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El contrato de cesión de derechos en el código civil y comercial

Publicado en: Rubinzal on-line / Doctrina on-line


Año 2017 / N° 2 / Pág. 283
Autor: Sandra A. Frustagli

1. Los antecedentes de la cesión de derechos en el ordenamiento nacio-


nal
En la tradición jurídica nacional se atribuyó a la figura de la cesión de de-
rechos, y a su especie -la cesión de créditos-, la naturaleza de un negocio con-
tractual autónomo1. Esto fue posible no sólo por la regulación legal que recibió
en el Código Civil derogado, donde se ubicaba entre los contratos en particular,
sino también por la creciente importancia económica que fueron adquiriendo
las transacciones relativas a bienes inmateriales, unido ello a su aptitud para
satisfacer variados intereses prácticos de los contratantes2.

Es conveniente recordar que Vélez destinó un capítulo a regular la ce-


sión de créditos, y en el marco de esa disciplina dedicó algunas disposiciones a
la trasmisión de derechos patrimoniales en general. Si bien esa metodología
fue criticada, lo cierto es que, más allá de las objeciones, esas escasas normas
fueron suficientes para que la doctrina afirmara la tipicidad de la cesión de de-

1
Esta afirmación no desconoce que algunos autores fueron críticos de esa regulación, y -siguiendo la
tendencia de Códigos como el alemán, el italiano, el suizo, entre otros- consideraron que debía ser regu-
lado como un aspecto de la trasmisión de derechos, dentro de la Parte general del Derecho Civil, al en-
tender que están implicados no sólo derechos creditorios sino también derechos reales o intelectuales,
y que la trasmisión puede operar tanto por acto entre vivos como mortis causae; así p. v.: REZZÓNICO,
Luis M., Estudio de los con-tratos en nuestro Derecho Civil, Depalma, Buenos Aires, 1958, p. 433; BOR-
DA, Guillermo, Tratado de Derecho Civil. Contratos, 7ª ed. act., Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1997, t. I,
p. 346.
2
Señalaba Guillermo Borda ventajas tales como permitirle al titular de un derecho hacerse del valor
económico de su crédito transfiriéndolo a un tercero antes de su vencimiento, o consolidar derechos
litigiosos o dudosos, o al herede-ro entrar en posesión de un patrimonio equivalente a la herencia si la
transfiere por vía de cesión, etc., en Tratado de Derecho Civil. Contratos cit., t. I, p. 345 (ver también:
LORENZETTI, Ricardo, Tratado de los contratos, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2000, t. II, págs. 12 y ss.;
ARIZA, Ariel, Cesión de derechos, en NICOLAU, Noemí L. [dir.]; ARIZA, Ariel y HERNÁNDEZ, Carlos A.
[coords.], Fundamentos de Derecho Contractual. Parte especial, La Ley, Buenos Aires, 2009, t. II, p. 224;
HEREDIA, Pablo D., Contrato de cesión de derechos, en KIPER, Claudio [dir.] y DAGUERRE, Luis [coord.],
Aplicación notarial del Código Civil y Comercial, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2015, t. I, p. 475; HERNÁN-
DEZ, Carlos A. y TRIVISONNO, Julieta, Cesión de derechos y sus subtipos, en NICOLAU, Noemí L. y HER-
NÁNDEZ, Carlos A. [dirs.] y FRUSTAGLI, Sandra A. [coord.], Contratos en el Código Civil y Comercial, L. L.,
Buenos Aires, 2016, p. 566).

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rechos, pese a hallarse solapada entre las disposiciones ordenadoras de la
cesión de crédito3.

La regulación de la cesión de derechos como contrato constituye una


particularidad del Derecho nacional que contrasta con algunas legislaciones
comparadas. En efecto, en otros ordenamientos, aunque se recepta la regla de
la cesibilidad de los derechos patrimoniales, se trata a la cesión como un tema
relativo a la modificación subjetiva de la estructura del derecho; y, a su vez, el
acuerdo relativo a la trasmisión del derecho se encauza a través de esquemas
contractuales tales como la compraventa, la permuta o la donación. Sobre el
particular, en el Derecho italiano resultan ilustrativas las palabras de Galgano
cuando manifiesta -refiriéndose a la cesión de créditos- que aquélla "no es un
contrato en sí mismo, sino el objeto de un contrato de traslación de derechos; y
el concepto de venta, permuta o donación está formulado en la ley de modo tal
de comprender la transferencia de la propiedad de una cosa, como así también
la transferencia de otro derecho"4.

El Código Civil español contempla la cesión de créditos y otros derechos


incorporales como un capítulo dentro del contrato de compraventa; si bien la
doctrina española critica dicha regulación, cuando deben expedirse sobre la
naturaleza de esa traslación, la analizan desde la óptica de un negocio de ena-
jenación entre vivos, que busca la adquisición del crédito por el cesionario, sin
referir a ella explícitamente como contrato. No obstante, Díez Picazo -con la
agudeza que lo caracteriza- expresa que "A primera vista podría pensarse que
la cesión alude al momento traslativo y que requiere un acuerdo precedente,
con el que se encuentre causalmente enlazada. Sin embargo, es preciso con-
fesar que semejante conclusión tiene muy escasos apoyos en nuestro Código,
por lo cual debe entenderse que acuerdo y traslación se encuentran en el ne-
gocio de cesión indisolublemente unidos"5.

Obsérvese que la reciente modernización del Derecho francés, si bien


regula la cesión de crédito dentro de la órbita de los efectos generales de las

3
Ver COMPAGNUCCI DE CASO, Rubén, La cesión de derechos, en el nuevo Código Civil y Comercial, en L.
L. Online, AR/DOC/3576/2015.
4
GALGANO, Francesco, Istituzioni di Diritto Privato, 2ª ed., Cedam, Padova, 2002, p. 365, la traducción
nos pertenece.
5
DÍEZ PICAZO, Luis, Fundamentos del Derecho Civil patrimonial, 5ª ed., Civitas, Madrid, 1996, t. II, p.
805.

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obligaciones de los artículos 1321 y siguientes del Código Civil, no duda en
definirla como contrato6.

En el ámbito nacional, el Código Civil y Comercial trata a la cesión de


derechos como tipo contractual general, en el Capítulo 26 del Título IV (Contra-
tos en particular) del Libro Tercero (Derechos personales). A su vez, en distin-
tas secciones de ese capítulo reciben tratamiento diversos subtipos de cesión
que conforman desprendimientos del tipo general caracterizados por su pecu-
liar objeto (cesión de créditos, cesión de deudas)7; en el Capítulo 27 se tipifica
la cesión de posición contractual, y, finalmente, la cesión de herencia es tipifi-
cada en el Título III del Libro Quinto (arts. 2302 y ss.); también hay un recono-
cimiento a las diferentes finalidades económico-sociales que la cesión puede
satisfacer, ya sea de cambio (cesión-venta, cesión-permuta), de liberalidad (ce-
sión-donación), de garantía (cesión de derechos en garantía) 8. De esta manera
se dejan atrás las críticas dirigidas al régimen de Vélez, por haberse ocupado
de la cesión de crédito antes que del género que la comprende.

En la Fundamentación del Anteproyecto de Código Civil y Comercial, sus


autores explican -en orden a la metodología- que "se sigue al Proyecto de
1998, el que a su vez, tomó en cuenta el Proyecto de Código Único de 1987; el
Proyecto del Poder Ejecutivo de 1993 y el Proyecto de la Comisión Federal de
la Cámara de Diputados de 1993". Cabe destacar al respecto que el Proyecto
de 1987 (en los arts. 1434 a 1453) proponía sustituir el título de La cesión de
créditos por una regulación general sobre la Cesión de derechos. En esa posi-
ción le siguió, con algunas variantes, el Proyecto de Código Civil del Poder Le-
gislativo de 1993 (ver arts. 1434 a 1456) y el Proyecto de Código Civil del Po-
der Ejecutivo del mismo año. Finalmente, el Proyecto de Reformas al Código
Civil de 1998 destina un capítulo a regular los Contratos transmisivos y, dentro

6
El art. 1321 del Código Civil francés expresa que "La cession de créance est un contrat par lequel le
créancier cédant transmet, à titre onéreux ou gratuit, tout ou partie de sa créanse contre le débiteur
cédé à un tiers appelé le cessionnaire", texto consultado en el sitio
https://www.legifrance.gouv.fr/affichTexte.do?cidTexte= JORF-TEXT000032004939&categorieLien=id,
en fecha 15-2-2017.
7
El subtipo supone rasgos tipológicos que implican un mayor grado de particularización respecto de la
generalidad del tipo, y se presentan cuando el régimen normativo de un contrato exhibe regulaciones
especiales para algunos supuestos de hecho; sobre el particular p. v. REZZÓNICO, Juan Carlos, El tipo en
los contratos civiles y comerciales, en L. L. 1990-C-984 y ss.
8
En ese sentido también se pronuncian HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos
cit., p. 567.

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del mismo, se destinan secciones diferentes para reglar la transmisión de dere-
chos (arts. 1527 a 1548, con previsiones específicas para la cesión en garantía
y la cesión de carteras de créditos), la transmisión de deudas (arts. 1549 a
1552) y la transmisión de herencia (arts. 1553 a 1561), y en capítulo separado
se regula la transmisión de la posición contractual (arts. 1562 a 1570).

En resumen, el camino seguido por el CCyCN marca una continuidad


con los lineamientos compartidos por la doctrina y expresados en los diversos
proyectos de reforma de las últimas décadas, a más de adecuarse a exigencias
de la realidad negocial contemporánea.

2. Particularidades de la estructura tipológica del contrato de cesión de


derechos en el Código Civil y Comercial
La utilidad práctica proporcionada por una figura a través de la cual se
encauza la trasmisión de derechos genéricamente considerados justifica el re-
conocimiento de un tipo contractual autónomo que, como la cesión de dere-
chos, viene a actuar como esquema flexible y, a la vez, residual. Sobre el parti-
cular, merece recordarse que López de Zavalía la definía como "el contrato que
traspasa todos los derechos patrimoniales transferibles que no tienen por la ley
un determinado procedimiento distinto de traslación"9. Ese enfoque denota que
el tipo contractual de la cesión de derecho exhibe perfiles de notable generali-
dad lo cual, paradójicamente, la ubica como un tipo de carácter residual dentro
del elenco de contratos con tipificación legal. Con esto se quiere significar que
resulta un esquema negocial apto para la trasmisión de un derecho cesible en
tanto no exista otro esquema tipológico que contemple con mayor grado de
especialidad la operación económica traslativa de que se trate.

La cuestión cobra importancia porque el encuadramiento de un negocio


concreto dentro de uno u otro tipo legal, o la verificación de su atipicidad, define
la disciplina jurídica aplicable al negocio. Al respecto, en el contexto del Código
Civil y Comercial, el artículo 1124, inciso a, traza las fronteras entre la cesión
de derechos y la compraventa, delimitando el campo de actuación entre am-
bos. Dicha disposición establece que son aplicables de manera supletoria las
reglas de la compraventa a los contratos por los cuales una parte se obliga a
"...transferir a la otra derechos reales de condominio, propiedad horizontal, su-

9
LÓPEZ DE ZAVALÍA, Fernando, Teoría de los contratos, 3ª ed., Zavalía, Bue-nos Aires, 2000, t. 2, p. 884.

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perficie, usufructo o uso, o a constituir los derechos reales de condominio, su-
perficie, usufructo, habitación, conjuntos inmobiliarios o servidumbre, y dicha
parte a pagar un precio en dinero". Podría pensarse que el sentido de esa nor-
ma es reafirmar la remisión formulada en el propio artículo 1614 del CCyCN,
cuando manda aplicar las reglas de la compraventa a la cesión de derechos si
se ha convenido un precio como contraprestación. Sin embargo, la lectura de la
Fundamentación del Anteproyecto de Código conduce a descartar tal idea,
pues afirma que "con la inclusión de ese texto, queda establecido que el objeto
de la venta no se limita a la propiedad o dominio, sino que comprende también
la transferencia o constitución de otros derechos reales". Sin duda, se persigue
con esa norma extender el alcance de la compraventa como tipo legal, limitan-
do correlativamente el campo de la cesión de derechos. Dicho de otro modo, la
compraventa se revela como el tipo contractual hábil para transferir no sólo el
derecho real de dominio, sino también para la enajenación o constitución de los
derechos reales antes enunciados; quedando tales operaciones fácticas exclui-
das del tipo legal de la cesión de derechos10.

Por otra parte, cabe subrayar que la flexibilidad de la estructura tipológi-


ca de la cesión de derechos se proyecta en el plano funcional. En efecto, en el
régimen del Código Civil y Comercial, surge incontrovertible la pluralidad de
causas o funciones11; diversidad que da fundamento a algunos subtipos de ce-
sión que se desgajan del tipo general, sin que ésta pierda, por esa razón, uni-
dad y autonomía respecto de otros tipos contractuales. Como bien sostiene un
prestigioso sector de la doctrina española, existe una causa o función constan-
te que dota de sentido al tipo legal de la cesión, ésta es la finalidad traslativa.
Ésta, a la vez, se integra con otra causa -de segundo nivel-, dada por la con-
creta función que persigue la trasmisión del derecho en cada caso. Así, la fun-
ción traslaticia puede resultar convergente con una finalidad de cambio (cesión-
venta, cesión-permuta), o de liberalidad (cesión-donación), o de garantía (ce-

10
Con esa solución el Código clausura algunos debates que se habían plantea-do bajo la vigencia del
Código Civil; ver sobre el particular: BORDA, Tratado de Derecho Civil. Contratos cit., t. I, p. 18; ARIZA,
Cesión de derechos cit., p. 175.
11
Esa categoría de negocios con causas plurales es admitida por DE CASTRO, Federico, El negocio jurídi-
co, Civitas, Madrid, 1985, págs. 291 y ss.
Cabe destacar que tal categoría de negocios no resulta ajena a nuestro Derecho, pues se observa clara-
mente en otros tipos legales fuera del que nos ocupa, como sucede por ejemplo en el leasing financiero
donde la función de financiamiento propia de esta figura converge con una función de garantía. Tam-
bién se observa en el fideicomiso.

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sión en garantía), o de pago (cesión pro soluto o pro solvendo), etcétera12. Esa
versatilidad es también una nota caracterizante del régimen de la cesión de
derechos que consagra el Código Civil y Comercial en el Capítulo 26, Título IV,
del Libro Tercero, como lo demuestran los artículos 1614, in fine y 1615, entre
otros.

3. Concepto y caracterización de la cesión de derechos en el Código Civil


y Comercial de la Nación
El artículo 1614, primera parte, establece que "Hay contrato de cesión
cuando una de las partes transfiere a la otra un derecho". Esa definición resulta
coherente con las afirmaciones formuladas en los apartados precedentes, en
orden con la generalidad y autonomía de la cesión de derechos como figura
contractual. La expresión utilizada en el texto legal permite interpretar que el
acuerdo de partes tiene efecto traslativo, no meramente declarativo; de esta
manera se pone fin a los debates que suscitaba el derogado artículo 1434 del
Código Civil13. Además, cuando en el artículo 1619 alude a la obligación del
cedente de entregar al cesionario los documentos probatorios del derecho ce-
dido, refiere a un acto de ejecución del negocio, dando por sentado implícita-
mente que ya operó la transferencia de la titularidad14.

En otro orden, cabe destacar que el único elemento constitutivo del tipo
general que se identifica en la cesión viene dado por la traslación de la titulari-
dad de un derecho.

En la amplitud de la definición legal aparece subyacente la pluralidad o


complejidad causal de este tipo contractual, a la que anteriormente se hizo re-
ferencia. Es que al no ser la existencia de una contraprestación a cargo del ce-
sionario un elemento constitutivo del tipo general, el contrato podrá concluirse
tanto en consecución de una finalidad de cambio, de liberalidad, de garantía.

Con base en esa pluralidad causal resulta factible reconocer algunos


subtipos o subespecies de cesión admitidos en el CCyCN. En ese sentido, la
segunda parte del artículo 1614 dispone que "Se aplican a la cesión de dere-

12
Véase PANTALEÓN PRIETO, Fernando, Cesión de crédito, en Anuario de Derecho Civil, 1988, págs.
1037 y ss.; DÍEZ PICAZO, Fundamentos del Derecho Civil patrimonial cit., t. II, p. 806. En nuestro país v.
RIVERA, Julio César, Cesión de créditos en garantía, en L. L. 1991-C-867.
13
Sobre ello p. v. ARIZA, Cesión de derechos cit., p. 164.
14
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 568.

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chos las reglas de la compraventa, de la permuta o de la donación, según que
se haya realizado con la contraprestación de un precio en dinero, de la trans-
misión de la propiedad de un bien, o sin contraprestación, respectivamente, en
tanto no estén modificadas por las de este Capítulo". Esto significa que la pre-
sencia o ausencia de contraprestación en la estructura de la cesión hace ingre-
sar el negocio en alguno de los subtipos de cesión y viene a determinar el ré-
gimen normativo supletorio aplicable al contrato15.

Por lo tanto, si se hubiere acordado el pago de un precio en dinero como


contraprestación, habrá una cesión-venta regida supletoriamente por la disci-
plina de la compraventa (arts. 1123 y ss.); si la contraprestación fuere la entre-
ga en propiedad de un bien (sea una cosa u otro derecho)16, se tratará de una
cesión-permuta a la que resultan aplicables las normas de la permutación (arts.
1172 y ss.); si no hubiere contraprestación alguna, se estará ante una cesión-
donación, negocio que se integrará con las normas aplicables a la donación
(arts. 1542 y ss., CCyCN).

A partir del análisis de la definición legal y de la consideración de los


rasgos constitutivos del tipo general es posible caracterizar al contrato de ce-
sión como un contrato consensual, nominado o típico y de ejecución instantá-
nea. Luego, según el subtipo de que se trate, se manifiestan otros caracteres.
Eso sucede con la bilateralidad o unilateralidad de la cesión y con la onerosi-
dad o gratuidad. En las hipótesis de cesión-venta y cesión-permuta el contrato
calificará como bilateral y oneroso, en tanto ambas especies implican la exis-
tencia de una contraprestación a cargo del cesionario (pago de un precio en
dinero, entrega de una cosa o transferencia de la titularidad de otro derecho)
que comporta la existencia de ventajas y sacrificios recíprocos, al tiempo que
genera obligaciones para ambas partes desde su celebración. El carácter one-
roso puede comportar también la conmutatividad del negocio.

En caso de una cesión-donación, el contrato tendrá carácter unilateral y


gratuito, el único obligado será el cedente sin que asuma el cesionario contra-

15
Adviértase que no se trata de identificar la cesión de derechos con la compra-venta, la permuta o la
donación sino sólo de remitir la integración de los aspectos normativos no previstos al régimen del con-
trato típico con el cual presenta mayor similitud. Esa supletoriedad es puesta de manifiesto por la doc-
trina, v. HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., págs. 568 y ss.; HEREDIA,
Contrato de cesión de derechos cit., págs. 480 y ss.
16
HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 483.

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prestación alguna. Nada obsta a que la cesión tenga carácter mixto, en parte
gratuito y en parte oneroso, en virtud de la existencia de un cargo o bien por
ser remuneratoria. En tal caso actúa la regla del artículo 1544 del CCyCN,
siendo aplicables las normas de la donación en la parte gratuita, y en la parte
onerosa las normas correspondientes según la naturaleza del acto17.

4. Las exigencias de forma en el régimen del contrato de cesión


La cuestión vinculada a la forma del contrato de cesión merece un tra-
tamiento particularizado. El tema se encuentra regulado en el artículo 1618 del
CCyCN, disposición que mantiene la regla del Código derogado en cuanto exi-
ge la forma escrita para la celebración del contrato de cesión de derechos, de
modo que se trata de un contrato formal (conf. art. 1015).

La forma escrita no se exige en los supuestos en que se admita la trans-


ferencia por endoso (v. gr.: título valor a la orden) o la entrega manual (título
valor cartular al portador), solución que es coherente con las reglas específicas
de los artículos 1837 y 1838 del CCyCN.

La segunda parte del artículo 1618 acentúa las solemnidades en cuanto


requiere la formalización por escritura pública en los siguientes supuestos es-
peciales:

a) Cesión de derechos hereditarios. Este subtipo de cesión de derechos


debe instrumentarse en escritura pública. No se admite, en ningún caso, el re-
curso al acta judicial, a diferencia de lo que ocurre con los derechos litigiosos.
Al margen de esta exigencia formal, la publicidad que confiere la posibilidad de
oponer el acto a terceros se alcanza con el ingreso del acto al expediente su-
cesorio (art. 2302, inc. b).

b) Cesión de derechos litigiosos. En el supuesto que la cesión de dere-


chos litigiosos involucre derechos reales sobre inmuebles, la escritura pública
es ineludible. Esa solución armoniza con lo dispuesto en el artículo 1017, inciso
b. En caso contrario, cuando no se involucren derechos reales relativos a in-
muebles, por ejemplo si refiere a derechos creditorios o intelectuales, la cesión
puede ser también instrumentada en acta judicial, aunque se exige en este ca-
so que el sistema informático asegure la inalterabilidad del instrumento.

17
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 569.

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c) Cesión de derechos derivados de un acto instrumentado por escritura
pública. la solemnidad exigida en esta hipótesis guarda correspondencia con lo
dispuesto en el artículo 1017, inciso c, donde se impone escritura pública para
la celebración de actos que sean accesorios de los contratos otorgados en es-
critura pública; exigencia que responde al principio de paralelismo de formas.

El precepto contenido en el artículo 1618 del CCyCN nada precisa sobre


las consecuencias que acarrea la inobservancia de las solemnidades impues-
tas al contrato de cesión. Ese vacío legislativo obliga a construir la solución a
partir de las reglas generales previstas para la forma de los actos jurídicos (art.
285) y del contrato (arts. 969 y 1018). De conformidad con ellas, puede soste-
nerse que la cesión es un contrato con forma impuesta sin sanción de nuli-
dad18. Es decir que el contrato no será nulo, sino que las partes pueden exigir-
se el otorgamiento del acto en la forma prescripta. Se trata para la ley de una
obligación de hacer, que puede ser exigida judicialmente y ejecutada por el
juez ante la negativa de una de las partes a otorgar el documento, siempre que
se encuentren cumplidas las prestaciones o bien se garantice su cumplimiento.
Cabe destacar que algunos autores entienden que se trata de una forma im-
puesta bajo sanción de nulidad, aunque dicha sanción no esté expresamente
establecida19.

5. Reglas que rigen el objeto del contrato de cesión: cesibilidad e incesibi-


lidad de los derechos
5.1. El principio de cesibilidad de los derechos patrimoniales
La determinación de aquellos derechos que pueden ser materia de tras-
misión por vía del contrato de cesión se rige por el principio de cesibilidad con-
sagrado en toda su extensión en el artículo 1616 del CCyCN, cuando precep-
túa que "Todo derecho puede ser cedido, excepto que lo contrario resulte de la
ley, de la convención que lo origina, o de la naturaleza del derecho". Conser-
vando el esquema que el Código derogado adoptaba en su artículo 1444 20, la

18
En sentido coincidente se pronuncian HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos
cit., págs. 570 y ss.; HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 484.
19
Tal es la opinión de COMPAGNUCCI DE CASO, La cesión de derechos, en el nuevo Código Civil y Co-
mercial cit.; ver también la opinión de otros autores allí citados.
20
Puede verse, entre otros, BORDA, Tratado de Derecho Civil. Contratos cit., p. 353; LÓPEZ DE ZAVALÍA,
Teoría de los contratos cit., págs. 885 y ss.; LOREN-ZETTI, Tratado de los contratos cit., t. II, p. 33.

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disposición transcripta enuncia de manera amplia la idoneidad de los derechos
para ser trasmitidos21.

En el nuevo régimen no existen normas dedicadas a individualizar de


manera especial derechos cesibles, de modo tal que pueden ser objeto de ce-
sión todos los derechos patrimoniales cualquiera sea su naturaleza (persona-
les, reales o intelectuales), así como también las acciones legales 22. Sobre el
particular mantienen vigencia las construcciones doctrinarias elaboradas en
desarrollo de las normas del Código de Vélez acerca de la cesibilidad de dere-
chos condicionales, a plazo, litigiosos, dudosos, aleatorios, futuros, eventuales,
etcétera, situaciones que además ingresan en las previsiones generales que el
CCyCN establece en materia de objeto del contrato (arts. 1003 a 1011). Ade-
más, no sólo pueden cederse de manera total sino también cabe la posibilidad
de una cesión parcial del crédito (art. 1627).

Es conveniente destacar que ese principio de cesibilidad de los derechos


patrimoniales que de manera amplia formula el artículo 1616 del CCyCN, se
complementa e integra con las disposiciones especiales que emergen de otras
leyes referidas a bienes intangibles. Así sucede con la cesión de derechos inte-
lectuales regulada en el artículo 51 de la ley 11.723, con la cesión de marcas
que contemplan los artículos 6°, 7° y 9° de la ley 22.362, la transferencia de
patentes de invención prevista en el artículo 38 de la ley 24.481, la cesión de
modelos y diseños industriales cuya trasmisión prevé el artículo 15 del decreto-
ley 6673/63.

En lo referente a la trasmisión de derechos reales, se puntualizó supra


(apartado 2) que en su mayoría quedan fuera del campo de la cesión de dere-
chos, correspondiendo utilizar el esquema de la compraventa para la trasmisión
onerosa. Sin embargo, se ha señalado que son derechos reales pasibles de ser
transmitidos por vía de cesión el de tiempo compartido y los de hipoteca, anti-
cresis y prenda, con independencia del crédito garantizado23, aunque en el ca-
so de los derechos reales de garantía resulta dudosa la posibilidad de su tras-
misión desvinculados del crédito al que acceden.

21
COMPAGNUCCI DE CASO, La cesión de derechos, en el nuevo Código Civil y Comercial cit.
22
HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 488; HERNÁNDEZ y TRIVI-SONNO, Cesión de dere-
chos y sus subtipos cit., ps. 573 y ss.
23
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 574.

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5.2. Las excepciones a la trasmisibilidad de los derechos
El principio de cesibilidad de los derechos patrimoniales, pese a su am-
plitud, reconoce ciertas excepciones que pueden encontrar su fuente en una
expresa prohibición legal, resultar de un acuerdo de partes o ser consecuencia
de la propia naturaleza del derecho, según lo dispuesto en la parte final del ar-
tículo 1616 del CCyCN. En concordancia con ello, el artículo 1617, directamen-
te prohíbe la cesión de los derechos inherentes a las personas.

Los supuestos legales de incesibilidad contemplados de manera expresa


son diversos; algunos tienen sede en el propio Código, mientras que otros re-
sultan de leyes especiales. Dentro del primer grupo, se encuentran los dere-
chos inherentes a la persona, cuya cesión aparece prohibida en el artículo
1617. Existía en el Código derogado una norma similar (art. 1445), frente a la
cual la doctrina planteaba las dificultades para precisar ese concepto24. No obs-
tante, se ha considerado que pueden reputarse derechos inherentes a las per-
sonas por su naturaleza aquellos que se justifican como una especial cualidad
de su titular, pues la propia razón de su existencia reside en el sujeto a quien
pertenece el derecho25. En general, se hacen ingresar en esta categoría a los
derechos-deberes emergentes del estado de familia y a los derechos persona-
lísimos26; aunque respecto de estos últimos se admite la posibilidad de ceder el
derecho a la indemnización de las consecuencias patrimoniales derivadas de
su violación27. En algunos supuestos, la calificación del derecho como inheren-
te a la persona viene establecida por la propia ley, así sucede con el derecho
moral de autor, el derecho a revocar la donación por ingratitud del donatario o
el derecho a revocar un testamento.

Entre otros supuestos de prohibición legal previstos de modo expreso en


el Código, cabe citar: a) el derecho a los alimentos futuros (art. 539); b) el dere-
cho de habitación (art. 2160); c) el derecho a una herencia futura, aunque esa
excepción admite ahora morigeraciones importantes (art. 1010)28; d) el derecho

24
LORENZETTI, Tratado de los contratos cit., t. II, p. 36.
25
COMPAGNUCCI DE CASO, La cesión de derechos, en el nuevo Código Civil y Comercial cit.
26
Respecto de estos supuestos, apuntaba con acierto López de Zavalía que la razón de su intrasmisibili-
dad derivaba de su carácter extrapatrimonial (Teoría de los contratos cit., p. 893).
27
CNCiv., sala E, 12-11-2014, "P., M. C. c/B. W. A. y otros s/Daños y perjuicios", L. L. Online,
AR/JUR/59530/2014.
28
Sobre la cuestión p. v. IGLESIAS, Mariana B. y HERNÁNDEZ, Carlos A., La planificación sucesoria: Diálo-
go entre el Derecho Contractual y el Derecho Sucesorio, en L. L. 2011-B-1051 y ss., y Los pactos sobre

11 de 35
de preferencia en la compraventa (art. 1165); e) el derecho al uso de los bienes
comunes en los conjuntos inmobiliarios (art. 2083). Entre las prohibiciones con-
sagradas en leyes especiales, cabe mencionar entre las principales algunas
que se fundan en el carácter alimentario de tales derechos, como ser la prohi-
bición de ceder el derecho a prestaciones previsionales (pensiones o jubilacio-
nes), las de ceder los salarios, asignaciones familiares, indemnizaciones por
despidos, etcétera.

La prohibición convencional de ceder supone la existencia de un pacto


de non cedendo en virtud del cual las partes acuerdan restringir o suprimir la
posibilidad de ceder un derecho por naturaleza trasmisible, cuya titularidad de-
tentan. Su virtualidad se fundamenta en la autonomía privada. La expresión
que emplea el artículo 1616 da a entender que la prohibición debe establecerse
en el mismo contrato que da origen al derecho, es decir, que debe constar en el
título mismo29. Esta prescripción se orienta a la protección de los terceros,
puesto que posibilita a quienes contrataren con el cedente conocer la prohibi-
ción. Sin embargo, un sector de la doctrina entiende que el pacto de incesibili-
dad podría convenirse con posterioridad al nacimiento del derecho30; en tal cir-
cunstancia el pacto no será oponible a terceros que de buena fe contrataren
con el cedente ignorando su existencia31; si el cesionario fuere de mala fe se
podrá oponer la incesibilidad32. Tal criterio ha sido admitido en algunos prece-
dentes jurisprudenciales, así se ha dicho recientemente que "Aunque sea váli-
da la prohibición convencional de cesión tal limitación no puede considerarse si
se demuestra que el deudor carece de todo interés en ella, porque si se ampa-
rase en esa prohibición sin interés legítimo alguno su conducta importaría un
verdadero abuso del derecho"33.

Sin perjuicio de la indiscutible admisión que en el sistema actual del Có-


digo tienen los pactos de non cedendo, su eficacia se sujeta a la actuación de

herencia futura como herramienta de planificación sucesoria (con especial referencia al pacto de familia
del art. 1010), en RDCyO, Número mayo/junio, 2015, págs. 709 y ss.
29
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 576.
30
HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 506.
31
BORDA, Tratado de Derecho Civil. Contratos cit., t. I, p. 357.
32
DÍEZ PICAZO, Fundamentos del Derecho Civil patrimonial cit., t. II, p. 813.
33
CNCom., sala D, 30-6-2016, "Encina, Sonia Clara c/Shell CAPSA s/Ordinario", L. L. Online,
AR/JUR/47112/2016. En el caso, el cesionario de créditos deriva-dos de un contrato de servicios de se-
guridad interpuso demanda contra el deudor, y el reclamo fue rechazado en virtud del pacto de incesibi-
lidad acordado en el contrato originario.

12 de 35
los principios informadores del ordenamiento, en especial el abuso de derecho
y de posición dominante (arts. 10 y 11, CCyCN), situación que se patentiza
cuando el cedido carece de interés en la prohibición34. Esta idea se refuerza
con la actuación de las normas que implementan el régimen de control de cláu-
sulas abusivas, si el pacto se hubiere introducido en un contrato por adhesión o
de consumo.

Finalmente, resta agregar que la prohibición de ceder puede derivar


también de la naturaleza del derecho. En esta hipótesis se trata de situaciones
donde la limitación aparece implícita en razón de que la trasmisión puede com-
portar una alteración del contenido del derecho o frustrar su finalidad, es decir
desnaturalizarlo. Pertenecen a esta categoría las obligaciones intuitu personae
que sólo pueden ser cumplidas por el deudor o aquellos derechos que se fun-
dan en una calidad personal del obligado o del titular35.

5.3. Consecuencias de la infracción a la prohibición de ceder


Las hipótesis de incesibilidad analizadas expresan la inidoneidad del de-
recho para constituirse en objeto del contrato. Por consiguiente, cualquier vio-
lación a una prohibición legal o convencional de ceder se proyectará sobre la
eficacia del negocio.

En caso que se haya transgredido una prohibición legal de ceder, la nu-


lidad de la cesión será absoluta pues media una afectación del orden público.
Esto significa que el derecho permanece en el patrimonio del cedente, y queda
expuesto a las eventuales acciones de sus acreedores. Cuando la prohibición
de ceder fuere convencional, su violación da lugar a la nulidad relativa del con-
trato36. Al respecto, corresponde interpretar que la conformidad del cedido con
la cesión -sea anterior, posterior o concomitante- conferirá eficacia al contra-
to37.

34
BORDA, Tratado de Derecho Civil. Contratos cit., t. I, p. 358.
35
HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 507.
36
ARIZA, Cesión de derechos cit., p. 194; HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 506. Ver tam-
bién el precedente de la CNCom., sala D, 30-6-2016, "Encina, Sonia Clara c/Shell CAPSA s/Ordinario", L.
L. Online, AR/JUR/47112/2016, donde se afirmó que "...la cesión concretada en infracción a esa conven-
ción determina una nulidad relativa, máxime cuando asiste a la demandada un interés legítimo vincula-
do a la defensa de su derecho para compensar lo que debiera a su cocontratante".
37
DÍEZ PICAZO, Fundamentos del Derecho Civil patrimonial cit., t. II, p. 813.

13 de 35
6. Consecuencias jurídicas del contrato de cesión de derechos entre las
partes
La amplitud y flexibilidad que caracterizan a la estructura del tipo con-
tractual de la cesión tiene su reflejo en el régimen de derechos y obligaciones
de las partes. En efecto, cuando se analiza la regulación dada en el Código se
observa la referencia a unas pocas obligaciones del cedente, complementarias
del efecto trasmisivo del negocio, mientras que el alcance de las obligaciones
del cesionario dependerán del subtipo de cesión de que se trate (cesión-venta,
cesión-donación, etc.). Todas esas cuestiones se tratan en los parágrafos si-
guientes.

6.1. El efecto trasmisivo de la cesión


La principal consecuencia derivada del contrato de cesión, y que consti-
tuye la finalidad perseguida por las partes, es la trasmisión de la titularidad del
derecho al cesionario. La cesión es un contrato con efectos típicamente trasmi-
sivos38, lo cual significa que la traslación del derecho se opera ipso iure en vir-
tud del negocio consensual39, con el perfeccionamiento del contrato40.

Dicha transmisión comprende no sólo al derecho en sí, sino también a


todos sus accesorios, como ser garantías, privilegios, potestades inherentes a
la calidad de acreedor (v. gr.: acciones de cumplimiento, fuerza ejecutiva del
título, etc.). Aunque el Código actual no trae una regla expresa sobre el particu-
lar, como sí lo hacía el régimen derogado, esa solución se impone por aplica-
ción de la regla del nemo plus iuris prevista en el artículo 399 del CCyCN, que
rige en el ámbito de la trasmisión de derechos en general41. La solución aplica
tanto a las ventajas que acceden al derecho como a las cargas o vicios que
pudieran limitarlo.

38
PANTALEÓN PRIETO, Cesión de crédito cit., p. 1060. También nuestra doctrina clásica reconoció este
efecto en el contrato de cesión, así p. v. BORDA, Tratado de Derecho Civil. Contratos cit., t. I, p. 368 (y
autores citados en la nota 1050).
39
DÍEZ PICAZO, Fundamentos del Derecho Civil patrimonial cit., t. II, p. 816.
40
En los reducidos casos donde nuestro sistema normativo admite que los derechos reales sean objeto
de cesión, deberá observarse si corresponden las exigencias de título y modo; ver al respecto HERNÁN-
DEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 580.
41
En sentido coincidente: COMPAGNUCCI DE CASO, La cesión de derechos, en el nuevo Código Civil y
Comercial cit.; HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 580. Lo expresado
en el texto constituye la consecuencia lógica; v. DÍEZ PICAZO, Fundamentos del Derecho Civil patrimo-
nial cit., t. II, p. 817.

14 de 35
Respecto de las garantías, como accesorios del crédito (art. 856), se
trasladan al cesionario las fianzas, hipotecas o prendas. Cabe tener presente
que en el supuesto de créditos prendarios, el artículo 1625 del CCyCN dispone
que "La cesión de un crédito garantizado con una prenda no autoriza al ceden-
te o a quien tenga la cosa prendada en su poder a entregarla al cesionario".
Explica Heredia que esta solución obedece a las responsabilidades que pesan
en cabeza del acreedor prendario en orden a la conservación de la cosa (arg.
art. 2226)42.

Los privilegios, en tanto constituyen una cualidad que le corresponde al


crédito para ser pagado con preferencia (art. 2573), se trasmiten en principio
como un accesorio del mismo. Lo propio sucede también con el derecho de
retención, conforme se prevé expresamente en el artículo 2592, inciso b,
CCyCN.

6.2. Entrega de los documentos probatorios


A pesar de que la traslación constituye un efecto inherente al contrato de
cesión, se impone al cedente la obligación complementaria de entregar al ce-
sionario todos los documentos que acrediten el derecho cedido (art. 1619), de
manera de facilitarle la prueba del derecho y posibilitar plenamente el ejercicio
del mismo. Es un acto que integra la fase de cumplimiento y no altera el carác-
ter consensual de este negocio. Va de suyo que tal obligación resulta exigible
sólo cuando el derecho cedido se halle instrumentado en un documento.

Tratándose de una cesión parcial, el cedente debe entregar una copia


certificada del documento probatorio, reteniendo para sí el documento original
(art. 1619, última parte); esta previsión -contemplada ahora expresamente en el
Código- resuelve una cuestión de utilidad práctica orientada a permitir que tan-
to al cedente como al cesionario, cotitulares del derecho por efecto de la cesión
parcial, estén en condiciones de hacerlo valer43.

42
HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 518.
43
Igualmente, la doctrina había considerado que si bien el cedente no tiene obligación de entregar el
título porque sigue conservando el carácter de acreedor, debía ponerlo a disposición del cesionario si
fuese necesario para proceder a la defensa de sus derechos. En este sentido: BORDA, Tratado de Dere-
cho Civil Contratos cit., t. I, págs. 443 y ss.

15 de 35
6.3. Saneamiento por evicción. La garantía de derecho en la cesión
6.3.1. Alcances y límites
De conformidad con lo reglado en la teoría general del contrato, la obli-
gación de saneamiento resulta exigible en el ámbito de los negocios que tienen
por objeto la transmisión de bienes a título oneroso, donde actúa como un efec-
to natural (art. 1033); siendo por tanto posible modificar sus alcances o excluir-
la, dentro de los límites admitidos por la ley44. Si bien el saneamiento compren-
de tanto a la responsabilidad por evicción como a la responsabilidad por vicios
ocultos (art. 1034), en virtud de un condicionamiento propio del objeto de la
cesión de derechos, en el marco de este contrato sólo cobra virtualidad la res-
ponsabilidad por evicción, toda vez que asegura la existencia y legitimidad del
derecho trasmitido (art. 1044), en la medida que se trate de una cesión onerosa
(cesión venta o cesión permuta). Sólo de manera excepcional habrá responsa-
bilidad por evicción en la cesión de derechos gratuita, lo que acontecerá si se
configura alguno de los supuestos previstos en el artículo 1556 del CCyCN.

En concordancia con ese régimen general, los artículos 1628, 1629 y


1631 del CCyCN contienen disposiciones especiales que rigen el funciona-
miento de la evicción en el contrato de cesión de derechos, reglas que se inte-
gran con las soluciones generales establecidas entre los artículos 1033 a 1050
del CCyCN.

Sobre el particular preceptúa el artículo 1628 que "Si la cesión es onero-


sa, el cedente garantiza la existencia y legitimidad del derecho al tiempo de la
cesión, excepto que se trate de un derecho litigioso o que lo ceda como dudo-
so..." La interpretación del texto legal muestra que la garantía debida por el ce-
dente comprende dos aspectos: la existencia del derecho y su legitimidad. Se
trata, al igual que lo que sucedía en el Código derogado, de una garantía de
derecho que asegura la veracidad del título45.

Afirma Compagnucci que el primer aspecto remite a la vigencia y virtua-


lidad del derecho46; se asegura que el negocio refiere a un derecho que existe
en el patrimonio del cedente al tiempo de la cesión. Cabe juzgar que es inexis-

44
FRUSTAGLI, Sandra, El contrato como fuente de obligaciones: cumplimiento e incumplimiento, en
NICOLAU y HERNÁNDEZ (dirs.) y FRUSTAGLI (coord.), Contratos en el Código Civil y Comercial cit., págs.
398 y ss.
45
BORDA, Tratado de Derecho Civil. Contratos cit., t. I, p. 392.
46
COMPAGNUCCI DE CASO, La cesión de derechos, en el nuevo Código Civil y Comercial cit.

16 de 35
tente si se transmite un derecho que nunca existió o bien un derecho que ha-
biendo existido se extinguió con anterioridad a la cesión47 (v. gr.: renuncia, o si
se tratase de un crédito que se extinguió por efecto del pago o la compensa-
ción, etc.).

En cambio, la legitimidad del derecho refiere -en un sentido- a la titulari-


dad y poder de disposición del cedente; es decir que comprenderá aquella si-
tuación en la cual si bien el derecho existe quien lo cede no es su titular o care-
ce de facultades para transmitirlo a nombre de otro48. Sin perjuicio de ello, hay
quienes entienden que la legitimidad comprende también lo relativo a la válida
constitución del derecho49; por ende, carece de legitimidad (rectius, validez) el
derecho cedido que emana de un acto pasible de nulidad, sea por la existencia
de vicios del consentimiento (dolo, error, etc.) o del acto (lesión, simulación), o
por la incapacidad de una de las partes50. En estas situaciones el cedente res-
ponde por evicción aunque la nulidad del acto fuente del cual emana el derecho
trasmitido sea declarada con posterioridad a la cesión, toda vez que la causa
de invalidez (ilegitimidad) existía con anterioridad51. Podría pensarse que por
imperio del artículo 1045, inciso c, el cedente no respondería por evicción, al no
haber responsabilidad cuando aquélla es resultado del ejercicio por un tercero
de un derecho de origen anterior que se consolida luego de la cesión (supuesto
de la prescripción adquisitiva); sin embargo, esa solución no parece aplicable
cuando lo que opera es una ineficacia que, como la nulidad, conduce a la ex-
tinción retroactiva del derecho cedido.

Cabe mencionar que la evicción no cubre la extinción del derecho pro-


ducida por hechos o negocios posteriores a la celebración del contrato de ce-
sión (v. gr.: el crédito cedido se extingue por prescripción por falta de ejercicio

47
LORENZETTI, Tratado de los contratos cit., t. II, p. 47.
48
PANTALEÓN PRIETO, Cesión de crédito cit., p. 1110; LORENZETTI, Tratado de los contratos cit., t. II, p.
47.
49
Ver DÍEZ PICAZO, Fundamentos del Derecho Civil patrimonial cit., t. II, págs. 812 y 817 y ss., para quien
el derecho a ser cedido debe ser existente y válido, de ahí que, si bien técnicamente la inexistencia o la
invalidez del título en el cual se origina el derecho cedido debería acarrear la nulidad de la cesión (en
razón de estar afectado el objeto), el Código Civil español, al igual que sucede en nuestro ordenamiento,
opta por dar solución a la cuestión desde la garantía de evicción.
50
COMPAGNUCCI DE CASO, La cesión de derechos, en el nuevo Código Civil y Comercial cit.; ARIZA,
Cesión de derechos cit., p. 217; HERNÁNDEZ y TRI-VISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit.,
págs. 582 y ss.
51
El tema no es pacífico en la doctrina comparada, ver al respecto PANTALEÓN PRIETO, Cesión de crédi-
to cit., págs. 1110 y ss.

17 de 35
del cesionario)52. La solución es coherente con los requisitos de la evicción es-
tablecidos en el artículo 1044 del CCyCN, de modo tal que cualquier causal
que afecte la existencia o legitimidad del derecho, cuyo origen sea posterior, no
hace nacer la responsabilidad por saneamiento53.

La garantía por evicción, como regla, tampoco es debida por el cedente


cuando se ceden derechos litigiosos o dudosos (art. 1628). El CCyCN adopta
ahora una regla más precisa que el derogado artículo 1476 del Código Civil,
donde sólo se aludía a los créditos dudosos. Si bien se trata de supuestos dis-
tintos, ambos implican la existencia de un riesgo que le confiere al derecho un
carácter aleatorio en tanto aparece afectada su existencia, riesgo que es pon-
derado y asumido por el cesionario en la negociación54. Cabe caracterizar al
derecho litigioso como aquel que es objeto de controversia en juicio de tipo
contencioso, quedando al margen los que son materia de procesos volunta-
rios55; mientras que el derecho es dudoso cuando su existencia o legitimidad
carece de certidumbre, aunque no sea materia de un litigio.

Finalmente cabe mencionar que la garantía de evicción puede resultar


excluida por cláusulas convencionales que así lo estipulen. El artículo 1036
contempla en general la posibilidad de modificar los alcances de la obligación
de saneamiento, sea para ampliarla, limitarla o excluirla. Pese a ello, la actua-
ción de la autonomía privada dista de ser absoluta, quedando la validez e inter-
pretación de tales pactos sujetos a las restricciones que surgen de los artículos
1037 y 1038 del CCyCN56.

6.3.2. Consecuencias de la evicción en caso de inexistencia del derecho


El artículo 1629 prescribe que "Si el derecho no existe al tiempo de la
cesión, el cedente debe restituir al cesionario el precio recibido, con sus intere-
ses. Si es de mala fe, debe además la diferencia entre el valor real del derecho
cedido y el precio de la cesión". La interpretación de la disposición transcripta
es objeto de controversias.

52
PANTALEÓN PRIETO, Cesión de crédito cit., p. 1112.
53
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 583.
54
LORENZETTI, Tratado de los contratos cit., t. II, p. 46; HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p.
528.
55
COMPAGNUCCI DE CASO, La cesión de derechos, en el nuevo Código Civil y Comercial cit.
56
FRUSTAGLI, El contrato como fuente de obligaciones: cumplimiento e incumplimiento cit., págs. 401 y
ss.

18 de 35
Algún sector de la doctrina, en una lectura apegada a la literalidad de
texto legal, entiende que el supuesto de hecho contemplado en la norma refiere
exclusivamente a la hipótesis de inexistencia del derecho, situación que pon-
dría de manifiesto la falta de objeto, lo cual conduce a sostener la inexistencia
de la cesión por falta de un elemento esencial. Por tal razón, pese a las dife-
rencias entre inexistencia y nulidad, se concluye en la nulidad de la cesión refe-
rida a un derecho inexistente; luego, si el cedente es de buena fe, la restitución
del precio y sus intereses prevista en el artículo 1629 resulta ser lógica conse-
cuencia de un pago sin causa (art. 726); en cambio, si el cedente es de mala
fe, queda obligado también a pagar la diferencia entre el valor real del derecho
cedido y el precio de la cesión, entendiéndose que la solución legal limita la
procedencia de otros conceptos, aun a título de responsabilidad precontrac-
tual57. Semejante interpretación sustrae la solución legal del ámbito de la evic-
ción donde el propio legislador la ha situado.

Otros autores, en opinión que se comparte, proponen armonizar la solu-


ción del artículo 1629 del CCyCN con el régimen general dispuesto en materia
de saneamiento. Así, principian por sostener que pese a referir el artículo 1629
al supuesto de inexistencia del derecho cedido, cabe extender su aplicación
también a los casos de evicción por ilegitimidad del derecho58, pues tal era el
alcance que la doctrina daba también al supuesto de hecho contenido en el
derogado artículo 1477 del Código Civil (cuyo texto rezaba: "Si el crédito no
existía al tiempo de la cesión...")59. Además, dado que la disposición en análisis
regula un aspecto puntual de los efectos resultantes de la evicción en el contra-
to de cesión de derecho, sus alcances deben ser explicados y comprendidos
en el contexto del régimen general de las acciones propias del saneamiento.

En tal sentido, el acreedor del saneamiento está facultado a solicitar el


saneamiento del título cuando exista un vicio jurídico que lo afecte; a reclamar
un bien equivalente, y a resolver el contrato. A esas acciones se suma el dere-
cho de obtener la reparación de los daños sufridos en virtud de la evicción (art.
1040). En el contexto de ese entramado de acciones, la solución prevista en el
artículo 1629 cobra sentido en el supuesto en que el cesionario ejerce la reso-

57
Ver en esa tesitura HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., págs. 534 y ss.
58
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 584.
59
Ver por ejemplo: LORENZETTI, Tratado de los contratos cit., t. II, págs. 47 y ss. En el Derecho español,
se pronuncia en ese sentido, PANTALEÓN PRIETO, Cesión de crédito cit., págs. 1114 y ss.

19 de 35
lución del contrato, ante el incumplimiento de la garantía que supone haber
trasmitido un derecho inexistente o ilegítimo. Como consecuencia de esa ac-
ción resolutoria, se dispone que si el cedente es de buena fe debe restituir al
cesionario el precio recibido y los intereses devengados desde el momento del
pago. Además, dentro de los límites trazados por el artículo 1040 podría de-
mandarse la indemnización de los daños, que, referida en este caso al interés
negativo, comprendería los gastos que hubiese demandado la celebración del
contrato de cesión60.

Si el cedente es de mala fe, además de proceder la restitución del precio


y el pago de los intereses, queda obligado a pagar al cesionario la diferencia
entre el valor real del derecho cedido y el precio de la cesión (art. 1629, in fine).
El texto incluye en la indemnización la utilidad que esperaba obtener el cesio-
nario, solución que guarda correlato con el artículo 1040.

Así mismo, una interpretación integrada al sistema de acciones del ar-


tículo 1039 del CCyCN conduce a admitir que, según las circunstancias, el ce-
sionario pueda esgrimir alguna de las otras acciones previstas, y solicitar la
subsanación del vicio o bien la transferencia de un derecho equivalente. Por
ejemplo, si el derecho ve afectada su legitimidad por incapacidad podría pre-
tenderse la confirmación del acto por parte del cedente o de su representante
legal, o pedirse la transferencia de la titularidad de un derecho de similares ca-
racterísticas.

6.4. La garantía (excepcional) de la solvencia del deudor cedido


Un supuesto especial de garantía, circunscripta al campo del contrato de
cesión de créditos, se configura respecto a la solvencia del deudor cedido. Se
trata, conforme la calificación tradicional de la doctrina, de una garantía de he-
cho, que pretende enervar el riesgo de incobrabilidad. No debe confundirse con
la responsabilidad por evicción, toda vez que ésta busca asegurar la ausencia
de vicios en el derecho trasmitido, mientras que la garantía de la solvencia
asegura la efectiva realización del crédito del cedido cuando así lo convengan
las partes, o si media mala fe del trasmitente del crédito.

El régimen de esta garantía está delimitado entre los artículos 1628, in


fine, y 1630 del CCyCN. Mientras la primera disposición afirma que el cedente
60
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 584.

20 de 35
no garantiza la solvencia del deudor cedido ni de sus fiadores, excepto pacto
en contrario o mala fe, la segunda norma establece los efectos derivados de
esta garantía, asimilándolos a la fianza.

En otras palabras, la regla general es la ausencia de garantía por la sol-


vencia del deudor o de sus fiadores. Se reconocen dos excepciones: a) el pac-
to expreso que en ejercicio de la autonomía obligue al cedente a garantizar la
solvencia del deudor y de sus fiadores; b) la mala fe del cedente al tiempo de la
cesión, situación que se configura cuando éste conociere la impotencia patri-
monial del cedido; extremo que deberá acreditar el cesionario dado que la bue-
na fe se presume.

Luego, en orden a las consecuencias jurídicas, el artículo 1630 del


CCyCN dispone que si el cedente garantiza la solvencia del deudor cedido son
de aplicación las reglas de la fianza simple, respetando lo que las partes hubie-
sen convenido. En otras palabras, el cesionario sólo podrá dirigir su acción con-
tra el cedente una vez que hubiese excutido los bienes del deudor cedido, sal-
vo que éste se encontrase concursado o en quiebra. Queda claro, como bien
señalaba Borda en relación al artículo 1481 del Código derogado, que la acción
del cesionario contra el cedente tiene carácter subsidiario y sólo es viable
cuando resulta ineficaz la acción entablada contra el deudor cedido y sus ga-
rantes61.

El Código no contiene ahora una norma que, como los derogados artícu-
los 1482 y 1483 del Código Civil, contemple la cesación de la garantía por la
solvencia del deudor. No obstante, en virtud del reenvío a las reglas de la fian-
za simple que formula el artículo 1630 del CCyCN, se tornan aplicables las
causales de extinción de la fianza consagradas en los artículos 1596 y 1597 del
CCyCN.

6.5. Obligaciones del cesionario


Como ya se dijera, las obligaciones del cesionario dependerán del subti-
po de cesión en el cual encuadre el negocio celebrado, por tanto deben ser
analizadas en cada situación concreta.

61
BORDA, Tratado de Derecho Civil. Contratos cit., t. I, p. 396.

21 de 35
Sin perjuicio de ello, cabe afirmar en abstracto que estará obligado a
ejecutar la prestación a su cargo cuando se hubiere acordado el pago de un
precio (cesión-venta), o bien la transferencia del dominio de una cosa o de otra
clase de derecho, cualquiera sea su naturaleza (cesión-permuta). En estos ca-
sos, el régimen legal de la cesión se integra de manera supletoria, por imperio
del artículo 1614 del CCyCN, segundo párrafo, con las disposiciones que rigen
para la compraventa y la permuta.

6.6. Derechos de las partes


6.6.1. Actos conservatorios
La cesión de derecho habilita, desde su celebración, tanto del cedente
como del cesionario a efectuar los actos tendientes a la conservación del dere-
cho cedido. Al respecto, prescribe el artículo 1624 del CCyCN que "Antes de la
notificación de la cesión, tanto el cedente como el cesionario pueden realizar
actos conservatorios del derecho".

Esa consecuencia resulta de la especial situación que se configura mien-


tras la notificación al cedido no se haya realizado, o no haya tenido lugar la
respectiva anotación en los registros cuando se trate de bienes registrables (v.
gr.: derechos intelectuales). Si bien entre las parte se ha operado la traslación
de la titularidad del derecho del cedente al cesionario, esa modificación no es
aún oponible a terceros (art. 1620). Ello explica que el cesionario, en su carác-
ter de titular del derecho, esté facultado a realizar actos conservatorios de su
derecho, como así también que pueda realizarlos el cedente, dado su interés
en evitar responsabilidades frente al cesionario62. La expresión actos conserva-
torios comprende a aquellos actos que, sin constituir el ejercicio actual del de-
recho, tienen por finalidad asegurar el futuro ejercicio del mismo 63; en ese or-
den pueden mencionarse la interrupción del curso de la prescripción, el ejerci-
cio de la acción subrogatoria, trabar embargo u otro tipo de cautelares (v. gr.:
inhibición del deudor), renovar el registro de la hipoteca, entre otras. A su vez,
el cedente, mientras la notificación está pendiente, sigue ostentando frente al
cedido y otros terceros el carácter de titular del derecho.

62
HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 525.
63
ARIZA, Cesión de derechos cit., p. 209

22 de 35
6.6.2. Situación de las partes en caso de cesión parcial del crédito
Al igual que se admitía en el derogado artículo 1475 del Código Civil, el
artículo 1627 del CCyCN establece una regla aplicable a la cesión de créditos
cuando expresa que "El cesionario parcial de un crédito no goza de ninguna
preferencia sobre el cedente, a no ser que éste se la haya otorgado expresa-
mente". El precepto busca regular la situación jurídica en la cual se encuentran
cedente y cesionario respecto del cobro del crédito, en caso que la cesión haya
tenido por objeto una porción del crédito, cuestión que cobra relevancia en ca-
so de insolvencia del deudor cedido.

La solución legal consagra la igualdad de trato entre cedente y cesiona-


rio en lo referente al reclamo del crédito; de ahí que carece el cesionario de
preferencia alguna para el cobro si no media pacto expreso que se la confiera.
De manera tal que en la hipótesis de insolvencia del cedido (concurso o quie-
bra), cedente y cesionario, como coacreedores concurren en paridad de condi-
ciones, soportando ambos el perjuicio de la parte no cobrada.

Bajo la vigencia del Código Civil, se apuntaban otras consecuencias de-


rivadas de esa paridad de tratamiento que hoy conservan vigencia. Así, expli-
caba López de Zavalía, si el crédito parcialmente cedido refiere a prestaciones
periódicas, carece el cesionario parcial de derecho a pretender que se le satis-
faga su parte con la totalidad de las primeras cuotas a pagarse por el deudor,
sólo puede pretender que con cada prestación periódica se le entregue su pro-
porción; en igual sentido, si el cedente parcial cediere luego el resto a otro ce-
sionario, ambos cesionarios parciales concurren por sus respectivas partes, en
las mismas condiciones de igualdad lo harían cedente y cesionario64.

7. Eficacia de la cesión de derechos frente a terceros


Entre las partes la cesión produce la traslación de la titularidad del dere-
cho del cedente al cesionario desde su perfeccionamiento. No obstante, la
oponibilidad hacia terceros de los efectos traslativos exige actos que le confie-
ran publicidad al cambio de titularidad, pues resulta necesario tutelar los intere-
ses legítimos de éstos. El tema se encuentra previsto en los artículos 1620 y
1621 del CCyCN, regulación concebida indudablemente para resolver los con-
flictos generados en el ámbito de la cesión de créditos, pero que -como bien se

64
LÓPEZ DE ZAVALÍA, Teoría de los contratos cit., p. 822.

23 de 35
ha apuntado- exhiben la suficiente generalidad para adaptarlas a la cesión de
derechos en general65.

El abordaje de la eficacia erga omnes de la cesión conduce a distinguir


entre los terceros que tienen un interés legítimo en la cesión, toda vez que
pueden ser afectados por el negocio celebrado, y aquellos terceros no intere-
sados66. Tratándose de una cesión de créditos, el primero y principal tercero
interesado es el deudor cedido, en razón de que es el sujeto obligado a pagar,
teniendo -por tanto- derecho a conocer con certeza quién está legitimado para
recibir el cumplimiento; de ahí que se justifique la notificación del cambio de
acreedor67.

La categoría de los terceros interesados abarca también a los acreedo-


res del cedente y los del cesionario; ello así porque la enajenación del derecho
puede perjudicar a los acreedores del cedente en tanto importe una disminu-
ción del patrimonio de su deudor. En cambio, los acreedores del cesionario po-
drían beneficiarse con el ingreso del derecho en el patrimonio de su deudor68.
De igual modo, califican como terceros interesados otros cesionarios del crédi-
to, quienes en definitiva son acreedores del cedente.

Corresponde entonces abordar a continuación los mecanismos que el


Código incorpora para la protección de los intereses de estos terceros intere-
sados, y las reglas adoptadas para la solución de conflictos entre ellos.

7.1. La publicidad de la cesión de derecho para su eficacia erga


omnes: notificación al deudor cedido y registración
Como se adelantara, los efectos traslativos de la cesión se despliegan
en relación a los terceros recién cuando se da cumplimiento a algún modo de
publicitar el cambio de titularidad del derecho. El artículo 1620 del CCyCN, en
principio, enuncia la notificación al deudor cedido como mecanismo tradicional
de publicidad, no obstante como el ámbito de actuación de esa técnica publici-
taria se circunscribe a la cesión de créditos, el mismo texto legal se abre a re-
conocer la publicidad registral para aquellos derechos que la admitan. Expresa
la norma citada que "La cesión tiene efectos respecto de terceros desde su no-
65
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 586.
66
LÓPEZ DE ZAVALÍA, Teoría de los contratos cit., p. 839.
67
Ídem; ver también, LORENZETTI, Tratado de los contratos cit., t. II, p. 53.
68
Ver autores y páginas citados en las dos notas precedentes.

24 de 35
tificación al cedido por instrumento público o privado de fecha cierta, sin perjui-
cio de las reglas especiales relativas a los bienes registrables".

Resulta, entonces claro, que en el actual sistema legal la notificación al


deudor cedido constituye la forma de publicidad propia de la cesión de créditos,
mientras que la cesión de otros derechos registrables exige observar los re-
caudos establecidos para cada tipo de bien, requiriéndose la pertinente inscrip-
ción. Señalan acertadamente Hernández y Trivisonno que eso sucede en la
cesión de derechos intelectuales (art. 53 de la ley 11.723), la cesión total o par-
cial de derechos temporales o espaciales de explotación de películas cinema-
tográficas (art. 34 de la ley 11.723), o la patente o modelo industrial (art. 38 de
la ley 24.481); constituye un supuesto especial el caso de la cesión de heren-
cia, cuya oponibilidad se logra mediante la incorporación de la escritura pública
de formalización al expediente sucesorio (art. 2302, inc. b), sin perjuicio de que,
conforme con el artículo 2302, inciso c, la oponibilidad de los créditos de la he-
rencia se alcanza con la respectiva notificación al deudor69.

La notificación al cedido ha sido definida como un acto jurídico unilateral


y recepticio, a través del cual se comunica al deudor la existencia de la ce-
sión70. Pese a las críticas que mereció este sistema, pues no constituye más
que una ficción respecto de terceros distintos al deudor cedido71, el Código la
mantiene como sistema de publicidad en el caso de los derechos creditorios.

El artículo 1620 del CCyCN se ocupa de la forma de la notificación al


disponer que puede hacerse por instrumento público o privado con fecha cierta
(conc. art. 317). La solución supera los problemas interpretativos que había
planteado el Código derogado ante la imprecisa regulación72.

En relación con los sujetos, la doctrina ha entendido tradicionalmente


que tanto cedente como cesionario están facultados a notificar la cesión, sin
perjuicio de que este último sea quien tiene un interés más relevante a fin de
consolidar la titularidad de su derecho frente a los terceros y sustraerlo de la
acción de los acreedores del cedente. Nada impide que las partes encomien-

69
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., págs. 587 y ss.
70
LÓPEZ DE ZAVALÍA, Teoría de los contratos cit., p. 841; HERNÁNDEZ y TRI-VISONNO, Cesión de dere-
chos y sus subtipos cit., p. 588.
71
Ver sobre el particular, BORDA, Tratado de Derecho Civil. Contratos cit., t. I, p. 370.
72
Ídem, págs. 370 y ss.

25 de 35
den a un tercero la realización de la notificación; en la praxis es habitual que
ello se encargue a un escribano73. Así mismo se admite que por vía de acción
subrogatoria, la notificación sea realizada por un acreedor del cesionario 74. La
notificación es un acto recepticio, debe dirigirse al deudor cedido o a su repre-
sentante legal o voluntario. En caso de pluralidad de deudores mancomunados,
debe notificarse a todos. Si se trata de codeudores solidarios, basta con notifi-
car a uno de los deudores, sin perjuicio de la conveniencia de notificar a todos
ellos para evitar que quienes no fueron notificados podrían pagar válidamen-
te75.

La notificación debe hacerse en el domicilio real del deudor. No es domi-


cilio hábil para realizar la notificación el domicilio especial que se hubiere cons-
tituido en el contrato del cual emana el derecho cedido, pues éste sólo tiene
efectos entre partes a los fines de ese negocio76. En el marco del CCyCN, ese
criterio encuentra fundamento en el artículo 76, donde se establece que el do-
micilio especial constituido por las partes en un contrato es a los fines del ejer-
cicio de los derechos y obligaciones que de él se derivan77.

No existe plazo legal dentro del cual deba producirse la notificación. Pe-
se a ello, la relevancia que el acto tiene para proteger el interés del cesionario y
evitarle los perjuicios que derivan de su falta de oponibilidad, aconsejan llevarla
a cabo con prontitud. Se ha sostenido que indirectamente el artículo 1623 del
CCyCN fija un límite temporal dado por la pérdida de utilidad de la notificación,
en tanto establece que la cesión carece de efectos respecto de los acreedores
si es notificada luego de la presentación en concurso o de la sentencia declara-
tiva de quiebra78.

Tampoco establece el Código Civil y Comercial reglas referidas al conte-


nido de la notificación. Siguiendo los criterios imperantes, si bien no es necesa-
rio transcribir el acto íntegro, al menos la notificación debe contener elementos
que permitan al deudor identificar el crédito cedido, la extensión de la cesión, la

73
LORENZETTI, Tratado de los contratos cit., t. II, p. 55.
74
HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 543.
75
LORENZETTI, Tratado de los contratos cit., t. II, págs. 55 y ss.; HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de
derechos y sus subtipos cit., p. 589; HEREDIA, Con-trato de cesión de derechos cit., p. 543.
76
ARIZA, Cesión de derechos cit., p. 202.
77
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 589.
78
Ídem, p. 590.

26 de 35
individualización del nuevo acreedor, la fecha, de manera tal de posibilitar al
deudor su cumplimento79.

En el contexto del Código Civil y Comercial, la aceptación del deudor ce-


dido no constituye un mecanismo apto para que el contrato adquiera efectos
frente a terceros, tal como sucedía en el Código derogado80. Equiparar su efi-
cacia a la de la notificación, sólo porque no existe una prohibición expresa, su-
pone desconocer la opción del legislador por un sistema que, fundado en la
notificación, pretende aportar seguridad en materia de oponibilidad de los efec-
tos de la cesión a todos los terceros interesados, y en especial a la necesidad
de proteger a los acreedores del cedente.

7.2. Consecuencias de la notificación al cedido


Los efectos traslativos de la cesión de créditos en relación a los terceros
interesados recién se consolidan plenamente en la persona del cesionario
cuando tiene lugar la notificación al deudor cedido. A partir de ese momento, el
cesionario es el único acreedor legitimado para cobrar el crédito, debiendo abs-
tenerse el cedido de pagar a su acreedor originario; queda por ende facultado
el cedido para rechazar cualquier reclamo que el cedente le formule.

Otra consecuencia normal de la cesión, luego de la notificación, reside


en que el cedido puede oponer al cesionario las mismas defensas y excepcio-
nes que tenía contra el cedente, ello en virtud de que la cesión no puede colo-
carlo en una situación más desventajosa. Tal solución estaba expresamente
prevista en el Código derogado (art. 1474). Pese a que la cuestión carece de
regulación expresa en el Código Civil y Comercial, dicho efecto se impone en
razón de que la cesión trasmite un derecho a título derivado 81; de modo tal que
siendo el cesionario sucesor singular, se ubica en la misma situación jurídica
que ostentaba el cedente. Se ha señalado además, como argumento de refuer-
zo a esa conclusión, que soluciones similares reconoce el Código cuando regu-
la la acción subrogatoria (art. 742) y los efectos de la cesión de posición con-
tractual (art. 1636)82.

79
HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 545.
80
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 590. En contra se pronuncia
HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 547.
81
GALGANO, Istituzioni di Diritto Privato cit., p. 366.
82
HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 552.

27 de 35
En los próximos párrafos se analizan consecuencias especiales que se
siguen de la cesión, por la ausencia de notificación o de la concurrencia de ce-
sionarios y otros acreedores.

7.2.1. Eficacia de los actos anteriores a la notificación


Mientras la notificación no se produzca, el Código consagra un criterio
protectorio de los intereses del deudor, al atribuir efecto liberatorio a los pagos
que éste hubiese efectuado al cedente. Así se desprende del artículo 1621 del
CCyCN, cuando dispone que "Los pagos hechos por el cedido al cedente antes
de serle notificada la cesión, así como las demás causas de extinción de la
obligación, tienen efecto liberatorio para él".

En virtud de esa solución, el cesionario carece de derecho a exigir el pa-


go al deudor cedido, debiendo dirigir su acción contra el cedente por incumpli-
miento contractual, o bien por evicción, si el crédito fue pagado con anterioridad
a la cesión por considerarse un supuesto de cesión de derecho inexistente 83. El
pago de la obligación en tales circunstancias puede plantear dificultades proba-
torias pues se cuestiona la fecha cierta de los recibos otorgados por el cedente,
que frecuentemente son instrumentos privados carentes de fecha cierta, por
ende, inoponibles al cesionario. Un sector mayoritario de la doctrina no exige
fecha cierta al recibo dado que en su generalidad éstos se otorgan sin fecha
cierta84, pero además se pondera que el deudor tiene posibilidad de oponer al
cesionario todas las defensas o excepciones que tenía contra el cedente y
cualquier otra causa de extinción de la obligación85.

En la misma línea que reconoce eficacia liberatoria al pago efectuado al


cedente antes de la notificación, el artículo 1621 del CCyCN también admite
que la liberación del deudor se produzca antes de ese acto en razón de cual-
quier otra causal extintiva de la obligación que se verifique entre el cedente y el
cedido; así por ejemplo una transacción, una dación en pago, la compensación
voluntaria, la renuncia, etcétera.

83
LÓPEZ DE ZAVALÍA, Teoría de los contratos cit., p. 852; ARIZA, Cesión de derechos cit., p. 210; HER-
NÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 591.
84
BORDA, Tratado de Derecho Civil Contratos cit., t. I, págs. 378 y ss.; LÓPEZ DE ZAVALÍA, Teoría de los
contratos cit., p. 853.
85
ARIZA, Cesión de derechos cit., p. 211.

28 de 35
7.2.2. Reglas que rigen el conflicto entre cesionarios sucesivos
El derecho puede haber sido cedido a diversos cesionarios de manera
sucesiva, ya sea por error del cedente o por mala fe, situación que genera una
concurrencia de cesionarios con derecho al mismo bien. En el artículo 1622 el
Código establece una regla destinada a resolver el conflicto de derechos plan-
teado en tal situación. Dispone dicha norma que "En la concurrencia entre ce-
sionarios sucesivos, la preferencia corresponde al primero que ha notificado la
transferencia al deudor, aunque ésta sea posterior en fecha". Es decir que se
confiere prioridad o preferencia a quien haya efectuado en primer término la
notificación al cedido, sin que sea relevante la fecha del contrato de cesión.
Como bien se ha dicho, la solución guarda coherencia con el sistema de la noti-
ficación como acto que otorga efectos a la cesión frente a los terceros, pues los
distintos cesionarios no son más que terceros respecto de los contratos cele-
brados por los otros con el cedente86.

Aunque la regla del artículo 1622 del CCyCN parece pensada para el
contrato de cesión de créditos, nada obsta la aplicación del mismo criterio
cuando se trate de derechos cuya oponibilidad queda sometida al sistema de
registración, confiriéndose -en tal caso- preferencia a quien registre primero.

Otra regla, prevista en el artículo 1626, da solución al conflicto suscitado


entre una pluralidad de cesionarios que notifican la cesión en el mismo día.
Preceptúa la disposición citada que "Si se notifican varias cesiones en un mis-
mo día y sin indicación de la hora, los cesionarios quedan en igual rango". En
tal circunstancia, ante la imposibilidad de establecer una prioridad entre uno u
otro cesionario, todos quedan en igual rango, debiendo repartirse el crédito a
prorrata. El perjuicio representado por la parte del crédito no percibida permite
al cesionario accionar contra el cedente con fundamento en la garantía de evic-
ción. El mismo derecho cabe al cesionario que hubiere sido desplazado por
otro que notificó primero87. Se ha afirmado que, conforme la redacción dada al
artículo 1626, se infiere que en la hipótesis de conocerse la hora de la notifica-
ción de cada una de las cesiones concurrentes, corresponderá preferir a quien
haya notificado con antelación88.

86
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 591.
87
LÓPEZ DE ZAVALÍA, Teoría de los contratos cit., p. 856.
88
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 592.

29 de 35
Es importante destacar que las reglas analizadas en los párrafos prece-
dentes presuponen un comportamiento de buena fe de los cesionarios sucesi-
vos. Esto es relevante debido a que, pese a no existir ahora norma expresa en
el Código que contemple la cuestión89, si alguno de los cesionarios concurren-
tes fuere de mala fe (v. gr.: conocía la existencia de otro cesionario) no podrá
ser preferido -aunque hubiere notificado en primer término- sin violentar el prin-
cipio de buena fe consagrado en los artículos 9° y 961 del CCyCN 90. La mala fe
deberá ser acreditada por el cesionario que cuestione la prioridad del primero
en notificar.

7.2.3. Reglas aplicables a los conflictos entre cesionario y acreedores del


cedente
A diferencia del régimen de Vélez91, el Código Civil y Comercial no con-
tiene reglas específicas relativas a los conflictos individuales que puedan even-
tualmente entablarse entre el cesionario y el acreedor del cedente en caso de
que éste, a fin de preservar el patrimonio de su deudor, trabe embargo sobre el
crédito.

Las respuestas surgen de la conjugación de dos disposiciones del Códi-


go vigente. Por un lado, la regla del artículo 1620, en cuanto reconoce de ma-
nera amplia la oponibilidad de la cesión a los terceros (en este caso a los
acreedores del cedente) a partir de la notificación, viene a actuar como línea
directriz en la solución del conflicto descripto92. Además, ella resulta congruente
con la regla establecida en el artículo 745, norma que frente al conflicto entre
acreedores del deudor, supuesto fáctico que comprende al que se plantea en-
tre cesionario y acreedores del cedente, confiere prioridad al primer embargan-
te93. Por consiguiente, el embargo trabado por el acreedor del cedente prevale-
cerá si es anterior a la notificación de la cesión; a la inversa, tendrá prioridad la
cesión si fue notificada con anterioridad a la traba del embargo del acreedor del
cedente.

89
Se recuerda que el Cód. Civ. contemplaba la situación en el art. 1463.
90
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 592.
91
El problema era tratado en los artículos 1465, 1467 y 1471 del Cód. Civ., disposiciones que planteaban
agudos conflictos interpretativos. Sobre la cuestión p. v. LÓPEZ DE ZAVALÍA, Teoría de los contratos cit.,
págs. 864 y ss.; LORENZET-TI, Tratado de los contratos cit., t. II, págs. 60 y ss.
92
En sentido coincidente v. HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 593.
93
HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p. 566.

30 de 35
En otro orden, en relación al conflicto suscitado entre el cesionario y los
acreedores del cedente en una situación falencial, el artículo 1623 del CCyCN
establece que "En caso de concurso o quiebra del cedente, la cesión no tiene
efectos respecto de los acreedores si es notificada después de la presentación
en concurso o de la sentencia declarativa de la quiebra". Se trata de una solu-
ción que se ajusta a los criterios imperantes en materia concursal, por ende si
la notificación de la cesión tiene lugar después de la presentación en concurso
del cedente o de la sentencia declarativa de su quiebra, la cesión ya no resulta
oponible a los acreedores.

Por el contrario, si es notificada antes de la presentación en concurso o


de la fecha de la sentencia de quiebra, su eficacia no puede ser cuestionada ni
puede evitarse que el cesionario cobre el crédito; sin perjuicio de la inoponibili-
dad que pueda resultar de lo dispuesto en los artículos 118 y 119 de la ley
24.522, cuando la cesión hubiere sido celebrada dentro del período de sospe-
cha, o de la acción revocatoria que se entable contra la cesión en caso de con-
curso (arts. 338 a 342, CCyCN)94.

8. Consideraciones generales sobre algunos subtipos de cesión de dere-


chos previstos en el Código Civil y Comercial
8.1. La cesión de créditos. Reglas especiales de la cesión de créditos
prendarios
Dentro del extenso ámbito de bienes que pueden ser cedidos, la cesión
de créditos constituye un subtipo de cesión de derechos cuya nota distintiva
está constituida por referir su objeto mediato a un derecho personal. La particu-
laridad del objeto determina que el legislador contemple algunos efectos acor-
des con esa especialidad.

El nuevo Código no la define, pues centra la metodología en el trata-


miento de la cesión de derechos. Con acertada precisión técnica, López de Za-
valía proporciona una definición que conserva valor sistémico dentro del Dere-
cho vigente, así entiende que "la cesión de créditos es un contrato consensual,
celebrado entre cedente y cesionario, por el cual el primero transmite al segun-
do el crédito que le compete contra su deudor"95.

94
Ídem, p. 567.
95
LÓPEZ DE ZAVALÍA, Teoría de los contratos cit., p. 784.

31 de 35
Lo que interesa poner de relieve es que la metodología del Código vi-
gente regula a este subtipo de cesión dentro del régimen establecido para el
tipo general de la cesión de derechos, quedando entonces regida por ese con-
junto de disposiciones. No obstante, en ese contexto regulativo, algunas nor-
mas dan cuenta de soluciones aplicables específicamente a la cesión de crédi-
tos, así sucede con los artículos 1620 y 1621 del CCyCN.

Además, el Código contempla un supuesto especialísimo de cesión de


crédito. Se trata de aquella que tiene por objeto la transferencia de un crédito
asegurado por un derecho real de prenda. Sobre el particular, dispone el artícu-
lo 1625 del CCyCN que "La cesión de un crédito garantizado con una prenda
no autoriza al cedente o a quien tenga la cosa prendada en su poder a entre-
garla al cesionario". Esta restricción legal se justifica en razón de que la pose-
sión de la cosa prendada es entregada por el constituyente de la prenda (deu-
dor o un tercero), al acreedor prendario, en virtud del contrato de prenda (art.
2221). La cesión del crédito no puede variar esta situación, toda vez que el
constituyente de la prenda no es parte de la cesión96. De ahí que el cesionario
puede hacer efectivo su derecho llevando a subasta judicial el bien prendado,
pero no puede pretender que le sea entregada la cosa pignorada 97. La solución
adoptada guarda correlato con las restricciones que el Código impone al
acreedor prendario en relación con la cosa prendada (art. 2226).

8.2. La cesión de derechos en garantía


La cesión en garantía se configura cuando el cedente trasmite un dere-
cho de crédito, u otro derecho, al cesionario a fin de asegurar otra obligación.
En caso de incumplimiento, el cesionario es facultado a cobrar el crédito cedi-
do, restituyendo al cedente el remanente, si existiere. Esto significa que se trata
de una garantía autoliquidable98. En razón de las ventajas que reporta un ne-
gocio de esta índole su utilización se extendió en la práctica comercial, en es-
pecial en el ámbito bancario.

96
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., p. 597.
97
COMPAGNUCCI DE CASO, La cesión de derechos, en el nuevo Código Civil y Comercial cit.
98
Ver sobre el tema BORETTO, Mauricio, Las garantías autoliquidables, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2010,
págs. 228 y ss.; ALEGRIA, Héctor, Las garantías "autoliquidables", en Revista de Derecho Privado y Co-
munitario, Nº 2, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1993, p. 169.

32 de 35
En la arquitectura tipológica del Código Civil y Comercial, la cesión de
derechos en garantía encuentra recepción expresa. Este nuevo subtipo legal
de cesión convive ahora con los subtipos tradicionales de cesión-venta y ce-
sión-permuta, que reconocen una finalidad de cambio, y de cesión-donación,
que suma a la causa traslativa típica de la cesión una función de liberalidad99.

El reconocimiento surge del artículo 1615 del CCyCN, donde se dispone


que "Si la cesión es en garantía, las normas de la prenda de crédito se aplican
a las relaciones entre cedente y cesionario". De modo que reenvía al régimen
establecido entre los artículos 2232 a 2237 del CCyCN que rigen la prenda de
créditos. El precepto tiene su fuente directa en el artículo 1529 del Proyecto de
Código Civil de 1998, texto que a su vez tomó en consideración las líneas tra-
zadas por los proyectos de reformas que le precedieron (Proyecto de 1936,
Código Único de 1987, los dos proyectos de 1993); esto demuestra los con-
sensos doctrinarios que la necesidad de dar regulación a la figura concitaba en
nuestro país, más allá de los debates sobre su naturaleza jurídica 100.

Bajo la vigencia de los códigos derogados, Rivera -bregando a favor de


la viabilidad de la figura en nuestro Derecho- afirmaba que "...nada de irregular
puede verse en que por vía de la cesión de créditos se persiga no la transmi-
sión de la propiedad de un crédito, sino una finalidad de garantía, que como tal
se regiría por las reglas de la prenda de crédito"101. Por consiguiente, la regla
legal adoptada por el artículo 1615 del CCyCN da ingreso a la postura de la
doctrina que concibe a la cesión de derechos en garantía como una prenda de

99
Al respecto, puntualiza Rivera que le "asiste razón a quienes afirman que la cesión de créditos en
garantía debe ser vista como prenda de créditos, y por ende como negocio válido, fundados en que la
cesión de créditos no es sino un vehículo para la transmisión de créditos, sin una causa objetiva típica
más allá de esa atribución patrimonial de transmisión, lo que puede operarse con finalidad de transmitir
derechos de distinta jerarquía: puede transmitirse la propiedad, puede enajenarse sólo a título de ga-
rantía; y ello autoriza naturalmente a que las partes pacten el contenido de cada negocio en particular,
con la sola limitación de que la causa final objetiva perseguida resulte merecedora de la protección
judicial" (Cesión de créditos en garantía cit., p. 867).
100
Se recuerda que un sector doctrinario ve en la cesión en garantía un negocio fiduciario, en tanto
existiría una transmisión plena del derecho efectuada con fines de administración, facilitación de encar-
gos o garantía, fines que por sí mismos no exigirían la transmisión, con el surgimiento simultáneo de una
obligación del adquirente de restituir el derecho al transmitente -o transferir a una tercera persona- una
vez realizada la finalidad, tal es la opinión de Belluscio en su voto en "Famatex SA c/Ferrocarril General
Belgrano", 1ª Inst. Fed. Civ. y Com., firme del 6-10-72, J. A. 1972-18-497. También en ese sentido GUAS-
TAVINO, Elías P., La transmisión de créditos en garantía, en J. A. 1972-18-504. El otro sector asimila la
cesión en garantía a una prenda de créditos.
101
RIVERA, Cesión de créditos en garantía cit., p. 867. De manera coincidente se pronuncia también
LORENZETTI, Tratado de los contratos cit., t. II, págs. 69 y ss.

33 de 35
créditos102. Desde esa perspectiva, se sostiene que la cesión en garantía no
tiene por finalidad enajenar la propiedad del derecho, sino efectuar una transfe-
rencia en función de garantía, lo cual significa que el crédito permanece en el
patrimonio del cedente, situándose al cesionario en la posición jurídica del
acreedor prendario, con derecho al cobro preferencial del crédito en virtud de
dicha calidad103.

Por consiguiente, en el plano práctico, la aplicación del régimen de la


prenda de crédito a la cesión de derechos en garantía implica que: a) el cesio-
nario se sitúa como acreedor prendario (titular de un derecho real), por tanto no
adquiere la propiedad del derecho sino su tenencia (ergo, carece de facultades
de disposición), aunque puede percibir los frutos o intereses y aplicarlos al pa-
go de la deuda (arts. 2225 y 2232, última parte); b) el cesionario en garantía,
como acreedor prendario, puede ejercer acciones para la conservación del de-
recho y posee también facultades para cobrar el crédito (art. 2224)104; c) el de-
recho o crédito cedido en garantía no pasa al patrimonio del cesionario (acree-
dor prendario), sino que permanece en el del cedente (deudor prendario), por
ello se sostiene que en caso de quiebra de éste ingresa en la masa por efecto
del desapoderamiento105. Además, cabe tener en cuenta que por tratarse de un
contrato de cesión deberá observar los recaudos de forma establecidos para
este negocio, como así mismo cumplir con la notificación al cedido a los fines
de plena oponibilidad de efectos ante terceros106.

Finalmente hay que destacar que existe consenso en considerar que el


artículo 1615 del CCyCN consagra una regla hermenéutica que se aplica de
manera presuntiva, por lo que nada obsta a que las partes, en virtud de la au-
tonomía privada, den a la cesión de derechos en garantía la estructura de un
negocio fiduciario con los efectos propios del mismo. A fin de establecer si se

102
RIVERA, Cesión de créditos en garantía cit., p. 867; LORENZETTI, Tratado de los contratos cit., t. II,
págs. 79 y ss.
103
BORETTO, Las garantías autoliquidables cit., p. 237.
104
HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., págs. 574 y ss.; BORETTO, Las garantías autoliquidables
cit., p. 250.
105
Sobre los debates que se plantean respecto de las vías de cobro del cesionario (acreedor prendario) y
la necesidad o no de verificar la obligación garantizada en la quiebra del cedente, ver HEREDIA, Contrato
de cesión de derechos cit., págs. 575 y ss.
106
HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., págs. 596 y ss.

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configura una prenda de crédito o una transmisión fiduciaria deberá examinarse
la voluntad negocial de las partes en la situación fáctica concreta107.

107
LORENZETTI, Tratado de los contratos cit., t. II, p. 78; HEREDIA, Contrato de cesión de derechos cit., p.
574; HERNÁNDEZ y TRIVISONNO, Cesión de derechos y sus subtipos cit., págs. 596 y ss. Ver también en
ese sentido a BORET-TO, Las garantías autoliquidables cit., p. 239, quien puntualiza la relevancia que en
la jurisprudencia anterior al Código se le daba a la voluntad negocial para la calificación de estos nego-
cios.

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