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Filosofía de la Mente

Jackson: Fred y Mary

Fred

Fred es una persona que tiene las mismas habilidades para reconocer y clasificar los
colores que el resto de la gente. Se le considera una persona competente en la
discriminación y reconocimiento de colores; clasifica cada color como es debido. Pero
cuando se le muestra una serie de objetos de color rojo algo extraño ocurre: Fred no los
clasifica todos según el mismo color –el rojo en este caso-, sino que los reúne en dos
grupos distintos; él admite que los objetos mostrados son de dos colores distintos.
Donde nosotros vemos solo rojo, él ve rojo1 y rojo2 como dos colores completamente
distintos –tan distintos como para nosotros son el verde y el amarillo.

Con el fin de comprender esta habilidad única que posee Fred se realiza una exhaustiva
investigación de su cerebro que muestra una anomalía en el sistema óptico de Fred. Se
concluye que Fred puede ver un color más que el resto1. En nuestro intento por saber
qué tipo de experiencias tiene Fred cuando ve el rojo2, intentamos conocer todos los
hechos físicos sobre Fred hasta obtenerlos todos. Pero llegados a este punto en el que
conocemos toda la información física acerca de Fred, parece que nos es imposible saber
qué experimenta Fred cuando ve el rojo2. Hay algo que se resiste al conocimiento físico,
algo que parece de otra naturaleza2. Si toda la información física acerca de Fred se
conoce, entonces no hay nada que no se sepa acerca de la experiencia visual de Fred.
Pero el consecuente del condicional es falso. Existe algo acerca de la experiencia visual
del color de Fred que no sabemos y que, en consecuencia, no es físico.

Para ratificar la argumentación previa, se plantea un escenario en el que es posible


implantarse el cerebro de Fred. Nos implantamos el cerebro de Fred. Si antes del
implante conocíamos todo lo que había que conocer acerca de los hechos físicos de
Fred, entonces no deberíamos conocer nada nuevo después del implante, pero resulta

1
Pongamos por caso que se trata de rojo2.
2
El conjunto de toda la información física acerca de Fred parece que no puede explicar su experiencia
visual. Los hechos físicos y las experiencias visuales de Fred poseen un status ontológico distinto que
imposibilita una reducción materialista de las experiencias visuales de Fred.
que sí conocemos algo nuevo, esto es, cómo es ver el color rojo2 –conocemos algo más
acerca de las experiencias visuales de Fred.

Mary

Mary es una eminente neurocientífica que ha estado confinada toda su vida en una
habitación bicromática: todo lo que la compone es de color blanco y negro. Ella conoce
todos los hechos físicos acerca del sistema visual de las personas y, más concretamente,
acerca de la percepción del color. Sabe todo lo que ocurre -todos los hechos- a nivel
físico cuando alguien ve un color –aunque se trate de uno que nunca haya visto. En
suma, ella posee todos los conocimientos físico-químicos que ocurren en el cerebro
frente a un estímulo visual.

Un día Mary es liberada de su confinamiento y sale al mundo exterior. Se espera que,


como conocía todos los hechos físicos relevantes para la percepción visual, no aprenda
nada nuevo cuando vea un color distinto del blanco y del negro. Pero resulta que cuando
Mary ve el color rojo por primera vez en su vida, sí conoce algo nuevo; esto es, cómo es
ver el color rojo. Es decir, qué se experimenta cuando se ve el color rojo, más allá de los
fenómenos físicos -fisiológicos y químicos- que se producen en su cuerpo. Como Mary
aprende algo nuevo, implica que existe algo involucrado en la percepción del color rojo
que no es físico –ya que Mary poseía toda la información física al respecto. En
conclusión, el fisicalismo es falso o incompleto.

El “argumento del conocimiento” recibe su nombre debido a que sostiene que, aun
disponiendo de todo el conocimiento físico que exista respecto a una persona, este no
puede explicarlo todo acerca de esta. Aquello que los hechos físicos no pueden explicar
es la conciencia fenoménica o los qualia. Por eso, aun conociendo todo lo físico, resulta
que conocemos cosas nuevas cuando vemos un color, olemos una rosa, sentimos
dolor… En ambos argumentos sucede lo mismo: se conocen todos los hechos físicos,
pero no todos los hechos, pues se conoce algo nuevo cuando se trata de una experiencia
fenoménica (rojo2 en Fred o el color rojo en Mary). Por ejemplo, en el caso de Mary:
¿qué es aquello que sucede en su experiencia visual y que no es físico? Los qualia. La
experiencia fenoménica de Mary al ver el color rojo no se puede explicar en términos
físicos, pues el cuerpo de Mary ejemplifica dos tipos de propiedades ontológicamente
distintas -las mentales y las físicas- no reductibles la una a la otra3. Cómo es ver el color
rojo entraña un aspecto cualitativo de la percepción visual de Mary; los hechos físicos,
por el contrario, solo pueden explicar todo aquello que ocurre cuando Mary ve el color
rojo en términos cuantitativos. Por lo tanto, Mary sí aprende algo nuevo cuando percibe
el color rojo. En conclusión, la explicación de la percepción visual en términos
fisicalistas es insuficiente, hay algo más que se resiste al reduccionismo materialista y
que es de naturaleza distinta: los qualia. Mary sí conoce algo nuevo: cómo es ver el
color rojo.

Nagel-Jackson

Según Jackson, el argumento de Nagel expuesto en What it is like to be a bat? (1972)


no refleja la cuestión esencial del carácter fenoménico de la conciencia. Jackson piensa
esto porque considera que Nagel apela únicamente a la cuestión del punto de vista y no
tematiza adecuadamente los qualia, es decir, aquello que hace de una experiencia ser
cómo es; el aspecto cualitativo del ver el color rojo: la rojedad del rojo. Nagel defiende
que por mucha (o toda) información que tengamos acerca de los hechos físicos de un
murciélago, jamás podríamos saber cómo es ser un murciélago; qué se siente al ser un
murciélago: cómo sería estar en su lugar (obtener su punto de vista). Incluso, debido a la
diferencia orgánica tan grande, tampoco podemos imaginar cómo es ser un murciélago,
pues todo intento por imaginarnos su punto de vista se hace desde el punto de vista
humano, que está privado de ciertos caracteres específicos de los murciélagos (como su
visión, que funciona como un sonar ya que emite ultrafrecuencias para detectar los
objetos circundantes), por eso, el punto de vista de un murciélago es accesible tan solo
por organismos que compartan la misma fisiología.

Jackson quiere recalcar la diferencia entre el “argumento del conocimiento” y el de


Nagel (Chalmers, 2002, p.276). El argumento de Jackson pretende mostrar que hay algo
acerca de la experiencia4 de Fred (o Mary) que no es explicable o reducible a términos
físicos o cuantitativos; que incluso si se llega a conocer aquello que nos era inaccesible

3
Tesis del dualismo de propiedades.

4
Más allá de lo que ocurre a nivel físico-químico.
físicamente, el carácter fenoménico de la conciencia (gracias al implante del cerebro de
Fred o cuando Mary ve por primera vez el color rojo), en ese caso tampoco podremos
saber cómo es ser Fred -aunque sí podríamos decir que sabemos algo más acerca de
Fred. Conocer toda la información física y no física (el aspecto cualitativo de la
experiencia) sobre Fred no nos da acceso a su punto de vista; simplemente, dice
Jackson, “We are not Fred” (p.276). Podemos conocer tanto como sea posible acerca de
la experiencia de Fred, pero en lo que respecta a su punto de vista, nada podemos saber
acerca de cómo es tener esas experiencias siendo Fred. El carácter subjetivo de toda
experiencia es epistémicamente privado e inaccesible para terceras personas. Por lo
tanto, podemos saber qué experiencias tiene Fred, pero no cómo las tiene él en
particular; solo se puede saber cómo es ser uno mismo.

¿Por qué es irrelevante el argumento de Nagel para refutar el fisicalismo? Jackson


considera que el punto de vista es inaccesible tanto para el fisicalista como para el
epifenomenólogo. No podemos saber cómo es ser otra persona porque no somos esa
persona. Lo que sí podemos saber es que hay algo más además de los hechos físicos en
nuestras experiencias: la dolorosidad del dolor, el olor de una rosa… Los qualia –el
aspecto cualitativo de ciertas experiencias- no son explicables en términos físicos, y por
eso el fisicalismo es falso, o, al menos, incompleto. Pretender refutar el fisicalismo
argumentando que no es capaz de explicar cómo es ser X es inútil, pues el fisicalismo
no pretende explicar el punto de vista de cada persona en particular, sino el conjunto de
experiencias en tanto que procesos físico-químicos, lo cual el argumento del
conocimiento sí refuta, pues conocer todo acerca de los hechos físicos no es suficiente
para explicar el aspecto cualitativo de la conciencia -las propiedades mentales que
ejemplifica, es decir, los qualia. Además, añade Jackson, al fisicalismo le resulta
irrelevante la capacidad imaginativa o extrapolativa del ser humano para poder pensar si
podría o no podría captar el punto de vista de un murciélago (p.276).

Paul Churchland - Eliminar los qualia: réplica al argumento del conocimiento


Paul Churchland formaliza el argumento de Jackson del siguiente modo5:

1) ∀x ((Hx & Fx) → mKx) ; Premisa (1)


2) ∃x (Hx & ¬mKx) ; Premisa (2)
3) ∃x (Hx & ¬Fx) ; (C)

El argumento de Jackson es formalmente válido, está lógicamente bien construido, pero


Churchland cree que el uso del término “conocer” es equívoco o confuso en (1) y (2).
Mientras que en (1) la palabra “conocer” se refiere a “knowledge. Churchland sostiene
que si el término “conocimiento” usado en (1) y (2) no es el mismo, entonces la
inferencia de (1) y (2) a (C) se evapora, con lo cual la conclusión no puede deducirse de
las premisas y el argumento queda invalidado. Entonces, el problema no está en la
estructura lógica del argumento, sino en la semántica de los términos.

Churchland establece la distinción entre “conocer qué” y “conocer cómo”6, donde el


“conocer cómo” se refiere al conjunto de habilidades adquiridas por alguien –un saber
no lingüístico-, y el “conocer qué” se refiere al contenido discursivo que alguien posee –
contenido proposicional, articulable en palabras, etc. Algunos autores han criticado a
Jackson en términos similares. Para ellos, de lo que realmente carece Mary no es de un
saber qué, pues conoce todo el saber “escrito”, sino de un saber cómo, ya que carece de
las habilidades necesarias para discriminar los colores, reconocerlos, imaginarlos, etc.
¿Por qué? Sencillamente porque nunca ha percibido dichos colores. Por lo tanto, la tesis
de estos autores es que Mary no aprende nada nuevo en el sentido de “knowing that”,
sino que aprende una serie de habilidades nuevas. Churchland considera que servirse del
argumento de la “hipótesis de la habilidad”7 para criticar a Jackson es insuficiente, pues
la ciencia nos brinda la posibilidad de elaborar una crítica empleando términos
científicos y apoyándonos en la neurociencia. Para él, se debe explicar la distinción
entre los tipos de saber en base a la variedad de tipos de representación interna que se
halla típicamente en un cerebro normal.

5
Significado de las propiedades y de la relación: Hx = x es acerca de humanos, Fx = x es relativo a lo
físico, m = Mary, mKx = m sabe que x.
6
En inglés, “knowing that” y “knowing how” respectivamente. El primero sería como (i) y el segundo
como (j).
7
Véase el argumento de la hipótesis de la habilidad de Lewis (1983).
Así pues, Churchland ofrece una explicación fisiológica acerca del conocimiento no
discursivo (o proposicional) que parece estar presente en toda percepción del color.
Según la neurociencia, todo organismo competente a la hora de discriminar colores ha
desarrollado una representación de la gama de los colores familiares que parece
consistir en una configuración específica de millones de conexiones sinápticas entre
neuronas que componen el área V4 del cerebro8. De este modo, según la longitud de
onda de cada onda electromagnética9 que impacte en nuestras retinas, se generará un
patrón específico de actividad en el área V4, la cual es la encargada del procesamiento y
la representación de la información del color. Según el estímulo recibido se generarán
particiones en el área V4 asociadas a cada color. Parece ser que es gracias al desarrollo
de esta zona del cerebro que se dan el conjunto de habilidades que se espera que tenga
un organismo competente en el color, algunas de las cuales son el discernimiento, la
distinción, el reconocimiento, la imaginación, etc.

Mary parece carecer -o al menos poseer de forma atrofiada- de este tipo de


representación no lingüística. Su espacio representacional dentro del área relevante de
neuronas contendría solamente el subespacio o partición para el color negro y blanco, ya
que los estímulos visuales que han moldeado su configuración sináptica estaban
limitados a estos pocos colores -recordemos que solo ha visto el blanco y el negro.
Según Churchland, a Mary no le faltan únicamente una serie de habilidades, sino que le
falta algo más fundamental: Mary no tiene desarrollada plenamente la zona del cerebro
que da lugar a la representación no lingüística. Por lo tanto, sí hay algo que ella no sabe.
Cuando vea por primera vez el color rojo, se generará un subespacio en el área V4
destinado al color rojo, lo cual le conferirá una serie de habilidades que antes no tenía.
Así pues, Mary conoce algo nuevo al salir de la habitación, a pesar de que ella ya
conocía -porque lo sabe todo de la neurología- su déficit representacional.

Finalmente, Churchland reformula el argumento de Jackson eliminando la ambigüedad


del término “conocer”10.

1’)∀x∀f ((Hx & Fx) → mK(f)x) ; Premisa (1’)

8
Paul Churchland (1989, p.3).
9
Así se separan los colores en el espectro de luz visible por el ojo humano.
10
Se añade f , que es igual a: formas de conocimiento.
2’)∃x∃f (Hx & ¬mK(f)x) ; Premisa (2’)

3’)∃x (Hx & ¬Fx) ; (C’)

Ahora (1’) resulta ser falsa –al contrario que (1)-, pues Mary carece de una forma de
conocimiento de un aspecto físico de la gente. Específicamente, ella carece de una
adecuada configuración de las conexiones sinápticas entre neuronas de un área concreta
de su sistema visual. Por lo tanto, ella carece de un tipo de representación no lingüística
que proporciona una serie de habilidades, es decir, una forma de conocimiento. Como
Mary no posee todas las formas de conocimiento acerca del aspecto físico de las
personas, entonces (2’) resulta ser verdadera –como lo era (2). Al reformular el
argumento de Jackson obtenemos que: (1’) es falsa y (2’) es verdadera, de lo que se
sigue que (C’) es falsa. El argumento antifisicalista es falso.

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