Sie sind auf Seite 1von 4

Investigación: la innovación comienza aquí

Por Astrid Bermúdez

La investigación se concibe como un acto científico que acarrea procesos de indagación, demostración,
correlación; pero ante todo, de producción de nuevo conocimiento. Así, pensarse como investigador
implica ser un sujeto explorador, uno que va más allá de lo que ya existe, de lo que ya se descubrió, para
así mostrar al mundo una novedad, algo que no se conocía antes, o algo que erróneamente se conoció.

Bien lo ha explicado Mario Bunge cuando afirma que la ciencia es el “conjunto sistemático de
conocimientos que constituyen una rama del ser humano (…) conjunto de conocimientos racionales,
ciertos y probables, obtenidos metódicamente, mediante la sistematización y la verificación y que hace n
referencia a objetos de una misma naturaleza” (Bunge: 2005).

Si bien es cierto que lo científico y la investigación son una amalgama indisoluble, la investigación
como acto científico no es exclusiva de los ámbitos de ciencias exactas: ya para nuestros tiempos —y
prestando focal atención a los mejores sistemas educativos en la actualidad— la investigación y el
investigador se hallan en el aula de clase, en el improvisado laboratorio que surge entre pizarras, pupitres
o, mejor aún, en espacios físicos donde la academia vive su mejor momento, esos espacios físicos y
temporales donde tiene lugar cultura CTeI o de Ciencia, Tecnología e Innovación.

En escenarios tan aparentemente elementales1, se desarrollan proyectos de investigación, y aunque la


mayoría pertenezcan a la línea de cultura ambiental y de buen vivir, las restantes líneas temáticas
también son abordadas por grupos de investigación de escuelas primarias. Estos proyectos promueven
—y pretender garantizar— esa cultura CTeI, donde la construcción del conocimiento científico sale de
los clásicos laboratorios para re-crearse en aulas de clase, en huertas escolares, y otros escenarios
académicos y no académicos; y con ello, transformando los sistemas escolares de acuerdo a las
demandas de la globalización y los cambios inherentes al estándar de vida moderna.

1
Referente a elementry, denominación en lengua inglesa para los grados de la primaria escolar.
Ya desde esta instancia, me surge entonces una reflexión importante entorno a la investigación: ¿Por qué
como magíster en formación inicio hoy una nueva en mi vida profesional?

Después del juramento profesional que hice el día que recibí mi título de licenciada, mi vida ha sido
profundamente transformada por mi profesión; y es que no podría haber sido distinto, pues la licencia
que recibí en el auditorio mayor de mi universidad no fue mera luz verde para impartir cátedra e
instrucciones superfluas, fue entonces la entrega de una oportunidad única de intervenir en la
transformación de la sociedad que me atañe a través de mi participación en el ámbito educativo. Esta
intervención está regida por una relación pedagógica en la que mis aprendices y yo nos tomamos de la
mano en la consecución – o más bien construcción – de conocimiento, y mejor aún, de competencias, tal
como se hace en el modelo de trabajo cooperativo.

Por lo anterior, es un hecho que ahora inicio una nueva etapa profesional, pues las competencias y
virtudes que me competen como docente tendrán lugar para fortalecerse y perfeccionarse; considerando
también que la maestría me permite volver al lugar de aprendiz: a ocupar ese lugar Premium de la
relación pedagógica que yo misma profeso. Ser maestrante me invita y permite investigar sobre las
prácticas didácticas más recurrentes en la educación formal y no formal en Colombia, en la línea
temática que me compete: TIC en educación en el eje temático Incorporación TIC y su impacto en la
imagen organizacional educativa; y desde esta instancia, diseñar estrategias óptimas que obedezcan al
contexto real de la sociedad colombiana, a aterrizar las praxis didácticas a la idiosincrasia de nuestros
nacionales, y con ello, cooperar con la innovación de la enseñanza del inglés como lengua extranjera en
mi país.

En concordancia con lo anterior, el problema se concreta —es de mi premisa— en la falta de


preparación tanto en lengua misma como en material tecnológico de los profesores que instruyen en la
educación básica primaria. Ello resultar bastante obvio si se toma en cuenta que el enfoque y política de
innovación didáctica sigue imperando sólo la figura del aprendiz; y entre tanto, mi propuesta es diseñar
una estrategia didáctica para los docentes de los grados de primaria y así optimar los procesos inherentes
a la enseñanza de la lengua inglesa, y en últimas, investigar —como proyecto de maestrante— el cómo
mejorar la didáctica del inglés en la básica primaria enfocando las estrategias de enseñanza en el sujeto
docente.

.
Ya desde esta instancia, consideremos lo que bien explica el profesor Roberto Hernández Sampieri, “la
investigación es lo que ha permitido a la humanidad avanzar, evolucionar, desarrollar tecnología; (…) le
sirve para conocer su pasado, cómo se ha hecho algo (…) y poder mejorarlo”. 2; y con lo anterior, se
reivindica la idea de que solo a través de la investigación, desde esa cultura CTeI, se logra innovar, pues
el re-conocimiento del pasado es lo que permite rediseñar el presente que determina el futuro.

En conclusión, la investigación es la clave de la innovación, como lo explica el mismo profesor


Hernández Sampieri, sólo por el conocimiento derivado de la investigación es que los profesionales
logran tomar las mejores decisiones en torno a las necesidades de cambio en su propio ejercicio
profesional.
Bibliografía:
Hernández Sampieri, Roberto. Universidad de Celaya. Recuperado de:
https://youtu.be/Q2QjEBWdu4Q el 11/09/2016

Recuperado de www.canariastelecom.com/personales/carlos.clavijo/ebooks/bunge_ciencia.pdf (6
diciembre 2005).

Das könnte Ihnen auch gefallen