Las competencias que definen el perfil de egreso se agrupan en cinco
campos: habilidades intelectuales específicas, dominio de los propósitos y contenidos básicos de la educación preescolar, competencias didácticas, identidad profesional y ética, y capacidad de percepción y respuesta a las condiciones de sus alumnos y del entorno de la escuela. Los rasgos del perfil son el referente principal para la elaboración del plan de estudios. Todos los rasgos del perfil están estrechamente relacionados, se promueven articuladamente y no corresponden de manera exclusiva a una asignatura o actividad específica. HABILIDADES INTELECTUALES ESPECÍFICAS a. Posee alta capacidad de comprensión del material escrito y tiene el hábito de la lectura; valora críticamente y lo relaciona con su práctica profesional. b. Ha desarrollado las capacidades de describir, narrar, explicar y argumentar, adaptándose al desarrollo y características culturales de sus alumnos. c. Plantea, analiza y resuelve problemas, enfrenta desafíos intelectuales generando respuestas propias a partir de sus conocimientos y experiencias. d. Tiene disposición y capacidades propias para la investigación científica. Aplica esas capacidades para mejorar los resultados de su labor educativa. e. Localiza, selecciona y utiliza información de diverso tipo, tanto de fuentes escritas como de material audiovisual. DOMINIO DE LOS PROPÓSITOS Y CONTENIDOS BÁSICOS DE LA EDUCACIÓN PREESCOLAR a. Reconoce la educación preescolar como un servicio que promueve la democratización de las oportunidades de desarrollo de la población infantil. b. Comprende el significado de los propósitos de la educación preescolar, de los enfoques pedagógicos que sustentan la acción educativa. c. Sabe establecer una correspondencia adecuada entre la naturaleza y grado de complejidad de los propósitos básicos que pretende lograr la educación preescolar. d. Reconoce la articulación entre los propósitos de la educación preescolar y los de la educación básica en su conjunto, en particular con los de primaria. COMPETENCIAS DIDÁCTICAS a. Sabe diseñar, organizar y poner en práctica estrategias y actividades didácticas adecuadas al desarrollo de los alumnos, con el fin de que los educandos alcancen los propósitos de conocimiento, de desarrollo de habilidades y de formación valoral que promueve la educación preescolar. b. Reconoce las diferencias individuales de los educandos que influyen en los procesos de aprendizaje y aplica estrategias didácticas para estimularlos. c. Es capaz de establecer un clima de relación en el grupo, que favorece actitudes de confianza, autoestima, respeto, orden, creatividad, curiosidad y placer por el estudio. d. Reconoce el valor pedagógico del juego y lo utiliza en su trabajo cotidiano. e. Identifica las necesidades especiales de educación que pueden presentar algunos de sus alumnos. f. Conoce y aplica distintas estrategias para valorar los logros que alcancen los niños y la calidad de su desempeño docente. g. Aprovecha los recursos que ofrece el entorno de la escuela con creatividad, flexibilidad y propósitos claros para promover el aprendizaje de los niños. h. Es capaz de seleccionar y diseñar materiales congruentes con el enfoque y los propósitos de la educación preescolar. IDENTIDAD PROFESIONAL Y ÉTICA a. Asume, como principios de su acción y de sus relaciones con los alumnos, madres y los padres de familia y sus colegas, los valores que la humanidad ha creado y consagrado a lo largo de la historia. b. Reconoce, a partir de una valoración realista, el significado que su trabajo tiene para sus alumnos. c. Tiene información suficiente sobre la orientación filosófica, los principios legales y la organización del sistema educativo mexicano. d. Conoce los principales problemas, necesidades y deficiencias que desean resolverse para fortalecer el sistema educativo mexicano. e. Asume su profesión como una carrera de vida, conoce sus derechos y obligaciones y utiliza los recursos al alcance para el mejoramiento de su capacidad profesional. f. Valora el trabajo en equipo como un medio para la formación continua y el mejoramiento de la escuela. g. Identifica y valora los elementos más importantes de la tradición educativa mexicana. CAPACIDAD DE PERCEPCIÓN Y RESPUESTA A LAS CONDICIONES SOCIALES DEL ENTORNO DE LA ESCUELA a. Aprecia y respeta la diversidad regional, social, cultural y ética del país. b. Valora la función educativa de la familia, se relaciona con las madres y padres de familia de manera receptiva, colaborativa y respetuosa. c. Promueve la solidaridad y el apoyo de la comunidad hacia la escuela, tomando en cuenta los recursos y las limitaciones del medio en que trabaja. d. Reconoce los principales problemas que enfrenta la comunidad en la que labora y tiene la disposición para contribuir a su solución. e. Asume y promueve el uso racional de los recursos naturales y es capaz de enseñar a los alumnos a actuar personal y colectivamente con el fin de proteger el ambiente. INFORMARSE CONTINUAMENTE RESPECTO DE LA PROPIA LABOR Los métodos de enseñanza cambian sin cesa. Las transformaciones que sufre la sociedad en general y los grupos humanos en particular imponen a las escuelas y a los maestros el deber de mantenerse a la altura de estas transformaciones. El maestro puede estar seguro de que está permanentemente al día en su información sobre los progresos de la educación, si asiste a cursos, lee las revistas y libros especializados. VIVIR UNA VIDA EQUILIBRADA CONOCIMIENTO DE LA COMUNIDAD Mediante la observación personal de la comunidad, puede aumentar su capacidad de apreciación, en cuanto a problemas encarados por las familias de la zona. Una parte de la información que necesita puede revelarse en visitas que haga a los hogares de sus alumnos. La maestra que esté empleada lejos de su ciudad natal, no será aceptada ante las costumbres y pretende trastocar las tradiciones. Toda comunidad tiene algo constructivo en lo que lleva hecho, y donde la maestra puede prestar apoyo. SENTIRSE BIEN La buena salud es tan necesaria para la maestra como para los alumnos. Una maestra que no se siente bien no puede menos que realizar una mediocre tarea. Es responsabilidad suya conservarse físicamente apta. El médico por sí solo no puede hacer mucho por la maestra, quien necesita practicar diarios hábitos saludables. Su vida debe ser un equilibrio de trabajo y distensión. LLEVAR UNA VIDA NORMAL EN LA COMUNIDAD La maestra de jardín de infantes debe ser capaz de llevar una vida normal en la población donde ejerce su enseñanza. Dentro o fuera de la escuela debe poner buen gusto en lo que haga. Generalmente la gente común respeta muchos en esas poblaciones a los maestros. Cuando un maestro se conduce de manera que despierte la desaprobación de la comunidad, está contribuyendo a rebajar en el pueblo donde él habite, la reputación de los educadores en general. Los niños también tienen la vista puesta en sus maestros. Un cigarrillo o un vaso de vino en casa de amigos, será mejor visto que en un lugar público. La cuestión de la ropa es de importancia para la maestra. LA PERSONALIDAD ¿Cuáles son las cualidades características de una buena maestra de jardín de infantes? Lo más importante de todo, debe tener amor y comprensión para los chiquitos. Muy cerca en el orden, sigue el entusiasmo por la enseñanza en el jardín de infantes. También debe ser capaz la muestra de paciencia y autodominio. Le son indispensables una exuberante buena salud, una apariencia límpida y atrayente y sentido del humor. Así hallara la satisfacción de la labor bien cumplida. Otros rasgos deseables de carácter en la maestra de jardín de infantes son una voz agradable, una chispa de luz en los ojos y la aptitud de sentirse dichosa entre los niños. UN SILENTE DESPLAZAMIENTO Se piensa a menudo que la docencia no es verdaderamente una profesión como las demás, sino una simple ocupación para la que basta buna voluntad, sentido común, saber dos o tres cosas, y ya. Es decir, que, junto a la exigente profesionalización del docente, existe un permanente intento de desprofesionalización. Una de las grandes glorias que ha tenido la educación estos dos últimos siglos, es el haber sido la catapulta de la mujer en el ámbito profesional. Se puede decir que el magisterio ha sido su plataforma de lanzamiento en la profesión y que ha sido una de las grandes riquezas de este último siglo. Habría que preguntar: ¿puede ser bueno para la educación cuando hay de por sí una falta endémica de la presencia del hombre en el hogar? Porque ahora el hombre no está en casa, no existe el hombre en el hogar, así se interpreta cuando se dice que aumentan las familias monoparentales, es decir, familias que cuentan sólo con mamá. EL CLIMA QUE VIENE Las mujeres están presentes en ambientes sociales que antes no eran reconocidos o no se querían reconocer como espacios adecuados para su presencia. Pienso que la sociedad ha dado un gran paso al ya no considerar a la mujer como aquella abnegada y resignada ocupar o desempañar actividades que, según la tradición, eran propias de su género. En la actualidad la mujer encuentra una mayor apertura de espacios donde desenvolverse, pero falta aún más por hacer. Como es el caso del ambiente educativo, la mujer que se desenvuelve en el terreno áulico, por lo regular presenta pocas posibilidades de movilidad social, la mayor concentración de profesoras está en niveles de preescolar y primaria, en niveles posteriores, desciende su presencia. Los niveles más renumerados los tienen los hombres, lo que indica que ellas están en una escala salarial inferior. El oficio docente no presenta sexo de antemano. Además, se debe reestructurar la relación de género y desigualdad que impera en la sociedad para poder llegar a la imparcialidad. LA PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN EL MAGISTERIO Abordar una temática como la participación de la mujer en el mercado de trabajo educativo, abre sin duda alguna, un campo de amplios debates y problemas derivados de la perspectiva de género en una base ideológica de producción y reproducción, en la que los hombres “son trabajadores” y las mujeres “son madres”, aunque en la actualidad la frontera entre ambos está cambiando. El papel genérico que ha jugado la mujer a lo largo del tiempo dentro de la familia y la sociedad ha sido subordinado frente a la producción, ya que su papel “típico” es el de ama de casa, servir a sus “superiores” y reina sobre sus “inferiores”. Esta vaga e inexplicable idea social que se tiene de la madre-maestra, sobre todo en el nivel preescolar, que se ha caracterizado por dar amor, cuidado y protección al otro, ha propiciado sin duda alguna que se dé origen a una disminución del valor social de su profesión. Creo que lo que socialmente se desconoce tanto en la feminización del magisterio, como en las empleadas bancarias, enfermeras y trabajadoras sociales, que en efecto son profesiones que se piensan propias de la mujer en el mercado laboral, es la paciencia y resistencia pragmática con la que se desarrollan sus prácticas, debida a que están determinadas por las condiciones socioeconómicas de un neoliberalismo, que todo lo permea y no por su formación profesional, experiencia, capacitación y género que pone en evidencia las relaciones específicas, de orden cualitativo o cuantitativo, entre educación y experiencia, como los niveles de ingreso y ocupación, y, por supuesto, las razones de la discriminación del trabajo femenino. Actualmente la participación de la mujer en el magisterio no ha cambiado mucho con el tiempo; y con ello, los problemas derivados de una perspectiva de género en los procesos económicos y productivos de ubicar a las profesoras en el lugar que social y profesionalmente les corresponde. ESCUELA NORMAL DE LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR “BERTHA VON GLUMER Y LEYVA”