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El tiempo geológico y la

cronoestratigrafía
Los procesos geológicos y morfogenéticos, normalmente, ocurren tan
lentamente que exceden las posibilidades de observación humana. Por esta
razón los geólogos han ido desarrollando desde el siglo pasado una escala de
tiempo, basada en eventos geológicos y biológicos globales, que se utiliza como
marco de referencia temporal absoluta. Se toma como inicio la época de
formación de la Tierra aunque se cuenta hacia atrás en millones de años. Los
lapsos se establecen con criterios geológicos (estratigráficos) y biológicos. Los
grandes períodos tienen un alcance planetario y son los fundamentales para
establecer el tiempo geológico.

Las unidades litoestratigráficas son establecidas a partir de los caracteres


litológicos de la sucesión estratigráfica. Son las más utilizadas ya que muestran
una gran objetividad. La principal limitación están condicionadas por los
ambientes sedimentarios.

Las unidades bioestratigráficas son establecidas a partir de las características


paleontológicas fósiles que presentan las rocas estratificadas. Son bastante
objetivas pues al basarse en la evolución, no son repetitivas y cubren un espacio
que puede llegar a ser la totalidad de la superficie de la Tierra. La principal
limitación consiste en que están subordinadas a la presencia de fósiles.

Geólogos y biólogos fueron estableciendo, simultáneamente, dos escalas de


la historia de la Tierra: una estratigráfica, para las rocas y su fauna asociada
(cronoestratigráficas), y otra cronológica, para el paso de un tiempo que no se
sabía como medir (geocronológicas). La equivalencia entre las divisiones
estratigráficas y las cronológicas es la siguiente:

Divisiones cronoestratigráficas Divisiones geocronológicas


Eontema Eón
Eratema Era
Sistema Período
Serie Época
Piso Edad
Cronozona Zona
La moderna escala de tiempos geológicos es una suma generalizada de
acontecimientos geológicos planetarios (los menos), continentales (algunos) y
regionales (la mayoría). Los límites son reales sólo en determinados puntos de
la Tierra, en el resto, sólo son una fecha que no coincide con ningún
acontecimiento geológico específico.

La historia geológica de la Tierra se ha dividido en distintas unidades. Lo más


normal es usar las unidades geocronológicas, para las grandes divisiones, que
ordenadas de mayor a menor son: eones, eras, períodos, épocas, y la
estratigráficas para las divisiones de menor rango, que de mayor a menor son:
series, pisos, zonas. En nuestra tabla usaremos: eón, eras, período, época y
piso.

El eón es la unidad geocronológica de mayor intervalo en la escala de tiempo


geológico. Se distinguen tres eones: Arcaico, abarca desde hace unos 3.800
m.a. hasta 2.500 m.a.; Proterozoico, desde 2.500 m.a. hasta 590 m.a. y
Fanerozoico, que se extiende desde hace 590 m.a. hasta la actualidad. En
nuestra tabla aparece, abusivamente, el Precámbrico como eón, ya que abarca
el Arcaico y el Proterozoico.

Además, la geocronología anglosajona añaden el Hadeico, evocando al hades


infernal que se supone desde los comienzos de formación del planeta hace unos
4.500 m.a. hasta el comienzo del Arcaico hace unos 3.800 m.a. El período
anterior al Proterozoico también se denomina Azoico que en nuestra tabla se
hace sinónimo, también abusivamente, de Arcaico, aunque incluye el Hadeico. A
pesar de que en la tabla aparece como la división que menos ocupa, el
Precámbrico abarca más del 80% del tiempo geológico.

Los eones se dividen en eras, definidas a partir de grandes discordancias que


señalan el inicio de distintos ciclos orogénicos. Así, el Fanerozoico lo integran
tres eras geológicas que son: Paleozoica, desde 590-245 m.a; Mesozoica,
desde 245-65 m.a. y Cenozoica, desde 65 m.a. hasta la actualidad.
Antiguamente al Paleozoico se le llamaba Primario y al Mesozoico Secundario,
pero esas denominaciones, hoy han caído en desuso a favor de denominaciones
zoológicas, en realidad biológicas, que coinciden con el carácter de los fósiles
encontrados en los estratos. El Cámbrico es la era en la que comienzan a
encontrarse fósiles de forma masiva, principalmente invertebrados y la primeras
plantas terrestres. El Precámbrico, en realidad, sería una era.

Las eras del Fanerozoico, no las del Precámbrico, se dividen en períodos. Están
basados en estratos que afloran en diversos países europeos y en EE. UU. En
español, se utiliza la terminación –ico para los períodos (Jurásico, Ordovícico,
Cretácico, etc.).
Los períodos se dividen en épocas, y se traducen como inferior, medio y
superior, o inicial, medio y final. En nuestra tabla preferimos los términos inferior,
medio y superior. En el Jurásico y el Cretácico tradicionalmente las épocas
tienen un nombre diferente, que también se señalan.

Las épocas se dividen en pisos. Aquí pasamos de la nomenclatura


geocronológica a la estratigráfica, ya que los períodos se establecen por series
estratigráficas. El piso es la unidad fundamental de la cronoestratigrafía.
Consiste en un conjunto de rocas homogéneo estratificadas que se han formado
durante un intervalo de tiempo determinado. En la terminología en español se
suele utilizar la terminación -iense para los pisos (Pontiense, Villafranquiense,
etc.).

Normalmente se denomina con el nombre geográfico donde está establecido. El


problema es que la mayoría de los pisos tienen un alcance regional, no global
como las anteriores divisiones, y es posible encontrar pisos muy diferentes
según la zona que se examine. No obstante, en nuestra tabla hemos incluido los
pisos más reconocidos. Para ello hemos empleado la tabla de las Sociedad
Geológica Americana, que es de la más detallada.

El piso se divide en cronozonas. Se trata de los estratos depositados durante


el tiempo de existencia de una taxón determinado, aunque no esté presente y
exista una laguna estratigráfica. En nuestra tabla no aparece, puesto que
responden a series muy locales.

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