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Es el proceso para la unión permanente de dos o más piezas de material entre sí con la
aplicación de calor, presión o ambos. Para los metales y el vidrio, y las cerámicas se unen
con pegamentos que suelen ser impermeables y resistentes a choques.
Las estructuras se forman mediante conjuntos de chapas o perfiles unidos entre sí con
enlaces capaces de soportar los esfuerzos que se transmiten entre las piezas.
Esto se consigue bien por el efecto de fusión que proporciona la aportación de calor, bien
por la aportación de otro metal de enlace o por la combinación de ambos efectos.
Existen cerca de cuarenta sistemas de soldar, pero el más importante para las estructuras
metálicas es el sistema de soldadura por fusión, en las soldaduras por fusión el calor
proporcionado funde los extremos de las piezas y al solidificar se produce la unión.
Existen diferentes tipos de soldadura por fusión, pero los más utilizados son dos:
Soldadura autógena.
Soldadura por arco eléctrico, que es la que se utiliza en estructuras metálicas.
La soldadura por arco se basa en que si a dos conductores en contacto se les somete a una
diferencia de potencial, establecemos entre ambos una corriente. Si posteriormente se les
separa, provocamos una chispa, cuyo efecto es ionizar el gas o el aire que la rodea,
permitiendo así el paso de la corriente, a pesar de no estar los conductores en contacto.
Con esto lo que hacemos es crear entre ellos un arco eléctrico por transformación de la
energía eléctrica en energía luminosa y calorífica. El calor provocado por el arco no sólo es
intenso, sino que además está muy localizado, lo que resulta ideal para la operación de
soldar. Las temperaturas alcanzadas son del orden de 3500°C.
El arco salta entre dos electrodos de tungsteno en atmósfera de hidrógeno. El calor del
arco disocia las moléculas de hidrógeno, que vuelven a soldarse al contacto con las
piezas a soldar, desprendiendo una gran cantidad de calor.
Este calor funde las piezas y permite que se efectúe la soldadura en ausencia del oxígeno
y el nitrógeno del aire.
La unión se consigue al provocar un arco eléctrico entre las piezas a unir y un electrodo
que sirve de material de aportación.
4.3 Manantiales de corriente
La corriente continua permite una selección más amplia de electrodos y escalas de corriente
con arco más estable, por lo que suele preferirse para trabajos en posiciones difíciles y
chapas finas.
Con corriente continua, los dos tercios del calor los proporciona el polo positivo y el tercio
restante el polo negativo. Los electrodos de fusión difícil, como los electrodos básicos, se
funden mejor conectándolos al polo positivo.
La corriente alterna consume menos energía y produce menos salpicaduras. También los
transformadores requieren menos mantenimiento que las dinamos. La corriente alterna se
usa donde hay problemas de soplo del arco y en trabajos de soldadura en posición plana
con chapas gruesas.
El cordón de la soldadura tiene tres partes bien diferenciadas como a continuación se puede
observar:
Las dimensiones fundamentales que sirven para determinar un cordón de soldadura son
la garganta y la longitud.
La garganta (a) es la altura del máximo triángulo isósceles cuyos lados iguales están
contenidos en las caras de las dos piezas a unir y es inscribible en la sección transversal de
la soldadura.
Se llama longitud eficaz (l) a la longitud real de la soldadura menos los cráteres extremos.
Se admite que la longitud de cada cráter es igual a la garganta.
𝑙𝑒𝑓𝑖𝑐𝑎𝑧 = 𝑙𝑔𝑒𝑜𝑚é𝑡𝑟𝑖𝑐𝑎 − 2 ∗ 𝑎
Soldadura a tope
Soldadura en ángulo
Cordón frontal
Cordón lateral
Cordón oblicuo
En este procedimiento se comienza colocando las piezas del material base a unir muy
próximas entre sí. Posteriormente por la aplicación de una fuente de calor se producirá la
fusión del material de aporte, el cual mojará y rellenará por capilaridad los huecos por entre
las superficies de contacto de las piezas del material base, procediendo a su unión una vez
que se solidifica.
Con este procedimiento también se puede realizar la soldadura entre piezas de distinto
material. En todo caso, el material de aporte o de relleno que se utilice, además de tener
unas temperaturas de fusión menor que la de los materiales base, tendrá también
diferentes características físico-químicas, por lo que a este tipo de procedimiento se le
conoce también como "soldadura heterogénea".
El procedimiento por soldadura fuerte y blanda también es muy empleado para unir
metales que por sí tengan poca soldabilidad. Por un lado, la soldadura blanda es de gran
utilidad para la unión de piezas pequeñas donde sería muy difícil un procedimiento de
soldadura por fusión, por ejemplo, para soldar componentes electrónicos. También la
soldadura blanda se usa para el soldeo de piezas ornamentales y para realizar las uniones
de conducciones de agua y de gas a baja presión, o entre piezas de intercambiadores de
calor (aplicaciones para placas solares, etc.).
Por otro lado, la soldadura fuerte tiene gran aplicación en la industria, al caracterizarse por
proporcionar una gran resistencia y a la vez, mucha ductilidad a la unión. También se
caracteriza por proporcionar gran uniformidad en la unión, lo que se traduce en un buen
acabado estético y estanqueidad para aplicaciones donde se contengan líquidos. Su uso es
compatible con la práctica mayoría de los metales y aleaciones en el sector de la metalurgia.
Entre las múltiples ventajas que puede ofrecer este procedimiento de soldeo cabe destacar
las siguientes:
Permite realizar la unión entre materiales distintos, por ejemplo, entre piezas de
fundición con otro tipo de metales, e incluso de piezas metálicas con no metálicas.
No obstante, no todos son ventajas en este procedimiento, habiendo otros factores que si
no son controlados de manera adecuada influyen negativamente en las prestaciones que
puede ofrecer la unión.
Para que el proceso pueda ser considerado como "soldadura fuerte" (en inglés "brazing")
el material de aporte debe fundir a una temperatura superior a 450 °C.
El proceso por soldadura fuerte es un método de soldeo versátil, que proporciona además
una gran resistencia a la unión. De hecho, si se usa el material de aporte adecuado,
proporciona una unión con características resistentes incluso superior a la del metal base.
Como orientación, en la siguiente tabla se expone una comparativa entre distintos métodos
de unión, cada uno con sus ventajas y limitaciones:
TABLA COMPARATIVA ENTRE LOS METODOS DE UNIÓN
Factor / Unión Unión por Soldadura Soldadura Soldadura
Requisito Mecánica Adhesivos Blanda por Fusión Fuerte
Economía El mejor Bueno Bueno Aceptable Bueno
Resistencia Aceptable Aceptable Bueno El mejor El mejor
Gasto de El mejor Bueno Bueno Aceptable Bueno
energía
Control Aceptable Aceptable Bueno El mejor El mejor
Flexibilidad Aceptable Aceptable Bueno Bueno El mejor
En general, cuando resistencia y durabilidad son los factores determinantes, los procesos
de soldadura fuerte y soldadura por fusión son los recomendados. Y cuando, o bien la
resistencia en la unión no sea un factor decisivo, o que la unión pueda ser desmontada en
un futuro, entonces una unión mecánica, por adhesivo o incluso por soldadura blanda,
puede ser la mejor solución.
Los procesos de soldadura por fusión, aunque producen uniones muy resistentes, aplican la
fuente de calor muy localizada y concentrada (por ejemplo, en el punto donde se establece
el arco en los procesos de soldadura por arco eléctrico) que generan gradientes térmicos
muy elevados que pueden distorsionar las piezas ensambladas y crear tensiones térmicas
residuales que terminan agotando por fatiga al metal base. Sin embargo, el proceso por
soldadura fuerte, al emplear temperaturas menores y no producir la fusión del metal base,
no distorsiona la geometría de las piezas y no crean tampoco tensiones térmicas residuales
que sean peligrosas.
Y aunque ambos procesos, la soldadura por fusión y la soldadura fuerte, funcionan bien
para soldar piezas con similares puntos de fusión, la soldadura fuerte es especialmente
recomendable para unir piezas disímiles, con distintas características mecánicas y distintos
puntos de fusión, dado que en todo caso, el metal base en la soldadura fuerte no llegan a
fundir. La soldadura fuerte es especialmente recomendable para soldaduras de geometría
lineal, dado que el metal de aporte al fundir fluye de manera natural por entre la línea de
unión.
En este caso se utiliza un soplete para generar el foco de calor. Es preferible que el soplete
forme una llama neutra o reductora que reduzca la posibilidad de producir reacciones de
oxidación en el metal base.
Aunque la operativa del proceso se explicará con más detalles en capítulos posteriores, el
procedimiento comienza aplicando el fundente o flux sobre las superficies de las piezas a
unir. Posteriormente se enciende la llama del soplete que se dirigirá cerca de la zona de
unión para calentar las superficies de las piezas a unir. Una vez alcanzada la temperatura
correcta (lo indicará el fundente aplicado) se rellenará la zona de unión con el material de
aporte fundido que caerá por gravedad por la acción del calor de la llama.
Este procedimiento se puede aplicar para unir piezas de acero al carbono, acero inoxidable,
piezas hechas de aleaciones de níquel, piezas de fundición, titanio, monel, iconel, aceros
para herramientas, aluminio, latón, o piezas de cobre.
Destaca por su uso, la soldadura fuerte empleando aleaciones de plata como material de
aporte. En este caso, el material de aporte funde entre 570 ºC y 730 ºC, según el grado de
pureza en plata de la aleación. Sirve para unir la mayoría de metales ferrosos y no ferrosos,
y de metales disímiles. Especialmente recomendado para la soldadura de metales preciosos
y metales duros.
También sirve para soldar la mayoría de los aceros y el tungsteno. Tiene gran aplicación
para unir tuberías de cobre, bronce o de acero inoxidables, incluso si están sometidas a
tensiones o vibraciones, como las tuberías de aire acondicionado, de refrigeración. También
para soldar radiadores o motores eléctricos, e instalaciones industriales y medicinales.
Otro tipo de variante de la soldadura fuerte con soplete es aquel que emplea como gas
combustible Oxi-Hidrógeno (OHW). En este caso, el soldador de gas OHW emplea energía
eléctrica y agua en un sistema generador que separa el oxígeno y el hidrógeno que están
presentes en el agua, para posteriormente conducirlos hasta el soplete como una mezcla
de gas combustible que puede alcanzar temperaturas de hasta 1500 °C.
En este caso la fuente de calor la crea una bobina de inducción adaptada a la configuración
que forman las piezas que se pretenden unir.
De este modo, al hacer pasar una corriente alterna de gran frecuencia por la bobina, se
genera a su vez una corriente eléctrica que pasa a través de las piezas a unir, encontrando
una gran resistencia justamente en la zona de contacto. Aquí se va a generar gran cantidad
de calor que va a ser proporcional a la conductividad del material, de la corriente inducida
y la frecuencia aplicada a la bobina.
Por último, a continuación se expone una tabla resumen con los materiales de aporte
empleados y su temperatura de fusión, para cada una de las aplicaciones principales.
Para que el proceso pueda ser considerado como "soldadura blanda" (en inglés "soldering")
el material de aporte debe fundir a una temperatura inferior a 450 °C, además de estar por
debajo también del punto de fusión del metal base.
La soldadura blanda emplea menor aporte de energía que la fuerte, siendo similares los
métodos de calentamiento de las piezas, aunque en la soldadura blanda también puede
llevarse a cabo mediante un soldador eléctrico, también llamado soldador de estaño.
En la actualidad, la única norma en vigor existente para los materiales de soldadura blanda
es la UNE-EN ISO 9453. Esta norma contempla todas las aleaciones normalizadas con un
punto de fusión inferior a 450 ºC.
Según la norma UNE-EN ISO 9453, sólo son aptas para su utilización en instalaciones de
agua potable, calefacción, solar térmica y de gas a baja presión las aleaciones que tengan
un punto de fusión superior a 220 °C y que estén exenta de contenido en plomo.
En este sentido las únicas aleaciones que cumplen estas características son las siguientes:
Nº 402: Sn97Cu3
Nº 702: Sn96Ag4
Nº 703: Sn97Ag3
Nº 704: Sn95Ag5
Todas las demás aleaciones no cumplirán la norma y no serán idóneas para este tipo de
instalaciones.
Existen multitud de variantes, entre las que destacan por su gran uso las siguientes:
En este caso, la aportación de calor se realiza mediante la llama generada por un soplete de
gas. Como gas combustible se puede emplear acetileno, propano o gas natural, y como gas
comburente, aire u oxígeno puro, consiguiéndose en este último caso mayor temperatura
en la llama.
A la hora de ejecutar una soldadura blanda, antes de proceder al calentamiento habrá que
realizar un decapado previo para la limpieza de las superficies a unir. Posteriormente hay
que aplicar una sustancia previa, el fundente o flux, sobre las superficies por donde se
realizará la unión, con objeto de facilitar el mojado por parte del metal de aporte.
Una vez encendida la llama, y cuando se alcance la temperatura adecuada en el metal base
(el fundente se habrá fundido completamente), se depositará el material de aporte fundido
entre las partes a unir, el cual fluirá por capilaridad y se irá introduciendo por los huecos,
rellenando el espacio que queda entre las piezas.
Cuando se perciba que el metal de aportación esté fluyendo por capilaridad por entre la
zona de unión, entonces será el momento de retirar la llama. Una vez se haya solidificado
el material de aporte, la soldadura entre las piezas quedará hecha.
Igualmente que para la soldadura fuerte, la soldadura blanda por inducción presenta
múltiples ventajas, respecto a otros métodos, como son:
A continuación, se expone una tabla resumen con los materiales de aporte empleados y su
temperatura de fusión, para cada una de las aplicaciones principales.
Fundente de calor
Para elevar la temperatura de metal base, además de para conseguir la fusión tanto del
fundente que se aplique como del metal de aporte empleado para la unión, es necesario
disponer de una fuente de calor.
Existen diversas formas de conseguir este foco de calor: mediante hornos, bobinas de
inducción..., aunque entre los más comunes y fáciles de usar, están los llamados soldadores
de estaño o eléctricos, y los sopletes de gas.
En este caso, se puede utilizar como gas combustible el acetileno, propano, gas natural o
gas ciudad, y como comburente, aire u oxígeno puro que puede ser suministrado en botellas
a presión. Evidentemente, la llama producida con oxígeno puro será de mayor temperatura
que si se empleara sólo aire. Y de entre todas, la llama producida por la combustión del
acetileno con el oxígeno es la que producirá la temperatura más alta.
Fundente
Para facilitar que el material de aportación fundido penetre bien por capilaridad entre las
superficies de las partes a soldar se utiliza una sustancia llamada fundente o flux, que es
una mezcla de unos componentes químicos (boratos, fluoruros, bórax...) y agentes
mojantes.
El flux tendrá pues la misión de facilitar
que el material de aporte fluya mejor por
entre las áreas donde se va a realizar la
unión, mojando las superficies y haciendo
que la soldadura que finalmente resulte
sea más resistente.
El fundente se aplica después de haber
realizado la limpieza de las piezas a soldar,
mediante brocha (o espolvoreando en el
caso que el fundente se presente en
forma de polvo) sobre las superficies a
unir. También se puede aplicar
disolviéndolo en agua o alcohol para
mejorar su adherencia al metal base.
El fundente, además de favorecer el "mojado" del material base, consigue aislar la zona
afectada por la soldadura del contacto directo del aire, lo que reduce la posibilidad de que
se produzcan reacciones de oxidación con el oxígeno de la atmósfera, además que ayuda a
disolver y eliminar los posibles óxidos que puedan llegar a formarse. En efecto, cuando el
proceso de soldadura tiene lugar al aire libre es necesario aplicar sobre las superficies del
metal base una capa de material que ayude a su protección del contacto directo con el aire
de la atmósfera.
Ello es así, porque al calentarse el metal base y estar en contacto directo con el aire, el
oxígeno presente en la atmósfera tiende a reaccionar con el metal base para la formación
de óxidos sobre la superficie. Sin embargo, al aplicar el fundente, cuando se proporciona el
calor para calentar las superficies del metal base, el flux o fundente se disolverá, para así
poder absorber mejor los posibles óxidos que se formen durante la soldadura. Existe una
variedad de material fundente en función de la temperatura que se vaya a alcanzar, de los
materiales a unir y de las condiciones ambientales bajo las cuales se vaya a ejecutar la
soldadura.
En todo caso, sea cual sea el fundente elegido, éste deberá fundir y volverse
completamente líquido antes que el metal de aporte funda y se vierta sobre la unión. La
mayoría de los fundentes se suministran en forma de pasta, por lo que para su aplicación
deberá emplearse brocha para extenderlo por las superficies de unión, justo antes de
aplicar la fuente de calor.
Esto es así porque en muchos casos cuando el fundente alcanza su temperatura adecuada,
éste se funde y se vuelve transparente, indicando entonces que ha llegado el momento de
aplicar el material de aportación.
Material de aporte
El material de aporte que se utilice para la ejecución de la soldadura debe poseer una
excelente capacidad de mojado de la superficie del metal base. La temperatura de fusión
del material de aporte, según se ha dicho, deberá ser inferior al del metal base donde se
vaya a aplicar. Pero además de la apropiada temperatura de fusión en relación al metal
base, el material de aporte que se utilice debe ofrecer una buena fluidez cuando esté
fundido para permitir su correcta distribución por capilaridad por entre los huecos de las
superficies a unir.
La unión con adhesivos es un proceso en el cual se usa material ajeno a los materiales que
se desean unir para fijación de ambas superficies, generalmente las uniones con adhesivos
no son tan fuertes como las que se hacen en soldadura.
Una unión mediante adhesivos debe ser diseñada de tal forma que el adhesivo trabaje
sometido a cargas de cortadura todo lo posible, evitando esfuerzos de pelado que son los
que peor soporta. Los esfuerzos de tracción son aceptables pero peligrosos, pues cualquier
pequeña desviación en la línea de aplicación de las cargas, se traduce en la aparición de
momentos flectores, que someten al adhesivo, a indeseables esfuerzos de pelado.
Para obtener una máxima eficacia de los adhesivos, las uniones adhesivas deben ser
específicamente diseñadas. Para lograr una máxima efectividad, las uniones adhesivas
deben ser diseñadas de acuerdo con los siguientes principios generales:
El área pegada debe ser tan grande como sea posible, dentro de lo permitido por la
geometría de la unión y las limitaciones de peso.
Un porcentaje máximo del área pegada debe contribuir a la resistencia de la unión.
El adhesivo debe estar solicitado en la dirección de su máxima resistencia
La tensión debe ser mínima en la dirección en la que el adhesivo sea más débil.
En el diseño de uniones específicas para la utilización de adhesivos, las
características básicas de estos deben imponer la planificación de diseño, teniendo
en cuenta que una unión adhesiva actúa sobre un área, no sobre un punto. La unión
debe ser diseñada de tal forma que se minimice la concentración de tensiones.
Es necesario también, evaluar algunos factores adicionales cuando se contempla el uso de
adhesivos. Entre otros, se deben considerar los siguientes:
Existen una gran cantidad de adhesivos comerciales en los cuales se pueden clasificar de la
siguiente manera:
Naturales
Son aquellos materiales derivados de fuentes como plantas y animales e incluyen las gomas,
el almidón, el flúor de soya y el colágeno. Este tipo de adhesivos se limitan aplicaciones de
baja tensión.
Inorgánicos
1. Adhesivos polimerizados
a) En fase liquida
b) En fase sólida
2. Adhesivos reactivos
Que curan mediante poliadición como los cianoacrilatos, los anaeróbicos o los
acrílicos.
Que curan mediante policondensación como los epoxis o las siliconas
Adhesivos prepolimerizados:
Dentro de los adhesivos prepolimerizados, existe una gran variedad de tipos, tanto en fase
líquida como sólida. En fase líquida, podemos utilizar soluciones orgánicas que suelen ser
lineales y adquieren propiedades elásticas tras la vulcanización, la cual en ocasiones tiene
lugar con el oxígeno del aire, o las emulsiones que tienden a sustituir a los anteriores por
los problemas derivados del uso de disolventes en su formulación. En fase sólida tenemos,
entre otros, los adhesivos sensibles a la presión o piezosensibles (PSA), con una reología
especial que les permite deformarse y mojar los sustratos en estado sólido, y los
termofusibles o Hot Melts, que humectan los sustratos cuando se calientan por encima de
la temperatura de reblandecimiento.
Los principios de la adhesión son comunes a todas las familias adhesivas. Sin embargo, sólo
los adhesivos reactivos son capaces de dar soluciones fiables a los problemas de ingeniería.
Por este motivo, veremos con más detenimiento los adhesivos reactivos.
Adhesivos reactivos:
Los adhesivos reactivos son aquéllos que polimerizan durante la unión adhesiva, es decir,
cuando se hallan entre los sustratos que se pretende ensamblar.
El adhesivo pasa de estado líquido a estado sólido sin pérdida de masa y con inapreciables
pérdidas de volumen. Tal característica es básica para realizar adhesiones de alto
rendimiento y condición indispensable para obtener sellados fiables. Al no existir solvente
alguno en la formulación son adhesivos que no presentan problemas de emisión de agentes
inflamables, tóxicos o dañinos para el medio ambiente.
El curado de los adhesivos reactivos tiene lugar según dos posibles mecanismos:
Poliadición: por adición al abrirse un doble enlace de un monómero que lo contenga.
Policondensación: por condensación de moléculas sencillas en la reacción de
monómeros disfuncionales con grupos terminales reactivos.
Un importante efecto que tiene el tipo de polimerización sobre los sistemas adhesivos es el
relacionado con los tiempos de manipulación y de curado. Las poliadiciones son reacciones
en cadena y tienen velocidades de reacción elevadas. Por el contrario, las
policondensaciones son reacciones lentas que producen un incremento paulatino y
continuo de la viscosidad del sistema adhesivo.
Los adhesivos reactivos rígidos se caracterizan por generar uniones de elevada rigidez. Las
familias más, importantes se pueden clasificar según su capacidad de relleno de holguras:
a) Anaeróbicos
b) Cianoacrilatos
a) Epoxis
Industria de la automoción
Industria Aeronáutica
El mundo de los adhesivos y la industria aeronáutica han estado siempre muy unidos, desde
el primer vuelo del Flyer de los hermanos Wright hasta los aviones supersónicos modernos.
Veamos algunos datos de interés. Las superficies viejas de cemento son difíciles de unir con
cemento fresco. Las diferencias en los coeficientes de expansión, unidas a la absorción y
difusión de la humedad, conducen a tensiones internas y a roturas. Las resinas de epoxi
humectan las superficies viejas de cemento, y no encogen ni endurecen, por ello en algunas
ocasiones para reparaciones en la ingeniería civil se usan morteros orgánicos, mezcla de
resina y arena.
El uso de adhesivos para la construcción de estructuras tipo puente, es aún muy reciente.
Pero existen varios puentes y pasarelas construidos casi en su totalidad con materiales
compuestos, pero aún poco se conoce del comportamiento de adhesivos en estructuras de
este tipo. Entre las estructuras de las que se tienen constancia, encontramos la pasarela de
Pontresina en Suiza, construida en 1997. Esta pasarela es en su totalidad de materiales
compuestos, su diseño es similar al de una estructura metálica, la estructura es una celosía
de dos vanos de 12. 5 m de luz y 1. 5 m, de ancho. Las conexiones en uno de los vanos se
realizó con atornillado convencional, y en el restante se aplicó un adhesivo.
La utilización de adhesivos estructurales por primera vez en este campo, fue considerada
hacia la mitad de la década de los ochenta, en el Departamento de Arquitectura Naval e
Ingeniería Oceánica de la universidad de Glasgow.
Los adhesivos ofrecen una tecnología de unión alternativa que puede tener importantes
aplicaciones en partes significativas del diseño estructural y fabricación de varios tipos de
buques y estructuras offshore. En particular, esta tecnología abre las dos posibilidades
gemelas de construcción de estructuras sándwich ligeras y la combinación de una amplia
variedad de materiales disimilares para conseguir objetivos de diseño específicos. Sin
embargo, antes de que esto pueda ser conseguido, el diseñador debe conocer
perfectamente las limitaciones y ventajas, tanto de los adhesivos como de los procesos de
unión adhesiva, aprovechando las ventajas y eliminando los inconvenientes.
Los adhesivos forman parte de una tecnología que lentamente alcanza la mayoría de edad,
y así como la soldadura necesitó más de 20 años para ser aceptada en la construcción naval,
los adhesivos necesitarán un tiempo similar para ser completamente aceptados, y de forma
alternativa o combinada con la soldadura. Sin embargo, hasta que ese día llegue, será
necesario realizar un gran esfuerzo investigador y de desarrollo para que la tecnología de
los adhesivos alcance el grado de madurez necesario como para que las Sociedades de
Clasificación de Buques la consideren en sus reglamentos.