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Documento Elaborado por la Medica Familiar Liliana Gómez, del Servicio de Salud Univalle
Cada vez más la ciencia aporta datos sobre la importancia que tiene para la preservación
y la recuperación de la salud, el fluir de nuestra vida afectiva y lo necesario que es la
vivencia con los otros.
Nosotros somos los responsables de resolver y cambiar esta situación para quienes nos
siguen y para nosotros mismos. Pensar y repensar lo complejo de la relación entre dos y
decidir construir un vínculo trascendente es un gran desafío.
Cada encuentro con otro puede ser bueno, regular o malo, y representa una lección de
vida que me conduce hacer lo que soy. Cuando una relación fracasa, es la expresión
para decir que esta, ha dejado de ser nutritiva para alguno de los dos. (No somos para
todos todo el tiempo, ni todos son para nosotros todo el tiempo).
Elaboración y duelo
La elaboración del duelo implica ser consciente, un darme cuenta y un hacer lo que debo.
Nos guste o no, cada uno va a ser abandonado por cada persona, por cada cosa, por
cada situación, por cada etapa, por cada idea, tarde o temprano y esto es inevitable.
Cada uno de nuestros duelos es único e irrepetible. Ayudar en un duelo cualquiera sea su
causa, implica conectar a quien lo padece con el permiso de expresar sus emociones
cualesquiera que sean. Lo que sigue después de haber llorado cada perdida, después de
haber elaborado el duelo de cada ausencia, después de habernos animado a soltar, es el
encuentro con uno mismo. Y no hay perdida que no implique una ganancia, un
crecimiento personal.
La perdida esta íntimamente relacionado con la palabra cambio. Vivir esos cambios, es
animarnos a permitir que las cosas dejen de ser para que den lugar a otras nuevas. Si
voy a aferrarme a lo que creo que tengo, no podre conocer, ni disfrutar lo que sigue. La
vida es la continuidad de la vida, más allá de la historia puntual, cada momento se muere
para dar lugar al que sigue-
Frente a la vivencia de la perdida el proceso del duelo se establece para poder seguir
adelante en nuestro camino, para poder superar la ausencia. . Pero en éste camino, que
es el de las lágrimas se nos presenta tres senderos: 1. La negación. 2. El sufrimiento. 3.
La superación.
Negación Dolor
Sufrimiento Superación
1. La negación, es un intento de autoprotección contra el dolor. En la elaboración del
duelo hay una etapa normal que incluye un momento de bloqueo de la realidad
desagradable, y se establece en los primeros días- Pero si se perpetua es
patológico pues se vive en un mundo de ficción, donde lo perdido todavía no se
fue.
2. El sufrimiento, es la decisión de no seguir avanzando, nos detenemos y nos
apegamos a lo que se fue, instalándonos en el lugar del sufrimiento. Sufrir es
cronificar el dolor. Es transformar un momento en un estado, es apegarse al
recuerdo de lo que lloro, para no dejar de llorarlo, para no renunciar a eso. El
sufrimiento siempre es enfermo, es como volverse adicto al malestar.
3. El proceso del duelo siempre nos deja solos, impotentes, descentrados, pero
sobretodo tristes. El dolor nos conecta con la tristeza, una emoción displacentera
normal y saludable. Aunque puede generar crisis, y si se perpetúa desemboca en
una enfermedad llamada depresión. El dolor tiene final, el sufrimiento podría no
terminar nunca.
Estas son algunas de las sensaciones corporales que sienten los que están de
duelo: nauseas, palpitaciones, opresión en la garganta, dolor en la nuca, nudo en
el estomago, dolor de cabeza, perdida de apetito, insomnio, fatiga, sensación de
falta de aire, punzadas en el pecho, perdida de fuerza, dolor de espalda,
temblores, hipersensibilidad al ruido, dificultad para tragar, oleadas de calor, visión
borrosa.
Y estas son algunas de las conductas más habituales después de una perdida
importante: llorar, suspirar, , buscar y llamar al ser querido que no está, querer
estar sólo, evitar a la gente, dormir poco o en exceso, , distracciones, olvidos, falta
de concentración, soñar o tener pesadillas, falta de interés por el sexo, no parar de
hacer cosas o apatía.
BIBLIOGRAFIA
• Bucay Jorge. El camino del encuentro. Editorial Sudamericana.
• Bucay Jorge. El camino de las lágrimas. Editorial Sudamericana.
• Rojas Santiago. El manejo del duelo. Editorial Norma.