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Disciplina: Tópicos especiales en teoría social

Profesor: José Paulo Netto

Alumno: Federico Guzmán Ramonda.

1
Introducción:
No tengo pretensiones con este trabajo más que comentar, de manera aproximativa,
algunas categorías que Lukács desarrollar en el libro Historia y Conciencia de Clases 1,
tales Categorías son la de Totalidad y el desarrollo del Fenómeno de la Reificación en la
sociedad capitalista.
Situar esta obra dentro de la trayectoria intelectual y política del autor, como el lugar
que puede tener en el desenvolvimiento del marxismo no es un tema consensual, y esto se
expresa en diferentes interpretaciones sobre la misma; tal situación llevo a caracterizarlo
como “el libro maldito del marxismo del Siglo XX” 2, solo para nombrar algunas
caracterizaciones del libro y sin intenciones de agotar el debate encontramos las siguientes
definiciones:
Así, Perry Andersson3 situará esta obra como fundadora de una tradición de
pensamiento, que denomina “marxismo occidental”, la misma tendrá coordenadas de
trabajo común que la constituirán la unidad como corriente intelectual. Algunas
características, en términos generales, innovación temática a la que se abre el marxismo
fundamentalmente abordando temáticas ligadas a la filosofía, en detrimento de la
economía y la política. Otra cuestión central que marcará a esta tradición de pensamiento
es la separación entre teoría y la práctica política, lo que va a llamar de “divorcio
estructural de este marxismo de la practica política” (Anderson,2004:50 T.N. 4). Claro que
esta escisión entre teoría y la práctica se tiene que entender en el contexto de desarrollo del
Estalinismo en la URSS, el avance del fascismo, que reducían el margen político de acción
de muchos marxistas. En la segunda pos-guerra, en el contexto de otro escenario histórico
esta tradición encontrara en la universidad un lugar privilegiado para anclarse socialmente,
esta será su locus social, encontrando en estas su lugar de actuación y desarrollo, y según
el autor esto significará un refugio “en las universidades occidentales […] estrechando su

1
La abreviatura CHyC se utilizará en el resto del texto para referirse al libro Historia y Conciencia de
Clases.
2
Netto, J.P. notas de aula. Disciplinna Tópicos especiales en Teoría Social. Río de Janeiro. Pos- graduación
en Servicio Soical – UFRJ 27/05/2009.
3
Anderson, P. “Consideraciones sobre el marxismo occidental. En los caminos del materialismo histórico”.
2004 ed. Boitempo. “traducción nuestra”.
4
T.N. Traducción Nuestra, se colocará en cada cita de autor que requiera traducción al español.

2
campo de acción a la teoría” reforzando la distancia entre elaboración teórica y la practica
política (Anderson,2004:113 T.N.)
Celso Frederico en su libro “Lukács un clásico del siglo XX” sitúa esta obra en una
etapa pre-marxista, ya que considera que en esta obra la teoría de la conciencia de Lukács
es una “reproducción, en el plano social, del autodesenvolvimiento de la Idea, presente en
la fenomenológica del Espíritu de Hegel”(Frederico,1997:14 T.N.), por su parte Leandro
Konder opinará sobre este ensayo que es “ uno de los textos teóricos más notables del
marxismo de nuestro siglo”(Konder,1980:50 T.N.)
Infranca (2007) en su articulo “Fenomenología y Ontología en el marxismo de
Lukács”, analizará las relaciones de continuidad entre el libro “Historia y Conciencia de
Clases” y la Ontología del Ser social, estableciendo que “ la relación oscilante entre
Lukács con el binomio Marx-Hegel y el análisis de la alienación, de la extrañación y el
trabajo constituyen los términos a partir de los cuales es posible examinar una hipótesis de
continuidad entre Historia y Conciencia de Clases y Ontología del Ser social”
(Infranca,2007:158) expresando además, que el análisis fenomenológico que caracteriza
esta obra “supone profundamente la vigencia de la perspectiva ontológica, precisamente
en el momento que individualiza en el fetichismo de la mercancía el principio de la
sociedad capitalista”, el fetichismo oculta el trabajo humano como fundante de la
mercancía, de esta manera, esta obra “ representa el análisis fenomenológico
necesariamente preliminar del problema de la totalidad, que abre el camino de a la nueva
definición ontológica del problema”(Idem,2007:163)
La riqueza e influencias de esta obra en diferentes intelectuales y corrientes de
pensamiento, tiene como contrapartida que la obra no influye en ninguna organización, ni
tendencia política que se desarrollaban en la época en el contexto de la III internacional
Comunista.( Cf.Konder,1980:53)
Podemos decir con Lukács que esta obra se encuentra en su “camino hacia Marx” con
Marx, donde si bien, esta ausente la categoría “trabajo”, va a recolocar en el debate
marxista la categoría de Totalidad, central al pensamiento marxiano. Nuestro autor
expresa, en el prólogo a HCyC de 1967, “ Historia y Conciencia de Clases es, pues desde
el punto de vista literario, el resumen conclusivo de mi período de maduración intelectual
desde los últimos años de la guerra. Conclusión, ciertamente, que contenía ya, en parte al

3
menos, tendencias de un estadio de transición hacia mayor claridad, aunque esas
tendencias no podían desplegarse completamente” (Lukács, 1969:22)

La Ortodoxia Marxista.
“Suponiendo –aunque no admitiendo- que investigación reciente hubiera probado
indiscutiblemente toda la falsedad material de todas las proposiciones sueltas de Marx,
todo marxista <ortodoxo> serio podría reconocer sin reservas todos esos nuevos resultados
[…] Así pues marxismo ortodoxo no significa reconocimiento acrítico de los resultados de
la investigación marxiana, ni fe en tal o cual tesis, ni interpretación de una escritura
sagrada. En cuestiones de marxismo la ortodoxia se refiere exclusivamente al
método”(Lukács,1969:2)
Esta concepción de ortodoxia al centrarse en el método y no en los productos
singulares obtenidos a partir de él, intentaba superara posibles concepciones dogmáticas
dentro del marxismo, y además abría al marxismo a aprehender y dialogar como nuevos
fenómenos que se presentaban. (Cf. Sochor, 1987:20)
También esta afirmación de la ortodoxia marxista coloca toda producción de
conocimiento -e incluso la de matriz marxiana- bajo el juicio de la historia, nada existe por
fuera y sobre esta, la elaboraciones teóricas, conceptos, abstracciones son productos que
constituyen y son constituidos históricamente, son de alguna manera, “especializaciones
del tiempo”( Cf. Harvey,2004). La historia como tiempo en movimiento, como creación
humana, no expresa una teleología que conduce a un final anticipado, como pretendían los
análisis fatalistas del “materialismo vulgar”, pensamiento este que elimina al hombre
como protagonista de la historia, ofreciendo una explicación de la vida social
absolutizando el lugar de la técnica y las fuerzas productivas, cuya determinación actuaría
como “ley natural” sobre el desarrollo social. Pero tampoco historia, aquí, es sinónimo de
continuo progresivo, como pretendía la utopía socialdemócrata que declamaba la
inexorabilidad de la victoria final.
HCyC crítica el fatalismo económico que expresan esas concepciones, con sus nefastas
consecuencias políticas para el moviendo comunista revolucionario, recoloca el
movimiento de la historia como un conflicto, como lucha de clases, donde podemos decir
tomando las palabras de Coutinho (1981) la misma se presenta como un “campo de

4
alternativas, como lucha de tendencias, cuyo desenlace final no esta asegurado, por ningún
determinismo económico en sentido unívoco, dependen del resultado de la lucha entre
voluntades colectivas organizadas” (Coutinho,1981:37 T.N.) . De modo que la “dialéctica
de la historia” en su configuración histórico concreta como proceso expresa avances y
retrocesos (Cf. Lukács,1969:209) o como nos manifiesta Kosík (1967) “En la historia el
hombre se realiza [...] solo en la historia el hombre existe […] descubre que es su propio
creador que puede llegar a ser lo que el haga de sí mismo, ángel o bestia humana […] el
sentido de la historia se halla en la historia misma: el hombre se despliega así mismo y
este despliegue histórico –equivalente a la creación del hombre de la humanidad- es el
único sentido de la historia” (Cf. Kosík,1967:255-256)
Aquí historia es mediación en la concreción de la realidad, implica y explica las
relaciones sociales constitutivas del orden burgués, la marcha dialéctica de la historia para
ser comprendida demanda considerar las relaciones sociales en su totalidad, asumir la
historia como totalidad, Lukács expresa en este sentido
“la historia como totalidad (la historia universal) no es ni la suma
mecánica de acontecimientos históricos singulares, ni el principio
especulativo trascendente […] la totalidad de la historia es ella
misma una fuerza histórica real –aunque todavía no consciente y
por ello no reconocida -, la cual no resulta separable de la realidad
(ni, por tanto, del conocimiento) de los hechos singulares sin
suprimir al mismo tiempo su realidad, su facticidad. La totalidad
de la historia es el fundamento último y real de la realidad de los
hechos singulares, de su facticidad, y por tanto de su
cognoscibilidad”. (Lukács, 1969: 169)

Es en este sentido que “génesis e historia”5 son momentos de un mismo proceso, como
dice nuestro autor, si todas “las categorías según las cuales se construye la existencia
humana aparecen como determinaciones de esa existencia […] si su conexión y su
vinculación se revelan como momentos del proceso histórico mismo, como característica
estructural del presente. Así pues la sucesión y conexión interna de las categorías no
5
… “ génesis e historia no han sido del todo consciente para la filosofía clásica […] el pensamiento
racionalista, al proponerse y buscar la calculabilidad formal de los contenidos ( de las formas) hechos ya
abstracción, tiene que definir como inmutables los contenidos dentro del sistema racional aceptado en cada
caso. El devenir de los contenidos reales – el problema de la historia – no es comprensible para ese tipo de
pensamiento más que en la forma de leyes racionales que intente dar razón de todas las posibilidades
previsibles […] pero lo importante metódicamente es que con ello se cerro el camino hacia el conocimiento
de la cualidad y de la concreción del contenido, así como el del conocimiento del devenir del contenido, o
sea, de l devenir histórico, y que el camino quedo cerrado por el método mismo. (Cfr. Lukács, 1969:159-
160)

5
constituyen , ni una serie puramente lógica, ni una ordenación según la mera facticidad
histórica” (Lukács, 1969:177)
Así en este proceso dimensión histórica y perspectiva de totalidad son dimensiones
constitutivas de la constitución de la realidad. Este entrecruzamiento entre lógica de las
relaciones de producción e historia, demanda ser aprehendido en las particularidades de las
relaciones sociales en la formación social capitalista, de modo que los acontecimientos y
procesos sociales se constituyen como productos del desarrollo histórico, que se encuentra
en constante transformación, y donde “la estructura de su objetividad” es producto de una
época histórica (Cfr. Lukács;1969:8) Si bien, hay que considerara la historia como proceso
unitario, algo que nuestro autor remarca en varias oportunidades, el criterio metódico para
comprender un acontecimiento consiste en situarlos en “su función en el todo histórico” al
que pertenece, o sea, su génesis a la luz de la particularidad historia que expresa la
sociedad capitalista.
Colocada la cuestión así, entre génesis, historia y categorías sociales, el presente se nos
coloca como “problema histórico”6 (Cfr. Lukács,1969: 174) donde desde una perspectiva
revolucionaria, desde una praxis revolucionaria, se hace necesaria la transformación de la
“filosofía en practica”, donde el pensamiento se exprese como “forma de la realidad, como
momento del proceso total”, “solo cuando el hombre consigue percibir el presente como
devenir y reconoce en el las tendencias con cuya contraposición dialéctica el mismo es
capaz de producir el futuro, solo entonces el presente, el presente como devenir se
convierte en presente suyo […] sólo el devenir concreto (histórico) es capaz de cumplir
una tal función de génesis. Y en ese devenir la conciencia (la conciencia de clase del
proletariado, prácticamente constituida) es un elemento constitutivo imprescindible”(Cfr.
Lukács, 1969:227)
Estas relaciones sociales constituidas en la dialéctica histórica donde categorías
sociales e historia se implican y explican, se forjan y determinan, el hombre se crea a sí
mismo haciendo su historia en condiciones que no elige, su acción se encuentra tensada
por la dinámica entre teleología y causalidad, de este modo, se constituirán relaciones
sociales que en su reproducción configuraran la sociedad capitalista. Para pensar esta
6
Así podemos decir que la combinación de la lógica sistémica e histórica crea un “tiempo histórico” o un
“presente histórico”, o sea, un “momento particular dentro del desarrollo de un proceso en el que una
determinada relación muestra su capacidad de articular todas las demás, asignándoles precisas funciones y
determinaciones” (Aricó,1988:106)

6
producción y reproducción de relaciones7, Lukács re-colocara como central la categoría de
“totalidad”.

Totalidad concreta como categoría


Según Lukács (1969) lo que va a diferencia sustancialmente “al marxismo de la
ciencia burguesa no es la tesis del predominio de los motivos económicos en la
explicación de la historia, sino el punto de vista de la totalidad” (Lukács,1969:29), y allí
reside la esencia del método que Marx toma de Hegel, y su cualidad revolucionaria radica
en la consideración de todos los fenómenos como “parciales, como momentos del todo,
del proceso dialéctico entendido como unidad de pensamiento e historia”. (Lukács,1968:
30)
Asumir el punto de vista de la totalidad implica asumir las relaciones de producción
de toda la sociedad constituyendo un todo8, aquí reside “el punto de partida metódico y
clave misma del conocimiento histórico de las relaciones sociales” desde esta perspectiva
metódica las partes, o mejor, los momentos singulares encuentran su “verdad y concepto
en el todo” (Cfr. Lukács,1969:11) en este encuentran la estructura de su objetividad (Cfr.
Idem.:8)

7
“ Si la primera premisa fundamental de la historia es el hecho de ser creada por el hombre, la segunda,
igualmente fundamental, es la necesidad de que en esta creación se de una continuidad” (Kosík,1963:256)
Esta continuidad implica la “conexión interna entre la praxis objetivante y objetivada de la humanidad
denominada sustancia, espíritu objetivo, cultura o civilización, e interpretada en la filosofía materialista
como unidad de las fuerzas productivas y relaciones de producción [..] La sustancia social objetiva –como
fuerzas productivas materializadas, lenguaje, formas del pensamiento- es independiente de la voluntad y de
la conciencia de los individuos, pero solo existe através de su actividad, de su pensamiento, y de su
lenguaje” (Kosík,1963:257)
8
“Esta concepción de Historia consiste en exponer el proceso real de producción, partiendo para ello de la
producción real de la vida inmediata, y en concebir la forma de intercambio correspondiente a este modo de
producción y engendrada por él, es decir, la sociedad civil en sus diferentes fases, como fundamento de toda
la historia, presentándola en su acción en cuanto Estado y explicando en base a ella todos los diversos
productos teóricos y las formas de conciencia, la religión, la filosofía, la moral, etc., así como estudiando a
partir de esas premisas su proceso de nacimiento, lo que, naturalmente, permitirá exponer las cosas en su
totalidad (y también, por ello mismo la acción reciproca entre los diversos aspectos) (Marx y
Engels,1987:40)

7
En esta propuesta la Totalidad no se reduce a una “simple regla metodológica” 9, sino
que la misma tiene estatuto de categoría, y en su acepción marxiana significa “modos de
ser y determinaciones de la existencia” (Marx,1978:121) de modo que estas condensan,
expresan, representan las formas sociales, las relaciones que determinan y constituyen la
dinámica social.
Es a partir de la centralidad categoría que se propone reflexionar sobre las múltiples
determinaciones que constituyen la procesualidad social, de manera que se destierra
cualquier reflexión que absolutizando unilateralmente una faceta o aspecto de la realidad
provoque juicios fatalistas o deterministas. Partir desde el punto de vista de la totalidad
para estudiar y analizar el proceso socio-histórico implica reconocer que los “problemas
ideológicos y económicos pierden su reciproca extrañeza y fluyen los unos en los otros”,
de modo que la “expresión literaria y científica de los problemas aparecen como expresión
de una totalidad social” (Lukács,1969:38) Los diferentes momentos de esta totalidad se
encuentran mutuamente determinados, constituyendo su autonomía relativa en relación a
los demás momentos, donde su particularidad es un momento de la constitución de la
totalidad social. Cada uno de ellos entran en una “relación dinámico-dialéctica y se
entienden como momentos dialéctico-dinámicos, de un todo igualmente dialéctico-
dinámico”, los mismos no componen una unidad indiferenciada en una identidad
(Cfr.Idem.:15)10, la misma tampoco representa “una totalidad cerrada y definitiva, antes
bien un proceso de totalización, en el cual el todo se comprende como algo abierto y
altamente dinámico; con eso los objetos analizados pierden su aparente neutralidad,
convirtiéndose en estado transitorio de un devenir ininterrumpido” (Coutinho,1996:100
T.N.)

9
“ también la categoría de totalidad ha alcanzado en el siglo XX una amplia resonancia y notoriedad, pero, a
la par de de ello, se ha visto expuesta continuamente al peligro de ser entendida de manera unilateral y
transformarse así en su opuesto, es decir, dejar de ser un concepto dialéctico. La dirección principal en la
que, en los últimos decenios, se ha ido modificando el concepto de totalidad, ha sido la reducción a una
exigencia metodológica en la indagación de la realidad. Esta degeneración del concepto ha desembocado en
dos trivialidades: que todo está en conexión con todo y que el todo es más que la suma de las partes”.
(Kosík, 1969:54)
10
“ El resultado al que llegamos no es que la producción, la distribución, el intercambio el consumo, sean
idénticos, pero que todos ellos son elementos de una totalidad, diferencias dentro de una unidad [..] Una
reciprocidad de acción ocurre entre los diferentes momentos. Este es el caso para cualquier todo
orgánico”(Marx,1978:115)

8
Esta categoría en su significación marxiana representa una “totalidad jerarquizada
donde los diferentes momentos relativamente autónomos no tienen el mismo peso en la
dinámica de conjunto formada por la interacción reciproca” (Coutinho, 1996: 93 T.N)
El punto de vista de la totalidad “desgarra el velo de eternidad de las categorías”
(Lukács,1969:17) a partir de establecer como principio de cognoscibilidad de los
fenómenos sociales, el lugar ocupado en la totalidad de relaciones, es a partir de ese lugar
que se constituye la objetividad de los diferentes fenómenos y procesos, ya que
comprender la objetividad de un fenómeno implica conocer su carácter histórico y su
función en la totalidad (Cfr. Lukács, 1969:16).
Este procedimiento metódico es fundamental para escindir analíticamente la necesaria
relación entre esencia y apariencia que se desarrolla en cada acontecimiento y proceso
social. Ante esto Kosík (1967) expresa que en el razonamiento dialéctico distingue entre
“representación y concepto de las cosas”, estas no son solo dos formas de conocimiento,
sino que expresan “dos cualidades de la praxis humana” (Cfr. Kosík,1969:25) 11.
Comprender estas dos cualidades de los fenómenos es vital para superar la inmediata
manifestación de los procesos sociales, y poder comprender lo concreto como unidad de
múltiples determinaciones, superando la mera apariencia, el mero “reflejo” de las
situaciones que no es más que “la expresión conciente del movimiento aparente” (Cfr.
Lukács, 1969:10)

El rebasamiento de la inmediatez, supone comprender en la concreción de los


acontecimientos y procesos un número mayor de determinaciones que constituyen los
mismos, esto se torna posible a partir de entender y conocer las mediaciones que los
constituyen. Mediación también es en una categoría, que en palabras del autor, constituye
la “palanca metódica de la superación de la mera inmediatez de lo empírico, no es nada
que se introduzca desde afuera (subjetivamente) entre los objetos, ni un juicio de valor, ni
11
“El mundo fenoménico tiene su estructura, su propio orden y su propia legalidad […] pero la estructura de
este mundo fenoménico no capta aún la relación entre el mismo y la esencia […] el fenómeno no es
radicalmente diferente de la esencia. Sin el fenómeno, sin su manifestación y revelación, la esencia sería
inaccesible […] la realidad es la unidad de fenómeno y esencia […] Los fenómenos y las formas
fenoménicas de las cosas se reproducen espontáneamente en el pensamiento cotidiano como realidad
(realidad misma) pero no porque sean más superficiales y estén más cerca de l pensamiento sensible, sino
porque el aspecto fenoménico de la cosa es un producto espontáneo de la práctica cotidiana, la practica
utilitaria de cada día crea el pensamiento común […] el pensamiento común es la forma ideológica del obrar
humano de cada día”… (Cfr. Kosík 28,32)

9
un deber ser […] sino que es la manifestación de la estructura cósica, objetiva y propia de
los objetos” (Lukács, 1969: 180)
En otro libro Lukács (1978) expresará que las relaciones entre las dimensiones
universal, particular y singular expresa un problema de estructura y desarrollo de la
sociedad (Cfr. Lukács,1978: 82). La dialéctica materialista “en la medida que en que
realiza y desarrolla la aproximación a la realidad objetiva conjuntamente al carácter
procesual del pensamiento como medio para esta aproximación, puede comprender la
universalidad en una continua tensión con la singularidad, en una continua conversión en
particularidad y viceversa” (Lukács, 1978:104 T.N.) “Si consideramos correctamente el
movimiento dialéctico de lo universal a lo particular y viceversa, debemos observar que el
medio mediador (la particularidad) puede menos que ser un punto firme […] de alguna
manera es un entero campo de mediaciones, este campo concreto y real que según el
objeto o la finalidad del conocimiento, se revela mayor o menor” (Lukács,1978:113 T.N.)
Pensar la desde la categoría de totalidad no implica tener que realizar una recolección
infinita de datos y comprobar su relación, más bien implica pensar el desenvolvimiento de
las relaciones sociales en proceso de totalización, en un movimiento de estructuración
permanente donde los diferentes momentos o esferas, que se van constituyendo socio-
históricamente, a partir de su interacción, y con diferente peso específico, van
constituyendo la realidad, la procesualidad social.
Este movimiento de totalización, la totalidad concreta no esta colocada al pensamiento
de modo inmediato, se hace necesario pasar de la “representación caótica del todo”, del
conocimiento de los fenómenos y sus determinaciones más generales hacia lo concreto y
lo “concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, estos es
unidad de lo diverso”. La concreción aquí se expresa como un proceso de síntesis del
pensamiento, no como punto de partida. Entonces el punto de vista de la totalidad en tanto
que método que consiste “en elevarse de lo abstracto a lo concreto”, representa una
“manera de proceder del pensamiento para apropiarse de lo concreto, para reproducirlo
como concreto pensado”, pero esta aprehensión no significa, que sea en el pensamiento la
génesis de lo concreto, pero tampoco la representación y reconstrucción de la totalidad se
puede realizar sin la intervención de procedimientos intelectivos (Cfr. Marx,1978:
116,117)

10
Esta perspectiva metódica supone la articulación de teoría y práctica, ambas como
momentos constitutivos, de los momentos, esferas y moviendo de la totalidad, ya que la
totalidad de la que habla el marxismo es una “totalidad de praxis”, “praxis es una acción
que se estructura en estructuras e instituciones”, expresa un punto de vista totalizante con
la capacidad de disolver las posiciones unilaterales objetivistas y subjetivistas (Cfr.
Coutinho, 1996:102 T.N.)
Esta categoría colocará en el centro del escenario al hombre como ser “onto-creador”
de la realidad humano social. La praxis abarca “toda la esfera de lo humano”, remarcando
que es constitutivo de la esencia humana la transformación de la realidad. La esencia
humana se expresa en “objetivaciones”, y las mismas se producen histórica y
permanentemente renovando la unidad entre hombre y naturaleza, materia y espíritu,
sujeto y objeto (Cfr. Kosík, 1969: 240). La praxis como actividad objetivo creadora del ser
social contiene y expresa el trabajo12 como actividad constitutiva de la sociabilidad, este se
presenta como actividad modelo para la praxis.
En este punto, podemos decir de un modo sumario que esta perspectiva metodológica
de abordar el estudio del movimiento social discrepa con la perspectiva Weberiana,
fundamentalmente, e que para este último el punto de partida para analizar los fenómenos
sociales es la acción del individuo, donde se hace necesario conocer y reconstruir los
motivos de esa acción. El estudio de esta, para el pensador alemán, será la única
herramienta para conocer los sentidos y significados de los procesos sociales. En estas
perspectiva es el “agente individual es la única entidad capaz de conferir sentido a las
acciones” (Cohn, 1989: 28 T.N.). De este modo en el análisis de los fenómenos y procesos
sociales, se tomarán en cuenta la incidencia de las diferentes esferas sociales con sus
respectivas legalidades, pero su interacción y el lugar que ocupan en la constitución de la
realidad se analizar a partir del lugar que cada una ocupa en construcción del sentido de la
acción individual. (Cfr. Cohn, 1989 25-33) De modo que la realidad no se aprende como

12
“ Concebimos el trabajo bajo una forma en la cual pertenece exclusivamente al hombre. Una araña ejecuta
operaciones que recuerdan la de un tejedor, una abeja avergonzaría, por la construcción de las celdillas de su
panal, a más de un maestro albañil. Pero lo que distingue ventajosamente al peor maestro albañil de la mejor
abeja es que el primero a modelado la celdilla en su cabeza antes de construirla en la cera. Al consumarse el
proceso de trabajo surge un resultado que antes del comienzo de aquél ya existía en la imaginación del
obrero, o sea idealmente. El obrero no solo efectúa un cambio de forma en lo natural; en lo natural, al mismo
tiempo efectúa su propio objetivo […] Los elementos simples del trabajo son la actividad orientada a un fin -
o sea el trabajo mismo” (Marx,2002:216)

11
un movimiento en permanente totalización o como una totalidad abierta e histórica, como
expresamos arriba, sino como desenvolvimiento inconmensurable donde la infinidad de
sentidos se deben buscar en la acción social individual.

Método y proceso político


El punto de vista de la totalidad, punto de partida del método dialéctico para
aprehender la realidad social, es necesario para fundar la intervención política
revolucionaria, ya que para nuestro autor la esencia metódica del materialismo histórico no
puede separarse de la actividad <práctico crítica> del proletariado” (Lukács, 1969:24)
Es en este sentido nuestro autor trabara una dura crítica al revisionismo
socialdemócrata y al marxismo vulgar, fundamentalmente a la concepción sostenida por
estas perspectivas para pensar la práctica y la intervención política del proletariado,
Lukács (1969) crítica el fatalismo que fundamenta la idea de “objetivo final”, como si la
revolución sería inevitable, independiente de la voluntad de los sujetos. También critica las
posiciones utópicas dentro del marxismo, donde cualquier crisis aparece como la causa y
medio necesario para un proceso revolucionario.
En ambas concepciones la practica política, la acción voluntaria organizada no es una
tarea permanente y necesaria para la transformación social, sino una actividad aleatoria de
una coyuntura precisa (coyuntura revolucionaria) 13 o actividad institucional parlamentaria
en el ámbito del estado para gestionar y conseguir reformas. En estas perspectivas el
“objetivo final”, la revolución es un estadio, un momento, un estado futuro, esta
concepción va constituyendo una disociación, un dualismo entre la táctica y la estrategia
política revolucionaria, pasando de la iniciativa política-organizativa permanente a una
posición de contemplación podemos decir. Para nuestro autor sostiene que el “objetivo
final es más bien la relación al todo (al todo de la sociedad considerada como proceso) por
la cual cobra sentido revolucionario cada momento de la lucha” (Lukács,1969:26), de
modo la tarea del marxismo ortodoxo, lejos de convertirse como tendencia en la

13
Pienso en la crítica que realiza a Rosa de Luxemburgo por sobrestimar las fuerzas elementales de la
revolución y “despreciar” por la acción organizadas conciente de las masas . (Cfr. Lukács 1969:283-307)

12
“guardiana de tradiciones” debe centrar su objetivo en el análisis de “la relación entre el
instante presente y sus tareas con la totalidad del proceso histórico” (Idem. 1969:27)
De esta manera el método opera como soporte necesario, como mediación para fundar
la actividad política, ya que si la política revolucionaria, o lo revolucionario de la política
se define en función de su vinculación y relación con la totalidad de del proceso social, el
punto de vista de la totalidad es vital, fundamental y estratégico para orientar las acciones
políticas que pretendan revolucionar las relaciones sociales. Será a partir de esta
concepción que reivindicara el rol como revolucionario de Lenin, quien según nuestro
autor será un pensador de la “actualidad de la revolución”, que implica asumir el
materialismo histórico como expresión conceptual en la lucha para la emancipación del
proletariado, “la actualidad de la revolución determina el tono principal de una época.
Únicamente esta relación entre las actividades individuales y este centro, que solo puede
encontrarse a partir del análisis de la totalidad socio-histórica, convierte en revolucionarias
o contrarrevolucionarias las acciones individuales. La actualidad de la revolución
significa, por lo tanto, tratar cada cuestión del día individual en el contexto concreto de la
totalidad socio histórica, considerada como factor de emancipación del proletariado”
(Lukács, 2005: 35). La importancia de el análisis de la totalidad socio-histórica para
fundar una práctica revolucionaria también lo encontramos cuando se coloca del lado de
Rosa de Luxemburgo en su análisis del imperialismo, que implicaba la comprensión de la
evolución de la sociedad capitalista como totalidad, lo que traía consecuencias en el diseño
de la táctica y estrategia política (Cfr. Lukács, 1969: 33-35)
Para nuestro autor el proceso Revolucionario no tiene nada de automatismos, ya que
“la transformación y la liberación no pueden ser más que un acto propio, <que el educador
mismo necesita educarse>”, donde la transformación misma no puede ser sino un acto
libre del proletariado mismo” ( Lukács, 1975: 266)

Reificación:
Leandro Konder expresará que el concepto de reificación que Lukács desarrolla a
partir el análisis de Marx del fetichismo de la mercancía da cuenta de la formas
particulares que asumirá el fenómeno de la alienación cuando esta se generaliza a través
del mercado capitalista (Cfr. Konder, 1980:50 T.N.)

13
Comprender la lógica del proceso de reproducción en el capitalismo implica desvendar
el proceso de “reificación”, dicho fenómeno se origina con la “universalización de la
forma mercancía”, cuando el trabajo abstracto se consolida como categoría social,
colocándose como producto y presupuesto de la producción capitalista (Cfr. Lukács,1969:
94). El “fetiche de la mercancía” se constituirá en la célula de las formas de objetividad y
de comportamiento subjetivo cuando el trafico mercantil se consolida como la forma
dominante de de “intercambio o metabolismo de una sociedad” (Cfr. Lukács, 1969:90)
El carácter misterioso que presenta a los productos de trabajo como algo ajeno objetiva
y subjetivamente de los hombres, no encuentra fundamentos en fuentes metafísicas o
teológicas, antes bien la resolución del misterioso de la forma mercantil, de su enigma, se
encuentra en que la “forma mercantil”, el carácter social del trabajo que produce
mercancías, expresa en “la relación global que media entre los hombres y el trabajo global,
como una relación social entre objetos” (Marx,2002:88). Una relación social articulada a
partir de de los “valores de los productos” del trabajo, donde los objetos para el uso son
determinado como valores, donde las relaciones sociales de producción logran que los
mismos producto de trabajo adquieran una objetividad de valor, socialmente uniforme,
separada de su objetividad de uso, sensorialmente diversa” (Marx,2002:89).
Marx (2002) expresa para graficar este fenómeno:
“Lo que interesa ante todo, en la práctica, a quienes intercambian mercancías es
saber cuanto producto ajeno obtendrán por el producto propio; en que
proporciones se intercambiaran los productos. No bien esas proporciones
adquieren cierta fijeza consagrada por el uso, parecen deber su origen a la
naturaleza de los productos del trabajo […] En realidad, el carácter del valor
que presentan los productos de trabajo, no se consolida sino por hacerse
efectivos en la práctica como magnitudes de valor. Estas magnitudes cambian
de manera constante, independientemente de la voluntad, las previsiones o los
actos de los sujetos de intercambio. Su propio movimiento social posee para
ellos la forma de un movimiento de cosas bajo cuyo control se encuentran, en
lugar de controlarlas […] Las determinaciones de las magnitudes de valor por
el tiempo de trabajo es el misterio oculto bajo los movimientos manifiestos que
afectan los valores relativos de las mercancías…” (Cfr. Marx, 2002:91-92)

Lukács (1969) estudiando este proceso expresará, que insertándose el trabajador en la


producción a partir de la ventea de la fuerza de trabajo se inserta en un “proceso parcial,
ya mecánico- racional”, y tomando en cuenta que el “tiempo es el espacio del desarrollo
humano”, manifestará que el problema del tiempo de trabajo fundamento de la
cuantificación, representara una “cáscara reificadora y reificada” que se extiende sobre la

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esencia de los objetos y sobre el contenido de su existencia, ya que el trabajo es una
manera de expresar la esencia humana (Cfr. Lukács, 184-185)
Este procesos de reificación profundiza el proceso de racionalización que alcanza a la
organización del proceso de trabajo en la sociedad capitalista, y otros ámbitos de la vida
social. Proceso de trabajo que se caracteriza por eliminar las propiedades cualitativas del
trabajo ya que este se descompone cada vez más en operaciones parcializadas y
previamente planificadas, lo que profundiza la mecanización racional del mismo. Esta
organización del trabajo que encuentra su paradigma en el Taylorismo, va a generar una
“descomposición espacio-temporal” de la organización del proceso de trabajo a partir de la
mecanización y la especialización de las tareas; y provocara una fragmentación del sujeto,
que al reducirse a repetir tareas parcelarias previamente diseñadas, su actividad se va
tornando más intensamente contemplativa. Proceso este que modificará o transformará las
categorías básicas del comportamiento inmediato, reduciendo “el espacio y el tiempo a un
común denominador, nivela también el tiempo según el plano del espacio” ( Cfr. Lukács,
1969: 96,97).
La equiparación de de los trabajo en magnitudes de tiempo, crea una situación donde
la cantidad tiene más importancia que la calidad, donde el “tiempo pierde su carácter
cualitativo, mutable, fluyente; cristaliza en continuo lleno de cosas exactamente
delimitadas, cuantitativamente medibles ( que son los rendimientos del trabajador,
reificados, mecánicamente objetivados, tajantemente separados de la personalidad
conjunta humana) y que es él mismo exactamente delimitado y cuantitativamente medible:
un espacio” (Lukács, 1969:97)
Esta cuantificación del tiempo, este tiempo abstracto exactamente medible,
consecuencia de la producción científica, se universaliza a diferentes áreas de la vida
social, ya que “el principio de mecanización racional y calculabilidad tienden a abarcar
todas las formas de manifestación de la vida”. Con el Capitalismo por primera vez en la
historia “la sociedad entera esta sometida, tendencialmente al menos, a un proceso
económico unitario, de que el destino de todos los miembros de la sociedad esta regido por
leyes unitarias” ( Cfr. Lukács,1969: 97-99)
Con la producción y reproducción de las relaciones sociales capitalistas esta
“objetivación racional” encubre, atraviesa todas los procesos sociales. En este proceso

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tendrán importancia decisiva las “categorías de la economía burguesa”, las mismas
constituirán formas de pensar válidas y objetivas para este modo de producción (Cfr.
Marx,2002:93) Las mismas van a expresar “ formas cristalizadas de la praxis cotidiana de
la sociedad burguesa”, no representan “meros conceptos de economía política, ni meras
formaciones subjetivas, son unidad de conciencia y de su objeto”, de modo que permiten
que el “contenido objetivo del movimiento de esas relaciones de producción reificadas se
transforman en finalidades y motivaciones subjetivas de la actividad consciente de los
hombres” (Sochor,1987:50T.N.)
Lukács (1969) va analizar como este proceso de reificación y racionalización a
atravesar diferentes manifestaciones de la vida social, como diferentes áreas del
conocimiento como la sociología, la economía, ciencia jurídica y la filosofía, de manera
que la intensificación de la división del trabajo profundiza la especialización y la
consolidación de “intereses profesionales”, generando un fenómeno en la ciencia misma
que también queda presa de la inmediatez y fragmenta la totalidad de la realidad (Cfr.
Lukács,1969:112) De manera que el taylorismo se “arraiga ya en lo psíquico”, implicando
una intensificación de la “estructura reificada de la conciencia como categoría de toda la
sociedad” (Cfr. Lukács, 1969: 108)
Así en el marco de las relaciones sociales capitalistas se genera un praxis reificada
que objetiva una “segunda naturaleza”, donde el “ser social del hombre ha destruido a éste
en cuanto hombre” (Cfr. Lukács,1969:153)

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