ¿Rita ya no es la
misma de antes?
2. Cada día que pasa, ¿sigues siendo la misma persona? Aunque el tiempo transcurra, ¿sigues
siendo la misma persona?
3. ¿Qué permanece de ti que te hace ser la misma persona?, ¿qué hay en ti que te hace ser la
misma persona?
4. ¿Qué tendría que cambiar en ti para que dejaras de ser quien eres?

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5. Si cambiaras de creencias, ¿seguirías siendo la misma persona?
6. Si las hay, ¿cuáles son las creencias tuyas que te hacen ser quien eres?
7. ¿Dejarías de ser tú mismo si cambiaras de cuerpo?
8. Mientras vas creciendo y desarrollándote, ¿sigues siendo tú mismo?
9. Si perdieras algún miembro de tu cuerpo, ¿tu forma de pensar cambiaría?
10. ¿Al morir algo de nosotros permanece vivo? Si lo hay, ¿qué es eso que permanece?

Plan de discusión 2. Sobre la existencia.

José, el amigo de Rita, dice que nuestro cuerpo al morir se convierte en una masa de materia en
putrefacción de la cual surgen nuevos seres y que, cuando esto ocurre, nosotros ya no sentimos ni
dolor ni placer.

1. El papá de Rita falleció. ¿Eso significa que dejó de existir?


2. Cuando se dice que el papá de Rita existe en los recuerdos de ella, ¿ser recordado es una
forma de existir?
3. Si Rita piensa en un unicornio, ¿podemos decir que ese ser existe?
4. ¿Qué diferencia hay entre el unicornio y el papá de Rita?
5. ¿Cómo puedes saber que tu casa, tus papás, existen si en este momento no los ves? ¿Todo lo
que ves existe?
6. Las cosas que no ves, por ejemplo tus ideas, ¿existen?
7. ¿Qué otras cosas existen que tú no puedes ver?
8. ¿Cómo puedes saber que Inglaterra existe si nunca has estado allí?
9. ¿Qué diferencia lo que existe de lo que no existe?

Plan de discusión 3. Sobre el tiempo.

Sofía, la amiga de Rita, dice que una vez que hemos consumido lo que nos gusta, nace la necesidad de
buscar otra cosa placentera para consumirla, y así constantemente sin encontrar plena satisfacción.
 
1. Sofía dice que las cosas que nos causan placer suelen durar poco, ¿eso quiere decir que el
tiempo corre de prisa cuando estamos disfrutando algo?
2. Para Rita, la mañana en la que su padre murió fue la más larga y triste de su vida, ¿eso
quiere decir que cuando algo malo nos pasa, el tiempo transcurre más lento?
3. ¿Por qué a veces sentimos que el tiempo pasa volando y otras que el día nunca va a acabar?
¿Acaso el tiempo no lleva siempre el mismo ritmo?
4. Sofía le pregunta a José si no le gustaría reencontrar al amor de su vida en el más allá para
amarla eternamente. ¿Por qué se cree que después de la muerte las cosas duran para siempre?
¿Para amar eternamente a alguien, el tiempo no debe de transcurrir?
5. ¿Hay algún momento del día en el que el tiempo se detiene?, ¿qué pasaría si esto ocurriera?
6. ¿Cómo nos damos cuenta de que el tiempo transcurre? ¿Podemos medir el tiempo?
7. ¿Los animales tienen conciencia del tiempo? ¿Saben que en algún momento van a morir?
8. Si la humanidad desapareciera, ¿el tiempo seguiría existiendo?
9. ¿Qué es el tiempo?

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Ejercicios.

Ejercicio 1.
Con este ejercicio se busca que los estudiantes aprendan a distinguir concepciones filosóficas que se
presume son divergentes, y explorar las diferencias entre propuestas que se presentan como diferentes
o contrarias.

Según el Diccionario de filosofía de Abbagnano «sustancia» es aquella parte de las cosas que no sufre
cambios ni desaparece, y que solo puede ser concebida racionalmente. «Existencia» es la realidad
efectiva que captamos a través de la sensación y la memoria, de ahí que sea cambiante. Y la causa es
la relación entre dos cosas en la que a partir de la primera cosa se prevé la existencia de la segunda.

Instrucción. Considerando las definiciones anteriores, relacionar el concepto con el texto que le
corresponda.

Concepto Texto

1. Sustancia a. Amontonad varias piezas de metal sin forma ni figura alguna, y


veréis que son incapaces de convertirse por sí mismas en un reloj. Sin
2. Existencia un arquitecto, la piedra, el cemento y la madera no podrán erigirse en
una casa.
3. Causa David Hume

b. Cada provincia marca a sus esclavos con una señal distintiva. El


intento de hacerla desaparecer constituye un crimen capital, así como
cruzar la frontera y hablar con esclavos de otra provincia.
Tomás Moro

c. No trates de que las cosas que ocurren ocurran como tú quieres;


quiere, más bien, que las cosas que ocurren sean como son, y la vida
transcurrirá con tranquilidad.
Epicteto

d. Si el cinabrio fuera unas veces rojo y otras negro, unas veces ligero
y otras pesado (…), entonces mi imaginación no tendría la
oportunidad de llevar al pensamiento el cinabrio pesado ante la
representación del color rojo.
Emanuel Kant

Ejercicio 2.
Con este ejercicio se busca que los estudiantes aprendan a identificar los supuestos que subyacen a
una postura o a una emisión.

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El siguiente texto es de John Locke, uno de los representantes del empirismo inglés.

Lo que se observa en los niños.

Quien considere con atención el estado de un niño recién llegado al mundo tendrá pocos
motivos para pensar que está abarrotado de ideas que constituyen el material de sus futuros
conocimientos. Gradualmente es como llega a proveerse de ideas (…) Pero como todos los
que nacen en este mundo están rodeados de cuerpos que continuamente y de diverso modo
los afectan, una gran variedad de ideas se imprimen en la mente de los niños, téngase o no
el cuidado de enseñárselas. La luz y los colores están en todas partes en constante
disposición de causar impresiones, con sólo que el ojo esté abierto; el sonido y algunas
cualidades tangibles no dejan de solicitar a los sentidos que les son propios, y de ese modo
se abren paso hasta la mente. Sin embargo, creo que se considerará sin dificultad que si se
tuviera a un niño en un lugar en que sólo viera el negro y el blanco hasta que fuera un
hombre, no tendría más idea del escarlata o del verde que la que podría tener del sabor de
un ostión o de la piña quien, desde niño, jamás hubiera probado esos alimentos.

Ensayo sobre el entendimiento humano,


(2005) México: FCE. pp. 85 y 86.

Instrucciones.

A) Indicar cuáles de los siguientes refranes expresan la postura de Locke.

1. Árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza.


2. El que con lobos anda, a aullar se enseña.
3. El que nace pa’tamal, del cielo le caen las hojas.
4. Al nopal solo se le arriman cuando tiene tunas.
5. Dime de qué presumes y te diré de qué careces.
6. El que nace para maceta, del corredor no pasa.

B) Relacionar cada idea con su origen.

Origen Ideas
1. La experiencia a. Yo tengo la idea de lo que es una armadura de samurái;
2. La memoria mi tío me ha hablado de ello.
3. La imaginación b. Todos en mi aldea tenemos idea de lo que es una
4. La cultura armadura de samurái porque los elegidos se preparan
para serlo.
c. Tengo idea de cómo es una armadura de samurái, pues de
pequeño había uno en un museo que visité.
d. Tengo idea de qué es una armadura de samurái, pues me
he puesto una.
e. Tengo idea de cómo es una armadura, pues he visto cómo
se la ponen.

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f. Tengo idea de cómo es una armadura, pues he ayudado a
que hagan una.

C) Indicar cuáles de las siguientes ideas se han obtenido a través de sensaciones.

1. He leído que el mar es una masa de agua salada que cubre la mayor parte de la superficie
del planeta Tierra.
2. Puedo imaginarme qué es el mar cuando me dicen que es una gran cantidad de agua salada
en movimiento.
3. El mar es azul, su agua es salada y su movimiento produce unas olas que me gusta brincar
cuando me meto a nadar.
4. En un documental filmaron las profundidades del mar y aparecieron peces de muchos
colores.
5. Puedo imaginar cómo suena el mar cuando pongo mi oreja dentro de un caracol.
6. Me dijeron: «Piensa en mucha, mucha agua… hasta donde alcances a ver es agua. Por todos
lados es agua. Eso sería si estuvieras en varias partes del mar». Desde entonces tengo idea de
cómo es el mar.

D) Con base en lo anterior, explicar cuál es la función principal de las ideas.

Ejercicio 3.
Con este ejercicio se busca que los estudiantes aprendan a identificar los presupuestos que subyacen a
una postura o a una emisión.

Instrucciones.

A) Leer el siguiente texto y responder a las preguntas subsiguientes.

Afirmamos desear lo que es verdad. Pues el cuerpo nos procura mil preocupaciones por la
alimentación necesaria; y, además, si nos afligen algunas enfermedades, nos impide la
caza de la verdad. Nos colma de amores y deseos, de miedos y fantasmas de todo tipo, y
de una enorme trivialidad, de modo que ¡cuán verdadero es el dicho de que en realidad con
él no nos es posible meditar nunca nada! Porque, en efecto, guerras, revueltas y batallas
ningún otro las origina sino el cuerpo y los deseos de éste. (…) Por eso no tenemos tiempo
libre para la filosofía, con todas esas cosas suyas. (…)

Con que, en realidad, tenemos demostrado que, si alguna vez vamos a saber algo
limpiamente, hay que separarse del cuerpo y hay que observar los objetos reales en sí con
el alma por sí misma. Y entonces, según parece, obtendremos (…) la sabiduría, una vez
que hayamos muerto (…) pero no mientras vivimos. Pues si no es posible por medio del
cuerpo conocer nada limpiamente, una de dos: o no es posible adquirir nunca el saber, o
sólo muertos.
Platón, Fedón.
(66a- 67b)

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1. ¿Cuál de las siguientes frases expresa mejor la postura del autor?

La más segura cura para la vanidad es la soledad.


Disfrutar de todos los placeres es insensato; evitarlos, insensible.
Siempre se ha de conservar el temor, mas jamás se debe mostrar.
A la mujer hay que tenerla bien comida, bien vestida y bien amada.

2. ¿Qué se necesita para filosofar?

Prestar atención a las sensaciones.


Amar y desear las cosas de la vida.
Superar las distracciones del cuerpo.
Llevar una vida tranquila y solitaria.

B) Analizar las siguientes situaciones y determinar cuáles están regidas por el cuerpo y cuáles por el
alma.

Factor rector Situación


1. El alma a. A Pedro le gustan las playeras rojas porque así llama la
2. El cuerpo atención de la gente.
b. Juana prefiere comer algo ligero para no dormirse en clase.
c. Pamela quiere ganar mucho dinero para comprar todas las
cosas que le gustan.
d. Cuauhtémoc quiere estudiar derecho para defender a las
personas inocentes.

Sugerencias se lectura.

Platón, Fedón.
Este texto puede servir para entender la teoría de las ideas de Platón, además allí encontramos los
argumentos platónicos en favor de la inmortalidad del alma.

Aristóteles, Metafísica. (Libros: VII y VIII).


Este texto nos presenta la noción aristotélica de «sustancia», entendida como esencia necesaria de
todo lo que hay de real o cognoscible.

Hume, David, Tratado de la naturaleza humana. (Libro primero: del entendimiento).


Este texto nos brinda una descripción del origen de las ideas, así como también una reflexión sobre la
validez de la relación de causalidad que establecemos entre las cosas.

Epicteto, Enquiridión.
Este texto contiene una serie de reflexiones breves que nos invitan a reflexionar sobre la existencia,
mostrando que el sufrimiento se debe a que damos más importancia al pasado y al futuro que al aquí y
el ahora.

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Para leer más.

Descartes, René. Sobre los principios de la filosofía.

Dewey, John. Lógica: teoría de la investigación.

Locke, John. Ensayo sobre el entendimiento humanos.

Spinoza, Baruch. Ética.

Wittgenstein, Ludwig. Tractatus lógico-philosophicus.

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