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L
puesta de mirada escénica con todas las
significaciones que conlleva y los ele-
mentos y estrategias para apoyar al IP, en
La mirada escénica su modo de andar durante el proceso de
investigación. Con el apoyo de la meto-
Una aproximación a los modos de ver dología psicodramática y algunas pro-
del investigador-interventor puestas teatrales que enriquecen este
psicodramático modo peculiar de ver.
Mirar tiene como referente principal “la mira”. Fijar la vista en un objeto,
aplicando justamente la atención. También se puede referir a un estado de
contemplación. Un estado casi de reposo, por ejemplo al mirar un paisaje.
Poner en la mira, intentar cazar, atrapar, cachar algo sin ser visto. Otra
posibilidad es atender, estar atento, en el sentido de cuidado y protección a
un otro. Una madre que mira a su hijo, “mira bien”. Estas diferentes miradas
en torno a mirar se pueden comprender con ciertas frases que usamos
cotidianamente. Por ejemplo: “mira lo que haces”, parar un momento la
acción y reflexionar; “bien mirado”, si se piensa o considera con exactitud o
detenimiento; ¡mira!, para avisar o amenazar a uno; “mira ni atas ni desatas”,
como advertencia en no entrar en las cosas sin considerar bien antes el fin
que pueden tener; “¡mira quien habla!”, se resalta el mismo defecto del que
habla; “mirarse en uno como en un espejo”; “mirar uno para lo que ha
nacido”; “mirarse en ello”; “mirar por encima”; “¡mira a quién se lo cuenta!”;
“quien adelante no mira, atrás se queda”; “quien más mira, menos ve”, se
advierte que la excesiva suspicacia induce muchas veces al error. La mirada
por tanto advierte, procura, permite detenerse a la reflexión, la mirada resalta
lo evidente, se descoloca la acción al colocarse en la acción de mirar. Permite
reflejo, proyección. El mirar pertenece a la intimidad que se ha hecho pública
en su acción misma.
La observación pertenece al campo de examinar atentamente, requiere
de buscar el lugar o lugares adecuados para poder hacerlo y obtener mayor
información sobre algún fenómeno. Se requiere de un registro cauteloso y
sistemático.
En este ver psicodramático está implícito el mirar y el observar, imposible
disociarlos. Sensibilidad, atención, reflexión y análisis se conjuntan. Por ello
la referencia es en los modos de ver. Los modos de ver del IP requieren de
estrategias de colocación creativas en su andar en el proceso de investigación,
que brinden un modo de mirar a través de una infinidad de cristales que
pretenden dar una cierta visión de la realidad.
El primer acercamiento para el IP es que la vista llega antes que las palabras,
entonces el cuestionamiento será a partir de las diversas formas de mirar y
percibir. El IP, al llegar por primera vez al campo de investigación denominado
campo escénico, intentará tener una mirada amplia, evitando focalizar un
hecho o suceso específico, o con el afán de encontrar algo predeterminado.
No busca, sino percibe el entorno. No hay que olvidar que el niño mira y
ve antes de hablar. “La vista es la que establece nuestro lugar en el mundo
circundante; explicamos este mundo con palabras, pero éstas nunca pueden
anular el hecho de que estamos rodeados por él” (Berger, 2000:13). El primer
paso par el IP es la exploración, deseo por conocer el campo de investigación,
similar al niño en el ansia por conocer el mundo circundante.
El modo de ver del IP le da al cuerpo un lugar privilegiado como receptor
de sensaciones. Espacio-cuerpo-movimiento son inseparables. El IP intentará
colocarse en un lugar estratégico, captando imágenes, formas de relación,
objetos colocados en lugares significativos; la relación de los cuerpos y los
objetos en un movimiento permanente que nos muestra una manera de
decir las cosas en ese momento específico.
El IP verá las formas de relación en una escenografía social. Al focalizar el
cuerpo y su relación con el espacio y las personas que le dan forma y vida a
ese espacio. “Nunca miramos sólo una cosa; siempre miramos la relación
entre las cosas y nosotros mismos”. Aunque tendremos presente que “lo
que sabemos o lo que creemos afecta al modo en que vemos las cosas”
(Berger, 2000:23).
Es recomendable intentar transitar de manera sutil, colocarse en lugares
estratégicos que no llamen mucho la atención. Mirar como fotografiando
imágenes, sin que la cámara interior sea vista, es decir, camuflajear el rol de
observador. Moverse de la misma forma como sucede en el espacio,
aprendiendo las formas del lenguaje corporal y los ritmos para no llamar
demasiado la atención.
Los cuerpos tienen formas y ritmos; adquirir poco a poco el lenguaje
corporal de aquello que observamos facilitara el proceso. El modo de ver no
necesariamente implica permanecer de una manera estática, podemos
desplazarnos y sólo si es necesario, en el sentido de pasar lo más inadvertido
posible, cruzar palabra en caso necesario. La mirada del IP es una mirada
escénica. El IP intentará mirar en escenas captando el entorno social
representado, al situarse en escenas le permitirá tomar la distancia necesaria
para poder mirar como público, atento, expectante y discreto del desarrollo.
Éste es un lugar privilegiado, se mira pero no se interrumpe, no se permite
subir al escenario e interferir en el desarrollo de la obra.
por objetos, que nos hablan o nos gritan la significación del entorno, de
abandono, descuido, exceso, prepotencia, etcétera.
Aunque hoy somos muy libres en la vida, todavía existe una gran
inexpresividad. Cuando tenemos que decir algo a alguien, todo lo
más que podemos hacer es decir: ¿qué tal te va, hombre? En realidad
no somos totalmente capaces de expresar lo que queremos decir
[Hethmon, 1986:191].
Espero que esta propuesta rinda frutos e intente modificar algo en los
modos de mirar, por lo menos detenerse a cuestionar que lo que creemos no
son miradas absolutas, la diversidad de miradas y su despliegue a través del
arte, no sólo nos acercan a lo humano sino que también posibilitan en el
campo de la salud a la búsqueda de un acercamiento y descripción del ser
desde una mirada más sensible, que gracias a las aportaciones del arte y del
psicodrama, permiten trabajar con metodologías que generan vínculos y
transformaciones esenciales entre los seres, si es que aún nos podemos nombrar
humanos. Esto es simplemente una invitación a seguir profundizando y
apoyando el trabajo en las diversas concepciones que el arte proporciona y
enriquece a la psicología.
Bibliografía