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El documento resume las ideas principales de Roger Haigth sobre cómo enfrentar la cristología en la actualidad. Haigth argumenta que la cristología debe comenzar desde abajo, enfocándose en Jesús como un ser humano histórico antes que en su divinidad. También sostiene que la cristología debe ser relevante para la cultura y circunstancias actuales y debe afectar la práctica cristiana.
Originalbeschreibung:
Resumen del texto Jesus Simbolo de Dios y un breve comentario sobre el mismo
El documento resume las ideas principales de Roger Haigth sobre cómo enfrentar la cristología en la actualidad. Haigth argumenta que la cristología debe comenzar desde abajo, enfocándose en Jesús como un ser humano histórico antes que en su divinidad. También sostiene que la cristología debe ser relevante para la cultura y circunstancias actuales y debe afectar la práctica cristiana.
El documento resume las ideas principales de Roger Haigth sobre cómo enfrentar la cristología en la actualidad. Haigth argumenta que la cristología debe comenzar desde abajo, enfocándose en Jesús como un ser humano histórico antes que en su divinidad. También sostiene que la cristología debe ser relevante para la cultura y circunstancias actuales y debe afectar la práctica cristiana.
El teólogo Roger Haigth en el capítulo dos de su libro Jesús Símbolo de Dios,
realiza un análisis y exposición, de cómo enfrentar la cristología en la actualidad, en donde antes, en su primer capítulo, realiza un muestreo de los diferentes énfasis teológicos de la cristología actual, como por ejemplo la cristología narrativa, feminista, existencial, además de observar el punto de vista de otras religiones, en torno a Jesús. Haigth, señala, que en el quehacer teológico de la cristología, se considera la importancia de un método como camino de estudio hacia el Jesús histórico, método que pretende responder las preguntas de como se ha desarrollado la comprensión cristológica en la historia de la iglesia. El primer lugar, se enfatiza claramente que la cristología, lógicamente tiene como punto de partida a Jesús, y es en este énfasis que la cristología de asocia a la apologética, al procurar darse entender en la evangelización de una cultura específica. También es apologética en su esfuerzo de explicar la cristología, sin reducirla y por último, en el sentido de la figura de Jesús como elemento común, en el dialogo para comenzar la cristología como apología, ya que Jesús de Nazaret es una persona publica y conocida por todos. En este sentido Karl Rahner planteó dos aproximaciones de la cristología, “desde arriba” y “desde abajo”; desde arriba se refiere a ver a Jesús como el Cristo, en su divinidad, desde el dogma de la iglesia, y desde abajo, es ver a Jesús en su humanidad, su encarnación; donde la teología, por lo general, se aproxima desde la divinidad de Jesucristo; sin embargo, la tendencia actual de la cristología, es desde el Jesús histórico; posteriormente debe desarrollar una interpretación de la resurrección, de esta forma va ascendiendo, de abajo hacia arriba. Por esto, la cristología desde abajo, tiene más validez en la actualidad, es más creíble, ya que se comprende más y se recepciona de mejor manera, por lo tanto, es más viable. Por ende, se considera la cristología desde arriba como no válida para el hombre actual. Es así que se plantea que la cristología tiene su génesis en Jesús de Nazaret, comienza en él, se centra en él; Jesús es “el” tema de la cristología, por esta razón varias disciplinas estudian a Jesús en el Nuevo Testamento. Lo segundo que plantea el autor es la investigación sobre Jesús y su impacto en la cristología; esta investigación tuvo su florecimiento a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, aunque es una herencia del racionalismo teológico del siglo XVIII. Esta obtuvo como resultado dos aproximaciones de la bibliografía de Jesús; primero, entender a Jesús en su contexto y segundo, entender a Jesús hoy. Aunque su interés mayor es mostrar al Jesús del siglo primero, desde los Evangelios Sinópticos, o sea, con un fin netamente histórico, donde el historiador busca responder preguntas sobre Jesús en la vida real y realizar un retrato de su vida; aunque concluye que el Jesús histórico, no es el mismo Jesús que el de los Sinópticos. En este afán de reconstruir al Jesús histórico, aparecen dos tendencias; la primera trata de mostrar el tipo genérico que fue Jesús, la imagen de Jesús, una tipología hermenéutica. Y la segunda investigación es más fragmentaria, o sea, pretende ir a cada detalle de la vida de Jesús, sus enseñanzas, sus milagros y sus acciones. Es una investigación no escéptica, que va al detalle versículo por versículo. Lo importante es que la cristología se preocupa por entender a Jesús, para que sea relevante en el mundo de hoy. Algunos teólogos que inspiraron la cristología fueron Heidegger, Bultman y Odgen, este último distingue a un Jesús histórico-empírico y un Jesús histórico-existencial, donde los Evangelios valoran a Jesús existencialmente y no pueden presentar al Jesús histórico- empírico, lo cual no es significativo, ya que un Dios transcendente no encuentra base, en cualquier dato empírico-histórico. Dentro de esta hermenéutica, es necesario interpretar correctamente a Jesús dentro de su contexto vital, en el pasado; sin embargo, también es necesario interpretar a Jesús con un significado para el mundo actual. Esta es la real importancia cristológica de interpretar a Jesús, en su significación para el hoy. En esto existe un grupo de teólogos como Schussler, Moltmann, Sobrino, entre otros; que observan a Jesús, en dos aspectos en lo histórico-existencial, lo que dicen las fuentes y en el interés existencial, encontrando su investigación tres resultados: 1. La investigación sobre Jesús refuerza la idea que él es la base de la cristología 2. La investigación histórica, afecta solamente a la cristología por medio de la imaginación 3. La investigación sobre Jesús afecta a la cristología, en su manera de entenderse a sí mismo. En relación a un método hermenéutico, el autor propone dos momentos, donde entender el texto es interpretarlo, ya que ser un humano es interpretar. Esta lógica hermenéutica busca dos significados, para el pasado y para una situación particular, entendiendo primeramente que el significado del pasado, impacta en el presente. Por esta razón debe existir una asociación entre el pasado y el presente, ya que Jesús debe estar unido a una circunstancia personal. Y segundo recuperar el significado del pasado para una nueva situación en particular. En esta misma línea hermenéutica de la persona, Gadamer y Ricoeur plantean que conocer es interpretar, por tanto, cuando se encuentran dos personas, se interpretan a sí mismas, por esta razón, se puede interpretar a Jesús por su ministerio público, conocido. También en el método hermenéutico, hay un método de correlación crítica, que manifiesta que existe una relación del presente y del pasado; esta correlación critica, es una relación dialéctica entre el pasado, el presente y el futuro. Por esto mismo, se debe permitir que la tradición critique la situación presente. Haigth, además señala que en el desarrollo teológico de una cristología, deben existir ciertos criterios para su elaboración: 1. La Cristología debe ser fiel a la Biblia, sobre todo al Nuevo Testamento, además fiel a la historia de la salvación y la historia de la iglesia. 2. La cristología debe ser relevante para la actualidad, creíble y con sentido a una cultura especifica. 3. La cristología debe afectar la praxis y el ethos del cristiano. COMENTARIO DEL TEXTO:
El autor en su texto, desafía al teólogo de hoy, en poder hacer una cristología
contingente y relevante para todas las personas, en cada una de sus situaciones particulares. Esto se hace posible desde la cristología desde abajo; algo difícil, ya que estamos acostumbrados a hablar de Jesús como el Cristo o Jesucristo; haciendo énfasis a su resurrección, exaltación y glorificación, y nos olvidamos que también se encarnó y vivió como un humano normal; de esta forma entiende nuestras experiencias de vida, poniéndose en el lugar de la mujer, del enfermo, del extranjero, del pobre, de los niños, de cada uno de nosotros; en el sufrimiento, la soledad, la traición y el dolor como humanos que somos. Esto no quiere decir que se deje de considerar a Jesús como Dios o negar su divinidad, sino que al hacer, escribir o hablar de cristología, es necesario comenzar desde abajo, ascendiendo progresivamente hacia arriba. El otro desafío es hacer una hermenéutica fiel a Las Escrituras, sin embargo, fiel también al hombre de hoy, logrando desarrollar una cristología que tenga un real sentido al mundo de hoy, en una cultura latinoamericana. El teólogo hoy tiene el deber de mostrar a un Jesús relevante en una cultura posmoderna. Y por último que el teólogo de hoy, no solamente desarrolle una cristología idealista, desde la academia, sino que sepa irrumpir en la vida cristiana, en la iglesia y la sociedad. Afectando la manera de pensar, de hablar y de actuar de las personas, sobre todo de quienes nos hacemos llamar cristianos; ya que el mundo actual necesita ver a Cristo, y la forma en que puede verlo es en nosotros.