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El periodo filosófico que se conoce por Modernidad se extiende entre los siglos XVI
y XVIII, entre el Renacimiento y la Revolución Francesa, y se plasma en la obra de
filósofos como Bacon, Maquiavelo, Hobbes, Descartes, Hume, Leibniz, Kant y
Hegel. En todos estos autores podemos encontrar un sensible cambio en forma de
nuevos intereses, nuevos problemas, nuevas tentativas de solución y hasta un
nuevo estilo de filosofar muy diferente al usado en la época anterior. Esta nueva
filosofía en la que consiste la modernidad es la expresión de los profundos cambios
que se dieron en todos los ordenes sociales y culturales a partir del siglos XVI.
Es importante no perder nunca de vista esta idea de que la reflexión filosófica de
una época esta estrechamente relacionada con sus acontecimientos históricos
fundamentales. En el periodo que nos ocupa ahora, algunos de los factores de
influencia importantes son;
El avance de la ciencia. Durante la Edad Media (mil años) apenas habia habido
avances en el terreno científico. En la Edad Moderna se produjo una eclosión en
este campo gracias a la matematización de la física, que es lo que hicieron Galileo
y Newton.
La filosofía contemporánea
Esta corriente filosófica se origina a mediados del siglo XIX y se ha extendido hasta
hoy en día. Podemos afirmar que comienza con la muerte de Hegel porque está en
contraposición a su pensamiento, el cual buscaba las esencias abstractas y
metafísicas. Pero para poder describir en sí sus comienzos es necesario trasladarse
a diferentes lugares y momentos de Europa:
En Gran Bretaña, el desarrollo del positivismo por Bentham y J.S. Mill se basa en
los conocimientos del empirismo.
Ya que Dios está fuera de esta esfera, la verdad que pudiese hallarse en Él
sería algo totalmente inaccesible; por eso asegura que no hay algo más que
este mundo. Que todos los temores que tenemos son cosas infundadas por
nuestros antepasados debido a la incertidumbre de cosas como la vida y la
muerte.
La filosofía posmodernidad
La filosofía posmoderna es una orientación filosófica que es crítica con las
asunciones fundamentales y la tendencia universalizadora de la filosofía
occidental. Enfatiza en la importancia de las relaciones de poder, la
personalización y el discurso en la "construcción" de la verdad y examina el
mundo.
La filosofía posmoderna es particularmente escéptica acerca de oposiciones
sencillas binarias características del estructuralismo, haciendo hincapié en el
problema del filósofo distinguiendo claramente el conocimiento de la ignorancia,
el progreso social de retroceso, el dominio de la sumisión, y la presencia de la
ausencia
La filosofía posmoderna tiene fuertes relaciones con la literatura sustancial de
la teoría crítica
Precursores
Mientras que la idea de posmodernidad ha sido alrededor de 1940, la filosofía
posmoderna se originó en Francia durante la mitad del siglo XX. Sin embargo
varios antecedentes filosóficos informan de muchas de las preocupaciones de los
filósofos posmodernos.
Empirismo
Ilustración
Racionalismo Empirismo Ilustración Representantes de la época Movimiento
filosófico desarrollado particularmente en la Europa continental durante los siglos
XVII y XVIII y caracterizado por la primacía que dieron a la razón en la
fundamentación del conocimiento, la fascinación por la matemática y la defensa
de la existencia de ideas innatas y de la intuición intelectual. El empirismo clásico
o moderno se desarrolló en las Islas Británicas en los siglos XVII y XVIII en
simultaneidad con el racionalismo de la Europa continental. El principal problema
que intenta resolver el empirismo es el del origen, límite y validez del conocimiento
humano.
Las características fundamentales del empirismo se mencionan a continuación:
El origen de todo conocimiento se halla en la experiencia. No existen las ideas
innatas. La razón debe orientarse hacia finalidades prácticas.
1. Racionalismo
a) Descartes (1596-1650)
b) Spinoza (1632-1677)
c) Malebranche (1638-1715)
2. Empirismo
a) Locke (1632-1704)
b) Hume (1711-1776)
c) Berkeley (1685-1753)
3. Ilustración
a) Voltaire (1694-1778)
b) Diderot (1713-1784)
c) Rousseau (1712-1786) Movimiento cultural del siglo XVIII (o “Siglo de las Luces”)
que considera imprescindible el ejercicio de la razón para iluminar o aclarar todas
las dimensiones de la existencia humana (conocimiento, religión, ética, política,...).
RACIONALISMO
(del latín, ratio, razón) En general, actitud filosófica de confianza en la razón, las
ideas o el pensamiento, que exalta su importancia y los independiza de su vínculo
con la experiencia. En sentido estricto, es el «racionalismo moderno» que, como
corriente filosófica, nace en Francia en el s. XVII y se difunde por Europa, en directa
oposición al empirismo, y que sostiene que el punto de partida del conocimiento
no son los datos de los sentidos, sino las ideas propias del espíritu humano.
EMPIRISMO
Idealismo
El idealismo es la posición filosófica que afirma que el mundo exterior es una idea
procedente de la mente del hombre o de un ser sobrenatural. Es una posición
filosófica antigua que se considera que se inició con Platón. Su enfoque es
racionalista, tiene la tendencia a considerar el razonamiento deductivo como único
método de conocimiento. Este método parte de los enunciados universales para
llegar luego a proposiciones particulares.
El idealismo, por lo tanto, se opone al materialismo, una doctrina que sostiene que
la única realidad es la materia. Los idealistas subjetivos creen que la entidad en sí
es incognoscible, pero la reflexión permite aproximarse al conocimiento. Para
los idealistas objetivos, en cambio, el único objeto que puede conocerse es aquel
que existe en el pensamiento del sujeto.
Descartes y racionalismo
El racionalismo propone a la razón como única fuente de la verdad, contrariamente
a lo que afirma el dogma de la fe, y de lo que nos revelan los sentidos o la
imaginación, que puede ser dudoso.
Locke y el Empirismo
Locke formuló la ideología que acompañaba a la ciencia newtoniana, lo que
favoreció que la actitud empirista formara parte del sentido común de la gente
educada. La misma actitud anti dogmática conformó las influyentes ideas de Locke
respecto a la tolerancia religiosa: como resulta tan difícil saber qué es la verdad,
argumentaba Locke, a la gente se le debería permitir, en la medida de lo posible,
creer lo que elija creer.
La afirmación central de Locke respecto al conocimiento es que no existen las ideas
innatas. Con ello pretende afirmar dos cosas: la primera es que es preciso
incorporar las creencias a través de la experiencia del mundo. La segunda es que,
cuando uno nace no tiene conceptos en la mente. Muchos filósofos habían asumido
que los conceptos más básicos, como la idea de que una cosa es idéntica a sí misma,
formaban parte del mecanismo pensante de la mente. Locke argumentó que
incluso esos conceptos tenían que ser adquiridos: al nacer, la mente es una tabula
rusa, una pizarra en blanca.
En su Ensayo sobre el conocimiento humano (1689).. Locke proporcionó una serie
de razones para negar la existencia de las ideas innatas. Señaló que los niño,
asimilan los principios abstractos contenidos en conceptos básicos hasta que
alguien se los enseña. Los niños de dos años no dicen que «cada cosa es idéntica a
sí misma» o «que cuatro ángulos rectos forman una circunferencia completas.
Tampoco los recién nacido» parecen albergar en su mente ningún tipo de concepto
porque, de hecho, no parecen pensar.
En cuanto iideas sobre las propiedades de los objetos, como su forma, peso y
solidez, Locke argumentaba que en la mente de los adultos sofisticados se
producen complejas combinaciones de ideas. La idea de una forma triangular, por
ejemplo, se basa, en parte, en el aspecto que tiene diversos objetos triangulares
vistos desde distintos ángulos; en parte, en la sensación que producen, y en parte,
en la experiencia de caminar por rutas triangulares. Sólo combinando todo lo
interior la persona puede hacerse una idea de lo que es un triangulo.
Fuentes de conocimiento Así, si no hay ideas en el momento de nacer, ¿de dónde
proceden? La respuesta de Locke es que la mente tiene capacidades innatas para
adquirir ideas a partir de la percepción del mundo externo y de la reflexión sobre
si misma y sus contenidos. De modo que, al cabo de muy poco tiempo en el
mundo, el niño tendrá lo que Locke llamaba »impresiones», que son las ideas más
simples producidas por la sensación y la reflexión. La sensación produce un tipo de
impresiones, como los tonos de los colores de las cosas, y la reflexión proporciona
una Impresión del propio yo. Si se combinan ambos tipos de impresiones se
pueden elaborar ideas complejas, como las que se tienen sobre los objetos físicos y
sus propiedades. Un niño puede combinar ideas simples como gris» y <longitud»
con ideas de forma y solidez para obtener la idea más compleja de un elefante y de
un tronco, y formarse así la creencia (a la que Locke también llamaría idea) de que
los elefantes tienen tronco. De esta manera, los ricos contenidos del pensamiento
se construyen a partir de elementos simples que se reciben pasivamente mediante
la percepción y la reflexión.
Para poner en marcha el método fenomenológico hay que adoptar una actitud
radical, esto es la de la ‘suspensión’ del ‘mundo natural’. De esta manera, podría
decirse que la creencia en la realidad del mundo natural así como las proposiciones
que dan lugar a esas creencias, son colocadas ‘entre paréntesis’. No se trata, pues,
de negar la realidad natural. El método propone colocar un nuevo ‘signo’ a la
‘actitud natural’, lo que significa abstenerse respecto a la existencia espacio-
temporal del mundo.
b) La terapia semántica.
La fama del autor se propagó después del éxito obtenido por El hombre
unidimensional (One Dimensional Man, 1964), que contiene un discurso
radicalmente crítico y negativo en relación con la nueva izquierda y con el
movimiento estudiantil a nivel internacional. Uno de sus últimos trabajos, An
Essay on Liberation (1969), presentaba, a diferencia de sus obras anteriores, un
tono más confiado y optimista. Hay que citar también su colaboración en la obra
colectiva A Critique of Pure Tolerance (1965), escrita en colaboración con R. P.
Wolff y Barrington Moore jr.
Requerido por las más prestigiosas universidades, (New School, Yale, Columbia),
junto con Karen Horney, Harry S. Sullivan y Abram Kardiner, dio vida a la llamada
Escuela Neo-freudiana "culturista", la forma más importante de revisionismo
del psicoanálisis surgida en Estados Unidos, y que fue rechazada por los ortodoxos
y criticada por N. O. Brown, por dar una lectura parcial de los textos freudianos.
También lo fue por Marcuse, por el radicalismo con el que la génesis pulsional de
los conflictos psíquicos (reivindicada por Freud) era sustituida por una génesis
sociocultural. Marcuse lo acusó también por buscar soluciones dentro de la
sociedad competitiva a la que, sin embargo, criticaba. A pesar de todo, algunas de
las ideas de Erich Fromm (como el análisis de la "autoridad racional") sobrevivieron
y ejercieron de manera indirecta, una influencia determinante.
En 1941 publicó El miedo a la libertad, y posteriormente, Man for Himself: an
Enquiry into the Psychology of Ethics (1947), El lenguaje olvidado (1951), y un
auténtico "best seller" internacional: El arte de amar (1956). Más tarde, publicó La
misión de Sigmund Freud (1959), Marx's concept of Man (1961) y, en dura polémica
con Konrad Lorenz, Anatomía de la destructividad humana (1975), a la que
siguió ¿Tener o ser? (1976).
Erich Fromm perdió progresivamente el interés por la psicología clínica y por el
rápido desarrollo técnico y teórico del psicoanálisis. Ignoró a autores
como Melanie Klein y R. Money-Kyrle que, desde un punto de vista clínico,
abordaron temas habituales en él, como la relación entre amor y odio, o naturaleza
y cultura. Fromm no fue un psicoanalista convencional, sino más bien un agudo,
aunque a veces sectario, psicólogo social o tal vez un librepensador, crítico de
ideologías políticas, religiosas y terapéuticas, y un valiente investigador e
innovador. Como ejemplo basta citar su Budismo zen y psicoanálisis (1960), escrito
en colaboración con D. Suzuki y R. de Martino.
Se le considera, junto a Karen Horney y Harry S. Sullivan, entre otros, iniciador de
la escuela culturalista psicoanalítica estadounidense, cuya metodología busca
resolver la neurosis del hombre moderno, que, según Fromm, radica en el
distanciamiento existente entre las estructuras sociales y el individuo,
anteponiendo una planificación humanista de la vida frente a las teorías del
consumo y del rendimiento económico.
Sus intereses se centraron en la definición de una nueva "ciencia del hombre",
capaz de orientar la formación de una personalidad equilibrada dentro del caos
cultural, la violencia y la soledad que constituyen las perversiones del totalitarismo
en la sociedad contemporánea. Entre los principios inspiradores de esta crítica al
mundo actual se encuentran la obra de Marx y la de Freud, a las que añadió más
adelante la influencia del budismo zen, al considerar Fromm como digna de
aprecio su noción de "iluminación" entendida como desarrollo de las cualidades
intuitivas del hombre.
En sus últimos textos se interesó por los temas que plantea la religión, y los analiza
desde sus escritos Creer que se cree, de 1996, Después de la cristiandad, de 2002
y El futuro de la religión, de 2005. La historia dramáticamente trágica que recorre
a la iglesia católica tiene para Vattimo una estrecha relación en la historia, en un
correlato paraleo al desarrollo de Europa.
Ha tenido acercamientos con el psicoanálisis, en sus vertientes freudianas y la
caniana, de allí surgieron las obras El sujeto y la máscara, Más allá del sujeto y Ética
de la interpretación.
Libro a libro, Cioran fue afirmando su personalidad nihilista y marginal que, sin
embargo, fue creciendo en popularidad. Con su radical libertad de pensamiento
(que regía también su vida personal, al igual que el ascetismo y la actitud burlona
hacia todo lo que le rodeaba), Cioran es uno de los pensadores más creativos y
originales del siglo XX, por mucho que para su desprecio y diversión fuera a
menudo calificado de hereje, provocador, "esteta de la desesperación" o "cortesano
del vacío", a causa de su amargura y su visión corrosiva. Por otra parte, él se
calificaba a sí mismo de "hombre sin biografía" y se aplicaba otras consideraciones
igualmente burlonas. Otras obras suyas son Ejercicios de admiración (1986) y El
crepúsculo del pensamiento (1991).
David Harvey se graduó en Cambridge con una tesis sobre el condado de Kent en
el siglo XIX siguiendo la gran tradición en Geografía Histórica regional de esta
universidad. De hecho la atención al dinamismo de los fenómenos será una
constante en toda su obra a partir de entonces. A mediados de la década de 1960
comienza a interesarse por el gran desarrollo de los métodos cuantitativos y de la
filosofía neopositivista y popperiana en las ciencias sociales, contribuyendo así al
desarrollo de la geografía cuantitativa.
Para poder desglosar lo antes expuesto, es necesario estudiar diversos puntos del
problema. En primer lugar, debemos tomar en cuenta la existencia de una filosofía
llamada universal. Se llama Filosofía Universal a aquella iniciada en Grecia, donde
diversos pensadores se formularon preguntas ontológicas universales; es una
tradición que posteriormente evolucionó en diversas escuelas y pensadores a lo
largo de la historia del continente europeo básicamente. Es una sucesión de
pensadores integrantes de diversas escuelas, que se abogan el conocimiento
filosófico. Es esa filosofía que se desarrolla a lo largo de la historia europea
principalmente; la que se enseña en la mayoría de las academias de filosofía
racionalista. Hoy, esa es una filosofía de salón altamente eurocentrista,
academicista. Es la llamada filosofía universal.
Ahora bien, puede existir filosofía alejada de la llamada filosofía universal; mas, no
existe filosofía alejada de la realidad. Pues, la filosofía se hace valedera en la medida
que genera sus concepciones a partir de la realidad circundante. Por tanto, nada
más alejado de la verdad que una filosofía enclenque de salón, donde la realidad se
adapte a golpes a ella y no la filosofía adaptada a la realidad. Esto, es menester
conocer para formular un planteamiento filosófico independiente. Esto exige
independencia intelectual por parte del pensador, ser retratista fiel de su realidad
y hábil constructor de propuestas acertadas para el desarrollo de los pueblos.
Ahora bien, desde la óptica planteada en el párrafo anterior, ¿En Cuál momento
surge un pensamiento filosófico independiente en Americalatina? Compartiendo
la opinión de otros pensadores, podemos afirmar que los pueblos precolombinos
que habitaban nuestra América eran poseedores de reflexiones filosóficas propias
y valederas. En los pocos libros sagrados que se conservan de los pueblos indígenas,
apartando la fuerte presencia de lo mágico religiosos, se evidencia la presencia de
un pensamiento filosófico propio. Una concepción del ser, de la realidad, del origen
y el papel del hombre sobre la tierra. Pensamientos, que por desidia han sido poco
estudiados, prefiriendo el estudio de concepciones europeas para la definición de
la realidad. Sin embargo, es posible reconocer la presencia de un pensamiento
filosófico valedero antes de la llegada de los diversos imperios, que en lugar de
aceptar y convivir con la realidad del indio; con desdén despreció su cultura.
Mismo desprecio con el que se refieren los que afirman que no existe pensamiento
filosófico en Nuestra América.