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Fritz Thomas Una Tradicién “he eiencia munca te dice a un hombre eéno debe acti: solemente muestra como am hombre debe actuar si quiere aleanzar dex serminados fines —Lucwig von Mises Ja Escuela Austriaca de pensamiento econdmico cumplid ya ciento aeinia y dos aies, si se considera su fundacion, como se reconoce, sl momento de la pu- blieacién de Prineipias de Economia Pox fitiea de Carl Menger en 1871, En esta obra Menger encamina la investigacion tedriea de la cieneia evondmica desde una perspectiva distintiva y presenta a mena de ideas novedosas y finde los cimientos y dibuja los trazos pata le edilicaciGn de toda una tradieién intelectual, Menger, en Ausiria, con cl inglés Stanley Jevons y Leon Walmas en en forma independiente pero casi simmultanea, fiteron Los protagonistas de lo que s¢ conoce como la revolucion margi- nalista, que sacudid el paradigms de la investigacion tedricn en Ia cieneia eco. némica on el tiltimo evarto del Siglo NIN. E] aspecto mis reconoeido de estos tres cicntificos es la introduceion, entre 187] y 1874, del prineipio de la utilidad margi= értiles, que Fiitz Thomas, Licenciado en Economia por la Universidad Francisco Marroquin (1982), es actualmente catedratica en su alma mater. El presente articulo recoge el texto de su ‘Leccién Inaugural’, impartida el 12 de enero, 2004 Laissez-Faire 8 nal decreciente como instrumento con- ceptial para entender la naturaleza de la demanda y sentat las bases de una teoria del intereambio. Esto permitié eruzar grandes laganas de inconsistencia que aquejaban a In teoria econdmica, dando paso a tuna teoria del valor que rendria a desplazar la teoria clasica de Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill y Karl Marx, Dotaron a la ciencia econd- imiea (y de paso a ottas cieticias sociales) de herramientas conceptuates y analitieas aque permanecen incrustadas en la meco- dologia. En cealidad la obra de estos tres peusadores, coautores inadvertidos de un mismo principio y secuelas logicas deri- vadas de él, puede considerarse mas una insinrecei6a que una revolucién, ya que toms dos generaciones para que encon= frara su lugar como el enfoque dominante para abordar Ia teoria De esta insurtecci6n convertida en re: volucién marginatisia se desprenden va ras familias y corrientes de pensamiento eeondmico. agrupadas en un sentido muy amplio como neoclisicas, Un recuento breve © inexacto incluye la Escuela Wake rasiana de efimera permanencia: la ES cuola Paretiana surgida en Italia con gran penetracién ea Franeia, en el London Schoo! of Economies y en las Universi- Fir The Neoelassicals, disponible cepa.nenseliooL edi het oun, p. 2. aparvee el térming "Ni Insurrection’ cen itp racine valist dades de Chicago y Harvard; Marshall y la Escuela de Cambridge; Keynes; la Es- cuela de Chicago y el Monetarismo, De Carl Menger directamento, dovie~ ne la Escuela Austriaca, bautizada como tal en forma peyorativa por sus oposito- tes, en el curso del Methodenstreit, 0 dis~ puta sobre método, una batalla intelectual de caricter intenso entre el fundador y sus seguidores, y Gustav Schmoller y los historicistas alemanes. De las familias de escuclas que flore- cieron de la revolucién marginalista en los iltimos eiento treinta y dos afios, que- «da poco que pueda decirse mantenga rela~ tivamente intacto el cuerpo de ideas de dos de sus iniciadores, Jevons y Walras, que no sea el asalto de la teoria econdmi- ‘ca por parte de la matematica y el equili- brio modelado, potenciado en las ultimas generaciones por la tecnologia computa~ cional. La Escucla Austriaca en cambio, mantiene en gran medida el método, principios y caricter original de su fun- dador. Friedrich Hayek dice de la Escuela Austriaca que “sus ideas findameniales pertenecen de leno y por completo a Carl Menger”. Sir John Hicks, inventor de las curvas de indiferencia y gran neo- cldsico arrepentido, fue mis lejos al decir “no cedo a nadie el honor que le day a Menger”? 2p. A. Hayek, “Carl Menger (1840-1921)”, en The Collected Works of F. A. Hayek, vol. IV: The Fortunes of Liberalism: Essays on Austrian Economics and the Ideal of Free dom, ed, Peter G. Klein (Chicsgo: University of Chicago Press, 1992), p.62 (traduccién del autor ‘TR. Hicks y W. Weber, Carl Menger and the Austrian School of Economies (Oxtord: Clarendon Press, 1973), traduccién del autor. El legado de Menger parte de una re~ construccién de la teoria econdmica, par- ticularmente de su metodotogia y objeto dc investigacién. Menger abordé la teoria desde una perspectiva esencialista. Al investigar sobre la esencia de relaciones econémicas, Menger buscaba las caracte- ristices necesarias de esas relaciones, aquellas cualidades que deben estar pre~ sentes por la naturaleza de ta relacién. Visvalizaba la teoria econémica como llamada a descubrir lo que Iamaba leyes “exactas” que gobieman los fendmenos econémicos, no en el sentido de precision de cdloulo, sino leyes que existen necesa- riamente por la naturaleza esencial de los elementos en juego. Para Menger, la es- tuctura esencial del mundo econbmico esti determinada por ta naturaleza del mundo fisico que impone la escasez de recursos naturales, junto con la naturaleza humana imbuida del deseo de una mayor satisfaccion de sus deseos. Llevé a otro plano la intuicién de Say, no de acumudar datos, sino de elucidar hechos universa~ Jes Aunque no le llamé asi, Menger em- pled el enfoque prexeoldgico como mé- todo tebrico de investigacion, ya no una ciencia basada en relaciones mecanicistas entre cosas fisicas, sino una basada en entender cémo actiia el hombre en rela- cién con el mundo fisico. Menger se vali del individualismo, subjetivismo y singu- larismo metodolbgicos, pata desarrollar novedosos enfoques sobre Ia naturaleza de los bienes, el valor, el intercambio, los ios, el dinero, la produccién, la em- presarialidad y muchos ottos temas. En su trabajo estén las semillas de muchos conceptos que se desarrollarfan mis ade- lante para convertirse en ejes centrales de la teorta. Con Ia perspectiva de la historia es di- ficil determinar qué es lo mas importante de la herencia y legado de Menger. Pu- diera ser lo que buseé, encontré y explicd Laissez Fai on el curso de su. construccién conceptual de temas especificos. O quizis la historia dirla que més importante que lo que en- contré, es cémo lo encontrd, sus métodos y herramientas anatiticas. Incluso podria afirmarse que lo mis trascendente de su ‘obra son enfoques novedosos menos evi- dentes, no formulados directamente pero implicitos, como la eficacia causal del tiempo, o el concepto del orden esponti- neo como mecanismo evolutive de co- operacién social a partir de su teoria del origen del dinero. Lo que Ia historia no puede negar, a juzgar por la permanencia de sus ideas, es que lo esencial de su sa~ ber y su cémo saber marcaron caminos que Hlegan con vigencia clara al presente Hay muchas figuras y autores impor- tantes en el desarrollo de la Escuela Aus triaca, una lista muy larga de enumerar aqui. La columna vertebral de su cuerpo teérico, con gran abuso de omisién, pue- de identificarse en el trabajo de cinco personas. Al fundador Cat! Menger si guen Friedrich Wieser y Eugen von Bohm-Bawerk que acogieron su metodo- logia y enfoque, y desarrollaron sus te- mas centrales. Wieser elabor6 y amplié la tcoria de la imputacién en la produccion, 1 costo alterno 0 de oportunidad, y fue quien acuié ef término “utilidad mergi- nal", hoy mote de rigor en el andlisis econmico. Bohm-Bawerk fue un inves- tigador muy fecundo en cuya obra sobre- sale una distintiva teoria de capital ¢ inte- rés en una estructura inter-temporal. So- bre esto, uno de sus mas destacados pupi- los diria, “nadie podria Hamarse econo- mista sin estar perfeotamente familiariza- do con Capital e Interés [de Bohm- Bawerk], y nadie que tomara en serio sus, responsabilidades civicas como ciudada- no debiera ejercer su derecho a votar sin antes haberlo leido”.* “Roger Garrison, Biography of Eugen von Wieser y Bolum-Bawerk fueron cole- as, cuiiados y colaboradores, profesores en varias universidades en lo que fue el Imperio Austro-hiimgaro y en sus vidas Gej6 de serlo después de la Gran Guerra, Ejercieron una fuerte influencia sobre toda una goneracién de investigadores, en especial sobre Ludwig von Mises, quien fue su alumno y participé en sus semina~ ios. No es posible sobreestimar la con- tribucién de Mises al cuerpo de la Escue- a Austriaca, Reconstituyé la teoria en su epistemologia y metodologia, acoplando sus diversos tramos en un todo consisten- te en el marco adhesivo de una teoria goneral de la accién humana, Expandié as fronteras de la comprensién de los grandes temas del proceso de mercado, especialmente la teoria monetaria y el ciclo econémico, y acomode la relacion y lugar de la ciencia econémica con resp: toa Ia ciencia en general y las ciei sociales en particular. Mises pensaba que “La economia trata de los problemas fur- damentales de la sociedad; concierne a cada uno y le pertencce a todos. Es el principal y propio estudio de cada ciuda- dano” > Friedrich von Hayek fue alumno de Wieser y de Mises, participé on sus semi- narios y colabord de cerca en temas de investigacién con ambos. La contribucién de Hayek se para hombro con hombro con las de Mises y el propio Menger, con su tratamiento de la economia como un problema de coordinacién, el sistema de precios como una red de comunicacién, y su elaboracién en teoria monetaria, pre~ cios y produceién, el ciclo y el orden es- pontinco. Hayck hizo magnificas incur- siones en el pensamiento de le filosofia, Bohm-Bawerk, p. 2 (disponible en www.mis es.org). SWho is Ludwig von Mises? (on www.mices. org, 1) Laissez-Faire 10 €l derecho y las ciencias politicas en un vasto tejido de investigacién sobre la orgenizacién de la sociedad y la libertad humana, Deir que uno fue maestro del otro al hablar de personas de tres 0 cuatro gene- raciones diferentes parece una secuencia casi automética. En este caso no es lo que se entenderia hoy por “haber recibido una clase con el maestro”. Se trata de una relacién profunda de intercambio, re- flexién, investigacién y debate de ideas, libros, ensayos que produce una evelu- cién exponencial del conocimiento y ‘comprensidn en el paso de unos a otros. Estos grandes pensadores fueron tam- bign grandes guereros intelectuales que sometieron su arsenal cognitive en la arena de las ideas al mas alto nivel. Un clemenio importante cn la evolucién te6- rica de la Escuela Austriaca y especial- mente en su capacidad de mantener su identificacién como tal, ha sido la activa provocacién y participacién de algunas de sus principales figuras en épicos y prolongades debates intelectuales sobre temas centrales de Ia ciencia econémica. Quizas de ellos los mis importantes, o las, mas conocidos, son tres. El Methodenstreit ya mencionado, iniciado por Menger con Ia publicacién de Investigacion sobre el Método en tas Ciencias Sociales, con Atencién a ta Economia Politica, en 1883, doce aos después de su insurreceién marginalista, en contra del método histérico y la visién historicista de fuerte arraigo en la acade~ mia, que enmarcaba la economfa politica como una disciplina dedicada al estudio del desarrollo econdmico de colectivos nacionales. Por esta época empezaba a tomar forma la Escuela Austriaca alrede- dor de Menger, Bohm-Bawerk, Phillip- povich y otros, y se dieron boleas litera rias y verbales esporadicas entre investi- gadlores y académicos de las dos escuelas. Asi, de una discusién entre Menger y Schmoller sobre la motodologfa, natura- lezay aleances de las ciencias sociales en ‘general y la Economia Politica en particu- lar, e! debate se intensifica en escaramu- zas intermitentes dentro de une contienda general entre las oscuclas Austriaca e Histérica®, algunas notables como la de Bohm-Bawerk contra Hilferding y otros marxistas. Como sefiala Samuel Bostaph, “el Methodensireit fue de hecho una re- presentacién en la superficie de Ia peren- ne y fundamental oposicién entre cimien- tos epistemolégicos rivales de dos ten- dencias metodolégicas bisivas, la histori- ca-empirica y la abstracta-tedrica”,’ Lo que Barry Smith identifica en Ia historia de la ciencia de manera muy amplia co- mo les dos grandes y diferentes aproxi~ maciones a la metodologia, cl enfoque de tipo galileano y el de tipo aristotélico.® En orden cronolégico sigue el lama- do Debate Sobre el Cilculo Econémico, iniciado por Miscs en 1920 en un ensayo afirmando que una economia socialisia sin propicdad privada no es capaz de ge- nerar precios que reflejen racionalmente la escasez relativa de factores 0 determi- nar qué bienes y servicios producir. Los precios son razones de intercambio de valor, necesarios para que las. personas puedan evaluar el valor relativo de alter- nativas, efectuar el célculo econmico que todas las personas realizan a diatio al “samuel Bostaph, “The Methodenstreit”, en ‘The Elgar Companion to Austrian Eeouom- ies, Peter J. Boettke, ed. (Northampton: Ed- ‘ward Elgar Publishing, 1994), p. 460. ibid, “Barry Smith, “Aristotclianism, Apriorism, Escentialism”, en The Flgar Companion io Austrian Economies, p. 33 Laissez-Faire 11 comprar, vender, producir, ahorrar, traba- jar, estudiar, vigjar. El marxismo, en su vision del cosmos econémico regido por el antagonismo de clases y el determi nismo histérico, no presté mayor atencién a problemas propiamente econdmicos. Pensaban que con Ia eliminacién de la propiedad privada y su manera de organi- zat la sociedad, desapareceria la escasez y surgiria un hombre nuevo. En sintesis, Mises sostenia que el céleulo econémico no es posible en una economia socialista, y de ahi el nombre del debate, De un lado de este estuvieron Mises y otros econo mistas de la tradicién austriaca, especial- mente Hayek, quien se sumé a principio de los 30 enfocando la dicotomia entre la planificacién central y el proceso de met- cado desde la perspectiva de los proble- mas del conocimiento, informacién incentivos, Del otro Ido, un amplio geu- po de economistas neoclasicas, escépti- cos de la eficacia social de 1a economia abierta, descosos de encontrar métodos de planificacién central que duplicaran su eficiencia. Enire ellos H. Dickinson, Maurice Dobb, Abba Lemer y Oskar Lange, quien propuso un complejo mode- lo matemitico de prueba y error basado en encuestas para establecer procios. Hacia el final, en alguna medida los ar- ‘gumentos de la planificacién central bus- caban formas de poder “simular” precios de mercado sin condiciones de mercado. Este debate duré veinte afios. Pasadas las décadas, hacia el final del siglo XX, la historia se encargé de confirmar empiri- camente a los austriacos, pero en algunos aspectos el debate continiia hoy.” La tercera disputa a mencionar se conoce como el Debate Maco Hayek-Keynes. Hayek lo inicia con la publicacion de "véase Karen I. Vaughn, “The Socialist Cal- culation Debate”, en The Elgar Companion ‘0 Austrian Beonomics, pp. 478-84, “Reflexiones Sobre le Teoria Pura dol Dinero del Sr. J. M. Keynes”, en 1931 Esto ocasion6 respuesia de Keynes, con- tra-respuesta de Hayek y una serie de publicaciones respondiendo uno a otro. William Butos interpreta que “ambos ‘rataban temas centrales a la teoria del ciclo econémico, ambos afirmaban cons- ttuir sobre fundamentos wicksellianos, y ambos arribaron a conclusiones marca- damente diferentes”.'° Hayek y Keynes condujeron su debate en el campo de la teoria monetaria a un nivel altamente absttecio y tcérico, ditigido al gremio, “pero en el fondo ora una discusién sobre las propiedades coordinadoras y capaci- dades de ‘anto-ajuste’ de Ia economia de mercado, Durante la década de los 30, los, economistas se sentian obligades a deci- dir quién tenia raz6n, Hicks relata que fue ‘para todos 1m gran drama”.'' ‘Muchos asuntos tratados en estos y tantos otros debates no mencionados con- tiniian en discusién. No son concursos de ideas con un jurado que decida oportu- namente quién fue el ganador, con un marcador anotando los puntos logrados Por unos y ottos. Son prolongedos proce- sos de discusién plasmada en libros, en- sayos, presentaciones y coloquios, entre académicos e investigadores. donde los temas lejos de asentarse se expanden y ramifican. Gestas no de opinién, sino de razén y demostracién. Los argumentos deben Soportar las mis rudas criticas ra- cionales. Estos y otros debates Ilevaron a sucesivas generaciones de investigadores y pensadores de inclinacién austriaca a Henar y ampliar sus horizontes de inves- tigacién, en un continuo esculpir y pulir competitivo. Refiriéndose a uno de ellos, !yvittiam Butos, “The Hayek-Keynes Macro Debate”, en The Elgar Companion to Aus- trtan Economies, p. 411, "ia, Laissez-Faire 12 Karen Vaughn recuenta cémo la econo- mia ausiriaca suftié una transformacién que eventualmente redefinié su significa- doy contribucién a la ciencia econdmi- ca” En estos escenarivs actian otros mu- chos investigadores y es necesario men- cionar tan solo algunos, como Metaja, Gross, Sax, von Komorzynski, Mayer, Meyer y Phillipovich de la segunda gene- raci6n; Fettor y los esposos Lutz de la tercera, De los participantes en el privat- seminar de Mises en Viena entre 1920 y 1934. destacan figuras como Haberler, Kauffman, Morgenstem y Strigl Mises emigra de Austtia a Ginebra y luego a Nueva York, donde conduce su privat- seminar de 1948 2 1969 y se forman Lachmann, Kirzner, Rothbard, Sennholz Y ol10s, una cuarta generacién que seria la base de un tenacimiento de la Escucla Austriaca en el continonte americano. Hayek emigré también, primero al Lon- don School of Economics, atraido por Lionel Robbins, y luego a 1a Universidad de Chicago, irradiando cl renacimiento de Is escuela en ambos continentes. Hoy hay una Hamada quinta generacién en el tra- bajo de Rizzo, Boettke, Salemo, Barry, Salin, Garrison, Selgin, White y Huerta de Soto, para mencionar algunos. La Escuela Austriaca no es una ideo- logia, un lugar, un gremio w organizacién, No queda en Austria, Es una tradicion ciontifica y humanista, entendida esta como la investigacién y refloxién siste- matica sobre la esencia y naturaleza del hombre y de la realidad que enfienta, Ha producido y contintia produciendo un cuerpo de conocimiento que permanece y se reproduce en libros, textos y dispositi- vos electrénicos, y especialmente en las mentes de personas y en la comunicacion Vaughn, op. cit, p. 478. entre ellas, donde trabaja, descartando, agregando y evolucionando. No se repro- duce de manera discreta de una genera~ cién a otra, sino enriquecido en un conti- muis de tiempo dindmico bergsoniano entre personas Para los estudiosos de la materia, hay algunos rasgos caracteristicos de tipo metodolégico y conceptual que tipifican el pensamiento austriaco y lo distinguen de otras comtientes. Mas alld de todo el mosaico tedrico y técnica, en todo el an- damiaje de esta tradicién subyace como fin y principio la libertad individual. La pregunta es: {Como y por qué acta el hombre, y qué resulta de la cooperacién pacifica cuando los hombres actian por su propia voluntad y no se les obliga a hacerlo de otra forma? La consiruccién es sobre la base de una ética liberal. En pa~ labras de Frank Knight, no precisamente tun austriaco, pero quizés si un primo on segundo grado, refiriéndose al principio socio-ético esencial del liberalismo: “To- das las relaciones entre los hombres de- Dieran idealmente descansar sobre el libre ¥y mutuo consentimiento, y no en la coer- ‘én, ya sea de parte de ottos individuos 0 de la sociedad organizada politicamente en el estado”. Esia es Ja base de una sociedad libre, Su equivalente tropical se encuentra on las palabras de Benito Jus- rez: el respeio al derecho ajeno es la paz. Este breve recuento de algunos aspec- tos relevantes @ la Escuela Austriaca no pretende de ninguna manera agregar algo ala literatura sobre su historia y peca de selectividad arbitraria de personas y eventos. Es un intento de presentarla, © ilustrar_cémo el concurso de personas dedicadas a las ideas produce un capital intelectual, una tradicién © corriente de “Frank Knight, “The Ethies of Liberalisin”, Economica, N.., vol. 6 (1939), pp. 1-29. Laissez-Faire 13 pensamiento y eémo el debate constante y perseverante fortalece aquello que per- manece. En este caso permanece porque mucha de su teoria, nacida y nuttida con- tra la corriente, se encuentra hoy firme- mente incorporada a la corriente general Y porque continia viva, vigente e inquieta en académices, investigadores y estudian- tes. Todos somos estudiantes, tan solo por set lo que somos. EI tiempo o implica Dicho de otra forma, no es posible el pa- so del tiempo sin aprender. La pregunta es: {qué estudiamos y qué aprendernos? La Universidad Francisco Marroquin en Guatemala se fuind6 en 1971. El obli- gado corolario es que la Universidad se fundé en el centenario de la publicacién de Prineipios de Economia Politiea de Carl Menger. Parece no haber sido pro- cucto de intencionalidad conmemorativa, sino una coincidencia métrica. Un observador independiente pero conocedor del tema, podria deducir que la Universidad Francisco Macroquin pose Jo que en forma suelta pucda lamarse un “temperamento austriaco”. Su indole, temple, énimo, genio, brio y ardor. Podria deducirlo de la Biblioteca Ludwig von Mises, el Auditorio Friedrich A. Hayek y el Ceniro Henry Hazlitt, asi como las pinturas, retratos y bustos de ellos y otros, economistas austriacos que adornan el bello campus situado en el bosque. Lo confirmarfa con tos nombres de destaca- dos autores y profesores de Ia tradicién que han agraciado sus aulas, podios y debates. Su deduccién se tornaria apodic- tica al leer los nombres de cursos que aparecen en los programas académicos, Praxeologia, Filosofia Econdmica de Mises y Filasofia Social de Hayek, y sus bibliografias, El temporamento austriaco le viene a Ja Marroquin de dos afluyentes, Manuel Ayau y el grupo del Centro de Estudios Econémico-Soviales (CEES), y Joseph Keckeissen, Cuando se leen las memorias de Ma- nuel Ayau (Muso) sobre la fundacién de la Universidad,"* su relato parece dejar entrever como natural y légica Ia gravita- cién del CEES, un grupo de individuos preocupados y motivados por estudiar y difundir los principios éticos, econémicos yy juridicos de una sociedad libre, hacia el pensamiento, los personajes y les orgeni- zaciones en tomo a, 0 tocades por, Ia Es- cuela Austriaca.'* Una interpretacién sin- tética podria ser: la preocupacién por los problemas sociales y cconémicos del pais, les conduce a estudiar y conocer los prin- cipios y bondades de una sociedad de individuos libres y responsables, y en- ‘cuentran por ese camino la tradicién que mejor lo explica.'® Segiin cuenta Muso, en 1959 “deseubrieron” cl Foundation for Economic Education (FEE); poco mis tarde é] y Ulysses Dent fueron a uno de ‘sus seminarios, y se sintieron “en casa”. Ludwig von Mises visits Guatemala en noviembre de 1964, acompafiado de su esposa Margit y de Hans Sennholz y su esposa Mary, invitados por el CEES a dictar una serie de conferencias on un seminario de tres dias. Casi cuatro déca- das mis tarde, hace poco, le tomé a Daisy “Manuel Francisco Ayan Cordéa, Mis Me- mortas y Mis Comentarios Sobre la Funda- cidn de la Universidad Francisco Marroguin y_ sus Antecedenies (Guatemala: Faitorial UFM, 1992). Los nombres de esios individuos los pro- porciona Ayan, ‘S{nterpretacion arbitraria del autor, no expli- cita de Ayau. Laissez-Faire 14 de Prentice, quien atendid a Mises y Sennholz en 1964, menos de un minuto localizar en los archivos del CEES la vieja carpeta de documentos originales de este seminario. En el temario del progra- ma aparece que las presentaciones de Mises versaron sobre Economia de Mer- cado, ¢Prevalecerd la Economia de Mer: cado? y FI Tercer Sistema, las de Senn- holz sobre La Funcién y Formacion de los Precias, y Principios det Desarrollo Econémico. La contribucién por admi- sién al seminario, en 1964, fue de QS0, que para dimensionarlo adecuadamente, equivale aproximadamente a Q1,800 de hoy. La lista de asistentes participantes incluye por supuesto buena parte del gru- po del CEES, y también nombres de al- ‘gunas personas que mas tarde fignraron en la vida politica y esferas estatales de Guatemala, y evidentemente no aprendie- ron mayor cosa en el seminario. Para el destino de la Marroquin, los que tenian ‘que aprender, aptendieron. Mis alla del sominario que impartié Mises, para el futuro de la Marroquin seguramente fue valioso el tiempo extra- aula, El apetito intelectual de Muso y algunos de sus companeros combinado con cl caudal y vigor mental de Mises, solo podria prodacir interminables horas de discusién, sin tregua, salpicado todo con chispa y humor, 0 quiz4s mas con ironia en el caso de Mises. La esposa de Mises, Margit, cuenta sobre esta visita a Guatemala en 1964 en su libro de memo- ras Lu [ast Hamaba ella a Mises} y Sennholz dieron ccitedras en una con- ferencia en Guatemala, Ayau, algunos aitas antes habia empezado a introdu- cir al piiblico los escritos de Lu y los de otros libertarios "Margit von Mises, My Veurs With Ludwig Margit narra también sobre su viaje a Guatemals en 1975, cuando fue invitada a Ja primera graduacién de la Marroquin para develar e] busto de Mises en Ia bi- blioteca que Heva su nombre: Ayau considera la tarea de su vida ef educar a su pais sobre la economia de una sociedad libre, y persigue su meta con celo y paciencia ineesantes, La biblioteca de a Universidad teva et nombre de Lu, y algunos de tos profe- sores fueron sus alunos. Como dijo Henry Adams, “Un maestro afeeta la eternidad, nunca se puede saber en ddnde se detiene su influencia®."* Friedrich von Hayek estayo en Guetera- la por primera vez en Abril de 1965, invi tado por el CEES. El era entonces Rector de la Universidad de Freiburg, tras. su Targa carrera en el London School of Economics y la Universidad de Chicago, y vino a Guatemala a dictar conferencias 0 el Auditorio Cruz Azul de la Zona 1 durante cuatro dias, sobre el tema Fur- damentos Eticos y Politicos de ta Econo- mia. Solo puede pensarse que este semi- nario tuvo éxito e impacto, ya que Hayek vino nuevamente 2 Guatemala en Di- ciembre de 1968 para otro seminario del CEES, a dictar conferencias sobre Za Ley y el Orden y El Orden Politico de una Sociedad Libre Al examina los progra- mas de estos seminarios en los archivos de Daisy, no queda claro por qué el de Mises tuvo un precio de Q.50 (Q.1,800 de hoy), y el de Hayek Q.25 (Q.900), pero parece razonable que haya sido porque la de Mises incluyé a Sennholz y duré cua- tro dias, mientras en el ot10 caso fue solo Hayck, por tres dias, von Mises (Cedar Falls: Center for Futures Edueation, 2" Ed., 1984), p. 164 (traduccién del autor). "ibid. (€nfasis del autor). Laissez-Faire 15 Hayek recibié el premio Nobel de Economia en 1974, y en 1977 viajé por tercera vez a Guatemala para recibir un Doctorado Honorifico en Ciencias Socia- les de la Universidad Francisco Marro- quin, Estaba en casa, El linaje liberal salta con clarided de los archivos de Daisy, con nombres de destacadas figuras austriacas (y no nece- sariamente austriacas también) dando conferencias en seminarios organizados por cl CEES y en correspondencia, folle- tos y libros, aftos antes del alumbramien- to de Ia Msrroquin. Israel Kirzner en 1966 sobre Teoria del Mercado y El Sis- tema de Precios, Hemy Hazalit, Dean Russel y ottos. Orgenizaciones como la Sociedad Mont Pélerin, Liberty Fund, Foundation for Economic Education, y el Institute for Feonomic Affairs figuran prominentemente Los detalles son hoy momorias y anéedotas de los actores—y aqui faltan muchos nombres, actos y eventos—pero es claro para el observador documental que en el CEES se nutrié, formé y cultivd tun temporamento austriaco durante més de una década antes del nacimiento de la Universidad." B1 inicio de la Universidad esth marcado por este temperamento. ‘Muso, de profesién ingeniero, por voca- cién empresario, filésofo, humanista, investigador, sofiador autodidacta, ensefié a [a primera promocion de estudiantes, como primer profesor de Postulados Eco- némicos Fundamentales. Hizo lo que hhace un buen maestro: despertar asombro y dotar de comprensién. Le seguirian otros, algunos muy especiales. Joseph Keckeissen (Joc) arribé a Gue- temala a inicios de la década de los seten- "Bs claro que la Universidad fue promovida por el grupo del CEES. ta. Oriundo de Brooklyn, realizé la maes- ‘ria en administracién en la Universidad de Columbia, fue ejecutivo en una gran corporacién petrolera y obtuvo su docto- do en Now York University. Joe estuvo seis afios en el seminario de Ludwig von Mises en NYU y vino a parar a la Marro- quin en Guatemala.” Muso relata que fue Angel Roncero quien llevé a Joe a su oficina,”' feliz co- ineidencia, y el acta de Junta Directiva de la Universidad, de diciembre, 1972, prueba su nombramiento como profesor. En ese enionces Joe no era el tinico que enseflaba economia en la Universidad, pero si era el Unico economista. Fue el inicio de una larga aplicacién de hombro de Joseph Keckeissen a las ruedas de la Marroquin, que sigue empujando, Quienes hayan estudiado en la Facul- tad de Ciencias Econémicas 0 ESEADE cen los iltimos treinta afios, han sido alumnos de Joe, los que estudiaron eco- rnomia, en varias dosis, EI tema puede ser principios, filosofia, historia, finanzas 0 administracién, Joe manticne una pers- pectiva austriaca, En un balance general donde todos buscan indices y razones, Joe ve las estructuras, agentes y procesos misesianos. Cualquier conversacién con Joe lo delata, rezone como un austriaco. "Beitina Bien Greaves menciona como parti- cipantes regulares en el seminario de Mises en NYU, entre otros, a su esposo Percy, Hen- ry Hatt, Joseph Keekeissen, Israel Kirzner, Murray Rothbard, Hans y Mary Sennholz, W. Hutt y Ludwig Lachmann, y como visitantes ppor uno o dos semesires, a Manuel Ayau de Guatemala y Alberto Benegas Lynch, padre e hijo, de Argentina, en Ausirian Economics, ax ‘Anthology, Bettina Bien Greaves, ed. (irvington on Hudson, NY: Foundation for Economic Education, 1996), p. 4 ayau, Memories, p36 Laissez-Faire 16 Siempre que veo a Joe, me deja algo. Luego de no verlo por algin tiempo, 1o encontré leyendo una revista con una gran foto de Mises en la portada sonriente 2 la edad de doce afios, e insistié en obse- quidrmela. Semanas mis tarde en una reunién me comenté emocionado sobre un trabajo de Roger Garrison, oftecié envidrmelo por correo electrénico en los siguientes dias, » cumplid. Hace poco nos cruzamos en un pasillo cuando él salia de clase y tras emitir algunos enunciados sobre qué son y qué no son inversiones capitalizantes, puso en mis manos tres hojas, que presumo eran sus nofas de clase, y que conservo pues resultaron contener una interesante sintesis sobre el tema de sus enunciados. Una conversa- cién de unos minutos con Joe invariable- mente producita algiin principio o axioma sobre determinado tema actual con una interpretacién tan sencilla de las piezas en movimiento que solo pueden provenir de una ejercitada mente aguda en una cabeza aris de un maestro de las ideas, artesano de personas educadas, en este caso alba- fill de las columnas de economia y filoso- fia austriaca incrustadas en Ia tecnologia docente dela Marroquin. El que Joe haya sido nuestro maestro, nos concede un canal histérico, un vincu- lo directo hacia atris. El maestro de mucs- tro maestro fe Mises, y los de 61 fueron Bohm-Bawerk y Wieser, y ellos tres de Hayek, quienes con Ia ayuda de otros exploraron y poblaron las estrellas de la cosmologia racional descrita por Menger. No deben asuistarse Ios aqui presentes pensando que se van a Austria Aqui en- contraran el mejor entender y compren- der, sea esto filosofar, disefiar, nutrir, curar, psicoanalizar, legislar, litigar, poli- tizar, administrar, mercadear o financiar. Este es un depositario de conocimiento y comprensién que habita en las mentes de personas, todas con nombre propio, dedi- cadas, mas que a transmnitirlo, a crearlo de nucvo on mentes descosas de enriquever ‘su haber cognitive. El conocimiento del hombre, maravilloso, no puede concebir- se como algo que es consumido, camo el pan y el vino, y por lo tanto no disponible 4 otros. El conocimiento es capitalizado por el hombre y el enriquecimiento en el saber de uno no resta del patrimonio cog- nitivo de otro. Aqui pueden lenarse las alforjas de sustento para la expedicion. Hay una tradicién cientifica y humanista. Mientras unos piensan que las cosas en el mundo se estin acabando, otros se dedican a imaginar, y de alll a reflexio- nar, escribir y discutir sobre cémo el hombre podria terraformar Marte en cus~ trocientos aijos. Literalmente empezar a creat un mundo nuevo, continuar su civi- lizacién con los recursos de ese planeta. Unos piensan sobre cémo el hombre po- dria adaptarse y otros sobre como adaptar ese planeta a las necesidades del hombre. Hoy todavia no piensan en como hacerlo, tan solo en cémo empezar a pensar qué preguntas hay que hacerse para penser en hacerlo. EI primer vuelo mecénico impulsado por un motor de combustién transportan- do a un hombre se realizé por los herma- nos Wright el 17 de diciembre de 1903, en un aparato construido en un taller de bicicletas, Eso fue hace tan solo cien aiios. De alli le tomé al hombre sesenta y cinco afios y ocho meses poner el pie en Ja Luna, Hace dos semanas aterrizé en Marte una computadora multidisciplina- ria empotrada en un vehiculo, envieda por hombres desde la ticrra, desde més de 175 millones de kilémetros, cayendo a menos de cinco kilémetros de su blanco. Sn dos semanas aterrizara otra maquina del hombre, del otro lado de Marte, El portal de le NASA registrd més de 1,250 Laissez-Faire 17 millones de accesos en una semana. Tras solo cien afios de vuelo, hombres estan ‘manejando carritos en Marte a. control remoto desde la Tierra, Les tom6 menos tiempo ponerlos alli de To que Te toms a Magallanes citcunnavegar la tierra a par- tir de la salida de su expedicion en 1519, demostrando empiricamente, finalmente, que la tierra es redonda, Si se piensa on la civilizacién humana y su evolucién en términos de los préxi- mos miles 0 decenas de miles de atios, poblar les cielos es su destino. Este mun- do sencillamente no aleanzard. A menos que encuentre la forma de orradicar sus dos grandes preocupaciones, Ia escasez Ia inquietud de su espiritu {Duda alguien que el ingenio humano sea capaz de crear sociedades sostenibles en Marte hacia el final de este milenio, abriendo un nuevo mundo de recursos? Del vuelo de Wright a video en vivo des- de Marte a su casa la ruta ha sido por la via de une tradicién cientifica, la cvolu- cién de un capital cognitivo, més que conservado, enriquecido en el paso de unos a otros, corregido por sus aciertos y desaciertos, impulsado por inquietud. La incertidumbre, como el valor, no es un estado del mundo, es un estado mental del hombre En este tiempo global hay una gran preooupacién por los problemas del mun- do, Mucho se habla y escribe sobre las causas de la pobreza. Es una visién equi- vocada. La pobreza no tiene causas, es la condicion natural del hombre. Lo que tione causas os la creacién de riqueza. Esas causas son el norte. La supervivencia de 1a civilizacién humana no serd un problema de recursos, pues aun cuando se discute sobre si el universo ¢s 0 no infinito, cs bastante grande, Como dice Mises: “Los medios no estan dados en el Universo; en este Universo existen solamente cosas. Una cosa se convierte en un medio cuando la 1azén humana planea empleatla para la conseeucién de algin fin y la accién humana realmente lo emplea para ese propésito .... Bienes, productos, riqueza y todas las otras nociones de conducta no son clementos de la naturaleza; son ele- mentos de intencién y conducta huma- na”? En los distantes milenios por ve- nit, la evolucién del hombre y su socie- dad dependerén de su capacidad para encontrar los arreglos institucionales que le permitan coexistir pacificamente y mejor den paso al bienestar y floreci- miento del ingenio humano. Donde las telaciones entre los hombres se basen en cl libre y mutuo consentimiento y prova- lezca la dignidad intrinseca de cada uno. Dependera de sus principios y valores, st disposicién de buscar més allé de lo que ha aprendido y su libertad de hacerlo. Que un grupo de amigos y coleges preocupados por su pais hace mas de cua- renta afios pasaron uno leyendo y disou- tiendo Teorla € Historia, como medio auto-impuesto para educarse y contribuir a la superacién de su comunidad, es més ‘que encontrar a Smith y Say en la biblio- teca de José Cecilio del Valle, porque ellos estaban de moda, Mises no. Que con gran esfuerzo vinioran a Guatemala aten- diendo su llamado Mises, Hayek, Senn- holz, Hazlitt, Kirzner y otros en tiempos que hoy parecen remotos, confirma la trascendencia de las ideas y dibuja e6mo personas armadas de elas Tas logran im- pregnar en el cardcter de una institueién. Fs Ia evidencia de la autenticidad de la Ludwig von Mises, Human Action, A Trea tise on Economics, 34. rev. ed. (Chicago: Henry Regnery Company, 1966), p. 92 (tra dduceién del autor), Laissez-Faire 18 descendencia intelectual de la Universi- dad y a través de ella, de la nuestra, Ya son ciento treinta y dos afios de la partida de la expedicion de Carl Menger, ccien aos de! primer vuelo de los Herma- nos Wright y treinta y dos atios de Uni- versidad Francisco Marroquin. Coinci dencia métrica Cuan profético Henry Adams y certe- ra Margit: El maestro afecta la eterni dad! Laissez-Faire 19

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