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¿Cómo se llama lo que nos hace sentir bien?

Ensayo

Estudiante: Natalia Becerra Muñoz


Docente: Fabiola Contreras Sáez
Curso: Niño con déficit intelectual y familia
Fecha: Lunes 9 de Abril de 2016
Ensayo
Para empezar, hay que saber que se entiende por “discapacidad intelectual” y
“calidad de vida”. El primer término, según la Asociación Americana de Discapacidades
Intelectuales y del Desarrollo (AAIDD; Verdugo, 2010) se caracteriza por limitaciones
significativas tanto en funcionamiento intelectual, como en conducta adaptativa, tal y
como se ha manifestado en habilidades adaptativas, conceptuales y prácticas. Esta
discapacidad se origina antes de los 18 años”. En cuanto al segundo término, existe un
amplio acuerdo a la hora de definirlo, pues es un concepto subjetivo que abarca el grado
de satisfacción que la persona experimenta en relación con el nivel de cobertura de sus
necesidades en el entorno que lo rodea: en el hogar, en la escuela, en el trabajo y, en
definitiva, en la comunidad (Giné, 2004).
Dentro de las políticas públicas nacionales, en el año 2010 Chile promulgó la Ley
n° 20.422, la cual en su título dice que “establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad”, dejando en claro que se
debe asegurar el derecho a la igualdad de oportunidades de las personas con
discapacidad, con el fin de obtener su plena inclusión social, el disfrute de sus derechos
y la eliminación de cualquier forma de discriminación fundada en su discapacidad
(Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2010). Esta ley pretende mejorar en algo el
bienestar personal y social de las personas en situación de discapacidad en todos sus
ámbitos.
Entonces, para hablar de una verdadera inclusión se debería considerar a las
personas con Discapacidad Intelectual (DI) como individuos que forman parte de todo,
pues tienen el derecho a ser admitidas completamente en sus comunidades, a participar
en ellas, a beneficiarse de la vida diaria de su entorno social y, del mismo modo, a
contribuir y enriquecerlo (Junta de Andalucía-Consejería de Educación, 2008). Por ende,
para avanzar hacia una sociedad mucho más competente y preocupada por sus
ciudadanos, se deberían proponer leyes a partir de proyectos e investigaciones que
hayan consultado las verdaderas necesidades de las personas, que se conozcan sus
intereses y aspiraciones a futuro, para poder así realmente transformar sus vidas.

Desde el ámbito de la Educación, se deberían dirigir los esfuerzos para entrenar a


las personas con DI para la vida, además de dotarlas de habilidades y estrategias para
un adecuado desarrollo personal (Navas, 2015). ¿Influye la educación que reciba una
persona en cuanto a la vida que espera tener? ¿Será la educación la que influya en las
oportunidades que pueda tener una persona? Como es de saber, la educación es un
derecho universal y se supone que debe incluir una serie de prácticas concretas que
permitan desarrollar capacidades intelectuales, morales y afectivas, de acuerdo con la
cultura y sociedad en que se está. La educación es un área que repercutirá en la
satisfacción o insatisfacción de cualquier persona.

Desde el ámbito de las políticas públicas de equidad, de inclusión y de atención a


la diversidad, deberían plantearse temas que aborden la transición hacia la vida adulta y
el éxito durante esta etapa. En Chile encontramos una de las pocas leyes actuales que
ofrece un poco de dignidad hacia las personas en situación de discapacidad. Recae una
real importancia en la realización de políticas y proyectos que se encaminen hacia la
construcción de una sociedad inclusiva y con capacidad de brindar los apoyos pertinentes
a las personas indicadas, es decir, ofrecer políticas que sean lo más descentralizadas
posible, es decir, que considere las realidades de cada región del país.
Por tanto, ¿Qué podremos ofrecerle a nuestros actuales y futuros estudiantes?
Tengo en cuenta que para comprender de mejor forma la calidad de vida de una persona,
hay que considerar una serie de dimensiones y factores que la rodean, además de utilizar
métodos más cercanos para obtener información, por ejemplo, la entrevista. ¿Qué
pensaran las personas con DI respecto de su vida? ¿Estarán conformes con las
oportunidades que se les ofrecen? Uno a veces piensa en las propias condiciones con
las que sobrevivimos y nos cuesta imaginar en nuestro entorno cómo lo hacen aquellas
familias en que uno de sus integrantes tiene una discapacidad, más aún cuando se trata
de la discapacidad intelectual, la cual ha arrastrado por muchos años una serie de
prejuicios y por ende barreras, que nosotros mismos hemos creado sin que las hubieran.
Desde la mirada de la Educación, es necesario darle más importancia al tipo de
habilidades que se quieren desarrollar en los niños, niñas, jóvenes y adultos, tanto de
escuelas especiales como de escuelas regulares, pues durante la enseñanza es donde
deben integrar conocimientos, habilidades, actitudes y valores que favorecerán en su
futuro. Como nos comenta Paulo Freire (1992) “Calidad de la educación; educación y
calidad de vida, no importa en qué enunciado se encuentren, educación y calidad son
siempre una cuestión política, fuera de cuya reflexión y comprensión no nos es posible
entender ni una ni otra” (como es citado en Boada, C., 1999, p. 274).
Con esto quiero decir, que si logramos entregar una buena educación en todos los
niveles de enseñanza, estaremos abriendo ventanas de oportunidades a todas las
personas con DI, pues sabemos de lo que pueden llegar a ser y de todas capacidades
ocultas que poseen, solamente que nuestra ignorancia muchas veces se la traspasamos,
porque de alguna u otra forma tendemos a ponerle un límite a sus actividades personales
y sociales.
Considerar la educación y su relación con el mejoramiento de la calidad de vida
implica asumir la responsabilidad de promover, tanto desde ámbitos de educación formal
como no formal, la actualización de las capacidades de elección de los individuos,
favoreciendo la equivalencia de oportunidades para acceder a recursos que les permitan
acrecentar su autonomía (Vicenzi, A. y Tudesco, F., 2009). Sin embargo, ¿todos nuestros
estudiantes pueden acceder a la educación? ¿Tiene validez la educación que se les
ofrece? ¿Su derecho se ha cumplido correctamente? Son inquietudes que si o si se me
presentan ahora y seguro seguirán ahí para tratar de responderlas poco a poco.
En 2004, se llevó a cabo el Estudio Nacional de la Discapacidad, en ese entonces
realizado por el Fondo Nacional de la Discapacidad (FONADIS) y del Instituto Nacional
de Estadísticas (INE), cuyos resultados aportaron un mejor conocimiento de esta
situación y de las implicancias en Chile. Los resultados en Educación reflejaban el gran
porcentaje de personas en situación de discapacidad que no lograban completar su
enseñanza básica (42%), otros no concluían la enseñanza media (13%), mientras que
porcentajes menores (2%) lograban ingresar a instituciones de educación superior
(Fondo Nacional de la Discapacidad, 2005). Ahora bien, ¿Cuáles serán los resultados
respecto a la empleabilidad para personas con DI? ¿Existirá alguna correlación con los
niveles de estudio? Tomando en cuenta el mismo estudio, se revela que hace poco más
de una década, gran parte de las personas con DI no tenían un trabajo remunerado
(87%), esto podría ser un índice de un bajo grado de satisfacción respecto a las
condiciones de vida.
Desde la mirada de las políticas públicas, se deberían considerar estas cifras
para proponer proyectos de ley fundados para mejorar la calidad de vida de las
personas con DI o bien realizar investigaciones contextualizadas, pues considero que
los números pueden dar bastante información en el sentido de que reflejan en donde se
necesitan más apoyos y recursos, con la idea de erradicar las desigualdades en la
sociedad chilena. Sin embargo, actualmente no contamos con cifras fidedignas
respecto al tema, pues el último censo de 2012 no fue considerado válido, por una mala
aplicación de dicho instrumento. Es por esto, que los últimos datos estadísticos del
2004 acerca de la discapacidad son la única fuente de referencia, dejando sin sustento
teórico y estadístico confiable para la formulación de las políticas públicas a favor de las
personas con discapacidad. Además las encuestas aplicadas en Chile y que consultan
acerca de la situación de discapacidad, no cumplen con las recomendaciones a nivel
internacional por parte de otras personas con discapacidad (Fundación Nacional de
Discapacitados, s.f.)
En definitiva, la calidad de vida es el grado de satisfacción que posee una persona
cuando ve cubierta sus necesidades en un contexto social determinado. Este concepto
llevado a la discapacidad intelectual, debe contemplar las características propias de las
personas que presentan ciertas limitaciones tanto intelectuales como de habilidades
adaptativas. Sin embargo, todas las personas deben gozar de un equilibrado bienestar
personal y social, y es por ello que en nuestro país existe la Ley n° 20.422 del año 2010
que establece las normas para la igualdad de oportunidades. A pesar de los avances en
materia de políticas públicas que buscan favorecer aquellas oportunidades de vida para
las personas con discapacidad, según las estadísticas de un estudio realizado por
FONADIS y el INE (2004), existen un gran número de personas que no han podido ser
participantes activas de la educación y más aún, el optar a un empleo remunerado para
muchos no es posible. Considerando a las personas con discapacidad intelectual, se
puede decir que su calidad de vida se ve afectada de una u otra manera.
Por tanto, si queremos mejorar la calidad de vida de las personas con DI desde
niños hasta adultos, como futuros profesionales de la educación tenemos la misión de
vivenciar, analizar e investigar en estas materias, pues nosotros somos el agente de
cambio. Considero que el bienestar en general de las cosas puede darse por medio de
la educación, pues nuestra labor no es sólo enseñar, sino guiar a la persona y su familia
hacia las mejores condiciones de vida que pueden optar de acuerdo a su contexto. La
idea no es conformarse, sino construir un agrado por el vivir y ser feliz por el hecho de
tener las condiciones que son fruto de una lucha por ser mejor de lo que se podía pensar.
Bibliografía

Biblioteca del Congreso Nacional de Chile (2010). Ley n° 20.422 Establece normas
sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con
discapacidad.
Boada, C. (1999). La Educación: ¿Instrumento para mejorar la calidad de vida?. Revista
Geografía Venezolana. Recuperado de
www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/24569/1/articulo40-2-6.pdf
Fondo Nacional de la Discapacidad (2005). Primer estudio nacional de la discapacidad
en Chile. Recuperado de
http://www.ine.cl/canales/chile_estadistico/encuestas_discapacidad/discapacidad
.php
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Giné, C. (2004). Servicios y calidad de vida para las personas con discapacidad
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Recuperado de http://www.feaps.org/archivo/centro-
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con-discapacidad-intelectual.html.
Junta de Andalucía, Consejería de Educación, (Ed.). (2008). Manual De Atención Al
Alumnado Con Necesidades Específicas De Apoyo Educativo Derivadas De
Discapacidad Intelectual. Sevilla, España: Consejería de Educación, Dirección
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Navas, P. (5 de Mayo de 2015). Hacia la mejora de la calidad de vida de las personas
con discapacidad: Un enfoque de Derechos [Mensaje en un blog]. Recuperado
de http://rasgolatente.es/calidad-de-vida-discapacidad/
Verdugo, M. A. (2011). Discapacidad Intelectual: definición, clasificación y sistemas de
apoyo. Madrid, España: Alianza.
Vicenzi, A. y Tudesco, F. (2009). La educación como proceso de mejoramiento de la
calidad de vida de los individuos y de la comunidad. Revista Iberoamericana de
Educación. Recuperado de http://rieoei.org/deloslectores/2819Vicenzi.pdf.

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