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Santi d’León

TRABAJA MENOS Y
GANA MÁS
GENERANDO
INGRESOS
PASIVOS
Guía completa paso a paso para imitar
el
éxito financiero y la vida de los nuevos
ricos
Título original de la edición en lengua
castellana: Trabaja menos y gana más
generando ingresos pasivos

Edición original en lengua castellana


publicada por Ediciones D’León,
ediciones digitales
Copyright © Santi d’León y Ediciones
D’León
Copyright © de la edición en lengua
castellana, Ediciones D’Leon. Madrid,
España.
Primera edición: noviembre 2014
Maquetación y portada: Sodyum Design
– sodyumdesign.com
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libro deberá buscar por su cuenta y riesgo a
un profesional debidamente titulado y
autorizado. Los autores, el editor y la
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la que el lector pueda incurrir al usar o aplicar
por su cuenta y riesgo los contenidos de este
libro.
ÍNDICE DE CONTENIDOS

Prólogo: ¿Para qué necesitas este libro?


Introducción

PRIMERA PARTE - Capítulos


1 – Empleo vs. Ingresos pasivos
2 – El sentido común es el 90% de un
negocio
3 – La mentalidad que genera ingresos
pasivos
4 – ¿Qué van a decir de ti cuándo lo
hagas?
5 – Disolver las dudas

SEGUNDA PARTE – Capítulos


6 – ¿Qué son los ingresos pasivos?
7 – Tipos de ingresos pasivos y sus
beneficios
8 – 5 pasos decisivos para conseguir
ingresos pasivos
9 – Crear ingresos pasivos que fluyan
durante años
10 – Consideraciones finales
11 – Guía paso a paso para crear
ingresos pasivos

TERCERA PARTE – Contenido extra


Capítulo extra - Más recursos para tu
formación
Cuéntale a los demás acerca de este
libro
Este no es el fin, es el comienzo
Información de contacto
PRÓLOGO
¿Para qué necesitas este libro?

Si en este momento tu vida se


encuentra en una encrucijada financiera
o laboral este libro ha sido escrito para
ti.
Desde muy joven me ha encantado
el mundo de los negocios, es un ámbito
en el que puedo estar en contacto con
gente muy diversa y donde día a día
surgen nuevas propuestas e ideas que
deseo poner en práctica.
Leo decenas de libros al año
sobre comercio internacional, el
mercados de valores, metales preciosos,
negociación, bonos, arbitraje,
especulación bursátil, bienes raíces,
contabilidad financiera, management,
marketing, creación de empresas,
negociación, startups, productividad y
motivación personal.
También soy consumidor de
podcasts, programas de televisión,
documentales y series sobre las grandes
empresas del mundo y su gestión.
Hace algunos años, uno de mis
socios que es un buen amigo —además
de millonario— me regalo un libro
difícil de conseguir “Como obtener el
éxito personal y financiero” de David J.
Schwartz, junto con un consejo que,
desde entonces, no he olvidado “Los
negocios son en un 90% sentido
común”.
En la mayoría de las personas, sin
embargo, el sentido común, es el menos
común de los sentidos, quizás por eso
tantos negocios acaben desapareciendo
o conduciendo a la ruina a sus
propietarios y a sus familias
obligándoles a permanecer como
empleados durante años —tal vez
durante el resto de su vida—.
La generación de ingresos pasivos
es una forma de negocio que me resulta
del todo fascinante por su potencial
económico. Sin embargo es abrumador
el hecho de que, la inmensa mayoría no
piensan siquiera en conseguir ingresos
pasivos. Nos han condicionado desde
pequeños para no hacerlo.
Como podrás suponer, he leído a
todos —o casi todos— los gurús
financieros actuales así como blogs,
entrevistas y artículos sobre este tema. A
algunos de ellos les conocerás o habrás
oído hablar de ellos, personas como
Robert Kiyosaki, Tim Ferris, Donald
Trump o Steve Pavlina —entre otros—.
Sin embrago, en lengua castellana,
sigue faltando una gran cantidad de
material disponible para el estudio
sobre este tema y para quienes quieran
mejorar sus habilidades financieras y
ganar dinero mientras duermen, cenan
con su pareja o están de vacaciones en
alguna isla alejada del mundo leyendo
un libro como este. Yo mismo he
experimentado esa tranquilidad y puedo
asegurar que no se compara con ninguna
otra. Esa sensación de libertad que
brindan los ingresos pasivos no tiene
comparación.
He escrito este libro porque
después de estudiar el material existente
sobre como crear flujos de ingresos
pasivos, he notado algunas zonas
incompletas o inconexas que dejan a
medias a quienes quieren explotar esta
vía de ingresos. En la mayoría de los
casos lleva varios meses establecer las
conexiones necesarias sobre ese
material para echarlo a rodar
definitivamente.
Eso sin hablar de la cantidad de
refritos de autores angloparlantes a los
que muchas veces se les quita toda
atribución de sus ideas o —peor aún—
son desvergonzadamente copiados.
Creedme, tengo 43 años y he leído
y leo mucho —mucho— y he visto cosas
que no creeríais —por decirlo con algo
de humor—.
De todas formas, creo firmemente
que la gente es lo suficientemente lista
para separar el trigo de la paja por si
misma, así que no voy a ser yo quien
emita un juicio de valor sobre el tema.
¿Quién mejor que ustedes, como
lectores, para tener la última palabra
sobre lo que vale o no vale la pena
leer?.
También hay algunas
publicaciones muy decentes, todo hay
que decirlo, pero, de algún modo dejan
algún aspecto sin tratar.
Escribo este libro porque así
puedo aportar valor a todos aquellos
que comparten mis inquietudes
financieras y que quieren aprender como
crear sus propios flujos de ingresos
pasivos y al mismo tiempo
compartiendo mi experiencia en este
tema creo un flujo de ingresos pasivos
propio a través de dicho valor.
Este es un gran momento para ti,
lo sé, yo he estado en ese lugar y sé lo
que se siente. La puerta hacia una nueva
forma de libertad financiera se está
abriendo delante de ti y te invito a pasar
a través de ella para que, cuando salgas
por el otro lado seas alguien diferente.
Alguien con una visión más aguda
de las posibilidades para crear y
mantener flujos de ingresos pasivos de
gran valor que perduren durante años
metiendo dinero en tus bolsillos —o
mejor dicho en tu cuenta bancaria—.
No me andaré con rodeos, iré
directo al grano aclarando conceptos
dudosos y explicando en detalle que son
—y que no son ingresos pasivos—.
Como se crean y se mantienen activos a
largo plazo. Detallaré las opciones más
habituales para conseguir ingresos
pasivos con sus pros y sus contras —
desde un punto de vista empresarial,
cosa que no se hace en otros libros—.
Te hablaré de cómo puede que se
lo tome tu familia y amigos y de como
lidiar con sus opiniones —muchas veces
contrarias a nuestros intereses—
tocaremos todo lo necesario para que al
finalizar des el primer paso y puedas
crear tu plan para conseguir tu primer
flujo de ingresos pasivos.
Acabas de abrirte una gran puerta
hacia la libertad financiera
¡Enhorabuena!

Santi d’León
Madrid, noviembre de 2014
INTRODUCCIÓN

Aprender a crear flujos de


ingresos pasivos de forma sistemática es
una de esas cosas que cambian tu vida.
Cuando esta idea eche sus raíces en tu
mente serás como un misil y ya no
podrán detenerte. Retomarás el control
financiero de tu vida y te preguntarás
¿Cómo no me di cuenta antes? ¿Por qué
nadie me lo dijo? no te preocupes, a
todos nos pasa lo mismo en este punto.
Recuerda que nadie —ni el más
inteligente en su campo— nació
sabiendo hacer lo que hace tan bien, lo
cierto es que hubo un momento en su
vida en que no sabía nada al respecto,
así que deja de lado tus prejuicios
iniciales y centrémonos porque esto se
va a poner realmente interesante.
Supongo que alguna vez habrás
oído hablar de Warren Buffett —el
inversionista más rico del planeta—,
este señor con cara de bonachón
comienza sus charlas a jóvenes
estudiantes, llenos de sueños de
convertirse en futuros millonarios, con
una afirmación contundente que deberías
recordar durante el resto de tu vida:

“No hay nada que yo haga en mi


vida o en mi trabajo que vosotros no
podáis aprender a hacer igual o mejor
que yo. ¡Nada!”

¡Qué gran verdad! que vale la


pena no olvidar, no solo en lo referente
a inversiones de capital, sino a
cualquier habilidad que quieras
desarrollar a lo largo de tu vida, como
aprender a crear flujos de ingresos
pasivos.
Si te interesa ver sus charlas
puedes encontrarlas en YouTube —
subtituladas en castellano—. Aunque
este libro no trata sobre el tipo de
ingresos pasivos de alguien como
Warren Buffett, lo que dice sobre la
posibilidad de aprender es fundamental
en la creación de flujos de ingresos
pasivos.
Te recomiendo que imprimas y
pegues su afirmación en una hoja de
papel con grandes letras a modo de
tarjeta que puedas leer cada vez que te
asalten las dudas para recobrar
rápidamente la confianza y la
concentración.
También puedes utilizar la
afirmación que yo tengo pegada en mi
campo de visión cerca de la pantalla de
mi ordenador y que me sirve para
recordarle a mi mente de forma
subconsciente que debe despejar las
dudas rápidamente cuando me topo con
alguna piedra en el camino:

“Todo se puede aprender y


mejorar y por tanto todo es posible”
No necesito ponerla justo frente a
mis ojos —bastará con que esté en mi
campo de visión— así, mi cerebro por
si mismo, se encargará de leer esa
afirmación todo el tiempo y cuando me
asalte alguna duda mi vista se irá de
forma automática hacia la tarjeta
recuperando la concentración.
Cuando descubres la importancia
que puede tener en tu vida aprender a
generar flujos de ingresos pasivos, tu
interior se ve repentinamente invadido
de una gran cantidad de emociones
difíciles de describir en palabras. Pasas
de la ansiedad a la incredulidad, del
desasosiego al temor y luego a una
profunda sensación de libertad una y
otra vez en un intento por volver a
organizar todo lo que sabías —o creías
saber hasta ese momento—.
No te preocupes, es solo el
revulsivo inicial. Tu mente ha puesto en
marcha el motor de tu imaginación y tus
ideas se están comenzando a bullir. Son
todos síntomas normales de que estás a
punto de dar un salto importante en tu
vida y que puede llevarte a un nivel
superior del que te encuentras ahora
mismo.
Recuerdo claramente cuando tomé
conciencia sobre el impacto de
introducir en mi vida los flujos de
ingresos pasivos. Fue a través del libro
Padre Rico y Padre Pobre de Robert
Kiyosaki y Sharon Lechter —a finales
de 2007—.
Eso cambió definitivamente mi
forma de pensar y de trabajar.
Se puede decir que desde pequeño
he tenido espíritu emprendedor y
empresarial por lo que ya conocía el
concepto de ingresos pasivos —renta
residual, regalía o interés— y, como la
mayoría, me había quedado en la
cascara sin percibir el valor a largo
plazo de ponerlo en práctica.
Hay una gran distancia entre
comprender algo y apreciar su
verdadero potencial de futuro —de lo
contrario todos seríamos especuladores
bursátiles—.
Por entonces yo vivía en una
especie de “día personal de la marmota”
—algo que se repite igual día tras día—
aunque el germen empezaba a crecer en
mi mente.
Me despertaba a las seis de la
mañana, me duchaba y salía a toda prisa
—sin desayunar— para hacer un viaje
de casi dos horas —primero en metro o
autobús y luego en tren y luego otra vez
autobús— hasta mi trabajo en la otra
punta de la ciudad, aprovechaba ese
tiempo para estudiar, planificar y pensar.
Allí permanecía durante diez
horas cada día esforzándome por ser el
mejor haciendo mi trabajo para que me
tuvieran en cuenta, si tenía un rato libre
estudiaba más, al final de la jornada
emprendía la vuelta a casa, otra vez casi
dos horas que usaba para estudiar un
poco más o simplemente cavilar.
Llegaba cansado, cenaba algo, me
ponía al día con los temas de la casa y
me quedaba dormido en el sofá; de
madrugada me pasaba a la cama y a las
seis de la mañana de vuelta a empezar.
Daba lo mismo que hiciera frío,
lloviera, nevara o asfixiara el calor así
eran todos mis días en aquel entonces.
Aún no lo sabía, pero todo estaba
a punto de cambiar debido a uno de mis
proyectos de negocio. Uno de mis jefes
vio el potencial de mi idea y se
convirtió en mi socio aportando el
capital para crear una nueva compañía,
fue una sensación maravillosa
conseguirlo y —sin preverlo— me puso
en contacto directo con los beneficios de
los ingresos pasivos —en este caso
publicitarios—.
Desde entonces muchas cosas han
sucedido, y sobre todo, he aprendido
mucho sobre como generar y como
funcionan los ingresos pasivos.
Cuando aprendas a crear tus
primeros flujos de ingresos pasivos y
compruebes sus resultados en primera
persona estarás de acuerdo conmigo en
que muy pocas te hacen sentir tan genial.
Entremos de lleno en el tema. En
el primer capítulo dejaremos claras las
diferencias entre ganar dinero en un
empleo convencional donde se te paga
por tu tiempo y crear un flujo de
ingresos pasivos donde se te paga por el
valor que eres capaz de aportar a los
demás.
¡No te lo creerás!
PRIMERA PARTE
CAPÍTULO 1
Empleo vs. Ingresos pasivos

Antes de comenzar quiero aclarar


que no tengo nada en contra de los
empleos, afortunadamente, todos somos
diferentes y muchos se sienten a gusto en
sus empleos actuales. Algunos han
pasado tanto tiempo trabajando para sus
empresas que estas se han convertido en
su segundo hogar —o el primero—.
Es importante que cada uno tome
sus propias decisiones, por eso voy a
exponer algunos aspectos del empleo
basados en mi experiencia y en la de
mucha gente a la que conozco, para que
puedas decidir por tu cuenta.
Se trata de aspectos poco
analizados a la hora de decidir a largo
plazo como vas a ganar tu sustento y que
creo que pueden ayudar a cualquiera que
los lea a tomar decisiones más
inteligentes sobre su presente y su
futuro. Así que ¡vamos allá!
¡Olvida todo lo que sabías hasta
ahora del empleo porque casi todo eso
es falso!
Así de rotundo te lo digo, a
continuación voy a enumerarte paso a
paso cada una de las situaciones a las
que te enfrentas para conseguir y
mantener un empleo y comprobarás lo
contundente de esta afirmación. Al
finalizar el capítulo sentirás ganas de
tomar un vaso de agua para pasar el
trago así que ve preparando algo de
agua fresca —puedes reemplazar el agua
por el whisky—.
Que algo se haga de una
determinada manera por la mayoría de
las personas no significa que sea lo
correcto ni lo más conveniente.
Probablemente te hayan lavado el
cerebro durante tantos años que no des
cabida si quiera a reflexionar sobre la
posibilidad de encontrar una manera
diferente de conseguir ingresos.
La gente no deja de pensar que las
cosas están muy mal—y ahora peor—
así que es mejor conseguir un buen
empleo y amarrarse a la silla de la
oficina de por vida.
El condicionamiento social al que
estamos sometidos es tal, que salirse del
molde y reflexionar se hace muy difícil.
Todo comienza en casa cuando somos
muy pequeños y luego en la escuela y la
universidad cuando crecemos. Estos
ambientes nos hacen aceptar sin planteos
algunas ideas por el simple hecho de
que si todo el mundo lo hace eso será lo
correcto y lo que hay que hacer.
Posiblemente tus padres lo hayan
hecho así, tus compañeros y amigos
también lo hayan hecho igual y tu pareja
también, así que se hace lo mismo y se
espera que todo vaya bien ¿verdad?.
Pues no.
Me estoy refiriendo al hecho de
que te hayan educado sin que lo sepas
para conseguir un empleo y considerarlo
el mejor —y a veces único— medio de
ganarte la vida. Te han programado
desde siempre para buscar un empleo y
ganar dinero y cuando quieras más
dinero —siguiendo tu programa— te
verás en la obligación de trabajar más
o de buscar un segundo empleo. Esto es,
hasta cierto punto, ridículo.
Tanto si has estudiado como si no,
lo más probable es que te hayan
inculcado que hay un solo camino para
ganarnos la vida, el empleo. Nuestro
sistema educativo forma mejores
empleados y no mejores individuos o
individuos más felices.
¿No me crees? Si estás en tu lugar
de trabajo, levanta la vista un momento y
observa cuantas caras de felicidad hay a
tu alrededor. Las hay con un gesto tenso
y las hoy de completa ausencia. Están,
pero no están. ¿qué te parece? ¿se
percibe verdadera felicidad allí donde
estás? ¿sientes que la gente es feliz allí
cada día?
¿Y tu, qué te gustaría estar
haciendo ahora mismo en lugar de estar
allí?.
Si toda la gente con la que te
rodeas vive únicamente de su empleo es
fácil que lleguen a la conclusión de que
es la mejor forma de ganarse la vida.
¡Eso no son más que bobadas! Que
los demás hagan algo en masa, no quiere
decir que tú estés en la obligación de
hacer lo mismo. De hecho, cuando notes
que todos hacen algo en masa y tú
también deberías preguntarte ¿por qué
estamos actuando como corderos?.
No hay nada de malo en que
busques un empleo como los demás —ni
que compres el nuevo teléfono móvil
como los demás— si es eso lo que
quieres, lo malo es que lo hagas sin
pensar. Si consideras que conseguir un
empleo es la única —o la mejor—
manera de obtener ingresos para
sustentar tu estilo de vida estás errando
de pleno. ¡Eso es completamente falso!.
Conseguir un empleo no es ni la
mejor ni la única manera para obtener
ingresos aunque sea la manera más
utilizada. En cambio es mejor sustentar
tu estilo de vida generando flujos de
ingresos pasivos, tantos como te sea
posible.
La gran diferencia que existe entre
ganar dinero con un empleo y ganar
dinero de forma pasiva es el meollo de
este libro.
Grábate esto en la cabeza, cuando
recibes un salario a través de un empleo
te están pagando por el tiempo que
dedicas a ese empleo —más que por tus
habilidades, te pagan por tu tiempo—.
¿No me crees? Entonces pregúntate ¿por
qué te infravaloran en tu trabajo? ¿por
qué te hacen trabajar más horas de las
que habías acordado inicialmente? ¿por
qué no te dan más responsabilidades?
Yo te lo diré. Porque quieren
sobre todo tu tiempo.
En cambio, cuando creas un
ingreso pasivo basado en el valor que
puedes aportar a los demás todos se
benefician —y ese todos te incluye a ti
también—.
Entiendo que ahora mismo sientas
algo de confusión, pero cuando acabe
este capítulo verás las cosas mucho más
claras y cuando termines este libro —o
antes— podrás responder con seguridad
a la siguiente pregunta ¿quiero que me
paguen por mi tiempo o por el valor que
soy capaz de crear para los demás? —
bebe un poco de agua o whisky—.
Si hablas con gente que siempre
ha vivido de sus empleos posiblemente
todos estén de acuerdo en que tener un
empleo es la forma más segura y fácil de
ganarse la vida y prosperar.
Si hablas con alguien que lleva
mucho tiempo desempleado y atraviesa
una circunstancia de necesidad, te dirá
que lo que más desea en el mundo —
sobre todas las cosas— es conseguir un
empleo, de hecho se conformará con
cualquier empleo que consiga, incluso
si no tienen nada que ver con lo que ha
hecho durante toda su vida o si es para
ocupar un puesto inferior en la escala
corporativa del que tenía anteriormente.
Algunas personas encuentran que
solo les es posible conseguir dinero
para sustentar sus vidas a través de uno
o más empleos. Así que te dirán, sin
duda alguna, que buscar un empleo es la
mejor decisión que puedas tomar para
labrarte un futuro más seguro.
¡Vaya idea más tonta! Si aceptas
esa idea sin más, te deseo la mejor de
las suertes, porque la vas a necesitar.
Entrar en el mundo corporativo no es, ni
de lejos una tarea sencilla y muchas
veces tampoco es agradable a largo
plazo.
Las encuestas del organismos
internacionales relacionados con el
bienestar laboral han demostrado que
más del 80% de las personas que tienen
un empleo, trabajan en algo que no les
gusta o para lo que no han estudiado, y
además, se consideran mal pagados y
mal valorados.
Esto tiene que ser significativo
para ti de alguna manera. Hablamos del
80% de los empleados (8 de cada 10).
Es una cifra aplastante y eso en los
países que mantienen un estándar laboral
digno o mínimamente digno. En países
del tercer mundo o países con altos
niveles de corrupción gubernamental, la
cifra podría ser incluso mayor. Nadie
quiere ser explotado laboralmente de
por vida.
Aunque el porcentaje varíe de
empresa a empresa, en general, puedes
esperar con seguridad que, al menos la
mitad de tus compañeros —y
posiblemente tú también— no están a
gusto con su empleo aunque necesiten
percibir un salario.
Esta situación es ridícula y
anormal, no puede sostenerse a largo
plazo. Pero si lo piensas es hasta cierto
punto esperable porque tanto los
procesos de selección de personal como
muchas de las políticas internas de las
empresas parecen estar pensadas para
empleados carentes de sentimientos,
familiares y cualquier ambición
personal. Ese 80% de frustración
demuestra la miopía de mundo
corporativo.
En algún momento de nuestra vida
llegamos a pensar —o nos convencen—
que obtener un único ingreso
proveniente de un empleo es lo más
seguro para hacer frente a nuestros
gastos. Es increíble que tanta gente siga
creyendo que es más seguro depender de
otra persona en vez de uno mismo para
mantener sus ingresos; más cuando la
otra persona —tu jefe— es un completo
desconocido que solo necesita algo de
ti, tu tiempo.
Tu jefe mañana podría empezar a
“tenerte entre ojo” porque no le ha
gustado tu rendimiento, tu forma de
mirar, que sueles llegar un poco tarde
por la mañana —aunque vivas muy lejos
— o porque simplemente no le gusta
alguna cosa trivial.
Resulta más irónico aún, si
piensas que muchos jefes ni siquiera
saben exactamente que hacen sus
empleados o la problemática de sus
labores cotidianas —tu jefe no sabe, ni
le preocupa, que la impresora nunca
funciona—, pero aún así valora la
actitud y el tiempo que dedicas a tu
empleo. Puede que hagas bien tu trabajo,
pero si no le caes en gracia a alguien
importante, antes o después, por un
motivo u otro te verás en la calle —
probablemente antes—.
¿Cómo empezó todo? Pues bien,
comienzas este tortuoso camino, con una
entrevista de trabajo, o mejor dicho, con
muchas entrevistas de trabajo.
Posiblemente tengas que aceptar
el empleo en el que te acepten a ti y no
el que te hubiera gustado conseguir —
aún si cuentas con la cualificación
necesaria—, porque lo jefes tienen
criterios muy diferentes a la hora de
contratar personal. Tal vez prefieran
contratar a alguien conocido de otro
trabajador de la empresa, aunque esté
menos cualificado, solo porque alguien
responde por esa persona. O prefieran
descartarte porque, en la entrevista, con
los nervios sudabas mucho y les
recuerdas a su cuñado. Es una verdadera
demencia.
Ese tipo —tu jefe— puede venir
mañana y decirte “¡Estás despedido/a!”
y seguir con su vida como en el
programa de El Aprendiz con Donald
Trump.
En ese punto, te guste o no, tendrás
que recoger tu cheque y tus cosas —
aunque podrían impedírtelo si quieren—
e irte con la cabeza gacha. Otra vez a la
casilla de salida. Otra vez a hacer
decenas de entrevistas pidiendo una
oportunidad.
Si sigues en tu empleo no estás
mejor. Puede suceder que tu jefe sea el
perfecto —o la perfecta— imbécil que
se atribuye los méritos de tu trabajo y te
culpa a ti o a tus compañeros cuando no
se alcanzan los objetivos que él mismo
no sabe gestionar —curiosamente este
perfil de jefes parece muy demandado
en las empresas—.
Deberás aceptar que en el mundo
corporativo, cuando te cruzas con un
jefe imbécil, no tienes más alternativa
que soportar y saludar con una sonrisa si
quieres conservar tu empleo y a veces ni
siquiera eso funciona, te vas a la calle
igual. Muchas veces sin miramientos y
sin gratitud. Es muy doloroso.
En un empleo tampoco puedes
decidir sobre aspectos cruciales a la
hora de hacer tu trabajo; por ejemplo,
elegir tu espacio de trabajo. Tendrás que
trabajar en el espacio que te hayan
asignado, aunque no sea cómodo para ti.
Si la persona que ocupaba antes ese
puesto podía hacerlo en 4 metros
cuadrados, tú deberías poder hacerlo
también —¡y te lo dirán!— aunque tu
volumen corporal sea mayor.
Si hacen cambios en la oficina y
quieren cambiar de sitio los muebles,
pues, los moverán y tendrás que moverte
tu también —te guste o no— ellos
decidirán donde estás mejor para hacer
tu trabajo, tu opinión casi nunca cuenta.
Es posible que te dejen
acondicionar un poco el espacio para
que te sientas “como en casa”, pero es
un placebo psicológico, si intentas hacer
grandes cambios como cambiar tus
cosas de sitio se te echarán encima.
Tampoco podrás estar cambiando tus
cosas de sitio todos los días hasta
encontrar la posición más cómoda
porque molestarás a tus jefes y a tus
compañeros y posiblemente te dirán que
“mejor que dejes las cosas como están
de una vez” porque podrías tener
problemas —da miedo de solo pensarlo
—.
No puedes decidir cuanto quieres
que te paguen por hacer tu trabajo, tu
salario lo decidirá el mercado, la
política de empresa, el sindicato, tu jefe
—o su mujer si va por allí— o el
departamento de recursos humanos, es
decir, cualquiera menos tu.
Serás tú quien tenga que adaptarse
a sus expectativas y ellos te pagarán en
base a una estimación que —realmente
— no está basada en tu talento o tu
capacidad porque te han valorado antes
de trabajar. Si lo haces mejor de lo que
esperaban seguirás cobrando lo mismo
al menos durante ese año. Si lo haces
peor, se desharán de ti a la primera
oportunidad.
Si necesitas más dinero para vivir
porque tu situación ha cambiado o
quieres mudarte tendrás dos alternativas.
Una de ellas es negociar —en algunas
empresas eso significa suplicar— y si
son buenos contigo consigues un
aumento. Sales del despacho con un
poco más de dinero —generalmente
poco— a cambio de una gran deuda
emocional que procurarán cobrar a
largo plazo. Siempre es una situación
incómoda y estresante (perderás algo de
pelo cuando te ocurra, ya lo sabes).
La otra alternativa es peor, porque
implica trabajar más, haciendo horas
extras; ten presente que en la actual
cultura corporativa, las horas extras
muchas veces no se pagan, porque se ha
extendido la costumbre de trabajar hasta
cualquier hora después del horario
laboral. Esa actitud se considera como
“compromiso con la empresa” y es una
obligación moral implícita que jefes y
empleados perpetúan.
Te verás en la situación de tener
que trabajar más horas fuera del horario
laboral porque se lo debes a la empresa
que te da trabajo.
Según parece, no estar dispuesto a
hacer más horas de las que habías
pactado sin cobrar un duro más está mal
visto —mal asunto—.
En un empleo tampoco puedes
decidir cuando y cuanto tiempo deseas
irte de vacaciones. En la mayoría de las
empresas existe un período socialmente
aceptado en el que la gente quiere irse
de vacaciones que es durante el verano.
Si prefieres el invierno para esquiar,
tendrás que conformarte con algunos
días extra, un fin de semana de puente o
ir anticipando días a cuenta de tus
vacaciones, pero es muy posible que no
te permitan tomarte tus vacaciones
completas, sobre todo si la fecha que
has elegido coincide con la época de
más trabajo en tu empresa.
Por otra parte solo dispones de un
número limitado de días para tomarte de
vacaciones —habitualmente entre 15 y
30 días—, si quieres más días de
vacaciones tendrás que cambiarlos por
más horas de trabajo durante algún
tiempo. No importa que tengas el dinero
suficiente para tomarte dos meses de
vacaciones, porque tu empresa solo te
dejará hacerlo durante el tiempo que
tiene establecido contigo en el contrato
que has firmado —¡deberías tener un
contrato!—.
Aunque —según he oído— en la
cultura popular corporativa “no es
bueno ausentarse mucho tiempo del
trabajo” porque podrían pensar que no
se nota tanto tu ausencia y pasar tus
obligaciones a otro compañero. Las
empresas se adaptan y pueden adaptarse
a sobrevivir sin ti. Así que ándate con
ojo si vas a ausentarte. ¿Quieres un poco
más de agua? …¿o whisky?
Parece extraño, pero si van a darte
un empleo, esta gente quiere verte por
allí, así que tendrás que desplazarte
todos los días hasta el trabajo —a ser
posible con el almuerzo para ahorrar
algo de dinero y comer mejor— no son
muchas las empresas que dan de comer a
sus empleados —aunque las hay—.
Llueva, haga calor, frío o nieve,
tendrás que hacer todo lo posible por
llegar allí cada día a tiempo porque eso
de trabajar desde casa todavía está mal
visto —la desconfianza en tu formalidad
está implícita—.
Está claro que, más allá de lo bien
que hagas tu trabajo —y de lo formal
que seas— tu jefe se siente mucho mejor
cuando recorre la oficina y todos están
en su sitio mirando sus pantallas, aunque
al mismo tiempo todos estén hablando
pestes sobre él o ella por el chat de la
oficina o comprobando sus redes
sociales.
Es irónico, pero quieren verte
sentado en tu sitio más que saber que
estás haciendo bien tu trabajo. La
mayoría de los empleados acaban
encontrando formas muy creativas de
simular que trabajan durante la mayor
parte de la jornada laboral, lo cual es
una pérdida de tiempo para ambas
partes.
No participarás de los beneficios
que contribuyes a generar para la
empresa, algunas ofrecen un bono extra
por cumplir objetivos —pero solo en
puestos directivos— ese bono
generalmente será inferior al valor que
tu trabajo genere.
Por otra parte ¿cómo se mide el
verdadero impacto de tu trabajo en tu
empresa? ¿cuánto exactamente
contribuyes para que esta tenga éxito?
No hay forma de saberlo exactamente, a
la mayoría de las empresas no les
interesa saberlo, porque no van a
pagarte más por ello. En caso de que
hagan este tipo de análisis será para
valorar la empresa en su conjunto.
Tiene sentido —para ellos—. Los
empresarios tienen la mala costumbre de
crear empresas para ganar dinero en
lugar de repartirlo —cosas de
empresarios—.
Si nunca te ha pasado debes saber
que enamorarte en el trabajo puede ser
un gran problema, incluso puede ser la
causa de que pierdas tu empleo, las
empresas se oponen radicalmente a las
relaciones íntimas dentro del ámbito
corporativo.
Esto puede ser muy complicado si
acabas teniendo sentimientos más
profundos y personales por alguien que
trabaja contigo.
Encontrar una pareja en el
contexto laboral es habitual —ya sea
permanente u ocasional— pero no debes
involucrarte personalmente por el bien
de tu empleo.
No puedes permitirte enamorarte y
menos tener algún tipo de contacto físico
con alguien que trabaja contigo o
podrían despedirte de inmediato —sin
mediar otra justificación—. Para
conservar tu empleo es más seguro
reprimirse.
Deberás hacer tu trabajo
exactamente durante la jornada laboral,
ni antes, ni después. Aunque si es
después no importa tanto, como dije, hay
tolerancia en que acabes después de tu
hora de salida, pero no al contrario.
Si acabas tus tareas dos horas
antes que los demás, deberás quedarte
igual en tu puesto de trabajo buscando
algo en que ocuparte. Está mal visto irse
antes de que concluya la jornada laboral
y más si eres el primero en abandonar
“el barco”.
Hay excepciones a la regla,
incluso puede que tengas que ir al
médico o recoger a tus hijos del colegio
y tengas que irte antes porque no tienes
más alternativa, no vas a dejar a tus
hijos en la calle ni poner en peligro tu
salud —aunque si pudieras hacerlo te lo
agradecerían —.
Debes adaptar todo tu estilo de
vida al horario de la empresa —se hace
muy difícil tener una vida fuera del
trabajo—. El horario de trabajo se
vuelve un muro muy alto para saltar
entre tus relaciones, tus aficiones, tu
descanso y tu salud. El día tiene las
horas que tiene, no más.
Pude suceder que tu jefe o algunos
de tus compañeros de trabajo sean
personas inseguras y celosas en relación
a tu desempeño o a tu situación en la
empresa, ya sea porque ganas más
dinero que ellos o porque tu jefe se
siente amenazado con tus novedosas
ideas o porque pareces disfrutar más de
lo habitual en tu trabajo —lo cual,
extrañamente, nunca parece ser una
buena señal para los demás— así que,
muchas veces, tendrás que trabajar por
debajo de tus posibilidades para no
levantar una oleada de críticas hacia tu
persona.
También puede suceder que seas
una mujer muy capaz de cumplir con tus
obligaciones y que tu jefe sea un salido
que te coloque en situaciones incómodas
y que te veas obligada a hacer la vista
gorda tanto como sea posible —también
puede ocurrir al revés—.
También tendrás que abstenerte de
opinar abiertamente sobre tus jefes y
sobre la política de la empresa y más
frente a los demás. No está bien visto
hablar mal de los jefes o de la empresa
en presencia tus compañeros, incluso
alguno de ellos podría ir a los jefes con
el cuento para ganar puntos.
¿Lo entiendes? Para conseguir y
mantener un empleo deberás renunciar
una gran parte de tu libertad, autoestima
e ilusiones. En algunos casos también a
tu creatividad y por último a tu tiempo y
a tus aficiones durante muchos años o de
por vida. La vida es muy corta para
malgastarla de esa manera.
El ritmo será impuesto por tu
empleo y tu estilo de vida tendrá que
adaptarse plenamente al horario de tu
jornada laboral, siempre estarás
pensando que mañana madrugas.
Son muchas las razones por las
que el sentido común te dirá que no es
una idea tan genial eso de atarte a un
empleo de por vida, pero hay una razón
entre todas que es especialmente
importante y me refiero a los impuestos.
Ser empleado y percibir un salario
significa estar en la peor situación en
relación a lo que debes pagar de
impuestos. Para que tengas una idea, si
tomas como referencia un salario medio
de cualquier país industrializado, lo que
pagas al año en impuestos sobre tu
salario alcanza para comprar un coche
nuevo cada año.
Si has leído bien. Con lo que
pagas de impuestos como empleado
podrías comprar un coche nuevo todos
los años. Eso se mucho dinero.
Hay otras formas más eficaces de
manejar tu carga impositiva cumpliendo
todas tus obligaciones legales y morales
como ciudadano —debes pagar tus
impuestos porque es importante para
todos— pero siendo empleado te llevas
la peor parte, el gobierno cobra tu
salario antes que tu cada mes, así lo
dicta la ley.
En cambio, si ganas dinero con tu
propia empresa, tu carga impositiva es
menor y te permite ganar más a largo
plazo. Aunque para esto tendrás que
buscar el modo de ingresar dinero cada
mes —y eso no es para todo el mundo
—.
A través de los ingresos pasivos
podrías elegir en que te gustaría trabajar
—y de hecho debes hacerlo— porque
ganarás más dinero haciendo lo que te
gusta hacer que de otra forma. Las horas
van muy de prisa cuando disfrutas de lo
que haces.
Algunos días podrías trabajar por
la mañana, otros por la tarde, podrías
hacerlo durante tres horas al día o seis u
ocho, lo que fuera necesario para tus
objetivos. Si un día no quieres —o no
puedes— trabajar, los ingresos de
dinero seguirán fluyendo de manera
constante. Aunque si disfrutas lo que
haces es raro que no quieras hacerlo
algún día o durante todo el día.
Cuando recibes ingresos pasivos
puedes tomar las decisiones más
importantes de tu vida en primera
persona. Tú serás quien decida cuanto
dinero necesitas o cuanto esperas ganar
y cuanto más hábil te vuelvas creando
flujos de ingresos pasivos más dinero
ganarás, nadie va a decirte que tienes un
límite.
Nadie excepto tu. El valor que
puedas producir para otros no tiene
techo, en cambio el tiempo que puedes
dedicar al día a un empleo es muy
limitado.
Podrás definir tus propios
objetivos a largo plazo. En la mayor
parte de los aspectos tendrás la última
palabra y las cosas se harán a tu manera,
por lo que es muy importante cultivar en
tu persona los buenos hábitos de trabajo
y disciplina para sacar el máximo
partido a tus oportunidades.
Crear ingresos pasivos no es para
vagos ni pusilánimes.
Podrás trabajar desde casa o
desde tu propia oficina, decidiendo
cuanto espacio vas a dedicar a tu trabajo
y como prefieres que esté decorado. Si
quieres ir al baño a darte una ducha
relajante o hacer una pausa para hablar
por teléfono puedes hacerlo sin sufrir el
estrés que provoca la mirada de los
demás o que te encuentres con tu jefe en
el pasillo del baño mientras hablas a
escondidas. Tú impones tu propio ritmo,
así que saca lo mejor de ti.
Si eres de esas personas que
disfrutan quedándose un rato más en la
cama podrás hacerlo porque no tendrás
que salir una hora antes para llegar hasta
la oficina, con lo que probablemente
descanses mejor. Pero no te quedes en la
cama holgazaneando, descansa un poco
más y saca más provecho al día.
Nadie puede llamarte a su
despacho para despedirte o para cesarte
si no le caes bien o si quiere contratar a
otra persona para que ocupe tu lugar. No
tendrás la obligación de bajar el nivel
de tus resultados para no despertar
envidias entre tus compañeros de
trabajo o tus jefes.
Podrás atender tus redes sociales
cuando lo creas conveniente e incluso
puede que estas redes te ayuden a
vender mejor tus productos y te
mantengan en contacto con tus clientes y
amigos.
No limitarás tus contactos y
conocidos al único ámbito de tu trabajo,
podrás contactar y conocer gente
diferente cada día y eso enriquece tu
persona.
Tus relaciones personales y
sentimentales dispondrán de más
atención y tiempo por tu parte. Podrás
dedicar más tiempo a las relaciones
íntimas y al ocio con amigos y con tu
pareja.
Es más fácil dedicar tu tiempo a
quienes te importan cuando no lo has
vendido casi todo a una empresa.
Si hasta hoy has podido lidiar con
los problemas de tener un empleo,
entonces, crear un flujo de ingresos
pasivos no resultará más difícil para ti.
Puede que te resulte algo extraño ahora,
pero las habilidades necesarias para
conseguir y mantener un empleo suelen
ser muy parecidas a las que se necesitan
para generar un flujo de ingresos
pasivos.
Piensa que para que tomen en
cuenta tu perfil en muchos empleos te
exigen que hayas cursado un master
después de haberte graduado en la
universidad, esto suele costar mucho
dinero extra y ser bastante difícil y
estresante de obtener.
Crear un flujo de ingresos pasivos
no es técnicamente más difícil que
realizar la mayoría de los trabajos, es
más difícil cambiar la mentalidad al
respecto por la educación con la que nos
han programado para ser buenos
empleados que crear un flujo de
ingresos pasivos.
Esto no significa que debas
presentarte mañana mismo en tu oficina
y renunciar a tu empleo sin más, ni que
todos los empleos y empresas del mundo
sean despreciables —hay excepciones
como en todo— aunque la mayoría de
los empleos se ajustan a lo que he
descrito y, puede que, lo hayas vivido en
primera persona.
Tampoco significa que crear flujos
de ingresos pasivos sea incompatible
con mantener un empleo de forma
paralela. Podrías compaginar ambas
cosas hasta que consigas generar le flujo
de dinero suficiente para dejar tu
empleo actual o para buscar otro empleo
más agradable si eso es lo que deseas.
Estés en la situación que estés no
tiene ningún sentido saltar sin red
cuando estás aprendiendo.
En cualquier caso es una decisión
enteramente personal, mi recomendación
es ir haciendo el cambio
progresivamente mientras necesites el
dinero que te proporciona tu salario
para mantener tu estilo de vida y a tu
familia.
Cuando alcances la experiencia
necesaria y tus flujos de ingresos
pasivos comiencen a dar resultados
podrás optar por mantener ambas cosas
o quedarte con una opción o la otra. Lo
que sea mejor para ti de eso se trata.
Para tener verdadero éxito
creando flujos de ingresos pasivos a
largo plazo, es mejor ser una persona
diligente y organizada y no desatender
tus responsabilidades. Sin excusas.
Si eres de esas personas que les
gusta quedarse en la cama
holgazaneando hasta medio día y no
manejas bien las situaciones en las que
debas asumir compromisos en primera
persona, tal vez no sea una buena idea
que te dediques a crear ingresos pasivos
para vivir de ello.
Si ese es tu caso te recomiendo
que hagas al transición poco a poco.
Recuerda, no hay porque saltar sin red.
Mantén tus obligaciones laborales
mientras desarrollas las aptitudes y el
carácter necesario para afrontar esta
tarea que tiene muchas recompensas
cuando el éxito llega.
Recuerda que las mejores
decisiones se toman utilizando el sentido
común.
Y tú ¿cuánto sentido común
tienes?
CAPÍTULO 2
El sentido común es el 90% de
un negocio

François Marie Arouet, más


conocido como Voltaire, fue un escritor,
historiador, filósofo y abogado francés y
sobre todo fue un tipo muy inteligente,
tal vez te interese saber también se hizo
inmensamente rico en su época y no por
casualidad, sino porque había
desarrollado un gran sentido común.
Este capítulo no va sobre la
ajetreada vida y el magnífico legado de
la obra de Voltaire, pero sus anécdotas
son fascinantes.
Como ejemplo, una vez, junto al
matemático La Condamine y los
hermanos Paris-Duverney estableció
una sociedad con el único fin de
comprar todos los billetes de lotería de
su época —por entonces se podía hacer
esas cosas— embolsándose unas
inmensas ganancias más tarde con los
premios.
Así de listo era Voltaire. Así
trabajaba para el su sentido común.
Dicho esto, lo que nos importa
aquí es su famosa frase “El sentido
común es el menos común de los
sentidos” que sigue tan vigente hoy
como lo estaba entonces.
Si estas leyendo este libro es
generar ingresos pasivos y el sentido
común puede ser un gran aliado para ese
propósito. No solo influirá en los
resultados de tu cuenta bancaria,
también lo hará en muchos otros
aspectos de tu vida.
¿Por qué el sentido común?
Porque es la clave para liberarte de
cometer grandes errores —muchas
veces irreparables— y caer en engaños
haciendo lo mismo que hacen los demás
cuando se movilizan en masa. Te será
más fácil y rápido separar el trigo de la
paja sin ponerte en peligro ni a los
demás, al menos hasta el punto que sea
previsible.
Si echas un ojo a YouTube
encontrarás cientos de horas en video de
personas que desprecian utilizar el
sentido común, ya sea lanzándose desde
una azotea con un globo en la mano o
cruzando una calle transitada en
bicicleta con una venda en los ojos o
saltándose una señal de STOP frente a
las vías del ferrocarril para intentar
ganar unos pocos segundos más.
Ese tipo de personas, no solo se
ponen en riesgo a si mismas, sino que,
por si fuera poco, ponen en riesgo a los
demás.
Así como una familia dirigida por
unos padres sin sentido común es una
familia condenada a sufrir penurias
durante muchos años, del mismo modo,
una empresa dirigida por empresarios
sin sentido común es una invitación al
desastre para si mismos, para sus
empleados, para sus socios y para sus
inversores.
Nadie quiere seguir a una persona
insegura y sin sentido común, en cambio
la mayoría estaría dispuesta a apoyar
con entusiasmo una idea con fundamento
en el sentido común. El sentido común
beneficia a todos o a la mayoría. En
cambio la estupidez perjudica a todos o
a la mayoría.
Una cosa es plantearte desafíos
que te obliguen a salir de tu zona de
confort y te permitan ampliar tus límites
metales y emocionales ayudándote a
crecer.
Otra cosa muy distinta es pararte
frente a un tren con una mano en alto
porque estás convencido de que puedes
detenerlo cuando se ponga delante.
Me temo que la partida acabará 1-
0 a favor del tren —y, créeme, no habrá
revancha—. En este caso ganarás si
apuestas en tu contra, pero no habrá
nadie para cobrar dicha apuesta.
El riesgo asumido es mucho mayor
que el beneficio potencial propuesto, y
ese tipo de situaciones van en contra del
sentido común.
El sentido común te ayuda a eludir
algunas decisiones absurdas que no
conducen a ninguna parte. Bueno si, al
desastre.
Deberás acostumbrarte a escuchar
más y hablar menos, a prestar más
atención antes de comenzar a actuar.
Preguntar —o estudiar— a quienes han
hecho antes lo que tu quieres hacer
ahora y así evitar cometer los mismos
errores.
Créeme, no es tan complicado. Se
tarta de desarrollar la habilidad de
reflexionar y no solo de dejarse llevar
por el entusiasmo. De eso se trata el
sentido común.
Desarrollando tu sentido común
tomarás mejores decisiones que
afectarán tu vida rápida y positivamente,
y no solo eso, porque, al mismo tiempo,
esas mismas decisiones mejorarán la
vida de quienes te rodean ya sea que los
conozcas o no. Por lo tanto trabajar
conscientemente con el objetivo de
mejorar y potenciar nuestro sentido
común no solo te beneficia a ti, también
beneficia a los demás.
Se trata de ser más razonable para
conseguir los objetivos que te propones
de la manera más rápida y eficiente. El
sentido común mejora tu pensamiento
reflexivo y acorta los tiempos para
llegar a las conclusiones de manera más
acertada aumentando tu nivel de astucia.
La astucia no es solo quiere decir
aprovecharse de los demás.
Tu cerebro también se vuelve más
eficiente e invierte más energía en ideas
productivas y planes bien elaborados y
menos en vagas concepciones que no
tienen sentido a la larga.
Como todos los sentidos —según
la ciencia— el sentido común es una
fuerza pasiva se pone en marcha al ser
estimulada con ideas. Trabaja para
poner en marcha el sentido común a
voluntad y tus planes no tendrán límites.
La buena noticia es que
desarrollar el sentido común es posible,
encontrarás muchos artículos y
ejercicios sobre este tema en internet.
Son tantos que se hace imposible
describirlos todos en este libro, pero el
mejor ejercicio que puedes practicar es
aplicarlo a diario en tu propia vida.
Te daré un método que puedes
utilizar cuando quieras para saber si
estás aplicando el sentido común en una
circunstancia concreta o no. El sentido
común simplifica las cosas, no las
complica. Despeja no atasca.
En un momento dado, en una
circunstancia concreta, puedes hacerte
esta pregunta ¿esto que quiero hacer
simplificará la situación o no? Si no
tienes la total seguridad de que tu
decisión simplificará esa situación,
entonces es probable que no sea la
mejor opción.
Las soluciones simples —basadas
en el sentido común— son evidentes
cuando las detectas, es como el juego de
“¿Dónde esta Wally?” en donde tienes
que encontrar a un personaje concreto en
un dibujo donde hay cientos de otros
personajes amontonados. Al principio
no lo encuentras entre tanta confusión,
pero cuando consigues verlo todo lo
demás parece despejarse y consigues
ver con claridad.
Lo mismo sucede con las
soluciones sencillas basadas en el
sentido común porque simplifican la
visión global volviéndose evidentes. La
solución a la mayoría de los problemas
no debería sumar una nueva variable al
mismo, sino despejar las variables que
ya han sido planteadas.
EL sentido común es algo propio
de nuestra naturaleza, si crees que no
tienes ese sentido bien desarrollado
comienza ya mismo a trabajar en ello,
los beneficios que conseguirás —igual
que el dinero que fluye hacia ti
generando ingresos pasivos— no tiene
techo.
CAPÍTULO 3
La mentalidad que genera
ingresos pasivos

Para llevar a cabo cualquier tarea


se hace evidente que debes conocer la
teoría que hay detrás, pero, en la
mayoría de los casos, con conocer la
teoría no es suficiente para conseguir
resultados a largo plazo.
Para conseguir dichos resultados
debe hacerse algo más que estudiar y
comprender la suma de las partes, será
necesario meter mano personalmente en
el asunto y manipular cada una de las
partes hasta crear algo con ellas.
Esa es la mejor —sino la única—
manera de aprender a hacer cualquier
cosa por uno mismo adquiriendo una
nueva habilidad en ese proceso. Eso
significa que la mejor manera de
aprender a hacer algo haciéndolo.
Cualquiera de nosotros —en
teoría— sabe como se patea un balón de
fútbol, pero hacerlo en la práctica es
algo completamente distinto, no es lo
mismo saber que hacer, que hacer lo que
se sabe.
Estarás de acuerdo en que hay una
gran diferencia entre conocer la teoría y
ejecutar la práctica.
Por otra parte, una de las
preguntas que deberíamos hacernos cada
vez que nos disponemos a aprender una
nueva habilidad con el objeto de
conseguir un nuevo objetivo es ¿en qué
clase de persona deberíamos
convertirnos para lograr tener éxito en
nuestro propósito? Si reflexionas un
momento notarás que existen una serie
de rasgos comunes en la personalidad de
aquellos que han alcanzado el éxito en
determinados campos de la vida.
Teniendo esto en cuenta —antes
de comenzar nuestro propio proceso
educativo— conseguiremos que nuestra
mentalidad se adapte mejor a la tarea
que nos propongamos realizar y al
mismo tiempo nos facilitará llegar a
mejores conclusiones durante el proceso
de aprendizaje.
Reflexiona un momento en este
concepto que es realmente importante y
te darás cuenta de que todo lo que existe
en tu vida en este momento ha sido
creado por los valores que están
definidos en tu mentalidad, en lo
profundo de tu mente.
Todo lo bueno y todo lo malo que
hay en tu vida en este momento fue
creado primero en la incubadora que es
tu mentalidad, aunque no hayas tenido
consciencia de su creación y es por eso
que es tan importante aprender a
manipular de forma consciente y
positiva nuestra mentalidad —nuestros
procesos mentales— y así conseguir los
resultados deseados en lugar de obtener
lo contrario.
En cierto sentido es como cuando
te sugerí que pusieras una tarjeta con una
frase positiva dentro de tu campo de
visión para liberar de dudas
rápidamente tus pensamientos si estas
aparecieran en el proceso de ejecución.
No necesitas mirar la tarjeta todo
el tiempo, ni concentrarte en ella,
porque, manteniéndola dentro de tu
campo de visión mientras trabajas, tu
mente es consciente de que está ahí e
introduce esa información en el
momento oportuno, sin preguntarte nada
y sin que tu lo notes realmente.
Es posible que a primera vista
esta idea te resulte perturbadora y
contraria a lo que crees en el fondo de tu
ser sobre como te ocurren las cosas,
pero es la pura verdad. El sistema que
existe a tu alrededor formado por
personas, valores y circunstancias que
conforman tu vida ha sido creado
íntegramente por las ideas que viven y
se desarrollan en tu mentalidad tanto si
has tenido conciencia del proceso como
si no.
Realmente es una gran noticia
porque, si no te gusta lo que hay a tu
alrededor en este momento, puedes
ponerte a trabajar —de manera activa y
consciente— para crear algo distinto
que se ajuste mejor a tus deseos.
Recuerda que, seas consciente o no, el
proceso sigue siendo el mismo y actúa
de igual. Manipúlalo a tu favor.
Como si se tratara del papel que
envuelve un caramelo, tu mentalidad
envuelve tus ideas y es en tu mentalidad
donde existe un gran potencial
preparado para atraer todas aquellas
cosas que deseas que formen parte de tu
vida. En realidad no se trata de algo
mágico —en el sentido místico— es un
proceso natural y sutil de nuestro
organismo que comenzamos a
comprender mejor hace algunos años.
Si preguntas a cualquier
neurocientífico te dirá que las
emociones que se producen en tu
cerebro —si, las emociones se producen
en el cerebro— son el origen de todas
las acciones que has tomado en tu vida y
dichas acciones son las causantes
directas de los resultados que ves en tu
vida.
La mayor parte de lo que sucede
en tu vida —sobre el 99%— es el
resultado directo de tus acciones y está
provocado por la mentalidad que tienes
al respecto en cada uno de los aspectos
que la conforman.
Esto quiere decir que ser
consciente de las ideas que forman parte
de tu mentalidad es muy importante para
conseguir tus objetivos tanto si se trata
de crear flujos de ingresos pasivos
duraderos como si se trata de escalar el
Everest o de ganar tu primera estrella
Michelin.
Todo comienza en tu mente y en la
mentalidad que tengas al respecto de
algo.
Esta es la idea básica para
conseguir cualquier objetivo que te
propongas y me encantaría desarrollarla
en profundidad, pero ese no es el objeto
de este libro —nos llevaría otro libro
completo hacerlo— aunque es un tema
francamente apasionante del que puedes
encontrar muchísima información
científica y contrastada en internet al
respecto.
Comprender cuales son los
procesos con los que funciona tu mente e
influir sobre ellos modifica los
resultados que obtienes consiguiendo al
mismo tiempo una gran ventaja en
cualquier ámbito que quieras
desarrollarte.
En este caso me conformo con que
comprendas claramente que tu
mentalidad juega un papel crucial en tu
objetivo de creación de flujos de
ingresos pasivos por lo que debes tener
conciencia de este aspecto desde el
inicio.
La primera vez que tomas contacto
con un nuevo conocimiento es normal
que junto con el entusiasmo inicial
aparezcan algunas dudas en escena, no
hay nada de malo con dudar, de hecho,
dudar es un síntoma de inteligente
reflexión por lo que, las dudas —en si
mismas— no son un problema.
Sin embargo se convierten en un
problema cuando las dudas se mantienen
a lo largo del tiempo ya que esto
conduce a un estado de parálisis que va
en contra de los objetivos que te
propongas.
Debes aprender a detectar en tu
propia personalidad cuando estás
entrando en este estado de parálisis
prolongada provocada por las dudas y
actuar inmediatamente, si no lo haces
corres el peligro de que dicho estado te
atrape y todo se vaya al trasto —como
puede que te haya ocurrido otras veces
—.
Existen varias maneras de tratar
con este estado mental, y yo voy a
proponerte dos alternativas para lidiar
con ello. Son estrategias tan prácticas
como para que las utilices en cualquier
momento y al mismo tiempo muy
efectivas.
La primera de ellas es hacer una
pausa breve, funciona de este modo,
cuando llegas a un punto en que las
dudas han arraigado tanto en tus
pensamientos que no sabes que hacer, es
mejor que dejes de darle vueltas al
asunto y te pongas con otra cosa que no
tenga nada que ver para, así, liberar a tu
mente del tema o mejor aún que te vayas
a dormir directamente.
En ese proceso de pausa existe un
mecanismo por el cual tu mente seguirá
trabajando en el problema aunque estés
haciendo otra cosa completamente
distinta o incluso durmiendo —muchas
veces habrás soñado con cosas que te
preocupaban e incluso alguna vez puede
que soñaras con la solución a un
problema al que dabas vuelta— es algo
así como dejar la mente trabajando en
segundo plano.
Si las dudas comienzan dominar el
panorama de tu mente y no consigues dar
con una solución entonces ¡detente y
déjalo durante un buen rato!
Puedes hacer una pausa durante
una noche o durante un par de días o una
semana antes de retomar el tema, durante
este tiempo es mejor que no vuelvas al
tema; tu mente seguirá trabajando ese
tiempo y al retomarlo es muy probable
que la mayor parte de las dudas hayan
encontrado una respuesta de forma
automática.
Ahora bien, esto es importante, no
debes dejar pasar más de dos semanas
antes de tomar alguna determinación
definitiva sobre si lo harás o no porque,
pasado ese tiempo, existe un riesgo
mayor de abandonar definitivamente.
Esto se debe al temor de no elegir la
mejor opción o por anticipar unos malos
resultados finales.
La segunda situación es más
común —y más peligrosa— que la
anterior por eso hay que evitar llegar
hasta ese punto. Lo único que puede
extinguir ese temor es pasar a la acción
lisa y llanamente. Todos sentimos temor
en un momento dado (a todos nos
ocurre), pero es mejor actuar a pesar del
temor que quedarnos estancados.
Si te encuentras en este punto
debes hacerte el siguiente planteo “Si no
resultará en ningún daño físico para ti
o para otros, debes hacerlo y punto”
cuando no sabes si es mejor hacer algo o
no, probablemente la mejor decisión sea
hacerlo y ya está.
Está demostrado científicamente
que los seres humanos tenemos
tendencia a hacer un mundo de un
pequeño problema pensando que las
consecuencias negativas de una mala
decisión serán mucho peores de lo que
finalmente resultan ser y cuanto más
tiempo pases dudando y barruntando
sobre aquello que te preocupa más
difícil te será vencer la parálisis
provocada por ese temor.
La mejor forma de saber si algo
funcionará —y como lo hará— es pasar
directamente a la acción y hacerlo, los
resultados de ese intento te darán mucha
información que podrás aprovechar.
Recuerda que, con un poco de
entrenamiento, tu mente es capaz de
ponerse a la altura de cualquier objetivo
y puede aprender cualquier habilidad
nueva que te propongas, pero debes ser
tú quien la obligue a hacer lo que tiene
que hacer.
Si dejas que tu mente tome el
control de la situación comenzará a
vagar en círculos creando excusas y
problemas aún donde no los hay.
Tu mente es parte de ti y es tu
obligación hacerte con el control de ella
para sacarle el máximo partido y
conseguir lo que quieres para tu vida.
No demores en poner tu mente a
trabajar para crear nuevos flujos de
ingresos pasivos y, recuerda, ante la
duda es mejor pasar a la acción.
CAPÍTULO 4
¿Qué van a decir de ti cuándo
lo hagas?

Oye, espera un momento. ¿De


verdad vas a hacer esto? ¿por qué no
dejas de perder el tiempo y te buscas un
empleo? Cuando te plantees seriamente
crear flujos de ingresos pasivos estas
serán algunas de las preguntas que oirás
a menudo.
Incluso te lo preguntarán un par de
veces, como si tuvieras alguna tara, y tu
interlocutor estuviera intentando salvarte
de tu falta de juicio.
Muchas veces las personas que
nos rodean y nos quieren, son las que
menos nos apoyan en momentos como
este y esto nos afecta profundamente; al
fin y al cabo somos una especie social y
la aceptación por parte de nuestro grupo
es importante.
Hemos crecido buscando la
aprobación de quienes nos rodean.
Primero de nuestros padres, luego de
nuestros amigos, más tarde de nuestros
maestros y finalmente de nuestras
parejas, jefes y compañeros de trabajo.
Debes empezar a comprender que
esperar que los demás aprueben todo lo
que hacemos o queremos hacer no tiene
ningún sentido. Si por algún motivo
hemos hecho creer —equivocadamente
— a las personas que nos rodean que
esperamos su aprobación para todo lo
que vamos a hacer es hora de cambiar y
dejar bien en claro que ya somos
capaces de tomar nuestras propias
decisiones y aguantar las consecuencias.
Si estas leyendo este libro es
porque te estas tomando seriamente la
tarea de crear tus propios flujos de
ingresos pasivos, así que, de alguna
manera, estás manifestando tu deseo de
ser más independiente, al menos
financieramente. Por eso debes
comportarte del mismo modo en el resto
de tu vida. Transmite un mensaje
subyacente de seguridad con tus
acciones porque eso influye
positivamente en quienes te rodean
generando aceptación y diluyendo la
controversia antes de que se produzca.
Si crees que ganarás algo
sometiendo a un debate cada una de tus
ideas, déjame decirte que te equivocas;
se desperdicia mucha energía en ese
proceso. La gente sabe que dar una
opinión es gratis. En la mayoría de los
casos quienes opinan no tienen la misma
experiencia de vida que tu, ni las
mismas necesidades, ni la misma
educación, ni el mismo punto de vista,
por lo que su opinión puede ser
completamente opuesta a la tuya.
Si quieres debatir tu idea con
alguien de tu confianza está bien, no hay
nada malo en ello, pero al fin y al cabo
debes ser tu, en primera persona, quien
decida.
Del mismo modo, pedir una
opinión quien haya hecho lo que tu
pretendes hacer para que comparta su
experiencia te ahorra tiempo y mucho
trabajo inútil.
Alguien con experiencia puede
ayudarte a evitar los errores que pudo
haber cometido en el proceso y así
mejorar la inversión de tu tiempo y de tu
dinero.
No olvides que es mejor buscar
personas afines a tus ideas con quienes
puedas debatir tus dudas, así como para
intercambiar ideas y experiencias, esto
enriquece enormemente el proceso
creativo y lo hace más eficiente y
divertido.
No subestimes la importancia de
hacer algo divertido.
En el caso de los ingresos pasivos
debes tener en mente que la mayoría de
las personas con las que tratas a diario
—en casa, en el trabajo, la universidad
o el gimnasio— ni siquiera están
familiarizadas con la idea de ingresos
pasivos.
No saben nada sobre su potencial,
muchos no saben siquiera que existen.
En el fondo no es su culpa, a la mayoría
de las personas no se les enseña nada
sobre ingresos pasivos. Funcionamos
con lo que aprendimos de pequeños,
primero en nuestra casa y después en la
escuela y allí, generalmente, no se habla
de estas cosas.
Si haces memoria habrás oído a
tus padres diciendo enfadados “¡pues, si
no quieres estudiar sal a conseguir un
trabajo!”, nunca le oíste decir “¡pues, si
no estudias sal y consigue ingresos
pasivos!”.
Sin embargo, las familias
adineradas si que han enseñado a sus
hijos el potencial de los ingresos
pasivos desde pequeños. Eso explica
porque los hijos de la gente rica parecen
“heredar” la suerte financiera de sus
padres —y su dinero—.
Si te sometes reiteradamente a las
opiniones de quienes no saben siquiera
de lo que están hablando, tarde o
temprano, acabarás dudando de tus
propias ideas debido a que la gente que
nos rodea y que queremos tiene una gran
influencia sobre nuestras opiniones y
nuestras decisiones.
Algunas personas cercanas a ti
incluso montarán en cólera si te
muestras con poca disposición para
aceptar sus opiniones. Es extraño, pero
quienes más desean protegerte muchas
veces son quienes más te presionan para
alejarte de tus verdaderos deseos y no
digo que lo hagan con maldad, pero es
un hecho que muchas veces insisten tanto
que uno acaba desistiendo de sus
propios sueños por no causarles un
disgusto.
No tienes porque mantener tus
planes en secreto, tampoco tus planes
para crear flujos de ingresos pasivos, no
estás haciendo nada malo así que no
tienes nada que ocultar, pero cuando
notes que la situación comienza a
ponerse tensa simplemente di “Te
agradezco tu opinión, pero ya está
decidido y no voy a dar marcha atrás
¡deséame suerte! Es lo único que
quiero”; si la persona insiste puedes
decir “Oye, mejor cambiemos de tema”;
si aún insiste te levantas y te vas de
forma amistosa.
No malgastes energía discutiendo
con los demás, porque en cuestiones de
dinero es calmar los ánimos y evitar
confrontaciones con amigos y familiares.
Emplea tu energía creando flujos
de ingresos pasivos y no en discutiendo
con aquellas personas que aprecias y
menos por dinero, evitarlo es mucho
mejor.
La gente que se muestra contraria
a tus objetivos puede llegar a ser muy
cruel —a veces es difícil saber si lo
hacen por envidia o por ignorancia—
pero, sea cual sea el caso, es mejor estar
preparado.
Si alguien sugiere sutilmente —o
directamente— que tu problema es la
vagancia porque prefieres obtener
ingresos pasivos en lugar de buscar un
nuevo empleo para trabar más horas es
que no sabe de lo que habla.
También es posible que estas
personas se sientan amenazadas por la
posibilidad de tu éxito y por eso intenten
convencerte de que no es una buena idea
intentarlo —ellos pueden pensar que si
lo consigues entonces ellos se serán
unos tontos— así que se oponen
firmemente argumentando que vas a
cometer un gran error.
Recuerda que —te equivoques o
no— tienes todo el derecho a tomar tus
propias decisiones siempre que estén
basadas en el sentido común. Si los
demás las aprueban estupendo y si no, es
su historia.
CAPÍTULO 5
Disolver las dudas

Como he contado, ya conocía el


concepto de ingresos pasivos —
teóricamente—, pero no había sido
capaz de valorar el potencial de este
tipo de renta.
Retomando mi historia mi vida
estaba bastante bien financieramente.
Era director creativo en una importante
compañía de publicidad en Europa con
filiales en Miami, México, Portugal,
Brasil y Latinoamérica.
Llevaba trabajando unos cuatro
años y me había labrado una buena
reputación dentro de la corporación.
Había puesto en evidencia mi
compromiso y mi potencial como
trabajador y eso finalmente me valió un
rápido ascenso en la compañía y una
mejora salarial —esas cosas nunca
sientan bien a los demás—.
Además, como incentivo y debido
a mi perfil empresarial, había recibido
la oportunidad de quedarme con un
porcentaje de stock options —acciones
concedidas a ciertos directivos a un
precio fijo— lo cual, a largo plazo,
representaba una suma importante de
dinero.
Me sentía realmente satisfecho de
haber alcanzado mis objetivos, sobre
todo teniendo en cuenta que había
llegado a Europa unos años antes, sin
apenas un céntimo. Por mis propios
medios me las había arreglado para
acomodarme en lo más alto en la escala
corporativa.
Sin embargo en esta agradable
situación había un problema sutil que yo
había pasado por alto. Toda mi familia
se encuentra en Argentina —en este
punto es razonable pensar que soy
argentino— lo soy. Ese desfase
continental y horario trae consigo
muchas situaciones que son fáciles de
imaginar.
Por ejemplo, cuando llega la
temporada de verano a Europa —cuando
las compañías dan las vacaciones— en
Latinoamérica, es pleno invierno. Si vas
a tomarte vacaciones en esa fecha
encontrarás a la mitad de tu familia con
gripe.
Tu equipaje pesará el doble —
llevarás menos cosas, pero más pesadas
—, los sobrinos pequeños deberán ir al
colegio todos los días y —en general—
la gente a la que visitas no tienen
demasiado tiempo —ellos no están de
vacaciones—.
No disfrutas el verano en Europa y
tampoco a tu familia en Latinoamérica
porque no puedes hacer que todos
cambien su rutina para pasar mas tiempo
contigo.
Las navidades, por lo general son,
para muchas compañías, una época de
intenso trabajo donde necesitan toda su
fuerza laboral —y a sus directivos—.
La compañía para la que trabajaba
era publicitaria por lo que las navidades
representaban entre el 40% y el 50% de
su facturación anual. Un momento crítico
para abandonar el barco.
Mis días de trabajo eran
interminables. Trabajar doce o catorce
horas era lo habitual incluso en fin de
semana, me despertaba muy temprano y
volvía agotado por la noche, con muy
poca energía para dedicar a familia y
mis amigos —lo que, a la larga, no es un
buen negocio—.
Había conseguido lo que había
venido a buscar a Europa pagando el
precio de ser un esclavo —como
muchos otros— de mis estimadas
obligaciones y cargos.
Como seguía trabajando mucho,
mi situación financiera y laboral siguió
mejorando. Mis jefes se convirtieron en
mis socios y financiaron la creación de
una nueva compañía donde yo dirigiría
el cotarro —el negocio— junto con mi
equipo.
Así deje de viajar en metro y
autobús y comencé a ir al trabajo en un
nuevo BMW con total comodidad —a
pesar de los atascos por la mañana y por
la tarde—.
Ganaba más dinero, era dueño de
mi propia compañía, tenía un BMW
nuevo, dos teléfonos móviles, más de
veinte personas trabajando en mis
productos y muchas —muchas— más
tensiones y responsabilidades que
atender.
Algunos pensarán que no hay
ningún problema con esta situación, pero
—es evidente— que cada uno establece
sus prioridades.
Después de casi un año en ese
plan las cosas en la nueva compañía
comenzaron a ir mal. En plena crisis
europea recibíamos muchísima presión
de los accionistas para alcanzar
objetivos muy ambiciosos al tiempo que
no éramos capaces de solucionar los
problemas técnicos con la misma
rapidez que aparecían.
Trabajábamos mucho, algunas
veces hasta las diez u once de la noche
durante la semana y luego yo seguía
trabajando los fines de semana. Era
lógico, era mi compañía, era lo que se
esperaba de mi —y yo también lo
esperaba de mi—.
A pesar de ser una etapa muy
productiva, también fue ardua, caótica y
desgastante física y emocionalmente.
Al año siguiente, como muchas
otras compañías, sucumbimos a la crisis
y los accionistas retiraron su
financiación. Una tarde de Agosto, en
una larga y tensa reunión del consejo
directivo, donde todos pensábamos
distinto, llegamos a un acuerdo para
disolver la compañía.
Al mismo tiempo ese fue el punto
donde se disolvieron mis dudas.
No lo sabía en ese momento, pero
tenía que poner en marcha una forma
más eficiente para generar mis ingresos.
Y trabajar más y más ya no era la
solución.
Cuando todo ello acabó decidí
tomarme unos meses de reflexión —algo
sabático— mi cuerpo y mi mente
estaban exhaustos. Inicialmente sería
poco más un mes, luego se prolongó a
tres meses y finalmente fueron seis
meses de profunda reflexión los que me
tomé para rediseñar completamente mi
vida.
Gracias a lo que había aprendido
durante la última década en la gestión
empresarial mis ingresos fluctuaban y
seguían fluyendo, lo cual me dio la
oportunidad de ocupar casi todo mi
tiempo reorganizando mi vida en función
de disfrutar más de mi familia, de mis
amigos, de mis relaciones, de mis
experiencias y de mi mismo.
Para mi se había vuelto más
importante el como que el cuanto y así
empecé a ganar dinero más fácilmente
que antes. Usando el sentido común.
La felicidad es mejor cuando es
compartida y más cuando es compartida
con las personas más importantes de tu
vida.
Actualmente, además de varias
páginas web con mucho tráfico, tengo
una compañía con la que comercializo
productos digitales e impresos, entre
ellos, este libro que tienes en tus manos
donde pongo a tu disposición mi
experiencia con el deseo de que te sirva
para mejorar tu vida también y tu forma
de ganar dinero.
Para mi la combinación ideal es la
de crear y mantener un porcentaje de
ingresos pasivos provenientes de
productos digitales —libros, revista,
aplicaciones móviles, etc.— en
combinación con otros ingresos activos
derivados de la venta directa de
productos y una inversión poco
diversificada en valores bursátiles.
Tengo experiencia en el mercado
bursátil y por eso es un buen plan para
mi.
Sin embargo no recomiendo hacer
inversiones por tu propia cuenta si no
conoces el mercado de valores —eso va
en contra del sentido común—.
Invierte tu dinero y tu tiempo en
proyectos y mercados que domines y
conozcas. Evita participar en negocios
que no comprendas del todo. No vayas
detrás del dinero, ve detrás de lo que te
gusta hacer y los ingresos se harán eco
de tu mensaje.
No cuento mi experiencia para
vanagloriarme de nada. La cuento
porque yo no puedo disolver tus dudas.
Solo puedo mostrarte mi camino, mi
elección para que veas como funciona y
puedas aplicarlo a tu propia vida.
Yo le debo a otros —como yo
hago ahora contigo— la oportunidad de
que compartieran conmigo sus
experiencias, su apoyo y sus ideas, pero
he sido yo quien tuvo que pasar a la
acción y ponerlas en practica.
Durante los últimos años he
pasado de estar tremendamente
estresado, cansado, amargado y
sobreocupado por mantener mi situación
financiera a dormir ocho horas y tener
tiempo para descansar, viajar, retomar la
práctica del ejercicio, comer mejor, leer
y estudiar sobre los temas que me
apasionan y, sobre todo para escribir y
compartir mi experiencia con los demás.
No fue una decisión sencilla y no
lo hice en un solo día, pero he
recuperado el control. Me encanta lo
que hago y puedo decidir cuando y como
hacerlo. Lo haría incluso aunque no me
pagaran por ello.
La gente apoya mi trabajo y me
agradece de diversas maneras que
comparta mis experiencias, mis ideas y
mis resultados con ellos.
He trasladado mi negocio y mi
equipo de trabajo a la nube y puedo
atenderlo desde cualquier parte del
mundo. Así que viajar ya no es un
problema para mi. No tengo que esperar
que me autorice los días un mando
superior dependiendo de la fecha del
año.
Ya no soy esclavo de un lugar, de
un horario o de una política de empresa
que no he escrito y por sobre todas esas
cosas soy mucho más feliz.
Y he descubierto que la felicidad
disuelve la dudas.
SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO 6
¿Qué son exactamente los
ingresos pasivos?

Antes de dar el primer paso en la


creación de flujos de ingresos pasivos
debes tener claro que es lo que vas a
crear —si no sabes exactamente a donde
tienes que ir no sabrás como llegar allí
—.
En líneas generales se puede
definir como ingresos pasivos cualquier
tipo de renta o ingreso que percibes sin
que sea necesaria una participación
activa por tu parte en el proceso
posterior a la puesta en funcionamiento.
Esto significa que cuando recibes algún
tipo de ingreso monetario sin que sea
necesaria tu presencia —tu tiempo— o
tu trabajo para conseguirlo estás
percibiendo algún tipo de ingreso
pasivo.
Existe una manera muy sencilla de
saber si percibes actualmente algún
ingreso pasivo y es haciéndote estas dos
preguntas ¿recibes algún ingreso
monetario mientras duermes? —tu
salario no cuenta aunque se ingrese por
la noche— y si lo recibes ¿debes llevar
a cabo alguna tarea para que ese ingreso
se realice o se mantenga? —dicho
ingreso debería recibirse sin que tenga
que mediar tu participación en el
proceso—.
Tanto si tu primera respuesta ha
sido NO —en ese caso la segunda
pregunta no procede— como si ha sido
SI en ambas preguntas, entonces, puedes
concluir que actualmente tu NO estás
recibiendo ningún tipo de ingreso
pasivo.
Es posible que te hayas percatado
de que hay un aspecto clave asociado a
los flujos de ingresos pasivos y es —en
mayor o menor medida— el grado de
automatización de su funcionamiento.
Un flujo de ingresos pasivos será
más eficiente cuanto mayor sea su grado
de automatización, es decir, cuanto
menos tengas que hacer por tu parte de
manera activa para percibirlo y
mantenerlo en el tiempo, es por esa
razón muchos productos intangibles
como aplicaciones para móviles, video
juegos, libros digitales o cursos online
funcionan tan bien como vehículos que
generan flujos de ingresos pasivos —
hablaremos de los tipos en el próximo
capítulo—.
Cuando hablo de eficiencia, no me
refiero necesariamente a la rentabilidad
que puede producir un flujo de ingresos
pasivos frente a otro, ya que esto puede
variar drásticamente en función del
valor que aporta cada uno de ellos y el
sistema utilizado en la entrega de dicho
valor, me refiero a la eficiencia para
percibirlo sin que medie ninguna acción
directa por tu parte que lo desencadene
y lo mantenga.
Pongamos un ejemplo que he oído
en varias ocasiones; digamos que has
creado una tienda online para vender
unos cinturones de piel que consigues
con cierta ventaja competitiva de un
fabricante que te los deja tirados de
precio.
Colocas tu catálogo online y
esperas que comience la fiesta —las
ventas— durante el primer día
ciertamente no ocurre mucho así que te
vas a la cama con algo de desánimo ya
que esperabas hacer alguna venta el día
de tu lanzamiento. Al día siguiente te
levantas, preparas tu café y vuelves a
sentarte en tu ordenador para comprobar
el estado de los pedidos y algo mágico
ha sucedido —mientras dormías y sin
que hicieras nada— dos nuevos clientes
han hecho un pedido en tu tienda.
Empaquetas ambos pedidos —que
ya han sido pagados con tarjetas de
crédito— y los envías, ¡enhorabuena! Ya
estás en el negocio.
Para que quede bien claro, este
caso no se puede considerar un flujo de
ingresos pasivos y tu te preguntarás ¿por
qué? Si he ganado dinero mientras
dormía y sin hacer nada.
Y yo te pregunto a ti ¿cómo que
sin hacer nada? Has tenido que hacer
muchas cosas antes, durante y después
para concretar esas ventas “mientras
dormías”. Primero —y sin entrar en
detalles— has tenido que montar la
tienda online, para lo cual has tenido
que buscar y contratar un servicio de
alojamiento web, instalar el software
adecuado, configurarlo y básicamente
hacer que todo funcione o contratar a
alguien que lo haga por ti, negociar con
tu proveedor para conseguir los
cinturones a buen precio, comprarlos y
trasladarlos a tu casa o almacén para
tener un stock que vender a tus clientes,
comprobar los pedidos para poder
enviar las compras a sus destinatarios y
aún no sabes si estos recibirán
correctamente su pedido, porque,
algunas veces, los paquetes se pierden o
estropean por el camino o sencillamente
los clientes deciden hacer una
devolución de lo que han comprado —
transformando una pequeña ganancia
inicial en una pérdida— así que abre tus
ojos y lee con atención, eso no es un
flujo de ingresos pasivos.
Eso es, en todo caso, un puesto de
trabajo que has creado para ti.
Retomemos esta simpática historia
para convertirla en una situación donde
intervengan elementos relacionados con
los flujos de ingresos pasivos para que
te familiarices con los conceptos.
Sería algo así. Conoces a un
fabricante de cinturones de piel y crees
que estos se venderían si estuvieran a la
venta en internet —has visto el nicho así
que esperas sacar un beneficio de ello—
así que, en lugar de comprar el stock al
fabricante le propones que el mismo
pueda subir el stock disponible a la
tienda online que tu has creado.
Cuando se realiza una venta el
pedido va directo al fabricante quien se
ocupará de hacer el cobro y enviar los
productos adquiridos al destinatario, una
vez acabado este proceso será el
fabricante quien te pagará una pequeña
comisión en tu cuenta bancaria por haber
intermediado en la venta —hecha a
través de tu tienda online— así que,
básicamente, tu trabajo ha consistido en
montar una plataforma para que el
fabricante ponga a la venta esos bonitos
cinturones que fabrica.
Lo cierto es que no ganas mucho
dinero con las comisiones del fabricante
de cinturones así que piensas —con
acierto— que podrías buscar a otro
fabricante de cinturones para disponer
de una mayor oferta en tu tienda online
lo cual resulta ser una estupenda idea
porque el siguiente fabricante con el que
cierras un trato, además de cinturones,
fabrica carteras de piel.
Ahora yo te pregunto ¿qué te
impide buscar a un nuevo fabricante, de
bolsos por ejemplo, para que incluya su
catálogo en tu tienda? Nada!
Así que, te lanzas a buscar más
proveedores. Te has convertido en
intermediario, no está mal te has
acercado un poco al concepto de
ingresos pasivos, pero sigue sin ser un
ingreso pasivo puro y duro.
Este caso que acabo de relatar no
encaja en la definición exacta que damos
de un flujo de ingresos pasivos porque,
entre otras cosas, aún tienes la tarea de
cerrar acuerdos con los fabricantes para
que suban sus catálogos.
Me parece importante hablar de
este ejemplo porque mucha gente me ha
preguntado —y se confunde— creyendo
que montar una tienda online es crear
una fuente de ingresos pasivos —porque
ingresas dinero mientras duermes—, y
lo cierto es que no es del todo así,
aunque el sistema pueda adaptarse para
ser lo más automático posible, siempre
tendrás que hacer alguna —o mucha—
actividad por tu parte, sobre todo
cuando se trate de productos físicos que
deben enviarse a un cliente. Si lo que
vendes son productos intangibles como
aplicaciones para móviles entonces la
cosa cambia y se acerca más a lo que
entendemos como ingresos pasivos.
Una tienda online puede
automatizarse en gran medida, sobre
todo si vendes productos que puedan
descargarse a través de internet, pero
siempre requerirán algún tipo de gestión
por tu parte por lo que, aunque reditúen
ingresos mientras duermes o estás de
vacaciones —y para la finalidad de este
libro—, no consideraremos las tiendas
online como verdaderos flujos de
ingresos pasivos.
Debes empezar a tener en claro
que un flujo de ingresos pasivos se crea
a partir de algún tipo de activo —el
vehículo— y genera un flujo de ingreso
más o menos constante que puede
mantenerse con poca o ninguna acción
por tu parte a lo largo del tiempo.
Aunque existen algunos flujos de
ingresos pasivos que pueden mantenerse
activos durante toda tu vida generando
algún beneficio —acciones del mercado
de valores— lo cierto es que, muchos
otros flujos de ingresos pasivos fluctúan
y finalmente se extinguen por diversas
razones, este hecho está relacionado
directamente con la atemporalidad del
valor que los sustenta y eso quiere decir
que si el activo —por ejemplo un libro
digital— va perdiendo valor con el
correr del tiempo (porque su contenido
queda desactualizado) su capacidad de
generar un flujo de ingresos pasivos
también irá disminuyendo.
A la hora de crear un activo
recuerda que cuanto más atemporal sea
el valor de su contenido, mas tiempo se
mantendrán generando ingresos pasivos
de calidad.
Piensa, por ejemplo, en El doctor
Wayne W. Dyer que en 1976 publicó su
best seller titulado “Tus zonas
erróneas” y desde entonces no ha
dejado de percibir un flujo de ingresos
pasivos —enorme— gracias al inmenso
valor atemporal que guarda su
contenido —te lo recomiendo si no lo
has leído—.
A esto me refiero cuando hablo
del concepto de valor. Cuanto más valor
aporte tu activo a quienes estén
dispuestos a pagar por obtenerlo, mayor
será el flujo de ingresos pasivos que
generará y durante más tiempo.
Es como echar a rodar una
pequeña bola de nieve por una
pendiente; a medida que se desplaza va
ganando tamaño y poder, algo así ocurre
con los ingresos pasivos al principio,
inviertes energía para echarlos a andar,
pero, si el valor que contienen es
suficientemente bueno y de calidad para
quien pagar por recibirlo, poco a poco
va tomando velocidad. Algunos logran
transformase en una inmensa bola de
nieve que trae consigo un gran flujo de
ingresos pasivos —como ocurrió al
doctor Wayne W. Dyer con “Tus zonas
erróneas”—. Es importante destinar una
buena cantidad de energía inicial en el
proceso, para así obtener como
resultado, un activo de gran valor y con
un gran potencial de crear un flujo de
ingresos pasivos que se mantenga a lo
largo del tiempo.
Cuando este proceso se pone en
marcha, es como un tren que avanza
poco a poco al principio, hasta que
alcanza una velocidad constante que se
mantiene durante algún tiempo para
luego comenzar a menguar al llegar al
final del recorrido. En este punto pueden
ocurrir dos cosas, o el activo se extingue
y con ello el flujo de ingresos pasivos
que generaba o bien, el activo puede
recargarse de valor —actualizando el
contenido— para reavivar su flujo de
ingresos pasivos.
Quiero hacer hincapié en este
punto que es ciertamente importante. Es
más fácil dotar de más valor un activo
actualizándolo —si ya ha generado
flujos de ingresos pasivos en el pasado
— que comenzar con uno nuevo.
Es lo mismo que ocurre como con
el fuego, es más fácil reavivar las
llamas de un fuego que aún no se ha
extinguido y mantiene caliente sus
brasas que encender uno nuevo fuego
desde cero. Ten eso en mente si vas a
crear algún tipo de activo como
vehículo para conseguir tus flujos de
ingresos pasivos que pueda reavivarse
con el tiempo, no siempre es posible,
pero harías bien teniéndolo presente.
Llegados a este punto espero que
tengas claro que un flujo de ingresos
pasivos es un sistema que genera algún
tipo de beneficio con la mínima
intervención activa por parte de su
creador durante su vida útil.
El trabajo más intenso estará
focalizado en poner en marcha dicho
proceso —echar a rodar la bola de
nieve— para que este se mantenga
funcionando el mayor tiempo posible sin
tener que hacer nada o casi nada al
respecto.
También deberías tener claro que
un flujo de ingresos pasivos necesita de
algún tipo de activo para traspasarlo —
tangible o intangible—. Algo tendrás
que ofrecer a cambio del dinero que
otros estén dispuestos a pagar, y cuanto
mayor sea el valor que contenga mayor
será el flujo de ingresos pasivos y dicho
flujo se mantendrá por más tiempo
reportando más y más ingresos en tu
cuenta bancaria.
Otra de las grandes ventajas que
tienen los ingresos pasivos frente a otras
formas de conseguir ingresos es que, al
no tener que implicarte activamente en
su funcionamiento cotidiano, puedes —
¡y debes!— crear tantos flujos de
ingresos pasivos como te sea posible —
esta es una obsesión para la gente rica
—.
No olvides que “la seguridad es
más bien una ilusión” y eso incluye
también a los flujos de ingresos pasivos.
No existe nada —o casi nada— que sea
100% seguro, tampoco los flujos de
ingresos pasivos así que, es una
magnífica idea, crear tantos como te sea
posible para minimizar el riesgo. Es más
seguro cruzar un río atado con dos
cuerdas que con una, así es más factible
que percibas ingresos pasivos contando
con dos activos en funcionamiento que
con uno. Sentido común.
Debido a nuestra educación
tendemos a pensar que un solo gran
ingreso mensual —un salario— es más
seguro que muchos ingresos pequeños
de distintas fuentes, y realmente es justo
lo contrario, y si no te lo crees observa
que los puentes colgantes más grandes
del mundo están construidos en base a la
misma idea, es decir, que no se sustentan
con un único gran cable si no que cada
uno de los grandes cables está formado
por un entramado de muchos cables más
pequeños que por si solos no podrían
sostener el puente, pero que trabajando
conjuntamente forman una unión mucho
más resistente y poderosa.
No en vano se dice que “la unión
hace la fuerza” aplica este concepto a
la creación de flujos de ingresos pasivos
y verás lo bien que funciona.
Me lo han preguntado muchas
veces así que no quiero acabar este
capítulo sin dejar algo en claro. Los
sistemas multinivel y/o piramidales NO
son ingresos pasivos naturales y voy a
explicarte porque.
Si bien es cierto que algunos
sistemas multinivel pueden redituar una
cantidad de dinero de forma más o
menos constante sin mucho esfuerzo,
existen dos factores fundamentales que
hacen que estos sistemas no puedan
considerarse como ingresos pasivos
naturales.
El primero —espero que ya
puedas intuirlo— es que, aún tienes un
trabajo activo que realizar, que es
buscar todo el tiempo nuevos socios ya
que, a medida que van desertando
algunos integrantes de la pirámide, estás
obligado a buscar a otros para mantener
e incrementar el flujo de ingresos y al
mismo tiempo presionar de forma activa
a tus colaboradores para que hagan lo
mismo con sus socios y así
piramidalmente, esto es un gran trabajo
activo por tu parte, por lo que no puede
considerarse un flujo de ingresos
pasivos.
El segundo es que, en su mayoría,
los activos que son utilizados como
vehículos en los sistemas piramidales
pierden valor —capacidad de generar
ingresos— con cada nivel que se va
alcanzando, es decir que el último en
llegar a la fila es quien menos gana y
cuantos más son en dicha fila menos
gana cada uno siendo el primero quien
siempre recibe la mayor parte del
ingreso. Esto —sin ejercer juicios de
valor— se opone directamente con la
idea de generar valor, donde un activo
debería —cuanto menos— mantener el
su valor todo el tiempo posible durante
su vida útil y no al contrario.
Por tanto, sin ir más lejos en este
tema, los sistemas piramidales o
multinivel no pueden considerarse
sistemas de creación de flujos de
ingresos pasivos porque su naturaleza es
básicamente contraria al concepto.
Si tienes interés en saber como
funcionan y como crear ese tipo de
sistemas multinivel, consulta el capítulo
extra al final de este libro donde
encontrarás más información.
CAPÍTULO 7
Tipos de ingresos pasivos y sus
beneficios

Existen muchas formas de obtener


ingresos pasivos, en este capítulo te
contaré cuales son las más habituales
junto con algunos comentarios sobre mi
propia experiencia trabajando con ellos
así como sus pros y sus contras más
importantes. Debes repasar esta lista
detenidamente un par de veces hasta
encontrar cual es el tipo de ingreso
pasivo que mejor se adapta a lo que te
gusta y sabes hacer.
No todos los negocios y
profesiones se pueden convertir
directamente en flujos de ingresos
pasivos. Por ejemplo, si trabajas como
escultor, es muy probable que no puedas
convertir tu trabajo directamente en un
ingreso pasivo ya que depende de tu
talento, de tu técnica y de tus opciones
para comercializar tus obras.
Lo que podrías hacer para generar
un flujo de ingresos pasivos a partir de
tu talento es crear un curso o una serie
de videos — podcasts — en los que
enseñas a otros como hacer lo que tu
sabes. Enseñar a los demás puede
generar un flujo de ingresos pasivos.
Es muy parecido a cuando buscas
en YouTube un video para aprender
como pintar una habitación o como
decorar tu salón o como preparar una
receta de cocina.
La única diferencia es que
cobrarás algo de dinero de manera
directa o indirecta cada vez que alguien
descargue o vea tus clases. Básicamente
es así de simple.
Recuerda, un flujo de ingresos
pasivos es más eficiente cuanto menor
es tu intervención en el proceso de
ejecución.
En la situación ideal tu trabajo
consiste en diseñar y planificar el nuevo
flujo de ingresos pasivos y poner en
marcha las acciones necesarias para
llevarlo al mercado. En otras palabras,
creas algún tipo de valor, eliges el
mejor canal para su distribución y
automatizas el sistema de pagos.
Si el sistema que has creado
funciona correctamente desde ese
momento empiezas a ser más libre.
Cuando este proceso puede repetirse sin
intervención directa de tu parte en
cualquiera de los pasos, obtienes un
flujo de ingresos pasivos.
Esta es la situación ideal por lo
que debes establecer tus metas tan cerca
de esta situación como sea posible,
aunque no siempre lo será o no siempre
querrás hacerlo.
Otro aspecto a tener en cuenta,
cuanto te decidas a crear tu propio flujo
de ingresos pasivos, es la escalabilidad.
La escalabilidad es un factor —
literalmente— crucial en todos los
negocios y también en los flujos de
ingresos pasivos.
Cuando hablo de escalabilidad me
refiero a que debes valorar cuanto te
cuesta vender más bienes, es decir, si
puedes aumentar las unidades vendidas
manteniendo el mismo costo de
inversión y tiempo.
Si ponemos como ejemplo un
álbum musical que se descarga desde tu
página web la escalabilidad es casi
infinita, porque puedes vender tantas
unidades del álbum como tus
consumidores demanden debido a que el
producto se copia de forma automática
cuando se produce el pago.
Por tanto el nivel de escalabilidad
en este tipo de ingresos pasivos es
inmensamente favorable.
A partir de esto es fácil llegar a la
conclusión que, en relación a la
escalabilidad, los productos digitales —
intangibles— tienen una inmensa ventaja
frente a los productos físicos como
copias en DVD —tangibles—, pero, por
otra, eso hace que estén más expuestos a
los riesgos de la piratería informática o
que sean más susceptibles de problemas
técnicos —fallas en los servidores web,
por ejemplo—.

Consideraciones empresariales
de los ingresos pasivos
Los flujos de ingresos pasivos son
—obviamente— una forma de ingresos.
No puedo imaginar el ¿por qué? pero si
no esperas ganar mucho dinero a través
de tus ingresos pasivos, es posible que
esta sección no te interese demasiado.
Si no esperas que tus ingresos
pasivos rindan una cantidad de dinero
significativa o solo vas a hacer unas
pruebas con ellos para quitarte la
curiosidad puedes saltar directamente al
primer tipo de ingreso pasivo descrito
en este capítulo. De lo contrario sería
más provechoso que siguieras leyendo.
Si tienes una mentalidad
empresarial —como yo— un ingreso
pasivo es una oportunidad de negocio
que bien ejecutada representa un ingreso
de dinero, por tanto debes pensar en ella
como pensarías en otros tipos de
negocios.
Cuando te decides a montar un
negocio hay una serie de aspectos que
analizas lo más detalladamente posible
para tener éxito.
Posiblemente hagas un estudio de
mercado, un plan de negocios basado en
ese estudio, un plan de marketing y unas
proyecciones relativas al coste y
rendimiento de tu inversión. A la ligera
esto es lo mínimo que deberías hacer
antes de establecerte en cualquier
negocio.
Cuando creas flujos de ingresos
pasivos puedes hacer esto —o no— de
una forma muy sencilla. Un estudio de
mercado se puede hacer a través de una
encuesta gratuita en un blog o
simplemente analizando datos de visitas
de determinadas webs utilizando
servicios gratuitos como Alexa.
Verificando listados de ventas en
sitios webs o consultando
documentación especializada del sector.
No importa que herramienta utilices
siempre que puedas asegurarte un buen
grado de fiabilidad en los datos que
recabas.
No es necesario que contrates una
consultora externa para hacer un estudio
de mercado para comenzar tus flujos de
ingresos pasivos, pero estudiar el
mercado en el que intentas entrar es
importante.
Si estás planeado crear una serie
de podcasts para enseñar técnicas de
supervivencia en condiciones extremas,
sería una buena idea que previamente te
dieras una vuelta por internet para ver lo
que se cuece por ahí.
Buscar si alguien hace algo
similar y si es así, ver como le funciona
o el modo que lo está haciendo. En el
mejor de los casos encontrarás algunas
ideas que puedas aplicar a tu propio
plan.
Busca historias de éxito —¡y de
fracasos!— para lo que estás planeando
crear, es posible que tengas que
rebuscar entre decenas de web y
comentarios de blogs si el tema que has
elegido no es muy habitual, pero,
créeme, con que solo encuentres un error
o dos que puedas evitar ese tiempo
estará bien invertido.
Preguntar tampoco está de más,
mucha gente es muy receptiva —y
generosa— a la hora de responder sobre
sus experiencias. No juzgues
apresuradamente a la gente, la mayoría
de las personas tienen buenas
intenciones y están dispuestas a ayudar a
los demás ¿o tu no lo harías?.
Comparte lo que sabes,
intercambia ideas y experiencias con la
gente, tu vida será muchísimo más rica y
no perderás ni dinero ni oportunidades
por hacerlo. Si te acercas a alguien
respetuosamente y le pides su consejo en
la mayoría de los casos recibirás una
respuesta positiva.
Planifica tus ingresos pasivos.
Escribe un plan detallando lo que
intentas conseguir en un mes, en un
trimestre, en un semestre o más.
Escríbelo antes de empezar.
Ese será tu plan de negocio, si no
dejas constancia escrita —previamente
— de lo que esperas conseguir con tu
nuevo flujo de ingresos pasivos tampoco
sabrás si las cosas están saliendo mejor
o peor de lo que habías previsto. Estos
análisis aunque sean muy sencillos son
importantes así que no los
menosprecies.
Si no quieres hacer una hoja de
cálculos, te bastará con una hoja de
papel y un bolígrafo —no uses lápiz, el
lápiz se puede borrar— escribe con toda
la precisión posible el dinero y el
tiempo que estás en disposición de
invertir así como los resultados que
esperas obtener.
No importa que luego no coincida
con los resultados, pero necesitas crear
una guía antes de comenzar. De lo
contrario no sabrás como lo estás
haciendo.
En el mundo empresarial dicen
que los planes de negocios está para
incumplirlos y así suele ocurrir, pero
para incumplirlos primero hay que
redactarlos.
Si vas a tomarte esto de los
ingresos pasivos como un verdadero
negocio tendrás que dejar constancia de
tu plan. Un empresario lo haría.
Por último, ya hablamos de este
tema antes. Planifica tus impuestos, no
dejes ese tema desatendido. Si vas a
montar un negocio —ya sea a través de
ingresos pasivos o cualquier otro—
debes tener en cuenta los impuestos que
tendrás que pagar.
Ganar dinero implica pagar
impuestos, en algunos casos cuando
ganas dinero a través de internet las
imposiciones fiscales se solapan y
tendrás que pagar impuestos en más de
un país. Aquí va mi consejo y va en
serio, entérate de cual es la tributación
que te corresponde pagar antes de poner
las cosas en marcha.
Planifica y paga tus impuestos
como haría cualquier buen ciudadano.
Pocas cosas son tan dolorosas
como ver retenidos tus ingresos porque
no cumples con las leyes de tributación
adecuadamente o tener que pagar
sanciones por incumplir las leyes
tributarias de tu zona.
No necesitas conocer todas las
leyes al respecto, con que tengas un
asesor financiero competente y de
confianza es suficiente. Posiblemente
tengas que pagarle si tiene que hacer su
trabajo, pero recuerda que es mejor
pagar los servicios de un buen asesor
que suplicar a los organismos tributarios
que te devuelvan el dinero retenido.
Busca este tipo de historias en
internet y luego planifica antes de actuar.

A continuación tienes una lista en


orden alfabético de los tipos más
habituales de ingresos pasivos, existen
otros, pero esto son los más extendidos
y probados —y hasta cierto punto
sencillos—. Eso hará que sea más
sencillo encontrar información en
internet si la necesitas.

Aplicaciones para teléfonos


móviles y tablets
Desde la aparición masiva de
smartphones y tablets el desarrollo de
aplicaciones se ha disparado
convirtiéndose en un mercado potencial
sin comparación. Se calcula que en los
próximos diez años apenas se cubrirá el
20% de la demanda de empleo de
profesionales para el desarrollo de
aplicaciones. Así que es un mercado
laboral con mucho futuro también.

Pros: Puedes desarrollar y vender


tus propias aplicaciones a cientos, miles
o millones de usuarios a través internet y
crearlas apenas cuesta dinero, puedes
comenzar con prácticamente cero.
Contras: Debes tener
conocimientos de desarrollo —y tal vez
creativos— y eso puede llevarte algún
tiempo, según el nivel que desees
alcanzar o que necesites que alguien lo
haga para ti.
Auto-publicación (ebooks,
emagazines, etc)
Si eres escritor —o si no lo eres—
puedes vender libros a través de alguno
de los canales de distribución actuales
como iTunes, Amazon, Payhip, Casa del
libro y una larga lista de alternativas. El
proceso es relativamente sencillo y
depende de tu capacidad como autor y
promotor de tus obras. Puedes empezar
de inmediato si tienes algo que ya tengas
escrito.

Pros: Conservas una gran parte


del control en todo el proceso. Ganas
más dinero con cada venta. No tienes los
problemas de gestionar, reponer y
almacenar un stock físico. Es un
mercado en auge con perspectivas de
crecimiento. Es un negocio con mucho
valor residual, lo que significa que
mientras tu obra siga disponible a la
venta puede venderse. Los derechos se
pueden heredar a tus familiares.
Contras: Ganaras dinero solo si
promocionas bien tus obras o si
realmente eres un autor prolífico o
tienes muchísimo éxito. Los primeros
ingresos tardan un tiempo en llegar. Si
eres capaz de escribir un best seller eso
no será un problema —otra gente como
tu ya lo ha hecho—.

Bienes raíces y alquileres


Es uno de los tipos más antiguos —y
explotados— de ingresos pasivos en el
que utilizas una propiedad para obtener
un alquiler —o renta— periódica por el
uso o explotación de la misma —
también puede ser de bienes como
coches—. Si tienes una propiedad o un
bien —que no utilizas— es posible que
comprendas bien de lo que estoy
hablando. Si no tienes ninguna
propiedad y consigues una hipoteca o un
crédito bancario para comparar una, las
letras de ese crédito o hipoteca serán
cubiertas con el alquiler del bien. Así te
capitalizas.

Pros: Es un sistema que ha sido


probado en todas las épocas y
circunstancias y funciona muy bien. Hay
muchísimo material y asesoramiento
profesional que puedes aprovechar al
respecto.
Contras: Necesitas una propiedad
o un bien para alquilar o endeudarte
para conseguir una. Si no contratas un
gestor, hasta cierto punto, tendrás el
trabajo de gestionar tu mismo la
propiedad, los inquilinos y el papeleo
correspondiente, así como el
mantenimiento de la propiedad para que
sea habitable. No a todo el mundo le
gusta tener que lidiar con estos
problemas.

Cesión y explotación de
derechos
Si eres autor o posees los derechos de
autor de algún tipo de obra que pueda
explotarse comercializándose, puedes
ceder la explotación, mediante un
contrato temporal o permanente a un
tercero —persona o empresa— para que
lleve a cabo su explotación pagándote a
ti un porcentaje de los beneficios
obtenidos. En sentido inverso, puedes
conseguir un contrato de explotación de
alguien para vender o distribuir su obra
o sus bienes y ganar dinero con ello.

Pros: Cobras una comisión sin


tener que hacer mucho trabajo, incluso si
no eres el autor. Es suficiente con que
poseas los derechos de explotarlo. Se
puede heredar a tus familiares.
Contras: Si no entiendes mucho de
este tipo de acuerdos puedes caer en
engaños o vacíos legales que te
perjudiquen. Es posible que necesites el
asesoramiento de un profesional.

Crear y escribir un blog


Posiblemente sea el modo más sencillo
y directo para generar un flujo de
ingresos pasivos. Un blog personal
depende casi al 100% de ti. Puedes
ganar dinero a través de la publicidad
que aparece en tu blog o por patrocinar
productos, servicios o eventos. Algunas
marcas pueden pagarte para que hables
de sus productos —con dinero o en
especias—.
Pros: Es muy divertido. Te pone
en contacto con mucha gente nueva y
diferente. Tienes todo el control. Si eres
el único autor, entonces el 99,9% del
dinero que percibas será para ti. Puede
ponerse en marcha en apenas un par de
unos minutos y su coste es ridículo
comparado con otras alternativas, en
algunos casos puedes poner en marcha tu
blog gratis.
Contras: Necesitas mucho tráfico
para rentabilizar tu blog y eso puede
llevar algún tiempo. Necesitas
promocionarlo inicialmente para ganar
tráfico y ganar dinero.

Donativos
Tiene relación con los blogs. Si vas
crear un blog y vas a compartir tu
material con mucha gente de manera
altruista y gratuita y tu material tiene
valor dale una oportunidad a la gente de
que colabore contigo donando un dinero
—habitualmente el valor de un par de
tazas de café aunque puede ser más—.
Tal vez no recibas mucho dinero, pero
sea lo que sea es mejor que nada. La
gente se siente a gusto colaborando con
personas que generan valor. Esté método
lo utilizan páginas tan importantes como
Wikipedia.

Pros: Puedes poner un botón de


donar a través de PayPal en apenas unos
minutos.
Contras. Posiblemente sea la
única opción que no tiene ninguna
contra.

Fama
También tiene relación indirecta con los
blogs. Es un tipo poco habitual —la
mayoría de la gente no es famosa— así
que si consigues fama podrás utilizarla
para ganar algo de dinero. Si tienes fama
es posible que te inviten a programas de
televisión, radio, copas o, si tienes
muchos seguidores, que recibas
productos para probar de distintas
marcas para luego comentarlos en tu
blog.

Pros: Tener fama hace que la gente


te trate de forma distinta, la mayoría es
muy agradable. Conseguirás bienes y
favores sin tener que pedirlos o, como
mucho, te pedirán una foto contigo o una
firma a cambio.
Contras: Cuanta más fama tengas a
más intimidad deberás renunciar. Es una
elección muy personal.

Fotografía
Es una de las mejores opciones para
conseguir ingresos pasivos haciendo lo
que te gusta. Tanto si eres profesional
como si eres aficionado y te gusta hacer
fotografías puedes subir tus fotos a uno o
varios sistemas de venta de fotografía de
stock en internet como Gettyimages,
Photostock, Depositphotos, Fotolia,
Thinkstockphoto y una larga lista de
alternativas y recibir dinero por cada
venta que se haga de tu foto. Solo tienes
que subir una buena foto que tengas y
empezar a cobrar cuando alguien más la
compre.

Pros: Haces una foto una vez y


pude venderse durante años sin que
hagas nada más. La foto sigue siendo de
tu propiedad, solo cedes un derecho de
explotación a cambio de una comisión
para la plataforma de venta.
Contras: Necesitarás un equipo
más o menos decente para hacer fotos o
tener mucha creatividad para hacer las
fotos porque es un mercado muy
competido.
Franquicias
No es un ingreso pasivo 100%, pero
creo que merece la pena comentarlo. Es
la mejor opción para alguien que tenga
algo de dinero y quiera poner un negocio
para multiplicarlo. Si no eres —y no
deseas— aprender a ser un empresario
desde cero, comprar una franquicia es,
posiblemente, el mejor método para
poner a trabajar tu capital reduciendo el
riesgo.

Pros: El 80% del trabajo


necesario para crear un negocio rentable
te lo da hecho la franquicia. Trabajas
con un sistema probado que sabes que
funciona. Los bancos prestan dinero a
empresas o personas con sistemas de
negocio que está demostrado que
funcionan, eso son las franquicias.
Contras: Necesitas tener un capital
inicial que puede variar entre 5.000
euros/dólares a un millón o más,
depende de la franquicia que quieras.
Nota: Si recibes una herencia o un
premio de la lotería y no tienes
experiencia empresarial no crees tu
propio negocio. Empieza con una buena
franquicia durante un par de años y no
solo multiplicarás el dinero recibido,
también aprenderás como crear otros
negocios de éxito. Si tienes sentido
común valorarás este consejo —¡y
querrás invitarme a una cerveza!—.

Inversiones bursátiles
Es otro de los tipos de ingresos pasivos
más explotado a lo largo del tiempo,
existe una oferta de productos inmensa
en el mercado que puedes manejar y
obtener una rentabilidad anual por ello.
Las oportunidades y posibilidades son
tan amplias como abrumadoras.

Pros: Está ampliamente probado y


existe mucho material y profesionales
para ayudarte si quieres invertir en el
mercado de valores.
Contras: No tienes control del
mercado. Necesitas capital. Los
mercados no son 100% seguros.
Necesitas conocer el funcionamiento de
los mercados y las obligaciones
tributarias, de lo contrario necesitarás
también un asesor financiero y bursátil.
Puedes perder todo el capital invertido
en una mala operación.

Máquinas expendedoras
Es una alternativa que funciona con poca
logística y trabajo por tu parte. Si no
contratas personal tu trabajo será
negociar, comprar y reponer los
artículos que vendes en tus máquinas
expendedoras, así como transportarlas a
los sitios donde las colocarás o
mantenerlas en funcionamiento.
Pros: Si ubicas bien tus máquinas
quedarán vacías de productos y llenas
de dinero cada día. Requieren un poco
de trabajo, pero es un negocio
relativamente sencillo.
Contras: Necesitas un capital para
adquirir o alquilar las máquinas y los
permisos de explotación para poner el
negocio en marcha. Necesitarás un
vehículo para abastecerlas o
trasladarlas. Requiere que dediques una
parte de tu tiempo a su funcionamiento y
mantenimiento.

Marketing de afiliación
Si tienes un blog o una página web y no
quieres o no puedes ocuparte de
monetizar los espacios publicitarios
puedes asociarte con una plataforma de
afiliación —habitualmente una empresa
— que se ocupa de conseguir y mostrar
publicidad en tu página web.
Pros: Solo tienes que registrarte
en la plataforma e insertar un código en
tu blog o página web para que se
muestre la publicidad. Es inmediato en
muchos casos. Si no entiendes de
publicidad y no quieres complicarte la
vida puedes dejar ese tema a otros.
Puedes combinar varias plataformas.
Contras: Con la mayoría de
plataformas ganas poco dinero si no
tienes mucho tráfico porque se suma
alguien más con quien repartir el ingreso
entre el cliente final y tu. Si la
plataforma de afiliación no es muy
eficiente técnicamente puede afectar la
experiencia de tus usuarios —hacer tu
sitio web más lento—. No todas las
redes de afiliación ofrecen mucha
transparencia en sus resultados.

Música
Si eres músico o trabajas en el campo
de la música o los efectos especiales o
de sonido puedes distribuir tus obras a
través de internet mediante servicios
como iTunes, Spotify o Deezer. Llegas a
mucho más publico con una inversión
mínima.

Pros: Mantienes en gran medida el


control de tu obra. Ganas un porcentaje
mayor por cada venta. Obtienes la gran
cobertura de público que ofrecen estas
plataformas. Tus seguidores y fans
puede comprar y escuchar tu obra de
inmediato. Se puede heredar a tus
familiares. Puedes proteger tu obra
legalmente y hacer valer tus derechos.
Contras: Posiblemente la piratería
sea un problema —aunque tus
seguidores y fans reales apoyarán tu
trabajo—.

Plantillas para sitios web


Como en el caso de las aplicaciones
para teléfonos móviles, para cada nueva
aplicación —casi con seguridad— se
necesita una nueva página web, por lo
tanto sigue siendo un mercado en
expansión, sobre todo si te mantienes en
la cresta de la ola dominando las nuevas
tecnologías. Ganarás entre el 35% y el
75% de lo que vendas a través de
plataformas de distribución
Pros: El mercado se mantiene en
constante crecimiento y tienes mucho
control sobre lo que produces.
Contras: Debes tener
conocimientos de desarrollo y algo de
creatividad y eso puede llevarte algún
tiempo, según el nivel que desees
alcanzar.

Plantillas para Wordpress


Los blogs son otro mercado en auge y,
aunque Wordpress no es la única
alternativa para crear tu blog, es la
opción que domina el mercado.
Wordpress es una plataforma automática
que te permite instalar todo lo necesario
para poner en marcha tu propio blog.
Para personalizarlo a tu gusto existe
algo llamado plantillas, las de gran
calidad son de pago. Si tienes
capacidades creativas y técnicas puedes
crear tus propias plantillas y ponerlas a
la venta en internet, ganarás entre el
35% y el 75% de lo que vendas a través
de plataformas de distribución.

Pros: Ganas dinero con tu


creatividad y el mismo trabajo puede
venderse a muchos clientes distintos con
lo que aumentan tus beneficios.
Contras: Debes tener
conocimientos creativos y de desarrollo
y eso puede llevarte algún tiempo, según
el nivel que desees alcanzar.
Podcasts y cursos en video
Si tienes alguna habilidad que puedas
enseñar a los demás o tienes la
capacidad de hacer interesante tus
historias, podrías crear una serie de
cursos que puedas vender o distribuir a
través de internet. Puedes crear un curso
descargable desde tu blog o tu página
web y cobrar por cada descarga o
puedes crear un canal en Youtube y subir
tus videos de forma gratuita y cobrar por
la publicidad que se muestra en tu
espacio cuando alguien ve tus videos.
Hay gente que gana mucho dinero con
este método y hablan de las temáticas
más variadas que te puedas imaginar. Si
este tipo de ingresos pasivos te interesa
piensa que talentos o conocimientos
posees y puedes compartir con los
demás.

Pros: Es muy rápido ponerlo en


marcha y tienes casi todo el control.
Contras: Necesitas conseguir
seguidores para que sea rentable.
Necesitas un ordenador y una cámara
para grabar los videos y luego tendrás
que editarlos un poco para hacer más
interesante el resultado final o buscar a
alguien que lo haga por ti. Es una opción
que demanda tiempo. Necesitas dotes
para la comunicación o tener una
habilidad o un mensaje realmente
interesante a los demás.

Propiedad intelectual y
patentes
Si eres de esas personas que pueden
aportar algo al resto de los mortales ya
sea bajo la forma de una obra literaria,
musical, audiovisual o a través de
inventos o procedimientos que mejoren
nuestra vida o nuestra salud, es posible
que vivas toda tu vida de los ingreso
pasivos —o regalías— que puedes
obtener con esa condición. Cuanto
mayor sea el valor que aporta tu obra o
tu invento a la sociedad, ya sea en forma
de entretenimiento, educación o mejora
en la vida, mayor será el rendimiento
dinerario que obtendrás a largo plazo.
Piensa en cuanto dinero habrá ganado la
persona que tuvo la idea de poner
ruedas a las maletas.
Pros: Ganarás mucho dinero con
algo que disfrutas mucho y en lo que
eres realmente bueno. El valor residual
es inmenso, posiblemente se mantenga
durante toda tu vida e incluso después.
Se puede heredar a tus familiares.
Contras: Puedes tener problemas
derivados de la legislación si alguien
registra tu obra a su nombre o si no son
reconocidos tus derechos sobre lo que
hayas creado. Si es algo realmente
importante para el mundo necesitas
proteger tu creación a nivel mundial.

Publicidad
Mostrar publicidad en tu sitio web o en
tu blog reportará un ingreso pasivo cada
vez que alguien vea uno de tus artículos
o de tus páginas. Es otra manera muy
eficiente de genera un flujo de ingresos
con poco o ningún esfuerzo por tu parte.
Existen sistemas como Google AdSense
que dirigen de forma automática la
publicidad que se muestra en tu sitio
web o en tu blog. Solo tienes que
insertar un código y el sistema se
encarga del resto del proceso
mostrándote un informe diario de tus
ingresos.

Pros: Es el método más sencillo y


directo para conseguir ingresos por
publicidad. En algunos casos puede ser
muy transparente.
Contras: La configuración inicial
puede ser un poco complicada para
alguien sin experiencia, posiblemente
necesites ayuda, pero solo para eso. Tus
ingresos dependen del tráfico y de que tu
sitio cumpla las condiciones de Google
AdSense en cuanto a contenidos y
calidad —o de otro servicio que utilices
—.

Redes sociales
En compañía de los blog y sitios web es
una de las estrategias más recientes y
habituales para generar e incrementar tus
ingresos pasivos. Si consigues un buen
número de seguidores en tus cuentas de
Facebook, Twitter, Instagram, etc. Este
potencial de difusión —conocido como
apalancamiento— te permitirá llegar a
mucha gente con muy poco esfuerzo para
hacerles saber que es lo que vendes o
que es lo que estás haciendo o
promocionando.

Pros: Un gran potencial de


apalancamiento. Contacto directo con
tus seguidores. Conoces a mucha gente
nueva e interesante. El costo de inicio es
cero.
Contras: Los contras propios de
las redes sociales. Difamación, piratería
de tu contenido.

Videojuegos
Los seres humanos siempre estamos
buscando maneras de entretenernos,
divertirnos y desestresarnos de nuestras
tensiones y nuestro ajetreado ritmo de
vida y los teléfonos móviles y tablets
han conseguido que podamos acceder a
los videojuegos en cualquier momento y
desde cualquier lugar. Es un mercado
increíblemente potencial y expansivo
que no parece tener límites. Si eres
capaz de hacer un videojuego que
enganche a la gente y lo pones a la venta
puedes ganar millones de dólares/euros
—literalmente— en muy poco tiempo.

Pros: El mercado es inmenso y da


cabida a cualquier idea. Actualmente el
coste de producir un videojuego puede
ser de cero.
Contras: Debes tener
conocimientos de creatividad y
desarrollo y eso puede llevarte algún
tiempo, según el nivel que desees
alcanzar. La piratería también puede
representar un problema aunque puedes
proteger tu obra legalmente y hacer
valer tus derechos.

Como ves hay muchas formas de


generar flujos de ingresos pasivos, tanto
si haces un trabajo técnico, artístico,
científico, social, financiero o varios de
ellos juntos. Existen algunas opciones
derivadas de estos que he mencionado y
otros ingresos pasivos que no están en
esta lista porque creo que, de momento,
con esto tienes con que comenzar a
hacer tus planes.
Así que, como paso previo, a la
creación de tu plan de ingresos pasivos,
vamos a hablar de algunos puntos
críticos que es necesario dominar antes
de poner en práctica tus ideas.
CAPÍTULO 8
5 pasos decisivos para
conseguir ingresos pasivos

Todo proceso tiene sus puntos


críticos. Un punto crítico es un momento
donde las cosas tienen una mayor
probabilidad de salirse de control.
Cuando calientas leche en una
cazuela hay un momento crítico (cuando
la leche alcanza el punto de ebullición)
donde, si no estas prestando atención a
lo que haces, de pronto —muy
rápidamente— todo se vuelve un caos.
La leche desborda la cazuela, se
quema al entrar en contacto con el calor
y huele a quemado dejando todo sucio, a
partir de ese momento cuesta mucho
trabajo limpiar todo y dispersar el olor
para volver a comenzar el proceso, eso
si aún te quedan ganas —y más leche—.
Ese es un ejemplo de un punto crítico.
Durante el proceso de creación de
flujos de ingresos pasivos también los
hay. Algunos son aspectos puramente
técnicos y otros emocionales. Los
aspectos técnicos tienen que ver
directamente con el tipo de flujo de
ingresos pasivos que te propongas crear
y las habilidades que ello requiere. En
cambio los que son emocionales son
comunes a todos los casos así que
hablaremos de ellos.
He seleccionado 5 que, según mi
experiencia, son fundamentales y pueden
convertirse rápidamente en momentos
críticos en tu proceso de creación de
ingresos pasivos si no los atientes
debidamente y son estos.

1. No te subestimes
Tendemos a pensar que los demás son
mejores que nosotros y eso no es
verdad. Posiblemente los demás hagan
algo mejor que nosotros, pero eso no
quiere decir que sean mejores. Cada vez
que planeamos realizar un nuevo
objetivo –sobre todo cuando se trata de
algo importante para nosotros–
empezamos a pensar que no seremos
capaces de conseguirlo. Nos llenamos
de dudas rápidamente y tendemos a
pensar que seguramente abandonaremos
por el camino, que no somos lo bastante
inteligentes o que no podremos hacerlo
tan bien como lo hacen otros.
Déjame darte una buena noticia,
esa idea solo es un fraude orquestado
dentro de tu mente, pero que no tiene
bases reales en las que sostenerse, aún
cuando hayas fracasado anteriormente
tratando de llevar a cabo un objetivo –o
el mismo que te propones ahora– el
pasado no determina el futuro. Que te
hayas equivocado con anterioridad no
significa que siempre vayas a fracasar
—salvo que insistas en cometer los
mismos errores y entonces pues si—.
Si nunca te has puesto manos a la
obra por conseguir flujos de ingresos
pasivos puedes seguir este sencillo plan
que comparto contigo.
Lee este libro completamente un
par de veces si es necesario, toma notas
de las ideas que son más importantes o
en las que quieras profundizar más tarde
—no solo debes leerlo, ¡estudia este
libro!— y una vez que tengas claro cual
es el tipo de ingreso pasivo que vas a
crear pasa a la acción directamente, sin
más.
Es como zambullirse en un piscina
de agua helada, debes hacerlo sin
pensar, porque cada segundo que
pienses —antes de hacerlo— tu mente
hará que sientas más y más temor hasta
que cambies de opinión y lo dejes.
Entrarás en parálisis.
Tú sabes que en el fondo no
ocurrirá nada —otras personas lo han
hecho, ya has visto que puede hacerse, si
alguien puede hacerlo tu también— solo
es un poco de agua fría, pero cuanto más
lo pienses antes de hacerlo más lejos
estarás de conseguirlo.
Si ya lo has intentado antes, pero
no has tenido éxito, no pasa nada, no te
desanimes, al fin y al cabo, todo intento
es mejor que nada. Tendrás que revisar
tu plan anterior para determinar que es
lo que salió mal y mejorarlo, nada más.
Por ejemplo, si crees que tu plan
fracaso porque te rendiste antes de
tiempo o porque fuiste muy optimista
con tus previsiones de venta habrás
conseguido una valiosa información
para mejorar tu plan original.
En cualquier caso, no dudes de ti.
Hacer algo mal un par de veces es un
resultado esperable cuando aprendes a
hacer algo nuevo, no es tan extraño ni
tan grave.

2. No sobrevalores el fracaso
Durante los últimos años se ha
establecido cierta simpatía hacia la
cultura del fracaso. Muchos empresarios
recomiendan a viva voz ¡Fracasa pronto
y fracasa mucho! Actualmente esa,
parece ser la mejor senda en dirección
al éxito.
Algo así como un camino plagado
de piedras donde tropezar —y tropezar
mucho— es inevitable y muy
provechoso. ¡Vaya ridiculez!.
Hasta cierto punto, los fracasos en
la práctica son algo previsible y
aceptable.
Hubo un tiempo —aunque no lo
recuerdes ahora— en que sumar 5+3 era
un verdadero problema en tu vida, te
generaba tensión y angustia enfrentarte a
ese tipo de situaciones, pero luego de
unos cuantos errores de cálculo —
aceptables en cualquier niño—
finalmente aprendiste a hacerlo y te
olvidaste del tema.
El punto es que, con el paso del
tiempo, fracasar empieza a tener
mayores consecuencias y ya no se ve tan
natural y aceptable como antes.
Cuando creas un flujo de ingresos
pasivos o decides crear una nueva
empresa o un nuevo producto, el hecho
de fracasar puede echar por tierra
muchos meses de duro trabajo, una
buena cantidad de dinero, una gran carga
emocional, la reputación entre tus
amigos y familiares, tu crédito bancario,
tu autoestima y un sinfín de
posibilidades, ninguna de ellas
agradable.
Cuando el fracaso sobreviene
finalmente es cierto que aprendes de
ello y ganas experiencia, pero
básicamente aprendes lo que NO
funciona de tu idea y sigues sin saber
qué es lo que deberías hacer mejor en tu
próximo intento, así que fracasar es una
parte del asunto, pero no todo.
Debes empezar a tomarte en serio
el hecho de conocer —y estudiar— los
fracasos de los demás. Es mucho más
rápido y barato que fracasar por tu
cuenta. Saber en qué y cómo han
fracasado otros puede restar muchas
horas de análisis y lamentos.
No busques solo historias de éxito
para inspirarte, busca también las
historias de fracasos y analízalos.
Piensa en ellos. Indaga como evitarlos.
Vivimos en la era de la
información, una época fascinante –he
de destacar, que en toda la historia,
todos los hombres han pensado lo
mismo de su tiempo–. Gracias a internet
tenemos más información a nuestro
alcance que cualquiera rey
todopoderoso y rico del pasado.
Se puede aprender mucho de los
fracasos ajenos, es más ¡se debe!.
Encontrar historias de éxito
brillante en internet es muy fácil y
perderse soñando con alcanzar metas
parecidas o mayores también; no
menosprecies el valor que tienen las
historias que hablan de fracasos y
errores cometidos por otros –porque ya
han hecho ese trabajo por ti–.
En el 90% de los casos —sino
más— hagas lo que hagas, otros ya lo
habrán intentado antes que tú con más o
menos éxito. No es para sentirse
decepcionados, mucha gente piensa
como nosotros sin que lo sepamos. Estas
personas de manera generosa comparten
su experiencia dando pistas y datos
sobre lo que puede salir mal durante el
camino.
Indagar en los fracasos ajenos no
te librará de cometer algunos errores,
pero los reducirá a su mínima expresión.
Así que no sobrevalores tu fracaso, es
mejor aprender de los fracasos ajenos.

3. Vence la parálisis. ¡Actúa!


El fin último del estudio no es la
formación; el fin último del estudio es
pasar a la acción. Todo movimiento en
alguna dirección comienza con una
fuerza inicial que lo desencadena. Crear
flujos de ingresos pasivos es igual; de
alguna manera tendrás que comenzar.
Un partido de fútbol comienza con
el primer puntapié, es un toque corto,
algo lento y muy simple, pero sirve para
iniciar partido. Sin ese toque sencillo
los mejores partidos de fútbol no
comenzarían.
Para generar ingresos pasivos es
igual, con algo tendrás que comenzar,
aunque no te convenza tu primer intento.
Lo importante es dar el primer paso y
comenzar; ya irás mejorando las cosas
cuando vayas adquiriendo experiencia.
De lo que se trata es de comenzar
con algo.
Déjame hablarte un momento de
cómo funciona tu mente y cual es su fin
¿oyes esa voz en tu cabeza? —con la
que mantienes ese diálogo constante
contigo— bueno, es hora de que
descubras algo muy importante, esa voz
no eres tú
¡Vaya sorpresa!
Esa voz no eres tu. Tú eres mucho
más que esa voz —tu riqueza, potencial
y complejidad interior va mucho más
allá de esa voz—. Esa voz es solo parte
de ti, como tu mano, tus ojos, tu nariz,
tus hombros y tus recuerdos son parte de
ti, pero no son tu.
¿Dirías que eres tu brazo? ¿te
presentarías a alguien diciendo ¡Hola,
soy mi brazo!? no verdad. Pues tampoco
eres esa voz; aunque en tu diálogo
interno te llegas a identificar con ella y
llegas a pensar que si.
Esa voz es el medio que utiliza tu
mente para comunicarse contigo, para
despertar tus emociones que a su vez
provocaran las acciones que llevas a
cabo y de donde provienen los
resultados en tu vida.
Esa voz es la función más básica
de tu cerebro hablando contigo, pero no
es todo lo que eres. Recuerda, eres
mucho más que esa voz.
Tu mente tiene, ha tenido y
siempre tendrá —biológicamente— una
función primordial y es la de mantenerte
con vida y a salvo. No es la de hacerte
ganar dinero o tener éxito personal, su
función principal es alejarte de
cualquier cosa que pueda albergar algún
grado de peligro físico y emocional.
Para tu mente, mantenerte a salvo
es lo principal y todo lo demás puede
esperar, se puede aplazar o abandonar.
Repito, para tu mente, todo lo demás
puede esperar.
Para tu mente, cualquier cosa que
implique algún grado de peligro o
inseguridad —real o ficticio— se puede
aplazar indefinidamente.
Es muy importante que
comprendas esta forma de actuar de tu
mente o nunca comenzarás con nada en
tu vida o lo comenzarás y no lo
acabarás.
Tu mente dispone de toda la
información necesaria para crear
justificaciones y excusas que te
convenzan de lo que sea. Dispone de
todos tus recuerdos y experiencias y es
capaz de modificar estos recuerdos para
convencerte de lo que sea que se
proponga. Si tiene que inventar,
adulterar o borrar información de tus
recuerdos lo hará sin problema, ese es
su trabajo, procurar que no te metas en
líos y te mantengas con vida. Es una
programación a niveles muy básicos del
cerebro y funciona estupendamente. Sin
esa programación no seguiríamos en la
tierra.
Tu mente es una herramienta muy
poderosa y a almacenado esa
programación de genética de
supervivencia durante miles de años —
no la subestimes, sabe muy bien como
hacer su trabajo—.
No me creas a mi si no quieres,
esto no lo digo yo, lo dicen los
neurocientíficos más prominentes de
este siglo que saben del funcionamiento
de la mente mucho más que yo.
Puedes buscar el episodio 331 de
REDES de Eduard Punset donde se
explica a fondo este tema. Tu mente te
engaña así que debes controlarla.
Para tu mente crear excusas es su
modo de salirse con la suya así que
tienes que pasar a la acción sin dar
demasiadas vueltas a las cosas porque,
de lo contrario, te impulsará a ver
problemas donde no los hay y al final no
tendrás fuerza suficiente para vencer ese
estado de parálisis inducido por la
mente.
Además, la parálisis mantenida
durante algún tiempo se transforma en
temor y ese temor potencia el estado de
parálisis, una vez que este en ese estado
te llevará mucho tiempo salir de esa
situación.
Valora las oportunidades, las
ventajas y desventajas de tu plan y
cuando ya lo hayas hecho no des más
vueltas, desoye el temor que crea tu
mente y pasa a la acción, lo que nos
lleva al siguiente punto.
4. Vence el temor
El temor es, sin duda algo bueno cuando
se mantiene en las dosis adecuadas.
Cuando el temor supera los límites
manejables comienzan a aparecer rasgos
inesperados y dañinos en la
personalidad.
Cuando el temor es
exageradamente potente en un individuo
sobrevienen las enfermedades
psicológicas y emocionales, los miedos,
las fobias y finalmente los terrores de
todo tipo.
Así que, ya sea para crear flujos
de ingresos pasivos, como para
cualquier otra cosa debes aprender
superar el temor y puedes hacerlo de
dos maneras muy sencillas.
Una de ellas es muy sutil y
requiere algo de práctica y la utilización
del sentido común. El sentido común
hace que dejes de temer lo que no es
esperable que suceda en términos
lógicos.
Si tienes temor a la oscuridad
cuando te vas a dormir y nunca te ha
atacado el asesino imaginario que se
esconde debajo de la cama es muy
posible que nunca lo haga —sobre todo
si no queda sitio debajo de tu cama—.
El temor es sano en dosis
pequeñas, te mantiene alerta y te obliga
a hacerte preguntas. El sentido común
mantiene los niveles de temor en un
grado aceptable. Así que utiliza el
sentido común para controlar
situaciones de temor.
La otra forma de vencer el temor
es pasar a la acción. Ya hablamos de
ello en el punto anterior. Debes
acostumbrarte a actuar a pesar del
temor. Es posible que mires a los demás
y pienses —sobre todo en aquellos que
han hecho algo que te gustaría hacer—
¡qué suerte tiene, a mi me encantaría
hacer eso! y asumas que dicha persona
lo ha conseguido todo sin sentir temor,
pero no es así.
Todos tenemos temores. Todos
tenemos preocupaciones. Todos tenemos
dudas. La gente que hace cosas muy
interesantes también tiene dudas y
temores, pero han aprendido a actuar a
pesar del temor.
Es ridículo pensar que los demás
no tienen temor. ¡claro que sienten
temor! a todos nos pasa, pero cuando te
has dispuesto conseguir algo sabes que
debes actuar a pesar de sentir temor.
Los seres humanos
sobredimensionamos el temor,
exageramos mentalmente las
consecuencias de cometer un error y eso
potencia la sensación de temor, pero
generalmente las consecuencias no son
tan tremendas como anticipamos. Debes
acostumbrarte a actuar a pesar de sentir
temor.
Si has hecho tus deberes
analizando al situación y proyectando un
plan que crees que es posible según tu
experiencia, pasa a la acción. ¡claro que
sentirás algo de temor! pero pasa a la
acción igualmente.
Mi consejo es este “Si no hay
daño físico para ti o para alguien más,
actúa y ya está” —doy por hecho que tu
intención será moralmente beneficiosa
para todos—.

NOTA: Si por algún motivo


sientes que tienes problemas serios
relacionados con el temor —fobias o
terrores—, deberías consultar a un
profesional que pueda ayudarte a
superarlo. No estas en la obligación de
aceptar una vida llena de sufrimiento
por ello, busca la ayuda de un
profesional porque los hay.

5. Crea valor o muere


Si, parece una frase extraída de la
película Gladiator, pero es la pura
verdad. Me gustaría decir que todos los
flujos de ingresos pasivos son creados a
través del valor que se aporta a los
demás, pero eso no es así. Hay
productos que generan flujos de ingresos
pasivos que son realmente malos,
engañosos y decepcionantes –desde el
punto de vista de quien paga por ellos–
y aún así se venden y generan un flujo de
ingreso pasivo, espero que esa no sea tu
meta, ganas más creando valor.
Yo voy a mostrarte y explicarte
los puntos más importantes para crear un
flujo de ingresos pasivos, pero serás tú
quien deba tomar la decisión de aportar
valor a los demás. Si no lo haces, el
flujo se extinguirá rápidamente de todas
formas.
En mi caso, escribo este libro
porque representa una nueva fuente de
ingresos pasivos que seguirá fluyendo
durante años y porque al hacerlo puedo
ayudar a muchos otros en su deseo de
hacer lo mismo y eso crea para ellos –y
para mi– un gran valor residual que se
traduce en ingresos pasivos.
Cuanto más des más recibes. El
universo trabaja de esa manera. Sé que
crear valor para los demás es la mejor
manera de conseguir flujos de ingresos
pasivos porque estableces una relación
win-to-win –donde todos ganan–.
Los mejores negocios son
aquellos donde todos consiguen lo que
quieren, esa es mi forma de pensar y te
la traslado a ti para que —si se ajusta a
tus ideas y creencias— desarrolles tus
flujos de ingresos pasivos creando valor
para todos. Cuanto más valor aportes a
los demás mejor se te pagará, así que ten
presente el concepto de valor cuando te
dispongas a crear tus flujos de ingresos
pasivos porque eso hará que,
literalmente, explote tu cuenta bancaria.
Crear valor es dar a los demás lo
que necesitan, lo quieren o lo que
facilita tus vidas o algunas de sus tareas.
Compartir un conocimiento o
experiencia —como en este caso—,
enseñar una nueva habilidad, conseguir
que ganen tiempo y todo aquello que
aporta algo positivo o necesario en sus
vidas. Eso es crear valor.
Durante la ceración del valor
olvídate de cuanto dinero esperas ganar
porque nunca se sabe exactamente el
resultado que obtendrá un ingreso
pasivo, se puede estimar y aproximar,
pero siempre hay sorpresas.
Céntrate en dotar de valor tu
creación y el resto fluirá por sí solo.
Luego hablaremos sobre la forma
mas natural e importante de crear valor
para los demás, sin embargo, hay mucho
material disponible en internet –videos,
entrevistas y artículos en blogs– donde
puedes aprender más técnicas para crear
valor para los demás.
Búscalas y estúdialas si crees que
pueden mejorar tu capacidad de crear
valor en tus flujos de ingresos pasivos.
CAPÍTULO 9
Crear ingresos pasivos que
fluyan durante años

Cuando creas un nuevo flujo de


ingresos pasivos no hay manera de saber
exactamente lo bien que van a funcionar
durante su vida útil. Es verdad que con
la práctica las cosas se van dominando y
el horizonte se vuelve más nítido, pero
al fin y al cabo es la gente a la que te
diriges quien tiene la última palabra del
éxito o no.
Puede ocurrir —y ocurre— que
infravalores algunos flujos de ingresos
pasivos y que sobrevalores algunos
otros. Sea como sea, el hecho es que no
se puede determinar con exactitud como
funcionará un nuevo ingreso pasivo.
Con la práctica podrás
aproximarte bastante como para saber
que esperar, pero, a veces, sobrevienen
las sorpresas agradables y las
decepciones.
De ahí que sea más inteligente
crear tantos flujos de ingresos pasivos
como te sea posible. Algunos flujos de
ingresos pasivos duplican o triplican las
previsiones, tanto en el monto total
previsto como en el tiempo que se
espera que se mantenga activo. Otros,
sin embargo, parecen tener todas las
papeletas para ser grandes éxitos, pero
no acaba pasando gran cosa.
Cuando adquieres práctica en la
creación de ingresos pasivos, te das
cuenta de que puedes mantener bajos los
costes de creación, en algunos casos, el
único coste será tu tiempo —que es muy
valioso, no te confundas—, pero en
aportaciones dinerarias podrás
mantenerlo bajo.
Eso está bien porque si,
finalmente, el resultado del nuevo
ingreso pasivo no es el que esperabas
tampoco habrás perdido una enorme
cantidad de dinero.
Esta no es una regla irrefutable y
ya que hay algunos flujos de ingresos
pasivos que necesitan de un desembolso
significativo de dinero para ponerlos en
funcionamiento. No te doy una cantidad
exacta porque eso depende de tu
situación y de lo que te planteas hacer,
pregúntate ¿cuánto es mucho dinero para
mi? Y tendrás la respuesta. Para cada
uno será diferente.
A estas alturas seguro que tienes
más claro el tema de los ingresos
pasivos y te darás cuenta que comparten
algunos aspectos fundamentales con
otros negocios. Aspectos como la
motivación, una idea clara, un análisis
de mercado, una proyección de negocio
y un plan de acción son compartidos
entre los negocios convencionales y los
ingresos pasivos.
Crear un ingreso pasivo es utilizar
un sistema de venta en el que no
participas directamente. Así que como
ocurre con algunos negocios, a veces las
cosas no salen como estaba previsto.
Esto no tiene que ser necesariamente
malo.
Puede ser que hayas previsto
ganar unos 5.000 dólares/euros a lo
largo de un año con tu nuevo flujo de
ingresos pasivos y que al cuarto mes
hayas superado esa cifra.
Posiblemente no lo consideres una
mala noticia y no te importará que se
aleje de tu previsión de negocio. Pero lo
hace. Ahí está el punto.
Para mejor o para peor puede
suceder y debes tenerlo presente, no hay
seguros que puedas contratar para
cubrirte si no alcanzas tu objetivo.
Aunque no hay forma de
determinar exactamente el resultado
final de un nuevo flujo de ingresos
pasivos si hay una variable que puede
mejorar sustancialmente el resultado y la
vida útil de tu ingreso pasivo.

El valor
El valor de un ingreso pasivo
determinará en gran medida que su
resultado sea positivo y que se mantenga
durante muchos años.
Por valor debes entender aquello
que la gente percibe útil o necesario y
por lo que estaría dispuesta a pagar. No
es lo que tú creas que es valioso sino lo
que los demás consideran que es
valioso, que no es necesariamente lo
mismo.
Si quieres ofrecer a los demás
algo de valor tienes que comprender que
es lo que ellos perciben como valioso.
Hay muchas formas de valor y
pueden combinarse para obtener aún
más valor final. Tener la habilidad de
transmitir conceptos con claridad aporta
valor, reunir información dispersa en
torno a un tema original aporta valor,
enseñar a los demás a partir de tus
habilidades aporta valor, ser original en
tus propuestas aporta valor, mantener la
honestidad con los demás sobre un tema
aporta valor, compartir tus dotes
artísticas aporta valor.
Aportar valor es la clave para
crear flujos de ingresos pasivos que
fluyan durante muchos años. Cuando
tengas claro cual es el tipo de ingreso
pasivo en el que vas a trabajar,
concéntrate en potenciar el valor que
vas a compartir con los demás.
Si eres capaz de ser original y al
mismo tiempo de aportar valor a los
demás tus ingresos pasivos no tendrán
techo y fluirán durante años en base a
ese valor.

La clave para perdurar en el


tiempo está en aportar un verdadero
valor a los demás.
CAPÍTULO 10
Consideraciones finales

A pesar de que, de un modo u otro,


los ingresos pasivos están al alcance de
todo el mundo lo cierto es que no son
para todo el mundo. Por diferentes
motivos la mayoría de las personas no
están preparadas mental y
emocionalmente para crear y disfrutar
de flujos de ingresos pasivos.
En gran medida se debe a nuestra
programación mental —sobre todo
aquellos que provenimos de familias de
clase media— no hemos sido educados
para tener en cuenta esta forma de ganar
dinero.
En cambio las familias de clase
rica si que transmiten a sus hijos los
beneficios de conseguir más y más
ingresos pasivos —rentas— a largo
plazo como un modo natural de
conseguir ingresos.
Es habitual para una familia de
clase rica que parte del dinero que
perciben provenga de ingresos pasivos
como alquileres, regalías, dividendos,
etc. En cambio las familias de clase
media o pobre no tienen ese cocimiento
—porque probablemente no lo han
experimentado— y por tanto no lo
transmiten a sus hijos, así que en la gran
mayoría de los casos, ya sean ricos,
pobres o de clase media las costumbres
se perpetúan de generación en
generación.
Otro motivo es que la creación de
ingresos pasivos, como he dicho
anteriormente, no es para vagos ni
pusilánimes. Algunas personas asocian,
equivocadamente, que los ingresos
pasivos son para personas a las que no
les gusta trabajar y ¡eso es una ridiculez!
Los ingresos pasivos son para
personas que quieren tomar —o retomar
— el control de sus vidas y trabajar en
aquello que realmente les gusta hacer, en
lugar de tener que vender todo su tiempo
útil semanal a una empresa para
conseguir un salario que en muchos
casos no es justo ni se establece en base
a su capacidad.
Ya lo he dicho, pero lo repetiré
por si queda alguna duda. No tengo
nada en contra de los empleos ni de las
empresas. Yo mismo tengo y he tenido
empresas que generan empleo durante
muchos años e intento que quienes
trabajan en mis empresas disfruten de su
trabajo y puedan realizarse de alguna
manera con el.
También soy de los que
promueven el trabajo deslocalizado.
Mi equipo de trabajo no se
encuentra reunido bajo un mismo techo
en una oficina, sino que trabajo con
personas de todas partes del mundo
utilizando para ello la tecnología. Eso
nos da más libertad a todos.
Intento contratar a personas en las
que pueda confiar y delegar, no quiero
tener que estar detrás de nadie para ver
si hace lo que debe hacer.
Creo que hoy en día no es
necesario privarse del talento, esté
donde esté, ya que podemos hacer el
mismo trabajo como si estuviéramos
todos juntos en un mismo lugar —y
muchas veces mejor—.
Por tanto no tengo nada en contra
de los empleos ni de las empresas,
porque ambos son necesarios para el
desarrollo de la sociedad. Cuando hablo
de empleados me refiero a aquellos que
no están a gusto con sus puestos de
trabajo y lo hago porque los estudios
demuestran que son más del 80% en
todo el mundo, lo que me parece una
cifra apabullante.
Yo mismo he sido en alguna
ocasión un empleado sobrecargado de
trabajo, infravalorado y desmotivado,
pero no me detuve, seguí escarbando
buscando una respuesta para mi, una
alternativa que se ajustara a mis metas.
Los ingresos pasivos no van en
contra de tu trabajo, no tienes porque ser
radical y renunciar mañana sin saber si
serás capaz o no de crear tus propios
flujos de ingresos pasivos ¡qué clase de
locura es esa!
Pensar antes de actuar, es de
sentido común. Si eres capaz de hacer tu
trabajo es muy probable que puedas
crear flujos de ingresos pasivos sin
mayor problema, no es más difícil que la
mayoría de los trabajos, pero depende
íntegramente de ti, así que si no tienes la
suficiente disciplina lo dejarás a
medias.
Los flujos de ingresos pasivos
pueden aportar más libertad en relación
al valor que contengan y su duración en
el tiempo. Pueden representar unos
dólares/euros más cada mes o
sobrepasar tus ingresos actuales —en
muchos casos multiplicándose por dos,
por tres o más— depende de tus
decisiones y de que pases a la acción.
Si estableces una cierta rutina de
trabajo propio no podrás generar flujos
de ingresos pasivos, si no dejas de
divagar entre tus ideas y pasas a la
acción de alguna forma no podrás
generar flujos de ingresos pasivos, si no
planificas y cambias de opinión todo el
tiempo improvisando soluciones no
podrás generar flujos de ingresos
pasivos, si no eres paciente y mantienes
un nivel de motivación y confianza en
tus habilidades no podrás generar flujos
de ingresos pasivos.
Los ingresos pasivos no son un
regalo que te hace la gente. La gente no
es imbécil y no va a regalarte su dinero
—porque le cuesta mucho conseguirlo
—, si no creas algo de valor por lo que
otros estén dispuestos a pagar, puede
que consigas engañar o ilusionar a
algunos, pero poco a poco el ingreso se
extinguirá sin pena ni gloria. Así son las
cosas.
Tener ingresos pasivos no
significa adoptar una actitud pasiva
respecto a la vida y al trabajo, más bien
todo lo contrario, significa tomar el
control y decidir poner tu embarcación a
favor de la corriente del río para ganar
velocidad, eso siempre tiene más
sentido que remar en contra de la
corriente.
CAPÍTULO 11
Guía paso a paso para crear
ingresos pasivos

En este capítulo se describe de


forma breve los pasos necesarios para
crear un flujo de ingresos pasivos y
también es una pequeña trama que te he
puesto.
Si haz llegado hasta aquí sin leer
el resto del libro es que tienes muchas
ganas de ir al grano y comenzar cuanto
antes a crear flujos de ingresos pasivos.
Que tengas ganas de comenzar es
bueno aunque la ansiedad excesiva
induce a errores. Si has saltado
directamente aquí y no tienes ninguna
experiencia en la creación de flujos de
ingresos pasivos es posible que
entiendas el resumen que hay a
continuación, pero desde luego, te
quedarás muy lejos de llegar al fondo
del asunto. De esta forma te pierdes
conceptos importantes.
Conocer el mercado en el que
deseas operar así como las técnicas a tu
alcance, es indispensable para abordar
cualquier negocio y también para
mejorar en la creación de flujos de
ingresos pasivos.
Ese esfuerzo extra de ir un paso
más allá y buscar donde otros no han
buscado u observar en detalle lo que
otros han pasado por alto te dará una
gran ventaja competitiva.
Una ventaja competitiva es
decisiva para obtener el éxito en todos
los planes de negocio. Una persona con
mentalidad empresarial siempre buscará
una ventaja competitiva para “entrar” en
un negocio.
Dicho esto, estás en tu derecho de,
pasar por alto lo que digo y seguir
leyendo, pero si desprecias el resto del
conocimiento que hay en este libro te
estarás perdiendo mucha información a
cerca de cómo puedes mejorar en la
creación de flujos de ingresos pasivos.
Luego no digas que no te lo habían
avisado.
Resumen de pasos para crear ingresos
pasivos

Primer paso: Motivación


Lo obvio no suele ser tan obvio a
primera vista. En el libro El Principito
de Saint Exupery se habla a fondo de
este tema. Muchas veces se pasa por
alto este paso como un detalle
infravalorado y cuando las cosas no van
lo bien que se esperaba la motivación es
tu mejor aliada.
¿Cómo consigues motivación? el
mejor modo de conseguir y mantener la
motivación es haciendo algo que
disfrutas hacer. Si te metes en un
negocio que no te apasiona solo porque
se puede ganar algo de dinero estarás
perdiéndote gran parte de la diversión
que produce hacer lo que te gusta.
Cuando haces algo que te gusta no
te importa ganar dinero haciéndolo, lo
haces porque tienes ganas de hacerlo y
cuando el dinero fluye desde esa
perspectiva comienzas a ser una persona
muy feliz.
Una persona muy feliz hace muy
felices a quienes lo rodean. Una persona
feliz también es más productiva. Nunca
subestimes la importancia de ser feliz.
Busca un negocio que te guste —
algo que harías hasta gratis— y adáptalo
al formato de alguno de los tipos de
ingresos pasivos descritos con
anterioridad la motivación actúa por si
misma cuando haces lo que más te gusta.
Trabaja con este tipo de
motivación y te verás en un estado de
eufórica actividad productiva sin apenas
hacer ningún otro esfuerzo consciente.

Segundo paso: Elige la idea


Tendemos a sobrevalorar las ideas,
incluso más que la ejecución en si
misma. Eso generalmente es un error.
Por muy buena que consideres tu idea,
mientras no pases a la acción, solo será
una idea, algo que vive en tu mente.
Nadie puede beneficiarse de una
idea que solo se encuentra en la
imaginación de otra persona. Tu
tampoco puedes hacerlo.
Apunta todas tus ideas en un
cuaderno o en un documento online,
todas encierran algún tipo de potencial y
es bueno que las apuntes para refrescar
tu memoria llegado el momento.
Las ideas están en todas partes y
surgen de la asociación con otras ideas
que parecen no tener relación durante la
observación o la conversación.
Lee, escucha música, habla con la
gente, comparte opiniones, debate sobre
diversos temas, todas estas actividades
llenan tu mente de ideas.
Cualquiera de ellas pude ser un
gran negocio y alguna de ellas hasta
podría convertirte en una persona rica.
Tal vez creas que tu no eres una de
esas personas que tienen ideas, pero eso
no se verdad. Solo se debe a que no has
aprendido a “escuchar” a tu mente
cuando tiene una idea y lo pasas por
alto. Créeme todas las mentes tienen
ideas, empieza a estimular y a escuchar
mejor a tu mente y verás que tu también
tienes ideas. Y muchas.

Tercer paso: Describe el


problema
Si ya tienes una idea para crear un nuevo
flujo de ingresos pasivos debes ponerla
sobre la mesa y describirla en palabras.
Analizar una idea con el fin de
ejecutarla es describir un problema, un
proceso.
Te diré algo que será mejor que
recuerdes toda tu vida. Si no eres capaz
de tomar una hoja y un lápiz y escribir
en uno o dos párrafos cual es la forma
en la que vas a llevar a cabo tu idea
entonces no serás capaz de hacerlo.
Si no eres capaz de describir en
una hoja de papel un problema entonces
realmente no comprendes bien el
problema.
Es posible que pienses que está
muy claro en tu “cabeza” y que no es
necesario que lo escribas en un papel.
¡Eso es falso! Es un engaño de la mente.
Si no puedes describir tu
problema en pocas palabras es que no
comprendes bien el problema al que te
enfrentas. No lo olvides.
Si comprendieras bien tu
problema podrías describirlo en apenas
un párrafo.
En un negocio eso significa —casi
con seguridad— que vas camino del
fracaso.
Analiza tu idea, analiza el
mercado en el que vas a introducirte,
analiza tu publico objetivo. Tómate este
paso con seriedad.
Cuanto mejor y más detallado sea
tu análisis mejor entenderás el problema
que quieres resolver. Eso es tener
sentido común.

Cuarto paso: Planifica


Escribir los detalles de tu problema es
un paso fundamental, y escribir tus
planes para conseguirlo también. No es
lo mismo una cosa y la otra. En uno
describes un problema que quieres
resolver y en el otro como vas a
resolverlo.
Tienes que dejar escrito —
previamente— que es lo que te propones
conseguir, en que tiempo te propones
conseguirlo y hasta donde llegarás para
ello. Tal vez eres de esas personas que
creen que “los planes de negocio están
para incumplirlos” hasta cierto punto es
así. Pero para incumplirlos primero
tienes que escribirlos.
Así, en cualquier momento, podrás
valorar lo bien o mal que están saliendo
las cosas, si lo estás haciendo mejor de
lo esperado o si es necesario un
replanteo de la estrategia de ejecución.
Para poder llegar a algún sitio
tienes que saber primero a donde vas o
no serás capaz de hacerlo. Los planes
son para eso, para dejar constancia de
tus intenciones iniciales. Si luego no se
cumple se pueden hacer conclusiones y
aprende con ello. Pero debes trazar un
plan aunque sea muy sencillo antes de
comenzar. Si no tienes ni idea de cuales
serán los resultados, tal vez no sea
buena idea que te entres de lleno aún en
ese negocio.

Quinto paso: Busca los puntos


críticos
Todo plan y toda situación tiene puntos
críticos. Un punto crítico es un momento
en el que las posibilidades de que algo
salga mal o se pierda el control
aumentan.
Como en el ejemplo de calentar la
leche, hay un momento crítico en el que
esta rompe a hervir y si no prestas toda
tu atención esa situación rápidamente se
ve inmersa en el caos.
Con los ingresos pasivos pasa
igual. Analiza todo el proceso en detalle
buscando puntos críticos que puedan
poner en peligro tus planes.
Te daré un ejemplo de un punto
crítico en un flujo de ingresos pasivos.
No tener bien en claro que tipo de
obligaciones fiscales tendrás que pagar
cuando pongas tu producto o servicio a
disposición de la gente.
Desatender este aspecto
previamente puede ocasionar una gran
pérdida de tiempo, dinero y asuntos
bastante complicados de resolver a
veces.
Repasa tu plan un par de veces
buscando puntos críticos que puedas
eliminar o minimizar y llegado el
momento pon especial atención para
mantenerlos bajo control.

Sexto paso: Pasa a la acción


Si no pasas a la acción una idea no vale
demasiado, un análisis se convierte en
una perdida de tiempo y un plan de
negocio es un papel que no sirve para
nada. Todo depende de que pases a la
acción. Sin demorarte demasiado.
No se trata de pasar a la acción
con prisas. Una vez que tienes la
motivación, has elegido tu idea,
analizado sus pro y sus contras,
planificado su ejecución lo único que
queda —y más importante— es pasar a
la acción.
Las ideas en tu mente no
benefician a nadie, tampoco a ti. Los
planes sin ejecutar son un valioso
tiempo perdido en algo que no va a
ninguna parte. Pasar a la acción es la
clave. No importa que sientas temor de
hacerlo mal, debes pasar a la acción.
Si has hecho los deberes a
conciencia analizando el alcance y
planificando la ejecución ya no hay que
dar mas vueltas al asunto.
Hay que ponerlo en práctica, sin
excusas, con lo que tengas a mano. Si
tienes que mejorarlo lo harás después
cuando pongas en acción tu idea y
compruebes si funciona o no. No sabrás
si funciona hasta que no pases a la
acción y lo pruebes.
Si has hecho una buena
planificación podrás solucionar los
problemas que surjan por el camino
basándote en lo que habías establecido,
así que pasa a la acción.

Séptimo paso: Ten paciencia y


confía tu idea
Posiblemente este sea el paso más
importante porque depende íntegramente
de tu fuerza de voluntad y de tu
convicción. Si has hecho a conciencia
todo lo anterior ahora tienes que
difundir tu idea, servicio o producto y
confiar en el.
No dudes de tus ideas y tus planes
desde el primer día porque las ventas no
son lo que esperabas; algunas cosas
necesitan tiempo para funcionar o para
ser comprendidas.
Que la gente no abrace tu idea
desde el primer momento o no haga cola
para comprar lo que ofreces es algo
normal, lo más probable es que se deba
a que muchos aún no se han enterado de
lo que ofreces o necesitan algo de
tiempo para asimilar algo nuevo.
El día que Steve Jobs, el
presidente de Apple, presentó al mundo
el primer iPad —ese invento
revolucionario sin el que la gente ya no
puede vivir— el mundo en general y la
prensa en particular lo calificaron como
el peor fracaso en la era de la
informática, no es necesario que te
cuente lo mucho que se equivocaban
¿verdad?. Era algo tan novedoso que
solo era cuestión de tiempo para que la
gente lo entendiera y lo valorara. Lo
mismo puede suceder con tu idea.
Algunas cosas solo necesitan eso,
algo de tiempo. Confía en tu idea y poco
a poco irá tomando fuerza y
expandiéndose entre la gente, si lo que
has hecho está cargado de valor, solo es
cuestión de tiempo que funcione.
Ten paciencia y confía en tu idea.

Aplicando los pasos


Ahora que conoces los pasos
fundamentales y necesarios para crear
un flujo de ingresos pasivos vamos a
transcribirlos a un ejemplo práctico.
Supongamos que eres un músico
aficionado y que te gustaría producir y
vender tu propio álbum de música a
través de internet. Esto podría generar
un ingreso pasivo durante muchos años,
si el material es bueno y llega a mucha
gente.
Si estas pensando en hace esto —
publicar tu álbum— no debes seguir este
plan al pie de la letra, solo es una
descripción breve que sirve de ejemplo
para ubicar las acciones correctas en
cada uno de los pasos.

1. Motivación
Te apasiona la música y siempre has
soñado con ser una estrella del pop,
bueno no siempre, en realidad sueñas
con eso desde el día que tu tío favorito
te regalo una guitarra de plástico que no
sonaba del todo bien, pero que, sin
embargo, para ti era la mejor guitarra
del mundo; con ella diste muchos
conciertos en tu habitación.
Amas la música y sabes que tu
destino está sobre los escenarios
interpretando tus canciones para todo
aquel que quiera escucharlas. La
motivación nace de hacer aquello que
más te gusta hacer.

2. La idea
Durante el último año has dedicado
bastante tiempo a tu música
componiendo algunas canciones. Suenan
bastante bien, según dicen quienes las
han escuchado, así que te parece que es
un buen momento para reunirlas en un
álbum y ponerlo a disposición de tus
fans.
¿Qué fans? Los que van a oírte
tocar a esos locales que frecuentas para
tocar tu música. Tus amigos y los amigos
de tus amigos. Tu familia que te pide que
cantes en cada reunión, esos tus
primeros fans.
La mayoría están dispuestos a
ayudarte a que consigas tu sueño, editar
tu propio álbum, ya tienes la idea.

3. El problema
No sabes mucho del mercado musical.
Por muy amateur que seas, deberías
conocer, al menos, si tu tipo de música
se vende y cuanto se vende. Si no eres
capaz de hacerlo o no te gusta hacerlo
deberás buscar a alguien que se ocupe
de esas cosas —ahora no, pero te hará
falta así que ve pensándolo—.
También es una buena idea que
analices que plataformas de venta que
puedes utilizar para poner a disposición
de tus fans tu obra, cuanto te pagarán por
vender tu álbum y cuanto tiempo lleva
todo el proceso en general.
Editar tu álbum te llevará un mes,
dos, tres, seis, doce. Debes mantener la
noción de los tiempos y establecer
plazos para los distintos pasos.
Puede ser que para el proceso
creativo eso sea más difícil, porque una
canción sale cuando sale, pero para el
resto de pasos, debes establecer
tiempos.
Infórmate que derechos vas a
ceder a quien comercializa con tu álbum
y durante cuanto tiempo.
Este tipo de acuerdo te impone
algunas obligaciones, asegúrate de
comprender cuales son. Analiza el
mercado, cuantifica el posible alcance,
infórmate de tus obligaciones tributarias
y ten claro que derechos cederás a la
hora de asociarte con alguna plataforma.
Se que son todos temas aburridos
para un artista, pero hasta los artistas
están obligados a pagar sus impuestos.
Describe los posibles problemas
detalladamente para tener la seguridad
de que entiendes la mayor parte de la
situación.
Nota: pide ayuda alguien que ya
haya publicado un álbum antes que tu.
Eso te librará de muchas dudas y te dará
ideas.

4. El plan
Planifica el álbum. ¿quién hará la
portada? ¿puedes conseguirla gratis?
¿cuántas canciones incluirá el álbum?
¿cuánto tiempo te llevará grabar las
pistas definitivas? ¿puedes conseguir un
estudio o grabarás en tu habitación?
¿necesitarás que alguien haga arreglos a
las pistas? ¿una vez que el álbum esté
acabado lo presentarás en algún sitio?
¿qué sitio sería mejor para ti? ¿dónde te
gustaría presentarlo? ¿puedes conseguir
entrevistas de radio o tv para
promocionarlo? ¿vas a registrar el
álbum antes de editarlo? ¿deberás pagar
algún impuesto cuando comiences a
vender? ¿cuántos álbumes esperas
vender en seis meses?
Toda estas preguntas son
importante y necesitan tener respuesta
antes de comenzar, debes hacerte todas
las preguntas que puedas para que tu
plan quede escrito lo más
detalladamente posible. Detalla tu plan.

5. Puntos críticos
Ya sabes donde grabarás las pistas,
quien las retocará cuando estén listas y
quien hará la portada. También sabes
donde presentarás el álbum y en que mes
lo harás. Has hablado con otro músico
que ya ha publicado independientemente
y te ha dicho que con los impuestos no
hay problema. Además te ha puesto en
contacto con otro músico famoso para
que grabará contigo una canción, eso es
maravilloso porque ayudará mucho en la
promoción del disco.
Todos estos pueden ser puntos
críticos ¿cómo? Te lo enseñaré.
Si no confirmas la fecha del local
donde vas a tocar los dueños podrían
cambiar de opinión y alquilarlo a
alguien más —también podrían cometer
un error— y te quedarías sin sitio. Eso
te obligaría a buscar otro sitio y avisar a
la gente a tiempo. Podrías haber
incluido el sitio y la hora en la
publicidad que ahora estaría mal y tal
vez habría que tirarla a la basura.
Después de publicar tu álbum el
cantante con el que habías grabado un
trozo de una canción te reclama una
cantidad de dinero como derechos de
autor por haber participado en el disco.
Esto no es lo que se había acordado,
pero no hay nada escrito, todo fue de
palabra en el momento de la grabación o
por teléfono.
En realidad no es el músico quien
reclama sino su manager que es quien se
ocupa de velar por los intereses del
músico —ese es su trabajo—, el no
estuvo en la reunión informal que tuviste
previamente así que no hay manera de
convencerle. Además del dinero que
reclama ahora es más de lo que has
vendido. Un desastre.
Es fundamental detectar y dejar
atados los puntos críticos antes de que
se conviertan en un problema.
Recuerda que es más barato evitar
un problema que pagar para librarte de
el.
6. La acción
Una vez planteada la idea hay que pasar
a la acción según el plan. Comenzar a
grabar las pistas mientras los artistas
hacen la portada y el material
promocional, —aunque solo se una
octavilla en blanco y negro—.
Hay que acabar de grabar el
material con el tiempo necesario para
retocar las pistas de audio y montar la
página web —puede ser una página
gratuita en una red social—.
Contactar con medios de
comunicación de tu zona, como radios,
periódicos o blogs que estén dispuestos
a hablar de tu álbum —la mayoría estará
dispuesto a hacerlo gratis— sobre todo
cuando comienzas.
Hay que coordinar el equipo de
música para tocar en el local si lo
necesitas, la ropa que vas a usar esa
noche. Tal vez quieras cortarte el pelo o
hacerte un tatuaje.
Buscar un fotógrafo para que haga
algunas fotos bonitas del evento que
puedas distribuir entre la prensa y para
una página web.
Hay mucho que hacer así que
planifica los pasos en el mejor orden
posible y pasa a la acción, en este punto
casi todo debería estar pensado. Así
cuando aparezcan los primeros
imprevistos —que siempre los hay— se
hecha mano del plan y se decide lo que
sea mejor en función de los objetivos
establecidos.

7. Confía
Disfruta el momento. Has trabajado
mucho para llegar hasta este punto y si
lo has hecho tan bien como has podido
poco a poco se verán los frutos. Cuando
el álbum comience a ser conocido
mejorarán las ventas y empezarán a
llegar los primeros ingresos pasivos.
Así que este es el momento ideal
de disfrutar y de seguir promocionando
el álbum. Como disfrutas haciendo lo
que haces, promocionar tus canciones no
es un trabajo es un placer para ti.
Cada nuevo fan es un potencial
cliente y todas estas nuevas experiencias
inspiran nuevas canciones para el
siguiente álbum en uno, dos o tres años.
Si tu álbum tiene valor y se ha
ejecutado bien puedes espera que el
flujo de ingresos pasivos se incremente
con el tiempo y posiblemente que se
mantenga durante muchos años. A pesar
de publicar nuevos álbumes siempre
habrá gente nueva dispuesta a comprar
los primeros y eso hace que ese flujo de
ingresos pasivos se mantenga.

Así funcionan los ingresos pasivos


trabajas intensamente para poner en
marcha un nuevo flujo de ingresos
pasivos y el valor de tu trabajo y el
tiempo hacen el resto haciendo que tu
cuenta corriente siga y siga recibiendo
dinero sin que tengas que hacer nada
más.
TERCERA PARTE
Contenido Extra
CAPÍTULO EXTRA
Más recursos para tu
formación

Como ya he comentado soy un


ávido lector —leo una media de 40
libros al año— lo cual no está nada mal.
Aunque me gustaría poder leer más
rápido. Esta costumbre me permite
mejorar mi formación financiera,
empresarial y personal y estar en
condiciones de recomendar a mis
amigos el material más idóneo para su
formación en un momento dado.
Para que no tengas que leer 40
libros —si no quieres— he preparado
esta lista con algunos de los títulos que
pueden ayudarte en tu camino para la
creación de ingresos pasivos, hay
muchos más, pero estos seguro te dejan
huella.
No necesitas leer ninguno de ellos
para comenzar a crear tus propios flujos
de ingresos pasivos, pero si quieres
seguir mejorando tus habilidades puedes
comenzar por estos cuando acabes este
libro.
Algunos te ayudarán a mejorar tu
productividad, estructurar tus negocios,
planificar tus impuestos, proteger tus
inversiones, mejorar el sentido común,
organizar una empresa desde cero,
mejorar tus habilidades de marketing y
venta.
Todas estas habilidades te
permitirán crear nuevos flujos de
ingresos pasivos a partir de alguna
ventaja competitiva, ya sea basada en
tus talentos personales como en la
ejecución técnica de una nueva idea.
Esta lista te ahorrará muchas horas
de otras lecturas menos productivas.

Como crear y hacer funcionar una


empresa de María de los Ángeles Gil
Estallo
Un libro completísimo si vas a tomarte
la creación de una empresa en serio. Se
detalla todo el proceso y la relación
entre sus departamentos así como los
aspectos más importantes al detalle.
Recomendado para futuros empresarios
que se toman muy en serio lo de crear
empresas sólidas para ganar dinero.

Creatividad Práctica de Todd Henry


Para crear flujos de ingresos pasivos
necesitas mantener tu creatividad al
máximo nivel. Este libro es una fuente
de técnicas para potenciar tu
creatividad. Ideal para creativos y
diseñadores o para quienes quieren
potenciar su creatividad en general sin
importar la tarea que realicen
actualmente.

El arte de cautivar de Guy Kawasaki


Si vas a escribir un blog, crear un nuevo
producto o una nueva empresa necesitas
que la gente te apoye y te siga tanto si
son clientes, empleados, socios o
proveedores. Este es un clásico del arte
de la empatía con los demás. Fácil de
leer y es muy recomendable su capítulo
sobre como utilizar las redes sociales a
tu favor.

El negocio del siglo XXI de Robert


Kiyosaki
Si lo que te interesa es comprender a
fondo como funcionan los negocios
multinivel, este libro del gurú más
popular de los negocios es lo que
necesitas. Un detalle completo sobre la
estructura y técnicas de este tipo de
negocios.

El poder de lo simple de Leo Babauta


Mejora tu productividad aplicando a tus
rutinas de trabajo y tu vida la filosofía
zen. No es un libro místico, ni de
meditación, sino un manual para sacar el
máximo partido a cada día de tu vida y a
cada tarea que tengas que afrontar.

El principio 80/20 de Richard Koch


Este libro debería ser de lectura
obligada en todas las escuelas de
negocio. Describe en detalle una
formula sencilla y poderosa descubierta
por un brillante economista y filosofo
italiano del siglo XIX —Vilfredo Pareto
—. De gran valor a la hora de proyectar
cualquier negocio y en especial para
aplicar a los flujos de ingresos pasivos.

El Tao de Warren Buffett de Mary


Buffett y David Clark
Sentido común, sentido común y sentido
común. Un compendio corto y brillante
de sentido común en los negocios y la
vida. Muy recomendable.

Guía para invertir en Oro y Plata de


Michael Maloney
Si quieres empezar a meter las narices
en los mercados de metales preciosos
aquí tienes un manual estupendo para
saber de que va ese mundo y por donde
comenzar a invertir tu dinero. Interesante
de principio a fin.
Incrementa tu IQ financiero de Robert
Kiyosaki
Fue el segundo libro que leí de este gurú
y sigo pensando que es uno de mis libros
de finanzas favoritos. Fácil de leer y
repleto de buenas ideas, algunas las
hemos abordado varias veces en este
libro, protege tu dinero planificando tus
impuestos.

La Bolsa de Oriol Amat


Un manual conciso y práctico para
entender los fundamentos y algunos
trucos básicos para poder operar en
bolsa. Se lee en un par de tardes y sus
lecciones pueden aplicarse durante toda
una vida en los mercados.
La ventaja del ganador de Robert
Kiyosaki
Otro gran libro si buscas motivación y
aumentar tus conocimientos financieros.
Ser un ganador no es una condición, es
una actitud, un estado de la mente que se
puede cultivar y dominar con la
práctica.

Marketing directo e interactivo de


Josep Alet
Si tu objetivo es vender algo tendrás que
aprender como hacerlo mejor. Si vas a
vender en internet tendrás mucha
competencia, en este libro se desvelan y
detallan las claves para diferenciarte del
resto en un mercado tan competitivo.
MBA personal de Josh Kaufman
Un MBA no está al alcance de
cualquiera y no solo por el dinero,
también por el tiempo que requiere ¿o
no?. Un compendio fuera de serie para
aquellos que quieren obtener los
conocimientos fundamentales de un
MBA sin tener que pagar y cursar uno.

Sé más eficaz de David Allen


Otro manual fenomenal para mejorar tu
productividad y tu eficacia a la hora de
trabajar. Utilizar mejor el tiempo y ser
más eficaz es un factor clave para
mejorar tus ingresos.
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de este libro

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personal para que otros puedan seguirla.
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¡Te animo a que lo compartas con los
demás!
Santi d’León

Este no es el FIN, es el
comienzo
Este libro no ha hecho más que empezar.
Iré ampliando y actualizando su
contenido con el feedback y las mejores
ideas de los lectores, amigos y bloggers
que lo hayan leído y me las hayan hecho
llegar. Este no es el fin, es solo el
comienzo. ¡Gracias por acompañarme en
este viaje! Estas invitado a seguir en el.
¡Hasta muy pronto!
Santi d’León

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