Escuela, neurociencia y aplicacionismo.

Disertante: Antonio Castorina

Galván Valeria Ayelén

La neurociencia es una disciplina que abarca a varias ciencias, las cuales estudian la estructura
y la organización funcional de sistema nervioso, en particular del cerebro, se ocupan de las
funciones psicológicas, las variaciones que se producen cuando los chicos piensan, aprenden,
con el fin de determinar como un sujeto logra el conocimiento, cuales son los estímulos que lo
llevan a lograr el aprendizaje y a partir de esos puntos entender el funcionamiento del cerebro,
y poder mejorar, aumentar el aprendizaje.

La neurociencia llevada al campo de la educación, con la intención de poder determinar si un

chico va a aprender en un tiempo “X” es totalmente erróneo, creer que la neurociencia es la
solución y que dará respuestas mágicas de que procedimientos a utilizar para que un sujeto
aprenda, no es la tarea de dicha disciplina.

Los experimentos hechos en un laboratorio aplicacioncita utilizan variables “artificiales”, las

cuales son imposibles de transferir y/o relacionarlo con el ámbito educativo.

Se debe tomar los cuidados pertinentes, cuando queremos hacer uso, de las neurociencias
aplicándolas a la educación, en especial cuando se hace uso para etiquetar a los chicos con un
diagnostico neurológico, y más si este es negativo.

La idea es, poder tomar de la neurociencia aquellos puntos, temas que sean de interés y nos
permitan avanzar en la reflexión de la practica educativa, no debe reducirse todo a la
neurociencia y su aplicación a la educación.

Toda decisión sobre cuestiones educativas no puede ni debe ser espasmódica ni

unidireccional. Se requiere para eso de la reflexión crítica y elaboración interdisciplinaria, del
diálogo y del consenso. Es en el encuentro entre disciplinas (educadores, psicólogos, científicos
sociales, neurocientíficos, etc.) donde surge la interacción que podría producir mejoras en las
capacidades de enseñanza-aprendizaje.

Son los docentes quienes verdaderamente construyen los puentes entre las teorías y las
prácticas de enseñanza y aprendizaje, quienes conocen cabalmente la realidad de cada aula,
quienes día a día trabajan con sus alumnos, promueven el conocimiento y les brindan factores
claves para el aprendizaje; como el contacto humano, el ejemplo, el afecto, la inspiración, la
mirada social y la motivación: son los maestros, siempre los maestros.

Y por último, deberíamos empezar a entender que la escuela no está hecha para el desarrollo
de capacidades y habilidades, sino para la transmisión de la cultura, para alfabetizar y generar
nociones básicas sobre matemáticas, legua, etc.