Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Antecedentes
Fungió como jefe político de la Verapaz y de Retalhuleu durante el gobierno de Manuel
Estrada Cabrera.
Sostuvo su mandato por medio de un régimen totalitario.
Activista del Partido Liberal de Guatemala.
Ingresó en la Escuela Politécnica, pero no terminó sus estudios militares.
A los 16 años, se destacaba en ciclismo, natación, equitación, gimnasia, tiro al blanco y en
el uso del florete y la espada.
En 1941 en una visita a España, recibió la Orden de Isabel la católica en grado de Collar,
por el gobierno español.
Gobierno
Una vez en la presidencia, Ubico asumió poderes autoritarios. Mantuvo una asamblea
legislativa fiel a sus órdenes. Uno de sus principales objetivos fue lograr una reorganización de
la Administración Pública, para lo cual nombró a varios allegados, los llamados ubiquistas, en
posiciones clave del gobierno, entre ellos el coronel Roderico Anzueto, que ocupó el cargo de jefe
de la Policía.
El régimen de Ubico se caracterizó por los intentos de estabilizar las finanzas del Estado, para lo
cual redujo el gasto público. También fue significativo su impulso a la construcción de obra
pública, especialmente carreteras, en beneficio de la actividad cafetalera, dominada por
inmigrantes alemanes en la Verapaz.
Para la construcción de carreteras empleó trabajo forzado de indígenas, que eran vigilados por el
departamento militar de diseño y construcción de carreteras y reclutados a la fuerza mediante la
Ley de Vagancia.
Su administración fue útil para el monopolio bananero de la United Fruit Company (UFCO) de los
Estados Unidos, que se benefició con la política estadounidense para Centroamérica durante
la Segunda Guerra Mundial y había apoyado el ascenso de Ubico al poder.
Durante el gobierno del Tercer Reich (1933-1945) en Alemania, que coincidió casi por completo
con el régimen de Ubico en términos temporales, hubo rumores que suponían que
los alemanes en la Verapaz querían establecerse como una “nueva Alemania” con la política
nacional socialista de Hitler.
Los alemanes habían adquirido terrenos, manzanas, casas y fincas gracias a las concesiones de
los presidentes liberales que gobernaron de 1885 a 1920 en Guatemala, y gozaron de privilegios
durante el gobierno dictatorial del general Jorge Ubico, que simpatizaba con las políticas fascistas
de Benito Mussolini en Italia, Francisco Franco en España y Adolf Hitler en Alemania.
Un incidente que afectó la existencia de la comunidad alemana verapacense fue cuando entre
1935 y 1936, el Tercer Reich pidió votar a sus ciudadanos sobre la anexión de Austria a
Alemania un barco alemán ancló en Puerto Barrios para efectuar la actividad y quienes asistieron
fueron “fichados” como simpatizantes del régimen nazi de Adolf Hitler.
Símbolos patrios
El régimen del general Ubico declaró la ciudad de Antigua Guatemala como monumento nacional
en marzo de 1944 y decretó a la “monja blanca” como flor nacional del país. En 1933, Leticia M. de
Southerland, presidenta de la exposición internacional de flores celebrada en Miami
Beach (Florida), envió una sugerencia al gobierno de Guatemala de que el ejemplar expuesto de
Licaste Skinneri Alba fuese designado como flor nacional.
Esta sugerencia fue consultada por el presidente de la República con varios especialistas, entre
ellos Ulises Rojas y Mariano Pacheco H. y entidades como la Biblioteca Nacional de Guatemala y la
Sociedad de Geografía e Historia. Los expertos tomaron en cuenta la hermosura y rareza de esta
flor y estuvieron de acuerdo con la sugerencia, por lo que el 11 de febrero de 1934 la presidencia
de la República emitió un decreto dando a la “monja blanca” la denominación de flor nacional.
Por otra parte, el poeta y pedagogo guatemalteco José María Bonilla Ruano modificó la letra
del Himno Nacional a instancias del gobierno del general Ubico, ya que era muy belicosa y además
reflejaba más la guerra de independencia de Cuba (en la que Palma había participado
activamente) que la de Guatemala.
Contra el presidente
El 18 de septiembre de 1934 fueron ejecutados dentro de la Penitenciaría Central: Efraín Aguilar
Fuentes, Juventino Sánchez, Humberto Molina Santiago, Rafael Estrada Guilles y el coronel Luis
Ortiz Guzmán. Todos habían sido acusados de planear un complot para asesinar al presidente
Ubico Castañeda.
En octubre de 1940, el Dr. Julio Carrillo Marín y el sargento primero de la guarnición de
Matamoros Carlos Santa Cruz Fonseca, planificaron un atentado en contra del presidente de
Guatemala, el general Jorge Ubico; el atentado iba a consistir en que el sargento Santa Cruz iba a
atacar a Ubico el 24 de diciembre de ese año.
A Santa Cruz lo apresaron después de seguirlo al salir de la casa del doctor Carrillo; el general
Ubico fue informado de todo y decidió ir en persona al fuerte de Matamoros en la madrugada del
24 de diciembre.
Acusó a Santa Cruz de una falta menor, y ordenó que lo castigaran, una vez preso, detuvieron al
resto de conspiradores. A todos los trasladaron a prisión y les aplicaron terribles torturas. Santa
Cruz, presa de tremendos dolores, terminó delatando a sus compañeros de conjura.
Carrillo fue apresado en su casa de habitación el 24 de diciembre de 1940 y conducido a la
Penitenciaría Central, donde otros confabulados lo vieron en estado deplorable por las torturas
que había padecido. Por su parte, Ortiz Rivas estaba enfermo y recluido en un hospital, hasta allí
llegó la policía a apresarlo el 24 de diciembre a las 8 de la mañana. Fue conducido a prisión y allí lo
dejaron encerrado hasta después de la renuncia del general Ubico el 2 de julio de 1944.
En total, doce de los conjurados fueron brutalmente torturados, juzgados en corte marcial y
fusilados el 28 de diciembre de 1940 en el fuerte de Matamoros.
Obras
Ubico se interesó en diversos proyectos de índole gubernamental y la dotación de servicios de
comunicación. La construcción de oficinas gubernamentales en toda la República fue parte del
esfuerzo para reorganizar y forzar el aparato administrativo para la llegada de servicios para mejor
funcionalidad del Estado, así como el embellecimiento de la capital y de las principales ciudades,
concentró en la ciudad de Guatemala los despachos ministeriales y las direcciones generales.
Renuncia
El 1 de junio de 1944, Ubico incrementó el salario de los empleados públicos en un 15%, pero solo
para aquellos que ganaban menos de 15 quetzales mensuales. Esto dejaba fuera a los maestros,
que reaccionaron con una serie de protestas pacíficas con el fin de ser beneficiados con ese
aumento.
Por su parte, los estudiantes universitarios iniciaron marchas pacíficas para exigir la destitución de
sus decanos, ya que, durante el gobierno de Ubico, la Universidad de San Carlos era dependencia
del Ministerio de Instrucción Pública y las autoridades eran nombradas directamente por el
presidente de la República. Ubico accedió a cambiar a los decanos, pero los sustitutos, nombrados
por el presidente, no fueron del agrado de los estudiantes, quienes en consecuencia redoblaron
sus protestas.
La Carta de los 311, llamada así porque contó con el aval de 311 firmas, principalmente de jóvenes
universitarios, fue un documento enviado a Ubico tras la supresión de las garantías
constitucionales que este ordenó luego de las protestas de los estudiantes universitarios. Ubico no
respondió favorablemente a esa carta, como se desprende de la segunda misiva que se le dirigiera
pocos días después, en la cual se le exigía su renuncia.
Ante las anteriores misivas, y a causa del descontento popular generalizado, Ubico decidió
renunciar el 1 de julio de 1944.
Ubico Castañeda se había exiliado en Nueva Orleans (Luisiana) a finales de octubre de 1944, donde
murió de cáncer de pulmón el 14 de junio de 1946.
Lo que no sabías
En Agosto de 1896 ganó varias competencias de ciclismo.
Se le reconoce por haber sido el último gobernante liberal autoritario en América Latina.
Sus padrinos de bautizo fueron el presidente Justo Rufino Barrios y la primera dama
Francisca de Barrios.
La economía de Guatemala sufrió la caída de los precios de su principal producto de agro
exportación: el café.
La UFCO apoyó al general Ubico en su ascenso al poder.
El presidente rechazaba las manifestaciones artísticas e intelectuales y las que podían
presentarse tenían que pasar previamente por la censura del gobierno.