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Inversión, desarrollo y su majestad; la tasa

de descuento.
Cuando pienso en desarrollo integral, sostenible, generador de bienestar y oportunidades
para todos, pienso en la inversión como su real causa y motor.

Cuando pienso en mis amigos empresarios e inversionistas en general, cuya gestión es


profesional y orientada a la creación de valor en el largo plazo, identifico un factor común
muy presente y poco visible a veces para el común de los ciudadanos: su majestad, la tasa
de descuento.

¡No! No es ninguna promoción u oferta, sino la principal variable en todo análisis de


inversión, sea esta grande o pequeña, nacional o extranjera, privada o pública.

Si lo quiero poner fácil, la tasa de descuento es la tasa mínima de rentabilidad que un


inversionista exige a un proyecto para llevarlo a cabo. Mientras mayor sea la rentabilidad
que se exige, menor será la probabilidad de que se ejecute el proyecto con todos los
beneficios consecuentes para la sociedad.

¿De qué depende la tasa de descuento?

De múltiples factores objetivos y subjetivos (recuerden que las finanzas son ciencia y arte),
pero destacan tres: la oferta de crédito proveniente del ahorro, el costo de oportunidad
y el riesgo percibido.

Mientras mayor sea el ahorro, mayor será la oferta de crédito en la economía, y menores las
tasas para financiar proyectos. Por lo tanto, mayores los incentivos para ejecutarlos.

Mientras mayor sea el costo de oportunidad, es decir mientras mayor sea la rentabilidad
percibida en otras opciones, en otros mercados o en otros países, mayor será la tasa de
descuento.

Mientras mayor sea el riesgo "percibido" en el proyecto, en el sector, en el país, mayor será
la tasa de descuento exigida.

Conclusión simple y compleja a la vez: si queremos prosperidad alentemos la


Inversión. Si queremos inversión contribuyamos desde el sector privado y el sector
público a que la tasa de descuento utilizada en las evaluaciones baje.

Entonces, primero, fomentemos el ahorro nacional sostenible y no sólo el consumo y


disfrute de corto plazo. Cuidado con el populismo y el consumismo irracionales y
coyunturales.
Segundo, contribuyamos en cada acción y decisión que tomemos desde cada uno de
nuestros roles a que seamos un destino atractivo para la inversión y competitivo con otras
opciones en otros mercados.

Es decir, contribuyamos a que se reduzca el atractivo de la mejor alternativa a invertir en


nuestro país y que sea nuestro país el mejor.

Entonces, seriedad, puntualidad, y, principalmente, ética y relaciones basadas en la


confianza son la clave, además de los factores obvios como seguridad, estabilidad, etc.

Finalmente, y como tercer punto, reduzcamos el riesgo de nuestro país. No basta, y


afortunadamente nuestros hacedores de política cada vez lo entienden mejor, inflación baja
y economía creciendo para atraer capitales.

Reduzcamos la informalidad, la "viveza", el oportunismo como formas de negocio.

Pensemos en grande. Pensemos en reglas claras y estables orientadas a largo plazo.

Pensemos en transparencia y respeto por la propiedad y los derechos del otro.


Consolidemos nuestro orgullo nacional, nuestra institucionalidad democrática, nuestro
sistema judicial, etc. etc. Actuemos como primer mundo. Pensemos en el futuro de nuestros
hijos. Seamos realmente el Jaguar de América.

Podría escribir mucho más sobre cada uno de los puntos anteriores, pero creo que es
suficiente para motivarlos a reflexionar en el rol de cada uno y en las formas de contribuir
a este gran objetivo nacional.

Hasta la próxima y gracias por su participación y comentarios enriquecedores en este foro


que es de ustedes y para ustedes.

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