La protesta

Tan solo la presencia masiva de las personas en la calle en señal de protesta, es una
irritación terrible para el gobierno, la muestra del repudio hacia sus intenciones, la amenaza
permanente de ver frustrados sus planes de esclavitud, les recuerdan que son humanos falibles, que
toda su tramoya y fuerza bruta no es suficiente para doblegar a toda una nación. El gobierno ante las
protestas, se enfrenta a la posibilidad del caos, a lo imprevisibilidad, a lo retador del curso de la
vida, tan solo la presencia en la calle, es una deslegitimación de su poder, una disminución de su
fuerza política, y su efecto, una trágica angustia que retorna humanos a los poderosos, y los hace
propensos a cometer errores, a excederse, a fallar.

Tan solo que haya gente en la calle en señal de protesta, ya es una afrenta grave a las
pretensiones de un régimen que quiere controlarlo todo, solo piensen en lo dichoso que fueran
nuestros opresores que hoy nos acostemos sin soñar con un futuro prometedor, como quisieran que
nos durmiéramos tan solo para olvidar los desmanes en que nos tienen entrampados, y retornar
agradecidamente en la miseria que nos han legado, su escenario perfecto es ése, para disfrutar de las
bondades del poder a costa de nuestra servidumbre. Pero, estimados, ya es tarde para ellos, el sueño
viral de la libertad ha invadido nuestros hogares, y tales sueños se tienen única y exclusivamente
para hacerlos realidad.