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Ella se ha Ido
miradas; por el contrario mi familia tenía muy buenos recursos económicos, y
abarcaba un lugar muy bueno en la sociedad.
La madre de Annita estuvo un tiempo trabajando en nuestra casa como empleada de
servicios generales, su madre era una persona muy dedicada humilde y ante todo
entregada a sus dos hijos, su esposo, el padre de Annita, no estaba con ellos, debido a
que había muerto más o menos unos cinco años atrás.
Un día iba de camino a mi casa de la pequeña escuela, me fui por una estrecha
arboleda, y al haber caminado un buen rato, llegué a una gran piedra, donde solían
sentarse personas a conversar o a reflexionar en silencio, vi una extraña figura
sentada sobre ésta, me acerqué un poco más y me sorprendió ver que era Annita,
estaba llorando desesperadamente, al verla así, inmediatamente me acerqué hacia ella
para preguntarle cuál era el motivo de su angustia y tristeza, simultáneamente ella me
miró con un gesto de resignación que noté claramente en su mirada, mirada la cual
expresaba mucha tristeza y dolor tras ese hermoso rosto llorando, le pregunté cuál era
el motivo de su tristeza, me dijo que no era nada.
Enseguida se fue de allí donde estaba, dejándome a mí con la gran duda e intriga de
saber cuál era el motivo que causaba el sufrimiento de la persona más hermosa que
para mí existía, tanto así que al verla llorando y tan triste no quise nada más que ser
minuciosamente obsesivo y saber cuál era la causa de su dolor.
Y continuamente, eso fue lo que hice, seguí su silueta a lo largo del camino, caminé y
caminé, hasta que logré llegar hasta a donde ella estaba, sin saberlo me condujo a
saber cuál era el motivo de su angustia, poco después de haber caminado un buen rato
ella curiosamente entró a un rancho, se veía muy humilde, habían algunas personas
paradas ahí afuera; no eran muchas.
En el momento me entraron unos deseos intensos de entrar al ranchito y descubrir la
verdad de todo esto, al cruzar la puerta vi lo que desesperadamente quería saber, era
Annita, estaba sentada en el piso llorando con su madre en los brazos, -su madre
estaba muerta- En ese momento sólo pensaba en el dolor tan grande que ella sentía,
perder a su madre, ella era lo único que tenía, y su hermano.
Pero mi poco valor y falta de valentía me impidió acompañarla en su momento más
vulnerable, así que mi cobardía y miedo hizo que dejara a Annita Sola y sufriendo,
sin nadie quien la acompañase.
Ella se ha Ido
Pasaron dos días después de la muerte de su madre, que Annita se vio forzada a pedir
dinero y comida en las calles, ella, a la cual todo el mundo quería, lo que más me
sorprendió y a la vez me dio coraje fue que todas las personas que decían ser amigos
y allegados a ella la abandonaron, sin importar su situación económica ni su dolor
tampoco, y cuando la vi ahí en el piso de una calle pidiendo dinero me bajé del auto
de mis padres, pero ella me negó su presencia y corriendo se alejó de ese lugar con su
hermano.
En ese momento sentí un gran sentimiento de frustración y dolor, pero con la cabeza
agachada y totalmente resignado me subí al auto, y desde ese día no la volví a ver a
Annita.
Luego habían pasado seis meses y no supe más nada de Annita, aún recuerdo que mi
madre un día me castigó fuertemente, porque se enteró de que yo no había ido a
estudiar un día a la escuela, y no fui porque era tanto el amor que sentía por Annita,
que ese amor me forzó a emprender una búsqueda para saber si podía encontrarla;
estaba desesperado por verla, saber algo de ella, pero con sólo verla era suficiente,
pero no fue así, y tuve que acostumbrarme a la idea de que nunca la había conocido y
que nunca me había enamorado tan perdidamente como en esa vez.
El momento de irme había llegado, me había ganado una beca en el extranjero y
dolorosamente tuve que dejar mis recuerdos y obligar a mi mente y a mi corazón de
que olvidaran que un día conocí el amor, que un día fui feliz gracias a una hermosa
persona que cambió mi parecer e invirtió de manera deliberada mis pensamientos.
Pasaron diez años, y con ellos oportunidades de volver a enamorarme y volver a
conocer muchas mujeres, pero no fue así siempre que estaba con otra mujer la veía a
ella su rostro triste y desolado queriéndome decir algo, que todavía podía encontrarla,
que todavía podía amarla y tenerla conmigo para siempre.
Un día desperté de un sueño muy agitado y ansioso, en el sueño la había visto a ella,
a Annita, era tan real pero a la vez tan doloroso que cuando desperté estaba
conmocionado de lo que había soñado, luego al ver que todas éstas manifestaciones
que me invadían se me ocurrió la gran idea de buscarla de nuevo, pero yo estaba
seguro de que el resultado de esta vez no iba a ser como el que aconteció en mi niñez,
sino que esta vez sí la iba a encontrar y verla una vez más.
Pero no fue así duré días, semanas y meses investigando e indagando en muchos
lugares, personas e información a ver si encontraba algún rastro o pista que me
indicara alguna idea de su paradero.
3
Ella se ha Ido
Por un momento llegué a pensar que lo que estaba sintiendo por ella ya no era amor
sino una gran obsesión que me estaba abatiendo y dominado lentamente pero algunas
actitudes y evidencias me demostraban y me daban a entender de lo contrario; que lo
que sentía no era un sentimiento vano de obsesión, sino que en realidad era que mis
labios anhelaban tocar su dulce cuerpo y embriagarme con su tórrido y apasionante
sabor de pétalos de rosa en una mañana de primavera o tan simplemente un ardiente y
pintoresco atardecer de otoño.
Ocurrió un día que yo iba en camino del trabajo a mi casa, entonces me bajé del auto
y entré a un centro comercial no era muy grande, más bien era una tienda, entonces al
entrar observé que aquel que estaba atendiendo, que al parecer era el administrador o
algo así estaba discutiendo con una muchacha, al principio no le tomé mucha
importancia, pero cuando se intensificó la discusión ahí si me fui cauteloso a intentar
averiguar a qué se debía tal revuelta, entonces el señor lanzó un trapero contra la
joven, la joven no hacía ningún esfuerzo mínimo en defenderse, pero yo al ver esto
me enfurecí con aquel hombre que lo único en lo que pensaba era en golpearlo por
haberle hecho eso una joven, que por sus vestidos parecía alguien humilde y él no
tenía ningún derecho de tratarla así y aprovecharse de su condición de empleada, así
que me fui contra él y lo lancé contra el piso, entonces él me empezó a decir:
-Es una deficiente trabajadora...
-No sirve para nada.....
-En vez de hacerme ganar dinero lo que hace es perderlo.
Entonces dejé al tipo ahí en el piso, y me dirigí hacia donde la muchacha, al ver su
rostro se me llenó el corazón de muchísima felicidad, esa felicidad era inexpresable;
cuando volteó su rostro hacia mí vi con gran júbilo que era ella Annita...
...En ese momento sentí una gran conmoción y gratitud al ver que era ella.
....Le pregunté:
¿Eres tú Ana?
Y ella no me contestó con su voz, sólo con un gesto de tristeza que me dio a entender
por mí mismo que sí era ella.
Ella se ha Ido
ella Annita ahí estaba, en destino la había traído de nuevo e hacia mis brazos, para
poderla amar y tener por el resto de la vida.
En pocos instantes fui a comprarle algo de ropa y comida y además le dije que podía
hospedarse en mi casa, mientras hacía esto, ella iba contándome facetas y
acontecimientos de su vida, que me aseguraban que en verdad era aquella mujer que
había cautivado mis pensamientos y que algún modo había unificado mis alegrías y
abatido mis tristezas; -en cierta parte-
Entonces ella me fue a dar una ducha, el lapso de tiempo en realidad fue muy corto,
cuando salió de baño, inmediatamente mi mirada se volcó a su cuerpo, y en ese
momento sentí una sensación de éxtasis infaliblemente tórrida y en pocas palabras
sentí excitación de ver ese cuerpo y esa mirada tan extenuante y a la ver apasionada,
dominados por el deseo mutuo que aparentemente era una sensación instantánea y
con su docilidad triunfante me fui hacia ella y la besé con todas las fuerzas que mi
cuerpo sentía, ese fue el momento más erótico y apasionado de mi vida,
posteriormente, sobra decir lo que pasó; todo se resume a que por fin consumimos en
Ella se ha Ido
una tarde de invierno gris y a la vez tórrida todo lo que mi cuerpo y el suyo
aguardaba y desesperadamente esperaba ese momento, prontamente exhaustos y
cansados de haber demostrado desenfrenada, apasionada y deliberadamente lo que
nuestros corazones sentían caímos en un profundo sueño.
Al día siguiente, al amanecer me despertó el movimiento de su cuerpo y con el
primer rayo de sol que asomó en la ventana pude verla, estaba ella, tan hermosa y
ardiente, en ese momento al ver ella que yo emitía movimientos breves y naturales
me dijo:
¿Ya estás despierto verdad?
-yo le contesté con un sonido que surgió instantáneamente de mi boca.
-Quisiera que este momento perdurara hasta la eternidad, hasta lo infinito, hasta
donde nadie pudo ni ha podido llegar, dijo ella; También quisiera que tu perfume y tu
aroma sea dentro de mí un incentivo que me guíe al éxtasis y a la vez me erice y
provoque en mí un sentimiento de languidez y pasión interminable.
Cuando escuché esas palabras provenientes de sus labios dentro de mi surgió unos
deseos descomunales de besarla y hacerla mía consecutivamente...
Pero ¡Rayos!... ...Sonó la alarma que me indicaba que era hora de marcharme al
trabajo.
Pasó un día de trabajo, y yo ansiaba llegar a mi hogar y encontrarme con ella, verla
tocarla y sentir su cuerpo y sus labios rozando sobre los míos.
Al llegar a casa ahí estaba ella, estaba sentada junto a la ventana, toda la casa estaba
muy bien organizada y los deberes estaban hechos, al verla a ella ahí sentada me
surgió una idea instantánea que estaba indagando en mi mente y sin saludar le dije:
Han pasado dos semanas, como todos los días llegaba yo del trabajo a mi casa y
cuando llego no encuentro a Annita por ninguna parte, entonces dentro de mí
empieza a surgir una ansiedad y desesperación que me estaba empezando a
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preocupar, al pasar por el comedor vi unos pies en la cocina, entonces me dirigí hacia
ella y ahí estaba Annita estaba inconsciente al parecer desmayada; inmediatamente
llamé una ambulancia y luego fue llevada a un hospital.
A las dos horas llega un doctor, su gesto facial expresaba indiferencia y desagrado; en
el mismo momento pronuncia mi nombre, entonces me levanté del asiento en el que
estaba y me dirigí hacia él;
-No se preocupe, no es nada malo, al contrario, vengo a darle una noticia que le
pondrá muy feliz, “Va a ser papá”...
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