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Civil Nicaragüense´
Managua, Nicaragua
Junio 2013
Managua, 21 de Junio de 2013
Profesora
MSc. Margine Calderón
Directora académica
Facultad de Ciencias Jurídicas
Universidad Centroamericana
Atentamente,
A mis padres
Y a Dios, mi padre celestial, que me dio unos maravillosos padres para que me
guiaran en los primeros momentos por el sendero de la vida, empapándome de
buenos valores, virtudes, de esta manera haciéndome una buena persona y por
ende un buen profesional
Y a mi mamacita, quien desde mi infancia velo por mi y siempre lucho por que yo
fuera un profesional y ahora desde el cielo debe de estar orgullosa de su nieto
consentido.
AGRADECIMIENTO
Sobre todo le agradezco a Dios mi señor quien me dio la fuerza y sabiduría para
poder llegar hasta el final de esta meta que tanto añore y por la que luche en cada
momento de su elaboración.
INDICE
Introducción
Objetivos
Capítulo I
1.1 Etimología
Capítulo II
4.1Concepto de interdicto
5. Querella de Amparo
5.3.1 Presupuestos
6. Querella de Restitución
6.2.1 Presupuesto
6.2.2. Requisitos
7. Querella de Restablecimiento
Conclusiones
Recomendaciones
Referencias Bibliográficas
INTRODUCCIÓN
Por lo que respecta al segundo apartado, este contiene las razones de la tutela
jurídica de la posesión y abarca un estudio exhaustivo sobre las acciones
interdictales o posesorias, su clasificación doctrinal y positiva, su naturaleza
jurídica, sus caracteres fundamentales, y los procedimientos legales que hacen
posible su protección.
Objetivos
Objetivo general:
Objetivos específicos:
Capítulo I
Francesco Messineo, (citado en Lara Fernández & Mendoza Vásquez, 2013) dice
que la posesión, en sentido muy general, es una situación que se distingue por la
circunstancia de ser efectiva, frente y en contraposición a la titularidad de un
derecho subjetivo, titularidad que puede no estar acompañada por el ejercicio de
Rommel Danilo Barillas Salablanca
³Mecanismos de protección de la posesión en el Código Civil Nicaragüense´
Marcel Planiol (citado en Lara Fernández & Mendoza Vásquez, 2013), manifiesta
que ³posesión es un estado de hecho, que consiste en retener una cosa en una
forma exclusiva, llevando a cabo en una forma exclusiva sobre ella, los mismos
actos materiales de uso y de goce que si se fuera el propietario de la misma´
En otros términos, la relación en que el hombre está con las cosas del mundo
exterior, destinadas a satisfacer sus necesidades, puede ser concebida de dos
modos substancialmente diversos:
ii) como una relación de mero hecho en la que el hombre se sirve total o
parcialmente de la cosa que se halla en su poder y que viene a ser protegido en sí
y por sí, independientemente de la legitimidad objetiva de tal poder; esta situación
puede hallarse separada de aquél, en cuanto el poder de hecho resida en una
Rommel Danilo Barillas Salablanca
³Mecanismos de protección de la posesión en el Código Civil Nicaragüense´
1.1 Etimología
Possidere significa para los romanos tener una cosa en el propio poder; tener una
potestad de hecho en la cosa que dé la posibilidad de disponer de ella en la
totalidad de sus relaciones con exclusión de todos los demás y tener la intención
de mantenerse en relación inmediata e independiente con la cosa (Pothíer, 1875).
El primer elemento es designado por los jurisconsultos con las frases tenere,
detinere in possessione esse, naturaliter o corporaliter possidere (sostiene, se
mantiene en el poder, naturalmente, poseer físicamente) y de aquí la naturalis o
corporalis possessio (posesión física natural) o también con la frase corpore
possidere (cuerpo posee), de donde la terminología escolástica tradicional creó el
término corpus para indicar, no la cosa sobre la que se ejerce el señorío de hecho,
sino este mismo señorío o relación física con la cosa. Llaman al elemento
psíquico, a la voluntad de disponer animus o affectus possidendi (animo o deseo
de poseer), términos de los que el lenguaje tradicional crea los de animus domini o
animus rem sibi habendi (ánimo de dueño, intención de ser propietario de la cosa)
y que el uso ha abreviado en animus (Pothíer, 1875)
Tales hechos, son propios de quien tiene titularidad para ello, pero también puede
ser actividad realizada por quien no tiene una titularidad completa o incluso por
quien no tiene ninguna. Y es este el punto de reflexión de los grandes debates que
dentro de la ciencia jurídica han propiciado el tratamiento de la posesión: la
Rommel Danilo Barillas Salablanca
³Mecanismos de protección de la posesión en el Código Civil Nicaragüense´
La posesión, la propiedad y los demás Derechos sobre las cosas en los Derechos
Germánicos medievales están englobados dentro de una misma institución única:
De acuerdo con Gierke y Hübner, la Gewere comprendía toda relación entre una
persona y una cosa que gozara de tutela jurídica (interdictal o no). En la Gewere
no hay diferencia entre posesión y detentación, el término se aplica tanto a las
cosas como a los derechos, pero aún cuando en principio la Gewere se manifiesta
como un señorío de hecho sobre una cosa, ese señorío se basa en elementos que
varían según los casos: tiene posesión de las cosas muebles, quien las detenta,
de los fundos quien los goza y sobre los derechos quien los ejerza (Castán
Tobeña, 1978).
Por otra parte, la Gewere producía tres clases de efectos regulados en forma
distinta según la clase de Gewere: Originalmente, servía para la defensa del
Derecho, para facilitar su ejercicio y para la transmisión del mismo. En este último
aspecto debe destacarse que la transmisión de la propiedad u otro derecho real
carecían de eficacia sin la transmisión de Gewere. A su vez trasmitida la Gewere,
aún cuando el enajenante no fuera propietario, el adquiriente quedaba muy
protegido. En materia de muebles, el verus dominus (el verdadero dueño),
El otro grupo están constituidos por las legislaciones germánicas (códigos alemán
y Suizos) que han resucitado el concepto germánico de la posesión, aunque
recogen muchas inspiraciones del Derecho Romano (Ruggiero, 1944).
1
³/DSRVHVLyQGHXQDFRVDVHDGTXLHUHFRQODREWHQFLyQGHOSRGHUGHKHFKRVREUHHVWDFRVD´
2
³(O TXH WLHQH OD SRWHVWDG HIHFWLYD Ge la cosa tiene la posesión de la misma. En materia de
VHUYLGXPEUHV\FDUJDVWHUULWRULDOHVODSRVHVLyQFRQVLVWHHQHOHMHUFLFLRHIHFWLYRGHOGHUHFKR´
Toma además artículos del Código Chileno, del argentino, del italiano, y finalmente
del costarricense, que hacen parecer al tratamiento del tema como impreciso y
complejo a la vez (Guzmán García, 2009).
Según Guzmán García (2009), es importante destacar los artículos 17153 y 17164
del Código Civil, mismos que establecen que la posesión es un estado de
retención o disfrute de cosas o de derechos que se prolongan en todo el tiempo en
que dura la retención y por ende es figura aplicable tanto a los bienes muebles
como a los inmuebles; no obstante cuando de los inmuebles se trata, la realización
de la posesión se remite a la inscripción del título en el registro de la propiedad
3
³/ODPDVHSRVHVLyQODUHWHQFLyQRGLVIUXWHGHFXDOTXLHUFRVDRGHUHFKR/RVDFWRVSRWHVWDWLYRVR
de mera WROHUDQFLDQRFRQVWLWX\HQSRVHVLyQ´
4
³&RQVHUYDVH OD SRVHVLyQ PLHQWUDV GXUD OD UHWHQFLyQ R GLVIUXWH GH OD FRVD R GHUHFKR R OD
SRVLELOLGDGGHFRQWLQXDUHQHOORV´
³La posesión de los bienes inmuebles, se adquiere por la inscripción del título con
tal que haya durado un año tanto la inscripción del título como la tenencia de la
FRVD´$UWtFXOR&´.
Además, el citado artículo enuncia los actos inscribibles dentro de los cuales no se
contemplan a la posesión. Así pues, la posesión no es materia de inscripción. Ni
siquiera adquiere virtualmente la posesión dentro del Registro, a través de la mal
XVDGD ILJXUD GHO ³WtWXOR VXSOHWRULR´ TXH HQ SULQFLSLR SRGUtD DSDUHQWDU VHU XQD
forma de entrada de la posesión al Registro (Guzmán García, 2009).
ii) La protección del poseedor se prevé en los artículos 1732, 1733 y 1734 del
Código Civil, cuando de inmuebles se trata. Estas disposiciones establecen el
interdicto de amparo, el de restitución y el de restablecimiento, destinados a
proteger la posesión que cumpla determinados requisitos entre los que destacan
los siguientes:
5
³6yOR SXHGHQ LQVFULELUVH ORV WtWXORV TXH FRQVWHQ GH HVFULWXUD S~EOLFD GH HMHFXWRULD R Ge otro
GRFXPHQWRDXWpQWLFRH[SUHVDPHQWHDXWRUL]DGRSRUODOH\SDUDHVWHHIHFWR´
³/DSRVHVLyQSURGXFHHQIDYRUGHOSRVHHGRUODSUHVXQFLyQGHSURSLHGDGTXH
ODVFLUFXQVWDQFLDVSRGUiQKDFHUPiVRPHQRVDWHQGLEOHV´
(Q OD SDUWH VXVWDQWLYD VH HVER]DQ ORV OODPDGRV ³LQWHUGLFWRV SRVHVRULRV´
estableciéndose en los artículos 17326 y 17337 del Código Civil. Siendo retomados
el tratamiento de los mismos, en el Código de de Procedimiento Civil entre los
artículos 16508 y 16639, previéndose entre otras funciones la de restitución de las
cosas poseídas y despojadas con violencia por tales vías procesales, se otorga
protección a la posesión en cualquiera de sus expresiones (Guzmán García,
2009).
6
³(O SRVHHGRU WLHQH GHUHFKR D VHU DPSDUDGR R UHVWLWXLGR D VX SRVHVLyQ FRQWUD FXDOTXLHU
SHUWXUEDFLyQRGHVSRMR´
7
³(O SRVHHGRU TXH WHPD IXQGDGDPHQWH VHU SHUWXUEDGR R GHVSRMDdo por otro, puede pedir la
intervención de la justicia, a fin de que se intime al que le amenaza para que se abstenga de
hacerle agravio, bajo una multa de cien mil pesos, según el caso, además de los daños y
SHUMXLFLRV´
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³/RVLQWHUGLFWRVSXHGHQLQWHQWDrse: 1.- Para conservar la posesión de bienes raíces o de derechos
reales constituidos en ellos. 2.- Para recuperar esta misma posesión. 3.- Para obtener el
restablecimiento en la posesión o mera tenencia de los mismos bienes, cuando dichas posesiones
o mera tenencia hubieren sido violentamente arrebatados. 4.- Para impedir una obra nueva. 5.-
Para impedir que una obra ruinosa o peligrosa cause daño. 6.- En los casos de variación o
destrucción de mojones. 7.- Para hacer efectivas las demás acciones posesorias especiales que
enumera el Capítulo II, Título XXXIV, Libro II del Código Civil; y las de que tratan los Artos. 1681,
1683 y 1684 del mismo cuerpo de leyes. En el primer caso, el interdicto se llama QUERELLA DE
AMPARO; en el segundo, QUERELLA DE RESTITUCION; en el tercero, QUERELLA DE
RESTABLECIMIENTO; en el cuarto, DENUNCIA DE OBRA NUEVA; en el quinto, DENUNCIA DE
2%5$58,126$HQHOVH[WRGH$02-21$0,(172\HQHO~OWLPR,17(5',&72(63(&,$/´
9
³/DVHQWHQFLDSURQXQFLDGDHQHVWHMXLFLRGHMDDVDOYRDODs partes no sólo el ejercicio de la acción
RUGLQDULDVLQRWDPELpQHOGHODVDFFLRQHVSRVHVRULDVTXHOHVFRUUHVSRQGDQ´
Según esas normas, el hecho de que el sujeto tenga la posesión de un bien (sea
por la razón que la tenga), le otorga la facultad de acudir a los tribunales a pedir el
amparo de dicho estado posesorio; y cuando esa posesión es amenazada,
perturbada o afectada, el titular posee el derecho a que el ordenamiento jurídico
titule la misma, ante dichas circunstancias (Guzmán García, 2009).
Para Díez Picazo (2001), la posesión cumple entonces una función de legitimación
en virtud de la cual, se determinan comportamiento sobre las cosas que permiten
que una persona sea considerada como titular de un Derecho sobre ella y pueda
ejercitar en el tráfico jurídico las facultades derivadas de aquél, así como los
terceros pueden confiar en dicha apariencia
Por último, cabe destacar que uno de los efectos cardinales de la posesión es la
posibilidad de su conversión en dominio o en el Derecho Real, de que es
manifestación exterior mediante la usucapión. La relación fáctica que ha durado el
lapso de tiempo, señalado por la Ley, es el soporte imprescindible de tal instituto,
bien en su modalidad de usucapión extraordinaria, en la que no se necesita título
alguno, bien en la ordinaria, en la que se purga el vicio o efecto del título, en cuya
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Artículos 1732 y 1733 del C.
virtud hemos adquirido la propiedad o Derecho Real, sobre una cosa ((Díez
Picazo, 2001).
Capítulo II
Una de las clasificaciones más antiguas son las que se dividen en absolutas y
relativas las numerosas teorías ideadas para explicar el fundamento de la
posesión, según que justifican estas considerándolas en sí mismas y por ellas
mismas o la fundan en otras instituciones o consideraciones extrañas a la
posesión (Ihering, 1872)
Los civilistas actuales, sin preocuparse mucho por encuadrar sus opiniones en el
marco de las escuelas clásicas, relativas y absolutas, suelen invocar como
justificación de la protección posesoria variadas combinaciones de argumentos
(Ruggiero, 1994).
Por otra parte Heck, Serrano y Serrano (citado en Ruggiero, 1994) han destacado
la idea de continuidad y permanencia que alienta en la protección posesoria y que
puede explicar la prohibición de la violencia ejercitada contra el poseedor, la auto
ayuda en aquellos derechos que la admiten las presunciones posesorias, la
usucapión, las adquisiciones, las adquisiciones y la protección interdictal.
En realidad, las variadísimas teorías formuladas por los autores, la mayoría de los
cuales han surgido como explicaciones históricas de la posesión en derecho
romano, lejos de ser incompatibles, se complementan entre si y unidas a otras
razones de utilidad, como la de preparar la posición procesal de las partes en
juicio acerca del dominio, justifican cumplidamente la tutela de la posesión
(Ruggiero, 1994).
La teoría subjetiva explica que la posesión en sentido jurídico está integrada por
dos elementos: el corpus y el animus. Este segundo elemento, o sea la intención
de tener la cosa para sí o de obrar como propietario, es para Savigny el
característico de la posesión y el que transforma la detentación en posesión. Los
meros detentadores, al no tener o no poder tener la intención de tratar las cosas
como propias, las poseían para otros y por esta razón no tenían en el Derecho
Romano, salvo los casos excepcionales como lo son el acreedor pignoraticio, el
precarista y el secuestrario (Ruggiero, 1994)
Por su parte la teoría objetiva niega que haga falta un particular animus, y mucho
menos un animus domini, para constituir la posesión
voluntad, sin la cual existiría mera yuxtaposición local, como cuando a una
persona dormida le ponen algo en la mano, ni es distinto e independiente del
elemento corporal, pues está inseparablemente unido a él.
El animus es entonces el propósito del poseedor de servirse de las cosas para sus
necesidades y el corpus es la exteriorización de ese propósito.
i) Puesto que el corpus lleva implícito el animus, toda detentación aunque sea por
otro comprende ambos elementos, o lo que es igual toda detentación es posesión.
ii) Solamente por excepción, es decir cuando la Ley lo determine, se puede privar
al detentador de la protección posesoria.
a todos aquellos que ejercitan un poder de hecho sobre la cosa, excepción hecha
de quienes poseen por cuenta de otro) y del Código Suizo (que, más radicalmente
todavía, reputa poseedor a todo aquel que ejercita un poder de hecho, aunque sea
momentáneo sobre la cosa). No la ha aceptado sin embargo el Código civil
portugués, según el cual para que haya posesión es preciso alguna cosa más que
el simple poder de hecho, es preciso que por parte del detentador haya la
intención de ejercer como titular un Derecho Real sobre la cosa (Ruggiero, 1994)
Esa mezcla se evidencia en que nuestro código civil establece que la posesión
necesita del ánimo de dueño, y sin embargo admite la tutela de la posesión e
incluso la mera tenencia, en los interdictos posesorios.
&DEHGHVWDFDUTXHODGHQRPLQDFLyQGH³LQWHUGLFWR´VHKDWRPDGRGHORVURPDQRV
entre los cuales antiguamente significaba el decreto que bajo ciertas
circunstancias pronunciaba el pretor mandando que tuviese interinamente la
posesión uno de los litigantes para evitar o cortar desavenencias y riñas hasta que
se juzgase con mas conocimiento sobre la cuestión de propiedad y aun sobre la
de mejor derecho a la posesión (Lara Fernández & Mendoza Vásquez, 2013).
Un interdicto no era más que una providencia interina o sententia interim dicta.
Justiniano, sin embargo, dice que se llama inter duos dicitur; y otros muchos
aseguran que proviene del verbo latino interdicere, que significa prohibir o vedar,
ya que los primeros interdictos fueron prohibitorios, porque todos ellos, si se
analizan bien, contienen prohibición tácita o expresa (Lara Fernández & Mendoza
Vásquez, 2013).
Se dice que en época justiniana desaparece la función del interdicto, dando paso a
las acciones posesorias, no siendo ya el interdictum, a partir de las colecciones
bizantinas, más que un nombre o recuerdo histórico (Gómez Orbaneja & Herce
Quemada, 1969). Para Justiniano interdicto proviene de la locución quia inter duos
dicitur (porque es dicho entre dos).
SRVHVRULDV 3RU ~OWLPR VH H[WHQGLy OD GHQRPLQDFLyQ GH ³LQWHUGLFWR´ D DOJXQDV
demandas relativas a la propiedad, cuyo trámite se diferenciaba poco de los
MXLFLRVSRVHVRULRV´%UXWDX
Para +HUQiQGH] *XLOOpQ QR HV FRUUHFWR GHFLU ³,QWHUGLFWRV´ VLPSOHPHQWH
FXDQGR VH TXLHUH PDQLIHVWDU OD LGHD GH FRQIOLFWRV SRVHVRULRV VLQR ³,QWHUGLFWRV
3RVHVRULRV´ SDUD VDEHU D TXH QRV UHIHULPRV SXHVWR TXH OD SDODEUD ³LQWHUGLFWR´
WLHQHRWURVLJQLILFDGRWDOHVFRPR³FHQVXUDHFOHVLiVWLFD´\SHUVRQDTXHHVWiQEDMR
interdicción, etc. Los interdictos son procesos cautelares o conservativos según la
expresión de Carnelutti y Manuel de la Plaza (1962).
Por ende en este tipo de procesos, el legislador protege las situaciones de hecho y
otorga acciones para que se mantengan esas situaciones, sin perjuicio de que
Atrás dijimos que los interdictos son juicios sumarios posesorios por lo que
FRQYLHQH GHILQLU pVWH GLFLHQGR ³(V DTXHO HQ TXH QR GLVSXWDPRV VREUH OD
propiedad, dominio, o cuasidominio de alguna cosa o derecho, sino sobre la
retención o recobro de la posesión o cuasiposesión de una cosa o incorporal
(Flores González, 1993)
Manresa y Navarro (citado en Ortiz Urbina, 2002) consideraron que los interdictos
posesorios son juicios sumarísimos que tienen por objeto decidir interinamente
sobre la actual y momentánea posesión, sin perjuicio del derecho de propiedad de
los interesados o suspender o evitar un hecho que nos perjudique o pueda causar
daño.
Los interdictos no sólo son juicios sumarios, sino también provisionales ya que su
tramitación es más sencilla y breve que la del juicio ordinario y se dicen que son
provisionales porque las sentencias que en ellos recae, aunque tienen el carácter
de definitivo dentro del interdicto, no producen excepción de cosa juzgada ya que
deja el camino abierto para acudir al juicio ordinario, en el cual puede ponerse en
tela de juicio al dominio o propiedad de la cosa, sin que por ello opte la sentencia
emitida en el interdicto. El fin que esto es atender a cosas urgentes, evitando que
las partes se hagan justicia por sí mismo (Flores González, 1993; Artículos 1663, y
1651del Pr).
El legislador por razones de orden público estableció el remedio rápido por medio
del cual los jueces civiles decidieren interinamente sobre el hecho de la posesión,
amparando en la posesión o tenencia al que esté amenazado de ser perturbado o
despojado; o restituyendo en la posesión interinamente, al que ha sido
despojado.(artículo 1650 del Pr).
Las acciones posesorias que se ventilan en los interdictos tienen por objeto
defender la posesión de los bienes inmuebles únicamente pues de conformidad
con el artículo 179711 C., las cosas muebles no pueden ser objeto de despojo, sino
11
³/DV FRVDV PXHEOHV QR SXHGHQ VHU REMHWR GH OD DFFLyQ GH GHVSRMR VLQR FXDQGR HO SRVHHGRU
fuere despojado de ella junto con el inmueble. Al despojado de cosas muebles corresponde
~QLFDPHQWHODDFFLyQFLYLOGHKXUWRXRWUDVVHPHMDQWHVKD\DRQRSUHFHGLGRODDFFLyQFULPLQDO´
Rommel Danilo Barillas Salablanca
³Mecanismos de protección de la posesión en el Código Civil Nicaragüense´
cuando el poseedor fuere despojado de ella junto con el inmueble. Las acciones
posesorias se conceden para defender las cosas que uno no puede sustraerse a
la acción de los terceros, porque no están permanentemente bajo la acción
inmediata, y en cualquier momento pueden ser tomadas, lo que no sucede con los
muebles que se pueden guardar y defender mejor, es decir, que los bienes
muebles quedan fuera de estas acciones, sin embargo, cuando los muebles son
accesorios (artículo 176412 C.) de los muebles o cuando son inmuebles por
destinación (artículo 60113 C.) se puede hacer uso de las acciones posesorias.
Cortés Domínguez (1991).et al, afirman que el objeto primordial de los interdictos
lo constituye la posesión de las cosas. Por ello, es que se desprende claramente
que tan sólo pueden ser objeto de protección interdictal la posesión recayente
sobre la cosa
12
³/DSRVHVLyQGHXQDFRVDKDFHSUHVXPLUODSRVHVLyQGHODVFRVDVDFFHVRULDVDHOOD´.
13
³6RQWDPELpQLQPXHEOHVORVELHQHVPXHEOHVTXHVHHQFXHQWUDQSXHVWRVLQWHQFLRQDOPHQWHFRPR
DFFHVRULRVGHXQLQPXHEOHSRUHOSURSLHWDULRGHpVWHVLQHVWDUORItVLFDPHQWH´
principio, hay que extender también el objeto de los interdictos a las cosas
incorporales, siempre y cuando sean susceptibles de ser poseídas. Por tal razón
debiera conferirse dicha tutela a la propiedad intelectual también.
Civil en su artículo 165114 les ha dado un trámite sencillo, al decir que los
interdictos posesorios se ventilaran y decidirán en juicio escrito sumario o verbal
ordinario, según el valor de los bienes a que se refieran, pase o no de quinientos
pesos (Hernández Guillén, 1962).
14
³/RVLQWHUGLFWRVVHYHQWLODUDQ\GHFLGLUiQHQMXLFLRVHVFULWRVVXPDULRVRYHUEDl ordinario, según el
YDORUGHORVELHQHVDTXHVHUHILHUDQSDVHRQRGHSHVRV´
15
³)XHUD GH ORV FDVRV GH VXPLVLyQ H[SUHVD R WiFLWD GH TXH WUDWDQ ORV DUWtFXORV DQWHULRUHV VH
UHJLUiQ ODV VLJXLHQWHV UHJODV GH FRPSHWHQFLD« - En los juicios en que se ejerciten acciones
reales sobre bienes inmuebles, será Juez competente el del lugar en que esté sita la cosa litigiosa,
GRQGHGHEHFXPSOLUVHRHQGRQGHVHFRQWUDMRODREOLJDFLyQDHOHFFLyQGHOGHPDQGDQWH´
16
³/RVLQWHUGLFWRVSXHGHQLQWHQWDUVH3DUDFRQservar la posesión de bienes raíces o de derechos
reales constituidos en ellos. 2. Para recuperar esta misma posesión. 3. Para obtener el
restablecimiento en la posesión o mera tenencia de los mismos bienes, cuando dichas posesiones
o mera tenencia hubieren sido violentamente arrebatados. 4. Para impedir una obra nueva. 5. Par
impedir que una obra ruinosa o peligrosa cause daño. 6. En los casos de variación o destrucción
de mojones. 7. Para hacer efectivas las demás acciones posesorias especiales que enumera el
Capítulo II, Título XXXIV, Libro II del Código Civil; y las que tratan los Artos. 1681, 1683 y 1684 del
PLVPRFXHUSRGHOH\HV´
Lara Fernández & Mendoza Vásquez (2013) por su lado, aseveran que los
Interdictos de retener y de recuperar la Posesión, solo podrán promoverse
respecto de los bienes inmuebles y de los Derechos Reales constituidos sobre
ellos.
Cabe destacar que el Derecho Romano, corrige y amplia en lo que se refiere a las
cosas susceptibles de posesión, ya que no son únicamente las cosas materiales y
Rommel Danilo Barillas Salablanca
³Mecanismos de protección de la posesión en el Código Civil Nicaragüense´
de estas no solo las inmuebles, sino también los derechos y las cosas muebles, y
no exclusivamente los derechos de carácter real, cuyo ejercicio implica e exige la
posesión material, sino también los derechos incorporales (Prieto ± Castro y
Ferrándiz, 1974).
Hace falta distinguir entre uno y otro interdicto, no porque ello sea interesante para
el procedimiento ±puesto que es el mismo para ambos±, sino por la finalidad de
fondo, y para no errar en la elección del que realmente corresponda (Prieto ±
Castro y Ferrándiz, 1974).
5. Querella de Amparo
GH $PSDUR´ SRU OR TXH QR TXHGD PiV UHPHGLR TXH DFXGLU D ODV GHILQLFLRQHV
contenidas en la doctrina científica.
Por su parte Flores González (1993), asevera que el objeto del interdicto es
retener o conservar la posesión en que ya se está, pero que otro pretende
conquistarnos por medios violentos o legales
Escrich (citado en Flores González, 1993) afirma que se debe usar este interdicto
cuando el poseedor es inquietado por otro en la posesión y cuando dos quieren
litigar sobre la propiedad de una cosa, poseyéndola ambos.
5.3.1 Presupuestos
Ortiz Urbina (2002) nos presenta otros presupuestos que a su juicio, deben ser
tomados en cuenta al momento de presentar una querella de amparo:
titulo, del bien o derecho cuya protección se solicita (Artículos 888, 889, 890, 891,
892, 893 y 1729 del C.).
ii) Que ese estado posesorio ha sido perturbado, acechado, inquietado (Artículo
1654 numeral 2).
iii) Que la demanda se interpone dentro del año de haberse iniciado esos hechos o
actos interrumpidos de posesión, esto es, las perturbaciones, molestias o
acechanzas (Artículos 926 y 1807 del C.).
iv) Que el demandante sea el poseedor a nombre propio que está siendo
perturbado (Artículos 1724 y 1725 del C.)
El Boletín Judicial Número 1933 (p. 8289), enuncia otros presupuestos que deben
de ser tomado muy en consideración al momento de presentarse una Querella de
Amparo:
«Hl artículo 1654 Pr., dispone que para que prospere el interdicto de
amparo de posesión, el actor debe de acreditar de manera cumplida los
extremos siguientes: 1- Posesión actual, tranquila y no interrumpida el actor
sobre el hecho en que se pretende ser amparado. 2- Que la posesión sea
anual, es decir, que por si por medio de sus antecesores, la haya ejercido
por un año completo antes de la perturbación. 3- Que haya sido perturbado
en su posesión por actos de terceros, presuntos o consumados,
consecutivos o no, y que se proponga la acción dentro del año corriente a
partir del día en que la perturbación tengo efecto.
completo del derecho del cual se presente ser protegido, tal y como lo establece el
artículo 172917 del C.
Si embargo de la disposición anterior artículo 1735 del C., HVWDEOHFH TXH ³VL OD
posesión fuere de menos de un año nadie podrá ser mantenido en ella o restituido
MXGLFLDOPHQWHVLQRFRQWUDDTXHOORVFX\DSRVHVLyQQRVHDPHMRU´
Es indudable que existe una contradicción entre la clausula del artículo que
establece el lapso de un año para poder ejercer la acción posesoria y es del caso
repetir que estos conflictos se deben a que el ordenamiento jurídico Nicaragüense
tiene disposiciones o normas perteneciente a distintos sistemas.
Esto atenta no sólo contra la seguridad jurídica que se pretende defender a través
de la querella de amparo, sino contra el mismo orden público.
El que intente una querella de amparo debe expresar en su demanda una doble
de formalidades legales (Prieto ± Castro y Ferrándiz, 1974).
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³/DSRVHVLyQGHORVELHQHVLQPXHEOHVVHDGTXLHUHSRUODLQVFULSFLyQGHOWtWXORFRQWDOTXHKD\D
durado un año tanto la LQVFULSFLyQFRPRODWHQHQFLDGHODFRVD´
18
³/DGHPDQGDGHEHFRQWHQHU(OQRPEUHGHODFWRU(OGHOGHPDQGDGR/DFRVDFDQWLGDGR
hecho que se pide; 4. La causa o razón por qué se pide, y pueden unirse muchas causas para
mayor seguridad de los derHFKRV´
19
Numeral 1 del Art. 1654 del Pr.
medidas o garantías que solicite contra el perturbador, y el Juez las acordará sin
ningún trámite y aún sin notificar al querellado, si la urgencia así lo exigiere20.
Es importante señalar, que el artículo 165521 del Pr., hace alusión a la posibilidad
de exigir daños y perjuicios, lo que es discutido por la doctrina, ya que algunos
juristas consideran que deben discutirse en un juicio sumario, juntamente con la
acción principal; mientras que otros sostienen que es una condena genérica que
debe discutirse en juicio ordinario (Hernández Guillén, 1962).
Según Ortiz Urbina (2002) cuando la posesión (estado posesorio) del actor y la
perturbación, resultaba acreditados plenamente, el Juez al dictar el fallo
declarando con lugar de Amparo, debe imponer al demandado las costas, daños y
perjuicios, por mandato preceptivo del artículo 1655 Pr; a su vez opina este mismo
autor, que para evitar legaciones de incongruencia, el actor debe pedir en su
demanda esta condena genérica.
20
Numeral 2 del Art. 1654 Pr.
21
³6LHPSUHTXHODSRVHVLyQ\SHUWXUEDFLyQIXHUHQMXVWLILFDGDVDPSDUDUiHO-XH]HQODSRVHVLyQDO
perturbado, condenando el perturbador en las costas y en los daños y perjuicios, si hubLHUHOXJDU´
Esas medidas sólo pueden ser multas y fianzas24. No puede ni debe, so pretexto
de cautelar la posesión, ordenando de plano el cese de la perturbación o
restitución, en su caso. En tal sentido, cuando el Juez tenga dudas sobre la
procedencia de la medida cautelar pedida, debe acordar inspección ocular (Ortiz
Urbina, 2002).
22
Art. 1654 Pr.
23
Parte in fine del artículo 1654 Pr.
24
Art. 1634 y 1635 del C.
³1RHVQHFHVDULRHMHUFHUDFWRVSRVHVRULRVHQHOSURSLROXJDUGHODGLVSXWD
basta con haberlo hecho en cualquier lugar de la finca de que forma parte, y
el titulo de dominio debe tomarse en cuenta para tomar los límites del
predio, para los efectos del artículo 1786 del &´
6. Querella de Restitución
El B.J 1914 (p. 609) aclara en qué casos cabe utilizar la Querella de Amparo y la
de Restitución:
Cabe mencionar, que el artículo 1811 del C., dispone que la acción para la
restitución pueda dirigirse no sólo contra el usurpador, sino contra toda persona,
cuya posesión se derive de la del usurpador, por cualquier título. Pero no serán
obligados a la indemnización de los perjuicios, sino que el usurpador mismo, o el
tercero de mala fe, y habiendo varias personas obligadas, todos lo serán insolidum
(Flores González, 1993)
25
$UWtFXOR GHO 3U ³/RV LQWHUGLFWRV SXHGHQ LQWHQWDUVH«- Para recuperar esta misma
SRVHVLyQ´
6.2.1 Presupuesto
Esta clase de interdicto requiere, como condición esencial, que haya mediado
desapoderamiento efectivo, total o parcial, del bien sobre el que recae, no siendo
suficiente, por lo tanto, la simple molestia o turbación en la posesión o tenencia,
pues en tales hipótesis sería admisible el interdicto de retener (Palacios, 2003, p.
817) que en el caso de la legislación nicaragüense es la denominada Querella de
amparo.
6.2.2. Requisitos
Pues bien, para que la protección pueda brindarse por el órgano judicial, se
requiere el cumplimiento de los siguientes requisitos:
ii) Que dicho estado posesorio se ha perdido sin violencia esto es de manera
clandestina, oculta, subrepticia o por ignorancia (Artículos 1728, 1782, 1784 del
C.).
iii) Que la demanda se interponga dentro del año de haber ocurrido la pérdida del
estado posesorio (Artículo 926 del C.).
iv) Que el demandante sea el poseedor despojado (Artículos 1724 y 1725 del C.)
Según Palacios (2003).para que proceda este interdicto se requiere que quien lo
intente, o su causante, hubiere tenido la posesión actual o la tenencia de una cosa
mueble o inmueble y que hubiere sido despojado total o parcialmente de la cosa,
con violencia o clandestinidad.
26
$UWR3U³/RV-XHFHV\7ULEXQDOHVQRSXHGHQHQQLQJ~Q caso dejar de resolver a las partes
sus pretensiones. Cuando a Juicio de ellos no haya ley que prevea el caso o duden acerca de la
aplicación del derecho, observarán las siguientes reglas: 1.- Aplicarán lo que esté previsto en la
legislación para casos semejantes o análogos. 2.- A falta de esto, se estará a la doctrina lega
admitida por la Jurisprudencia de los Tribunales. 3.- En efecto de las dos reglas precedentes, se
resolverá la cuestión por los principios generales del derecho o por lo que se dicte la razón natural.
4.- En último extremo, se aplicará la opinión sostenida por los intérpretes o expositores del derecho
o por lo que se disponga en legislaciones análogas extranjeras, inclinándose siempre en favor de
ODVRSLQLRQHVPiVDXWRUL]DGDV´
27
Artículo 1659 del Pr.
Ortiz Urbina (2002) considera que son pruebas idóneas para justificar la posesión,
y el despojo, dos extremos necesarios para la procedencia de la acción: La
testifical, la inspección ocular, y la prueba de peritos. Sin embargo, en lo respecta
a la documental, esta sólo sirve para colorear la posesión y su despojo, más no
dirime.
7. Querella de Restablecimiento
La acción a que se refiere esta querella, era conocida entre los romanos con el
nombre de acción publiciana, que se define diciendo que es la que compete al que
perdió una cosa que poseía con buena fe, sin haberlo usucapido o prescrito aún
28
³«6L SLGLHUH VHJXULGDGHV FRQWUD HO GDxR TXH IXQGDGDPHQWH WHPH HVSHFLILFDUi ODV PHGLGDV R
garantías que solicite contra el perturbador, y el Juez las acordará sin ningún trámite y aún sin
notificar al querellado, si la urgencia así lo exigLHUH«´
29
El que intente querella de amparo expresará en su demanda, a más de las circunstancias que
debe contener todo escrito de esa naturaleza, las siguientes: 1. Que personalmente o agregando la
de sus antecesores, ha estado en posesión tranquila y no interrumpida durante un año completo
del derecho en que pretende ser amparado. 2. Que se la ha tratado de turbar o molestar su
posesión o que en el hecho se la perturbado o molestado por medio de actos que expresará
circunstancialmente. Si pidiere seguridades contra el daño que fundadamente teme, especificará
las medidas o garantías que solicite contra el perturbador, y el Juez las acordará sin ningún trámite
\D~QVLQQRWLILFDUDOTXHUHOODGRVLODXUJHQFLDDVtORH[LJLHUH´
30
Cfr. Artículo 443 Pr.
contra cualquiera que la detuviere, a no ser que fuese su verdadero dueño (Flores
González, 1993).
Esta querella, por consiguiente protege tanto a la posesión como la mera tenencia,
cuando han sido violentamente arrebatadas, ya sea de los bienes raíces o de los
derechos reales constituidos en ellos (Casiro Viterbo, 1997; Edberg Gruenberg,
1945).
31
³(l poseedor que sea perturbado o despojado puede amparar su posesión o restituirse por su
propia fuerza y autoridad. siempre que su acto sea consecutivo al de la agresión, o acudir a los
7ULEXQDOHVSDUDTXLHQpVWRVOHDPSDUHQRKDJDQUHVWLWXLU´
Aún cuando el artículo 181232 del C., parece dar a entender que la Querella de
Restablecimiento cabe en todo caso de despojo violento, exceptuando únicamente
cuando el despojante es el verdadero dueño de conformidad con el 178433 del C.
El artículo 166235 del Pr., establece las medidas precautorias que pueden
solicitarse y que son comunes a los tres interdictos posesorios estudiados:
Amparo, Restitución y Restablecimiento.
El actor puede pedir medidas cautelares solo para evitar el agrandamiento del
daño producido o de los actos perturbatorios, dichas medidas solo pueden ser
multas y fianzas, jamás se debe pretender la restitución a priori, porque sería
resolver de una vez el conflicto posesorio. Ni el juez puede ni debe so pretexto de
medidas cautelar ordenar de plano el cese de la perturbación o restitución de la
posesión.
32
³7RGRHOque violentamente ha sido despojado, sea de la posesión, sea de la mera tenencia, y
que por poseer a nombre de otro, o por no haber poseído bastante tiempo, o por otra causa
cualquiera, no pudiere entablar acción posesoria, tendrá sin embargo derecho para que se
restablezcan las cosas al estado en que antes se hallaban, sino que para esto necesite probar más
que el despojo violento, ni se le pueda objetar clandestinidad o despojo anterior. Este derecho
prescribe en seis meses, y la acción no puede intentarse contra el verdadero dueño conforme el
artículo 1784. Restablecidas las cosas y asegurado el resarcimiento de daños, podrán intentarse
por una u otra parte las acciones posesorias o las otras que correspondan. El despojante no será
oído en juicio mientras TXHODUHVWLWXFLyQQRVHKD\DHIHFWXDGR´
33
³$UWR - Si alguien pretendiéndose dueño se apodera violenta o clandestinamente de un
LQPXHEOHFX\RSRVHHGRUQRWHQtDWtWXORLQVFULWRHOTXHWHQtDODSRVHVLyQODSLHUGH´
34
³(O TXH LQWHQWDUH OD TXHUHOOD GH restablecimiento expondrá clara y determinadamente en su
demanda, a más de las circunstancias generales, la violencia con que ha sido despojado de la
SRVHVLyQRWHQHQFLDHQTXHSUHWHQGHVHUUHVWDEOHFLGR´
35
Es aplicable la querella de restablecimiento lo dispuesto en el inciso final del artículo 1654 Pr
Para iniciar tema de los daños y perjuicios se diría que como se dejo dicho con
anterioridad , la legislación procesal civil nicaragüense , establece que en los
interdictos es posible reclamar indemnización de daños y perjuicios de lo cual se
hace a continuación un estudio más detallado, pues parte de la doctrina no lo
acepta, es un contenido que se ha venido dogmatizado en la doctrina civilista a
través de la teoría de la vicios del consentimiento, tales como el dolo, la mala fe, y
por supuesto, del daño propiamente dicho. Sin embargo, este tipo de situaciones
encuentra su razón de ser, materialmente en el Derecho Procesal Civil.
Cabe destacar, que para que el daño sea indemnizable ha de infringir una norma
jurídica, debido a que este daño o perjuicio que las normas pretenden reparar o
evitar no es cualquier daño, sino aquel que frustra expectativas aseguradas por el
ordenamiento jurídico. Es decir, el daño debe ser antijurídico, pues, puede haber
daños no antijurídicos que se produzcan conforme a Derecho y que no generan la
obligación de resarcir a cargo de quien los provocó (Santos Briz, 1993).
Nuestro ordenamiento jurídico regula esta acción ±de los daños y perjuicios±en los
artículos Art. 186036 y 186537 del Código Civil.
36
³4XHGDQ VXMHWRV D OD LQGHPQL]DFLyQ GH ORV EDxRV \ SHUMXLFLRV FDXVDGRV ORV TXH HQ HO
cumplimiento de sus obligaciones incurren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier
modo contravinieren HOWHQRUGHDTXHOODV´
37
³/D LQGHPQL]DFLyQ GH GDxRV \ SHUMXLFLRV FRPSUHQGH QR VyOR HO YDORU GH OD SpUGLGD TXH KD\D
sufrido, sino también el de la ganancia que haya dejado de obtener el acreedor, salvas las
disposiciones contenidas en los artículos siguienWHV´
Pero, antes de responder esta interrogante debo explicar una situación confusa
que posee nuestro Código de Procedimiento Civil al momento de determinar los
tipos de juicios, esto con el fin de concluir si la vía correcta es la ordinaria o la
especial.
Pero bien, el mismo Art. 931 Pr., confunde juicio con pretensión, al decir que los
juicios versan sobre derechos reales o personales; continúa al Art. 932 Pr.
desarrollando el contenido de las pretensiones, al explicar que en relación a las
cosas, ³HO MXLFLR FLYLO HV SRVHVRULR R SHWLWRULR´ según se trate de su goce
(conservación) o del dominio (restitución); luego da un giro más extraño en
relación al tema y en el Art. 933 Pr., el legislador establece que en dependencia de
que en la relación sustantiva una parte mantenga la posición activa o en la que
ambos puedan recíprocamente mostrarse actores, por tener igual deber o derecho
en dicha relación, la legitimación para el ejercicio del derecho de acción puede ser
simple o doble; es decir en esta norma no se tipifica tampoco un procedimiento,
sino la titularidad originaria para el ejercicio del derecho de acción, si hay un
acreedor y un deudor, al acreedor corresponde el ejercicio del derecho de acción,
luego es del tipo simple; mientras que en una comunidad de bienes, por ejemplo,
cualquier comunero puede demandar la cesación o la toma de medidas para su
administración, todos están en igual posición, por eso lo tipifica como doble;
finalmente es en el Art. 934 Pr., en el que se nos presentan aunque erráticamente,
algunas de las matrices que nos interesan, al decir: ³VH GLYLGH HO -XLFLR &LYLO HQ
RUGLQDULR \ H[WUDRUGLQDULR \ HQ VX VHJXQGR SiUUDIR TXH ´/RV MXLFLRV FLYLOHV
extraordinarios se dividen eQHMHFXWLYRVVXPDULRVYHUEDOHV\HMHFXWLYRVYHUEDOHV´
Pero bien, aunque todo lo anterior todavía no nos deja claro la vía a utilizar a
momento de cuantificar y pedir los daños y perjuicio en materia interdictal, de lo
que si se queda claro es de las consecuencias que necesariamente a posteriori
emergen en la práctica procesal civil, por el hecho de ser copias fieles de códigos
y legislaciones foráneas.
Y es que los artículos 165538, 165939 y 166040 del Pr., nos determinan que el Juez
que conoce del proceso interdictal puede condenar al perturbador o al despojante
en las costas así como en los daños y perjuicios, si hubiere lugar. Sin embargo, el
legislador omite establecer el procedimiento que debe seguir el judicial en estas
situaciones, y de paso omitiendo también la vía procesal que debe seguir el
solicitante, dejando al arbitrio del Juez la competencia de conocer en la misma
causa la petición antes referida, o bien, de enviarlo a la vía ordinaria.
38
³6LHPSUHTXHODSRVHVLyQ\SHUWXUEDFLyQIXHUHQMXVWLILFDGDVDPSDUDUiHO-XH]HQODSRVHVLyQDO
perturbado, condenando el perturbador en las costas y en los daños y perjuicios, si hubiere lugar.
En caso de que la perturbación se hubiere ejecutado con violencia, el Juez, al ordenar el amparo,
someterá al perturbador al procedimiento criminal. En los casos de este artículo se observará lo
SUHVFULWRHQHO$UWR´
39
³(QORVVLPSOHVGHVSRMRVTXHVHSUDFWLFDUHQHQWUHSDGUHRPDGUHHKLMRPDULGR\PXjer, sólo se
PDQGDUiODUHVWLWXFLyQVLQFRVWDVGDxRVQLSHUMXLFLRVQLRWURSURFHGLPLHQWR´
40
³/RGLVSXHVWRHQHO$UWRLQFLVRILQDOHVDSOLFDEOHHQODTXHUHOODGHUHVWLWXFLyQ´
41
´/RV -XHFHV \ 7ULEXQDOHV QR SXHGHQ HQ QLQJ~Q FDVR GHMDU GH UHVROYHU D las partes sus
SUHWHQVLRQHV«´
tramitación especial será considerado como ordinario, por lo que se aplicará tal
procedimiento. Sin embargo, esto sólo debe aplicarse en temas contenciosos, en
SURFHGLPLHQWRV GHFODUDWLYRV QR FRPR OR HVWDEOHFH HO DUWtFXOR ³VH DSOLFDUi HO
procedimiento ordinario en todas las gestiones, trámites y actuaciones que no
estén sometidos a una regla especial diversa, cualquiera que sea su naturaleza.
/RTXHVtHVYiOLGRHVDILUPDUORGHODV³VLWXDFLRQHVGLYHUVDV´SHURTXHVHJ~QHO
caso que nos atañe, a mi juicio, esto no aplica para los interdictos posesorios, por
lo que lo correcta es pedir la acción de daños de perjuicios en la vía ordinaria.
Lo anterior es ratificado por los artículos 164643 y 165144 del Pr, al expresar que si
no se tiene una tramitación especial, se llevará a cabo o se planteará una que será
especial como el juicio sumario, pero que no es tan especial como otras
tramitaciones especiales de que habla el artículo 6 del Pr. Ya que se aplica a
controversias especificas; los llamados casos de jurisdicción voluntaria. Si nos
apegamos estrictamente a los que establece las normas procesales, se puede
afirmar que la indemnización de daños y perjuicio por no establecer una
tramitación especial, debe reclamarse en la vía ordinaria; y si por otro lado se
considera la autorización de pedirlos a sabienda que los daños y perjuicios en
materia de interdicto son en la vía ordinaria, entonces se estaría ante una clara
antinomia jurídica. Lo correcto, según mi punto de vista, es que los daños y
perjuicios sean pedidos en una vía distintas a la interdictal, y de este modo, el
perturbado y/o despojado tenga la plena seguridad jurídica de lo que está
solicitando y pueda haber un debate con la amplitud que ofrece el juicio ordinario.
42
³6H DSOLFDUi HO SURFHGLPLHQWR RUGLQDULR HQ WRGDV ODV JHVWLRQHV WUiPLWHV \ DFWXDFLRQHV TXH QR
HVWpQVRPHWLGRVDXQDUHJODHVSHFLDOGLYHUVDFXDOTXLHUDTXHVHDVXQDWXUDOH]D´
43
³(O SURFHGLPLHQWR GH TXH WUDWD HVWH SiUUDIR VH aplicará en de defecto de otra tramitación
especial: 1.- A los casos en que la ley ordene proceder sumariamente, o breve o sumariamente o
con conocimiento de causa o en otra forma análoga. 2.- A las cuestiones que se susciten sobre el
ejercicio de servidumbres naturales o legales, o sobre las prestaciones a que ellas dieren lugar; y
del derecho que concede el Arto. 1682 C.; 3.- En general, a los casos en que la acción deducida
requiera, por su naturaleza, tramitación rápida para que sea eficaz, siempre que no estén
VRPHWLGRVSRUODOH\DRWUDFODVHGHSURFHGLPLHQWR´
44
³/RVLQWHUGLFWRVVHYHQWLODUiQ\GHFLGLUiQHQMXLFLRHVFULWRVXPDULRRYHUEDORUGLQDULRVHJ~QTXHHO
YDORUGHORVELHQHVDTXHVHUHILHUDQSDVHRQRGHTXLQLHQWRVSHVRV´
Los orígenes remotos de esta clasificación tan conocida en los tiempos que
corren. En todo proceso existe la necesidad de establecer períodos ±razonables
de tiempo-, para que las partes puedan hacer valer sus pretensiones, brindando
los medios y las oportunidades necesarias para que defiendan sus derechos y
viertan cuanto argumento sea posible y necesario para verificar la hipótesis
propuesta. Pues bien, esa protección al deber de defensa procesal no es algo que
deba quedar ad perpetuam sino, por el contrario, que debe tener momentos
precisos y finitos para su debida realización (Dávila Aguilar, 2010).
Cada etapa procesal supone entonces un momento para ser desarrollada, luego
de este momento se considerará inoportuna la realización de cualquier gestión
judicial, situación que no vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva de los
justiciables, sino que la restringe a un marco de cumplimiento de términos y
presupuestos procesales, que propician la prontitud del proceso, puesto que,
como solía decir Couture, en el derecho el tiempo no es oro, es justicia (Dávila
Aguilar, 2010).
Por otro lado, la cosa juzgada material surge en aquellas sentencias que no
pueden ser atacadas, esto es aquellas sentencias ya definitivas, y en algunos
casos puede tener como antecedente la cosa juzgada formal, materializada en la
sentencia dictada en un proceso que se pretende revisar mediante otro, pero esto
tiene carácter excepcional y solo procede en aquellos casos en que la ley lo
establece específicamente. En los demás casos en que la Ley no permite la
revisión de la resolución en otro juicio se da la cosa juzgada material desde que
queda firme, por haberse agotado todos los recursos correspondientes
(Calamandrei, 1962).
Así, por ejemplo si en un juicio posesorio se declara que una de las partes es
poseedor de un bien inmueble frente, la otra parte puede demandar en juicio sobre
reivindicación posterior. En ese caso el poseedor no puede hacer uso de la
excepción de cosa juzgada en tanto la causa de pedir ha cambiado y por ello se
configura como un nuevo proceso. Razón suficiente que permite descartar el uso
CONCLUSIONES
embargo, el artículo 1735 del C., deja la puerta al denunciante, para que este
pueda presentar la querella aunque no se tenga un año en la posesión.
El tema de los daños y perjuicios de que habla el artículo 1655 del C deja la
posibilidad al Juez que conoce del interdicto para declarar y condenar la
sentencia, sin un procedimiento previo en atención al artículo 6 del Pr, el juez está
obligado a tramitarla en vía ordinario, esta situación genera una antinomia jurídica.
Recomendaciones:
Ante esta situación, que surge una antinomia, se plantea una interpretación acorde
al artículo 6 y al artículo 7 del Pr; es decir la aplicación de la vía ordinaria, tomando
en cuenta que los procedimientos no dependen del arbitrio del juez ni de las
partes.
Referencias Bibliográficas:
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Calamandrei, P. (1962). Derecho Procesal Civil. (Tomo I). México: Harla, S.A.
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Especial, 5ta Edicion. Tirat lo Blanch: Madrid.
Díez Picazo. (2001). Sistema de Derecho Civil 3: Derecho de Cosas. Ed. Tecnos:
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obligacionHV´ YRO , ³3DUWH JHQHUDO 7HRUtD JHQHUDO GHO FRQWUDWR HGLF
revisada y puesta al día por F. RIVERO HERNÁNDEZ. Dykinson: Madrid
Ortiz Urbina, R. (2002). Derecho Procesal Civil, Tomo II. Editorial Jurídica.
Managua.
Prieto ± Castro Ferrándiz, L. (1969). Derecho Procesal Civil. Volumen II. Revista
de Derecho Privado: Madrid.