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Instituto Superior N° 5, Anexo Carcarañá

Profesorado de Educación Secundaria en Filosofía


Plan Resolución Ministerial 0425/17

Unidad Curricular:
Iniciación a la lectura y la escritura filosófica
Régimen de cursado anual.
Carga horar ia: 3 hs. cát edras semanales.
For mat o: Seminar io
1° año
Prof. C. Soraya Tonsich

Trabajo final: Comentario filosófico

Estudiante: Cataldo, Cecilia

Carcarañá - 2017
1

Índice:

Fragment o……………………………………………… ……………. pag. 2

Int roducción……………………………………………… …………. pag. 4

Desarrollo………………………………………………… …….…… pag. 5

Conclusio nes………………………………… ……………………… pag. 8

Bib liografía……………………………………………………… ……... pag. 9


2

Fragmento anali zado

“2

A mí mis mo est a irr everencia de pensar que los grandes sa bio s son tipos
decadentes se me ocurr ió por vez pr imera ju st o en un caso en que a ella
se opone de l modo más en ér g ico el prejuicio doct o e indoct o: yo me di
cuent a de que Só cr ates y P lat ón son sínt o mas de decaimient o,
inst rument os de la diso lució n gr iega, pseudogr iegos, ant i gr iegos (El
nacimient o de la tragedia, 1 8 7 2) 4 1 . Ese consensus sapi entium [co n sen so de
lo s sabio s] -est o he ido co mpr endiéndo lo cada v ez m e jor- lo que menos
prueba es que t uvieran razón en aq u ello en que co incidían: prueba,
ant es bien, que ello s mis mo s, eso s sapient ísimos, co in cid ían
fisiológicamente en alg o , p ar a adopt ar -para t ener que adopt ar- una
mis ma act it ud n eg at iva frent e a la vida. Lo s juic io s, los juicios de valor
sobre la vida, en favor o en cont ra, no pueden, en definit iva, ser
verdaderos nunca: únicament e t ienen valo r como sín to mas, únicament e
i m port an co mo sínt o mas, -en sí tales juicios son est upideces. Hay que
alargar del t odo los d ed o s hacia ella y hacer el int ent o de agarrar est a
sorprendent e finesse [ finura], que el val or de la vid a 4 2 no puede ser
tasado. No por un vivient e, porque ést e es part e, es más, in clu so o bjet o
de lit ig io y no juez; no por un muert o, por una r azó n dist int a. -E l que
por part e de un filó so fo se vea u n problema en el valor de la vida no
deja de ser, pues, in clu so un reparo cont ra él, un signo de int errogació n
puest o ju n to a su sabidur ía, una falt a de sabidur ía. - ¿Có mo ?, ¿y es q u e
todos esos grandes sabio s no so lo habr ían sido decadents, sino que ni
siquier a habr ían sido sabios? - Pero vuelvo al proble ma de Sócrat es.

Sócrat es pert enecía, por su ascendencia, a lo más bajo del pueblo :


Só cr ates era plebe. Se sabe, inc luso se v e todavía, que feo er a 4 3 . Más la
fealdad, en sí una objeció n, es ent re los gr iegos casi una refut ació n.
¿Era Sócrat es realment e un gr iego ? Con bast ant e fr ecuencia la fealdad
es expresió n de una evo lució n cruzada, esto rb a d a por el cruce. E n
ot ros casos aparece co mo una evo lució n d escen d en te. Lo s ant ropólogos
ent re los cr imina list as nos dicen que el cr iminal t ípico es feo:
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monst rum in f ront e, monstrum in ani mo [ mo nst ruo de aspect o,


mo nst ruo de alma]. Pero el cr iminal es un décadent. ¿Er a Sócrat es un
cr imina l t ípico ? - Al menos no est ar ía en cont radicció n co n est o aq u e l
famo so juic io de un fiso no mist a, que t an chocant e pareció a lo s amigo s
de Só cr ates. Un ext ranjero que ent endía de rost ros, de paso por Aten as,
le d ijo a Só cr ates a la car a que era un monst rum, - que escondía en su
int er ior t odos los v icio s y apet it os malo s. Y Sócrat es se limit ó a
responder: « iU sted me co noce, señor mío! » 4 4 .

E l fragment o corresponde a lo s párrafos 2 y 3 del Capít ulo “E l Proble ma


de Sócrat es”, del libro “E l Crepúsculo de los Ído los o Có mo se filo so fa
con el mart illo ”, de Fr iedr ich Niet zsche, publicado orig inalment e en
1887. La versió n analizada pe rt enece a la t ercera edició n de la
t raducció n realizada por Andrés Sánchez Pascual y edit ada por Alianza
Edit orial de Madr id, en 2002.
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Int roducción

En El Crepúsculo de los Ídolos, de Niet zsche, se puede obser var la


deconst rucció n que e l aut or hace de la filo so fía occident al con sus
at aques a lo s supuest os met afís icos de aut ores ant er iores a é l; en
part icular a la idea imperant e en la filo so fía de la verdad ú nica,
int roducida por Sócrat es y sus discípu los. La “filo sofía a mart illazos” de
Niet zsche se hace evident e en sus at aques a lo que Sócrat es represent a e n
la escena int elect ual gr iega, que par a Niet zsche es el decaimient o de la
cult ura gr iega.
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Desarrollo

Para ent ender el pro yect o de Niet zsche hay que conocer su for mació n
int elect ual y su for ma peculiar de mirar al mundo, Niet zsche t uvo una
for mació n eclesiást ica par a ingresar al clero ; est a for mació n le per mit ió
un acercamient o a la filo so fía ant igua, lo que lo llevó a est udiar
filo log ía, ést o le dio herramient as par a examinar en pr ofundidad la
filo so fía que se venía gest ando en Europa hast a ese mo ment o. En el
fragment o que est amos examinando , Niet zsche mir a lo que s ignifica la
apar ició n de la filoso fía de Sócrat es. Teniendo en cuent a la divis ió n
Dio nisíaca/ Apo línea y la necesidad de ambos en la vida del humano,
Niet zsc he mira a la filoso fía de los socr át icos co mo un “s ínt o ma” de l
decaimient o de la cult ura clásica.

E l siguient e fragment o nos per mit e una vist a de lo que pensaba


Niet zsche:

“Los juicios, los juicios de valor sobre la vida, en f avor o en cont ra, no
pueden, en def initiva, ser verdaderos nunca: úni camente ti enen valor
como sínt omas, únicament e importan como síntomas, en sí tales juicios
son estupideces.”

Niet zsche nos quiere decir que con la invenció n de la verdad que
Só crat es t rajo a la filoso fía, se dieron las bases para una filo so fía
negadora de la vida, la idea de una verdad que reside en el más allá de lo
sensible, que est á en el mundo pe r fect o de las ideas, const it uyendo par a
el aut or una excusa para no afir mar la vida y enfrent ar la, co mo e l
Uber mensch 1 (súper ho mbre) . Para Niet zsche la afir mació n de la vida es
uno de lo s co mponent es más import ant es de su met afís ica . Los at aques
no t erminan en est o ; Niet zsche hace referencia a la fealdad de Sócrat es y
có mo est a apar iencia t iene una relació n con la fealdad de su doct rina y el
decaimient o de la cult ura gr iega.

“¿Era Sócrates realmente un griego?” con bastant e f recuencia l a


f ealdad es expresión de una evolución cruzada, estorbada por el cruce.
1
Nietzsche, F., Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie, Alianza Editorial, Madrid, España; 2011
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En otros casos aparece como una evolución descendente. L os


antropólogos entre los crimi nali stas nos dicen que el cri minal tí pico es
f eo: monst rum in f ronte, monstrum in animo [monst ruo de aspecto,
monst ruo de alma]. Pero el cri minal es décadent. ¿Era Sócrates un
crimi nal típico?- al menos no estaría en contradi cción con esto aquel
f amoso juicio de un f isonomi sta, que tan chocant e pareci ó a los amigos
de Sócrat es. Un ext ranj eros que entendí a de rost ros, pasó por Atenas, Le
dijo a Sócrates a la cara que era u n monst rum, - que escondía en su
interior t odos los vicios y apet itos malos. Y Sócrates se limitó a
responder: “ ¡Ust ed me conoce, señor mío!”.

La fiso no mía de rost ros como herramient a para ident ificar a cr imina les
era una práct ica co mún en la Europa del si glo XIX. Era oport uno para
Niet zsche remarcar lo en est e fragment o ya que se puede usar co mo
evidencia a favor de la de const rucció n de l P lat onis mo, ot ro punt o
int eresant e es que Sócrat es fue juzgado y enco nt rado culpable por los
cr ímenes de lo s que había sido acusado ; se nos da a ent ender que
Niet zsche est ar ía de acuerdo ya que el plat onismo represent ado en la
figura de Sócrat es ser ía una corrupció n de la juvent ud.

“Yo intento averiguar de qué idiosi ncrasia procede aquell a ecuación


socrática de Razón = vi rtu d = f elicidad, la ecuación más extravagante
que exi ste”.

Est a t riple equiva lencia, que reduce la felicidad a la razón y la s


ident ifica, es t ípica de la act it ud socrát ica : “la vida no examinada no es
digna de ser vivida” .

La cont emplació n t iene e l lugar má s pr ivilegiado en el esquema de


Sócrat es y P lat ón; par a Niet zsche est o parece una ext ravagancia porque
no t iene en cuent a lo s aspect os no racionales de la vida, en la filo so fía
afir madora de la vida que propone el aut or, la cuest ión no es t an simple
co mo la ecuació n sugier e, por el hecho que es co mplet ament e apo línea.
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Niet zsche habla de la irreverenc ia de refer irse a los sabio s co mo algo


necesar io para lograr una filoso fía genuina, la cost umbr e de no cr it icar a
la aut oridad, encar nada en lo s pensadores ant iguos. La decadencia de la
cult ura ant igua es algo que se señala para llamar at enció n a la dir ecció n
que la filoso fía occident al había t omado desde est os pensadores.

“A mí mismo esta i rreverencia de pensar que los grande s sabios son


tipos decadentes se me ocurrió por pri mera vez justo en un caso en que a
ella se opone del modo más enérgico, el prejui cio docto e indocto: yo me
di cuenta que Sócrates y Platón son sí ntomas de decai miento,
inst rumentos de la di soluci ón gri ega , pseudogri egos, anti griegos (E l
nacimiento de la tragedia, 1872)”.

La irrever encia en sí es caract er íst ica de la obra de Niet zsche, par a


realment e filoso far es necesar io t ener irreverencia y cr ít ica ; y el filó so fo
alemán lo lleva a su máxima expresió n. E st e libre pensamient o es lo que
posibilit a al desarro llo de una vida co mplet a . Los Sofist as, al relat ivizar
la verdad, per mit ían un cuest io namient o más pro fundo, para Niet zsche
est a act it ud de los Sofist as era más sano que la posició n adopt ada por
P lat ón y Sócrat es.
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Conclusi ón

La filo so fía de Niet zsche supondr á un enfrent amient o radical co n buena


part e de la t radició n filo só fica occident al, oponiéndose a su dogmat ismo,
cuyo or igen sit úa en Sócrat es, P lat ón y la filo so fía cr ist iana.

E l filó so fo buscaba un ideal que est uviese alineado con su afir mació n de
la vida; y est a idea t raída por el plat onismo de una verdad que est uvier a
más allá, es negadora de la vida.

Niet zsche cre yó posible medir el valor de la met afísica, la ep ist emo logía
y la ét ica a part ir de su negació n o afir mació n de la vida.

La lecció n más significat iva de de est e aut or será enseñar que hay que
acept ar est a vida t al co mo es.

En vez de invent ar realidades para lelas para just ificar o paliar la t ragedia
de la exist encia, acept ar y amar esa t ragedia co mo part e fundament al de
la propia vida.
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Bibliografí a

 Niet zsche, Fr iedr ich ; A sí habló Zarat ust ra. Un libro para todos y
para nadi e, Alianza Edit orial, Madr id, España; 2011
 Niet zsche, Fr iedr ich; El Crepúsculo de los Ídolos o Cómo se
f ilosof a con el marti llo , 3º Edición, Alianza Editorial, Madrid,
2002
 Niet zsche, Fr iedr ich; El Nacimiento de la Tragedia ; Alianza
Edit orial, Madr id, España; 201 2

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