Sie sind auf Seite 1von 4

Referencia

Jesús Símbolo de Dios, Haigth Roger,


Informe de Lectura Trotta, 1999

NOMBRE: __Cristian Quilodrán Alfaro______________

El teólogo Roger Haigth en el capítulo dos de su libro Jesús Símbolo de Dios,


realiza un análisis y exposición, de cómo enfrentar la cristología en la actualidad, en donde
antes, en su primer capítulo, realiza un muestreo de los diferentes énfasis teológicos de la
cristología actual, como por ejemplo la cristología narrativa, feminista, existencial, además
de observar el punto de vista de otras religiones, en torno a Jesús.
Haigth, señala, que en el quehacer teológico de la cristología, se considera la
importancia de un método como camino de estudio hacia el Jesús histórico, método que
pretende responder las preguntas de como se ha desarrollado la comprensión cristológica
en la historia de la iglesia.
El primer lugar, se enfatiza claramente que la cristología, lógicamente tiene como
punto de partida a Jesús, y es en este énfasis que la cristología de asocia a la apologética,
al procurar darse entender en la evangelización de una cultura específica. También es
apologética en su esfuerzo de explicar la cristología, sin reducirla y por último, en el
sentido de la figura de Jesús como elemento común, en el dialogo para comenzar la
cristología como apología, ya que Jesús de Nazaret es una persona publica y conocida por
todos.
En este sentido Karl Rahner planteó dos aproximaciones de la cristología, “desde
arriba” y “desde abajo”; desde arriba se refiere a ver a Jesús como el Cristo, en su
divinidad, desde el dogma de la iglesia, y desde abajo, es ver a Jesús en su humanidad, su
encarnación; donde la teología, por lo general, se aproxima desde la divinidad de
Jesucristo; sin embargo, la tendencia actual de la cristología, es desde el Jesús histórico;
posteriormente debe desarrollar una interpretación de la resurrección, de esta forma va
ascendiendo, de abajo hacia arriba.
Por esto, la cristología desde abajo, tiene más validez en la actualidad, es más
creíble, ya que se comprende más y se recepciona de mejor manera, por lo tanto, es más
viable. Por ende, se considera la cristología desde arriba como no válida para el hombre
actual.
Es así que se plantea que la cristología tiene su génesis en Jesús de Nazaret,
comienza en él, se centra en él; Jesús es “el” tema de la cristología, por esta razón varias
disciplinas estudian a Jesús en el Nuevo Testamento.
Lo segundo que plantea el autor es la investigación sobre Jesús y su impacto en la
cristología; esta investigación tuvo su florecimiento a fines del siglo XIX e inicios del siglo
XX, aunque es una herencia del racionalismo teológico del siglo XVIII. Esta obtuvo como
resultado dos aproximaciones de la bibliografía de Jesús; primero, entender a Jesús en su
contexto y segundo, entender a Jesús hoy. Aunque su interés mayor es mostrar al Jesús del
siglo primero, desde los Evangelios Sinópticos, o sea, con un fin netamente histórico,
donde el historiador busca responder preguntas sobre Jesús en la vida real y realizar un
retrato de su vida; aunque concluye que el Jesús histórico, no es el mismo Jesús que el de
los Sinópticos.
En este afán de reconstruir al Jesús histórico, aparecen dos tendencias; la primera
trata de mostrar el tipo genérico que fue Jesús, la imagen de Jesús, una tipología
hermenéutica. Y la segunda investigación es más fragmentaria, o sea, pretende ir a cada
detalle de la vida de Jesús, sus enseñanzas, sus milagros y sus acciones. Es una
investigación no escéptica, que va al detalle versículo por versículo. Lo importante es que
la cristología se preocupa por entender a Jesús, para que sea relevante en el mundo de hoy.
Algunos teólogos que inspiraron la cristología fueron Heidegger, Bultman y Odgen,
este último distingue a un Jesús histórico-empírico y un Jesús histórico-existencial, donde
los Evangelios valoran a Jesús existencialmente y no pueden presentar al Jesús histórico-
empírico, lo cual no es significativo, ya que un Dios transcendente no encuentra base, en
cualquier dato empírico-histórico.
Dentro de esta hermenéutica, es necesario interpretar correctamente a Jesús dentro
de su contexto vital, en el pasado; sin embargo, también es necesario interpretar a Jesús
con un significado para el mundo actual. Esta es la real importancia cristológica de
interpretar a Jesús, en su significación para el hoy. En esto existe un grupo de teólogos
como Schussler, Moltmann, Sobrino, entre otros; que observan a Jesús, en dos aspectos en
lo histórico-existencial, lo que dicen las fuentes y en el interés existencial, encontrando su
investigación tres resultados:
1. La investigación sobre Jesús refuerza la idea que él es la base de la cristología
2. La investigación histórica, afecta solamente a la cristología por medio de la
imaginación
3. La investigación sobre Jesús afecta a la cristología, en su manera de entenderse
a sí mismo.
En relación a un método hermenéutico, el autor propone dos momentos, donde
entender el texto es interpretarlo, ya que ser un humano es interpretar. Esta lógica
hermenéutica busca dos significados, para el pasado y para una situación particular,
entendiendo primeramente que el significado del pasado, impacta en el presente. Por esta
razón debe existir una asociación entre el pasado y el presente, ya que Jesús debe estar
unido a una circunstancia personal. Y segundo recuperar el significado del pasado para una
nueva situación en particular.
En esta misma línea hermenéutica de la persona, Gadamer y Ricoeur plantean que
conocer es interpretar, por tanto, cuando se encuentran dos personas, se interpretan a sí
mismas, por esta razón, se puede interpretar a Jesús por su ministerio público, conocido.
También en el método hermenéutico, hay un método de correlación crítica, que
manifiesta que existe una relación del presente y del pasado; esta correlación critica, es una
relación dialéctica entre el pasado, el presente y el futuro. Por esto mismo, se debe permitir
que la tradición critique la situación presente.
Haigth, además señala que en el desarrollo teológico de una cristología, deben
existir ciertos criterios para su elaboración:
1. La Cristología debe ser fiel a la Biblia, sobre todo al Nuevo Testamento,
además fiel a la historia de la salvación y la historia de la iglesia.
2. La cristología debe ser relevante para la actualidad, creíble y con sentido a una
cultura especifica.
3. La cristología debe afectar la praxis y el ethos del cristiano.
COMENTARIO DEL TEXTO:

El autor en su texto, desafía al teólogo de hoy, en poder hacer una cristología


contingente y relevante para todas las personas, en cada una de sus situaciones
particulares. Esto se hace posible desde la cristología desde abajo; algo difícil, ya que
estamos acostumbrados a hablar de Jesús como el Cristo o Jesucristo; haciendo énfasis a su
resurrección, exaltación y glorificación, y nos olvidamos que también se encarnó y vivió
como un humano normal; de esta forma entiende nuestras experiencias de vida,
poniéndose en el lugar de la mujer, del enfermo, del extranjero, del pobre, de los niños, de
cada uno de nosotros; en el sufrimiento, la soledad, la traición y el dolor como humanos
que somos.
Esto no quiere decir que se deje de considerar a Jesús como Dios o negar su
divinidad, sino que al hacer, escribir o hablar de cristología, es necesario comenzar desde
abajo, ascendiendo progresivamente hacia arriba.
El otro desafío es hacer una hermenéutica fiel a Las Escrituras, sin embargo, fiel
también al hombre de hoy, logrando desarrollar una cristología que tenga un real sentido al
mundo de hoy, en una cultura latinoamericana. El teólogo hoy tiene el deber de mostrar a
un Jesús relevante en una cultura posmoderna.
Y por último que el teólogo de hoy, no solamente desarrolle una cristología
idealista, desde la academia, sino que sepa irrumpir en la vida cristiana, en la iglesia y la
sociedad. Afectando la manera de pensar, de hablar y de actuar de las personas, sobre todo
de quienes nos hacemos llamar cristianos; ya que el mundo actual necesita ver a Cristo, y
la forma en que puede verlo es en nosotros.

Das könnte Ihnen auch gefallen