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Gestión de Residuos Sólidos y Líquidos

I PARTE – CONTEXTO

1. INTRODUCCIÓN

Los residuos sólidos, comprenden todos los residuos que provienen tanto
de las actividades animales y humanas que son desechados por inútiles.

Este término se usará para definir tanto la masa heterogénea de los


desechos de la comunidad como la acumulación más homogénea de los
residuos agrícolas, industriales y minerales.

Por sus propiedades, muchos de los materiales desechados son


reutilizados y se pueden considerar como un recurso en otro marco. Así la
Gestión Integral de Residuos Sólidos nace en contraposición a la sociedad
del despilfarro, convirtiéndose en una parte integrante de la economía de
los países. Dentro del amplio espectro de temas que guardan relación con
una problemática de tanta actualidad como es la protección al medio
ambiente, la de los residuos sólidos ocupa un lugar principal en la gestión
ambiental.
Específicamente, los residuos sólidos urbanos por muchos años han sido
considerados desde una perspectiva netamente estética y sanitaria, visión
que aún hoy se mantiene en gran parte de la población. Además, siendo
los problemas de contaminación aérea e hídrica más evidentes, el tema de
los residuos sólidos ha sido abordado tardíamente en los sistemas de
gestión público y privado.

A lo anterior se suman, los impactos socioeconómicos asociados a los


cambios en los patrones de producción y de consumo, conjuntamente con
el crecimiento de la población y de la actividad económica, lo que ha
provocado un notorio aumento en la generación de residuos de todo tipo,
originando serios problemas ambientales.

Por otra parte, el desarrollo de la gestión de los residuos industriales que se


remonta incipientemente a los años 60, se planteó como un enfoque de
ingeniería sanitaria: si había emisiones al aire o al agua por sobre la norma,
se proponían filtros o tratamientos de los efluentes. Si se trataba de residuos
sólidos, se proponía depositarlos sin cuestionar su volumen o su
peligrosidad
Más tarde, el enfoque se orientó a la reutilización y reciclaje. Recién en la
década de los 80 se planteó el objetivo de prevenir, minimizar y evitar la
generación de los residuos.

En la actualidad, la visión ha cambiado, ya no se miran los procesos


productivos desde fuera. Hoy interesa qué se produce, cómo y con qué
insumos y qué residuos se generan. Lo que se busca es minimizar, o mejor
aún, evitar la generación del residuo mejorando los procesos, los
procedimientos, la tecnología y la gestión. Se trata de una tendencia que está
evolucionando hacia un objetivo de largo plazo: llegar a nivel “cero” en la
generación de residuos.

Para todo el proceso de transformación productivo se ha planteado el


desarrollo de núcleos endógenos de ciencia y tecnología que mejoren la
capacidad de respuesta ante los desafíos comerciales y ambientales que se
vislumbran.
Por otra parte, uno de los mayores factores de la marginalidad social y
económica, de la heterogeneidad de los mercados de trabajo y de la
desigualdad en la generación de ingresos, radica en la escasa formación y
educación de amplios sectores de la población. De modo que una propuesta
articulada de transformación productiva, que incluya el desarrollo de un núcleo
endógeno de ciencia y tecnología, y una transformación de los sistemas de
educación, se liga de manera estrecha con las exigencias de equidad social. La
política de transformación industrial se empalma así con la política ambiental y
de minimización en la generación de residuos. Se relaciona también con la
competitividad de las economías y con la eficiencia de las empresas y equipos
en los mercados internacionales cada vez más exigentes.

La gestión de los residuos supone entonces, la elaboración de una estrategia


que busque soluciones para estos problemas, una estrategia en la cual cada
actor social (productor, consumidor o administrador público) debe asumir la
responsabilidad que le corresponde para promover el desarrollo social,
tecnológico y económico, preservando el ambiente, patrimonio de toda la
comunidad.
La Gestión de Residuos Sólidos constituye un enfoque prioritario, tanto en las
economías públicas como privadas, en contraposición con la cultura del
despilfarro y el consumismo.

En este sentido, el integrar estos tópicos a la vida social debe considerar la


sensibilización y la educación, que tendrán papel dinamizador al interior de
cada actividad generadora, creando conductas positivas. Ambos enfoques
deben ser integrados para poder entregar capacidades que permitan
enfrentar el mundo de hoy.

Además, la educación cada vez más es un proceso participativo: se educa en


la acción, se educa desarrollando proyectos asociados a la vida diaria, en su
medio socioeconómico y ecológico, se educa en el trabajo y en la vida diaria.

Es por ello que muy atinadamente el Licenciado Francisco Vigil, Alcalde


Municipal del Distrito de David, con una visión de vanguardia y pensando en
los mejores intereses de nuestra comunidad nos ha solicitado la realización
de esta capacitación como un Plan Piloto, integrando a un Grupo Selecto de
Colaboradores a fin de iniciar este Proceso de Transformación que nuestra
Ciudad merece en torno al Tema Ambiental y Urbanístico.
LOS PRINCIPIOS BÁSICOS PARA LA ESTRATEGIA SON:

• Prevención: reducir la cantidad y la peligrosidad de los residuos.

• Protección: favorecer la recuperación y el reciclaje de los materiales,


programando la recolección y la eliminación segura de lo que no es reciclable.

• Saneamiento: erradicar los vertederos y toda otra clase de terreno


contaminado, reglamentando el uso correcto de los terrenos.

Para implementar estas actividades se requieren personas preparadas y


convencidas de las alternativas que se abren a través de esta estrategia. Por
tanto uno de los grandes desafíos es la de crear capacidad en el ámbito
ambiental, en específico en la gestión integrada de los residuos sólidos.

Obviamente estas capacidades se pueden generar a través de la educación


formal como no formal, y que mejor que utilizar las herramientas que entrega
la educación ambiental para incorporar en forma duradera no solo los
conocimientos sino el compromiso ciudadano profesional
En el tema de los residuos, la sensibilización y la toma de conciencia deben
jugar un papel de primera importancia. Se trata de percibir valores ligados a la
conservación de los recursos y del medio ambiente y de cambiar las actitudes
a nivel de la población, partiendo en los hogares y al interior de las empresas
productivas. La sensibilización y la educación, tienen un papel dinamizador al
interior de cada actividad generadora, creando conductas positivas que
involucran a toda la población. Normalmente se plantea esta educación y
sensibilización a los niños, sin embargo, sensibilizar y educar a los niños no
basta porque quienes más contaminan son los adultos. No hay que olvidar que
la población latinoamericana envejece y si en la década del 50 el 57% de la
población tenía más de 15 años hoy esa cifra alcanza al 67%.

Esta franja de la población no está incorporada en las campañas de educación


ambiental de las escuelas y colegios.

Por esta razón, la educación de los adultos y de la comunidad en materias


ambientales juega un rol de primera importancia. Los mismos problemas que
trae consigo la localización de los rellenos sanitarios, moviliza y enseña a la
población acerca de los impactos de los residuos en todo su ciclo y el cómo
evitarlos.
En los problemas ambientales no hay una hora o una jornada precisa para
dedicarse al tema: en todas partes y a cualquier hora la conciencia
ambiental puede detectar un problema, una actitud negativa, un hecho que
se puede parar porque daña al medio ambiente.

Desde la óptica de la educación, una de las ventajas de los residuos


sólidos, es el ser una problemática cotidiana y general a todo ser humano,
y que una vez planteado el problema ambiental, los individuos toman un
rápido conocimiento de la situación, ubicándose como co-responsables al
menos en un contexto general. Lo anterior, por tanto, justifica su inclusión
como un tema atingente y adecuado para aplicar como caso de estudio al
enseñar la educación ambiental al interior de las aulas, siendo la mayor
dificultad el lograr cambios de actitud.

Así, la educación ambiental como herramienta de la gestión ambiental


permite integrar los elementos necesarios que permitan sensibilizar y crear
capacidades.
2 . SOCIEDAD MODERNA Y RESIDUOS SÓLIDOS

Uno de los mayores problemas que enfrenta la sociedad moderna es el manejo


de residuos domésticos, industriales, comerciales entre otros, cuya producción
se acrecienta día a día. El problema es especialmente crítico en las ciudades de
los países en vías de desarrollo debido a la falta de recursos económicos para
desarrollar investigaciones que conduzcan a soluciones locales eficaces. Por
otro lado, los proyectistas encargados de diseñar servicios de saneamiento
público recurren a modelos de otros países con realidades diferentes. Por
su parte, los servicios de limpieza pública frecuentemente manejan un limitado
financiamiento, usado muchas veces de manera inadecuada, sin control ni
conocimiento cabal de los recursos que manejan, lo que afecta negativamente
la provisión de servicios de limpieza urbana.

Desde siempre la sociedad ha explotado los recursos naturales para su


subsistencia y para mejorar la calidad de vida y, como consecuencia de ello, ha
producido residuos de diversa naturaleza, provocando un impacto negativo al
ambiente. Sin embargo, en la actualidad, y como consecuencia del enorme
desarrollo del sector servicios, la materia orgánica presente en la basura
doméstica ha disminuido de un modo importante, si bien sigue constituyendo el
elemento dominante.
Esta sociedad genera cada día una gran cantidad de residuos derivados de
un modelo de producción y consumo insostenible, que contribuye a la
degradación progresiva del medio ambiente y que supone una extracción
masiva de recursos naturales y cantidades desmesuradas de materias, para
las que la naturaleza no tiene capacidad de absorción.

De hecho, cada 24 horas se producen en el mundo, aproximadamente, 7


millones de toneladas de residuos sólidos urbanos e industriales, lo que
supone, dada una densidad media de 200 kg/m3, unos 350 millones de
metros cúbicos. Dicho de otra manera, si suponemos un cubo cuya base
fuese un cuadrado de 100 metros de lado y una altura de 2 kilómetros, este
inmenso recipiente seria llenado diariamente por los residuos producidos en
la casa que habitamos, en las calles de nuestra ciudad y en las industrias y
oficinas en que trabajamos. Si se hace el cálculo para un año, fácilmente se
comprende que para la basura y residuos industriales producidos por todo el
mundo, en dicho periodo de tiempo (unos 2,555 millones de toneladas), se
requeriría un cubo con una altura de 1,243 kilómetros, para almacenar toda
esa cantidad.
En los últimos 80 años, la población mundial se ha triplicado. Aunque no
existen datos fiables sobre la cantidad de residuos que se producían hace 40 ó
50 años, porque no se controlaba debidamente este hecho, las estimaciones
realizadas nos llevan a los datos que se muestran en la siguiente Tabla.

Este doble crecimiento en la producción de residuos sólidos respecto a la


población en los últimos 80 años, ha sido aún más espectacular en los países
industrializados, los que generan cerca del 70% de los residuos mundiales.

Proyección de la generación de residuos sólidos a escala mundial para el


año 2010.

AÑO MILLONES DE HABITANTES RESIDUOS SÓLIDOS


(Estimados) (millones t/día)
1920 2,000 1
1974 4,000 4
2010 6,800 7

Fuente: United Nations Populations Fund (UNFPA), 2001.


Tasa de generación de residuos sólidos en diferentes países del mundo.

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