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El educador social

Ética y práctica profesional


Social Educator. Ethics and professional practice
O educador social. Ética e prática profissional
Leonor Ronda Ortín
Universidad Maria S. S. Asunta. Roma

Resumen cepted by society and professionals, but when


they find themselves against the “other”, they
En una sociedad caracterizada por la incerti- are often obliged to make decisions involving
dumbre y la precariedad, a los educadores so- their responsibility as a person and an edu-
ciales no les basta recurrir a los métodos y téc- cator.
nicas propios de la profesión. El educador, por
las características y las circunstancias de su key words: Educational relation, everyday
trabajo, necesita una sólida preparación ética. life, application, autonomy, professional et-
En muchas ocasiones puede recurrir a nor- hics, good life, “empowerment”, responsibi-
mas y reglas reconocidas y aceptadas por la lity.
sociedad y por el colectivo profesional, pero
cuando se halla solo ante el “otro”, muy a me- Resumo
nudo, se ve obligado a tomar decisiones que
implican su responsabilidad como persona y Em uma sociedade caracterizada pela incer-
como educador. teza e insegurança para os trabalhadores so-
ciais não é suficiente para utilizar os méto-
palabras clave: Relación educativa, cotidia- dos e técnicas da profissão. O educador, a
nidad, solicitud, autonomía, ética profesional, natureza e as circunstâncias do seu trabalho,
vida buena, “empoderamiento”, responsabili- você precisa de uma ética sólida.
dad. Em muitos casos, pode recorrer a regras
e normas reconhecidas e aceitas pela socie-
Abstract dade e pelo grupo profissional, mas quando
ele está sozinho com o "outro", muitas ve-
In a society characterised by uncertainty and zes, é forçado a tomar decisões que envolvem
scarcity, social educators require far more a sua responsabilidade como pessoa e edu-
than the methods and techniques related to cador.
their professional practice. Considering the
nature and circumstances of their work, edu- palavras-chave: Relação educativa, diaria-
cators also need solid ethics training. mente, pedidos, autonomia, ética profissional,
They can often have recourse to rules and boa vida, "empowerment", responsabilidade.
regulations generally acknowledged and ac-

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1. Los educadores socio-políticos de un área geográfica deter-
minada.
Si tratamos de observar el trabajo que reali- Los primeros educadores aparecen en Eu-
zan los educadores en Europa, encontraremos ropa cuando instituciones públicas o priva-
una gran variedad de servicios en los que ejer- das reconocen la necesidad de encontrar
cen su profesión así como usuarios de todas personas capaces de ejercer una función edu-
las edades y que presentan problemas de ín- cativa o reeducativa fuera del ámbito escolar.
doles muy diferentes. Podemos encontrar a • Alemania fue el primer país en legitimar
educadores trabajando con jóvenes delin- el trabajo soco-educativo. Ya en 1878 se
cuentes en institutos de reeducación y tam- promulgó una ley para la tutela de la ju-
bién en cárceles para adultos. Los podemos ventud y la nueva ley de la asistencia de
encontrar en ámbitos dedicados a la sociali- 1922 estableció la presencia de personal
zación de personas con discapacidades más educativo en los institutos de reeducación
o menos graves, en residencias y centros de para menores delincuentes.
día. Trabajan también en el campo de las adic- • En Francia los educadores aparecen en
ciones sea a nivel de prevención que de re- los primeros años cuarenta con el país di-
habilitación, a pie de calle y en centros resi- vidido en dos zonas y la delincuencia ju-
denciales. Los encontramos con niños y venil redoblada. Al final de la guerra, na-
jóvenes, con familias disgregadas, en hoga- cieron las primeras escuelas para la
res y centros de día. Los encontramos en cen- formación de educadores y en 1947 los
tros residenciales para menores inmigrantes educadores franceses se reunieron en aso-
“sin papeles” y en residencias y centros de día ciación: “L’Association Nationale des Édu-
para jóvenes, adultos y ancianos con proble- cateurs des Jeunes Inadaptés” (ANEJI )1.
mas de salud mental. La lista podría ser mu- Casi al mismo tiempo se empieza a desa-
cho más larga y nos lleva a preguntarnos cuál rrollar la profesión en Suiza y en Bélgica.
es la magia de una práctica profesional capaz • En Italia el primer curso de dos años para
de responder a necesidades tan diferentes. la formación de “educadoras” data de 1953
No sólo son numerosos los ámbitos, los y fue organizado por la “Federazione Ita-
usuarios y las realidades en las que ejerce su liana Religiose Assistenza Sociale” (FI-
profesión el educador. Incluso el adjetivo con RAS)2 y naturalmente, en aquel momento,
el que se le califica varía en distintas áreas era sólo para religiosas que prestaban ser-
europeas. El educador es “social” en España, vicio en instituciones para huérfanos y me-
en Alemania y en algunos otros países de in- nores abandonados.
fluencia germánica, es “especializado” en Fran- • En España la profesionalización se en-
cia y en otros países de lengua francesa y es cuentra estrechamente ligada al retorno,
“profesional” en Italia. En la cultura anglosa- al principio de los años setenta, de algu-
jona no se ha hablado de educadores hasta nos educadores formados en Francia. Ellos
hace relativamente poco tiempo, los educa- crearon las primeras escuelas con un mo-
dores sociales eran englobados en la catego- delo de formación muy parecido al mo-
ría general de los trabajadores sociales con una delo francés.
particular especialización en el ámbito de me- • En 1951 fue fundada la AIEJI (Asocia-
nores y jóvenes. Todo esto tal vez pueda ex- ción Internacional de Educadores de Jó-
plicarse, en parte, porque se trata de una pro- venes Inadaptados). En ese momento sólo
fesión relativamente reciente, en parte por la cuatro países se asociaron: Francia, Bél-
historia de los orígenes de la profesión, orí- gica, Países Bajos y República Federal de
genes siempre ligados a los acontecimientos Alemania. En la actualidad la Asociación,

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aunque conserva las siglas con las que es desarrollaba: la escuela. Tal vez se podría in-
conocida, ha modificado su denominación tentar un estudio de la historia de la función
que es: Asociación Internacional de Edu- socio-educativa a partir de los lugares en los
cadores Sociales (Ronda, 2001a). que se desarrolla: los espacios residenciales,
constructores de vida cotidiana, los centros
2. La función socio-educativa de elaboración cultural, los lugares para el
tiempo de asueto y de diversión, la calle, el
La función que ejercen hoy los educadores so- trabajo… Estos espacios forman el fondo in-
ciales ha sido legitimada en Europa en tiem- tegrador en el que se inscribe la acción socio-
pos relativamente recientes, pero se trata de educativa. Es este un escenario tal vez inco-
una función que ha estado siempre presente herente, confuso que se cruza con elementos
en la historia de la humanidad. Esta función que no siempre las instituciones han consi-
puede ser entendida como guía y acompaña- derado como educativos pero que aparece
miento del otro dirigidos, en primer lugar, a rico de posibilidades.
su pleno desarrollo pero también, en la ma- Vista desde esta perspectiva la función que
yoría de los casos, a conseguir la plena ciuda- ejercen los educadores sociales no solo apa-
danía, la participación y la inclusión social. Es rece en una pluralidad de escenarios sino que:
esta una función que en todo tiempo y en cual- • Los actores ya no son solo los niños y
quier parte del mundo ha sido ejercida por di- los jóvenes sino también los adultos con
ferentes actores, a veces naturales y cons- necesidades especiales.
cientes de su función como la familia y los • Los instrumentos educativos pueden ser
adultos de la tribu, otras veces actores in- los actos de la vida cotidiana, las historias
conscientes e involuntarios no reconocidos de vida de los actores, la libre expresión
como educadores. personal, el deporte, la música, la gráfica,
En el ser humano se realiza, a lo largo de toda producción creativa.
la vida, un proceso de humanización que al- • Las categorías que se consideran educa-
canza su plenitud gracias a la educación. La tivas pueden ser muy variadas y no siem-
función socio-educativa se coloca en este am- pre predefinidas y programadas: la ca-
plio espacio educativo. Promueve, entre los se- sualidad de un encuentro, la reciprocidad
res humanos, la benevolencia, la solidaridad de la acción, las acciones banales de to-
y la compasión entendida en su sentido ori- dos los días como lavarse, comer, preparar
ginal de “sentir con el otro”. Aunque la edu- los alimentos, preparar una salida o una
cación puede y debe, en muchos casos, com- actividad…(Ronda, 2001b)
partir y transmitir información, saber,
capacidades y habilidades, la función socio- 3. La profesión
educativa privilegia la socialidad y la búsqueda
de significados compartidos. De hecho, Cuando se habla de profesión es importante
cuando un miembro de un grupo, por cual- fijar la atención en el valor que se da a esta pa-
quier motivo, no quiere o no puede compar- labra. En el pasado las profesiones socio-sa-
tir los significados que generalmente el grupo nitarias y educativas se concebían principal-
atribuye a los acontecimientos de la vida, el mente casi como una misión o una “vocación”
grupo lo aparta, lo aleja y lo considera enfermo a la que se atribuía una fuerte dedicación per-
o loco. sonal. Ha sido este un reduccionismo predo-
La historia de la educación entendida so- minante en los primeros años de la profesión
bre todo como enseñanza se puede hacer y de los educadores. En tiempos más recien-
se ha hecho partiendo del lugar en donde se tes ha aparecido otro tipo de reduccionismo

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ideológico contrapuesto que consiste en iden- ber hacer profesional, que impidan la inva-
tificar la profesionalidad con un ejercicio asép- sión, por ambas partes de los campos perso-
tico de la misma. Se han valorado la falta de nales en la tarea cotidiana. Se pueden subra-
implicación personal y el rigor en la aplica- yar algunos de estos aspectos, aunque no son
ción de una ciencia y una técnica. los únicos:
En realidad la palabra ‘profesión’ tiene la • La cercanía: el educador no utiliza un set-
misma raíz que el verbo ‘profesar’ y que el sus- ting educativo limitado en el tiempo y en
tantivo ‘profesor’. Etimológicamente derivan lugar protegido. Los educadores no pasan
del verbo latino pro-fiteor. En esa raíz etimo- sólo horas sino tal vez días, semanas, me-
lógica se encuentra la idea de manifestar, de- ses en compañía del usuario. La continui-
clarar públicamente que se pertenece a un dad es otra de las necesidades del trabajo
grupo que posee algunos conocimientos y educativo.
también que se desea sacar provecho de esos • La cotidianidad: el trabajo se realiza en
conocimientos. No hay nada negativo en “vi- momentos de la vida de todos los días. Ac-
vir” del ejercicio de una profesión que pro- ciones como lavarse, comer y preparar la
porciona un servicio y una ayuda a alguien comida, trabajar, divertirse juntos son ve-
que lo necesita. Se trata de construir una re- hículo para la acción educativa.
lación dialéctica entre implicación personal • El lugar de trabajo: queda determinado
y competencia científica. La adquisición de ha- por los lugares de vida del usuario: El cen-
bilidades y competencias en el ejercicio de la tro residencial, el centro de día, la fami-
profesión es fundamental, ineludible y nece- lia, la escuela, la calle… Son lugares donde
saria en una visión ética de la profesión, pero es fácil que se pongan en evidencia, los
esa misma ética de la profesión requiere una contrastes, las dificultades, las contrapo-
implicación subjetiva de quien decide dedi- siciones que es necesario afrontar “en
carse a algunas profesiones. vivo”.
Por otra parte, la relación entre el profe-
sional y el cliente es una relación asimétrica Se trata pues de comprender, desde un
en la que el profesional posee mayor poder de- punto de vista ético, esta relación dual “entre
bido a su mayor saber. Aunque es esta una un educador y un educando cuando tratan
condición que afecta a todas las profesiones, de vivir juntos volente-nolente una aventura
resulta particularmente relevante en las pro- educativa” (Meirieux: 1991, 11). Desde un
fesiones socio-sanitarias y educativas que se punto de vista ético, el educador no puede por
relacionan con usuarios en situaciones de di- menos que interrogarse sobre la finalidad de
ficultad y por ello mismo de mayor indefen- sus actos, cuando se coloca ante el otro. Se trata
sión. La necesidad de una fuerte componente de “otro” visto y considerado sujeto y no ob-
ética y de un código deontológico se hace par- jeto de educación, “otro” cuyos actos no serán
ticularmente necesaria para el educador social nunca el simple resultado de las influencias
por las características que asume la acción so- que pueda recibir. Reconocer de este modo
cio-educativa y por las modalidades de trabajo al “otro” obliga a cuestionar el trabajo educa-
de los educadores. tivo desde un punto de vista ético. Cada vez
que el educador actúa, en todo lo que dice y
4. Ética y relación educativa hace, en todas y cada una de las decisiones que
toma, debe permitir que el otro sea un sujeto
La relación dual en el trabajo de los educado- ante él y tal vez contra él.
res posee aspectos que necesitan códigos de En estas condiciones, por muy científicos
conducta, principios y valores, además del sa- que sean el análisis y la evaluación de la rela-

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ción educativa, cuando un ser humano pre- 5. Ética y educación social
tende educar a otro surge una cuestión que se
coloca en el corazón mismo de la ética y que Es necesario ponerse una pregunta: “¿La ini-
concierne a las condiciones para que se dé la ciación, la crianza y la educación que recibi-
posibilidad de promover la emergencia de un mos en el seno del dúo moral nos preparan
sujeto, es decir la emergencia de una liber- para la vida en el mundo?” (Bauman: 2010,
tad. Por todo esto, un educador, por muy se- 69). Los educadores no se encierran en la re-
guro que esté, y debe estarlo, de sus capaci- lación a dos. Son conscientes de que su trabajo
dades profesionales y por muy convencido se realiza en un contexto social que necesita
que esté, y debe estarlo también, de la vali- leyes, normas y códigos que regulen las rela-
dez de sus convicciones morales y de las nor- ciones entre individuos. Se encuentran dos ti-
mas sociales a las que se adhiere, no puede evi- pos de argumentos, opuestos entre sí, para
tar confrontarse con decisiones éticas hasta proclamar esta necesidad.
en los actos aparentemente más banales de Algunos pensadores como Hobbes o Durk-
la vida cotidiana (Meirieux: 1991, 13-14). heim creen que es necesario imponer restric-
Como afirma Bauman, “el futuro de los ser- ciones a la libertad de los individuos porque
vicios sociales y en general, el futuro del es- la maldad de la naturaleza humana y los ins-
tado del bienestar no depende hoy de (…) una tintos antisociales de los seres humanos ha-
mejor puntualización de las reglas, de las cla- rían inhabitable una sociedad que no limitase
sificaciones o de los procedimientos, ni de la la libertad de los individuos, imponiendo le-
reducción de la variedad y la complejidad de yes y normas para la convivencia.
las necesidades y de los problemas humanos. Otros pensadores, entre los que se en-
Ese futuro depende, en cambio, de los nive- cuentra Emmanuel Lévinas, creen en la ne-
les éticos de la sociedad en la que vivimos…” cesidad de reglas para la convivencia social
(Aimé: 2003a, 113). por una razón diametralmente opuesta. Para
Naturalmente estos niveles éticos no de- Lévinas, la necesaria coacción social nace de
penden exclusivamente de los educadores, se la ilimitada llamada del “otro” y de la infinitud
trata de una cuestión que concierne a cada ser de la exigencia ética inscrita en el corazón del
humano cuando se pone en relación con los ser humano. Las prescripciones y las normas
demás pero la ética se halla en el corazón sociales sirven para aliviar el peso de una res-
mismo de la educación cuando esta se pro- ponsabilidad que resultaría demasiado grande
pone no sólo desarrollar un proceso de inte- (Bauman: 2010, 72-75).
gración social sino también promover la Cuando se afronta la cuestión de la ética
emergencia de un sujeto y de una libertad. En profesional, tal vez se repropone la distinción
el ejercicio de la profesión se promueven ob- que hacía Max Weber entre la ética de la con-
jetivos diferentes que se entrecruzan y no se vicción y la ética de la responsabilidad que
excluyen: es aquella de quien debe ejercer una función
• Ayudar para que emerja el otro como ser social o una función pública y debe traducir
humano libre. los valores de esa sociedad en situaciones con-
• Promover su capacidad de entablar re- cretas. Estas dos visiones no son en realidad
laciones intersubjetivas satisfactorias. contrapuestas. La acción social parte de una
• Como esto ocurre en una realidad social convicción, de unos valores, de unos princi-
el educador promueve también el desa- pios que el profesional debe tener claros y
rrollo en el “otro” de sus capacidades como debe saber explicitar pero, en cada situación
ciudadano. concreta, estas convicciones han de medirse
con una realidad que hace al profesional res-

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ponsable del resultado y de la eficacia de su tiana evidencian dos aspectos irrenunciables
acción. Toda acción educativa implica siem- pero no contrapuestos y no superponibles. Se
pre haber asumido una responsabilidad res- trata de dos recursos para comprender lo que
pecto al otro, respecto a sí mismo, respecto sucede con el juicio ético en situaciones con-
al colectivo profesional y, en términos gene- cretas (Aimé: 2003b, 80-83).
rales, respecto a la sociedad. La práctica edu- Ante la praxis cotidiana, ninguna práctica
cativa no se puede evaluar sólo con relación técnicamente bien organizada y ningún có-
a los resultados obtenidos, pero del mismo digo deontológico, eximen al educador de ana-
modo se debe rechazar una evaluación que tu- lizar, en la soledad de la responsabilidad, si
viera en cuenta solamente los valores que han está obrando como un “buen educador”, es de-
guiado la acción y la buena intención. cir si busca la “vida buena” para sí mismo y
La palabra responsabilidad puede tener para los otros. La “vida buena” para el “otro”
dos significados distintos. En términos jurí- en su unicidad requiere la solicitud en un ám-
dicos la palabra evoca la posibilidad de im- bito social de justicia y lealtad. El educador
putar a alguien un acto ilícito. El otro signifi- debe poder garantizar al “otro” que la institu-
cado marca a las personas capaces de ción que los acoge a ambos procede con jus-
responder de sus actos a nivel social. La per- ticia y equidad. Es el educador quien tendrá
sona responsable es aquella que sabe cuáles que “plantar cara” ante decisiones superiores
son sus deberes y obligaciones y, con su con- que impidan o dificulten la “vida buena”. En
ducta, responde a ellos. Entre estos dos sig- estos casos el educador debe reaccionar ante
nificados puede aparecer, a veces, una con- lo inadmisible e intolerable. Si no lo hace por
tradicción. En ocasiones, por miedo a asumir “pereza” o por pasividad ante lo que considera
responsabilidades y por el temor a equivo- vínculos institucionales no podrá considerarse
carse se puede llegar a sustraerse a los debe- un buen educador.
res que la función educativa reclama. Por otra parte la norma es también nece-
Paul Ricoeur (1990) nos recuerda que saria. La dimensión normativa se traduce en
cuando es necesario dar un juicio práctico en un principio de universalización. El educador
una situación determinada podemos hacer re- debe sentir que lo que él decide hacer pue-
ferencia a dos tradiciones culturales distin- den hacerlo otros, que si algo es válido para
tas y que se presentan como contrapuestas. sí mismo es válido para los demás. Si no es así
Una de ellas se apoya en Aristóteles y la otra existe la posibilidad de que esté actuando por
en Kant. El autor no elabora una síntesis im- intereses inconfesables.
posible de estas dos tradiciones culturales pero En cualquier circunstancia, el educador
afirma que son ambas necesarias y que es me- lleva consigo su “mundo ético” que debe ser
nester conjugarlas para alcanzar la sabiduría capaz de conocer y explicitar. Muy a menudo
práctica. En el momento de la acción, en nues- bajo el concepto de ética lo que aparecen son
tro caso la acción educativa, existe una tensión las ideologías y viceversa. Es fácil llamar ideo-
entre dos niveles que podríamos también lla- logía lo que nos parece contrario a la ética que
mar el nivel ético y el nivel moral. Ricoeur da defendemos y llamar ética a todo aquello que
prioridad al primero, el nivel de la intencio- nos parece confirmar nuestra ideología. Es im-
nalidad ética, que él define como tensión a portante buscar y reconocer la ideología en
la “vida buena” y deja para la norma un se- nuestras posiciones éticas. Se trata de no mez-
gundo nivel que tiende a la universalización. clar ideología y ética pero se trata de aceptar
Se puede decir que tanto las intenciones como que la una implica la otra.
los resultados no resultan del eclecticismo. Del mismo modo es importante tener pre-
Tanto la perspectiva aristotélica como la kan- sente las implicaciones políticas de nuestras

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decisiones éticas y viceversa. La política de la tancia cuidadosa. El educador solícito es dili-
que hablamos es un proceso en el que cada ciu- gente y cuidadoso. Cuando el verbo cuidar se
dadano está llamado a construir con los demás vuelve reflexivo, el diccionario nos dice que
las normas que permitan la convivencia res- cuidarse quiere decir “darse buena vida”. No es
petando la libertad de cada uno. Para que el in- difícil pensar que cuidar quiera decir para el
dividuo se someta a las leyes del grupo es ne- profesional “promover la vida buena” del otro.
cesario que pueda participar en la definición El objetivo primario del cuidado es obtener que
de esas leyes aun cuando las posiciones que de- el “otro” tome conciencia de sí mismo para que
fendía no hayan prevalecido. Es por este mo- le sea posible ejercer sus funciones sociales
tivo que resulta tan difícil sostener valores en las situaciones de vida concretas.
como la participación ciudadana ante usuarios El fundamento de la educabilidad se halla
a los que se mantiene alejados de cualquier de- en la capacidad de devenir del ser humano de
cisión que los concierne. Es también difícil y, todas las edades. El ser en devenir se enfrenta
tal vez, imposible para los educadores una a su posibilidad “de sentir, de pensar, de ra-
“buena praxis” en instituciones rígidas y no zonar, de creer, de actuar, de cambiar y tam-
participativas. Para que el educador pueda de- bién se enfrenta a todas sus facultades emo-
sarrollar su trabajo según la “buena praxis” hay tivas, afectivas y sociales. De hecho para poder
que inventar, en los servicios educativos, los “hacerse”, es decir, para construirse, el ser hu-
espacios políticos necesarios para el desarro- mano tiene necesidad de confrontarse (…)
llo ético de las personas implicadas. pero el confrontarse con sí mismo se realiza
sólo en el encuentro con el otro” (Nosari: 2002,
6. La buena práctica profesional 56-57). Este intercambio educativo que da lu-
gar a la coeducación en las relaciones entre se-
Se ha dicho de la necesidad para el educador res humanos puede, en ocasiones, dar lugar
de poner al “otro” al centro de su práctica edu- a que un profesional de la educación acom-
cativa. Surge, sin embargo la posibilidad de pañe este proceso porque su cliente, por va-
que los educadores teman que este posiciona- rias razones que no siempre le pueden ser im-
miento resulte una vuelta a los viejos temas de putadas, no ha encontrado con anterioridad
la “vocación” y de la “dedicación” incondicio- relaciones constructivas y solícitas.
nal en contra de lo que significa la adquirida Para poder realizar los objetivos de la
profesionalidad. Por este motivo muchos edu- educación es preciso que el educador se
cadores, aun aceptando la necesidad de tratar deje interrogar por el “otro”. Es necesario que
los asuntos éticos de la profesión, son reacios sepa comprender su demanda de humanidad
a abrir debates sobre estas cuestiones aunque y que sepa traducirla en posibilidades de pre-
demuestran adhesión a la posibilidad de es- sente y de futuro. El cuidado del otro requiere
tablecer un código deontológico. del educador la capacidad de hacer previsio-
Teniendo en cuenta las adquisiciones pro- nes sobre los resultados de su acción pero no
fesionales, los conocimientos teóricos y teó- puede predeterminar estos resultados. Los
rico-prácticos, se podría intentar una des- procesos educativos se hallan lejos de la ob-
cripción de algunos principios de la “buena jetividad y de la racionalidad científicas pero
praxis” educativa aun sabiendo de antemano la preparación, la competencia y la habilidad
que se trata de una propuesta no exhaustiva unidas a la solicitud pueden guiar al educador
(Ronda: 2003a). en la incertidumbre que representa el respeto
de la libertad del “otro”.
• El principio del cuidado y de la solicitud. La
solicitud es por su misma definición una ins-

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• El principio de la autonomía obliga al edu- políticas educativas a las que responde el ser-
cador a respetar al otro como sujeto. En estas vicio o la institución así como su modelo or-
condiciones no es posible absolutizar el prin- ganizativo y los recursos de los que se puede
cipio de la solicitud. El educador no es el “sal- disponer. La mayor o menor amplitud del
vador” del “otro”, ni decide sólo cómo es la campo producido por la intersección de estos
“vida buena” que aquel debe alcanzar. La falta elementos da como resultado la mayor o me-
de respeto de este principio conduce a un es- nor esperanza de poder llevar a cabo una
tilo de educación “patriarcal” a la que el edu- “buena práctica educativa”. En cualquier caso
cando se somete o ante la cual se rebela, a una el educador tendrá siempre que negociar para
educación violenta que suscita también vio- obtener los mejores resultados a favor de su
lencia en el educando o, a veces, a una espe- cliente porque los elementos de los que se ha-
cie de ensañamiento educativo con miras a bla más arriba se hallan a menudo en conflicto.
cumplir los objetivos a los que el otro tratará Es en este ámbito donde se presentan muy a
de sustraerse de mil maneras. Es necesario po- menudo los mayores dilemas éticos. Cuando
ner de relieve, una vez más, que el educando por necesidades económicas es preciso dar
no es objeto de educación, sino sujeto junto al prioridad a una intervención o cuando se ne-
educador de su devenir en el proceso educa- cesitan recursos que no llegan para poder lle-
tivo. El cliente es visto como interlocutor y pro- var a cabo una acción o cuando la organización
tagonista y la acción profesional se somete y del servicio no responde o responde mal a las
se subordina a su cultura, a su modo de ver necesidades de algunos clientes…
la vida y al mundo al que pertenece. Cuando El educador deberá discutir y argumen-
la acción educativa se ejerce con menores o tar su punto de vista sobre lo que es justo ha-
con sujetos necesitados de tutela, el trabajo cer en cada momento con sus colegas y con
educativo tratará en primer lugar de desarro- sus superiores aunque después de argumen-
llar al máximo la capacidad del sujeto a deci- taciones razonadas no se llegue a un punto de
dir por sí mismo. vista común. El principio de equidad requiere
que cada cual tenga bien presente lo que para
• El principio de equidad cobra importancia él es intolerable. Tal vez no sea posible traba-
en los contextos institucionales y organizati- jar en organizaciones perfectamente justas, ni
vos. La equidad como idea básica “es la exi- elaborar a priori una teoría de la justicia pero
gencia de evitar prejuicios en nuestras eva- en cada situación particular se puede y se
luaciones y tener en cuenta los intereses y las debe tratar de obrar con justicia y reparar la
preocupaciones de los otros, y, en particular, injusticia cuando sea necesario. “Lo que nos
la necesidad de evitar el influjo de nuestros in- mueve, con razón suficiente, no es la percep-
tereses creados, o de nuestras prioridades… ción de que el mundo no es justo del todo, lo
(Sen: 2010, 83). El proceso educativo com- cual pocos esperamos, sino que hay injusticias
prende una serie de acciones explorativas que claramente remediables en nuestro entorno
permiten la construcción de “mundos posi- que quisiéramos suprimir” (Sen: 2010, 11).
bles” con los cuales el educador piensa que po-
drá responder a una llamada, a un problema En los casos de conflicto entre el mandato
o a una necesidad. La definición de estos mun- institucional y el sentido de justicia del edu-
dos posibles tiene que medirse con las posi- cador podría ser de gran utilidad la existencia
bilidades que ofrece el contexto. de un código deontológico. Los educadores, en
Tres elementos permiten definir el con- distintos países europeos, se han mostrado
texto en el que se realiza la acción educativa: poco propensos a la redacción de un código
el problema que el educador debe afrontar, las deontológico. Tal vez porque a veces se ha con-

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fundido, con una especie de Carta de los “de- fusa de posibilidades. La mayor parte de los
beres” más al servicio de la institución que seres humanos en la actualidad le temen más
de los educadores. La poca confianza de los a ser inadecuados o incapaces de alcanzar esas
educadores en un código deontológico queda posibilidades que a sentirse culpables. La en-
reflejada en un editorial de mayo de 1996 de fermedad del siglo XXI no es la neurosis sino
la revista Lien Social que dice: “Un código es la depresión (Barman: 2010, 72-74). Esta si-
una reunión de leyes, un conjunto de dispo- tuación cambia profundamente los problemas
siciones relativas a una materia particular. de las personas con las que trabajan los edu-
Existe el código civil y el código de la circula- cadores. En el mundo de los usuarios, el edu-
ción… los ciudadanos deben respetar los có- cador encontrará sobre todo a personas de-
digos bajo pena de sanciones. Si la amenaza primidas, que se verán incapaces de integrarse
de una sanción no existe ¿no sería mejor ha- en una sociedad que los rechaza por inade-
blar de catálogo de buenas intenciones o de cuados. Será siempre más difícil promover en
Carta a la que nos podemos referir sin pena ellos fe en sí mismos y deseos de integración.
y sin mérito? Un código deontológico se Otro aspecto digno de nota en las actua-
puede tomar en serio sólo si los que (…) no les sociedades desarrolladas es la pérdida de
lo respetan son sancionados” (Ronda: 2003b, valor del pacto social al que habían llegado las
200-201). Tal vez de aquí parta el miedo de los democracias occidentales. La última crisis fi-
educadores a la elaboración de un código de- nanciera que todavía padecemos ha puesto en
ontológico visto más como legislación san- evidencia que el poder político de los Estados
cionadora que como guía y ayuda en el ejer- resulta impotente y debe plegarse ante el po-
cicio de la profesión. der financiero. En estas circunstancias es utó-
pico pensar que las políticas sociales puedan
7. Las mutaciones sociales ser dirigidas a favorecer a los más desposeídos.
Para los educadores resultará cada vez más di-
La práctica profesional y un ejercicio ético de fícil obtener recursos para algunos proyectos,
la profesión pueden verse dificultados, en la en particular, para proyectos de prevención o
actualidad, por algunas de las mutaciones so- de reducción del daño. Un servicio público de
ciales que se han producido en los últimos lucha contra las dependencias no va a buscar
años. Las sociedades humanas en los países a los posibles usuarios, no establece relaciones
desarrollados presentan algunas característi- de cercanía, no ofrece apoyo a menos que la
cas que conviene recordar. Una de ellas es el persona esté dispuesta a dejar de consumir. No
llamamiento siempre más acuciante al con- puede hacerlo porque todo esto no está en sus
sumo. El buen ciudadano es el ciudadano que objetivos y tampoco cuenta con los recursos
consume. El eslogan que mueve esta sociedad de personal para hacer esta labor. Hoy se alega
es que a mayor consumo, mayor producción que los proyectos de prevención son dema-
y por tanto mayor desarrollo y mayor riqueza siado costosos pero se apuesta por proyectos
y bienestar. En tiempos no muy lejanos, según de seguridad ciudadana a cargo de la policía
Freud, las normas sociales servían para con- y de aparatos de vigilancia en las calles. De este
trolar el principio del placer en beneficio del modo, los “buenos ciudadanos” están dis-
principio de realidad. Sin embargo la socie- puestos a ceder partes de libertad por una hi-
dad actual ha descubierto que el desarrollo del potética seguridad.
principio del placer produce, a través del con- Otro de los aspectos de la sociedad actual
sumo, grandes beneficios comerciales. La vida que se debe tener en cuenta es la globalización.
del ciudadano se halla pues sometida no a Uno de los resultados más patentes de la glo-
grandes prohibiciones sino a una oferta pro- balización es que el espacio y el tiempo son cada

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vez menos importantes. Lo que ocurre aquí y En el mundo griego, privado y público,
ahora puede tener consecuencias imprevisibles ética y política, son distintos pero nunca se-
en lugares lejanos y en tiempos distintos. En parados; en el mundo contemporáneo se
épocas pasadas el ser humano sentía remordi- asiste no sólo a una separación cada vez ma-
miento por el daño ocasionado a otro. Hoy, aun- yor de ambos contextos sino a un intento de
que los seres humanos se sienten cada vez me- confundirlos y de tratar como privadas mu-
nos culpables y cada vez más inadecuados, la chas cuestiones cuyos aspectos más impor-
interdependencia fruto de la globalización hace tantes son eminentemente públicos. Hoy, por
que nunca podamos sentirnos completamente ejemplo, la familia, la educación y la sociali-
inocentes de lo que ocurre incluso muy lejos de zación de los jóvenes tienen siempre menor
nosotros. Ser buenos ciudadanos aquí y ahora cabida en las políticas públicas y quedan arrin-
ya no basta. Una conducta ética requiere que conadas como problemas privados.
indaguemos sobre qué debemos cambiar en Antígona puede servirnos de ejemplo si
nuestra conducta para que otros seres huma- queremos conciliar, sin confundir privado y
nos ajenos, porque lejanos en el espacio o en público, derechos y leyes, norma moral y po-
el tiempo, puedan vivir una realidad menos do- der de gobierno.
lorosa y difícil (Jonas, 1990). “Al centro del conflicto que opone a Creonte
y a Antígona se halla un cuerpo sobre el que
8. Ética y conciencia contienden dos fuerzas de las cuales una es pri-
vada, la piedad familiar, y la otra pública, la
La modernidad destruyó una representación razón de estado. Antígona, la hermana, quiere
de la realidad según la cual esta responde a un que ese cuerpo sea sepultado; Creonte, el rey,
orden eterno y eternamente establecido. Esta quiere que el cuerpo del traidor quede inse-
misma modernidad y la post-modernidad han pulto. La primera hace valer el derecho de los
ido construyendo una nueva fe en la ciencia muertos; el segundo, las leyes de la ciudad.
y en la técnica. En realidad tampoco esta Aunque hoy estemos lejos de la pietas antigua
nueva fe se sostiene actualmente. Hoy la hu- respecto a los difuntos no podemos dejar de
manidad usa los descubrimientos científicos comprender la profunda contradicción que en-
para construir armas de exterminio cada vez frenta a ambos (…). Recibir sepultura por el cui-
más sofisticadas, poblaciones enteras son cien- dado de las personas queridas es la última es-
tíficamente exterminadas y la mayor parte de peranza contra la desesperación de quien ve
las innovaciones tecnológicas se usan de modo cercana la propia muerte. Recibir sepultura por
contrario a la conservación de los equilibrios manos de los que amamos es como volver a
naturales. El decaer de las esperanzas puestas casa, a la “tierra nativa”, donde se encuentra
en la ciencia puede ser uno de los motivos por la paz y una vida que continúa en el amor y en
los que en la actualidad se está vivificando un el recuerdo. Al mismo tiempo, para los vivos
deseo de ética en nuestras vidas. se trata de alimentar el diálogo con quien los
Existe otra razón para tratar de vivificar el ha precedido y de hacerlos vivir aunque es-
pensamiento ético y es la necesidad actual de tén muertos” (Zagrebelsky: 2002, 23).
coordinar ética y política. Sócrates puede ser Creonte ordena un castigo ejemplar por-
considerado como el paradigma de la obe- que tiene miedo de perder su poder sobre la
diencia a las leyes de la ciudad. En realidad ciudad, Antígona decide desobedecer las ór-
él acepta la muerte injusta a la que se le con- denes del rey, no porque crea que sea justo de-
dena porque él mismo había participado a la sobedecer las leyes de la ciudad sino porque
promulgación de esa ley y la sentía como dic- siente en conciencia que tiene el deber de obe-
tada por su conciencia. decer a un dictado de su conciencia que está

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por encima de esas leyes. Dar sepultura a su sólo en cuestión la capacidad y habilidad del
hermano aunque haya sido traidor a su país. educador sino también su persona en el mo-
Una sociedad no puede existir sin leyes mento de ejercer su profesión. Es por este mo-
que la rijan pero tampoco puede renunciar a tivo que el educador ha de ser un sujeto libre
justificar el contenido de esas leyes y, para que y autónomo, capaz de elegir, capaz de escoger,
los individuos y los grupos puedan sobrevivir, capaz de decidir entre varias opciones.
las leyes de la convivencia tienen que estar por
encima de la afirmación individual. Antígona, 9. Ética y educación
dando sepultura a su hermano, no busca su
afirmación personal. En realidad acepta mo- Han sido necesarios dos mil años “desde que
rir con tal de dar respuesta a lo que le dicta los sabios de la antigua Grecia inventaron el
su conciencia. concepto de paideia, para que la idea de edu-
Con anterioridad se ha dicho que los edu- cación a lo largo de toda la vida” cobre reali-
cadores sociales establecen una relación asi- dad (Bauman: 2010, 258).
métrica con los usuarios en la que el mayor Cuando se disparan proyectiles a blancos
poder está de parte de los educadores. Tam- fijos o a blancos móviles se necesitan tecno-
bién es verdad que los educadores reciben un logías muy diferentes. Contra un blanco fijo se
salario por parte de las instituciones públi- trata sólo de ser capaces de hacer cálculos y
cas o privadas para las que trabajan, pero la ajustar el tiro desde una posición inicial. Si se
institución que paga y que distribuye los re- trata, sin embargo, de un blanco móvil nece-
cursos pone al educador en una situación asi- sitamos que el proyectil mismo sea un “misil
métrica en la que este resulta ser el polo más inteligente” capaz de cambiar su trayectoria se-
débil. El educador deberá ser capaz de con- gún los movimientos del blanco y olvidando
trastar este poder cuando así lo necesiten sus todo lo que, sobre su trayectoria posible, sa-
usuarios y muy a menudo podrá encontrarse bía precedentemente. Los proyectiles inteli-
con dilemas éticos entre la obediencia a las gentes no lo serían si no pudieran cambiar de
normas de la institución y lo que le dicte su opinión o revocar sus decisiones anteriores. Lo
conciencia moral en bien de un usuario. que nunca pueden olvidar es que el conoci-
El filósofo italiano Gianni Vattimo, en una miento que de vez en vez van adquiriendo es
entrevista al diario El País del día cinco de abril sumamente desechable y que el éxito es posi-
de 2010 dice, hablando de los docentes de se- ble solamente si son capaces de reconocer el
cundaria: “No se debe imaginar al docente momento en el que el conocimiento adquirido
como un productor de tecnología. Un educa- deja de ser útil y hay que adquirir otro.
dor debe tener tiempo de ocio; de hecho, el ori- En épocas pasadas la cultura se hallaba
gen etimológico de escuela viene de ocio, lo ligada a la acumulación de conocimientos; en
contrario de negocio. Lo que no puede ser es la actualidad parece más ligada a la disconti-
que los mejores profesores (…) sean como mi- nuidad y al olvido. En una cultura de mercado
sioneros”. Esta dicotomía parece estar presente no existe la planificación para toda la vida.
a todos los niveles de la educación. Esto no ayuda al empoderamiento de la ciu-
Los educadores sociales en todo momento dadanía que sería según la Comisión Europea
se han encontrado con dos modelos de refe- el objetivo principal del aprendizaje a lo largo
rencia que parecían oponerse, por una parte de toda la vida. El empoderamiento necesita
la “misión solidaria” y por otra la técnica me- que se puedan construir vínculos entre los se-
todológica. Estos dos aspectos están aún pre- res humanos que permitan realizar un espa-
sentes en la función socio-educativa tal como cio público en el que todos puedan partici-
hoy es ejercitada. Estos dos aspectos no ponen par en las definiciones de derechos y deberes,

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intereses y necesidades individuales y comu- poder pero no se puede contrastar el princi-
nitarias. En este sentido la educación debe ser pio en sí mismo… porque de las trasgresio-
afrontada continuamente y nunca terminada. nes de hoy pueden resultar los valores de ma-
No son sólo los avances de la ciencia los que ñana. La conciencia moral se educa buscando
requieren una educación durante toda la vida soluciones a nuevos dilemas éticos.
porque no se trata únicamente de refrescar
las habilidades técnicas ni es sólo la educación Referencias bibliográficas
centrada en el empleo la que tiene que ser per-
manente. Se trata de una educación en ma- Aimé, O. (2003a): “Fondare l’etica della prassi edu-
teria de ciudadanía la que queda continua- cativa”, en Chiarle Prever, F.; Pidello, M.; Ronda,
mente obsoleta en una sociedad que desde L. (coords.): La responsabilità dell’educatore pro-
fessionale. Roma: Carocci, pp.113-125.
hace algún tiempo dejó de comportarse como
un objetivo fijo y se ha convertido en un ob- Aimé, O. (2003b): “Una prospectiva etica per il XXI
secolo: Il contributo di Paul Ricoeur”, en Chiarle
jetivo móvil que para ser alcanzado requiere
Prever, F.; Pidello, M.; Ronda, L., (coords.): La res-
que los proyectiles sean inteligentes, capaces ponsabilità dell’educatore professionale. Roma: Ca-
de modificar continuamente su trayectoria. rocci, pp. 75-90.
“Necesitamos una educación a lo largo de toda
Bauman, Z. (2010): Mundo consumo: ética del in-
la vida para que nos dé libertad de elección. dividuo en la aldea global. Madrid: Paidós.
Pero aún la necesitamos más para salvaguar-
Jonas, H. (1990): Il principio di responsabilità. Un’e-
dar las condiciones que hacen que esas op-
tica per la civiltà tecnologica. Torino: Einaudi.
ciones entre las que elegir estén disponibles
para nosotros y se hallen al alcance de nues- Meirieux, P. (1991): Le choix d’éduquer. Etique et
pédagogie. Paris: ESF Éditeur.
tra capacidad” (Bauman: 2010, 258-275).
Nosari, S. (2002): “Spazi e margini dell’educazione.
10. Para terminar La questione dell’educabilità”, en Chiosso, G. (coord):
Elementi di Pedagogía. Brescia: La Scuola, pp. 43-82.
Ante la incertidumbre, la incongruencia y la Ricoeur, P. (1990): Soi mème comme un autre. Pa-
precariedad de la sociedad actual los educa- ris: Seuil.
dores sociales más que en otros momentos tie- Rawls, J. (2009): Lecciones sobre la historia de la
nen necesidad de fijar su atención en los as- filosofía política. Barcelona: Paidós.
pectos éticos de su profesión. Por una parte Ronda, L. (2001a): “Gli scenari(2). Gli educatori pro-
para distinguir entre comportamientos sub- fessionali in Europa”, en Brunori, P.; Peirone, M.;
jetivos aceptables o intolerables, por otra parte Poffa, F.; Ronda, L. (coords.): La professione di edu-
catore. Roma: Carocci, pp. 157-165.
y, sobre todo, para construir y desarrollar una
dimensión política del trabajo socio-educativo. Ronda, L. (2001b): “Incontrare gli educatori ieiri e
Esta dimensión política tiene un objetivo que oggi”, en Brunori, P.; Peirone, M.; Poffa, F.; Ronda,
L. (coords.): La professione di educatore. Roma: Ca-
no es fijo y que varía con las continuas varia-
rocci, pp. 17-30.
ciones que se operan en la sociedad. Se trata
de oponerse a la banalización de la injusticia Ronda, L. (2003a): “La professione intesa come co-
llectività morale”, en Chiarle Prever, F.; Pidello, M.;
social. En un estado de derecho, el educador,
Ronda, L., (coords.): La responsabilità dell’educa-
en cuanto individuo y en cuanto sujeto polí- tore professionale. Roma: Carocci, pp. 129-142.
tico debe obediencia a las normas pero es tam-
Ronda, L. (2003b): “Alla ricerca del codice deonto-
bién un ser responsable capaz de decir sí y lógico dell’educatore professionale”, en Chiarle Pre-
de decir no. No se trata de un derecho, es un ver, F.; Pidello, M.; Ronda, L., (coords.): La respon-
poder de cada ser humano. Es legítimo com- sabilità dell’educatore professionale. Roma:
batir algunas de las manifestaciones de este Carocci, pp. 193-208.

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Sen, A. (2010) La idea de la justicia. Madrid: Taurus. dirección de la autora: Leonor Ronda Ortín.
Zagrebelsky, G. (2002): “Antigone pace per chi chiede” Avenida Costa Blanca 22, 2ª Fase, 7ºF, 03540 Ali-
en el periódico La Stampa del 17 de marzo, 23. cante.
Correo electrónico: LRONDA@telefononica.net

Notas Fecha de recepción del artículo: 15.IV.2010


Fecha de revisión del artículo: 15.IV.2010
1 Asociación Nacional de Educadores de Jóvenes
Fecha de aceptación del artículo: 15.II.2011
Inadaptados.
2 Federación Italiana Religiosas Asistencia Social.
como citar este artículo:
Ronda Ortín, L. (2011). “El educador social. Ética
y práctica profesional”, en Pedagogía Social. Revista
Interuniversitaria, 19, pp. 51-63.

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