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Las briquetas de óxido más el carbón mineral se cargan por la parte superior
del horno y el cloro se introduce por el fondo. El calor necesario para iniciar la
reacción y mantener una temperatura de operación se genera eléctricamente
en el lecho de coque con dos electrodos de coque que actúan como una
resistencia formando un arco eléctrico que disipa mucho calor. El producto
de la primera reacción, llevado a cabo en horno de este tipo, es MgCl2
líquido y se descarga por el fondo del horno, el otro; TiCl4, es un gas que sigue
la corriente gaseosa del horno y se puede recuperar por condensación. La
cloración del óxido de titanio puede llevarse a cabo en un reactor de lecho
fluidizado. Es muy importante que la materia prima esté completamente seca,
para evitar pérdidas de cloro, por la posible reacción de formación de HCl. De
igual manera, el vapor de agua puede causar hidrólisis de los cloruros
metálicos. Una complicación que puede presentarse en la cloración de óxidos
es la formación de oxi-cloruros, como: WOCl4, VOCl3, y NbOCl3. Los oxi-cloruros
a menudo son volátiles y por esta razón se dificulta su separación de los
cloruros. Si tales oxi-cloruros se reducen, el oxígeno disuelve en el metal
contaminándolo.
Halogenación de ferroaleaciones o carburos. Podría ser posible obtener
haluros virtualmente libres de oxi-haluros. Las reacciones entre las
ferroaleaciones y el cloro son fuertemente exotérmicas y una vez que se inicia
el proceso puede continuar sin que se le proporcione calor adicional. El cloruro
resultante podrá ser impuro y necesitará purificación posterior para remover
el Fe, y otros elementos.
Purificación de Haluros. Los haluros solubles en agua pueden purificarse por
recristalización o precipitación. Los cloruros volátiles pueden purificarse por
destilación fraccionada. Como las temperaturas de ebullición de estos cloruros
son bajas, la destilación puede realizarse fácilmente e inclusive utilizar
columnas de vidrio. Los cloruros pueden purificarse también por reducción
fraccionada. Una reducción cuidadosa de cloruro de Nb impuro con hidrógeno
a 350 °C, el FeCl3 se reduce a FeCl2 y este condensa como un sólido. Por
reducciones parecidas con hidrógeno a 500 °C, el NbCl5 se reduce a NbCl3
sólido, a diferencia, el TaCl5 no se reduce y se va con la corriente de gases.
Reducción de Haluros. El H se puede utilizar para la reducción de cloruros
sólidos y menos estables, como: VCl3 o CrCl3. La reducción puede realizarse en
un horno simple de tubo. Una desventaja que se tiene que esos cloruros
pueden ser parcialmente volátiles o pueden formar de manera
desproporcionada productos volátiles. Los volátiles siguen con la corriente de
gas y tienen que condensarse para retornarlos al proceso y así poder recuperar
sus “valores”. A temperaturas muy altas, el H puede reducir también a los
cloruros más estables. Un ejemplo sugerido para producir Ti, es el hacer pasar
una mezcla de TiCl4 y H2 dentro de un arco eléctrico. El titanio puede obtenerse
como un producto fundido y el gas podría tratarse para eliminar el HCl y
retornarlo al proceso. El método (al momento de edición del libro, 1983) no ha
encontrado aplicaciones industriales.
Reducción Metalotérmica. Es el método más común utilizado para la
reducción de haluros de metales reactivos, usando como agentes reductores
metálicos ha: Al, Mg o Ca. Si el haluro es no volátil, la reducción puede llevarse
a cabo como reducción metalotérmica. Ejemplo:
BeF2 + Mg = Be + MgF2
La reducción se realiza en un crisol de grafito con adición de algo de cloruro de
calcio que actúa como fundente. La reacción inicia a 650 °C y la temperatura
se incrementa gradualmente hasta 1300 °C, lo que hace necesario fundir y
separar los productos.
La reducción de más cloruros volátiles se realiza en un reactor cerrado y con
atmosfera de He o Ar. En la figura de abajo se muestra el principio de
operación de un reactor Kroll , utilizado para producción comercial de titanio
y circonio.
Fuentes de información: