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LA ORACIÓN SUBORDINADA FINAL

Las oraciones finales son oraciones subordinadas que expresan la intención o el propósito que se busca al realizar
la acción del verbo principal. En español empleamos los nexos “para” (con infinitivo, si es el mismo sujeto que el de
la principal), “para que”, “a fin de que”, “con el fin de que”. Los adverbios relativos convertidos en conjunciones
son: ὡς y ὅπως, temporales ὄφρα y ἕως, local ἵνα (de orgen dudoso). Originariamente la única conjunción negativa
es μή “para que no”; luego cada conjunción positiva puede negarse con su misma forma acompañada de μή.
El modo originario de las oraciones finales es el subjuntivo. Con la conjunción ἵνα, en un principio,
solamente se usan el subjuntivo voluntativo, sin partícula modal. Pero con las restantes conjunciones, pueden
hallarse: el subjuntivo con partícula modal, el indicativo de futuro, y en ático también el potencial. Finalmente, con
todas las conjunciones, hasta con ἵνα, puede construirse el irreal (los pretéritos modales).
Las oraciones finales están pospuestas a sus regentes, en general. En algunos casos se encuentra en la principal un
signo de advertencia que remite a la oración final: en Heródoto, τοῦδε εἵνεκεν “con este fin” o διὰ ταῦτα, “para esto”.Un
giro que aparece ya desde el siglo V a.C. y que se difunde ampliamente en la koiné con valor final, aunque también con
valor consecutivo, es el uso del artículo en gen con inf.: tou= + inf.

 Il. 5, 1-3: Tudei¿+dv Diomh/dei+ Palla\j ¹Aqh/nh dw½ke me/noj kaiì qa/rsoj, iàn' eÃkdhloj meta\
pa=sin ¹Argei¿oisi ge/noito i¹de\ kle/oj e)sqlo\n aÃroito. “Palas Atenea al Tidida Diomedes le dio
ánimo y osadía, para que distinguido entre todos los argivos se hiciera y ganara la gloria preciosa”;

 Od. 1, 56 ss: ai¹eiì de\ malakoiÍsi kaiì ai¸muli¿oisi lo/goisi qe/lgei, oÀpwj ¹Iqa/khj (sc. ¹Odusseu/j)
e)pilh/setai, “y frecuentemente con suaves y astutas palabras (sc. Calipso) halaga (sc. a Odiseo), para que
(Odiseo) se olvide de Ítaca”.

 Hdt. 3, 16, 17 ss: kaiì dia\ tau=ta tarixeu/ousi, iàna mh\ kei¿menoj u(po\ eu)le/wn katabrwqv=, “y
para esto embalsaman (el cadáver), para que, yaciendo, no sea devorado por los gusanos“.

 ---, 1, 1-4: ¸Hrodo/tou Qouri¿ou i¸stori¿hj a)po/decij hÀde, w¨j mh/te ta\ geno/mena e)c a)nqrw¯pwn
t%½ xro/n% e)ci¿thla ge/nhtai, mh/te eÃrga mega/la te kaiì qwmasta/, ta\ me\n àEllhsi, ta\ de\
barba/roisi a)podexqe/nta, a)kle/a ge/nhtai. [a)po/decij: exposición; e)ci¿thla gi/gnesqai: desaparecer;
qwmasta/: maravillosas; a)podexqe/nta, de a)podei/knumi, mostrar, realizar; a)kle/a: sin gloria]

 E., Alc., 740: stei¿xwmen, w¨j aÄn e)n pur#= qw½men nekro/n. [stei/xw: avanzar, marchar]

 Th., 2, 75, 5: cu/ndesmoj d' hÅn au)toiÍj ta\ cu/la, tou= mh\ u(yhlo\n gigno/menon a)sqene\j eiånai
to\ oi¹kodo/mhma. “las maderas eran (para ellos = los plateos) su armazón, para que la estructura no fuera débil
al hacerse alta (o de manera que la estructura no fuera débil al hacerse alta)”.

 Jn. 1.3.1: kaiì a)ne/sth Iwnaj tou= fugeiÍn ei¹j Qarsij e)k prosw¯pou kuri¿ou. “Y se levantó Jonás
para huir a Tarsis, lejos de la presencia del Señor”.

Al lado de μή “para que no”, se hallan como equivalentes ἵνα μή, más raramente ὡς μή y muy rara vez ὄφρα μή.
En la prosa ática, a excepción de Jenofonte y Platón, es raro μή con el valor de “para que no”.

 Il. 1, 522 ss: a)lla\ su\ me\n nu=n auÅtij a)po/stixe mh/ ti noh/sv àHrh, “Pero tú ahora regrésate (sc.
Tetis), para que no te perciba Hera”.

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