Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Calendario Civico
FECHAS CÍVICAS
Consulta las Fechas Históricas del Ecuador con los principales acontecimientos del país
desde 1533 ordenado por cada año del suceso
ENERO
FEBRERO
ABRIL
MAYO
JUNIO
JULIO
AGOSTO
SEPTIEMBRE
OCTUBRE
1 de octubre de 1980: Cantonización de Huaquillas
3 de octubre: Día del Radiodifusor
5 de octubre de 1972: Cantonización de Naranjito
6 de octubre: Creación de la Provincia de los Ríos
7 de octubre de 1943: Cantonización de Quevedo
9 de octubre de 1820: Independencia de Guayaquil
12 de octubre de 1492: Descubrimiento de América
12 de octubre: Día del Árbol
14 de octubre de 1852: Cantonización de Pujilí
15 de octubre de 1820: Independencia de Jipijapa
15 de octubre de 1820: Independencia de Naranjal
15 de octubre de 1941: Cantonización de Eloy Alfaro
16 de octubre: Día del Agricultor y Ganadero y el Día Mundial de la Alimentación
17 de octubre de 1913: Cantonización de Urdaneta
18 de octubre de 1920: Independencia de Portoviejo
20 de octubre de 1822: Cantonización de Montecristi
24 de octubre: Día de la Naciones Unidas
27 de octubre de 1920: Creación de la fuerza Aérea Ecuatoriana
29 de octubre de 1956: Día del Paracaidismo Ecuatoriano (Fuerzas Especiales)
29 de octubre de 1975: Día del Registro Civil Ecuatoriano
31 de octubre de 1900: Día del Escudo del Ecuador
31 de octubre de 1829: Creación de la ciudad de Otavalo
NOVIEMBRE
DICIEMBRE
La celebración del día del árbol fue instituida en 1969 por el Congreso
Forestal Mundial en la ciudad de Roma, en esta fecha se busca
resaltar la importancia de los árboles en la vida del planeta tierra, de
los ecosistemas, la flora, la fauna y los seres humanos.
Como un árbol...
Quiero llegar
tan alto como él
Como él he vivido incendios
inviernos helados
sequías y tormentas....
la importancia de lo árboles:
Los árboles resultan absolutamente esenciales para la vida de nuestro planeta: purifican el
ambiente al oxigenar el aire, proporcionan sombra, mejoran sectores erosionados, humedecen el
ambiente, reducen el ruido, son capaces de temperar el lugar donde se encuentran, ya que
provocan sensación de frescura y humedad, incluso deteniendo las heladas con su follaje;
producen alimentos y múltiples recursos, además de ser el hogar de diferentes animales.
Los árboles están junto al ser humano desde el principio de nuestra historia, por lo que sus
beneficios son conocidos y aprovechados desde hace miles de años, y aún así, olvidados también.
Desde tiempos inmemoriales el hombre ha estado ligado a la naturaleza y esta relación le daba
significado a su vida. Dentro de este concepto, el árbol tenía un sentido sagrado para ellos:
representaba una vida inagotable, los bosques eran inmortales al perpetuarse a través de los
siglos, al ser fuente inagotable de recursos para la humanidad.
Para muchas culturas, el árbol sagrado es el eje de su existencia, un puente de trascendencia
entre el mundo terrenal y espiritual.
Hoy por hoy, el hombre ha perdido su capacidad de encantarse, tratando de resolver todo por
medio de la razón, en su egocentrismo ha pretendido ser medida de todas las cosas cuando sólo
es parte de un ecosistema mayor, ha olvidado mirar su alrededor y sorprenderse por las pequeñas
y grandes maravillas de Natura.
Se hace necesario re-educar a las nuevas generaciones con principios integrales que valoren la
importancia de los bosques más allá de las variables económicas. Educar para un cambio de
actitud, hacia una cultura donde el hombre forme parte de un ecosistema que involucra a toda la
naturaleza, y donde el equilibrio y bienestar de todos sus componentes es lo que nos puede llevar
a mejorar la calidad de vida, y a frenar la destrucción del planeta y de nosotros mismos.
Debemos reflexionar sobre cómo cada uno de nosotros puede ayudar a este cambio, cada uno en
la medida de sus posibilidades y en el entorno donde se desenvuelve tiene el deber y la obligación
de garantizar el legado que hemos recibido al nacer, multiplicarlo y prestarlo a las generaciones
por venir.
EL ARBOL COMO ECOSISTEMA:
Un solo árbol es un complejo ecosistema que mantiene a numerosas especies de invertebrados
(insectos, arácnidos, miriápodos), así como vertebrados (aves, reptiles y mamíferos), que
encuentran en él su alimento, por medio de las hojas, yemas, brotes o frutos, y refugio.
Sobre su corteza crecen hongos, líquenes y plantas parásitas (que se nutren de su savia) y epifitas
(crecen sobre ellos, pero no les hacen daño), como las lianas, que los utilizan como punto de
apoyo para acceder a las alturas donde abunda la luz. Entre las raíces abundan las larvas de los
insectos, gusanos que viven en el subsuelo, los ácaros y los roedores.
En las regiones frías, las coníferas son sostén principal de algunas especies. En las sabanas de
África son fundamentales en la dieta de los herbívoros ramoneadores (que son aquellos que se
alimentan de las hojas y de los brotes de las ramas). En las selvas contribuyen a formar un
ambiente húmedo donde se multiplican plantas y animales. En las zonas templadas, el árbol es
una de las mayores fuentes de riqueza, en el ámbito de la explotación forestal.
VALOR ECONÓMICO
Para el hombre, el árbol tiene un importante valor económico, ya que de él obtiene distintos
materiales comercializables. La madera se utiliza como tablas para la construcción; su pulpa
permite la confección de una gran diversidad de papeles; además proporciona el corcho, las
resinas y el látex -líquido segregado por algunos árboles, como el del caucho-, las gomas, los
barnices, el tanino y la cola.
A todo lo anterior, hay que sumar la importancia de los árboles frutales, cuyo cultivo se inició la
primera vez que se plantaron semillas deliberadamente. Desde entonces, se han mejorado las
calidades y creado nuevas variedades. Por ejemplo, de la manzana, que en su forma silvestre es
pequeña y amarga, el hombre ha creado más de mil variedades, mucho más grandes y dulces.
Regulación Hídrica: El árbol amortigua la lluvia
La copa de un árbol es flexible y está diseñada para atrapar la lluvia, causando que ésta se deslice
a través de las hojas, ramas y el tronco hasta llegar al suelo. Al amortiguarse el impacto de la lluvia
en el árbol se abate la erosión y se protege al suelo superficial.
Regulación Térmica: El árbol da sombra
La copa de un árbol está diseñada para captar la luz solar y al extenderse sombrea el piso,
causando bienestar en un día soleado y protegiendo la fauna, la flora inferior y al hombre y sus
bienes, del efecto dañino del impacto directo de los rayos solares.
Regulación del Clima:
A nivel global los bosques reducen el calentamiento de la atmósfera y regulan el clima de la tierra.
En las ciudades, la pérdida de árboles eleva las temperaturas y la evaporación del suelo . La falta
de árboles suficientes en la ciudad permite que las islas de calor sean más severas. Las
temperaturas en las calles del centro de la ciudad en primavera y verano pueden ser hasta de 3ºC
más en promedio que en las de los parques y alamedas de la ciudad.
Reducción de la velocidad del viento:
Es cierto que no detienen un huracán, pero su presencia resta velocidad a las tormentas, disipando
su fuerza y mejorando el ambiente.
Reducen la contaminación del aire:
Su copa está diseñada para que el aire pase a través de las hojas, filtrando los polvos, cenizas,
humos, esporas, polen y demás impurezas que arrastra el viento. Las hojas pubescentes y la
corteza rugosa en el tallo atrapa tales impurezas.
Secuestro del bióxido de carbono que contamina la atmósfera:
A través de la fotosíntesis que realizan las hojas, el árbol atrapa el CO2 de la atmósfera y lo
convierte en oxígeno puro, enriqueciendo y limpiando el aire que respiramos. Se estima que una
hectárea con árboles sanos y vigorosos produce suficiente oxígeno para 40 habitantes de la
ciudad. Un bosque de una hectárea consume en un año todo el CO2 que genera la carburación de
un coche en ese mismo período. En este proceso las hojas también absorben otros contaminantes
del aire como el ozono, monóxido de carbono y dióxido de sulfuro, y liberan oxígeno.
Reducción de la Contaminación Sonora: Los árboles abaten el ruido:
El tejido vegetal amortigua el impacto de las ondas sonoras, reduciendo los niveles de ruidos en
calles, parques y zonas industriales. Plantados en arreglos especiales alineados o en grupos, las
cortinas de árboles abaten el ruido en porcentajes de entre 6 y 10 decibeles.
Gerera biodiversidad:
Los bosques forman las comunidades más diversas de la tierra, porque éstas proliferan bajo su
protección. Muchas especies arbóreas han coevolucionado con insectos y aves polinizadoras,
dispersores de frutos y semillas y otros microorganismos del suelo, como la micorriza, con quien
vive en simbiosis permanente. Los bosques ofrecen nichos diversos a la fauna mayor y menor, lo
cual favorece la creación de nuevas especies animales y vegetales, aumentando la biodiversidad
del planeta.
También en las ciudades el arbolado deberá ser endémico o nativo para poder generar la mayor
biodiversidad.
Mejoran la Calidad de Vida
En general queremos tener árboles a nuestro alrededor porque nos hacen la vida más agradable.
La mayoría de nosotros respondemos a la presencia de árboles no sólo admirando su belleza. En
un bosque nos sentimos serenos, sosegados, descansados y tranquilos; La fuerte relación entre
personas y árboles es más evidente en la resistencia de una comunidad de vecinos a que se talen
árboles con motivo del ensanchamiento de las calles. O cuando observamos los heroicos
esfuerzos de personas y organizaciones para salvar árboles singularmente grandes o históricos en
una comunidad.
OTRO
12 de octubre
Día de la Raza:
En 1492, un acontecimiento marcó un cambio rotundo en la vida de los
habitantes de todo el planeta, el descubrimiento de América.
Todo empezó gracias a la inquietud de un marino genovés llamado Cristóbal
Colón, quien a mediados del siglo XV, elaboró un proyecto para buscar nuevas
rutas comerciales que los llevaran de forma más rápida a China y Japón, o sea a
las Indias, sin tener que rodear por todo el Continente Africano o atravesar
por Asia y Oriente.
Como las rutas de comercio estaban muy complicadas, ya que por mar tenían
que rodear Africa y por tierra, sufrían muchos asaltos y problemas, se le
ocurrió, que navegando por el Océano llegarían de forma más rápida y segura.
Además Colón pensaba que solamente había un Océano y que la tierra era
mucho más pequeña de lo que en realidad es y nunca se imaginó que del otro
lado había un enorme continente, el Americano y otro gran océano, el Pacífico
que los separaba muchísimo de su destino: las Indias.
Ofreció su proyecto sin éxito a Portugal y
como necesitaba financiamiento, lo
presentó a los Reyes Católicos de España,
Isabel y Fernando, pero fue rechazado
porque la iglesia no aceptaba la idea de
que la tierra fuera redonda.
Sin embargo, la reina Isabel, confió en el proyecto porque pensaba que si Colón
tenía la razón, España sería más poderosa, así que empeñó sus joyas personales
y presionó para que fueron firmadas las capitulaciones que establecían cómo
sería el reparto de las ganancias obtenidas.
El próximo 12 de octubre se celebra del Día Internacional del Árbol, fecha que
conmemora las especies productoras del oxígeno, elemento vital para el
sostenimiento homeostático de la vida en el planeta.
Este día fue instaurado durante el Congreso Forestal Mundial en Roma, en 1969,
como recordatorio sobre la implacable mano del hombre en la destrucción anual
de porciones de bosques.
Otro
Un fuerte abrazo,
Ing. Roberto Manciati Alarcón
Cristóbal Colón
El arribo de Colón
Travesías pioneras
Para valorar el episodio de Colón debemos recordar las travesías de los fenicios,
romanos, cartagineses y vikingos, que por situaciones económicas, militares y
políticas antes de Colón emprendieron más de un viaje. De igual manera,
debemos tener presente que con la invención de la brújula, el papel y la imprenta,
los deseos de conquistar nuevos territorios y acumular riquezas por parte de los
viajeros italianos, portugueses y españoles se incrementaron notablemente y
sirvieron de precedente a la empresa colombina.
Los recorridos de Colón, desde su juventud, como marinero y comerciante por las
rutas del Mediterráneo y sectores cercanos del Atlántico, lo ayudaron a tener
contactos con experimentados navegantes que con seguridad le hablaron de la
existencia de tierras al otro lado del océano. También fortaleció su afán
expedicionario al conocer sobre los viajes de Marco Polo y las teorías de Pierre d’
Ailli y Paolo Toscanelli.
Permanente búsqueda
Colón habló de llegar al Cipango (Japón) y a Catay (China) para abrir una ruta
entre Europa y Asia, esta última llamada las Indias. Esto lo reafirmó pese a que
ignoraba la existencia de un nuevo continente entre Europa y Asia, al navegar al
oeste. Entre negativas y esperas como las del rey Juan II de Portugal, que conoció
el proyecto en 1484, consiguió que en 1486 los frailes Juan Pérez y Antonio de
Marchena, del convento de La Rábida, le alcanzaran una entrevista con Isabel y
Fernando, monarcas católicos que primero descartaron la propuesta por los
informes desfavorables de los consejeros y técnicos de la corte.
Las Capitulaciones
Tras infatigable persistencia, Colón aseguró la ayuda de los reyes españoles por
medio de la firma de las Capitulaciones de Santa Fe, el 17 de abril de 1492,
lograda por el triunfo de España sobre Granada luego de una guerra de algunos
años. De acuerdo con las Capitulaciones, el genovés sería nombrado gobernador
y virrey de los territorios que descubriese, con el grado de almirante. Otros
premios, si triunfaba en su viaje, serían la concesión del monopolio del comercio
indiano, con el 10% de los tesoros que encontrase.
Finalizados los preparativos con los recursos de los reyes, Colón, los hermanos
Pinzón y otros empresarios, la expidición salió el viernes 3 de agosto de 1492
desde el Puerto de Palos de Moguer, en la desembocadura del río Tinto, en la
provincia de Huelva, en España. Una tripulación de casi cien hombres de origen
vasco y andaluz en su mayoría, fue repartida en la nao al mando de Colón y las
carabelas La Pinta, capitaneada por Martín Alonso Pinzón, y La Niña, que
comandaba Vicente Yáñez Pinzón.
Tierra a la vista!
En los siguientes días, los viajeros exploraron el lugar de su llegada y las islas
cercanas, que forman actualmente el archipiélago de las Antillas. Deseosos de
hallar las sedas, especias y los perfumes prometidos, siguieron en sus visitas,
pero aquello resultó infructuoso porque solo hallaron curiosos nativos, animales y
plantas que resultaron raros a sus ojos y alguna pequeña muestra del oro que
buscaban.
Sin desanimarse, los viajeros exploraron los alrededor de San Salvador y vieron
zozobrar la nao Santa María en la Nochebuena del mismo año 1492. En la isla La
Española se construyó el fuerte Navidad con los restos de la Santa María, cuyos
tripulantes se quedaron allí porque no hubo cómo acogerlos en La Niña y porque
La Pinta se alejó del grupo durante sus faenas de reconocimiento. En enero de
1493 el almirante retornó a España, que lo recibió con alborozo y natural
curiosidad.
En su primera llegada, Colón tocó Cuba (Juana) y Santo Domingo o Haití (La
Española). Y prácticamente se estableció una ruta bastante definitiva entre Europa
y América (la ruta española de Indias); el almirante recibió los reconocimientos
que le prometieron y que estaban contemplados en las Capitulaciones de Santa
Fe, suscritas un año antes.
Otros viajes.
El almirante convenció a los reyes españoles para que patrocinaran nuevos viajes,
que en efecto se realizaron en 1493, 1498 y 1502. Durante la segunda expedición
Colón reconoció las Antillas Menores, Jamaica y Puerto Rico. En el tercer viaje
‘descubrió’ la costa continental, en la desembocadura del Orinoco (Venezuela); en
el cuarto viaje exploró la costa de América Central.
Pero algunos acompañantes de Colón lo indispusieron ante el rey Fernando. La
novedad surgió luego del tercer viaje, cuando se supo de la situación de La
Española. El monarca ordenó la venida a América de Francisco de Bobadilla para
que apresara a Colón y lo llevara de regreso a España. Gracias a la reina Isabel
se rehabilitó a Colón y se lo apoyó para realizar en 1502 un cuarto viaje.
Corría el año 1504 cuando Colón, enfermo y nostálgico, emprendió su retorno a
Europa, pues supo de la muerte de su protectora y amiga Isabel la Católica. En
1506, el almirante murió en Valladolid, sin saber con certeza que en 1492, por su
empuje, visión y audacia marinera, llegó a otro continente, cuyo nombre debió ser
el suyo, como lo han sostenido los historiadores del pasado y contemporáneos.