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Cuidá la salud de tu boca, visitá al odontólogo por lo menos dos veces al año para que tengás una
buena higiene bucal que te ayude a evitar enfermedades periodontales.
Es muy importante contar con una sonrisa blanca y saludable que, en caso de no cuidarla
adecuadamente, puede ser afectada por las incómodas infecciones.
Cabe mencionar que las enfermedades bucales no solo afectan la zona de la boca, sino que
también impactan en diversas partes del organismo del ser humano; por lo que es importante
tener una correcta higiene que garantice la eliminación de bacterias.
Por ello, consultamos al odontólogo Carlos Eduardo Aráuz, colaborador de jornadas odontológicas
en Operación Sonrisa, quien manifiesta la necesidad de visitar al odontólogo entre cada seis meses
o al menos una vez al año, para evitar algunas enfermedades comunes que afectan la zona bucal.
Caries
Puede ser una o varias grietas que se presentan en los dientes, causadas por los ácidos de los
alimentos en descomposición. Se registra en la parte exterior y puede afectar el nervio,
ocasionando un dolor agudo que puede provocar la pérdida de la pieza dental. Entre sus causas, la
deficiente higiene bucal y la ingesta de comida azucarada favorecen su aparición.
Gingivitis
Se genera por un mal cepillado de dientes, el escaso uso de hilo dental y el tabaquismo. Consiste
en la inflamación de las encías causada por un proceso infeccioso (bacterias) o la acumulación de
placa bacteriana y sarro. Si no es atendida a tiempo, puede afectar el hueso y convertirse en una
periodontitis.
Periodontitis
Es una infección progresiva de las encías y pérdida del hueso alrededor del diente, lo que provoca
el desprendimiento de las piezas dentales. La mayoría de los casos es consecuencia de la
acumulación prolongada de placa bacteriana y sarro en los dientes. Sus síntomas principales son:
enrojecimiento intenso de la encía, inflamación sin dolor y sangrado leve al comer o durante el
cepillado.
Cáncer bucal
Cuando no existe una limpieza adecuada, la boca puede albergar muchos gérmenes y bacterias,
que ocasionan este tipo de enfermedad. Se manifiesta a partir de cualquier llaga, inflamación o
úlcera que dure mucho tiempo. Algunos factores de riesgo que detonan el padecimiento son:
tabaquismo, alcoholismo, dieta deficiente en vitaminas A, E, y hierro, una infección viral o la
exposición excesiva al sol.
Halitosis
Una mala higiene bucal, caries y el tabaquismo son las causas del mal aliento en los adultos. Es
importante visitar al dentista para que realice un diagnóstico y recete un tratamiento adecuado.
Según el doctor, la clave para la prevención de las enfermedades bucales está en tener una
correcta higiene, a través de las buenas costumbres y técnicas en el cepillado de los dientes .
Vacunas en menores.
Las vacunas infantiles han sido, desde siempre, una fuente de polémica por diversos motivos. Hace
un tiempo, digamos unos años, las coberturas vacunales eran extensas, estando la mayoría de los
niños vacunados de aquellas vacunas que formaban parte del calendario vacunal.
Los niños que no estaban vacunados solían pertenecer a familias con pocos recursos que
directamente acudían poco al médico y aún hoy en día hay muchos niños de este mismo estrato
social que no están vacunados.
Sin embargo, siguiendo con las tendencias aparecidas en el norte de Europa hace ya unos años,
muchos niños españoles, que pertenecen a familias con un nivel económico y cultural elevado,
están dejando de ser vacunados, haciendo que las tasas de vacunación disminuyan y que, en
consecuencia, enfermedades que parecían casi controladas estén emergiendo, cosa que hace
peligrar la salud de toda la población.
Sarampión
El ejemplo más claro es el del sarampión. En Bebés y más ya hemos comentado alguna vez que en
otros países como Holanda se han venido produciendo brotes de sarampión en grupos de
población contrarios a la vacunación, con el riesgo que ello conlleva.
En España también sucedió hace unos años, concretamente en Cataluña, cuando se vacunó a
todos los niños menores de 12 meses para evitar que el brote se extendiera. Tras controlarse
parecía que no volvería a suceder algo igual, sin embargo este año ha vuelto a suceder en
Andalucía y ha vuelto a suceder en Cataluña.
En el brote sucedido en Andalucía llegó a fallecer una mujer y el número de afectados, a finales de
abril, era de más de 500.
Por ponerlo un poco en números, en el año 2004 se declararon 29 casos de sarampión, en 2005,
20 casos y en el años 2008, cuando la moda antivacunas ya empezaba a hacer estragos, se
sobrepasaron los 300 casos. En 2011, en lo que va de año, se han dado ya más de 1.300 casos,
cinco veces más que el año pasado, y aun quedan 6 meses para que acabe el año.
En Francia, donde también parece que la moda de no vacunar a los niños está haciendo mella, han
muerto ya cinco personas y más de 300 han padecido neumonías graves, siendo más de 5.000 los
afectados. El 96% de ellos son niños y adultos que no habían sido vacunados o que habían recibido
una sola dosis.
Es decir, se trataba de una enfermedad casi erradicada, que se controla casi por completo si la
cobertura vacunal es del 95%, porque ese 5% se aprovecha de la protección que le confiere el
resto de niños, pero que al descender en porcentaje deja a más niños expuestos, aumentando el
riesgo de brote y epidemia.
Y no sólo los niños quedan expuestos, sino también los bebés menores de 12 meses, que no son
vacunados hasta entonces por calendario y la población joven, de entre 25 y 40 años, que en su
infancia no fueron vacunados, por no existir la vacunación universal, y que tampoco llegaron a
coger la enfermedad.
Los adolescentes deben continuar viendo a sus pediatras o a otros médicos de forma
periódica. Todos los adolescentes (o sus padres) deberían mantener un registro actualizado
de sus vacunas. Muchos necesitarán más vacunas en la adolescencia, especialmente, si han
retrasado alguna de las demás vacunas.
Estas son algunas directrices en cuanto a vacunas específicas para adolescentes, según lo
establece la American Academy of Pediatrics (AAP) y otras organizaciones médicas.
Virus del papiloma humano (VPH): La vacuna contra el VPH se recomienda para
niños entre 11 y 12 años de edad para protegerlos antes de exponerse al virus. La
vacuna contra el VPH se aplica en una serie de dos dosis antes de cumplir los 15
años. Tanto los niños como las niñas deben recibir 2 dosis de la vacuna para
prevenir enfermedades asociadas con el VPH. Los adolescentes mayores de 13 años
que no recibieron la vacuna o que no completaron las dosis cuando eran más
jóvenes, deben completar la serie. Los adolescentes mayores de 15 años que hasta
ahora van a comenzar con la serie, deben recibir 3 dosis, así como los adultos
jóvenes para tener la protección total.
Pese a que el uso de vacunas para prevenir enfermedades se prolonga en la vida adulta, los
mayores no acostumbran llevar un control exhaustivo de ellas. Esto es así porque desde su
origen, las políticas públicas sobre inmunizaciones se enfocaron en los niños.
Inmunización adultos
Influenza estacional: Mayores de 60 años o adultos en condición de riesgo Td (Tétanos y difteria).
Mujeres en edad fértil (10 a 49 años).
Virus del papiloma humano (VPH): Hasta los 17 años. En algunas ocasiones, mujeres hasta los 45
años y hombres hasta los 26 años.