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C Ol.

EC C I Ó N E NSAYO S
Te r r ito rio s e n fuga
S T UDIOS CRf"nCO$ SOBRE LA O BRA D E R OliERTO B a LAN O
PAT RICIA ESPINOSA H.
Estudio prelimina r y compilació n

Territorios en fuga
E ST UD I O S C RfT ICOS SO BRE
LA OBRA D E R O BERT O B OLA Ñ O

FRAS IS editores
Colección Ensayos
D ED I CATO R IA

El martes 15 de julio de 2003. cuando este libro iba camino a la


imprenta. murió Rober to Bolaño, en Barcelon a. España. No nos
qu eda más qu e deci r, ju nto a Nica no r Parra :

s~ nos ad~lantó Roberto

Ptrdida irreparable para Chile.


T ERRITORIOS EN FL:GA.
Pérdida irreparable para mí.
EsnW IOS CR1TJC0 5 SOBRE LA OBRA DE R ORERTO B OLAt':o Pérdida irreparablepara todos.

Primera ed ición: julio de 2003. The rest is silence


Now cracla a noble heart.
© Patricia Espinosa Hern ández, 2003 .
Registro de prop iedad intelectual N° 134.229 Good night sweet prince.
ISBN 956·8 170-03-0 Andj/ights o[angels singthee to thy restl
e PRASIS ed itores, 2003. (*Los versos en inglés pere ncccn a Ham!et de Shakcspcarc, y
Coyancura 2270 , Of. 801, Providencia, Santiago.
Ponofax (562) 2374 106
la siguiente es la traducción realizada por el p ropio Parra:
Emai l frasisedito res@rerra.d
Lo d em ás es silencio
© Basso Cannarsa, por la fotog rafía de porrada. Ahora un no ble co razó n se rompe.
Buen as noches dulcísimo príncipe
Edición al cu idado de Ma rco Anto nio Colcma.
Diseño de tapas e interiores : FRAS IS ed itores y q ue co ros d e ángeles salgan a recibi rrc.)
Impre sión: RI L editores.

Impreso en Chile I Printed in Chile

Queda pro hibida la reprod ucción total o parcial de este libro


sin pe rmiso escrito de la editori al.

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C O N TE N I D O

NOTA EDITORIAL . . .. . . .. .. . . .. . .. . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . I 1

E STUDI O PRELIM INAR, por Patricia Espinosa . .. . .. ... .. .. 13

El C R UC E EST ÉT I CO ID E O l Ó GI C O

La imagen de la precar ied ad en "Sensini" de


Roberto Bolaño, POR G UILLERM O GARCtA-CORALE5 . • . • .. .• . 35

Poética de Roberto Bolaño , POR j o ss P RO M IS . . •.. • • • •.. •.... 47

Sobre Los detectives salvaj es. POR G RfNDR ROJo 65

EN l AS FRON TER AS D E l A N O V El A

Todos so m os monstruos, POR Á LVARO B ISAM.A ••• •• ••• • •• • .•• 7 9

Los rerrirorios d e Roberro Bolaño , POR PARto CATAlAN . . . .. 9 5

La narrat iva policial como un género de la mod ernidad:


La pista de Bolaño, PO R MAGDA SEI' Ú LVEDA • • .•. • • • • • . .• . . . • . 10 3

lA ID E N TID AD , r O SIB l E?

Rob erto Bolaño , escritor para leer. PO R J AVl ER EOWARDS • • •• 1 19

Rob erto Bolaño , el esplendo r narrativo fin isecular,


POR CAMILO M ARKS .. . .... . . . .. ...... • • . ... . . . .. • . . .. .. . . . .. . 1 23

9
La caída de Chile, POR I v~" Q UEZAOA .. • . : ... •.. • • • •... • • •. 14 1

S ENT IDO Y FRAGME NTA CIÓ N

Roberto So lano poeta, rOR J AIM E B W M E 149 NOTA EDITOR IAL

Tres de Roberto Bola ño : el crac a la po smodemidad ,


POR P AT R1CIA EsP IN OSA 167
Los artíc ulos co m p ilados en este vo lumen fueron co nce bidos por
¿Que hay detrás de la ventana ? (Roberto Bolaño y sus autores en form aros d iversos. H emos homogeneizado el siste ma
el Jugar de la literatur a), PO R CRIsnAN G Ó M EZ • . . • .. .• . .. .• 17 7
de citas, optando por la nota al pie de página. Excepcio nes a la regla
so n las referencias y los fragm entos recogidos de la bibliografía de
Más allá de la última ventana. Los «m ar co s» de
Los detectives salvaj es desde la poética cognitiva,
Rob erto Bolaño; en tal caso se entrega el n úmero de págin a ent re
POR RICARDO M ARTfNEz • •• • • •• • • • • • • • ••• • • •••••• • • • •• • • •• • •• •• 18 7
parént esis precedido. si el contexto del artícul o lo exige, del título
del libro.
C o n todo, ellec ror enc o ntrará m ás abajo un a lista, orden ada
LI T E R A T U R A Y LE CTOR
cro nológicamente, de los libro s de nuestro auto r que so n ci tados en
Roberto Bolaño (Santiago, 1953), este volu me n.
PO R R O BERTO CONT RERAS • •• •••. •. . .•• ••• . • • •. ..• . ...••• . • • • • 2 O3
NO VELAS
Bolaño: roman riqucando pcrros, como un
detective salvaje, POR M Al' UEL JomE: 233 - Consejos de un discipulo de Morrison a un fimdtico de Joyce,
Bar celona. Anthropos, 1984 (en co labo ració n co n Antonio
Roberto Bolaño o ret rato del poeta perr o, Ga rda Porr a).
POR M ARCELO N OVOA 24 1

- La literatura nazi en América, Barcelona, Scix Ba rral, 199 6 .


El viaje de Pain, POR D ARfü O SES .... •..... •... • • •.. • • • •.. • • 249

U na novela pendiente. POR A LEjA.'1 DRü ZAMBRA . . .• .• .. . •. . 2 55 - Estrella distante, Bar celona. An agrama. 1996.

C O LA BO RAD O RES • • • . • • . . • • • • • . • • . • • • • • • • • • . • • • • • • • • • • • • • • • • 26 1 - Los detectives salvajes. Barcelona. Anagrama. 1998 .

- La pista de hielo, San tiago, Plan eta. 1998.


(Ex iste un a primera ed ició n: Alca lá de H enares, Fundación
C olegio del Rey, Colección Alcalá Narrariva, 1993.)

- A muleto, Barcelona, Anagram a, 1999.

10 11
- M onsírur Pa ín, Barcelo na, An agrama, 1999.
(Ex iste un a pr im er a ed ició n co n el tí tu lo La senda d~ los
ekfant~s, Ayun tamiento de To ledo, C o nce jalía del Área
de Cultura. 1993.) EST UDIO P RELIM INA R

- Nocturno d~ Chile, Barcelon a, Anagram a, 2000.

- Amberes, Barcelon a, Anagram a, 200 2. A Carlos Olivdra

ENTRE EL SILENCIO Y U\ ESTRIDENCIA


VO LÚMENES D E CU EN T O S

Robert o Bolañ o (1953) irru m pe en la literatu ra chilena co mo un


- Llamadas tekftnicas. Barcelon a. Anagrama. 1997. enajenado . Una bestia q ue produce y produce tex to s no tables, que
se mueve entre la poesía y la narrati va, un a máqui na de ficcion es,
- Putas asesinas, Barcelo na, Anagram a, 20 0 l. donde co mpit ien do co nsigo mismo cada ob ra parecer ía supera r a la
anter io r. Antes de 1996, ames de La literatura nazi ro América, su
presencia en nu estro pa ís era definitivamente escasa . Por eso es q ue
LI BRO S D E I-O ESfA en prin cipio este libro podría leerse co mo un homen aje apresurado.
Razon es no faltan , so bre todo cuando p ien so en el entusiasm o des-
- Reinven tar el amor, M éxico DH Taller Mart ín Pescad o r. bordan te de m is alumnos en cada uno de los cursos de literatura que
1976. he d ictado los últim os cuatro años. Además del entusiasmo de cada
, uno de los invcsti gado res que participan cn este libro , que obvia-
- M uchachos desnudos baj o el arcoiris defUego, M éxico DF, ~ m ente co mparto. Ento nces sí, diga mos ta mbi én qu c es po sible leer
Extemporáneos, 1979 (Roberto Bo laño , antologador] este texto co mo un homenaje aun a costa del po sible desprest igio
del término. Un homenaje a un autor que en un br eve período de
- Fragmentos de la Universidad Desconocida, Talavera de la tiempo intervi no de maner a radi cal en el triste panorama narrati vo
Rei na, Excmo. Ayuntamiento de Talavera de la Reina, 199 3. ch ileno.
Resulta pr in cip alm ente un a incógnita este person aje qu e es-
- Los perros románticos, Barcelona, Lu rnen, 2000. cribe desgajado del am bien te camarillesco nacio nal y que parece re-
nun ciar y a la vez asu m ir de un modo particular su co nd ición de
- Tres, Barcelon a, El Acantilado. 2000. latinoamerican cidad deslocalizad a. Mítico se ha vuelto ya su artfcu-
lo en la revista Aj oblanco en to rno a la visita realizad a al ho gar de la
co nnotada escrito ra D iamela Elrir. A partir de ento nces y med iante
o p in io nes en la p rensa, escu pe al establishment literario nativo ga-
nando co n ello no sólo fama de bocón sino de d ivo. Co nsecuencia :

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P AT RI C I A E SI'I N O SA Estudio preliminar

una especie de pacto tácito para igno rarlo desde die stra y sinie stra. d e cen su ra hoy en d ía, es la exclusió n po r med io del silcnc iam ienro
Esta actitud se acrecient a con la pu bl icación de Nocturno de Chile o la neutralizació n de los discursos co nt rarios. E n cada Co ngreso
(2000) texto en el que se dialoga con la omnipotente figura de! crí- Literario, por ejemplo. se pone una y otra vez en ejercicio la maqui -
tico literario más renombrado de la Era Pin ochet y cuya recepción naria de la ind iferen cia. Los borregos leen y Icen au n cuando nad ie
crítica llam a la atenc ión por lo mezquina. parece escu ch ar, hasta que viene el café y cOI9ien za el pel ambre de
Entonces, la id ea fue gestar sim pleme nt e un en cuentro en tor- pasillo, el ningun eo qu e evita cualq uier expo sición pública, dejando
no a sus libros y no un a retahí la de em palagosas liso njas. Pensé e! lug ar a la poderosa voz baja. la peq ueña traición en medio de una
libro a partir de la idea del "reco rte", eliminando de plano cualq uier semiso nr isa entre "colegas": monólogo a varias voces dado po r la
po sible filiación de aro ma antológico. Realicé de ta l manera un a u n ifo rm ida d d e crit erio s entre lo s cómplices. El horro r a la
convocato ria lo más amplia posible, eludiendo ejercer el "legíti mo" Fronralid ad , más el di scurso desviad o, el silenc io desconfiad o ante lo
derecho al auto rita rismo que impone siem pre el hacer crítico. Acos- que descoloca: heren cias de la d ictadura que la int~llig~ntzia ch ilena
tumbrad os a un cam po cultu ral dond e cada perso na q ue tien e un a ha inremalizado de forma at roz. Los textos críticos no convocan al
cuota de pod er lo ejerce co n violencia segme n tado ra, decidí hacer diálogo. Se t rata solam ent e de escenifica r o espec racula rizar u n de- i
un gesto ob viam ente retrógrado. La idea ha sido invitar, incl uso a bate por medi o de la exposició n de textos, eliminando el grado dos:
los supuestos 'enemigos' de Bolaño. y expo ner sus escritu ras a la es decir, la crítica de la crítica. Este fenómeno aba rca gran parte del
confrontación . No resulta casual, en todo caso, qu e un importante ámbito cultural nacion al. Resu lta decidor que desde las artes visua-
número de narrado res y críticos se haya negado a parti cipa r bajo mil les y el periodism o cultural la estridencia esté gan ando cad a vez más
y a veces enrendibles excusas. G estos qu e sin duda revelan un m io- adeptos. Así se 'descubre' la trata de blancas llevada a cabo po r M atilde
pía extre ma, pero cuyas causas profundas tienen mu cho qu e ver co n Urrutia, el lesbian ismo de la Mi stra l o las perversion es de Adolfo
e! estado actual del qu ehacer crítico. La co nvoca to ria, mu estra o re- C o uve, adem ás surge n ob ras q ue desm itifican a los "pad res" de la
co rte no s enfrent a a u n peq ueño espect ro de ap roximacio nes críticas patria. se expo nen an ima les taxidermizados interven idos co n ban-
realizadas por investigadores ch ilenos q ue van desde el nunca bien deras chilenas, autorretratos desn udos de un a ch ica de la high socíety
ponderad o im presionismo , pasan do por el csrrucrura lismo , su reno- y hasta la perfOrmance de un a casa de vid rio qu e reprod uce los ritos
vacié n post y. po r su puesto, el cruce co n las fracra lidadcs que iropo; del habit ar co tidiano a urra m ultit ud callejera ansiosa por ver - en
ne el rizom a. Así. se hacen present e enfoq ues m eto dológicos casi vivo y en di rect o- el du ch azo maña nero de la p rotagon ista, sin co n-
nunca puros , la mayor parte de las veces cruzados, dando cue nta d e tar qu e hace un tiempo un gran número de poetas fueron paseado s
una interacción teó rica que sient e como deber el elimina r la defin i- en un barco de la propia A rm ad a po r las costas ch ilena s. El
ción o, en su defecto, el postergarla indefinidamente. ~Sería po sible esrridenti smo actual, no ese mo vim iento de vanguardia mexicano al
asim ilarn os pulcramente a una historia q ue asuma la pcstc ríti ca o el cual desde otro registro también pe rteneció la po eta Cesá rea linaje-
postestruc turalismo ? M ás impo rtant e qu e eso result a constatar que ro de Los detectives salvajes, se ha vuelto el mecanismo más eficaz
el hacer crítico desde Lati noamérica intenta opera r a part ir del des- pa ra llam ar la at enció n ~so l o para alcanzar los codiciados q ui nce
montaje, la perlaboración , la construcción o re-armazó n de lugares mi nutos de fama? A veces sí, pero también debemos pen sar q ue en
excént ricos y per iféricos q ue perm itan rcabordar tanto los met atextos cada secto r se impone ese gigantesco muro de silenc io, qu e va gene-
co mo la producción litera ria. ambos en crisis frente a la irrupción ran do desesperados int ent os por llam ar la atención o por co nci tar
tem atizad a de recursos devenidos de los mass media. -en dcfinitiva- a la tan esqui va crítica. Así silencio, monólogo y
En C hile nos hemos acostu mbrado al monólogo y al silencio , estr idencia so n las figuras que domi nan el campo cultural en la ac-
las más co nsolidadas form as de margin ación. El p rin cipal m étod o tu alidad. Oc ahí el apresurarnos a debatir la obra de Bolaño , am es

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P AT RICIA E SPINO SA Estudio prelimin ar

que so bre él caiga la so m bra de indi ferencia qu e cubrió a Emar. a do s grandes conglo merados periodísticos ligados al con servadurismo.
Teillier, Lihn, y a tantos otros cuya memoria perviv e a du ras pen as. El ám bito acad émico, por su parte, se ha orientado, en gcn e~
ral, hacia una burocra cia invesrigariva y la no renovación curricular.
Se publica .para ~a pequeñ a co m unidad acadé~ica , se asiste a clla.n to
A CERCA DE LA rOSIBLE EXTINC iÓN D E LA c arnea LITERARIA co ngreso lu crarla se ofrezca en USA y se reiteran ma rcos teóricos
cst ructura lisras levemente rizomatizados. En las escuelas de literatu-
En tér min os de crítica y debate , la pren sa desempeña hoy un rol ra opera no solo el tardío interés por los objetos liter ario s co ntingcn-
central, y es precisam ente en este espacio donde se visibi liza toda les sino qu e, además, hay un fuerte inrnan en tism o ana lítico. Es de-
n ueva producció n lite raria; mat erial que a largo plazo nutre al ám b i- cir, un a ge ne ralizada tenden cia a percibir la literat ur a y lo literar io
to acad émico. C reí necesario recuperar la fun ción crítica , recoger co mo áreas autón o mas y no vinc uladas co n ideología, polí tica, filo-
escritu ras cuyos to no s, paradigm as, recurrencias, desvíos y co ntra- sofía, historia, et c. El intraexilio de los académicos, "punto de en-
d icciones nos perm itan ad verti r cómo se articula hoy la crít ica y gorde" según D ou glas Coupland, los lleva a un a vida intelectu al
desde dón de y có mo se lee a Bolaño. Pero también la idea de! lib ro retirada del mundan al ru ido . Y si en d ictadura existía la vo luntad de
surge pegada a la idea de visibi lizació n de una n ueva formación (en. oc u pa r los mass media co mo plataforma de luch a, act ua lme n te rige
t iéndase "fo rmació n" a la Raym o nd W illiams y no "generación") de un desprecio abso luto por instalar escritu ras en espaci os po co legit i.
críticos literarios, dem ostrar les a q uie nes co n una mueca de asco se mados o ligad os a la "baja cultura". Muchos intelectuales de "avan -
niegan a reco nocer las mutaciones, las tran siciones, la multiplicidad . ..sad a" so lo tra nsan co n la m asa publicando en un par d e revistas
En su co nju nto este libro no s enfrenta a un territo rio en co nstan te "cult ura les" o en págin as web. El academicism o es en nuest ro pa ís
desestabilización , un espacio crítico que lee a partir de un ún ico eje u n filtro pa ra cu alq uier posición intelec tual subalte rn a, ya qu e sus-
co m ún: e! ent us iasmo po r Bolaño. renta crite rios de ca no n izació n privados tanto o más dañinos qu e los
La d icrad ura (1973- 199 0). entre muchos orros males. produ- ejercido s po r la cano nizació n inmed iata y pú blica que im po ne la
jo una crisis epistemo ló gica q ue solo con la llegada de la democracia prensa. Además, la escasez de oportunidades para formar parte de la
logró percibirse en su to tal cabalidad . El caso part icular de la narr a- elite acad émica se co ntrarresta co n pequeñas migajas como el tí tu lo
tiva y la crítica con st ituyen zonas especi almente devastadas por la ~ vitali cio de ayuda nt e de cáted ra, la no ta .o reseña al final de las publi-
represió n im pu esta en el período m ilitar. La narrativa optó por ligar- • iones oli ialcs 1) b conrr.unción de un an ónimo esrudia nre-i nvcs-
se a la problemática de la denu ncia , adoptando estrategias donde lo tig.l cior. El estudi ante, magíster o doctor en literatu ra conforman un
cifrado y sim bó lico cons tituyen la herramienta más eficaz ante la gil~;lIlte5co bat alló n de [évcncs envejecido s, expecta ntes y siem pre d is-
censura prev ia determinada por la Co mandancia en Jefe. La po lítica pUC5IOS. l .a fosilizac ión del acade m icismo permi te qu e el debat e lite-
di ctatorial im pulsó la despolit ización, la banalizació n de los mass rario se traslade a los medio s masivos, donde el mercado se impone.
media, el ind ivid ualismo, el temo r al otro, la un ifo rm idad de pensa- La crítica literar ia en medios de comunicación de masas, no
miento y, po r ende , la errad icació n de to da crít ica. p resenta un pano ram a más prcmisorio, ya que la mayor parte de ella
La llegada de la democr ia ge neró expectativas de renovació n. adq uiere la fisonomía de un a paráfrasis o resumen del texto o rigin al.
Sin em bargo . per iód icos y revistas que ayu da ro n a la lucha co ntra la Actualmente la crítica en med ios impo ne el subjetivismo del crítico,
di ctad ura, term inaron cerrá ndose sin apoyo alguno. M ás aun, en su reacción particul ar frente al texto desd e lo emotivo o pasio nal. La
doce años de Co ncertació n han sur gido muy pocos medi os que per- impresión es el puneo de parr ida y llegad a para expli car la o bra a
mitan asegurar un a tribuna de apenura crítica, ade más ninguno de partir de gen eralidades en torno a su anécdota, un iendo siem pre el
ellos ha logrado cam biar el panora ma hegem ó nico im pu esto por los texto -fuente co n la bio grafía del auto r. La cr ítica se ha vuel to ho y, tal

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P .\ T RI C1A E S r l N () .~ A Est udio preliminar

co mo alguna vez señalara Alone, una exhibición del perfil de un metamorfosis, o mejor dicho de mutaciones, que implican qu e la
individuo, de su amor o cólera frente a un libro. Pero esto no es solo crítica sea reemp lazada o fagocitada por la crónica literaria aséptica,
un problema de fo rmato que los medios q uieren imponer, sino (llIe el mediador de lectu ra, la reseña que no daña, la ent revista que todo
es un reflejo de las incapacidades de los q ue escriben . lixtrafiamentc le cree al ent revistado, la mera info rmación. Aunque sabemos que
qu ienes tienen formación universitaria han desarrollado una especie siempre queda el refugio universitario, el Museo, donde colgar un
de pánico escénico en su mostración de metalenguaje o mirada u-é- buen metalenguaje, u n tecnolecro capaz de 6 ut ivar a un grupo re-
rica, se trata de que no se les note el estigma de tener una formación d ucido pero fiel y tamb ién una técn ica, un métod o qu e me permita
de especialista. Tras cada egresado de literatura que escribe en los encerrarme y pensar que la ciudad de las letra s sigue intac ta a pesar
medios se puede ver un arrepentimiento , un por qué no estu d ié de qu e en ella se haya instalado un shopp ing.
periodismo, y una venganza. parecen querer olvidar todo lo que apren- Reitero que hablar de la crisis de la crítica literaria, pasa por
dieron en la alguna vez idealizada Facultad. Ciertamente, la seduc- contextualizarla dent ro de la crisis nacional en torno a la crítica y a
ció n que genera un medio pasa por la co nti nua exposición, algo que los saberes. Nos enfrenta mos a la mulridi sciplinariedad , a la yuxta-
defin itivamente la Academia pocas veces da, y, por tanto , se hace posición d e conoci mientos , a las narrativas liberadas de las formas
necesario plegarse a sus códigos en términos de formato e ideología. trad icion ales del cuento y la novela, a la conformació n del juicio
La crítica literaria publi cada en medios period ísticos, aparece inter- estético a part ir de la lógica de la pantalla. C reo que la actual situa-
venida po r el mercado como ent idad canonizado ra y legitimador a. ción, req ueriría de un crítico que analice y lea textos, pero que tam-
U n m ercad o qu e ac t úa no só lo a part ir d e es tr ategias bién sea capaz de ejecutar trayecro riedades cult urales. Es decir, qu e
supcrcstrucrurales, en tan to ent idad abstracta, sino qu e como tod o resista y posibilite la resistencia que la literat ura y los libros o ponen
poder impone una praxis co ncreta, verificable en el ed itor/d irecto r a las dominancias culturales, sin eludir emitir un juicio, sobre la
que recuerda los comp romisos publicitarios o políticos y el público ob ra y todo s los fenóme nos qu e ella concita. Asimismo , la legitimi-
objet ivo a quien está dirigido el medio. Seamos enfáticos, el merca- dad de la práct ica crítica actu al ya no pasa por el medio o sopo rte. El
do o el flujo comercial de los libros, requieren de la eliminación del su rgimiento de medios on fine, publi cacion es alternativas de corta
crítico. El crítico no es más que una opacidad qu e necesariament e existencia ligadas a lo cultural y pequeños redu ctos en prensa diaria
debe ser sustituida por el mediador literario, el sujeto que se dedica <\ co nstituyen hoy el espacio donde habita la crítica literaria ejercida
sintetizar el libro y dar uno s brochazos de valoración a part ir de por UII gfllpo de sujetos q uc vivió su adolescencia d urant e la últim a
algunas frases golpeado ras. d écad a pinochcristu, formados en la Academ ia y que sobreviven
¿Podríamos afirmar entonces q ue vivimos un proceso de vir- media nte la docencia (1 1:.1 escritu ra periodística. Sus textos reciben
tual desaparición de la crítica literaria y por ende, del sujeto crítico? los influjos teóricos del cstructu ralisrno y el post-cstr ucturalismo,
Desde el punto de vista de las demand as/d eseos del mercado sí, ya asumen el trabajo mediático desde la mi tificación de sus objetos de
que éste sólo requiere de un propagandista. Pero, sin duda, tal ame- análisis y desde la ideo logía del sopo rte escrito. Abordando lo litera-
naza no sólo deviene del mercado. También deben tenerse en cuenta rio a partir de la incorporación de subjetividades que retom an el hilo
el currículo universitario, la pasividad, la burocratización del trabajo impresion ista decimonón ico, cuestio nan además, profundament e el
académico, la lent itud en la readecuación de los modelos teóricos elitisrnc que segrega la inco rporación acadé mica, así como las d irec-
para enfrentar realidades nuevas, y la falta de sitios donde ejercer la trices teórico-for males que sustentan el hacer crítico q ue ésta impo-
crítica literaria sin censura. ne. D iscu rsividad qu e, en su mayoría, los lleva a mant ener una do.
La últ ima de nuestras utopías, de algún modo, se convierte en ble militancia: ent re la academia y los med ios: ent re la visibilidad y
un salda r las cuentas pendi entes. C reo que estamos en un proceso de la desaparición. En términos de formato la reciente fo rmación de

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P AT RI CJ :\ E SPIN O SA Estudio preliminar

críticos alega por desafiliarse de la convención herm enéut ico-estru ctu - pro cedimientos mcta literarios, como la reiterad a presen cia de la fi-
ral int ent ando virar hacia lo qu e podría denomin arse la cró nica lite- gura del escritor, las referenci as al un iverso - aún ínt egro- de los
raria. Texto que dialoga con el registro periodístico y q ue a rato s poetas o la reflexión negativa en to rno a la crítica literaria desde un
hasta pu ede ent rar tenu emente a inrersectarse con otras d isciplinas, registro epistém ico qu e se enfrenta y tu erce siempre los p roced i-
para así volver luego al obj eto primero, la literatura, el libro . Esta- mientos impuestos por el proyecto moderno.
mo s en una etapa ni estrucruralista, ni decon srrucriva, ni culruralisru. C omo hemos visto . Roberto Bolaño aparece en el territorio
M ás bien, todo ello en un a d ispersión o ausencia de organiciJ ad qu e chileno recién en 1996. Fecha qu e coincide con el término de la
aún no logra perfilarse como algo definitivo. Nu eva Na rrativa, Gen eración NN. narrativa post di ctadura, etc. Sin
poética, man ifiesto n i líder, este gru po de narradores surge fuerte-
mente ligado a la política ed itor ial globalizadora. La instalación en
LA ESCRITU RA DE BoLAÑo C hile de grandes consorc ios edi toriales im plicó apoyar autores loca-
les; hecho qu e sin embargo, mu rió allí mismo . Mínima fue la pro -
La escritura d e Bolaño se insert a en la llamada metaficción que ma- yecció n de estos narradores, lo cual no sólo pasa por su calidad lite-
nipul a un a y otra vez la perspectiva narrativa, incorporando figuras raria. Las ed itoria les jam ás di fundieron sus p roduccion es lo qu e su-
históricas actuales o pasadas, pon iendo en cuestión la identidad sub- mado a la baja en la pu blicación de nu evos textos determi nó su di so-
jetiva, unificada y jugando contin uamente co n la diferencia entre lución. El fenómeno si bien de repercusión doméstica, logró dejar
realidad y ficción. En térm ino s estéticos hay una no sat isfacción de algunos nombres circulando. H oy, a doce años del surgimiento de
la nostalgia de unidad o dene gación a la exigencia idealista de ver- tal grupo, esto s autores viven una suerte de "seca literaria". Sin em-
dad. Bolaño nos demuestra que no hay origen, sino trazas. Se trata bargo . también vale destacar a un peq ueño segme nt o bastardo de
de un int entar cartografiar iti nerarios existenciales, ya no desde la aq uella mediática troupp e de la N ueva Na rrativa q ue sí lograron so-
mimesis, porquc la po sibilidad de acceso al original se ha visto abor- brevivir estét icamente como Pedro Lem cbel y sus crónicas en torno
tada. C ada relato cont ribuye a mantener la bú squ eda sin telos, ya no a la fragment ación de lo masculino, Diamel a Eltir con su di stó pica
hay puma de partida po sible ni tampoco regreso, retorno o lugar de visión sobre Lati noam érica y Ramón Díaz Eterovic, qui en por me-
llegada: solo la fractalización de las voces, la infinitizaci ón de los dio dcl ucopol icial relee los ap arentes cam bios devenidos con la rear-
discursos. Nos enfren tamos asf, a huel las, fragmentos discursivos que i \11., íon política nacion al. .
no pu eden constr uir la presencia sino solo rondarla, rozarla para, en En u.1 1Ho a los narradores ru ás recient es, habría que señalar
el mismo acto, desviarse de su espejeo, impidiendo la reproducción t.llIe en Sil mnyorfa PWVi Clh:1l del period ismo y se desempeñan co mo
del orig inal y los pactos de mim esis con e1 lcctor. Bolaño homologa ~lIi t) ll i .'i ta s de teleno velas. Sus escrituras pretenden desmarcarse de
cont in uamente la figur a del escritor con los "detectives latinoameri- todo lo qu e suene a chileno y dictadura. Si alguna vez se usó la
canos perdidos en un laberinto de cristal y barro". El detective como d istin ción apoca lípt icos versus in tegrado s, ahora la oposición es
rastreador, bu scador cont inuo de hu ellas, hab itante extraviado d e globalizados versus resistentes (en severa exti nció n). Los recientes
un territorio sin uoso, frágil , "de cr istal" y "de barro", co mo el narradores vern áculo s se ubi can en su m ayoría dcl lado globalizado;
neobarroso riopl aten se de N ésto r Perlon ghcr; es decir, un a escritura la novedad es ser leídos a partir de un hab la estandarizada e interna-
qu e oscila entre el deseo y el referente y donde lo h istórico-políti co cion al,limpia y asép tica, generaciona lmente ligada a los treintairanros
está al servicio de la escritura misma. La narrativa pretende desviar el y sus conflictos psicológicos alejados de cualquier atisbo de colorc illo
sen t ido, la con fig ura ció n del suje t o . las fil iacion es o ma rcas local. Estamos más qu e lejos de textos como Mala onda de Alberto
inter textu ales, el deven ir qu e se opone a la finalidad , utili zando Fuguet en el cual todavía la problemáti ca política chilena era el

20 21
P AT RI C I A E SI'I NO SA Estudio preliminar

correlato perfecto de la degradación vital qu e exper imentaba M arias conjunt o. Trozos sin lim ite externo, un ido s ya no al deseo d e la caí-
Vicu ña, el adolescent e p rotagon ista. M ala onda aún dialogaba co n da sino a la caída p uesta en funcionam iento.
temáticas ligad as al aco ntecer histórico nacional, sin embargo hoy Tal como sucede en Amberes (2002) , defin itivamente el texto
los noveles auto res se ubi can en la inmedi atez de un p resente qu e más loco de Bolaño y [al vez el más co mplejo, algo así como un
expulsó el pasado . Es por ello que auto res como Isabel Allende. virtuo so engend ro drogo-m etafísico. "Anarquía tot al: veint idó s años
Ma rcela Serrano o Luis Sepúlveda son tan desvalorizados: han ven- desp ués" es el títul o del pequ eño segment o en el qu e se remonta a
did o sin mira mientos exilio y color latinoamericano. Si la Nueva sus d uro s año s ochenta. Z igzagueando po r la rabia y el orgullo, es-
Nar rativa tuvo la posibi lidad de ser leida en clave dictato rial y se cupe rencor sobre el oficialismo , los escrito res cortesanos y los na-
nutrió del en ciclopedismo donosiano , ahora surge un fuerte rech azo cio nalismo s trasnoc hados. " No creía qu e iba a vivir mas allá de los
a las marcas de latin oamcricanismo. Las últi mas o leadas de narrado- treint aicinco años. Era feliz. Luego llegó 198 1 y. sin qu e yo me d iera
res se ad hieren con devoción al realismo. la linealidad. la causalida d , cue nta , todo cambió". Amberes es sin du da el germen, la precucla, el
se centran en la anécdota, sin fragmentació n algu na. focalizados en grado cero , lo más febr ilme nte rizom ático de lo qu e hasta ahora
u n narrado r y elud iendo cualq uier preocupación merarext ual o con sti tuye toda su obra. Una exq uisita, im pecable y co nfusa escritu-
es te ticis ta , p a ra sí ab o rd a r <d esd e u na mi rada tí p icamen t e ra q ue asume la fragm entación corno ún ico sitio posible. Amberes se
neocon servadora- conflictos en to rno al desam or en contextos u r- niega, en cada uno de los 56 fragm ent os, a establecer coordenadas
banos de est rato burgués desideologizados. Se añora una equi librada referen ciales, asumiendo la succsividad del fragmento numerad o y
vida fam iliar o de pareja, por lo gene ral heterosexual, mie ntra s el los d estellos intcrmi rcnres de ciertos fantasma les personajes. como
present e se agota en introspeccio nes co n un tono de prim ario freu- las úni cas lineas d e fuerza disparadas hacia el infinito. El jorobad ito
dismo. Reapro piación , en térm inos generales, de tendencias qu e pre- o el policía o un suda mericano indo cu men tado o el pálido tipo de
dom inaron en la narrativa chilena la pr im era m itad del siglo XX. veintisiete q ue ha dejado atrás toda la mierda literaria y que solo
C hicos en apariencia malos pero más bu enos que el pan, q ue vincu- viaja o la pelijo rra sodom izada o un cadáver en las afueras del pueblo
lan éxito con presen cia en medios masivos o con el nivel de ventas. o el inglés qu e proyecta un a película en medio del bosqu e cuya si-
El punto es que Bolaño llega tarde o demasiado tem prano al nopsis se encue nt ra recién en el fragmento N° 20. Partiendo siem-
último fenó meno registrado por la histo riografía nacion al. Su figu (a p re de lugares o situ acio nes qu e de algún extrañ o modo se van recu -
ligada a la polémica mcdi árica junto a su larga estadía en México y perand o unos a or ros, cada relato nos ubi ca siem pre en la po tencia-
España, lo vuelven de alguna manera, una sue rte de irrenunciable lidad continua del inicio. Se destru ye la trama, el máximo paradig-
ex iliad o. Su it in eran cia se vue lca en pret ende r una su ert e d e ma del ideario estético anarquista de Bolaño en aquel period o, en
neon acionalidad . Gesto que dem arca, trasciende y am plía el lugar tant o no hay coherencia lógica en el planteam ien to del relato y en
latinoamericano. Y tal co mo sus gloriosos Artu ro Bclano y Ulises los trayectos que los personajes realizan . Sin pr incipio ni finalidad ,
Lima, person ajes de Los daectiues salvaj es, mitifica el co ncepto del sin an écdo ta , sin un hecho deton ant e. sin un culpa ble ni un prota-
viaje. Un viaje casi sin reto rno, pero tremen dame nte heredero de la gonista: solamen te cont amos co n el trayecto dd narrar y el post
trascend enralidad im puesta por el camino de ]ack Kerouac. Es esta scrip tum donde el auto r nos lleva a sospecha r demoledoramente qu e
una escritu ra q ue violenta la unicidad . Bolaño parece escribir frag- la realidad se articu la mediant e la for ma de un a escritu ra "a lo hu ma-
mentos de un texto ún ico y descono cido. El juego es: el fragm ento no y a lo divino". Es por ello que la metaficción ocupa un sit io tan
q ue perviert e a la obra, q ue la desecha como totalidad . pero qu e importante en este libro. Se trata de un estar en alerta co ntinua res-
tam bién la desea. Llegar al fragmentari smo es. llegar al desastre, como peceo al acto creativo: "De lo perdid o, de lo irremed iablemente per-
terr ito rio de lo qu e nu nca podrá ser totalizado o visto en virtud del dido, sólo deseo recup erar la dispon ibilidad cot id iana de m i escritura,

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P AT RICI ." E SPINO SA Estudie preliminar

líneas capaces de cogerme del pelo y levantarm e cua ndo mi cuerpo La prim era, difícilmente cat egoriza ble co mo no vela, se consti-
ya no qu iera agua ma r más". Es casi la descrip ción del éxtasis místico tu ye co mo un a serie de secuencias o ped azos de historia en torn o a
o alucinóge no que co nsigue desasirse del cuerpo como lastre me- las in fames incursio nes del nazismo en las vanguard ias latinoamer i-
dian te un a escritura q ue se niega a la descomposición y qu e permite canas. De su último capítu lo surge Estrella distante. En ésta, Bo lañ o
accede r a la revelación. Amberes nos enfrent a a la presencia de ese vuelve sobre el tóp ico de la perversión artís tica y el fascismo, encar-
cu erpo gastado. cansado. al cual las palabras de los otros resulta n nado en un poeta ad icto a las pcrformances gor~. En ambas narracio-
inint eligibles y que solo la adopción del pomo logra hacer más real nes, se lircraruri za el referent e histór ico, a través de una suerte de
lo real: "los dedos entraban y sallan sin ningún ado rno. sin ninguna espejeo ficciona l, lo cu al contribuye a resiruar el horro r en tanto u na
figura literaria que les di era ot ra dimen sión disti nta q ue un par de estetización cuasi farsesca.
dedos grut.:~o'" incrustados en el culo de una desco nocida ". La por- Bolaño instaura un a historia y un estilo realista, quebrad os
nografía aparece en este volumen como el deseo por el exceso de desde una nueva zona de visibilidad del sujeto prot agon ista o narra-
realidad. o po r una hip errealidad siem pre asu mib le a pedazo s: "Sólo do r. enmarca do , sitiado o acosado por la historia; a la va. qu e se
me salen palabras sueltas, le dijo, tal va. porque la realidad me pare- sustrae de ella, po r medio de la exposició n contin ua de su extrema
ce un enjamb re de frases sueltas. Algo así debe ser el desamp aro". precarieda d . Dentro de esrc , quizás lo qu e más d istingue a Bolañ o,
Desoyendo el princip io de causalidad, co nt igüida d . organicidad q ue sea su inagotable capacidad imagina tiva. Esa co nti nua irrupc ión de
la literatura y la crítica tiende n enfermizamente a im poner, solo queda relato s dent ro de relatos, un a generació n co nsta nt e de sitios mó viles
el desamparo de cua lqu ier ley o parad igma: "Toda escritura en el en los cuales se intercep tan sus persona jes con una seguridad pas-
lím ite escon de un a máscara blan ca. Eso es todo. Siemp re hay un a mosa, flexible y precisa.
jod ida máscara". Adoptar, por tanto, un a escritu ra qu e opere en la As! ocu rre en Llamadas,e1eJifnicas (I 997). Un conjunto de ca-
frontera y qu e pu eda desafiar cualquier "de ntro oculto" med ian te la tor ce relatos en los qu e se reactuali zan las mi l posibilidade s del cuento
misma escritura. Bolaño juega con la fragilidad , ¿to do riesgo no se- co m o géne ro pred ecible. Por m edio de un a iro n ía co nti n ua y
ría una forma de romper co n la propia fragilidad? y la vuelve un traslapada, descnfad adam cnrc amarga, apa rece un a y otra vez, la Fi-
reto ext raord ina riame nte expuesto en Amberes; un texto presagio, gura de! tipo decad ente, por lo general vincu lado a la literatura y
prefiguració n de toda s las páginas posteriores, en las cuales se itá "más pob re que una rata", C omo e! narrado r del primero de estos
acrecentando el desvarío cont inuo de aquel sujeto qu e la mode rnidad relatos, q uien tras parti cipar en un co nc urso de cue ntos ; en tabla una
llamó an tih éroc y que situó en la bisagra del desencanto y la nostalgia cu riosa relación ep isto lar co n Sensini, un viejo escritor a'rgentino
por buscar u n sent ido. Esto de aJguna maner a podría explicar la coha- exiliado en España, poseedor de una fant ástica rcor ía: en viar un mis-
bitación d iscordant e o el acort am iento de las distancias: alta y baja mo c uen to a di sti ntos co nc u rsos so lo alteran do el título, El
cultu ra, arte y proyecto de vida. crimen y estética. Para ello, tal como martinfierrisrno borgeano qu e profesa el person aje, lo lleva a seña-
sucede, por ejempl o, en Consejos de un discípulode Morrison a unfind- lar: "quien sabe si Los gauchos y Sin remord im ien tos no sean do s
tico de Joyu (1984), Bolaño se entrega al uso de regist ros en los que se relato s distintos cuya singularidad resid a precisamente en el títu lo.
en trecruzan intertexrualidades, presupuestos e interrogantes respecto Parecidos, incluso mu y parecidos, pero distintos". Laclave intertcxtua]
a mutacion es cultu rales y paradigmas en torn o a la condición del suje- permiri rá t rampearle al pod er y desperfilar la grand iosidad de los
to atrapa do por la estética de la desapa rición. Más allá de eso. lo im - premios literarios, transformad os en un sim ple med io para obtene r
portante es que en sus obras posteriores, Bolaño reiterará el ent recruce d inero y sobrel levar el exilio. Salidas de un perded or - siem pre so n
del proyecto artístico con lo perverso: La literatura nazi en América más los que pierden que los que gana n o triun fan- ubicado más allá
(I9%) Y Es",11a distante (19%). de la simple crítica, q ueja o nostalgia. Así tam bién le sucede al chileno

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P AT RI C IA E SPI N O SA
Estudio preliminar

del cuent o "La n ieve" qu e se int egra a una mafia m oscovita al mismo a los "De tectives". Un relato excepcional en torno a la desm itificación
tiempo qu e se ena mo ra de una arieta que lo termin a abandona ndo y de dos culpables q ue d ialogan, disco rdant e y rítm icam ent e. C asi una
a Hen ri Simó n Lep rince, un escritor fracasad o, sobreviviente de la réplica al poe ma "Los dos co mpad res" de N icano r Parra, pero q ue
prensa canalla, igno rad o y meno spreciado por todos aquellos a q uie- esta vez se d irige de la sabid uría a la estu p idez. Bolaño desenvu elve
nes sirvió en la resistencia francesa, para el cual: "su territorio (su las verdades de estos dos personajes po r m edi o del test imo nio
patria) es el de los plumíferos, el de los resentidos, el de los escritores oralizado, lleno de q uiebres y remi niscen cias, dond e el lugar cent ral
de baja estofa". Una autoconciencia sim ilar mani fiesta el narrado r lo ocupa la figura simbólica del ex compañero de liceo.Arturo Belano,
del relato "Llamadas telefónicas" cuando se refiere a la vulgarida d de qu e alguna vez tu vieron co mo prision ero y q ue se impon e co mo
su histo ria: "lame nta ble, pero vulgar". Y es así, tien e razón . Es una catalizado r de cu lpas, poderes y dolores co m partidos desde un o u
histori a desdich ada y trem endamente com ún . Pero que escapa a tal otro sit io. Tamo ellos como cualquiera de las mujeres protagonistas
co ndición a parti r de co nvertirse en un relato po licial. G éne ro al de la sección final dcll ibro, todos im placablemente desesperanzados y
cua l tambi én se aproxima "Una an écdota literaria", do nde asistimos nostálgicos, podría n ser capaces de enunciar las palabras del epígrafe
al crescrndo de eluc ub raciones paranoi cas de B, u n escrito r q ue en de Chéjov que antecede al volumen: "¿Q uién puede com prende r mi
uno de sus relatos se burla de A, un lapidario y prestigioso crítico terror mejor que usted?".
literar io. C uan do B lee una elogiosa crí tica a su libro realizada po r A, La recu rrente obsesión de Bolaño po r la desestabilizació n to-
lee tamb ién ent re líneas un a especie de adve rten cia qu e le enrostra la tal del prot ago ni sta. la m ultiplicid ad de planos. perspectivas y
b urla y que a partir de ent onces, determi na cada uno de sus próxi- ent recruces discursivos ya estaba presen te en La senda tÚ los ek.fim /(s
mos pasos. (1993), qu e posteriorm ente se tirula Monsieur Pain (1999). Monsicur
Bolaño asu me los cód igos del neopolicial latinoamericano, Pain es un personaje qu e de algú n mod o se conecta. ya la vez aleja,
inrersectando la bú squ eda metafísica de sus personajes que emp ren- de fantasmas literarios q ue van desde ]oseph K pasando po r Bartleby
den continuament e itin erarios jun to a la historia polí tica, en par ti- de Melville al Mo nsiru r Teste de Valery. Pain es un mesmerista (una
cular la dictad ura militar ch ilena. Pero tam bién, con un prem ed ita- suerte de filoso fía basada en ciertas técn icas de hipn osis) cuarentó n,
do hum or, se man eja al filo de lo fantástico y la parod ia. Ámb iro en solitario, pension ad o de guerra , vinculado al poeta peruano César
el cual se inscribe el relato "Enrique Martín", la historia de un persa - Vallejo qui en agon iza en un ho spit al de París du rante 1938. Entre
naje empeñado en ser po eta a medid a qu e roda se le derrumba. los sucesos notables está el que Pain desconoce absoluta mente qu ien
Movimient o qu e se traspasa tambi én al narrador, ún ico testigo y es Vallejo: se pierde la rcferencialidad . la efímera fama, no es más
q uizás hasta el artífice de un a performan ce ajena y a la vez prop ia. q Ul ' un cuerpo q ue cae rápida ment e en el olvido (¿el destin o de los

El realismo de Bolañ o se ve constan tement e inte rr um pido po r escritor es?) . El entrec ruce de Pain y Vallejo di luye cualquier po sibi-
las señales de un proyecto literario que cuesta desligar de un a estra- lidad de privilegio de protagon ismo. porqu e aunq ue sólo r ain ha-
tegia auto rial. La reiterada figura del marginal, se vuelve más que bla, la presencia dol ient e del otro es dem asiad o podero sa. Además,
un a representación de lo psicosocia], un co ncepto. Po rqu e, quizás ambos se inscriben o son insertos en un a estructura pesadillesca.
haciendo uso de un necio y viejo vicio he rm enéutico, el sent ido de Alguien (q ue pued en ser muchos) desea qu e Vallejo m uera e intenta
un idad hab ita tant o en cada un o de los protagon istas de estas histo- sobornar a Pain , para que éste no ejerza sus facult ades sanaro rias
rias, como en el conjunt o de ellas mismas. La d ign idad de lo q ue sobre el poeta. La fusión de sueño y realidad . atraviesa d iversos mo-
parece m iserable ronda a perso najes como El gusano , viejo d ign o, ment os del relato. premed itando episod ios q ue en apariencia po-
impolut o y silencioso, o al m ismo mu chacho cim arrero, adic to al d rían asocia rse a un dantesco brum oso y alegórico. Es un territorio
cin e y la literatura, con el que se reúne en med io de la u rbe. Ta mb ién ' gobe rna do por una lógica extraña qu e perm ite pequeñas zonas au t ó-

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P AT RI\.l A E SI'INO SA Estudio preliminar

nom as, casi desligada s del co nt exto general. La lucidez, la verdad, la Urem ia Lacro ix, sacerdo te, crítico literario, cuyo seudó nimo es H .
razón, el típ ico "de que se trata la cosa", fetiches de uso intensivo en lbacache; d iscípulo del majestuoso y respetado Farewell, crítico lite-
el acto de la lnrerprcraci ón. quedan una y otra vez d efraudados, po r rario y ho mosexual. Durante alguno de los días del año dos mil.
una patafísica oscura (esa co rrient e del pensamiento de vanguardia Urem ia Lacro ix ago n iza y m ira hacia atrás, abarcando casi med io
fundada por Tristán Tza ra y quc Cortázar exploté frecu entemente). siglo de la historia ch ilena y de su propia vid a. ¿Co n fesió n? ¿Ficció n
La lucidez y la libertad so n lim itadas, siemp re hay alguie n qu e persi- al modo au tobiográfico ? Bolaño p resen ta a un yo lircrarurizado,
gue y mira a un o tro. El seño r "Pan" es perseguido, pero también ficcio nalizado , pero ta m bié n un yo ad he rido a una referencialid ad
bu sca, to do cllo carga do de un incesant e terror. clara. Por ciert o, no se escatima n algunos nombres propios {Pinochct,
Rob erto Bola ño man ifiesta un a permanent e preocupación por Ner uda), aco mpa ñados d e ot ros sim pleme nte co nvocados a parti r
expo ner la vincu lación de un individuo y la literatura co n figuras o de un mediano co noc im ient o del lecto r de la escena literaria ch ile-
estados represivos. Si algo hay de certeza en sus relatos, es lo efect ivo na. Bajo este último proced imiento, los juegos intencio nados co n
de las acciones destructivas de la rep resión en una person a cualq uie- los posibles efectos de lectura. aparecen José Miguel Ibáñez Langlois,
ra. Pero, lo macabro co nsiste, preci sam ente, en qu e pu ede ser cua l- sace rdo te y crítico literario de seudónimo Ign acio Valen te, M ariana
qu icra la víctima de los poderes. En términos metafór icos, me pare- Ca llejas, M ichacl Townlcy y, un poco más borrosam ente, H ern án
ce posible leer en sus texto s, y desde la histo ria chil ena, una sue rte de Díaz Arriera, Alone (aunq ue parecen ser varios resum idos en él).
"m e n sa je" t e nd iente a co n m o ve r y d esco n fi a r a n t e lo s Es preci samente en ese punto, en el de no insistir en demasía
enmasca ram ientos propios de cualq uier aut orit arismo. Cas i una pre- en un a referencialidad den un ciante, q ue la novela adqu iere otro peso,
mo nició n para este país aman sado por tanta promesa electoral. La o tra d imensión q ue vectoriza los sign ificados hacia un a rcflcxión
preocup ació n po r el fascism o y la posibilidad dc co nvertirse en trai- so bre el mal y el pod er. Esto ocu rre po r la acuciosidad con la q ue el
dor, se mezclan con lo sublime terrorífico. Monsieur Pa ín es casi una autor se ded ica a co nstruir un yo, qu e desde un a implacab le prim era
novela detectivesca qu e actualiza un got icismo a lo Faulkner. El libro perso na, bu cea en sus zo nas más íntimas e "ingenuas". Urem ia Lacroix
es más bien un destilado notable de ambos modelos o registro s. se mueve dentro de un a dinám ica donde la culpa parece anularse
Pero las co nfro ntaci ones co n el ma l en la obra de Bolaño no co n facilida d ext rema y todo sucede de un modo, d igam os, casi na-
acaban ahf. Nocturno de Chile (2000) es un libro en turn o al rcrrp r, tural e inevitable. Salvo por la presencia del "joven envejecido", un
a la posible verdad , a la mo ral posible, un intento de m irar tras la o tro yo, mala co ncienc ia qu e hiere y ob liga al sacerdote-c rítico a su
cara visible del poder. A part ir d e u n ex tremado procese d e autuafln nacién.
focalización, la novela nos permite int rod ucirn os en los vericue tos La no vela consta nte me nt e se la juega por la necesidad de ubi-
de un a conciencia tenebrosa . Y aunq ue siempre el mal se nos apare- carsc en el imposible sitio del otro, no para enmascarar una denun-
ce co mo un indestruct ible pod er simbólico , esta vez Bolaño decid e ci a, sino pa ra ha cer esta llar al pod er d esde su p ro p ia realid ad
acosarlo, ¿atraparlo?, desde lo más pro fun do de sus ano malías, en di scu rsiva: lo bello pu ede co nvivir con 10 perverso y esto co n la mor al
un a denun cia qu e se niega al facilismo y q ue pr ivilegia un proyect o y la santidad y la salvac ión del alma . Así, la figura del crítico - gesto r
estét ico qu e es a la vez político, ideo lógico y metafísico. A partir de de un cano n, supraco nciencia- se in rersecra con las posibilidades de
cllo, Bolaño puede trata r de responder q ué se hace co n el dolor, con un m al que impide calibrarlo, po rque en él se vive, sin más.
el resentim iento, có mo experimentar o pen sar al mal, desde dónde H . lbacache se nos aparece co mo el últi mo rep resentan te del
ub icarse para lograr entende r lo más profundo de un a lógica q ue a mode rno deseo chileno del padre terrible. Un poder evaluado r, una
pesar de tod o siempre será la de un rostr o desviado . palab ra legislativa, valora tiva, "supuestamen te" desid eologizada, no
Nocturno dr Chile es el relato en prim era person a de Sebastián interferida po r la mezquindad de la acti vidad humana. Sin emba rgo,

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Estudio preliminar
P AT RIC IA E Srl NO SA

Llamadas teleJifllicas; el propio Bolaño de Estrella distante; el Vallejo


desde un a suspicacia mínim a, podemos leer un calce casi exacto en-
tic Monsíeur Pain; Gaspar H eredia de La pista de hielo o Auxilio
tre un poder político (Pinochet, la Junta Mili tar) y el pode r crítico.
Lacourure, de Amuleto, lejos uno de los más bellos person ajes de sus
Ene espejeo. sumado a las tertulias literarias en casa de María Ca na-
relatos.Todos poetas, como sinónimo de qui én vive al filo, borderlina
les, en cuyos subterráneos se practicaba la to rtura, tiende a abrir un a
;1 los qu e Bolaño , co nstante mente negado a la mitificación, sf mitifica.
brecha culposa en la mo ralidad del establishment artfsrico nacional.
Dentro de esto s sobreviviente s está "El Ojo Silva", texto qu e
Nocturno d~ Chik es un texto co nstru ido como un bloque, un
ab re Putas asesinas, Silva es un fotógrafo ch ileno q ue salió del país a
flujo co ntinuo cuyo form ato sólo se ve intervenido por el aparcado
pr incipio s de 1974 y que se radica en M éxico. La narración es, en
de la frase final. Un lib ro lleno de un in tenso ritmo. de inte rrogantes,
pri ncipio, controlada por un joven pocta chileno también arraigado
reflexion es y zonas casi infranqueab les co mo la serie de sueños, e!
cn México. Silva poco a poco va cob rando autonomía, hasta emer-
viaje a Etuupa o la anécdot a acerca del ceme nte rio sólo para héroes.
ger desde un a grand iosidad tan part icular como inesperada. El O jo
Roberto Bolaño nos ap roxima al mied o de un modo extrao rdinario
ha sido un viajero co ntinuo y como todos los person ajes de Bolaño
y lúcido, red undando en el co ncepto de un a búsqueda necesaria-
su viaje es un trayecto en el qu e se accede a cierto s estado s de terro r.
men te sustentada en la memoria, donde todavía es posible enco n-
Aparece así, un ni ño ind io y un bu rdel de castrados. El O jo Silva y
trar algún mín imo senti do .
su mano ap retando e! obtu rado r. Bolaño ha realizado uno dc los
"Q uítese la peluca" dice el epígrafe de C hesterto n. Exhorta-
mejores relatos cn la histori a del cuento chi leno. La imagcn del Silva
ción qu e Urrutia Lacroix parece realizar, pero qu e queda resonan do
estigmatizado po r ho mosexual ante la colonia chilena en M éxico y
un a vez finalizada la novela, corno si a pesar de tant o hablar tod avía
luego dejándose llevar por un extraño sent imiento de filiación que
siguiera ataviado con e!la y la pregunta po r dónde está e! mal pesara
le revelan esos ni ños, se vuelve em rafiable. Le toca vivir un a pesadi -
más ahora qu e ant es. Nocturno de Chile es u na novela qu e asume
lla y sob revivir a pesar suyo. Fácil scrfa cataloga r de misericordioso el
num erosos riesgos, pero de cada un o de ellos se dispara un a reflexión
gesto de este person aje que emo cion a. Pcro sería forz.ar un h ilo des-
pod erosa qu e apunta a no tra nsar con e! qu erer entende r, al no de-
de el cual descolgarse para "entenderlo". Es u n lujo este relaro sob re
jarse llevar por los significados ya establec idos. al ir más allá y más
la maravillosa co nd ición h umana de un tipo perdido en su nada y en
adentro.
la de otros. De soyendo metarrelaros , convoca un a sens ib ilid ad
Si en Los detectives salvajes (1998) ya se perc ibía la propuesta
xo t érica, descentrada , solo motivada por el oscuro deseo d e sobre-
de un a misma histo ria contada desde sus mil e indeterminadas posi-
vivir co mo tran sgr esi ón a una modernidad que desecha a sujetos
bilidades y también del concepto de neon acion alidad , Putasasesinas
n H ll o el O jo Silva o B de "Vagabundo en Francia y Bélgica" o el
(200 1) radicaliza ambas tesis. Se trata de instalar diversos focos de
Pajarito G ómcz en " Prefiguración de Lalo C ura". Bolaño am plia la
ap roximación a un suceso que aligeran y ambivalizan su verosimili-
co ncie ncia de sus person ajes a parti r de una estrategia ni causalisra
t u d . Pero lo prin cipal. se refi ere a la a fi rmació n d e un a
ni psicológica. Sí trem end amente auto rreferencial en el gozo de la
larinoamericaneidad hibridizada y en total co ntestación a la menta-
ficción qu e co nstr uye mu nd os y desart icula la pretensión cultu ral
da globalización. "N unca salí de! horroroso C h ile" dijo Lihn, verso
qu e marca un trayecto ineluctable hacia el origen. Porque no hay
q.u e Bolaño parece reproducir y negar a partir de la hererotopf a que
vuelt a posible.
Ci rcunda a cada un o de sus personajes. Aqu í lo local se perfila corno
Fuertemente ligado a la biografía person al del au to r, "Camcr
un sitio móvil e im posible. México, España, Sant iago, África. Sitios
de baile" se co nstituye de sesenta y nu eve fragmentos antecedidos
donde siem pre es posible encont rar a un parti cular tipo de indivi-
por un número y cu ya extensión a veces no excede el par de líneas.
du o. Garda M adero, Ulises, Bclano y Cesá rea Ti naje ro en Los daec-
El encaba lgamiento de pedazos posibilita armar un a historia que
tivn saluaja; Scnsini, Henri Simó n Lepr ince o Enriq ue M artín en

30 3
'
PATRI C IA E SPINO SA

obliga a los fragmcntos a perder su co nd ición de tales. Sin em bargo.


al mismo tiempo, cada esquirla se niega a cont ener el fragm ento
anterior. La da tación fija temporalmente la ficción a fechas y no m-
b res pe rt e nec ie n t es al mundo literario chileno real. N e rud a,
j odorowski, Parra (p roced im ient o qu e tamb ién se reiterara en " En-
cue nt ro co n En rique Lihn "}, Comprimidos y llenos de un ácido
humor, el relato salta po r la m icro historia personal del protagonis-
ta, sus relacion es fam iliares. la deten ción en C hile du rant e el golpc
militar, hasta cruzarse con la macro histor ia literaria y política del
país: "Pienso cn los poetas m uert os en el potro de to rtura, en los
muert os de sida, de sobredosis. en todos los que creyeron en el pa-
raíso lati noam ericano y m ur ieron en el in fierno latin oamericano".
Otra vez poctas, símb olos de un ser latinoamericano en vías de ex-
ti nción . habitantes del infierno como símil de Latinoamérica. El EL CRUCE ESTÉTICO I D EO L Ó G I C O
it inerar del poeta es el ún ico lugar posible frente al m ito del paraísol
Jauja.
D e Pu tas asesinas he tom ado solo un par de cuentos. Tengo
claro haber realizado un . hasta cierto pu nto. desordenado y parcial
reco rrido por la obra de Bolaño , qu eriendo sob re todo ser fiel a m is
experiencias de lectura. Las deud as son mu ch as. en especial con Los
detectives salvajes. la obra que fractu ra violenta men te el cansado de-
venir de las letras ch ilenas. Queda m ucho Bolañ o y. como este libro
pretend e demostrar, son mu chas las voces qu e Bolaño incita. Répli-
cas y réplicas de réplicas es lo que esperamos. Para term inar con
todos esos silencios que matan.

P AT RICIA E SPINO SA

32
G UILLERMO G ARUA-CORALES

La imagen de la precariedad en
«Sen sin i» de Roberto Bolaño

En el art ículo "N arrat iva chil ena hoy", pu bl icado el año 1997 en el
volumen Nueva narrativa chilena, Patr icia Espinosa plantea qu e, de sde
fina les de los ochenta, en la escritura de ficción nacional se ob serva
un fenómeno que presenta co nstantes escisio nes. Además, reco noce
en di cho quehacer literario "u na tendencia q ue claramente siguió
m ás ligad a a los procesos po lít icos y a su resonan cia tanto individual
como co lec t iva y otra , m arcada por rel a to s ce n t ra d o s e n la
dcscolo cación existenc ial de un personaje. habitante de la ur be y
siem p re a la der iva".'
Ahora, a medi ado s del año 2003. resulta factible sostene r q ue
las novelas y cuencos de Roberto Bolaño configuran un a compleja
am algama de las dos tendenci as narrativas recién m encionada s. C o m o
ejemplo d e est a ve rt iente escritural qu e desarro lla el ganado r del Pre-
mio Rómulo Ga llego s 1999, los lectores contamos co n las novelas
Estrella distante (I9 96) Y Nocturno de Chile (2000) , cuyos anclajes
refere nc iales cor respo nd en cn medida sustancial al legad o pol ítico-
cultura l yal impacto ét ico y sico lógico d e la di ctadura mil itar chil e-
na (19 73- 1990).
A esta ilustra ción se podrían agregar tam bién algunos cue ntos
de Bolaño co m pilad os en el vo lumen Llamadas telefilnicas (I997),
reconocido co n el Prem io Mu nicipal de Liter atura 1998 en Santiago

1 Patricia Espinosa, "Narrativa chilena hoy", en Carlos Olivérez (editor), Nueva


narrativa chilena. Sant iago de Chile, LOM Edicio nes, 1997, p. 69.

35
G u rU .ERM O G ARcfA C O R AI.i' ~ La image n d e la precariedad en «Sens¡n¡» de Rob erto Bolañ o

d e C h ile. E n un a pa rte con sid er able de sus va r iados nivel es fun ciona como narrador básico y un exp erimentado escrito r ar-
{ )II(.'

referenc iales, esos textos recrean la rutin a taciturna de ind ividuos gcnrino de sesenta añ os llamado Lu is Antonio Sens ini. Ellos son
exiliados durante largos años en Europa. Algunos de ellos se en - cap tad os co m pa rt iendo vivencias, gus tos y afin idades en el exilio
cuentran da ñados em ocionalmente por las atrocidades de los regí- euro peo; tod o lo cua l sugiere la idea de "vidas par alelas" o "j uego de
menes autorita rios de sus respectivos países latin oam erican os, en espejos" . D e este modo, experimentan varias expresiones de preca-
especia l los del Co no Sur. Les sucede esto , además de expe rime ntar ricdad co tid iana m edi adas po r la experiencia literar ia.
la soledad y la nostalgia, entre Otras desubicacion es co m unes del Ento nces, la narr ación escen ifica la in frahi sto ria del chileno
exil io fo rzado. Como ejemplo na rrativo específico qu e sigue aq ue- caracterizánd o lo como un decad ente aficionado a la creació n [itera-
llos derroteros existe nc iales, destacamos el cue nto "Sens¡ni", q ue ria, qu e en el presente narr ati vo (p rincip ios de los oc he nta) reside en
anal izaremos a co nti n uación. Este relato en parti cu lar fue d istin gui - LI S afueras de un pu eblo esp año l llam ado G iro na , do nde so brevive

do ta mb ién co n el Premio de Na rrac ió n Ci udad de San Sebastiá n, ejerciendo oficios men ores y participando en concursos literarios de
patrocinad o po r la Fundació n Ku rxa. poca monta. La peripecia ce ntral en que se involucra este suje to
La premi sa in icial de este estu dio plan tea qu e "Sensini" repre- co nsiste en la extra ña y o bsesiva relación ep isto lar que establece d u-
senta un per tin ente m icrocos mos del co nj unto de la obra narrativa ra nte un año co n la o tra figura princip al del relat o, un novelista y
de nu estro auto r ch ileno radicado en Espa ña . Así, en ese texto se cuent ista de larga y p rolífi ca trayecto ria profesional, de cuyo apelli-
perfi la un efect ivo enga rce entre el co menta rio pol ñico desgajado de do (co mo es o bv io) se hace cargo el título del cuento bajo escru tinio,
solem nida d [irreven re frente al pod er) y la co nfiguració n realista de y se podría co nsidera r q ue las señas de identidad de este person aje
person ajes qu e se relacionan co n algun a forma de creación literaria y func io nan co mo ecos interdiscursivos en particular de la bib lio-bio -
caminan por la más pedestre vereda del desen canto y la perplejidad . ~ra fía em pírica d el mi smo Anton io Di Bcnederro, así co mo , más
Sigu iendo estas co ns ideracio nes, proponemos qu e, a trav és de ese tangencialmente, de las vivencias de otros escrito res latinoamerica-
cruce d e ca rriles esté tico-ideológicos, el cuento en aná lisis dia grama nos exiliados en Euro pa durante las d ictaduras del C o no Sur.
una am plia imagen de la pre cariedad, la cual co m prende y replica el Al iniciarse la histo ria, este liter ato recién había con segu ido el
sentido de crisis y desco ncie rto de la escena distóp ica actual. Y por sl'gundo premio en el concurso del Ayu ntam iento de Alcoy. Micn -
último, sugerimos q ue, fren te al despliegue de tal imagen -~ sus (ras q ue el aficio nado chileno había logrado sólo el tercer lugar en
con no taciones de sesgos pos mo de rnos que tiende n hacia el "irre- este mism o evento , a pesar q ue, según su opin ión , el cuento suyo era
flexivo y enloq uecido q uebrantamiento de to dos los fundam entos", mucho mejo r que el relato ga nador.
según prefigu raba N ietzsche hace más de un siglo 2_ , el autor im plí- Med iante las m isivas qu e recibe de Seusin i, el narrado r tien e
cito de "Sensini" demuest ra sin aspaviento un a profunda mel anco - acceso a la vida del autor argentino que ad mi ra. Éste vive la última
lía: "la de aq uel q ue ya no en cuent ra co nsuelo ni en los libros ni en etapa de un ama rgo exilio en Mad rid , que trata de so brellevar en
la vida ni en la memo ria"." cien o modo co m p itiendo en certámenes litera rios de pro vinci as. Para
El relato se focaliza en la experien cia de do s person ajes pri nci- (al efecto, cuenta con la ayuda del chileno, quien se enca rga de bus -
pales: un individu o ch ileno inno mi nado de cerca de treinta años carle info rm ación sobre conc ursos, sin importarle cllugar ni el p res-
tig io de ellos.
La nar ración deja entrever una sim ilitud ent re el estilo de vid a
2 josé Joaquín Brunner, Glubalización ro/ruralJ posmodemidad; México, Fondo de
de esto s dos pe rsonajes, en espec ial en cua nto a la existenc ia relati va-
Cuhura Económica. 1998. p. 19.
J Véase Gon zalo Aguilar, " Un recorrido por la ob ra de Robert o Bolaño", en página
mente solitaria y triste de am bos. A Sensi ni no se le co nocen amigos,
web <hu p:llwww.noticias-oax.com.mxlMarro/3 0/Cultura3.html> excepto el joven de G iro na . El argentino comparte la experiencia de

37
G lJlI,LH{MO C .... Re rA C OR ALES La im agen de la precaried ad en «Scnsini» d e Roberto Bola ño

exiliado sólo co n una red ucid a familia: En ésta se cuenta su espos a, RodolCo Walsh. En este caso, se trata de consagrados ho mbres de
Ca rmela Za jd ma n, ded icad a ocasio nalmente a labo res ed ito riales y a letras "desaparecidos" po r obra del terro rism o de estado argenti no
la enseña nza espo rád ica de los idiomas hebreo , francés e inglés. Ad e- en 1~76 y 1977 resp ectivamente. A su vez, so n literatos q ue también
más apa rece brevem ente en escena M irand a, la hija de Sensin i y el narrado r de nu esta ficción ad m ira, "junt o co n Sensini" (16) . Co n
Ca rme la. Esta ado lescente se ocupa de los estud ios para ingresar a la esto último, se puede n ap recia r en parte las posibles afinida des ideo -
universidad , lo cual (co mo lo desea su padre) la alejaría de la posibi- lógiC:ls del auto r implícito de la ficción estu d iada , las cuales, en co n-
lidad de dedicarse a la literatura. so nancia co n la im agen de la precari edad que desp liega el texto, se
El último individuo cerca no a Sensini es su hijo G regario, un pl a ntean de un a m an era pa rca, queb ran t ad a , lejos d e las
pe riod ista de trcinraicinco años de eda d q ue emerge cn el mu ndo funda rnenracio nes roralizantcs, y m uy cerca del desen canto.
narrado a moJo de figura fantasma l, co nvoca do sólo po r los deseos Este último desarrollo de la tram a concern ien te al "h ijo pcrd i-
y los recuerdos angus t iosos del padre. Gregario recorre el mundo Jo" d ina miza el tema de la o rfanda d - invert ida en este caso. Tem a
narr ado en calidad de "desaparecido" o "perd ido en Latinoam érica"," qu e, co mo señala Rod rigo Cénovas, apa rece de forma conspic ua en
La voz narra tiva le da un curioso giro intertexrua l a esta extra- 1.1 llam ad a nueva na rrativa ch ilena . En efecto , al preguntarse sobre
ña situació n ap rovecha ndo el no mbre del hijo ext raviado para rela- qu ién nos hab la en esa nueva ficción. este crítico indica : " De modo
cio nar lo con el person aje kafkiano más co noc ido . Sc trata, en todo inco nfundible. un huérfano. Es co mo si el sujeto se hubiera vaciado
caso , de un a estrategia narrativa q ue evoca un paralelismo ret o rcido de co nt enido para exh ibi r un a carencia primi genia, activada por un
ent re un cuerpo presentc rechazado en La metamorfosis y otro ause n- aco nrcc imicnro históri co , el de 1973. La catego ría de la o rfanda d es
te añorado en "Sens¡n¡". Pero, de to das maneras, esta mos en presen - expuesta en un árbol genea lógico, donde los co mpo ne ntes - pad re,
cia de un paralelismo rod eado clarament e de un a at mósfe ra de an- mad re, hijos- rep roducen , desde un lugar simbólico pa rticular, un
gustia y desolación . Ca m ilo Marks ha notado q ue jucgos paralcllst icos sent im ient o de abso luta p recariedad po r el cual se desconstruye el
co mo el recién co me nt ado co nstituyen una est rateg ia sign ificativa paisaje nacio nal"." En el caso de "Sensini" , aqu el tó pico de la o rfan-
del trabajo literario dc Bolaño, en el cua l se apre cia "un cultivo del i- dad , qu e se capta en un a gestua lidad siniestra , d inam iza efect iva-
berado de paralelismos incon gru entes en las avent uras de seres tra n- ment e los signos de la extrem a precaried ad del aco nt ecer ciudadano
sitando a través del peregrin aje absurdo q ue suele ser la ex ist~nci a duran te las últim as d ictaduras del Co no Sur. Asim ismo, ese aspecto
humana".' de la trama evoca un mu ndo inhósp ito , recor rido po r "el frío de la
Junto con la perpl ejidad qu e le produce la sit uación de soledad. po r un aire nauseabundo cargado d e derrota no asum ida",
G rega rio, Scnsin i mantien e la presun ción, nun ca co rro bo rada con co mo sucede en var ios textos de Bolañ o'?
certeza, q ue su hijo "inco m un icado" ha sido vIctima de alguna for - O bservaciones d el narrado r básico co mo las siguient es bos-
ma del "terro r latin oamerican o", impuesto en este caso po r la d ict a- q uejan aq uella severa co nd ición de det erioro político -cul t ur al y
d ura m ilitar argent ina de Videla (22). El d iscurso narrativo expan de existencial:
la reson ancia de dic ha situac ión de hor ror al sugerir otro paralelo
ent re lo supuestament e aco nteci do a G regario y lo oc ur rido en el A veces Sensini me contaba de sus diligencias en organismos
co ntex to del Cono Sur a escrito res tales co mo H aroldo Co nti y

~ Rod rigo Cé novas, Novela chiíena, nuevas gm n acionn: ~/ abordaj~ tÚ los hulrfiznOf,
~ Roberto Bolaño. Lla madasukfónicas, Barcelona , Anagrama. 199 7. p. 20. En ade- S.lIltiagu de Chile, Edicion es Universidad Catól ica de Chile. 1997, págs. 39-40.
lante. la página de referencia a este libro se indicará entre paréntesis. , j avicr Vergara, "Reseña de Llamadas Irkf ónicas de Roberto Bolaño", en página
~ Camilo Ma.rks, "Libros: 12 mentira de lo real", Qul pasa. 2 de julio de 2000. weh <hltp:llwww.sololiterarura.comlbo laobrillamadas.html>

39
G UII .l. ERMO G ARCfA CORA I.ES L1 ima gen de la precariedad en «Scnsinl» de Roberto Holaño

humanitarios o vinculados a los departamentos de derechos hu- Al d escrib ir la precariedad física de su existe ncia. la mi sma
manos de la Unión Europea para averiguar el paradero de Gregorio. ti l;u ra di scu rsiva recurre también a ciertas d osis de humor: "Cua ndo
En esas ocasiones las cartas solían ser pesadas, m on ótonas, como el premio se falló trabajaba de vendedor ambu lante d e artesanía en
si medi ant e la descripción del laberinto burocrático Sensin i u na feria d e artesan ía donde absol utame nte nad ie vend ía arte-
exorcizara a sus prop ios fantasmas. (20) " " fa"( 14).
Por o tra parte, la precaria situac ió n m aterial de Sen sin i y su
Este tipo d e segme nto na rrativo (q ue sugiere más por lo qu e f.J l1I ilia no resulta ser tan d istinta a la que experimenta el joven chi-
esconde que por lo que desvela) permite el despliegue sigiloso de leuo. Éste se refiere d e la siguient e m anera a la alicaída existen cia d c
un a d e las formas m ás per sistentes de la precariedad que perfila e! MI am igo epi stolar:
tr asfondo ideo lógico de! texto. Ella consiste en el problema ético
m ás profundo que ha sufrido la co m u n ida d lati noam érican a d e las Sus ingresos provenían de unos vagos trabajos editoriales (creo
últim as d écadas. N os refe rimos al caso de los d etenidos d esapareci- que corregía traducciones) y de los cuentos que salían a pelear a
do s, que, co mo es sabido, du rante la dictadura mili tar en Ar gentina provincias [...[ Vivía. no tardé en com prenderlo, en la pob reza.
(1976-1983) aleanzaron a los treinta mil. no una pobreza absoluta sino una de clase media baja. de clase
Este d errotero argumental funciona a modo de sinécdoq ue media desafor tun ada y decente. (2 1)
con respecto a la escena distópica d e n uestr a llamada po smodern idad.
Escena que por principio tiende a la enajenación, la d esintegración En resu mi d as cue ntas , los ingresos proven ientes del qu eh acer
o la eliminación del indi vid uo. Y este grave acontecer tam bién sc literario del ar genti no Ic alcanzan casi exclusivam ente para pagar en
entreteje con otras m anifes tac iones de la precariedad que exhiben pane el alqui ler d c su pequeño de partam ento.
sesgos m ás livianos y pedestres . Ellas aportan , en todo caso, a la Esta desubi cación - un tanto d enigrant e para u n auto r co n "n u-
caracter ización de sujetos melancólicos y ma rginales, enmarcados, mero sos lib ros publi cados"(2 1) y bien po nderado po r Bo rgcs,
sitiad os o aco sados por la historia, co mo sucede co n nu estros perso - Corr ázar y Mujiea Láinez -, pe rmi te la verosími l intro m isión en la
najes.! historia dc u n comentario so b re la p recaried ad d el mi smo aco ntecer
En este sentido , se d estaca la precari ed ad m aterial en el ~co n ­ art íst ico-literar io. C o n ello , el tex to muestr a los hil os d e la literatu ra
texto europeo de las d os figu ras centrales. Ya al inicio del relat~ , se (lile en ciert as oca sio nes se in terconectan co n la b urocracia y las ig-
expresa tal co nd ició n en térm inos escue tos q ue bo rdean el lugar co- nom ini as del poder m edi an te signos co nt ra rios qu e va n de lo
mún. Veamos al respecto lo qu e señala el narrad or sobre sí m ismo: b ufone sco a lo siniestr o. En este d erro tero , el cue nto enfatiza la co n-
d ició n ma rgi nal d e los perso najes. Estas figuras a la deriva no en-
En aq uella época yo tenía veintitantos años y era más pobre q ue cucn rran co nsuelo ni siq uiera en la activ ida d creativa que más am an ,
una rata. Vivía en las afueras de Girona, en una casa en ruinas que a la cual han eleg ido d ed icar se d e por vida . Así, da n u n paso más en
me habían dejado mi hermana y mi cuñado al marcharse a Méxi- el send ero del "q ueb rant am iento de to d os los fundamentos", pa ra
co y acababa de perder un trabajo de vigilante nocturno en un
citar d e nuevo las pa labra s d e Nietzsche.
cámping de Barcelona, el cual había acentuado mi disposición a
El sentid o de precariedad del mundo literario se sugiere a tra-
no dormir durante las noches. (13)
vés de las co nd uctas de sesgos carn avalescos en q ue se invo lucra n los
personajes principales, quienes intentan así resolv er los problemas
B Patr icia Espinosa, "Roberto Bolaño: un territorio por armar ", en Celina Manwni
bdsicos de la subs iste nc ia mater ial. Por su pane, el chil eno actúa
(comp.), Roberto Bolaño: la escritu ra como ta uromaquia, Buenos Aires. Corregidor.
co mo un servil burócr ata al d edi carse obsesivam enre a bu sca r datos
2002.

40 41
G U I LLERM O C A rte rA Coa o. es La imagen de la precariedad en «Scnsini.. de Robeno Bolaño

so b re co nc ursos literarios. Realiza esta labo r para ma ntene rse al tan- Este tratami ento risueño y d esacr ali zador del mund o d e las
to d e las po sibil idad es com petitivas a su d isposició n, así co m o para letras se en riq uece co n el m an ejo intertextual carac terís t ico d e la
sat isface r las demandas d e su am igo ep istolar d e M adri d . El caso prosa d e Bolaño. Al respecto , y al referirse también a la anécdota d el
rec ién co me ntado se ilustr a en esre segmento narr ativo a ca rgo del ca m b io d e títu los de los textos que propon e Sensin i, Patricia Esp i-
joven d e G irona: no sa co menta lo sigu ient e:

En el concurso de Plasencia no alcancé a participar, pero en el de El martloflcrrismo borgeano que profesa el personaje, lo lleva a
Écija se. Apenas hu be puesto los ejemplares de m i cuento (seudó- señalar: 'quien sabe si Los gauchos y Sin remordimientos no sean
nimo: Aloysius Acker) en el correo, comprendí que si me queda- dos relatos distintos cuya singularidad resida precisament e en el
ha esperando el resultado las cosas no podían sino emp eorar. Así título. Parecidos, incluso muy parecidos, pcro distintos' [19]. La
quc decidí bus car otros con cursos y de paso cumplir con el pedi- clave intertcxtual permitirá trampearle al poder y desperfilar la
do de Sensini. Los días siguientes, cuando bajaba de Giron a, los grandiosidad de los premios literarios, transformados en un sim-
ded iqué a trajinar periódicos at rasados en busca de inform ación: ple medio para obt ener dinero y sobrellevar el exilio. u
en algunos ocu paban una columna juma a ecos de sociedad, en
otros aparecían entre sucesos y depones, el más serio de todos los M ás allá d e las insin uaciones relativizad o ras surgidas del juego
situaba a mitad de camino del informe del tiempo y las notas inrerrextu al, vemos q ue Sens ini no trep ida en m an ifestar en fo rma
necrológicas, ninguno , claro, en las páginas cultu rales. ( 17) d irecta op inio nes irreverentes sob re la precari ed ad de su p rop io cam po
p rofe sional. Por ejem p lo . sostiene : "El mu ndo de la literatura es te-
Co n este tipo de alcances se vislu m bra un in icial rebajam iento rrible, además de rid fculo"(I9). C on este tipo de percepciones qu e
carnavalesco d el q uehacer lit erar io. Ad em ás, se ab re un a brech a para trans m ite al narrad or, Sensin i resume la visió n ama rga ya ntiso lem ne
d escon st ruir la supuesta autorida d heroica de los escritor es en gene ral. ll ue mantiene el propio Roberto Bola ño sobre la literatu ra en gen e-
Por otro lad o , Sensi n i pone en acción la tr ucul enta estr ategia ral. Esta visión, siem p re problemáti ca, apa rece en las propias decla-
co m pe tit iva d e env iar en forma sim ultá nea un mi smo cu ento a dife- raciones del auto r y se ficcion aliza en u na importante porción de sus
rentes co ncursos, cam b iánd oles só lo el título . Esta p ráctica la em - textos narrat ivo s, a veces co n tint es gro tescos, co m o es el caso d e la
p icaba el propio Roberto Bolaño durante la primera eta pa J e su novela Nocturno de Chile. Acerca de tal asu nto, éste afirma: "La lite-
carrera literaria, Él mi smo se refiere a este h ech o del siguiente m odo: ratu ra, so b re todo en la m ed ida de q ue se trata de un ejercicio d e
"Participaba en todo tip o d e co nc u rsos literarios para gana r dinero . co rtesano s o que fab rica co rtes anos, de cu alqu ier especie y de cual-
Por tanto env iaba mi s poemas y mi s dos ún icas no velas a cua nto qu ier cred o político , siem p re ha estad o cerca d e la ignominia, d e lo
co nc u rso se pon ía a tiro. Todos term ina ro n ganand o algú n prem io y vil, y también d e la tortura".'!
algu nos m ás d e dos (co n títul os d ist intos, por cierto) "." A to n o co n Ta nto en la liter atu ra co m o en la vida m ism a, ca p tadas en el
las reso nancias d e esta declaración, Bolaño res um e esos interca m- univer so d e "Sens in i". al par ecer no existe espacio p ara el ac to re-
bio s literarios co locándolos en un a ped estre perspectiva, tal co mo dcu ror. Co mo se h a indi cad o, aqu ello se ilu stra al señalarse qu e lo s
q ucda n presentad os en la narración q ue analizam os: aq uel lo - afirm a p recar ios log ros liter ario s de lo s pe rso na jes princip ales se trad u-
nu estro escritor- d igamos "q ue fue un a actividad alimen ticia'U '' ccn , por eje mp lo, en la p osib ilid ad d e "p aga r un me s y m edi o d e

' Luis Garcfa, " Entrevista a Roberto Bolaño", España, abril de 200 1, en página web
<hup:llwww.sololitcratura.comlbolamiscentrevista.html> 11 l'arricia Espinosa, "Roberto Bolaño: un rerriror ic por armar ", op. cit.
10 1bid. u Luis Card a, op. cit.

42 43
G UI LLERMO G ARe rA CORA LES 1-'1 imagen de la precaried ad en «Scnsini» de Roberto Bolaño

alqu iler" (I 9). A lo anterior podemos agregar aho ra qu e el trabajo MI ruin osa casa d e G irona, el narrad or recibe ant ecede ntes de los
literario - según la d im ensión alcanzada en el cuento - tiend e a un l\J¡ ir nos meses de Sensini en aq uella ciuda d . O c esta for ma. se entera
pro ceso de com un icación qu e siemp re resulta un tamo fallido. Es "e qu e el viejo y enfermo escrito r p resum iblement e había enconrra-
decir, se trata de un intento com unicativo que tambi én bo rdea la "11 serias de su "h ijo in comun icad o" en un "mon tón de h uesos
precariedad , co mo sucede en la relación que establecen las propias exhumados" de un "cemen terio clandestin o" (27) . Además, se infor-
figuras centrales, sin salir del medio ep isto lar. 111 .1 dc qu e "entre trám ites burocráticos y env id ias y rencores de los
En efecto, en "Sensini" el acto literario se asocia a sim ulacros que no faltan el acceso [de Sensini a la universida d] le fue vedado y
de comunicació n qu e evidencian distintos perfiles del desarraigo, la l e tuvo qu e co nfo rmar con hacer traduccion es para un par de ed ito-
soledad y la melancolía. A pesar de los esfuerzos realizado s mediante riales" (27). Del mismo mod o, se le negó la posibi lidad de com u-
el interca mbio ep istolar ya comenta do , las figuras centrales no lo- uicnción flui da co n el mu ndo lit era rio-cultural a n ivel nacion al.
gran la int erconexión íntima e int egral que añoran. Una ilustración En sum a, las ú lti m as pe rip ecias de Se ns in i en su patr ia
de csrc caso consiste en la anécdota en torn o a la foto de la fam ilia rccn nfirman la imagen de la precariedad quc. como la figura fant as-
Sensini que recibe el joven de Girona po r petición de él m ism o. En mal de G regario, recorre todo el mundo ficticio. C on esto qu eda en
este segment o discursivo surge un nu evo rasgo del estado existencial evidencia la escena d istópica cont empo ránea con la cual se imb rica
de aba ndo no del ch ileno, qu e se insinúa en el siguient e parlamen to esa imagen . No s referim os a un a escena distópica de carácter ubi -
a cargo del narra do r: " D urante mu cho tiempo la foto y la fotocopia C lI O . resum ida sugestivament e en el mensaje qu e Mirand a le tran s-

estuvieron en mi mesa de trabajo. A veces m e pasaba muc ho rato mite a su solitario anfit rión durante una triste noche en G irona. En
cont emplándolas. otras veces me las llevaba al do rm itorio y las mir a- efecto, cuando el ch ileno le p regunt a a la joven cómo le había ido a
ba hasta caerme dormido" (22). Scnsini en Argen tin a, ella responde: "Igual qu e aquí [...] igual qu e
Aun más, la foto hace elucubrar "poéticamen te" al chileno, en en Madrid , igual qu e en tod as part es" (26). Frente a esta lacónica y
especial a partir de su fijación con el "rostro de Mirand a" (22). Al resignad a respu esta, el aspirante a escritor profesional int enta un a
escribir sobre la joven , la imagina corriendo "en bu sca de los ojos de reacci ón d e rono sim ilar, aunque sin pod er ocultar su melan colía,
Grega rio Samsa qu e brillaban al fondo de un corredor en ti nieblas" reco nocida por él mismo: "Estás llo rando, dijo Mirand a. C ua ndo le
(22). En resumidas cuentas, el aspirante a escrito r profesional pa rece mi ré ella desvió la mirad a" (27). Se trata de una tr isteza contenid a
estar al bo rde de la locura (23). como él mismo lo ind ica en las pO I' parte del narrad or, como si hubiese llegado la hora destemplad a

reflexiones provocadas por el impact o de aquella foto. y cayera definitivamente la lápida sob re la viab ilidad de los "mo-
El sent ido de comu nicación fallida, ent relazado con el mun do 11 11.' 11tos de esplendo r creativo del género hurn ano".'?

literario, tiene un desarrollo d ramático en los últimos segm entos de


la ficción . Éstos se relacion an con la vuelta de Sensi ni a su p aís, un a
vez cancelado el período de la dictadura milir ar de esa nac ión en
1983. "Decía [Sensini] q ue volvía a la Argent ina. que con la demo-
cracia ya nad ie le iba a hacer nada y que por lo tan to era ocioso
permanecer más t iem po afuera. Ade más, si quería saber a ciencia
cierta el destino final de G rega rio no había m ás remedio que vo lver"
(24). Pasado un par de año s de este reto rno . el ch ileno se informa, al
pa recer por la pren sa, de la muerte en Buenos Aires de su alter ego
argentino. Y luego, por int erm edio de un a visita que le hace M irand a tI (;U II "l.310 Aguilar, op. cit.

44 45
J O SÉ PRO MI S

Poética de Rob erto Bolaño

La crít ica literari a nacional ha ingresado el no mb re de Rob erto Bolaño


al catálogo de los autores chilenos aun a pesar de que pa ra d icho
esc rito r tal gentilicio tien e un aire hasta ciert o punto irrel evante:

Siem pre m e ha parecid o abs urdo d ividir a los escrito res españo les
de los latinoamericanos. Tal vez esto si lo digo yo es un poco fácil
porque yo no soy propiament e un latinoa mericano. Yo he vivido
mu ch ísimos años en España. Yo aquí no me siento extranjero. eso
sin ni nguna duda. D e hecho , cuando estoy en Latinoamérica todo
el mun do me dice: " Pero si t ú eres español", porq ue para ellos
ha blo co mo un españo l. Para un espa ño l. no. Un españo l ve cla ra-
mente q ue yo soy u n suda me ricano. Y ese esta r en m ed io , no ser
n i lat inoam erican o ni espa ñol, a mí me po ne en un territorio bas-
tante có mo do, en donde pu ed o fácilment e sent irme tanto de un
lado co mo de o tro . I

Sus da tos biográficos apo yan sus palabras. Nació en C hile en 195 3,
pero desde fines d e la década de los sesent a se estableció con su
familia en C iudad de México. C on sobrada raz ón Bolaño afirma
qu e "Chile es mi infancia y México mi adolescencia y mi primera
juvemud",2 En 1973 re to rn ó por unos meses a su país nativo, pero

I Inrnia Gras Mir avct, "Entrevista con Roberto Bolaño", Cuadern os Hispanoameri-
N° 604, Mad rid, 2000, págs. 53-65.
1'¡II IOS,
1 "Roberto Bolaño en visita ecuménica. La literatura no sirve para nada", Las

47
J OSE P RO MIS
Poética de Roberto Bolaño

la experienci a del go lpe m ilitar lo im p ulsó a volve r a M éxico , d esd e m uy d ivertido"." Acuciad o po r la p recariedad eco nó m ica, Bo lañ o
d on de, después d c un tiempo relativam ente brcve, emprendió un a co me nzó a env iar sus textos a d iversos co ncu rsos literari os d e p ro -
especie d e regrcso a sus raíces fam iliares: "Soy n ieto de in m igrantes vincia. La novela recién alud id a obtuvo el p rem io Ámbi to Litera rio
gallegos analfabeto s, o sea qu e tengo poco de elega nte , no lo llevo d e Na rrativa. Co n el rftulo de La senda de los elefantes, su no vela
en los gcncs, al m enos po r parte parem a".' Desde 1974 ha residi do Momieur Pain obtuvo el prem io d e novela corta Félix Urabayen d el
en España. Es com prensible ento nces q ue Bo laño no se sit úe a sí Ayumam iento de To ledo y fue publicada po r di ch a insti tució n en
mismo dentro de una nacionalida d y decla re perten ecer a un te rrito- 1993. Su auto r afi rm a en la " N o ta p relimi na r" a la ed ició n d e Ana-
rio interm ed io entre dos m u ndos , d os histo rias y d os cu lturas. Tal gra ma q ue co n otro títu lo había salid o también p remiada en u n con-
co nd ición no le im pide, sin embargo, contemplar a tra vés del pris- cu rso anterio r de otra ciudad española. Asimismo, La pista de hielo
m a de su p rod ucci ón literaria la historia y las circunsta ncias recien- obtuvo el p rem io del Ayunta m iento de Alcalá de H en ares y fue pu-
tem ente vividas en su país de o rigen . Su po cma "Los Neoc hile nos", blicada ori ginalme nte po r la Ed itorial Alcalá Narrativa en 1993 .7El
fechado en Blan es, en 1993, relata un viaje po r C h ile y países vcci- cuento "Sensini'" q ue en cabeza el volu men Llamadas telefónicas apa-
nos.t La novela Nocturno de ClJilepretende ser, como el m ismo Bolaño reció como relato ind epend iente en 1997 p u blicado po r la Sociedad
ha d eclarad o, u na alegoría sob re la d ictad u ra m ilita r q ue enc ierra a la G uipuzcoana d e Edicio nes y Publicacio nes, lo que pareciera ind ica r
vez un a mirada sob re la histo ria más cerca na d e la literatu ra chilena. q ue fue ta m bién un trabajo prem iad o en otro co nc u rso literario.
Españolo lat ino am er ican o, chi len o o no, Ro bert o Bol añ o Posiblem ente, lo mi sm o suced e con su poema Fragmentos tÚ la uni-
es un escritor so bresaliente, u n hom b re q ue ha asu m ido la liter atu - versidad desconocida. pu blicado en 1993 por el Excelentlsimo Ayun -
ra co mo un m o do d e vida . D esde muy jove n d ecidió co n ad m ira- tam iento d e Ta lavera de la Rein a. Ah ora Bolaño evoca co n sim patía
ble e in us ua l osa día en trega rse ín tegram ente a su p ráctica, tanto esos p rim eros momentos d e su experie ncia literar ia:
desde la activi da d d el recep tor co m o d el producto r, sin parar m ien tes
en lo s sacrificios pecuni arios ni en las limitacio nes eco nó m icas qu e Los premios quc recue rdo con mayor cariño c incluso con mayor
fer vor son esos premios de provincias, porque cuando yo gané el
sign ificaba d icho propó sito. "Ser pobre no es u na verg üe nza , te ne r
Hcrralde, no me had a falra el dinero, y cuando gané el Róm ulo
d ine ro sí", afirma en un a entrevista co nce d id a a un periód ico na-
Ga llegos. tampoco. Pero cuando yo ganaba esos premios de p ro ~
cio na l, y d esp ués agrega: "Yo m e fo rm é en u na fam ilia d ¿ clase
vincias, cuando llegaba el cheque, era como agua bendi ta, era maná
m ed ia baja , desd e los 16 años que escribo y nunca le he pedido caído del ciclo, penniesftom heauen, Realmente, el favor quc me
ayuda al Estad o. H e vivido a la in tem perie, al p ri ncipio es incó m o - hi cieron los que me di ero n estos premios es enorme. No sab rán
d o pero al fin eres m ás libre, yeso se di sfru ta mu cho ".'; Mi entras jamás la enor me gracia que derramaron sobre mí.. . 9
esc ribía su pr im era novela a d o s mano s co n Antonio G arela Po rra ,
Consejos de un disclpulo de Morrison a un fimdtico deJoyee, "t rab aja- Algun as circu nstanci as biográficas d e Bolaño llegan hasta el
ba en u na tienda y po r las no ch es do rm ía allí mi sm o, no ten ía lecto r gracias a las alusio nes aurorrefe rencia les que p ractica en var ios
televisió n, no tenía radi o, no ten ía nada , y m e pon ía a esc rib ir. Fu e

Vilirnm Noticias, 14 de abril de 2000, p. 46. ~ Dunia Gr as Miravet, op. cit., p. 56.
, Dunia Gras M lravcr, op. cn., p. 61 1 Este mismo p remio recibió también la novela de Luis Sepülveda. Un virjo qur leia
4 Poema incluido en su libro Tm . novelas di amo r.
\ Bauti sta Mart{nC-L y Andrés Azócar, " Lo más d ivertido serfa ad ministrar un hur- ~ FJ aspecto anecdóti co de la experiencia de los concursos literarios cons tituye p re~

del", ent revista a Roberto Bolaño, a T" u ra, Cuerpo Repo rtajes, 10 de febrero de
í
cisame nre el rema de "Sen sini".
2002 . p. 20 . ~ Dunia Gr as Miraver, op. cit., p. 56.

49
J O Sf P RO MIS Poética de Roberto Bolaño

de sus relatos. La figura de Arturo Belan c se delinea po r pr ime ra vez Este ju ego aurorrctcrenc ial es una con secuencia entre ot ras de
en el texto de Estrella distante10 donde, bajo el nomb re de Anuro B., l., manera como Bolaño ha asumido la responsabilidad de la práctica
fu nciona co mo in for mante y narrador virtual del relato sobre las litera ria. Su escritura posee dos d ireccio nes encontradas: nace en un
infamias de Ca rlos W ieder. Arturo Belan o es, como afirma el m ismo .lmbiro próximo a su exper iencia vivida para ingresar desde allí en el
Bola ño, "un alter ~go en el sent ido qu e hay cosas qu e le pasan a él lerrirorio de lo imaginario y desde éste regresa a subvert ir sus pro-
qu e a mí me han ocurrido . Pero en otros casos, no , por supuesto. pios fundam ent os en un a especie de cí rculo bo rgcano que Angel
Como cualqu ier alter ~gO". 11 Texto s subsiguientes ent regan otras in- Rus define como ser "espectado r del espectador" (eom,j os. ..• 73).
formaciones acerca de la ado lescencia y juventud de Arturo que tie- Así, la frecuente autorrefcrencialidad utiliza la biografía co mo acto
nen indudablemente un origen biográfico. En "El gusano", por ejem- imagina rio. a la vez qu e co nfigura un a image n de mu ndo surgida de
plo, nos entera mos que su pasió n por los libros era mu ch o más po - una imperiosa percepción int erior de la realidad , de un a obsesión
derosa qu e el cumplim ient o de sus obligacio nes escolares.'! Auxilio que, un a vez transformada en im agen , obedece sólo a las necesida-
Lacou rurc , un a de las voces de Los tÚtectiv~s salvajN y posterior na- des qu e ella se impo ne. Para decirlo co n palabras de los mismos
rradora de Amuleto. recuerda que conoció a Anuro Belano "cuando personajes de Bolaño, la literatu ra busca man ifest ar un realismo
tenía d ieciséis o diecisiete años, en el año de 1970 , cua ndo yo ya era visceral, un a visión inte rior que pugn a por exteriorizarse sin claudi-
la madre de la poesfa joven de México y él un pibe que no sabía n i car frente a ó rde ncs q ue no emanen de clla mism a, ofreciend o , en
beber pero qu e se sent ía orgulloso de q ue en su lejano C h ile hu biera este sentido, un a construcció n de la realidad alterna tiva y rup ruri sra
ganado las elecciones Salvador Allende" (Los d~uctiv~s salvaj~s, 124). por naturaleza. El propósito de elim inar "artfst icam cn rc" la distan-
Auxilio informa tambi én que "en 1973 deci dió volver a su patria a cia ent re el auto r y su obra está implícito en las palabras de Bolañ o
hacer la revolución" (Los detectives salvajes, 19 5), pero que regresó cuando afirma qu e la respo nsab ilida d d e un escrito r "no es servir de
después del golpe m ilitar convertido en una person a que nunca vol- reco rdato rio de nada". Aunq ue exp resa dud as acerca de la fun ció n
vería a ser la que era antes de partir. María Pont recuerda en diciem - qu e p ueda ejercer la literatura, acepta qu e si alguna misión tiene el
bre de 1976 su enc uent ro con Arturo y Ulises Lima al poco tiempo escrito r es la de "m irar algo qu e un o mu ch as veces no qu iere ni ver". "
q ue volvieran de su viaje en búsqueda de Cesárea Tinajero , y qu c en La mira da es imp ortante porqu e, co mo d ice Auxilio Lacou tu re:
csa oport unida d Anu ro estaba por partir defin itivamente a ~spa ña
(Los detectives salvajes, 189). Sobre esos y algu nos ot ros datos in icia- Yo creo... que la vida estácargada de cosasenigmáticas, pequeños
les, la figura de Ar turo Belan o se disem ina po r distintos texto s escri- acontecimientos que sólo están esperando el contacto epidérmi-
tos por Rob erto Bolaño, fun cion ando en algunos como elem ento. co, nuestra mirada, para desencadenarse en una serie de hechos
del enunciado d iscursivo y en otros como testigo , int erloc uto r o causales que luego, vistos a través del prisma del tiempo, no pue-
narrador virtual de la enunciación narrativa.u den sino producirnos asombro o espamo. (A m ule/o, 28)

IQ Esta novela es una ampliación narrativa de la historia "Ramera . Hoffm an, el


Al rech azar la literatura como ejercicio d e la memoria Bolaño
infame", q ue cierra su volumen i.a literatura nazi tn Amóica.
establece su escepticismo hacia algu nos principios de las gene racio-
11 Du nia G ras Miravcr, op. cit., p. 62.

11 Cuento que pertenece al volumen L1a11UldaSukfónicas.


nes que lo han preced ido y, en pan icular, hacia la man era com o han
l } La figura de Arturo Belano adquiere una presencia plu rifuncional en LQl detra i- asumido la respo nsabilidad literaria narrad ores inmediatament e ante-
VN sa/vajN, donde aparece como d emento del en unciado q ue funciona alternativa- riores a él, como Isabel Allende o An ton io Skdrmera. Pero su acritud
ment e como co nductor de una empresa, objero de contemplación. o ayudan te de
un .ageme, y también como elemento de la enun ciaci ón en cuanto interlocutor
silencioso de algunas voces narrativas. 11 D unia Gras Mira ver, op. cit., p. 59.

50 51
Jo st. P RO ~lI S Po ética de Rob erro Bolaño

no d ebiera ser enten d ida sim plem en t e co mo un juego pcr son alisra . po etas y/o ensayistas qu e se encarga n de darle alguno s reto q ues a
Po r el co n t ra rio , es el resul t ad o d e una práctica literaria que tiene sus la histo ria, q ued ando todos al fina l dent ro de la m isma familia."
o rígenes en el período en que junto al po eta M ario Sa ntiago (cu yo
alter ego e s la fi gu ra im a g in ar i a d e U l is es L i ma) f u n dó el En su te rcer artículo a fir ma que la po esía practi cad a p or los
" in frarrcalism o'' , movimi en ro que ingresa ría d espués a su novela Los va ng ua rd istas d e lo s a nos vei nte fue el prim e r ca rr ucha d ispa rad o
detectives salvajes co n el n om bre d e "real vl sceralismo". D icha prácti- co n t ra la lite rat u ra canó n ica im perante y que recié n su ge neració n
ca ex p lica, además, el e ntus iasmo que siente Bo laño hacia los prime- ha d ispar ado el segu ndo . "
ros vanguardistas h ispano am er icanos y, en pa n icular, los est riden risras M iguel Dono so Par eja, el presentado r d e la antolo g ía d e lo s
m exican o s. " E l momento más brill ante d e la lite ratura ch ile na fue poetas infrarreal ist as p ublicada por Roberto Bo laño en 19 7 9 19 , re-
c ua n do es tab an vivos Neruda, Pab lo d e Rokha y Hu idob ro" , ha d e- cuerd a que el té rm ino ya existe en el vocab ula rio d e M a riáteg u i p ar a
clarad o. ' ? Su ap rec io d e los va nguardis tas enci erra u n indudab le sen - referirse a Philippc So upa ult . Según D onoso , no hay que buscar los
t im ie nto d e identificac ió n . Bo lañ o d escubre que un a común actitud rasg os ca ra cte ríst icos del in frarrea lismo en m a n ifiesto s teóricos si n o
d e ru p rurism o , irreve ren cia y d esafío d e los cá no nes u n e co mo u n en el m od o co m o los in fra rrealistas practi can la litera tura . La acele-
puente sus co ncepc io ne s literarias co n las d e aq uéllos. D ebajo d el ración es el rit m o preferido. S u inter és se d irigc al m ovi m iento d e las
puente no hay nada o, a lo sumo, muy poco. En 1976 y 1977 , es cosas, no a su d esenl ace ; d e aqu í que el ac o n tecer puede ad quir ir u n
d eci r, cuando tenía entre vei ntit rés y ve intic uat ro años , Bol añ o p u- se ntid o co n fuso , si n m et as, que tie nd e a ag otarse en sí mi smo. T o do
b licó d os artíc ulo s en la revi st a Plu ral. u no so b re la nueva poesía est o p roduce una vi sió n d esespera nzada d e la rea lidad c ircu n da nte
lat in o americana y el otro so b re el estrid e nt ism o , ade más d e u na en- que en cuent ra en los m otivos del am o r y d el c rimen sus m ejo res
trevist a a Arqueles Vela , M apl es A rce y List Arzubide." E n el prim e- ca m inos d e ex p resión , y q ue a la vez ge nera d iscurso s líricos d e ca -
ro , Bol año d escr ibe el vad o q ue descubre en el período que se p ara la rácrcr n arrat ivo y narracion es fu ertem ente in d iciales. Aunque en la
p rodu cci ón poética d e los van guardistas y la de su p ro p ia ge ne ra- actuali d ad Bola ño tiend e a co ntem p la r el perí o d o d e su ac t ivid ad
c i6 n : "i nfra rrea lisra" princ ip alm ente co mo un a dive rsió n o e n trete nim ien to
poét ico d e juventud, es indud ab le que en esos a ños se em p ieza n a
Ante esa obra [se refiere a la d e los po eus estride n tisras] otros f co n fig u ra r lo s rasgo s fundam enta les d e una poét ica y u na co nse -
vanguardistas hispanoamericano s lo que se escribe , por ejem plo, cuen te co n st rucció n imag in ari a de la real id ad que legaliza h asta ho y
po r los cuarentas o cincuen tas (pa ra no hablar d e los sesentas , en su p rác tica litera ria . Pc re G imferr er, p ro lo guist a d e Losperros romdn-
d on de la cosa pa rece, hasta nueva o rden, q ue volviera a b ro tar) se ticos: p oem as (1980-1998), deseubre en la escrirura de Bolaño, por
ve d efin itivam ent e asqu eroso, pe ro por suene (suerte para los eje m p lo, la p er sisten cia d e u na vo luntad que rompe co n los lími tes
ma los, como d ijo el Basca y Billy th e Kid}, su rge u n grupo de ge né ricos estab leci dos y co n las conve nci ones básicas d e la represen-
raci ón imagina ria :
15 "A propósito de la gresca l.cmcbel-Contreras vuelan plumas: escritores chilenos

destapan el trasfondo de sus peleas", La Segunda, 23 de noviembre de 200 1, p. 66. En Bolaño, la narrativa en prosa es una forma, ape nas enmascarada,
Algunas apreciaciones de juventud han variado con los años. Su entusiasmo por
Vicente Huidobro ha ido desapareciendo paularinamenre y ha crecido el que siente 11 Roberto Bolaño, "El estridemismo",Plural:CrltiCtl, Artt', Literatura, N° 61, México

por Nicanor Parra, a quien consideraba en sus arrfc ulos de Pluralcomo un poeta Il l, 1')76. págs. 48-50.
pequeñoburgués que había hecho cosas importantes en su momento. I~ Roberto Bolaño, " La nueva poesía latinoamericana: ¿Crisis o renacimiento?",
16 Robcrro Bolaño, "Tres esrridentisras en 1976: Arqueles Vela, Maples Arce, List l'luml: Crítica. Aru . Literatura, N° 68, México DF, 1977, págs. 4 1~49 .
Arzubide", Plural: Crítica. Artt'. Literatura, N° 62, México DF, 1976, págs. 48-60. 1'1 Mncbachos desnudos bajo elarcoiris defiugo. México, Extemporáneos, 1979.

52 53
j o sn P ROM I S Po ética de Roberto Bolaño

de pocma e incluso de antipoema. Sus ficciones. en modo alguno El interés del hablanre desdeña ubi car su palabra po ética en
realistas salvo como metáfora y parodia. no ya de la realidad . sino los espacios canon izados, d efini do s no rmat ivamente por un voca-
de sí mismas. en la fecunda frontera ambigua en que colinda n el bu lario familiar y, por lo mi smo. de sgastado de antema no ; la pa labra
pastiche y el hom enaje. son tan poéticas como narrativos son sus ternura frente a su antón imo indiftrmcia; la frase q ue evoca valen tía
poemas/anr ipoem as. frente a las frases que significan seguridad o comodidad. Lo q ue
p rete nde, por el co nt rario. es inscr ib ir sus imágenes , sus di bujos. su s
Pero ade más, m u chos rasgos característico s de la m an era co mo cartas, en u n espacio aú n d escono cido p ara él; en u na d im en sión
Bolañ o co nstruye sus relatos evocan también la persisten cia d e esos que media entre los d os ó rd enes convencio nales y que a d iferen cia
principios "i nfrarrealistas" de juventud a q ue aludía Donoso en el d e éstos, fijados d efin itivam ente, se presenta co mo el ám b ito de lo
p ró logo de /Ifuchachos desnudos.. . Los enunciad o s narrativo s de cam b iant e. de lo que o frece incluso el riesgo d e no ser reconocido
Bolañ o t ienden a exh ib ir, po r ejem p lo. argum entos q ue no exh ibe n m ás ta rde po r el propio habl ante. Este m ismo esce pticism o an te una
un d esen lace en el senti d o tradicional de este térm ino y d onde la concepción dualisra y rrad icional de la realidad po ética y su percep-
causalid ad lógica es sustitu id a frecuentemente por el aza r o el abs u r- ció n d e una alternativa ubicada en un espacio interm ed io ent re lo s
do. así como situacio nes narrati vas ab iert as en que partici pan perso- dos órd enes est ab leci d os (pos iblem en te, lo que ento nces Bol año y
najes d e co nd ucta en igm ática o parad óji ca. El n ivel de la enuncia- sus com pa ñe ros pa ct as m exicanos co nsideraban infta,,"a/idad) sos-
ción se sostie ne co n frecuenc ia so b re voces q ue h an perdi d o su seg u - tien e tamb ién el sigu iente poema de Fragm entos de la universid ad
rid ad narrativa o so bre un d ialogismo di scursivo q ue puede co n tri- desconocide":
bu ir ya sea a la co ntradicció n recíproca de las vo ces o a estab lecer
sign ificativas relacio nes in rcr y tran srextu ales que obligan a un a fuert e En la película de la relc el gangster toma un avión
parti cip ación d el lecto r para d esentra ñar e! sentid o m ás p rofundo qu e se eleva lentamente cont ra un atardecer en blanco y negro.
d e! relato . No es m en os sign ificativo en este aspect o el interés que Sentad o en tu sillón mueves la cabeza: en la ventana
también siente Bolaño, co mo m encionaremos m ás adel ante, h acia la ves el mismo atardecer. las mismas nubes en blanco
form a llamada "negra" de! re!aro pol iciaco. y negro. Te levantas y pegas las manos en el cristal:
Si el juego aut o rreferen cial co ntrib uye a la un idad d e la o b ra el reactor del gangsrer se abre paso entre las nu bes,
total d e Bo laño , co m o afirma n alguno s co me nta ristas, n o es fue nos nub es inc reíblemen te hermosas. o ndas de la cabellera
de tu primcr amor, labios ideales qu c formu lan
importante su vo lu ntad para crear u n espacio poét ico alternativo al
una promcsa para ti. pero qu e n o entiendes.
que o frecen o tras p rácti cas literarias. En u no de sus textos que inclu-
La imagen que se desplaza por el cielo, la imagen
ye en la anto logía M uchachos desnudos bajo el arcoir ís d~ jUego, el del televiso r, son idént icas. el mismo anhelo. la misma
hablante afi rma: mirada. Y sin embargo tiemblas y no entiendes.

Empiezo a d ibujar. a esc rib ir canas. a tratar de reconocer lo que


La relación in rertextual con "C o ntin u ida d de los parques". el
no veré más, entre el espacio que hay de la palabra tern ura a la
rela to breve d e C o rr ézar, es aquí evid ente, pero engaño sa. Ta l co mo
palabra indiferencia. entre lo qu e media de la frase d éjalo todo . a
lo ind ica su títu lo , el narrador de "C o n ti n uida d d e los parq ues" des-
la frase terreno firme o caras conocidas. .. 2D
cub re el encade na m ient o o la relació n d e suces ión q u e existe entre el
espa cio im agin ario y el espaci o q ue el lecto r co nside ra "realida d" .
20 "Arte po ética N° 3/caphulo XXXVII en el que queda demostra do que Philcas
Fogg no ha ganado nada al dar esta vuelta al mu ndo si no es la felicidad". En Mu-
cbachos tÚsmuÚJl bajo ti arcoiris defiugo. op. cit.•p. 139. 11 Talavera de la Reina: Excmo. Ayuntamiento de Talavera de la Reina. 1993.

54 55
) o sr:. P RO M I " Po ética de Roberto Bolaño

Cortázar propone qu e ficción y realidad son mundos co nt inuos a límites en este "ot ro" espac io, tampoco los co nceptos del bien y del
los cuales se acced e a través de azarosos umb rales insospechados o mal funcionan de acuerdo a los crit erios que uti liza la moral conven-
insólitos, un abrazo de do s muj eres, la mirada a través del cristal de cional para definirlos. Los térm ino s de norm alidad y ano rmalidad,
un acuario, o, como en este caso, el pro ceso de la lectura. El poema co mo de finiciones có mo das para clasificar la realidad , se di luyen y
de Bolaño no propone la cont inuidad sino la alterida d. La identidad rcacomoda n para asu mir una fison omía qu e es exp resión pura de lo
de la image n de la pantalla del televisor y la imagen qu e el homb re distinto, de 10 anor ma l qu e al deveni r no rm al se transform a en ex-
ob serva a través de su ventana afirm a la existencia de un tercer espa- [raño, en arte, en po esía. Ángel Ros, el narrador y protagonista de
cio, es decir, de un "otro" espacio donde, posiblemente, se en cuen - su pr imera novela (escrita con Anton io G arcía Porta), Consejos de
tra la evasión de la rutina, del tiempo malgastado mirando una pelí- un discípulo de M orr íson a una fil1ldtico deJoyee, es un delincuente
cula de televisión; el tercer espacio qu e guarda un a promesa, pero cuyos críme nes son la ot ra cara de su ob sesión por escribir una
que los ojos del hombre atónito ante las semejanzas inm edia tas no novela po licial qu e es, en el fondo , el relato donde él mismo parti-
alcanzan ni siquiera a sospechar. cipa. D édalus, el protagonista de la no vela qu e escribe Ángel, es
Es precisamente el espacio de la alteridad , el "otro" espacio un asaltante de ban cos expert o en Jam es Joyce. Realidad de la fic-
po sible el que Bolaño privilegia desde temp rano en su pr áctica poé- ció n y ficción de la realidad son di scursos espec ulares. El relato es
tica, tanto lírica como narrativ a. Es una di mensión donde los ele- un a parod ia d e sí mismo. Al final, cuand o se cree cercado po r la
mentos que la co nciencia racion alista define como reales e imagina- policía en París, Ángel percibe ". . .lo s cuerpos de los polis qu e avan-
rios ent ran en insólitas relaciones y donde los órdenes estab lecidos zaban hacia mí com o pesadill as que surgiera n de los libros" (16 2).
adquieren una fisonomía diferente, de naturaleza esencialmen te po é- La racionalidad no tien e cabida en este espac io po ético: " . . . la cul-
tica, es deci r, regulada por sus mism as exigencias de co nfigurac ión." tu ra a veces es la locura, o co mp rende la locura", reflexio na Auxilio
C ua ndo Pierre Pain visita por primera vez la C línica Arago pa ra co- (Amuleto, 13). La falta que expía Seb asti án Urruti a Lacroix, el cu ra
nocer al moribundo César Vallcjo tiene la sensació n de ingresar a un lb acache , es precisam ente, su preten sión de en fren tarse a este mun -
espacio de indudables con notac iones surrealistas. Es un ed ificio cir- do desde un a perspectiva inadec uada ; ten er la osad ía de enj uiciar
cular qu e semeja los pasillos interiores de una intermi nable to rre d e el mundo de la locura desde la perspectiva de un hombre razona-
Babel donde rod a parece antinatural , com o adv ierte Geá rgette ble y no com pro metido: "Yo no bu sco la co nfrontació n, nunca la
Vallejo. Las luces se encien den y apagan interm itentem ente; los he bu scado , yo bu sco la paz , la responsabilidad de los actos y de las
médico s asumen extrañas actitudes de hostilid ad; las pu ert as pare- palab ras y de los silenci os. Soy un hombre razonable. Siemp re h e
cieran ocu ltarse a los ojos del visitante ; "la sensación de estar en una . sid o un hombre razonabl e" (Nocturno de Chile, 12). La im agen de
galería de art e subió por mis venas hasta co nseguir inmovil izarm e", la pista de hielo co nstruid a en secreto por Enri e Rosquelles en el
recuerda Pierre Pain (34) . Así co mo realidad y arte confund en sus subterráneo del palacio Ben vin gut es un sím bolo pri vilegiado de
tul co ncepción del espacio po ético. Ha cia la pista de hielo co nflu-
IIPor supuesro, esre espacio constituye una realidad ahernariva cuyo acceso consri- yen las h istorias ap arentem ente d iversas de todos los person ajes y
ruye un desafío para la conciencia artística. El delirante Sebasrian Urrutia Lacroix es tambi én sobre su helad a y resplandeciente superficie donde se
escucha el reproche de los escritores: "Cura Ibacachc, cura Ibacache, piense en nues- d efine la d irecció n que asume el destino de cada uno (La pista de
n as ambiciones y en nuestros anhelos, en nuestra sorda condición de hombres y hielo). La admiración de Bolaño hacia los vanguardi stas, saltá ndo -
ciudadanos, de compatriotas y escritores, mientras usted penetra en los pliegues
se la actividad de las gene raciones int ermedias, queda, en este sen-
fantasmagóricos del tiempo, ese tiempo q ue nosotros sólo podemos percibir en rres
dimensiones, pero que en realidad tiene cuatro o tal vez cinco .. ." (Nocturno de tido , am pliame nte ju stifi cada. Su espaci o po éti co es, en el fondo ,
Chik, 70). la recup eración del punto metafísico de los surrealistas, c1 lugar d e

56 57
j os lO P ROMIS Poética de Roberto Bolaño

do nd e to do proviene y ado nd e rodo ha d e regresar par a encontrar márgenes d e la socied ad bu rgu esa, justifica qu e su com po rt am iento
su se ntido. HO siem p re se acomode a las p rescripcio nes d e los valores que fun -

La expe rienc ia vital d e Bolaño, en tregad o ím eg rameme d es- do na n en el interio r d e d ich a so cied ad. La m oral po ética es d iferen-
de su juve nt ud a la actividad literar ia, y su cercan ía estéti ca co n el te en el m un do imaginario creado po r Bo laño. Reflexio nando so b re

vangua rdismo , co ns ti tu yen asimismo las fuentes do nde se o rigi na la las actividades dc lincue nciales d e su pe rsonaje D édalu s, que es a la
co ncepción del poeta materializada en sus textos. La mayoría de los vez su alter ego, Ángel Ro s co ncluye: "¿d e qué puede vivir en este
pe rsonajes que en el interior d e sus relatos funcionan como agentes paí s un estudioso del m ae stro, si además d e te ner orgu llo es
de u na em p resa, o q ue son d epo sita rios d e las sim pad as o afinid ad es au tod idacta?" (Consejos... , 20). Artu ro Bela no recuerda que so lfa
d el na rrado r, so n seña lizados como tales. Los poetas, de sde la época co m p rar libros en la Lib rería de C ristal y en la Lib rería del Sótano.
d el "real visceralisrno" (Los tÚuctives salvajes) co nstituy en u na espe- "Si tenía po co dinero en la prim era, d onde siem p re hahía una m esa
cie d e co frad ía heroica y un tanto enigmática, un a sue rt e d e socie- co n saldo s, si tenía suficiente en la últ im a, qu e era la que tenía las
d ad diferente, una forma de identificación que, de sde el p unto de novedades. Si no te nía dinero, como suced ía a menu do , los so lía
vista de algunas voces narrativas, con llevaba en la juventud también robar ind istintamente en un a u a rra" (" El gusano", Llamadas u ltfiJ-
u na pizca de arrogancia. "Así era Anuro Belano, un pavo rreal pres u- nicas, 72). Algu nn s perso najes de Los detectives salvajes afirman q ue
m ido y to nto. Y el realism o visceral, su ago tad o ra d an za d e amo r Arturo y Ulises Lima vendían droga pa ra fina ncia r su viaje en bús-
hacia m i", recuerda Laura Jáu regui (Los de,mives salvajes, 16 8). El q ued a d e Cesárea Tinajero."
au t éntico pacta es u n p rofesio nal d e la poesía; su trabajo es una Es natu ral ento nces q ue el carácter ru prurisra y subversivo
for ma de tr abajo al Iado de ot ras form as de trab ajo , pero dema nda in he rente a la ac tivid ad po ét ica origine a veces am i-poetas, indiv i-
ciertas exigencias que co nv ierten al poet a en un ser extraño , d iferen- duo s cuya obsesión por la po esía es la m anifestación d e su d csprc-
te. C uand o la recep cion ista del cam p ing Stdla Maris man ifiesta su cio hacia valores como "la di gn id ad, la lib er tad, la rol er an cia"."
in comod idad por el co m po rta m iento d e Ga spar H ered ia, q uie n tr a- Bol añ o denuncia par ódicam en re esta alternativa en el catálogo d e
baja allf co m o vigi lante no cturno , Rem o M o rán , el prop ietario auto res qu e ha recogido en La literatura nazi en América. Refirién-
-quicn también practica la po esía-, la tr anqui liza di ciéndol e que "el d ose a John Lee Bro ok , por ejem plo, d ice el anro loga dor:
m exicano era u n po eta". La recepcio nista "co nt estó q ue su nbvio , el
peruano, también lo era y no se comportaba así. Co mo un zo m bie. El que fuera considerado el mejor de los escrito res de la Herm an-
No quise co n trade ci rla. M eno s aú n cua ndo dij o , m irándose las uñ as, dad Aria y uno de los mejores poetas californianos de finales del
siglo XX aprend ió a leer y escribir en las frías aulas de una prisión
que la poesfa no d ab a nad a. Tenía razón, en el planeta de lo s eu n u-
a la edad de d ieciocho años. Previament e su vida puede definirse
cos felices y los zo mbies, la poes ía no d ab a nad a" (La pista de hielo,
como una sucesión de delitos menores, sin orden ni concierto,
107). propios de un adolescente californiano de raza blanca y de clase
La extrañeza del poeta se ma nifiesta a través de u na sensibi li- baja, perteneciente ,¡. una familia desesrrucrurada (padre descono-
da d y d e co mpo rta mi entos d iferen tes al resto de la so cied ad , pero en cido, madre adolescente y ded icada a trabajos mal remunerados).
el fon do es ante todo la co nsecuencia d e la naturaleza subversiva de
la activid ad que d esarro lla. "Se escribe fuer a d e la ley. Siemp re. Se La histori a d e Carlos Ra m írez H o ffm an es, en este sent id o,
escribe cont ra la ley. No se escribe desd e la ley". 23 Esta co ndi ció n
per iférica del poeta, quien lleva a cabo su ac tivida d situado en los 14 De m ás está recordar aq uí la filiación románt ica liber al del concepto de: poet a <)lIe

se materia liza en los textos de Bolaño.


23 Du nia Gras Miravet, op. nt.. p. 65. l~ " Roberto Bola ño en visita ecu ménica. La literatura no sirve pata nada", op.at.

58 59
Josr:: P RO M I S
Po ética de Roberto Bo la ño

parad igm át ica, razón por la cua l Bo laño decid ió ded icar le u na lecto r im ped irá n un a segunda visita. Fin alm ent e, dos españoles q ue
narración exclusiva «Eurella distante- tra nsfo rmá ndo la en un a h is- lo vigilan celosa me nte le exigen aba nd o na r su propósito en favo r de
tori a q uc, como d icc su pro pio auto r, es "espejo y exp losi ón dc sí lo qu e uno llama el "bien co mú n", térm ino q ue dcfi ne co mo ... . .e!
m ism a". Neruda p uede em bellecer la noche recitando versos a la bien suyo y e! de todos . . . La armonía. .. El eq uilibrio ... Las esferas
luna en el fund o de Farcwell, pero ta m bié n la poesía puede enc u brir esta bilizadas. . . Los túnel es vueltos a rellen ar. .. Las so n risas... " (4 2).
actos criminales como los que tienen lugar en las fiestas pa ra escrito - Vallejo es un crimi nal q ue debe desaparecer no debido al peligro q ue
res q ue ofrece M ar ía Cana les mientras su esposo Ji m m y tortu ra a impl ica su ideo logía revo lucio nar ia y su m ilitancia en el part ido co-
perseguidos po lít icos en el subterráneo de su man sió n (Nocturno de mu nista, sino po rque su poesía es aún más revo lucion ar ia y destruct iva
Chik) , o los q ue ejecuta Carlos W icd er, el anti-poera y asesino de q ue aquéllas. Su poesía es un acto cri mina l porque ame naza soca var
Estrella dutante. lo esta blecido, desm o rona el cano n, fragmenta las im ágenes tra di-
Aun cua ndo felizme nte la pr áct ica poética no siem pre origina cio nales, ho rada la comodidad , pone en jaq ue a la no rmalidad racio-
las desviacion es grotescas q ue pract ican los escrito res nazis de Am é- nalista, todo aq uello que el otro misterioso espa ño l llama tambi én el
rica , su carácter desafia nte y provocad o r la convie rte cn un objeto "sent ido co mú n".
co nde nado a des pertar la suspicacia, el recelo y la sospecha de aq ue- A la luz de las anterio res observaciones se expli ca la marcada
llos a q uienes los escritores modern istas dcno minaban despectiva- p referencia qu e Ro berto Bo laño m ani fiesta hacia la util ización de
mente "el vul go". La afirmac ión de qu e la auté ntica poesía instala un d iscursos co nfesio na les y hacia la forma "negra" de la novela policia-
gesto de ru ptu ra co n los ó rde nes esta blecido s inscribc inequ ívoca- ca. "Esta será una histo ria de terro r. Será un a histo ria policia ca, u n
mente a la escritu ra de Bol año en la tr ad ición rebeld e de los texto s relato de ser ie negra y de terror. Pero no lo parecerá. No lo parecerá
vang uar d istas y, a través de ellos, de los modern istas y ro mánt icos. po rqu e soy yo la q ue lo cuenta. Soy yo la que habla y por eso no lo
La p ráct ica poética es, por naturaleza - y aq uí resid e asim ismo el parecerá. Pero en el fo ndo es la historia de un crime n arroz" (Amule-
peligro de sus "desviacio nes"- un acto "crim inal" porqu c al co loca r to, 11). Co nfesionales son asimis mo los d iscursos de Sebastián Uremia
fren te a los ojos del lector lo qu e éste no qui ere ver ame naza su Lacro ix, los tr es mo nól ogos q ue forman el texto de La pista de hielo,
co mo d idad y desfam iliariza su mundo. En su novela Mo nsieur Pain, y. en la medi da que su narrad or rem em o ra un a ho rrible exp erien cia
Bolañ o transforma la enfermedad y mu ert e de Cés ar Vallejo ~n un de defo rm ac ión poéti ca. tambi én lo es el di scurso d e Est rella
ep isodi o de relato poli ciaco, envo lviéndo lo en un a atmós fera en ig- distante.u,Ambas preferencias se manifiestan de mane ra pr ivilegiad a
mática donde cie rtas fuerzas oscu ras e inn o min adas se o po ne n a que en Los detectives sal vajes. El complejo mund o de n arraci on es
un médico rnesruerisra, Pierrc Pain , intente salvar la vida del ago ni- co n fesio nales qu e co nstituyen su discu rso se sostiene a partir de un a
zante pa cta pcrua no . M adam e Rcyna ud , am iga dc Gc o rgette Vallejo, peripecia ca racteríst ica de novela negra: Artu ro Be!an o y Ulises Lima
le solicita qu e asista a Vallejo. Pierre percibe q ue la petición de la in ician un viaje para descu brir el paradero de C esárea TI najero, la
mu jer esco nde algo m isterioso e inexplicabl c: "Sin em ba rgo hab ía madre de la po esía mexican a, qu e invo lucra a su vez un p ropósito d e
algo q ue no calzaba, qu e intuía en los silenci os de madame Reynaud , reden ció n soc ial, ya q ue Arturo y U lises preten den tamb ién salvar a
en m i pro pio estado sensorial, alerta po r razones q ue desco nod a. un a joven prostitu ta de las manos de su explotado r. Los episod ios
Un malestar extr ao rdin ario su byada detrás de las cosas más ni mi as. relacionados co n el viaje p ropiame nte tal tienen lugar a fines de 1975
C reo q ue vislumbra ba el peligro, pero ignoraba su natu raleza" (23).
Pese a la hostil idad qu e encuent ra a su paso, Pierre logra visita r al 16 Asimismo, numerosos cuentos de Bolaño están narrados desde un punto de vista

ago n izante y descubre que puede salvarlo, pero a pa rti r de ese mo - interior por la voz de un personaje que a su vez ha participado en las peripecias
mento una serie de ob stácu los inco m prcnsibles par a Pierre y para el relatad as.

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Jos!". P RO M I " Po ética de Rober to Bolaño

y co mienzos de 1976, pero el tiempo toral de la histori a se extiende Fau lkner, . . " .28 Es en la ut ilizació n de d et erm in ados aspectos del
aproximadam ente veinte añ os a través de los relatos de numerosos modelo q ue ofrece la no vela negra don de Bolaño ha enco nt rado la
perso najes que co noc iero n a Artu ro y Ul ises en la época del viaje o fo rma narrati va q ue le ha perm itido co nfig urar un m undo imagina-
en los años sub sigu ientes. Sus test imon ios co mprue ba n que la bú s- rio cuyas raíces má s le ja nas se e ncuent ran en lo s princ ip io s
q ueda nunca ha cesad o po rq ue la poesía es, en definitiva, un a fo rm a vang ua rd istas de la décad a d e los veinte, adq uieren vigo r en los años
de existi r. mexican os del " infrarrealisrno" y se co nsolida n a través de una prá c-
La atracción de Bolaño hacia la for ma narrativa de la novela tica lit erari a pcrson alísim a q ue lo ha conven ido , sin duda. en uno de
negra es la últ im a anoració n q ue q uisiéramos mencio nar aq u í para los nar radores hispanoh ablantes más notables de este nuevo período
aludir a su cercanía co n la sensib ilida d vanguardi sta.F No de be mo s finisecular.
olvi da r qu e el llamado bard-boiled ame ricano, tr aducido despu és
corno "no vela negra" en castellano, co nst ituyó la otra cara, el reverso
popular - pero no menos agresivo, rupturis ra, revol ucio nario y no -
vedoso - de la renovación narrat iva q ue significó la obra de Jam es
Joyce, Erns t H emingway, Will iam Faul kner, John Dos Passos o V ir-
ginia Woo l( En los m ismos años cuando estos nar rado res ro mpía n
co n las form as de ver, int erpretar y escribir im pu estas por la tra d i-
ció n positivista, los Fu ndado res del hara-boiled reaccio naban parale-
lament e contra la práctica de la novela poli cial de "cuarto cerrado"
heredera del racio nalismo decimo nón ico , y dem ostraban q ue el cri-
men no es asu nto de inteligencia sino sínto ma de u n p rofund o y, a
veces irreparable, deseq uilib rio social. La décad a de los años veinte y
trein ta no sólo está marcada po r la aparició n de las novelas de Joyce,
H emingway, Faulkncr y de otros vangua rdi stas q ue im po nen las
nuevas no rmas del relato prestigioso; tam bién en estos años ~e pu-
blican los cuen tos d e la revista Black Masle, las no velas de D ashicl l
H amm etr y las del más impor tante de sus discípulos, Raym ond
C hand ler. Co n razón afirma Luis C ern uda prologando un a ed ición
españo la de Cosecha roja: "En sus mo ment os mejores [Ham rnet t]
nos parece superio r a o tro s escrito res qu e pasan po r estar dest inado s
a so brevivir a su tiem po, co mo po r ejemp lo H emi ngway y hasta

11 La atracción que siente Bolaño hacia determ inados aspectoSde la nuvda negra se

rnanillesea, po r ejemplo, en la caracterización del detective q ue apar~ en &t1Y/Ja


diJ"mt~. en la presentación del crimen como secuencia sin desenlace, en la relación
crimen y desequilibrio social. en sus caracterizaciones anti -can ónicas del delicuenre,
etc. Pero también sus poemas dan cuenta de esta simpatía. la figura de los detectives 28 Luis Ccrn uda, "Prólogo" a D ashiell H amm err, Cos~cha roja. Madrid . Alianza
derrotados, pur ejem plo, ocu pa varios textos de Losp<TTOS romdnticos. Ed itorial. 2000.

62
GR fNOR R OJo

Sobre Los detectives salvajes

La historia de "un bajel perdido que bus ca po r los m ares mediterrá-


neo s una isla querida", reflexio na Balrasar Espinoza, el protagonista
de "El Evangelio según Marcos" de Borges, es una de las do s "q ue los
ho m br es, a lo lar go del tiem po , han repetido siem p re" (la otra es la
de "un d ios qu e se hace cru cificar en el GÓlgota").l C o mo sabemos,
esa búsqueda en la q ue el pe rsonaje de Surges está pensando es, ha
sido objeto en la historia de la cultura de O ccidente de u n sinnúme-
ro de varia ciones. U na de ellas, de las más co m unes, es por sup uesto
la freudiana del retorno a la madre. La isla perdida, en cuyo recobro
se empeña el bajel d e Ulises en la cita el autor d e El informe de
Brodie. no es, en el co n texto psicoanalíti co . otra cosa que u na metá-
fora de aq uel hueco materno del quc la amenaza de la castr ació n no s
separó en el origen. Pero también a ese reto rn o arquetípi co se le
asoci an toda clase de co rrespo nde ncias: "La Revo lució n es una bú s-
queda de no sotros m ismos y un reg reso a la madre". pro rr um pe
Octavio Paz al ter m inar el capítu lo sexto de El laberinto de la sole-
dad, y añ ade: "la Revol ució n es un exceso y un gasto, un llegar a los
ext remos , un estallido de alegría y desamparo, un grito de o rfan-
dad y de júbilo , d e suicidio y de vida, to do mezclado l..] apenas sí
t iene id eas. Es un estallido d e la rea lidad : un a revuelta y un a
comu nión , un t rasegar viejas sustanci as do rmidas, u n salir al aire

J Jor ge Luis Borges, "El Evangelio según Marcos", El informe de Brodie en Obras
completas, Buenos Aires, Emec é, 1974, p. 1070.
<; rHNO R ROJo Sobre Los detectives salvajes

m uchas ferocidades, mu cha s te rn u ras y much as finuras o cu lta s Lima , habiendo reinvenrado en su pro pio tiempo el "real visceralismo "
po r el miedo de ser".2 y habi éndolo co nvert ido en la bandera de lucha de una gener aci ón
Recuerdo esto porque una variante más de la estructu ra cn la de Iitemti todavía en barbecho, juma co n otros dos per sonajes de
qu e incid en , cada u no a su manera , tanto Borges co mo Paz es la q ue im po rta ncia secundaria pero no insignificantc, se enca raman en el
en pri ncipio, si b ien sólo en principio, mo rga su form a a Los tÚucti - Impala dc último mod elo y se echa n al cam ino co n el fin de dar co n
ves salvajes, la notable y muy merecidamente premi ad a novel a que el paradero de la madre mitológica del movimi ento. Ellos so n los
Rob erto Bolaño publicó en 1998 y en tomo la cual a mí me interesa héroes de la novela de Bolaño. El que Uliscs se llam e Uliscs y qu e el
organi zar un as pocas ideas en lo qu e sigue de esrc artículo. Por lo nombrc de Arturo Belan o se parezca dem asiado descarad amente al
pronto, tam bién la no vela de Bo laño es la historia de un a búsqued a, del auto r de Los detectives salvajes no so n , de más está decirl o, dat os
no en el "bajel" de Borges, ni en los caballos y los tren es de la Revo- casuales ni menos aú n desd eñabl es.
lució n M exican a de Paz, pero sí en un Ford 1m pala "último modelo, En realid ad , Bclan o y Lim a, a quienes no cabe duda de que
de co lor blanco">, q ue arranca de la capital de M éxico po co d espu és Bolaño co nc ibió te niendo en cue nta la larga y glo riosa tradi ción de
del Año N uevo de 1976 y enfila con rumbo al norte del país. hacia los pares en la nar rativa mod erna, so n la ca ra y el sello de una mism a
los par ajes desérti cos y los pu eblos fantasm ales del estado de So no ra, moneda: el blan co y el negro , el yin y el yan, el chileno y el mexica-
tr atando de en contrar en aq uel sitio a su ob jeto querido y perd ido . no, Don Quijote y Sancho Panza, Sherlock y Watson, Lonn rot y
Ese o bjeto es, en esrc caso, un a po cta [' poerisa", se deda enton ces) Scha rlach, Didi y Gag o. Palla y Lueky, H am m y C lov. En el fondo .
de la d écad a del veinte, alia d a al g r u po de van guard ia de los estamos hab lando aq uí de un so lo personaje, de un mu chacho co n
estridentistas (Manu el M ap les Arce, Germán List Arzubide, Arquel es una inteligencia po co co m ún , un a imagi naci ón de sbordante y una
Vela y algunos otros), pero que los antecediera a todo s ellos, actuan- verba inexhaustible y de registro m uy amplio (" heteroglósico", di-
do por cuenta propia, nada más qu e con su instinto in falible de rían co n seguridad los bajtiniano s) que ent re 1973 y 1976 deci de ser
fundadora absoluta y, lo q ue es más ext rao rdi na rio, en la perife ria de escritor y qu c para serlo se da cuenta de q ue t iene q ue hacerse cargo
la periferia. Pero ocurre que, después de dar nacim iento a la secta d e p rim ero de un cierto legad o. Eso oc urre por dos o tres razon es más o
los "real visccralisras'', q ue históri cam ente debiera ser la pri mera de menos claras: porque él mism o viene de vuelta de un desen gañ o
las secta s de vanguard ia de M éxico (los estrid enti sras se hac~n pr e- person al e histó rico de proporcion es (y ya no s ocuparem os del signi-
sente po r p rim era vez en la escena liter aria en J 92 J), de producir el ficado qu e esto tiene en la novela más adela nte), porque ha sido
único n úmero de la revista Caborca, de mudarse a la capital y de ed ucado en la tr ad ición modern a del ru pru rismo y nad a de lo q ue
pasar una tempo rada en co m pañía de los est ridenrisras, esa muj er ob serva en la literatura q ue se prod uce enro nces alrededor suyo lo
desaparece sin dejar rastros. No s referimos a Cesárea T inajero, qu ien satisface (de hech o él y su cuate Lima se convierte n en el terror de las
en la novela de Bolaño abando na el D F en en el segu ndo lustro de la p resentacio nes p úblicas de los escritores mexicanos de la coyuntura)
década de mar ras y sin q ue se vuelva a tener noticias de ella. Pasado y, más importante aún , porque nad ie, en ningún orden de cosas y
medi o siglo, un par de aprendices de escritor, Arturo Belano y U lises mucho menos en el orden de la literatura, es un hijo de sí mismo. En
un capítulo famo so de 197 5. dedicado a trazar el p roceso de la for-
z Octavio Paz. El lab~r;nto tk la sokdad, en H laberinta d~ la sokdad, Postdada y mación del sujeto poeta, "Poeric Origins and Final Phases", Harold
Vu~/ra a Ellak rinto tk la sokdlld, México. Fondo de Cu ltura Económica. 1981. p. Bloom aplicó. tambi én él. el modelo edípico freud iano : el joven
162.
poeta, el "efebo" para Bloom, se sumerge al principi o de su carrera,
} Roberto Bolaño. LostÚu ct;l/NsallJt1ja. Barcelona. Anagrama. 1998, p. 135. Nues-
tras otT2S citas de la novela de Bolaño pertenecen a la misma edición y de ellas arguye él, en el "mar de la poesía" y avanza después de eso hacia la
daremos sólo el núme ro de página. identificación de un "precurso r". En un a te rcera etapa, se saca de

66
G R(N O R ROJo Sobre Losdetectives salvaj es

enc ima a su precu rsor para llegar a ser él m ismo. Finalm ente, ya en (co m o an tes lo hi cieran Rimbaud en Áfri ca y Cesá rea Tinajero en
posesión de su person a, de sus aptitudes y recu rsos, y a la vista de el norte de México) en algún lugar (iY có m o no!) de la geografía
un a obra de co nside ración ya realizada, se instala en el lugar qu e le africana.
cor respo nde dentro del qu e Elio r pensó como el mu sco ideal d e los Volver a la madre es, pues, la co ns igna durante el ep isod io que
po etas." otorga su forma a la acció n central de Los detectives salvajes. N os
Se trataría ento nces de pasar, en e! centro de la cro nologí a referimos al perip lo q ue los cua tro o cupantes del Ford Im pala llevan
profunda de la novela d e Bol año, d esde la primera a la segunda de a ca bo ent re el 2 de ene ro y el 1 de febrero de 1976. Y esto sin
las cuat ro fases de Bloom : desde el "mar de la literatura" a la identi- perjuicio de que el tiempo co m p leto de la novel a de Bolaño incluya
ficación de un "precu rso r" o más bien, en esta oportunidad . de un a ad em ás un a dobl e prehi sto ria, qu e en su p rim era parte va del 73 al
"prec urso ra" (el d isti ngo no es irrelevante: en el psicoan álisis la ma - 75 y de la q uc sabe rnos sob re cado a tr avés del testimonio de la
d re qu e es pad re es madre fálica y en la antro po log ía chilena, la de po eti sa urugu aya exiliad a en M éxico Auxilio Lacoururc ("yo co nocí
So nia Montecin o y Jorge G uzmán, es la madre del ciuda no nacion al a Arturo Bela no cua ndo él tenía di eciséis años y era un niño tímido
po r excelenc ia, que es "el huacho"). , D ó nde? Obviam ente, en los y no sabía beber", 190) y qu e en [a segunda aba rca Jos do s meses
co mienzos de la literatura mod ern a en el país en qu e el pro tagonista finales de 1975 y no s llega a tr avés de la voz del joven po et a Juan
está haciendo po r aq uellos años sus primeras ar mas , esto es, en M éxi- Ga rcía M adero, el últim o en incorporarse a la segunda ronda de los
co. Pero también en los co mienzos de la literatur a mod erna en Amé- real visceralisras. En verda d, hay que dejar co nsta ncia en este punto
rica Latina y aun en los co m ienzos de la literatu ra mod erna en O cci- de nuestro artículo que esa voz de G arcía M adero es la que introd u-
dente. al meno s si aq uella en la cual esta mos pens ando es la qu e se ce y cierra autobiog ráfica y cro nfsticamente la d isposición exte rna
inaugura en Franc ia a medi ado s del siglo XIX. Belan o y Lim a mi - de la no vela; qu e Ga rcía Madero , en cuan ca person ajel narr ador, en
ma n co n frecuencia a Paul Verlaine y Art hur Rim baud (Belano, co mo el marco de una no vela qu e elude co mo al demonio el empleo de la
el poe ta de Une Saíson en enftr, se llama también Arturo), sin much a narración en tercera person a, es por eso un desplazami ento y en
o rigin alid ad pero co n abunda ncia de desp arpajo y buen h umo r. cierto mod o ta m b ién un desdoblam iento de Belano y Lim a, e! en-
H acen , ellos y/o sus seguido res, todo cua nto el para dig ma de la lite- carga do de poner sus peripecias y las de los dem ás en letras de m ol-
ratura "deses perada" recomienda y requie re y aun algo más. l'{o sólo de, "desde ade nt ro" y "desde afue ra", du rante el turning point del
eso, sino qu e esta teo ría de la liter atura "desesperada", por o posici ó n proyecto de recobro. A todo lo anterior se añade un a po sthi storia,
a la literatu ra "tranq uila. serena . co mpleta", Bol año la pone estra té- entre 1976 y 1996, qu e es la que cu bre las do s fases que restan en el
gica y oximoró nica me nte en bo ca del loco Joaq uín Fonr: si la p rim e- esq uema freud iano de Bloom. En total, un tie m po de veintit rés año s:
ra se dirige a "un lecto r ado lescente" o a "un adulto inmad uro, aco- en tre la adol escen cia de un Belano que de spu és de ir a C hile "a hacer
bardado , con los nervio s a flor de piel", "el típi co pendejo (perdo- la revo lución " en cI 73 , vuelve a M éxico pero "ya no era el mismo"
nen la expresión) q ue se su icidaba después de leer el Werther", la (Laco ururc), y un Belano ya maduro, de cuarenta y tantos años,
segunda es la qu e preferirá un lector "co n ojo crít ico, sin co m plici- escrito r de novel as y listo para desvanecerse en med io de las guerras
dades abs urdas o lam entables, co n desap asionam iento" (202). Y en civiles de Monrovia.
cuanto a Bclano, habiendo co m pletad o el pro ceso de su ap rendiza je En cua nto a la gran madre, qu e es término de la búsq ueda de!
en los desgarros de la literatura desesp erada a la que Fo nt hace alu- pr im er plano , a la m isterio sa Cesárea T inajero , yo la leo como el
sión y desp ués de escribir tres o cuatro novelas, hacia 1996 desa parece punto cero de la modernidad literaria mexican a, latinoam eri cana y
m undi al, a la qu e Bclano retorna ant es de poner en m archa su pro-
4 H arold Bloom , A Map ofMisreading, New York, Oxford University Press, 197 5. pia máq uina discu rsiva. M ás pr ecisam ente y pa ra seguirle de nuevo

68 69
G H fNOR ROJo Sob re Los detectives salvajes

el juego a Paz: en un tiempo de descontento personal e histórico y desean cumplir con su comerido eficazmente. En un a casa laberínti ca
en el qu e por otra part e el quehacer con la literatura (y no só lo con la y ent re las brumas de un a borrachera magnífi ca, en la qu e se cons u-
literatu ra) parece moverse ya sin rumbo y sin ene rgía, en M éxico, en men bo tellas y m ás bot ellas d e tequila y mezcal, Salvatierra les ent re-
América Latina y en tod as partes, lo qu e se im pon e es un regreso al ga a los fut uro s viajeros la info rmación qu e ellos agua rda n para po -
lugar de la parti da co n el fin de proceder ahí , aunque sello sea para nerse en camilla .
desecharlo después, a un reclamo de la pieza qu e en ese pasado hoy No ten go que decir qu e ni el viaje de Belan o y Lima a "los
día mít ico hizo las veces de mold e. C uando no hay nad ie a qu ien desier tos de Sonora", ni su encuentro con Cesárea Tinajero. meno s
acud ir en el pn:sente, el retorno al pasado se convierte en una op - to davía los escritos de la muj er, éstos a med io cam ino en tre el chiste
ción razonable. y la pu erilidad, son realmente impo rtantes. La mu chach a qu e en los
En efecto, podría arg umentarse q ue el acont ecimient o del q ue años veinte tacon eab a por el Zócalo del DE ágil y ai rosa, "con tanta
surge la novela de Bolaño y del qu e se deja constancia en la novela p risa co mo si acudiera tard e a una cita de enamo rado s" (Ibid.). me-
m isma (y yo no du do qu e se trata de un suceso qu e no es muy d is- dio siglo despu és, en Jos año s novent a. y al cabo de una biografía
tint o a ot ro qu e ha de haber tenido lugar en la realidad no ficticia) es bu fon esca, se ha tran sform ado en un a lavandera de pu eblo qu e es
el que t iene lugar durante la larga noche de los prim eros días de como "una roca o un elefan te. Sus nalgas era n enormes y se m ovían
enero de 1976 (en rigor, tien e que haber sido el 1 de enero, no puede al rit mo qu e sus brazos, dos tro ncos de roble, im primían al restrega-
haber sido despu és), cuando Belano y Lima ent revistan a Amadeo do y enjuagado de la ropa" (602) . C omo si eso no bastase, C esárea se
Salvatierra, el últim o de los estr iden risras (nueva barería de ecos, hace presente por esta {m ica vez entre el person al de la novela de
d icho sea de paso: si Belano rep ite a Art h ur Rimba ud y a Cesárea Bolaño pero sólo para ser expulsada de in med iato , lo qu e ocu rre
T inajero con variacion es, Ga rcía Madero repite también con las co- durante el curso de un a riñ a qu e es tan bufonesca como su propia
rrespondientes variacio nes a Amadeo Salvatierra. ya que am bos per- vida y q ue oste nsibleme nt e es la parodia de un relato policial de
tenecen a la clase de los person ajes "testigos", de los qu e desp ués de tercera o cua rta clase o de un a película mexican a de los años cuaren-
ocurridos los hecho s perman ecen en la escena del crimen par a d ar ta. Mu cre sin haber dado a conocer ni un a lín ea del misterio qu e se
testimon io de lo qu e ahí suced ió). Esa ent revista, en la que la bús- supone qu e enc ierra.
qu eda de los "detectives salvajes" se encue nt ra ya p refiguradg y q ue ¿Una bro ma? Sí y no. Sí, porque no cabe d uda de qu e en éste,
al lecto r de la novela se le entrega subd ivid ida en un serie de trece como en mu chos otros aspectos de su novela, Roberto Bola ño cstd
secciones. pun tea t ransversalment e la segunda secuencia, la más lar- festÍn ando al arquet ipo . C on la qu e probab lemente es la categoría
ga y enjund iosa de las tres qu e constit uyen el orden lineal de la na- estética más de su gusto , la que mejor se aco moda a sus preferencias
rración . Durant e su tran scurso. do n Ama deo , qu e fue am igo y co m- y pro pó sitos. la de un a ironía mordaz, qu e a menudo deriva en sar-
pañero de ruta de M aples Arce, de List y de Vela, qu e recuer da a casmo sin contemplacio nes y sin transiciones, Bolaño se burla del
C esárea T inajero, qu e era un a mu chacha "de veint iranros añ os en la moti vo tr ad ici on al d e la b úsqued a, se burla d e su var ian te
década del veint e" (24 2), la secretaria por ese ent onces del gene ral psicoanallrica y se burla en fin de los rituales más sacrosant os del
Diego C arvajal, y qu e conserva el ú n ico ejemplar de la revista qu e la arte y la literatu ra modern os. Inclu so la figu ra de ti naja primitiva
m ujer publ icó, se tran sform a en el pu en te, casi me atrevo a escribir con la qu e Ga rcía M adero retrata a C esárea Tinajero, cuando los
en el túnel del tiempo. qu e conduce a Bclano y a Lima hasta su viajeros la descubren finalm ente en el p ueblo de Villaviciosa, qu e es
enc uent ro con ese pasado cuya re-visita ellos se han propuesto de una caricatura de la "diosa madre" de la que habla Campbell y que
ant emano o, mejor d icho. es qui en desempeña ahí las funciones de aparece por ejemplo en las piezas de la colección de M arija G imbutas,
dios de la pu erta qu e los juveniles ten drán qu e cruzar si es qu e con stituye un bu en aporte al festin eo.

70 71
GRINOR ROJo Sobre Los detectites sa/vajt"S

No, en camb io, porque si tom amos en serio las recomenda- tambi én de la novela . cuya im agen virtual planea sobre bu ena parte
ciones de Freud y Bloo m, al precursor bloomiano es preciso descu- del relato y qu ien finalm ente aparece en person a en un a anotación
brirlo, seguirlo y por fin matarlo. C ondició n para la vida y q uehacer que hace su secretaria en octubre del 95, es el más celeb rado de sus
del joven poeta, para el sacud im ient o defini tivo de su condición representantes. Paz fue, históricamente, el vanguardista por excelen-
p rim eriza y d ismin uida, de su condició n de "efebo", es, desde este cia y el de más larga d uración (por cierro, quedan otros tod avía pero
otro punto de vista, la elimin ación del p recu rsor. de m enor calibre). Fue, si se me permite decirl e de esta man era, la
Pero, ¿qué significa aq uí esa mu erre? ¿Q ué significa en la no- C esárea TI najero mascul ina, longeva, resperable y sobre todo activa
vela Los detectives salvajn del escritor Roberto Bolaño la mu erte de del arte y la literatura d e la vangua rdia m exicana, latinoamericana y
Cesárea Tinajero , ocurrida el 10 de feb rero de 1976, exactam ente un hasta pudiera ser que mundial. Co ntra la herencia de Paz entonces
mes despu és qu e Amadeo Salvatierra les hablara de ella a Bclano y a (J, mejor dic ho , en el espacio histórico qu e se ab re co n posterioridad

Lima y les mo strara "el primer y último número de Caborca, la revis- al vaciamiento de esa heren cia, despué s de la mu erte de las vanguar-
ta qu e sacó Cesárea, el órgano oficial, como qui en d ice, del realismo di as y de la estética q ue ellas mi sm as o sus varias reedi ciones
visceral"? (270). Está claro q ue la revista que Amad eo les extiende a (posrvanguardistas, neovanguardistas, rran svanguardisras, erc.) de-
los mu chachos aq uella noche es un testam ent o a la vez qu e u na en- fendi eron, se alza o quiere alzarse la obra entera de Rob ert o Bolaño
comie nda , es la cue nt a qu e la fund ado ra infalible y absoluta del real y de la cual su novela del 98 es, como dirían C risróbal Colón y
visceralismo rind e sobre sus propias act ividades en los domin ios d el To más H arris, ni más ni men os que un "d iario de viaje".
arte y la tarea que en ese m ismo sentido les asigna a sus discíp ulos y algo más: el joven Anuro Bclano, recuérdese, viaja a C hile en el
futuros. C onstituye, por lo tanto, el establecim iento de una trad i- 73 "a hacer la revolución". El proyecto revolucionario de la década del
ción y la fijació n de un destino, por lo qu e la mu erte de Tinajero sesenta tiene validez toda vía para ese muchacho a la sazón con menos de
importa nada menos qu e la no admisión ni de un a ni de otro. M ás veinte años en el cuerpo. En C hile, según nos lo refiere la uruguaya
que causa de una muerte, al balazo qu e Ie quita la vida ten ernos qu e Lacourure, "había cumplido". Y sigue después: "ese me lo contó su her-
interpretarlo noso t ros co mo el di spo sitivo eficaz de un ritu al mana . Artu rito había cump lido y su conciencia, su terrible conciencia
exorc ísrico. Lima/Bclan o/ Bolaño qu edan desde aho ra en adelan te de machito latinoamericano, en tcoría no tenía nada que reprocharsc.
libres para realizar su pro pia ob ra, si es qu e tiene n el talento y la Se había presentado corno voluntario el 11 de septiembre. Había hecho
energía para hacerlo, y que es la qu e event ualmen te debiera co nd u- una guardia absurda en una calle vacía. H abía salido de noche, había
cirlo/s hasta las puertas del musco ideal de los poetas . H a/n asistido visto cosas, luego, días después, en un control policial había caído dete-
a (han provocado, en verdad) la muerte de su p recu rsora y acerca de nido. No lo torturaro n, pero estuvo p reso unos d ías y du rante esos
ello no hay más que decir. Escí/n ahora listo/s para ingresar en la días se comportó co mo un hombre" (196).
tercera fase del esq uem a de Bloom, aquella en la qu e el joven poeta Cierto, pero no es menos cie rto q ue cua ndo Anuriro, el
ya no lo es más ("Yo también fui un poeta joven" se titula un bello "ruachiro latinoam ericano" del 11 de sep tiembre de 1973 , volvió a
poem a de Javier Campos) y se transform a en un escritor profes ional. M éxico "ya no era el mismo. Come nzó a salir co n otros, gente más
Pero, ¿de q ué clase de escritor estamos habland o? jovcn qu e él, mo cosos de d ieciséis años , de diecisiete, de dieciocho,
La muert e de Cesárea l inajero, primera vanguardista de M éxi- co noció a Ulises Lim a (mala com pañía, pensé, cuando lo vi), co-
co, es, esencialmente, en la novela que nos ha p roporcion ado Rober- menzó a reírse de sus ant iguo s amigos, a perdonarles la vida, a m i-
to Bola ño, la mu ert e de un a cierta manera de co nceb irse el escritor a rarlo tod o como si fuera el D an te y acabara de volver del Infiern o"
sí mismo y de co ncebi r su creación. Es, en bu enas cuentas, la m uer- (Ibid.). Belano , de regreso d e la empresa revolu cion aria y ¡al/ida d e
te de un arte y u na literatura de los que O crav io Paz, personaje C hile, es pues "otro". Algo hay ah í que se quebró y algo hay ahí que

72 73
G Rf NO R ROJo Sobre LOl detatiua salvajes

lo reemplaza. El q ue vuelve del infiern o de C h ile es un ind ividuo hoy por hoy" y. po r últ imo, advierte qu e hubo otro grupo de real
qu e no cree ya en lo que creyó y qu e po r lo mismo no quiere sabe r visccralistas, "allá por los añ os veinte, los real visceralisras del norte"
nad a no sólo de sus mayores sino qu e ni siquiera de sus contem porá- y qu e la iden tida d de unos con otros "no fue un a coincidencia. M ás
neos, de los q ue se burla y a los cua les, co n desprecio cariño so, les bien fue un hom en aje. Una señal. Una resp uesta" (550-55 1).
"perdona la vida". Ent re veras y brom as, esta anotación de G arcía Grajales (García
C aemos así en la cue nt a de qu e el ep isod io de pr incip ios del ( ;rajales, el historiador de la literatu ra de 1996 , el académ ico de la
76 impo rta en la novela que Icemo s, por la vía de un festi neo impla- Universidad de Pach uca, ¿es el mismo García M adero, el cronista de
cable, no sólo el exorcismo de un a opción persona l y estética sino 1976, quien perm anece en el norte de México después de que Helano /
también un paso clave y definitivo con el cual se com pleta el exor- I.ima se han regresad o al DF y del quc no existen info rmacion es
cismo de un a histori a. Bclan o/Bol año le d ice ad ios co n ese episod io sobre su vida po sterior ni tampoco ante ceden tes qu e dem uestren su
a la figura nutricia de C esárea Tinajero , es decir, a un a cierra expe- per tenen cia al movi miento ?) da cue nt a del significado si es qu e no
riencia de la mod ernidad y qu e a lo peor, para él, es la modern idad de la totalidad de la novela de Bolaño , al menos de la parte que llega
propiamente d icha, supo niendo que ella, por lo menos en nu estr a " su término el I de febrero de 1976. A las últim as lineas de su
part e del mundo, sería la que inau guran las vangua rd ias estéticas y testim oni o, qu e sugieren u n "homenaje". una "señal" y un a "res-
políticas en la segunda y tercera décadas del siglo XX. En su novela, pu esta" hab ría qu e co ncede rles pu es tod o el valor qu e ellas po seen .
ése es el proyecto al q ue se le pone un a lápida. Bclano/ Lim a valn Lo n uevo es la per sp ectiv a desintegrad a, d esarra igada y
entonces a Sonora no a enco nt rarse co n C esárea TIn ajero, para que globalizada qu e hace p resa de la co nciencia del pro tagon ista d urante
ésta le/s comu niq ue lo qu e presuntamente sabe y que éllel los po- c1 lapso q ue sigue a fcbrero del 76. Esto es, sus desplazam ientos por
dría/ n reeditar y co nt inuar, sino a sacársela de encima de un a sola y el mundo, las ciudades (México, algún coll'[,( 10 W ll del Medi o O este
buena vez; va/ n a darle su tiro de gracia, a ella y a todo lo que ella norteamericano, Barcelon a, Parí s, Londres, San D iego, Tel Aviv,
significa. Por otra part e e! viaje a Sonora rep rodu ce, dos añ os y me- l.uand a. Freerown , Monrovia, Roma, Madrid, M an agua, y eso sin
d io despu és y también con las variaciones de! caso, el viaje de Belano conta r pucblos peq ueñ os qu e apenas tienen un sitio en el mapa), los
a Chi le en 1973 . Si algo muere en Chile en septiemb re del 73 , algo co nt inentes (América, Eu ropa, Africa), la acumulación de cxpericn-
mu cre tamb ién en Sonora en ene ro del 76 . Una cosa y la ot rg art icu- d a, los amores (el amor q ue Belan o/ Lim a siente/u por la neur óti ca
lan un roda coherente de historia, de cultura, de política y de art e. Edith /Cl audia), los dolores (la pérd ida de Edit h/Claud ia} , las cnfcr-
La anoració n con la que se cierra la cronología interna de la novela, u-ed ad es (la pancrcariris del Belano maduro), las degradacion es (la
el último tiempo marcado en ella, perten ece a un académ ico menor de Ulises Lima) y las mu chas muertes (la del imponderable Piel Di-
de la Un iversidad de Pach uca, Ernesto Ga rda G rajales, y qu ien de- vina, entre ot ras). Ma terial de vida, material de novela. Al fin y al
clara ser "El único estu dioso de los real visceralistas q ue existe en GIbo, esta part e del relato d e Bolañ o es la qu e contiene la verdadera
México y, si me apura, en el mundo". Resume los elementos esen- novela cn el sent ido en qu e entend ía el d eber ser de la literat ura el
ciales del proyecto, considera que "no es malo estu d iar cierto s aspec- loco Jo aq uín Font. Mejor dicho, es la que contie ne la materia prima
tos de nu estra poesía más rabiosamente moderna", señala luego q ue de la produ cción futura de un narrado r de dor es excepcionales y qu e
él es «el ún ico qu e se int eresa por este tem a", ya qu e "casi nad ie los tal como viene la mano podría ser el cua rto más imp or tante en la
recuerda. Mu chos de ellos han mu ert o. D e otros no se sabe nada , historia de la literatura de nuestro país.
desaparecieron", ofrece en seguida un a lista de los int egrantes del
mov imient o, del que dice estar en po sesión de los documen tos rest i-
moni ales, "sus revistas, sus pan fleto s, do cum entos inenco nrrables

74 75
EN LAS FRONTE RAS DE LA NO VELA

/
ÁLVARO BI 5AMA

Todos so m os monstruos

FANOOM

Un preámbulo a m anera d e co n fesió n : em pe cé a creerle a Roberto


Bo laño en la págin a 423 de Los detectives salvaj es. Ahí Felipe Mü ller
- u na m ás d e las decenas d e voces que puebl an la novela- narra un
relato deTheodo re Stu rgeon qu e le ha contado a su vez Artu ro Belano,
el ch ileno /poeta/ esp ectro qu e es uno de los héro es del libro. M iiller,
el perso naje pa rafrasea m al y pe or a Srurgeo n que a esas alt u ras es
un a pr esencia inesperada (un escritor de ciencia ficción q ue practi-
caba el nudismo y q ue podía escr ibir co n ternura d e temas tan tr istes
co mo los mu ran res o el in cesto ) en u n libro so bre las co nd enas y
red en cion es que pued e ten er la p oesía co mo te ma cen tra l o bandera
de luch a. "Cuand o hay esperanza , cuando hay amo r", ese es el nom-
bre del relato. pert en ece a un a ed ición especial de Fantasy 6-Sciencie
Pictíon de autores consagrados (se incluían entre ot ros a Bradbu ry,
Asimovy Leiber) y es un cuento largo o un a nouvellecorta qu e Müller,
casi com o un hom en aje al escurrid izo Bclano y a su recuerdo tam -
bién móvil, glosa equivo cadamente a propósito, om ite detalles, yerra
co n los momentos climáticos y por sup uesto int erviene en el final;
algo qu e para m í y a esas alt uras, ya no importa. Bolaño ha inserto a
Sturgeo n en un a novela respecto a la trascend en cia de la po esía y
desde mi perspectiva, la suerte -el destin o de descubrir a un aut or
ch ileno que sí t ien e cosas qu e decir- está echada.
Así que, cerrado el libro y con la perspectiva de un uni verso
/

79
Á LVAR O B l 5A M A Todos somos monstruos

Bolaño por descubrir me he vuelto faná tico e int uyo que la mo raleja perdid os en Latinoa mé rica, un a ciudad de M éxico espectral, la road
co n la que M üller termina su narra ción ("Si un o junt a lo sublime mouie de un a gene ració n qu e tran sita de páramo desolado en pára-
co n lo siniestro, el result ado al final es siniestro. ¿No ?") es terrible- mo desolad o. detect ives políticos, un m emor ial de Moan a Pozzi y
ment e cierta y me daré cuenta a lo largo de los meses siguientes . Jo hn Holmes, m ás poe tas, esta vez asesino s, nazis de tercera. gent e
cuan do devo re el resto de su obra. qu e practica el sexo co n los libros, el fanta sma de En rique Lihn,
Roberto Bolaño es sublime. Neruda como un ído lo popo Donoso, Jodorowsky, un Ocravio paz
Roberto Bolaño es siniestro. terminal, locos. artistas y crimin ales, héroes, mu jeres anoréxicas, bebés
Bien , supo ngo que lo anterior ent ra en el tema de lo ext raño, sostenidos en los brazos de H itler, Barcelon a, la India, la figura del
en el sende ro pant anoso de la relación ent re un lecto r y sus libros, pad re, asesinos en serie. asesinos ocasionales, crim inales a secas, un
pero no me deja de sorprende r que a la ho ra de escribir sobre Bolaño tipo de marihuana llamad a golde n acapulco, la presencia turbia de
(y aquí voy a int ent ar hablar de sólo dos o tres de sus libro s: La sec retos in confesab les. imp o tencia. sado m asoq u ism o , sodo m ía,
literatura nazi ro América, el spin offqu e es Estrella distante y Noctur- torturadores y to rturado s. fascistas, Pinochet , la Ju m a. el 68 mexica-
no de Chi/~I) un o term ine por jugarse a veces a un a lectura m ás no, el 73 chileno, el fracaso vital de los m alos escritores, la derro ta
afectiva q ue acadé m ica. Si hay algo q ue he discutido con los m últ i- de los buenos, más poe tas. esta vez dealers, cuchillas. pisto las, halco-
ples -y a veces d esquiciado s- miem bros dclfandom (y utilizo fandom nes, palomas e iglesias, anripccsfa, el espectro innombrable de N icano r
de manera deli berada, corno si me refiriera a un autor de pu/p de los Parra, C h ile como el país lejano de la infa ncia. M éxico co mo ut opí a
cuarent a o a un alucinógeno miem bro de la british neto uraue de los monstruosa qu e prom etió más de lo qu e entregaría y la escritu ra
sesenta) de Bolaño es eso: sus libros fu ncio nan más co mo cajas de co mo un a salvación que po r supuesto, no salva a nadi e. Y eso es lo
resona ncias, como tramp as borgianas, como laberintos de ci tas qu e d ivertido y lo terr ible en la obra de Bolaño , la presentación de un
sí cond ucen a algu na part e. más qu e co mo novelas perfectas, cerra- universo hip ertrofiado qu e raya en el deli rio y qu e sólo pued e ser
das y acotadas, Ahe el lector lee lo quc quiere leer, ve lo quc qu iere leído co mo si alguien acum ulara sus partes.
ver y saca, en consecue ncia lo q ue le result e más interesant e. Llegar Advert encia N ° 1: léase a Bolaño como una especie de agujero
y llevar. Ahí, en ese corpus hay de todo, hay dem asiado : po etas negro qu e de cuando en cua ndo, d eja salir algun a luz o da alguna
1 pista .
Advert encia N ° 2: léase a Bolaño como uno de esos auto res
1 Y lo voy a hacer en el territorio in termed io que puede do tar el género. a estas

alturas hlbrido del ensayo. Se trata de una opci ón tan concicnre co mo peligrosa
dond e el lecto r debe hacer la mayor parte del trabajo . Eso, porgue
pero creo q ue es necesario evitar caer en la trampa del trabajo académ ico de lírcratu- Bolaño -como D on DeLillo, con quien a veces se le ha co mparado -
ra. El corpus de Bolafto se presta para eso: puede ser un a matr iz inextinguible de opera en el más estr icto tono finisecular de la con spiración. Su gra-
zon as de sent ido disparada por la necesidad de probar tal o cual rec ría, de lucir el cia, es por supuesto. qu e no se trata de un a co nspiración políti ca (a
sopone más o meno s brut al de la ilum inación metodo lógica. de en tend er al texto
pesar de qu e los ch ilenos y latinoam erican os hemos sido experto s en
como una serie de trampas listas para ser pisadas y perder con eso un a pala. En ese
contexto, para q uien qui era atreverse con los libros. unas cuantas sugerencias a
esas lides; un C hris Ca rter disfrutaría viendo los ribetes paranoicos
modo de present ar un aparato teórico en busca de trabajos más o menos formales y que se pueden extraer del golpe de 1973) sino literaria. Una conspi-
escritos con lona docto de una ponencia literaria: el postes nccru ralisrnc de Derrida ració n que está debajo de sus textos y que orde na la mayoría de las
en tanto la observación del decorado esencialina del cano n, el juego de fronteras veces el acto de lectura y crít ica de su obra, llevánd ola por supuesto
poscolonial, con Richard. Mignolo y Mabel Mcraña.J a teoría de la novela de Batjfn,
una que otra revisión de Cedomil Goic a la luz mutada del esencialismo canó nico
hacia una summa co nstruida con los ropa jes de lo efíme ro, del golpe
de H arold Bloom y. para termi nar, una histcriografla de la poesía chilena a la mane- de efecto de un texto citando a otro texto en un a cadena in finita,
ra de Nómez. com o si el op us Bolaño no fuera más q ue un a fint a que esconde un
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Á I.VARO BI SA M A Tod os so mo s mo nstruos

secreto mayor q ue está, por sup uesto, constr uido po r ot ros y que aurom áticam en te en la instalación de un canon referido a la identi dad;
requiere casi siemp re de un lector aten to en busca - y es un a forma Algo que posee al final de cuen tas un valor de uso.
más o meno s zombie de citar a Ju an Luis Martín cz- de señ ales de La literatura nazi m América hace un sarcasmo de este valor de
ruta. U.\ tI ,un uso acadé m ico, positivista. instru me nt al. que provoca el
De ahí que pueda , como todo lecto r suyo, p roponer mi pro- (JI liebre en la utili zación del aparato de crí tica y mediación de lo
pio kit para armar en su obra: de la relación entre La literatura nazi literario, en su alienació n y encasillam iento en un a co nt in uida d
en América y Nocturno tk Chile co mo la tensión de un problema h istó rica q ue necesari am ente representa rá la subjet ivid ad d el
mayo r, el d el cano n literar io, q ue e n Bol año adq uie re ni veles amnlogador, Léase al m anu al de literatura en térm inos genéricos
melodramáticos. siempre po lítico s. ( 01110 un a cart ografía q ue expo ne en su in teri or un m odelo de

co m p rensió n de lo lite rar io m ás e m peñado en o rga ni za r un a


d isposició n co here nt e q ue de dar cuenta d e las fisuras, un trabajo de
N AZI PUN K FUCK O FF aco modo de los texto s en tan to partes de un rom pecabeza s al que
para fu ncio na r necesariam ente deben faltarle piezas. El libro de este
Desde mi perspectiva La literatura nazi en A meríca puede ser leída modo irrevocablemente convoca a la pregunta por el sentido utili tario
de dos formas. La p rimera, más acad ém ica, obliga a sostener un de ese m ismo canon .
aparato crítico que desnu da las referencias y los dobleces a los que Lo que aparece aquí es una trampa casi naIf: es posible qu e
están sometidos to dos los biografiados (no vay a recurrir acá al viejo alguien se haya acercado al texto para ver en él si efectivamente se
truco de contar la trama salvo explicar lo que ya sabemos: La literatura hac ía cargo de la co nti n uida d de la literatura nacio nalsocialista
nazi en Am óí ca co nsiste en un a serie de biografías imaginarias de latinoamericana. (Flashback: recuerdo la cara de decepci ón de un
escritore s americanos que poseen lazos delgados o gruesos co n la co noc ido que co nfesaba haberse acercado al texto para ver si cont enía
ideología nazi, el fascismo , el nacion alismo, la ul trad ercch a, el a M iguel Serrano , Nico lás Palacios y Otros , y por el cont rario, haberse
racismo, la xenofobia y todas las mezclas imaginables entre las termi nado topand o con un texto de ficción que po r sup uesto era
corrient es antes ci tadas). Sign ifica tom ar el libro y analizarlo en su una o fensa para él, lecto r atent o de Jünger). No es una mala trampa
calida d d e sim ulacro , como si la ficción que refiere fue ra un a y. por sup uesto , es la p rimera qu e apa rece ya que se trata de un
represen tación más o menos virtua l, maquillada de un ho rror presente canon suplanta do qu e la novela exh ibe co mo catastro de mon stru os
en la histor iografía. pat éticos y en ciert o m od o entrañab les desde la co m p rens ió n
Se tra ta de un a opció n tan sencilla co mo demo ledo ra. La d isparata da de su uto pía.
literatura nazi en A mérica (ojo con el títu lo qu e está casi todo en Bol a ñ o h ace la a rq ueo logía d e ra rezas lit er a ri as qu e
m inúscu las: literatura y nazi com o si la ausencia de mayúsculas biobibliogrdficamrnk espantarían a cualquier crítico. Para eso, no narra:
min im izara el significado trascendente, espectacular - y ya sabemos o rde na. O desordena, mejor dicho. La tramp a del libro es la carencia
que el nazismo y el fascismo eran ante todo espectáculos- de dich os de su voz central, la anonimia obligada de la voz crítica qu e rememora
concepto s) fun ciona así co mo el palimpsesto feroz de un a escritu ra biograRa y destaca ficcion es urdiendo una sutil falacia genética respecto
p revia qu e viene a ser la misma trad ición a la qu e Bolaño parod ia en a la relación ent re auto r y ob ra, entre crímenes y relatos, ent re vida y
el plano de la composición y el montaje del texto. El libro dev iene libros. Bolaño escribe así una historia nacionalsocialista de la in famia,
así en el remedo de una serie de fórm ulas tend ientes a enten de r la una hagiografía de villanos delirantes, un bestiario donde subyace la
literat ura desde una perspectiva puramen te patrimon ial, mod ern a literatura como causa y catástro fe. como utopía, a pesar de que el libro
en la med ida de q ue la co nstrucción de un manu al/gu ía devien e corrobore justamente lo contrario, la distopía.

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ÁI.VARO B r'iA M A Todos so m os m onstruo s

La literatura nazi enAmérica es de este modo un libro dist6p ico tille llevan insignias qu e d icen SS, odio genético , pu reza racial, paisajes
per se, un a exhibici6n alterna tiva del horror en tanto idea l y la mu ert e calcados de la cam piña austr íaca y la sensación tan horrible co mo
co mo forma de escritura. Esa disropfa, qu e termina urdida co mo si demoledora de que sí, el nazismo fue algo de ciencia ficción . La
fue ra un ca no n, es establec ida por Bol añ o sirvién d ose de la novela dc Hitler se co m plementa co n un a biografía mi hoc (este Ado lf
amb igüedad q ue le pu ede p roveer el reno de crítica literaria y el ganó hasta el prem io H ugo , principal galardó n del género ) y el análisis
soportc biográfico del qu e se hace cargo. Si Los dtuctivn salvajes se de un especialista en literatu ra q ue entrega un trab ajo a fond o de las
compo ndrá luego de un a infinidad de voces en pugna q ue pelean pro fundas co nnotaciones psicoan aiiticas de su escritura en tanto la
por el sentido de la verdad, La literatura nazi en América, por el d emostrac ió n d e u n a h o mo sexualidad lat ente y su bli mada
contrario jugard a limita r los exabr up tos de habla al m íni mo , casi sin sim bó lica ment e en sus hi storias. Spi nrad, co n El sue ño de hierro
juzgar, exponiendo en u n juego ficcional una trad ición pastiche que confirma su prestigio de ser uno de los autores modélicos de la new
encarna una versión alternat iva de las letras criollas. toaue de fines de los sesent a pero además, y en lo que nos co mpete,
Esa versión funciona en tanto una perve rsión doble. Iron iza sient a un precedente respecto al trabajo de ficcionaiizació n de la
sobre el ton o culterano de la crít ica y sobre las posibil idades de historia. Operando en una línea temporal ucr6 nica (un a versión
representación social de la m ism a en tanto objeto de circulación . en ulrerna tiva sim ilar a la q ue el guion ista C arlos Trillo ut ilizaría en la
el con texto de la in tevenció n que la teoría haga respecto de la realidad sardónica Peta Kampf, donde Hitler llegaba a América en pleno auge
social y la histo ria. Aqu í Bolaño, co mo H arry Sybeliu s, uno de sus de los pulps para ded icarse a dibujar historietas) juega a conve ncer al
biog rafiados trab aja sobre "la lectura de la ob ra de Nor man Spinrad lector de la co ndic ión documental de su propia escritu ra en tanto
y Phillip K. Dick, más la posterior reflexión sobre un cue nto de ejercicio de estilo, como un a variación más o men os van guardista ya
Borges"2estableciendo una realidad falsa, un a histo riografía po stiza no del espaciolriempo sino de la misma palabr a; lo qu e sirve para
cuyo valor es justam ente el sim ulacro qu e esta blece respecto al sent ar un precendente más o meno s claro en el ju ego perverso de
patrimo nio legiti mado por la memo ria americana. Bolaño -que ha d icho q ue ha escrito La literatura nazi en América
y es que Bolaño ha leído acá lo suficiente mente b ien a Spinrad par a "joder la pacienci a"- en tanto el claroscuro ent ra ña ble del
como para co meter el error de un m aniqueísmo esencialista en la bestiar io con el que puede cargar el cano n.
pro sa. Spinrad, en El sueño de hierro' juega a la ucro n ía alternativa Se trata de un gesto por parte del chileno quc revierte el aspecto
de qu e Adolf H itler no haya sido führer sino escritor de sci/fi y no elit ista dc la cita literaria: en tanto género , la literatu ra nazi abaren
fuera el m undo sino su ob ra literaria, la qu e haya ejemplificado su más allá de la épica idenriraria. Bolaño , ni corto ni perczoso, hace en
ideología. La jugada es maestra: p resenta como corpus de su novela su novela un gesto sim ilar al de Spinrad en cua nto a las posibil ides y
otra novela (llamada Elseñorde la svdstica) qu e cuenta con la dudosa l 'C O S de su objeto. Amparado en la mu eca tor cida de bibliotecario

virt ud d e haber sido escrita por un tal Hitler. Un relato de doscientas qu e siemp re d ist ingu ió a Borges. el cano n de Bolañ o po see un a
páginas qu e parafrasea el tono pu lp de la ficciones de Robert H einlein cond ición alternativa a la cons trucción literaria de la literatu ra
y "Asto unding Srories" para volver su registro pseud ocicntífico y americana. Ese gesto no es nuev o -la in tención paródi ca del texto
delirante un a escritura cam uflada del delirio mesián ico del auto r está hasta en la co nt ratapa del libro com o si estableciera ese chiste
(H itler, no Spinrad) en med io de una narración llen a de mo to ristas como un argumento de ventas más o men os efectívo- pero supera
con creces el campo mi nado qu e Borg es sem bró desde su corpus en
l Roberto Bolaño. La literatura nazi en A mérica , Barcelona. Anagrama. 1996. p.
lo que a intenció n política se refiere. Esa intenci ón -q ue está en el
119. to no grueso de la cons tru cción del héro e de El sueño de hierro de
J Norman Spinrad, El mt'ñodt' hierro, Buenos Aires. Minorauro, 1978. Sl'inrad y la fe ulterior co n la q ue Ph illip K. Dick zanjaba el rono

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Á LVARO B l sA M A Todos somos mo ns truos

gris, creíble de la alterid ad de Elhombre en el castillo' co n su cita al l co nd ició n de intelectual pase desapercibida ante el gesto republicano,
C hing y que por supuesto, resulta un tanto in ubicablc en la babilón ica trascendente de iletrad os co mo Frei o Allende. Es un lamento sent ido .
escen a d e Borgcs recib iendo una medalla dc Pinocher-, adq uiere en El militar le prcgunta al crítico"¿cuá nt os libros cree que he escrito
la obra de Bolaño ribet es insospechados. yo?"5co mo si en ese gcsto, el de escribir y publicar hub iera un p restigio
Pese a su to no culto La literatura nazi en América es una ob ra reñid o de cie rta trascendencia, de algún tipo d e reivind icación con
qu e ejecuta la incor rección política al tran sformar a los monstruos el futuro de la pa tria. U rru tial Ibacache, cuyo apo rre al gobierno
en o bjetos esté tic os. Los personajes se ubi can en la di syuntiva militar y la luch a anriterrc risra so n las clases de marxi sm o que le
alienante de ejercer los cód igos secretos de un a co ns piración ya d icta a la junta - lógica m ilitar: debes co noce r a tu enemigo para
fracasada de antema no y so bre la cual se pu ede establecer solament e de te nerlo y desap arecer su cuerpo , to rturarlo, exiliarlo y todo cso-,
el recuerdo. Ese mem o rial no es de ningú n modo mon umental. Po r está dedicado a leer a los clásicos para luego, en la desparición absoluta
el contra rio, se alza más bien co mo un a dcclaración de prin cipios de voc es d isid entes que no sea n las de su propia co ncie ncia,
respecto a las perve rsio nes de la litera tura. Para Bolaño tod os viven y tran sformarse en el papa de la cr ítica chi lena so pen a de vende rle el
mu eren por la escritu ra que al final, resu lta ser la ún ica patria y causa, alma a algo parecid o al diab lo.
y ésta, a su VC7., es el reflejo terri ble de la co ndición de simu lacro del La escena anterior ilustra uno de los discursos fundamentales
ofici o. Todos los escrito res m ienten. Todos los escrito res son héro es. del libro: estab lecer algún para ngón ent re la crítica y el poder político.
Todos los escritores so n monstruos y de trás de cualq uier epifanía Nocturno de Chik fun cion a de este modo como el reverso de La
siemp re acecha la sang re. Esa es para mí la clave de La literatu ra nazi literatura nazi en América. Su única voz narrativa (dos párr afos qu e
en Am érica, un a clave qu e está contad a en el to no de broma co n el incluyen un largo mon ólo go de cient o cin cuenta páginas) se opone
qu e se recuerda cualq uier clase de ho - rror , qu e lo rond a en su a la iro nía co ral ant erio r y m ientras uno se ocupa de establecer el
co nd ición inno mbrable a la manera desesperada de Lovccrafi - o tro cano n (La literatu ra nazi...) el otro se centra en la voz q ue lo er ige.
escrito r racista que pcrfccrame nre podría haber sido incluido en el De este modo las dista ncia s for ma les y cronológicas - ent re
apa rrado de "Precurso res y antiilusrrados"- y qu e refiere en ese intento ambas medi an casi cin co años y varios libros, ent re ellos Los detec-
la futilidad m isma dcl lenguaje.I a violencia qu e posee cada defini ción, tives salvaj es- qu edan an ulada s en la interrelac ión q ue hace ver am -
cada cano n y la belleza torcida de co ntar ese fracaso como un ch iste be s co mo dos cara s de la m isma mon eda qu e describe las relacio nes
de doblc sent ido en med io dc un ent ierro. entre la po lítica y la escritura . Se trata de un a idea q ue co bra sentido
Rob erto Bolaño es sin iestro . en el gesto paródi co de am bos texto s y en la necesidad de plantearlos
Rob erto Bolaño es sublime. en térm ino s de su valo r de uso. Esta con exió n (o tra co nspiració n
más para sumar al opus Bolaño) no es accidental. Mi en tras q ue La
literatura nazi... establ ece la disropía co mo si fuera el mapa cifrado
lA CRfTICA DEL ESPANTO de un proyecto político en ciernes y ejecutado po r los peo res militantes
posibles, N octurno tÚ Chik se encarga de escarb ar en los mean dros
Supo ngo que la mejo r parte, la más divertida, de Nocturno de Chile de la culpa de dichos ejecuto res ampa rado en la lógica -a estas alturas
es cuando Schastián Urrutia Lacroix (a.k.a) H . Ibacache, sacedo re, una co nstante en Bolaño- d e qu e la escritura representa siemp re una
crítico lit erario y mi embro del O pus D ei conve rsa co n Au gu sto espec ie de pacto faús rico qu e o bliga a sus culro res a pagar --o hacer
Pinochet so bre literat ura. Ah í, el ex-dictador se lam enta de que su

4 Phillip Dick, El bombre m ~I CAJti/Jo, Buenos Aires. M inorauro, 1974. \ Roberto Bolaño. Nocturno d~ Chik. Barcelona. Anagrama. 2000. p. 117.

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A LVARO B ISAMA Todos somos mo nstruos

pagar a otros- en sangre la dedicación al oficio. Lo qu e está aquí es ~ egundo párrafo: "Y después se desata la torment a de mierda"). el
ento nces la presentació n de la moraleja atroz del making offrespecto relato ejecuta el registro de la memoria acosada po r la culpa de un
a la literat ura que, creo, es uno de las obsesiones de Bolaño (el gesto .m t ih éroe pat ético. q ue espe ra cierra salvación de la mano del
continent al de Los d~uctiv~ salvaj es, la revisión generacional de Los racconto. Expon er su cond ucta. expo nerse a sí mismo no es sólo el
P~"oS rom ánticos, el homenaje senti do y sampleado de Tabu cchi en noicht lógico a las vidas imaginarias que ofrecía La literatura nazi en
la parte final de Tres, la apar ición del Vallejo terminal en Monsirur Am érica sino una forma de constr uir la justificación final de los actos
Pain además de la serie de desventuras que padece B en Llamadas de un alma en línea di recta con el corazón de las tin ieblas y la
u kfónicasy Purasasesinas, ere). Bolaño, ya lo sabemos, es un escrito r explicación de los latidos de ese mismo corazón . El recuento de
que habla de escritores y aparte del conocimiento enciclopéd ico qu e Urrutia/lbacachc es mo nstruoso en el mismo sentido q ue los auto res
despliega casi siempre. establece a veces una vinculación casi sind ical nazis anteriores. con la sola diferencia qu e ellos - incluso Ram írez
con sus colegas. Hoffman/Rui z Tagle/Wieder. el protagonista del tercio final de La
Urrutia/ lbacache es el ejemplo más obvio: Nocturno de Chile literatura nazi... y esa versión para discotecas que resulta ser Estrella
es un texto que investiga en los rincon es oscuros de una conciencia
qu e busca algu na clase de justificación. un a pizca d e redención. pero apa ricione s en p an talla: un a so mb ra más o menos ubicab le de ntro en medio del
al que esa misma búsqueda le impide cualq uier clase de legitimación. relato , una so mb ra qu e operaba como firma y desaparecía para ser buscada por los
espectadores los qu e ente ndía n que gracias a ese encuentro tod o se trataba de u n
Escatológico en térmi nos de la alegoría que ofrece. el lib ro es más juego. Bolaño opera de la misma manera. Se cita a si pero no se con fiere ni ngú n
una poética - una poética del mal, una poética de las somb ras. de la protagoni smo salvo la posibi lidad d e dot ar de sent ido a su firma en un co n texto
envid ia, dc la noche como ún ica confesora, de la peor clase de general. Desaparece para ap arecer - a d iferencia de, por ejemplo, el Ph illip K. Dic k
anrihéroes; una poética de los censores. de los varones probos, de de Radio Libre A/bmml, Jaime Bayly en Aqu t ya no ha) poesía o el Germán Marfn
estilo J.C . Ballard de I tÚJ/¡l- en el rom pecabezas de su obra completa, en la sumato ria
quienes se adjudican para sí la verdad. de los Salieris de toda laya. desqu iciada de un pu .......l e al qu e, por supuesto , le faltan letras y le sobran definicio nes.
una poética de los actores secundarios, de qu ienes aparecen son riendo En ese co ntexto sus coqueteos int encion ado s con la cámara de sus relatos im plican
ante los cadáveres. una poética de la burocracia de la cultura. del ciertamente un rúbrica part icular: Bolaño escribe desde un carneo qu e implica la
fracaso. una poética de lo incofesable, del doble estánda r institucional. diso lución de su pro pia biografía con la mat eria de sus ficciones de nsificando por
medio de esa tensión los sent idos de la recepción de su obr a. Es un juego cult erano
una poética de la perfección y del fracaso. de la página en blanco, de
pero efectivo: no se trata de una aurocxhibici ón sino por el co nt rario de la creación
la rendició n d e cue n tas y del crep úsculo- qu e un a narración de u n personalidad nd hoc a la trad ició n literaria, una scmi biografla di sléxica q ue
propiamente tal. Eso porque el sent ido del libro va más allá de la cita bebe po r panes iguales del cuila a la personalidad co mo de la retór ica del narrador
literaria en tanto juego culterano (cameos de [ ünger, Nc ruda y Sal- testigo : la secuencia de transfo rmaciones qu e neva d e "Ramfrez Ho ffm an, el infame"
vador Reyes" ) sino su asunción en tan to bo mba de sent ido política. al deslinde de EstrtlÚl diSlantt y luego a Nocturnodt Chile lo demu estra. En las dos
pr imer as el narrador opera como testigo ineficaz de la biografía del pocta asesino
Escándalo calculad o de antema no (el libro termin a con el
Ramir ez Hu fTm al1/Ru iz Taglel'JVied cr. En ese rol su propia biografla es o mitida y
entra simplemente co mo un vector q ue refleja el oscurecimient o del asesino, qu e
, Se debería establecer alguna vez el mod o en q ue la in rertexrualid ad opera en la no posee ident idad sino int uiciones - la literatura es igual a asesinato, el libro está
obra de Bolaño que ofrece, la m ayor pm e d e las veces u n uso im presionante de mu ert o, la verdad era poesía se debe escribir arriba de los cuerpos, erc- . Bolaño . en
carnee s. Bolaño, en clave tan deco nstru ccionisra co mo irónica, funcio na casi siem pre tanto autor desdice la p rédica banh iana y se ub ica vivim y co leando en la zona gris
como si fuera un invitado más o menos accidental que termina po r dolar de senti do , qu e separa ficción de la realidad. Eso [lo) vuelve esencialmente u n carneo, u na figu ra
de brújula a sus textos. No está mal. Salvo contadas ocasio nes Bolaño (o su alter ego fuera d e lugar que deja perplejo al ienar y lo ob liga a reco nstrui r el sentido global
An uro Belano) siem pre term ina siendo un glUst starring, una estrella invitad a d e las del texto en vistas a deshacer su amb igüedad , disfru tarla en tanto el espectáculo
ficciones que conv oca. En ese co ntexto nos enco nt ramos ante u n aut o r q ue opera y pirot écn ico de la d iferencia derridiana del sentido o la lógica posmo de la búsq ueda
ejecuta la cita y el hom enaje co n el tono q ue A1fred Hirchtcock do taba a sus de señas q ue pro porcio nen la cualidad aurerreflexiva a los propios relatos.

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Á LVAIUI B 1SAM A
To dos so m os mo nstruos

dístante-: estaba n legiti mados por el aura salvado ra del recuerdo que La mo ral de la novela pert enece casi naturalmente al patbos
had a su biógrafo, Su hagiografía to rcida no bu scaba razones, valía modern o del siglo XX nacion al y al escenario frágil de un a palabra
por sí m isma como ejemp lo del mal. El sacerdote crítico de Nocturno urd ida en los tupi dos velos a los qu e hacía alusión Donoso en Casa
d~ Chile. po r el cont rario desea ser recordad o, desea descan sar en d~ campo. D esde ese co nt exto, trabajando en los pliegues de esos
paz, sent irse parte de las aguas luminosas del río de la Hi stori a que tu pidos velos, Bolaño exhibe la historia Ínt ima de la literatura chilena
apenas son un estero lleno de desperdi cios. "¿liene esta solución?", del últ imo medio siglo pero cont ada con la voz aflauta da de un
se pregunta co mo manrra el cura mientras asume la de rro ta en la predicador que no puede soportar la soleda d de su pú lpito. Nocturno
iluminación lisérgica dc la cu lpa y lucha co ntra el P~p~ Grillo quc es J~ Chj/~ es u n libro radicalmente chileno, en el peo r sent ido de la
"el joven envejec ido ", la sombra escu rr id iza qu e le recu erda la palabra porque Urrutiallbacache es un a parodia de la voz institucional
perversidad estúpida de sus actas. de las letras chilenas. Y aquí viene el chiste, un ch iste qu e a bastantes
Ese "jo ve n e n vej ec id o" (cuyo s po co s dato s calza n no les ha gustado: Urrutia/ lbacachc es la versión mutada, antojadiza,
¿asombrosament e? con el mismo Bolaño) ejecuta la catálisis del relato. irritante, hipersensib le de José M iguel Ibán ez Langlois (a.k.a) Ignacio
Fustiga al protagonista con el m iedo y el recordatorio constant e de Valen re, el sacerdot e mo nolítico que ejerció la crítica literaria en El
sus propias fallas, de su sentido de la belleza inútil, de su p ropia Mercu rio de C hile d urante el período m ilitar y qu e o fició como voz
co ndición faústica, un Fausto chileno, rasca y perd ido en el fin del ún ica de la misma hasta entrados los años novent a.
mundo. Alternativa de interp retación: léase a Nocturno de Chilecomo Ibáñcz Langlois es la cita so bre la q ue parte la const rucció n de
un a versión más o menos pechoñ a, momiacha, del viejo arquetipo Nocturno d~ Chile, q ue viene a ser co mo u na biopic Merchant/I vory
de vender el alma al diablo. Una obra que no habl a del co nflicto del pasad o reciente del país porqu e presenta el drama en so rdina de
fin al entre salvarse o no, o bailar a las pu ert as del cielo y aceptar co n un narrador arrastrado por la corriente finisecular que se está llevand o
cierta resignación un a estad ía en el resort del Purgatorio. Bolaño no todas sus cosas. Sobre lb án cz Langlois no hay demasiado qu e decir
habla de las trampas para engañar al dia blo sino de lo aburridas pero salvo glosar qu e las mejores críticas al mismo las hizo Enrique Lihn
enternecedo ras que son las letr as pequ eña s de ese m ismo contra ta en la mita d de la décad a de los ochenta y qu e sus aciertos y errores
firmado con sangre. so n ya legendarios (desc ub rió a Zuri ta, se pele 6/rccon cil ió con
En ese co ntexto, "el joven envejecido" se exhibe como una Ne ruda, y a p rincip ios de la d éca da pasada 11 0 fue ca p ~z de
sombra chi na que le recuerda al narrador su propia alianza con el modernizarse al enfrenta rse al petit boom local para pasar a un
mal. Urrutia/ lb acache (y aquí es impo rtant e la esquizofren ia idiota scm irctiro donde lee a los clásicos, escribe po esía religiosa, analiza
de ser un sacerdo te poco pío y un crít ico literario qu e pad ece el devotamente a Tolkien y ejecuta un a prédi ca televisiva sema nal) .
silicio de no ser un gran poeta) traza un camino qu e lo lleva d irecto Bolañ o, en sint o nía casi vud ú con el fantas ma d e Lihn , to ma el dicho
desde la solapa de los libro s, de la fugacidad de la cri tica -el m ito esq ueleto (el de un sacerdo te qu e sufre y goza con la litera tu ra, el
mo dern ista d e la inutilidad de la literatu ra tr adu cid o acá en el arq uetipo torcido del hombre de letras incapaz de enfrenta r el mundo
m art irol ogio d e la co nd ición esencia lme n te parásita de d ich a real, el de un papa más p reocupado de la moral q ue del estilo , el del
disciplina- , hasta los calabozos húm edo s del gob ierno de Pinoch er. viejo m iro que glosa al crítico co mo el eunuco de un harem do nde
Ese viaje es lejos un a de las meramor forsis más brutales que ha ofrecido puede ver y tocar a las conc ubinas, palparlas, pero nun ca hacerlo
la literatura nacional. A pesar del aura de ciudada no d el mun do con ellas) y establece su parod ia po st todo. Nocturno d~ Chik es un a
(Bolaño co mo la encarnación desrerriroriali zada del int electual q ue novela pat ética q ue ade más ejecuta una comed ia negrísima sobre la
exh ibe la teoría poscolonial, situado a la frontera de casi todo) de su crfrica literaria. Ibacac he, repi to , es u na versión hipersensible de
auto r, Nocturno d~ C.'hile trabaja con el terror local. Valcnte, pero se distancia del m ismo al ofrecer algo más: los dobleces

9° 91
ALVARO B I SA M A
'lo d os so mos monstruos

de su sarcasmo superan al mero pastiche y se inscrib en en la teoría de un a nación sinte tizándolo en la alegoría terrible qu e finaliza y
posmodern a de la parodia. Se trata de un gesto de escritu ra tend iente ensom brece el éxito social, la lum inosidad y tranqu ilidad de la crítica
a revelar la conciencia de la misma cita, la comp lejidad de sent idos - y acaso la literatura- ch ilena : Urrutiall bacache asiste a las tertulias
qu e esconde para sí. Urrutiallbacache se parece en el armazón en la de una tal María Ca nales, fiestas realizadas en una casona en cuyo
construcci ón historiográfica del personaj e crít ico de Valen te, pero se subterráneo se realizan el rendez vous pavoroso de los interro gatorios
distan cia ostensibl emente en sus int enciones. Valen te, ahora q ue lo y torturas de la pol icía del régim en. La cita, ya lo sabemos es real y
p ienso, nunca adm itió ironía algun a. Ibacache sí: es ironía en estado trae por cierto uno qu e otro mea culpa pero ade más implica el gcsto
puro. Una ironía qu e no hace reír a nadi e pero qu e legit ima el sabor de cerrar un libro sob re imposibilidad de la belleza en tanto esencia
a fracaso q ue tien e toda obra literaria al esconder tras de sí las con su reverso: la cxp licirac ión absoluta de la pre sencia del mal.
posibilidad es, la virtualidad de su propia perfccción. Mari ana Callejas - la anfitriona verdadera, esposa de Mi ch ael Townley,
Noct urno de Chile, a pesar de lo qu e diga su títu lo es un a novela nunca está dem ás decirlo - es escrito ra tambi én. En los och enta ganó
crepuscular, un gottendemerung d e pacoti lla, una reflexión sobre las un co nc urso sobre narrativa de terror donde parti cipaba, en tre otros,
posibilidad es siniestras de la crítica literaria. Ese, creo, es su mejor Poli D élano. La an écdota parece sacada de La literatu ra nazi en
acierto : la chilenida d de su condición monstruosa al separarse del A mérica pe ro es real. D em asiado. Suce d e en el plan et a T ierra,
tono lum inoso , trágico, que exploraba Los detectives salvajes. No s dim ensión C h ile. C on esto , Bolaño rehuye la distop ía y se inte rna
encontramos ante un relato qu e por el contrario trabaja sobre la en el gesto íntimo de un país sacánd ose las vísceras para afuera pata
moral de un villano de op ereta para demostrar la condición art ificiosa contem plarlas excita do: ver cómo escribimos, lo qu e leerno s, las
de su decorado, la sensación ho rribl e de sumar la lógica tu rbia de las concesiones qu e hacemo s dctrás de cada libro qu e nos gusta, nos
masacres recientes. N o está mal pero tampoco está bien . Nocturno de agrada o qu e nos hace senti r identifi cados. Se trata aquí de un a revisión
Chile es un a obra presa de la febrilid ad de tin a escritura enferma a la de la tradición, del canon en su calidad de criatu ra antojad iza y hor-
que le gusta estar así. Es un a novela básica sobre la crítica de la crítica, rible, del horro r como proyccto de país. Se trata de hacer el trabajo
en el peor de los sent idos - el chileno- de la palabra . sucio de la manera más elegante posible, con el eufem ismo descart ado
Eso porque afuera del héroe epifánico y mártir, Bolaño po see salvo como la sinécdo que fracturad a de la batalla d e la memoria.
conciencia absolut a del fracaso qu e se esconde tras cada p égina y del Solo hay una conclusión posible: todos somos monstruos. Los héroes
oficio de tinieblas que significa la literatura. En eso se distin gue de desaparecieron hace tiempo y los villano s (Vrr utialIbacache, los nazis
los autores chilenos recientes y se herm an a, casi mágicamente con la d e ter cera qu e tambi én son escrito res de tercera, los Pino chers y los
estirpe de metan arradores como el Rod rigo Fresán de La velocidad Valenres) son los qu e al final cuenta n la histori a.
de las cosas o el Vila-M atas de Raetleby y compañia. Nocturnode Chile Robert o Bolaño es sublime.
está en esa sint onía al reflexion ar - y ese es un problema más o men os Rob erto Bolaño es siniestro.
urgente de la crítica literaria- en la voz detrás del canon qu e co mo el Eso.
Mago de Oz le da sentido y órd en es a un mundo.
Esa voz -una voz crítica patrimonial y pét rea- es la voz de
N octurno de Chile a pesar d e sus requ iebros y crisis. Urrut ia/ lbacache
es la utopía patética de un a literatura nacional qu e niega a sus propios
monstruos pero qu e se convierte a sí misma en uno de ellos: es la
poética de la crisis del fin de siglo, la voz de una conspiració n sin
sent ido, uso o héroes. Es la mcravoz que explica el desastre parti cular

92 93
P A BLO CATA LÁ N

Los territorios de Roberto Bolaño

...el territorio remite a un centro intenso


en /0 más p rofimdo de sI mismo.
D ELEUZE y G UAT II\R1.

En estas po cas pág inas bo squejaré algunos aspectos de la cartografía


de los Los d etecti ves salvaj es. Esq uemá t icame nte seguiré algu nas lí-
n eas d el fluir d e Arturo Bcl ano , d e s u t crriro r iali zacián y
dcsrcr rit orializaci ón. D estacaré en primer lugar algun as p remisas, por
así decir, tanto de la no vela co mo del estudio teórico que me guiará .
Par a Anuro Bclano el pr imer territorio es C hile. Este rcrrito-
rio natal, del cual ha salido adol escente, está marcado por la am bi-
güeda d. Belano regresará a C hile en el año 1973. Su travesfa del
con tine n te es un viaje in iciarico. En C hi le algo extrao rd ina rio está
suce d iendo. La ex pe rie ncia du ra po co ti empo. Bclan o vo lverá a
M éxico DF en 1974 . La vida de Belan o, junto a su am igo Ulises
Lima, está co nst itu ida por un a serie de lineas dinámi cas qu e lo rela-
cio na n y hacen pasar a d iversos te rrito rios. Señalaré co mo sim ples
ejem plos: la casa de los Belano , los estu d ios en la Prepa Porvenir, la
po esía, el real viscera lismo, la droga, la fam ilia Fo nt, la entrevista
con C arlos M on siváis, la larga co nve rsació n no cturna co n Amadco
Salvatierra, el viaje a So no ra en bú squeda de Cesárea T inajero . En
1977 Belano decid e irse al extra njero: Espa ña y más tarde Áfr ica.
Orien tará m i tr abajo el libro MilMesetasde D eleu ze y G uattari.
La no ción de territorio deb e entenderse como una fun ció n de

95
I' ARl O C ATALÁN Los territor ios de Roberto Bolaño

desajuste co n la tierr a m isma. ' El territorio no es la tierra, pero los rerrie orio"." H ay varios tip os de desterritorialización . Ésta no co nsis-
terri tor ios remi ten a ella co mo a un cent ro primordi al. "E n el te rri- te en un simple pasar d e un terri tori o a otro. La línea de fuga no es
to rio, siempre existe un lugar en el qu e rod as las fuerzas se reún en un a hulda del mundo sino un fluir hacia un a territor ialización .
(...) en un cue rpo a cue rpo de energías. La tierr a es ese cuerpo a Si co nsidero Los detectives salvajes, arbi tra riame nte, de sde la
cuerpo . Ese centro inten so está a la vez en el propio terr itori o, pero pe rspectiva particular de Artu ro Belan o, descu bro una serie de ter ri-
ta mbién fuera de varios territorios q ue conve rgen hacia él tras un torios qu e el perso naje va a te rrÍtorializar. Si la te rritorialización es el
largo peregrinaje (de ahí las ambigiiedades de lo 'natal')" . exp lican ritmo deven ido expresivo , o las componentes de m ed ios deven idas
D cleuze y Gu anari.! Y des pués escriben: " El territorio y las funcio- cual ita tivas, se debe entender que el perso naje co nfiere una marca
nes qu e en él se eje rcen , son prod uctos de la ter ritorializaci é n. La singular a cada territorio. Para ello se req uiere un reco nocim iento
terrirorializació n es el acto de! ritmo devenido expresivo, o de las del código impuesto y un a descod ificación . Al impone r su ritmo?y
componentes de med ios deven idas cua litativas".' Y: "El te rritorio es la transfor mación de los med ios cua ntitativos en cualitativos. se lo-
en p rimer lugar la d ista ncia crítica ent re do s seres de la m isma espe- gra un nuevo agenciami ento y se ab re la distan cia crítica, se impulsa
cie: marcar sus d ista ncias"," la lín e a d e d cst er rit o ri ali za ci ón. Es te p rim er p ro c eso de
O tra noción impo rta nte , el agenc iamicnro. ' "El territo rio es rerr irorializaci ón es produ cció n de una distancia en la medida en
el pri mer agenciam ien ro. (...) el agencia mie nto es el primer lugar qu e el acta nte ro mpe la estrati ficació n qu e no coi nci de co n su deseo.
ter ritor ial"," H ay q ue ente nde rlo co mo un a un idad real m ínima de El acta nte trast rucca el código y produce uno nuevo.
co-fimcio na mie nro," Ésta es funda me ntal para comp render e! deve- Belano ha llegad o co n su familia a M éxico hacia el año 1968.
nir de Belano. Q uede d icho de una vez por todas, llam o, con redun - "U na fam ilia de ch ilenos viaje ros" recuerda la urugu aya Auxilio
dancia, proceso-devenir el ca -func io na r con elementos q ue se en- Lacourure (Los detectives salvajes, 195 ). Ésta co nserva recu erdos de
cuent ran en el ent o rno y qu e permit en la apenu ra te rritor ial. La su ami stad co n la famil ia Belano, en particular co n la madr e de Arturo.
dester ritori alización "es el mo vimi ento por el qu c 'se' aba ndona el Poco d ice del padre. 10 Auxilio Lacourure co noció a Arturo en 1970
"en una ensordecedor a reunión de poetas en el bar En crucijad a" (I.os
I " La dcstcrri rorializaci én puede denominarse creado ra de tierra - una nue va tierra, detectives salvajes, 194). Belano se sent ía or gulloso del triunfo de Sal-
un universo, y ya no sólo tina rercmrorializacién". Gillcs Dclcuzc y Félix Glla na ri, vador Allende. Aux ilio Lacouture, a pesar de ser mucho mayor, tra-
Mil Memas. Capitalismo y esquizofrenia, España, Pre-textos, 2000. ba am istad co n Bclano y le da a co nocer los nombres de algunos
2 lbid., p. 327. Ver: " Una componente terr itor ial o rcrrirorializada pued e ponerse
grandes po etas. Ebrio, Bclano es co nd ucido por Auxilio a casa de sus
a brotar, a prod ucir: hasta tal puma ese es el caso del riromclc. qtle qu izá habría
que llamar rirorndo a todo lo que está en esa sit uación . Este eq uívoco entre la padres. Señalo aquí un prime r proceso : Belano marca con su ritmo
territorialidad y la de srerr irorializaci én es el equívoco de lo Natal. Yse comprenderá de vida, aquí el hech o de frecuen tar a un gru po heterogéneo de poe-
mejor si se considera q ue el territorio remite a un cent ro intenso en lo más profundo tas en ciernes, un a distan cia respecto a su medi o famil iar. El segun-
de si mismo; pero. ya lo hemos visto, ese centro intenso puede estar fuera del
do proceso es la decisión de Bclano de ir a C hile para parti cipar en la
territorio. en el pun to de convergencia de territorios muy diferentes o IllUY alejados.
Lo Natal está fueran, Ibid. , p. 33 1. Es "el proceso-devenir " de Bciano. Se explica revo lución pacifica de su país. Auxilio Lacouru re recuerda esto s he-
as! su viaje a C hile y el resto de su trayectoria existencial. chos co n un triste dese nca nto: "p ues él se march ó por tierra, un viaje
, Ibid , p. 322. largo, largu ísimo , p lagado de peligros, el viaje iniciático de todo s los
• lbid , p. 325.
~ Es el t érmin o empicado por el traductor español. FJ diccionario no da esta acepción.
• Ibid. p. 328. "El agcnciamiento es terravalenre: 1) contenido y expresión; 2) • Gilles Deleuze y Félix Guanari, op. cit.• p. 517.
territorialidad y desterriro rializaci én", lbid, p. 515. , Deleuze y Guana ri toman el ejemplo del canto de los pájaros. el ritomelo:
7 Gilles DelCU7-C, Diaíognes. París, Hammarion, 1977, p.65 y p.S" . (Traduzco) 10 V6ue el cuento " Últimos arardeceres en la tierra- en el libro Putas asesinas.

97
P A B LO C AT A LÁ N Los ter rito rio s de Ro berto Bolañ o

pobres muchachos latinoamerica nos. recorrer este continente absur- am iga qu e, al no poder defender sus argumentos, se ha puesto a
do ..: (Ibid¡. La aventura heroica de Belano dura poco. Se producc llo rar.
el golpe dc Estado; pasa unos d ías en la cárcel ; despu és regrcsa a Perla lec mu chísim o; insinúa a Bclan o qu e deb ería leer m ás.
México. Auxilio Lacourure ve la transfo rm ació n del mucha cho. Es- Éste le reponde "q ue ya había leíd o todo lo que verda deramente Ic
tas fases sucesivas muestr an cómo Belan o se va desprendiendo d e importaba" (Ibid.). Un niño mal criado. pensó ento nces Perla. Pero,
cierras códi gos. có mo va marcando su distan cia. "Lo mí o es so bre más qu e éso, el co mpo rramicm o de Bclano es el permanente ritornelo
todo mi distan cia. escriben Deleuze y G uatrari, sólo po seo dista n- que lo arrastra en el proceso de desterritorialización. Su co nd uc ta es
cias".' ! una línca de fuga y " las líncas dc fuga son realidades, algo mu y peli-
Auxilio Laco ur urc recuerda qu e Belan o, cuando volvió. ya no gro so para las soc ieda des , au nq ue no puedan prescindir de ellas, y
era el m ismo ; co menzó a frecuentar gente más joven q ue él; co noció hasta en ocasiones las manipulen". "
a U lises Lim a. "co menzó a reírse de sus ant iguos am igos. a perdo- H ay tres ti pos de líneas. Una es la línea dura (o molar) que
narles la vida . a mirarlo todo como si él fue ra el D an te y acaba ra de nos seg me n ta riza , n o s est ra ti fica , nos pliega al p oder de lo
volver del infiern o, qué di go el Dante, co mo si él fuera el mi sm ísimo institucion almente aceptado; segunda, la línea flexible, molecul ar,
Virgili o, un chico ta n sensible, co me nzó a fum ar marihu an a..." (Los productor a de micro-d evenires y que mina los segme nt os y est raros
d,uc'i v" salvajes, 196). sólidos; tercera, la línea de fuga o de d esrerriro rializacién. H ayotra,
Un pro ceso sim ilar es evocado por Perla Avilés cua ndo recuer- la línea abstra cta , lín ea absolut a qu e es la liberación de la vida enca r-
da tamb ién al Bclano de los años 1970. Ambos están en la Prcpa celada o d etenida. " Si se observ a bien, se co mp rende q ue la vida de
Porvenir. Bclan o sient e poco interés por los estud ios y d e- secha la Belan o es un proceso -d cvenir co nstant e de ruptu ra de los estr ato s
idea de ir a la U nivers idad. Sabe q ue la institución en q ue estu dia qu e lo aprision an . de desterritorialización , y territorializació n de te-
pertenece al Opus D ei y man ifiesta su rebeldía. Perla Avilés recuerda rritorios marcado s por su ritmo. sus p rop ios med ios, sus marcas de
lo que él d ijo de sus padres: "q ue eran un os ingenuos y q ue él tam- d istan cia.
bién era un ingenuo y probablemente tamb ién d ijo que eran unos La vida de Bclano en M éxico DF, con U lises Lim a, tra za u na
igno rant es (sus padres y él) Y un os simples por no haberse dado do ble tra yectoria: la de la preo cupación poética; la del tráfi co de
cuenta hasta ahora q ue la escuela era del O pus" (Los detectives salva- droga. Ambas líneas se en lazan en una. la del proceso existencial de
j es. 144). Perla. estudiosa, pretende llegar a la Un ivers ida d pa ra estu- Belano y de su amigo.
diar letras; apenas dice ésto, Belan o declara qu e él es escrito r. Perla Quiero . en apretada síntesis, detenerme en esta línea doble y
recuerd a qu e Belano le contó que había conocido a un co m patrio ta desracar la faccra dc la po esía. El joven Juan Carda Moreno, hábil
chileno famo so direcror de cine y tearro.'? Belano le cuent a sus aven- poeta en gestación, ve llegar un día al taller de poesía de Jul io Cés ar
turas co n este pe rsonaj e; un día se pelearon. La causa: "d ijo q ue fue Alam a a Belano y a Lima. " La visita pa recía de naturaleza claram en -
por una diferenci a de criterios literarios y poco más. En claro saq ué te beligerante. au nq ue no exenta de un matiz propagand ístico y
qu e el d irecror había d icho que Neruda era un a mierd a y q ue Ni canor
Parra era el gran po eta de la lengu a española" (Losdnect;vessalvajes. u G illes Deleuzc y Félix G uana ri. op. cit., p. 208 . En el mismo libro: "Las líneas de
16 4). Bclano no es aún capaz de marcar su territorio y no cue nt a a su fuga no consisten nu nca en hui r del mu ndo, sino más bien en hacer q ue ese mundo
huya. como cuando se agujerea un tub o, y no hay sistema social q ue no huya de
[odas las metas, incluso si sus s~gme nros no cesan de end urecerse para obstaculizar
11GilIes Deleuzc y Félix Gu ana ri, op. cit., p. 325. las líneas de fugan, p.20S.
u .....en 1970 . conocí a Alejandro jodorowski, que para. mí encarnab a el artista de l' Philippe Mengue, Gi!ks D~kuu ou k syslm u du multip k. París, Kim é, p. 83
prestigio", en el cuento "Carnet de Baile" del volumen Putas asesinas, p. 208 . (Tradu zco).

99
PA BLO C ATA LÁ N Los territo rios de Roberto Bolaño

proselitista" (Los detectives salvaj es. 15), recuerda Garda M adero. De Sión: una línea recta, otra curva, otra quebra da y en cada un a un
hecho Bclano y Lima. part idarios de la poesía real visceralista, se pequeño rectágulo (un pequeño barco). "El poema es una brom a,
opone n al sistema critico de Alamo y éste trata a los real visceral istas d ijero n ellos, es muy fácil de entender" (I.os detectivessalvaj es, 40 0).
de "surrealistas de pacotilla" Ubid.). Belano ya está lejos de la reac- Cesá rea, cuando la encuent ran en So nora. ya no parece interesarse
ción de indefensa qu e tu vo frente a su am igo el dire cto r de ci ne. por la poesía; tiene otras ocupaciones y se ha co nve rt ido en un a
llene ahora un a verd adera co nvicción po ética. muj er de cue rpo desco m unal. Ya no es la joven agraciada qu e reco r-
Garda Madero, quien du rante un tiempo pierde de vista a daba Am adeo Salvatierra, la joven secretaria del general Diego Ca r-
Belano y a Lima, los vuelve a encont rar y el café Quito se co nviene vajal, mecena de las arres." Dejo sin mayor explicación este fen óme-
en el lugar habitual de reuni ón. El di etario de Garda M adero , co - no , qu e insin úa mu cho: Cesá rea leía en ormemente. éEra poeta ? La
m ien za en noviembre de 197 5 para termi nar el 3 1 de diciembre en am iga de Cesá rea, qu e Belan o y sus camaradas enc uent ran en Sono-
casa de la fam ilia Fon r. Desde allí se iniciará la fuga de Belan o, Lima. ra, no lo sabe, sólo recu erd a qu e escribía en un os cuade rn os de rap a
Lupe y Ga rcía M adero. Para los do s primero s, ade más de salvar a negra. Pero ahora Cesá rea es otra. Devenir. Es también el proceso de
Lupe , se trata de ir a Sono ra en bu sca de Cesá rea Tinajero po eta real Belano. Co n la publ icación d e la antología ha dejado un a huella en
viscera lis t a de lo s a ños ve in t e. Se t ie ne as í un a lí nea de M éxico DE Se marcha a Europa. Su existencia sigue siendo un
desterritorialización , un pro ceso de recodi ficación, po ética, de la te- am plio movi miento de expansión y de integración de nuevos he-
rritorialidad. La noc he que pasan con Am adeo Salvatierra, qui en chos y acont ecim ientos . Est é escribiendo u na novela.
fuera amigo de juven tud de Cesárea T inajero en los años veinte, Pcro la vida sigue y hay qu e ganársela. liene ya más de cua ren-
despliega. gracias a los info rme s q ue da el anciano escrib iente, toda ta año s. Se marcha a África como per iodista independ ient e. C onoce
la d imensión de la poesía esrride nrisra mexicana. Belan o y Lima es- al fotógrafo argenti no Jaco bo Uren da . Éste se perca[a de los p roble-
tán decididos a encontrar a Cesárea y a descubrir sus obras com ple- mas de salud de Belan o. D ice: "Su histo ria era bastante incoherente.
tas. Ga rcía M adero sigue su dietario y narra la búsqued a de Cesá rea Por un a lado saq ué la conclusión de que la vida no le im po rtaba
Tinajero y a la vez el encuen tro co n Alberto . el padrot e d e la prosti- nad a, de qu e hab ía co nseguido el trabajo para tener un a mu erte bo-
rura Lupe y el amigo po licía qu e lo acompa ña . Es significativo qu e nita..... (Los detectivessalvajes. 52 8). Sin embargo termina por pen sar
este enc uent ro, tan deseado en lo qu e se refiere a Cesárea T inajero y qu e "este compad re tien es ganas de vivir" (Losdetectivrssalvajes, 529).
tan temido en cuant o al padro te Alberto , termine co nvirtie ndo a Bclano acabará por perd erse en lo más peligroso de la guerra que
Belano en un asesino. D os línea se cru zan aquí. Por un a lado la agita a Liberia y Jacob o Urenda no tendrá más noti cias de él.
parodi a de los ju sticieros qu e salvan a Lupe de caer otra vez en las Desde el infi ern o ch ileno del 73 al infi ern o de Liberia d e
mano s del pad rote Albert o; por otro. la m ue rte de la tan bu scada 1996, Belano ha desarrollado lín eas y ha sid o atravesado po r otra s
Cesárea Ti najero : la han enco ntrado "sólo para traerle la mu ert e" tantas. Se dib uja así una pri m era cartografía. Se encue nt ra co n lí-
(I.os detectiues salvajes, 605 ). neas d uras de o rde n institucion al; d esar rolla lín eas mol eculares qu e
Belano y Lima regresan a la capital. Belano decide irse al ex- min an lo s es tr at os oficia les; se la nza en su lí ne a d e fu ga
tra njero. H ay aquí dos actos poéticos por excelencia y fu nd am enta- desterritorializándo se y recod ificand o otros territo rios. La lín ea
les para Belano: la mu ert e de la tan buscada C esárea Tinajero y la
publicación, antes de irse a Euro pa en 1977 , de un a anto logía defini-
Il Véase la relación de Manuel Maples Arce con el general Jara: "Jalapa fue para
tiva de la joven poesía latinoamericana (Los darctiues salvaj~s. 60 5).
nosotros el principio de un ansia, el principio de un esfuerzo que nos habíamos
D e Cesá rea Ti najero Belano había visto en un a de las revistas de pro puesto llevar a cabo (...) Por eso, le llamábamos Esrridem épolis", d ice Germá n
Am adeo Salvatierra lo poco que qu edaba de su poesía: el poema List Arzublde, en Estridmtismo: memoria J valoración. México, fCE, 1983, p. 22.

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m áxima es la línea abst racta 'v. Ifnca de vida y de muerte: " Uno se ha
salvado por amo r y para el amor, abandonando el amo r y el yo. Uno MAGD A S EPÚLVEDA
ya no es más que un a línea abstracta, como un a flecha que atra viesa
el vacío . Desterritorialización absoluta. Uno ha devenido como todo
el mundo, pero a la man era en qu e algu ien no puede deven ir co mo
La narrativa policial com o un gén ero
todo el mundo" . 17 Bclan o se ha abierto, se ha hecho mundo , pero no de la Modernidad: la pista de Bolaño
como tod o el m undo .
Los te rritorios qu e Roberto Bolaño escri be im plican el
proceso perma nente de un devenir. Este verbo es intran sitivo. " Lo
act ual no es lo que somos sino más bien lo que deven im os, aq uello
que estamos deviniendo , es decir el Otro, nu estro deveni r-e rro"."
Una na rrati va abierta , en expansión desde el haber sido hacia el
siempre din ám ico estar siendo. Una escritura qu e traza el map a de
un mundo qu e es multiplicidad de líneas de vida y de muerte. En ocasiones, la lectura de un a novela es un goce. Entonces, el pla-
Espero hab er mo strado dos procesos fundam entales de cer reviste la form a de un rito exorcista: ent ran en escena nu estros
Arturo Belan o: las fases sucesivas de un fenóm eno de expansión demo nios y luego se van , pero siempre por breve t iempo. Part e de
liberadora y la int egración generado ra de un mundo y de un espa- ese espíritu demoniaco int egrado po r la d uda y la d iscrepancia da
cio-tiernpo-escritu ra. origen a la form a novelesca, po r ello sin po siciones encont radas, no
hay novela. I Deb ido a la tentativa de rep resentar la diferencia. la
novela es el gén ero q ue materializa la mo derni dad', situación que a
la vez p rograma una reformul ación constante de si m isma, pues la
duda y la d iscrep an cia so n tam bién mó viles destructor es. G racias a
esa tensión, tod a no vela avanza moviénd ose ent re sus antípodas.
, M onsieur Pain 3 de Rob erto Bolaño posee como d irección de ten -
sión, el formato policial, modelo de escritura alrededo r del cual dan-
za esta novela, en una baile qu e bu sca la emancipació n de sus raíces.

1 Bajtfn diferencia el m undo narrado de la novela del mu ndo épico, pu es en el

primero hay varias posicio nes, mient ras qu e "la posición ideológica d el héroe épico
es gene ralmente significativa para todo el un iverso épico; el héroe no tiene un a
ideolog ta especial, junto a la cual sea posible la existencia de o tras". En M ijail Bajtfn,
uoría y ESlltica d~ la Novela, Trad. Helena Kriukova y Vicen te Ca rranza. Mad rid .
Taurus, 1989 , p. 151.
2 Esta relació n entre mod ern idad y novela es exami nada y analizad a por Iris Zavala

16 " Linea de fuga o de rup tura. abstracta, mortal y viviente. no segmentaría", G illes en La Postmodemidad y Mijal/ Bej ttn, Madrid , Espasa Calpe, 199 1.
Deleuze y Félix Gu arrari, op. 0"1.• p. 204. J Bolaño señala en la No ra Prelimi nar a esta novela q ue ella fue escrita en 198 1 o
17 Ibid: 1982 y qu e obt uvo el p remio d el Ayuntamiento de Toledo. ent re ot ros. Véase Ro-
II G illes Deleuze y Félix Guatrari, Qu't5H~qu~ la philorophi¿, Paris, Min uit, 199 1, berto Bolaño, Monsi~u, Pain, Barcelo na, Anagrama. 199 9. p. I I. En adelant e. los
p. 107 (Tradu zco). números ent re paréntesis hacen referencia a esta edición .

102 103
M AG OA S El' ÜLVE OA La narrativa policial como un género de la Modernidad

Monsíeur Pain es un a no vela que no tan solo se ent iende por por un os de sus pacientes, el seño r Vankirk, antes de morir. Este
sí mism a, sino que se co m p rende más am pliame nte en relación a un enfermo de tubercu losis t iene la co nvicció n d e la inmortalidad del
texto anterior. Este texto p revio es el gé ne ro pol icial. El d iálogo en- alma , pero ca rece de arg umentos lóg icos para demostrarlo. Ento n-
tre la novela y el gé nero po licial no es am istos o, es po lémico. Bola ño ces, le solicita al méd ico que lo ob ligu e a razonar bajo hipn osis. Las
discute co n el gé ne ro poli cial, porque lo percibe co mo un d iscurso respuestas son dadas en un lenguaje crí ptico que esq uiva roda co m-
moderno. La forma que asume esta pu gn a co m porta las ca racterís ti- prensión :
cas qu e M . Bajtín ha asociado a la po lémi ca oculta. Esto es, M onsíeur
Pain co ns ide ra al relato pol icial co mo un antecede n te, el cua l esco n- rhc stars, meantime, through what wc consider thcir rnarerialit y,
de, evitando rep roducir sus co m po nentes , pero funcio nando a la vez cscaping th c angdic scnsc, jusr in proporrion as rhc nnpa rt iclcd
matrcr, rhro ugh wha r wc considcr irs im rnatcrialhy, eludes rhc
co mo un ho rizonte q ue determ ina el sentido de la o bra presente. En
organic."
esta po lémi ca oc ulta, las palabras de la no vela adqu ieren do s sign ifi-
cados qu e chocan, el de la palab ra en el d iscu rso presente, o sign ifI -
Al parecer esta form a co m pleja de hablar di ce relación co n la
cado objerual, y el valor de la palabra en el d iscurso ajeno." Por tan -
dificu ltad del tem a. La verda d sería indescifrabl e. Bolaño eligió como
to , esta polém ica oc u lta " crea un a co nfro ntació n de pa radigmas
parat exto un relato de Poe donde el pro tagonista ta m bién es un
interpretativos. Di cha pugna es fru ctífera para Bolaño , pues le per-
sanado r hipnó tico , es decir, un sujeto qu e pol emiza con el discu rso
mi te discutir la racionalid ad moderna, estableciendo para ello al
racio nal. Ad em ás el n o mb re d e los p ro tago nistas es semeja nte
menos dos puntos: u n n uevo co ncep to del verdad y un nu evo méto -
fon éti cam ente, "D upan" y "Pain". Esta elección de Poe por Bo laño,
do para acercarse a ella. Estos so n los do s ob jetos confro ntados, qu e
no parece ser casual, pu es ella seña la la tensió n en qu e vivió el iniciador
reciben aho ra un a nu eva carga semá ntica. Es decir, este escrito r po -
del géne ro pol icial; po r un lado, cue ntos donde lo fan tástico no es
lem iza lo que se ha entend ido por verdad med ia n te la relar ivizació n
capturado por la razón hum ana y po r otro lado, cuentos d eresrivesccs,
del co ncepto de deliro; y discute la form a de acercarse a ella, recha-
d onde las o perac io ne s d el racio cinio permiten qu e la vo z
zando los métodos detectivescos.
tranqui lizado ra de la razón o rden e lo informe. El cuento del epígrafe
El problema de la verda d se enc uentra problema t izado ya des-
co rrespo nde al pr im er tipo , es deci r, a aq uellos donde la razón no
de el ep ígrafe qu e da co mienzo a la novela. En este par at exro se cita
pu ede explicar el mundo.
el relato de Poe " Revelac ió n M ésrnerica". Allí, la verdad es inexpl ica-
La verdad ocupa un lugar centra l en la no vela pol icial, donde
ble e incognocibJe por métod os racionales o detectivescos. Este cuento
se la co m pre nde co mo un d iscurso exp licat ivo sobre la realidad . Se
es narrado por un médi co h ipnotizado r o mes mérico qu e es llamado
llega a la verdad cua ndo se pr ecisa có mo y por qué oc urrió el crim en .
Por ello, Piglia habla de:
4 Véase Mijail Bajrfn, Problemas de fa Poetica de Dostoieoski, Trad. Tanana Bub nava,

México, FCE, 1988 , págs. 25 3 ~286 . el delirio interpretativo, es decir, la interpretación que trata de
~ Podría pensarse que la novela Monsirur Pain colinda en alguna s situ acio nes con la borrar el azar. considerar que no existe el azar, que todo obedece a
parodia. Sin embargo, desde el punto de vista de Bajrfn, "al discurso de la parodia le
es an áloga toda ut ilizació n iró nica" (Mijail Bajtín , Problemas de fa Poética de
Dostoieoski, op. cit. p. 271) . Esta característica de imitación satírica es posterior- (, Edgar Poe, "Mesmeric Revelarion", en The Complete litles and Poems of Edgar
mente retomada por j ameson, quien agregaque ella posee rncrivos ulteriores (Prcderic Alfan Poe, Comp. H ervey Allen, New York, The Mo dern Library, 1938, p. 95. Una
j ameson , Ensayos sobre el Postmodernismo, Buenos Aires, Irnago Mu ndi, 199 1, p. tradu cción libre de esto sería: "las estrellas, en tanto, mediante lo que consideramos
36). En Monsieur Pain no hay imitación del género policial, por tanto no puede su materi a lidad, escapan al sentido angélico, al igual q ue la materi a no-part icular,
haber parodia. med iant e lo que con sideramo s su inmaterialidad, elude lo orgánico"

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M AGD A S I' PÚtV W A
La narrativa po licial como un gé ne ro de la Modernidad

una causa que puede estar oculta. que hay una suerte de mensaje de culpables, de motivacio nes y de un modo de ejecución. N ingu no
que "me está di rigido "," dc los personajes d ud a de la existencia del caso. Esa certeza tiene q ue
ver con un núcleo del d iscu rso moderno, pues el progreso, si bien se
La noción de qu e todo obedece a una causa, y, que por tanto co m prende co mo cam ino hacia la libertad , contempla también la
todo es explicable, perten ece al discurso de la modern idad , ya que dom inació n y el control de los que se oponen fort uita o conscien te-
este concebía el mun do como un objeto manipu lable, so bre el cual mente al desarrollo. El progreso gene ra su propia exclu sión para se-
se opinaba de man era exacta, cuanti ficable y disyun tivam en te," Esta guir siendo tal. Por ello , las novelas policiales rep udi an "lo incivili-
red ucción mod ern a sobre el azar no ocurre en el mu nd o narrad o de zado", "lo inhumano". Reco rdemos que el primer relato policial "Los
M onsíeur Pain. donde el delito no es un facrum producido po r la crímenes de la Rue Margue" [Uva por culpable a un mono. Esa com-
vo luntad humana. En esta no vela, los hech os pareccn no producirse plicidad entre los personajes sob re lo qu é es un delito , es cues tio na-
por la int encion alid ad de los perso najes, sino más bien, los persona~ da en la novela de Bolaño . AIIf. Madame Reyna ud le solicita al pro-
jcs so n llevad os po r ím pe tus su perio res qu e descon ocen , no te nien- ta gonista que sane a un cn fermo apellidado Vallejo. Monsi eur
do ellos la fuerza par a modificar el acontecer. Por ello, la visión del Pain con curre a la clíni ca, logrando buenos resultados, sin em ba rgo
cr imen cam bia, mod ificándose aqu ella co nce pc ión q ue lo vefa co mo no pu ede co ntin ua r el tratamiento, pues se le impide el ingreso al
un suceso producido por ciert os motivos espec íficos del delinc ue n- establecimiento hosp ilatario. Pier re Pain , sin poder ver al en fermo y
te. Aho ra se liga azar y cri men: "Era sob re el azar crim ina l, el azar co n la so licitante d esaparecida, cree tene r un caso, pues ent iende lo
co mo el último hom icida" (33). Al ser el azar el crim inal , la bú sque- suced ido co mo co nsecuenc ia de un co m plot co ntra Vallejo. Enron-
da realizada po r el detect ive pie rde sent ido. Para ind icar este ca m- ces, el rol de Monsieu r Pain co m ienza a col indar con el del detecti-
bio , Bolaño hace a su pro tagon ista tomar di stan cia respccto de la ve, po dr ía decir se q ue el caso para Pain está co nformado por do s
figura del detective: sit uaciones; primero lo grar ingresa r a la pieza donde está Vallejo y
do s, sanar a este enfcrmo. Esto desata en él un a paranoi a, debido a la
Usted qué es? ¿un detective? cual exami na co mo sospechoso a todo sujeto. En ca m bio, para el
No, po r Dios ¿Tengo cara de d etect ive? (66) lector, la única p ista so bre un co m plot co ntra Vallejo provien e de
\
un os españo les co n aspecto de gá ngst ers (37) que sobo rna n al p ro t~l ­
Esta lejanía respecto a la fun ción del detective parece deberse go n ista co n din ero a ca m bio de no ver a Vallejo . No hay otras pistas
a qu e la verdad ha dejad o de ser un d iscu rso exp licativo , basado en que per mi tan al Icctor co ncluir so bre la existe ncia de ese co m p lo t
causas y efectos . del cual el prot agonista asegura su existe nc ia. Por esto, no qu eda
La polém ica sob re el caráct er explicat ivo de la verda d infl uye bien trazada la existencia del delito pa ra el lector. Así, la no vela ab re
en q ue se discrepe de ella como una certeza co m partida q ue ayuda a la pregunta ¿dó nde está el caso? o catalogar un suceso de delito, ¿es
ma ntener lazos socia les. Esto hace q ue Bol año cam bie el co ncepto un pro blema de perspectiva? Esta d ud a no co ncuerda co n el enfo-
de caso. En las novela s pol iciales el delito es exam inado co mo u n que de la novel a po licial clásica o negra, pues en ellas todos los per~
caso, entendiéndose por tal una situación nar rativa oculta que co nsta so naj es está n de acuerdo en cuál es el delito y po r tanto , estarán
conformes con las exclu siones y los encierros que a partir de allí se
pr esentan. Mi ent ras que en el texto de Bolaño, todos po demos ser
7 Ricardo Piglia, "Ricardo Piglia reflexiona sobre los géneros y esboza una nueva
encerrados, todos so mos un caso para alguien que nos mi ra y a la V C:L
categoría narrativa", en El Clarín de Buenos Aires. 10 de octubre de 1991. p. S.
todos trazamos la exclusión que encerrará a o tro.
B Jesús Ballesteros. Poslmodrrnidad: Dmukncia o Raistmcía, Madr id . Editorial

1«005, 1994. p. 19. En el di scu rso moderno, la verdad es co ncebida como un

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M AGDA SI'.I' ÚL V I'.D A La narrativa policial como un género de la Modernidad

descubrimiento humano , un tesoro encontrado. Esa verda d es aco- por tanto definir qu é se considerará un caso es un problema relacio-
tada a un a parcela de realidad , no es inco nmensu rable. En las nove- nado co n la mirada del esp ectador y reso lverlo será enc o n trarse co n
las pol iciales do nde se bu sca un objeto extraviado o un a persona la propia m irada, lo qu e eq uivale, según este texto , a hall ar la poesía.
secues trada o d esaparecid a, esos o bjetos o su jetos so n entes acota- Junto co n po lemizar co n el co nce pto d e verdad co mo di scur-
dos. N o sucede así en Monsieur Pain, pues lo bu scad o por el prota- so racional, explicat ivo. certeza co m pa rt ida y tesoro mens ura ble,
gonista cs algo inasible. El personaje dc Vallcjo es un a met áfora, de Bol añ o impugn a la verdad co mo d iscurso orden ador del mundo.
la cual, al princip io de la novela, sólo se in forma su p rocedenc ia es Para ello, di scute la Icgiti midad del método de recrivesco, En la ma-
pe rua na (38)9. Esta men gu a en los datos es co m pensada sólo al fina l yo ría las novelas pol iciales, el detective es un narr ador en primera
de la novela , cu ando M adam e Rcynaud entrega más información a person a, cuyo foco es exte rno, pu es sabe menos qu e los person ajes.
M on sieur Pain dad a la mu erte de Vallejo: Por ello, el detective debe recurrir a los person ajes, y mediante las
pre guntas qu e les reali za, fabrica la histo ria, dando este proceso o ri-
Aragon hizo un discurso gen y desarrollo al m undo narr ado. Es decir, la trama se desarrolla
¿Aragon? - murmu ro en la medi da q ue el detective va explicando el suceso delicrual. En
Sí -dice madame Reynaud- . Monsicur Vallcjo era un poc este aspec to de sistematizar la histo ria, la novel a policial captu ró un
ta, aunque muy poco conocido, y pobr ísimo - a ñade.
tópico moderno. El d iscu rso de la modern idad co ncib ió la historia
- Ahora se volverá famoso. (152)
como un proceso unitario de realizació n progresiva de la human idad:

Ahora el lector tiene la conjetura de q ue Vallejo es Césa r Vallejo, Tal co nce pci ón d e la historia, en efecto, implicaba la existencia de
el valioso po eta peruano. En consideració n a que M on sieur Pain un cen tro alred ed o r del cual se reunían y ordenaban los acon teci-
bu sca enco ntrarse co n Vallejo , se podría seña lar qu e, de forma m iente s."
meto ním ica, lo bu scad o es la po esía. Ella tiene aquí asign ado el pa-
pel de vfcrima sin salud qu e debe ser sanada. La enfermedad de Vallejo , Esa noci ón de la historia implica la reunió n yel o rdenam iento
el hipo, se relacio na co n el lenguaje, ya q ue co mo efecto prod uce la de los aco ntecimi entos en un todo , pero en la novela de Bol año. si
imposibilidad de hablar. N uevamente op era la retó rica de la meto ni- bien el pro tago nista es un narrador en primera person a, él no p uede
m ia para co nsiderar a los ad versarios pen insulares como la I~ngua explicar nad a, po rq ue él no co mp ren de lo suced ido . Parte de su in-
española, la cual es vista , desde este áng ulo, co mo una cárcel. Esta co m p rens ió n se debe a q ue las pistas las recibe en sueño s; a que
atenci ón al lenguaje se encue ntra ta mb ién en el nombre del prota- tien de a estab lecer co rrespo nde nc ias do nde no hay lazo racio na l; a
go n ista. Pierre Pai n, que es una aliteración cu yo so n ido sem eja al q ue exami na el mundo co mo un todo. sin diferen ciarl o en panes. a
hipo . Así, la novela, al rematizar el lenguaje co mo propósito de la q ue le es imposible tr azar un cód igo to pográfico y a q ue faltan piezas
ind agación policial. tran sg rede los objetos ca racterísticos de la bús- del mosaico pa ra arm ar la historia.
qu eda detecti vesca, a saber. un bien robado o un a persona secues tra- La im posibilidad del protago nista de Bolaño para armar la his-
da. Lo bu scado aq uí es la po esía. es decir, un o bjeto inasible. D ebid o toria radica en su conciencia fantasiosa. Esa men te alucinada po le-
a estos trastoq ues, la novela parece señalar qu e el delito ocurre siem pre, mi za la pr edicción lógica en el género po licial. Los detectives m e-
di ante sus ob servaciones ext raen indicios y luego fo rm ulan teorías
" Acertadamente, P. Espinosa ha percibido la pérdida de referencialidad cn este exp licativas. La histori a po licial fimcicn a de manera indicial, es decir,
hecho: "se pierde: la rcferencialidad.]a efímera fama. no es más q ue: un cuerpo q ue
cae: rápidamente en el olvido". En Patricia Espinosa. "Una novela dislocada", El
Metropolitano, 23 de abril de 2000 , p. 8. " Van imo y Otros./::"n lomo a la !'ostmodnnidad. Barcelona. Amhropos, 1994, p. 10

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M AGOA SErÜiVEDA La narrativa po licia l co mo un gén ero de la Mod ern idad

po niend o atenci ón a los detalles se aspira a conjetu rar lo aco ntecido. la verdad gracias a en sayar un a co ncie ncia fue ra del tiempo y del
De hecho, el detect ive y ellector debieran realizar el m ismo proceso, espacio. q ue insta ura la verdad como un "saber" .'? Por ello. la gra n
pues: cantidad de mon ólogos de la conciencia presentes en cuas no velas.
Esa escisión entre la perso na y el m undo es un rasgo caracterfs rico de
Si el relat o po licíaco pu ed e defin irse co m o un a narr ación qu e co n- la vo luntad de dom in io de los suje tos de la modernidad .'! Esto s
siste en la producción de sfn romas, resulta obvio qu e el lector, suj etos se aurofccu ndan por medio de la lcgiti mación de sus saberes
invitado a descifrarlos. no puede escapa r nunca a tal presi ón. Al cu ya p rem isa básica es la co nfiguració n de un objeto de estudio se-
co n tra rio, la lectur a implica continuas d ecision es co n el fin d e parado del investigador. La defi nición de esa fronte ra es la tarea del
co nt rolar la presión dc los in icios o pistas. A sab iendas de qu e no
detective, por eso este perso naje se esfuerza en exami nar los caso s sin
LOdo es relevante en la exposició n (ya filtr ada ) del narr ad or, el
co nsiderar sus vín cu los personales. incluso en la gran mayoría d e los
p robl em a cstá en sepa rar el discurso enig má tico y d iscret o de los
síntomas del discurso (a menudo enso rdecedor) de la evidencia." po liciales negros. el detective de be romper los lazos afect ivos q ue ha
ido desarr o lland o en el transcu rso de la investigación para ser capaz
Para q ue los indi cios puedan ser expli cad os dentro de un todo de m irar el del ito como un o bjeto de estudio. Este proceso no oc urre
mayor se req uiere la capacidad selecc io nado ra del detective. Sin con la novela de Bo laño. pucs allí el p rotago nista no traza un espa-
emb argo . Monseiur Pain ve u na ca nt idad tan im po rtant e de ind i- cio Otro. po r ello él no está segu ro de q uc haya u na intriga co ntra
cios q ue se tran sforma en un loco. La gra n cantidad de ind icios que Vallejo. incluso a ratos d uda de su sanidad mental: "Q uién era el
apreci a lo Ilcvan a exami nar la realid ad co mo un todo un ido. donde loco. él o yo?" (I 15). Él no tiene p ruebas demostrables de la intriga.
no es posible separar las partes y ent o nces, hablar dc un suceso en es más bien q uc tien e "fe" en esa realidad . Sus p ruebas pertenecen a
part icu lar: la co nciencia , a su interio r, a su mirada:

Ignor o por q ué las im ágenes inconexas de un rostro qu c po día ser H abía afirmado q uc pretendían asesina r a Vallejo: ¿de verdad lo
el d ifunto mon sieu r Rcynau d se sob rcim pusic ron a los cucrpos creía? M e llevé la servilleta a los lab ios y ce rré lo s ojos. Sí, lo creía.
que bebían y charlaba n a un a o d os mesas de d istancia. (t 7) (1 12)

El person aje tiene un a serie de visio nes prop ias de un trasto r- Aq uí, la verdad es co ns iderada una "fe", co mo "creencia" y no
no aluci natorio. co mo cuando cree ver en el camarero y sus ayudan- co mo "saber". El "saber" es legitimab le, posee estrate gias de lcgiti-
tes a dos ángeles (20). Este estado. donde toda la realidad es indicio. mació n, po r ello es enseñable y demostr able. Po r el co nt rario, Bolaño
impide ejercitar los pod eres de la razón . entre o tro s, la separació n y hace valer el «saben) co mo creencia .
la clasificació n, q ue so n fo rm as de aprehende r de la realidad . La verda d co mo d iscurso tran sm isibl e med iante la ed ucació n
Par a co n ti n uar po lem izan do co n la fu nci ón del método
de tec tivesco, Bo laño le entrega al protagon ista una con scienc ia qu e n Lyotard entiende el saber como competencias legitimadas: "Se trata entonces de
no es capaz de visua lizar otro tiempo y otro espacio dife rente al que competencias que exceden la determinación y la aplicación del único criterio de
vive. La novela po licial propone un detective qu e logra dese nt rañar verdad, y que comprenden a los criterios de eficiencia (cualificación técnica), de
justicia y/o de dicha (sabid uría ética), de belleza sonora, cromática (sensibilidad
auditiva, visual ). De ahf resulta uno de sus rasgos principales: coincide con una
11 Gian Paolo Caprem ni, "Pierce, Holmes, Propper", en Umberto Eco y Th omas "formación" amplia de las competencias". En jean-Francois Lyorard, La Condiáón
A. Sebeox (cc mp.). El signo d~ WJ tra: Dcpin, Holmes, Pi(1"(~. Barcelona, Lurnen, Postmodema, Trad . Mariano Rato, Madrid, Cátedra. 1994, p. 44.
1989. p. 187. 1) Jesús Ballesteros. op. cit., p. 22.

liD lit
M AG [) A $ Er (rlVE[) A
La narrativa policial como un género de la Mod ernidad

im p lica sepa rar la "m irad a objetiva" de la subj eti va. Esto no sucede p unto a o tro , pos ru lán dose más bi en la h isto ria co mo un fragmento
en la n ovela d e Bolaño, pues la conciencia del protago n ista al n o d o nde el sujeto no pued e explica r q ué suc ede realmente. Por el co n-
sepa rar in teri o r d e exterio r, hace que la esc ritu ra sea alucinada y no trario , en el géncro po licia l, el d etective arma la h istoria , q uedan do
exista esa "m irad a o bje t iva". Est a co nfusi ón entre fanta sía y realidad esta expucsta an te el lector.
pol em iza co n el di scurso co nje tural d e la novela policial do nde to da La producción d e la verdad pe rm ite q ue los sujetos tra nsfo r-
hip óresis o fantasía encuentra final m ente su valoración en la reali- me n su m un d o. En la n arrativa p oli cial, el de tective, gracias a sus
dad. Por el con trar io, el tejido de la novela de Bolaño confunde al razo namientos, modifica, re-orde na el m undo. En el texto de Bolaño,
lect or, pues las imáge nes del p rotagonista no so n luego confi rmadas al no haber prod ucción de verd ad, no hay mod ificación de mundo
o refutadas por u n valo r de verdad. Lo insóli to sim plemente está allí y, po r tanto, los sujetos so n más bi en p asivo s. En est a novela , resalta
sin exp licación d entro de la n ovela, introd uc id o por for ma s ret óricas la co ndi ció n dc espec tad o r de Mon sieu r Pain , que, al parecer es la
que indican alteración d e la realida d co mo "so ñé" , "d orm í" , "estaba única posición pos ible en un espacio que considera caótico. Monsieu r
cansado" o "silueta co nfu sa". Así podem os encont rar en u n pasaje Pain se sabe inco mpetente frente a ese orden q ue al parecer es supe-
tan perturbador co mo este : rior, tal co mo se lo señ ala Rivene:

Fue entonces mient ras inrenraba hallar la salida de una zona en la jueces du ros como laroca (...) recompo nen las piezas, son crueles
búsqu eda había sido infru ctuosa, cuando vi aquello al final del y se rigen por reglasque para n a SOlTOS es t án en el dominio del
pasillo, como si todo el tiemp o hubiera estado allf esperándome. azar. En una palabra.son horr ibles e incom prensibles. (5 1)
Era apenas una silueta confusa, un cuerpo sin brazos, una pesad i-
lla catapul tada de golpe desde la infancia. (144) Si el orde n del m undo es inco m p rensib le par a lo h u ma no,
entonces, las perso nas no puede n modificar la realida d y po r tanto ,
En esta novela, las pi stas d ad as en los sue ños revelado res que no pueden logr ar sus pro pósitos . Es ta imposibi lid ad d e co ntrolar el
tien e M onsieur Pain , no encue ntran co tejo en la realid ad . Por el mundo , induce, en los p ersonajes, la co nd ición d e espectado res. Con
co ntrario, en los textos po liciales, la pi sta es un exterior d emostrab le ello , se de sm onta una de lasprem isas de la narrati va policial, a saber,
por la mirada hábil, propi a del rol del detective. Las pistas de [~ Pain la posib ilidad de in terp retarla realidad como un sist em a d e ca usas y
no so n verificab les, él sue ña q ue participa en u na reun ión donde efectos. E n la no vela de Bolaño , la indagación no co nd uce a parte
un as voces le susurran que hay un a fu ga (53). Este elemento no algu na, puesto qu e el protagonist a no puede ejercer su volu ntad y
racional le sirve p ara co nje tu rar que está en un a sit uació n de ame na- provo car lo s suceso s, m ás bien él está ante los suce sos, d e ahí que
za. Sin em bargo, la narración del protagonist a d e Bolaño no perm ite M onsieur Pain expo nga:
diferenciar la realidad de la ficción :
Comprender entonces que el viejo y yo éramos semejantes no
Debla recobrar la sangre fría, la calma, la d istancia, salir de esa sólo en nuestra disposición frente al laberinto sino rambi én en
sensación de irrealidad que se esraba apoderando de todo. (128) nuestra común co ndc i ón de espectado res. (I 1 I)

Así, la di stancia entre fantasía y reali da d aparece bo rrada. Esto Para el protago nis ta de Bol año es im pos ib le orga niza r lo suce-
afecta el mundo na rrado , po rque, en esa pérdida de frontera se ex- d ido. Esta care ncia se d estza desde el nom b re del per sonaje. p ues
travía el sent id o de co m p letitu d de la nov ela policial. La hi storia no ta nto el nombre de p ila "Pia re" como el apellido "Pain", so n lexemas
se comporta co m o u n ciclo na rrat ivo , es decir, no tra nsi ta de un d e uso frecue nte en el di scurso cris tiano; "pain (pan) pa ra alu d ir a la

112 113
La narrativa policial co mo un género de la Modernidad

necesidad básica humana de alimentación y Pierre (Ped ro) para sim- rior a 1938, año en q ue se inicia la novela. La fun ción del ep ílogo no
boli zar la piedra o fu nd am ento de la Iglesia. Estas cu alidades es ent o nces acla rar lo suced ido, sino expandir aú n más aquella anéc-
sustentadoras son las que el protagonista no pu ede desarrollar d ebi- dota caó tica qu e gob ierna la novela. lo qu e explicaría po r qu é el
do a qu e co mprende el mundo como caótico. C ualqu ier posib ilidad epílogo fue el nombre or iginal de la novela. La senda es un a hu ella
de establecer una verdad ha qu edado desmontada. borrad a que difi culta seguir un punto de vista que pueda unificar a
La polémi ca co n el método detectivesco aba rca tambi én la re- todos los dem ás. La lógica del lector ha quedad o tan polemi zad a
lació n qu e el detective tien e con la ciud ad. En la nar rati va policial , co mo la racion alid ad del detective. Estamos todos pe rd idos.
principalmente adsc rita al género negro , la ciudad se transfor ma en La perspecti va sob re la verdad y la forma de ace rcarse a ella,
un código topog ráfico, porque los despl azam ientos del detective en esta novela, se estructu ran de tal man era que, junto co n su signi-
operan también co mo desplazamientos simbó licos, los ciudadanos ficad o tem ático, ellas establecen un a polémica oc ulta co ntra el géne-
de d eterminados entornos se relacionan de determinada man era co n ro pol icial. Esta distancia se debe a que la palabra de Bolañ o exam i-
la verdad . El detecti ve enlaza la ciuda d en el orden de su trayecto, na el género policial como un discurso propio de la modernidad .
ad emás él provo ca el movimiento de los ciud adan os al impulsarlo s a D esde ese hori zonte de sent ido, el crim en es un a certeza compartida
hui r e incluso sacarlos de sus lugares de resid encia e inmovilizarlos sobre el merecim iento de castigo para quien. domin ando su vo lun-
por medio de la detención. El detective del policial negro, salfa a tad, va en co ntra de la cultura; es una visión moderna, donde la
recor rer la ciudad, buscando información, él conod a la ciud ad a la vo luntad o pe ra co mo fuente de los derechos de las person as. Por el
perfecci ón. Sin emhargo, en la novel a de Bolaño, toda la ciuda d se co nt rario, en la no vela dc Bolaño el crimcn es una incerteza, tanto,
manifiesta regid a por el desorden para el protagon ista. La irraciona- porque el azar es responsable del delito, como po rque lo que es de li-
lidad de la ciudad afecta a Monsieur Pain , por ejemplo él entra a un to es relativo a la co nciencia del perso naje. O lvidadas las certezas, se
bar y en vez de ser este un sitio normal, es un lugar co n característi- hace imposible la historia co mo relato unificado. Por ello , ni el pro-
cas gót icas, el sitio es un palacio del horro r, pues todo es doble: los tago nista, ni los lecto res, pod emos unir los fragmentos de la novela.
meseros so n do s mel lizos cuya terro rífica cualidad es fab ricar una No hay viaje desde un no saber hasta un co noci mie nto o rde nado r de
serie de objeto s en colo r verde, en estos, unas peceras ad ornada s en mu nd o. Las pistas en Bolaño abren itine rarios, pero no permite n
su interior por tren es y cadáveres. Las coincidenc ias tan buscadas realizar un viaje. Hi sto ria un ificada y viajes so n un conjunto par;¡ la
por la novela policial, se tra nsfo rman en un sím il mon stru oso en modernidad . Los viajes tien en un map a mental que le perm ite al
esta novela. Por ello. los desplazam ientos del protago nista sólo lo sujeto saber su posició n en el espaci o to ta l imagin ad o po r él. Por el
enfrenta n al carácter de simulacro de la realidad , lo cual hace im po- contrario, el protago nista de Bolaño es presa de un itinerario, dond e
sible que él tenga un mapa mental de la ciudad . el perso naje vaga y se expo ne a realidades mú ltiples q ue lo invitan a
La estruc tu ra po licia l tiende a situ ar al lect o r en u na co nd i- olvidar el telos. Así, el sujeto se convierte en un espectador de lo
ció n sim ilar a la del detective, pues este recepto r también creará un d isti nt o el cual ya no desea do minar, pero tampoco verlo , más bien
mundo de conjeturas que le perm itan explicar lo sucedido. Ap aren- ve su propia mi rada so bre el objeto, entrando así en un laberint o de
temente, Bolaño deja en manos del lector armar la historia, pa ra espejos. Reflejos po stmodernos en una po lémica co nt ra la literatu ra
ello, la novel a co nt em pla un epílogo de voces titulado "La senda de modern a.
los elefantes". En él, ocho personajes relatan lo que co nocen de la
historia. El lector esperaría qu e esto s fragm entos le permitiesen rear-
ticular la histori a leída, sin em bargo la mayoría de los datos qu e
estos person ajes prop orcion an di cen relación co n el período ante-

114 115
LA IDENTIDAD ¿POSIBLE?
J AVI ER EDWAR DS

Roberto Bolaño , escri t or p ar a leer

Ro berto Bo laño es ta n ch ilen o co m o M art a, co m o Ar ra u, co m o


Arncnába r, como tod os aquellos que siente n q ue la estrec ha faja de
tierr a en que vivimos les queda chica y. como d ice el refrán uru gua-
yo, se co nvierte n en hombres "q ue se toman los vientos" , individuos
q ue partcn a bu scar m undo, libertad , expe rien cias. Algo q ueda de
las raíces, siem pre q ued an raíces, pero resulta pretencioso q ue al cabo
del tiempo el país los reclame co mo propio s y se los atribuya cada
vez que se hace menció n de ellos. Bolaño es ch ileno en su pa rtida de
nacimi ent o, y en la fuerza polém ica q ue ha mostr ado en sus visitas o
en libros co mo Nocturnode Chile do nd e hace rend ir cue ntas al mun -
dill o literario local. Y co mo el qu e se atreve, cr uza el río , este escritor
ya es Prem io Róm ulo G allego s y Premi o H err alde, adem ás de auto r
de un a o bra extensa y variada.
Poeta; escrito r de no velas y cuentos en calidad de "nato" y
"d espercud ido" ; auto r q ue no se de ti ene fre nte a pacat erías o
rupt urismos formales, estéticos o morales; escribiente q ue to ma lo
qu e enc uentra en el ca mino: trozo s de histori a política, vidas margi-
nales, críme nes, pasio nes, el m undo del escritor, las sim ulacio nes de
la cult ura, siem pre justi ficados pretextos para arma r tram as que se
desarrollan en los escena rios y geog rafías más variados. Bolaño es un
cosmo polita, emparent ado co n la últi ma movida hispana y la mejor
trad ició n narrativa del co ntine nte americano. En otras palabras. se
atreve a escrib ir, como en su mo ment o lo han hecho Ca rpem icr,
Aguil ar Ca rnÍn o Vargas Llosa. A Bolaño , ent o nces, hay que leerlo:

119
j.W IER En wAlw S Roberto Bolaño, escrito r para leer

un par de novelas para co me nza r, La senda de los ek¡;",tes (I993) Y la hu ella de C esárea Ti najero , imagin ad a escrito ra qu e desap arece
Estrella distante ( 1996), o los cue ntos «[ oanna Silvcstri » y «La nieve» poco despu és de la revolu ción mexican a. Un pasco por los lugares
(en Llamadas tekjiJlIicas, 1997). Co mo plato de fondo , un texto in - más d iversos y las anécdotas más abigarradas, co n firmando la habili-
eludib le. Los tÚUctiVN salvajes, con un a recon ocible deuda a Pito l, y da d de Bolaño para co ntar y su dominio de la info rmaci ón necesar ia
para q uien, despu és de sus seiscient as y tantas páginas q uede con para hacer de esta novela una autént ica revisión -co n la perspect iva
gusto a poco, Amuleto la prueba de su derecho a escribir, después de de los añ os 90 - de la historia literaria de América Lati na y sus in-
un relato mon umental, uno menos ambicioso pero igualment e cui- fluencias. Por último, un a tercera parte: "Los D esiertos de Sonora
dado en su intención de demo stra r sus aptitudes narrat ivas; o el (19 76)", de só lo 150 páginas, en las q ue Juan Ga rcía Madero se
Nocturno dr Chile, novela donde se perm ite d isparar a mansalva, sin traba en un diálogo lúdi co, irónico, humorístico y. como en el resto
dejar rírcre con cabeza por estos parajes lite rarios. de la novela . siem pre erud ito co n Belano, U lises Lima y Lupe sobre
La fuerza de Bolaño consiste cn un dominio excepcional de la poesía y sus formas posib les, y sobre Cesárea Tinajero, cuando la
las diversas técn icas literarias, como asim ismo, una mu y saludable decisión de seguir su rastro recién com ienza. También, una signifi-
libertad al momento de util izarlas o dejarlas de lado. cativa propuesta sob re la relación entre palabra. signo, símbolo y
Así, en Los daeaioa salvajrs, deja claro qu e no estamos frente escritura.
a un escritor en proceso de maduració n, sino en pleno domi n io del En esta novela. Roberto Bolaño presenta: un un iverso de per-
lenguaje, d e la histo ria escogida - incluidos sus ant ecedentes fieros y sonajes, de m un do s ligados a la literatu ra america na y mundi al; un a
rcalcs-. y la forma de abordarla. En este texto el man ejo de los ele- verdade ra exploración sobre la posibilidad de artic ular lenguajes di-
mento s logra sum ir al lecto r en el vértigo de un a trama que se rcjc versos q ue retr atan a sus hablantes; el ejercicio de di versas formas
desde el m ister io sobre el objeto investigado. Trama que avanza, re- narrativas; fluidez y naturalidad en la propuesta de una tram a qu e es
trocede, gira circ ularmente en torn o a la perspect iva de los persona- vida, ficción y me mo ria, tal y co mo el escritor dec ide recogerlas.
jes, desplegan do sus hablas particu lares, sus circu nstancias co mo en Todo ello hace de Los drtectivrs saluajes un a novela superio r qu e co n-
un caleidoscopio qu e, si por mom entos tiene la mo rosidad del deta- vierte a Roberto Bolaño en lectura necesaria.
lle, jamás deja de sed ucir. Por su parte, Amuleto es el desborde de un esfuerzo, el ejerci-
C onsti tuida por tres pan es, la pr imera, "M exicanos perd idos cio narrrativo en torno a un par de cabo s sueltos, cierto exceso de
en M éxico {1 97S)", es el diario de ciento veinticuatro páginas, con inform ación e histori a q ue deben haber quedado dando vueltas en la
las notas qu e Juan Garda Mad ero . de 17 años, va realizando ent re el afiebra da cabeza del escritor capaz de contarnos sus detect ives. Entre
2 de nov iembre y c13 1 de dici emb re de 1975 : "H e sido co rd ialrncn- sus papeles, en el marco de un a imaginación desbordante, se d ebe
te invitado a formar part e del realismo visceral. Por supuesto he acep- haber qu edado - co mo un fantasma en reclamo - Auxilio Lacout ure,
tado. No hubo ceremonia de iniciació n. Mejo r así". nota que inici a personaje narrador qu e, desde el enclave hi stórico del M éxico del
el relato de las vicisitu des de un gru po d e jóvenes empeñados en 68, en un baño de la Facu lrad de Filosofía y Letras, co n un leng uaje
revo lucion ar el ám b ito de la poesía latinoa mericana: " los real en clave delirante nos hablará de un crime n, avanzará y ret rocederá
visceralistas o viscerrealistas e incluso vicerrea lisras como a veces en el tiempo. retomará las raíces literarias h ispanoamericanas. mez-
gustan llamarse". Una bo hemia tras su utopía literaria. La segunda clando escritore s reales y ficticio s, arti stas y bohemias con toda su
parte, "Los dete ct ives salvajes (197 6- 1996)". co n sus cuatrocient as imaginería bar roca. Si de algún modo, esta última novela no com-
trece páginas articuladas a la manera de testi mon ios, en una investi- parte el talante exper imental ni de obra mayo r que se enc uentra en
gación - sin interrogad or a la vista- que bu sca el rastro de Art uro Los daeaiua salvajes, tiene la fuerza y soltura de un texto breve muy
Belano y Uliscs Lima. presentes y ausentes poetas-investigadores tras superior a mu chas de las novelas qu e hoy en día circulan, co n artifi-

12 0 121
J AVI ER EUWA RD S

cial pom pa y circu nstancia, en la literatura americana. A su mod o,


Amuleto es un relato qu e abre una pu ert a narrativa, la posibilidad de
CA M I LO M A RK5
una forma de co nta r llen a de vitalidad .

Roberto Bolaño, el esplendor narrativo


fini secular

I NTR O D UC CiÓ N

Robert o Bolaño es, hoy en día y sin lugar a dud as, el mejor escrito r
vivo en lengua española. Una afirmaci ón así de be, por cierto, califi-
carse, aclararse, p rofund izarse. Si decimos "el mejo r" es porqu e esta-
mos planteando un a co mparació n: es decir, hay muc hos am ores in-
feriores a Bolañ o y n inguno de cuant os practica el o ficio litera rio en
nuestro idioma lo supera en la actualidad. C omo puma de partida
en este trabajo, excluiremo s el géne ro poético - Bolaño tambi én lo
cu ltiva- deb ido a razon es evide ntes: no hay poetas excepcionales, en
, lengua castellana, perten ecient es a su misma generació n y la super-
ab undancia de versificado res o aspirantes a tales, sea en Españ a o en
Am érica Latin a, presentan un nivel muy d isímil, bastante por deba-
jo de los pro sistas, trátese de cuent istas o creadores novelíst icos.
Rob ert o Bolaño es, además de poeta y novelista, un excelen te auto r
de relatos breves y más adelant e haremos referencia, si bien a la pasa-
da, a algunas not ab les colecciones de cuent os suyas, pero este ensayo
se detendrá, fundamentalm en te, en su labor como novelista. Y es en
su calidad de novelista que Bolaño no tiene parangón. hoy por hoy.
en el ámbito hispanoa mericano. De modo categórico, no hay un
solo novelista del mo mento, hom bre o mu jer, comparable con él en
cua nt o a pod er y calida d literarios, en cuanto a efectividad narrativa
- ha bilidad para entreten er y contar histo rias absorbenres-, en cua n-
to a imaginación y originalida d estilísticas, en cuanto a forma ción

123
C AMI LO M ARKS Rob erto Bola ño , el esplendor narra tivo fin isecula r

cultu ral, en síntesis, en cuan to a la suma de at ributos q ue siem p re se inexcu sable el desco nocimiento d e Corní zar, C arpen tier, Ru lfo,
espcra n dc un gran escritor. En muchas ocasio nes, Bolañ o llega a O ncrri, Sábato , Beatriz G uido, Silvina Bullr ich , Lezama Lim a, Ca-
so brepasar esas cua lida des, llega incluso a exagerarlas. En nu est ra brera Infant e y otra docen a de sus contem po ráneos. En cam bio. aho ra,
lengua , es preciso remontarse a una generació n atrás - la del boom d e en p len a globalizació n, ape nas co nocemos a quienes publican en
la novela latinoam erican a de las décad as de 196 0 y 1970-, para en- nuestro país y, co n sue rte , a unos pocos más. No ob stante, cn esta
co nt rar un caso parecid o. En otras trad iciones - la angloa mcricana, er a de co nocim ient o o, mejor di cho, de información en apa rienci a
la fran cesa, la alemana-e, la obra de Bolañ o, co n certeza destacar ía y universal, donde sehace cada vez más di fícil distin guir qui én es quién ,
sería sing ular. En el mcd io hispano actual, esas caracte ríst icas so n donde la uni formidad c indiferenciación literarias parecen prevale-
inéd itas, por co m pleto inexistentes en o tro s autores. cer, Robeno Bolaño ha surgido, claramente, co mo uno d e los po cos,
y puesto qu e men cionam os al grupo de narradores cuya pro- si no el único autor sobresaliente de la actualidad .
du cción na rrat iva internacion alizó. por prim era vez en m ás de tres- E n un a ent revista co nce d ida a una revista local, el propio
cien tos años. a la no vela escrita en len gua españo la. pocos d c ellos Bolaño declaró leer a grandes escrito res del pr esente, mcncion ando
co nt in úan vivos y siguen publicando: G abriel G arcía M árqucz, C ar- al guate ma lteco Rodrigo Rey Rosa, al mexican o Ju an Villo ro, al ar-
los Fuentes y M ariu Var gas L1usa so n los más significativos. No po- genti no César Aira y al español Enrique Vila-Maras. En realidad , él
demos co m parar a un literato aún jove n y cn plen a act ividad , co n es muy su perio r a ellos; los dos primeros so n, decididamente, escr i-
tam añ os amores , pero estamos ante un hecho indesm emible: hace tares men ores; Ai ra, por su pane, ha publicado un as treinta no velas
años, décad as inclusive, que los dos primeros no escriben un título - Ema. fa cautiva. La abeja. Elinfinito o La mendiga so n algo co nocí-
perdurable y Vargas Llosa pa rece ser el úni co so breviviente de ese das ent re noso tr os- e apa rte de la facilidad pa ra llenar pági nas y hacer
co njunt o glo rioso dc escritores, capaz de crear rcxros de calid ad se- guiños seudocult ivados, no po see real valor, siendo imposib le recor-
mejante a la que mo stró en aq uellos co ncebidos cuando tenía ent re dar nada de lo escrito en sus libros; en cua nto a Vila -Maras. desde
veintiséis y treinta y tres años (La fi esta del clJivo. del año 2000 , al- Lejos de Véracruz, Bartlebyy compañía o El viaje vertical, se ha co n-
canza las alturas de La ciudad y los perros - 196 2- , La casa verde - venido en un cro nista est éril, aném ico, profundam ente supe rficial,
1966- Y Conversación en lo Catedral -I969- ). Las tre s novelas agotadoramente refinado.
su perlat ivas de Rob ert o Bolaño publicadas en la segunda m iradde la A propósito de este ú lt im o escri to r, cabe hacerse un par de
década pasada - La literaura nazi en América, Estrella distante y Los preguntas acerca del cente na r d e novelistas peni nsulares prem iados
detectives salvajes- está n por en cima de todo lo ed itado por Fue ntes y pub licados a lo largo de los veinte año s recién pasados. ¿Puede
o Garda M árquez en los últimos veinte años. esta blecerse un paralelo ent re Bo lañ o y aq uel los más exitosos? O ,
Po r cier ro, estamos en un a época muy disti nt a y ello puede más bien , ¿pod rían los q ue ha n mostrado un grado dc calid ad, llegar
torn ar en irrelevantes estos comentarios. M ientras hace una o do s a la altura del nar rador nacido en C hile? Sin esfu erzo , vien en a la
generacio nes, los autores y autoras de algunas grandes narracion es memoria Javi er M arías, Anto nio Muñoz Malina, Ed uardo Mendoza,
co nsrirulan un selecto p uñado de no m bres, todos co nocidos , todos Almudena Grandes, Alvaro Po mbo, D avid Trueba, la recién falleci-
recordab les, en el presente hay decenas, veintenas o cinc uentenas de da C armen M artín G aire, Soledad Pu érrolas, Eduardo M end icutt i y
prosistas publicando en C hile, Perú, Argentina, M éxico o C o lo m bia otros tantos que tien en algunos títulos logrados y a veces pasan por
y más de un centena r de ellos tienen éxito , relativo o estruendoso, buenas rachas. Pero. defin itivamente, ninguno alcan za a rozar la fuena
en España. Sin em bargo , los aut o res de los años sesenta o seten ta. creat iva y la capacida d d e elaborar ficciones tan fascinantes co mo las
era n leídos, seguidos y sus libros eran arrebatado s po r mil es de lecto- del narrad or oriundo de Santiago de C h ile. Por su puesto , los
res, tanto en Am érica Latina co mo en el territo rio español. Y era bestscllcrs de Artu ro P érez-Reverte , Maruja Torrcs o Rosa Momero

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C AM I LO M ARKS Roberto Bolaño, el esplendor narrativo finisecular

están. en términos literar ios, a año s luz de los volúm en es de Bolaño . Lo ant erio r carece de im po rtancia real y lo decim os sin énfasis
No continuaremos enumerando a aut o res y auto ras - la lista sería de ningún tipo, co mo u n hech o de la causa y, tal vez, estamo s inc u-
int erm inable- de relativo o escaso mérito y no nos referiremos a rriendo en un afán catalogad or estéril. Con idéntico propósito ocio-
pro sistas chilenos o hispanoamericanos surgidos en las do s últimas so, defin iremos a Roberto Bolañ o, de form a p roviso ria, co mo un
décadas. Los ejem plos so n, ya lo insistimos, innumerables. El autor novelista nacido en C hile y qu e escribe en lengua española. Desco -
de este trabajo ha leído , a lo menos, uno s dos cente na res de obras de nocem os có mo se de fine él mismo, aun que, para efecto s de la lectu-
este período y vuelve a repetir la aseveración anterior: Roberto Bolaño ra de sus libros, tales clarificacion es son, en la práctica, inút iles.
los supera , bastante lejos, a todos ellos. Porque, co mo sea, esta mos ante un escrito r extra ord inar io,
Es oportu no aho ra hacer un a precisión . Los datos biográficos creador de obras orig inalí simas, desbordantes. inusuales y co n un a
públicos de Bolaño son escasos: nació en Sant iago en 1953 y, segú n larga carrera de tí tu los qu e han en riquec ido la litera tu ra de la im a-
un cuento de la co lección Putas asesinas, habr ía partido, junto a su ginació n en nuest ro id io ma . D entro de esa tr ayecto ria, hay tres
pad re, con destin o a M éxico en 1968 . Pero esa es un a p resunció n novelas qu e co nforma n la cum b re dc su p roducción ficcional: La
solo derivad a de su ob ra. Co mo hech o indesmen rible, el futuro no- literatu ra nazi en Am érica, Estrella distante y Los da ea iues saluaja.
velista vivió en C hi le durante el gobierno de la Un idad Popular y
habrfa caído preso al poco tiempo del derrocamiento de Allende,
para partir después a M éxico y radicarse en España d urante la déca- L\ LITERAT URA NAZI. •. o UN ENSAYO GENE RAL
da de 1980. En esre último país, ha publicado la totalidad de su
copiosa ob ra o, a lo menos, las más co nocidas. Entre el período Lo primero qu e llama la atención en La literatu ra nazi... es la difi -
mexicano y el español , ha bría viajado por medio mundo o, qu izá, cu ltad de definirl a co mo novela. pese a presentarsenos como tal. Y
sus am igos y ami gas lo hicie ron, lo cual viene siendo lo mism o al lo segundo es qu e se trata dc uno de los libro s más divert ido s, más
momento de leer sus novelas. ingen iosos, m ás cultos y más atractivos de la década pasada.
¿Q ué quiere deci r todo esto? Mu y poco, salvo que, categ órica- En rigor, La literatura nazi... no es un a novela y esto no lo
mente , Roberto Bolaño no es, en esenc ia, un escritor ch ileno. Se decimos con ánimo peyorativo . Antes de ella, Bolaño había escrito
encuent ra del todo al margen de la literatura chilena y es im posible varias narracion es - La p ista de hielo, La senda de los elefantes-, ob te-
asociarlo con la tradici ón novelística de este país. A pesar de que la n iendo galardo nes de mayor o menor im portan cia tras su publica-
acción de varios cue nt os suyos transcurre en C hile y un a de sus me- ció n. Si las citamos, se deb e a qu e en todas ya se an uncia un mun do
jores novelas - Estrella distante- com prende temas relacion ados co n exclusivo, un a estética peculiar, inclusive un a obsesión por lo ext ra-
nuest ro pasado, esto es, el período previo y posterior al golpe m ilitar ño , a veces por lo reb uscado y retorcido , en resumen , una mente
de 1973 y los avata res de personas de ese tiempo, el tratamient o y las mu y propensa a la exploración de cierta marginalidad y ciertos ám-
técnicas narrativas se alejan demasiado de la pro sa nacional. En rea- bi tos sofisticada me nte insólitos. C on todo, si en aq uellos relato s se
lidad , Bolaño podría ser mexicano, español , ch ican o y en parte ad ivinaban tales tendenci as, en La literatura nazi... ellas sc funden
ch ileno o, a lo mejor, un a mezcla de todas esas nacionalidades pero, en un est ilo sólido , refinado , accesible, completam ente seguro, desin-
en defi nitiva, no pert en ece a la hi storia de la literatura ch ilena re- hib ido y desen vuelto. La literatu ra naz i... configura un a brill ante
ciente. Es, en el bu en senti do de la palab ra, demasiado cos mopo li- cosmo logía ficticia y una perfecta proposición de nu evos derrot eros
ta, demasiad o univ ersal, por co mpleto desarraigad o y có mo no ,
.Imaginarios.
. .
esple ndo rosamente o riginal. No se ve có mo ni po r dónde po dría Este libro, ade más, pert en ece a esa clase de ficciones q ue se
incluírsele de ntro de la novelís tica criolla del p resente. to ma n o se dejan , se ama n o generan indiferen cia. O sea, mientras a

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c,\ MllO M ARKS Ro berto Bolaño, el esplendor narrat ivo finisecu lar

determ inado s lectores encant ará sin reservas -como le suced ió a este español, le llega siquiera a los talones. La literatura nazi...• con toda
crítico-, a otros fastidiará y no conseguirá interesar. Q uienes gusten su liviand ad, co n esa fluidez narrativa y ese aire co mo de hab er sido
de los d iccio nario s y enciclo pedias, de los man uales y co mpilacio nes escr ita po r casualidad , es una prueba fehaciente de su porten toso
biográficos, qu ienes so n lectores habitual es de revistas literarias. bio - bagaje literario e intel ectual.
grafías, reseñas, co mentarios mus icales, ensayos ad boc pre parados La literatura nazi ... podría, en un a p rime ra imp resió n, inscri -
en to rno a un tema cultural. especialmente si se abo rda un tópico b irse dent ro de la boga, m uy actual en la novela inglesa y no rteame-
peregrino, disfrut arán sin reparos al leer este volumen. La literatura ricana, del vent riloqu ismo literario. Una exp resión d c esta corriente
de la imaginación siem pre se ha nut rido de casos y cosas excént ricas fue Posesián, de la bri tán ica A. S. Byarr, do nde se insertaban exte nsos
y Bolaño ado ra las rarezas, las histo rias abracadab ran res: La literatu- po emas a la mane ra de Co leridge y Browning y do nde dos críticos y
ra nazi... es un remarcable compendio de ellas. Demás está decirlo. biógrafos - homb re y mu jcr- term inaban siendo co m pletame nte
hay mu chos lecto res co munes y corrientes cxclu fdos de las en ume ra- dom inados por los pe rsonajes cuyas vidas int ent aban reconstruir.
ciones previas que tam bién gozarán leyend o esta obra, po r la sencilla Sin em bargo. Bolaño tom a u na distan cia irónica co n respecto a sus
razón de qu e está admirablemente bien escrita, co n un aplomo y est ramb ót icos caracte res y si en algunos pasajes parece sucumb ir al
seguridad ausentes en las creaciones que la preced ieron. vent riloquismo, mu y pronro se sacude de él y ya sabemos que. en
Se han escrito tantos libros como novelas para definir lo qu e ranto lectores. sus crón icas nos perten ecen .
es un a novela y La literatura nazi... no se ajusta a catálogos o p reci- La literatura nazi... se co mpo ne de treinra biogra fías de cxrcn-
siones clasificato rias. A simple vista, parece más un conjunt o de ep i- sión mí nim a o med ian a y un apéndice qu e indica alrededor de tres-
sod ios ingeniosos. estrafalarios. aguda e inteligentement e trazados, cien tas pu blicaciones, algu nas co n segurida d apóc rifas, referidas a
d ispu esto s de modo más o men os sistemático en do scient as y tantas escrito res inexistentes o ignotos, ligados a u na escritu ra inexistente o
páginas. De paso, hay un a exposición metód ica y orde nada de infor- descon ocida. Estas histori as forman la materia "narrativa" del libro .
macion es, ocurrencias y daros sumament e curiosos, revelando todo No hay h ilo conducto r, vasos co municantes o aspectos comunes cor re
ello la profunda cultura de este aut or. En este rasgo de Bolaño - la nin guno de esto s relatos, salvo una vaga adscripci ón al nazismo y el
d iversificad a y am plísima gama de sus conocim ientos- pocm críri- comú n ejercicio de la poesía por part e de los héroes y heroínas de La
cos se han detenido. Mu chos meno s aun, han ten ido la franqueza literatura nazi... Esta última característ ica - personajes que son poe-
pa ra expresar aut ént ica adm iración ante tales do nes. Porque, detrás tas y componen po emas qu e no conocerernos- anticipa los asuntos
de ese interés por asuntos estrambóticos y bajo la fachad a de esa tratado s en Estrella distante y Los detectives salvaj es.
facilid ad para escribir, subyace un a de las form acion es cultura les más La pertenencia al ideario nacionalsocialista en los acto res de
asombrosas y profundas ent re los escritores contemporáneos. D esde La literatura nazi... es, en rodo caso, tan tenue y nebu losa qu e bo r-
luego, el creado r posee un a infinita capacidad para leer y, junto a ella dea lo evanescente: u na escrito ra argentina qu e fue sostenida en bra-
o co mo produ cto de ella, Bolaño exhib e. q uer iéndolo o no. un a za s po r el mism ísim o Hitler cua ndo era un a guagua, de lo cual qu c P

vastedad de aprendizajes idiom áticos - debe saber bien varias len- d é un testimonio forográfico; un beatnik estado unidense que odia a
guas, aparte de la españo la- e histó ricos, de por tivos, m usicales, ar- los homosexuales; un poeta maldito chileno q ue cree en la superiod iad
qui recr énicos, geográficos y mu chos otros qu e configuran una lista de las razas magallán icas; dos bardos rrasand inos, líde res de bar ras
demasiado larga para incluirla aq uí. La llam ada subliteratura y miles bravas q ue desean un fút bol lib re de influencias exrranjerizantcs,
de textos y auto res olvid ados o muy poco conoci dos. tam b ién so n algu nos d e los seres, espectac ulares en sus existencias, aunque
form an part e de su acervo intele ctu al y son im porta ntísimos mate- nimios en las versiones o ficiales. a qu ienes el calificativo "nazi" po-
riales en sus obras. En este aspecto, ni un solo escritor o escritor a en dría aplicárselcs, de mod o m uy tan genci al.

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C AM I LO M ARKS Roberto Bolaño , el esplendor narrativo finisecular

Pecu liar en grado sumo, ab igarrada, amenísima, La literatura cerca n ías de Barcelon a. Parti cipó en un taller poé tico de Co nccp-
nazi... contiene un a su maroria de guiños, tomaduras de pelo y refe- ción, dirigido por Juan C herniakovski, dond e sobresalían las des-
rencia s a universos paralelos, reales o imaginado s, conformando , a la lumbrant es gemelas Ma ría y M agdalen a Venegas. Su nombre era
vez, un todo cu riosam ente unitario, a pesar de o debido a lo d ispara- Emilio Srcvcns. Algunos de los improbables auto res líricos leídos
tad o de su material. Y pa recería qu e, con fines tranqui lizantes, q uizá por esos jóvenes era n Joyce Ma nsour, Sylvia Plath y Alcjandra Pizarnik
in con scientes - los cuales aban donaría en sus obras posterio res- (ignorado s e inubicables en el Chile de enton ces), junto a Violeta y
Bolaño utili zó, como ún icos compo ne nt es nacion alsocialistas en los N icano r Parra y, por supuesto , Enrique Lih n. M ient ras el narrado r,
escrito res de esta novela - pues todos los acto res lo so n-, una amabl e esto es, Bolaño, está en carcelado, div isa, junto a Norberto, uno de
antipatía en contra de judíos, homosexuales, negros y extranjcros. los p risioneros políticos que le acompaña n, alguno s versos en ladn
Sin perjuicio de ello, mucho s de estos poetas "nazis" son hebreos, trazados en el ciclo po r Stevens. A un a expo sició n fotogr áfica de
ped erastas o afroamericanos. Ram írcz Hoffman/ Emil io Srevcns acu de una sola mujer, Tat iana von
La literatura nazi... es, a pesar de lo desmed ido de las vidas Bcck Iraola. Los asistentes escuchan un di sco de Pink Floyd y, tras
que reseña, un libro qu e destila sim patía hacia todo el mu ndo , uno co ntemp lar los cuadros, defi n idos co mo arte rotal por el anfitrión,
de esos escasos volúmenes que un o cierra entre risas y sonrisas. Bolaño salen lloran do o vomi tando. El ex policía civil que ajusticia a Stevens
no retorn é despu és, con igual disposició n dc ánimo, este rasgo, tan se llama Ahd Rom ero. " Ramírcz Hoffman , el in fam e" tiene unas
entraña ble y tan encantado r. La co mplici dad del auto r con lo in- vein te págin as y es el más extenso de los episo dios de La literatura
usual y lo peregri no no oculta un visceral cariño por la infinita varie- nazi...
dad del género hu mano, qu e suele ser más extrao rdina ria todavía en Algunos carac teres se co nservan idénticos en Estrella distante -
aq uellas person as en apari encia comu nes y corrientes . Abel Rom ero, Tariana va n Beck Iraola, el propio Bolaño-e, pero otros
Ello es visible en la última crónica, llamada "Ramírez I-lofTman , cambian sus personalidades y nombres y se desarroll an hasta ser irrc-
el infame", porque un o de los protagon istas es el propio Rob erto co nocibles, como la m isma novela, cuyo punto de partida, siendo
Bolaño y porque se renuncia al tono distant e y algo patern al, para muy parecido al de "Rarn írcz Hoffman , el infame", va evo lucio nado
ent regar diálogos ent reco rtados, emo cion es ciertas o vicarias y una y transform and o a esta ficción en una obra de perfecta técnica narra-
do sis de suspenso qu e com pletan el tour deforce y la obra maestra tiva, solo com parable con Los detectives salvajes. Así, las bellísima s
que es La literatura nazi..., una especie de ensayo general par a el herm an as Vencgas pasan a ser Verónica y Angélica Garmendia, pri -
título cum bre del novelista, publ icado do s años después: Los detecti- meras víctim as del protagon ista, conocido ahora como Ed uardo Ruiz-
ves salvaj es. Este episodio es, asimismo, el germen de Estrella distan- Tagle y despu és como Ca rlos Wi eder. y hay un a co nstelació n de
u, la próxima novela de Bolaño nu evos person ajes, desde el relativamente co nvenci onal Bibian o
O 'Ryan -cuya fu nció n básica es escribir cartas a Bolañ o, pon ién dole
al d ía sobre amigos co munes y, en especial, tenerlo al corriente acer-
EsTRElLA DISTANTE, UN INTERM EZ7..o ca de las gracias de W iede r-, hasta esos seres tan estrafa larios del
cread or, co n vidas sim plement e increíbles: C armen Villagrán , cI des-
En la últ ima de las histo rias que compo ne n La literatura nazi... se mesu rado Juan Srein, sobrino de Iván C herniakovski ("el mejor ge-
narran las aventuras de un tenient e de la Fuerza Aérea de Chile, ne ral d e la Segunda Guerra Mundial"), D iego Soto, crítico literario
infil trado en gr upos de izquierd a an tes del de rrocam iento d el desaparecido en la estación de Perp ignan , Lorenzo, un homosexual
gobierno co nsti tu cional en 1973 , q u ien devien e poeta, piloto sin brazos, quien se co nvierte en Petra, Loren za, o "la acróbata
versificador, asesino y, finalmen te, es muerto po r encargo en las ermi taña" y mucho s otros.

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C AM ILO M ARKS
Rob erto Bolaño . el esplendo r na rrativo finisecular

El probl em a más serio de Estrella distante es de tipo id iomático co et áneo s suyos, jam ás cs peda n te y nunca peca de d ilcran rism o. En
y Bolaño no se pone nun ca de acuerdo consigo mismo en el lengua- cambio, la mescolan za idiom ática pro du ce cierto recha zo y prueba ,
je, pasando, sin solució n de contin uidad, de los chilenismos im- otra vez, qu e Bolañ o carece de co ntacto con la literatura chi lena
°
plantados en sus prim eros 18 20 años de vida, al castellano penin - (excepto la poesía hasta 1970) o , dicho en otras palab ras. no es un
sular, qu e deb e escuc har y leer a diario . Ya en " Ram írcz Boffman , el escritor de aqu í. Esto último, claro está, no es nin gún pecado y en su
infam e", él mismo, al principio del cuento, revela tal inco mod idad : caso , parece haber consritu fdo una real ven taja.
"Em ilio Srevens pololeaba (la palabra pol olear me pone la piel de °
Porque los ant erio res reparo s palidecen se olvidan ensegu ida
gallina) con María Venegas...". En Estrella distan" hay "gilipollas" frente a la audac ia d e la h istoria y a su destellant e ejecuci ón. Escoger
por doq uier, tinos sujetos "iba n a por más" (bebidas alco hó licas y la a un verdugo, mejor di cho , un homi cida ten ebroso de la época más
segunda pcrson a del plural. inexistente desde M éxico hasta el Cabo horrible de la histor ia chilena - y un a de las épocas más horribl es de
dc H orn os, salvo en las clases de castellano , es em pleada co n pro fu- la h istoria del mundo en los últimos cincu en ta añ os- co mo héroe d e
sión: os habéis vuelto locos, iros de aquí, salid, ere, Las novelas un a creación novelística, requ iere una con siderable dosi s de valen-
po liciales son "po liciacas", la crónica roja es crónica "negra" y así, tía. Y si el asesino es, ade más, poeta , proveni ente de un a tierra don-
sucesivamente. Los chilenismos reco rdado s de súb ito aume nta n la de se ha producido la m ejor lírica en lengua española del siglo pasa-
hib ridez lingüística y ella se vuelve to sca, áspera, co n di chos como do, el co raje del narrador es au n mayor. No es necesario leer entre
"los cabros", "al tiro", "la Marta", etc. líneas para concluir que existe o pu ede existir un a relación entre esa
A un escritor co n un a cultura tan form idabl e y cosmopolita riquísima tradi ción literaria y la to rtura, la m utila ción, el crimen
co mo la de Bolaño , no pueden exigírsele precisio nes históricas o despiadado.
geográficas con respecto a un país tan insignificante como C h ile. Estrella diJtante-e1 títu lo, claro está, alud e al astro solitario de
C on todo , resulta chocante que confunda la G uerra del Pacífico, de la ba ndera patria, dibujado en el firma mento junto a los versos aé-
1879 , con el conflicto armado entre nuest ra patria y la C onfede ra- reos de Wicder- no es una ob ra de tesis, co mo tampoco lo son los
ción Perú-boliviana, ocu rr ido cuarenta años antes, qu e hable reitera - demás volúmenes de Bolaño, muy alejados de ése y otros género s
damente de la Fuerza Aérea Ch ilena - la FACH es la Fuerza Aérea de novelísticos ya gastados y basta nte desprestigiados. Así y todo , se
C h ile- o qu e men cione el inexistent e Hi pód rom o de Viña delMar necesitaba el desapego, el alejam ient o , la insolencia y desplante de
como si escribiera sobre el cerro San C ristóbal. De la mism a manera, un escrito r co mo Roberto Bolaño par a escrib ir una fáb ula con las
es invero sím il que en un taller literario de 1974 , en C oncepció n d imensiones éticas y estét icas de Estrella distante. y o tra vez más,
(¿existían, en ese tiem po, los talle res literarios en C hile?) se conocie- ten emos qu e volver a la aseveración tantas veces repeti da: nu estro
ra toda la poesía chilena del siglo XX. Y era ento nces impo sible, para escritor no se sitúa en la literatura nacion al. Precisamente gracias a
un oscuro poeta y despu és ensayista, saber siquiera sobre la existen- eso, a su desarraigo y su d istanciam iento, ha podido recrear a un país
cia de Ann e Sexron, Elizabeth Bishop o Norman Rockwell, recién que es C hile y no es C h ile, un país imaginar io pero , paradojalrncnt e,
imponiéndose en sus naciones de origen o po seer un retrato origi nal m uy real, co n esa realidad q ue sólo los libros oto rgan a los lugares,
de Wi lliam Carlos W illiam s. No men cionaremos a las decenas de las ciudades, los paisajes, las perso nas. Como se sugirió antes, Bolaño
auto res y autoras o a las innumerables revistas y publicacion es. pu es- ha sabido, mejo r que nadie antes y después que él, en lo relativo a
tas po r Bolañ o en voces muy imp lausibles. retratar la d ictadura chilena, convert ir el vicio - la hibrid ez idiom ática-
Co mo sea, lanzar anda nadas de apellido s oscuros y exóticos en virtu d , al lograr un a cegadora leyenda en torno al período más
puede ser un a licenci a literaria y este autor tiene todo el derecho a tétrico de nu estra histo ria. Nad ie qu e hubiera vivido aq uí durante
tomarse cua ntas liber tad es le plazcan po rqu e, a diferen cia de tantos los 17 años d e régimen m ilitar lo habría podido hacer de esa

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C AMI LO M A RKS Roberto Bolaño, el esplendor narrativo finisecular

man era, n i tampoco habría sido posibl e co nc ebir un texto seme- tanto en su lon gitud, como en las posibilid ades de inte rpretación
jante para un escr itor circulando en las c1austrofóbi cas esferas po- q ue pr esenta. Y el mayor problem a de un crítico -o de un lecto r más
lít icas del exilio. o men os habitual- es ése: se trat a de un libro tan bien escrito, tan
Huel ga deci rlo, nadie sino Roberto Bolaño hubiese pod ido especial, tan fuera de serie, q uc incluso sinte tizar algu nos de sus as-
generar Esm/fa distante. Co mo obra d e arte, pu ede apreciarse en pect os rcsalranrcs. se co nvierte en un a ta rea bastante d ifícil. Porque.
múltiples niveles y las especulacio nes esbozadas más arriba ca recen de alguna manera, hacerlo es limi tar el po ten cial de un a o bra qu e es
de im portancia ame su calidad literaria y frent e a su fuerza co mo como un torrente.cun diluvio, una marea qu e se im po ne en seguida
texto na rrativo. Si en La literatura nazi ... no había trama y el inte rés por el pu ro valo r dc su irresistible fuerza.
del lector resid ía en el seguim ient o de un co njunto deshi lvan ado de Partiremos d icien do q ue Los detectiua salvajes es el fruto cu l-
crónicas, en Estrella distante estamos frente a un argume nt o cent ral min anr e de la larga ca rrera lite rari a de Bolaño y. co n seguridad , ya se
rec io y co m pac to , en torno al cua l giran todo s los episodios, enco ntraba preparando este volumen mientras publicó La literatu ra
subepisod ios, incident es y sucesos que dan vida a este inaudi to libro. nazi... y Estrella distante, así co mo algunas co leccio nes de cuentos,
y el p rodigio de él descansa tanto en su carácter cerrado , macizo, ent re ellas Llamadas telefónicas. su mejor recopilación en el género
denso, co mo en la libertad soberana del a uto r para inserta r nu evas br eve hasta la fech a.
histor ias, deshacién do se de ellas, nuevam ente incluyendo o tras de El estilo de Bolaño en este monumental trabajo novelístico es
forma accide nta l, haciéndolas desaparecer o evocándolas en un par el resultado de haber escrito du rante much os añ os, pero en ningún
de frases, sin perd er jamás el eje central de la historia. momento se traduce en un a prosa afectada, sibarítica. efectista ,
Estrella distante es un pu ente sólid o y acabado entre La litera- scbrcacruada, sino en la milagro sa natural idad de un a con versación,
tura nazi... y Los detectives salvajes. Si la prime ra narr ación fuc un en un verdadero aluvió n narr ativo, qu e fluye co mo por un cauce, en
ensayo gcnera l para su o bra máxima, la segunda es un an un cio de lo un a eclo sió n dc histori as. llevadas al papel co mo un a exhalació n. La
que vend rá en co m posició n, person ajes y temas. La singular poét ica vitalidad de Los detectives salvaj es es de tal magnitud q ue, po r mo-
de Bolaño enc uentra aq uí su q uintaesen cia: un a rcflcxión so b re la mentos, casi no creernos cn el fenómeno an te nuestr a vista: una
literatura, ceñida y lim itada en un breve tomo , co n poco más de 150 sucesió n de relato s in crescendo, sin aparente motivo cent ral, aunq ue
páginas. Esa meditació n se funde con un relato tan ame no co rno presididos por un a inven cible co rriente int ern a, donde cada uno de
podría ser un excelente texto policial y su ejec uci ón está en el nivel ellos es más subyugant e e hi pnótico que el pr ecedente y cuya estr uc-
de lo más perfecto que ha imaginado este escrito r. Por últi mo , la tura gene ral no decae un solo mom ento. M uy por el co nt rario, el
aparició n de futuros caracteres - Joanna Silvestri, la div a del cine int erés aumenta y, al finalizar el libro, deseamos qu e éste hub iera
pornográfico , hero ína de un cuent o de Llamadas u lefónicas- no s co nt inuado, q ue se hub iera duplicado su exte nsión en núm ero de
antici pa o retrotrae a o tros volúme nes de Bo laño . Pero los "escrito- págin as. D e ninguna novel a escrita en castellan o durante los últi-
res bárb aros", claramente son un preludi o de los jóven cs poetas "real mo s años pued e decirse lo mismo y pocas ob ras creadas en o tras
visceralisras", héroes indi scu tibles d e Los deuctiv~s salvaj es. lengu as pu eden eq uipa rarse, en esos aspecto s. co n la narr ació n ci-
mera de Bolaño.
Co n to do . y pese a la avasallado ra naturalid ad de su estilo. el
Los DETECfIVE5 SALVAJES: UNA EXPLOSiÓN NARRATlVA lecto r avisado not ará q uc el vo lume n co nfo rma tamb ién . en lo esen-
c ial, un a rt ifici o lit era rio . Los detectives salvajes es u na de las
Es absol utament e imposible resumi r la infi nit a variedad dc at racti- for mulacio nes nov elísticas más trib utarias del mun do libresco q ue
vos y los múltiples grados de lect ura de esta enorme novela, eno rme lino pueda leer en esta época. Este rasgo se ad vierte, fundamenral-

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C AM I LO M ARKS Rob erto Bola ño, el esplendor narrat ivo finisecular

mente, en do s vert ient es: la primera y más obvia, d ice relación con la labor iosas indagaciones, suspenso creciente y tod os los demás ele-
infinita cant idad de textos de la literatura de todos los tiempos a que mentas aparejados con una pesquisa de esta Índo le.
se hace referen cia, desde auto res latinos hasta poetas de vanguar dia, En otro plano más general, la novela pu ed e leerse como una
desde novelistas y filóso fos canó nicos -o co nsagrados- hasta un sin- histo ria de aventuras y una med itació n sobre la act ividad literaria.
núm ero de escritores menores, oscuros o qui zá inven tados por Bolaño. efectuada impercept iblem ent e al rit mo de esas aventuras. Los detec-
La segunda vertient e es mu cho más int eresant e y audaz, pu esto q ue tives salvajes se divid e en tres partes: "Mexicanos perd ido s en Méxi-
el d ilatado to mo con forma, ade más, un a reflexión sobre el arte d e co", un a narrac ión pr éct icamcnrc aut óno ma, de unas 150 págin as.
escribir. A esta perspectiva nos referiremo s más adela nte, aun cuan- " Los detect ives salvajes", la más larga de sus divisiones, con 450 pá-
do , co mo plan teamiento prelim inar. destacarem os qu e uno de los ginas y "Los desier tos de Sono ra", desenlace de la p rimera, qu e al-
rasgos sup remos de la narración es la mezcla indisolu ble de am eni- canza un as sesenta carillas.
dad , pura y simple ent retención, con el exorbitante aparato culrural La prim era y ú lt im a part e están narradas por Juan García
del escritor. N uevame nt e, es preciso recalcar la pasmosa facilidad de Mad ero , un joven po eta, casi un niño, m iemb ro del gr upo "real
este prosira y po eta pa ra ser culto sin descender a la pedantería, sin visceralista" de México. en la década de 1970. El mu chacho va co n-
rebajarse nunca al engolam ient o. tan do, a la manera de un d iar io, los hech os qu e [e ocurren a él y a sus
Lo ant erio r se man ifiesta, asim ismo , dentro de la peculiar poé- num erosos amigos y am igas, ent re ellos los jefes de esa corriente
tica de Bolaño. Si en sus títu los previos se advertía esa predilección lírica, o sea, Belan o y Lim a. Los tres deben hui r de la capi tal azteca
po r lo extravagante , por los persona jes inu suales, por una estét ica de para p roteger a Lupe, pro stitut a perseguida por el "pad rore" Alber-
lo singular a ultranza, ahora se llega, muchas veces, a un a espec ie de to , quien, obviam ente, la exp lota y vive de los servicios de la chica a
paroxismo de lo insólito. Sin embargo, si la pa rticularidad de aque~ otro s clientes. En el ínteri n, Lupe y García M adero se hacen aman-
1I0s relatos poseía un enca nt o algo ab rupto y rudo, asim ilado con tes. El episodio final, co n la irru pción del auto móvil Ford modelo
distanciam iento , la originalidad de Los detectives salvajes for ma part e lmpala, en casa de las herman as Font , para rescatar a Lupe, es, a
de un a tot alidad orgánica y coherente, fusionada en la obra gracias a tod as luces, un homenaje al cine norteamerican o rom ántico y vio-
su p rosa d ivert ida. accesible, siempre sorprende nte y, en ocasion es, lent o dc los años cincuenta y sesent a y hace record ar la épica emocio-
abiertamente turbado ra. En esta era tan marcada por la bú squ eda nal de esas películas. Pero en tanto Lupe y su bisoño galán escapan del
ansiosa de efectos especiales, tal origin alidad es bienvenida, pues es asedio del siniestro "padrorc" - para nosotros, un cafiche-, Lima y
legítima, auté nt ica, gcrminadora de un mundo propio, ún ico, el Bclan o van tras la pista de C es área Tinajero , legendaria inventora
mundo de Roberto Bolaño. del círculo "real visccralisra", a qu ien piensan encont rar en el norte
Los detectives salvajes, como tod o libro excepcion al, co mo toda d el país. En "Los desiertos de Sonora", retornamos a la persecución
expresión de genuino descub rimiento, puede leerse en varios nive- y búsqu eda iniciales en ese estado mexicano, hasta la sangrienta y
les. Reseñaremos solo los principales. Su d tulo alude, por supuesto , absurda con clusión . En apariencia, la clave poética de un recóndito
al género policial y los dos acto res princi pales de la tram a -Arturo verso de TI najero -consistente en varias figuras geométr icas- queda
Belano, alter ego de Roberto Bolañ o, presente en otras creaciones exp licada. Su significado, así como el resto de la novela, permanece-
suyas y Ulises Lima- son , a su manera, dos investigadores int ent ando rán, no obstante, abiertos o bien sep ultados en el misterio.
descifrar un misterio: el o rigen de un movimient o literario y el par a- La porción más espaciosa del texto abarca vein te a ños, en
dero de su fund ado ra. En ese sentido , a saber, en el cúm ulo de suce- muchas partes del planeta - Mé xico, Ni caragua, Estados Unidos, Is-
sos que se van produ ciendo d urant e la bú squeda. la novela es un rael, Francia , España, Angola, Austri a y otros países- y parti cipan
rhriller, con todas las caracte rísticas de esa form a literaria: acción, no men os de cincuenta personajes que han tenid o relacion es d irectas,

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C.. . MII o M.. . RKS Roberto Bolaño, el esplendor narrativo finisecular

men os proxlm as o muy late rales co n Lim a y Belano . Es el tram o co me r o rascarse cierta s partes, emitiendo ruidos, en p resencia de los
tirulado, preci samente, "Los detectives salvajes" y en sus noventa y demás, es reprochable el pu ro antojo de co nta r anécdotas tontas o
seis episodios , co ntiene los pasajes más ambiciosos d e la novela y es, repel entes. Alberto, el "pad rotc" de Lupe, tien e un miembro viril
en buen a med ida, el texto más apasionado , febril e inco nte nible de gigant esco y hasta ah í bastar ía. Pero la co mpe te ncia ent re var ias tra-
Bolaño. Aqul destaca la destr eza narrativa del escritor y el uso de bajad oras sexuales por efectuarle felacio nes impract icables es ridícu-
d istintos proced imi entos, predominando la form a libre ind irecta , la la y el episodio en que un a de ellas se ahoga durante el heroico em -
co n fesió n en primera person a, la cró nica más o menos ob jeti va o peño, es un grotesc;o mamarracho, de muy dudosa calidad. ¿Po r q ué
lineal y el d iálogo, inserrado en cualqui era de estos esti los o en re- no escog ió Bolaño a una dam a humil lando a un ho mbr e, habida
cursos algo mds co nvencio na les. Las extr avagantes biografías nun ca cuent a de la frecu ente superio ridad erótica fcmenina en cua nto a
cesan de cautivar y llega un mom ento en q ue nos acost umb ramo s perfo rma nce sexual? Porque, pese a no ser un escrito r visiblemen te
ta nto a sus protago nistas, q ue te rm inamos por co nv ivir co n ellos, machi sta, es dem asiad o fácil pa ra un hom br c poner a mujeres en
pu es se transfor m an en nuestros am igos íntimos. De alguna manera sit uacio nes rastre ras, viles e incon fon ables. Lo m ismo podemos de-
imprecisa en un relato tan moderno, se retoma la tradición de la cir so b re Edirh a ster, ama nte ocasional de Ulises Lim a, cuyos flujos
g ran novela decimonón ica y los héroes fini secu lares de Bolaño pa- vagina les despiden un insop o rtable olo r. qu e in unda rod as las estan-
san a intervenir en nu estras existencias, del m ism o modo en que lo cias donde ella se en cu entra, siendo esto para la joven un constante
hacen lo s homb res y muj eres de Stendhal , Di ck en s, Balzac o motivo de tormento. ¿Po r qué no se le ocurr ió decir. por ejemplo,
'Ibrgu cn icv. Si el gran crítico inglés Walt er AUen declaró que la no- que los dientes cariados y el hlgado pod rido de Lima hieden a una
vela es lo más parecid o a estar en el interior de la mente de orro ser di stan cia de muchos m et ros? O , para el caso, ¿po r qu é no aco tó qu e
hum ano, en Los d~tectiv~s salvajes, ciert am ente pen etramos en la co n- la fetidez anal, testi cular y de los pies de Belano , se sient e cua ndo su
ciencia del escrito r y de la persona llam ad a Ro berto Bolaño. proximidad es in minente? Si pr efiere situ ar a mujeres en situa cio nes
Por supuesto, la novel a tiene defectos y, en cierta m edida, es vergo nzosas, tal va cree q ue los hombres raras veces exh alamos pes-
menos perfecta qu e La literatura nazi... y Estrella distante o algunos til en cias y nu nca nos vemos so metidos a car icaturescas servid um-
cuent os del escr itor. En su desmesura delirante, en el desenfreno br es eró ticas.
feb ril de muchos episod ios, parecería existir, por mo mentos, el de- Pero las pocas faltas de Los detectives salvajes, se olvida n ense-
seo de impactar a toda costa o el p uro gusto de ser choca nte. H ay gu ida ant e el ent usiasmo que despi erta un trabajo narrati vo acreedo r
histo rias dem asiad o alejadas del cauce central, de suyo bastante te- de muchas más celebraciones que reparos. El poder y la densidad
nue. Asl acontece co n Auxilio Lacourure, un a uruguaya senta da en literaria de él van mu cho más allá que sus cientos de anécdotas. En
u n water de la Universidad Aut ónoma de M éxico, mientras se desa- cuanto artífice narrativo , el dominio del autor sobre su mat erial te-
rroll aba la masacre de Tlarclolco , años despu és, ella co noce, muy de m áti co es siempre evident e y se nota desde la prim era hasta la última
pasada, a Ulises Lim a. Otro tanto pasa co n el relato de H eimito página del volumen. Por eso m ismo, Bolañ o no experime nta inútil-
Kün st (el no mbre de pila se pronuncia "[ aim ¡ro" y se trat a d e un mente, ni cae en pirotecnias verbales prescindibles. En el fond o, el
juego de palabras alemá n en el q ue "H eim" es "hogar", y "Künsr" au to r hace lo mism o q ue tantos buen os escritores ha n venido ha-
significa "arte"), un nconazi limít rofe, cuyas desopilantes fecho rías cie ndo po r varios siglos: cu enta historias y tiene a su haber un arsenal
pueden ser mu y entretenidas, pero no apo rta n mu cho a la trama. ilimitado de buenas historias para conta r, expo niéndolas en form a
M ás criticable es el mal gusto de ciertos episodios. El bu en excelent e. Como tan tas veces lo hemos afirmado en este ensayo. no
gusto o su co nt rario existen en todo orden de cosas y así como revela tiene, en nuestra lengua, 'muchos competidores serios en la materia .
un a pésim a educación escupir en un plato cuando a uno lo invitan a Co mo reflexió n literar ia y abundando en la sugerencia que

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CAMI LO M ARK S

hicimo s antes, Los detectives salvajes ofrece una lectura aún más sor-
prendente que como relato de acción. M ientras se enamoran, en lo- ¡ VAN Q U EZ A D A
qu ecen. viajan. se encie rran ent re cu atro paredes o protagonizan coda
clase de hazañas. los person ajes ded ican la savia de su mortalidad a La caída de Chile
escribi r o a pensar en escribir - solo poesía- y hab lan sin cesar de lo
que escriben otros. Em pero, no conocemos sus poe mas. La novela
es, en consecuencia, una histori a de la poesía qu e no se publica. no
se escribe o no se lee. au n cu ando se p ractica a diario por miles de
seres hum an os. Si la cultura, el art e y la literatura han ten ido siem -
pre algo de m useo o han caído en un sí es no es remoto, Bolaño los
transmut a en experiencias inseparables de la vida y act ivida des, sean
éstas criminales, sociales, familiares, laborales, pasiona les u otras del
abigarrado y vibrante conj unto de hombres y mu jeres qu e pu eblan
su novela. ¿El mundo es un pañu elo? D esde M éxico al sur de Estados Unidos;
Yen la deslumbran te capacidad de fabul ación d e Los detectives d esde Andalucía hasta París y sus afueras. Pero el chileno qu e es
salvajes. se funde n tod as las vivencias y toda la experiencia de un a Roberto Bolaño surge, cn mayor grado, co mo una declaración : "nací
generación latinoamericana, esa gen eración cuyos sueños se esfuma- en C hile". Así lo afirma n sus protagonistas, y m ientras lo hacen in-
ron , si bien insiste en seguir soñ ando . Así, la m ejor novela de la cluso revelan un atisbo de nacion alidad ; pero es insuficiente. El avance
década pasada en nuestro idioma. deviene un registro dc los ideales del desarraigo pro sigue, hasta acabar conv ertido en el ún ico destino
frustrados, pero es inc uestionableme nte tambi én, una apu esta lite- posible.
raria y estética po r el futu ro. M aldito asunt o el de la chilenidad . ¿Acaso no es una expe rien-
cia com ún vivirla como algo vago, ind efinido , incluso como un va-
do ? En especial cuando se sale del país y se co nocen ot ras cultu ras y
pcrsonas. Damos la impresión de preguntarn os constantemente cuál
es nuest ro vínculo co n el mu ndo , a qu é obedecernos dentro de él, ¿o
sólo existi mos en un mundo adyacente y pequ eño, au nque comple-
tam ente nu estro? Sobre las razone s se pu ed e especular cua nto se
quiera, pero en la vida cot id iana no im portan . Se observa la extrañe-
za como un hecho al cual sobrellevar, una cond ició n dcfinitiva qu e
supo nem os le ocurre igual a todos los países. Para colmo de males,
este repl iegue el Roberto Bolaño críti co literario lo asume co n des-
creim ient o. ¿Q ué hay d e uni versal en el lengu aje que engend ra? ¿Es
po sible escribir un a histori a de algo qu e da tan débiles señales? La
identidad del desencanto se torna así compleja.
Se escribe co n un peligro y con dudas. Los rep roches son d u-
ros. Se ve la narrativa chilena rep rod uciendo la realidad, con fu ndida
con ella. La m irada sobre los escrito res no puede ser sino de rebeldía,

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¡ VÁN Q U EZ AD A
La caída de Chile

incluso de resentim ient o. La fisur a retro cede en tod a la histo ria del por qu é el vacío de su int erior. ¿Q ué pasa co n C hile? Abiert a y níti-
géne ro. Bolaño también em prende cont ra la poesía. pero en otro damente, va aparecien do como un lugar rem oto. Y no ta nto po r la
sentido. Su tradición es un peso descom unal cua ndo se intenta es- lejan ía física, sino de b ido a que acá se cerraro n las puert as a todo
cribir versos. Ser poeta es lo más imp o rtante, lo demás es prosa, cu anto acont ece. Desde luego, ni Arturo Belano -el alta ego de
vulgaridad. H ay algo falso en todo eso. Donde se exp resa con mayor Bol a ño-, ni los person ajes chilenos más anó nimos de Llamadas tele-
nitid ez esta visión es en Nocturno tÚ Chile, por el hecho dc que su fiinicas, refutan jamás los vados qu e descub ren en otros países. Sim-
protagoni sta y narrador es un pacta mediocre. Primer amente se de- plemente no les sirven de excusa. Buscan a los sujetos extraño s. po r-
cide por la crítica literaria, to rnando su fracaso aú n más palmario. que ellos tam bién lo SO I1. Desean cua nt o antes sumarse a las co rrien-
D ividido r rencoros o , la memoria lo abso rbe conduciéndo lo a la [es co n qu e se enc uent ran y. no obstan te, al final se traicio nan a sí
mu ert e. Las vanidades son ab rumado ras, empezando po r la suya, m ismos. Ce rcados po r la memoria, algunos no pu ed en d ejar de pen-
pero la fuente de su prolo ngada decaden cia es el med io literario. La sar en retornar. O tros. para resist irse a su ident idad fragmentad a.
situación em peo ra junto co n los recuerd os, obligando al relato a eligen el exilio permanente, aunque viviendo fuera de lugar porque
salir de C h ile. Una vez en el extranjero, el cura poeta y crít ico vive no les está perm itido otra alterna tiva. El cí rculo vuelve a empeza r
un tran ce casi pu eril, no co mprende cua nto lo rodea, y luego retor- un a y ot ra va . A fin de cue nt as, todos ellos com parte n un o rigen .
na para cont inuar negando la realidad , la misma qu e él ha co nt ribui- Pero examinem os la cuest ió n desde el punto opuesto, desde el
do a crear. El país ente ro se debate en un curso polít ico grave y joven poeta mexicano Ju an García M adero , qu ien protagoni za la
oscuro, sin salida. Se oculta en su orgullo. pero inú tilmente, y al primera parte de Los detectives saloajes. C o n él es posible la identifi-
final su rge el fatalismo de su vacío despojado. En este juego no hay cació n. Los retratos d istantes de otro s person ajes ext ran jeros. aquí,
co nte mp lacio nes. Todo s vamos a term inar arrastrados por un a ola se dejan de lado. Por un a part e, inAuye en él la experiencia de Bolaño
de mierda. en M éxico, y por la otra, vemos la proyección de Belan o, el cual
El énfasis de Bolaño con la narrativa es más irónico. La incre- partic ipa poco en los sucesos, pero se hace am igo de M adero tras un
pa con un matiz menor, co mo si no esperara demasiado de ella. b reve conoci mient o. El joven poeta no s resulta próximo . Su con-
Dep lora su estado, pero no se excluye de la crítica. En esta época, el ciencia y sus emociones nos pertenecen. En especial, su tri steza es
ser escrito r chileno se present a con m uchas dificultades, en particu- reconocible. Aunq ue nunca deja de ser mexican o. Su m irada surge
lar si se qu iere apropiarse de la tra dición . Es más f.1cil hacer borrón y de su país y nos refleja. Es otro alter ego del auto r, pero en un plan o
cuent a nueva. Pero el aut or po lítico se opo ne. ¿Q ué ocurr ió con di st int o a su nacionalidad . Así, nos ve y lo vemo s. El peso de la
nu estra generación? ¿D ónde está la propuesta y la co mprensión del po esía chilena se hace sent ir en él. C laram ent e su escritura parte de
pasado? Su pérdid a tien e su origen en el tiem po reciente. Todos lo la poesía mexican a, pero luego realiza un cont rapunt o con la ch ilena
sabemos, pero prefer imo s explicarlo co n ot ras razones. Y ent retant o y más tard e con la fran cesa. El trián gulo despu és se abre a mu chas
p rosegu imos erráticamente. El mundo se nos hace cada vez más pe- otras influen cias, en un intento d e uni versalidad qu e termi na
qu eño. Surge la necesidad de co nocer a seres hum anos en otros luga- do lorosam ente. Su relación con los de m ás se torn a peligrosa para
res. y se comp rueba que las division es aquí negadas, desde afuera, sus sent imientos . H asta ent ra en tra to s con la delincuencia, po nien-
no tienen tantas trabas. La realidad pu ede ser un a avent ura de sensa- do en riesgo su vida. Siente angustia y un ren cor sordo. Su qui ebre
cio nes d iversas y cont radictorias. Incluso per mi te escribi r de ella; es afecta incluso al realismo visceral. Todo se hund e. La sexualidad en
libre. Pero entrañ a el desarraigo. No era posible que fuera sencillo. la adol escencia, exuberante y pród iga en un com ienzo , al final lo
Los hechos presenciados, sin embargo. son imp revisibles. En los p ro- deja aú n más solo. Es la hora de la partida, de la emigración. Las
tago nistas de Bolaño el asombro se expande, y los hace pregunta rse desped idas nun ca son alegres. En los derrumbes de los poetas jóvenes

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I VÁN Q U EZAIl A La carda de Ch ile

no hay vuelta atrás. Pero en Madero su ext ravío mexicano nos re- podría ser sim ultáneo. D e esa man era, los hech os acaecen co mo en
cuerda , además. n uestro propio estado de cosas. Es un a forma de ver cámara rápida. Ella se no s presenta co mo un caso ent re tantos y. no
a C hile y a los chilenos, al meno s de un a parte del mundo. La trage- obstan te, vista desde afue ra su d imensión human a co nm ueve. ju sta-
dia se muestra bella desde afuera. Cont ribuye a ello la ingenuidad de mente po r los elementos que faltan en su retrato. La suge rencia se
M adero, pero tam bién son muy di stintos los hechos de acá y su torna en asombro cua ndo u no , co mo lecror, escruta en el vacío las
influenci a. Ca da vez que aparece un personaje chileno aflora un lado razo nes de su fracaso. N aturalment e, nunca surgen respuestas, pero
oscuro en el argument o . Los recuerdo s de la d ictadura. velados o los hallazgos de la búsqueda revelan sutileza: la fragilidad femen ina
not orios, los acosan cont inua mente . Pero si la clave fueran los asun- se entrelaza co n la inconsciencia de los caracteres masculinos, crean-
tos pu nt uales. la narración sería po r co mpl eto fortuita. No es así. En do un a sensación de absurdo en las relacion es amorosas. Así, aqu ello
la identidad avizorada es hasta esencial la d esesperanza. No importa qu e las vuelve ruti narias se encuentra más allá de las palabras. El
qu e los caracteres traten de engañarse con otro s moti vos. Afort un a- sexo es sólo un juego más e incluso a veces cansa. No se evita. en
damente, la mir ada d esde el exterior es ben igna. En su amplia visión verdad es imposible detenerlo . ema na de u n punt o qu e ni siquiera
no s permite incluso descub rir al otro aceptándo nos co n mayor tole- co nceb imo s. Nada más sabemos qu e siemp re nos qu ita algo. El resto
rancia que nosotro s mismos. Pero no es un consuelo. En todo el es ir de un d ía a otro, camb iar de país. y de ese mod o proseguir co n
relato la humanidad sencillament e es lo qu e nos toca por ventura. y el radical expe rime nto indi vidu alista de nu estra época. No hay ata-
nada más. du ras ni límites. Se d iría qu e los personajes subsisten en una esfera
Exploremos ahora los mundos individ uales por entero di fe- sin co nto rnos. Sigu iendo este destino , la escritu ra se vuelve co nt i-
rentes a los chilenos. El salto es grande. porque allí radica la verda - nu a. Los párrafos serían un a ilusión . El choq ue cultu ral ent re perso·
dera avent ura. Ante sus infinitas posib ilidades. el valor es un dato nas de d istint as nacion alidades es irremediable y term ina siendo otro
irrelevante de la realidad. Para cont inua r el viaje basta co n asum irlo. incidente. Esto es especialment e visible en los cuentos. por la emo -
Pero en ese mom ento la ob servación de Bolaño se agud iza. desen- ció n concent rada . En Los detectives salvajes. en camb io, el arco traza-
tendiénd ose de su origen y planteando un nu evo cont raste. Para ello do es amplio y d ifuso. Allí las criaturas de Bolaño están a la deriva.
bosqueja el plano ent rañable de sus person ajes en un ám bito impli- en un a fuga qu e registra los sucesos con más levedad aún. Pero en
cito , fuera de la historia. El panorama dom ina todo, part icularm en- am bos géne ros, novela y cuent o, lo que prevalece es un a noci ón que
te en las part es segunda y sucesivas de Los detectives salvajes. l.a nove- tal vez podríamos denomi nar com o otredad. Es la percepción de un
la se co nvierte en una suma de na rracion es abiertas. L 1 S person as y caos que, en cualquier caso. perm ite el reconocimi ento.
los lugares pasan por la escena. hasta se los mira con alguna ironía. Roberto Bolaño. como narrador, se conviene as! en un eterno
Pero . como en un sed iment o, poco a po co van dejand o huella. En ot ro qu e no qui ere apropiarse de los mundo s a su paso. qu e conserva
un principio tod o en ellos es part icu lar. int rigant e, aunque sus vidas las diferen cias inexorabl es entre los seres hum ano s, las tradicione s
desde ya se están malogrando co n el curso del tiempo. El relato cultural es y los orígenes. En dicha mi rada confluyen la generosida d
"Vida de Ann Moore", por ejemplo. jamás tiene alt ibajos. La mu jer y el egoísmo . Su imp ulso curioso po see. sin em bargo. un trasfondo
p rotagoni sta to ma decisiones q ue no logran romper la tende ncia, escéptico qu e se asemeja a un a not a final, pero igualmente abierta .
po rque no se puede. Es algo inefable. Sin embargo . se la observa co n En su avent ura existencial no vemo s un credo. sino un a espirituali-
un a dista ncia inq uietante ante la pro gresiva aparición de la fatali- dad sin expectativas. Es un a travesía carent e de com ienzo, aunque
dad. Lo uni versal siemp re es fatídico. Pero . [cu ant as cosas le suce- tamb ién pu ede ser su úni co modo de romper con los trastornos de la
den! Su existencia describe círcu los sin sentido. avanza y retroced e chilenidad . El hablante logra un a ide nt idad propia, po r más precaria
para efectos de la narración solament e; todo cuanto le ocu rre bien qu e sea, sólo cua ndo pierde su rostro en la infinitud. Llegad o a ese

144 145
l VÁN Q UEZADA

punto se concede deslizar en el texto, furtivamen te, el descont ent o


que sient e consigo m ismo. Na da pu ede co nforma do en verda d. Sin
emb argo. su opción multifacética le facilita no pocos recu rsos, em-
pezando por la parodia qu e plasma, po r ejem plo, en La literatura
nazi en América. En esa novela registra un p lan o dc la com plejidad
human a qu e comp robamos como polít ico. H ay un elemento fue rte
de locura qu e trasciende incl uso a la escritura y qu e sería eq uivocado
calificarlo sim plement e de id iosincrasia. Afecta a todo s por igual, el
ego viene a ser un laberinto de pasajes oscuros, y así la ultraderecha
aparece co mo el reflejo de la izq uierda . El alegato de Bolañ o, siem-
pr e sub rep t icio, se d iri ge co n t ra las post u ras m esiáni cas y el
man iqueísmo inheren te a las concepciones to talitarias de la reali-
dad. ¿Se trata ent onces de un hum an ismo qu e levanta un co ncepto SENTIDO Y FRAGM ENTA CIÓN
híbr ido del m undo? Eso scría una traición a sí m ismo. De una fic-
ción a otra , vemo s que el autor se mantien e consecuente con sus
p rincipio s pesimistas. En último caso da la imp resión de qu e su úni-
ca posición política es el n ihilismo , hasta parece afirmar qu e la in-
mortalidad del alma sería un error de la natur aleza.
Tal vez a ello se dc ba su pred ilección po r los person ajes escri-
tore s. En ellos tod o es equívoco . incluso el fracaso y el éxito. Su
trabajo es absolut amente inútil, y no sólo en el sent ido estético . Pero
al final se inclina por los autores pequ eños, como los participantes
de cuant o concurso literari o existe. En su reco rrido perdu ra un he-
roísmo p robablement e sobre valorado, hasta rid ículo, aunque no. por
eso falto de cierta dign idad, a pesar de tod os sus infructuo sos afanes
po r adq uirir poder. No se crea, sin embargo. qu e Bolaño está impe-
dido de solazarse con sus histo rias. Su m ayor satisfacción consiste en
transgredir las fron teras espaciales e ir de un sujeto a otro. cambian-
do de personalidad como en un sueñ o. Aunque esto hasta don de se
lo perm ite el dilema de su nacionalidad. Así. le fue inevitab le int er-
narse en la mem oria con Estrella distante. En el tiempo postrero su
narrativa parece asentada en sus fantasmas y en un a hispanid ad am-
bigua. de exiliado . Es el sino de la escritu ra d ividid a. Después de
todo. el adag io qui zás es cierto, y u n chileno siem pre es un ch ileno.
J AI M E B LU M E

Roberto Bo laño poeta

PRESENTACI Ó N

Los mu cho s años alejado de l país nos hab ían acostu m brado a la au-
sencia de Ro bert o Bolaño. Sólo de ta nto en tanto algu na no ticia
suya llegad a del extranjero nos record aba su existencia. su calida d
literaria y su co nd ició n de chileno. Sin em bargo, algunos co me nta-
rios críticos alertaron la ate nción de los lecto res. Resultaba qu e nuestr a
pe q ueñ a repúb lica de las letras contaba co n un auto r de reco nocid o
prestigio. q ue pese a desarro llar su m inister io literario fuera del país
po dí a ser co ntado en tre nu estros más destacados narradores. Pues
eso era : un narrado r. Lo q ue no se sabía era qu e junto co n la nar rati -
va Bolaño cultivaba tam bién la poesía. o al men os algo qu e, pese a
un sesgo histori ado y argumental vecino a la narrativa, podía ser
incluido en el d ifuso ám bito de lo poét ico. Este es el uni verso q ue en
esta ocasión quisiéramos analizar en las lín eas qu e sigue n.
D entro de la escasa pro du cción poética de Bolaño , nos deten -
d remos en el texto que lleva po r títu lo "Prosa del oto ño en Ge ro na'".
obra que la pre sentación del volumen cataloga como "libro de po e-
mas". La natu raleza m isma del escrito , a m itad de cam ino entre la
narrativa y el discurso poético, recom ienda el uso de un métod o de
análisis como el propuesto por Jean-Paul Weber, método que estu dia

1 Incluido en su libro Tres, Barcelona, El Acantilado , 2000. En lo que sigue las


refrencias ent re par éntesis pertenecen a esta edición.

149
J AI ME B W M E Roberto Bolaño pacta

en los co m po nentes sensuales, senso riales, so ciales y afectivos d e la un script, que di spone los di st into s acontecimientos y las circunstan-
ob ra la estructur a psíq uica d e la misma. ' Para llevar adelan te seme - cias de tiemp o y lugar que los rodean, logrando con ello un a visión
ja nt e tarea, Weber recurre a tr es categorías fu nd amentales: a) Tema co smológica y ant ropo lógica de in negable interés. En el aná lisis que
(experien cia o co nju n to de experienci as análogas que co nfo rma n un a aho ra inici amos, estudiaremos p rimeramente el m arco esp acio-tem -
unidad y dej an en el inco nsciente y en la memoria del art ista una po ral dentro del cua l se gesta la acción, para examinar, luego, los
h uella im bo rrable, que se hace preseme en la obra; b) Analogon [sím - agentes que la hacen po sib le. Ello no s permi tirá esta blecer los perfi-
bol o capaz de representar viejas realidad es experimentadas) , y e) les tem áti co s del po ema, la natu raleza de sus acran res y la te m pera -
Modulaciones (variacio nes u orq uestaciones sob re un tem a único ). tura afectiva que se gcsra al interio r de la o bra.
Con estas tres ca tego rías nuestro crí tico pone a punto un m étodo d e
análisis tem áti co, que registra la recurrencia d e palabras o imágenes ,
co ns ide radas co mo la traducción lingüíst ica del tem a y el receptácu- EsPAC IO y TIEMPO D E P ROSA DEL aTONa EN G ERONA

lo d e la fucrza po ética del tex to analizad o. En el caso co nc reto qu e


aq uí nos interesa, p ro curaremos, a través del m étodo señalad o, aislar La acción del po ema se d esarrolla en Gerona, provincia española de
los deton antes lírico s de la poesía de Bolaño y determinar la red la co m u nida d auto nó m ica de Cata lu ña. En este lugar se d an cit a el
significativa que dichos puntos d e energía establecen al interio r de la paisaje propio dcl lugar, con sus ram blas, plazas y río, y los restan-
obra. rantes,lib rerías, salas d e baile y casas qu e am ueblan el espacio cirad ino.
H asta aq uí nad a digno d e atención, d e no med iar las características
ligeram ente perturbadoras que mu estran los elementos menciona-
EL TEMA D E PROSA DEL OTONO EN G ERONA dos . En efecto el paisaje está "bo rrado" (18) y la Ram bla "vac ía" (3 1-
32). Los bar es, qu e en su oportu nidad pud ieran haber ofrecido du-
D e acue rdo a lo plantead o po r Web er, el primer paso co nsiste en doso refugio a la so ledad del poera, están "cerrados" (43). En la casa
d efin ir el tem a de la o bra, q ue por hipótesis d ebe tener algu na co- d onde vive el hablan rc no hay "nad ie" (32) y está "llena de telarañas"
nexión co n las experienc ias vividas po r el autor. El tema d e la obra (48) . Como si esto fuera poco, el plano d o m ést ico nos co nd uce a
"Prosa d el oto ño en Gero na" se resume en un a vaga histori a de amo r tr avés "d e la habitación negra, del mom ento d e la cena negra, de la
ent re un joven extranjero d e 28 años, au to rizado pa ra resid ir tcmpo- duch a negra en el ba ño negro" (47) . En síntesis, lo qu e p ud iera ha-
ralrnen rc en España pe ro no para trabajar, y u na "d esco nocid a", que ber sid o un "pa raíso" , termin a co nve rt ido en u n "labe rinto" y en un
entra y sale de su vida sin dejar atrá s o tra cosa que u n recuerdo "naufragio" (34), en un "i nfiern o" aplasta do po r "el aliento a po dri-
nostálgico y la sensació n d e acent uada soled ad. Se tr ata, co n toda do " (19), un caleido scop io cruel y degradan re, en el q ue rodas las
pro babi lidad, de la versión poética d e un a vivencia au to biográfica figu ras que se estructuran en su interio r te rm inan por d esaparecer:
(vida en el extra njero y d esesperad os amo res juve niles), m atizada por
la d istancia en el tiem po y po r la fabulació n natural con que la imagi- La desconocida está tirada en la cama. A través de escenas sin
nación pro cesa expe riencias com o la señalada. amor (cuerpos planos. objetos sadomasoq uisras. píldoras y mue-
Esta histo ria se d esenvuelve dentro d e un formato na rrativo casde desempleados) llegas al momento que denominas ~I otoiia y
d e carácter cin ematográfico o televisivo . Se diría casi que se trata d e descubres a la desconocida.
En el cuarto. además del reflejo qu e lo chupa roda , observas
picdras,lajas amarillas, arena, almohadas con pelos. pijamas aban-
2 jean-Paul Weber. N~ocrlti<a} Palrocritica, o contra Picard, París, J.J. Pauvcn , don ados. Luego desaparece todo. (I4)
1966.

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J AIM E B L U M E. Roberto Bo lañ o poct a

Semejante inst alación en el espacio es co nsecue nte co n el tie m -


po en el que ocurre la acció n. Se trat a del o toñ o d e Ge rona, co n sus Ahora te deslizas hacia el plan. Llegas al río. AlIr enciendes un
amaneceres nublados (40) y sus primeras n evazon es (20 y 25 , repe- cigarrillo. Al final de la calle, en la esquina. hay una cabina telefó-
tido por tercera vez en pág. 50). Como vemos, tiem po y espa cio se nica y esa es la única luz al final de la calle. Llamas a Barcelona. La
desconocida contesta al teléfono. (4 3)
d an cit a para configu rar una cosmología d estem plada y d esco lo rida,
que aco rrala al autor y a los otros p ersonajes en un callejó n sin salida
Hablante, autor y tú so n otros tantos ro stros que asume la voz
y desvasrado r.
lírica que na rra. Pero ha y más. Está esa oscura figura que el relato
denomin a pm onaje (15. 24. 33). el q ue. iden tificado con la tri nid ad
d e acranres arriba mencionados, irrumpe en escen a gen erando Una
Los ACTORES DE LA ACCiÓN DRAMÁTI CA
indefinible sen sación de angustia:

La h isto ria de am o r desarrollada por el p oem a - u na especie d e co p ia


Es cx rra úo, desde aquí parece qu e mi personaje espanta moscas
al carbón de "la ve sro ry" - , relaciona al amante y a la ama d a de un
con su mano izquierda. Podría. ciertamente, transformar su an-
modo q ue d esconcierta. Veamos cuá l es el co m po rta m ien to d e cad a gustia en miedo si levantara la vista y viera ent re las vigas en rui-
u no de estos personajes. nas los ojillos de una rata fijos en él.
C rac, su corazón. (24)
1. El. AMANTE : La prime ra seña l de q ue algo no anda por d on-
d e d ebiera en esta hi storia amo rosa so n los múltiples rost ros q ue El circu ito q ue term ina d e pe rfila r al pro tagonista d e la acci ó n
asum e el pro tago n ista m ascul ino . En prim er té rm ino de bemos men- culmina co n un d eslucid o y ermitaño yo, y con Roberto Bola ño m is-
cionar al hablante (13.23.29.3 1.34 .39. 4 1.48). que oficia no mo , q ue opta po r asu m ir la responsab ilid ad d e lo aco ntecido , des-
so lam ent e d e relator d e los acontecim ientos, sino que a rato s se des - ca rga ndo a las figura s vicarias de la o bligació n d e segu ir in fo rm ando
liga d e su co n d ició n de test igo p ar a as u m ir d ecidid am ente el ace rca d e lo q ue oc urre en su prop io interior:
pro tago n ism o d e las accio n es, identificado esta vez con c1 l1utor:
Después del sueno (he extrapolado en el sueño la película q ue vi
L A REAUDAD. Había regresado a Gerona, solo, después de tres m e- el día anterior) me d igo que el o to ño no puede ser sino el d inero.
ses de trabajo. No tenía nin guna posibilidad de conseguir o tro y El dinero como el cordó n umbilical que te comunica con las
tampoco ten ía muchas ganas. La casa, durante m i ausencia. se muchachas y el paisaje.
hab ía llenado de telarañas y las cosas parcelan recubiertas por una El dinero q ue no tend ré jamás y que por exclusión hace de mí
película verde. Me sent ía vacío, sin ganas de escribir y. cuando lo un anacoreta. el personaje que de pronto empalidece en el dcsicr-
int ent aba, incapaz de permaneer sen tad o du rante m ás de una hora [0. ( 16)
ame una hoja en blanco. (48)
(...) la caída lib re que eso supone no me sirve para lo que de
Otro exped ien te q ue el h ablant e uti liza para h acerse presente verdad deseo: el espacio que media entre la desconocida y yo,
al inter ior del poema, es el recurso a un m isterio so tú (19), especie aquello que puedo mal no mbrar como oto ño en Gerona, las cin-
d e pronomb re equivalente al impersonal uno, por cuyo intermedio tas vacías que nos separan pese a todos los riesgos.
el narrado r se desdobla y se convierte en esp ectado r de sí m ismo al El instante prístino que es el pasaporte de R. B. [Roberto
momento de ejecutar una acció n. En este caso, hablarur y tú so n la Bolaño] en octub re de 1981, que lo acredita como chileno con
mi sm a persona:

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J AI M E B LU M E Roberto Bolaño poeta

permiso para residir en España, sin trabajar, durante otros tres co n él", concluye co n un a frasc demoled o ra: " La am istad no prcsu-
meses. [El vacío donde ni siquiera cabe la náusea! (29) pone nin guna clase de in fierno" (24).
Pese a ello, los vaivenes del amor la llevan d e nu evo a los bra-
H asta aq uí lo qu e correspo nde al ha blante qu c, como vimos, zos d e su am ante. situació n qu e no perdura, pu es un a vez rot o el
fu nd e en sí al au to r, al tú, al personaje. al yo y a Roberto Bo lañ o. El vaso d el amor ya no es pos ible resta ur arlo. Es el mom ento justo pa ra
p rotagonista cierra su particip ación en la obra co n u n encuen tro co n que la desconocida d esap arezca d cfinirivamcnre del escena rio:
la m uje r amada . ocasión en la qu e sc co ns u ma rá la separació n d efi-
ni tiva: LA DESCO NOC IDA O BSERVADA. Senos enrojecidos por el agua calien-
te. Son las seis de la mañana y la voz en off del hombre todavía
En la pantalla: la espalda del personaje. Está sent ado en el sucio, dice que la acompa ñará al tren. No es necesario, dice ella, su cuer-
las rodillas levantadas; delant e como colocados allí por él mismo po que se mueve de espaldas a la cámara. C on gestos precisos
para estudiarlos, vemos un caleidoscopio, un espejo empañado, mete su pijama en la maleta, la cierra, coge un espejo, se mira (allí
una desconocida. (50) el espectador tend rá una visión de su rostro: los ojos muy abier-
tos, aterrorizados), abre la maleta, guarda el espejo, cierra la male-
ta, se funde... (5 J)
2. LA AM AD A: La recie nte cita introduce la co nt raparte d e la
histo ria amo rosa. La mujer a la cual se hace alusió n será siem pre la D e acuerd o a lo visto . el personaje identificado co mo la d esco-
m ism a a lo largo d e to do la obra, pero al igu al qu e su pareja, asum irá nocida cu b re so b rada m en te la parte q ue le co rrespo nd e en el co n-
tamb ién d iversos rost ros. El p rime ro d e todos, y el más impo rtante, flicto afect ivo. Ello no obstante, su perfil no q ued arí a co mpleto si
es el de desconocida . La importan cia de esta d esignación q ued a al d es- no m en cionáramos los o tros nombres qu e asu me a lo largo del po e-
cu biert o d esde la p rim era lín ea del po em a: m a. Según ello s van ap areci endo, sabe m os que la desconocida p ued e
ser tam bié n un ella. qu e usa un perfume qu e se llam a "Carn icería
Una persona - debería decir una desconocida- que te acaricia, te fugaz" y qu e ha sido operada del ojo izquierdo (19 ). En arra part e
hace bromas, es du lce cont igo y te lleva hasta la orilla de un preci- recibe, ad em ás del seña lad o , el apelativo de muchacha, y bajo esta
picio. Allí, el personaje dice ay o empalidece. C omo si estuviera d csignación repi te escenas ya vistas en el caso d e la desconocida :
dent ro de un caleidoscopio y viera el ojo que lo mira. C olores que
se ordenan en una geometta ajena a todo lo que tú estás dispuesto Una muchacha que se duc ha, su piel enrojecida por el agua ca-
a aceptar como bueno. Así empieza el otoño, entre el río O ñar y la liente; sobre su pelo, co mo tu rbante, una toalla vieja, descolorida.
colina de las Pedreras. (13) De repente, mient ras se pint a los labios delante del espejo, me
mira (estoy detrás) y dice que no hace falta que la acompañe a la
Esta desconocida atr aviesa "la geo metría d el otoño" co n el ex- estación. (25)
clusivo fin de aligera r la tensión del am ante, y luego desaparece ,
ob ligando al sujeto a adoptar "la apariencia de la soledad" (18) . La Estos so n, entonces, los protagonist as d e la fru strad a historia
desconocida di ce estar bien , y d e hecho lo está. Su m irad a "es bellísi- d e am o r. Por un lado est á u n joven de 28 años. extra nje ro. sin traba-
m a" (19) y cua nd o duerme, lo hace en calma, y un a vez d espierta, jo, angustiado hasta el "crac , su co razó n", escrito r in cap az d e co n-
in stintivam ente acaricia (24). Luego de estas efus iones sob reviene la cluir su o bra, pobre anaco ret a reducid o casi a un a so m bra, p resa del
crisis. La desconocida m anifiesta qu e no q uiere ser aco mpañada en su d esaliento y la angustia, asedi ado por pesadill as q ue no lo d ejan dor-
ca m ino a la estación y luego d e asegura r q ue "no pensab a d o rmi r mir tranquilo , d ialogando co n nadi e al ot ro lad o del teléfono y

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J AI M E B LUM E
Roberto Bolaño pocra

tentado a suicidarse como úni co medio de queb rar un a situac ión tría" (5 1). Se produce aquf una especie de espejismo. qu e lleva al
insosten ible. En la acera op uesta se halla esa desconocida, qu e al atra- hablante a preguntarse si acaso "en su cuerpo de veint iocho años
vesar "la geometría del oto ño" se cruza con el joven. Bella, perfumada , co m ienza la felicidad " (24) . Si así fuera, estaríamos en presen cia de
relajada en el sueño. amo rosa y sensual en la vigilia, una y mú ltip le, la di mensión más noble del erotismo, pero en los hech os sabemos
independiente y decidida, nada la detiene en su decisión de alejarse qu e tal cosa no ocu rre. Al menos el desarrollo del poema descarta
del joven una vez que el fuego amo roso se apaga sin dejar brasas. radi calmente tal po sib ilidad al sostener que la geni talidad termina
brutalmente en un a castració n uni versal:

El. At\ iOR DE P ROSA DEL OTOÑO E.."I G ERON A


El sueno al que te refieres acaba de cruzar delante de ti (...) Y
consistía en la aparición. en el otro extremo del puente. de una
población de castrados, comerciantes, profesores. amas de casas.
Hemos determinado el escenario en el qu e se d esenvuelve la acción
desnudos y ensenando sus resrfculos y sus vaginas rebanadasen las
y la natura leza de los acto res del dram a amoroso. Sólo falta averiguar
palmas de las manos. (44)
de qu é amo r se trata.
Como era de esperar. el po ema no entrega n i de lejos una Si el sent im iento y la pasión no aseguran el verdadero am or al
definición de amor. Lo más cerca de algo que pudiera tomarse como interior de una pareja sólo q ueda conformar se con la am istad (¡que
tal es el texto qu e lo vincula con el din ero: "...aque llo que es su pued e conve rti rse en un infierncl, pág. 24), armar se de pacie ncia
carencia de din ero se transform a en desesperación del amo r..." (30) . (22), seguir adelante co n la vida (4 1) y procurar no sufrir. co nvir-
Si la falra de d inero apa rece vinc ulada co n la desesperación del tiend o al mundo en desierto estéril y al poeta, en du ra roca:
amor, el hecho de tenerlo debería significar la posesión y goce pací-
fico del mismo . Pero . ¿es ese el amor qu e el aut or visualiza en su La educación sentimental sólo tiene una divisa: no sufrir. Aquello
obra? A pr iori es necesario d escartar semeja nte int erpr etación. La que se apan a puede ser llamado desierto. Roca con apariencia de
lectura qu e mejor rescata el sent ido global del poema y del texto hombre, el pensador tectónico. (17)
específico recién citado pareciera ser el siguient e: "...cua ndo falta
din ero inclu so para las cosas más indi spensab les, no qu eda otrasali- Estamo s, como vemos, en franca retirada de las tierras del amo r.
da qu e ent regarse desesperadamente al amor...". Porqu e si la últim a apuesta era no sufrir, resulta que no sólo el sufri-
No existiendo ent onces al interior del poema un a defin ición miento irrumpe violentam ente en el corazón despechad o, sino qu e,
de amo r, debemos bu scar un camino indirecto qu e nos lleve a entre- ade más, sobreviene n la náusea y el vacío (29), el desaliento , la an-
ver lo qu e Bolaño entie nde por tal. gust ia y la pesad illa (33) . En una palabra, el amo r termina en un a
Una primera aproximación al tema podría ser la sensualidad verda de ra carnicería:
qu e el auto r instala al interior del asunt o. En efecto. en varios pasa-
jes de la obra se subraya el protagoni smo qu e asumen los sent idos en Una persona re acaricia. te hace bromas. es dulce contigo y luego
este piel a piel propi o del amor. Al respecto, baste recorda r qu e el nunca más re vuelve a hablar. ¿A qué te refieres. a la Tercera Gue-
poema se inicia justamente con un a "una desconocida que te acari- rra? La desconocida te ama y luego reconoce la situación matade-
cia... y es dulce cont igo" (13. véaseademás págs. 15 y 24). ro. (41)

Pero no s610 se trata del amor-senti do. Existe tamb ién el amor-
d eseo, consistente en la pasión que se desata al interior del ama nte a
la vista de la amada, esa pasión que , en boca del poeta. "es geome-

157
J A I ME B L lI M l'. Roberto Bolaño poela

mira. Colores que se ordenan en una geometría ajena a todo lo


EL ANALOGON que tú estás dispuesto a aceptar como bueno. (l3)

En los tí tul os anteriores pu dimos esta blecer algunos aspectos referi- Su rostro, fragmentado alrededo r de él, aparece sometido a su ojo
dos al tema. co mo so n, por ejem plo, vivir en el extranjero y m ante- que lo reordena, el caleidoscopio ideal. (30)
ner allí un a d ifícil relación afect iva co n un a descon ocida. En esa
Piensas: "así que la desconocida era así y asa, así que el único
línea, hicim os algunos alcan ces a la naturaleza de los perso najes que
desequilibrado soy yo..." (43)
viven el co n flicto amo roso, y al escenario espacio-rcrnporal en qu e
di cho co nflicto se desarrolla. D ado este paso y de acuerdo al mo delo
Al proceder Bolañ o d e este mo do no hace ot ra cosa q ue inser-
analítico de Weber, luego de esta blecer el tema de la co mpos ició n se
tar el simbolismo de la inversión al int erior del poema, simbolismo
hace necesario determ inar el analogon de la m isma, verda dera met á-
en virt ud del cual cada fenó men o se deter m ina por su co nt rario. E n
fo ra- madre q ue, po r la proximidad co n el mo delo q ue representa y
" Prosa del o to ño..." la muj er, visualizada co mo un complejo inorgá-
por la fuerza de su simbo lismo, es capaz de co nt ener la esencia de
nico de vid rios q uebrados, es susti tu ida por el ama nte, víctima ahora
toda la obra.
de similar destin o.
En el caso concreto de "Prosa del o toño de G erona", d icho
Co ncl u ya mo s. D esd e el pun to d e v ista d el analogon
analogon se en carn a en un caleidosco pio, ob jeto ó pti co qu e aparece
(caleido sco pio), el poema es "una organ ización cru zada de la estruc-
rdteradamcnteenelpoema(I3 , 15, 17, 19, 22, 24 , 30, 38, 41 , 50,
tura simbólica"), q ue hace de la bipo laridad el eje est ru ctu ral y sign i-
5 1) y q ue con siste en un t ubo en el q ue se produ cen imágen es simé -
ficat ivo de su discur so.
tr icas med iante vid rios de color y espejos.
El recur so a seme jant e obj eto no es inocent e. Po r de pronto la
raíz semá nt ica de la palabra remite a un a fo rm a o imagen (gr. ddos)
LAs MO DULACIONES
bella (gt. kalós) posi ble de ser vista (gr. skopeín). Po r otro lado, la
forma de tub o, q ue en un extremo co nt iene el juego de vid rios y
D espu és de deter m inar el tema y el analogon , We ber plant ea un te r-
espejos y en d iado o puesto una abertura a través de la cual un sujeto
cer paso: el de las modulaciones. La modulación es aq uí co ncebida
mira el juego de imágenes qu e se van fo rmando, supo ne q ue alguien
como una in flexió n del analogon, y esto en térm inos tales qu e el
(el amante ) m ira y algo (la am ada qu e entra y sale de la vida del
significado lin eal de este último se enriq uece como si se tratara de
pro tago nista) es mi rado, siendo el tu bo el vínculo ent re ambas reali-
una verdadera or q uestació n del motivo cent ral.
dades.
En el poema "Prosa del otoño..." el analogon (caleido scopio )
El analogon escog ido po r Bolañ o encie rra un misterio aún
incorp or a den tro de su órbita un a serie de representacio nes afines,
mayo r q ue el juego eterna mente renovado de imágene s. En los he-
co n las cuales con form a una constelació n d e im ágen es simbólicas.
chos, estas imágenes cro má ticas m iradas se co nvierte n en ojo que
de sde el interio r del caleidoscopio ob serva al q ue está mirando desde
1. E L o jo y LA MIRADA: D e esta co mparsa imaginaria, la pri me-
afuera. Ello im plica q ue la mu jer qu ebrada co nt em plada al fon do
ra modulación q ue Bolaño mencio na es el "ojo" y las "m iradas". El
del caleidoscop io se tra nsforma ahora en ojo inq uisido r, q ue ana liza
tema de la visió n y sus co nco m itant es (claridad , luz, tra nsp arencia
al amante y descubre en él sus fracturas int erio res:

Como si estuviera dentro de un caleidoscopio y viera el ojo q ue lo 3 Eduardo Cirlot, Diccionario de Símbolos, Barcelona. Labor, 1984, p. 262 .

t59
J AI M E B LU M f. Roberto Bolaño poeta

lúcida, reflejos, colores) atraviesa rodo el poem a (13, 15, 18, 19,22, ma no desde el peq ueño formato de un caleidoscop io al gran for mato
24, 25, 29 , 30, 31, 32 , 34, 36, 38, 39 , 4 0, 4 5, 48, 50, 5 1). Ojo y de una panta lla cine matográfica. Lo d ich o está esta blecido en el
visión sim bo lizan respectivamente e! sim ple registro de lo qu e oc u- mismo poem a, qu e habla de "la plaza de los cines" (15), de una
rre y "la mirada inq uisido ra de la co nc iencia mo ral".' La suma de película "vista el día ante rior" (16), de "la pantalla atravesada por
am bos contenidos hace qu e el significado apunte a la trascendencia. franjas" (18), de "una pelícu la muda" (19), de los co rtinajes qu e cu-
En efecto. po r su naturaleza m isma la visió n supo ne una cierra dis- b ren el ecran de un cine (22), de un a image n q ue "se funde en ne-
tan cia y un a sepa ració n de! obj eto visto. Pero la mayo r separación gro" (36), y de "carteles" qu e promueven el filme (39). Más cxplfcita
-y co nsiguienteme nte la mayo r rrascendencia-. se da entre Di os y la aún es la sigu iente afirmació n:
criatura. Desd e esta pe rspectiva, la auto rida d d ivina, paterna y polí-
tica, así co mo el im pe rativo mo ral. el juicio y el cast igo se enraízan Desde esta perspectiva otoñal su sistema nervioso pareciera estar
insertado en una película de propaganda de guerra. (33)
en ese "ojo" que todo lo ve y to do lo juzga. Ojo, visió n y tr ascen den-
cia son factores que, en el mundo de la m itol ogía, se junta n en un
haz significativo qu e in clu ye la idea de co noci m iento cla rivide nte d e El poem a co ncl uye co n la "filmac ión" de la escena final del dra-
la realidad y los concepros de auroridad y d e rectitud moral. Asf lo ma, qu e narra el descalabro amoroso de los person ajes centrales:
establecen las mitologías irania, germán ica e indi a.s H asta aq uí el
Son las seis de la mañana y la voz en off del hombre tod avía d ice
potencial sim bó lico de los dementas ana lizados. Ah ora bien , si pro-
q ue la acompañará al tren. No es necesario, dice ella. su cuerpo
yectamos di chos elem entos al poem a " Prosa d el o toño ..", de inme-
q ue se mueve de espaldas a la cámara. Con gestos precisos mete su
d iato se abre un a dim en sión hermenéuti ca q ue no estaba in clu ida en pijama en la maleta. la cierra. coge un espejo, se mira (allí el es-
la lect ura in directo del texto . De acuerdo a esta n ueva lectu ra in pectador tend rá una visión de su rostro: los ojos muy abiertos,
obliquo, el poem a no tr ata sólo de un a aventura amo rosa frus trada , aterrorizados), abre la maleta, guarda el espejo, cierra la maleta, se
sino de un juicio a la forma de vida q ue el auto r pr esent a en su funde... (5 1)
poema y al tipo de amo r que allí se plantea. Aq uel q ue só lo veía paja
en el ojo ajeno aho ra to ma co nciencia de la viga qu e está al interio r 3 . EL T EXTO Y LA UT llERfA C IN EMAT OG RÁFICA: Existe un a terce-
de su prop io ojo. Ama nte y ama da termin an co nde nado s a no ser ra modulación, que forma parte del co nju nto ya descrito en los nú -
otra cosa q ue un juego de vid rios rotos que se reflejan en espejos mero s anteriores. Se t rata de elem entos qu e rodean la visualidad ocular
d imin utos. El amo r desnaturalizado destruye a los person ajes q ue lo y el regist ro cinem ato grá fico de la h isto ria amo rosa. En esta línea, el
cultivan. texto argumental es un a fase pre via ind ispen sable de la filmación :

2. lA. PANTALLA DE CINE O D E 1V: Un a segunda modulació n, Aqu f el texto no tiene conciencia de nada sino de su propia vida.
vinculada a la anterio r y al analogon , es la que se refiere a la pantalla La sombra que provisionalmente llamas autor apenas se molesta
de cine o de teleoisián. En d icha pantalla se p royect a un filme cuyo en describir cómo la desconocida arregló roda para su momento
argumento es el fracaso amo roso de la p areja protagón ica. En esen- Arlam ida. (2 1)
cia, lo que esta modulación apo na es el traslad o del naufragio h u-
Sácame de este texto, querré decirle, muéstramc las cosas claras y
sencillas, los gritos daros y sencillos, el miedo, la muerte... (26)
4 Gilben Durand , Las estructurasantropológicas rk lo imaginario. Madrid. Taurus,

198 2, p. 143. Además del texto q ue da sopo rte argumenta l al "filme poético"
~ [bid., p. 145 Y ss.

16 0
J AIM E B LUM E Rob ert o Bo laño poeta

de Bolaño, tenemos la utileria que se usa en d icha filmación . Co n la pese a su forma narrat iva evidente. La justificación de semejant e
int ención de fortalecer el carácte r visual del poema, varios elemen- h ipótesis descansa en la importancia avasalladora de la medfora
(Os se integran al escenario y apo rtan la indi spensable cuota de rea- caleidoscopio por sobre la secuencia argumen tal del escrito.
lismo necesario para hacer verosímil el relato : El segu ndo paso co nsiste en establecer un m étodo de análisis
adec uado a la natu raleza de la obra. D icho método , elaborado por
En el cuarto , ade más d el reflejo que lo chu pa todo, observas pie- Weber, se inscribe en la lín ea de la crít ica temática y busca establecer
dras , lajas am arillas, arena, almohadas con pelos, pijam as abando- los vínc ulos en tre determin adas experiencias biográficas d el auto r y
nados. Luego d esaparece todo. (14) el poem a resulta nte de las m ismas.
Para tales efecto s, el método crít ico bu sca esta blecer prim e-
Parte impo rtante de esta tramoya son los ventanales (46) y rame nte el tema del escrito. Dich o tema es, por hipótesis, la versión
un os ~5pqOS empa ñados (26, 50 Y 51). Grac ias a esta modulació n poética de una vivencia aut obiográfica, q ue en el caso co ncreto de
especular ent ramo s a impensadas pro fundidades poéticas. En cfec- " Prosa del otoño en Ge rona" consiste en la vida del autor en España,
te, y de acue rdo al análisis que G . D urand hace de la situación , el joven y sin trabajo. y en un a relación afectiva insat isfacto ria q ue allí
reflejo de un cuerpo en el agu a o en un espejo implica, de algún establece. El sopo rte: argu mental de la ob ra es, por tant o, un a expe-
modo, "part icipar en la vida de las somb ras".(; Al reprod ucir un a riencia autobiográ fica transm uta da en poem a, cuyo tem a da cuenta
imagen el espejo/agua proy<.'.Cta una rép lica sombría de la verd adera del modo co mo u n ama nte vive un episodio amoroso q ue term ina
realidad. Pero esta rep resent ación , sed ucto ra y amenazante a la vez, destruyéndolo.
está vinculada a la muj er y a su cond ición hu moral (leche y mens- Para ente nde r mejor la naturaleza del mencio nado episodio
truo). Dicha vinc ulación la descubre Durand en el mito de Ancó n. procuramos, prim eram ente. definir el escenar io en cuyo int erior se
De acuerdo a este mi to, Acteó n es castigado po r Artemis por el pe- desarroll aba el d ram a (tiem po y espacio) , para pro ceder, luego, al
cado de observar escondido el baño de la d iosa lunar. Transformado análisis de las características de los actores y sus com porta mie ntos
en ciervo y destro zado por sus propios perros, Acre ón se disuelve en (personajes y accio nes).
espanta bles sombras," Lun a, fieras amenazantes, asco femeni no , agua En lo qu e al escenario de las acciones se refiere, el análisis con-
que refleja la figura co mo un espejo, oscurida d y m uerte - element os cluyó en la simetría que se dab a entre una ciudad borr ada y vacía y un
p resentes tanto en el m ito como en el poema de Bolaño- se juñ ran tiempo otoñ al, frío y nub oso. Ambas realidad es conformaba n el mar-
para decretar el fracaso final del protagonista de esta "Prosa del oto- ca laber ínt ico e infernal adecuado para una penosa historia de amor.
ño en Gero na". Pasando del paisaje al facto r h umano presente en el poema,
fuimo s testigos d el proceso evo lut ivo vivido po r el p rotagonista (ha-
blante, aut or, person aje, tú, yo, Rob ert o Bolaño), evolución que
S fNT ESIS y CO NCLUSiÓN co ncluye en el más absolu to de los infortunios: "Pero ya sabes que
sólo soy un fracasado" (36)
El estu d io que hemos hech o del poema está marcado por ciertos La amada. por su pa rte. vive un p roceso de en cuentros y
pasos qu e co nviene resum ir. d esen cue ntros, que term ina con su alejam ient o defi nitivo del esce-
Se inicia el análisis estableciendo el carácte r poé tico del escrito, nario amoroso, dejando al ama nte sum id o en el desconsuelo de la
soleda d. La pasión y la tern ura qu e alguna vez exist ieron termin an
• Gilben Durand, op.cit., p. 94. en la nada: "La pasión es geometría que cae al ab ismo, ob servad a
r lbid., p. 95. desde el fondo del abismo" (5 1).

162
J AIME B LU M E Rob erto Bolaño po eta

Los d istintos ep isodios que jalonaban esta historia amo rosa se fun de, véase págs. 50 y 5 1) destruye al amante y lo co nvien e en
indu cen a averigua r de qu é am or se trata. La co nclusión resulta des- un fracasado.
alen tado ra. El amo r-sent ido y la pasión erót ica so n segu idos por la A estas altu ras de la exposición . vale la pen a pregun tarse de
castración universal. Según ya vimos, todo term ina en la náusea, el dónde viene semejant e asociació n de la m ujer co n lo funesto. D urand
vado y el matadero. da la siguiente explicación: "Puede decirse que el arquetipo del ele-
Lo señalado en los párr afos anteriores da cuenta de la expe- mento acuáti co y nefasto es la sang re men strual. Es lo q ue confirma
riencia vivida por el auto r. A la hora de trad ucir esa experiencia a la frecuente relació n , aunq ue parezca insólita al principio, d el agua y
poesía, Bol a ño acu de a una me tá fora domina nt e, el ana/ogon de la lun a". Agua, sangre menstrual y lu na confo rma n una tríad a,
"caleidosco p io". Este instrumento ó ptico po ne en contacto a un cuyo eje cent ral es la luna y sus fases: "la luna es un astro que crece ,
observador con e! juego de unos trozos de vidrio que se m ueven que mengua, que desaparece, un astro caprichoso que parece so me-
denrro, pero qu e luego, en un mov im iento de ida y vuel ta, separa a tido a la tem po ralidad y a la m uerre"." Las tres noches sin luna hacen
lo s dos amantes. En efecto, el que ayer mirab a a tra vés d el de la "luna negra" la p rimera víctima q ue muere en las fauces de!
caJeidoscop io un os vidri os q uebrados, ahora comprueba q ue esos mo nstru o. o la co nvierte n en la "luna antropófaga", poder ma léfico
vidrios se han co nvertido en ojos que lo contem pla n a él y lo destru - que todo lo co nsume.? Sobre este último PUntO, vale la pena asociar
yen: "Co mo si estuviera de nt ro de un caleido scopio y viera el ojo la reflexió n de Durand con aquel segmen to del poema q ue seña la
que lo mira" (13). que el perfume usado po r la desconocida "se llamaba C arn icería fu-
El me nc ionado analogon se repite, o rquestado, en varias gaz..." (22).
modulaciones: el ojo y la m irada , e! cine y la televisión, el texto y la Los arr iba señalados so n los pasos qu e da Bolaño en su de seo
urilerfa escénica. Co n respecto a esta última, el espejo y el agua en el de expr esar poéticam ente lo q ue sign ificó su experiencia ju venil de
qu e se reflejaban las figuras permiten al lecto r asomarse a un a hon - extranje ría y de un a relación am orosa que le provocab a "un dolor
dura psicológica mayor, en la qu e los person ajes pasan a integrar un agudo, como si esruviera mordi endo algo irreparable" (49).
d ram a griego marcado por la fatalidad y la mu erte. D e acuerdo a lo En síntesis, todo los ca m inos que cruza n el poem a terminan
sostenido por Durand, la causa de dicho infortuni o se o rigina en la d esplomándose en la nada. Las im ágenes más fuertes hablan de un
dimen sión embru jado ra de la muj er, afirma ció n qu e merece algunas precipicio (13), de pijamas abandonados (14), del ay del personaje
reflexion es. pálido (1 5), del infierno (17), del paisaje borrado y de la desconocida
El auto r citado establec e distintas form as universales de ser que desaparece (18), del alien to pod rido (19), de habiracion es llenas
m ujer: madre, rede nto ra, dio sa o bruja. En la obra de Bolaño, qu e de relarañas (22), de la falra de esperanza (23) , de la angusria y el
aq uí analizamos , no está presente para nad a la image n de mujer- miedo (24), de una toalla vieja y descolorid a (25) , de la mu erte (26),
madre. Semeja nte d imen sión no existe al interior del poema. La de una poesía qu e nun ca se escribirá y de automóviles qu e nunca
m ujer-rede nto ra, en cam bio, asoma en los co nsuelos y caricias que vo lverán a rod ar (27) , de un vacío donde ni siq uie ra cabe la náusea
prodiga: "Una person a tc acaric ia, te hace bro mas , es d ulce co nti- (29) , de la desesperación del amo r (30), del tel éfono q ue suena en la
go... .. (4 1). La mu jer-d ivin a, - la diosa- asoma su rostro ind irecta- casa donde no hay nad ie (32), del desalient o y la angusria q ue con-
mente en el amor obsesivo y desbordanr e q ue despi ert a en el ama nte sumen el corazón (33), de un naufragio y de un paraíso laberínt ico
y q ue es d escrito como un "sueño espléndido" (43). Pero de todas las (34), del resent imiento feroz (36) , de una carra que se espera y que
form as de ser mujer, la q ue más clarame nte aparece en el poema es la
de mujer-nefasta, que co n su alejamiento y ruptu ra de la relación ' lbid., p. 95.
amorosa (desco nocida q ue se mira en un espejo empañado y luego • lbid., p. 96.
J A. I M E B LU M E

no llega (38), del marti rio que sufre un a m uchacha (39), de un sui-
cid io (40), de un matadero (41), del desequil ibrio men tal del autor P AT RIC IA ESP INOSA
(43 ), de castración (44), de locuras y asesino s (45), de la alegría loca
antes del estallido in mi nente de la guer ra (47). de la im potencia
para escribir (48), de un espejo em pañado (SO), de un abismo , de
Tres de Roberto Bolaño:
ojos aterror izados (51) , y de una esperanza no buscada (52). el crac a la posmodernidad
El mundo, la hu man idad, e! autor, la amada, e! amo r, la ciu -
dad, la poesía y, en suma, todo lo qu e rodea al auto r es una página en
blanco (48) , un hoyo negro que rodo lu traga (4 1), un a pesre que
todo lo cont amina (37), un otoño en Gerona (27), un "Crac, su
corazón" (24) .

Primero, "Prosa del o to ño en Gerona": su rge desde ese admo ni to rio


y aposrrófico tiem po verbal que se impone a un tú, despliegue del sí
mismo , marcándo le los tiempos de su devenir existencial. Pun to de
vista que parece ordenar o saber desde un tro pos privilegiado , inclu-
so omnisciente, qué hará ese otro. conminado a seguir el trayecto de
un a "fijada" de ante ma no. Es esa voz de! narrador qui en se enca rgará
de calificar al ot ro como personaje y situa rlo en un a realidad abis-
mal, "orilla d e un precipicio", "ajena a todo lo que tú estás dispu esto
a aceptar co mo bu eno". El trayecto del person aje surge co mo un
texto cinema tog ráfico plagado de fotogram as qu e marcan territorio
y recorren , al modo de un a noueau roman , la muj er, el pijama aban -
don ado, arena. pied ras, para luego dilui rse, desapare cer. Una y otra
vez, sucesivos barr idos. H asta el cuadro siguiente : donde la m ujer
int erviene, acaricia y hace b rom as para nu evamente caer en la ima-
gen q ue se diluye y da paso al person aje p rot agon ista. Bolaño escrib e
una secuencia de fragme nto s. peq ueños párrafos que develan inde-
pendencia pero que en su con ju nto parecen marcar un trayecto. u na
ruta , un a nomadía. Entre el desamparo del ojo protagon ista y las
imágenes de sus sueños o de una película. El estar significa y se asu-
me como desamparo dicho ahora desde un a pri mera persona, q uien
no es sino el mismo anterio rmente señalado como "el personaje".
C omo si dijera: hablo de mí y de ese ot ro, de un yo textualizado y de
un él textualizado. So mos lo m ismo: empalidecidos en medio del
desiert o, el topos. "aquello q ue se aparta", el mundo o la mujer como

166 167
P ~.T R J C:I A E SI' I NO SA T res de Roberto Bola ño: el erae a [a posrnod crnid ad

líneas de fuga a la soleda d cot idiana. Bolaño no s present a a un suje- el qui etismo del persona je ante la página en blan co, la detención de
to qu ebrad o pero qu e logra arm arse un sirio desde donde mi rar los la escritu ra y un a visión dife ren te entorno a su no-lugar. Es el viaje,
fragm entos d el ent orno . Mediante sucesivos desplazam ientos, el el desplazami ent o co nt inuo, la tor sión de lo real. Así, el origen que-
punto de vista narrativo juega con el yo qu e se d ice. con el yo qu e lo da siempre ent re paréntesis, es el lugar abando nado , y en su reem -
dice, co n el yo qu e le obliga en este acced er a un a vida que se expon e plazo devien e este no -lugar. El cen t ro extraviad o tal cual algú n
al modo de un texto: "[C o rren este texto de m ierd a!, grita . El met arrelaro donde los senrim iem os han mutado a int ensidades. A la
caleidoscopio ado pt a la aparien cia de la soleda d. C rac, hace tu co ra- realidad se acced e de mod o indirecto , a través d e un a med iación
zón". YeI cue rpo, casi al modo necrromanticista también la sufre. Y co mo el cine o el caleidoscop io. Di spo sitivos que permiten observar
viene el crac, la fractura del corazón. El q uiebre ant e los resabios form as bellas, " El paraíso , por momentos, aparece en la con cepción
románricos co mo la originalidad, la pureza de la ob ra unitaria, la general del caleidoscop io" (38) , creando un espacio qu e se di stan cia
segu ridad en acceder al sublime. Solo qu eda así esta escrit ura qu e en de la exterioridad , de lo real. Es en este fuera donde se ubi ca el na rra-
un pacto mimético voluntarioso, se pega a la ono matopeya. La in- dor com o person aje. yo dire cto del escr ito r fracasad o y su guió n
serción del ruido resulta tan necesaria como la del autor. Así el relato nar rado en segunda persona. poblado por un hom bre obligado a
con voca ya no sólo al personaje o sujeto que mir a al qu e se le de be observar a la desconocida. Ambos relato s parecen ser uno solo es-
obediencia, incluso se le llama "jefe", sino que ade más al sujeto qu e tru cturado a partir d e secuencias donde se tiende a confundir ambas
se narra y parece segui r sus d ictámenes. El narr ador person aje es así realidades. La del aut o r y la de su personaje. Como si m irarse a sí
narrado, descrit o y expuesto desde un caleidosco pio. Narrador qu e mismo no fuera sino posible mediante un di spositivo qu e emboza:
narra al person aje y personaj e que se narra a sí mismo. Dos movi- la escritura. D e modo similar al de Juan Ema r en Un año donde
m ientos, dos rut as qu e sin co ncluir marcan dos perspectivas en tor - expone a un person aje qu e tamb ién vive su propio caleido scopio de
no al existi r en aq uel ot oño geron és. D entro de la ficción , sin em- sujeto co nten ido por el gran ojo que supervigila e impone la reali-
bargo , es posible distin guir la llamada "situ ación real". Enunciado dad constituida de peq ueñas secuencias. Y si en Em ar aún era po si-
qu e d istancia el ant es respecto a este ahora real. D etención del ble encontrar la epifa nía insta lada en la voz del narrado r, ahora esta-
fragment arismo y reinstalación de la anécdo ta, del dato específico: mo s en un a serie de fundidos donde se alterna un pri mer plano
sujeto de 28 años, devuelto a casa (Gero na) tras el verano de tra bajo focaJizado en dos sujeto s. Ju gar a la muñeca rusa, al qu e existe un
en prov incia. Su tiempo de sobrevivencia es lim itado, recibe cartas co nte nedor y su co nte n ido, un veedor y lo visto; para al final impo-
desde M éxico y un a visa de perm ane ncia renovada por tres meses en ner la ambigüedad de un a palab ra, de un a narración / realidad co m-
España. El exilio conti nuo, el no-lugar es la condena perm anente partida po r ambos. El relato trata de em bozar al protagoni sta, me-
del personaje. Bolaño juega co n el form ato trad icio nal de relato , dia nt e el supuesto privi legio del guion ista que delinca las accio nes
con instalar una atmós fera, casi a la C héjov o a la Joh n C heever, de sus person ajes: la mujer y el hombre que la m ira, que dice que la
atra pada por la economía de medios qu e impone la poesía o la acom pañ ará aJ tren aproximándonos al desenlace. Incl uso el guio-
m icroficción, cuyo obj etivo no es sino plantear un a situació n siem- nista se da, po r primera vez en todo el texto, el de recho a fijarse en el
pre irresolut a. algo qu e fatalmente se mantien e expectant e para vol- espectador: "(a llí el espectado r ten drá una visión de su rostro: los
ver a generar un segundo nivel de cruzam iento . Esta vez entre el ojo s mu y abiertos, aterrorizados) ab re la maleta, gua rda el espejo,
sujeto qu e mi ra y determina al person aje y la voz dire cra de este cierra la maleta, se funde.s.". Autodelación explícita: se está escri-
mismo. Es med iante la voz del personaje a uto no mizado ahora de la biendo un texto y prefigurando un destin atario, para luego desesta-
palabra del narrad or, que surge la noción de realidad . Desapegad a bilizar la auto rida d del guionista mediante la aparició n final de un a
d el juego qu e implícitamente impone la ficción. Aparece ent onces palab ra que pudiese ser dicha también por el personaje-escritor: "como

168
P AT RICIA E SPINO SA 'ln's de Rob ert o Bo laño: el crac a la posrnod cm idad

si estuviera dentro! de un caleidoscopio y viera el ojo que lo mira". de método", D ejar atrá s cllogos, el pensamiento racion alista y salir,
C o mo si el person aje pudiera ver también al guion ista. Ya no hay La narr ación ahora reprod uce la ruta, instala el terrirorio-vía-cam i-
po sib le ojo superior o mirada que todo lo controla en oposició n al no-ruta de sent ido donde la epifan ía opera a partir de expericnciar
ojo físico, humano, restringido, que solo pu ede capta r el objeto en lo pequeño, la miseria y el fracaso de estos "sudamerica nos peregri-
su limitado presente. ~ Quién es, en el texto , la insta ncia supe rio r? nos", relato hecho po r Pancho Fcrri, cuya vida crimi nal solo podría
Uno y el ot ro. El mism o qu e afirm a: «C ierro, estuve dentro del pa- traer de co rolario pa ra los Neochilenos: "q ue los lím ites! So n tenues,
raíso, co mo ob servado r o co mo náufrago, allí donde el paraíso ten ía los limit es/ Son relativos: gráfilas/ D e una realidad acuñada/ En el
la forma del laberinto, pero jamás como ejecutante", Estar en la uto- vacío". C hile co mo país, aparece tran sgredido en su segu ridad terrj-
pía, co ndenado a vivir un satori siempre como testigo, narrado r dis- torial por el lím ite relati vo, por el «ho rro r geo mé trico" qu e sepa ra,
tan ciado del ejecut ar, siempre fuera del centro de un territori o al cual aísla un espacio qu e no es nada más que un espect ro en do nde todo
asirse. resulta tran sid o por el mal: "~ Cómo pued e existir! Tanta mald adl
y luego dos: «Los Neo chilenos" . Esta vez asum iendo la p rosa En un país tan nuevo,! Tan poquita cosa". El mal se enca rna y en el
poéti ca surge el tercer espejo del caleidoscopio. Retazos de Parra, D e peregrina r el narr ador recon oce sus marcas. El horror del aba ndo no,
Rokha, G insberg, Lira. El texto ínt egro está dedi cad o al desesperad o la soledad, la po b reza, la muerte. El desierto chileno ha serv ido para
joven poeta qu e se suicidó en medio de la dictadura. Relat o nueva- q ue alguna vez el pa cta o ficial escribiera versos en su cielo azulado
mente. Ah ora es un viaje m ítico , de et ern o retorno, de inevitab le pero ta mbién para que circulara la caravana de la mu erte. C o m itiva
eidieid ad: "de alguna manera el viaje ya hab ía terminado! C ua ndo envi ada por el d ictador a exte rmi nar cuerpos que aho ra yacen perdi-
lo empezamos". O tal vez de un a bildungsroman invertida: se trata dos en el eno rme desierto habitado aho ra por estos Neoc hilenos o
de «aprende r" mediante la ca ída, el fracaso co nt in uo en un tiempo "N uevos patriotas" en tránsito , mezclados co n putas, niños tri stes,
don de "Todos los tiempos co nviven" y haci a un "norte q ue im ant a "asesinos y conversos" o "ch icos! De Ordinc Nuevo". El territo rio
los sueños". Enu nciaciones desde un a pri mera perso na, uno más del que se aband on a, en la insegu rid ad de llegar a ningún sitio, resulta
grupo liderado por Pancho Ferri, luego Pancho Relámpago. Salir de sig n a d o por el m a l que imponc la d esa p ro pi ac ió n , la
C hile mamando u na cam ioneta, es un rito plenamente sesenrero, desterritori alizacién . Gesto ejecutado por un neo co ncepto de na-
plena mente mode rno . El viaje m ít ico desde el Su r, piense en cio na lidad : los Neochileno s, habit arán un neo-país, neo-n aci ón , neo-
Citrona a Blues de Lui s Domíngu ez o En el camino de Kerouac, en el territorio: el del trayccro conti nuo, co nst ru ido imagin ariamente desde
ánimo beat nik de los cuentos de Carlos ü livárez y en el mismo "Sur" fuera de cua lq uier lím ite, siemp re desd e diad o de allá, q ue parece
de Borges. "Lo s Neo chilenos" es un relato qu e ci rcu nda en espejo, ser en un juego rayuelesco, no más q ue el lado de acá: "Y cruza mos
seguro, con el recorrido de Ga rcía Madero, Lim a y Belano en Los la frontera/ De la República.! Por nuestros semblantes/ Hu biérase
detectivessalvajes. Salir de C iudad de M éxico, Sono ra, Latinoamérica dicho que cruzábamos/ La frontera de la Razón". El quiebre metafí-
o Santi ago de C hile, es arrancar del cent ro agotado hasta en sus má s sico d ialoga co n el quieb re histórico , el advenimient o de la d ictadu-
grandes íconos . Resu lta simbólica la desped ida del gru po - "bo rra- ra impo ne un giro de vang uard ia, el más allá de la racio nalidad , de la
chos y drogados"- al monum ento a Rubén D arlo en el Parque Fo- lógica. El eje del proyecto de modern idad fallido impone un post
restal. El mod erni sm o rubendariano haciendo eje ornam ental para donde lo "neo" será la incert id umbre, la insegurid ad , en la cual el
una metrópolis desgastada para la cual la poesía no es más q ue un o rigen se volverá simplemente una huella. El lugar po r el qu e este
mo numento. El viaje permitirá ingresar, como el héroe mítico, a grupo de Neochilenos migra ha perdido el rumb o de la marca geo-
un a serie de situ acio nes liminares: "bo rrachos y drogados", accede- gráfica: «¿Y si no est uviéramos/ En el Per ú?, nosl Preguntam os un a
rán a otro mundo. el de la escapada. el de la "pura inspiración y nada noch e! Los Neoch ilenos.l ~y si este espacio! Inmenso! Que nos

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P AT RI C I A E SPINO S"
Tra de Roberto Bolaño: el crac a la posrnodcmid ad

instruye! Y lim ita! Fuera un a nave incergaláctica,! Un objeto vola- tal modo, el form ato ge neral desde el cua l se presenta el relato q ue
dor! No iden tificado?". El viaje, la nomadfa, ocupa de tal mod o el co ntendrá la plur alidad de versio nes, la pluridiscursivid ad en torno
sitio p rivilegiado de co nocim iento, "nos instruye", que vincula co n a los aco nteci mientos. Estamos ant e un a escri tura que se inserta en
lo nu evo, co n un fuera definitivo respecto a lo co nocido : "Esto es la llam ada met aficción en términos de la art iculació n de un texto
co mo un a estela! Escapada de la Segu nda! G uerr a Mundial! (...) co mo artificio narrati vo en co n flicto co n el hacer literar io, co n el
filam entos! D e generales nazis (...)! Evadidos en espíritu! Y de for - género, la histori ografía literaria. Es un re-contar. Iiccion ando, a parti r
ma involunt aria! H acia las Ti erras Vírgenes! D e Latinoamérica". de person ajes históri cam ente reales. Deviene así, la m icrohistoria, la
Lat ino a m ér ic a es un a esq u i rla , el lu gar qu e reproduce recolección del dato que deconstruye al referente medi ante la dis-
fragme ntar iamente y desde su barbaric virginal - pese a todo- el ho- co nt inuidad, la hcrc ro ropía. Se re-escribi rá la historia person al de
rror del H olocausto ante el cual cabe decir: "ncc spes ncc metus": sin un sujeto, el nar rador, pero tam bién su historia literari a. "Un paseo
m iedo ni esperanza. el lem a de los glad iadores es tambi én c1lema de por la literatura ", arra nca al auto r del fuera y lo inserta co mo perso-
un viejo escrito r de un a novela titulada Kandalini. Expresió n que en naje, prot agon ista, co mo en Up de Ron al Sukenic k y Br~akftsl of
su etimología rem ite a "fuego oculto que puede ser encend ido po r la cbampions de Kurr Vonncgur, dc la historia o de la memo ria, para
[uerza del poder espiritua l y qu e transforma en guerrero". El espíritu reinscribirlo en el co ntexto de la ficción su bjetiva. Es este una suerte
en oposició n a la razón se producriviza en lucha; único modo de en- d e d ia rio de vid a que desentron iza los ilustres nombres de la
frentar el desamparo ante un : "C hile inexistente/ Y feliz.! V aq uella histo riografía literari a como Pcrec, co nvert ido en un niño cob ijado
historia tuvo! La virrud de ilum inar! Co mo un paisajista inglés! N uestro por el na rrado r; M acedon io Fernández hecho nube sob re el ciclo
miedo y nu estros sueños". La fuerza del Kundalin i qu e qu ita el m iedo neoyo rkin o, Stend hal co mo yo nki en medio de un a estació n nu clear
y la espera nza, im pon e la ilum inación para seguir el viaje de estos al igual qu e el paseanle Ph ilip K. Dic k, Carson Me Cullers o Ga briela
sobrevivientes o, lo qu e es lo mismo : "Latinoame ricanos co n suerte .! M istral. En té rm ino s de topics o ejes sem ánticos, está la historia lite-
Eso es tod o'! V un a no che antes de part ir! Vimos a Pancho ! V a M ar- raria operando junto a la m eraficción . La cita, el nomb re, la perso na
garita! De pie en medi o de un lodazal! Infini to.! Y ento nces sup imos! co mo pr e-tcxto histórico se tem atiza co mo un espacio en el q ue se
Que los ncochilenos! estaría n para siem pre! Gobernado s! Por el azar". cruza realidad y ficció n , realidad y sueño , vida person al y vida litera-
Kundal ini. ria. La meraficci ón intenta co nciliar, de tal m anera, verdad co n fic-
V, finalmen te: "Un paseo por la literatu ra". Elabo ración d e ción acusando la h uella. término definido por Benj amín, en co nt ra-
una co ntranarrativa de auror represenrac ién latinoame ricana q ue se posición al térm ino aura, como la mani festación de un a cercanía
ap roxima al hecho h istó rico desde un sitio lat eral, co nside rándo lo po r lejos que esté lo qu e la abando na. Bol año asume la cri sis de
referen te textual pero haciendo un uso intensivo , prop io, de aq ue- identidad q uc impone el parad igma po smo derno . La úni ca seguri-
llas fuen tes q ue sirven de interrexto y evid encian el desen canto en dad q ue puede en cont rar el auto r es la escrit ura de la crisis. Post-
torno a los topoi qu e han servido de base a la mod ern idad . Bolaño devastació n, tal vez sería un término más justo pa ra ser aplicado al
nos muestra un texto que desco nfía de cua lqui er visió n totalizadora contexto lati no amer icano más q ue posm odern idad . Es así entonces,
y qu e, por lo mi smo , se di suelve o fr agm enta e n mú lt ip les que la metaficció n o metaliterarura lo lleva a escribir sob re el acto d e
micronarracion es qu e niegan la co ncepció n de progreso, ca usa-efec- la propia escritura y a co nve rt irse además en uno de los personajes
to, hero ísmo, teleologismo. Sin em bargo, no dejan formalm ente d e de su relato. Rebaje de la perspect iva omnisciente de! narrad or me-
ope rar en la sccuencialidad. Son ci ncuenta y cua tro frag mentos n u- d iante una voz q ue articula e! suceder y qu e en su entrada m arca el
merados en orden creciente, pero descompuesto s por med io de una sitio desde el cual se encuentra invo cando a un padre: "en estas deso-
armazón discursiva q ue recurre a la fragm entación . Se rem ariza, de lacio nes, padre, donde de tu risa sólo qu edaban restos arq ueo lógicos.!

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P AT RICIA E Si' INO SA 71·~s de Roberto Bolaño: el erae a la posmodcm idad

Nosotro s, los nec spes net metul '. El centro ya no está , sólo q ueda n h ipertexto. co mo espac io sim ilar al de la we b cuyo eje o n úcleo es la
vestigios y el "noso tros", los so brevivientes. tr agados por el o lvido , estrategia intcrtextua l. Perd idos en las citas, en los ecos de nombre s
siguiendo el lem a de los glad iado res ya usado en "Los Ncoch ilenos": e imágenes la narr ati va latinoamerican a post boom, ha destilado no s-
nec spes na metus (sin mi edo ni esperanza ). La metaficción ado ptará talgia por el orden y la búsqueda del senrido. En este fin de siglo en
así, en el relato , tres inflexio nes. La pri mera de ellas, alude al "paseo el cual Latinoam éri ca se deb ate de nu evo entre los piqueteros bo-
po r la literatura" que también es el paseo por la p rop ia vida del na- naeren ses, la co rru pción de las de mocraci as y las co n tin uas amena -
rrador. Una vida no sólo despedazada po r el desarraigo y la soledad , zas de in tervenció n norteamerican a. Tres de Ro berto Bolaño se plant ea
sino ade más po r la ca renc ia mat erial. U na existe ncia o traycctoriedad co mo un texto que pretend e dovelar a la litera tura co mo po sibilidad
m arcad a pur r itos d e pa saje ad o le sce nte co m o ab a nd o n a r de rearti culación. Parad ojalm ente, desd e la d errota, "perd idos en la
Latinoa mérica tras q uema r un lib ro de Vallejo, despedi rse de N icano r gran deza de este basural int ermi nable". sin siq uie ra tener claridad
Pa rra o so ñarse co mo viejo detective cu ya misió n única era bu scar respecto de un sit io seguro : "¿pe ro dónde estaba n uestr a casa?". El
gente perd ida hace much o tie mpo. Al mod o de un haik ú, cada frag- debate pos moderno aún se mantiene ab ierto en Latinoamérica y la
mento co nt iene la eco no mía y precari edad adosa da a la densid ad de escritu ra de Roberto Bolaño se inserta en tal di scusión med iante su
la palab ra qu e alude al viaje y la búsqueda co nti nua. La segund a perman ente desafío a la crít ica. la co nciencia de vivir el fin de una
zo na mer aficcio nal del texto o inflexión, co nvoca el pasado y lo so- histo ria, del sujeto, de la represen rarividad y asumi r, a fin de cue n-
ñado, revisitado co n ironía o sacralidad, en el cual se ent recruzan tas, a la identidad co mo un referente utópi co. El di scu rso es asum i-
personajes ligados a la literatura. Cada fragmento se vuelve ento n- do así, foucaulr ian amente, como una p ráctica q ue forma al o bjeto
ces, una m icro hisro ria cuyo eje es la in tertextu alidad. Los nombres de! q ue habla y nos enfrenta a un a modern idad descentrada . fuera
so n ap ropiado s a part ir de la crisis de la referencialid ad o del valo r de sí cuya internalización rep resenta un co ntin uo proceso de extra-
cult ual de la ob ra inserta, en la mayo ría de los casos, en el parad igma ñam iento (Cf. M artín -Barb ero), participa ndo en un desesp erad o
de lo ca nó nico. So n aho ra habitantes dispersos en el o nirismo del rast reo tras el todo. Aún así Bolañ o sigu iendo el pr esupuesto esta-
narrador. O peració n qu e alude al sim ulacro posmo derno. Es decir, blecid o por Jam eson en torno a los mapas cognitivos, se arma un
al cita r qu e se mueve entre la afiliació n y des-afiliació n; un avanza r mapa mental, literario qu e le permi ta moverse en la des-alienación y
sim ulado, al igual qu e sim ulado es el co ntar un a historia y exhib ir hacer qu e su escritu ra funcio ne políticam ente.
un origina l al cual imitar. Ya no hay texto s po r sobre indi vid uos, Se ha d icho q ue toda form a de met aficción pu ede form ar par-
sino person ajes que legitiman su pr esencia al insertarse en la arq ueo- te de un a estrategia inr ert cxtual ante la cua l so lo qu eda el texto y el
logía del narrador. Se trata de co m po ner el caos y no de intentar lecto r, En definitiva, la so brcvivencia de la literatu ra y la bo rgean a
reproducir la realidad . La escritu ra co mo un a máquin a de delirios (a adopc ió n del tem a borgean o so bre la trad ició n. La trad ició n pa ra
la D eleuae), lugar para reeditar la expe rime ntació n ; gesto ca ro a la Bol añ o es al mod o de la WWW y sus en loq uecido s juegos de links.
vanguardi a histórica qu e Bolaño adop ta po r med io del gran registro To do. "E l patrimon io es el un iverso", porque ser chileno o latino-
de la fuga. O eleu zc citando a O .H . Lawren ce ha seña lado: "salir, am ericano pu ede ser un a fatalidad o un a máscara; so lo importar á. a
salir. escapar...cruza r el hori zonte, entrar en o tra vida.: " , Escapa r, fin de cuentas, ser un to lerable escrito r. So lo literatura, parece decir-
hui r, instalar la fuga una y otra vez en el desierto, la carrete ra. Esce- nos Bolaño Iras la co nciencia de la devastación.
narios abiertos privilegiados por D eleu ze para el despla zami ento de
las lí n ea s d e fuga . Este p aseo p o r la li t era tura as u me la
metaficcion alidad, po r tanto la int ert exrualidad , y finalm ente la
anr irre p resenta tividad . La realid ad sólo existe en el texto co mo

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C RI 5T IAN GOM EZ

¿Qué hay detrás de la ventana?


Roberto Bolaño y el lugar de la literatura

l. Uno de los lugares comunes del siglo XX es la mentada destruc-


ció n de las fronteras entre los géneros literarios, a saber: lír ico, d ra-
máti co y narrativo. Pro bablement e, Jorge Lui s Bor ges sea uno de los
mejores ejemplos para corroborar tal afirmación. Mucho s de sus textos
en prosa fun cionan como verdaderos poemas, muchos de sus poe-
mas campaneo las int encio nes del ensayo y el relato. Lo int eresante
del asu nt o es que esto no sólo ha mo dificado las formas de la escritu -
ra, sino cambién las del acto mismo de leer. No sólo se escribe di stin-
to de spu és de la d isolució n de las fronteras en tre los género s litera-
rio s, Icemos tam bién de distinta manera. Quisiera, entonces, a par-
tir de las co nsideracio nes anteriores y todo lo que ellas impliqu en ,
aventurarme en la lectu ra del últ imo libro de poesía d e Rob erto
Bolaño, Los perros rom ánticos' , compendio de mezclas y mestizaj es
literarios de frucdfera result ante en esas pági na s.
2. M e exp lico: el libro al que had a men ción , Los p erros ro-
m ánticos, reco lección de poema s q ue es algo más que un a mera reco -
lecció n de poema s, nace según Pcrc Gimferr er, al alero de la antipoesía
parriana . C laro q ue sí. aunq ue habría q ue agregar q ue ese descubri-
m iento se ext ien de prácticamente a cua lqu ier poet a chileno, casi d i-
ría cualquier autor del habla castellana, que escriba después de Parra.
Más acercado anda Gimferrer cuando indica la narratividad del poe-
m a de Bolaño, aunq ue esto sólo sea el primer rasgo de la (im) probable

I Roberto Bolaño, Los p erros romdnticos, Barcelon a, Lumen, 2000.

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CRI ST I AN G OM EZ ¿Q ué h ay de trás d e la ven ta na? Rob erto Bolaño y el lu g ar...

esencia del poema. Los tru cos de Bolaño no se limitan a mezclar el ca rece ría de cualq uier sign ificado po éti co. Y es que al dar gracia s
poema con el relato , produciendo un híbrido del qu e ya se tenían po r "n uestr a pobreza" y al dar gracias "po r nuestra violencia (.. .)
noti cias en n uestra po esía. El despliegue, más bien , del qu e hace gala aunque sea estéril co mo un fantasma , aunq ue a nada no s co nd uzca" ,
el auto r, abunda en un a serie de figur as retóricas que mult ipl ican los este personaje q ue vagabundea por Jos pueblos del N o rte de Méxi-
significados expo ne ncialme nte, denotando y co nno tando en suces i- co, en un a eterna frontera co n el Im per io N o rtea mericano, no hace
vas capas tectón icas que convienen la lectura en una excavación pro- más que exp resar un desen canto (¿político?, ¿viral?, o am bos tal vez)
fund a, y a veces, sin fin. que permea las págin as del co nju nto del lib ro desd e un co m ienzo.
3. El recu rso más co m ún en estos po em as es el de socavar el La descr ipción que el hablante del poema ( sim plem ente otro per so-
estatuto literario y la relación difusa y ambigua en tre verdad y fic- naje?) hace de este gu san o fu mado r, lo dibuja arrastra ndo su deses-
ción. Veamos estos po em as, "El gusano" y "Lu pe". Lo que une estos pe ran za, extra viado en un a mente desaloj ada que vendría a ser algo
dos texto s (ya ot ros más del libro) no es sólo el tono nar rativo que así co mo su carenc ia y su necesid ad de utopías, de vo lver a so ña r
hemos visto más arriba", sino el desarroll o del po em a en corno a uno colectivamente.' Y todo no s estaría indicando que la única posibil i-
o más person ajes, con el telón de fondo de un escenario mexicano , dad de soñar colect ivamente es la poesía ("'la po esía es más valiente
del interi or o del DF, tal vez una reminiscen cia aut ob iog ráfica po r q ue nadi e,! las tierras regad as con sangre me la pelan, la M ente!
los años pasados en ese país por Bolaño . " El gusa no" tiene co mo desalo jada! apen as si estremece mi s sen tidos"). Pero todo esto ocu-
protagonista a un sujeto sin nombre. co n so m brero de paja y mi rada rre en un texto qu e hace dialogar, como si fuer an en tidades eq uiva-
de asesino , según no s deja saber la anáfora ob sesiva qu e recor re de lentes, perso najes ficticio s co n desen cantos sociales, sucesos histó ri-
pu nta a cabo el texto. Sabemos q ue fum a Bali o Deli cados sin filtro cos co n perso najes extraídos ¿de las ficciones? de Bolaño, co mo es el
y que se parece "a un chileno de veintidós años entrando cn el Café enigmático Mario Sant iago, a quien se alude do s veces en este po e-
La H aban a! y ob servando a una mu chacha rubia! sent ada en el fon - ma, pero a q uien se cita en otro texto ¿to talme nte independi ente? de
do " ("El gusano", Los perros rom ánticos, 21 -24). Pero lo más caracte- este po em a, como es la novela de Bolaño pub licada en no viem bre
rístico de este personaje no es tanto su apar iencia física co mo las del 1998 en C hile: La pista de hielo' Po r lo tanto , la aparición de
primeras palabras qu e pro n uncia, un breve discurso cuyo hermetis- estas figu ras no guarda tanta relación co n la im itació n de la cstructu-
mo parece qu erer decirnos - obl icuamcnre-, lo qu e de OtCO modo ra de un relato co mo co n la ru ptu ra de los lím ites de la ohra: sus

2 Tone nar rativo quc se vale del verso libre como arma principal. Valga aclarar qu c J No po r nada, en el primer poc ma del co njun to. ti tulado "Los perros rcrn an rlcos",

n i el largo dc los perfodos ni la acent uación guard an un patrón co mún en el total se nos d ice: "En aqu el tiem po yo tenía veinte añosl y estaba loco.l H abla perd ido
del libro. Si es cierto lo que d ijera Elior ("lItn librf .. .es un grito de batalla por u n paísl pero habla ga nado un sueño". El voluntarismo juvenil pronto cede rá su
cierta libertad, y no hay libertad en el arre": "el llamado ven Jjbr~ es bueno siempre lugar a un a mir ada do nde se constata el nau fragio del sueño anterior. Este es un
qu e sea cualqu ier cosa, menos libren). habría qu e atender al ejercicio narrativo de fragmento d e "Aurorrcrraro a los veinte años": "m iles de mu chachos com o yo.Iarnpi-
estos poe mas como el ú nico patrón de su escritura. En este sent ido . LOS co mún escu- ñosl o barbudos, pero latinoamericanos rodos.r juntand o sus mejillas con la muerte".
cha r que el ritmo del verso medid o y rimado se reempl aza po r el ' ritmo int erior' del .. El texto de la cita q ue se le atrib uye a Mario Sant iago . con q ue se ab re la novela es
poema que se acoge al verso libre. "EJ oscurecido co mpás", del que habla Tom ás el sigu iente : "Si he de vivir qu e ~a1 sin timón yen el delirio". Esta novela, LA pista
Navarro 'Ibm és (MllriCIl Erpañola, Syracusc, Syracuse Uni versiry Press,1956), sería tÚ birlo, parad ójicament e fu ncio na de la misma manera que algunos d e los poe mas
un a linea de apoyos psico-se m ánricos en qu e el ritmo se fund a, cuya apa rición y que hemos visto aq uí: sob re la base de las voces d e algu nos personajes , m ás o menos
d esap arició n m arca el ritmo d el poem a. En el caso d e Bo laño , pod ríamos independient es. más o menos co nectados por las peripecias de una tram a que lo s
aventurarnos a d ecir en su favor. que la cosa tratada exige o requi ere de esta esrruc- in volucra en u n crimen de aires lejan amen re de recrivescos, aunque si evide ntemen-
tu ra métri ca, aun cuand o no sea este el terreno qu e demuest re las mayo res virtudes te patéticos. Este perso naje también aparece en el volumen de cue ntos Putas asai-
del libro . nas, específicam ente en "Camer de baile".

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CRI ST I ÁN GOM F. Z ¿Q ué hay detrás de la ventana? Roberto Bolaño y c1 lugar...

limites con la realidad , sus lím ites co n otras obra s, verdad y ficció n en q ue viven m uchos de sus per sonajes. El recurso de la risa, no es,
en un a co nversació n entre par es que no abrigan jerarq uías q ue los co mo podrá verse, meno r. De hech o, creo q ue ap unta d irectamente
distan cien ent re ellos. ¿D ó nde em pieza el "El gusano"? ¿En la cita de al co razón de esta escri tu ra. Esa fue, po r lo menos, m i experienc ia
La pista de hi~/o? ¿O La pista de hielo co mienza co n la apar ición de como lecro r, Ser ía d ifícil asumi r otra postu ra después de leer, po r
M ar io Santiago en " El gusano" y en otros po em as de Los p~"05 ro- sacar só lo un o de los ases d e la man ga, La literatura nazi en A m érica,
mánticos? esa "novela" escri ta en clave donde nos enco ntramos co n un a csrruc-
4. Estas m ism as preguntas por aho ra sin respuesta nos sur- ru ra d ram ática y po lifónica que reco rre buena pa rte de lo que ha
gen co n la lectura de ot ro po em a, "Lu pe". El texto relata la relació n escrito y publ icado este auto r. D e oídas, a Bol año lo conod a graci as
entre e! hablante y la pro tagonista de! po ema, Lupc , un a joven pros- a alguna co nve rsación co n Jaime Q uezada, qu ien me relatara algu-
tirut a apos tada en la Avenida Guerrero , mort ificad a por la pérdida no s avata res de la juventud d e Bol año en sus d ías mexicanos. En o tra
de su hijo, atr ibuida a una acción di vina por no haberle cum plido ocasión , no recuerdo si fUe Edua rdo Llanos o algún o tro poera de los
una promesa a la Virgen: al nacer su hijo co n un a en fermedad co n- oche ntas, el q ue sacara a co lació n su no mb re al fragor de un recital de
génita , ella jur a que dejará el oficio si el niño se sanaba . Co mo al poesía, en el po strer m il novecientos ochenta y nu eve del go bierno
cabo de unos meses se vio en la obl igación de reto mar su trabajo, el pino chetisra. Lo co nocí. en co nsecuencia, a Bolaño, antes co mo poeta
niño m urió. Bdsica mem e, esta es la misma histori a que co noce mos q ue co mo narrado r. Y tra igo a estas páginas estas anécdo tas, co nside-
de un person aje de la novela más co nocida de Bolaño. Los detectives rando la lect ura pú blica qu e se ha hecho de Bolaño y el espacio ma rgi-
salvaj es. En ella, el personaje de Lupc reúne casi las m ismas caracte- nal que. prod ucto del mar ket ing cultural de los premios y el circuito
rísticas expuestas en el po ema homó nimo , aunque se desar rolla en edi to rial, pu ede ocup ar su po esía."
otros ám bitos inhe rentes al guión no velesco q ue no está n presentes A pesar de figur ar casi co mo un apéndice entre tod o lo escr ito
en el poem a." Aq uí n uevamente se transg reden las fro nte ras del poe- po r Bolañ o, su poesía demuestra. sin em bargo , una parti cular cerca-
ma: el person aje de la novela se mezcla co n el person aje del po ema y nía estructural co n su o b ra narr ativa. D e la nar ración polifó nica y
un o y otro se ret roalim entan y co mpletan m ut uamente. El poem a d ialógica de las novelas, el auto r se desp laza sin traum as hacia esos (o
de Bola ño , po r co nsiguiente, no hay q ue leerlo co mo un arte facto esas especies de) mo nólo gos d ramát icos que co ns tituyen lo más pe-
literario en el qu e la realidad "se cuele" en los int ramu ros del po ema, culiar de sus perros románticos.
sino más bien co mo un lugar do nde verdad y poem a sc in fluencian Record emos en un b reve rep aso q ue al h ab lar de novela
m ut uam ente, don de la obra borra sus propias fronteras en favor de poli fó nica nos refer im os al co nce pto bajrini ano según el cual u n
otras obras y en el qu e la m isma realidad adq uiere igualmente la texto es po lifó nico en la med ida en q ue repr esente una co ntrad ic-
catego ría de orro texto más, qu e ya no es previo ni anterio r al mi smo ció n espiritual o ideo lógica, co mo hoy en d ía le llaman, en tre las
po em a. figuras ind ependientes de cada uno de los pe rsonajes. Lo qu e le pre~
5. El to no co rrosivo, po r ende , qu e recorre Los perros ro- oc u pa a Bajrín es q ue la crítica ru sa en to rno a D osroi evski, gira en
mánticos (y en gen eral, rod a la ob ra de Bo lañ o) se mo rigera por el torno al ca rácter psicoló gico y moral de sus novelas, al conflicto
cedazo de la broma, del gesto irónico q ue ram iza la patét ica realidad interi or de un Ra skolnikov, a las d iscusio nes existe nc iales entre
M yshkin y Aglaya. N unca, sin embargo, o en muy po cas ocasio nes,

1 Lupe aco mpaña .al narrador principal de Los tkuctiw! snlVllj n . Juan C arda Made-
ro, en la avent ura q ue ene emp rende junto a los d etectives salvajes -o bien, poetas " Am es de Los p~rro! rom ánticos, Bolaño había p ublicado cinco libros de poesta,
jóvenes- Artu ro Belano y Ulíses Lima. tras la h uella de la m ítica poeta Cesárea ent re los qu e se cuentan Rú n w nUlr el amor (I976), Muchachos tksnudos bajo r/
Tinajero . arcoiris drjü q,o (1979) y Fragmmtos d~ /¡;¡ univm;daddesconocida(1992).

18 0 181
O U STI Á N GÓM EZ
¿Q ué hay d ct rds de la ventana? Robcrto Bola ño y el lugar...

la cn nca se había p reocu pado del aspecto forma l del relato de esplendor del verano medi terrán eo de un pu eblo cercano a Barce-
Do sroievski. Para Bajt ín , la d iferen cia que encarna Dostoievski p ro- lon a, es la metáfora de un a trama de un asesinato y malversaciones
viene tanto del un iverso en qu e están sum idos sus person ajes, como públ icas que esconden los pilares de un mundo al revés qu e es (o
de la co mposición artística de sus novelas, la qu e le perm ite - como parece ser) el fond o del relato. En el otro lib ro, po r su part e, Bolaño
un paso previo e indispensable- ver ese universo en el qu e sus perso- nos ofrece una galería d e pe rsona jes más o meno s vinculados co n
najes asumen la necesidad de cargar con sus propios destinos. Lo algunas formas o desarrollos nazis, neo nazis o cercanos a tal ideo-
importan te, ent o nce s, es qu e al pu nt o d e vista monológico y logía, pero revestido en un tono de farsa y de co med ia qu e desvir-
objerua lista de la crítica al uso , Bajrín opo ne la figu ra del héroe túa prom ameme cualq uier inte nto de lectura "seria".
do stoi evskiano co mo un sujeto del d iscurso, capaz de opon erse al Todo lo an terior invo lucra un a act itu d del auto r hacia el hé-
autor y no ser mero co nducto de expresió n filosófica. Ergo, Crimen roe , un a relación ent re am bos que presupon e un a nu eva com pren-
y castigo no es un a gran novela. desde el punto de vista del teórico sión del rol autori al. La ética qu e concierne a esta relación, está
ruso , por el sólo hecho de mo strarnos el co nflicto int erior de org u- - para Baj t¡ n " - co n te nida p o r co m p leto e n el co ncepto d e
llo, culpa y remordim iento al que se enfrenta Raskolni kof despu és extraposíci án:
de matar a la anciana. Lo es, tam bién y fu nda m entalmente. po rqu e
po r prim era vez en la literatura occidenralla p luralidad de caracte res 7 Tod as las ideas tomadas de Bajtln, proceden de dos de sus obra s principales: Pro-
ind ependi ent es e inconfundibles se desenvuelven auró no ma mente blemas de la polJiende Dostaievski (México, r CE , Col. Breviarios, 1988) y Es/llien
de la creación verhnl(México, Siglo XXI, 1992). En ellas, el autor desarrolla amplia-
sin obe decer a la subo rd inación de un a conciencia uni taria com o la
ment e la idea de la escritura polifónica como una variante rrascendenral al interiur
del auto r y su voluntad de co mposición. En la novela po lifón ica de de las disciplinas humaufsricas de Occidente. Para esta idea, el diálogo resulta de
Dosroievski, la voz de los per sonajes se forma de igual man era como vital importancia, en tanto diálogo entre conciencias independi en tes. El te órico
se for ma la voz del autor en un a novela monológica tradicional. ruso distingue entre un auto r real y un autor en el texto, cuyo rango jerárq uico seda
equ ivalente , en la novela polifónica, al del resto de los personajes. La unidad últ i-
6 . Sin poner a Bolaño a la altu ra de Dosto icvski, sin siquiera
ma, sin embargo, estada en manos del autor real, aunq ue nu nca Bajtín (q ue hace
metern os en el asum o de jerarqu ías más o jerarqu ías meno s, sí int e- estas aclaraciones en el segundo de sus libros señalados, colección de textos disper-
resaría revisar el plano formal de la escritura de Bolaño como uno en sos publicada p ésrumam en re) pareciera condescender con una intervención estéti-
el qu e la conformación de las voces (para meter en el m ismo saco a ca de este último en el rexro. El problema surgió después de una velada y no tan
los person ajes de sus novelas y a los "personajes" de sus poemas), se velada acusación de 'relativismo' - r érmino que, en med io del stalinismo reinante
con posterioridad a la mue rte de Lcni n, era poco menos q uc una acusación de
arma a partir de la misma contrapo sición y/o com pleme ntariedad
revisionismo o alguno de [os otros pecados capitales estipulados por el vaticano
entre ellas. Los ejem plos que desde sus novelas podrían refrend ar lo moscovira- , dada la insistencia en el libro sobre Dosroíevski, en la independencia
ante rior son múltip les y variados . Ahí están el poeta García Made- del universo de cada personaje. Ergo, Bajrfn escribe "Para una reelaboraci én del
ro, ahí el relato de Am adeo Salvatierra como telón de fondo de las libro sobre Dosroievski", publicada en la Estética de la creación verbal, donde ahon-
pesqui sas de los detectives salvajes, ahí Felipe M üllcr, Alain Lcberr, da en la relación ent re el héroe, el auto r y el autor real. "La crisis de auto ría -deda
en 'E l problema del auro r'c- puede tener otro sentido: la posición externa puede
Andrés Ram írez o Abcl Romero para dar una cuenta calcido scóp ica
empezar a tender a la postura ética perdiendo su part icularidad puram ente estéti-
de l peregrin aje euro peo de Ulises Lima y Artu ro Bclano. ca". Esto, que nos habla del pani cular espacio que ocupa el auto r en la rec r ía
O tro tanto tenemos en La pista de hielo, otro en La literatura polifónica, tambi én nos lleva, en esta re-elaboración dellibro sobre Dostolevski. a
nazi en América. Tant o en la primera como en la segunda de estas comprender las implicancias sociales del dialogismo como forma de entender el ser
hu mano. "No se trata del ot ro homhre-dirá a con tinu ación-. que perm anezca obje-
novelas, la carnavalización del un iverso narrado se sostiene sobre la
to de mi conciencia, sino de la otra conciencia equitativa q ue se ubica junto a la mía
base de los un iversos paralelos, cont radictorios y co mp lem entarios y en relación con la cual sólo puede existir mi propia con ciencia". En este sentido,
en qu e viven sus perso najes. Una pista de hielo instalada en el la condena del capitalismo es explícita, en ranrc éste "ha creado condiciones para la
CRI 5TI ÁN G ÓM EZ ¿Q ué hay dctrds d e la vent ana ? Roberto Bolaño y el lugar...

como un b uw en u n lago.
De ahí se ded uce inmediata me nte la fórm ula general d e la actit ud La poesía. más valiente qu e nadi e.
general y estéticamen te pro d uct iva del autor frente a su perso naje (.. .) co mo un b uzo muerto
que es la de u na intensa extraposición del autor con respecto a en el ojo d e Dios."
todos los momentos q ue const ituyen al personaj e; es un a coloca-
ción desde fuera. espacial y temporalmente hablando, d e los valo- Valent ía y exp loració n infi nitas. ahí se en cu entran el rasgo m ás
res y del sentido, la cual perm ite arma r la totalidad del person aje d ist int ivo y la veta m ás inexplorada d el poema. Por eso Losperros
qu e intern amen te está disperso en el mundo d etermi nista del co-
románticos es un libro de poemas, por obvio que suen e, y no Lino d e
noc imiento. así como en el abierto acontecer del acto érico."
los conjuntos de relatos d e Bo laño.
7 . Resta. ento nces, tr atar de dilucida r quienes so n los p erros
Dicho esto no olvidamos q ue Los perros románticos es o q u iere
ro m ánti cos. No para embarcarnos en un a pesqu isa d et ect ivesca. n i
ser un libro d e poemas. un conjunto lírico y que, co mo tal , abando-
para husmear entre los paños menores del poema las pi stas que nos
n a total o parcialm ente las convencio nes de u na ficción que no le
puedan conduci r a semejante h allazgo . Pro bab lem ente. el resu ltado
acomoda po r co m p leto para sus propósitos: pasear se por los escena-
d e tal inve st igación daría lo m ismo, porque d e seguro nos hallaría-
rio s d e un a m em o ria aún no clausu rada, pero cuyo acceso está veda-
m o s co n tanto s pe rro s co mo lecto res tenga el libro. Y no es q ue est é
do para el ingreso di recto y expedito . Se requ iere, en cambio, de un
aposta ndo a llen ar los espacios en bl anco d el texto , encom endándo-
largo rod eo que dc be pasar o bl igatoriamente por la vo z d e los ot ros
le toda s las responsab ilid ad es al lector, Pero sí de sentrañar, en cam-
- los personajes de los poemas- par a así acceder al terri torio d e esa
bio, la función q ue cumplen esto s p erros rom ánticos o vol u n rarisras
palab ra anhelada , he terócl ita y a veces tan co n movedora co mo ir é-
en la co n fección de u na nosta lgia que, sin embargo, se mira con la
n ica.
d ist an cia y la iro nía d el pa so d el tiem po . Un tiempo que aú n así . h a
El poema le o frece a Bolaño , entonces. la po sib ilida d de ha-
ga nado la incredulid ad pesadi llesca en qu e los héro es d el ayer te rm i-
b lar de los hech os desde el interio r, a través d el m o nó lo go dr am áti-
naron po r tr ansfigu rarse en lo s pe rros del recuerdo: "5610 la fiebre y
co , a través d e u na poesía d e la exp erien cia." Y no es q ue no pued a
la poesía provocan vision es.! Só lo el amo r y la memoria.! N o estos
ha cerlo po r medi o del relat o: pe ro el poema, sin em b argo. d eja abie rta
cam ino s n i estas llanuras".
la posibilidad de un a em pa n a y una ensoñación de las que no di spo-
Los anuncios d e la derrota est aban por todas partes, au n q ue
ne por ot ros m edios:
no para los ojo s d e quien es escribía n la verda de ra pocsía, la m ás
va liente de toda s, esa qu e se esc rib ió no só lo co n sang re sin o ta m-
La po esía en tra en el sueno
b ién co n sem en y co n lágrimas. Aunque n adi e est uv iera llo ran d o.
Lo s jóven es que juntaron sus mejillas co n las d e la m ue rte p rob abl e-
existenci a dc un tipo de co ncie ncia irremediablemente so lita ria. Dosroievski descu- m ente sean , también , no sólo un hom en aje a la m elan co lía, sino
bre toda la falsedad <te ésta. que se mueve en un círculo vicioso" (págs. 328 y ss.). además un a manera muy espec ial d e d ecirn os que este h omen aje
KM. Bajtfn, EJllticd dela creacián wrbal op.at.; p. 2 1.
sólo es posib le a través d e la literatura, si lo q ue se p rete nde no es
, Roben Langbau m, en su famoso Tbepottry o[experience (New York. WW No rton
& Comp any Inc.. Co l. T h e N a rra n Lib rary, 1963). define el mo nó logo dramá tico terminar haciendo un burdo salud o a la bandera. C ua nd o el pocta
no tam o por un a estructu ra o form a poét ica, como por su efecto o imcncionalidad . GarcÍa M ad ero , una de las voces p rin cipales d e Losdetectivessalvaj es,
Citando a M .V. MaeC allum . señala qu e "rhe objecr [o f rhe dramaric mo nologue] is term ina su reco rrido po r los pueb los de So nora y d ecide ¿dejar en el
l O give facu from withi n. A cert ain dramaric undersranding of the person speaking,
which impl ics a cerrain d ramaric simparhy with him, is no t only the essen rial
condirion , bur rhe final cause o f the who le species". 10 Poem a "Resurrección" (I.os fK"OS romá" ú col.15 ).

185
Citl ST1Á N G ( lMF. Z

silencio? los cuade rnos de Cesárea T inajero donde se enc ue nt ran


todos sus poem as escritos po r la míti ca aut ora, las preguntas de in- R ICARD O M ART fN EZ
genio qu e nos pro po nen las páginas finales parecie ran llevarnos sólo
a u na conclus ión. D et rás de la ventana , despu és de los veinte años
de errancia de Arturo Belan o y Ulises Lim a, luego de haber recorri-
Más allá de la última ventana.
do gran part e de M éxico co n un os asesinos persiguiéndolos, en bus- Los «m arcos» de Los detectives salvajes
ca de una poeta perdida hace décad as en algú n luga r del desiert o de
Sono ra. detrá s de este acertijo se esconde -creo- el sent ido y el
d esde la poética cognitiva .
lugar de la. literatura, u na apues ta por la gratui dad de estos discu rsos
que nos sigue n hab lando sin decirnos nada. Detrás de la figura de
los perro s rom ánticos se esconde el tiempo de una memoria q ue
sólo se puede recobrar a través de la palab ra; detrás de la palabra y su
int ento de decir el m und o, la posibilidad de qu e rodo sea literat ura
y de qu e nada esté mu y seguro de serIo. La ad ivinanza, en todo caso, P RIM ERA VENTA.'JA. D EFIN I CI ÓN D EL OBJElU

qu eda a disposición de estudiosos y sagaces. ,Q ué hay detrás de la


ventana? Mi madr e, simp lement e, me dijo: otra págin a dcl libro." En la última página de la novela L Oí detectiues salvajes! de Roberto
Bolañ o, Juan Ga rcía M adero , en 1976, an ot a en su di ario:

15 de feb rero
¿Q ué hay detrás de la venta na?

y bajo la pregunta aparece la siguien te imagen.

,--------1,
., ,
,,,
, ,
,--------_.
La historia de Los detectivessalvajes se cierra allí, con este dibuj o,
y ni Bolaño ni M adero dan pista alguna de qu é qu iere significar. La
pregunta qu eda abierta para el lector o lectora, como uno más, acaso
el mayor, de los enigmas que nos propone esta singu lar obra.
C uando Patri cia Espi nosa gentilmente me propuso la idea de
colaborar en este volu men la primera imagen que se me vino a la
cabeza fUe la de aqu ella ventana de trazos segment ados. En un artículo

. N . d el A.: Este arrfculc fue escrito meses ames de la aparic ión del libro de poe mas 1 Roberto Bolaño. Los d~kcliVN kl /vajN, Barcelona. Anagrama. 1998. En adelante •

de: Roberto Bolaño rirulado Tra. los números entre parént esis hacen referencia a esta edición .

t8 6
RI CAROO M ART fN EZ M ás allá de la últi ma venta na. Lo s "m arco s.. de Los tkuctitlN fdl'JdjN...

previo! había defendido la tesis de que Cesá rea TIn ajero era equivalen- raria en la universidad . er a toda, abso lutamente toda. de filiación
te a García M adero de acuerdo con los siguientes paralelos: "Un/a est ruc ru ralisra (y co n ello incl uyo a los po sestrucruralismos). Y re-
poeta que no publicó casi nada (C esárea- Madero), de est ilo real sulta q ue la lingüística cog n it iva es ab ie rta me n te o p u esta al
visceralisra (Cesárea-Madero), que pasó inad vert ido/a en su época estr ucru ralismo : mien tr as este entiende la facu ltad del lenguaje como
(C esárea-Madero) y qu e desapareció en Sonora (Cesárea-Madero)". autó no ma. aq uella ent iende que el procesamiento mental del len-
En meno r medida establecía q ue el real visceralismo tenía co mo guaje no se realiza de modo aislado, sino q ue se interrelacio na con
ún icos do cumentos el po ema "Sión" de la revista Caborca, escrito l los otros procesamientos mentales.'
dibujado por Cesá rea en los años 30 (376), así co mo la serie de De este modo me di cuenta de que, si iba a hacer un análisis
dibujos que Ga rda M adero , Lup e, Ul ises Lim a y Art uro Bclano se má s elabo rado de la poesía real viscer alista , o bien vo lvía co n la cola
van mostrand o du rante su búsqueda po r So no ra d e la po eta men - ent re las piernas al viejo tro nco cst ruct uralista, o bien me abr ía a las
cionad a. en 1976 (574 -577. 608- 609). teorías literarias ins pi radas en las ciencias cog nitivas. N u nca antes
Si co nsideramos que este es el corp us tota l de la po esía me había p regu ntado sobre la existencia de estas teorías litera rias,
viscerrealista , me parece que es po sible entrar en una defin ición del pero, si desde aq uel m ismo est ruc turalism o surgiero n modelos teó-
mo vimi ento, así co mo en un análisis, interpretación y crítica de su rico s de la literatura, , no deb ía ocurrir lo mi smo Con este nuevo
producción. par adigm a?
La respuesta qu e e nc o n tré fue a la vez enrusiasmante y
desoladora: no haya la fech a algo qu e se pu ed a denomi nar co n p ro-
SEGUNDA VENTANA. BUSCA.~ DO UN MODElO D E APROXIMACiÓN piedad teoría litera ria cog nitiva, o mejor: po éti ca cogn itiva. Ello no
quita q ue desde d ist intos frentes, vari as autoridades en ciencia
H asta antes de que se me planteara la posib ilidad de escrib ir para cogni tiva realicen esfue rzos por levantar un a o rientac ión de este tipo.
este lib ro me (as había arreglado bastante bien para que mis dos Los trabajos de Margaret Freeman, M arkTurner, e inclu so los avan ces
principales áreas de interés no se confu ndieran. Por un lado trabaja- lejanos de un Je ro m e Brunner o un Teun Van D ijk", ap u nta n
ba escrib iendo artículos y colu mnas sobre literatur a, po r otro estu- sistemáticamentc hacia ello. Sin embargo, la poética cognitiva está
d iaba co n creciente fascinación lingüí stica cognit iva. Es cierro qu e aú n cn pañales.
am bas tareas están bastante cercanas, pero , no enco ntraba nin gun a Incentivad o por la d ud a le cons ulté al profesor Gu illermo So to
nece sidad de estre char aú n más sus co nexio nes en m i cabeza. Si de-
bía cr iticar una no vela lo haría desde el "gusto" , no iba a esta r inte- ) Véase J. 'Jaylor, LinguiSlic categorieation. O xford , Clarendon Press, 1995; R. Gibbs,
grando herra mientas m uy complejas de teoría literaria o lingüística, "What's cognirive abour cognirive linguisrics!", en E. Ca sad, Cognitiw linguistics in
aq uel tipo de textos acababan siemp re ago tándo me cua ndo los leía, th~ reduoods, Berlín, Mouton de Gruyrer, págs. 28-5 3.
4 M . Preeman , "Pce rry and rhe Scope of Metap ho r: Toward a Cognh ive Theory of
, pa ra qué seguir ese ca mino?
Lirerature", en Amonio Barcelona (ed i to r) . M~laphor¿,. Mno nymJl1t 1M Crossroeds,
Ahora. sin embargo, se me daba la posibilidad de hacer algo Mouton de Cruyrer, 1998 ; M .Turn er, Tbe LiuraryMind. Oxford , O xford University
sobre literatura en un nivel y p rofundi dad mayor qu e al qu e esta ba Press, 1996 ; J. Brunner, & l1b'dadmen ta] J mundosposiblts, Barcelo na, Gedisa, 1994.
acostu m brado. y no podía fallar. Entonces pasó algo importante. En la década de los 70, Van Dijk inrenr é el esbozo de una "Poética Generativa"
Me di cuenta de q ue la formació n qu e había recibido en teo ría lite- 0998. en comunicación personal) . aunq ue su proye cto sufrió el m ismo sino qu e
los otros arrestos generarivisras no gram aticales [serndn rica, pragmática, erc.). Debo
añ ad ir Jos trabajos de R. Tsur, "Cognitive Pocrics", en página web cwwwz.bc.edu/
1 Ricardo M arrfnez: "Los detectives qu e asesinaro n a su Ma dre" , en página web ~ ri c h a radllc b/ fealtsur/cogpoe t ics . h t m !> ; y de E. Rivano , M~ldforl1 J Lingüística
<hn p://wv.w.cv.c1/1i nkterat1I ra.cfm ? p p~ pisras.cfrn?mosrrar e 361 8> Cognitiva, Santiago, Bravo y Allende , 1997 .

188
R I C AROO M ART tN EZ M ás allá de la últ ima ventana. Lo s «marcos» de l.os detecti ves salvajf5...

(quien dirige una serie d e investi gacio nes en el Cenero de Estud ios fun d am entales: Uíómen, Pire 6-Dangerous Things d e George Lakoff,
C ogn itivos d e la Universid ad d e C h ile) so b re el asumo, y se mostró y Foundatiom of Cognitive Grammar de Ronald Langacker.' Aunque
tan intrigado co m o yo, Apa rte de los nombres m en cionados no sa- am bos vo lú m enes ab rían el cam po por el qu e trans ita ría n los estu-
bía co mo responder. d ios cognirivistas en lingüíst ica en las do s d écad as siguientes, es el
Varias sema nas después de esto me llegó un e-mail de Gu illermo primero el que co ntiene las id eas m ad re que rigen lo s po stulados d e
q ue rezaba lo siguie nte: "Au nq ue parezca co m pletame nte atemporal la naciente poética cogn iti va.
respo nde rte, aho ra en m ayo acaba d e salir un lib ro so b re C ogn itive Women, Fire & Dangerous Things es antes que nad a un tr aba jo
Poetics en in glés. Se presentó esta sema na en U nguist, la list a d e so bre la metáfora. Lakoff y va rios de sus co labo rado res han estable-
Íingüísrica". cido desde los 70 que la m en te hu m ana opera de m an era basranrc
Así qu e m e fui de cabeza a revisar el art ículo, El libro qu e siste má tica sob re co ne xio nes m etafóri cas. Y si pen samo s qu e la m e-
reseñ aba , Cognitive Poetics: An Introduction, de Peter Stoc kwell, y táfo ra es uno d e los co ntenid os diferenciales d e la literatura, y en
q ue estaría d isponible d esd e setiembre, efectiva men te se catalogaba especial de la poesía, podremo s ver d e inm edi ato co m o d esde esta
co mo e! "p rime r" texto introductorio d e este "cam po en desarro llo" perspectiva el horizonte se expand e para ab rir cam ino a una po éti ca
("growing ficld") , Decid í visita r la página person al de! auto r, un es- cogn itiva.
pe cia lista en liter atura y cie ncia cog nitiva d e la U niversid ad d e Una d e las d iferencias m edulares entre el co ncep to d e metáfo-
No tt ing ha m, y, para mi bien , de scubrí qu e incluía varios artíc ulos ra d e Lakoff y los d em ás, estriba en que par a él las m etáforas no so n
así co m o op in ion es y lín eas de acción sim ilares a las qu e yo necesit a- en origen lingüístico: " la metáfora es inic ialme nte una cuest ión rela-
ba . D e este modo m e at reví a m andarle un e-m ail co nsultá nd ole tiva al pen sami ento y la acció n, y só lo d er ivacionalm ente una cues-
d irectam ente. tión relativa al len guaje".8
Otras tres sema nas transcurrieron y ya daba la batalla por per- Para ente nd er el co nce pto d e me táfora lako ffiano, primero se
d id a cua ndo m e llegó su respuesta . El ing lés era tan amable que debe arender al concepto de Modelo Cog nirivo Idealizado (MC!):
incluso adjuntó un art ículo escrito so b re el tem a para un lib ro que
estaba en p rensa.! La tesis principal del present e libro es que el ser humano organiza
Premunido de esta nueva información, y envalento nado co n sus conocimien tos mediante las estr ucturas llamadas Modelos
Cognitivos Idealizados (MC I), y que las estructuras de las catego-
los sucesivos go lpes de sue rt e, creo qu e pu edo llevar a cabo un a pri-
rías y los efectos proronp icos son produ cros secundarios de dicha
m era apro xim ación a esta flo reciente área d e estu d io, y lu ego d esd e
o rga n izaci ón. "
ella abo rdar los po em as qu e ten emos entre m anos.
El co ncepto d e los M e! es la estructura co gnitiva co n qu e
Lako ff pretende d ar cue nta d e los fen ómenos d e prototipicidad que
T ERCERA VENTANA, B ASES DE LA POf T ICA COGN ITIVA

lingüística cognitiva, Barcelona. Ariel, 1999.


C ualq uier historia d e la lingüíst ica cogn itiva" señala co m o su fecha 7 G. Lakoff, Womm. Pire and Ddangerous Things, Chicago, Universiry of Chicago

de nacimiento el año 1987 . En to nces se publicaron do s libros Prcss, 19 87; R. Langackcr, Foundations ofCognitive Grammar, Vols. 1 y 2 , Stanford ,
Srandford Universiry Press, 19 87 y 199 1.
8 G . Lakoff y M. johnson, Metaphors We Live, C hicago, Universiry of Chicago

s I ~ Srockwell, "Surreal Figures". en Jo anna Cavins y Gcrard Sreen (eds.), Cognitive Prcss, 1980.
Poetia in Practice, Lond res, Rou rledge, 2003 . 9G . Lakoff W'omm,fire and dangeTous things. Chicago, Universiry of C hicago Prcss,
6 Véase por ejempl o J. Taylor, op cit.; YM . C uenca y J . Hilferry, Introducción a la 1987, p. 68.

'90
R IC ARD O M ARTfN EZ M ás aJlá de la últ im a vent an a. Los "ma rcos" de Los dtNctil'es Sfl hltljrs...

estudiaron previame nte Rosch y otros/ as. Investigaciones sobre cómo C UARTA VFN rANA. Los MARCOS MINSKlAl'OS y AI.GO MÁS

catego rizaban las pe rsonas habían llevado a mostrar, a lo largo de


varias décadas, qu e el modelo clásico de carcgo riaaci ón binar ia no Dos son las características definicion ales de los marcos de M insky
era el que la gente aplicaba cuando se enfrentaba a los hechos del qu e muestran porqué pu eden util izarse para anal izar los poemas
mundo (nos resulta más fácil decidir qu e un león es un mam ífero viscerrealistas:
q ue hacerlo con un mu rciélago o una ballena azul)."
Co n la teoría de los M CI se daba cue nta co n cierta elegancia Un marco es u na estructu ra de d atos que represcnla u na sit u ac ió n
estereot ipada. (...) [Llos marcos permiten el reco nocim ient o de
de los fenó menos subyacent es de la cognición q ue se manifestaba n
escenas visuales.'!
en dichos cas os de protot ip icidad, y de paso se abría un campo para
estu diar los procesos cogn itivos de la metáfora.
C uando Marvin M insky planteó la no ción de marco en 1975,
Los MCI ten dría n co mo base los esquemas, marcos y gu iones
su principal objet ivo era entregar u n modelo de com prensión de las
(d esarro llad os por M insky, Ru rncl harr & Orrony, y Seha nk &
imágenes q ue pu d iera ser rep licad o por com putado res y que a la vez
Abelson respect ivamente!' ), amé n de los modelos: imaginfsrico es-
fuera una mod elización de los p rocesos de co mpre nsión (particular-
quemático, metafórico, metoními co y simb ólico.'!
mente de la informac i6n visual) de la cognició n hu mana (o biológi-
Si bien todos estos siete modelo s generales se han trabajado
ca si se q uiere). La teo ría pro ponía qu e la mem oria alm acenaba cada
co n posterioridad en lingüística (aunque los q ue más se despliegan
ma rco co n asignacio nes de co ntenido "por defecto", así, bastaba co n
son el metafórico y luego el metonímico), me deten dré co n más
qu e se activaran algunos nodos del m ismo para q ue la rep resenta-
detalle en el segundo (los marcos), pues es este del que nos servire-
ción se realizara co mpleta (po r ejemplo, basta con vcr la cara de u na
mos para enfrentar los poemas viscer rcalisras.
person a qu e se asoma por una puerta para que la me nte invoq ue la
imagen to tal dc un " hombre" o "mujer"). Los marcos al contrario de
lo qu e pudiera pensarsc, son ade más flexibles. D ado qu e las asigna-
ciones son "por defecto ", en el momen to q ue ingresa un a in form a-
ción distinta de la llen ada por defecto , esta es reemplazad a (po r
10 Véase B. Berlin & P. Kay, Basic Color Terms: Their Unioosality and Euolution. ejemplo, si la person a del ejemp lo ante rior termin a por cruzar la
Berkeley, Universiry o f California Press, 1969 ; E. Rosch, Prinápl~s ofcaugorizalion, pu erta y nos damos cuenta de qu e le falta un a piern a, nu estra ment e
en Er ic Margolis y Stcph en l.aurence (ed s.), Conapts, Cambridge, M l'I; 1999. corregirá la imagen).
M argolis y Lau rcn ce comp ilan en este último vo!úm en vario s doc umentos fu nd a-
En este punto la noción de marco se acerca a las leyes de la
mentales al respecto , inclu ido W ittgenstein .
11 M . Minsky, "Prarncwork for Represen ting Knowledge", en I~ H. W inslOn (cd .),
Gestalt de semejanza, p roxim idad, co nrinu ida d y cerramie nto ", y
Tbe I'sJehologyofCompuur Vision, New York, McGf3w-HiII. 197 5. págs. 2 11-277 : aunque es cierto q ue los disti nto s mar cos son suscept ibles de ser
O. Rumelhart & A. Onony, "Thc rep resenrario n o f knowledge in rnernory". en R. mo d ificado s, no lo es meno s q ue alguno s de ellos son inn atos.
Anderso n, R. Spiro, & W. Montague (OOs.), Sehooling and lh~ Aequisilion of Desde los tra bajos de Sperry y Ga zzan iga l ,), y desde la consulta
Knowkdg~, Hillsdale, NJ . Erlbaum, 1977, págs. 99- 135 : R. Scha n k & R. Abcl son .
Smpl1. Plans, Goals. and Understanding. Hills dale, NJ , Erlbaum, 1977 ; M . E. Do-
no so, "M od elos dc co mprensión",T rabajo Final para el Seminario Inretdisciplinario 13 M . E. Donoso, Ibid., p. 12.
de Sicclingüfsrica, d irigido po r la profcso raAura Bocaz, Un iversidad de C hile, 199 5; I ~ A. López Gard a, Psicolingüisliea, Madrid , Síntesis, 1991.
O . Hofsradrer, GotÚl 5 eh". Bacb: Un acmo J gr ácil bucle, Barcelo na, Tusqu cts, ' t V éase J. Eccles y H . Zeie r, El cerebro y la mente; Barcelo na, H erder, 1984 : M .
1989. Gazz.aniga, ..Tbe split brain revisired-, A Spu ial Edition ofScim lifieAmerican. 2002.
n G . Lakoff Ibid , págs. 3 92 ~393 _ págs. 27-31.

19 3
RI C AR D O M ARTI NEZ M ás ;¡Ilá de la últ ima ventana. Los "marcos" de Lo¡ detectives s.¡/vajes...

que W ittgen stein l (' hada sobre po rqué identificábamos de inrnedia- ¡Ah. es H itler!
ro un dibujo co mo el que sigue, las cienc ias cogn itivas co ns ide ran Evident ement e que las pocas veces que me han co ntes tado al
co mo uno de sus hallazgos fun damenta les el descu br im ien to de que principio: H itler. H e co m pletado el dib ujo así.
los patrones de reconocim iento de rostro s corresponden a uno de
aq ue llos marcos innaros.!?

Vemos entonces que so bre un mar co base "rost ro", se pued en


establecer nuevos marcos, fact ibles de aprender.
Una última característica de los marcos minskianos es que son Una última idea ames d e cerrar esta ventana. Las imágenes
inclusivos: unos marcos pueden contener a otros. Así, desde la sen- anteri o res, nos pueden llevar a refl exion ar so b re lo alta me n te
cilla y estereo tipada imagen de una cara como la de arr iba se puede co nvencio nalizadas qu e so n las imáge nes (marcos) co n que oper a-
pasar a esta o tra (q ue suelo dibujar y pr esentar a mis amis tades cuan - mos, pero, la co nvenc io nalizació n está m uy determinad a por los
do los asados em pieza n a ponerse aburrido s). puntos de vista que se han estandarizado previ am ente, principal-
mente po r los mae stros de las arres visuales. Así, po r ejem plo los
pin tores egipcios representaban cada parte de la figura humana se-
gú n su aspecto más cara cterístico: el pie y el rostro de lado, el tórax
de frente", y no fue hasta el trabajo de un descon ocid o griego q ue se
vio el d ibujo de un pie en esco rzo.
Co rrecto, otro rostro , pero ¿q uién es? Respecto del punto de vista del observador, el arte occidental
La respu esta inmed iata en casi la totalida d de los caso s es: fue sistemá tico , a pa rt ir del Renaci m iento, en ub icarl o en u na posi-
Carliro s C hap lín. ció n frontal en referencia al obj eto pi ntado. Recién los cuadros de
Ento nces co m pleto el d ibujo de la siguiente ma ner a. D egas co n co m plejas imágenes tomad as desde segundos p isos o co n
co rtes "foto gráficos" de lo representado fuero n capace s de ro m per
co n d icha trad ició n de imágenes convenc iona lizadas ."

Q UINTA VE.l'>lTANA.
Los MARC O S D E B Ol.AN O EN Lo s DET ECfIVE5 SALVAJES

le.1..W ittge nstein. Los cuadernos azul y marr án, Madrid. Tecnos, 1989 .
11 Véase A. Karmiloíl-S mlth, Mds n/Id tÚ lA modularidad. Madrid . Alianza. 1994: Vamos ahora a lo nuestro, los poem as real visceral istas, el primero
A. Bccaz. • La construcción del paisaje de la conciencia po r niños de diferen tes de los cuales es el qu e sigue.
estratos socíoeconérnic os.., en revista Lenguas Modernas N° 25 . San tiago, Un iver-
sid ad de Chile, 199 8. págs. 7 1·94; R. JackendofT, Pauermin lhe mind, Ncw York ,
Basic Books, 19 94; R. j ackendo ff Languages o[ th~ mind. Essays on men tal 18 E. H . G ombrich. La historia del artr, Buenos Aires, Suda mericana. 1999.
"p"smtations. Ca mbridge, The MI T Press, 1996; A. Damasio , Elerror tÚ Desear- l' La in fluencia primordial de Dcgas fueron las im ágenes de estampas japo nesas d e
Uf. Santiago, Andrés Bello. 1996. un Hokusai o un Uramaro . Vc ése E. H . Gorob rich, op. cit., págs. 5 24~ 5 27.

194 195
R ICA RDO M ART f N EZ Más allá de la últim a vent an a. Lo s ..ma rcos.. de Los d~tuJiv~s s,tlvaj .-s...

que está subsum ido por un o m ás co mplejo, un a vez q ue esto s do s


marcos se explicitan/ ap rende n , es dificil volver a leer el po ema como
la primera vez.
La segunda serie de poemas, según lo propuesto al inicio, está
comprendida por los sigu ientes dibujos:

.
/'/V\:,JVv\ /v'\
(0

El ú n ico poema que sobrevive de la m ítica C esárea Tinajero.
0-
(n (1 ) (3)
Amad eo Salvatierra, les d ice a Ul ises y Arturo qu e: "llevo más de
cuarenta años mir ánd olo y no enti endo un a chingada" (37 6). Poco
8
más tarde Lima y Bclano replican el dibujo, sim plificándo lo, así: 8 -6,8
0'0
(4)
$(5) (1))

~ <0
(7) (8 ) (9)

Ante la nueva serie de líneas Salvatierra y los mu chachos em -


piezan a percibir, la calma del horizonte, la sinuosidad de las colinas
y la mar, y po r fin la estride ncia.
a (101
-0-&
(n ) (12)

-
Al volver a replicar la im agen original añad en otra vez el rec-
re,i?'0 0
rángulo de cada línea, pero, ade más le agregan a cada uno una vela:
~ e 0)
o00(0 o 0
(B) (14)

Al respecto, con fecha 9 de enero de 1976, Garda Madero


anota en su diario: " Para entretener el viaje me puse a hacer dibujos
qu e son enigmas que me enseñaro n en la escuela hace siglos" (573 ).
N inguno de sus dos campaneros ni Lupe pueden contestar qu é es el
"Un barco, y el título, Sión, esco nde la palabr a Navegación" primero. "Un mexicano visto desde arriba" (574) tcrmina revelan-
(400). do les el joven , y u na vez qu e se dan cue nta del tru co, todo s, em pe-
Lo que han hecho los real visceralisras con Salvatierra es ense- zando por Lupe (y casi siempre Lupe}, p ueden cada Vf:L contestar
ñarle un nu evo marco, un marco que comp rende un o más sencillo y más fácilmentc:

196 197
R I O .RD O M !l RTfN EZ Más allá de la úl rirua ven tana. Los «r narcus» de Los d(l((t¡V~S sdlvajes...

2) es un mexica no fumando pipa, 3) uno en triciclo, 4) cinco respuesta es un zo pilo te co n so mbrero cha rro , da cue nta de q ue Lupc
mexican os mean do dentro de un ori nal, 5) un mexica no en bicicleta ha aprendido a flexib ilizar el ma rco mexicano ap rend ido , camb ian-
(o en la cuerda floja), 6) un mexican o pasando por un puente, 7) un do parte de su contenido (sigue siendo un so mbrero, pero el so m -
mexica no esqu iando, 8) un mexicano a punt o de sacar las pistolas, brero no imp lica necesar iam ente al mexicano bajo él).
9) uno subiendo una escalera, 10) un mexicano friendo un huevo. La im agen 13 . así, es la q ue aceptará más inte rpret aciones:
1 1) do s mexicanos en un tándem (o dos mexicanos en la cue rda ocho mexicanos conversando de Lima, ocho mexicanos d urmiendo
floja), 12) u n zop ilote (cierro tipo de pájaro) con so mb rero charro, de Lupc (do nde nuevamente agrega en la in terpretació n u n elemen-
13) ocho mexicanos hablando (u ocho mexicanos durmiendo u ocho to atraído desde el ma rco estereotipado de los mex icanos como

mexicanos contemplando una pelea de gallos invisibles), 14) cuarro dormilones), y por fin los ocho mexica no s ante una pelea de gallos
mexicanos velando un cadáver. invi sib les del propio Ga rcía Madero. Est a últim a alte rnativa m uestra
Es interesante ano tar que una vez que se reconoce la primera que el joven ha sido inclu so capaz de flexibilizar los ma rcos qu e
imagen (q ue se trata ni más ni menos del "aspecto más ca racterísti- sepa ran lo "real" de lo "irreal".
co" de los mexicanos según el ma rco estanda rizado - no el visual- La tercera y última serie de poemas se compone sólo d e tres
qu e los representa con sombrero charro), el ma rco visual qu e se co ns- dibujos:
truye sirve de apoyo pa ra in ter pre tar el resto. Junt o co n eso. se en-

DD ·,---- - - - - -1
tiende que la perspectiva, el punto de vista, es cenital (siempre las ,
imágenes so n presentadas desde arriba), po r ende anómalo, y que en ·
•• .,


co nsecuencia el resto de las figu ras que apa rezcan deben interpretarse 1• ••

co mo objetos también visto s ceniralmenre.


Pero , hay varias cosas más. Cuando la imagen 6 es interpreta- La pregu nt a es en csrc caso: ¿q ué hay detrás de la ventan a?
da de inmed iato po r Lupe co mo "un mexicano a punto de sacar las No se sabe qu ien co nt esta (aho ra só lo están Lupc y G arel a
pistolas", Bclano le d ice "C araja , tú te las sabes todas"; y luego q ue M adero), ni qu ien la hace (aunq ue es probablement e este último) . y
ella le contesta "y t ú ni un a", él le replica: "es qu e yo no soy mexica- las rcspuestas so n: 1) un a estrella (cortada como las imágenes de
no" (575) . Lo qu e ocurre es q ue el marco estan da rizado de Bclano es D egas, pero , mostran do una punta q ue evoca , ca racterísticame nte a
más pobre qu e el de Lu pc, en el de él no está n "po r defecto" las las o tras), y 2) una sába na exte ndida . La t res es la que cierra c1 libro
pistoIo tas. y co n ello el corp us real visceralisra.
La imagen IO, por su parte plantea un nuevo desafio, el marco La co nclusió n a la qu e llego, luego de la revisió n de las imáge-
visual "mexicano visto desde arr iba" correspondiente a dos círculos nes y sus int erpretacio nes es que, la poesía real visceralisra es:
co ncé nt ricos co n el cen tra l basta nt e pequeño y coronado por un a) Una poesía que pr escindc de las palab ras, pero , q ue co mpe-
pu nto, se suma un a segunda figura en todo igual a esta menos en el te a un procesamiento metafó rico (márquico) de la cog nició n visual.
tamaño y el punto. Esta segunda figura es dem asiado peq ueña co mo b) Una poesía que debe ser "co m pletada" por el recepto r de
para interpretarla como un segundo mexicano (n i siq uiera como un acuerdo co n sus pro pios conocim ient os y marcos estereoti pad os pre-
niño) , y la co nt rad icción entre las lecturas de ambas les confunde . viament e aprend idos.
No se trata de otro mexica no sino de un hu evo (el marco mex ica no e} Una poesía que invita a la f1 exibilizació n de los marcos pre-
es puesto en suspe nso, esto es, se anulan sus valores po r d efecto ). La vios y co n ello al ap rendizaje, imernalizació n de marcos nuevos.
figura siguient e, la 11 permite q ue tanto Lim a co mo Lupe repliq uen d) U na poesía que efectivament e "debe ser hecha por todos".
un marco co mplejo previo (bicicleta y cuerda floja). Y la 12, cuya

198 199
RI C ARDO M ARTI NEZ

Ú LTI MA VENTANA. ¿ QU~ HAY DETRÁS DE LA OLTl MA VENTANA?

En el ente nd ido ante rio r hay m uchas respuestas po sibles para aquel
último d ibujo de Los da ectiues salvajes. Puede tratarse de un a venta-
na circu ndada por un ejé rcit o de horm igas (y lo qu e habría detrás
sería u n hormi guero ). o una ventan a d esd e la qu e su rge un
enceguecedor foco de luz (co mo un flash o, mej or, la luz del so l,
siguiendo la mism a idea/imagen que la venta na y la estrella). Puede
ser. por fin. un a ventana qu e aca ba d e qu ebrarse, por ejemplo po r un
piedrazo, o un d isparo. Una ventan a que aca ba de ser atravesada y
destru ida. Una ventana que se abre a la fuerza para dar paso a las
ven tan as del fut uro, para dar paso a la poesía del futu ro. Una poesía
que dcbe ser completa da por el lecto r, con sus propios ma rcos. LITE RATU RA Y LECTOR
Esto creo que lo co nfirma, la respu esta qu e me enviara el pro-
pio Ro berto Bolaño. cuando por e-m ail lo co n miné a que me d ijera
qu é significaba el d ibujo:

Por su puesto qu e existe una respuesta y no es fácil ni sencilla, pero


tampoco. como Ic dijo el co nejo a Alicia, es difíci l o com plicada .
Por supueslO , tam bién, q ue yo no puedo decfrtela.

200
R O BERT O CONT RERA S

Roberto Bolaño (Sa n tiago, 19 53 )

Porque de la palabra que se ajusta al abismo


su rge un p oco de oscura inteligencia
Enriq ue Lihn

Leí los cuent os de Llamadas teleftnicas a principios de 1999. En un


en to nces po co co nsu lta do eje mplar d e la bi blio teca d el M etro d e
Santiago. m eses antes de com p rarme el p ropio . que hoy sigue p res-
tado y sin much as ganas d e reg resa r a mi s m anos. Por esas fech as
tra baj aba co mo d ependient e en un almacé n de co nfites y beb idas,
m ientras po r las noches red actab a m i tesis so bre C arlos Drogu en,
u no d e los cuatro escrito res ch ilenos muer to s qu e todavía va le la
pen a segu ir releyendo, y en m i caso llegar a sost ene r qu e el fiare
Eloy, prot agonista de su libro homónimo de 1960 , es el bandido
chi leno más hum an o qu e ha existido en la h istoria de la literatura
nacional. Era mi certeza en esos días y la ha seguido siendo: realismo
a ultranza, sumi do en la p rofu nda co nciencia de una realidad que
"siemp re" superará la ficción y donde la literatura só lo es un a entra-
da a descubrir, a veces, alguna vivencia person al qu e nos di ga q ue
leer no es una fata l pérd ida de t iem po .
Pued o leer a M an uel Rojas, a j os é D onoso y la poesía comple-
ta de Enri q ue Lihn y la sensació n es (casi) la m isma. Po r eso los
relato s de Bolañ o me gana ron de inmediato . M e desen cajaron la
man díbul a de un knock out y me qu edé pensando en que era, sin

20 3
R O Ii ERT O C()Nl 'lt E I~ A S Roberto Bolaño (Santiago, 1953)

dudas, uno de los narrado res ch ilenos más desco nocidos qu e circu- humanitarios o vinculados a los departamentos de derechos hu-
laba en nu estras librerías céntricas. Eso sumado a un a d iscutibl e na - manitarios de la Unión Europea para averiguar el paradero de
cionalidad surg ida a la hora del reconocim iento del Premio Mun ici- Grega rio. En esasocasiones las cartas solían ser pesadas, monóto-
nas, como si mediante la descripción del laberinto burocrático
pa l de Liter atura 1997 co n su libro de relatos, o esa bu llada visita a
Sensini exorcizara sus propios fantasmas.
fin es d e 19 9 9 c o n u n ex te n so co r re la to d e "p el a m b res" y
desacredi racion cs mutuas ent re la cofradí a de escrito res nativos y el
Di stin to es el caso dc M iranda, la hija qu e sí vio crecer y vivió co n él
recién llegado, casi en co nsenso: el apát rida Rob erto Bolaño qu e
hasta que decid ió reg resar a su Argenti na nata l, y qu ien ya al fin al
hacía más de veinte año s no pisaba C hile, luego de vagar su juvcn -
del cuento se enc uent ra co n el no vel escritor. ¿Por q ué tendría qu e
tud por M éxico y rad icarse desde 1977 en Españ a.
co nocerla a ella y no al pad re/mento r? Sim ple. El cue nto es la impo-
Lo qu e sigue so n m is person ales lecturas. Lo dem ás, por su-
sibilidad del enc uent ro y eso se sostie ne, implícitamente, hasta el
pu esto , es sólo literatu ra y esa siem pre será otra histo ria. (¿Pod ría ser
linal:
de o tra man era?)
Según Miranda, Sensini nunca se repuso de la muerte de Gregorio.
Volvió para buscarlo, aunque todos sabíamos que estaba muerto
V O CES DE ULTRAT UM BA (...) Le pregunt é cómo le había ido en Argentina. Igual que aquí,
dijo Miranda, igual que en Madrid, igual que en todas panes.
"Sens in i", el primer cuento de Llamadas telefó nicas, rezum a fam ilia-
rid ad . Es el enc uent ro imagi nario qu e todos hubi éram os qu erido La historia termi na co n el narrado r acodado en un balcó n,
tener co n nu estro escrito r de cabecera. Ad mira ció n y reco nocim ien- mirando la ciuda d junto a la hija de Sensini, sintiéndose prematura-
to en estado puro. Un gesto qu e co n el tiem po sabría se relaciona ba mente viejo al saber q ue ella ya tien e veintidós años: "E nto nce s yo
co n cie rtas cartas que Bolaño en realidad cursara co n Lihn y un a cita debo tener más de tr einta, dije, y hasta mi voz so nó extraña". En ese
no co ncretada co n Donoso durante su estadía en la penínsu la. El momento todavía no lo sabía -esraba recién entrando a los libro s de
relato me resultó part icularm en te revelador, en la medi da qu e la fan - Bolaño- pero era así có mo se sentirían gran parre de sus person ajes,
tasía de esa amistad ep isto lar fundam entaba el sent ido de escribir a m ed io cami no ent re los veinte y cuarenta años: j óvenes envejecidos
bu scando p recur sores, si no dir ectas influenc ias, al menos alguien sin sabe r muy bien si por culpa de la literatura o de la vida mism a,
en quien agarrarse para co ntin uar el penitente oficio. Sin em bargo, qu e a ratos a lo largo de la obra parecen lo mi smo .
desde el título qu e es abiertamente literario por ser el nombre de un Las menciones literarias, o más b ien las vidas de escrito res,
escrito r, la nar ración se abre a un a realidad más vasta: el exilio lati- co ntin úan. "Enriq ue M artín", "Una avent ura literaria" en la primera
no am er ican o, sus desap arecidos, o lvido s, mi seria y o rfandad. Los sección del libro, vislum bra n lo que será n sus co nsta ntes guiños a la
hijos de Sensini - G rega rio y M irand a- son fundam entales para en- literatura, pero de paso tamb ién la reconstrucción biográfica de un
tend er la paternidad ause nte de un intelectual en ret irada en cual- ta l Artu ro Belano, que a las po cas página s da cue nta de la prop ia
q uier lugar del mundo, pero ta m bién para denu nciar y act ualizar el vid a "fing idamente liter aria" de Rob erto Bol año , quien tambi én
peso de un a colect iva der ro ta, don de apenas el desesper ado recu erdo otras veces es red ucido a la escueta B co n que se ide nti ficaría en
del hijo insurrecto, perdido en las cloacas suda mericanas, es lo ún ico algunos cue ntos. Ambas var iante s nominales qu e en Llamadas teie-
q ue le q uedaba más allá de la escritu ra: ft nicas se hacen defin itivas co mo p erso naj es - an tes ap enas asoma-
d os en La literatura nazi en América y Estrella distante- dejan en
A veces Scnsini me contaba de sus diligencias en organismos claro que d esd e ahí só lo ellos dominarán la escena . Los dem ás

204 205
R O BERT O CON TRER AS
Roberto Bol.ano (San tiago , 19 5j )

libros y so bre todo Los detectives salvajes y Putas asesinas así lo co n- d amente art ificial, co mo si estuvieran d ando vu el tas alred edo r del
firman. argu m ento de u na película y no de algo q u e h ab ía suced ido en la
El scgu nd o apartad o, "Detectives", en su cuen to del mi sm o vida real". Y es que su su er te no es mejor, j usta mente porque de la
nombre presenta a d os po licías (ex agentes d e Pin och er) hab lan do tr ash u m ancia d e ci uda d en ciud ad, co mo de aman te en am ante. sus
d c un a cu riosa vio lenc ia nacional: "A los ch ilenos no nos gustan las b úsqu edas profesion alcs o carreras que cursar, siem p re tcrm in arí an
armas d e fuego , p ued e ser po r el ruido , nuestra nat uraleza es m ás en n ada. Tanto co mo su insatisfacció n en la cam a que sólo se rcpcti -
bi cn silenc iosa". H ab lan d e vio lenc ia y de lo q ue les tocó vivir tras el ría en cad a intento:
golpe de Estado, específicamente . en la ciudad de Concepción: "Y
Paul, por supuesto no era co n el primero que se acostaba, antes
en to nces p ienso que este pa ís se fue al di abl o hace t iem po , q u e los
había salido con un compañe ro de Pintura Impresion ista qu c fuc
que estam os aq u í nos qued amos para sufrir pesadillas, sólo porque
quien Ic presentó a Paul y en Grane Palls había sido novia de un
alguien tien e que qu ed arse y apechugar co n los sue ños". Au nque la
jugador de baloncesto y de un chico qu e trabajaba en una panade-
sorp resa del cue nt o es la aparició n espectral de Belan o , el an tiguo ría (...) La relación entre Paul y Ann e fue peculiar. Annc tenía
co m pañe ro d e liceo q ue u no di ce reconocer entre lo s p rision eros y d iecisiete años, prontO iba a cumplir los dieciocho y Paul tenía
h aber salvad o la vida: veintiséis. En la cama tuvieron problemas desde el principio. En
verano Paul solía ser impotente. en invierno tenia eyaculación
- Fui yo el que se dio cuenta que estaba entre los detenidos. precoz., en oto ño y en primavera el sexo no le interesaba.
aunque todavía no lo había visto person almente. T ú se y no lo
recon ociste. y sus d esaciert o s sigue n al irse a viv ir con un dealer, amigo d e
- Tcnfamos veinte años. compadre. y hacía por lo menos cinco ambos, y m ás tarde, casi co m o h uid a, cae r en mano s de u n inci p ien -
que no veíamos al loco ese. An uro creo que se llamaba. Él tamp o-
te "ch u lo" quc la haría debutar en el m ás viejo de los oficios:
co me reconoció a mí.
- Sí, Anuro, a los quin ce se fue a México y a los veinte volvió
Nunca en su vida. recuerda Ann e, había sent ido tanta vergüenza
a C hile.
como cuando en tr ó en el bar y se sentó en la barra, sabiendo que
- Q ué mala cueva. estaba allf a la caza de su primer client e y sabiendo que todo s los
que estaban en el bar lo sab ían. O dió el vestido rojo, odió los
Pero es, sin em bargo. la última part c del libro la qu e recoge lo zapatos rojos. od ió la pistola de C harles.
q ue serán las histo rias in co m p letas que Bolaño gusta rá d e co ntar
(p ensemos en las cajas ch inas que com pon en Los detectives salvaj es), U na h istori a d e deseos, esperanz as y m u ch a d esesperació n
así: a m edia s. pero a la vez d e man era tan abrupta, incisiva y de sgas- enfundada en ropas de liberalism o y escuálido espíritu d e superación,
tad a. d ejando en su envés una entrelí nea so b ren atu ral, desbo rd ante, antes sólo un a marcad a propensión al suicidio, bordeand o el vacío más
u na grieta d e luz incandescente quc sin darnos cuenta al fina l se pleno (si puede colm arse lo que no existe): espe rando lo qu c ella reco -
apaga y sabe d esap arecer "perm aneciendo" , co m o ese relato de lar go nocía como "u n estallido que se an unciaba pero que nu nca ven ía". Un
alien to , "Vida d e Anne M oo re". Recorr ido biográfi co d e un a ch ica d eveni r que en un improbable momento de su vida es alterado cuando
no rteamerican a habitante de la so ledad y el extravío. H ija meno r de se encuentra co n el narrador (~ Belano ?) q uien tam bién se enreda amo ro-
un m atrim on io b ien, qu ien será espec tado ra de lo s tempran os fraca- same nte co n Anne y co nsigue hacer, no sin su aco stumbrada dificu l-
sos d c su herm an a, como ant icipo d e sus person ales expe riencias tad co n otra s parejas, el gran descubrim iento que logr ará redimirla
sentimentales qu e se ven d rían m ás tarde: "An ne recu erda q ue la co n - au nque sea po r un instant e d e lo que han sido a nu estros ojos sus años:
versació n q ue m anten ían su hermana y su novio le pareció extr ema-

206 207
R O BERT O C O NTR ERAS Roberto Bolaño (Santiago, 1953)

quedé con un as trem endas ganas de escribir. D ebo a Bolaño haber


Cuando volvió se trajo algunas cosas de Estados Unidos. Una tar- vuelto a un pr oyecto de novela despu és de su colosal no vela. Artu ro
de me las enseñ ó: eran los diarios que había empezado a escribir Belano y Uliscs Lim a so n los culpables. Las d os primeras sema nas de
poco después de su llegaba a San Francisco hasta poco después de febrero del 2001 fue ro n esa saluda ble co nfirmació n. Y lejos del ego-
su vida con BiII y Ralph (...) Sumergirse en aquella escritura, de- tism o creo que no es mérito de Bolañ o ni un gran triunfo para la
lante de la autora, a veces era doloroso (daban ganas de arrojar los
cuadernos y acudir a su lado y abrazarla), pero la mayor parte de
se,
literatu ra chi lena . en cam b io, el q ue co nsigu iera devolverme el
encanto por lo inevitabl e: leer y en el mejor de los casos escrib ir. ¿No
las veces era estimulante, aunque no podría especifica r qué era lo
que estimulaba. son estas págin as la retribu ción de un acto sencillo y duradero como
consu mirse un libro y luego hablar de esa lectura?
"V ida de Anne Moore" co mo ejercicio nar rat ivo (cuent o largo Todo or igen es un accidente. Que los pad res sea n los padres,
o 1Jouv~/k) insta la un a figuración de person ajes q ue te nd rán co mo los herman os los herma nos y la casa q ue se hab ita esa y no otra,
toda certeza existir y arrastrar no sólo pasados irremediables -infan- siempre será azaroso. Nada , salvo los am igos y ama nte s, so n parte de
cias traum áti cas, deserciones, carcelazcs, desped idas, anorexia, dro - nuestra elección . D e la experiencia de encuentros, desaciertos, co-
gad icción, mucha soledad-e, sino tambi én pr esentes q ue apenas en- munio nes y fracasos. En literatura habl ar de antecesores no es una
tienden, pero q ue el na rrado r siemp re intentará co mponer. Vidas imposición. Y de ser as! --o si en sus ini cios pudo serlo- qui en escri-
cada vez más parecida s a burbujas q ue, al primer momento de ser be de be ser capa z de aba ndo na rse a su propia búsqued a. Renombrar
ten sad as, pin ch adas, vuelan en miles de gotas manch ando 10 grande sus influencias y precurso res. Fun dar su nacimiento, describir su ár-
yen blan co de la historia que se nos quiere co ntar y qu e prem ed ita- bol genea lógico. D estruir para crear, dentro de la mi sm a ficción q ue
dam ente no se mu estr a por co mpleto: porque ese es el proyecto y su resulta saberse solo, qu eriendo esta rlo, pero en un a invisible y espec -
insisten cia como juego de repeticiones. La punta del iceberg. tral co mpa ñía. Pues lo fácil es adscribirse y reco noce r siem pre algún
Pero Llamadas tekfónictlJ es más que los tres cue ntos mencio- gru po de pertenen cia. ¿Existe co nstr ucció n más discutible qu e un a
nados. Es la recuperación perso nal como lector de un sentido de la generación literaria? Una mezcla d e hermandad, co ns uelo y d iferen-
narr at iva qu e hace tiempo no se veía/ leía en habla hisp ana . Menos cias irrecon cilia bles fuer a de las mi sma s fronteras que las del im itan:
en un chileno. Sospecho que eso me hizo seguir leyéndolo: recono- edades, épo ca, expresión y banderas. Para algunos una generac ión
cer que de mom entos hablaba perfectamente de nosot ros. Mejo r junto co n un certi ficado de nacimiento como escritor, es tambi én
qu e no sotros mismo s. Me ganó la acide z de su m irad a y la suciedad un pasapo rte . En Los detectives salvaj es de Bolaño conviven tod as las
de su escritura. "Realismo a ult ranza", pen sé. var iantes. Adherir al real viceralismo, escribir po esía, traficar co n
marihuana, renegar a gritos de O cravio Paz y José Em ilio Pach eco y
vagar veinte años por el mundo, tra s la hu ella de un a poet isa de
DETECfIVES DESESPERADOS pr incipios de siglo, Ce sárea Tinajero, de quien dicen "no haber leído
nada en nin guna parte, y eso nos atrajo". Un a em presa reñida co n el
H ay libros que salvan la vida . Así co mo existen auto res qu e la estro - fracaso, pero vivificante en su principio, co nfirma ndo qu e todo via-
pean , ent urb ian y logran descompagin arla. C o n Los detectiues salva- je es un a huida. La razón del det ect ive.
j es, viéndolo a co rta di stan cia, me ocurr ió to do junto, dejándome En la obra de Bolaño u n "de tective salvaje" desde la simple
un a sensació n otra vez de aso mbro y algo q ue no siemp re ocurre metáfo ra pasa a la defin ición impera tiva del escritor latinoam erica-
-casi menos que cuando uno sale del cine pen sando en lo bien ar- no actu al. Una senda qu e, sin recon ocerse en el proyecto sí directa-
mada de la trama de esa excelente pelícu la q ue hem os visto (pocas)- mente policial de "novela negra" practicada en el hem isferio (Soriano ,

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R O BERT O C O :-.l T JU'.f(A S Roberto Bolaño (Santiago, 1953)

Ram írez, Piglia, Díaz Et erovic, entre o tro s), asume un comprom iso Joaq uín "Quim" Font, un viejo zorro izq uierd ista, pad re de las fa-
escritu ral co n un ter rito rio regad o de sangre , donde co nspi ració n y mo sas herman as M aría y An gélica, resultará categórica: "Jóvenes co rno
crimen so n los du eñ os y seño res de un a violenc ia ta n an tigua co mo tú hay pocos. Este pa ís se esrá yendo a la mi erda y ya no sé cómo lo
vigente. Escribir como so brevivenc ia, sin revólver ni gabán, apenas vamos a arreglar". H asta ah í, el pa seo por las ca lles, bares, cafés,
apo stando a la m irad a y una hoja en blan co d onde el refugio es a librerías, putería s y parques del D F es lin eal. C ro no lógico . C o n la
ratos tamb ién su trinch era. fidelidad del di ario de vida qu e G arcía M ad ero va escribiendo , rela-
Seccio nado en tres par tes, en seiscientas pá ginas se cue ntan tán donos có mo fun cio na el gru po de escrito res, ligando sus bo rra-
los pasos perdidos de Ulises Lim a y Art uro Belano, en las voces d e c he ra s, a po lo g ía s y d esacu erdo s a su p e rso na l h a za ñ a de
sus co nocidos pero tam bién - co mo ocurre al co m ienzo yal fina l de (relco nocim ien to, co n la co n fo rm idad y entrega de q uien lo ha de-
la no vela- a través de los ab ismados ojos de Ju an Garela Ma dero , el jado todo po r eso:
desen fadado hu érfano (ot ro más) qu e de rebote, antes agudo parti-
cipante de un med iocre taller de poesía en la Facu ltad de Filosofía y Estuve dando vueltas por el barrio pensando en María, en Angéli-
ca, en Lupc y en la poesía. También, sin q uerer, me dio por pensar
Letras de la U NAM , es integrad o a las filas de "los real viceralistas o
en mi tía, en tío, en lo q ue era hasta ahora mi vida. La vi placen-
viscerrea listas e in cluso vicerrealisras como a veces gust aban llam ar-
tera y vacía y supe que nunca más volvería a ser así. Me alegré
se", que para los poeta s y acadé micos de la época (co rren los últimos
profundamente de ello.
meses de 197 5) estos "mex icanos perdi dos en M éxico" no so n más
que "su rrealistas de paco tilla y falsos m arxistas", incan sables lecto res
C arda M ad ero es el menor en un grup o donde aparte de ha-
de poeras mexicano s mu ertos, co mo ad m ite Ga rcía M adero: "m is blar de po em as escrito s y nun ca efectivamen te leídos (una inmen sa
fut uros co legas". Así la figura del joven poeta, a la so mbr a de los
literatura im aginar ia los define), es el acos tarse co n- y-cnr re rodas lo
líderes indiscuti bles co n qu ienes se creerá capaz de cam biar la poesía
.más pró xim o a la necesaria un ió n, pero ta m bién a la distan cia que
latinoamericana, es un perfecto prisma para m irar desd e la entrada
los hará perdurar, much as veces, más en la me mori a que en la reali-
las fracturadas biografías de am bos po eras/dercct ivcs en busca de
dad . U n presente de nostálgica promiscu idad practicada por casi rodas
Ces área Ti najero:
sus mi em b ros - Angélica y M aría Pon r, Ernesto San Epita fio, la re-
co rdada La ura D am ián, el otro chi leno, Felipe M ülier, Jacin to
Hoy he seguido a Lima y a Belano durante todo el día. Hemos
caminado, hemos tomado el metro, camiones, un pesero, hemos Req uena, Rafael Barr ios, Pancho Rodrígu ez, Piel Di vina, Bárbara
vuelto a caminar y durante todo el rato no hemos dejado de ha- Patterson , Arturo Belan o, Ulises Lim a-, se d istingu en del único vir-
blar. De vez en cuando ellos se detenían y ent raban en casas pani- gen del grup o: García M adero . Quien asume su debut por partida
culares y yo ento nces me tenía que quedar en la calle esperándo- do ble, co n el real visccralism o qu e se esperaba lo hiciera:
los. Cua ndo les pregunté qué era lo que hacían me dijeron que
llevaban a cabo una investigación. Pero para mí que reparten ma- Me desnudé sin salir de debajo de las sábanas (de improviso me
rihuana a domicilio. Durante el trayecto les leí algunos poemas había puesto a sudar) y acto seguido proced í a ejecutar las instruc-
que he escrito, unos once o doce, y creo q ue les gustaron. ciones de María. Sus suspiros primero y sus gemidos después me
la volvieron a empalmar. Ella se dio cuenta y con una mano me
Un detective testi go , tras do s detectives perd idos, co mo rodas acarició la verga hasta que ya no pudo más (...) Los dos temblába-
lo s qu e d ecidi eron escr ibi r e n esos co nv u ls io n ad os año s mos al unísono. Teníamos las caras pegadas. Hablábamos, vocali-
zábamos, gracias a nuestras narices separadoras, pero aún así se n rf
co n t in ental men te so lita rios y vio lent os. La co nversació n co n
con mis labios moverse sus labios.

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R O BERT O CONTRER AS
Roberto Bolaño (Santiago, 195.j)

-¿ Q uieres que lo hagamos otra vez? Concepción me pareció m ás literario que todas las otras veces. La
-sr-dijo María. culpa , insisto , fue de U lises Lima y Anuro Belano.
" Los detectiv es salvajes (19 76- 19%)" - segundo gran capítu lo
Los real viceralistas viven un tiempo de derrotas prem aturas y del libro- dec ía, es la co nfirmació n de lo q ue en sus relato s y ante-
de esperanza s forjadas en la im posibi lidad de encontrar un sent ido a rior es novel as sólo eran indicios de talento nar rativo. Un to rbellino
sus vidas que ellos m ismos asumen como perdidas, inmerecidas. Sobre de historias dentro de otras h istorias con person ajes ambulantes y
rod a G arda Madero , quien consigue hacer del clich é un a declara- trán sfugas. (Cuá nto se ha dicho hasta ahora de ese recurso de abe r-
ció n creíb le: "La vida es una mierda". sen tencia. Ya al final de esos tura, ciclos y espejos? No agregaré más comentarios al hecho. Sólo
d ías en el Df resulta irrisorio ver cómo despiden el año 75, una diré qu e result an franca ment e inolvidables, tanto co mo reconocibles,
caricatu ra de fiesta famil iar mexicana, minutos antes de part ir a in- vario s de los seres que pueblan la novel a (o tro lugar co mú n). Pro -
tern arse en el desierto. Afuera el cafich( de un a prostitu ta, de nom- pongo un recuento de citas, algo así como op iniones literarias o
bre Lupe, amiga del grupo y especialment e de Gard a Madero , cus- lecciones de vida:
todi a con sus matones la salida de los poetas para salda r cue ntas,
como suele hacerse en un a ciudad donde la gente t iene su precio y A M AOEO S ALVATI ERRA ( 1976) : "Y durante un rato nos qu edamos

las calles u na tarifa po r pagar. A un tiempo en qu e sólo el m iedo y el en silencio, d ios de pie, yo sentado, bebiendo y paladeando cada
gota del mezcal Los suicidas y pensando vaya uno a acordarse de
absurdo se rob an la pel ícula, por no decir la celebració n, presagian -
qué. Y entonces uno de ellos dijo señor Salvatierra. queríamos
do la ún ica gran fiesta de madrugada que les espera: la de las balas.
hablar de CesáreaTinajero. Yel otro dijo: y de la revista Caborca.
El epílogo del trám ite es la anunciada hu ida -Hteralmen re-. a la per- Pin che s mu ch ach os. Tenía n las m en tes y las lenguas
d ición del joven poeta, más Lim a, Belano y Lu pe en un prestado intercomunicadas. Uno de ellos podía hablar y detenerse en mi-
Ford Impala blanco, último modelo. "Supe que siempre hahía que- tad de su parlamenro y el o tro podía proseguir con la fraseo con la
rido marcharm e", agrega García Madero. idea como si la hubiera iniciado él".
La novela abre la segunda pa rte con la so rpresa de decenas de
testimo nios qu e intentan recon stru ir, fragme nta riamente, el devenir FABlO ERNESTO LoGIACOMO (1976) : "Se notaba que no estaban
de nuestro s héroes. Lo qu e h asta ento nces era una no vela ágil y com- acostumbrados a esas cosas, quiero decir a la grabadora, qu iero
pu esta, se vuelve un texto fracturado. d islocado. Q uizá sea esa gran ~ decir a hablar de poesía delante de una grabado ra, quiero decir a
ordenar las ideas y exponerlas con claridad. Bueno, intentamos
diosa "desco mpaginació n" co mo lector lo qu e me haya atrapado. M i
un par de veces más, pero no salió. Decidimos que era mejor que
rclccrura, mi pro pia reconstrucció n de escen a mientras escribo esta
cada uno escribiera lo que saliera y que luego juntáramos lo que
nota, por la p remura y la inocencia perd ida en la primera vez, aún cada uno había escrito. Al final el convcrsarorio sólo lo hicimos
no logra revivir aq uel gusto , esas ansias, los deseos, ant icipacio nes y entre el chileno y yo, no sé qué pasó al mexicano (...) La literatura
excesos de antes. Sólo me queda con sulta r las tenues marcas grafito no es inocente. eso lo sé yo desde que tenía quince años. Y recuer-
de hace unos años, cuando esa fuga tu vo también el sello de mis do que eso pensé ento nces, pero no recuerdo si lo dije o no lo dije.
propios viajes por las calles de Sant iago, camino del trabajo. en micros, Y si lo dije, en qué contexto lo dije".
colectivos y metro, o co mo en un fugaz retorno veraniego a Co n-
cepc ión donde seis horas de carretera, poblad os, servicentros, ho ste- CARLOS M ONSIVÁIS (1976): "Dos jóvenes que no llegarían a los
rías, bosqu es y cerros, hicieron de la no vela de Bolaño (ta n parecido veintitrés, los dos con el pelo larguísimo, más largo que el de cual-
Flsicam enr e a un ex amigo de Chiguayante) un lugar grato para aco r- quier poeta (y yo puedo dar fe de la longitud de la cabellera de
todos), obsrinados en no reconocer a Paz ningún mérito, con una
tar la di stan cia y defini r mi propia empresa de huid a y escritu ra.

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R O BERTO C O NT RER/\ S
Robeno Bolaño (Sant iago. 1~ 5 3)

terquedad infant il. no me gusta porq ue no me gusta. capaces de con alguien a quie n quisiera tant o. No le creí (...) Por las noches
negar lo evidente. en algún momento de debilidad (menta l. su- solfamos escribir. el estaba escribiendo un a novela y yo mi dia rio
pongo). me recordaron a José Agustín, a Salvado r Saina (...) Dos y poesía y un guión de cine. Escribíamos frente a frente y nos
perdidos, dos extraviados". bebíamos varias tazas de té. No escribíamos para publicar sino
para cono cerno s a nosotros mismos o para ver hasta dónde éra-
L.AURA j AUREGUI (19 76): "El gran poeta Alí C humacero (que su- mos capaces de llegar. Y cuando no escribíamos hablábamo s sin
pongo no tiene ninguna culpa de llamarse así) era real, (me en- parar, de su vida. de mi vida. sobre roda de la mía, aunque a veces
tiende? sus hu ellas eran reales. Las de ellos. en cam bio, no eran Arturo me contaba historias de amigos qu e habían muerto en las
reales. Pobres ratoncitos hipno tizados por Uliscs y llevados al ma- guerrillas de Latino américa. a alguno s yo los conocía de nom bre.
tadero por Artu ro. Trataré de resumir y ser concisa: el mayor pro- algun os habían estado de paso en México cuando yo militaba con
blema era que casi todos tenían más de veinte anos y se comporta- los troskistas, pero la mayoría era la primera vez qu e los oía men-
ban como si no hubi eran cumplido los quince. (Se da cuent a?" cionar. Y seguíamos haciendo el amor. au nque yo cada noch e me
alejaba un poco más. involuntariamente, sin propon érmelo. sin
M A.'I UEL M Al'l F.5 A RCE (1976): "Todos los poetas, incluso los más saber hacia dónde me estaba yendo".
vanguard istas, necesitan un padre. Pero éstos eran huérfanos de
vocación". Fru PE M ClLER (1995): "El sueno de la Revolución . una pesad illa
caliente. Tú y yo somos chilenos . le dije. y no tenemos culpa de
JOAQUfNFo x r (I 977): "H ay una literatura para cuando esnís abu- nada. Me miró y no contestó. Luego se rió. Me dio un beso en la
rrido . Abunda. Hay una literatura para cuando estás calmado . mejilla y se fue. Todo lo que emp ieza como comedia acaba como
Ésta es la mejor literatura. creo yo. También hay una literatu ra mo nólogo cómico. pero ya no nos reímos".
para cuando estás triste. Y hay una literatura para cuando est és
alegre. Hay un a literatur a para cuando estás ávido de conoci mien- JAco no URENDA (1996): " Primero hablaron de los nomb res de la
to. y hay una literatura para cuando estás desesperado. Esta últi- gente y dijeron cosas incomprensibles. parecían las voces dc dos
ma es la que quisieron hacer Ulises Lima y An uro Bclano. Grave conspiradores o de dos gladiado res. hablaban bajito y estaban de
error, como se verá a continuación (oo.) No se puede vivir desespe- acuerdo en casi todo , aun que la voz cantante la llevaba Bclano y
rado toda la vida, el cuerpo termina doblegándose. cI dolor termi- sus argumentos (que escuché fragmentados, como si en el interior
na haciéndose insoportable, la lucidez se escapa en grandes cho- de aquella casa alargada una co rriente de sonido o linos paneles
rros [dos. El lcctor desesperado (más aún ell ccror de poesía descs- inrcrpucsros al azar me privaran de la mitad de lo qu e dec ían )
perado, ése es insoportable, cr éanm e) acaba por desentend erse de cran de na tu raleza provocado ra, sin pulir, imperdo nable llamarse
los libros, acaba inclucrablemcnre como un desesperado a secas. Lépcz Lobo. imperdonable llamarse Bclano, cosas de ese estilo.
iO se cura! Y ento nces, como pan e del proceso de regeneración , aunque puede que me equivoq ue y el tema de la conversación
vuelve lent amente, como ent re algodo nes, como bajo una lluvia estuviera en antípodas. Después hablaron de otras cosas: nombres
de píldoras tranquilizantes fundidas. vuelve. digo. a un a lirerarura de ciudades, nomb res de mujeres, tít ulos de libros. Belano dijo:
escrita para lectores serenos, reposados. con la mente bien centra - todo s tenemos miedo a naufragar. Después se quedó callado y
da. A eso se le llama (y si nadie le llama así, yo le llamo asf) el paso sólo ento nces me d i cuenta qu e López Lobo casi no había hablado
de la adolescencia a la edad adulta". y que Belano había hablado demasia do".

EO ITH O~'TER (1990): " Una noche le pregunt é a Arturo si se había El rem ate d e la novela es una venta na vacía. No es u n símbolo.
acostado con una muje r que oliera de esa manera. Dijo qu e no. Yo es una evidente muestra d el silen cio. de u n tiempo invisib le. La na da
me puse a llorar. Arturo añ adi ó qu e umpoco se había acostado que queda luego de que la multiplicidad de voces han cesado yel

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R O RERT O CON TR ER:\ S Roberto Bolaño (Santiago, 1953)

in fausto encue nt ro co n la "supuesta" Cesá rea Tinajero debe term i- la habíamos caga do , qu e hab íam os enco nt rado a Cesá rea sólo para
nar co n un a anunciada balacera, dando origen a la verdade ra hu ida darl e mu ert e".
de los "detectives salvajes". (H a disminuido el ruido y no seda de La última página es una ventana vacía: lo única verdad des-
extrañar qu e unos grillos acom pañen el viaje nocrumo. ] Hemos vuelto pués de todo.
luego de veinte año s de reco rrido -peregrin aje text ual del largo capí-
tul o anterior-e a México, 1976. Esta mos en med io del De sier to d e
So no ra, otra vez con Ga rcía Madero, Lima , Bclan o y Lupc vivien - OLO R A MUERTE

do los primeros d ías del año, aho ra en la bitácora dc Garda M adc -


ro: " 1 de enero. Hoy m e doy cue nta que lo quc escribí ayer en M i ejemp lar de Losperros románticos fue un regalo de cumpleaños el
realidad lo escrib í hoy". Instalados en esa fecha nos percatamos de 20 0 l . No debieron ser po cos ni muy cuidado el nivel de mis co men-
que el grupo todavía de cuatro: viaja/huye/busca por po lvorientos tarios entre m is am igos sobre Bolaño, como para recibir a fines de
pucblos mexicanos lindantes co n Estados Un idos y la costa pacífi- febrero el prim er libro de poemas de mi escri tor - po r esos días- de
ca -Sono ra, C aborca, Santa Teresa, H ermosillo , Félix G ómez, Agua cabecera. H asta ento nces, nada más desco nocido, no sólo para mí,
Prieta, varios más, hasta llega r a Villaviciosa- el para dero de la que la obra poé tica de Robert o Bolaño. Salvo dos person ales en-
Ce sárea TInajero. En apariencia es el fin de su bú sq ued a de la poe- cuentros: el primero en la celosa anto logía. Poesía Chilena Contem -
ta y maestr a rural de co m ienzos de siglo, pero los problemas recién poránea de Roque Esteban Scar pa, J uan Anto nio M asso nc y M iguel
co m ienzan : "3 1 de enero. H emo s encontrado a C esárea T inajero. Arreche (J 984) co n el poema "Un resplandor en la mejilla", y el
Albe rto y el po licía, a su vez, no s han encon tra do a nosot ros. Todo segundo "Los Nec ch ilenos" (q ue más tarde integraría su libro 7res)
ha sido mu cho más simp le dc lo qu e hu biera imaginado . pero yo aparecido en la revista Trilce a co mienzos de 1998 , su ausencia era
nunca imaginé nad a así". La imagen de la muj er es imponen te, es total en librerías y b ibliotecas públicas. H abr ía qu e espera r Losperros
no tab le: "C esárea no ten ía nad a d e poética. Parecía u na roca o un romá nticos para co nocer de qu é manera resolvía el verso este narra-
elefante". Lo q ue sigue, co mo se advierte, es con fuso, pero encua- dor chileno tan poco conocido en Ch ile, pero tan bu en poeta, de-
dr a y resuel ve la d ud a q ue p ud imo s tener respecto al viaje solitar io cían , en su juventud mexicana y su residencia en España. Ironía del
de los ún icos detectives salvajes: Arturo Belan o y U lises Lima. ~ Re­ desti no, Bolaño escribía poemas narrat ivos, pro sa poétic a, nad a m ás
solució n del eni gma? El perip lo po r el mu ndo ya no es como pudo alejado de la métrica y sus angu losas figuras literarias (exacerbado
pe nsarse desde un principio, encontrar a C esárea Ti najero (menos co nocim iento de García Madero). Doble juego de ironías tambi én
insisti r en si era o no quien vieron morir, defendi éndolos co n sus al ligarlos co n sus novelas. Existía una ob ra ún ica co nst ru ida con un
man os tajead as por el jabon cillo, en las soledades del bajo solo tono unifi cad or. En Bolaño la poesía era un nuevo puntal de
Ca liforn ia). No. El recor rido es un a empresa de olvido y exorcismos . un a obra fund ad a en el argument o. El proyecto era textu al y no
Para ahuyentar la muerte del cue rpo. Es rod ar en busca de algú n gené rico, absolutam ente no . Y eso qu edaría demostrad o en las histo-
sent ido , cua ndo ya no q ued a nada por hacer, salvo arrojarse al ca- rias y en los encuentros qu e co nvocaba n sus fragmentados versos (pa-
m ino, al mov im iento para manten erse vivos. En 1996 los ant es sajes arrancado s de su mejo r nar rativa) . Un lirismo articulado en sus
jóve nes poetas real viceralistas bo rdea n los cuare n ta año s y todo mismos temas: soleda d , escritura, desesperación, sexo, o rfandad, es-
parece más perd ido qu e antes. El saluda ble quieb re del últi mo ca- critores, humor negro, violencia, sucio realismo latinoa mericano.
pítulo no s con firma qu e sólo la linealidad , aunque sea tardía, nos Ot ra vez la biografía de B. Consecuencia literaria o no, confirma-
permi te descompon er y ente nde r ese happy end que nunca pa rece ció n de un poética. de una estét ica, las piezas ensa mb laban perfecta-
llegar. Aquí todo no pudo resultar peor : "O í que Belano ded a que mente con lo leído hasta ahí.

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R O BERT O CON TR ERAS Ro berto Bolaño (Santiago. I ~ 5 3)

Poesía del testimo nio en un pano ram a nacion al don de reina la crimen" ("Los perros román ticos"]. Se cam ina el terr eno blando de
lucha encarn izada co n el len guaje, la - premed itada- distancia de la los veinte años y es ho ra d e d efinicion es, so mb ras de destinos cruza-
pa labra, la voz, co n la vida diaria. Un lib ro, por lo mism o, poco dos por la fata lidad , la so rpresa y, po r supuesto , la escritu ra co mo
entend ido y calificado de "regular" cuando postul ara a los premios salvagua rda rond an el gesto y el peso de esos pasos:
de ese año en lírica. H erman o (o primo en segu ndo grado tal vez) de
las búsquedas y llegadas de Lihn , Rodrigo Lira (no es grarui ro) y el Me dejé ir. lo tomé en marcha y no supe nunca
hacia dónde hubiera podido llevarme. Iba lleno de miedo,
andar acompasado del pri me r Go nzalo M illán , Berroni y otro poeta
se me aflojó el estómago y me zumbaba la cabeza:
del pedagógico, José Ángel C uevas. Poesía del desencanto, pero tam -
yo erro que era el aire frío de los muertos.
bién de la lucid ez a la hora d e esgrimi r las cu lpas, o más bien (sin
(...) Entonces,
co ncesio nes cristia nas) asumi r la porción de responsabilidad que pese al miedo, me dejé ir, puse mi mejilla
pudiera co rrespo nde rles en tamaño fracaso y que su escritu ra, tam - junto a la mejilla de la muerte.
b ién deudo ra de la cruenta época, debía --co n q ué insistencia- co n- y me fue imposible cerrar los ojos y no ver
segu ir dar cu enta. Recoge r los restos del naufragio y di sponerse a aquel espectáculo extraño, lento y extraño,
ence nder fuego. Los p nros romdnticos bo rdean , bucean, en esa lín ea (...) miles de muchachos como yo, lampiños
peligrosa de ro mpi en te, do nde las d udas sin respuesta de juventud, barbudos, pero latinoamericanos todos,
de ta n vigent es, se to rna n certezas defendibles a pie junnlla en la junta ndo sus mejillas con la muerte"
ad ulrez: "La poesía más valien te q ue nadie! entra y cae! a plomo! en ("Auw rre[ram a los veinte años")
un lago infin ito co mo Loch Ness (...) La poesía ent ra en el sueño!
como un bu zo muerto! en el ojo de Di os" ("Resur recció n"). Sigue co n sus parejas. Las apariciones so n mú ltiples, y en esa
Un libro que engarza inquietudes (sueños) recurrentes: la re- defin ición espectral serán varias m ujeres: reales, ca rna les, literarias,
visión de la biogra fía person al de B. do nd e de la ho nesta puerilidad o sim ples person ajes (arrancados de o tro lib ro) las qu e roba n a la
pasam os a la declaración de pri ncipios cuando a la decisión de ser memo ria una frágil instantán ea, sin tiempo ni lugar, en el poem a. Es
escrito r deb ió antecede rle el obligado saludo a sus ment o res, el rob o Lupc, la puta suicida dc Los detectives salvaj es, q ue vuelve a asomar
de algún lib ro y el afán de encasq uetarse el mundo co n la mirada. co n su trágica pro mesa incumplida a la Virgen :
Poemas ded icado s a Ni cano r Parra, Mario Santiago, Alfonso Carde -
nal, Juan Ram ó n j im énez, Pezoa Véliz y el mesiáni co, criminal y Lupe empezó a contarme cosas de su vida, a veces llorando,
a veces cogiendo, casi siempre desnudos en la cama,
loco, "G usano", ant es ta mbién referido en sus relatos, haciendo de
mirando el ciclorraso [amados de la mano.
la poesía, el cine mexicano y la acumulación de libros "to ma dos" de
Su hijo nació enfermo y Lupe prometió a la Virgen
la Librería de C ristal, la mejor ru tina de un cha vo quinceañero en las que dejaría el oficio si su bebé se curaba.
calles del DF a p rincip ios de los setent a. Un tiempo q ue sólo es Mantuvo la promesa un mes o dos y luego tuvo q ue volver.
fractu rado po r la avent ura infau sta de acudir a hacer la revolució n en Poco después su hijo murió
C hile, con los resultados por todos sabidos: regresar de golpe y raja (...)Era tan fácil manejar a Lupe y sentirte hombre
apenas co n vida al viejo México de siempre: "En aq uel tiempo yo y sentirte desgraciado.
tenfa veint e años! y estaba loco./ H abía perd ido un país! pero hab ía ("Lupe")
ganado un sueño! (...) Un sueño dent ro de otro sueño.! Y la pesadi-
lla me decía: crecerás! Dejarás atrás las im ágenes del dolor y del Tambié n está un a fran cesa, en el poema del mismo nombre:
laberint o! Y olvida rás.! Pero en aquel tiem po crecer hubiera sido un

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R O BERT O CONTRERAS
Roberto Bolaño (Santiago, I ~53)

Una mujer inteligente.


Una mujer hermosa. Era más hermosa que el sol
(...) La conocí cua ndo acababa de cump lir los 25. y yo aún no tenía 16 años.
En una época tranq uila. 24 han pasado
Supongo qu e tenía miedo a la vejez y de la mu ert e. y sigue a mi lado.
La vejez para ella eran los treinta años, (...)En sus ojos Vl."O los rostros
La Gu erra de los Treinta Años de todos mis amores perdido s.
(...) No me qu iero morir, susurraba mientras se corría Ah, Musa, prcr égcrnc,
En la perspicaz oscuridad del dormitorio, le digo, en los d ías terribl es
y yo no sabía qué decir, de la avent ura interesant e.
En verdad no sabía qu é decir (oo.) Pues aunq ue tú vengas
Salvo acariciarla y sostenerla mientras se movía cuando yo vaya
Arriba y abajo como la vida, en el fondo somos amigos
Arriba y abajo como las poetas de Francia, inseparables
Inocentes y castigadas. Musa, a donde qui era
(...)U n amor qu e no iba a du rar mucho qu e yo vaya
Pero que a la postre resultaría inolvidable. tú vas.
Te vi en los hospitales
yen la fila
Lo mismo ocu rre con Edna Licbcrman :
de los presos polfricos.
Te vi en los terribles ojos
le visitan en la hora más oscura de Edna Lieberman
todos tus amor es perdidos .
y en los callejones
El camino de tierra q ue conducía al manicomio
de los pistoleros
que se despliega otra vez como los ojos
¡Ysiempre me prorcgisrcl
de Edna Lieberman,
En la derrota y en la rayadura.
como sólo podían sus ojos
elevarse por encima de las ciudades
y brillar Q u icn haya seguido co n alguna co nt inuidad las ded icatori as
(...) Sus ojos son como el libro de sus libros, sabrá de qu ién está habl ando.
de geografía ideal: El últim o tema qu e atrav iesa el poemario (?) es el de detectives
los mapas de la pesadilla du ra y poctas. O más b ien . el de C rimen y Literatura. Los detectives esta
(oo.) Sus ojos son el libro vez son invisibles. también fantas mas, sin m ás papel qu e el de obser-
mas buscado vado res, testigos de la in fam ia. Reco nocerse detect ive es asu m ir el
Demasiado tarde lo fracaso de cualqui er em presa qu e no sea la de mi rar la rui na del
has entend ido, pero
co ntinente. La met áfora no puede ser más di recta: resistir, (sólo)
no impo rta.
recordar y a veces, si es po sible. escribir es lo qu e que da. Una saga de
("El fantasma de Edna Lieberman"}
cinco poemas así lo dem uestran:
Por último. otro emblemático, y a raros demasiado pueril, jus-
Soñé co n detectives perdidos en la ciudad oscura .
tamente, por su cercanía, "M usa":

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R O BERT O C O NT RERAS
Roberto Bolaño (Sant iago, 1953)

Oí sus gemidos. sus náuseas. la delicadeza En el fango inm óvil


Oc sus fugas. A perdern os en la nada
(...)Soñé con una huella lum inosa. O en la rosa de la nada
La senda de las serpiente s Allí donde sólo se oyen las pisadas
Recorrida una y otra vez De Parra
Por detect ives y los sue ños de generaciones
Absolutament e desesperados. Sacrificadas bajo la rueda
(...)Soñé co n detect ives helad os. detectives lat inoamericanos y no histori adas
<lile intenta ban mantener los ojo s abiertos
en medio del sueño Bolaño acaba de defini r su proyecto literario (¿poética?). Bus-
Soñé con crímenes horrib les car la tradi ci ón, pero en el entend ido de que está desperdigad a (no
y con tip os cu idado sos es casual que rim e co n "perd igones" o co n balas), un a generaci ón
qu e procuraban no pisar los charcos de sangre anterio r, no muy lejan a, que era un referent e obligado cuando se
y al mismo tiempo abarcar con una sola mirada
in terrumpieron, al menos a este lado del hemisferio, los procesos
el escen ario del crime n.
socia les, políticos y culturales. A camina r, d iremos, tras los pasos del
enig mático Mario Sanriago , Roq ue Dalron , Enrique Lih n, Rod rigo
Ser der ecrive es rastrear sin más brújul a q ue la intuición, el
Lira , Juan Lui s Manfnez, entre o tros .
espanto y el co nsuelo de encontrarse, justo en med io de la perd ici6r
LOI p "rOI rom ánticos, pa rafraseando a Lih n y sin la agonía a
y de la to rmenta, más acompañado de lo q ue se cree. Como si nunca
cuesta, es el Dia rio de vida y pre matura m uerte de Bolafio-Belano -
se estuviera solo mi ent ras se recu erda. El po ema "Los pasos de Parra"
B. Aunq ue de seguro sea algo más , sobre to do si no s im pon em os
cierran perfec tamente ese círculo, pa ra entender el cruce ent re cri-
leerlo fuera de sus cue ntos y no velas q ue pesan tant o o má s q ue sus
men y literatura, co mo si tod as esas m uertes (reales, literarias) de ser
giros en versos tratan do de contar, de to das fo rm as, los pormenores
fundamentos del Espa nto, se con virtieran en fuentes de Creaci ón:
de su orfanda d literaria. demas iado vital para much os, ta nto como
Ahora Parra camina por Las C ruces
para hallarlo: saludablem ente raro.
Ma rcial y yo estamos qu ietos y ofmos sus pisadas
C hile es un pasillo largo y estrecho
Sin salida aparcOle UN H O M BRE Q UE SUEÑA
(...)Un incendi o rodeado de huellas
O los restos de un incendio En Chile el enem igo nú mero uno es el lecto r. No hay Icy qu e in-
y los restos de unas huel las demn ice a qu ien co mpra un libro. C uesta n "un ojo de la cara", fren-
Q ue el vient o va borrando te a lo q ue no qu eda más q ue ahorra r - co mo para regalo de cu m-
O diluyendo pleaños o de Pascua - o dej ar dc co mprarse un a camisa o zapatos o
(...)Toda pisada deja huella
no ir al cine o no fuma r d urante un mes, an tes de co rtar po r lo sano
Pero toda huella es inmóvil
para co nseguirlos, haciendo de la casualidad un honesta cos tumbre:
(...)A camina r. entonces. latinoamericanos
A caminar a cami nar robarlos. En los primeros meses del 20 0 1 apareciero n dos nuevos
A buscar las pisadas extraviadas títulos de Bolaño. Uno anunciado con un excelente nombre (70r-
de los poetas perdidos menta d~ m ürda ) que hablaría sin encubrim ient o dcl "cura Valenre",

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Rob erto Bolaño (Santiago, 19 53)
ROB ERTO CONTRtR AS

permaneces callado. como en una película muda) que el infierno


y otr o de título much o más "fo me", el pocmario Tres, am bos publi-
no puede ser el mundo donde vive. ¡Cort en este texto de mierda!,
cados co n much a espera en España. Lo cierro fue q ue la escuet a
grita.
novela, donde el flujo d e co ncienc ia del cura opus dci, po eta meno r
y crít ico de un di ario co nservador, se llamó Nocturno de Cbile y el
El momento Asldntida (u n min uro espe rad o . una Epifanía, la
lib ro de poem as, sin m iram ientos, m an tuvo el mi smo no m b re
evasión, la calma, la vigilia, el fin de las p regu nt as), no queda claro,
po rque estaba clarame nte di vid ido en tres partes, correspo nd iente a
salvo q ue ese momento Ilega(d }:
tres épocas d isti ntas de su producción . J usti ficació n o no, el hech o
fue que habla q ue d isponer de un do ble esfuerzo (?) para leer lo Aquí el rcxto no tiene conciencia de nada sino de prop ia vida. La
último de Bolañ o. sombra que provisionalmente llamas autor apenas se molesta en
Las vari an tes de adq uisició n son secu ndarias ahora. M antengo describir cómo la desconocida arregló todo para su momento
am bos globos oculares y tanto la novela co mo los poemas fue ron Atlántida (...) Sácame del texto querré decirle, muéstraruc las co-
más de lo esperad o. Ju stifi ca ron su precio... Tres, a diferencia de Los sas claras y sencillas, los gritos claros y sencillos, la muerte, el ins-
perros rom ánticos, reú ne co mo se ha d ich o tres regist ros de escritu ra. tante Atlántida cenando en familia.
Un tríptico don de mi rar y perderse en una prosa aún más limpi a y
lacó nica qu e lo co noci do en su narrativa. Un libro qu e, s ~ propo- El otoño (la soledad. la ru tina/ru ina, el preámbulo de la nieve)
nérselo, intent a (co nsigue) justificar la búsqueda inici ada en todos es el espacio físico y aním ico - (sirve calificar el te m p le en un texto
sus libros: habl ar de literatura como móvil de su escritu ra. , Libro tan llan o y despojado de meloso lirismo?- do nd e se debate esta pri-
para escrito res? mera y segunda person a, nar rado r y testi go, sobre lo im pos ible de
1) " PROSA DEI. OTO ÑO EN G ERO NA" (198 1). Un caleidoscopio nombrar sin distinguir Realida d de Ficción , co mo si el po ema exis-
abre la secuenci a de pclfcula muda, donde un a voz en prim er a y en tier a fuera (o dent ro) de lo q ue R. B. reconoce co m o su base: la
segunda person a an uncia lo q ue ocurre de ntro de un a caja de texto realidad . Una cosa so n las " imágenes" d e un tipo en el ot o ño en
dem asiado co nstreñ ida para ser novela y m uy poco sinté tica para G ero na (el poema y su desen cuentro co n la desco no cida sum ida en
asumi r el verso. Person ajes, am bientes y co nce ptos co nfigura n la fina su momen to Atl ámida...) y otra,
estética de la emoción y el pensami ento. cuando lo más próximo -
La situación real: estaba solo en mi casa. tenía veint iocho años,
parece no q uedar o tr a- es co m prender qu e un sujeto es o bservado,
acaba de regresar después de pasar fuera el verano, trabajando, las
escribe, entregado a su so ledad. Prosa del argume nto y guió n tclc-
habitaciones estaban llenas de telarañas (...) Me sentía vad o, sin
gráfico de la existenc ia, encerrado y silencioso, entre cua tro pared es ganas de escribir y, cuando lo intentaba, (era) incapaz. de perma·
agrietadas . Surgen elem entos y cód igos q ue debem os -si es necesa- necer sentado durante más de una hora ante una hoja en blanco.
rio- co m po ner co mo lectores. Lo nu evo: la desconocida (algún amo r
perdido. amor desbocado): Esta prim era parte está sen tada en el fragmento y la mo rtecina
descr ipción , por medio de senci llas imágenes, en lo qu e ocu rre al
La desconocida está tirada en la cama. A través de escenasde amor
person aje. Q ue en sus mejores pasajes nos recuerda al p rotagonista
(cuerpos planos, objetos sadomasoquistas. píldoras y muecas de
de Un hombre que duerme de Perec y a algunos nocra m bul os de
desempleados) llegas al momento que denominas el otoño y descu-
bres a la desconocida (...) Su mirada es bellísima, como si viera Onetti, Pavese y Kafka . Claro , si Kafka escribiera en verso...
por primera vez las escenas que deseó [Oda su vida. Después llega
el aliento podr ido, los ojos huecos aunque ella diga {mientras tú 2) "Los NEOClIII.ENOS" (1993) . es un excelente relato de aven-

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R O BERT O CO N T I~ ER A S Rob erto Bolaño (Sant iago, 19 5.'})

tura ju venil. Un poema de sexo, droga y roc k and ro ll en la car rete ra sueño, padre, tu sueño que no tenía límites y que hemos desen-
q uc un e el norte de C hi le co n los primeros pu eblos sureños del Perú . trañado mil veces y luego mil veces más, como detectives latinoa-
Con me nos carne y vio lencia que cualq uier págin a de Los de/(ctives mericanos perdidos en un laberinto de cristal y barro.
salvajes - ral va po r su exte nsión - lo salva la inmed iatez, la esponta-
neidad de su hazaña. Una banda de m úsica sale de gira sin más norte De ahí en adelante sólo se dedicará a soñ ar <acusando cierta
que la intu ición y su s ganas de irse, de arranca rse hacia algún lad o: fami liaridad co n las Vidas imaginarias de Schwob y el hermoso Su eños
"El viaje comenzó un feliz día de no viembrel Pero de alguna manera de sumos de Tabucch i- , desentrañando de esa curiosa naturaleza onírica
el viaje había tcrminado! C uando lo em peza mos ". Jóvenes envejeci - que le perm iten sus acercamientos, lo mejor de unos encuentros y
do s de nuevo, Otra vez la derrota. la extrañeza de d iverti rse y entre- descncuenr ros sobreco gedo res, rudos. irónicos y fanrasricos. En sus
garse al viaje. sueños co nversa, llora , recita. se acuesta y duer me acunado a veces por
Perec, Puig, Macedonio Fernandez, Srendhal, De Q uincey, Philip K
Salimos de Arica Di ck, Baudclairc, An a"is Nin, Carson MacCullers, Roque Dalton,
y cruzamos la frontera Kafka , Whi tma n, Ma rk Twain, Parra y por supuesto Lihn, entre va-
De la Repúbl ica. rios más. Son 57 sucños q ue fundan su prop ia biblioteca im aginaria:
Por nuestros semblantes
Hubiérase pensado que cruzábamos
La (rom era de la Razón
- 12. Soñé quc una tarde golpeaban la puerta de mi casa. Estaba
nevando. Yo no tenía estufa ni dinero. C reo q ue hasta la luz me
y el Perú legendario iban a cortar. ¿Y qu ién estaba al otro lado de la puerta? Enrique
Se abrió ame nuestra camionera Lihn con una botella de vino, un paquete de comida y un cheque
Cubierta de polvo de la Universidad Desconocida.
E inmundicias.
17. Soñé q uc era un detective viejo y enfermo y que buscaba
Un texto qu e se lee co n la veloc ida d de la ruta , acaso co n la gente perdida hace tiempo. A veces me miraba casualmente en un
misma inq uietu d de todo recorrido suda me ricano (traició n, vio len- espejo y reconocía a Roberto Bolaño.
cia, aba nd ono), aun cua ndo ellos m ismos d igan que son "La rinoa-
mcricano s co n sue rte". Im posible creerles. 37. Soñé que follaba con Carson MacCullers cn una habitación
en penumbras en la primavera de 1981. Y lo dos nos sentíamos
irracionalmente felices.
3) "UN PASEO POR LA LIT ERAT U RA"(1994) es un feriche litera-
rio. Una mezcla de g ratitud. o bed iencia y m ixtificación . Es un jue-
4 1. Soné que estaba soñando y q ue en los túneles de los sueños
go. Una fascina ció n. Un sueño realizado . Es lo qu e en sus cue ntos encontraba el sueño de Roque Dalron: el sueno de los valientes
eran apenas guiños a sus autores favoritos. Sin co ncesio nes a lo im - que mur ieron por una qu imera de mierda.
posible, esta vez Bolaño recorre sus lecturas. Después de im plorar y
d ejarse llevar por una ro tun da torm en ta más interior q ue efectiva, 57 . So ñé q ue G eorges Perec ten ía tre s año s y llo raba
co mienza todo: desconsoladamente. Yo intentaba calmarlo. Lo tomaba en brazos.
le compraba golosinas, libros de pintar (...) No sirvo para nada.
A medio hacer quedamos, padre, ni cocidos ni crudos, perdidos Pero serviré para cuidarte, nadie te hará daño, nadie intentara
en la grandeza de este basural interminab le, errando y equivocín- matarte. Después se ponía a llover y volvíamos tranquilamente a
donos, matando y pidiendo perdón, maníacos depresivos en tu casa. ¿Pero dónde estaba nuestra casa?

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R O BF.RT O CO:-l T RF.RA S Robeno Bolaño (Santiago. 1953)

C on esa pregunta termina el libro. Un libro, valga la redun- estructura y cúp ula que hacen de la narrativa y su poesía un gran
dan cia, suma ment e literario. Un lib ro que pese al diálogo co nstant e libro (m i antojad izo corpus de cinco títulos ha qu erido demostrar
co n el autor de La vida instrucciones fÚ uso, no incluye su imperdo- eso). Putasasesinas reinstala y repite ese protagonismo y tie ne la vir-
nable epígrafe: "Deja de hablar corno un hom bre qu e sue na". (Perec, tud de concent rar las tres constantes que ha tenido su p roducció n
Un hombre que du erme) literaria: 1) el terror cotidiano, 2) los reco rridos literarios y 3) algu-
nos momento s en la vida de B. Trece histo rias visitadas por su som-
bra, do nde la literatura es la única reina de la fiesta.
EL PERSEGU IDOR Los primero s, narran las situaciones más horriblemente coti-
di an as. Si norm al es la vio lencia patibul aria e n "Los últim os
Existe un a resiste ncia injustificad a, reñida m ás qu e con la arroga n- ata rdccc rcs en la tierra"; las sesiones cha mán icas de un futboli sta
cia. co n el amab le gusto y aso mbro de leer por leer. C uando llegué a africano en el increíble cuent o "Buba"; el pu eri l relato de un h ijo-
El Periodista dcb ía realizar con la inm ed iatez del gremio, un artí cu lo hu érfan o d e los ro d ajes p o rno del ci ne su d a m e rica n o e n
de autor ojalá reciente, lo que incluía un libro recién apa recido. " Prefiguración de Lalo C ura"; la mirad a voyeur de un m uert o a su
Bolaño, pen sé en un primer momento, pero tcndrfa que esperar la cita necr ófila co n un conocido mod isto parisiense en "El retorno";
prcm ura de la cntrega para decir que lo conseguiría (en es t iempo un a sicotizada fans futbol era con viso masoqu istas o cierras prácticas
tod avía éramos un os descon ocido s para las ed itoriales, y más anó ni- snuff{homi cidio s en panta lla) en "Putas asesinas". o aq uel so mbrío
mo s tod avía para Fern ánd ez de Castro, ún ica distribuidora de Ana- recorrido de extramu ros tras la huella de un escrirorcillo que "no era
grama en Chile). Co mpré el libro a créd ito con un a tarjeta Visa ese Rimbaud, sólo era un ni ño indio", confirmando lo bien qu e se nu-
fin de semana y me ent regué a lo que no había hecho en nin gún lado tren la brillant e escritura co n el o rigen m iserable - el art e y la pob re-
tod avía: preparar la revisión de su obra y co mentar, .fee lance, su za- , cuando la m irada paternalisra muestra todo su morbo y ridícu-
último libro de cue nt os Putasasesinas. Ent re la Navidad y Año N ue- lo, a los ojos, por un lado: de un escritor desamp arado (d e la escritu -
vo de 200 1. Bolaño fue una amable sorpresa, pcro nunca com para- ra y un a reciente novia) y po r otro , de un dentista homicida incapaz
ble con las salidas qu e had a en esos días con una chica más osada de asum irse pederasta. Ambos, co mo mu ch os per sonajes de Bolañ o,
que yo, absolutamente, con mis to rpes intentos literarios: "A mayor borracho s y extraviado s en las tu rbias no ches del DF en el cue nto
lucidez mayor desesperanza y a mayor desesperanza mayo r po sibili- " Dentista". Ent re las págin as más lograd as y sólidas dcllibro.
dad de ser lúcido". me dije, pensando en M ut is y sobre todo en ella El segundo aparra do , son sus citas literarias, co mún para sus
y ento nces me en cerré a escribir antes del cierre. lectores y acaso atípicos para q uienes no lo son y qu e posiblem ent e
Lo que sigue es part e de ese artículo, pero mantiene la estruc- sólo les parezcan la vanid ad de un escritor hablando (¿cómo no?) de
tura del texto aparecido en la página web del Taller de Crít ica de la escribir y de sus lectu ras. El recu ent o reún e lo que en Tres fuera "Un
Universidad de C hi le, bajo el t ít ulo " La espantosa vida de B". Esta paseo por la literatura", resucitando a Belano en " Fotos" para hablar
es una versión revisada. de escritores muertos. rastreados en La poisie comempo rainc de iangue
A esta altu ra no cabe duda de que Roberto Bolaño es el prota- .fl1ncl1is depuis 1945. Un co m pend io de texto s y fotografías donde se
gonista de toda su ob ra. mi xtifica a los buenos po etas y se desea a las m ujeres he rmo sas: "Co n
D al meno s de gran parte de ella. C onvirtié ndose en un d iver- Nadia follaría hasta el amanecer (...) y con Venus follaría hasta las
tido ejercicio, casi en la m isma medida qu e una reflexión in necesa- tres de la mañ an a, y luego me levantaría, encendería un cigarro y
ria, rastrear cuá nto de autobiografía y ficció n se ent recruza, separa o sald ría a cami na r". Me nos consi derado es lo que hace con Ne ruda
es negada en el curso de sus libros. Visto así todo s son cuñ as, cime nto, en "C arner de baile", que podría llevar el subtítu lo "Las 69 razo nes

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R O BEln O CO NTRERII S Roberto Bolaño (Santiago, 195.1)

po rqué no m e gusta --o d ejó de gusta rrne- el vate nacional": Hay cosas que se pueden contar y hay cosas que no se pueden
conta r, piensa Ba partir de este momento él sabe que se está aproxi-
62. Si Ncruda hubiera sido cocainómano, heroin óman o, si lo hu- mando el desastre (...) B recuerda cuando volvió de C hile, en
biera matado un cascote en el Madrid sitiado del 36, si hubiera 1974. y fue a verlo a su casa. Su padre se había roto un pie y
sido amante de Larca y se hub iera suicidado tras la muerte de estaba leyendo en la cama el periódico deportivo. Le pregunt ó
ést e, otra sería la historia. ¡Si Neruda fuera el desconocido que en cómo le había ido y B le contó sus avent uras. Sucintamente: las
el fondo verdaderamente es! guerras floridas latinoamericanas. Estuvieron a punto de matar-
me, d ijo. Sli padre lo miró y sonrió. ¿Cu ántas veces>, dijo. Por 10
Sin em hargo, en esa saga de homenajes, sor pre nde la nueva y menos dos, respondió B. Ahora su padre se ríe a carcajadas y B
trata de pensar con claridad.
exte nsa apa rició n d e Lihn. Q uien ya fue ra m at eria d e sue ños en el
("Los últimos arardeceres en la cierra")
po em ario Tres. Esta vez bajo el tít ulo obvio d e "Encuent ro con En ri-
qu e Lihn". Junto co n recordar su am istad episto lar co n el po et a, se
ufana en ese enc uentro ima ginario a exp ensas del desaparecido, co n-
o:
ced iend o ap lausos y esto cad as a su generació n (" En su ca rta hab lab a B recuerda, como si estuviera viendo en un cine, campos perdidos
sobre lo qu e él creía serfan los seis tigres d e la po esía chilena del año en do nde él, adolescente y en el hem isferio sur, buscaba, distraí-
2000. Los seis tigres éra m os Berroni, M aq uieira, G o nzalo Mu ho z, do, un trébol de cuatro hojas. Después piensa que tal vez ese re-
MartÍnez, Rodrigo Lira y yo. Tal vez fueran siete tigres. Pero m e cuerdo pertenezca efectivamente a una película y no a su vida real
parece que só lo eran seis. Y di fícilmente hubiéram os pod ido los seis (...) ¿Adón de vamos ahora> , d ice M. A Bruselas. dice B. M se
ser algo en el año 20 00 pu es por ento nces Rod rigo Lira, el mejor, ya queda pensando dur ante un rato y finalmente dice qu e no le pare-
se había su icid ado y llevaba varios año s pud riéndose en algún ce- ce una buena idea. No obstante enciende el motor. Aquí ya no
menrerio o sus ce nizas voland o co nfu nd id as co n las dem ás inmun- tengo nada más que hacer, dice B. Esa frase lo perseguirá a lo
d icias d e Santiago") . O a ave nt urar un a im p robable im agen suya , en largo de todo el viaje de regreso como los faros de un coche fan-
tasma (...) Sin sorpresa, o al menos eso deja entrever, observacómo
ese n imbo q ue siem p re so n sus sue ño s:
se quita la peluca y la deja sobre la tapa del inodoro. Tiene el pelo
cortado al cero y sobre su cuero cabelludo se distinguen dos
Su cara no era la misma que aparece en las foros de sus libros,
costurones relativamente recientes. B enciende un cigarrillo y le
había adelgazado y rejuvenecido (...) En realidad Lihn ya no se
pregunt a cómo se hizo eso. La pura está bajo la ducha y no le
parecía a Lihn sino a un acror de Hollywood, un actor se segunda
entiende. B no repite la pregun ta. Tampoco abandona el baño. Al
línea de esos que aparecen en las películas hechas para la televisión
cont rario, se recuesta sobre las baldosas blancas y contempla el
o que jamás estrenan en los cines europeos.
vapor q ue sale del otro lado de la cortina con una sensación de
placidez y abandono, hasta que ya no distingue la peluca, ni el
C ierra la serie un a rápida retrospectiva a la biografía d e B. Ese inodoro. ni su mano que sostiene el cigarrillo.
joven envejecid o qu e na vega, casi anó n imo y perdido en el naufra- ("Vagabun do en Francia y Bélgica")
gio d e un padre proca7. que lo legi tim a cad a tanto, como un a form a
d e ver rep etirse en él su fractu rad a y nóm ad e vida. Dios y creatu ra en Sobran los ejemplos.
m áxim a exp resió n. Tejiendo los hilos d e un a ficción demasiado ínti- Frente a tanta autoreferencia só lo queda la certez a, si no la
m a y (sólo a raros) vero símil. Algunas inst an tán eas d e la tra slúcida úni ca jus tificació n , d e qu e al m enos esta m os todavía lejos de escu-
cro nolog ía d e B: char sen tencias destructi vas y pirotécnicas co m o: "Bo rges representa

23 0 231
R O BERT O CONT RERAS

todas las cosas que od io", como ad m itía el cuentista argentino. Aquí
está claro q ue la apuesta es otra: amor propio a toda prueba . M ás M AN UEL J O r RÉ
cuando es el peso de un a obra cont unde nte lo subido en la propia
balan za, sopesa ndo el peso real. Vara alta o no , en cualq uier caso,
Bolaño: romantiqueando p erros,
Bolaño habl ando de Bolaño parece no qu ere r agotarse. Y me asumo
un lecto r pendien te de su gramaje. Ta l vez porq uc si exisre un pro- como un detective salvaje
yccto dc escritu ra "o bservable" este último tiempo es el de este chile-
no cada va. más solapada me nte conocido - po r varias razones- cuando
publ ica un n uevo libro. A la hora del son ido y la furi a, donde ape nas
resue na su nomb re: "Bo laño, Rob erto (Santiago, 1953), pasillo 5,
let ra B, secció n literatura ch ilena co ntem porá nea" .

P UN TO DE PARTIDA

Bol año es un tema. Sus lib ros so n lectu ras y sus ideas son nuest ro
mejo r lenguaje. Su literatura es alta me nte elabo rada en lo form al y
trae co ntenidos n uevos a la literatura chi lena e hispan oam erican a.
Aho ra qu e escr ibo , voy en la página 50 1 de Losdetectives salva-
jes y he leíd o Los perros románticos. Mi punto ciego so n los cue ntos
de Bolaño , pu esto q ue no he leído nun ca nin guno.

Lo s D ET ECTI VES SALVAJES

Se trata de una novela sin duda no domesticad a, laberí nt ica, barro-


ca, detectiv esca, fo rm idable en su estruc tura y crec iente en su lectu-
ra. Los temas sexuales, literar ios, policíacos. culturales, políticos, fi-
nancieros, étnicos, so n parte co nsta nte de la tr am a.
N o sé có mo term ina esta novela ; pero lo ab iga rrado del mun-
do y los test imon ios person ales de cada sujeto , que son la parte cen-
tral de la narración , diseñ an un blanco, un obj eto cen tral, qu e no es
la vida de Cecilia TInaj ero sino qu e los itinerarios vitales de ellos mis-
mo s, los bu scadores-perseguido res, los qu e están en primer plano.
D efinitivam ente, Los detectives salvajes se sitúa en la línea de
La casa verde, en cua nto co m plejidad de estructur a, histori as parale-
las, desfase de arg umentos, sucesió n del fragmento. La est ruct ura de

232 233
M AN UEL J O FRt Hulano : rom an rtq ueaudo perros. co mo u n de tect ive salvaje

esta novela tiene la form a de di ario general o tiene la form a de co n- en sostenerlas, seccio narlas, proyectarlas. En Losdetectives salvaj~s no
fesiones person ales. hay uno sino q ue varios puntos en la narració n donde el lecto r debe
Esta novela contiene el mayor panorama de la sexualidad hu - vo lver atrás a revisar los perso najes, a rem irar su cat ad ura, a darse
man a que yo haya leíd o. Ni las lesbianas ni los homosexuales ni los cuenta de una n ueva información , a rcin rerprerar tod o el rol.
tr anse xuales so n det en idos po r la palabra. N o hay un énfasis en la La poli fon ía es un a man era treme nda de dar cue nta de esta
práct ica sexual sino q ue en la riq ueza human a del acto . novela; muchos hablan sobre u n tema y también so bre m ucho s te-
Nu nca nad ie tiene el domi n io de las acciones de la trama de ma s. D e ese mosaico va emanando grad ualmente una verdad . un a
Los d~uctjt/~s sa/vaj~s. El lect or lucha por ello pero la organi zació n verd ad poli facética , un movimi ento en el espa cio y en el tie mpo. de
textu al se resiste. La m icrología del fragmento , la integració n de la uno o varios sujetos que llevan, al parecer. una d elan tera en su loca
parte en el todo, la posrrnodem idad en ejecución . perm iten quc los ca rrera.
segme ntos armen un sistema. El desen fado co n respecto al cuerpo es un sfntoma impo rta nte
Lacrítica literaria es el ejercicio de la peq ueña verdad q ue emana en la narrat iva de Bol año. La sexua lidad tien e un carácter deter mi -
de la lectu ra. No tengo aho ra ninguna idea preconceb ida de lo q ue nante y so n mo mentos de gran autent icidad y decisión. La tremen-
fue hace un a décad as el pano ram a literario de la ciuda d de M éxico. da insatisfacció n de los perso najes viene de esta imposibilidad de
Pero de aho ra en adelante sin d ud a que la idea de lo suced ido me la co nc reta r en lo hum ano la utopía de la vivencia sexua l, eró tica y
da Bolaño y no im po rta se haya sido realidad o no. lib idin al inmedi ata.
H ay un a histo ria central y hay ta m bi én argum en tos laterales Quien escribe esta no vela es hoy un sujeto de 48 años d e edad.
qu e d upl ican y triplican el texto en un a o rgía de significados. Las cuest io nado r de la escuela donosian a, enem igo acérr imo de los na-
historias, sucesivas o paralelas, espejean la una co n la otra y los argu - rradores del interior y reto rnados, rad icalizado r de m uchos d ilem as
men tos parecen co nti n uarse en puntos geográficos d istintos. que aq uejan a los escrito res chi lenos hoy en d ía.
Aunq ue n un ca antes creo haber leído nada so bre la literatu ra Bol año, crítico soc ial y auroexiliado , man tiene los cód igos que
de Bolaño . veo q ue hay un a profun da reAexión sob re la funci ón de mantuvi mos y genera una cult ura di feren te y co m pleme ntaria a la
las di versas estr uctu ras narr ativas. La iro nizació n sob re la h isto ria, y nacion al. Los chilenos qu e vive n fuera de C hile tienen una visió n
prin cipalmente, so bre la escritu ra de la historia, es un mo mento d iferente del país, la cual hay qu e esc ucha r. La lit eratura de disen -
po ster ior en q ue el ejercicio de la escritura, po r par te del sujeto. sió n de Bolaño tiene qu e ser vista en esa perspect iva.
incorpor a o tras variantes.
H ay un armazó n central en Los detectives salvaj es, q ue es un a
búsqueda qu e no es tal po r m últi ples espacios. La novel a es ese mo - Lo s PERROS ROMÁN11 COS
vim iento, esa trans ició n fugaz de un punto a otro , de esos n úcleos
narrativos revisirados una y otra vez desde d iferentes pu ntos de mi - Los po emas de este libro asumen una fo rma autob iográfi ca aunq ue
rad a y de habl ada y de int errelaci ó n co n los sujetos bu scad os. no sean sino ficción auto biog ráfica . El retr ato es un a fo rm a que se
Unos acta nres siguen a otros y person ajes qu e han salido casi reitera, co n el texto co ns tituyendo y arm ando un len gu aje. Los po e-
co m pletamente de la tra ma vuelven a ingresar a ella por testimo nio mas co m unican ace rca del sujeto que los arma, q ue los deletrea. q ue
d e o tro sujeto , que na rra sus acciones. Sabemo s de los person ajes, en los expira. Y desde la mu ert e mi sm a eme rge un ser latinoam erican o.
verdad, po rque orro s person ajes hablan de ellos. una fó rm ula social, o m nip resente.
En el inicio tal vez no haya mucho. C ualqu ier punto sirve La poesía hay qu e defin irla, detallar su gesrió n y caracterizar
para desenredar o desarrollar m últip les histo rias. La habilid ad reside tam b ién al sujeto hablanre feliz en el infierno , leyendo libros. Pero

234 235
M ANUEL J OFRf. b ola ño: romamiq ueandc pcrros, como un de tective salvaje

también él cae en ella, en la mu jer, en la experiencia de un a noch e. cent ral del libro. Vive aquí un a experiencia du al, donde se reflejan
y luego viene el enc uentro con Ernes to Ca rde nal y los interrogantes experiencias de su vida. Y donde la propia experiencia del cinc du -
sexuales a él, y los silencios , y las claves det rás de roda. plica a la vida, en una ansiedad de ser vista, co mo si nada.
Por aquí emp iezan los poemas más objetivos, d iría uno, de Los A veces los poemas acu mu lan imáge nes de un pu ro sujeto, de
perros románticos. Es el d iscurso alterológico, cent rado en la orredad . un ser atroz q ue hace y deshace con el mund o, como Mar io Santia-
En "Lupe", la m ujer estab lece una relación co n el sujeto central. En go, de q uien los poe mas diseña n sus circunstancias, en "M éxico dc
" La francesa" aparece otra mujer, más intelectual, pero en la dimen- las soled ades", y M ario Santiago es un animal, u n duro. un poeta.
sión del do lor. Es un segun do retrato, acritud que se iré repitie ndo un burro, un ser am igo, siemp re a la bú sque da.
po steriormente. y aparece Nicanor Parra, en "Los pasos de Parra", co mo en
En el centro del poemario eme rgen los detectives, en diferen- una Di namarca que se pa rece a Chile o a Flandes indiano, "de la
tes escenas. en disti ntas actitudes. Estos detectives son otros, no son fractural infinita". .
la proyección del yo hab lante. El otro surge al centro de este libro de y vuelven las mujeres, como el retrato que se constr uye en
poemas. " La visita al conva lesclente" habla del arra poeta y su locu- "M usa", otra muchacha en flor, co mo las anteriores, en un leng uaje
ra, en un largo poema que alime nta la literatura en México, arras- apelat ivo, esta muje r fascina y captu ra, at rae y atesora y acompaña
tra ndo su crisis. Es el retrato mascu lino, ahora. po r siemp re, más hermosa q ue lo cósm ico.
Se suceden poemas en prim era pe rsona que co mo discu rso Co ncluye el poema rio co n una exhortació n a los "ad m irables
egológicos asumen la pe rspectiva de hablantes d iversos q ue estable- poe tas troyanos", los cuales no tien en nada, ni tem plos, ni jard ines,
cen su h istoria, su testi monio y su argume ntac ión vital, a veces cen- ni poesía, en un texto t itulado "E nt re las moscas".
trada en una anécdota. Sin embarg o, sigue n p rimando las muj eres La poesía de Bolaño no tiene qu e ver con la poes ía nerudian a,
enigmáticas, co mo la qu e aparece en "Palingenesia". ni con la poesía lárica ni con la po esía epigramática. Tam poco tie ne
Vienen ento nces po emas sobre Barcelona. sobre el ento rno q ue ver con la poesía tradicionalista sim bolista ch ilena. Su palabra
básico y vital, qu e arman un paisaje, generan un espacio, imp ortan- pertenece al sujeto co ter ráne o co nt emporáneo, al loco prclibidinal
te, en la peripecia de la voz hablant e. Y pasan person ajes femeninos verbal, al verborrcico pero callado que hab ita en cada un a de nues-
y masculin os y de repente la voz se dirige a una de ellas, y sin embar- tras ráfagas. Esta po esía se filia, sin d uda, con la anti pocsfa.
go se siguen describiendo sujetos, femenin os y masculino s, como en La literatura de Bolaño está en el bord e mismo de las cosas,
un álbum de fotos. que no son aquellas quc nos ad ministra la sem iótica n i las q ue nos
concede la poética. La palabra en Bolañ o se hace lad rillo o culebra,
teorema o h inchazón, según sean las coorde nadas evalua tivas o el
RETRAm s y AUTO RETRATOS verbo organ izador.
Lo ce n tra l es qu e es ta p al ab ra es leí d a c n Eu ropa y
y de repente hay un canto de amor, q ue diseña el perfil de un Nortea mérica, co n sus ofensas e iron ías, con su desm antel am iento
perso naje, como Ped ro ] . Lastarria, alias " El cho r¡ro", o un poema de la impostac ión nacio nal oficial, co n su inverosimilitud fren te a lo
de cienc ia ficción co mo lo es "M i vida en los t ubo s de superviven- q ue otros han dicho pero que ya no es. Es nuevamente la palabra
cia", nuev a versión del tó pico del "extraño en el mundo". Y todo maldita, la tesis alternativa, el cuchicheo no ofic ial, el qu e emerge
esto es riesgo vital, ento rnos peligrosos, qu e se van detallando poe - ent re los pasrelones de concreto, irreprimiblemente.
ma a po ema. Me alegro qu e Bolaño no ten ga país. Su nación son las letras y
El poe ma "El último salvaje" es ot ra caracterización del sujeto su patria los cuesrionamienros . Nada qu e quepa muy cerca de noso-

237
M A N U EL J ( )f' R ~
Bolaño: roman riquean do perros , como un dcr ective salvaje

tros. Para nosot ros, rodas los d iscursos q ue no s rodean son compla- confesión, la mem a d a, hasta el informe, el testamento, la op inión.
cient es y si asent imos, se nos dará lo que debemo s. La novela Los detectivessalvajes se sitúa en todo el mundo. Africa
Esta litera tu ra de Bolaño funciona de otra manera. No qu iere no es sólo un escena rio más, sino qu e lugar de un destino vital,
saber de los ch ilenos, sus porquerías lo ofuscan , los temas nacion ales sim ilar al de Rimbaud . G rad ualment e, lo terribl e de las vidas perso-
le revientan . C h ile no es nada más qu e un tópi co negativo en la nales va ent rando a la novela, y se va insinu ando la m uerte de la
literatura de Bolaño . El país es algo qu e le revient a. qu e le choca, utopía. qu e será el golpe final.
qu e no le gusta. Si la novela es un espejo que refleja el paisaje de p or donde ha
Por eso se parece a nosotros. Co n la di feren cia q ue pu ede de- pasado , lo pr imero q ue mu estra esta megan ove1a de Bolaño es que
cirlo, que se caga en la leche, qu e la hermosa patria no es más qu e Anu ro Bclan o no habla jamás po r si m ismo. Son los testimon ios de
una len gua devoradora que te mata por la espalda. que te coje de los otros siempre los q ue co nfigura n al perso naje desde fuera. El
no che, qu e se te mete en medio de la frente, en las mañan as. lector no conoce la ment e de Bcla~o , sólo las suposiciones de los
Los libros de Bolaño, ciert amente, se leen en Estad os Unidos ot ros que lo han co nocido y qu e con ello han constr uido un discur-
y en Francia; se organ izan coloquios en Europa en torno a su obra; so. Tam poco U liscs Lima habla por sí mismo.
se pu blican ant ologías de estu dios en su nomb re. Pero todo esto no Así, la no vela es un testi mo nio qu e los otros dan de alguien. El
es más qu e lucha co nt ra la palabr a, pugna co n la mu ert e, efervescen- uno visto con los ojo s d el ot ro. Y las hi sto rias o d iscursos recogidos
cia con el verbo. son a la vez la ventana hacia Otro ser o la pared qu e med iatiza. Esto
Todo esto no es más que literat ura, es decir, co nmoció n de es el do ble rol del len guaje: enc ubrir y descubrir.
un os pocos, y gran deleite int erior. Todo no es más qu e palabr a, Por allí aparece O ctavio Paz, como otro personaje m ás del
verbo conjugable, teoría sobre teoría. Todo lo que se argumenta so- mund o mexican o, visto por otras person as. Es parte de la cade na de
bre Bolaño es la angustia qu e se verbaliza y que no llega a ser algo, el narracion es, qu e como El Decamerán o Las mily una noches presenta
trazo maldito que queda en la nada, la prisión antigua de la palabras. una armazón o marco qu e sirve pa ra int roduci r más y m ás histori as.
La lucha co ntra el ser queda sin embargo allí plasmada. En los Los detectives salvajes finalm ente cumplen su cometido, lle-
teore mas sobre el lenguaje, en las 16gicas sobre lo narrativo, en las gando a la muj er qu e era su objetivo. Todo en ella, sin embargo. ha
estr ategias para descifrar la poesía. No hay m ás que huel la de la lu- perd ido encantam iento. Se arma así un final novelesco postm odern o
cha, recuerdo de la guerra, antici po del conflicto. e inesperado, donde se ha tenido al globo como escenario.
Una novela hech a de múltiples historias es un megarrclato de
Bolaño qu e obtu vo el Premio H crralde, de Anagrama , justamen te
CASI CONCLUSiÓN por esa profusión de argume nt os qu e arma un mundo int enso y
abigarrado, donde im po rtan más los med ios (los cap ítulos) qu e el
Vuelvo a Los detectives salvajes. Ya he term inado de leerlo. Y como fin (de la novela).
post script um , la búsqued a de C esárea T inajero parte de aquella otra
frase: ¿Encont rada a la M aga?, con la que se inicia Ray uela.
Por aho ra, la novela de Bolaño es un a acum ulació n de histo -
rias en to rno a un personaje. Las numerosas histori as son alrededo r
de Cesárea, pr imero. pero luego se cent ran en los pro pio s buscad ores,
Lima y Belano. Estas nu evas vías narrativas permiten la introd uc-
ción de diferentes géneros y formatos, qu e van desde la entrevista, la

239
M ARC ELO N OVOA

Roberto Bolaño o retrato


del poeta p e rro

Oh atardeceres totalm ente gratis. eso decían

N o recuerdo ni siq uiera im po rt a si era mi pri m er viaje en avión ,


pero qu e se zango lotca ba (térmi no más que apropiado para la sensa-
ció n de tr ipas revueltas y fuselaje ídem ) se zango lorcaba d e lo lind o ,
y co mo para calmars e o in tentar un abordaje forzoso, Jaim e Quezada
sentado a mi di estr a susurra ndo casi , me regalaba las prim eras no ti-
cias so bre un po et a ch ileno joven , cuyo nombre olvid é de inmedi a-
to , que vivía co m o un monje en un a aldea perdida d e España. ~Adi­
vina ro n? Sí, era Roberto Bolaño... ¿Y a mí q ué? Pensé a m il por ho ra,
po co menos de la velocidad crucero del avió n de marr as, qu e no s
tr aía de vuel ta de un a d e las tantas Ferias del Lib ro de Te m uco hasta
Santiago. mi resid en cia te m po ral en ese ento nces. C ua nd o m e dcdi -
caba a (des)arma r o rde na d itos esta ntes de novedades y saldos, co m o
ap rend iz d e la hoy lo sé bien , invivibl e vida d e gesto r cult ural. Pero
d éjenme de cirles algo de ese Temuco d e pacotilla literaria. co n m aIl
incluido y su calle p rinc ipa l pu ra di al éct ica (Avd a. Aleman ia
intersecrad a por Cau po licán, háganm e esa). Allí vi, por primera vez
en mi vida , caer ni eve de verdad, sí, caye nd o del cielo como una
m entira qu e m e co lo reaba las mejill as. y niños, muchos ad ultos tam-
bién , haciendo m onos d e ni eve co m o m ala co pia d e serial yan ki, y
esa blan cura tan ines pe rada cub riéndo lo to d o co m o perfecta po stal
d e in vierno japonés. O sea, todo lo que asocio co n m i epifan ía algo
ta rd ía, irrem ed iabl emente irrad ia una luz fría y gene rosa. Inclusive
M ARC ELO N OVOA Roberrc Bolaño o retrato del poeta perro

aq uel poeta chileno (sic) que a su vez se helaba, abrazado a sí mismo, y no sabemos q ué decir: los labios pan idos,
la cara blanca del invierno manchada de lipsrick.!
en ese lugar donde se habl a un español atroz, el mismo de esos pési-
mos best-sellers que yo solía vender a manos llenas, en aq uel las
M ás bien ta rde de scubrí q ue ese no era un poem a, era un peda-
olvidables ferias de m i desm emoria.
zo cercen ado vilm ente de un todo mayor que se llam a: "UN R ES~
PLANDOR EN LA M EJILLA paisajes de cisnes insra n rdneos"! donde
sí se halla más có moda mente inserto ent re sus pares. Entre la llu via y
Esta sem ana se acabó el mism lsimo martes 11, les dijeron
el arcoiris de Soledad Bian chi, incluía otra grata so rp resa, esa vez el
editor no se incl uyó ent re los anrologados. En dich a ant ología, do s
¿Q ué hace un poeta recién salido de madre , fina l de los ochenta,
veces a falta de un a anterior data, aparecía un ta l Roberto Bolaño ,
plena vuelta a la democraci a? Se pica. Le busca la ore ja a sus herma-
nacido en Sant iago , 1953, ent recruzado de lecturas y viajes (él mis-
nos mayo res, a ver si se arma rosca. Pero nada. Porque Rodrigo Lira
mo reconoce leer no ve las poli ciales todo el t iempo , cienci a-ficció n
ya ha muert o. Porque Juan Lu is Martínez no se deja ver. Porque los
y autores raro s, que m ás parecen inven tos, m ientras vagundea de
más interesan tes auto res del m inuto viven en provincias y ent o nces,
C o ncepc ió n a M éxico DF, hu yendo a París y luego a Barcelo na). Y
ni caso. Porque esos que nadie cita, excluidos de recitales y revistas
aunque los anto logado res señalan la fuente, no les alca nzó para se-
de eme rgencia está n sim plem en te fuera, repartido s por el ancho y
ña lar a su vez, tam añ a cirugía arbitra ria. Esa falra de tacto solida rio,
ajeno auroexilio, en mi tad del mayor quiebre espacio- tempo ral q ue
entre poetas se ent iende; ese pasar a llevar sin m ás, tan chileno,
haya vivido la literatu ra ch ilena. Ento nces, no queda otra qu e leer-
(a)pa rece co mo marca de fáb rica al momento de evalua r las deplora-
les, donde se pu eda y como dé lugar. Paja mo lida . Co mo esa tal
bles relaciones que traban hasta la actu alida d la inclusión de Rob er-
Antología de poesía ch ilena de Art ech e, M asson e y Scarpa Inc.'
to Bolaño en la Poesía C hilena rod a.
M an ual de desaciertos tipográficos y de d iagram ación más bien mez-
Aq uí cabe un eno rme paréntesis respecto a cierta fracción de
qu ina , verdade ro cajó n d e sastre de buena y mala po esía du rante los
voces literari as jóvenes por aq uellos año s, quienes aún se enc o n tr a-
últim os estertores de la d ictadura. Allí enco nr ré un poem a largo en
ban vagand o m undo a la hora de los (des)encuenr ros generaciona les
verso libre, co n atractivo aliento narrati vo e im ágen es qu e te volaban
que significó el retorno de cuad ros int electu ales de la UI' a la escena
la cabeza a los veinte años. Ahí sí que sí, Bolaño d ixit:
cultural chilena de 1989. C o n un iversid ades int ervenidas, medios
y gemí, y dije ya no sé que decir, la oficina está vacía, de co munica ció n au rocen surados y más estric tame nte literario, la
los submarinos explotan como fetos en las fosas del Atlántico, fu lgurante ap arición de una "nueva narrativ a" (sic. Planeta et. al)
alguien me acaricia el pelo y dice que ya está igual de largo qu e no era otra cosa que la instalación de políticas co me rciales y
que el suyo, y yo tuerzo el cuello como un solitario cigarrillo fórmulas marqu eteras de la literatura ind ustr ial en estas tierras, tan
aplastado en la noche enorme y la miro, esperando volver a sentir acostumbradas a la artesanía ver bal y la auto edic ió n de los po etas.
en los párpados la tibia obsidiana de los sueños, cuando en Así, no debiera so rp render a nad ie qu e los nombres de Ricardo Cua-
las mañanas nos abrazamos sin querer despena r, perdidos dros (Poemas del Hambre y su Perro), M auricio Elecro rat ( Un buey
en las llanuras de escamas, mientras cae nieve y el frío sonde
sobre m i lengua ), Go nzalo Sa nrel ices ( TOdo esto para qu e los m ucha -
desde un cenicero ansoluramente limpio, y no queremos despenar,

2 Soledad Bianchi (editora), Entrela lluvia y el arcoiris, Barcelona . Ediciones del

1 M iguel Aneche, Juan An ronio Massc ne y Roque Esteban Scarpa, Poesía chilena Instituto para el Nuevo Chile, 1983 , págs. 177-178.
contempor ánea, Santiago . Editor ial Andrés Bello, 1984. , Ibid., pags. 173- 18 I.

243
M ARC H O NOVOA Roberto Bolaño o retrato del pocra perro

chos enseñasen susglandes de tortuga desdnl Puentede Brooklyn), C ris- y cruzamos la Frontera
tó bal Santa C ruz (Pánica) no aparezcan, en tre otros, donde tamb ién De la República.
dcben figurar Roberto Bolaño y la aho ra justament e rescatada, Bár- Por nuestros semblantes
Hubiérase dicho que cruzábamos
bara D élano. Tod os qu ienes no comparecen ni son mencionado s,
La frontera de la Razón.
siquiera. en tales eo nes ideológicos, meros catastro s de afinidades o
YeI Perú legendario
simples tra nsacciones comúnmente llamadas anto logías de poesía. Se abrió ante nuestra camioneta
Quizás -n ueva hipótesis que no desarrollaré aqu í- exista un cor pus Cubierta de polvo
fantasmal deambul and o por dentro del sistema literario. sin que pueda E inmundicias
ser percibido por sus analistas autorizados. po r la misma razón que los Como una fruta sin cáscara.
antiguos galenos no diagnosticaron cáncer, pues no existía ni nom en- Como una fruta quimérica
clarura ni sintomatología posib les que dieran cuenta de tal pato logía. Exp uesta a las inclemencias
Ento nces, pro po ngo a la futura crítica cultural que bien pudi era ocu- y a las afrentas.
parse de d ichas zonas mu ertas, allí donde la ignorancia o el silencio Una fruta sin piel
cómplices han reinado hasta hoy. Como una adolescente desollada.'¡

"Los Neo ch ilcnos", en cam bio, una narración lata de las peri-
El viaj~ había terminado cuando recien ~mp~zamos. S~ dirían peci as de un grupo de personajes más o men os picarescos parece
invertir - o inclusive. desanda r tales propuestas anteriores- con la
Nuev as noti cias sobre Bolaño. Año 1998. la revista Trilce dd pocta adopción lfneal y programát ica de la oralidad como mod elo úni co
Orna r Lara , publica el ex te nso poem a. a do s co lu m nas: «Los d iscursivo. extra polando a su pro pio cam po de referen cias culturales
Neochilcnos» (pág. 33 a 39) fechado en 1993, que nos revela los (lat inoameri can o enajenado en la gran u rbe) la fórmula narrativa de
dispositivos retóricos de la actua l propuesta poética del auto r. Pues cien os au to res no rt ea meri ca nos co m o Jack Ke ro uac, C h arles
si en sus ante rio res trabajos (Rfinvenrar el amor, de 1976 ; o sus revis- Bukowski o Raym ond Carvcr. Lo cierro es qu e este mismo recurso,
tas: C orr espondencia In frarrealista y Rim baud, vuelve a casa, de los ut ilizado por Rodri go Lira, D iego Maquieira o Mauricio Rcdclés -
años 80. Sus libros posterio res simplemente no llegaron a C hile) el aut ores acordes con el "esp íritu de época" de Bolaño- nos convence
verso libre cobra ba características desesrructu ran res de un a realidad más, p ues al articular un habla coloq uial, plena de modi smos y clichés
op resiva, pcsadillcsca, inclusive fosilizada vitalment e, utili zando la idiomáticos propios del imaginario oral patrio . reconstitu yen un
enumeración caó tica, la lluvia de imágenes o las técnicas de co llage corp us idenri rario descuartizado por la histo ria recient e. Agregando ,
-o su versión yank i, el cut-up de Burroughs- todo s ellos, recursos ade más, cuotas saludables de ironía, sarcasmo y virulencia a las sicm-
literarios deud ores de las van gua rd ias. especialment e dadaísmo y p re co rtas expectativas líricas de n uestro s escasos lecto res de poesía.
surrealismo francés. Desplazam iento textu al resucito en poemas den-
sos de sugerencias e interrextualidades, br illantes y arriesgados para
la época.

y un amanecer,
Como una banda de ladrones,
4 Orn ar Lara (director), Revista Tri/a. N° 2 Tercera Época , Concepción , enero de
salimos de Arica 1998. pfg . 36.

244 245
M ARCH O NOVOA Rob ert o Bolañ o o retra to del poe la perro

Podrta escribir una buena saga de cienciaficción. ya le dije ¿ \/enderdn mispoemas en la sección tÚ Libros + \/endidos? ¿Dijo eso?

Ahora bien , transfigurado, por obra y gracia de mis propias palabras. Entonces hacen su aparición en las vitrina s locales: Losperros romdn-
en lector atento y aún más sagaz, a la hora de leer sesgadamente la ticos de Roberto Bolaño y al afio siguiente: Tres, lo que augur a u n
actua l escena literaria, he po rmenorizado la instalación escrirutal de constante desembarco de sus poemas en nuestras costas. Pálida cons-
Roberto Bolaño como un Modelo para Rearmar nuestras siempre tatación de un a práctica escrirural que, hoy por hoy. se vale de la
difíciles relaciones con la Orredad (llámense galardones mon árqu i- canonización narrativa para posiciona r un texto "marginal" (en su
cos, ed itoriales catalanas en estricto español o notoriedad cinemato- senti do más obvio, pues no figura en el centro de su producción)
gráfica a co rno dé lugar). , Q ué fue lo que pasó con Aricl Dorfman o co mo es la publicaci ón de poesía. Record amos lo s cas os
Luis Sepúlveda, y aú n antes , Isabel Allende? Un chileniro qu e sólo parad igmáticos de Corcízar y Bradbury. quien es proveniend o de un a
triunfa en el extra njero, para sus edit ores. Una novedad co n gusto a cont inua práctica poética (am bos comenzaron escrib iendo poem as,
forastero, para los críticos interno s. Un advened izo literario, un real ambos no abandonaron nunca tal escritura. y ambos, alimenta ron
peligro para sus acongojados pares locales. (Q ué se hace, ento nces, tod a su ob ra narrativa con el bagaje impresion ante de sus lectu ras
Bolaño, cuando nadie te qu iere en casa, ni men os aceptan tus triun- poéticas) nunc a recibieron reconocimiento ni fueron auto rizados por
fos tan lejanos para sus propias ambiciones? ¿Se tuerce el camino y la cr ítica como "poetas".
se agria la compañía, o se enfurruña el ceño y sencillamente se repar- Así mismo, Bolaño - más joven y meno s ingenu o- proragoni -
te con vent ilador? 7.3 en sus poemas. titu lados: "Los detectives perdidos", "Los detecti-

Cuando la Revista Litoral de España' ded ica un núm ero espe- ves helados", un etc étera serial de relaciones incestuo sas entre novela
cial a la poesía chilena, se le encarga al poeta Marcelo Rioseco, con premiada (Los detectives salvaj es) y sus alrededo res poemático s. Prác-
rumbo fijo No reste, seleccione a los poetas de todas edades y tenden - tica d ébilmente emparentada con la inrertcxtualidad, si es que sólo
cias. Eso sí, desde Chile. Pero, oh sorpresa, Roberto Bolaño hará la atinamos a ente nderla en su acepció n más plana. Comercio carnal
presentación, por supuesto, desde España. Allí elabora un recurso clá- per seadmi tido sin reparos po r el sistema econ ómico edito rial al uso
sico de la vanguardia: la declaración de prin cipios que derrumbe toda (llamaremos "merchand ising" a toda suerte de vástagos o pro le im-
clasificación anterior. Allí aparecerá el pelTo como símil del pacta. Pe- pura que prucbe algún tipo de pa rcntezco con el o riginal o pate r
rros chicos, aniñados. Grandes peleadores, descastados. La c1asific; - fam ilias). Pero, debemos ad mitirlo ya. en Los p erros rom ánticos sí se
ción es ingeniosa, pero claramente esconde una tendenciosa tesis que desliza un aire imp uro para la delicada atmósfera lírica chilensis.
este auto r dictamina a rajatabla. La poesía chilena sólo y siemp re quc Lectu ras prohi bidas pa ra la siempre acechante inq uisición criolla.
sea tal, se realizará en la calle, a la intemperie, en el más feroz descam- Litera turas serie B, baratas pero come rciales, callejeras y cultas, sólo
pado. Curioso, por decir lo menos. ¿viniendo de un autor insignia de ingresarlan a la Poesía C hilena actual de contrabando, traficadas por
una mult inacional, no? Pero que no oculta una verdad a todas luces autores «fuera del sistema», rpodrfa ser el caso de Bolaño ? Cómo
trágica. La vulnerabilidad endémica de los poetas como entes sociales, saberlo.
además de la imposible insralación oficialdel discurso poético, incluidos Porq ue: (Por qué un novelista de fama, galardones y publi ca-
los auto res consagrados por la crítica. Aunque, lo sabemos demasiado ciones internacionales como realmente es Roberto Bolaño se empe-
bien, se le siga considerando un elemento insoslayable al momento de ña en seguir atosigando de poesía a sus editores? Y aún más, ¿po r
evaluar los triunfos y alcances de nuestra identidad. qu é quiere q uc esos libros de poemas sean recon ocidos y aceptados
en C hile? Sus editores españoles le adoran, incluso le consiente n
~ Revista Litoral. Es pañavl-l l Semestre. 2000. más de lo común publi cando tales poem as - norablemente inferiores

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M ARC H O NOVO A

a sus sú pcrvcnras- pues co mo ellos mism os indican en un a de las


solapas, Rob erto Bolaño "p ublica libros de poesías en ed ito riales D ARlo O SES
margin ales.r.". (Era eso? Nos ta lgia del margen . H isteria del canó ni-
co massmediáti co frent e al desclasificado a nó nim o, ese poeta ro-
El viaje de Pain
mántico qu e no tiene dónde caerse muerto , pe ro eso sí, ya tiene un
lugar reservado en la foto de llegada de la Poesía C hilena . Aunq ue
bu rla burlando, no pen semos tal cosa. Pues creemos qu e si Bolañ o
no supiera lo qu e está haciendo, no lo segu iría practicando a ojos
cerrados. Igual q ue un apos tado r irrede nto, sólo puede gastarse su
últ im o centavo en el nú me ro de la suerte, ese m ismo q ue le tien e
durmiendo en la calle. Expu estas las cartas sobre la mesa de juego ,
só lo quedará jugarse "do ble o nada". Es decir, Roberto Bolaño es un
poeta y pu nt o. O Ro berto Bolaño no es nadie y escribe.
Mo nsíeur Pain, d e Roberto Bolaño , nació co n el rftul o de La senaa
de los ~kfi11lUS , y según el propi o auto r fue escrita en 1981 o 1982.
Ad em ás de ser la primera novela de un narrad or q ue [Uva un a im-
portante producción post erio r y probablement e tend rá un a aún más
important e prod ucción fur ura, este libro es int eresante po r su singu-
laridad tant o dentro de la nar rativa del m ismo Bolaño, co mo en la
literatura chilena co ntemporá nea.
En este artículo no preten do má s que da r cuenta de mi fasci-
nació n por este libro , y tratar de explicarme esa fascin ació n antes
q ue la novela m isma, q ue tiene gran riq ueza de claves, marcas y alu-
sio nes.
C uand o un libro me deslu m bra trato de encont rar los paren-
tescos de ese deslum bram iento , de determ inar q ué libros o pelícu las
u otras ob ras me han pr oduci do una im p resión afín.
Una prime ra serie de asociaciones -iral vez. las más cIemenrales-
es con obras situa das en el m ismo espacio y momento de Monsirur
Pain: el París de entreguerras, un tiempo de euforias artísticas y polfti-
casoParís es enton ces el lugar don de florecen las vangua rd ias latine a-
mericanas, y también el ardo r de los frentes populares para com batir
el fascismo, la guerra civil española, etc. Ese mo mento me resulta fas-
cina nte po rq ue, visto desde aho ra, mu estra el paté tico contraste entre
los ent usiasmos y la fragilidad de sus sopo rtes. Y en Monsieur Pain;
tanto en la atmós fera de la novela como en su protagon ista, Pierre
Pain, un hom bre derrotado, ad vierto ese soterrado pesimismo histó rico.

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D A RrO Osas EJ viaje de Pain

H ice otras asociac io nes con libro s en los qu e apa rece un tem a co n la información q ue ent rega , se encarga de clau surar la m isión de
al qu e le pondría el nom bre de la visita a lo extraño . Es el caso de El Pain .
gran Meaulna . de Alan Fo urnier, auto r al que se refiere Pierre Pain Es así co mo esta M ad am e Reynaud , un viuda joven y atracti-
hacia el final del libro, y qu e como Pain, luchó en la guerra del 14. va. ejec uta el "llamado a la aventura". q ue arra nca a Pain , veteran o y
En esta segunda serie de asociaci o nes está el cuent o La noche, pensio nado de gue rra, de la regul ar idad de su vida cotid iana , dedi ca-
de M aupassant, en qu e un pari sino . amante de la noche. se interna da a los libros de literatura y oc ult ismo. El carácter ext raordi nar io dc
en ella y a med ida q ue lo hace su ciuda d antes ama ble e in citante se los suceso s en q ue se implicar á Pain , se revela de inmed iato. Él m is-
le va tra nsforma ndo en un a pesad illa. Ta m bié n hay películas. co mo mo co nsta ta q ue "el prim er sínto ma de la sing ular idad de la historia
D~Jpu¡J de hora, de M artin Sco rcese, y Una noche un tren , del cineasta en la que acababa d e embarcarme se presentó en seguida". En la csca-
belga, André Dclvaux. En ambas hay un a caída desde el espacio fa- ler a Pain se cruza co n dos hom bres vest ido s con gaba rdinas oscuras y
mil iar y recon ocible, a mundos donde la realidad se com porta de so m b reros de alas anchas qu e velan sus rost ros. y q ue hablan en
mo dos de sconcertan tes. español , idioma q ue el mesme rista no en tie nde. Al dejarle lugar par a
Pain co n M eau lnes co m parten el pr ivilegio de haber visitado q ue pase po r la escalera . am bo s quedan co mo congelados en un a
un mundo co n text uras d istintas a las de la realidad cotid iana. La extraña y estrafalaria posición . co mo si el tiem po se hubiera dct eni -
diferencia es que el ám bito al que accede M eau lnes es enca ntado - do pa ra ellos. Estos do s person ajes revolotearan alrededo r de Pain
po r lo tanto siente la necesid ad imper iosa de recobrarl o-, y en ca m- durante todo su "viaje".
bio el de Pain es más bien de pesadill a. Esta escena inicial parece ind icar que Pain está in gresando no
Monsírur Pain tien e la estructura mítica del viaje del héroe sólo a un aco ntecer ext rao rdi na rio sino a un a at mós fera cuya extra-
solar, aún cuando Pain hace tiempo dejó de ser héroe , y en el presen - ñeza se irá acentua ndo a med ida qu e p rogresa el relato.
re de la narración es só lo un veterano. Ni siqu iera es héroe en o rros En la cita co n M adam e Reynaud , ésta apela a Pain , para que
planos co mo el cientí fico . Su co nd ició n de discípulo de M esm er es co n sus co noci mientos del mesmerismo sane a "mo nsieu r Vallejo"
sos pechosa () despreciada por la ciencia oficial, y a lo largo de todo el (César Vallejo ). el esposo de una amiga suya, qu e se encuentra aq ue-
relato Pain es humill ado y vap uleado . D e todas for mas em prende un jado de un extraño cuad ro, co n ataques de hipo y fiebre alta, en la
viaje hacia parajes y atmósferas extrañas. su bterrá neas. y luego vuel - C línica Arago. Ésta, desd e el primer mo men to aparece co mo un
ve a cmerger a la realida d reco noci ble de todos los día s. Al pa recer espacio extraño : "Des de la ventanilla algo empañada del taxi co n-
este periplo por su bm undos no alcanza a co nvert irse en una expe- templé la fach ada de la clínica: co m prend í q ue so b re todas las cosas.
riencia que tr an sform e de una manera importante al person aje. Tam- incluso sobre la locura. allí había so ledad , tal vez la forma más sutil
po co le entrega grandes revelaciones. La peregrinación de Pain es de la locura, al menos la más lúcida". C o n sus pasillos laberínt icos.
do loro sa. agotado ra e inúti l. interminables, con los cancerbe ros que custodian el ingreso, y co n
La no vela describe ciert os movim ientos cir cu lares. Se inicia las co m parsas de médicos revestidos de una autoridad agresiva, la
en Pa rfs, al atardecer del 6 de abril de [9 38, cuando Pierre Pain clíni ca se irá co nstruyendo. a lo largo de la no vela, co mo un espacio
recib e un telegra ma de su "joven am iga", Madam e Reyn aud , en el en rarecido. H acia el final del relato , en el últ imo recorrido que hace
qut: lo cita a un café en la ru e Rivo li. Allí le encarga un a misión . Pain po r la clíni ca. ésta ya es un ám bito de pesadill a, en que el espa-
Luego de una serie de perip ecias fantasmal es, el relato se cierra el 20 cio se di storsion a. se estira: "Las galer ías se alargaba n a medida qu e
de ab ril del mism o año, co n un encuentro casu al. q ue ocurre en la transcurrían los minu tos", o de delirio:
mi sma calle. y co n la misma M adame Reynaud q ue hab ía desapare-
cido po r varios d ías sin dejar rastro s. En este encuentro M . Reyna ud . . .. vi aquello al final del pasillo. como si rodo el tiempo hubiera

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O ARfo O SES El viaje d e Pain

estado allí esperándome. Era apenas una silueta confusa, un cuer- El viaje de Pain tiene algo de ó rfico. D esciende hacia los estra-
po sin brazos. una pesadilla catapultada de golpe desde la infan- tos pro fundo s de un mundo extraño para rescat ar d e la muerte a
cia.. . El laberinto, el gusto por el laberinto se apoderó de mí: cada Vallejo, pero impulsado por el amo r q ue con pocas espe ranzas. le
pasillo que surgía. cada escalera y ascensor eran una tentación a la profesa a M ad am e Rcyn aud. Ella desap arece. No está en su casa n i
que claudicaba, afiebrado, caminando a ciegas bajo la luz incons- co nt esta el teléfon o. Pain cami na po r calles "vagament e familia res
tante de las galerías.
que a med id a q ue el tiCOlpa y el paseo tran scu rrían se fueron hacien -
do cada vez más extrañas". Sc interna en u n barrio desco nocido.
La C línica Arago es, además, un a de las estacio nes a las que
Entra a un café entera me nte verde donde dos much achos le dan a
Pain volv er á un a y o tra vez. y q ue sirven al aut o r para o rgani zar y
conocer un a m uest ra de su artesanía: acuarios co n rnini aturizados
co nst rui r la topog rafía pa risina por la q ue el m esm erista se mu eve.
cem en terios sub marinos.
En su pri mer int en to de visita r a Vallejo, Pain es hum illado
En la novela apa rece un París reco nocible po r sus hitos ur ba-
por el médico tratante. qu e lo co nsidera un cu randero charlatá n. y
nos: calles, restau rantes y cafés co n nombres. Pero en esta ciudad
desplazado po r la repentina llegada de un a emi nen cia de la med icina
ma pcada se ab ren espacios ind efinidos, calles sin nombre. sitios bal-
que se ha dignado bajar desde su olimpo para exam inar el caso de
d ía s, galpones desm esurados.
Vallejo. Pain abando na entonces la clínica. Afuera el mundo ta m-
En sus periplos por París, Pain irá a dar a un extraño cabaret
bién se ha vuelto extrañ o:
do nd e el portero árabe le cuent a que un a mujer hace un núm ero con
animale s muertos. Luego sale a un a especie de depósito de maq uina-
La calle estaba vacía, como si la gente hubiera optado por perma-
necer encerrada en sus casas. No me pasó desapercibido el siguiente rias en desuso, donde cree percibir los h ipos de Vallejo y luego se da
detalle: (Oda la iluminación provenfa del alumbrado públ ico. ¿Es cuenta de que no se trata de Vallejo sino de alguien q ue inte nta
que la gente permanecía en sus casas con las luces apagadas? hacerse pasar po r él. Desp ués, caerá en un cine de barri o - un
minúscul o cin e q ue nu nca vio antes- do nde se enc uentra co n el
Luego. Pain es co nvo cado a un resrauranrc po r los dos tipos facista Pleumer- Bod ou . Co nstata que en la pel ícula que pasan apa-
de gabard inas negras co n los qu e se cruzó en la escalera. Estos perso- rece Te rzeff, el cien tí fico su icida que se enamo ró de Irene j o lio r-
najes, a raros se vuelven extrañament e abstraeros: "v.. en hon or a la C ur ie. Termina en la C línica en una última e in útil búsqu eda de
verdad debo decir qu e am bos eran flacos y morenos y qu e, por mo- Vallejo.
men tos, y de una manera bastante inqu ietante, ésas eran sus únicas C o mo se ha dicho, el París de las vagancias de Pain va perdi en -
caracte rísticas". do p rogresivam ente defini ción y transfigur án dose en un a ciuda d de
l.os españoles, co mo llam a Pain a estos dos indivi d uos, ade- "ba rrios ext remos, esta ciones en desuso, avenidas que parcelan no
más de embo rracha rlo, le ent regan un sobre co n 2 m il francos para acabar nun ca y qu e de la man era más abrupta desembocaban en
qu e se olvide del caso Vallejo. te rrenos baldíos que jamás hu biera esperado hallar en esa zo na de
Pain , bo rracho y arre pent ido por haber acep tado el so bo rn o. París".
llam a po r teléfo no a su maestro. Rivene. C o nversan sobre un tal Pain percib e cie rtas presencias q ue lo siguen o lo vigilan. Al-
Terzeff un joven científico b rillant e q ue in tent ó refuta r a M adam e gu nas veces so n los espa ñoles. Tra ta de exp licarse el po rqu é del so-
C urie, y q ue se enam o ró de su hija, Iren e. para luego suicidarse. borno. y quién pod ría estar interesado en que él no atienda a Vallejo.
Hablan tamb ién de otro condiscípulo, un tal Pleum eur-Bodou, que Fina lmente algui en le dirá que se trata de una bro ma de un os millo-
se ha ido a luchar a la guetra civil española pot el lado franquista. narios excént ricos. La posible intriga pol icial queda así dero gad a. En
este relato los m itos más manidos d e París: el de la ciu dad de la luz.

253
O ARfo O SES

la sensualidad , de las bohemias y las vangu ard ias artísticas, o de los


bajos fondos donde florecen la delincuencia y las mafias, naufragan Al. EJANDO Z AM BRA
en este otro París, el de la no che a la qu e viaja Pain . Lo m ismo ocurre
con los cáno nes literarios y sus convenciones, las de la novela negra
o rosa. En esta "noche de Pain", los cafés, en lugar de estar llen os de
U na n ovela p endie n te
artistas que discut en y beben , están casi vacíos, u ocupado s por esos
artesanos de los ceme nterios submarinos, y los mafiosos que tratan
de alejarlo de Vallejo resultan ser un os farsantes.
En el inicio del viaje, Pain anota fech as precisas: "el miércoles
6 de abr il, al atardecer, cua ndo me d ispo nía a abandonar m is habi ta-
cio nes recibí un telegram a de mi joven am iga M ad ame Reyna ud ... ...
Durante su inme rsión en lo extraño el calenda rio desaparece. Al
regresar al mun do co tid iano , vuelve a precisar las fechas de lo que le
ocurre: "a partir del 11 de ab ril mis activida des se concretaro n en la u Z"o
siemp re balsám ica lectu ra de Las vidas imaginarias y La cruzada d~
los niños, de Schwob.. .... Ind ica luego que el 20 de abril se encuentra Los lectores español es acaso consideren extravagante a Sebastián
con Madam e Reyn aud , qu ien le presenta a su novio. Jean Blockman, Urru tia Lacroi x, narrador y protagonis ta d e Nocturno de Chile, la
y le informa qu e Vallejo ha mu erto , y adem ás, qu e era poeta, cosa de reciente novela de Roberto Bolaño. A nosotros, en cambio , acos-
la qu e Pain hasta ese momento no ten ía idea, y qu e M . Reynaud tumbrados a las aves raras, no nos sorprende [anta qu e un cura del
nunca le coment ó. O pu s Dei escriba poesía, y ade más, usando el extraño seudó n imo
En la present ación del libro, Bolaño indi ca qu e casi todos los H. Ibacache, trab aje co mo crítico literario en un impo rtante perió-
hecho s que narra ocu rrieron . Agrega qu e el mismo Pain fue real y d ico. Nocturno de Chile es la agó nica defensa de Urr uria Lacroix (en
está mencio nado por la viuda de César Vallejo en sus memorias. En dos alucinados párrafos: el prim ero, a la Bern hard, de 149 páginas;
el epílogo da cu ent a del destin o de los person ajes pr incipales. Estas el segundo, de una línea) ante los m últiples fantasmas q ue lo acosan
marcas de la realidad así como las definicio nes de la misma antes y le muestran lo qu e no quiere ver: el pasado.
mencio nada s: fechas exactas, nomb res de calles, y tiempo histórico: Todo ocur re en el insom nio de un a sola noche. Con el ritmo
el París de entreguerras donde se habla de los sucesos que conm ue- continuo y quebradi zo d e una larga d igresión, el sacerdote evoca
ven a la Europa del momento, como la Guerra C ivil de Espa ña y el im ágenes e historias recurrentes de su vida a la par que deja entrever
ascenso del fascismo , delim itan un a realidad en la que la novela ab ri- la profunda escisión que lo con stit uye (en de talles mín imo s, bana les,
rá un paréntesis: el viaje de Pain. En este perip lo los flujos de esa como cuando relata sus problemas para decidir si usa la sotana o el
realidad exp er im entan una extra ñ a torsión , y aq uella realidad traje de poeta en un a reun ión social). Su cu rricu lum vitae está tan
registrable históri ca y biográficamente, medible, calenda rizable y plagado de deliri os de nob leza como de paseos oscuros y vergonw-
ubi cable en el plano d e París, cae en algunos bach es donde, al perder sos en los que el sacerdote apenas ha alcan zado a reprimir su despre-
sus conto rnos , se tran sfigur a po éticamente. cio por los campesinos o los deseos de correspo nder a las insinuacio-
nes sexuales de su m aestro, el no table críti co literar io Farewcll. Por
cierto, el registro co mp rende hech os menos ínti mos: la parti cipa-
ción de Urruria Lacro ix en las veladas literarias de la escritora M arla

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A I. EJAN D RO ZAMlIRA Una novela pend ient e

Canales, o la cátedra sob re marxismo que im partió a los integra ntes ante una novela q ue todos iban a escribir -alguno ya venía escribien-
de la Junta M ilirar de 1973 (el alumno aventa jado, Augu sro Pinocher, do sobre las veladas literarias de M arian a Ca llejas, aunq ue más bien
se jactaba ante el profesor de haber escrito tres lib ros por sí mismo , y como un a mane ra de vindicar su propia part icipación cn los he-
de leer hab itu almente textos de teoría polfrica, h istoria e incluso chos- pero, flojos como somos, finalm ente escribió Bolaño. el ex-
obras literarias co mo Palomita Blanca, "u na novela de talant e franca- tranjero.
me nte juvenil, pero yo la leí porque no desdeño estar al día y me Tras la rclectura suscribo más o menos lo m ism o, aunque adi -
gustó"). vino en la reseña una acaso inj usta ansiedad de "desen mascarar a los
Co mo es hab irual en la o bra de Bolaño (yen la buena literatu- personajes reales" que muy poco com unica sobre la novela . Faltó
ra, aquella qu e es im posible de reduci r a un a anécdota), el acento en decir, por ejemplo, qu e Nocturno de Chik es, en rigo r, una serie de
los intersticios, en los aspectos men os visibles de la experie ncia, aleja histo rias enlazadas frágilmente (en esa fragilidad reside gran parte de
roda posibilidad de servilismo ideológico. No hay caricaturas para la su efecto) por las¡alias del hablante, que entre un relato y otro queda
galería; el lector -españo lo chileno-, hacia la mitad dc la novela, ya perdido. o suspend ido, o relegado. Su prob lema es la eul pa pero
"comprende pero no justifica" a Urrutia Lacroix. Allí reside el mérito también una amnesia inmine nte q ue le im pide orga nizar la memo-
de Roberto Bolaño : haber hecho verosímil el discurso de un personaje ria de un a man era adecuada, con veniente para preservar un a cierta
q ue no solamente alude a José Mi guel Ibañ cz Langlois, alias el cura image n de sí m ismo. Ento nces relata en cierto modo tamb ién em be-
Valenrc, sino tam bién a mu cho s otros que tras haber pololeado con la lesado por el solo hecho de d istin gui r los recuerdo s con med iana
maldad aún separan aguas, alegan inocen cia. Los m ismos que si hoy se claridad , acaso ya desenten did o (o "desco nectado") de la natu raleza
animaran a hablar no acogerían del todo la incitación de C hesterron de esos recuerdos, con el co nsecuente efecto trág ico y có m ico - tam-
qu e Bolaño usa como epígrafe de esta novela: Quítese la peluca. poco dije en su momento q ue esta es un a novela có mica, espantosa-
mente có mica. Al menos yo me reí m ucho .
Una novela com pleja que, como un cue nto, se lec "de una
Dos sent ada" (no po r su brevedad , sino por su extr aord inaria co ncisión)
y que, co mo un po ema, parece concebida para la relectu ra. D e he-
Escribí el texto anterio r hace ya más de un año y med io , entusiasma- cho , me parece que encuent ra mu cho de su aire en la poesía: pienso,
do por la mu y recien te lectu ra de la qu e ahora me parece la m ejor en especial en los mon ólogos d ram áticos de Rob crr Brownin g, en
novela de Robert o Bolaño (con la sola excepción de Los detectives los qu e personajes cont raven idos o derech amente despreciables em-
salvajes, aunque no son libros co mparables). Escribí, además, en cierto prenden inesperados y efectivos soliloq uios. El escrito r desclasifica
sent ido o rgulloso de tener la libertad necesaria (es la expresión) par a person ajes ya olvida dos o archivados en los cajones del sótano , y
abo rdar sin am bages un libro cuya suerte crítica en C hile prometla finge esa voz. El efecto es el de asistir a una confesión exagerada pera
ser mala o regular. Asl fue, de hecho. D onde estaba claro que no lo verda dera, precisamente porque no hay aspectos obj etivos qu e ha-
iban a reseñar, no lo reseñ aron . Donde lo iba n a presentar, sin m ás, gan necesaria esa co nfesión: es gratu ita y. en ese sentido , lírica, como
como una d iatriba contra los curas y la derecha (un nuevo golpe de el solo del tenor. La recur rencia del eufem ismo , o la constante in-
Bolaño, el rebelde), ídem. Incluso en televisión , Darío O ses trató de q uietud de Urrur ia Lacroix por tem as qu e, desde luego, no maneja
convencernos (como si él fuera capaz de conve ncer a alguien) de qu e salvo como estribillo roma nricón , o el desplazami ento alucinante de
Nocturno de Chile no era tan buen a co mo Monsieur Pain, ésta sf un a "el joven envejecido" por la escena, resulta n decisivos: perfilan los
novelira "recomendab le". Todo esto pe nsando en lo previsible que rasgos reales de una máscara, hacen la pmona, en el sentido que da a
puede llegar a ser la "reacción" chilena (que eso es: un a reacción ) la expresió n (co mo muy bien sabe H . Ibacache) Ezra Pou nd.

257
A LEJAN DR O Z AM ~RA Una novela pendi ente

y TRES lo hace todo tan ingenua, tan pésim amente qu e bien podría moles-
tarnos, pero al final nos gusta qu e lo deje bien y pensam os, bo ba-
Finalment e: el texto de hace un año y m ed io comenzaba co n un a mente, no en nosotro s sino en el lecto r españ ol qu e se va a anima r a
pregunta sobre la recepción de este libro en España: sospechaba de co mprar el libro , etcétera, y luego, más encima, exper ime nt am os
la lectura chilena, de la inevitable (y necesaria) tergiversación qu e una no meno s reb uscada alegría cua ndo reparamo s en la oportun i-
ocurre en un a soc iedad a la qu e, por así decirlo, le cuesta menos dad de co nta r en C hile qu e esto pasa en España, qu e estas cosas
imag inar a un personaje co mo Urrur ia Lacro ix. también pasan en ,España. Porque estas cosas ta mb ién pasan en
En Mad rid, ciudad de anc iano s, y de ancianos que a su vez España.
llam an ancianos a los an cianos, y de ancia nos co n inq uietudes cul-
tu rales si es qu e no so n ellos m ismo s venerables escrito res o, en el
peor y más frecu en te de los casos, estrellas de la "filología"; en Ma-
dr id, digo , he int entad o respo nder a esa pregunta, con escaso éxito.
M ás bien co njeturo qu e Urru tia Lacro ix no resulta del to do desco-
nocido para el lector español - que, desde luego, no es el anciano , y
qui zás tam poco es mad rileño: el anciano mad rileño se dedica más
bien a consumir sus horas de lectura en las co nferencias, en los reci-
tales, o a insertar una cuña recién apren dida más tard e, en el ba r
(valga la p regunta que hace poco un o de ellos le hizo a Enr ique Vila-
Matas:
- Para term inar de juzgarlo como escrito r: ¿H a leído el Quijote?
Sin ironía, Vila-M atas contestó qu e justa ment e está cansado
de la iro nía, y qu e por eso prefier e el ep isod io d e la cue va de
Montesino s, por eso prefiere leer a Sebald) .
Lo qu e sí he descubiert o (aunq ue ya lo sabía) es q ue a los
chilenos no s gusta demasiado qu e a los español es les guste Bolaño.
H ace poco tu ve la mala suerte de conocer a un a chilen a qu e, después
de celebrar el tratado de Chile con la Unió n Europ ea (con el mismo
énfasis que debe haber festejado algún triunfo del Chino Ríos), y
[ras enorgullecerse de que la nacient e o renaciente xenofob ia de los
españo les se lim ite por ahora a "moros y ecuator iano s", despu és,
d igo, de tanta estupidez, y de un a estu pidez tan chilena, me d ice que
incluso hay un escrito r chi leno súper famo so en España, el Robert o
Bolaño, y que ella no lo ha leído pero qu e ya lo va a leer porque
cómo tan famo so acá, tiene que ser bue no el huevón.
Nos gusta que les guste, incluso cuando el resefiista de El mundo
d ice qu e Bolaño escribió la gran novela "Los asesinos salvajes" o pro-
pone ingeniosas lectu ras qu e no pu eden ser más evide ntes, o en suma,

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C OL A B O R A D O RES

Á LVARO BI SAMA. Es profesor de Castellano por la Universidad de


Playa Ancha y cgrcsado del programa de Magíster en Estudios Lati-
noamericanos de la Universidad de Chile. Ha escrito artículos para
El Mercurio de Valparaíso, la Zona de Contacto de El Mercurio y La
Tercera. Ac tua lme nte hace clases de literatura en la U nive rsidad de
Playa Ancha.

JAIM E BL UM E. Es Docto r en Literatura por la Universidad de Ch ile.


H a publi cado Cultura mítica de Chito¿ (J985), Wenuleujú: camino
del cielo (1988), Huercún: el mensaje de los cuentos map uches (199 1) y
Poes ía chilena contemp oránea (t 998) . Actualm ente es pro fesor en el
Instituto de Estética de la Pontificia Univers idad Católica de Chile.

P ABLO C ATAlÁ N. Es D octorado en Literatura por la Uni versidad


C harles de Gaulle-LilIe3 y académ ico de la misma casa de estudios.
Además es investigado r del Centro de Investigacion es Latinoam eri-
canas de la Un iversidad de Poiri ers, Francia.

ROB ERTO C ONTRERAS. Es Licenciado en Lengua y Literatura Hi spá-


nicas y profeso r de Lenguaje y Com unicación po r la Un iversidad de
Chile. H a pub licado la novela Ahora es cuando (1998). Actualmente
es colaborador estable de la revista La Calabaza del Diablo.

JAVIER EDWARD S. Abogado y crítico literario. En la actualidad publi-


ca regula rmente en Revista de Lib ros de El Merc urio y es pan elista
estable del programa radial "Vuelan Las Plum as" de Radio Un iversi-
dad de Chile.

261
PATRICIA ESPINOSA. Se desempeñ a actualme nte como pro fesora e in- RICARDO MARTfNEZ. Es Licenciado en Literatu ra y Lingüística Hi s-
vest igadora d e literatura en el Instituto d e Estética de la Pontificia p ánic as con mención en Lingüística por la Universidad de C hi le y
Universidad C ató lica de C hile y en la Escuela de Periodi smo de la an ualmente cursa el Magíster en Estud ios Cogn itivos en la misma
Un iversidad de C hile. Ejerció la crítica literaria en el d iario La Épo- casa de est udios. H a publicado art ículos sob re literatu ra en diversos
ca y hoy realiza la m isma labor en la revista Rocinante. Su email es med ios.
rnardours'rcrra. cl.
MARCELO N OVOA. Estudió Licenci atura y Pedagogía en Literatura.
G UILERMO GARCfA CORALES. Realizó estudios de Ed ucación y Lite- Es auto r de los libros de po esía LI' (1987), Minorías (1988) , Arte
ratura H ispanoam ericana . Obtu vo su Master en la Universidad de C ortante (I996) . Se ha desempeñado como crítico literario y pro -
Notre Dame y su Doctorado en la Un iversidad de Colorado. Ha du ctor de pro gram as culturales.
publicado los libros Relaciones depodery carnavalización en la litera-
tura chilena contempordnea (1995), y Poder y crimen en la literatura 1>AnJo O SES. Es periodista po r la Un iversidad de C hile y M agíster
chilena contempordnea (2002), éste último en coaurorfa con Miri an (e) en Estudios Lati noam ericano s po r la misma casa de estudios.
Pino . Actualm ente, enseña literatura lati noamericana en la Univer- Co mo novelista, es autor de: Machos tristes (I992), Rockeros Celestes
sidad de Baylor (Texas). (1992), El Viaducto (1995 ), Caballero en eldesierto (1995), La Bella
y las bestias (199 7) , Y2010. Chile en llamas ( 1998).
CRlSTIÁN GÚM EZ. Es Ma gíster en Literatura General y Do ctor (c)
en Literatura Latinoam ericana po r la Universida d de C hile. Como IVÁN QUEZADA. Ha ejercido el period ismo cultu ral en diversos me-
poeta ha publicadoAlfinal delo lejos (I996) e InessaArmand (2003) . dio s, y act ualmente lo hace en El Mercurio de Valpar aíso. Además,
Durante el 2002 participó en In ternational W riting Program de la es colaborador habitu al de la revista Rocinante.
Universidad de lowa.
)os(: PROMIS. Es Doctor ad o en Literatura por la Universidad de M a-
M ANUEL ] OFRÉ. Profesor de C astellano, M aster of Arts y Do cto r of d rid. H a publicado Testimonios y documentos de la literatura chilena y
Philosophy, ha sido profesor de las Universidades de Ca rlero n, York l.a novela chilena del último siglo, ent re otros. Es profesor de literatu -
y Toronto, en Canadá , y de Duke University (USA) y Sim6 n Bolí- ra hispanoamericana y teoría literaria en la Universid ad de Arizona,
var, en Quito. Actualmente se desempeña como profesor de la Un i- USA. Enseña peri 6dicamen te en EEU U, España y C hi le, y es cola-
versidad de C h ile y como D irector de Extensión Cultural de esa casa botador de la Revista de Libros de El Mercurio.
de estudios. Es autor de varios libros sobre teoría literaria.
GRfNOR ROJO. Ha enseñado en diferentes un iversidad es chilenas y
CAMILO MARKS. Es crítico literario en publicacion es especializadas y norteamericana s. Act ualmente, enseña en y di rige el Programa de
de circulació n nacion al, profesor en la Un iversidad de Sant iago y Posrgrado en Estudios Latinoa mericanos de la Un iversidad de C h ile
abo gado de profesi6n . Trab ajó en el C omité Pro Paz hasta 1976, aban- y es Profesor de Teoría C rítica en el Postgrado en Literatura de la
donando el país para vivir largo tiem po en Londres. Al regresar, estu- misma Un iversidad . Sim ultáneamente , sirve en calidad de Profesor
vo ligado a la Vicaría de la Solidaridad hasta su disolución . Hoy sigue Adjunto en la Universidad de Santiago de C hile. Ha pu blicado , en -
trabajando en derecho s humanos. Es auto r de la novela La dictadura tre otros, Poesía chilena delfi n de la modernidad (199 3), Dirán que
del proletariado (200 1) y la antología Grandes cuentos chilenos (200 1). esta en la Gloria... (M istral) (1997), y Diez tesissobrela crítica (200 1).
Actualmente escribe crítica literaria para la revista Qué Pasa.
MAGDA SEP ÚLVEDA. Es Doctora en Literatura por la Universidad de
C hile, y acrualmente se desemp eña co mo profesora del Insrinno de
Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

ALEJANDRO ZAM BRA. Es Magíster en Literatura por la Universidad


de C hile, y auto r del libro de poesía Bahía Inútil (J 998). Enseña
actualmente en la Un iversidad Diego Panales, y ejerce la crítica lite-
raria en el diar io Las Ú ltimas Noti cias.

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