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Martes Santo HIMNO SALMODIA Yo pensé: «Ya no veré más al Señor

Laudes en la tierra de los vivos,


Ojos muertos que miráis Ant. 1: Defiende mi causa, Señor, sálvame ya no miraré a los hombres
INVITATORIO con mirar indescriptible del hombre traidor y malvado. entre los habitantes del mundo.
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue y con fuerza irresistible
tentado y por nosotros murió, venid, atraéis y cautiváis, Salmo 42 Levantan y enrollan mi vida
adorémosle. ¿por qué, si muertos estáis, Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa como un tienda de pastores.
tenéis tan viva expresión contra gente sin piedad, Como un tejedor devanaba yo mi vida,
Salmo 66 que así turbáis mi razón sálvame del hombre traidor y malvado. y me cortan la trama.»
trocando vuestras miradas
El Señor tenga piedad y nos bendiga, en dos punzantes espadas Tú eres mi Dios y protector, Día y noche me estás acabando,
ilumine su rostro sobre nosotros; que parten mi corazón? ¿por qué me rechazas? sollozo hasta el amanecer.
conozca la tierra tus caminos, ¿Por qué voy andando sombrío, Me quiebras los huesos como un león,
todos los pueblos tu salvación. Al veros, ojos piadosos, hostigado por mi enemigo? día y noche me estás acabando.
todo mi ser se conmueve.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, ¿Quién a miraros se atreve Envía tu luz y tu verdad: Estoy piando como una golondrina,
que todos los pueblos te alaben. sin llorar, ojos llorosos? que ellas me guíen gimo como una paloma.
Me cautiváis amorosos, y me conduzcan hasta tu monte santo, Mis ojos mirando al cielo se consumen:
Que canten de alegría las naciones, me reprendéis justicieros, hasta tu morada. ¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!
porque riges el mundo con justicia, inspiráis dolor y calma,
riges los pueblos con rectitud sois tiernos y sois severos, Que yo me acerque al altar de Dios, Me has curado, me has hecho revivir,
y gobiernas las naciones de la tierra. y las borrascas del alma al Dios de mi alegría; la amargura se me volvió paz
enfrenáis sólo con veros. que te dé gracias al son de la cítara, cuando detuviste mi alma ante la tumba
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, Señor, Dios mío. vacía
que todos los pueblos te alaben. ¡Ah! Permitid ojos píos, y volviste la espalda a todos mis pecados.
ojos que sois el encanto ¿Por qué te acongojas, alma mía,
La tierra ha dado su fruto, del cielo, que con mi llanto por qué te me turbas? El abismo no te da gracias,
nos bendice el Señor, nuestro Dios. borre mis locos desvíos; Espera en Dios, que volverás a alabarlo: ni la muerte te alaba,
Que Dios nos bendiga; que le teman bebí en cenagosos ríos «Salud de mi rostro, Dios mío» ni esperan en tu fidelidad
hasta los confines del orbe. aguas de ponzoñas llenas los que bajan a la fosa.
que, al infiltrarse en mis venas, Ant. 1: Defiende mi causa, Señor, sálvame
causaron fiebres ardientes. del hombre traidor y malvado. Los vivos, los vivos son quienes te alaban:
¡Cómo olvidé que erais fuentes como yo ahora.
de aguas dulces y serenas! Amén. Ant. 2: Tú defendiste, Señor, la causa de mi El padre enseña a sus hijos tu fidelidad.
alma y rescataste mi vida, Señor Dios mío.
Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas
Cántico Is 38, 10-14.17-20 todos nuestros días en la casa del Señor.
Yo pensé: «En medio de mis días Ant. 2: Tú defendiste, Señor, la causa de mi
tengo que marchar hacia las puertas del abismo; alma y rescataste mi vida, Señor Dios mío.
me privan del resto de mis años.»
Ant. 3: Mi siervo justificará a muchos, riegas los surcos, igualas los terrones, + Bendito sea el Señor, Dios de Israel, Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la
porque cargó sobre sí los crímenes de ellos. tu llovizna los deja mullidos, porque ha visitado y redimido a su pueblo, pasión y entrar así en la gloria, * conduce a
bendices sus brotes; suscitándonos una fuerza de salvación tu Iglesia a la Pascua eterna.
Salmo 64 coronas el año con tus bienes, en la casa de David, su siervo,
las rodadas de tu carro rezuman abundancia; según lo había predicho desde antiguo Tú que, elevado en la cruz, quisiste ser
¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión, por boca de sus santos profetas. atravesado por la lanza del soldado, * sana
y a ti se te cumplen los votos, rezuman los pastos del páramo, nuestras heridas.
porque tú escuchas las súplicas. las colinas se orlan de alegría; Es la salvación que nos libra
las praderas se cubren de rebaños, de nuestros enemigos Tú que convertiste el madero de la cruz en
A ti acude todo mortal los valles se visten de mieses, y de la mano de todos los que nos odian; árbol de vida, * haz que los renacidos en el
a causa de sus culpas; que aclaman y cantan. ha realizado así la misericordia bautismo gocen de la abundancia de los
nuestros delitos nos abruman, que tuvo con nuestros padres, frutos de este árbol.
pero tú los perdonas. Ant. 3: Mi siervo justificará a muchos, recordando su santa alianza
porque cargó sobre sí los crímenes de ellos. y el juramento que juró Tú que, clavado en la cruz, perdonaste al
Dichoso el que tú eliges y acercas a nuestro padre Abraham. ladrón arrepentido, * perdónanos también a
para que viva en tus atrios: LECTURA BREVE Za 12,10-11a nosotros, pecadores.
que nos saciemos de los bienes de tu casa, Para concedernos que, libres de temor,
de los dones sagrados de tu templo. Derramaré sobre la casa de David y sobre los arrancados de la mano de los enemigos, Se pueden añadir algunas intenciones libres.
habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia le sirvamos con santidad y justicia,
Con portentos de justicia nos respondes, y de oración. Me mirarán a mí, a quien en su presencia, todos nuestros días. Como Cristo nos enseñó, pidamos al Padre
Dios, Salvador nuestro; traspasaron, harán llanto como llanto por el que perdone nuestros pecados, diciendo:
tú, esperanza del confín de la tierra hijo único y llorarán como se llora al Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, Padre nuestro.
y del océano remoto; primogénito. Aquel día será grande el luto de porque irás delante del Señor
Jerusalén. a preparar sus caminos, Oración
tú que afianzas los montes con tu fuerza, anunciando a su pueblo la salvación,
ceñido de poder; RESPONSORIO BREVE el perdón de sus pecados. Dios todopoderoso y eterno, concédenos
tú que reprimes el estruendo del mar, participar tan vivamente en las celebraciones
el estruendo de las olas V. Nos has comprado, Señor, por tu sangre. Por la entrañable misericordia de nuestro de la pasión del Señor que alcancemos tu
y el tumulto de los pueblos. R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre. Dios, perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
V. De entre toda raza, lengua, pueblo y nos visitará el sol que nace de lo alto, Hijo.
Los habitantes del extremo del orbe nación. para iluminar a los que viven en tiniebla
se sobrecogen ante tus signos R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre. y en sombra de muerte, CONCLUSIÓN
y a las puertas de la aurora y del ocaso V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu S. para guiar nuestros pasos
las llenas de júbilo. R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre. por el camino de la paz. V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
Tú cuidas de la tierra, la riegas CÁNTICO EVANGÉLICO PRECES R. Amén.
la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua, Ant.: Glorifícame tú, Padre, con la gloria que Acudamos a Cristo, nuestro Salvador, que
preparas los trigales; tenía junto a ti, antes que el mundo existiese. nos redimió con su muerte y resurrección, y
digámosle:
Señor, ten piedad de nosotros.

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