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La delincuencia

juvenil
Materia:Literatura
Docente:Adela Colmena
Estudiante: Bryan Choque Ochoa
Curso: 6to “A”

Año:2017
El Alto – La Paz
DEDICATORIA
A mis padres por ensenarme que no existe
Lo imposible, que las ganas y el esfuerzo
Son la clave para alcanzar nuestras metas,
Y seguir adelante.
INDICE
Dedicatoria
Agradecimiento………………………………………………………………………….
Índice……………………………………………………………………………………..
I.introducción…………………………………………………………………………....
II. planteamiento del problema………………………………………………………….
III. objetivo…………………………………………………………………………………
3.1. Objetivo General………………………………………………………………….
3.2. Objetivo Especifico………………………………………………………………
IV. Justificación………………………………………………………………………….
V. Marco teórico …………………………………………………………………………
VI. Método de técnica de investigación……………………………………………..
VII. Conclusión………………………………………………………………………….
VIII. Recomendaciones………………………………………………………………..
IX. Bibliografía…………………………………………………………………………..
Anexos…………………………………………………………………………….........
AGRADECIMIENTO
Quiero agradecer a todas aquellas personas que directa o indirectamente se
involucraron para que esta investigación haya podido, finalmente, concretarse en
este documento desde aquella lejana vez en él se esbararon ideas sueltas
respectos al tema, el día que se realizaron las ultimas correcciones. Espero no
olvidar a nadie en este recuento, así como poder sintetizar en breves líneas lo
mucho que volveré todos sus comentarios, sugerencias, críticas constructivas y
sobre todo su apoyo incondicional
A mis padre por ser el principal soporte y mi constate inspiración en la
búsqueda de ser alguien mejor por ensenarme que nada se logra con esfuerzo y
que la vida es un aprendizaje de por si por responder siempre a mis curiosidades
por despertar en mí el gusto por la investigación
I.INTRODUCCION
La investigación de este trabajo Delincuencia Juvenil es dar a conocer la
problemática de nuestra sociedad como se encuentra la juventud actualmente en
el centro urbano de Hernandarias donde ese ve niños entrando en la
adolescencia se unen a bandas de delincuentes dejando de lado el estudio y por
ende la desestructuración de la familia.
Este trabajo tiene como fin dar a conocer las causas, efectos factores
que con llevan a los adolescentes a al delincuencia por ende también servir como
bases y conocimiento a los compañeros de clase o interesados en la materia.

2. PLANTEAMIENTODELPROBLEMA
El aumento desmesurado de los índice de delincuencia y el sentimiento
de inseguridad que invade a la sociedad diaconía, han provocado que la
seguridad sea uno de los temas de mayor importancia y preocupación de las
masa sociales ya que consideran inseguros el país sus colonias, hasta sus
propias casas lo cual influye de manera alarmante en su vida, provocando miedo a
cual quien amenaza real y sobre todo alterando su convivencia en la sociedad
Uno de los factores decisivos en el aumento de la delincuencia y el
sentimiento de inseguridad, es la inadecuada intervención institucional, pero sobre
todo todos las medidas penales tradicionales que no han podido demostrar su
eficacia en el combátala delincuencia originando falta de credibilidad en las
instituciones encargadas de la administración de justicia, lo que se traduce en la
llamada cifra negra que se refiere a la falta de denuncias de los delitos por partes
de la población.
Ante tal fenómeno el propiociudadano implementado la forma de protegerse
a si mismo desarrollando medidas de seguridad lo cual origina conducta
antisociales como la justicia por propia mano, que no disminuye la inseguridad
pero si vio lentas las garantías otorgadas a cada de los individuos es decir no
podemos recibir justicia a costa de vulnerar otros derechos individuales
Estas medida de seguridad insaturadas por el propio gobierno se han
implementado a tal grado de lograr el desarrollo de organizaciones o grupos de
desjuardar su seguridad esto por medio de proyecto creados y ejecutados por
ellos mismos o bien fomentado por la propia autoridad por el objetivo principal de
hacer participara cada uno de los individuos en el combate a la delincuencia
La participación ciudadana nace por la preocupación de los individuos ante
el incremento de la delincuencia lo que pone en evidencia la necesidad de
determinar si la participación ciudadana es una alternativa en la lucha
contra la delincuencia.
III. OBJETIVOS
3.1 Objetivo General
Analizar la delincuencia en el centro urbano
3.2 Objetivos Específico
Identificar las posibles causas de la delincuencia juvenil
Establecer los factores que influyen en la delincuencia
Conocer las consecuencias que contraen la delincuencia juvenil en la sociedad
Comparar la Delincuencia Juvenil Femenina y Masculina
Determinar las normas judiciales que regulan y sancionan la Delincuencia juvenil
en nuestra legislación

IV JUSTIFICACION
Se investiga en este trabajo comer propósito de analizar y com ello
comprender la problemática que enfoca la delincuencia juvenil esto es
necesario para conocer la realidad y comerlo saber las posibles causa de donde
radica dicho problema esto es inaudible puesto que solamente conociendo la
situación que ameritan a la delincuencia podremos llegar a conclusiones basada
en la realidad del caso y con ello buscar formas de prevenir ofrecer tratamientos y
buscar soluciones factibles.

V. MARCO TEORICO
Delincuencia juvenil si lugar a dudas es un fenómeno muy representativo desde el
siglo pasado, la delincuencia juvenil es uno de los problemas criminológicos que
crese cada día mas no solo en nuestro país sino también en el mundo entero es
uno de las acciones negativas que va a lo contrario fijado por la ley a las buenas
costumbres creadas y aceptadas por la sociedad.
Definir lo que constituye la delincuencia juvenil resulta ciertamente
problemático. Mientras que en algunos países la delincuencia juvenil es una
calificación que se obtiene de aplicar definiciones del código penal cuando esas
infracciones son cometidas por menor de edad.
Sin lugar a dudas la delincuencia juvenil es uno de los fenómenos
sociales más importantes que en nuestra sociedad tiene planteado y es uno de
los problemas criminológicos internacionales preferidos desde el siglo pasado
pues la manifestaciones de la conducta que llaman socialmente mantención de
forma negativa puede observarse por lo general mejor entre los jóvenes que en
la población adulta. Además es importante tratar la delincuencia juvenil de hoy
como posible delincuencia adulta de mañana
Consecuencias de la delincuencia juvenil
La delincuencia juvenil tiene como consecuencia perjudicial para la sociedad la
cual está enfocada en resolver este problema atreves de apoyo psicológico a la
familia en el ámbito social para que la autoestima del adolecente no disminuya
A continuación las principales consecuencias
El desequilibrio mental es una de las mayores consecuencias que afecta a los
jóvenes que increpan a la delincuencia
La desintegración familiar o el deterioro del núcleo familiar
La promiscuidad sexual y la falta de valores morales arriesgan el contagio de
enfermedades de transmisión sexual incluyendo el VIH
La destrucción de los valores
Las muertes prematuras por causas de las llamadas broncas callejeras
DELINCUENCIA JUVENIL FEMENINA Y SU COMPARACION COM LA
MASCULINO
La delincuencia juvenil femenina comenzó a estudiar se específicamente a finales
de fin de ano 60 momentos en el que, con el movimiento de liberación de la
mujer se comienza a percibir socialmente un aumento considerable de la
misma

CAUSAS DE LA DELINCUENCIA JUVENIL

A.una primera categoría de jóvenes delincuentes vendrían definida por rasgos


de anormalidad patológicas fundamentales.
. menores delincuentes por psicóticas aquí el punto de referencia lo
constituye la existencia de alguna de las formas de psicopatía entendida por
HARE como la patología integrada conjuntamente de la incapacidad de
quien la padece de sentir o manifestar simpatía o alguna clase de calor
humano para con el prójimo en virtud de la cual se le utiliza u manipula en
beneficio del propio interés y de la habilidad para maniatarse con falsa
sinceridad en orden a hacer creer a sus víctimas que es inocente o que esta
profundamente arrepentido y todo ello para seguir manipulando y mintiendo
el menor psicópata tiende a perpetrar actos antisociales según la orientación
nuclear de la propia psicópata siendo de descartar en este sentido los actos
que expresan frialdad y crueldad por parte del sujeto
. Menores delincuentes por neurosis la necrosis consiste en una grave
perturbación del psiquismo de carácter sobre venido y que se manifiesta en
desordenes de la conducta pidiendo ser un origen muy diverso como fracaso,
frustración abandono o perdida de seres muy queridos .
Criminológicamente el neurótico trata de hacer desaparecer la situacio de
angustia que sufre cometiendo delitos con el fin de obtener un castigo que le
permita liberarse del sentimientos de culpabilidad que en él pesa.

. menores delincuentes por auto referencias sublimizadas de la


realidad aquí se influyen a los menores que por la confluencias de
predisprocion psicológicas llegan a mesclar fantasía y juego de una forma
tan intensa que empieza a vivir en la realidad es precisamente en ese estado
anómalo el que puede conducirlo a cometerlos a actos antisociales.

A. UNA SEGUNDA CATEGORIA INTEGRADA POR JOVENES CON


RASGOS DE ANORAMALIDADES NO PATOLOGICAS. EN LA QUE SE
ENCONTRARIAN.
. Menores delincuentes con trastorno antisocial de la personalidad se
tratan de menores cuyas principales es la hiperactividad excitabilidad.
Ausencia de sentiente de culpa .culpabilidad con los animales y las personas,
fracaso escolar y son poco o nada comunicativos.
Una de las principales causas de este trastorno es la ausencia o la figura
distorsionada de la madre aunque tampoco ha de infra valorarse la
disfuncionalidad del rol paterno pues según algunos trabajos, el crecer sin
padre acarrea al niño nocivo consecuencia que afecta al campo de la
delincuencia
En muchos casos se trata de menores que viven en la calle en situaciones de
permanentemente en el abandono por que nos encontramos con menores
aquí su edad acumulan graves frustraciones rencores y cólera contra la
sociedad y que tienes un mismo de nominador común. El desamor la falta de
comprensión y de cariño así como de atención y cuidado de sus padres
. Menores delincuentes con reacción de huida en este caso se tratan
normalmente de menores que han sufrido maltrato en el hogar y por ello
abandonan el mismo. Son menores psicológicamente débiles y que en lugar
de responder al a agresión eligen la huida sin plazos y casi siempre sin
rumbo
Ese alejamiento les hace propios de reclutamiento por parte de los
responsables de la delincuencia organizada que les escogen para llegar a
cabo acciones simples pero de gran riesgo como el transporte de droga en
su propio cuerpo.

Tipos de delincuenciaTipos de Delincuentes Juveniles

A continuación se presenta una clasificación cognitiva conductual, cuya unidad de


análisis central es el tipo de crianza parental v/s la tipología delictual juvenil.
Estas clasificaciones sirven para comprender los porqués o las causas de la
forma antisocial que caracteriza a los diferentes jóvenes infractores de ley en
comparación a otros de sus pares, en igual situación de riesgo social y carencias
materiales, que optan por no incurrir en acciones u omisiones penadas por la ley

EL INSOLENTE: Es el delincuente juvenil que presenta una estructura psicológica


y un patrón conductual condicionado por un trastorno de la función socializadora y
educativa “vínculo paterno” (Barudy, 2000). Lo cual denota un tipo delictivo
impulsivo, poseedor de un pobre auto concepto, habilidades interpersonales
disfuncionales y de una actitud oposicionista en cuanto al respeto de las normas
sociales. Este tipo de delincuente juvenil es el más común de todos y el que
presenta una mayor probabilidad de rehabilitación y reinserción social. Sus
procesos desalientes se encuentran estancados, pero con posibilidades de
desarrollo.

Nivel bajo de desadaptación social, tipo de violencia circunstancial (Sin


motivación, ni planificación) e instrumental (motivación material, cierto nivel de
planificación), posible consumo circunstancial de drogas.

Ejemplo de delitos:

 Delitos menores; contra la propiedad.


 Hurtos en viviendas.
 Huertos en el comercio.
 Hurtos en y de vehículos.
 Faltas a las normativas sociales y las buenas costumbres.
 Trafico de drogas.
 Estafas, etc.

El INDOLENTE: Este tipo de delincuente juvenil, presenta una estructura


psicológica y patrones conductuales condicionados por el trastorno de la función
nutridita “vínculo materno” (Barudy, 2000). El “indolente” presenta trastornos del
apego y de la empatía, lo cual denotaría un perfil psicológico disfuncional en
cuanto al establecimiento y mantención de vínculos interpersonales a través del
tiempo, además de ser incapaces de reconocer necesidades y sentimientos en
terceras personas. Éstos delincuentes, se caracterizan por un bajo control de sus
impulsos, pudiendo alcanzar rápidamente niveles altos de agresividad y violencia.
Las posibilidades de rehabilitación, considerando mecanismos actuales para la
rehabilitación, son bajas debido a que sus procesos recipientes se encontrarían en
un nivel de desarrollo mínimo.

Nivel medio de desadaptación social, con un estilo de violencia instrumental


(Motivación material) y/o expresiva (compensaciones psicopatológicas), posible
consumo reiterado de drogas.

Ejemplo de delitos:

 Delitos mayores, contra las personas.


 Abuso sexual
 Violaciones
 Homicidios simples
 Robo con violencia (asaltos armados)
 Secuestros
 Agresiones con lesiones graves, etc.

El INCORREGIBLE: Este tipo de perfil delictivo es el menos común de todos, el


que presenta un mayor nivel de reincidencia delictual violenta (actúan en solitario),
son los más peligrosos en cuanto a su expresividad y potencial criminal. Su nivel
de disfuncionalidad y psicopatología es más bien global o generalizado, en el se
presentan trastornos agudos tanto en sus funciones socializadoras, educativas y
nutridoras (Trastorno de vínculos paternos y maternos). Este tipo de delincuentes
son incapaces de sentir remordimiento, proyectan un nivel de violencia extrema,
disfrutan del peligro y llegan a sentir placer con el sufrimiento ajeno (sádicos). Su
probabilidad de rehabilitación con las actuales políticas de intervención, hacen
prácticamente nula sus posibilidades de rehabilitación y reinserción social. Es muy
probable que este tipo de delincuente juvenil, en el periodo de su
infancia temprana, nunca desarrollara procesos psicológicos conductuales
asociados a la resiliencia y empatía
Delincuencia en Bolivia: causas que motivan a estas actividades

La Paz, 28 jul.- La falta de afecto dentro del entorno familiar y los bajos recursos
económicos son las dos causas más recurrentes que motivan - sobretodo - a
adolescentes y jóvenes a involucrarse en actividades delictivas y formar parte de
una pandilla.

Ese el diagnóstico emitido por el psicólogo de la Fuerza Especial de Lucha Contra


la Violencia (FELCV), Abraham Choque, quien habló sobre el tema, en un intento
de dar a conocer a la población las circunstancias que pudieron haber empujado a
los antisociales a involucrarse en actividades ilícitas en nuestro país.

Las dos circunstancias

La mayoría de las personas dedicadas a la delincuencia provienen de familias


desestructuradas y disfuncionales, afirma el especialista, con una experiencia de
más de 30 años de servicio en la institución verde olivo.

Según Choque, gente de todos los estatus sociales se involucra en este tipo de
grupos delincuenciales en busca de aprecio. “Estas personas encuentran cariño y
afecto en estos círculos sociales. Sienten que en su pandilla sí tienen amigos que
los valoran y les prestan atención. No se dan cuenta que ya están muy
involucrados sino hasta que se ven cometiendo actividades deshonestas junto con
sus nuevas amistades”, explicó Choque.

Por otro lado, relata el experto, quienes se inmiscuyen en el contexto delictivo para
mejorar su situación económica, lo hacen - al principio - tras sentirse impotentes
de sustentar a su familia en sus necesidades mínimas.

“Ellos saben que lo que están haciendo no está bien. Pero con el paso del tiempo
los remordimientos pasan y estas personas comienzan a desnaturalizarse y ver la
actividad ilícita como algo normal”, cuenta el profesional, tras haber conversado y
conocido la situación de infinidad de personas que cometieron algún crímen y ser
sentenciados.

Para la mayoría, en ambos tipos de casos, “conseguir la plata fácil es una


tentación difícil de dejar”, afirma Choque.

Cantidad de pandillas

De acuerdo con datos proporcionados por la Dirección Nacional de la Fuerza


Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) a través del Observatorio Nacional
de Seguridad Ciudadana, entre 2011 y 2013 se registró un total de 762 pandillas
juveniles en las ciudades capitales de departamento (excepto Trinidad e incluido
El Alto).

En la ciudad de La Paz (zona central y zona sud) se encuentra el 34% de las


pandillas; en Santa Cruz el 22% y en Cochabamba el 14%. En Oruro y El Alto, se
encuentra algo más del 17% de estas agrupaciones. La población masculina
representa el 79% y la femenina el 21%.

Tamaño de pandillas

Un tercio de ellas pandillas ejercita las riñas y peleas entre ellas. Seis de cada 10
se dedica a robos, hurtos, atracos y peleas callejeras. El 4,1% está conformado
por cocoteros y quienes habrían cometido asesinatos, homicidios, secuestros y
violaciones.

Consecuencia para la sociedad

El 86% de los pandilleros emplea las armas blancas, sean contundentes,


punzocortantes o combinadas. Las que manejan armas de fuego en combinación
con las armas blancas son el 11%; el restante 2% utiliza otro tipo de instrumentos,
como sogas y cuerdas.
La primera consecuencia de la delincuencia juvenil es la pérdida de la escala de
valores, seguida de la violencia en la calle, trayendo consigo el temor de la
población a salir por el incremento de estos grupos.

Otra consecuencia es la muerte de personas atacadas por los delincuentes, dando


lugar a nuevas víctimas como lo son la familia, que a su vez acarrean
consecuencias psicológicas. Generalmente la sociedad se preocupa más por la
prevención, castigo y rehabilitación del delincuente que por atender a la persona
agredida; es importante tratar a los delincuentes pero a su vez lo es tratar a las
víctimas.

Una consecuencia a favor de la sociedad es la fomentación de centros en contra


de delitos y adicciones, así como instituciones que brindan apoyo psicológico a
familias, las cuales son el primer núcleo donde se puede terminar con la
delincuencia.

TRASTORNOS mentales no tratados:

Una vez que el delincuente juvenil alcanza la madurez es probable que continúe
mostrando comportamientos de desadaptación y que aumente su riesgo de ser
procesado a través del sistema de justicia penal como delincuente adulto. Debido
al pequeño porcentaje de delincuentes adultos y juveniles habituales que
contribuyen en alto porcentaje a los delitos violentos (es decir, asesinato y asalto
con agravantes) el sistema de justicia penal debe supervisar esa pequeña
población de criminales profesionales en un esfuerzo para prevenir la proliferación
de delincuentes violentos serios.

Si los trastornos mentales tales como el trastorno de conducta no se diagnostican


y no se tratan el delincuente juvenil tiene el potencial creciente de desarrollar un
trastorno y continuar más adelante su vida como un criminal profesional. La
mayoría de delincuentes violentos exhibe rasgos del trastorno antisocial de la
personalidad y los muestran antes de los 15 años. El trastorno antisocial de la
personalidad es un diagnóstico común para un asesino en serie. Los autores
Álvarez y Bachman encontraron que una similitud entre los asesinos en serie eran
sus anteriores convicciones criminales. En este caso el trastorno de conducta se
puede convertir en un elemento probable para el asesino en serie si no se
diagnostica y se trata antes de que se convierta completamente en la edad adulta
en un trastorno antisocial de la personalidad.

El trastorno de conducta y el trastorno antisocial de la personalidad se categorizan


como trastornos de personalidad con definiciones extremadamente similares
en DSM-IV-TR y según lo explicado arriba en trastornos mentales. Algunas de las
características comunes incluyen el incumplimiento constante de normas sociales,
el comportamiento agresivo hacia la gente, y una desvinculación de la emoción de
la empatía. Estos rasgos son también comunes entre los asesinos en serie y si los
comportamientos de desadaptación no se tratan tienen el potencial de crear a una
persona que fantasea con matar a varias víctimas y después satisfacer su
impulsividad cuando ya no son capaces de reprimirse.

Pandillas un peligro para la ciudad

La Paz |

Un informe del Ministerio de Gobierno ante la Comisión de Constitución de la


Cámara de Diputados da cuenta que la población boliviana ha identificado a la
presencia de las pandillas como el segundo factor de mayor inseguridad en el
país, después de los asaltos y atracos. De acuerdo con la exposición, en Bolivia
hay 269 de estos grupos y albergan a 7.731 miembros.

El ministro Carlos Romero, explicó que las pandillas se concentran en Santa Cruz
(69), La Paz (48), Cochabamba (44) y Chuquisaca (40). En tanto, Tarija (21),
Potosí (20), Oruro (13), Beni (8) y Pando (6).
En el eje troncal, el promedio de integrantes es de 84 miembros por pandilla, en el
resto de los departamentos es de 17.

La presencia de esta asociación irregular de jóvenes no pasa desapercibida para


la población que la relaciona con la violencia y actividades delictivas (hurto, robo,
atraco) que ocurren en las diferentes zonas de las ciudades. Estos grupos
despiertan miedo y desconcierto entre los ciudadanos que tienden a identificar el
problema con la existencia de las pandillas en sus barrios.

De un tiempo a esta parte se ha conocido hechos delincuenciales en las diferentes


regiones del país que involucran a pandillas, muchos de ellos perpetrados de
forma sangrienta.

El Ministerio de Gobierno con base a datos del Viceministerio de Seguridad


Ciudadana ha identificado que las pandillas incurren en los siguientes delitos: robo
o hurto, robo agravado, robo de autopartes de vehículos, lesiones leves y graves
(algunos derivan en homicidio).

Uso de armas

Adolescentes que apenas dejaron la niñez protagonizan episodios que siembran


pavor en las familias, porque delinquen con lo peor que caracteriza a los humanos:
rabia, ensañamiento y furia con un desafecto total hacia la persona a la que
agrede.

Un estudio de Juan Mollericona sobre el tema, señala que ‘la violencia es una
regla general en el mundo de las pandillas, lo que explica en gran medida el uso
de armas, tanto en peleas contra otros miembros de pandillas rivales (autodefensa
y ataque) como en acciones delictivas (robo y atraco).

Por lo señalado, el Ministerio de Gobierno exhibió ante los asambleístas, con


datos de entre 2011 y 2013, que el tipo de arma que utilizan los pandilleros son:
contundentes, punzocortantes, de fuego y otras.

En Cochabamba, de acuerdo con la investigación, utilizan especialmente armas


contundentes, seguidas de las punzocortantes y armas de fuego.

Pruebas para el ingreso

Entre las pruebas que se asignan a los postulantes a una pandilla están “provocar
a un peso pesado de una pandilla rival, voltear (asaltar) a un ebrio o defender el
territorio”.

De acuerdo a estudios, las actividades diarias de los miembros de una pandilla


determinan sus posiciones relativas, sus responsabilidades y obligaciones dentro
del grupo. Asimismo, se juzgan las capacidades de sus integrantes de acuerdo
con la forma con la que actúan en sus relaciones personales.

Por lo tanto, las pandillas están estructuradas por niveles jerárquicos; cada uno de
los miembros ocupa un determinado lugar con funciones distintas. Las variables
están vinculadas con la edad, antigüedad en la pandilla y condiciones para las
peleas, entre otras.

“Miembros nucleares, habituales o continuos y circunstanciales o periféricos”, esa


es la composición de estos grupos, según explicó la autoridad del Ministerio de
Gobierno.

Aumenta el consumo de alcohol y drogas

El consumo de drogas (lícitas e ilícitas) es una de las prácticas que está cada vez
más acentuada en la juventud y, por lo tanto, en estos grupos. El consumo de
drogas prohibidas en las pandillas es parte importante de sus dinámicas grupales,
es un mecanismo de socialización al interior.

Según el Ministerio de Gobierno, las pandillas consumen alcohol, drogas e


inhalantes. En Cochabamba, el 39,6 por ciento de las pandillas consume alcohol y
el 59,1 por ciento alcoholes y drogas

En Santa Cruz, un 6 por ciento de los grupos consume alcohol, y el 93,5 por ciento
drogas. En tanto que en La Paz, en la zona Sur, el 21,6 por ciento alcohol, el 58
por ciento alcohol y drogas y un 18,8 por ciento inhalantes y drogas. En el centro,
el 72,8 por ciento alcohol, el 20 por ciento alcohol y drogas y un 2 por ciento
inhalantes y drogas.

El consumo del tipo de droga tiene que ver con las condiciones socioeconómicas
de los integrantes de las pandillas. Asimismo, el consumo de sustancias ilegales
tiene relación directa con los casos de violencia y los hechos ilícitos de los
pandilleros.

Para resolver el problema de las pandillas juveniles, el Ministerio de Gobierno


presentó el anteproyecto de Ley de Prevención y Lucha Contra la Delincuencia
Juvenil y las Pandillas delictivas, ante la Cámara de Diputados para su pronta
consideración.

Cabe señalar que para atacar el problema hay que empezar por saber las causas
que lo originan: mala o ninguna educación, abandono, pobreza, desintegración
familiar. Al respecto, la futura norma plantea varias alternativas.
Código penal

El proyecto propone la modificación del artículo 132 del Código Penal que señala:

“Artículo 132.- (Asociación delictuosa y pandilla delictiva). La persona que formare


parte de una asociación de tres o más personas, destinada a cometer delitos, será
sancionada con reclusión de seis meses a dos años o prestación de trabajo de un
mes a un año. Igual pena se aplicará a los que formaren parte de pandillas
delictivas”.

También se advierte de responsabilidad para las unidades educativas por la


omisión o encubrimiento, las maestras, maestros o personal administrativo serán
pasibles a la sanción

FACTORES QUE INFLUYEN EN LA DELINCUENCIA JUVENIL

INTRODUCCION:

La preocupación por entender y elaborar políticas públicas de prevención de la


delincuencia ha cobrado gran relevancia en numerosos países del mundo. Una de
las variantes más preocupantes del comportamiento delictivo es aquel
protagonizado por jóvenes y menores de edad, ya que puede acarrear
consecuencias futuras negativas, tanto para ellos como para su entorno. En Chile
se ha podido observar un aumento progresivo en las aprehensiones de menores
de 18 años por participación en actividades delictivas.

Cómo prevenir comportamientos delictivos ha sido materia de gran debate, ya que


los factores asociados son usualmente complejos. La investigación nacional e
internacional indica que el desarrollo del comportamiento delictivo puede
entenderse como producto del inter juego de numerosas variables sociales,
familiares o individuales. El presente documento realiza una revisión
bibliográfica de la literatura nacional e intencional en materia de factores de riesgo
y delincuencia juvenil, para aportar a mejorar la calidad de la discusión acerca del
desarrollo de una política pública de prevención primaria y secundaria.

En este ensayo, se revisa la investigación en factores de riesgo asociados al


desarrollo del comportamiento delictivo en la literatura internacional desde la
perspectiva del desarrollo psicosocial, y cómo éste se relaciona con otros
comportamientos de riesgo que se manifiestan preferentemente en la etapa juvenil
o adolescente.

Posteriormente, se exponen los antecedentes nacionales respecto de los factores


de riesgo asociados al desarrollo del comportamiento delictivo juvenil.
Finalmente, esperemos que el presente trabajo de investigación sea de gran
ayuda y agrado para el lector, y que pueda servir de material de apoyo para los
futuros trabajos referentes a la delincuencia

Arnaldo Ferrari García

RESUMEN:

El ataque a la delincuencia juvenil pasa por soluciones o alternativas sociales. No


bastan, y la experiencia las confirma como claramente insuficientes, soluciones
individuales que reclutan o castiguen al delincuente juvenil. Este medio de defensa
frente al delincuente por parte de la sociedad provoca la continua reincidencia,
convirtiendo al muchacho en una auténtica máquina de delinquir.

Uno de los factores que se une en multitud de ocasiones a este proceso es la


presión social emanada de un medio o unas condiciones de vida atosigante, el
ambiente enrarecido del suburbio sin otras alternativas culturales o la progresiva
frustración a lo largo del desarrollo, que va generando unos niveles de respuesta
violenta imposibles de contener al llegar a la adolescencia.

Los modelos sociales, a veces presentados en la misma familia, constituyen así


mismo otra importante fuente de la delincuencia juvenil. No hay que olvidar lo
susceptible que es el muchacho a la imitación y a la influencia que está puede
ejercer como método de afirmación personal, capaz de superar al propio modelo.

Por otro lado las causas orgánicas se hallan inscritas en la anatomía del
delincuente desde su nacimiento. La herencia no siempre es decisiva, pero ejerce
constantemente una influencia más o menos favorable, confirmada por los muchos
ejemplos ofrecidos por la misma familia. También se le atribuye culpabilidad a las
alteraciones física ó perturbaciones afectivas o de personalidad. Sin embargo,
parece más oportuno tener en cuenta el conjunto de los diversos factores que
afectan a la conducta del delincuente, y poner de relieve la inter-relación de todas
las fuerzas y condiciones, internas y externas, que intervienen en su desarrollo.

Es evidente que la labor de rescatar a estos niños y adolescentes, debe coordinar


un buen número de campos, para que de esta manera pueda disminuirse el
problema. Entre ellos: Los centros de formación de padres, los servicios de
higiene mental, el club de ocio en el barrio y la asistencia por medio de
profesionales sociales como asistentes sociales, psicológicos, monitores de grupo,
centros excursionistas, enclavados dentro del ambiente donde el muchacho vive.
Estos son elementos validos cuyos resultados podrían ser satisfactorios, ya que
nuestras sociedades urbanas no lo han puesto en práctica.

Deben considerarse alternativas sociales que pasen por una labor sobre el
entorno del delincuente y una tarea positiva y eficaz de reinserción social.
Se debe realizar una labor preventiva que posibilite un mayor acceso a la cultura y
al deporte en los suburbios urbanos y que a la vez sea capaz de analizar la
pobreza cultural del delincuente.

I.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:

La delincuencia juvenil abunda en todas partes, sin distinción de núcleos sociales,


ciudad o país, por ello nuestra investigación estará orientada a definir las causas o
fuentes que influyen o conllevan a un joven a convertirse en delincuente.

El incremento de los jóvenes que ingresan a una banda cada día aumenta, y como
consecuencia de esto las bandas tienen un incremento, la televisión y parte de los
medios de comunicación masiva, influyen en los jóvenes, ya que imitan las
culturas de jóvenes de países avanzados. Sumado a esto problemas personales,
familiares, sociales, económico, y sobre todo la falta de oportunidad a la educación
los jóvenes que están dispuestos a tentar contra su persona, consumiendo droga,
alcohol, cometer delitos mayores, menores, y sobre todo el daño moral que le
causan a sus padres son grandes. La gran cohesión existente, y que mantiene
unida a estas bandas, suponen un estudio a fondo de diversos factores como la
búsqueda de comprensión, el sentirse apreciado, factores sociales, psicológicos y
naturales.

La perspectiva del riesgo psicosocial posibilita analizar tanto las características del
entorno inmediato o distante como las características personales que aumentan la
probabilidad de que los jóvenes manifiesten dificultades en su desarrollo. También
permite estudiar el modo en que diversas variables, (entre ellas la influencia de los
pares, las características de la familia, la comunidad y la cultura) interactúan con
vulnerabilidades individuales (por ejemplo las características cognitivas,
temperamentales), sensibilizando a las personas ante ciertos riesgos.

Debido a ello, este enfoque enfatiza la necesidad de analizar la forma en que


diversos factores de riesgo interactúan en la generación de fenómenos como la
delincuencia protagonizada por jóvenes. Este enfoque, además de poner en
perspectiva la influencia conjunta de variables macro sociales e individuales,
rescata las capacidades de muchos jóvenes que, pese a las adversidades que
enfrentan, logran desarrollar trayectorias de vida que no manifiestan este tipo de
problemas.

Es muy importante ser precavido en la materia, ya que conocer los factores de


riesgo a los que se ve expuesto un niño o joven no produce certeza total de que se
vaya a alterar el desarrollo esperado del joven; más bien ayuda a estimar la
probabilidad de que esto ocurra. Considerar una probabilidad como una certeza en
materias de prevención social es un grave error, ya que se sabe que un niño o
joven puede coexistir con todos los factores de riesgo posibles, y, sin embargo, no
externalizar comportamientos de riesgo.
La criminalidad se conoce como la calidad o circunstancia que hace que una
acción sea criminosa. Como también el número de delitos o crímenes cometidos
en un territorio y tiempo determinado.

A diario, podemos observar como adolescentes y hasta niños de muy poca edad
delinquen, dando alarde de violencia aparentemente gratuita e injustificada hacia
los demás.

Los niños y adolescentes que incurren en hechos punibles se pueden distinguir en


edades comprendidas entre los 9 hasta los 17 años de edad.

Son diversas las causas que conllevan a niños y adolescentes a inducirse en este
mundo, pueden ser orgánicas, fisiológicas, patológicas, influencia externa como en
el medio que se desarrolla los primeros años de su vida, carencia de afecto y
atención por parte de los padres o simplemente mala orientación.

Por otra parte, es importante saber acerca de las razones que conducen a estos
jóvenes a actuar de tal manera, hay quienes piensan que los jóvenes se revelan
como una forma de llamar la atención o sentirse importantes ante la sociedad,
pero la realidad es que existen muchos factores de peso que conllevan a los
adolescentes a cometer actos vandálicos.

Los adolescentes que cometen actos fuera de los estatutos impuestos fuera de la
sociedad es un problema que se hace más inquietante cada día, las estadísticas
indican cifras en constante progresión. La edad de los jóvenes tiende a descender
cada vez más y se incrementa hacia las adolescentes.

A la luz de la criminología, los niños y adolescentes que están inmersos en el


fenómeno de delinquir ha aumentado en los últimos tiempos pasando a ser un
problema que cada vez genera mayor preocupación social, tanto por su
incremento cuantitativo como su progresiva peligrosidad cualitativa.

II.- MARCO TEORICO:

Definir lo que constituye delincuencia juvenil resulta ciertamente problemático.


Mientras en algunos países la delincuencia juvenil es una calificación que se
obtiene de aplicar definiciones del Código Penal cuando esas infracciones son
cometidas por menores de edad, en otros, la delincuencia juvenil incluye una gran
variedad de actos en adición a los que se encuentran enumerados en sus leyes de
fondo. De tal suerte, las figuras estadísticas de ciertos países se encuentran
artificialmente abultadas en lo que respecta a la delincuencia juvenil, mientras que
en otros no reflejan esas figuras, sino un limitad número de conductas desviadas.

La cuestión sobre el concepto de delincuencia juvenil nos obliga, ante todo, a


esclarecer dos conceptos: delincuencia y juvenil.
Ante todo, siempre se ha considerado que la delincuencia es un fenómeno
específico y agudo de desviación e inadaptación. En este sentido, se ha dicho que
“delincuencia es la conducta resultante del fracaso del individuo en adaptarse a las
demandas de la sociedad en que vive”, definición que realmente significa todo y
nada, en cuanto cabe preguntarse si se refiere a todas las demandas y, si a unas
cuantas, cuáles, y si realmente puede esperarse que toda persona, sea menor o
adulta, se adapte, sin más, a las demandas de una sociedad dada.

Pese a que por influjo de la escuela clásica del Derecho penal y el positivismo
psicobiológico, ha sido frecuente considerar el fenómeno de la delincuencia como
una realidad exclusivamente individual; sin embargo, actualmente la mayoría de
los criminólogos afirman que la delincuencia es un fenómeno estrechamente
vinculado a cada tipo de sociedad y es un reflejo de las principales características
de la misma, por lo que, si se quiere comprender el fenómeno de la delincuencia
resulta imprescindible conocer los fundamentos básicos de cada clase de
sociedad, con sus funciones y disfunciones.

Las modificaciones producidas en el ámbito de la punibilidad, especialmente


visibles a través de la delincuencia de tráfico, económica y contra el medio
ambiente. Pero por muy correcta que sea esta hipótesis, en la misma medida y
amplitud parece estar necesitada de concreción, pues no permite explicar por qué
y en qué dirección cambia dentro de una época el concepto de delito, incluso tiene
que cambiar, y, además, por qué el ámbito de lo punible puede configurarse de
modo muy diferente dentro de un círculo cultural.
Teniendo en cuenta lo que ha quedado expuesto, se define la delincuencia como
el fenómeno social constituido por el conjunto de las infracciones, contra las
normas fundamentales de convivencia, producidas en un tiempo y lugar
determinados.

Por su parte, se unen en un concepto el conjunto de delincuencia y criminalidad


como fenómeno individual y socio-político, afectante a toda la sociedad, cuya
prevención, control y tratamiento requiere de la cooperación de la comunidad al
mismo tiempo que un adecuado sistema penal.

Visto el concepto de delincuencia, resulta necesario delimitar el adjetivo de juvenil,


es decir, ¿cuándo la delincuencia es juvenil? Vaya por delante que no podemos
emplear al objeto de este trabajo el significado etimológico de tal adjetivo, pues
desde este punto de vista, quiere decir lo relacionado con la juventud. Y no es
aplicable, decimos, este concepto etimológico, porque dentro del campo de las
ciencias penales viene entendiéndose por delincuencia juvenil la llevada a cabo
por personas que no han alcanzado aún la mayoría de edad, mayoría de edad
evidentemente penal, pues no en todos los países coincide la mayoría de edad
penal con la mayoría de edad política y civil, y que supone una frontera o barrera
temporal que tanto la conciencia social como la legal han fijado para marcar el
tránsito desde el mundo de los menores al mundo de los adultos.
Lo expuesto, permite afirmar que el término delincuencia juvenil es un concepto
eminentemente socio-histórico. Y en este sentido, se define al delincuente juvenil
como una figura cultural, porque su definición y tratamiento legal responde a
distintos factores en distintas naciones, reflejando una mezcla de conceptos
psicológicos y legales. Técnicamente, el delincuente juvenil es aquella persona
que no posee la mayoría de edad penal y que comete un hecho que está
castigado por las leyes.

En el ámbito de la criminología el concepto de joven debe ser entendido en un


sentido amplio, abarcando las edades comprendidas entre los 14 y los 21 años,
haciendo dentro de este tramo de edades una subdivisión entre jóvenes y
semidultos.

En definitiva, y teniendo en cuenta todo lo expuesto, podemos definir la


delincuencia juvenil en España como el fenómeno social constituido por el
conjunto de las infracciones penales cometidas por los mayores de 14 años y
menores de 18 años.

Sentado el concepto de delincuencia juvenil, debemos diferenciarlo de otros


conceptos próximos o afines, fundamentalmente de aquellos que por tener un
terreno común con la delincuencia como es la noción de conflicto social, entendido
como la lucha por los valores y por el status, el poder y los recursos escasos en
cuyo proceso las partes enfrentadas optan por anular, dañar o eliminar a sus
contrarios; se prestan con frecuencia a la confusión. Tales conceptos son los de
desviación, marginación y anomia.

Pero se han definido la desviación como el comportamiento o conducta que viola


el código normativo observado por un grupo y que éste espera sea cumplido por el
individuo, que ahora se convierte en sujeto activo de la citada trasgresión. Todo
ello es fruto del rompimiento, por parte de este individuo, con el sistema
establecido.

La marginación social puede ser entendida como la situación psicosocial en la que


se ve envuelta una persona en virtud de la insuficiencia de recursos, la
precariedad o total ausencia de status social y la exclusión total o parcial de las
formas de vida mínimamente próximas a las del modelo prevalente en la
comunidad.

La marginación no puede confundirse con situación delincuencial, aunque sí es


cierto que, con gran frecuencia conduce a ella.

La anomia, que etimológicamente significa sin ley, es en realidad un caso


específico de desviación, porque los comportamientos disconformes tienen origen,
en muchas ocasiones, en un contexto anómico.

Es una situación que puede surgir en periodos de rápida transformación social y


política en los que resulta difícil saber qué pautas o normas sociales y jurídicas
deber ser seguidas.
Dentro de este ámbito de anomia debe incluirse también la situación de la persona
la cual se califica como marginal, que vive entre dos o más culturas diferentes,
siguiendo unas veces las pautas de una y otras, como es el caso de las minorías
étnicas.

EL PERFIL DEL DELINCUENTE JUVENIL.

La doctrina especializada está haciendo hincapié en los últimos años, en la


importancia de subrayar los aspectos cognitivos interpersonales en la descripción
del carácter del delincuente juvenil, como una prometedora vía tanto para
establecer eficaces programas de prevención como para elaborar modelos
educacionales que permitan una eficaz reeducación. Juntamente con ello, las
mayorías de los estudios descriptivos de la carrera delictiva señalan una serie de
factores individuales y biográficos que caracterizan al delincuente juvenil y que
llevan a la conclusión de que el delincuente juvenil es una persona con un gran
conjunto de deficiencias, y una de ellas es que comete delitos.

Atendiendo a sus rasgos peculiares de personalidad o de índole psicosocial, se


señala tres categorías tipológicas de los menores delincuentes:

1.- Una primera categoría de jóvenes delincuentes vendría definida por rasgos de
anormalidad patológica, fundamentalmente:

Menores delincuentes por psicopatías: aquí el punto de referencia lo constituye la


existencia de alguna de las formas de psicopatía, entendida como la patología
integrada, conjuntamente, de la incapacidad de quien la padece de sentir o
manifestar simpatía o alguna clase de calor humano para con el prójimo, en virtud
de la cual se le utiliza y manipula en beneficio del propio interés, y de la habilidad
para manifestarse con falsa sinceridad en orden a hacer creer a sus víctimas que
es inocente o que está profundamente arrepentido, y todo ello, para seguir
manipulando y mintiendo.

Consecuencia de ello, es que el menor es incapaz de adaptarse a su contexto y


actuar como tal, porque el trastorno de la personalidad que sufre, le impide
inhibirse respecto de conductas o comportamientos contrarios a las normas.

El menor psicópata tiende a perpetrar actos antisociales según la orientación


nuclear de la propia psicopatía, siendo de destacar en este sentido los actos que
expresan frialdad y crueldad por parte del sujeto.

Menores delincuentes por neurosis: la neurosis consiste en una grave


perturbación del psiquismo de carácter sobrevenido y que se manifiesta en
desórdenes de la conducta, pudiendo ser su origen muy diverso como fracasos,
frustraciones, abandono o pérdida de seres muy queridos, etc.
Criminológicamente, el neurótico trata de hacer desaparecer la situación de
angustia que sufre cometiendo delitos con el fin de obtener un castigo que le
permita liberarse del sentimiento de culpabilidad que sobre él pesa, y esto es
también válido para el menor neurótico, aunque sean muchos menos que los
adultos.

Menores delincuentes por auto referencias subliminadas de la realidad: aquí se


incluyen los menores que, por la confluencia de predisposiciones psicobilógicas
llegan a mezclar fantasía y juego de una forma tan intensa que empiezan a vivir
fuera de la realidad. Es precisamente ese estado anómalo el que puede
conducirlos a cometer actos antisociales.
2.- Una segunda categoría integrada por jóvenes con rasgos de anormalidad
no patológica, y en la que entrarían:

Menores delincuentes con trastorno antisocial de la personalidad: se trata de


menores cuyas principales son la hiperactividad, excitabilidad, ausencia de
sentimiento de culpa, culpabilidad con los animales y las personas, fracaso
escolar, y son poco o nada comunicativos.

Una de las principales causa de este trastorno es la ausencia o la figura


distorsionada de la madre, aunque tampoco ha de infravalorarse la
disfuncionalidad del rol paterno, pues según algunos trabajos, el crecer sin padre
acarrea al niño nocivas consecuencias que afectan al campo de la delincuencia.

En muchos casos se trata de menores que viven en la calle, en situación de


permanente abandono, porque nos encontramos con menores que, a su edad,
acumulan graves frustraciones, rencores y cólera contra la sociedad, y que tienen
un mismo denominador común: el desamor, la falta de comprensión y de cariño,
así como de atención y cuidado de sus padres.

En definitiva, son jóvenes con una desviada socialización primaria que acaba por
abocarles a la delincuencia.

Menores delincuentes con reacción de huida: En este caso se trata normalmente


de menores que han sufrido maltrato en el hogar y por ello abandonan el mismo.
Son menores psicológicamente débiles, y que en lugar de responder a la agresión,
eligen la huida sin plazos, y casi siempre sin rumbo.

Ese alejamiento les hace propicios al reclutamiento por parte de los responsables
de la delincuencia organizada, que les escogen para llevar a cabo actuaciones
simples pero de gran riesgo como el transporte de drogas en su propio cuerpo.

3.- En una tercera categoría incluye se incluye a aquellos menores delincuentes


que presentan rasgos de personalidad estadísticamente normales o próximos a la
normalidad.
Son aquellos afectados por situaciones disfuncionales que no perturban de
manera especialmente anormal, ni la conciencia, ni la capacidad espontánea de
decisión ni la emotividad o afectividad. Esta sería la categoría que englobaría a la
mayor parte de los menores delincuentes, entre los que podemos incluir, sin ánimo
exhaustivo, los siguientes:

Aquellos que llevan a cabo simples actos de vandalismo, ataques al mobiliario


urbano, etc., como consecuencia de las perturbaciones psicobiológicas que
producen la pre adolescencia y la adolescencia por motivos de desarrollo y
cambio.

Los que cometen pequeños hurtos, robos o fraudes por motivos de autoafirmación
personal frente a compañeros, creyendo suscitar en ellos admiración.

Los que cometen delitos contra el patrimonio o la indemnidad sexual por puro
placer, siendo incapaces de resistir a sus estímulos seductores.
Los que delinquen para satisfacer meras apetencias consumistas.

Respecto a la procedencia social de los delincuentes juveniles, los investigadores


han convenido, por lo general, en que las personas de la clase social ínfima están
supe representadas, y las de las clases medias sub representadas en los grupos
de delincuentes, pero la verdadera magnitud de la propensión de cada clase no
está clara del todo.

En este sentido uno de los factores importantes que tienen probabilidad de poner
en marcha el mecanismo que puede llevarnos a cualquiera a ser delincuente, es la
baja categoría en el sistema de las clases sociales, la deficiencia en la educación,
la pobreza, un ambiente familiar inadecuado o perturbado, la residencia en un mal
vecindario y pertenencia a una familia numerosa. Así, destacaba que entre las
familias de la clase más baja, muchas residían en barrios miserables, no limitaban
el número de hijos y sufrían pobreza y falta de educación. Dicho con otras
palabras, los factores adversos tendían a presentarse todos juntos y a actuar
recíprocamente uno sobre otros hasta el punto de crear una situación generadora
de delitos.

Sin embargo, ya por entonces, algunos desafiaban la opinión de que el


comportamiento delictivo es más preponderante entre jóvenes de clase inferior, y
explicaban el hecho de que estuvieran más representados ante los Tribunales en
mayor número diciendo que las clases bajas están más expuestas a ser detenidas
y llevadas ante la justicia por malas acciones que serían juzgadas de otro modo si
fueran cometidas por personas de la clase media o alta.

A continuación enumeraremos los conceptos relacionados con la delincuencia


juvenil:

Criminalidad: Calidad o circunstancia, que hace que una acción sea criminosa.
Numero de crímenes o delitos cometidos en un territorio y tiempo determinado.
En esta segunda acepción la criminología y la criminalística tienen gran
importancia social, por cuanto sirven para determinar estadísticamente la cuantía
total o clasificada de los delitos y su diferenciación, por sexo, edad, raza, religión y
otras circunstancias de interés.

Criminología: Ciencia complementaria del derecho penal, que tiene por objeto la
explicación de la criminalidad y de la conducta delictiva individual, a fin de lograr
un mejor entendimiento de la personalidad del delincuente y la adecuada
aplicación de una política criminal y de las sanciones penales.

Delincuencia: Se conoce como el fenómeno de delinquir.

Delincuente: Aquel que comete actos tipificados como delitos.

Adolescente: Todo joven de ambos sexos que se halle en la edad comprendida


entre los 12 y 17 años de edad.

Trastorno: Desorden del sistema, puede ser mental, psicológico. Patológico, etc.

Marginado: Apartado de todo lo que le rodea.

Marginarse: Significa “Apartarse de algo” “Salirse de lugar”.

Marginado Social: Es aquel que rompe las normas establecidas por la sociedad.

Precario: Algo o alguno de poca posibilidad, así como de poca estabilidad,


inseguro.

EL CONCEPTO DE FACTORES DE RIESGO

Los factores de riesgo son variables que pueden afectar negativamente el


desarrollo de las personas.

En términos más específicos, cuando se habla de factores de riesgo se hace


referencia a la presencia de situaciones contextuales o personales que, al estar
presentes, incrementan la probabilidad de desarrollar problemas emocionales,
conductuales o de salud. Estos problemas promueven la ocurrencia de desajustes
adaptativos que dificultarían el logro del desarrollo esperado para el joven en
cuanto a su transición de niño a adulto responsable y capaz de
contribuir y participar activamente en la sociedad

El desarrollo de los individuos no se da en forma aislada, ya que viven y se


relacionan con una compleja red de sistemas interconectados, como la escuela, la
familia, los grupos de pares y otras instituciones o situaciones que influyen en
forma directa o indirecta en el desarrollo de las personas, y cuyas características
pueden convertirse tanto en factores protectores (ver más adelante) como de
riesgo. Es así como actualmente se considera la situación de “estar en
riesgo psicosocial” como un estado complejo, que es definido por la intervención
de múltiples situaciones.

Las causas de la conducta delictiva de niños y adolescentes se deben a diferentes


factores, entre los cuales se pueden señalar los siguientes:

A) Factor Personal: consiste en la anormalidades mentales (idiocia, imbecilidad y


retardo), las psicopatía, la psicosis, las desviaciones psíquicas y demás
enfermedades mentales, que se encuentran en la mayor parte de los jóvenes
delincuentes y que provienen de alteraciones pre concepcionales del germen, que
pueden determinarse mejor así:

1. Padres anormales, en quienes existen neuropatías fijadas en la familia,


engendran hijos predispuesto a las mismas neuropatías o que sufren de tensiones
en el desarrollo intelectual.

2. Padres alcohólico, sifilíticos o tuberculosos, tienen descendientes degenerado,


que resultan epilépticos, neurasténicos, histéricos, débiles mentales o anómalos
del sentido y del carácter.

3. Concurrencia en ambos padres de una condición anormal neuropática con una


infección toxica, que agrava los caracteres de degeneración del descendiente.

B) Factores Sociales: estos resultan del ambiente familiar o extra familiar; esto es,
hogar y medio social.

Acerca del hogar adecuado e inadecuado se señalan los hogares incompletos


miserables e incompetentes como causa del abandono del niño y jóvenes.

Se hace referencia al medio escolar y al medio profesional a tratar de los derechos


del niño, bien a ser educado, y a no ser sometido a trabajos ni empleos que
destruyan su salud físicas y su moralidad.

C) Factores Extra familiares: Se han estimado como tales: el urbanismo, que


desintegra la familia, porque aleja los obreros de su casa obligados a trabajar todo
el día en fabrica y talleres distantes.

D) El Cinematógrafo: que es una clase de dos horas, por lo menos, acerca de los
temas frecuentes de las películas: Crímenes, adulterios, seducciones, amores
ilícitos, enseñanza sobre caricias, obscenidades, desarrollo de pasiones innobles
como el odio, la venganza, el rencor. El Artículo 79 de la Ley Orgánica de la
Protección al Niño y al Adolescente prohíbe a los menores de dieciocho años la
entrada a espectáculos contrarios a la moral y a las buenas costumbres.
Entre los lugares de moralidad dudosa pueden incluirse, además de los locales de
cine, los night clubes, bares, botiquines, juegos prohibidos, galleras, carrera de
caballo, apuesta, casa de citas y espectáculos de obscenos.

E) Las Malas compañías, que se explican por varias causas: espíritu de


asociación; una vida desagradable en un hogar frío, donde no exista compresión,
la influencia que ejercen en los niños los jóvenes depravados y de costumbre
perniciosa una vez el espíritu errabundo; la pandilla; la vida callejera; el espíritu de
burla a la policía y a la vigilancia, y la inasistencia escolar.

F) El vicio en las ciudades, que propicia el libertinaje.

Este se presenta en los adolescentes por desenfreno en las obras y en las


palabras. Niños que juegan, beben licor, fuman cigarrillos, insultan a los demás,
cometen irrespetos frecuentes o malas acciones. Niñas entregadas
prematuramente a la prostitución, que se emborrachan y bailan en el cabaret,
gritan y cantan canciones inmorales y ofenden a la moralidad pública con sus
expresiones, gestos y actos indecentes.

G) La vagancia, que en los adolescentes, es distinta de la del adulto. Sus causas


pueden situarse en el propio carácter vicioso, en sus tendencias nomádicas,
deportivas o aventureras; en sus defectos mentales, como la fuga del epiléptico y
el anhelo ambulatorio; en la atracción al riesgo, que se han denominado causas
endógenas. O bien, en el hogar desecho la pobreza, la insuficiencia escolar, el
comercio callejero de venta de billetes, granjerías, limpieza de zapatos, etc., la
atracción de las pandillas, que son causas erógenas, y originan frecuentes fugas
de la casa y de la escuela.

H) La mendicidad, estado habitual que presenta al joven ambulando por calles o


lugares públicos. La mendicidad se divide en tres periodos: el primero, cuando va
en brazo del padre o explotador que lo presenta en estado lastimoso para excitar a
la compasión; el segundo, de la escuela, cuando la vida de mendigo le priva de
una educación por inasistencia escolar; y el tercero, del aprendizaje, en que se
usa de mentiras denigrantes y condescendencias peores.

I) Los errores educativos, La ausencia de reglas y control puede producir


indecisión e inseguridad, y la ansiedad de éste proceso puede producir también en
el niño agresividad e inadaptación; de ahí la búsqueda ulterior de compensación y
el refugio en la banda.

Como se puede apreciar, la multiplicidad de orígenes de los factores de riesgo


contribuye a la complejidad del estudio de la génesis y mantención de
determinados comportamientos problemáticos. Antiguamente, se pensaba que
ciertos factores podían tener una influencia causal directa sobre el desarrollo de
algunos problemas, sin embargo, al avanzar la investigación se ha ido
descubriendo que los factores coexisten, interactúan y son mediados por una gran
variedad de otras variables que intervienen en la cadena causal del desarrollo de
los comportamientos problemáticos. De este modo, características individuales
pueden interactuar con características contextuales. Por ejemplo, el hecho de que
un niño presente hiperactividad no implica que éste iniciará una inminente carrera
delictiva. Niños hiperactivos e impulsivos generalmente evocan rechazo en las
personas que los rodean (padres, profesores, etc.), quienes tienden a distanciarse
del niño o actuar de modo coercitivo con él. Este tipo de interacciones son un
antecedente que determina una larga historia de desajustes conductuales que, a
su vez, contribuyen a agudizar el cuadro8. En el ejemplo anterior se ilustra cómo
estos factores, además, pueden presentar efectos
interactivos que se refuerzan mutuamente.

Los factores de riesgo pueden influir de modo directo o indirecto en el desarrollo


de conductas problemáticas. Del mismo modo, pueden actuar de modo próximo o
distante en el tiempo. Por ejemplo, los factores de riesgo con una ocurrencia
próxima en el tiempo pueden tener una incidencia directa sobre el desarrollo de
problemas conductuales. Asimismo, los factores de riesgo que operan de modo
distante en el tiempo pueden echar a andar mecanismos que exponen
a las personas a otros factores de riesgo que tienen una acción más directa. Por
ejemplo, el hecho de que una familia viva hacinada puede llevar a que un joven
prefiera pasar mucho tiempo en la calle, conducta que lo expone a otros riesgos
asociados a la vida en la calle.

El fenómeno de la aparición de bandas de delincuentes es típico en los grandes


núcleos urbanos, y más propio de las barriadas periféricas y suburbios marginales,
donde se alcanza un alto grado de desorganización social frente al mundo de
valores considerados normales.

Entre las fuentes del comportamiento de niños y adolescentes que cometen


hechos punibles podemos mencionar que uno de los factores que se une en
multitud de ocasiones a este proceso es la presión social emanada de un medio o
unas condiciones de vida atosigante, el ambiente enrarecido del suburbio sin otras
alternativas culturales o la progresiva frustración a lo largo del desarrollo, que va
generando unos niveles de respuesta violenta imposibles de contener al llegar a la
adolescencia.

Los modelos sociales, a veces presentados en la misma familia, constituyen así


mismo otra importante fuente del comportamiento de niños y adolescentes. No hay
que olvidar lo susceptible que es el muchacho a la imitación y a la influencia que
ésta puede ejercer como método de afirmación personal, capaz de superar al
propio modelo.

Por otro lado las causas Orgánicas se hallan inscritas en la anatomía del
delincuente desde su nacimiento. La herencia no siempre es decisiva, pero ejerce
constantemente una influencia más o menos favorable, confirmada por los muchos
ejemplos ofrecidos por la misma familia.
También se le atribuye culpabilidad a las alteraciones física ó perturbaciones
afectivas o de personalidad. Sin embargo, parece más oportuno tener en cuenta el
conjunto de los diversos factores que afectan a la conducta del adolescente, y
poner de relieve la interrelación de todas las fuerzas y condiciones, internas y
externas, que intervienen en su desarrollo.

La influencia de las teorías afecta, en definitiva, a un reducido o irrelevante


número, de individuos, y en ningún caso sirve para explicar las complejas causas
que conducen a ciertos jóvenes a la delincuencia. Aunque sea cierto que el niño
nace con unas características genéticas muy concretas que determinan su grado
de agresividad, introversión, actividad, etc. lo cierto es que los estímulos maternos
y la interacción que crean son muy importantes para la posterior relación del niño
con el medio en que se desenvuelve.

LAS CONDUCTAS DE RIESGO

Los factores de riesgo son situaciones o características que disminuyen la


probabilidad de lograr un desarrollo pleno, mientras que el término “conducta de
riesgo” se refiere al resultado sobre el comportamiento que tienen dichos factores.

Los diversos comportamientos de riesgo pueden ser clasificados en 4 grandes


grupos:

a) Abuso de alcohol y drogas.


b) Relaciones sexuales no protegidas.
c) Bajo rendimiento, fracaso o deserción escolar.
d) Delincuencia, crimen o violencia.

A continuación se desarrollarán someramente estos cuatro tipos de


comportamiento de riesgo. Más adelante se tratarán en mayor detalle los factores
de riesgo asociados a la generación del comportamiento delictivo juvenil.

a) Uso y abuso de alcohol y drogas

Durante la adolescencia se suele experimentar con una gran variedad de drogas


legales, ilegales o controladas. El consumo de drogas se asocia a una amplia
gama de variables individuales y contextuales de riesgo. La investigación ha
asociado esto con antecedentes como problemas de adaptación a la escuela, una
pobre relación con los padres y el consumo de drogas de los padres o de los
pares, entre otros.

Entre los factores que protegen contra el consumo de drogas se cuentan los
controles personales tales como creencias religiosas o buen auto-concepto, y
controles sociales como el apoyo social y estilos parentales adecuados.

b) Relaciones sexuales no protegidas o precoces


El que los jóvenes tengan relaciones sexuales precoces o riesgosas se asocia a
variables cognitivas tales como actitudes poco claras hacia la maternidad
adolescente, actitudes de rechazo hacia normas sociales convencionales y estrés
emocional. También se han asociado a ellas variables biológicas, como vivir una
pubertad temprana, y de comportamiento, como el oposicionismo y los trastornos
de conducta.

Ciertas características familiares como la baja preocupación y una estructura


familiar autoritaria han sido asociadas con este comportamiento de riesgo.

c) Bajo rendimiento, fracaso y deserción escolar

Actualmente se considera que la permanencia escolar es el factor que más influye


en el mejoramiento de las posibilidades futuras de inserción social y desarrollo
personal pleno.

La deserción escolar se ve influida por factores de riesgo como pobreza, bajo


apoyo social para el aprendizaje, dificultades cognitivas, falta de motivación,
necesidad de aprobación por parte de pares con problemas, estilos parentales
inadecuados, y, finalmente, características de la malla curricular y una estructura
poco atractiva de clases.

d) Delincuencia, crimen y violencia

De todos los problemas en los que se pueden ver envueltos los jóvenes, uno de
los que concita mayor preocupación y temor por parte de la opinión pública es la
delincuencia y la violencia. Se han estudiado un sinnúmero de variables de riesgo
que anteceden al desarrollo del comportamiento delictivo como factores sociales,
familiares, las influencias de los pares, y ciertas características cognitivas.

En general, la prevalencia de comportamientos de riesgo antes descritos tiende a


ser más frecuente en los jóvenes que en la población general. Ello debido a que
durante la adolescencia, más que en cualquier otra etapa de la vida, las personas
exploran y experimentan diversos comportamientos. Por ello, es esperable que los
jóvenes aumenten su incursión en conductas de riesgo.

En este sentido es importante poder distinguir aquellas conductas de riesgo de


carácter experimental, que se manifiestan como parte del desarrollo y que cesan
con el tiempo, de aquellas que persisten y se pueden volver problemáticas.

4) El Concepto de síndromes de riesgo

Se ha observado que estos 4 grupos de comportamientos de riesgo no parecen


ser problemas aislados, sino que tienden a manifestarse en conjunto. Por ello, hoy
se considera más correcto hablar de síndrome de riesgo que de comportamientos
de riesgo puntuales. Ello también se debe a que hay gran similitud entre los
factores asociados a los 4 grupos antes nombrados.

En otras palabras, muchas veces los mismos factores de riesgo influyen en el


desarrollo de múltiples comportamientos problemáticos.

5) Concepto de factores protectores

Se podría pensar que una situación personal o ambiental que se caracteriza por la
ausencia de factores de riesgo constituye una situación protegida. Sin embargo,
de acuerdo a diversas investigaciones extranjeras, la presencia de factores de
riesgo es más común de lo que se pudiera pensar, y no siempre influye en el
desarrollo de comportamientos de riesgo.

Se ha observado que entre la mitad y dos tercios de los niños viven en hogares
que presentan algún factor de riesgo, como criminalidad familiar, alcoholismo de
los padres, vivencia de abuso, dificultades económicas, entre otros. Pese a ello,
no todas las personas manifiestan comportamientos de riesgo.

Esto se debe a que un proporción las personas se encuentran expuestas a la


presencia de factores de riesgo cuentan, además, con factores protectores que
atenúan el efecto de dichas dificultades, disminuyendo la probabilidad de
desarrollar comportamientos de riesgo.

6) La Resiliencia

En este sentido, se ha observado que hay niños y jóvenes que, pese a que
conviven con una gran cantidad de factores de riesgo, son capaces de
sobrellevarlos y lograr un desarrollo adecuado. Este fenómeno es atribuido a lo
que se puede denominar como la resiliencia. Ésta puede ser definida como “la
capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y
salir de ello fortalecido o incluso transformado”. Niños y jóvenes que poseen
cualidades que les permiten transformar su trayectoria de riesgo en una que
manifiesta resiliencia, son llamados desalientes. Por ejemplo, un niño que logra
permanecer en la escuela pese a no contar con apoyo familiar o vivir en un hogar
donde existe abuso de drogas o maltrato, puede entenderse como un niño
desaliente.

Al constatar la existencia de este tipo de fenómenos, los investigadores se


interesaron en descubrir qué cualidades tienen los niños desalientes y qué los
diferencia de otros niños que sí desarrollan comportamientos problemáticos en las
mismas circunstancias. Este enfoque representa un vuelco importante frente a
otros que se centran en encontrar y remediar disfunciones, patologías y
enfermedades.
Desde esta perspectiva se busca explotar los recursos, cualidades y habilidades
naturales que las personas poseen para salir adelante frente a la adversidad.

Cualidades que aportan a la Residencia

Al igual que los factores de riesgo, los factores que aportan a la resiliencia se
pueden clasificar en
cualidades internas y del contexto:

a) Cualidades internas:

– Habilidad social: Poseer habilidad para provocar respuestas positivas en los


demás, flexibilidad, habilidad para moverse entre diferentes contextos culturales,
empatía, habilidades de comunicación y sentido del humor.

– Habilidades de solución de problemas: Ser capaz de planificar, poseer


pensamiento crítico, creativo y reflexivo. También se considera como una
habilidad importante el conocer a personas a quienes poder acudir para ayuda en
caso de tener problemas.

– Conciencia crítica: Tener conciencia reflexiva (darse cuenta) de la estructura de


las carencias de
las circunstancias que se vive (por ejemplo, tener conciencia de que se tiene un
padre abusivo, una
escuela insensible, o una comunidad discriminatoria), además de poseer la
habilidad de crear estrategias para superarlas.

– Autonomía: Poseer una noción de la propia identidad, habilidad para actuar en


forma independiente, ser capaz de auto-controlarse y mantener un sentido de
auto-eficacia pese a la adversidad, son habilidades que se han asociado a la
resiliencia. Otras habilidades que se consideran muy importantes son la capacidad
de resistir mensajes negativos acerca de uno mismo, y ser capaz de alejarse por
sí mismo de los problemas (poder decir que no a un ofrecimiento de drogas por
ejemplo). Ambas son manifestaciones de una buena autonomía.

– Sentido de propósito: Tener aspiraciones educacionales, motivación de logro,


persistencia, esperanza, optimismo y capacidad de dirigir el comportamiento al
cumplimiento de metas.

b) Cualidades del contexto

– Relaciones sociales preocupadas: La presencia de, a lo menos, una persona


adulta que se preocupa por el niño (dentro o fuera de la familia), que lo acepta no
importando lo difícil que sea su
comportamiento, implica poseer una relación social preocupada. Este adulto
puede ser uno de los padres u otro adulto (por ejemplo el profesor, la abuela, el
padre de un amigo). Asimismo, tener uno o varios amigos cercanos y confidentes
ayuda a desarrollar un comportamiento resolvente.

– Altas expectativas: Es particularmente estimulante que los adultos e instituciones


cercanas tengan altas expectativas acerca de lo que el joven puede lograr, y
brinden el apoyo necesario para
alcanzar dichas metas. Este proceso es particularmente importante en el
establecimiento escolar y estimula el esfuerzo del joven.

– Oportunidades de participación significativa: Es importante brindar a los jóvenes


la oportunidad de participar en aquellos asuntos que les atañen, así como ser
objeto de respeto y preocupación. El privar a los jóvenes de oportunidades de
participación en actividades significativas puede convertirse en una circunstancia
de riesgo.

Esquema sobre la relación entre factores de riesgo, resiliencia y comportamientos


de riesgo

III.- GRAFICOS Y ESTADISTICAS:

Gráfico Nº1: Ingresos de menores detenidos en Comisarías de Carabineros en


todo el país durante el periodo 2001 – 2004 desglosado según motivos

FUENTE: Elaboración propia sobre la base de los registros de ingresos de niños


niñas y jóvenes menores de edad proporcionados por DIPROFAM.

Gráfico Nº2: Edad promedio según motivos de ingreso

FUENTE: Elaboración propia sobre la base de los registros de ingresos de niños


niñas y jóvenes menores de edad proporcionados por DIPROFAM.

Gráfico N°3: Ingresos, 2001-2004 según género

FUENTE: Elaboración propia sobre la base de los registros de ingresos de niños


niñas y jóvenes menores de edad proporcionados por DIPROFAM.

Gráfico N°4: Motivos de ingreso 200- 2004 según género

FUENTE: Elaboración propia sobre la base de los registros de ingresos de niños


niñas y jóvenes menores de edad proporcionados por DIPROFAM.

IV- CONCLUSIONES

La prevención de la delincuencia juvenil es parte esencial de la prevención del


delito en la sociedad. Si los jóvenes se dedican a actividades lícitas y socialmente
útiles, se orientan hacia la sociedad y enfocan la vida con criterio humanista,
pueden adquirir actitudes no criminógenas.

Para poder prevenir eficazmente la delincuencia juvenil es necesario que toda la


sociedad procure un desarrollo armonioso de los adolescentes, y respete y cultive
su personalidad a partir de la primera infancia.

A los efectos de la interpretación de las presentes Directrices, se debe centrar las


atención en el niño. Los jóvenes deben desempeñar una función activa y
participativa en la sociedad y no deben ser considerados meros objetos de
socialización o control.

En la aplicación de las presentes Directrices y de conformidad con los


ordenamientos jurídicos nacionales, los programas preventivos deben centrarse
en el bienestar de los jóvenes desde su primera infancia.
Deberá reconocerse la necesidad y la importancia de aplicar una política
progresista de prevención de la delincuencia, así como de estudiar
sistemáticamente y elaborar medidas pertinentes que eviten criminalizar y
penalizar al niño por una conducta que no causa graves perjuicios a su desarrollo
ni perjudica a los demás. La política y las medidas de esa índole deberán incluir:

La creación de oportunidades, en particular educativas, para atender a las


diversas necesidades de los jóvenes y servir de marco de apoyo para velar por el
desarrollo personal de todos los jóvenes, en particular de aquellos que están
patentemente en peligro o en situación de riesgo social y necesitan cuidado y
protección especiales;

La formulación de doctrinas y criterios especializados para la prevención de la


delincuencia, basados en las leyes, los procesos, las instituciones, las
instalaciones y una red de servicios, cuya finalidad sea reducir los motivos, la
necesidad y las oportunidades de comisión de las infracciones o las condiciones
que las propicien;

Una intervención oficial que se guíe por la justicia y la equidad, y cuya finalidad
primordial sea velar por el interés general de los jóvenes;

La protección del bienestar, el desarrollo, los derechos y los intereses de todos los
jóvenes;

El reconocimiento del hecho de que el comportamiento o la conducta de los


jóvenes que no se ajustan a los valores y normas generales de la sociedad son
con frecuencia parte del proceso de maduración y crecimiento y tienden a
desaparecer espontáneamente en la mayoría de las personas cuando llegan a la
edad adulta;

La conciencia de que, según la opinión predominante de los expertos, calificar a


un joven de “extraviado”, “delincuente” o “pre delincuente” a menudo contribuye a
que los jóvenes desarrollen pautas permanentes de comportamiento indeseable.

Deben crearse servicios y programas con base en la comunidad para la


prevención de la delincuencia juvenil, sobre todo si no se han establecido todavía
organismos oficiales. Sólo en última instancia ha de recurrirse a organismos
oficiales de control social
Familia y delincuencia juvenil

En los procesos penales contra menores, sobre todo cuando el hecho es grave,
casi siempre el acusado proviene de una familia disfuncional. Una familia es
disfuncional si faltan comunicación, afecto, actividades compartidas, asunción de
responsabilidades y si se pierde el sentido de pertenencia y cohesión, ya sea en
un núcleo monoparental, ampliado o tradicional, donde se encuentran ambos
padres.

La delincuencia juvenil es multa causal. Por eso importa analizar la incidencia de


la familia como factor de predicción de conductas antijurídicas, cuando deja de ser
un elemento protector.

La familia es el primer medio de control social. Es allí donde el niño aprende a


socializar positivamente. Un fracaso en esa etapa lleva a los problemas sociales
que hoy vemos a diario, como el uso de la violencia para resolver conflictos o la
inexistencia de valores como la responsabilidad, la solidaridad o el respeto de
límites.

En muchos hogares, los niños y adolescentes sufren el acoso de elementos


negativos como la drogadicción, la publicidad negativa o la exposición a la
pornografía y a la violencia que los avances tecnológicos mal empleados nos han
traído. Por otro lado, hay padres y madres de familia desprovistos de herramientas
y habilidades para guiarlos correctamente. La comunicación se encuentra ausente
y no hay verdadera vida en familia.

Disciplinar a un hijo se ha hecho para muchos padres una tarea imposible. Unos
no conocen otro medio salvo la violencia física o psicológica, y otros tratan a su
hijos como amigos condescendientes. Se les permite todo sin consecuencia
alguna. Así, los primeros aprenden a rebelarse contra las figuras de autoridad por
medio de la violencia y a maltratar a los demás sin crear la mínima empatía hacia
el dolor ajeno. Los segundos carecen de límites y, por ende, no asumen
responsabilidad alguna por sus actos.

Por eso, no es de extrañar que muchos padres vivan en enfrentamiento constante


con sus hijos, sintiendo que se les salieron de las manos. Desesperados, algunos
acuden a instancias judiciales para tratar de que sus hijos sean disciplinados
mediante la coerción de una autoridad jurisdiccional, lo que ha generado un
aumento en las denuncias por violencia doméstica contra hijos adolescentes, con
la esperanza errada de que la familia se vuelva funcional por orden judicial. Como
eso no sucede, ante la mínima infracción, que en condiciones normales podría ser
contenida por la familia, se acude a la policía y se pretende que un juez penal
juvenil ordene a los jóvenes abandonar la vivienda como medida cautelar.

Factores de riesgo y delincuencia juvenil:


Revisión de literatura nacional e internacional
a) Factores individuales:

Bajo coeficiente intelectual, pobre capacidad de resolución de


conflictos,actitudesyvaloresfavorables hacia conductas de riesgo (concepto
explicado en el punto 3), hiperactividad, temperamento difícil en la infancia.

b) Factores familiares:

Baja cohesión familiar, tener padres con enfermedad mental, estilos parentales
coercitivos, ambivalentes o permisivos.

c) Factores ligados al grupo de pares:

Pertenencia grupos de pares involucrados en actividades riesgosas


(comportamiento delictivos, consumo de drogas, por ejemplo).

d) Factores escolares:

Bajo apoyo del profesor, alienación escolar, violencia escolar.

e) Factores sociales o comunitarios:


Bajo apoyo comunitario, estigmatización y exclusión de actividades comunitarias.

f) Factores socioeconómicos y culturales:

Vivir en condición de pobreza.

VII. CONCLUCION
1. Llego a la conclusión no se cumple porque la gente no tiene tanta cultura
de leer, no está muy fomentada en los adolecentes y niños d nuestra
comunidad pero si podemos ayudarlos a ser mas consientes y tratar de
combatir la violencia y que las personas que estén más seguras y vivan
con tranquilidad.
2. En muchos de los casos se genera por problemas entre los padres niños o
adolescentes maltratados o falta de empleos son muchas las cosas que
afectan a nuestra comunidad. La delincuencia es un fenómeno universal
ligado a la vida social y no hay sociedad sin delincuencia. muchas veces
pensamos que haciendo mínimas cosas podemos combatirlas este es un
problema de años atrás que siempre ha afectado a nuestro país y a
nuestra comunidad no es la acepción.
3. Sin embargo muchos tipos de violencia o son o se justifican atreves de la
delincuencia ya que la violencia muchas veces es verbal nos
preguntaremos el POR QUE pues la violencia verbal es verbal es
producido por una serie de conflictos ya sea familiares a y por frustraciones
que logra descargar toda la ira interna hasta llegar a la violencia. El
elemento esencial en la violencia es el daño tanto como físico como
sicológico.
4. El primer paso es saber cómo controlarnos y saber manjar nuestro
impulso negativos que tanto daño nos hacen. Así nuestra sociedad ira en
un incremento de paz y no habrá tantos tiros y muertes inocentes. Debido
a los afectos devastadores que generan lo interno de las familias, pone en
peligro la estructura o la forma de la misma, es decir según la formación
que se le da al individuo, así mismo actúa dentro de la sociedad que lo
rodea, nos afecta a todos los miembros de una familia.

VIII. RECOMENDACIONES
1. Minimizar las situaciones que puedan propiciar delitos Alcohol Drogas,
indigencias vandalismo.etc.
2. Censar la población menor de 25 anos y tomar centros deportivos en todos
los municipios de los estados, establecer como obligatorio participar en un
deporte sin importar cual sea.
3. Dependiendo de las situaciones económicas de los individuos se podía
establecer centros de capacitación industrial para capacitar los jóvenes
con básicos conocimientos industriales para que estos produzcas o al
menos sean mano de obra calificada.
4. Mediante recolección de firmas escritos lograr endurecer las sanciones
contra el crimen y garantizar que el delincuente cumpla su pena

BIBLIOGRAFIA

http://eju.tv/2016/07/pandillas-peligro-crece-las-ciudades-bolivia
https://ladelincuenciajuvenil.weebly.com/consecuencias.html/i
http://www.eabolivia.com/blogs/19853-delincuencia-en Bolivia.
htmlhttp://www.nacion.com/opinion/foros/Familia-delincuencia-juvenil_0_135
https://arnaldoferrari.wordpress.com/2010/07/01/factores-que-influyen-en-la-
delincuencia
http://www.pazciudadana.cl/wp-content/uploads/2013/09/factores-de-riesgo-y-
delincuencia-juvenil.pdfncia-juve1464855.html

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