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FOLLETO
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pab1icada en la
MADRID
JUEGOS PROHIBIDOS
JL E GUS PROHIBIDOS
FOLLETO
pabiicado ea a
* i .~/ JJ ~ G~i, *
MADRID
- P\r p~,`l
11
i
H;7 JU E GO
.do digo vigente, se amarran • hacen saltar las cartas, como afirma
h ender,~
Colla r -el c‚lebre comentarista Pacheco, que ha oódo decir que se hace
artóculos ~ .
{ se emplea, ni † ningƒn otro en los que : se usa de cualquier en-
o pod
r P1a7, ga‡o de los que la astucia sabe amoldar † la naturaleza especial
uie,ntes :
de los juegos, porque estos tales que asó juegan, si bien deber†n
raudes • ens,
f
per castigados, no deben serlo como jugadores ; pues como dice
p
est‚ or la r ~--l referido autor de la C.e'~1c la chi la Leg islaci,ˆa, ‰cuando la pa-
Ue :;,:
-ru fen y, desa`,,
si•n ciel juego haga del jugador un ladr•n, deber† ser castigado
nunca puedr
i '
coreo ladr•n, pero no como jugador . ˆ
lito, ni Ahora bien : ajustando las palabras de tan eminente publicista
por ]o [ ;
n la sociedad 1, :,,
a tecnicismo de nuestro C•digo, podemos afirmar resueltamente
rnorar al que tales delitos podr†n encajar perfectamente en el tótulo que
'trata de las estafas y otros enga‡os, • acaso mejor equiparar † los
que de tales medios se valen en el juego, con los tomadores, en-
les de Euro, ::1 -
-
--
terradores • con los que se conocen con otros nombres tan dife-
Ldo como debt, :;
rentes como ingeniosos con que los mismos malhechores han de-
1
sanciƒn pro[y ;, . .,,s?-,G-nado † los que con m†s • menos destreza se apoderan fraudu-
dominando enc:i lerntamente de lo ajeno ; pero nunca se podr† para castigar estos
1 (le exponer c actos punibles inventar un delito que carece de las verdaderas
la autoridadsc . condiciones de tal .
1 ó renunciar J , Acaso se dir†, y quiz† con sobrado fundamento, que en los
ncia juró„i „
V ,: j u .egos de envite y azar en que se cruzan crecidas cantidades hay
desprendell c L par, peligro de que se empleen alguno de los medios fraudulen-
.s nac10ne` …ll' tos indicados, y que p r lo regular los c†ndidos subyugados por
(l05, I105~Undu"' a pasi•n del juego suelen ser \'óctirnas de los versados en tafure-
r-s_as, como los ambiciosos vulgares lo son de la sutileza de los to-
ahlecidasporc
Jeyes J I 'I4,
madores • enterradores ; pero adem†s de que no puede sentarse
dl
esta afirmaci•n como principio absoluto, vamos † tratar ahora la
~rilidad i} aL"
cuesti•n s•lo en abstracto, sin perjuicio de que m†s adelante po-
II1U <~
darnos probar tambi‚n que aun para mejor perseguir estos delitos
.ser† conveniente • necesario que los juegos de envite y azar no
ue20s ~' ~, de
uer
tornen parte de nuestro C•digo penal .
1a,11a11 Ja '
roi] - -
Para poder apreciar debidamente si un acto cualquiera cons-
,,iai1 ~'1 tituye • no delito, es necesario fijar previamente la naturaleza de
‚ste y su verdadero concepto, y al hacerlo no aceptaremos la de-
f a0 5 t r 'a` ,
ley, pues adem†s de que ha`- muchos actos prohibidos por el de-
de n1e~
j1L'~ `trVLi'
- 4 -
penal <
entre
a Otr…
tóp
110
"1' :
que Bek
-z que nll tro
's Jue go s
IS , acept•ndolos „nicamente como base moral y fundamento de
a de E 7 ., nuestros actos, pero qued•ndonos tan solo como objetivo de la
cuestiƒn de que tratamos con las relaciones ƒ condicione-t'~ idad que
gel ll ~i s ,1lo
Q~ existe entre los hombres entre s…, fundamento verdadero de los
rlruen eS T
•,G , dos conceptos derecho y deber, complementarios esencialmente
Llstria co
qued~~,
entre s…, hasta el extremo de no poder existir el uno sin el otro .
rr;ri a . -
~i la le ,,
;, Por eso, pues, prescindiendo de la cuestiƒn suscitada por
Jnte cle
la, inirG,, Rossi !‰ )trecho ~~~ ;tzl, torno 1, p• g .
21 S), de si ser…a m•s acepta-
horclue tale,‚ . ble, como definiciƒn del delito, Šlesiƒn de un derecho ƒ quebran-
In sƒ,1 0
del cGn .:.
tamiento ele un deber,‹ pues como el mismo indica son idŒnticas
en el fondo, diferenci•ndose tan solo en que en un caso se con-
lito como lo
sidera el delito subjetiva y en el otro objetivamente, aceptamos
hir
por completo la definiciƒn que de delito da el referido autor, ƒ
sƒlo Considers
„ .,
sea Šla violaciƒn de un deber requ rit~le‹, con sƒlo a•adir • la pa-
si Mell nocr……r
labra violaciƒn la de consciente .
se legisla aCer
Es decir, que para que pueda calificarse de delito un hecho,
de los priii~era es necesario que existan dos entidades : una • quien asista un de-
1heco recho requerible que en el otro ser• deber, y que la primera libre
~tado i, i los ~… y conscientemente lo infrin a . As…, pues, lo han comprendido,
i<<n considersdo ; desde el autor de las Partidas, que en el pre•mbulo de la 7 .a de-
lo as…, gUCC las :, fine el delito : ŠMalos fechos que se tacen • placer de la una parte
)raCtica, † (]q :. .
et • da•o et • deshonra de la otra,‹ hasta Rossi en la definiciƒn
l …a limitorses…=
en que acabamos de ocuparnos .
Tan arraigados se encuentran tales principios en nuestra con-
las c',ern1
,ciencia, que aun admitiendo como r,o podemos henos de admitir
;tin~;uen r Cara
como delitos, ƒ como infracciones de polic…a al menos, los actos
lodCIllos a ~ rrf
contrarios • la moral p„blica, sƒlo rociemos admitir esta doctrina,
, Uesti‡ l CiCCfif
porque tales actos lastiman ƒ pueden lastimar los derechos de un
{~``
tim OS i~oscor tercero, ƒ los de la sociedad, representa ate de los de la colecti-
i"aneC~r, .
le pel- vidad .
ri~andonar
la . Expuesto ya el concepto del delito, como se desprende de la
bgi,elrs~
;C…„n
definiciƒn que del mismo acabamos de (lar, rŒstanos examinar lo
J
1er rl"'` `'
que es el juego, para poder apreciar si reune ƒ no las condiciones
e dar…a
la `l ˆ~ que, seg„n la misma definiciƒn, deben concurrir en todo delito .
l,o ~r,l Ti~ EliueŽo de que tratamos no es otra cosa, • nuestro juicio,
~,aso
que ((la obligaciƒn que un individuo voluntariamente se impune
de entregar • otro una cantidad determinada, si le es contraria
p1."
ito, de 11
Rla
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ór 11e~
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~ .P ~ •~a(lot r~
fuese favorable .ˆ
e~t1t
Difƒcil, … la par que in‰til, serƒa enumerar todas las capricho--- del 1 Cl'
la ' Jot,f'11o
fluir la suerte las m…s veces, ni en estos, por lo menos en algunos Ic~ld,~
el
casos, deja de tener participaci†n la habilidad del jugador, y tan
to es asƒ que bien pudi‚ramos citar consultas de algunas Autori- s er
de
dades de provincias sus superiores jer…rquicos acerca de si de- ~.a,,il1aola
d e (r
,
terminados juegos estaban † no prohibidos por predominar en ue, n1 `1
tan el
ellos la suerte † la fiabilidad del jugadoor . S
0,
per .
to que nunca el derecho penal ha castigado estas extralimi .tacio- „ia de algunas
nes, limit…ndose la ley civil … declararlo pr†digo y privarle de fa_ ::::snide lumbradas
•Es por ventura que la sociedad ejerce una tutela tal sobre, el maneras expue
particular que puede hasta castigarle por el mal uso que haga ‚ ~~ ~Aeclar…ndole p~
conforme ni con los textos legales ni con los principios cientƒficos , declare 1
que los han encarnado, antes bien
vemos todo lo contrario, pues , "ó ener al trat ,
''umento na d a
sujeta
i
tod~i
la
la, c ; ..
ape
actos tanto ‚ m•s inmorales y tanto ‚ m•s perjudiciales al bien-
estar y porvenir de las familias como los juegos de envite y azar .
lJa Cer
~e ;
1 Cp(
n
los lazos de la familia y vilipendiando por lo tanto los m•s sagra-
clad ~.
ciel Jugadr~r
dos deberes de la moral póblica y privada, gasta el capital que
tas d,
alti i , acaso llevara al matrimonio la que sufre el m•s amargo abando-
Ulc(Js acerca no, satisfaciendo el lujo, los caprichos, y hasta el derroche de una
c~,
manceba?
for
r~S pred~m .
Tendr…a, si hab…a de ser l‚gica, que contener y castigar •
otros hombres que, m•s degradados ‚ por lo menos m•s grosera-
lern
'Juega ~~
mente degradados, gastan en crapulosas org…as no solo el dinero,
derecho de pr_
sino tambiƒn y m•s aun la dignidad de hombre, que la rebajan y
Stil
(lue 1n1 Y"I"
la embrutecen con la embriaguez .
Tendr…a tambiƒn que corregir y castigar al fr…volo ciudadano
Imta agUellalie que comprometiese sus capitales en gastos inótiles y supƒrfluos,
ón de su nip. :: producidos y casi justificados por una rid…cula monoman…a .
fl) no es I1eJ" :~" Y tendr…a, en fin, que corregir, acaso con mayor energ…a, la
estas eltralic;i:. tendencia de algunas personas y aun familias, dominadas por la
le `,
ólde ib
~`aveda
de los C…digos que castigan el juego de suerte … azar, toda vez ~`
que no se oculta ni aun al m†s novel j urista la diferencia esen- . o
Bi
t.
) l
cial que existe entre las prohibiciones ciel derecho civil y los ac e ,, ri1lCl
l
1lSt'Ode
tos que por su naturaleza son penables y han venido por lo tanto la
l all' ( 1 eI1
† ser objeto de alguno de los art•culos del C…digo criminal ; y tan- '.st)~
no se e "
to es as• que en ninguna naci…n se castigan los actos que sirven
e.\•
de base … fundamento † la declaraci…n de prodigalidad, si por las uando son
1
Co11Cll'
circunstancias que les acompaƒan no est†n comprendidos en al- ,, 1o la
gón otro de los art•culos de la ley penal ,;,~
clue tanib'
' Si, pues, el jugador al comprometer su dinero en el juego, y ‚ ej einplo,
si se quiere m†s al perderlo, no quebranta ni infringe ningón de- [rolpeS a to(
recho requerible y no comete por lo tanto delito, tampoco lo co- de azar, b
mete cuando la suerte le es favorable y gana el dinero del con- 10 obstante
trario, pues tal lucro procede de un acto ejecutado por dos indi-
le Cada allo
viduos en el pleno ejercicio de sus derechos ; que ni aun inmoral
s
eƒaladas po
ser† mientras no se examine con relaci…n † la fortuna y † las
,;,,no ser•a a
obligaciones sociales del jugador ; por eso se tolera el juego de
suerte v azar cuando se cruzan cantidades insignificantes . "- pr111C11)lo Sel
, :a fija
Y † la verdad que se colocar•an en situacion cr•tica y dif•cil COMO
los partidarios de castigar el juego de azar, si al propio tiempo se :otras ser•a l•c
empeƒasen en sostener los contratos aleatorios cualquiera que bangllero jar
fuese su clase y naturaleza . a. como se le
Adem†s, es principio jur•dico, al menos † nuestro parecer, 10 menos law
que un acto punible por su naturaleza, tiene que serlo siempre, Ao de objetos
cualquiera que sea la extensi…n … magnitud del daƒo causado . En
pudiera gasta
los robos, hurtos, estafas y en cualesquiera otro de los delitos con-
jiA venir de
tra la propiedad lo ser†n siempre por exigua que sea la materia
'~'~~p~promet
hurtada, robada … estafada, sin perjuicio de que sea mayor … me-
:tides ex•gua s
nor la pena aplicable en atenci…n † la cuant•a de la cosa lucrada
rtorlas del j l
y † las circunstancias que acompaƒan † la perpetraci…n del acto
punible . En los delitos contra las personas podr† d†rsele, y as• podr•a me
debe hacer en efecto, un nombre distinto, segón sea mayor … me- :'„r que con
e
nor el daƒo causado, corriendo la escala desde el homicidio has- hmas Punt(
ta las lesiones que se consideran una falta, pero siempre y en to- rantida
(lo caso constituyen un delito tal y corno lo hemos definido, prin- e oonsid e,
cipio que han aceptado todos los C…digos y todos los publicistas ~, dei
~ugador
Medicados † la ciencia del derecho penal, pues la esencia suj etiva :
; habr
i reciando
1G
~er te
azar5 9
a la diferen
o toda r:,
,
le recho cl~,~ c1a e~, del delito es inflexible y de ninguna manera variable en atenciƒn
11 '
tn venido ‚ la cuant„a ƒ gravedad del da†o producido .
`v
10 ` :
di s o cririli ór lo ~, %4 Y si esto es as„, si admitimos, como no podemos menos de ad-
los actos nah ~~r mitir este principio ƒ axioma jur„dico, el juego de envite y azar
tampoco puede constituir delito bajo este •ltimo aspecto, toda
t 0 digalid aclque
Si por vez que est‚ aun en la conciencia de los m‚s ac‡rrimos partida-
C,n1prendidos
en rios de que no se castigue el juego, que no puede haber delin-
cuencia cuando son exiguas las cantidades que se apuestan
linero en
e1 j ue, Y no solo la conciencia p•blica viene en apoyo de esta afir,
1 11.lfrin g e , ó- oraciƒn, sino que tambi‡n la vemos consignada en alg•n Cƒdigo .
nl1lg•r,, :
delito, tanlhooo11( E 1 chino, por ejemplo, despu‡s de castigar con la b‚rbara pena
a el dinero dei de ochenta golpes ‚ toda persona convicta de haber tomado par-
Cr,.
cutado por dog te en juegos de azar, bien consista la apuesta en met‚lico ƒ efec-
ir_,
tos, dice : ˆNo obstante, cuando varios amigos jueguen una comi-
que ni curl in r r,
‚ la fortuna 4, da en la que cada uno de ellos tenga su parte, no incurrir‚n en
ll las penas se†aladas por esta ley .‰
e tolera el juego
Adem‚s no ser„a correcto y menos justo, aun en el caso de
1 5ignificantes,
admitir el principio sentado en el Cƒdigo penal chino, aceptar
telƒn cr„tica una cuant„a fija como l„mite de la penalidad de estas acciones,
>i al propio tielllp•s:
pues mientras ser„a l„cito permitir ‚ un rico propietario ƒ ‚ un
rios cualquiera …: opulento banquero jugar cinco, ciento ƒ mil pesetas, ‚ la ruleta ƒ
al bacarrat, como se le aprueba y admira cuando gasta cantida-
‚ nuestro pare.:: des, por lo menos iguales y acaso excesivamente mayores, en la
que serio vienlp: adquisiciƒn de objetos caprichosos ƒ de arte, porque las cantida-
el dallo causado des que pudiera gastar ƒ perder en nada alterar„an su manera de
,
o de los delito ~'
vivir ni el porvenir de su familia, no podr„a consentirse lo mismo
cuando se comprometa en el juego, aun cuando sea por medio
que sea la lnat~r :
Lie sea manor • rr,r
1.
, de cantidades ex„guas, los medios de satisfacer las necesidades
m‚s perentorias del jugador ƒ su familia, y como lƒgica conse-
de la cosa ], " cuencia no podr„a menos de calificarse de actos punibles los j ue-
rpetraciƒn del ` gos de azar que con demasiada frecuencia tienen lugar en las ta-
~xdrr~ d‚rsele r ,~' bernas y dem‚s puntos de recreo de la clase proletaria, en los
•n sea lllaror ó que se cruzan cantidades insignificantes en s„, pero grandes, muy
el holllicidia !ia grandes si se consideran relacionadas ƒ se comparan con las ne-
- 1
o Slelllpl'e
r ell cesidades del jugador .
idos
~ u.
111OS Clej1
lI 0,
no flit'
~.ei qae
}(ll~
terse
ca, como puede verse en sus art‚culos 184 y siguientes .
s(!~ , Esta naciƒn tan adelantadaa en derecho penal, no se atreviƒ
e11
tenia ; reconoci‚ sin duda que no constituyendo delito los juegos ler gtie
tir la suma perdida del vencedor cuando la hubiese pagado, pero re ndo gut
,iJ(
, Y por fin, terminaremos los argumentos de autoridad citando IM vela
las leyes acerca de un vicio que los C‚digos de nuestras nacio :gin ite v
nes vedan corno cielito y le castigan in•tilmente . Hablo de los
juegos prohibidos . La inclinaci‚n al juego, lo mismo que todas
e hiciese
las inclinaciones, no conduce al hombre al delito sino cuando de-
todos, au
j a de estar dirigida por la raz‚n .
:air delito
Mientras est„ bajo su imperio y no causa delito, no es suscep-
:es en
tible del freno de la ley . Como acci‚n es indiferente y como pa- sE
sobre el delito . El vicio debe ser precavido por las leyes pero no tinian o ,
castigado . sti•n s.
FfeCto,
nd 0
có djUO , hl
b
, yCr Cuando la pasi…n del juego haga del jugador un ladr…n, en-
andes
e
males
corre
Ulrl
9 u tonces ser• castigado como ladr…n, pero no corno jugador . †Por
ventura la ley que castiga el rapto y el adulterio castiga tambi‡n
que reUl- .,,, el amor? Todos los delitos dimanan del desorden de las pasiones ;.
ofici ale,,11 ar, : pero las leyes han debido contentarse con castigar los efectos y
101n1~re dirigir las causas . La pasi…n de la gloria, que ha producido tantas
ep
asta se , virtudes, ha causado tambi‡n muchos delitos . La ignorancia del
COIl ;~,1 1
gran sistema legislativo ha hecho creer • los legisladores que po-
, clamar (1 ~,.
}s que hu ,; ir
dr„an obtener con las leyes penales, lo que deben conseguir por
1U)
-
I
. medios enteramente distintos .
COnCe(l .
Siempre han querido caminar directamente • un objeto, cuan-
ese y ree h, l ,,,,
do deb„an ir • ‡l por el camino m•s tortuoso, con lo cual han
a 1 ubiese l,i,: .
ofendido la libertad del hombre y no han hallado lo que busca-
reci•o la 111 : ban, creyendo que nada les quedaba por hacer cuando hab„an
.ntino, quid; . . castigado el vicio y no pensaron en precaverlo . La inoportunidad
.le 20 de ~i del medio ha hecho que triunfe el vicio v ha producido el des-
Conseguir precio de la, ley . Esto es lo que se observa en muchas disposicio-
rie el derec!L . nes de nuestro C…digo, y con evidencia en las relativas • la prohi-
bici…n del juego . La ineficacia de la sanci…n penal contra este vi-
11do la 1111b1C>:
cio se ha visto bien • las claras en todas las naciones que la han
cincuenta rl'
adoptado . Luis XIII lleg… hasta declarar infame ‡ incapacitado de
testar y de obtener empleos de Real provisi…n • los que hubiesen
jugado • juegos de suerte … azar . Irrit… al pˆblico la ferocidad
de la pena y el abuso de la autoridad, se cerraron las puertas que
Lle ‚Ut, l l .
hasta entonces estuvieron abiertasJ y se continu… jugando como
l UBI <<ƒ- antes. (Libro 3 .", 2 .`; parte, cap . 55) .
'y En vista, pues, de lo expuesto, podemos afirmar que los jue
gos de envite y azar no pueden constituir delito ; pero †son inmo-
rales?
Si se hiciese esta pregunta, es seguro que todos, absoluta-
mente todos, aun aquellos que como nosotros opinan que por no
constituir delito no debiera ser penado por las leyes, contestar„an
`'11'
lito un•nimes en sentido afirrrmativo ; y sin emnbargo, las dos opiniones
tan encontradas que acabamos de exponer, representada la una
leih ,,110 , .
~erejlte
esta cuesti…n se, ha puesto alguna vez en tela de juicio .
En efecto, mientras el primero en su C…digo, conced„a, como
)e ree~ el ,
I1, 1~Tt' .
lil'
i l os ca,
si`tido ,
s pol
'ae de ],,S
Demos dicho, el derecho de no pagar las cantidades perdidas en , Ue Oa y ac ase
.
el juego, y aun el de reclamarlas si las hubiese perdido, el autor rlS lta~
de las Partidas dice en la ley XII de su Código de las Tafurer•as :
sól o de le
†Si algunos ovieren que jugaren dineros fechos con otros pe‡os, jta, y
c,lim
ˆ el que tiene los dineros ganara los pe‡os, puede luego servirse fiarlo, cliff o
Y e l del
de ellos sin calunia ninguna, que as• como far•a ‚ su guisa de los . ;•ficzos
dineros si gelos ganase aquel que juega los pe‡os, as• de esa dpur•ficar el
misma manera se debe servir de los pe‡os aquel que gana los ;os p olido por l
m p‚~ idos
pe‡os .~i Y no puede negarse que estas opiniones solo pueden sos- j,,rcs, i
tenerse seg‰n que sea moral ó inmoral el juego ; porque si es es- l e nto Ce la hole
to ‰ltimo, toda obligación que nazca de ˆl es nula y ninguna ac- ~~~ent~~ndose la
ción podr‚ nacer de ella ; y si por el contrario es moral, ninguna garlas apuestas
razón podr‚ alegarse para privar al vencedor en el juego de la contraria, con
.acción ó facultad de reclamar las cantidades que leg•timamente as, ó retirarse t :
hubiese ganado . su pasión aca
Pero ‚ la verdad que esta cuestión, as• como las que pudieran
?icidad y acaso
suscitarse sobre si la inmoralidad es esencial en el juego ó solo
: :aƒquilo seno de
depende de sus consecuencias relacionadas con el estado, fortu-
;agradables „ni
na, posición social y obligaciones del jugador, y si podr•a com-
:u1te .
pararse con la inmoralidad de la prostitución, constituir•a tema
Pero si leemos
adecuado para las discusiones de algunas Corporaciones cient•fi-
cas, pero ninguna utilidad pr‚ctica reportar•a ‚ la cuestión obje- :oo,tados contra
azar, no podemos menos de reconocer y declarar que son tan ru- =n familias opt
das las perturbaciones sociales que produce, tantas y tan amar- i 5 de haber pe
gas las l‚grimas que hace derramar ‚ las familias, y tan terribles ~J…quien jugó
sus consecuencias no solo para el jugador, sino para seres ino- llenos que lo
centes ‚ quienes en la mayor•a de los casos alcanza, que bien po- !'legisladores
demos sentar e axioma de que la sociedad debe acudir ‚ cuan- rroe la sociedac
tos resortes le sean propios, adecuados y eficaces, tanto los que ;Pe ro
conseg u
se encierran en los l•mites del hogar domˆstico, copio los que se
`como delito S
mueven y desarrollan con la vida social, para evitar ese trastorno
o cast todas
mental, es violento ar ebato c n que la p sión del juego ar s-1
tra sus secuaces hasta precipitarlos en el abismo de su infor- hemos probad
tunio . moldes ads
,'iderar como d
No liemos frecuentado esos garitos ó hediondos antros donde
se esconde y desarrolla tan repugnante vicio . Tampoco hemos de
epos de e l :> ; ; o
As
call Jdad s
subie ,se e PEr. .
Cv d190 Perdido, asistido ‡ los casinos de las grandes ciudades ni ‡ los lujosos sa-
de las Ta" lones de las poblaciones frecuentadas en verano, donde tambiˆn
S
l C( n4)
1 1
~~ Se
del C‡digo penal en la parte referente † juegos prohibidos, todos sC'a eo
: ; lie
los espaŠoles con escas‹simas excepciones, deber‹ainos estar scn -- i l1 L~ irer
e
tados en el banquillo de los acusados, y dudo mucho que se en- 11'Si
,c
('l'
n ti
ejercen su industria .
1
o ro ;oS, r P~
Repetidas veces ha clamado la prensa contra semejante inmo-
jAI1on`O e.
ralidad, y si no de una manera clara y directa, por medio de reti-
cencias, que las conversaciones particulares se encargaban de ;,? pellSa111lento
aclarar, han tachado de autores del delito de cohecho † respeta- :;: el l•avor a
bles y elevadas Autoridades, especialmente de provincia . ŒEs que uC <i~ .
c†ndalo que produce el que se achaque, aunque sin fundamento, S ~„gan, no los
este delito † ciertas autoridades, produce tan honda perturbaci‡n :,.G, rur…ue partiel
en la sociedad, que da lugar al desaliento en las conciencias hon-
†''r„ lerl~iaci‡n
radas que quisieran ver † las autoridades rodeadas de una aureo-
la tan acrisolada de moralidad, que rechazase hasta las m†s livia- ~dIP are;~,a,
nas indicaciones de los villanos calumniadores .
Y en verdad, que aunque sin fundamento, se han arraigado
con tal fuerza estos calumniosos rumores en la opini‡n p•blica, ˆe
e11l ite l' az„
que dif‹cilmente podr†n desvanecerse sin tomar en la materia ,
,l,J,
-4M0
ago 0IJJei0no r,
medidas radicales .
dcl
Y si tan importante es para toda buena administraci‡n p•bli- l;erja
ca la moralidad y buen nombre de sus funcionarios el evitar que
'0
.,, ni pae
~l .ar‰e
]a t ra
se empaŠe una y otro, ser† siempre una raz‡n complementaria
Medi0 ~~
† las dos que liemos expuesto contra la prohibici‡n de los juegos
de envite y azar . ŒPero quŽ medios quedan † la sociedad para ,ably,
. ~1
'ohibjd0s ~-
> tore ,;
óllos Ostar s evitar las horribles consecuencias del juego si se borra del C†di-
ello que go penal su castigo? Se dir‚ .
se e1,,_
rl~ Pudiera, Por triste clue sea confesarlo, radical y completo ninguno ; pe-
amos ro por ef•meros ‡ indirectos que sean los que puedan adoptarse,
' envite siempre ser‚n m‚s cient•ficos y de resultados m‚s pr‚cticos que
ue, pero la prohibici†n penal establecida en los C†digos .
s•r,~._
. eferim os j1, " Mucho podr•a conseguirse moralizando las costumbres y ro-
-y ti abro busteciendo la vida de familia, pero nos abstendremos de entrar
quh
>di o especial en reflexiones sobre esta materia, ya porque no la consideramos
; adecuada al car‚cter jur•dico de nuestro trabajo, ya principal-
-se por 1c,s e m.
mente porque acaso nos vi‡ramos precisados con este motivo ‚
los cuales mu-
criticar instituciones modernas .
'ipes de las ;a
*'‚ Pero ya que no podamos cortar tamaˆa inmoralidad, encau-
1 donde estos c‡mosla, y dejando ‚ la moral que la persiga hasta en sus m‚s
rec†nditos albergues, tratemos por lo menos de que sus efectos
nejante inmo- sean menos desastrosos, y para ello no encontramos otro remedio
lledio de reti- que ‰mirando ‚ D . Alfonso el SabŠo : reglamentar el juego .
lcargaban de Tal vez este pensamiento produzca la mayor extraˆeza ; tal
ho ‚ respeta- vez se reciba con el mayor asombro la idea de sujetar ‚ reglas un
incia . ƒEs que vicio tan perjudicial y que siempre ha sido castigado por nuestros
1 solo el peli- C†digos .
Pero ‚ los que tal extraˆeza Y asombro muestren, ‚ los que
als aun el CS-
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Y finalmente, adem•s de que con los productos de la tafureróa
podróa aumentarse la policóa y evitar siempre las ri„as y peleas y
enza la;
en muchos casos las trampas y los suicidios, siendo p…blico el
Vo • lass
juego seróan conocidos los jugadores y muchas veces podróa
de mafia
practicarse por este medio una prueba robusta y fuerte en los
Rei' Sari:
expedientes de prodigalidad, de la que se carecer• mientras se
C‚digo juegue en la oscuridad y • espaldas de la ley .
se juagu- : En fin, si tan odiado es ‚ debe ser de todos el juego, levante-
' ƒ se mos una cruzada contra ƒl, y aunque tengamos que valernos de
habre ;. medios efómeros ƒ indirectos, no acudamos al medio, de castigarlo
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en nuestros C‚digos ; porque en los males sociales, lo mismo que
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en los fósicos, la medicina que no cura agrava y la que empeora,
m•s tarde ‚ m•s temprano acaba con la vida del enfermo .
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